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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR.


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“SIMON RODRIGUEZ”
U.N.E.S.R.

Políticas Tecnológicas en Venezuela.


(Grupo Nº 2)

Cátedra: Gestión de Tecnología.


Prof.: Carmen Xiomara García.

INTEGRANTES: Colina Arnoldo


Yusdelis Bello
Kelly Ruiz
Marife Velasquez
Oscar Rodríguez
Santos González
Marcos Delgado

Caracas, Febrero de 2011


Las Políticas Tecnológicas

Hoy en día los cambios tecnológicos tienen gran importancia; el ritmo creciente de
este cambio, el enorme volumen de recursos públicos que consume ha hecho que
este ocupe hoy un lugar destacado en las agendas políticas de los gobiernos. La
Política Tecnológica de un estado es la gestión pública de la ciencia y la tecnología, en
donde se suman los que controlan este proceso apoyándose en las empresas,
seleccionando aquellos campos tecnológicos que generan externalidades para la
economía en su conjunto con el objeto de mejorar el bienestar social. Es importante
señalar que las políticas tecnológicas de un país se puede manifestar de varias
maneras como lo son: en el impulso de la absorción tecnológica de las empresas,
ayuda a desarrollar los sectores y mercados de más rápido crecimiento, fomenta la
creación y desarrollo de bases tecnológicas desarrollando las nuevas tecnologías y
fomenta la participación de las empresas en programas internacionales de
cooperación tecnológica.

En un país como Venezuela con respecto a las políticas tecnológicas; el Estado podría
emplear dos vías de actuación como por ejemplo: a) se podría tener un papel activo
optando por la inversión pública en tecnologías claves, costosas y con gran
importancia para el desarrollo del sistema productivo, asumiendo los riesgos
financieros, ya que las fuerzas del mercado no aseguran el desarrollo industrial
automático y rápido. b) se puede tener un papel menos activo dejando las iniciativas al
mercado y funcionando como agente financiero mediante créditos blandos o
subvenciones.

En nuestro país existen varios organismos que son responsables de manejar las
políticas tecnológicas uno de los más importantes es el Ministerio de Ciencia y
Tecnología (MTC), este organismo o ministerio es el que une a todos los demás
organismos dedicados a la investigación científica y tecnológica, con el objetivo de
estudiar y evaluar todas aquellas propuestas que se puedan presentar en el país en
relación al mismo. Además se encuentran otros organismos como lo son: el Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), Centro Nacional de
Tecnologías de Información (CNTI), Fundación Venezolana de Promoción del
Investigador (FVPI), Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (FONACIT),
entre otros.

Todos estos organismos tienen una finalidad importante y es el de hacer


investigaciones tecnológicas y científicas que satisfagan al país. Estos estudios son
por lo general beneficiosos para Venezuela, es decir, ayudan a tener buenas
relaciones con los demás países del globo teniendo así una comunicación
internacional cada vez más amplia, y esto se logra a través de ciertos proyectos que
se hacen con otros países y de esta manera se ayuda al desarrollo del país. Uno de
los proyectos que se tiene en la actualidad es la Alcaldía Digital, el cual consiste en
promover, impulsar el conocimiento tecnológico para lograr una buena gobernabilidad,
basándose en: Gerencia por proyectos, Planificación y Presupuesto Participativo, entre
otros. Es necesario resaltar que estos proyectos o todas las acciones que ejecutan
estos diferentes organismos se encuentran regidos por una ley, en la cual se estipulan
todas las políticas o lineamientos necesarios para dar cumplimiento a todo lo
relacionado con la ciencia y la tecnología; dicha ley se conoce como la Ley Orgánica
de Ciencia y Tecnología.

Por otro lado es indispensable acotar los tipos de políticas tecnológicas que existen
como lo son: Las Políticas Directas y las Políticas Indirectas. Las Directas a su vez se
dividen en: el Financiamiento, el cual consiste en aportar el dinero necesario que
necesita un país o empresa, este dinero proviene del gobierno o de un entidad privada
con el fin de lograr un bien común o para el país; es decir, no es otra cosa que
sufragar los gastos de una actividad. Y los Incentivos, que se refiere a todos aquellos
procedimientos diseñados con el objeto de buscar una motivación para el logro de
determinados propósitos que favorezcan a las políticas tecnológicas. En otras palabras
se puede decir que es un estimulo que se ofrece a una persona, grupo o sector de la
economía con el fin de elevar la producción y mejorar los rendimientos.
Y las Indirectas se clasifican en: Subsidios a la Importación, trata de la prestación
pública o un impuesto que tiene que pagar un país para poder introducir algo al
nuestro, es de carácter económico y beneficia a la política tecnológicas ya que es una
contribución para el mismo. Y los Incentivos a la Exportación, el cual se basa en los
diferentes estímulos o barreras arancelarias que existen para exportar un producto o
proyecto.

El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) con respecto a las políticas


tecnológicas presenta varios proyectos o planes que van a beneficiar al país, es decir,
que las políticas tecnológicas también se encuentran dentro de este ministerio. Uno de
los planes que tiene el mismo es promover la conservación y manejo integral de las
cuencas hidrográficas, además del agua, suelo y clima; todo esto esta muy
relacionada con el desarrollo sustentable, como sabemos la sustentabilidad para la
sociedad, es la existencia de condiciones políticas, ecológicas y económicas; las
cuales permitan el funcionamiento de forma armónica de los recursos naturales en un
tiempo y espacio determinado. Lo que desea este proyecto es elaborar una política
ambiental y un desarrollo sustentable para la nación. Cabe destacar, que Venezuela
ha tenido una importante participación en los proyectos de Lucha contra la
Desertificación por los efectos que ha producido la sequía en los últimos años, ya que
nuestro país entregó a la Convención de la ONU su plan de Acción Nacional, y esto
asegura el compromiso que tienen Venezuela como país participante de la
Convención de Desertificación de Naciones Unidas. Existen también muchos otros
proyectos como lo son: El sistema Eléctrico del Archipiélago de los Roques,
Infraestructura Social Conservacionista (Modelo de Desarrollo Endógeno), el Proyecto
de Asistencia y Cooperación Técnica Internacional, entre otros.
Con respecto a las políticas tecnológicas en el Ministerio de Producción y Comercio
(MPC), se puede decir, que este ministerio tiene la finalidad de lograr la reactivación
industrial, comercial y turística de nuestro país. Actualmente existen varios planes que
tiene el mismo y entre los más destacados están: El desarrollo de Micro Empresas; en
donde se le brinda la oportunidad a las micro industrias de promover su producto con
el propósito de generar bienes y servicios de calidad a precios competitivos y así
satisfacer las necesidades de la población, la visita que harán próximamente
Delegados Iraní a nuestro país con el objetivo de estudiar la factibilidad de fabricar
vehículos y auto partes en la ciudad de Guayana, entre otros.

La situación actual de las políticas tecnológicas


Las políticas tecnológicas en los países desarrollados
La dinámica mundial actual nos conduce a una economía abierta. La palabra clave es
competitividad, sólo los mejores, que ofrezcan los mejores productos al mejor precio
tendrán posibilidades de éxito. Esto asegura una economía sana y garantiza
protección natural a los consumidores, quienes a su vez tendrán accesos a productos
de calidad al mejor precio. Competir nacional e internacionalmente en forma exitosa
requiere creatividad.

Las tendencias más recientes en las economías avanzadas revelan que las
actividades de Investigación y Desarrollo constituyen una parte fundamental de las
estrategias de sociedades exitosas. De igual forma, el rol de los estados es cada vez
más acentuado en potenciar el desarrollo de las capacidades de Investigación y
Desarrollo aguas arriba en el proceso de generación de nuevas tecnologías y nuevos
conocimientos. En los países desarrollados, así como en aquellos de reciente
industrialización, la financiación del sistema de innovación tecnológica es una de las
pocas formas de apoyo gubernamental a la industria, no sólo universalmente
aceptadas, sino utilizadas como herramienta clave por los gobiernos en la
competencia por los mercados internacionales. A continuación se presenta un gráfico
donde se muestra los recursos dedicados a investigación y desarrollo civil en varios
países desarrollados, como porcentaje del PTB de cada uno de ellos.

En la gráfica anterior se observa como los países industrializados dedicaban a fines de


la década de los 80, entre el 2 y el 3% de su PTB al financiamiento del sector científico
y tecnológico civil. Corea del Sur, uno de los países más recientemente industrializado,
dedicaba en la década de los 70, menos del 0,5% de su PTB a la investigación, y
mediante incrementos constantes a lo largo de dos décadas llegó al 2% a principios de
los 90. El éxito japonés, en gran parte debido a su dedicación y persistencia, radica en
el reconocimiento del valor estratégico de la variable tecnológica; Japón está
dedicando actualmente el 3% de su PTB al apoyo de los proyectos de investigación y
desarrollo, con un crecimiento interanual del 10%.
Las actividades de investigación y desarrollo son universalmente consideradas centros
de inversión de largo plazo, no como centros de beneficios aislados en el corto plazo,
haciéndose rentables sólo en un contexto ampliado como parte de una empresa,
corporación, conglomerado o sector industrial. Es función ineludible del Estado la
promoción y el financiamiento del dominio y desarrollo tecnológico industrial. El
financiamiento estatal de organizaciones públicas de Investigación Tecnológica
Industrial en los países desarrollados es del orden del 60% de sus gastos de
funcionamiento. En este sentido podemos citar como ejemplos al Centro Técnico de
las Industrias Mecánicas (CETIM) de Francia, los Institutos de Investigación
Tecnológica Industrial de Automática Industrial (IAI) de España y el Fraunhofer
Gesellschaft de Alemania.

En un estudio de benchmarking (Rush, 1993), realizado en el año 93 por expertos del


Centre for Business Research de la Universidad de Brighton y de la Science Policy
Research Unit de la Universidad de Sussex, se analizan las fuentes de financiamiento
de ocho Institutos de Investigación Tecnológica Industrial, la mitad de ellos en cuatro
países europeos y el resto de cuatro países recientemente industrializados del sureste
asiático. El análisis muestra que el nivel promedio de financiamiento del Estado en el
caso de las organizaciones de países europeos alcanza el 49%,mientras que la cifra
correspondiente a las organizaciones de los países conocidos como los Tigres
Asiáticos (Corea, Taiwán, Singapur y Hong Kong), asciende al 69%. Se observa en
estos indicadores un mayor financiamiento del Estado en aquellos países que
requirieron un desarrollo más acelerado.

La inversión en programas tendientes a lograr una mayor competitividad a través del


desarrollo, implantación y consolidación de una cultura tecnológica en la sociedad es
una inversión a mediano y largo plazos, es un proceso de generación y maduración de
experiencias propias adecuadas a la realidad de un país, modeladas a las medidas de
sus necesidades de desarrollo. Esta responsabilidad es asumida, en los países
desarrollados, por el Estado. Así, en los Estados Unidos se mantienen programas con
financiamiento del gobierno federal como el “Small Business Initiative”, el “Advanced
Manufacturing Technology Program” del NIST, “CREA” y otros. Similarmente, en los
países europeos existen programas como el “Eureka”, “Sprit”, etc., algunos a nivel
comunitario y otros a nivel de cada uno de los países.

Los países asiáticos han desarrollado un estrategia de desarrollo industrial muy


agresiva. Esta se basó, al comienzo de su proceso de industrialización, en la
adquisición de los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en Estados
Unidos, el Reino Unido y otros países. Una vez adquiridos los derechos de las
patentes y el conocimiento, dedican grandes sumas de dinero a las actividades de
desarrollo de productos y procesos a nivel de planta piloto y la transfieren al sector
productivo para su escalamiento y puesta en producción a escala industrial.
Las tendencias latinoamericanas.
En Latinoamérica, en los últimos treinta años se impusieron modelos de desarrollo
sustentados en la sustitución de importaciones, con el objetivo de promover la
industrialización nacional. Los instrumentos de la políticas implantadas en este período
han sido los incentivos tributarios, la protección arancelaria, los créditos preferenciales,
la producción por parte del estado de bienes y servicios considerados estratégicos, la
participación del estado a través de corporaciones de desarrollo en múltiples proyectos
industriales de toda índole, la regulación de la inversión extranjera, entre otros.

En este marco de políticas, se crearon a todo lo largo y ancho de Latinoamérica


institutos de investigación tecnológica industrial, generalmente por parte del Estado,
pero también hay algunos con patrocinio del sector privado, con el fin de apoyar
tecnológicamente a las empresas estatales, mixtas y privadas. Un reciente estudio
(Machado, 1993) analiza la situación actual de ocho de estos institutos: CIMM
(Argentina), CODETEC (Brasil), ICAITI (Centro América), INTEC y Fundación Chile
(Chile), IIT (Colombia), ITINTEC (Perú) y CIEPE (Venezuela). El estudio califica la
situación actual de estos institutos así: dos han desparecido, tres se encuentran en
situación difícil, uno se haya en situación razonable, y dos presentan una situación
actual buena.

La crisis económica que ha afectado la región, así como la implantación del nuevo
modelo adoptado por la mayoría de los países de apertura comercial, desestatización
de la actividad industrial, la búsqueda de inversiones extranjeras, la desaparición de
los subsidios, etc., han tenido un impacto muy negativo en los institutos de
investigación industrial de la región. En todos los países involucrados en el estudio
mencionado, en los que los institutos analizados se muestran debilitados o
desaparecidos, se determina una ausencia de políticas de estado para definir, orientar
y apoyar, política y económicamente, las actividades de estos institutos en las nuevas
circunstancias económicas. Es necesario en toda la región instrumentar políticas y
diseñar acciones dirigidas a motorizar una hasta ahora inexistente o inactivo sistema
nacional de innovación, entendiendo por tal (Machado, 1993) la “... red institucional
que permite la conjunción de capacidades y actores distintos, tanto nacionales como
internacionales, públicos y privados, a través de relaciones fluidas y de mutuo
intercambio, cuyo propósito es la generación, importación, modificación y difusión de
tecnologías”. Esta red debe incluir los centros de investigación tecnológica industrial,
las empresas de ingeniería, las empresas fabricantes o proveedoras de bienes y/ o
servicios de capital e integradoras de sistemas, las industrias y sus cadenas de
consultoría gerencial, las industrias y sus cadenas de suministros, etc.. Es aparente
que dejados de la mano invisible del mercado, los sistemas nacionales de innovación
de nuestros países, junto con las pequeñas y medianas empresas, tienden a la
desaparición.
La situación en Venezuela.
En la Venezuela actual, y de siempre, la tecnología se ha entendido como un producto
de forma final (VHS, TV, WALKMAN, FAX etc.), sin embargo, no se han adoptado la
tecnología y las políticas tecnológicas como herramientas de desarrollo debido al
síndrome “no inventado aquí”. Es necesario convertir a Venezuela en una sociedad
innovadora mediante la aceptación de que la tecnología es una de las herramientas
fundamentales del desarrollo económico y social y de que es posible, y no sólo posible
sino necesario, imprescindible, el esfuerzo nacional para la adopción, adaptación,
creación y puesta en producción de tecnologías orientadas a mejorar las capacidades
competitivas del sector productos de bienes y servicios. En AVINTI estamos
convencidos que ésta es la mejor manera de mejorar la calidad de vida de los
venezolanos y mejorar nuestra competitividad internacional.

No resulta difícil visualizar la distribución de las funciones que se compartirán entre el


Estado y el sector privado hacia el futuro, en el marco de los nuevos paradigmas de
desarrollo. Para mediados y finales de esta década, el Estado se concentrará en sus
funciones fundamentales como son: Salud, Educación, Seguridad e Infraestructura
territorial. La producción de bienes y servicios será responsabilidad de los actores del
sector privado, limitándose el Estado en esta área a los aspectos normativos y de
fiscalización de la actividad privada.

Los entes generadores de tecnología, los institutos de investigación, tradicionalmente


han orientado su atención al CONICIT y a las universidades, descuidando al sector
consumidor de sus productos, la industria, y los entes promotores y financiadores de
las actividades de transferencia de tecnología (Ministerio de Fomento, FONCREI,
CORPOINDUSTRIA, etc.).

Si persiste la disminución del financiamiento del estado para las actividades de


investigación y desarrollo en ciencia y tecnología, es muy probable que las
universidades dedicadas a tales funciones desaparezcan. Es necesario revertir la
tendencia hacia la disminución del financiamiento público para estas actividades, de
manera que se logre el desarrollo y consolidación de las organizaciones de
investigación y desarrollo industrial, y simultáneamente desarrollar programas que
promuevan en el sector productor de bienes y servicios una cultura de valorización del
conocimiento como instrumento de desarrollo de los negocios.

Por otra parte, si enfocamos el problema hacia las actividades de comercialización de


la ciencia y la tecnología, se detecta que en Venezuela existe una brecha para
financiar la transferencia de tecnología. El estado dedica, a través del CONICIT y los
varios institutos de investigación y desarrollo (I & D) asociadas a las universidades,
recursos a las actividades iniciales del desarrollo de un producto o una tecnología de
producción; mientras que el estado y el sector industrial dedican escasos recursos
para el escalamiento y desarrollo final de la ciencia para transformarla en las
tecnologías productivas requeridas por la sociedad venezolana, y los pocos programas
existentes carecen de mecanismos claros y adecuados que garanticen su continuidad
y su éxito, (p. Ej. La desaparición del FINTEC). El problema se traduce entonces en
que no hay financiamiento para hacer productiva la tecnología de producto o de
proceso que se desarrolla en nuestros laboratorios y en nuestras empresas.

El punto más crítico en la comercialización de la tecnología es el del efecto


demostrativo para lograr convencer a los inversionistas que asuman el riesgo
involucrado en la fase de escalamiento y puesta en producción a nivel industrial,
después que se ha desarrollado un proyecto tecnológico que se considere de
viabilidad comercial. Muchas de nuestras tecnologías de producto y de proceso se han
perdido en esta brecha y sólo han sido reconocidas por inversionistas externos, los
cuales la desarrollan en el exterior con o sin la fuga de cerebros.
Algunas de las razones que aduce el sector productivo para justificar la existencia de
esta brecha son:
La investigación y el desarrollo no están orientados hacia las actividades
comerciales.
Los investigadores en las universidades y laboratorios del estado prefieren
actividades académicas sin conexión con el mundo de la producción.
Existen pocos recursos para financiar los estadios intermedios del desarrollo
tecnológico (capital de riesgo), con mecanismos claros y adecuados para
acceder a ellos.
Por otra parte, el sector de investigación y desarrollo aprecia que la cultura
empresarial prevaleciente en Venezuela no valora los proyectos de largo plazo. Si bien
estas observaciones pueden calificar como realidades, deben ser consideradas como
retos a superar y no como obstáculos infranqueables: no deben impedir el diseño de
políticas y la implantación de acciones para promover una situación que, en un
enfoque estratégico, se califique como alcanzable y deseable en un futuro más o
menos cercano. La utilidad de cualquier ciencia y tecnología para la sociedad
venezolana es proporcional al grado de interacción entre los generadores de
tecnología, los institutos de investigación industrial y los receptores de ellas, las
organizaciones para cerrar la brecha. Los institutos de I & D asociados a AVINTI y
otros laboratorios a nivel nacional tienen las capacidades y la experiencia para aplicar
y desarrollar los descubrimientos científicos nacionales para construir los prototipos de
productos e implantar los procesos innovadores. En un trabajo reciente (Esqueda, et,
al., 1990) se reseñan las características de los recursos humanos y la infraestructura
de los centros asociados a AVINTI. Según la fuente, para el año 1989 estos centros
contaban con cerca de 1400 profesionales dedicados a actividades de investigación,
desarrollo y servicios tecnológicos y activos por el orden de los tres mil millones de
bolívares. Asimismo, en sus desarrollos históricos, la mayoría data de la época de los
años setenta, han alcanzado logros que demuestran su capacidad de aportar al
dominio tecnológico y a la competitividad de sus clientes.
Algunos de los principales logros de los afiliados de AVINTI se menciona a
continuación, a título de demostración de las potencialidades existentes, aún en el
ambiente adverso –o al menos ayuno de políticas, en el que se han desarrollado estos
esfuerzos. Caso resaltante resulta el desarrollo de la ORIMULSION, por parte de
INTEVEP, como un ejemplo de los que han alcanzado mayor difusión. De menor
difusión pública, pero también de mucho impacto, específicamente en la agricultura de
la soya y la caraota, fue la introducción del NITROBAC, desarrollado en el IVIC y
transferido a una empresa agroindustrial. La tecnología de manejo, almacenamiento y
transporte de productos agrícolas tropicales, del CIEPE, ha sido otro aporte que
agregado valor a las exportaciones no tradicionales venezolanas. PROSERVFACICA,
la empresa de la Facultad de Ciencias de la UCV, ha desarrollado una serie de
procesos biotecnológicos, con aplicación en la agricultura, agroindustria, industria de
procesos y tecnologías de protección ambiental, muchos de ellos ya en producción.
La tecnología de reducción directa de óxidos de hierro AREX, desarrollada por SIDOR,
ya ha sido vendida al exterior en una demostración del potencial de competitividad en
el desarrollo de procesos que Venezuela podría explotar. La exitosa introducción de la
tecnología de relevamiento de información territorial utilizando sensores remotos
satelitarios, desarrollada por el CPDI del Instituto de Ingeniería, es otro ejemplo del
valor que pueden agregar los centros de investigación industrial la producción nacional
de bienes y servicios. El desarrollo de variedades agrícolas, como p. ej. la variedad PV
8 de maíz, e insumos agropecuarios, como el Venefostracal del FONAIAP, han tenido
un importante impacto en rubros estratégicos de la producción nacional. El IMME en
sus más de 30 años de historia ha prestado doscientas mil asesorías a la industria de
la construcción, contribuyendo al avance de la Ingeniería Estructural y
Sismorresistente en el país.

Propuesta de AVINTI al país.


El rol del Estado en el Desarrollo de la Capacitación Tecnológica Nacional.
El estado deben asumir el liderazgo en actividades tendientes a mantener e
incrementar el número de investigadores y tecnólogos activamente involucrados en
investigación tecnológica industrial, con énfasis en la construcción de un potencial
tecnológico con posibilidades de tener un impacto significativo en el incremento de la
competitividad del país, tanto en aportes tangibles a la industria como en desarrollo de
recursos humanos con dominio del “know how”. Esta última actividad es uno de los
mecanismos más efectivos para promover la competitividad.

Es necesario identificar líneas de trabajo de interés estratégico y fuentes de


financiamiento que permitan acometer proyectos y estudios especializados de largo
plazo, el desarrollo de las relaciones internacionales con organizaciones similares con
el objeto de servir como canal de transmisión de los nuevos conocimientos, la
ejecución de proyectos, servicios y asesorías con alto contenido tecnológico,
complementando el espectro de actividades de organizaciones del sector privado
(consultoras, empresas de servicios de ingeniería, empresas de integración de
sistemas, empresas de servicios técnicos, proveedores de bienes de capital). Es
necesario estimularla valoración de la tecnología como herramienta de desarrollo
industrial, económico y social.

Las instituciones de investigación y desarrollo tecnológico deben incluir entre sus


objetivos la comercialización de los resultados de sus programas y proyectos. Deben
diseñarse e implantarse programas nacionales e institucionales de negociación,
valorización y comercialización tecnológica. Es necesario asignar recursos, tanto a
nivel de programas nacionales como de programas al interior de los institutos de
investigación industrial, para sistematizar el estudio continuo del mercado, de los
clientes y de sus necesidades, a objeto de garantizar la relevancia y utilidad de líneas
de trabajo, proyectos, productos, procesos y tecnologías que se desarrollen en
nuestras organizaciones de investigación tecnológica.
Es necesario promover, diseñar y ejecutar programas de desarrollo y transferencia de
tecnología que permitan una mayor interacción entre la industria y los investigadores.
De esta manera se promoverá la inversión en ciencia y tecnología por parte de la
industria y hará que el sector de ciencia y tecnología trabaje, con mayor intensidad y
mejor tino, para adecuar sus líneas de trabajo a los requerimientos del mercado de la
producción de bienes y servicios. Ello significa que los productos de la ciencia y la
tecnología llegarán al mercado en forma más oportuna, generando nuevas fuentes de
trabajo productivo.

La Ciencia y la Tecnología deben convertirse en asuntos de Estado. El CONICIT, el


organismo estatal generador de políticas de C & T, debe asumir una actividad de
promoción y concertación, involucrándose activamente en el diseño e instrumentación
de las políticas industrial, agroindustrial, agrícola, fiscal, financiera, de comercio
exterior, etc., procurando que éstas tengan un significativo contenido de política
tecnológica, incentivando al sector productivo para acometer un proceso de desarrollo
de sus capacidades de gestión tecnológica y asumiendo la responsabilidad en nombre
del estado de instrumentar programas y acciones que tiendan al desarrollo de la
cultura tecnológica tanto en los organismos públicos como en el sector privado
productor de bienes y servicios.

La discusión planteada en el marco del proceso de “repensar el CONICIT”, que se


adelanta liderizado por las nuevas autoridades de este organismo, de separar la C y la
T, y el argumento de que la política tecnológica es parte de la política industrial, más
no de la política científica, no exime al CONICIT de sus responsabilidades de orientar
una parte importante de sus actividades a la motorización del sistema nacional de
innovación. Cuando se menciona un estudio del IESA que señala que menos del 1%
de las industrias manufactureras, requiere de los servicios de centros de I & D, es
necesario tomar este indicador como un reto a superar. Es necesario definir
programas que conduzcan a reducir la brecha señalada tanto en los aspectos
culturales como de financiamiento. La política neoliberal de dejar la investigación
tecnológica industrial de la mano invisible del mercado, no es seguida ni siquiera en
los países donde nació esta política económica. El Estado debe apoyar conjuntamente
la investigación básica (académica) y el desarrollo tecnológico (industrial), así
Venezuela podrá desarrollar y tener una industria innovadora y competitiva.

El estado debe convertirse en el líder y promotor de inversiones privadas en I & D


industrial y en el financiamiento de las actividades de los Institutos de Investigación
Tecnológica Industrial. La disminución de la participación del Estado en el
financiamiento de las actividades de los Institutos de Investigación Tecnológica
Industrial debe ser revertida. El esquema de ingresos de los Institutos de Investigación
Tecnológica Industrial debe tender hacia una distribución a partes iguales entre los
ingresos por prestación de servicios tecnológicos y la participación de los Institutos de
Investigación Tecnológica Industrial en programas gubernamentales de política
industrial, y de apoyo al desarrollo de las capacidades tecnológicas de la industria.

Es necesario utilizar el poder de compra del estado para incentivar, en condiciones de


igual calidad, oportunidad y precio, la producción nacional con tecnologías nacionales.
Asimismo, deben contemplarse en las reformas tributarias incentivos fiscales para las
inversiones en investigación y desarrollo. Las políticas de comercio internacional, así
como las de inversiones extranjeras, deben incluir aspectos referidos a la transferencia
de conocimientos tecnológicos, marcas y patentes.

Es impostergable acometer programas serios e innovadores que multipliquen la


población de científicos y tecnólogos, que garanticen las generaciones de relevo para
los investigadores activos hoy, así como la adecuada provisión de personal de la más
idónea calificación para actividades de investigación tanto académica como industrial
que a corto plazo debe acometer la sociedad venezolana, sectores público y privado,
sí, de verdad, asumimos el reto de la apertura y la competitividad.
Venezuela debe tener una política en todos estos aspectos. Así lo hicieron los países
asiáticos, tan comentados en todos los papeles. Basta con recordar algunas cifras
señaladas por C. Freeman:
Venezuela* Corea** Corea**
1990 1970 1987
Científicos e Ingenieros 60.000 65.700 361.900
Centros de I&D Corporativos 3 1 455
Nº de Investigadores en Centros de I&D 1.400 2.477 9.184
Nº de Investigadores en Universidades 2.500 1.918 17.415
Nº de investigadores en la industria privada < 300 925 26.104
Presupuesto de I&D Civil como % del PTB 0,3 0,3 1,9
(*) Datos de H. Méndez Li., 1994.

(**) Datos de C. Freeman, 1992.


La extraordinaria coincidencia entre Corea 1970 y Venezuela 1990 claramente indican
lo que podemos hacer como país para el año 2.010, sólo tenemos que proponérnoslo.
Si se define una nueva política tecnológica industrial, el estado tiene el potencial para
mejorar significativamente la competitividad internacional de nuestra sociedad,
mejorando la calidad de vida y generando más riqueza mejor distribuida. En AVINTI
creemos que los programas de investigación, desarrollo y transferencia de tecnología
bien estructurados utilizarán menos recursos que los grandes beneficios que
generarán a la sociedad venezolana.

El Rol de los Institutos de Investigación Tecnológica Industrial.


Bajo la nueva situación económica, los Institutos de Investigación Tecnológica
Industrial han venido expandiendo sus actividades e incrementando su inserción en el
aparato productivo. Este hecho tiene una nítida expresión en el incremento de los
ingresos propios y en el crecimiento gradual del número de proyectos, asesorías y
servicios técnicos prestados a la industria.

Los indicadores demuestran que en un ambiente económico favorable los Institutos de


Investigación Tecnológica Industrial han sido exitosos en vincularse efectivamente con
el sector productivo y que sus actividades son útiles para el desarrollo de las
capacidades tecnológicas de la industria nacional contribuyendo de manera efectiva a
su competitividad, frente al reto que representan los recientes cambios en las
relaciones económicas globales. La estabilidad y crecimiento de los Institutos de
Investigación Tecnológica deben formar parte central de las políticas de desarrollo
industrial y económico.

El valor de los servicios tecnológicos que los Institutos de Investigación Tecnológica


Industrial le prestan a la industria no se representa en su costo, sino que debe ser
visualizada en los beneficios generados por las industrias receptoras que explotan las
tecnologías recibidas, a través de la mejora de su posición con respecto a sus
competidores y a través del desarrollo de sus recursos humanos. Los roles que toca
desempeñar a los institutos de investigación tecnológica industrial son múltiples; se
pueden señalar como prioritarios los siguientes:
Participantes en concertación con el estado y los productores de bienes y
servicios, en el desarrollo de una Estrategia de Desarrollo Industrial, que sirva
como insumo para el desarrollo de sus capacidades de servicios tecnológicos y
de proyectos.
Ejecutores de recursos reales para acometer la demanda productos de esa
estrategia de desarrollo industrial concertada entre los sectores productivos y el
estado.
Proveedores de servicios tecnológicos al sector productor de bienes y servicios
para elevar su competitividad en el mercado internacional, apoyar el proceso
de reconversión de la industria, apoyar a las empresas en los procesos de
adaptación a los cambios tecnológicos y servir de soporte de desarrollo
industrial exportador mediante el desarrollo de procesos y productos, de
programas de informatización industrial, de servicios técnicos a la PYMI y de
consultoría industrial.
Reservorios de capacidades tecnológicas para potenciar la competitividad
apoyando a la industria para conocer la frontera y avanzar hacia ella, contribuir
al avance de la frontera tecnológica o estado del arte mediante la realización
de actividades de investigación científica, de entrenamiento y de monitoreo de
cambios tecnológicos nacionales y mundiales.

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