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El futuro de la economía española

Coordinador: Juan Velarde Fuertes

http://www.mediterraneoeconomico.es
Director
Jerónimo Molina Herrera

Consejo Asesor
Juan del Águila Molina
Joaquín Aurioles Martín
Horacio Capel Sáez
Francisco Ferraro García
José María García Álvarez-Coque
Jordi Nadal Oller
Antonio Pérez Lao
Manuel Pimentel Siles

Coordinador
Juan Velarde Fuertes

Consejo de Redacción
Rodolfo Caparrós Lorenzo
Roberto García Torrente
Abel La Calle Marcos
Bienvenido Marzo López
Antonio Parejo Barranco
Andrés Sánchez Picón
David Uclés Aguilera

El futuro de la economía española


© de la edición: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativa de Crédito
© del texto: los autores

Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativa de Crédito


Producido por: Fundación Cajamar
www.fundacioncajamar.es
Diseño y maquetación: Francisco J. Fernández
Imprime: Escobar Impresores, SL. El Ejido (Almería)
ISBN-13: 978-84-95531-48-3
ISSN: 1698-3726
Depósito legal: AL-728-2008
Fecha de publicación: Diciembre 2009

CAJAMAR no se responsabiliza de la información y opiniones contenidas en esta publicación, siendo responsabilidad exclusiva de sus autores.
© Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación, así como la edición de su contenido por medio de cualquier proceso
reprográfico o fónico, electrónico o mecánico, especialmente imprenta, fotocopia, microfilm, offset o mimeógrafo, sin la previa autorización escrita del editor.
Índice
PRESENTACIÓN ........................................................................................................................... 9
Jerónimo Molina Herrera

INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA .......................................... 13


Juan Velarde Fuertes

LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA .......................................................... 47


Jaime Lamo de Espinosa

EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA ............................................................................ 85


Guillermo Velarde Pinacho

EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL .................... 111
Juan Velarde Fuertes

UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA .............. 129


Ramón Mañana Vázquez

EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA


DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA ................................................................................................ 155
José Molero Zayas

LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO Y EN EL MODELO PRODUCTIVO 5


DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) .................................................................................... 171
José Ramón de Espínola Salazar

EL FUTURO DEL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL .............................................................................. 193


Antonio Torrero Mañas

LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO ...................................... 203


José Ramón Cuadrado Roura

EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD ..................................................... 227


Andrés Pedreño Muñoz y Ana Ramón Rodríguez

LA UNIÓN EUROPEA EN EL MEDITERRÁNEO ................................................................................. 257


José María Casado Raigón

EL FUTURO DE IBEROAMÉRICA ................................................................................................... 269


Rafael Pampillón Olmedo y José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo

EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL ............................................................................... 287


Jaime Requeijo González
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA .............................................................................. 307


Ramón Tamames Gómez

EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO ............................................................................................... 331


José Barea Tejeiro

EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA ...................................................................................... 345


Rafael Puyol Antolín

LA CUESTIÓN REGIONAL ............................................................................................................ 359


José María Serrano Sanz

PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL .............................................................. 373


Diego Romero-Ávila y Carlos Usabiaga Ibáñez

EL FUTURO DEL MARCO INSTITUCIONAL DEL MERCADO DE TRABAJO ................................................... 397


Iñigo Sagardoy de Simón

LA EMPRESA DEL FUTURO ......................................................................................................... 417


Álvaro Cuervo García

LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS .................. 435


Carlos Sebastián Gascón

6
Índice de autores

José Barea Tejeiro Universidad Autónoma de Madrid


José María Casado Raigón Universidad de Córdoba
José Ramón Cuadrado Roura Universidad de Alcalá
Álvaro Cuervo García Universidad Complutense de Madrid
José Ramón de Espínola Salazar Universidad Pontificia Comillas
José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo IE Business School
Jaime Lamo de Espinosa Universidad Politécnica de Madrid
Ramón Mañana Vázquez Universidad Politécnica de Madrid
José Molero Zayas Universidad Complutense de Madrid
Rafael Pampillón Olmedo IE Business School
Andrés Pedreño Muñoz Universidad de Alicante
Rafael Puyol Antolín Universidad Complutense de Madrid
Ana Ramón Rodríguez Universidad de Alicante
Jaime Requeijo González UNED e IEB
Diego Romero-Ávila Universidad Pablo de Olavide
Iñigo Sagardoy de Simón Universidad Francisco de Vitoria
7
Carlos Sebastián Gascón Universidad Complutense de Madrid
José María Serrano Sanz Universidad de Zaragoza
Ramón Tamames Gómez Universidad Autónoma de Madrid
Antonio Torrero Mañas Universidad de Alcalá
Carlos Usabiaga Ibáñez Universidad Pablo de Olavide
Juan Velarde Fuertes Universidad Complutense de Madrid
Guillermo Velarde Pinacho Universidad Politécnica de Madrid
PRESENTACIÓN
Jerónimo Molina Herrera
Director de Mediterráneo Económico

Tras una primera incursión en los terrenos del análisis sociológico (volumen XIV), y una
nueva llamada de atención sobre la relevancia de lo agroalimentario (volumen XV), la Colección
de Estudios MEDITERRÁNEO ECONÓMICO dedica su decimosexta entrega a la reflexión sobre el
futuro inmediato de la economía española. Es evidente que nos encontramos en un momento de
transición, de cambio y, por tanto, de incertidumbre sobre el porvenir. Ante esta situación, difícil-
mente podíamos permanecer ajenos y no participar, en la medida de nuestras posibilidades, en
el debate actual sobre el modelo productivo español, sus desequilibrios pasados y presentes y
sus perspectivas de desarrollo.

Cuando nos planteamos la elaboración de este monográfico (en el verano de 2008), ya era
evidente la gravedad y alcance de la actual crisis económica, lo que predisponía a dedicar el
trabajo a estudiar sus causas y a prevenir sus efectos. En esos días proliferaban jornadas,
cursos, seminarios, trabajos científicos, etcétera, dedicados a analizar el brusco cambio de
ciclo. También la presencia de los economistas en la esfera pública se multiplicaba
exponencialmente: desde los suplementos de los periódicos a la sección de novedades de las
librerías, pasando por los programas de televisión y las tertulias de radio. Esta sobreoferta de
análisis (y sobre todo de opinión) ha conducido inevitablemente a la confusión de los diagnós-
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

ticos y de las propuestas, que demasiado a menudo se han visto entremezcladas con quere-
9
llas ideológicas o partidistas. Sin embargo, no es la intención de MEDITERRÁNEO ECONÓMICO
contribuir sin más a que se desborden los ríos de tinta que surgieron con la crisis. Además,
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

desde sus inicios, allá por la primavera de 2002, esta Colección de Estudios se ha esforzado
por alejarse de lo inmediato, de la dictadura del ahora y de las modas del momento, y ha apos-
tado por plantear entre sus páginas una plataforma de reflexión serena y rigurosa sobre los
problemas de fondo de la sociedad. En este sentido, no cabe duda que, al margen de titulares y
discursos, la situación actual y la evolución futura de la economía española merecen un estudio
en profundidad, de la mano de firmas autorizadas. Por tanto, el tema escogido para esta nueva
edición de MEDITERRÁNEO ECONÓMICO no responde al oportunismo de sumarnos a una moda
mediática, sino al interés por contribuir a la discusión serena sobre cómo debemos construir el
futuro desde la situación presente.
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

Teniendo claro nuestro objetivo, difícilmente hubiéramos podido contar con mejor guía que
el Profesor Velarde, cuya trayectoria y experiencia lo hacen poco sospechoso de discursos
improvisados. Su magisterio ha sido reclamo más que suficiente para reunir en un solo volumen

* http://www.mediterraneoeconomico.es
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

a una veintena de los más reconocidos especialistas en la materia. En "El futuro de la economía
española" se han dado cita, respondiendo generosamente a la invitación del Profesor Velarde,
algunos de los mejores representantes de varias generaciones de economistas españoles, dan-
do lugar a una combinación a todas luces enriquecedora y sugerente.

En cuanto a su estructura interna, el volumen está organizado sectorialmente, un poco a


la manera de las estructuras económicas clásicas. Sin embargo, en él destacan, cuando me-
nos, tres elementos novedosos: el afán prospectivo de cada texto (en el sentido de plantear de lo
futurible con objeto de aplicar las medidas oportunas en el presente); la ampliación del horizonte
espacial tradicional, con referencias a las regiones económicas más relevantes para España
(América Latina, la Unión Europea y el Mediterráneo en general); y, finalmente, la insistencia en
la importancia de las instituciones, como elemento determinante de la productividad final de una
economía. Aunque en apariencia se trate de estudios independientes, todos comparten un hilo
conductor común: señalar los puntos débiles del sistema productivo español, entre los que so-
bresalen la dependencia energética, el sobredimensionamiento de la construcción, la dualidad
en el mercado de trabajo, la escasa productividad y las contradicciones del modelo institucional
(y en especial del sistema autonómico). Este tipo de análisis da lugar, en cada texto, a una
propuesta del camino a seguir. Como comprobará el lector, en ningún momento se trata de hacer
cábalas o de intentar, vanamente, vislumbrar el futuro. El volumen se limita a plantear la cuestión
en sus justos términos: cuáles son los problemas que nos aquejan y cuáles podrían ser sus
posibles soluciones.

No queremos dejar pasar la oportunidad de sugerirle al lector una breve reflexión sobre el
papel de la economía en la sociedad actual, donde una crisis multiforme (inmobiliaria, financiera
10 y de empleo), de alcance global y comparable para muchos a la Depresión de los años treinta, ha
fulminado la ilusión del fin de los ciclos económicos y de la bonanza ininterrumpida. La "nueva
economía", que prometía una nueva era de prosperidad fundamentada en la autorregulación de
los mercados, en las nuevas tecnologías de la información y en las innovaciones financieras, se
ha quedado obsoleta en apenas unas semanas. Cuando cayó el castillo de naipes, muchas
miradas reprocharon a la ciencia económica su incapacidad para predecir el desastre y su con-
nivencia con las políticas y los comportamientos que lo provocaron. Habría mucho que discutir al
respecto, ya que la historia nos ha demostrado la extrema fragilidad de la memoria en asuntos
relacionados con crisis, sobre todo con las de carácter financiero. Desgraciadamente, la euforia
financiera es un tema recurrente y seguro que, antes o después, volverán a repetirse episodios
de esta naturaleza. No obstante, la Economía no deja de ser una construcción humana y, por
tanto, falible. La calidad de sus juicios depende tanto de la capacidad como de la honestidad de
sus autores. Por eso, nada mejor que recurrir a los maestros para reivindicar la profesión de
economista, en tanto que responsables de detectar y poner de manifiesto los caminos erróneos
por los que se corre el riesgo de transitar cualquier sistema productivo. A partir de sus lecciones
debe confeccionarse colectivamente la hoja de ruta que termine por sacarnos de la travesía por el
desierto que ahora se nos impone.
PRESENTACIÓN / JERÓNIMO MOLINA HERRERA

Deseamos cerrar estas líneas de presentación haciendo público el agradecimiento de la


Fundación Cajamar al Profesor Velarde, que ha tenido a bien dedicar su tiempo y sus esfuerzos
a la no siempre grata tarea de poner de acuerdo a autores y editores en plazos y requisitos
formales. Tan sólo su prestigio profesional y su exquisito trato han hecho posible convocar al
plantel de expertos que firman los artículos que se recogen en este volumen. Quede como
muestra de su generosidad y de su capacidad de trabajo el que, a última hora, no dudó en
sustituir a uno de los autores invitados en un estudio sectorial particularmente complejo, que
remató con toda solvencia. Por todo ello, y gracias a su labor de coordinación, estamos conven-
cidos de que el volumen XVI de MEDITERRÁNEO ECONÓMICO no defraudará las expectativas del
especialista ni del lector interesado.

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INTRODUCCIÓN:
SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Juan Velarde Fuertes
Universidad Complutense de Madrid

En este volumen impulsado por la Fundación Cajamar, todo un grupo de muy importantes
expertos emprende la tarea de vislumbrar el futuro a partir de un momento clave de nuestra
economía. Porque ésta ha tenido instantes en los que nos encontrábamos parecía que al borde
de un porvenir deslumbrante, y otros en los que la decadencia económica parecía formar cuerpo
con el conjunto de la esencia española.

Cuando atisbamos el pasado, nos encontramos, a partir del momento en que, tras casi
ocho siglos de lucha, España se consolida, unida como nación, con nuestra patria enseñorea la
que podría ser denominada primera revolución capitalista globalizada. Porque el capitalismo
había nacido en toda una serie de comarcas europeas a partir de la Baja Edad Media, pero
cuando estalla se hizo en parte notable a partir de España. Lo vislumbraron a la perfección en
1848 Marx y Engels en los párrafos iniciales del Manifiesto Comunista, al señalar que fueron los
descubrimientos portugueses y españoles de finales del siglo XV, los que, al permitir la globalización
de la economía mundial, impulsaron de modo impresionante el desarrollo material del orbe.

Precisamente en aquel momento, primero con asociación fraterna, olvidados ya de los


viejos intentos liquidados en Aljubarrota, y después con la herencia en Felipe II del rey don
Sebastián, España controlaba los tres puntos básicos de esta nueva realidad. Por un lado Sevi-
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

lla, y su enlace con América y con los espléndidos mercados italianos; por otro Lisboa, que era 13
el centro que se vinculaba con Asia y, en la parte que correspondía, con África, y Amberes, que
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

enlazaba todo esto con los ricos mercados europeos del Norte y centro de Europa los cuales, en
parte, debían su opulencia a la Hansa.

Las consecuencias macroeconómicas, como se observa en los datos de Angus Maddison,


fueron evidentes a lo largo del siglo XVI. La población española pasó de 6.800.000 habitantes a
8.240.000, con un incremento del 21%; el PIB aumentó en un 56’4%. Austria lo había incrementado
en un 48’0%; Francia en un 42’6%; Alemania en un 53’3%; Italia en un 24’8%. Por supuesto,
Flandes crecía un 86’5%, pero sus enlaces íntimos con España eran entonces evidentes, y Gran
Bretaña lo hacía en 113’4%. España no era el líder supremo, pero sí un país muy importante en
lo económico. Mas al llegar el siglo XVII, a pesar de las reformas que señalan como urgentes los
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

novatores y algunos arbitristas bien informados, todo cambia radicalmente. La población, a lo


largo de esta centuria aumenta sólo un 6’4%, alcanzando los 8.770.000 habitantes. El PIB se
incrementa únicamente otro 6’4%. En cambio, Austria lo hace en un 18’6%; Francia en un
25’6%; Alemania en un 7’9%; Flandes en un 74’4% y Gran Bretaña un 78’3%. La única excep-
ción es Italia, que crece únicamente un escuálido 1’5% mostrando las consecuencias de haber
sido apartada de la vida económica por el Atlántico.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Se iniciaba ahí una larguísima decadencia de nuestra economía. Tampoco la hizo reaccio-
nar la Revolución Industrial que se inicia a finales del siglo XVIII. Desde 1820 a 1959, el PIB por
habitante español se incrementó, en total, en pleno desarrollo de la Revolución Industrial, un
202’6%. Para continuar las mismas comparaciones que se acaban de efectuar, Austria aumentó
esa macromagnitud en un 396’8%; Francia, en un 527’0%; Alemania en un 566’4%; Italia en un
406’1%; Flandes, dividido, ostentaba un incremento del 401’0% en Bélgica y del 320’9% en
Holanda; Gran Bretaña, la reina de la Revolución Industrial en la primera parte del periodo, pero
con una decadencia a lo largo del siglo XX, lo hizo en un 383’0%. La divergencia española
respecto a los países más prósperos era evidente. Incluso, en 1959, estábamos con claridad por
debajo del nivel de desarrollo por habitante, en el grupo de los países hermanos independizados
en Hispanoamérica, de Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela y Puerto Rico y teníamos, práctica-
mente, la misma magnitud que México.

Pero he aquí que, a partir de 1959, todo ha cambiado. Comparemos con España el pano-
rama de las economías más importantes de la Unión Europea, y ampliémoslo con Estados
Unidos y Japón, precisamente en 2007, cuando nuestro país había escalado el máximo, por
ahora, en su PIB por habitante. La Tabla siguiente muestra una evidente convergencia de ese PIB
en 2007, de acuerdo con la estimación del Banco de España (2009), realidad que contrasta
vivamente con el panorama de 1959.

La única excepción era el retroceso ante


Tabla 1. Irlanda. En el año 2007, además, ese PIB por ha-
Comparación con el PIB p.c. en p.p.c. de España=100
bitante español, era el 94’4% del conjunto de la
Países 1959 2007
UE-15, el 105’4% del de la UE-27, y el 96’0% del
14 de la Eurozona. Daba la impresión de que la con-
Estados Unidos 368’2 144’2
Japón 116’5 106’4
vergencia se había logrado y que tornábamos a
Alemania 253’3 108’9 situaciones del siglo XVI. Pero, ¿y el futuro? ¿Hay
Austria 198’4 117’5 posibilidades de que se parezca en su evolución a
Bélgica 216’7 112’0 lo acontecido en el siglo XVII español?
Dinamarca 283’2 113’9
Finlandia 188’7 109’9
De ahí la importancia de estas aportacio-
Francia 233’3 103’5
nes que me permito glosar para facilitar, en lo po-
Grecia 99’7 90’0
Holanda 253’7 124’2
sible, un análisis conjunto de los problemas que
Irlanda 132’4 142’6 nos acechan. Se comienza, siguiendo el orden que
Italia 185’3 96’7 popularizó para siempre Colin Clark, con el traba-
Portugal 91’6 72’2 jo del Catedrático de Economía Agraria de la Uni-
Reino Unido 270’2 128’9 versidad Politécnica de Madrid, Jaime Lamo de
Suecia 271’7 116’0
Espinosa, «La crisis económica global y la crisis
Polonia 101’5 50’9
agraria española». En él, en primer lugar conoce-
Hungría 114’2 59’4
mos de modo rotundo la causa de la subida de los
precios de los productos agrícolas en los merca-
dos mundiales. No se debe, no, a la aparición de
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

los biocombustibles, sino al «crecimiento de la población en los llamados BRIC (Brasil, Rusia,
China e India), unido a unas fuertes tasas de crecimiento del PIB en cada uno de tales países»,
aunque esto puede, de momento, residenciarse en China y la India. Comparando sus datos del
último trimestre conocido del PIB respecto al mismo un año antes, China crecía, en el segundo
trimestre de 2009, un 7’9%, e India, en el primer trimestre de 2009, un 5’8%, porcentajes altísi-
mos. Pero Rusia, también en el primer trimestre de 2009, sufría un derrumbamiento en su PIB del
9’5% y Brasil uno del 1’8%. Claro que, efectivamente, el incremento que se había experimentado
antes de la crisis, y en China e India la permanencia del auge, se suma a que en los países del
BRIC existe un «imparable y acelerado proceso de urbanización de su población que gasta más
en alimentos, los pide en formatos propios de los mercados [...], y además adapta su modelo
alimentario al modelo occidental». Pero con esa presión, «no disponemos de alimentos suficien-
tes para las demandas actuales», por lo que «sólo una nueva combinación, un nuevo mix de
tecnologías, regadíos, enseñanzas y mejora en el uso de los factores puede resolver esta ecua-
ción malthusiana».

Todo esto, ¿cómo repercute en España? Tras un ejemplar trabajo estadístico, ha sido
posible conocer los comportamientos de los cereales, que se derrumban entre 1999 y 2006, y
que después de la recuperación debida a la subida de precios mundial, que como se aclara en el
Gráfico 1 de este trabajo, parece que en 2009 volverán a descender; de observar cómo los
cultivos de plantas industriales «se desmoronan» desde 1994, y lo «mismo ocurre con las
plantas forrajeras, que se reducen en un 50%»; de lo que acontece con las hortalizas y las
frutas, con un comportamiento «verdaderamente positivo»; de lo sucedido con la patata, cuya
caída nos ha convertido de exportadores en importadores; del panorama de los viñedos, con
una línea bajista muy clara de 2001 a 2008, observándose en 2009 «arranques de viñedos
contra la costumbre de replantaciones de años anteriores»; de la información que se posee del 15
olivar, con una línea alcista hasta 2004, a partir del que se inicia «un cierto declive muy acentua-
do en los años 2007-2009»; de la marcha, finalmente, de la ganadería, cuya producción muestra
una caída suave pero constante, y que al examinar sus subsectores muestra con claridad lo que
yo he denominado el «efecto Barón», por haberlo explicado éste, como ampliación del «efecto
Flores de Lemus» en su libro El fin del campesinado: las actividades con mayores dificultades,
no sólo en la función de demanda, como estudió Flores de Lemus, sino en la de producción,
dejan paso a las que tienen ventajas actualmente en ésta, porque sustituyen mano de obra por
equipo capital. La síntesis brillante de esto la expone así Jaime Lamo de Espinosa con su gran
autoridad: «Si con la considerable lluvia de subvenciones de la Unión Europea –somos el segun-
do país perceptor– [...], si con la fuerte reducción de Unidades de Trabajo Anual, nuestra Renta
Agraria por Unidad de Trabajo Año en euros constantes viene cayendo desde el año 2003 hasta la
fecha y su cuantía actual es prácticamente igual a la de los años 1994-95 cuando todavía las
subvenciones eran reducidas, es que la producción agraria no está creciendo al ritmo deseado; [es
que] nuestra oferta agraria no aumenta con las tasas adecuadas» (el subrayado es mío). Y esto
parece irremediable por el abandono demográfico continuo de las tareas agrarias, debido a la
evolución de los consumos intermedios, que crean una situación alcista de los costes agrarios,
lo que abarca de los piensos a los fertilizantes o a la energía y el agua de riego, y porque, por el
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

lado de la demanda, la presión se manifiesta, a causa de la crisis, en la búsqueda de alternativas


que acaban por deprimir los precios por la acción de las «grandes superficies» y su derivado, las
«marcas blancas» o «del distribuidor», a causa de fenómenos de dominio de los mercados por
los distribuidores fuertes sobre las industrias agroalimentarias y los productores directos.
Añadamos las «normas fitosanitarias en el seno de la Unión Europea cada vez más exigentes y
excluyentes».

La salida de la agricultura española ante esos factores depresivos se plantea en el terreno,


en primer lugar, de la solución de la cuestión del agua, asunto complicado porque el principio de
«unidad de cuenca», del conde de Guadalhorce, Lorenzo Pardo, se está quebrando como conse-
cuencia de políticas autonómicas excluyentes de todo lo que existe más allá de sus fronteras,
una especie de «nueva Edad Media» en éste –y por supuesto en otros aspectos. También en el
de la biotecnología, al mejorar genéticamente muchos productos agrarios, sin olvidar las barreras
que se crean derivadas de toda una serie de políticas que pretenden proteger la naturaleza y el
medio ambiente, con lo que se provoca «un creciente intervencionismo administrativo sobre la
propiedad agraria, sus usos y condiciones productivas que sigue a una larga tradición
intervencionista en el ámbito de los montes y de la producción forestal y cinegética, que viene de
muy atrás». Escalofrían las consecuencias derivadas de la Red Natura que, en el fondo, obliga a
«que la ‘perturbación’ animal prevalezca sobre la ‘‘humana’’», lo que «no deja de ser una anoma-
lía más [que se suma] a lo que últimamente pretenden algunos acostumbrarnos».

Desde luego la cuestión del cambio climático no puede dejar de plantearse ante el futuro
de nuestra producción rural. Pero, he aquí que «la agricultura es responsable de un 20% de [las]
emisiones de gases [de efecto invernadero] –según la FAO, o de un 9% según la Agencia Euro-
16 pea de Medio Ambiente. Y ello deriva del óxido nitroso [caso de fertilizantes minerales] y laboreo
del suelo y del ganado [digestión-emisiones de metano]». Pero si una vaca produce tantos gases
de efecto invernadero como un automóvil de tamaño medio, no se deduce que debamos liquidar
la ganadería, sino otras fuentes contaminantes. De ahí que lógicamente, Jaime Lamo de Espino-
sa defienda la apuesta en favor de la energía nuclear. Además es preciso tener en cuenta que «la
vegetación tiene un efecto sumidero de CO2», que considera Jaime Lamo de Espinosa que debe
ser compensado, esto aparte de la necesidad de «fomentar la utilización de biomasa para gene-
rar energía» y la de luchar «contra los incendios forestales» y de proteger la actividad cinegética.

Por supuesto, la alteración de la Política Agrícola Común (PAC), que se anuncia a partir de
2013, va a alterar nuestra agricultura, y sobre la que «cabe afirmar que la nueva PAC no debería
ser semejante a la actual ni en sus fines ni en sus medios». Y ofrece en este artículo seis puntos
clave que el negociador español debería defender por encima de todo. Claro que España debe
resolver la cuestión derivada del funcionamiento de las Comunidades Autónomas en este senti-
do. Porque éstas «no pueden romper la unidad de mercado [...], aunque desgraciadamente [...]
está ya rota con 17 leyes de caza, 12 leyes de cooperativas agrarias, estatutos que han roto la
‘‘unidad de cuenca’’, etiquetado obligado en lenguas ‘‘nacionalistas’’ que encarecen las cadenas
productivas y hacen a las marcas menos competitivas [...], y un larguísimo etcétera».
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

He ahí configurado, pues, un futuro lleno de problemas, pero también, que de este artículo
emanan, con toda claridad, por dónde debe conducirse una política sensata para el campo.

En este primer capítulo se ha planteado ya la cuestión energética. De ahí la importancia


de la aportación de Guillermo Velarde, catedrático emérito de Física Nuclear de la Universidad
Politécnica de Madrid, que se inicia nada menos que así: «La realidad es que España está
inmersa en un grave problema energético de difícil solución», y ello por el «acuerdo entre la Unión
Europea y España en el reparto de gases de efecto invernadero debido al Protocolo de Kioto y a
la moratoria nuclear». Lo que, en relación a Kioto aceptó el Gobierno español –dice acertada-
mente este artículo que sólo «la desinformación y la ignorancia» laten en lo sucedido– «aparen-
temente beneficioso, es subrepticiamente lesivo para los intereses de España, ya que si España
intentase alcanzar el nivel de desarrollo de las naciones más desarrolladas de la Unión Europea,
tendría que instalar nuevas centrales de gas, con la consiguiente emisión de CO2 y la compra
correspondiente de los derechos de emisión». Piénsese que, por lo que firmamos en Kioto,
podríamos «aumentar la emisión de gases de efecto invernadero en una media del 15% respecto
a las emisiones de 1990», pero «desde 1990, antes de la actual crisis energética emitíamos un
50% más que en 1990, habiéndose reducido actualmente a cerca de un 40%».

Pero se ha hablado de la moratoria nuclear como base de nuestro muy serio problema
energético. Esta se plantea cuando, «en 1984, el Gobierno aprobó el Plan Energético Nacional,
técnicamente inaceptable, que establecía la paralización de las seis Centrales Nucleares en
diferente estado de construcción y negaba la autorización para la construcción de las 27 centra-
les restantes». Las consecuencias fueron «uno de los mayores desastres económicos desde la
transición política hasta 2004, ya que hubo que compensar a las empresas eléctricas implicadas
en estas centrales nucleares con 600 mil millones de pesetas 1984 [...]. Ello supuso aumentar la 17
emisión de gases de efecto invernadero en 48, ó 24 millones de toneladas de CO2 al año, según
que las nuevas centrales sustitutorias de las nucleares fuesen de carbón o de gas».

No se debe olvidar «la dispersión física de más de 1.000 físicos e ingenieros nucleares
originada por la moratoria nuclear, lo que motivó que el reactor de fusión ITER, en vez de en
Vandellós se instalase en Francia, en Cadarache, aunque España participa en la construcción
del reactor experimental que se espera entre en operación dentro de 13 años. Aparte de otros
frenos, existe el del coste del Kwh, que en una central eólica –que es la que se empuja por la
actual política económica es el doble de la nuclear– y casi vez y media del de una de combus-
tibles fósiles.

El futuro, en este sentido, de la energía nuclear tiene un primer componente: en el año


2004, el 44% de la población española era partidaria de cerrar todas las centrales nucleares; el
51% de agotar su vida útil y no construir otras nuevas, y el 3% de construir nuevas centrales
cuando se agote la vida útil de las actuales; no tienen nada que ver estos porcentajes con los
favorabilísimos en favor de la energía nuclear en Estados Unidos, o la declaración de un ministro
francés en 2008, orgulloso por la importancia que ha pasado a tener en Francia.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Quizás, ante el futuro, lo más importante de este artículo sea el análisis pormenorizado de
lo que realmente sucede en relación con la contaminación radioactiva en el entorno de una
central nuclear, demostrándose que no existe tal impacto cancerígeno; sobre el manejo de los
residuos radioactivos; sobre todos y cada uno de los accidentes producidos en centrales nuclea-
res; cuyo impacto mínimo, se destaca, aparte de lo sucedido en Chernobil, destacándose que
«los 200.000 muertos que algunos medios de comunicación social han ido repitiendo durante
todos estos años, han quedado reducidos a [...] 56 más el 1% de 3.940 afectados de cáncer de
tiroides provocado por el yodo 131»; o sea, muy cerca de 100.

Añádase que con la base de las centrales de fisión es posible construir la energía de
fusión nuclear. No se deben olvidar tampoco las posibilidades de las Centrales Solares Térmicas
de Alta Temperatura. España ha puesto en marcha «la torre solar de Sanlúcar La Mayor PS-10
[que] emplea espejos planos orientables calentando agua a 500-1.000 ºC». Es de 11 Mw eléctri-
cos, produciendo 24 millones de Kwh al año, con un coste de la energía eléctrica producida de
190 céntimos de euro el Kwh, cuando la nuclear es de 2’99 céntimos, y la derivada del carbón se
sitúa entre 4’33 y 3’62 céntimos de euro, la de gas natural se coloca entre 3’92 y 3’57 céntimos
de euro, y la eólica, en 6 céntimos. Por todo eso, la propuesta de Guillermo Velarde es que «la
producción masiva de energía eléctrica que pueda alimentar a grandes núcleos industriales y
de población, y que a su vez tenga en cuenta la contaminación ambiental, las reservas de
combustible y su disponibilidad y la seguridad de la central, sólo puede hacerse actualmente
con la energía de fisión nuclear y con la energía eólica». Pero como ésta es claramente más
cara, no existe otra opción de la fisión nuclear, «sobre todo con los nuevos tipos de reactores
nucleares G III+ y G IV. La investigación debe dirigirse hacia: 1) «Nuevos materiales y tecnologías
que abaraten la energía eólica»; 2) «Análisis del complejo problema del almacenamiento, transporte
18 y captura del CO2 en España»; 3) «Fusión nuclear por confinamiento gravitacional»; 4) «Energía
solar térmica de alta temperatura y de nuevas células fotovoltaicas (nanocélulas o de puntos
cuánticos)»; 5) «Fusión nuclear por confinamiento inercial y magnético». Y debe meditarse cómo
concluye su aportación Guillermo Velarde: «Si se hubiesen ido construyendo las centrales de
fisión nuclear que fueron proyectadas a mediados de la década de los años setenta [...], ahora
tendríamos un mix eléctrico análogo al francés, y la mayoría de los problemas energéticos que
padecemos actualmente estarían resueltos».

Había solicitado del catedrático de la Universidad CEU San Pablo José María García
Alonso, y consideré que había recibido su contestación favorable, que apostillase por qué el
planteamiento de Guillermo Velarde era el adecuado y oportuno en el conjunto del planteamiento
energético. Algo ha sucedido en la marcha de esta correspondencia que motivó que el profesor
García Alonso me comunicase la imposibilidad de concluir el trabajo en el último plazo que se le
concedía. Era comprensible, y para que no existiese ese hueco he preparado personalmente un
artículo que titulo «El pasado energético español como explicación del único futuro posible para
él». Para eso, después de un estudio de historia económica referida a la evolución de la economía
energética española a partir de la Revolución Industrial, se concluye que la economía española
apostó mal en energía en el siglo XIX, cuando, por la política proteccionista que pronto se trocaría
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

en nacionalismo económico, optó, fundamentalmente por el carbón asturiano. El petróleo fue la


segunda opción, ligada al desarrollo económico muy fuerte que existió a partir de 1949. La
subida del precio de los hidrocarburos a finales de 1973, originó una muy seria depresión en
nuestra economía. Los ministros Santos Blanco y Álvarez Miranda, y poco después, el presiden-
te Leopoldo Calvo Sotelo, consideraron que era necesario aceptar a fondo la energía nuclear, una
fuente primaria nacional, barata y sin riesgos apreciables. En 1982 se decidió el famoso parón
nuclear. A pesar de la enorme carga de coste generado, ese tremendo error permanece presi-
diendo nuestra política energética, hasta ahora mismo. La solución gracias a las energías reno-
vables es muy cara. Dígase otro tanto de lo que ya se adivina en los mercados del gas natural.
Para agravarlo todo, una serie de vacilaciones ha roto la posibilidad de la existencia peninsular de
conexiones eléctricas de alta tensión –véase lo que sucede con la Sama-Velilla– y todo ello, con
el barril de petróleo situado ya en torno a los 70 dólares barril de crudo.

Hemos, pues, optado por una energía cara y parecía esperarse que sus consecuencias
deberían ser como las de una barata. Pero esta apuesta frena con claridad las exportaciones y
azuza la inflación. Si la abaratamos con intervencionismos en la tarificación, observamos que
eso impide ampliar la oferta y las inversiones, o sea, tras los estudios de Juan Avilés, es evidente
que ahora mismo se complica en exceso la amortización, al par que, como mostraron Castañeda
y Redonet, ahí se halla la fuente de restricciones eléctricas. Como conclusión se estima que, o
se trepa por la cuerda que ofrece la energía nuclear, o nunca saldremos de este oscuro callejón
en el que se ve castigada la economía española.

Ese espléndido ingeniero de Minas que es Ramón Mañana Vázquez, nos ofrece, a
continuación un imprescindible trabajo titulado «Un ensayo de perspectiva: la industria minera en
el futuro de la economía española», que se inicia con esta especie de confesión de la larga y 19
pronunciada crisis que vive este sector que hace un siglo había pasado a ser el nervio del desa-
rrollo económico español: «La minería representa en 2007 menos del 1% del PIB español, y su
contribución tanto absoluta como relativa descenderá aun más en el futuro hasta cerca del 0’7%».
Ahora, su papel fundamental, choques coyunturales aparte, es el de extraer materias primas
para la construcción.

El examen que presenta es exhaustivo. Vemos desfilar ante nosotros el subsector, «hasta
ahora tan pujante», de los áridos; el de la piedra natural, en el que «España es el segundo país
del mundo en producción de bloques, sólo superada por China»; el de los mármoles, «la piedra
natural más importante de nuestro país «cuyo valor cuadriplicó el del carbón en 2007»; el de los
granitos, una producción liderada por Galicia; el de las pizarras, en el que «la producción espa-
ñola supone el 85% de la producción mundial para cubiertas», concentrada esencialmente en la
región orensana de El Barco de Valdeorras; el de las arcillas rojas para la cerámica estructural,
muy ligado a la evolución de la industria de la construcción; el de las arcillas blancas y otros
productos para azulejos, baldosas y sanitarios, subsector concentrado en Castellón; el de las
materias primas para la fabricación del vidrio; el de las materias primas para la fabricación del
cemento; el de los minerales y rocas industriales no utilizadas en construcción, siendo las «más
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

significativas por su volumen de producción, la calidad y cantidad de sus reservas y su capacidad


exportadora», las arcillas especiales, el sulfato sódico, la sal común y las sales potásicas que
«exportan entre el 50 y el 80% de su producción según los casos»; el de los carbones, los
cuales van prácticamente a las Centrales Térmicas de bocamina, y se encuentran tan protegidos
que Mañana señala que el Plan Nacional del Carbón del 2006, «tiene [...] todas las característi-
cas de los famosos planes quinquenales de las extinguidas economías centralizadas», conside-
rando, con lógica, que «hace veinticinco años que la minería del carbón española debería haber
acometido resueltamente su reconversión en lugar de empecinarse en su defensa numantina»; el
de los minerales de uranio, «cuyas explotaciones llevan unos años cerradas en España», pero
«existen tres iniciativas para la exploración»; el de las minas metálicas –cobre-zinc, níquel-
cobre, cobre y wolframio–, y el de las aguas medicinales y otras cuestiones de menos monto.

Como conclusión final nos señala que «la economía española no puede contar con el
sector minero, ni a corto plazo para salir de la crisis, ni a más largo plazo para garantizar un
crecimiento de la renta y del empleo. Salvo «tres o cuatro minerías: [...] el resto deberá transferir
recursos de capital y humanos hacia actividades que produzcan bienes o servicios que tengan
demanda».

El planteamiento general sobre el sector secundario nos lo ofrece José Molero, catedrá-
tico de la Universidad Complutense de Madrid, con el título de «El futuro de la industria española:
un análisis desde la perspectiva de la innovación tecnológica», y es un título adecuado porque,
como sostiene el profesor Molero: «la situación de la innovación y el cambio tecnológico en la
industria española [...] es a todas luces la variable más importante de cara a la evolución de la
productividad y competitividad de las empresas industriales y del sector en su conjunto».
20
Aborda el trabajo, en primer lugar, con una referencia al proceso de industrialización espa-
ñol iniciado en la década de los años cincuenta del siglo XX y que se vino abajo a mediados de la
década de los setenta, como consecuencia de una serie de acontecimientos conjuntos iniciados
con una fuerte subida en los precios del petróleo. Tras un conjunto de importantes cambios
estructurales, culminados con nuestra incorporación a la Comunidad Europea, producida plena-
mente desde el 1 de marzo de 1986, se genera un cambio en los sectores industriales más
anémicos: unos pasan «a tener un menor peso en el crecimiento (muchos concentrados en las
industrias metal-mecánicas)», mientras surgían con un nuevo protagonismo «algunos sectores
como el de Alimentación, Bebidas y Tabaco». Añádase en ambas etapas una fuerte entrada de
capitales extranjeros y, también, una clara expansión de las inversiones españolas en el exterior.
Pero «este modelo fue perdiendo dinamismo» en los primeros años del siglo XXI «por hechos
como el estancamiento del crecimiento de la productividad y de la competitividad internacional,
la menor entrada de inversiones extranjeras y el creciente flujo de desinversiones, las dificultades
para incrementar el peso de los sectores intensivos en tecnología en el total de la actividad
industrial y en escasa mejora de la actividad innovadora de las empresas». Todo esto hace que
la industria, en 2007, signifique sólo el 13’4% del PIB, y si se incluye la energía, el 15’7%. Con la
construcción, llega al 26’7%. La evolución de estos porcentajes de 2001 a 2008 con el dato de
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

referencia de 1995, se muestra en la Tabla 2. Así se evidencia de qué modo las ramas industria-
les han pasado a tener un papel claramente descendente en nuestra economía, pero, advierte
Molero, ante una simplista conclusión de que la industria va camino de su desaparición, que no
lo prueba el que su productividad «siga ocupando los valores más altos en el conjunto del siste-
ma productivo», a más que «la participación en la gestación de innovaciones tecnológicas y la
capacidad de absorción de innovaciones producidas por otros es aún mucho más importante en
la industria que en otras actividades», y por supuesto que los efectos de arrastre «tanto hacia
adelante como hacia atrás de las actividades industriales son, en promedio, mucho más eleva-
dos que los de los sectores agrarios, construcción y servicios».

Añádase que, lamentablemente, bastante más de la mitad del sector manufacturero se


encuentra «en los sectores de baja o media-baja intensidad tecnológica». La Tabla 3, es espe-
cialmente clarificador de la situación.

Recoge Molero con precisión, una información procedente del trabajo de Rafal Myro et al.
(2008): Globalización y deslocalización. Importancia y efectos para la industria española (Minis-
terio de Industria, Turismo y Comercio): «España destaca por el escaso peso en las exportacio-
nes de las manufacturas avanzadas (12%), frente a países donde superan el 30 y el 40%. Para
más precisión se señala que en 2008, sólo Italia, Brasil e India presentan un índice de especia-
lización más bajo en la agrupación de industrias avanzadas». Como se afianza la especializa-
ción española en actividades tradicionales, señala Molero que «la continuación de [estas] ten-
dencias ofrece un balance desalentador». Esto se agrava al estudiar el comportamiento de las
IDE percibidas, pues en «la práctica totalidad de los sectores tecnológicamente más avanza-
dos» es donde se hallan los mayores descensos de estas IDE, «mientras que los que la han
visto aumentar son, en su inmensa mayoría, sectores de escasa intensidad tecnológica». Y en 21
los sectores de salida, o sea, de nuestras IDE hacia el exterior, ocurre otro tanto.

Tabla 2. Porcentaje sobre el PIB español

1995 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Ramas energéticas 3’9 2’4 2’4 2’4 2’4 2’5 2’3 2’3 2’6
Ramas industriales 18’0 16’0 15’3 14’7 14’2 13’8 13’5 13’4 13’3
Construcción 7’5 8’1 8’6 9’0 9’6 10’3 10’8 11’0 10’6
Total 29’4 26’5 26’3 26’1 26’2 26’6 26’6 26’7 26’5

Tabla 3. Porcentaje de cada tipo de sector tecnológico sobre el VAB del total industrial

Tipos de sectores 2001 2001 2002 2003 2004 2005

De alta tecnología 7 7 6 6 6 6
De media-alta tecnología 29 29 29 30 30 29
De media-baja tecnología 30 31 32 31 31 32
De baja tecnología 34 33 33 33 33 33
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Todo esto es congruente con que, al contemplar el Índice Sintético de Innovación (ISI) para
2008 derivado del Innovation Scorebord de la Unión Europea, que, como expone el profesor
Molero, muestra «la distancia que separa a España de la media de la UE, es muy pronunciada
respecto a los países líderes». Se nos sitúa entre los países «moderadamente innovadores»,
grupo en el que «España ocupa una posición relativamente baja, siendo superada por países
como China, Estonia, Eslovenia, y República Checa». Vamos por delante, de mayor a menor
índice, y ello también es significativo, de Portugal, Grecia, Italia, Montenegro, Hungría, Eslovaquia,
Polonia, Lituania, Rumania, Letonia y Bulgaria. Además está España en el grupo de países que,
en relación con su intensidad en innovación se sitúan en los de «crecimiento lento», junto con
Italia y con Noruega. Todo esto rebaja desde el ISI, la significación del peso del gasto en I+D. Los
datos de la Encuesta de Estrategias Empresariales tampoco rectifican esta impresión derivada
del ISI, de forma que de «los indicadores que se refieren a la actividad empresarial», la conclu-
sión que «mejor expresa la realidad de la innovación como fenómeno económico es que «son los
que muestran un peor comportamiento de la economía española». Además, «no sólo es que se
innova menos, sino que las innovaciones son de menor calado».

De ahí la panoplia de propuestas «para reducir el déficit en innovación y, con ello, los proble-
mas de competitividad de una parte notable de nuestra de nuestra industria», tanto de tipo horizon-
tal, o sea para todos los sectores, como en relación con el «escaso desarrollo de las empresas y
los sectores de mayor contenido tecnológico [...]. Se trata de crear un nuevo tejido industrial en
campos poco desarrollados y hacer empresas competitivas en esas actividades. En este queha-
cer, no debe ponerse el acento tan sólo en las políticas de oferta para crear actividad, sino que es
sustancial el análisis de la demanda potencial en mercados nacionales e internacionales, a los que
sea [España] capaz de ofrecer productos en condiciones tecnológicas y de precio competitivas»,
22 amén de que «debe diseñarse una estrategia de cara a la atracción de empresas internacionales
en campos avanzados donde la producción tecnológica propia es escasa [...]. Complementariamente,
deberían ponerse en práctica medidas para promover la internacionalización de nuestras empresas
industriales, especialmente las que operan en los sectores tecnológicamente más avanzados». Y
desde luego se debe admitir que la situación relativa a la innovación tecnológica «tiene una posi-
ción absolutamente central para evaluar las dificultades de la industria» ante su futuro, «por cuanto
está en la raíz de los problemas de productividad y competitividad más recientes».

Dentro de este panorama del sector secundario es evidente que no podía faltar un análisis
de la industria de la construcción. De ahí la importancia de la aportación de José Ramón
Espínola, Director del Departamento de Economía de la Universidad Pontificia Comillas, ICADE,
titulada «La construcción en el patrón de gasto y en el modelo productivo de la economía
española (1995-2007)». La aportación del profesor Espínola nos aclara cómo los desequilibrios
crecientes de la economía española en ese periodo 1995-2007, ratifican en unos casos, y se
ligan en otros, al trabajo del profesor Molero, crean un patrón de gasto que «se ha orientado
excesivamente hacia la compra de viviendas y el consumo final, mientras que el gasto más
vinculado a la eficiencia productiva y la competitividad no ha tenido la suficiente atención», con lo
que se han «generado crecientes desequilibrios macroeconómicos».
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

Éstos, naturalmente, han provocado choques notables en la industria de la construcción,


porque:

«El intenso esfuerzo inversor del periodo presenta un notable sesgo hacia determinado componen-
te de la formación de capital (la adquisición de viviendas), cuyo crecimiento ha sido mucho más intenso que
el registrado por otros componentes de la formación de capital [...]. Así, mientras la inversión en vivienda
entre 1996 y 2007 más que duplica su peso en el PIB (del 4’4% al 9’3% del PIB), la inversión en bienes
de equipo lo aumenta sólo ligeramente (del 6’0% al 7’8%) [...]. Tan exagerada apuesta inversora por la
compra de viviendas se encuentra [tras] una serie de factores que interactúan formando el denominado
boom o burbuja inmobiliaria: factores sociodemográficos (incluido el intenso flujo de inmigrantes), la evolu-
ción muy favorable de la renta y el empleo, las condiciones de financiación (tipos de interés, plazos de
amortización, garantías requeridas, etc.) y las expectativas de revalorización de los activos inmobiliarios».

En parte todo esto se complicó por una política inadecuada del suelo, en parte azuzada,
a mi juicio, por una equivocada sentencia del Tribunal Constitucional, con la que se hurtó al
mercado, y se transfirió a las administraciones locales, que lo emplearon como fuente de ingre-
sos, al no tener resuelto su sistema fiscal, toda la política del suelo, generando un encarecimien-
to que, además, a través del efecto riqueza, impulsaría al alza la burbuja inmobiliaria.

Todo esto es lo que ha quebrado, y la pregunta es si en el nuevo modelo productivo que


precisa la economía española, el sector de la construcción va a tener un papel relevante, o no.
La contestación del profesor Espínola es que se trata de un sector «insustituible» pero ha de
tener un desarrollo «diferente al desarrollado los últimos años». Sus líneas de actuación las
expone así:
23
«Es muy importante que la construcción de infraestructuras continúe, incluso incremente su impor-
tante contribución a un más eficiente funcionamiento de la economía y a la cohesión territorial, evitando
sesgos procíclicos. Al respecto es deseable la realización íntegra y puntual, compatible con un prudente
sesgo anticíclico, del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (2005-2020), que pretende impor-
tantes objetivos: 1) impulsar la competitividad (objetivo eficiencia); 2) fortalecer la vertebración y la cohesión
territorial y social, garantizando la accesibilidad homogénea en todo el territorio (objetivo cohesión); y 3)
asegurar la sostenibilidad del sistema de transportes (objetivo medioambiental)».

Me atrevo a añadir algo derivado del mensaje de Aschauer, en su artículo «Is public
expenditure productive?», publicado en el Journal of Monetary Economics (nº 2, 1989), que creo
debe inspirar la política económica española. Respecto a la inversión de infraestructuras de
transportes y comunicaciones es necesario no olvidar que ya en 1935 Perpiñá Grau criticó para
siempre «los millones muertos, esparcidos» por España, fundamentados en infraestructuras
creadas sólo por exigencias políticas de progreso imposible, de tipo local o regional, no de
mejoría de la vida española en su conjunto. También existe un mensaje crítico y acertado de
muestra política económica en ese sentido en el famoso Informe del Banco Mundial sobre nues-
tra economía, preludio de la puesta en marcha, en la década de los sesenta del siglo XX, de la
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

llamada Planificación Económica y Social. Por eso es urgente percibir qué regiones son las que
deben beneficiarse con prioridad, en función de un análisis de la elasticidad desarrollo/gasto en
infraestructuras y actuar muy en consecuencia, si lo que se quiere en realidad es preparar un
futuro próspero.

Por lo que se refiere a la vivienda, el profesor Espínola considera que:

«Aparte de medidas financieras e institucionales, que frenen burbujas inmobiliarias, es oportuno el


replanteamiento de los incentivos fiscales a la compra de vivienda y que se lleve a efecto la reorientación del
mercado de la vivienda anunciada por el Plan de Vivienda 2009-2012, que busca: 1) facilitar a los
ciudadanos el acceso a la vivienda, especialmente en régimen de alquiler; 2) impulsar la rehabilitación del
parque edificado, tratando de que la actividad del sector siga un modelo menos extensivo, menos consumi-
dor de suelo; y 3) fomentar la innovación y la eficiencia energética de la edificación, reduciendo las
emisiones de gases con efecto invernadero y mejorando el ahorro energético».

El catedrático de Estructura Económica de la Universidad de Alcalá, Antonio Torrero


Mañas, un más que perfecto conocedor del panorama sobre el que aquí escribe, es el autor
del trabajo que sigue a este bloque inicial relacionado con la producción de bienes. Se titula
«El futuro del sistema financiero español». De modo magistral, tras exponer lo sucedido en la
evolución de la crisis financiera internacional a partir del 9 de agosto de 2007, efectúa unas
aportaciones fundamentales sobre el sistema financiero español. La primera, sobre el mercado
bursátil: «La bolsa española es un mercado desarrollado que forma parte de los más importan-
tes, en un mundo globalizado, y es objeto de atención y de análisis por los inversores
institucionales, que operan a nivel internacional». Por ello, la evolución de nuestros «mercados
24 bursátiles se situará en línea con las bolsas más importantes», lo que es visible cuando prepa-
ro esta Introducción.

La segunda, en relación con el sistema bancario, derivada de una colosal apelación al


ahorro exterior derivada del fuerte déficit por cuenta corriente de nuestra economía, es que «la
actitud compensadora del Banco Central Europeo ha aliviado el adelgazamiento de los balances
de las entidades bancarias que, sin ese apoyo, hubieran sufrido un ajuste mucho más pronuncia-
do del crédito al sector privado». Y por lo que se refiere al papel notable que en esta crisis, en el
mundo, han tenido las hipotecas de baja calidad, en España su incidencia ha sido escasa. Las
entidades de depósito españolas han sido emisoras de «titulizaciones, no compradoras de fon-
dos estructurados como otros bancos que intentaban acceder a rentabilidades superiores a las
que ofrecían activos financieros más seguros cotizados en mercados organizados».

La tercera es que existe un ajuste en el sistema crediticio español «aún por realizar»,
porque «la caída de las valoraciones inmobiliarias sólo se ha reflejado parcialmente en el activo
de entidades de crédito».
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

De ello se deduce que «España tiene un sistema bancario eficiente y competitivo, pero
sobredimensionado, que ha volcado su capacidad crediticia sobre el sector de la construcción, y
que precisa reestructurarse, eliminar el exceso de capacidad, capitalizarse, y sanear su balance.
Es inevitable el cierre de sucursales, la reducción de empleo y que se lleven a cabo procesos de
concentración ente las entidades», a saber, Bancos, Cajas de Ahorros y Cooperativas de Crédito.
Considerando los excesos cometidos en el pasado, «la evolución de la morosidad y la capacidad
de obtener recursos propios, las necesidades más importantes y urgentes se sitúan en las Cajas
de Ahorros». Mucho va a depender «de la relación de fuerzas entre la óptica nacional, que parece
liderar en solitario el Banco de España y la localista de los Gobiernos autonómicos».

Hay que estar, pues, muy vigilantes, porque las siguientes reflexiones del trabajo de Torre-
ro deben martillearnos a todos en los oídos: «Pocas veces, como en esta ocasión, es tan nece-
sario que se imponga una visión de Estado con una perspectiva integradora y de largo plazo», es
una. La otra, es la que cierra esta impagable e importante aportación:

«Estamos integrados en el área euro, lo cual implica protección, pero también es preciso asumir la
responsabilidad que corresponde a un país con una moneda fuerte, que debe comportarse con rigor. El
euro es una realidad; también lo son las naciones; nada garantiza nuestra pertenencia a un club selecto si
no actuamos de manera responsable».

Hemos señalado el fenómeno de la expansión del sector servicios. Por ello resulta, a mi
juicio, indispensable consultar la notable aportación del catedrático de Economía Aplicada de la
Universidad de Alcalá, Juan R. Cuadrado Roura, titulada «Los servicios en la economía espa-
ñola y sus perspectivas de futuro». El dinamismo de este sector impresiona, porque en 1980
«este sector representaba un 53’7% del PIB» ganando en el periodo 1980-2008: más de 14 25
puntos porcentuales en su participación en la producción nacional a precios corrientes». Pero
conviene señalar que «se evidencia que gran parte del avance que han registrado los servicios
con respecto al resto de los sectores productivos se ha debido al impulso que registraron sus
precios». Estos tienen un «perfil claramente inflacionista», lo cual ha tenido «efectos negativos
tanto desde la óptica del equilibrio de la economía como en relación con su ineficiencia».

Con justeza diferencia la evolución cíclica dispar de los servicios de mercado y de los que
no se sujetan a esas reglas, como son los casos de la Sanidad o la Educación, por ejemplo, y
subraya que «hay que destacar, en cuanto al comportamiento de los servicios desde el punto de
vista histórico [...], las limitadas contribuciones del sector a la mejora de la productividad general
de la economía», aunque debe puntualizarse que en algunos subsectores, aquéllos «donde la
incorporación de los avances tecnológicos y la sustitución del empleo por capital son viables»,
se lograron altos niveles de eficiencia.

Los subsectores del sector servicios que en el periodo 1980-2005, más han contribuido al
crecimiento del VAB de la economía española son los que, basado en datos de Cuadrado Roura,
aparecen en la Tabla 4.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 4.
Contribución al crecimiento del VAB de los subsectores del sector servicios en el periodo 1980-2005

Contribución porcentual al crecimiento


Subsectores del VAB español

Alquileres inmobiliarios (T) 9’28


Hoteles y restaurantes (T) 8’15
Alquileres maquinaria y otros servicios empresariales (E) 8’04
Administración Pública y Defensa (A) 5’83
Sanidad y servicios sociales (A) 5’61
Educación (A) 4’98
Comercio al por menor (T) 4’73
Otros servicios sociales, personales y comunitarios (A) 3’82
Intermediación financiera (F) 3’56
Servicios legales, técnicos y de publicidad (E) 3’40
Comunicaciones 2’54
Actividades recreativas, culturales y deportivas (T) 2’47
Otros servicios empresariales (E) 2’42
Transporte terrestre (T) 2’37
Actividades auxiliares del transporte (T) 1’87
Venta, almacenamiento y reparación (E) 1’56

En conjunto se observa, efectivamente, que quienes más contribuyen al desarrollo de la


economía española son los más tradicionales (T), los no ligados a la venta (A) o los servicios a
las empresas (E). Quedan aparte la Intermediación financiera (F) y las Comunicaciones. Es
26 importante lo que suponen los servicios a las empresas (E), a causa de las externalizaciones. La
expansión del factor trabajo ha sido muy fuerte. «Los servicios han sido responsables del 94’26%
de su expansión».

Este creciente peso del sector servicios se debe, en primer lugar a la actividad turística,
que explica «la rápida expansión que registró el sector servicios desde mediados de los sesenta
hasta la fecha», pero también a los derivados de un cambio de la demanda familiar, a los citados
servicios derivados de externalizaciones y por la creciente complejidad de problemas con los que
se enfrentan las empresas, aparte de los incrementos de servicios demandados por las Adminis-
traciones Públicas y por la expansión del tráfico internacional. Y naturalmente se ofrecen tam-
bién los factores que operan por el lado de la oferta, un sector en el que predominan las pymes
y los empresarios autónomos, a más del actual impacto de las TIC, así como las abundantes
regulaciones experimentadas.

En cuanto al futuro de este sector, precisamente de este análisis se deriva que lo más
probable sea que todos los motores del pasado continúen empujando tras la actual crisis, aun-
que «puede anticiparse una posible ralentización de los ingresos por turismo, que ya se ha
manifestado en los últimos ejercicios». En conjunto «no parece arriesgado afirmar que se supere
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

el umbral del 70% del VAB de nuestro país y un porcentaje algo inferior en cuanto al número total
de ocupados». Ello supondrá que continúe descendiendo el porcentaje del sector industrial. Todo
ello acompañado de reestructuraciones, que serán más importantes en «determinados segmen-
tos del sector turismo, hostelería y restauración, comercio minorista, transportes convenciona-
les» con desaparición de empresas. Y se adivina un notable retraso en el mercado interior de los
servicios en la UE, un avance fuerte en la productividad donde exista una adecuada base tecno-
lógica: «telecomunicaciones, bastantes actividades de transportes, los servicios bancarios y
una parte de los servicios a las empresas». Igualmente habrá innovaciones en los servicios, y no
hay que perder de vista los procesos de deslocalización geográfica recordemos lo que sucede
con la India, que continuarán, favorecidas, entre otras cosas, por las TIC.

El futuro, en cuanto a perspectivas de crecimiento del sector en España, parece positivo,


pero en su avance sería preciso la colaboración de las Autonomías, «que tienen transferidas
muchas competencias» en este terreno, y de los municipios. Todo esto puede dificultar «seria-
mente un mayor dinamismo de las empresas y sectores de servicios en nuestro país».

Hemos contemplado el futuro a través de los diversos sectores productivos. Pero con eso
no concluye una aceptable visión de nuestra economía ante el porvenir. En este sentido, estan-
do, como estamos en la Unión Europea, es obligado estudiar las perspectivas que se ofrecen
gracias al trabajo del catedrático Jean Monnet de Economía de la Unión Europea, de la Universi-
dad de Córdoba, José María Casado Raigón, «La Unión Europea en el Mediterráneo». El
asunto es especialmente importante para España. Como consecuencia del gigantesco creci-
miento de la actividad en las orillas asiáticas del Pacífico y del Índico, a las dos grandes corrien-
tes marítimas de tráfico marítimo, creadores de evidentes rentas de situación para los países
situados bajo su influencia –la que va de los puertos del Norte de Europa a los de la costa oriental 27
de los Estados Unidos, lo que explica buena parte de la riqueza de esas regiones, desde Hamburgo
o Londres a Nueva York o Chicago, y la que va desde la costa Oeste de Norteamérica a Japón–, se
ha añadido una nueva. La que transcurre desde esas costas asiáticas a Europa, en un tráfico que
por el Índico y el Mar Rojo pasa al Mediterráneo, y a partir del Estrecho de Gibraltar, se orienta
hacia los puertos europeos. España estaba ajena a las dos corrientes de tráfico primeras, pero
está rodeada por la tercera, la que llega por el Mediterráneo. Además, a través del turismo en las
playas españolas de este mar, una oleada de prosperidad se lanza sobre España. En el Medite-
rráneo existe también, un enlace con fuentes energéticas importantes, y todo ello aparte de la
necesidad de que se convierta en una zona de fuerte actividad y de paz fundamental para el
desarrollo de los pueblos ribereños.

De ahí la importancia de esta aportación del profesor Casado. Es preciso recordar la


reunión, en 1995 y en Barcelona, de la I Conferencia Ministerial Euromediterránea, que concluyó
con la Declaración de Barcelona, sobre tres ejes: el político, el económico y el sociocultural. Se
decidió en este sentido, como piedra fundamental para el futuro crear «una Zona de Libre Comer-
cio para el año 2010 y el aumento de la asistencia financiera de la Unión Europea, a través del
denominado Programa MEDA, del Banco Europeo de Inversiones y de las ayudas bilaterales de
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

los Estados miembros de la Unión Europea a [los] países de la ribera Sur del Mediterráneo». En
noviembre de 2005 se celebró, en Barcelona, con una Cumbre, el décimo aniversario de esta
Asociación Euromediterránea.

Todo esto se enmarca en la filosofía básica de la llamada Política Europea de Vecindad


«orientada hacia todos los países que tienen frontera terrestre o marítima con la Unión Europea».
Los modelos latentes son el Espacio Económico Europeo y la EFTA. Dando un paso más, con
todos esos cimientos, la cumbre de París dio lugar al nacimiento de la Unión por el Mediterráneo,
como consecuencia del liderazgo que parece haber logrado en este proceso, con todas las
limitaciones que se quieran, Francia. La Secretaría tendrá su sede en Barcelona, y el Comité
Permanente Mixto, en Bruselas.

Como señala el profesor Casado, «ahora, con la Unión del Mediterráneo, uno de los
objetivos prioritarios más inmediatos es conseguir de forma eficaz la continuidad real del Pro-
greso de Barcelona, completando la realización de una Zona de Libre Comercio en 2010. Si
ello se logra –cuestión discutible a estas alturas del proceso– será lógico que se fomenten las
inversiones en el Sur del Mediterráneo».

Para España «un tema especialmente delicado [...] es la apertura de los mercados agríco-
las, que obviamente, ha de ser coherente con las demás políticas comunes de la Unión Europea.
Pero aquí, España también defiende la protección de ciertos productos sensibles y exige medi-
das de acompañamiento y diversificación en la agricultura de los socios mediterráneos». Añádase
la cuestión «de los flujos migratorios del Sur al Norte».

Una cuestión que planteó Ibn Jaldún fue la dinámica tensa de las relaciones entre el Islam
28 y los, para él, infieles, con etapas de expansión del primero cuando triunfa la ascesis y la dureza,
y de sometimiento, ante el mundo cristiano-occidental cuando surge la molicie en el ámbito
musulmán. Ahora existe una clara tendencia a caminar hacia la primera situación. Esa pugna
tiene que tenerla en cuenta España y, por supuesto, dejando a un lado interpretaciones apresu-
radas, la propia Andalucía.

Son evidentes los lazos históricos, culturales y crecientemente económicos, como había
soñado el profesor Olariaga, de España con Iberoamérica. Por ello es muy oportuno el trabajo
conjunto de Rafael Pampillón Olmedo y José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo, profesores de
Economía ambos de la IE Business School, titulado «El futuro de Iberoamérica». Como señalan:

«De hecho, Latinoamérica es el principal destino de la internacionalización que desde hace años
experimenta la economía española. Grandes compañías como Repsol YPF, Gas Natural, Endesa, Santander,
BBVA, Iberdrola, Telefónica, Mapfre, ACS, OHL o FCC, entre otras, han encontrado grandes oportunidades en
el continente americano, haciendo de él un buen lugar para ampliar su mercado. Desde mediados de los
noventa, las compañías españolas se han convertido en los principales inversores en la región, por detrás de
Estados Unidos. En total, la inversión bruta española en América Latina asciende a 130 mil millones de euros
entre 1993 y 2007, según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio».
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

Todas estas inversiones, en parte consolidadas a partir de la crisis de la deuda externa,


han experimentado las consecuencias de la crisis asiática que duró de 1999 a 2002, así como la
expansión iberoamericana visible de 2003 a 2008. Actualmente se vive un proceso de
desaceleración o de crecimiento negativo.

Bastantes problemas serios de la región se derivan de que «existe la posibilidad de que se


generen cortes de capitales y paralización en los flujos de créditos. De ser así, resultaría muy
difícil para América Latina financiar nuevos proyectos de inversión [que] [...] se podrán también
ver afectados por los movimientos populistas, como es el caso de Hugo Chávez en Venezuela y
Evo Morales en Bolivia [...]. El populismo les da inseguridad a los inversores por la frecuencia en
el cambio de los términos de los contratos».

Queda claro, por lo que se acaba de decir, que para tener ideas claras sobre el futuro de la
economía española era preciso indagar en relación con el Mediterráneo y con Iberoamérica.
Pero, por supuesto la economía española está inmersa, como se desprende de muchos párrafos
de esta Introducción en un ámbito plenamente globalizado. De ahí la necesidad de echar mano
de otro maestro, en este caso de Jaime Requeijo, catedrático emérito de Economía Aplicada
de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, quien nos aporta su valioso estudio «El
futuro de la economía internacional».

Al indagarla, necesitamos, en primer lugar, plantearnos la cuestión del mundo más allá de
la actual crisis, cuestión dificilísima porque: ¿qué intervenciones van a surgir, con la posibilidad
de permanencia en el futuro? Requeijo prefiere pensar con Lipsky, quien, en una entrevista publi-
cada en la IMF Survey Magazine, (2009) señalaba «que el mundo que emane de la crisis se
caracterizará por más multilateralismo, más coordinación y una más eficaz regulación del siste- 29
ma financiero». Claro que hay que convenir con Requeijo que «la capacidad de crecimiento de
muchos países va a quedar lastrada por el peso de la deuda pública, una deuda que proviene de
los esfuerzos de los gobiernos para hacer frente a la crisis [...]. Y toda deuda pública [...] anticipa
subidas de impuestos y dificultades de financiación para el sector privado».

Pero a ello debe añadirse el impacto de «la gran revolución tecnológica que viene»; tam-
bién el del «auge económico de la zona asiática», donde, a pesar de tensiones seguras o a pesar
de muy favorables circunstancias económicas, «lo que sí parece razonablemente cierto es que
la suma de las economías de China, India, Japón y Corea representa alrededor de un 30% del
producto mundial, lo que las ha convertido en uno de los grandes polos de la actividad económica
y situará a la zona asiática a la par con Estados Unidos y Canadá, de un lado, y con la Unión
Europea de 27 países del otro». Precisamente, como ya se ha dicho, es lo que altera, por el
cambio radical de su posición, la renta de situación de la economía española, antaño, al margen
de las grandes corrientes de tráfico del mundo. Los trabajos, hasta hace poco acertados, del
geógrafo español Huguet del Villar, han sido derrumbados por esta explosión asiática. Agréguese
a todo esto las pugnas por el control de la energía, lo que genera, en medio de polémicas
continuas, una resultante: «que el número de centrales [nucleares] aumenta, por lo menos en el
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

área OCDE, con el claro objetivo de reducir la dependencia del petróleo y del gas», aparte de la
ampliación de medidas de ahorro energético. Otra circunstancia internacional a tener muy en
cuenta son los flujos migratorios.

En este sentido, nos afecta mucho una observación del profesor Requeijo: «La experien-
cia demuestra que la dificultad mayor [para la integración social del inmigrante] suele darse en
los [...] de religión musulmana que viven y trabajan en el mundo occidental desarrollado».

Súmese a todo lo señalado que «con alguna excepción, la India es la más conspicua, la
población mundial está envejeciendo: cada vez hay menos jóvenes y cada vez hay más viejos».
Con ello la «tasa de dependencia tiende a aumentar en todo el mundo, pero la situación se
agrava en el área más desarrollada, el bloque OCDE, porque se calcula que pasará del 47% en
2007 al 71% en 2050». Así se gesta un problema, que ya vive con claridad España, el de la
posibilidad de que «en pocos años, los Sistemas de Seguridad Social se derrumben».

Esto exige puntualizar más la situación planteada concretamente a España en este sen-
tido. Es lo que se aborda en el trabajo del catedrático de Estructura Económica de la Universidad
Autónoma de Madrid, y también catedrático Jean Monnet de la Unión Europea, Ramón Tamames,
«El futuro del sector exterior de España». El análisis que se presenta es completo. Casi se inicia
con esta expresión, acertadísima: «Lo importante es que con las sucesivas aperturas al exterior,
la economía española se potenció y creció, dejando atrás para siempre los tiempos comparativa-
mente, de estancamiento, de un pasado gravemente incidido por el proteccionismo, con sus
secuelas de autarquía aislada y monopolios de todas clases». Esto se tradujo en el siguiente
panorama de la internacionalización de nuestra economía calculada por el profesor Tamames
30 como el porcentaje de la suma de las exportaciones (X) y las importaciones (M) de bienes y
servicios respecto al PIB, que se expone en la Tabla 5, desde 1966 a 2007 (provisional).

Tabla 5. Coeficientes de internacionalización de la economía española

Años Coeficientes Años Coeficientes Años Coeficientes

1966 17’0 1980 31’9 1994 42’6


1967 15’3 1981 35’8 1995 45’1
1968 16’5 1982 36’5 1996 46’8
1969 17’3 1983 39’7 1997 52’1
1970 18’2 1984 41’3 1998 53’7
1971 17’8 1985 41’8 1999 55’4
1972 18’8 1986 36’1 2000 61’0
1973 19’9 1987 37’0 2001 50’2
1974 24’1 1988 37’7 2002 56’3
1975 21’8 1989 38’3 2003 54’6
1976 23’3 1990 36’0 2004 55’7
1977 22’4 1991 35’8 2005 56’6
1978 21’0 1992 36’1 2006 50’3
1979 21’5 1993 37’7 2007 60’1
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

Tabla 6. Comercio exterior por áreas geográficas

Areas 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

(% de las importaciones)
OCDE 78’5 80’2 79’7 77’9 78’1 77’9 78’0 77’1 73’2 70’5 71’3 65’9
UE-15 65’6 67’8 67’3 63’6 64’1 64’1 64’0 62’3 58’6 55’9 56’8 51’6
Eurozona 55’4 58’0 57’2 54’3 55’2 55’3 55’5 54’2 51’1 48’9 50’1 45’4
Francia 17’6 18’4 17’9 17’1 16’7 16’4 16’1 15’3 14’1 12’8 12’3 10’8
Alemania 14’8 15’5 15’8 14’8 15’5 16’1 16’3 16’0 14’7 14’2 15’3 14’2
OPEP 6’6 5’0 5’1 8’2 7’4 6’5 6’3 6’3 7’7 8’6 7’5 9’9

(% de las exportaciones)
OCDE 80’2 81’4 82’5 84’0 84’0 84’4 84’6 84’2 83’2 82’0 80’8 78’6
UE-15 70’5 71’5 72’2 70’6 71’6 71’2 71’8 71’0 68’8 67’3 66’4 64’4
Eurozona 59’9 61’2 61’7 60’2 60’5 59’7 60’5 59’8 57’9 56’8 56’7 55’0
Francia 18’3 19’5 19’5 19’4 19’5 19’0 19’2 19’1 19’2 18’7 18’8 18’2
Alemania 13’4 13’6 13’1 12’3 11’8 11’5 12’1 11’4 11’4 10’9 10’8 10’6
Portugal 9’1 9’4 10’0 9’5 10’2 10’2 9’6 9’8 9’6 8’9 8’6 8’8
Reino Unido 8’8 8’4 8’3 8’2 9’0 9’7 9’3 9’0 8’4 8’0 7’7 7’0

Enlaza con esta exposición la evolución de nuestro comercio exterior, en porcentaje de


las exportaciones e importaciones, por áreas geográficas. Se observa en la Tabla 6.

El problema esencial que se alberga en el seno del déficit creciente en la balanza comer-
cial es el de la competitividad. El profesor Tamames, empleando el índice IMD para compararla,
nos muestra cómo España se sitúa en el mundo, por este índice, en el puesto 39, que «es más
que preocupante, y dice muy poco de las políticas ad hoc». Inmediatamente antes de España se
encuentran Perú y Bulgaria, y antecedemos, inmediatamente, a Brasil y Jordania. El puesto 1 31
corresponde a Estados Unidos. Como una especie de corolario, la cuota española de exporta-
ción sobre el total mundial, cae con rapidez desde 2003 a 2008. El resultado se encuentra en «la
pobre evolución de la productividad [...]; sin mayor productividad no pueden aumentar las expor-
taciones a buen ritmo, y sin ellas, las importaciones crecerán más y más, con un déficit imparable,
significante de que se favorece el empleo fuera y se resigna al paro dentro».

Las empresas españolas, para superar estos problemas, externalizan parte de su proce-
so productivo. También logramos ventaja por el notable volumen de nuestro peso en el sector
servicios por el volumen total de su comercio –el quinto puesto en la OCDE–, que incluye turis-
mo, en sus diversas características, amén de seguros, transportes, telecomunicaciones...

Otro factor preocupante es la evolución de las lDE, así como lo que sucede con la balanza
tecnológica, así como con las remesas de los inmigrantes. Pero ello no altera la convicción de que
«España tiene que abrirse más y más al exterior. A pesar de los augurios más negativos, todas
nuestras aperturas en el pasado supusieron un gran avance en la senda de la prosperidad [...]. Y si
en algún momento ciertas instituciones, como el euro, han parecido negativas para esa expan-
sión, ello se ha debido más al uso abusivo e inadecuado, hecho hic et nunc».
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Como siempre, el trabajo del catedrático emérito de Hacienda de la Universidad Autónoma


de Madrid, José Barea, «El futuro del Sector Público», es exhaustivo. Incisivamente considera,
y tiene toda la razón, que «las pensiones, la sanidad y los servicios sociales son las tres políti-
cas públicas que condicionan el futuro del sector público en España. En la actualidad represen-
tan un alto porcentaje del total del gasto no financiero de las Administraciones Públicas y del
PIB, y como en el futuro el factor envejecimiento de la población crecerá de manera espectacular,
las tres citadas políticas públicas experimentarán una fuerte tasa de crecimiento», por ese sim-
ple hecho. Además existen otros dos retos en el sistema público de pensiones: «el de la equidad
y el de la tentación de los políticos de utilizar el sistema como instrumento para captar votos».
De ahí la denuncia de que:

«La falta de equidad y el desequilibrio demográfico han originado una deuda implícita de las pensiones
en vigor en 1995 del 109% del PIB que, unido a la deuda [...] derivada de los derechos de los cotizantes de
dicho año, que asciende al 108% del PIB, resulta un montante de [...] más de tres veces el importe de la deuda
pública explícita de las Administraciones Públicas de dicho año [...]. La OCDE prevé que las pensiones ganarán
en 2050 seis puntos de participación en el PIB».

Añádase a esto el porvenir del gasto sanitario, sector en el que «la OCDE estima que en
2050 el gasto en sanidad ganará tres puntos de participación en el PIB». Y calcula que «es
posible que en 2050 el gasto público en servicios sociales duplique su participación en el PIB,
ganando por tanto 1’5 puntos». Todo esto, de ser así, «tendría un efecto grave y no sostenible en
la estabilidad presupuestaria», por lo que el gran centro de esta parte del trabajo del profesor
Barea es la presentación de una serie de reformas, subrayando, ante una serie de propuestas
infundadas, debidas al que podríamos denominar «señuelo de Piñera», a causa del cambio del
32 sistema chileno de previsión social, que en España «pasar a un sistema de capitalización es
imposible, pues sólo por tal hecho, originaría un déficit público en el primer año superior al 11%
del PIB». Para el mundo sanitario, la mejora podría venir de «la implantación de un mercado
competitivo [...] entre centros públicos, implantación de un mercado competitivo de la sanidad
entre centros públicos y privados, con exigencia de acreditación para estos últimos, con libertad
de elección de los asegurados». Y en el terreno de los servicios sociales, el planteamiento del
profesor Barea es que deben ser «considerados, no como una prestación de carácter universal a
favor de todos los ciudadanos [como es la asistencia sanitaria], sino exclusivamente en favor de
personas que reúnen determinadas condiciones, siendo el nivel de renta uno de los principales
indicadores».

Y por lo que se refiere a las empresas públicas, hay muy poco que discrepar de lo que se
expone tras el análisis que Barea hace de éstas «en el Tratado de la Unión Europea, llegando a
la conclusión que en el futuro del sector público empresarial [este apartado] iría disminuyendo,
[aunque en España] sin embargo en la práctica, en las Comunidades Autónomas y en los Ayun-
tamientos ha continuado creciendo» y esta prevención se debe a que «la empresa privada es, en
general, más eficiente que la pública, no porque los hombres sean diferentes ni porque sean más
inteligentes o más egoístas, sino simplemente porque la distribución de los derechos de propie-
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

dad no es la misma». Un accionista sigue de cerca la marcha de la empresa, de modo mucho


más cercano, entre otras cosas porque es fácil vender los títulos o toda la empresa, que el
ciudadano, que sí es dueño colectivamente de la empresa pública, pero que únicamente en
momentos electorales, y muy de lejos, puede invocar sus puntos de vista sobre lo que en ella
acontece. En España, la acción tanto de la IGAE como del Tribunal de Cuentas es, igualmente
remota para incidir sobre la eficacia del sector público empresarial. Los procesos de privatización,
por eso, son abundantes en España, aunque existe la marcha atrás debida a Ayuntamientos y
Comunidades Autónomas.

Queda pendiente el futuro del sistema tributario. Desde luego, considero que hay que
aceptar las tesis del profesor Manuel Lagares, quien ha mantenido que, en adelante se debe
emplear el instrumento fiscal para atajar la presión alcista de los salarios, transfiriendo renta en
favor de los que perciben menores cantidades de ella, empleando el camino:

«[...] de una importante reducción del IRPF, desacelerando simultáneamente los gastos públicos, para
evitar desequilibrios [...]. Por eso ya debería estar actuando una reducción [...] especialmente concentrada
sobre los rendimientos del trabajo, pero se perdió la oportunidad de hacerlo con la tímida y mal orientada
reforma de este impuesto en 2006 [...]. También es el momento de atender a las empresas [...]. Habría que
reformar nuestro actual impuesto de sociedades decididamente y con mucha imaginación [...]. Atraeríamos [así]
a las empresas extranjeras [recuérdese lo señalado más arriba sobre nuestra IDE] e impulsaríamos decididamente
la constitución de sociedades. Se corregiría también la doble imposición –impuesto de sociedades e IRPF– a que
hoy están sometidos los dividendos, debido a otro de los malos pasos de la reforma del IRPF en 2006 [...]. La
política de gasto público debería ser cuidadosamente rediseñada, evitando despilfarros y concentrando sus
actuaciones en los estratos de rentas más reducidos y en las infraestructuras esenciales», todo ello «sin afectar
al equilibrio de las cuentas públicas». 33

Nada de eso, por ahora, se intenta en el terreno fiscal, con el añadido de dos tosquísimos
complementos: el que se refiere a las Comunidades Autónomas, y el municipal. La única
solución que se atisba es de atender esos problemas con incrementos en el gasto público,
combinado con un nuevo sistema de financiación autonómico que, como señala Ángel de la
Fuente en su reciente trabajo, posterior al acuerdo del mes de julio de 2009, El nuevo acuerdo
de financiación regional: un análisis de urgencia (FEDEA), el nuevo modelo proporciona, res-
pecto al antiguo, una mayor equidad en el reparto de recortar la brecha existente entre financia-
ción y necesidades de gasto por unidad de necesidad. La Tabla 7 parece bastante claro en
este sentido.

Por supuesto que, de acuerdo con de la Fuente, puede discreparse de suponer que en la
población resida el índice de necesidad, porque la productividad y el envejecimiento crean unas
necesidades de financiación diferentes de las empleadas. Todo esto, con un momentáneo apoyo
popular se acompaña de alguna tímida y dispersa voz que alude a rebajar los impuestos pero,
desde luego, sin aludir a la precisión simultánea de reducir el gasto público que comienza a
aparecer financiado con deuda pública en buena parte y con todas sus consecuencias.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 7. Índices de la financiación por habitante, como índice de las necesidades

Comunidades Índice sistema antiguo Índice sistema nuevo

Cantabria 119’9 114’8


La Rioja 115’0 111’7
Extremadura 111’6 107’8
Asturias 107’0 103’2
Aragón 106’9 103’2
Castilla y León 106’6 103’1
Galicia 103’1 100’4
Andalucía 102’7 100’3
Castila La Mancha 101’2 99’4
Canarias 99’5 101’6
Murcia 96’9 97’2
Cataluña 96’6 99’1
Madrid 95’6 98’4
Comunidad de Valencia 93’6 96’6
Baleares 88’2 92’9
PROMEDIO 100’0 100’0
Diferencias entre la Comunidad Autónoma
con mayor índice y la que lo tiene menor 31’7 22’0
Desviación estándar 8’19 5’58

Ese gran demógrafo que es el catedrático de Geografía de la Universidad Complutense, de


34 la que fue Rector, Rafael Puyol, es el autor de un trabajo esencial, como se adivina ya por
algunos de los otros ensayos suyos, que es el titulado «El futuro de la población española»,
basado en los trabajos, de ciclo largo y a corto plazo del Instituto Nacional de Estadística. Según
la estimación de la población a corto plazo, para el periodo 2009-2018, como consecuencia del
«juego combinado del crecimiento natural y del saldo migratorio», los nacimientos habrán alcan-
zado un máximo en el 2009. El avance de las defunciones, al ser la población cada vez más vieja,
crecen continuamente en el periodo. Esto genera un máximo de 122.222 personas de crecimien-
to vegetativo en 2008, que disminuirá de modo implacable a sólo 40.215 en 2017, y esto a pesar
de la posibilidad de que el índice sintético de fecundidad se sitúe en 1’46 en 2017. Añádase que
a causa de la fuerte crisis económica que nos sacude, los 958.000 inmigrantes de 2007, se
reducirán a 443.000 en 2010, punto a partir del cual, seguramente prevé el INE que en ese
momento, se producirá el momento de inicio de la recuperación de nuestra economía, lo que no
es demasiado probable, hasta llegar en el 2017 a la cifra de los 500.000. El resultado de todo
esto se concreta en la Tabla 8.

Regionalmente, tienen saldo total negativo en el periodo, Galicia, Asturias y el País Vasco, y
sólo consiguen tener positivo, gracias al impacto inmigratorio, Cantabria, Castilla y Léon, Extremadura
y Aragón. Los desarrollos poblacionales más fuertes serán los de Madrid, Cataluña, Comunidad
Valenciana y Andalucía.
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

Tabla 8. Evolución de la composición por edades de la población española que la base


de la pirámide de población en el 2018 es más estrecha que en 2008

Grupo de edad % en 2008 % en 2018

De 0 a 15 15’58 16’25
De 16 a 64 67’83 65’50
De 65 a 79 12’00 12’47
De 80 y más 4’59 5’78

Tabla 9. Proyecciones de la población española en 2050

Estimaciones Habitantes previstos

INE (2001) 52.387.356


INE (2005, Escenario 1) 54.075.048
INE (2008) 55.150.277
Guijarro y Peláez (2009) 55.730.215

Se recoge a continuación la proyección a largo plazo. Como consecuencia de la publica-


ción del artículo de Marta Guijarro García y Oscar Peláez Herreros, «Proyección a largo plazo de
la esperanza de vida en España», aparecido en la revista del INE, Estadística Española, enero-
abril 2009 presentamos en la Tabla 9, las proyecciones efectuadas por el INE en 2001, 2005 y
2008, y el derivado del estudio de Guijarro y Peláez, teniendo en cuenta que para ese cuadro se
emplea el método de las composiciones demográficas, teniendo en cuenta «los supuestos de
natalidad y flujos migratorios del Escenario 1 de las Proyecciones de Población a Largo Plazo
publicado por el INE» en 2005, a partir del Censo de Población de 2001, y «como población de
partida la de 1 de enero de 2008», proporcionada por las Estimaciones de la Población Activa del
INE. La Tabla 10 refleja el aumento de la población española derivado de los estudios sucesivos 35
efectuados a lo largo del desarrollo del periodo 2001-2009. Debo señalar que los argumentos de
Guijarro y Peláez, que he utilizado ya en otro trabajo, me parecen plausibles, sobre todo porque
me parece mejor metodología para calcular la esperanza de vida la de Guijarro y Peláez.

Con este trabajo se alteran, como se ve en la Tabla 10, la distribución de edades para
2050. El grado de envejecimiento, conforme se depuran más los trabajos, muestran lo que seña-
la el profesor Puyol: con estas cifras «vamos a ser uno de los países del mundo con mayor nivel
de vejez y probablemente ocuparemos uno de los primeros puestos por [el peso] de la población
de 80 años y más». Y esta «evolución de la estructura por edades, va a tener hondas repercusio-
nes en la configuración de nuestra economía y de nuestra sociedad. Cada vez menos jóvenes es
un verdadero hándicap para el correcto abastecimiento por la base de la pirámide laboral. Los
adultos también van a ser menos y la masa laboral va a estar sometida igualmente a un proceso
de envejecimiento. Pero el gran reto va a ser la fuerte multiplicación del número de viejos [...]. No
sólo porque sea necesario pagar las pensiones a mucha más gente y durante más tiempo, sino
porque la vejez y sus acompañantes, la discapacidad y la dependencia, generan gastos sociales
creciente, particularmente en el ámbito sanitario», lo que enlaza con las aportaciones del profe-
sor Barea glosadas aquí.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 10. Estimaciones demográficas para 2050

Grupos de edad INE (2001) INE (2005:Esc. 1) INE (2008) Guijarro y Peláez

De 0 a 15 años 14’32 13’91 13’65 13’52


De 16 a 64 años 56’53 55’22 54’38 53’88
De 65 años y más 29’15 30’87 31’97 32’60

Como se puede comprender tras lo que vamos señalando hasta aquí en este haz de
importantísimas aportaciones, la cuestión de la realidad regional española asoma una y otra
vez. Por eso, para escudriñar el futuro de la economía española es oportunísimo adicionar a
todo lo señalado la aportación del catedrático de la Universidad de Zaragoza, José María
Serrano Sanz, «La cuestión regional», un elemento exógeno que afecta a nuestra economía
de la manera que se indica al inicio de este espléndido ensayo: «Es preciso recordar que hace
apenas treinta y cinco años era España uno de los países más centralizados de Occidente y
ahora se halla en la posición opuesta. Y cuando a finales de los sesenta o comienzos de los
setenta se hacían pronósticos sobre el futuro devenir de España, la democracia y la integra-
ción europea eran horizontes más o menos lejanos pero ampliamente compartidos en ellos;
sin embargo, en ninguna previsión entraba un vuelco tan intenso, rápido y generalizado de la
organización territorial».

Comencemos, con el profesor Serrano, a indagar esta situación a lo largo del siglo XX:
Castilla y León «no deja de tener saldo negativo [poblacional] en ningún decenio y, en el extremo
opuesto, Madrid y Cataluña. Otra vez queda aún más claro quiénes han sido los perdedores y
36 ganadores del siglo XX en términos [poblacionales]. Algo, por cierto, que tiene consecuencias
políticas, porque el poder de la influencia está asociado a la población en un sistema democráti-
co». La Tabla 11, con las cifras elaboradas de Serrano sobre la base de un trabajo dirigido por
Julio Alcaide, muestra quiénes tienen una variación de la densidad de la población por encima y
por debajo de la de España.

Este proceso genera dos grandes cambios visibles «desde 1955 hasta hoy en la geografía
económica española: se ha concentrado la población y la actividad y se han reducido las diferen-
cias de renta por habitante entre las diecisiete comunidades autónomas». Tales cambios se
desarrollaron con especial intensidad hasta los primeros años ochenta, como se aprecia al
considerar las desviaciones estándar en rentas por habitante y densidad de población. Las pri-
meras se redujeron significativamente hasta ese momento: con la velocidad «ha resultado ser
muy limitada desde 1985» y la convergencia más intensa fue «de 1965 a 1975, mientras las otras
se ampliaron». De ese estudio se concluye «la principal divergencia en renta entre las comunida-
des ricas y pobres es el considerable desempleo que éstas últimas han mantenido como una
constante. También cabe interpretarlo como un resultado de la renuncia a la movilidad espacial
interior, asentada firmemente en España desde los años ochenta, coincidiendo también con la
implantación del sistema autonómico». Y esto «no parece un fenómeno transitorio, sino que
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

Tabla 11. Variaciones de la densidad de la población española (1900-2004)

Nº de orden Comunidad Autónoma Variaciones de la densidad

1 Madrid 671
2 Canarias 450
3 Cataluña 256
4 País Vasco 253
5 Islas Baleares 216
6 Comunidad Valenciana 196
* ESPAÑA 137
7 Murcia 131
8 Andalucía 121
9 Cantabria 104
10 Navarra 93
11 Asturias 72
12 La Rioja 59
13 Galicia 40
14 Aragón 39
15 Castilla La Mancha 37
16 Extremadura 23
17 Castilla y León 9

tiene raíces en la diferente capacidad de crecimiento que parecen mostrar las Comunidades
Autónomas más ricas respecto a las de menos renta [...]. De manera que la correlación entre
capacidad competitiva y renta es altísima y, sin duda, se alimenta mutuamente». Y me atrevo a
decir que la influencia política y sus consecuencias. Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra y 37
Aragón se han colocado en cabeza.

Serrano lo puntualiza muy bien: «Desde el principio la economía fue un punto fuerte para
las Comunidades Autónomas. En adelante, el proceso político, con las sucesivas elecciones ha
continuado presionando en la misma dirección», lo que no es posible que se disocie de la
situación diferente en magnitud y en ámbitos y decisiones que se observa en los «indicadores de
intervencionismo industrial y comercial que aquí se presentan». Incluso, como ya señalaba
Barea en relación con «la creación de empresas públicas y sociedades de fomento industrial»,
existe una realidad dispar en la Administración del Estado y en las Autonomías». De ahí se
desprenden tensiones en relación con la unidad del mercado nacional. Existe, en relación con
«la distribución de competencias que tienen un contenido más claramente presupuestario», un
ordenamiento que «parece atenerse a los principios de la descentralización fiscal óptima». La
Tabla 12 tomado de esta fundamental aportación de Serrano muestra cómo de todo eso se
deriva un enorme cambio en la distribución del gasto consolidado de las Administraciones
Públicas en España.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 12.
Distribución del gasto consolidado de las Administraciones Públicas en España (% del total)

Organismos Seguridad Comunidades Corporaciones


Años Estado Autónomos Social Autónomas Locales

1975 44 5 41 - 10
1985 37 4 38 10 11
2007 18 4 29 36 13

Todo esto, por un lado, «ha desplazado el poder político y la capacidad de influencia [...]
desdibujando regiones importantes en el equilibrio político español como Castilla y Aragón [...]
creando un vacío entre Madrid y la periferia que plantea algunos riesgos». Pero sobre todo, se
han fortalecido «las Comunidades con más poder de negociación, pero es difícil que así se
asiente un federalismo cooperativo». Y concluye esta brillante aportación del profesor Serrano,
así: «Más bien se promueve el ‘particularismo’, aquel ‘estado de espíritu en que creemos no
tener por qué contar con los demás’, en palabras de Ortega. En él veía ya nuestro pensador una
de las claves de la difícil convivencia de los españoles».

Un reto muy importante ante el futuro de la economía española es el que se deriva del
mercado del trabajo. Precisamente por eso se solicitaron dos aportaciones que, evidentemente
tienen un fuerte enlace entre sí. El primero, del que es autor Iñigo Sagardoy de Simón, profe-
sor de Derecho del Trabajo en la Universidad Francisco de Vitoria, lleva por título «El futuro del
marco institucional del mercado de trabajo». Comienza por señalar unos datos procedentes del
informe Doing Business 2009 del Banco Mundial: España, «está en el lugar 21, dentro de los
países europeos, del índice de rigidez laboral, basándose en condiciones como: dificultad para
38
contratar a un nuevo trabajador (índice de dificultad en la contratación); restricciones en la am-
pliación o reducción del horario de trabajo (índice de flexibilidad en los horarios); dificultad y coste
de despedir a un trabajador redundante (índice de dificultad en el despido) y coste de trabajador
despedido». Agrega que «si vamos al concepto más amplio, de ese mismo índice sobre regula-
ción o flexibilidad del mercado de trabajo, nuestro puesto es el ¡160!». Simultáneamente y evi-
dentemente, por lo indicado, «España está en cabeza de la temporalidad en Europa con más del
30% de contratación temporal».

Basándose en un estudio del profesor Gómez Egea, se exponen las reformas laborales
efectuadas a partir de la promulgación en 1980 del Estatuto de los Trabajadores: la Ley de 2 de
agosto de 1984; la de 1994, que entre otras cosas supuso la supresión del contrato de fomento
del empleo; la de 1997; la de 2001, y la de 2006. Gómez Egea concluía que «la falta de efectivi-
dad real en la consecución de los objetivos de las distintas reformas, tendentes a la generación
de empleo estable a través de la contratación laboral y a la disminución del número de parados,
ha sido evidente».
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

Una opinión muy acertada del profesor Sagardoy de Simón es que «por razones de paz
social, que son muy atendibles, nada debe objetarse a que la legislación sobre temas laborales
se apoye en la previa concertación de Sindicatos y Asociaciones empresariales. Pero de ahí a
que si no se logra dicha concertación no se legisle sine die, va un abismo. Con tal proceder se
está viciando in radice la función de las Cortes (art. 66 de la Constitución) y del propio Gobierno
(art. 97 de la Constitución).

Y efectúa otra denuncia del actual marco institucional laboral: «Si los convenios colecti-
vos, como ocurre en abundancia en los convenios sectoriales, están ‘‘monetizados’’, por entroni-
zar como cuestiones clave la jornada y el salario y no la innovación, la promoción, la competitividad,
etc., los frutos serán escasos y los avances muy lentos. Desde luego un análisis del contenido
de nuestros convenios es bastante desalentador. Y ahí no cabe echar la culpa a la rigidez de
nuestra legislación sino a la falta de voluntad de cambio y de afán innovador».

Las salidas que se ofrecen son: «un contrato único de trabajo»; «el contrato a tiempo
parcial», teniendo en cuenta la necesidad de superar un dato fundamental: «Este modo de traba-
jo está muy arraigado en la UE y sobre todo en los países nórdicos y centroeuropeos, mientras
que entre nosotros no llega al 15%»; el que «los contratos de trabajo tengan un componente
relativo a la formación continua, con las debidas cautelas respecto a costes y complementariedad
[frente al genérico derecho a la educación que consagra el art. 27 de nuestra Constitución]»;
finalmente, «una de las tareas pendientes de reforma de los contratos de trabajo es el de la
regulación moderna y eficaz del teletrabajo», que indudablemente tendrá «consecuencias positi-
vas en el empleo». Igualmente considera preciso redefinir el alcance del «sistema de remunera-
ción», permitiendo la modificación de la cuantía salarial. La expresión «sistema de remunera-
ción» hace referencia a los módulos de cálculo que conforman el sistema de remuneración o de 39
cualquier otro módulo salarial obtenido con arreglo a otros baremos. Por supuesto existe lo
expresado en el artículo 41.1.d) del Estatuto de los Trabajadores, pero debe tenerse en cuenta
que la materia modificable se referirá a los aspectos cualitativos de distribución interna de las
partidas salariales, es decir, la estructura del salario, en tanto que anunciará como inmodificable
la que incidiera sobre los aspectos cuantitativos de la propia retribución, esto es, el monto total
del salario a percibir por el trabajador. Y una reforma legal «debería permitir, también, la modifica-
ción del quantum salarial cuando concurriesen acreditadas causas económicas, técnicas,
organizativas o de producción». Pero también debe actuarse en favor de la movilidad geográfica,
abordar la cuestión del absentismo laboral y, desde luego alterar el mecanismo de negociación
colectiva. Y por lo que se refiere a los organismos gestores de colocación, es preciso efectuar en
él reformas tan a fondo como la de «dar entrada a las fuerzas de mercado en los servicios que
tienen que ver con la intermediación entre oferta y demanda de trabajo».

En el fondo, el mensaje de hacia dónde sería preciso caminar lo ofrece el profesor Sagardoy
de Simón con estas palabras:
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

«Tenemos que lograr un modelo mixto entre la cultura anglosajona y continental de modo que la
eficiencia económica se compagine con la social. Se trata de lo que viene llamándose ‘‘flexiseguridad’’ [...], que
la ha definido con bastante contundencia Claus Frederiksen, Ministro danés de Empleo, al decir que: ‘‘el primer
pilar de la ‘flexiseguridad’ es poder contratar y despedir con mucha facilidad. El segundo, es mantener un
elevado sistema de prestaciones públicas para quienes se quedan sin trabajo. Y el tercero, es que el Estado
gaste un montón de dinero en educación para que los desempleados vuelvan al trabajo’’».

El segundo de estos trabajos solicitados es el titulado «Presente y futuro del mercado de


trabajo español», del que son autores los profesores de la Universidad Pablo de Olavide, Diego
Romero-Ávila y Carlos Usabiaga. Confieso que su lectura me ha entusiasmado. Es magnífico
el planteamiento que en él se hace desde el marco de la economía. Me atrevo a decir, también,
que es inmejorable el manejo que hace de una perfecta bibliografía. La culminación que se hace
tras un exhaustivo análisis, a partir del «árbol del mercado de trabajo», referido al primer trimestre
de 2008 y 2009, que ofrece un muy buen panorama de lo que podríamos llamar la realidad del
empleo y desempleo en España, con una estimación impagable de la NAIRU de España: «Para
el conjunto del periodo analizado [1980-2008] la tasa de desempleo correspondiente a una tasa
de inflación estable es del 12%», por lo que «si la tasa de desempleo fuese inferior a esa cifra se
observaría una elevación de la inflación y si fuese superior una reducción de la misma». En este
sentido, y dejando aparte las cifras de inflación presentes, porque se deben a la fuerte crisis que
se padece, lo que se deriva de esta estimación es que «constituye un indicio de que la economía
española sufre de tensiones inflacionistas, que deberían corregirse antes de que vuelvan a dar la
cara en la próxima fase expansiva». Y no menos importante es la exposición que se hace de la
Ley de Okun, «que recoge la combinación para cada año de la variación del PIB real (%) [...] y la
variación de la tasa de desempleo (en puntos porcentuales). En [ella] se observa una fuerte
40 relación negativa (-0’84) entre la variación del desempleo y el crecimiento económico», para
España en el periodo 1928-2008. Si «y» es el incremento del desempleo, y «x» el crecimiento
del PIB, la función lineal que las enlaza es y=2’41-0’84x. De ella se deduce que la evolución del
crecimiento económico deja una huella profunda en la tasa de desempleo». Frente a nuestro
-0’84, esta relación negativa es de -0’4 en Estados Unidos, de -0’3 en Alemania, y de -0’1 en
Japón. Y de esta estimación «también se deduce que, para el conjunto del periodo estudiado [...]
la economía española debería crecer más de un 2’88% tasa de crecimiento normal para reducir
la tasa de paro. Este resultado es preocupante, al tratarse de una cifra muy elevada para un país
desarrollado».La Ley de Okun, pues, nos golpea con fuerza evidente.

Y al buscar los motivos, nos encontramos con la singularidad de nuestro mercado de


trabajo, que «presenta un grado de centralización intermedio con el predominio de los convenios
sectoriales de ámbito provincial». Y este «grado de centralización intermedio, parece ser poco
recomendable según muchos economistas laborales [...]. Los sistemas más centralizados (mo-
delo sueco) permiten la coordinación de la negociación laboral con el funcionamiento general de
la economía (desempleo, inflación, crecimiento, etc.), mientras que los modelos más descentra-
lizados (modelo norteamericano) permiten la coordinación de la negociación laboral con las cir-
cunstancias a las que se enfrenta la empresa (ventas, beneficios, etc.). Sin embargo, el modelo
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

intermedio español carece de ambas propiedades. La reducida dimensión de la mayor parte de


las empresas españolas constituye otra limitación en este campo. Otra característica del mode-
lo español es la baja tasa de afiliación sindical de los trabajadores, lo que no les impide, en
general, estar abiertos por la negociación colectiva». Y –recuérdese el trabajo de Sagardoy de
Simón–, este «modelo ha salido prácticamente indemne de diversas reformas e intentos de
reforma».

Sucesivamente contemplamos las consecuencias de unos relativamente elevados sala-


rios mínimos; el efecto de disuasión del empleo a causa de unos altos costes de despido para
proteger la permanencia en el puesto de trabajo; lo que se deriva del sistema español de presta-
ciones por desempleo, y lo que se deriva de un enfrentamiento de los empresarios con los
sindicatos en relación con la «flexibilidad interna», esto es, frente al intento de lograr una «mayor
movilidad geográfica y funcional de los trabajadores (lugares de trabajo, puestos de trabajo,
turnos, horas extraordinarias, vacaciones, etc.)».

Todo esto se completa con una perfecta excursión histórica de las reformas del mercado
español del trabajo desde 1975 en adelante, y un complemento con una buena síntesis de la
política del mercado de trabajo en la Unión Europea, así como con una excelente interpretación
del papel realmente clave que ha jugado, de modo positivo, la inmigración. Concluye señalando
que «hoy parece apostarse por el modelo de «flexiseguridad» o modelo danés. En este sentido,
las dos principales tareas a desarrollar son la reforma de la estructura de la negociación colectiva
y la potenciación de las políticas activas que están positivamente evaluadas».

Y vamos con los dos trabajos, adelanto que magníficos, que coronan estas extraordina-
rias, como se ve, aportaciones, de unos muy expertos economistas. 41

X+M
X 100
PIP

El primero es dar respuesta a esa gran interrogación. En ese planteamiento camino del
futuro, ¿cuál tendría que ser el papel del mundo empresarial? Para aclararlo se ha acudido a una
de las autoridades españolas máximas en relación con la economía de la empresa, Álvaro
Cuervo. Si España no tiene en cuenta sus observaciones, por fuerza su economía se resentirá,
porque, efectivamente, como señala en una síntesis perfecta y esclarecedora el propio profesor
Cuervo, el «entorno de la empresa del futuro» está definido, porque «los mercados se globalizan»
indicándose en este artículo cómo «la empresa española está inmersa en los mercados globales»,
lo que se prueba con nuestro coeficiente de apertura, que como se ve en la aportación del
profesor Tamames, es una cifra altísima; porque esta «globalización de los mercados y el cam-
bio tecnológico llevan a la consolidación sectorial, es decir, a la reducción del número de empre-
sas operando en un sector», porque «el proceso de innovación en la empresa ha pasado de una
visión de carácter estático y exógeno a considerar que es de naturaleza dinámica y endógena»,
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

por lo que «el conocimiento tácito –difícil de observar, de enseñar, complejo, integrado en las
rutinas de la organización– se ha convertido en el activo clave de la dinámica empresarial»;
porque «los retos creadores de valor, en la empresa a los que se enfrentan los directivos, están
moviéndose de lo administrativo hacia lo empresarial»; y porque, finalmente, «las nuevas tecno-
logías de la información posibilitan un mayor nivel de coordinación y control de los negocios,
compatible con el espíritu empresarial».

Igualmente es fundamental el punto de vista del profesor Cuervo cuando indica que «sien-
do relevante el análisis del entorno general, y más en concreto el sectorial, las limitaciones del
mismo para explicar los resultados empresariales hacen que en el presente se centre la atención
en el análisis interno de la empresa: recursos y capacidades, sobre todo capacidades directivas
y empresariales, es decir, el descubrir al empresario como determinante de la ventaja competiti-
va de la empresa». De algún modo esto obliga a reinventar aquella afirmación del profesor Fuen-
tes Quintana, hace ya más de medio siglo, de que «el empresario era el factor más escaso de
nuestra economía». Naturalmente esto lo relaciona el profesor Cuervo con aquello que procede
de la obra de Baumol The Free-Market Innovation Machine (Princeton University Press. 2002),
quien indicaba que «la economía capitalista se puede ver como una magnífica máquina cuyo
output es el crecimiento económico» y cuyo motor es «la innovación que deviene una necesidad
para la supervivencia de las empresas en el sistema». Todo lo cual obliga a «más mercado en el
proceso de la innovación». Una y otra vez se debe destacar especialmente ante actuales plan-
teamientos de nuestra política económica que «más importante que los fondos públicos, que el
sistema de ciencia y tecnología, lo son los elementos internos de la empresa, la presión de los
mercados, el capital humano, la posibilidad de subcontratar, de utilizar equipos y personas de
centros externos. No existe una relación lineal entre las inversiones en investigación y los
42 resultados científicos y tecnológicos y menos con el éxito comercial de las innovaciones».

No menos ha de tenerse en cuenta que «la seguridad en el empleo ha desaparecido; las


relaciones laborales son más fluidas y temporales, al igual que más ambiguas, lo que reemplaza
las reglas de claridad y compromiso del pasado. La rotura de los lazos de los trabajadores con
las empresas, el outsourcing, la mano de obra contingente y la relajación de las tradicionales
carreras profesionales son todos ellos rasgos de la empresa moderna». Por eso «el cambio en el
diseño organizativo y en la ordenación de los procesos», mueve a que las actividades de la
empresa tiendan a «concentrarse sólo en unas cuantas actividades nucleares básicas, volver a
la especialización, fragmentarse para alcanzar una masa crítica actuando sola o con alianzas»,
a más de «basar su actividad en la búsqueda de redes y contratos con otras empresas para que
realicen las demás actividades no consideradas como parte de su núcleo», lo que impulsa la
subcontratación, a lo que se suma «la aparición de formas híbridas (consorcios, joint-ventures,
subcontratación avanzada y franquicias) en el desarrollo de transacciones».

No es posible ignorar, y sobre todo después de contemplar muchos episodios de la crisis


actual, que «la empresa del futuro debe integrar y clarificar las relaciones entre los grupos que
configuran la mismo, no sólo directivos y accionistas, sino también empleados, clientes, provee-
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

dores, Administraciones públicas, comunidad [enfoque Stakeholders]». Por cierto, los últimos
consejos antes de morir, del empresario sueco Wallenberg a sus hijos, por ahí fueron.

Todo esto se relaciona con la responsabilidad social de la empresa (RSE). Esta supone
«que las empresas incorporen criterios sociales y medioambientales en las actividades econó-
micas y en las relaciones con sus grupos de interés», lo que, derivado de la crítica implícita de
esto al ‘teorema de la mano invisible’ de Smith supone un cambio radical de orientación de
aquello que Milton Friedman, como heredero, formuló así en 1970 en el New York Times Magazi-
ne: «Pocas tendencias podrían socavar tan profundamente los cimientos de nuestra sociedad
como la asunción por parte de los representantes de las empresas de una responsabilidad social
que no fuese la de hacer tanto dinero como fuese posible para los accionistas». Como destaca
el profesor Cuervo, al iniciarse este sendero de una RSE «con entornos transparentes, competi-
tivos, evitando prácticas no éticas [corrupción, soborno]», es evidente que «una vez más, se ha
vuelto relevante para la creación de riqueza empresarial, el funcionamiento de las instituciones,
las normas y los valores de la sociedad», esto es, se recupera «el significado de las palabras
confianza, integridad e información».

La reflexión continua sobre esta exhaustiva aportación de Álvaro Cuero, es fundamental,


pues, para entender el futuro de nuestra economía por el enorme peso que en ella va a desempe-
ñar, por fuerza, la empresa.

Necesitaba tener este trabajo un colofón digno del esfuerzo aquí desplegado previamente
por una pléyade realmente impresionante de investigadores españoles de la economía. No podía
encontrar mejor cierre que el ofrecido por la aportación del catedrático de la Universidad
Complutense, Calor Sebastián, titulado «La mejora de la productividad en la economía españo- 43
la: las reformas necesarias». Su comienzo, ciertamente impresiona: «La economía española
creció entre 1986 y 2007 a un ritmo superior a los países de su entorno. Pero, sin embargo [...],
de acuerdo con la contabilidad de crecimiento de Groningen, entre 1990 y 2004, la productividad
del trabajo creció en UE15 un 1’4% anual y en España lo hizo un 0’6% y en el mismo período la
productividad total de los factores (PTF) creció un 0’8% anual en la UE15 mientras que lo hizo en
un 0’0% en España», aunque otros cálculos dan un crecimiento negativo de la PTF. Y «según los
datos de la Groningen Data Base, entre 1989 y 2007, el crecimiento del PIB por trabajador fue en
España el más lento de los 28 países de la OCDE (excluimos Luxemburgo e Islandia) y el
segundo más lento en PIB por hora trabajada (tras México)». Al explicar todo esto, se abandona,
correctamente, por el profesor Sebastián, una cierta tautología de considerar que se debe a la
incorporación de nuevas tecnologías, porque, «¿por qué en España se incorporan con menor
intensidad?».

¿Dónde se agazapan los incentivos básicos que «condicionan las decisiones de los agen-
tes económicos»? La contestación es importante:
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

«Las leyes, normas y regulaciones y el funcionamiento del Gobierno y las Administraciones públicas
constituyen instituciones formales que condicionan la actividad económica. Pero el grado de cumplimiento de las
leyes y de los acuerdos privados (contratos y demás) y la posibilidad de recurrir a instancias que garanticen
esos cumplimientos y resuelvan eficazmente las disputas entre ciudadanos y entre éstos y la Administración, es
decir los elementos que dotan de seguridad jurídica a la sociedad, son componentes fundamentales para
generar los incentivos apropiados para una actividad económica eficiente y para el desarrollo de innovadores.
Y también lo son la limpieza y la transparencia con las que actúan los responsables de aprobar y aplicar las
normas y de gestionar el aparato del Estado, incluidos políticos, funcionarios y servidores de la Justicia».

A partir de ahí se efectúa el que podríamos denominar mas actualizado e importante desplie-
gue comparativo institucional de la economía española a partir de tres indicadores –que tienen
entre sí «una correlación relativamente alta»: el WB Governance, el WEF Executive Opinion Survey
(EOS) y el WB Doing Business (DB). Obtenemos así que, entre los 28 países de la OCDE, en el
indicador agregado de Governance, «España ocupa la posición 18, a una distancia considerable de
los países más avanzados [...] quizá con la excepción de Italia [...]. España se encuentra en el
puesto 19 en eficacia de la Administración y en el 20 en calidad del marco regulatorio (incluso
detrás de países como Eslovaquia y Hungría) y ocupa la posición 18 tanto en grado de cumplimien-
to de las leyes como en control de la corrupción». En «el indicador agregado derivado a partir de la
EOS para los 28 países de la OCDE, España ocupa la posición 21, encabezando el grupo de
países con peores valoraciones, bastante distanciado de las posiciones de cabeza [...]. En la
mayoría de los casos los únicos países que se encuentran detrás de España son los países
menos desarrollados (Grecia, Turquía, Eslovaquia, Hungría, Polonia y México) e Italia». Y en el
indicador agregado de Doing Business (DB), España, de esos 28 países de la OCDE, se encuentra
en el puesto 24:
44
«A ello contribuye ocupar la posición 28 y última en contratación laboral, por tener el valor máximo en el índice
de dificultad de contratación y en el índice de rigidez de empleo, y estar por encima de la Q3 de la OCDE en costes de
despido y en rigidez horaria y el puesto 27, penúltimo, en las condiciones para crear una empresa, debido a la larga
duración del proceso (47 días, la más alta de la OCDE) y a un coste elevado en términos relativos».

Añádase a todo eso lo que sucede con los diez aspectos más limitativos para los empre-
sarios españoles según una encuesta de Metroscopia, aparte de que «en España hay cierta
tolerancia con la corrupción», y desde luego «a lo largo de los casi cincuenta años en los que
España ha pasado de ser una atrasada sociedad rural a una sociedad capitalista moderna, en
ningún momento el empresario emprendedor ha sido modelo del triunfador social».

De todo eso «se deriva claramente la necesidad de reformar el marco institucional para
revertir el proceso de divergencia en la productividad» enmarcado en un índice de propuestas,
acompañado de «una reflexión pesimista sobre la escasa probabilidad de que se vaya a empren-
der, quizá ni siquiera a debatir, la primera de esas reformas», y ello «porque entrarían en contra-
dicción con los intereses y objetivos de los que detentan el poder de facto».

* * *
INTRODUCCIÓN: SOBRE LA EVOLUCIÓN FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
JUAN VELARDE FUERTES

Creo que este conjunto de docentes e investigadores de las Universidades Complutense,


Pablo de Olavide, Francisco de Vitoria, de Zaragoza, Autónoma de Madrid, de la UNED, de
Córdoba, de Alcalá, Pontificia Comillas, CEU San Pablo, Politécnica de Madrid y de la IE Busi-
ness School, ha señalado con justeza dónde se encuentran las posibilidades y los riesgos que
se alzan para el futuro de España. De ellos se desprende un mensaje realista y exigente que
enlaza precisamente con algo que el académico y catedrático Luis Olariaga señaló al contem-
plar el agobiado panorama de la economía española en la década de los cuarenta del siglo XX:
«Ocho, diez años en la vida económica moderna, son suficientes para encumbrar a un pueblo en
el concierto internacional o para dejarlo batido y rezagado por medio siglo».

Este es un momento histórico clave, porque España, a mi juicio reclama, en lo económi-


co, aquello que se escribió así en una poesía de Rilke, fechada en la Navidad de 1901:

Queremos que algo grande nos pase;


que la suerte no sea una limosna,
que no nos den consuelo en el dolor.

Juan Velarde Fuertes


Palacio de La Granda (Gozón-Asturias)
18 de agosto de 2009

45
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA
Jaime Lamo de Espinosa
Universidad Politécnica de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
Llevamos ya casi un par de años hablando de la crisis We have been talking about the international economic
económica internacional. En ese tiempo todos hemos vivido crisis for almost a couple of years now. We have all been under
dominados por las subprime, los Madoff, la quiebra de Lehman the yolk of the sub-primes and Madoffs of this world, the Lehman
Brothers, los problemas de Freddie Mac y Fannnie Mae, la Brothers bankruptcy, Freddie Mac and Fannie Mae's troubles,
situación crítica de GM, los peligrosos días alrededor del 12 de GM's critical situation, those perilous days around 12th October
octubre pasado, las predicciones del FMI, la OCDE o el Banco last year, the FMI's, the OECD's or the Bank of Spain's
de España, etc. Hemos achacado los orígenes de la crisis a predictions. The origin of the crisis has been blamed on multiple
múltiples causas. Se nos dice a los economistas que nuestra causes. The economists were told that our science was unable
ciencia no fue capaz de predecir, sólo de dictaminar lo ya to predict anything, all it did was determine what had happened
pasado y se especula sobre el fin de la crisis/recesión, sobre and to speculate on end of the crisis/recession, above all when
cuándo tocará fondo, e incluso debatimos sobre lo que queremos it would end. We even debated the meaning of the expression
decir con la expresión "tocar fondo", que cada uno la interpreta "to hit rock bottom", everyone was to interpret it as they deemed
en la forma que mejor le parece intelectualmente o más le intellectually acceptable or politically convenient.
conviene políticamente. And, «Right in the middle of it we lost Don Beltrán…». If,
Y «en medio de la polvareda perdimos a Don Beltrán…». in the midst of these serious problems (GDP, unemployment,
Sí, en medio de estos serios problemas (PIB, paro, energía, energy, deficit, costs, labour, flexi-security, labour relations,
déficit, costes, mano de obra, flexiseguridad, relaciones laborales, model changes, etc.) we have forgotten, as almost always, a
cambio de modelo, etc.) nos hemos olvidado ?como casi sector whose crisis is no less important than that of the general
siempre? de un sector cuya crisis hoy no es menor que la crisis, which started prior to the sub-primes where substantial
general, que se inició antes de las subprime y donde están variations are taking place which are readjusting the food and
ocurriendo variaciones sustantivas que están reconfigurando el agriculture sector as we have known it until now. A system that
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

sistema agroalimentario hasta ahora conocido. Un sistema que came into being after WW2 with the Treaty of Rome, and
nació tras la Segunda Guerra Mundial con el Tratado de Roma, whose latest macro-economic results are beginning to show an 47
y cuyos últimos datos macroeconómicos comienzan a mostrar inconvenient development.
una más que incómoda evolución.
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

1. Introducción

Llevamos ya casi un par de años hablando de la crisis económica internacional. En ese


tiempo todos hemos vivido dominados por las subprime, los Madoff, la quiebra de Lehman Brothers,
los problemas de Freddie Mac y Fannnie Mae, la situación crítica de GM, los peligrosos días
alrededor del 12 de octubre de 2008, las predicciones del FMI, la OCDE o el Banco de España,
etc. Hemos achacado los orígenes de la crisis a múltiples causas. Se nos dice a los economis-
tas que nuestra ciencia no fue capaz de predecir, sólo de dictaminar lo ya pasado y se especula
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

sobre el fin de la crisis/recesión, sobre cuándo tocará fondo, e incluso debatimos sobre lo que
queremos decir con la expresión «tocar fondo», que cada uno la interpreta en la forma que mejor
le parece intelectualmente o más le conviene políticamente.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Y «en medio de la polvareda perdimos a Don Beltrán…». Sí, en medio de estos serios
problemas (PIB, paro, energía, déficit, costes, mano de obra, flexiseguridad, relaciones labora-
les, cambio de modelo, etc.) nos hemos olvidado «como casi siempre» de un sector cuya crisis
hoy no es menor que la general, que se inició antes de las subprime y donde están ocurriendo
variaciones sustantivas que están reconfigurando el sistema agroalimentario hasta ahora conoci-
do. Un sistema que nació tras la Segunda Guerra Mundial con el Tratado de Roma, y cuyos
últimos datos macroeconómicos comienzan a mostrar una más que incómoda evolución. Por
eso se ha podido escribir muy recientemente y con razón que «the real crisis is food»1.

He creído conveniente conducir al lector por este inmenso laberinto de «lo agrario» exami-
nando: a) las grandes tensiones entre oferta y demanda que se están generando a nivel mundial
y que son reflejadas con gran precisión por los precios de los futuros de Chicago y por el Índice
Báltico; b) cómo la crisis financiera global y la anterior han incidido en el comportamiento de
nuestras macromagnitudes nacionales, cuyo deterioro viene de atrás pero que se ha acentuado
los últimos años; que c) se manifiesta en casi todos los subsectores agrarios y cuya vía ha sido
d) hacia atrás, el fuerte aumento de los costes agrarios (CI); y e) hacia delante en la «doble
presión inversa» que los mercados de los inputs y la distribución ejercen sobre los precios
agrarios, para más tarde, f) exponer varios paradigmas nuevos de cuya evolución dependerá, en
mucho, el futuro de un sector en decadencia, que ha perdido su papel en el mundo desarrollado
y que, al tiempo, trata de encontrar otro lugar diferente en el resto. Finalmente, examinaremos
las políticas capaces de hacer evolucionar a la agricultura española y europea en la dirección
correcta; dicho de otro modo, la «nueva PAC» y las «políticas agrarias autonómicas» en el seno
de una inexistente «por ahora» política agraria nacional.

48
Gráfico 1: Precios del trigo en futuros de Chicago (datos semanales)

1
SUMMERS, Graham (2009): «The real crisis is food: Beginning of the Bull for Agriculture»; en Seeking Alpha (22 de junio). Disponible
en http: http://seekingalpha.com/article/144675-the-real-crisis-is-food-beginning-of-the-bull-for-agriculture?source=article_sb_popular
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

2. El desajuste oferta-demanda mundial

La curva que sigue representa el comportamiento de los precios del trigo en los últimos
años en el mercado de futuros de Chicago y muestra la alta volatilidad de los precios de las
materias primas agrarias. Podrían aportarse otras similares para los grandes productos mundia-
les: arroz, cebada, maíz, soja, etc., pero no vale la pena. Casi todos repiten, de forma más o
menos paralela, lo ocurrido con los precios mundiales del trigo. Suben desde finales de 2007
hasta estallar en una fuerte llamarada en 2008 y comienzan a caer en el T2 para hacerlo más
fuertemente en el T3 y T4 de ese año, y luego elevarse en estos últimos meses de 2009, hasta
ahora de modo paulatino y no acelerado. ¿Cuál ha sido la causa y qué pronóstico cabe formular?

Lo primero es constatar que muchos estudios europeos2 confirman que, en euros cons-
tantes, las últimas dos décadas han visto como los precios reales del trigo se reducían hasta la
«llamarada» (así la calificó el profesor Juan Velarde) del año 2007 (hubo otra anterior en 1974
fruto del choque del petróleo), pero los avances de productividad agraria hicieron bajar los precios
al agricultor pero no del consumidor.

Es interesante observar que –de algún modo– esta curva mantiene alguna corresponden-
cia con el poco usado en España Indice Báltico (Baltic Dry o BALDRY3 ). Este Índice refleja la
contratación de fletes marítimos de car-
ga seca de las 26 principales líneas
Gráfico 2. Evolución del Índice Báltico (abril de 2008-julio de 2009)
marítimas del mundo, y allí se agrupan
los fletes del cobre, carbón, hierro, gra-
nos, etc. Cuando la economía mundial
camina hacia la crisis van reduciéndo- 49
se los contratos y los fletes inician una
senda bajista. Cuando el PIB decrece,
el comercio mundial desciende y el
BALDRY se reduce.

Pese a tratarse de uno de los


índices que mejor captura el «momen-
to ciclo», que refleja la evolución del
transporte de carga seca (hierro, trigo,
algodón, etc.), y que desde siempre ha
mostrado una alta significación sobre
el momento y el ciclo económico pare-
ce que ha sido poco observado en el
año 2008. Porque este BDI pasó en el

2
BUTAILT, Jean-Pierre (2008): «La relation entre prix agricoles en prix alimentaires»; en Revue Française d’Economie (XXIII, 2).
3
http://www.balticechange.com/default.asp
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 3. Evolución del Índice Báltico (octubre de 2008-marzo de 2009)

segundo semestre de 2008 desde un valor 11.000 (mayo-junio) a 700 (diciembre), un -93%,
cayendo las tarifas de carga desde 240.000 dólares por día a 7.340, lo que demuestra que la
demanda y el comercio mundial estaban desplomándose a esa misma velocidad, meses en
los cuales también caen violentamente –si se observa el Gráfico 1 se podrá comprobar– los
precios agrarios mundiales. Si hubiéramos estado más atentos al BDI y siendo, como es, un
indicador temprano de la economía, podríamos haber percibido que la economía real se estaba
paralizando fuertemente al comienzo del T2 de 2008. Y tal vez sea un suave «brote verde» lo
50 que se observe ahora, pues tras el «fondo plano» de la curva que va desde octubre de 2008 a
mayo de 2009, hay un cierto repunte del mismo en las últimas semanas (índice 1.986 en
marzo de 2009 y 3.402 en julio).

Ha habido sin duda varias concausas para esta fuerte subida de precios y su posterior
derrumbamiento. De una parte, una demanda creciente desde los países emergentes cuyas
rentas per cápita y su PIB han crecido en los últimos años con dos dígitos –China e India– y que
ahora, a mitad de 2009, lo hacen con tasas altas cercanas al 8%. De otra, la nueva demanda de
productos agrarios para la obtención de bioetanoles (trigo, cebada, maíz, azúcar de caña) o
biodiésel (soja, colza, girasol). Finalmente, la presión sobre los precios de los nuevos fondos
especulativos sobre commodities generados a partir de las subprime.

Las demandas alimentarias de los países mencionados son notorias. Publiqué sus cifras
relativas vs los consumos de la UE o de EEUU en Papeles de Economía (nº 117-2008). Hoy
repito aquí aquellas cifras y comentarios:
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

«En Europa consumimos unos 252 kg/hab. al año de trigo, 122,8 de maíz, 41,8 de aceite vegetal, 68,4 de
leche, 17,5 de carne de ternera y 15,3 de carne de pollo (Departamento de Agricultura de EEUU). Pues bien
frente a tales consumos en la India son 64-13-10,4-35-1,3 y 1,8 respectivamente. Y en China 76-107,5-17,5-
10,4-5,4 y 7,6. Basta comparar tales cifras para hacerse una idea de la magnitud del cambio que viene. Pues
si calculamos las diferencias y aplicamos las mismas sobre la población de cada país, resulta que, por ej., la
demanda adicional de trigo ‘si’ sus consumos se igualaran a los de la UE obligaría a duplicar la producción
mundial actual. Ya sé que tal cambio no se va a producir en unos pocos años. Que requiere tiempo, sí. Pero hay
que ser consciente que ese cambio ya ha empezado y no va a frenarse o desacelerarse porque esos dos
países –más otros muchos más de los llamados emergentes– crecen con tasas desconocidas en el mundo
occidental (Europa y EEUU). Y sus economías ya pesan más del doble que las comentadas. Y sus habitantes
quieren –y tienen el mismo derecho que nosotros– alimentarse de modo similar y pasar de sus 1.200/1.500
calorías por habitante a las 3.000 (o más) del mundo occidental.»

Tales demandas se están viendo ahora algo frenadas porque el PIB de tales países ya no
crece a esa intensidad, los flujos migratorios hacia la ciudades se están invirtiendo y eso lleva a
patrones de consumo más propios del medio rural, y porque también las demandas de todos los
países desarrollados sumidos en la crisis/recesión que estamos viviendo está haciendo caer los
consumos unitarios; en pequeña proporción, es cierto, pero cayendo. Pero no cabe descartar
que si se toca fondo y los «brotes verdes» pasan a ser algo más que eso, indicios, tales deman-
das vuelvan a una senda ascendente. Y de ser así, si los consumos tienen hacia las cifras antes
señaladas, la oferta mundial de alimentos no será suficiente para atender a la demanda.

De otra parte ha habido una sobrepresión compradora sobre las diferentes commodities
antes mencionadas para el mercado de biocombustibles. Éste se comporta últimamente –está
estadísticamente demostrado– con curvas paralelas a las de los precios del petróleo. Si éste 51
sube, aumentan las compras de commodities para elevar la oferta de biocombustibles. Por tanto,
si se iniciara una demanda mayor de petróleo y sus precios se elevaran, habría una sobredemanda
de productos alimentarios mundiales, lo que presionaría nuevamente sobre sus precios.

Está también demostrado que durante los primeros meses de la crisis los mercados
financieros volvieron sus ojos hacia el sector alimentario porque sus precios no dejaban de subir
y apostaron sobre los futuros. Los fondos que especulan sobre commodities son parte del siste-
ma financiero global. Durante 18 meses los operadores sacaron millones de millones de dólares
de bonos, hipotecas, etc. para llevarlos a materias primas, por lo que se ha podido hablar del
«superciclo de las commodities» (Macwhirte, 2008). Y en los últimos 9 meses de 2007 los
capitales invertidos en commodities se multiplicaron por 5 en la UE y por 7 en EEUU. Pero no
sólo eso. El volumen de futuros negociados entre febrero de 2005 y febrero de 2008 creció en
maíz un 85%, en trigo un 125%, en soja un 56% y en azúcar un 100%. Si en un año normal se
negocia en futuros de Chicago 20 veces la cosecha anual de EEUU, en 2007/08 ese ratio fue de
80 cosechas.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

El resultado final de todo ello fue el calentamiento del mercado ya descrito. Pero ahora el
escenario no es exactamente igual… pero puede serlo. OCDE, FAO, etc. manejan cifras que
apuntan a que la producción mundial de los 2 millones de toneladas de cereales se reparten,
mitad y mitad, entre los países desarrollados y los restantes, que la tasa de crecimiento en las
últimas décadas es muy baja, y que el mundo no dispone de stocks estratégicos para hacer
frente a una crisis alimentaria4. Y ello frente a demandas de trigo o maíz crecientes no sólo para
usos alimentarios humanos sino para usos como pienso o para biocombustibles. El caso del
arroz es diferente porque no se usa una sola tonelada para biocombustibles, pero en cambio su
consumo crece a tasas del 2,6% anual, lo que también deteriora las reservas.

«Las ovejas se comen a los hombres». Tan sorprendente frase tiene ya casi cinco siglos
y se debe a la pluma de uno de los más grandes pensadores del XVI, Sir Tomas Moro, cuyo
nombre está tan estrechamente unido a los de nuestro compatriota Luis Vives y a ese otro gran
humanista que fue Erasmo de Rótterdam. Pues bien, en su famosa Utopía, Moro escribe la frase
anterior aludiendo a cómo los cercados de las fincas, autorizados por Enrique VIII, habían desvia-
do las tierras del cultivo de cereales, trigo para pan preferentemente, hacia los pastos y la
producción de ganado ovino, desde entonces una de las características del paisaje inglés. Por
eso las ovejas se comían a los hombres, porque devoraban los pastos allí donde debía nacer el
trigo para alimentar a los labriegos británicos.

Algunos han querido ver algo así en los biocombustibles, como si su producción comiera
el trigo/maíz para los hombres. Sinceramente, creo que no es así, aunque es indudable que
estamos viviendo una etapa desconocida en la vieja Europa desde hace muchos años. Sin duda
los biocombustibles compiten con los usos alimentarios de tales materias primas y son una
52 demanda nueva en el mercado. Pero las cifras relativas que hoy se aplican a tal finalidad son tan
escasas respecto a la producción mundial que es difícil imaginar que esa sola sea la causa.

Por otra parte, es evidente que las fuertes elevaciones de precio en periodos tan breves
son fruto de la escasez relativa que no sólo es explicable por la competencia mencionada. A ello
hay que añadir cosechas muy irregulares en varias zonas productoras del mundo por causa del
cambio climático, la escasez de reservas mundiales de trigo y maíz, las tasas a la exportación
implantadas por algunos grandes productores –Argentina, Ucrania, Kazajstán, etc.– para evitar
problemas internos de abastecimiento, tales como los surgidos hace poco en Burkhina, Haití y
otros, con las revueltas populares consecuentes.

Pero, sobre todo, si la causa estuviera en los biocombustibles, ¿por qué habrían de subir
acelerada y paralelamente los precios de la leche y de la carne con los que no se hacen
bicombustibles? La explicación es más sencilla: porque la razón no está en esas producciones,
sino –como ya ha quedado señalado– en el crecimiento de la población en los llamados BRIC

4
Vid. URBANO TERRÓN, Pedro (2009): «Las ofertas y demandas globales de trigo, maíz y arroz. ¿Hay alimentos para todos?»; en
LAMO DE ESPINOSA, Jaime, coord.: Mediterráneo Económico (15): «El nuevo sistema agroalimentario en una crisis global».
Almería, Fundación Cajamar; pp. 47-66.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

(Brasil, Rusia, China e India), unido a fuertes tasas de crecimiento del PIB en cada uno de tales
países y un imparable y acelerado proceso de urbanización de su población, que gasta más en
alimentos, los pide con formatos propios de los mercados –súper o híper– occidentales, transfor-
mados ya en buena parte y, además, adapta su modelo alimentario al modelo occidental, cre-
yendo tal vez en su bondad e incluso que su consumo puede llegar a transformar rasgos y
aproximarlos a los modelos de belleza que el cine difunde globalmente. A belleza global alimen-
tos globales. Pero, hoy por hoy, no hay para todos.

La conclusión es clara. No disponemos de alimentos suficientes para las demandas


actuales –están creciendo según FAO el número de subnutridos, llegando ya a los 1.000
millones de habitantes–, y mucho menos para las previsibles si los emergentes vuelven a su
senda de crecimiento anterior. Y frente a ello, sólo una nueva combinación, un nuevo mix de
tecnologías, regadíos, enseñanzas y mejora en el uso de los factores puede resolver esta
ecuación malthusiana.

3. El sector agrario español: impacto de la crisis y comportamiento


de los subsectores
3.1. Las macromagnitudes

¿Cómo ha incidido esta crisis global y estos aumentos de los precios alimentarios globales
en la economía agraria española? Y, ¿en qué estado se encuentra tal sector? Los datos que
siguen proceden en buena parte del cuadro macroeconómico del sector publicado por el MARM
(segunda estimación, enero de 2009) en base a los datos del año 2008 y anteriores hasta el año 53
1990. Todos ellos pueden ser objeto de consulta en la página web del ministerio5. Pero cuando
afirmo «en buena parte» es porque algunos de tales datos serán corregidos por otros por razones
metodológicas que se explican más adelante.

No voy a repetir aquí parte de lo ya escrito en el anterior número de Mediterráneo


Económico (15) o en otras publicaciones previas, donde tuve ocasión de apuntar algunas de
las ideas que se desarrollan en estas páginas6. Entonces estaban en período de maduración y
hoy –pienso– están ya suficientemente elaboradas.

Vayamos de lo general a lo particular. Hay unas, muy pocas, macromagnitudes que defi-
nen al sector agrario: su Producción Final Agraria (PFA), los Consumos Intermedios (CI), la
cuantía de las subvenciones recibidas (S), la Renta Agraria (RA) y esta misma magnitud neta de
subvenciones (RA-S). A ello se añade siempre otra crucial: la RA/UTA o renta agraria por Unidad
de Trabajo Anual7.
5
http://www.marm.es (estadísticas de Medio Rural y Marino).
6
Ver los trabajos del autor (ambos de 2009): «Presentación y reflexiones en una coyuntura singular», en Mediterráneo Económico
(15), pp. 13-29; y «La crisis agraria y la crisis económica», en Agrónomos (38), pp. 10-18.
7
La UTA (o Unidad de Trabajo Año) representa el trabajo realizado por una persona a tiempo completo en un año.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 4: La Producción Final Agraria (PFA) entre 1990-2008. En euros constantes de 1990

Comenzaré por presentar la evolución de la PFA desde 1990 a 2008, expresada en euros
constantes de 1990. Puede apreciarse que la cura crece desde 1992 a 2003, para luego caer
progresivamente año a año, hasta los años 2007 y 2008, que experimentan un cierto repunte.
También a precios básicos se puede ver que el máximo de la PFA española es alcanzado en
2003 (42.155 millones de euros), no habiéndose recuperando esa cifra desde entonces.

Pero en la agricultura las variaciones anuales no tienen relevancia, son las tendencias. La
54 explicación la daba ya hace años Valentín de Andrés Álvarez cuando escribía lo que sigue en la
presentación del libro traducido de David Ricardo Principios de Economía Política y de Tributación:

«Una gran cosecha puede ser causa de un mal año para el labrador, porque ¡bajan tanto los precios!... Una
sequía moderada, una pequeña plaga o una granizadita pueden hacer mucho bien al campo»8.

Lo malo es que esta evolución también ha sido seguida por la Renta Agraria. En el docu-
mento titulado Renta Agraria. Año 2008 figura que la RA experimentó una reducción de -4,7% en
2008 respecto al año anterior, pero cuando buscamos la tendencia vemos como la Renta Agraria
de los años 2005-2008 son muy semejantes a las 2001-2004 en euros corrientes. Pero en euros
constantes –cifras MARM– la RA alcanza su máximo en 2003 para luego descender.

Y la RA/UTA a precios constantes es en 2008 de 12.119 euros, cifra casi similar a la de los
años 1993, 1994 y 1995, habiendo alcanzado su máximo, también, en 2003. Y eso ocurre cuan-
do se dan dos situaciones que deberían haber elevado mucho tales ratios:

8
«Prólogo» de Valentín ANDRÉS ÁLVAREZ en RICARDO, David (1959): Principios de Economía Política y Tributación. Madrid,
Aguilar (ed. or. en inglés: 1817). Traducción y edición a cargo de Valentín Andrés Álvarez.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

a) Que las UTAS han caído desde 1.286.600 en 1990 hasta 998.200 en 2008; es
decir, un -22,4%.

b) Y que desde el año base 1990 las subvenciones procedentes de la PAC han ido cre-
ciendo y se han ido añadiendo a la RA, por lo que, dada la cuantía de tales subvencio-
nes, la RA debería haber crecido sustancialmente.

Si profundizamos algo más vemos cómo la RA –medida ahora en euros constantes–


mantiene una tendencia estable, con una suave caída entre 1990 y 2008, pero se altera brusca-
mente entre los años 2003 a 2008 en que se desploma con una notable intensidad, pasando de
15.500 euros a 11.463; es decir, pierde un -26,1% en cinco campañas.

Gráfico 5: Renta Agraria (1990-2008). En euros constantes de 1990

55

Gráfico 6: Renta Agraria sin Subvenciones PAC


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Y si esa RA se netea del llamado «Otras subvenciones» (RA-S), entonces el panorama es


más angustioso: la RA de cada año en euros corrientes pasa de 23.795 millones de euros (2003)
a 17.690 (-25,7%) pero la regresión muestra una fuerte caída en euros constantes a lo largo de
los años estudiados y una aún más delicada situación entre los años 2003 a 2008, en los que
decrece un -39,3% (pasa de 14.013 a 8.513 euros), lo que es lógico porque las «Otras Subven-
ciones» en esos años pasan de 2.529 millones de euros a 5.992.

Pero hay que advertir que estas «Otras subvenciones» no son las únicas percibidas por el
sector. A ellas hay que añadir las que se hallan insertas en cada subsector productivo, las «no
desacopladas», que, en ocasiones, son las que permiten crear la falsa ilusión de un sector en
mejor situación que la real. Y ello es así por una cuestión metodológica.

En el cuadro macroeconómico antes considerado como base, las cifras de cada subsector
(cereales, plantas industriales, etc.) no constituyen su Producción Final Agraria, propiamente
dicha; es decir, no es sólo el producto de la cantidad (volumen) por el precio, sino que a ese
producto se le añade la subvención directa recibida ligada a la producción. Si queremos saber la
PFA de cada subsector hay, también, que netearla de estas subvenciones (que no aparecen en
ese cuadro). Y para ello hay que recurrir a las cifras que el MARM aporta directamente a Eurostat.
Hay que decir que, en general, su sustracción no altera en mucho los resultados finales del
análisis pero, como es obvio, empeora en algo los resultados.

Tabla 1. Índices de Precios Percibidos y Pagados

56 Año Ind. P. Percibidos Ind. P. Pagados IPPer/IPPag

1990 100 100 1


1991 99,76 111,79 0,89
1992 93,03 113,43 0,82
1993 97,89 117,39 0,83
1994 109,38 120,84 0,9
1995 119,21 124,83 0,95
1996 120,24 130,36 0,92
1997 115,17 133,63 0,86
1998 113,28 132,14 0,86
1999 112,01 130,18 0,86
2000 115,28 137,45 0,84
2001 118,38 140,47 0,84
2002 113,54 141,57 0,8
2003 119,77 129,92 0,92
2004 120,85 135,23 0,89
2005 124,4 137,15 0,91
2006 123,27 141,33 0,87
2007 130,71 153,11 0,85
2008 134,48 178,45 0,75
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

Las conclusiones deducidas se comprenden mejor y quedan aún más reforzadas si exa-
minamos el distinto comportamiento de los Índices de Precios Percibidos y Precios Pagados
correspondientes a los años señalados, así como el Índice que relaciona a ambos.

Como puede apreciarse los Precios Percibidos «corren» en tales años a velocidad muy
inferior a los «pagados». Éstos además muestran una fuerte aceleración en los años 2006-2008,
lo que hace que el deterioro del Índice Percibidos/Pagados se deteriore aún más, pese a que los
precios en 2008 crecieron globalmente de modo notable.

Y así el cociente de ambos en los años estudiados muestra la pérdida de rentas agrarias
que se ha podido deducir de los datos anteriores. Tan sólo el año 2003 se distingue de todos los
demás, no por superar la unidad que sería lo deseable, sino por ser el cociente más favorable de
todos. Ya lo habíamos comprobado en otras estadísticas anteriores.

Por lo que hace al año 2008, cada trimestre ha sido peor que el anterior. En el T1, las
tasas de variación anual fueron, respectivamente (precios percibidos y precios pagados), 9,7% y
20,5%; en el T2 crecieron el 10,8% y el 24,2%; en el T3 fueron 5,6% y 21,2%; y, finalmente, en
el T4 los valores fueron -9,7% y 5,7% (Síntesis Indicadores Económicos e INE). Es decir, la
relación de intercambio ha sido muy negativa para el campo, para todo el campo en general,
trimestre a trimestre.

También la crisis general ha incidido en otros aspectos de la agricultura no comentados


hasta ahora. De una parte también el sector está sufriendo un aumento de sus cifras de paro. El
número de parados (EPA- INE) muestra 114.000 parados en el T1/2008, para ser 121 en el T2,
145 en el T3, 149 en el TIV y 170 en T1 de 2009, que se han visto agrandados en 24.000 parados 57
más en la EPA del T2 de 2009. Y, de otra, las dificultades crediticias están afectando a coopera-
tivas y agricultores, no sólo en la caída de sus precios de venta por menor demandas como en
vino, aceites o cítricos u ovinos, como en la morosidad en el cobro de sus productos vendidos e
incluso en la insolvencia de numerosas firmas clientes. A lo que se une el no encontrar compra-
dor para muchos productos y verse sometidos a vender «a resultas», práctica ésta que se va
generalizando de modo alarmante. Sí, la crisis del crédito no sólo está entre las grandes empre-
sas y la banca y cajas, también está extendida –y en proporciones alarmantes– con cooperati-
vas y agricultores y ganaderos .

3.2. El comportamiento subsectorial

En ese contexto, ¿cómo se han comportado cada subsector en este período? Veamos
ahora para cada uno su evolución a grandes rasgos:
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

- Los «cereales» vienen derrumbándose (en euros constantes) entre 1996 y 2006,
fecha a partir de la cual suben bruscamente (aunque parece que 2009 volverá a ver un
cierto retroceso), fruto de la crisis cerealista mundial descrita anteriormente que
causó la elevación de precios ya comentada; pero las caídas de precios del final del
2008 y los altos precios de los fertilizantes en sementera, desanimaron las siembras
en España y, en consecuencia, la producción de 2009 de cereales de invierno se ha
visto ya muy reducida.

- Las «plantas industriales» se desmoronan desde 1994 –caen casi dos tercios– , lo que
no es de extrañar si se examina el desastre de lo ocurrido con la remolacha y el algodón,
sectores con una amplia presencia en este ítem y que tuvieron durante muchos años un
importante papel en la agricultura española de Aragón, Castilla y Andalucía.

- Lo mismo ocurre con las «plantas forrajeras», que se reducen en un -50%.

- Lo contrario que en «hortalizas» donde la producción sube hasta el año 2003 –nueva-
mente el máximo en 2003–, se duplican entre 1990 y 2003, para iniciar una senda
bajista hasta 2008 en que pierde casi un 20%, pero el conjunto ofrece un perfil alcista
en los 19 años considerados y, además, aquí no hay subvenciones, por lo que el
resultado es fruto de la actividad económica y de las buenas prácticas productivas y
comerciales. Es además, junto a «frutas», nuestro primer sector exportador, para el
que el agua, el riego es de crucial importancia.

- Un subsector con un anómalo comportamiento es de la «patata», cuyas producciones


58 vienen cayendo desde los años 1994-1995, así como sus exportaciones, habiéndose
invertido la tendencia, hasta tal punto que hemos pasado de ser un sector netamente
exportador a otro netamente importador, particularmente desde Francia. España ha
importado ya ocho veces la cantidad de patatas que ha exportado en los 4 primeros
meses de 2009. Incluso importamos de Reino Unido, quien hasta hace poco era poco
un cliente tradicional, más de lo que exportamos.

- En las «frutas» encontramos otro subsector con un comportamiento verdaderamente


positivo. Desde 1993 hasta 2008, con algunas caídas estacionales, muestra un perfil al
alza indudable. Y año tras año se comprueba cómo éste es el sector fuerte de nuestra
economía agraria junto a las hortalizas. No en balde, ambos subsectores representan
nada menos que un tercio de nuestra economía agraria, cifra similar a toda la ganade-
ría. Y ambos altamente dependientes del agua y de las condiciones climatológicas,
por lo que habiendo clima es preciso llevar el agua hasta donde las condiciones climáticas
hacen posible su producción con calidad y en temporada/calendario oportuno para la
exportación, etc. Estamos, junto a hortalizas, con el segundo sector exportador de
toda nuestra economía, sólo precedido por automóviles.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

- Por su parte, el «vino» muestra claramente dos períodos bien diferentes: entre 1993 y
2000, donde la producción crece alcanzando un máximo en valor en ese año (fueron
los más altos precios); y entre 2001 a 2008 donde no deja de caer, siendo 2008 el peor
año registrado en más de dos décadas. Y así, por primera vez desde hace muchos
años, en 2009 comienzan a verse arranques de viñedos contra la costumbre de
replantaciones de años anteriores. Un cierto ajuste se impone, pero el sector está
sufriendo un año 2009 desconocido hasta ahora, con graves problemas en cooperati-
vas que afrontan la próxima campaña con demasiadas existencias en sus bodegas y
con escasa liquidez.

- Y, finalmente, el «aceite de oliva» que, con sus habituales «vecerías» y, por tanto,
oscilaciones de precios, mantiene una línea de tendencia alcista hasta el año 2004 –lo
que podríamos llamar sin equivocarnos «efecto Loyola del Palacio», pues a ella se
debe en parte las fuertes ayudas recibidas de la PAC–, a partir del cual comienza un
cierto declive muy acentuado en los años 2007-2009; año éste último en el que, inclu-
so, el sector ha pedido a la Comisión abra un mecanismo de almacenamiento privado
para contener las caídas de precios, que se han visto reducidos casi a la mitad de los
de hace dos años.

Por el lado «ganadero» –que representa otro tercio de la PFA–, la producción muestra una
caída suave pero constante en el período considerado. Muy acentuada en «carne y ganado», que
alcanza su cima productiva en 2001 para decrecer año tras año en los sucesivos. Examinemos
uno a uno cada subsector: 59

- Bovino. Se aprecian dos periodos bien diferenciados: hasta 1998, que alcanza su máximo
junto al año 2003, y desde entonces hasta hoy que no ha dejado de reducir su produc-
ción. Y la línea de tendencia demuestra que no parece recuperable una curva ascen-
dente, menos aún en época de crisis económica y ahorro familiar en que este consu-
mo siempre decrece. Cuando la I OPEP, la reacción del consumidor ante el alza del
petróleo/gasolinas fue reducir sus consumos de vacuno para desplazarlos hacia el
pollo y el porcino. Ahora está repitiéndose el fenómeno.

- Porcino. Éste es el sector estrella de nuestra ganadería y las curvas de tendencia así
lo demuestran. Su evolución ha sido ascendente en estos años, aunque con varios
subperíodos diferentes: 1993-1997 y 1999-2001 alcistas; y 1997-1999 y 2001-2003
bajista. Los años 2004-2008 se mantienen en euros constantes y crecen casi un 25%
entre 2004 y 2008. Ésta es una producción –junto con la avícola– claramente consumi-
dora de cereales-pienso, razón por la cual hoy importamos unos 10 millones de tone-
ladas frente a una producción nacional de 20 millones. Y se ha convertido en un subsector
fuertemente exportador, con cifras superiores a más de un millón de toneladas por año.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Pero esas fuertes importaciones a precios muy elevados en el año 2008 hicieron cerrar
miles de explotaciones ganaderas.

- Ovino y caprino. Estamos ante un sector crítico de la ganadería española con una
tendencia bajista en euros constantes desde el inicio del período considerado, sin
signo alguno de recuperación ni por el lado de la lana ni por el de la carne, y que a
precios básicos cae desde 2002 de modo notable. En carne alcanza su máximo en
1990 y su mínimo en 2008, con una diferencia entre ambos de -56,6%. La progresiva
caída de la demanda, la gran oferta europea y la crisis/inexistencia de los pastores
está, poco a poco, minando una ganadería tradicional e histórica entre nosotros.

- Las carnes de «aves» se mantienen absolutamente estabilizadas, al igual que el con-


sumo, aunque éste se recupera levemente al amparo de la crisis económica, como ya
ocurrió en los años 70 cuando la I OPEP.

- La «leche» cae con suave pendiente, y aunque su producción se recupera en los años
últimos 2006-2008, sus precios hunden las rentas del sector que está en lucha en toda
Europa. La cuota española asignada en su día fue muy escasa frente a la producción
real y no suficientemente corregida con el aumento posterior y el número de ganade-
rías se ha reducido a enorme velocidad en toda España.

- «Huevos». Su línea de tendencia es suavemente bajista, pero los años 2005-2008


muestran un alza de cierta intensidad.

60 Finalmente, el subsector «forestal» apenas si tiene peso en el conjunto, pese a que la


aparición de plantas industriales de bioenergías vía biomasa, está absorbiendo algo más de
madera de nuestros montes. Es este un aspecto a potenciar, el aprovechamiento de la biomasa
forestal, lo que contribuiría además a evitar la propagación de los incendios forestales.

Por su parte, los Índices de precios percibidos en euros corrientes acusan en cereales
mantenimientos en los años 1990-2003 y fuertes subidas en 2004-08; los cultivos industriales
mantienen una notable estabilidad; las hortalizas caen desde el año 2003; los cítricos desde
2001; el vino implacablemente desde 2000; el aceite en los últimos dos años; los productos
forestales desde 2001; y el ovino, porcino o aves para abasto alcanzan su máximo todos ellos en
2001, para descender a partir de esa fecha. La realidad es que los precios al productor, los
precios percibidos han disminuido en términos reales en las últimas décadas, mientras que la
baja de los precios al consumo ha sido mínima. Sólo una creciente productividad agraria y una
altísima tecnología han sido capaces de hacer progresar las producciones en aquellos sectores
donde tales avances se han podido constatar.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

¿Qué quiere decir todo lo anterior… hacia qué apunta? Es obvio: si con la considerable
lluvia de subvenciones de la UE «somos el segundo país perceptor pues, disponemos de unos
6.000 millones de euros, más las ayudas que van unidas a cada producción», si con la fuerte
reducción de UTAs, nuestra RA/UTA en euros constantes9 viene cayendo desde el año 2003 hasta
la fecha, y su cuantía actual es prácticamente igual a la de los años 1994-95 cuando todavía las
subvenciones eran reducidas, es que la producción agraria no está creciendo al ritmo deseado,
nuestra oferta agraria no aumenta con las tasas adecuadas. Y ello lo pone de manifiesto lo visto
en plantas industriales (remolacha, algodón), forrajeras, patata, vinos, ovino, leche, etc.

A lo que hay que añadir otra conclusión: que es imposible que exista relevo generacional
porque son los padres los que, a la vista de la evolución de sus rentas, aconsejan a sus hijos
abandonar el sector... a veces también el municipio o la aldea que les vio nacer, prosiguiendo así
la muerte lenta de los pueblos más rurales10 y acentuando la desertización de amplias regiones
del interior. Hoy quedan en España 1.036 municipios de menos de 100 habitantes y 4.861 muni-
cipios de menos de 1.000 habitantes (INE). En ambos casos, con una población altamente
envejecida. Son municipios que caminan inexorablemente hacia su extinción.

4. «Aguas arriba»: Los Consumos Intermedios

Veamos ahora lo que ha ocurrido estos años «aguas arriba»; veamos cómo una parte de
la crisis global le ha llegado al sector vía suministros de Consumos Intermedios (CI). Éstos están
integrados por las compras que el sector hace de energía, fertilizantes, piensos, etc. El porcentaje
que representan estos CI sobre la PFA muestra el grado de tecnología de una agricultura determina-
61
da. Y la española lo está notablemente. En 2008 tal relación fue el 47,8% de la PFA, tras variar un -
4,6% en cantidad debido a los fuertes precios de los mismos: nada menos que un 18,8% aumentaron
sobre los precios de 2007. Ello suma un CI de unos 20.000 millones de euros, cuya curva a precios
básicos muestra una fuerte y constante subida que se hace más patente en los años 2006 a 2008,
años en que las subidas de precios de los cereales-pienso y del petróleo indujeron fuertes alzas de
costes en la agricultura y la ganadería. Porque no hay que olvidar que los subsectores más
pujantes de nuestra agricultura en valor de su producción y en capacidad exportadora –
hortofrutícola, invernaderos, lácteos y porcino– son altamente intensivos en tecnología.

De tales CI son los piensos los que representan, nada menos, que casi una cuarta parte
de la PFA, siendo seguidos por la «energía y lubricantes» (5,1%) y los «fertilizantes y enmien-
das» (4,0%). Entre los tres mencionados agrupan el 67,5% del total de los CI de 2008 (eran un
61% en 2000). Y entre los tres son responsables de un 87,8% del aumento de tales CI en ese
año. Examinaremos seguidamente lo ocurrido en cada uno de ellos.

9
Las cifras están calculadas en función del deflactor implícito del PIB 1990=100 (INE). El Índice 113,3 de 2008 sólo nos aparece
antes en el año 1994, con 113,5. En el año 2003 alcanzó su máximo, con 141,7.
10
HERNÁNDEZ, Abel (2008): Historia de La Alcarama. Ed. Gadir.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

a) Los piensos

Es lógico suponer que el impacto alcista de los precios internacionales de maíz, soja, etc.
tuvo un fuerte efecto negativo en nuestra ganadería, y así ha sido. No olvidemos que España debe
importar cada año unos 10 millones de toneladas de cereales pata abastecer una ganadería
altamente intensiva y, en el caso del porcino, fuertemente exportadora. Los consumos de piensos
representaron un 65,7% de la PFA ganadera, cifra ésta verdaderamente anómala, pues en años
anteriores ese porcentaje se mueve entre un 58,3% (2007) a 50,2% (2003). Más anómala aún si
vemos que entre los años 2002 a 2006 la cifra de compra de piensos se movió en torno a los
6.500 millones de euros, unos 1.500 millones menos. Pero lo más llamativo es que cuando los
precios de los cereales comenzaron a bajar ello no se tradujo en reducciones de precios de una
cuantía análoga.

¿Es ésta una tendencia que durará en el tiempo? Coyunturalmente no; de hecho, el precio
de los cereales y proteaginosas en los mercados internacionales ha bajado sensiblemente,
aunque se puede apreciar un cierto repunte en los últimos meses. Dado que los precios del
maíz, trigo y soja están íntimamente unidos al precio del petróleo –vía biocarburantes– y el
petróleo se mueve, en buena medida, con las variaciones del PIB mundial, se puede asegurar
que con el paso del tiempo volveremos a ver tensiones en el petróleo y similares en estas
materias primas agrarias, vía entre otras causas biocombustibles.

b) La energía
62
Éste es otro recurso escaso. La agricultura es una gran consumidora de energía tanto en
forma eléctrica como de gasóleo. Por eso se ha afirmado desde hace años que la agricultura es
una máquina de transformación de energía fósil en energía biológica, o calorías fósiles en calo-
rías biológicas. Desde la crisis del petróleo de 1973-74 y el famoso libro de Gerald Leach, mu-
chos fueron los estudiosos de este problema. El paso de la «agricultura tradicional» a la «agri-
cultura moderna» se produjo gracias a la máquina y la energía.

En nuestros Consumos Intermedios (CI) la «energía» representa un 10,5% del total (2008)
cuando era el 10,7% (2007) ó un 8,3% en 1990. De esa energía (1.696 millones de euros en
2007), la mayor parte (1.152 millones de euros) se consume en forma de carburantes (gasóleo)
y una porción menor en energía eléctrica (326 millones de euros). Pero España consume mucha
más energía eléctrica, en términos relativos, que los demás países miembros de la UE para
lograr su producción final agraria. La razón es muy sencilla: usamos más agua para riego que los
demás, pues nuestras mayores producciones son horto-frutícolas con gran necesidad de agua y,
además, la pluviometría de Francia, Inglaterra o Alemania es más generosa con sus tierras. Ítem
más, consumimos mucha energía en una ganadería tan intensiva o más que la de ellos, cuyos
prados y pastos naturales aseguran un modelo productivo menos intensivo en energía.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

Somos muy «intensivo-energéticos» y así, el precio final al que le resulta al agricultor el


kwh es de gran relevancia en su cuenta de resultados. Por eso la subida de la tarifa eléctrica para
regadíos, que se elevó el pasado año 2008 un 60% según datos del sector, está teniendo serias
consecuencias. Incluso la Federación Nacional de Comunidades de Regantes estima en un 90%
tal subida, lo que supondría un coste añadido de unos 100 millones de euros. Y, desgraciada-
mente, estas subidas no pueden ser trasladas a los precios de venta al consumo.

Pero el coste de la energía es el resultado de un mix de renovables como la hidráulica


–que lo es–, las eólicas o solares –más recientes–, las de ciclo combinado –gas y petróleo– y
las de carbón, así como la nuclear. Hoy está demostrado que la energía más barata de todas es
la nuclear. Y las más caras la eólica y la solar que, además, no son susceptibles de almacena-
miento y por tanto de acomodar la oferta a la demanda y exigen costosas subvenciones. Resul-
tado: el coste de nuestra energía, por ese mix, es mucho más caro del que deberíamos pagar y
un agricultor francés la recibe a coste mucho más económico que nosotros. Ello sin mencionar
que el gas y el petróleo nos hacen depender de países altamente inestables, y que el carbón, el
gas y el petróleo generan CO2, lo que nos aleja de los objetivos de Kyoto, nos obliga a comprar
derechos de emisión en los mercados y nos convierte en un país altamente contaminante.

Es por ello que muchos países del mundo antes antinucleares (Italia, Suiza, Suecia,
China, etc.) estén construyendo más y más centrales nuevas. Además, aquéllos que con más
énfasis y autoridad eran antinucleares defienden éstas por razones nuevas, las climáticas y la
lucha contra los GEI; es el caso de Lovelock, padre de la «Hipótesis Gaia»; Norman Borlaug,
Premio Nobel de la Paz; Patrick Moore, fundador de Greenpeace, etc.

España dispone de ocho reactores en activo (siete cuando cierre Garoña), sitos en munici- 63
pios que, en general, no quieren su marcha. Viven con ellos al lado de un modo seguro, no los
temen, sus hijos/hijas trabajan allí y obtienen grandes beneficios de su presencia. ¿Para qué
cerrarlas/echarlos? El cierre de Garoña implica dejar en la calle a más de 1.000-1.300 personas,
impedir la llegada de más de 1,2 millones de euros en IBI, IAE, etc., cerrar escuelas, centros de
salud, etc. que hoy se mantienen gracias a la central. O sustituir tales ingresos privados por gasto
y subvenciones públicas. Además del alto coste de «destruir» en lugar de invertir para construir.

Mi opinión -lo he publicado en varias ocasiones– es que habría que mantener abiertas
nuestras centrales, mientras la seguridad de las mismas lo haga posible, y, al tiempo, construir
sobre las mismas instalaciones, en los mismos términos municipales, otras de tercera genera-
ción que sustituyan las anteriores, lo que aliviaría en mucho los tiempos de tramitación burocrá-
tica, reduciría las emisiones de CO2, y producirían menor cantidad de residuos radioactivos. Y de
ese modo podrían cerrarse las primitivas y abrirse estas nuevas, más potentes, más seguras, en
los mismos lugares, lo que generaría una inversión de no menos de 25-30.000 millones de euros,
de los cuales unos 10-15.000 serían de obra civil y el resto en tecnología de punta. Y lo que
llevaría la cuota de mercado de las nucleares al entorno de un 35-38%, con el positivo impacto
que ello representa en supresión de importaciones de gas o petróleo y en la no emisión de gases
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

de efecto invernadero. Y de realizarse, el mix de energía permitiría a nuestros agricultores produ-


cir con costes mucho más económicos y ello aumentaría su competitividad –nuestra competitividad
agraria– en un mercado global.

c) Los fertilizantes

Con respecto a los otros CI significativos hay otro que ocupa un lugar especial: los fertili-
zantes con una consumo de unos 1.650 millones de euros. Una buena parte de los abonos son
fabricados a partir del petróleo por lo que sus precios evolucionan al socaire de este. Y dada la
fuerte elevación del petróleo en los años 2007 y 2008, es lógico deducir que ese precio subió
aceleradamente en ese tiempo, como así fue. El precio de los fertilizantes subió un 65,7% en
2008 y, consecuentemente, la demanda de los mismos cayó un -28,1%. Y esa subida llegó
hasta el último trimestre del año, lo que desanimó a las siembras agrarias pues los agricultores,
que ya veían el descenso de los precios de los cereales en ese T4, lo que les hacía prever bajos
precios de sus cosechas en 2009 como así fue, y para evitar rentas negativas optaron por sem-
brar abonando escasamente en sementera.

Esto ha hecho, unido a otros factores climáticos, que la cosecha de cereales de invierno
de 2009 se estime (MARM, avance mayo de 2009) que se ha reducido en -30,2% alcanzándose
una producción de 13,6 millones de toneladas, frente a los 19,5 de los dos años precedentes. Y
tal reducción sólo es atribuible a la superficie sembrada en un -9,2% que es la reducción experi-
mentada, el resto en muy buena medida ha sido causado por la falta de abonado comentada.
64

d) El agua de riego

Finalmente comentaré que el coste del agua para riego que son los que recoge la rúbrica
«otros bienes y servicios» era en 1990 el 6,2% de los CI y es en 2008 el 6,5%, prácticamente
igual. Pero es una cifra considerable que, por cierto, en euros corrientes se ha duplicado en ese
período, pasa de 0,54 a 1,2 millones de euros.

En suma, las elevaciones de precios de cereales y petróleo en 2007 y hasta mediados de


2008, han incidido muy negativamente en la renta agraria vía costes pero también en el cuadro o
código de buenas prácticas agrarias que no han podido acompasar su correcta utilización a los
fuertes incrementos experimentados.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

5. «Aguas abajo»: «La doble presión inversa» en la cadena alimentaria

Y ahora examinemos lo ocurrido «aguas abajo», en los clientes de la agricultura y sus


industrias transformadoras. Pues la crisis económica está llegando al campo no sólo a través de
las alzas en inputs (CI), es decir, mayores costes, ya comentadas, sino de modo muy especial por
las consecuencias de la crisis sobre los precios a los que venden, que han ido cayendo por razón
de la fuerte reducción de las rentas familiares de los consumidores y su impacto sobre sus hábitos
de compra y sobre los precios y volúmenes adquiridos de productos alimentarios básicos.

Como es de todos conocido, el gasto relativo en alimentación tiende a reducirse a medida


que crece el nivel de renta y desarrollo, hasta representar una muy pequeña parte del presupues-
to de las familias que, a su vez, aumenta su gasto relativo en productos transformados por la
industria agroalimentaria (IAA). La primera reacción defensiva de los consumidores ante la crisis
fue –inicialmente– reducir la factura de sus compras cotidianas, buscar una cesta de la compra
más económica, elegir en los lineales entre productos buscando los más económicos. Pronto
las grandes superficies vieron aquí una «oportunidad» para sus intereses. La «marca blanca» o
«marca del distribuidor» (MDD) podía imponerse sobre las de sus competidores, las «marcas de
fabricante», por cierto, en general los mismos fabricantes de sus propias marcas MDD. Y así
comenzó una guerra abierta en los lineales tendente a bajar los precios de todos y cada uno de
los productos en oferta y, al tiempo, reducir el número de referencias.

Se estima que al principio los consumidores salían de los establecimientos con un carrito
de igual volumen pero con un coste de -7/-15%. Pero más recientemente se afirma que además
ya se está comprobando una reducción en el volumen, es decir, una disminución de la dieta,
del consumo diario de alimentos. Pero esta nueva caída no hace sino acentuar la presión a la 65
baja de los precios tanto de los fabricantes con marca propia como de los productos bajo
MDD, para tratar de llevar el volumen a las cifras de hace meses. Y la forma y manera de
lograrlo presionando, más acentuadamente, a la baja en todo el canal hacia atrás, lo que llega a
los agricultores/ganaderos para que reduzcan sus precios de venta y también sobre los otros
escalones de la cadena para reducir los márgenes.

Esta situación está dando un vuelco a la presencia tradicional de las marcas de fabricante
en la Gran Distribución. La cuota de mercado de las MDD no deja de crecer y la posición de
dominio que la GD tiene sobre el proveedor está llevando a presiones sin límite y a protestas de
éstos. Recientemente el sector lácteo a través de INLAC se ha quejado ante el MARM pidiendo
que las grandes superficies «no apliquen diferentes márgenes comerciales para un mismo pro-
ducto, según sea éste de marca tradicional del fabricante o de marca blanca de la distribución
(MDD), con un mayor encarecimiento del primero». Y alegan que «tales prácticas están ponien-
do en riesgo la viabilidad de las explotaciones lecheras y merman los resultados empresariales
de las empresas lácteas marquistas11».

11
AgroNegocios, 22-28 de mayo de 2009.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

La explicación de esta situación se halla en la diferente capacidad negociadora entre


empresas, que viene definida por el tamaño y la posición en la cadena. La GD tiene capacidad
para frenar o expansionar los precios, tanto porque negocia con sus proveedores (la IAA o las
cooperativas agrarias o los mayoristas) sus «plantillas» anuales, en las cuales establecen las
escalas de precios a aplicar a los productos con «marca», o contrata con sus proveedores la
fabricación de sus productos para «marca blanca» o «marca de la distribución» (MDD), cuyos
precios son fijados por ellos mismos «la distribución» unilateralmente. Y no debe olvidarse que
las MDD son hoy un fenómeno en expansión, pues las «marcas blancas son también marcas».
Y que dos de cada tres consumidores del mundo creen que «las marcas blancas son una buena
alternativa a otras marcas». Y no hay que olvidar que «las economías con menos marcas son las
que más sufren»12, pues la marca está vinculada siempre a un considerable esfuerzo de I+D+i.

Esto demuestra que, cada vez más, el sector del gran consumo va a ser «un juego de
grandes y para grandes». Se trata pues de ganar dimensión o tener «nicho». Pero el ranking de
empresas en la cadena muestra que las mayores empresas agrarias no alcanzan los 800 millo-
nes de euros, que las principales IAA no superan el doble de dicha cifra y que los Top 5 de la
Distribución multiplican la dimensión primera en no menos de 12 y por 6 las segundas. Incluso
las cooperativas españolas apenas tienen dimensión que las haga fuertes en la negociación y
hay muy pocas IAA globales y con escasa innovación.

Pero además los agricultores o las IAA casi nunca pueden repercutir la totalidad del alza
de sus costes de materias primas, energía, envases, etc. a los precios de venta de la distribu-
ción, pues aun cuando un numeroso grupo de empresas frutícolas, aceiteras, lácteas o cárnicas
pretendieran elevar sus precios a la GD no bastaría con un concierto entre las primeras –lo que
66 está rigurosamente prohibido por la ley de defensa de la competencia–, sino que sería preciso el
concurso de los segundos mediante acuerdos interprofesionales cuyos límites jurídicos hoy no
son nítidos frente a las leyes de la competencia13. Esto acaba produciendo que, bajo la presión
a la baja de los márgenes, los precios agrarios sean la variable de ajuste de la cadena.

Por lo que atañe al conjunto, esto determina en el canal comercial apreciamos una «doble
presión inversa» sobre la agricultura. Hay una corriente que presiona a la baja los precios de los
alimentos que nace en la Gran Distribución y otra que presiona los costes agrarios al alza (los CI)
con origen en las industrias proveedoras. En medio las rentas agrarias caen, pese al peso de las
subvenciones procedentes de la PAC, ya comentadas.

Pero al tiempo ocurre lo contrario en los sectores cuyos productos no gozan de marca
reconocida, como son las frutas y hortalizas, cuyas alzas en origen se trasladan de inmediato al
consumidor mientras que no lo hacen las bajas, de tal modo que los márgenes comerciales se

12
Paul POLMAN, consejero delegado de Unilever, en Expansión, 29 de julio de 2009.
13
Ver sobre esta concreta materia la Tesis Doctoral de Patricia Lamo de Espinosa Rocamora, titulada La legislación de defensa de la
competencia en la UE y en España e investigación de las resoluciones del TDC dictadas en el sector agroalimentario (2008).
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

mantienen incluso en valores absolutos. Veamos el ejemplo de los cítricos, donde España es
líder en el sector como cuarto productor mundial y primer exportador con tres cuartas partes de
esa exportación concentradas sobre la UE. El sector sufre desde hace años de una progresiva
caída de precios: desde un índice 121 en 2001 a 94,9 en 2007 (MARM). A ello se suma que esas
caídas de precios no se trasladan al consumo.

El MARM acaba de presentar un estudio sobre este tema del traslado de precios en la
cadena de valor, referido a la campaña 2007/08, de gran interés14. Vale la pena leerlo y estudiarlo.
Pero la apreciación agraria del problema es menos sutil. En el campo se miden las relaciones
entre los precios pagados al citricultor en origen, los practicados en mercados mayoristas y,
sobre todo, los de destino. Si observamos, en base a datos MARM procedentes de sus anuarios,
las relaciones entre los precios de estos escalones de la cadena, vemos que en el año 2008, en
la semana 25, que fue cuando los precios de la naranja alcanzaron su máximo, los precios en
mayorista y en destino multiplicaban, respectivamente, por 2 y por 3,6 los de origen. En la
semana 52, la de mínimos, tales multiplicadores eran 8,42 y 20. Sin embargo, los precios al
consumidor eran, en ambos momentos, muy semejantes. Y si examinamos ahora lo ocurrido
en este año 2009, veremos que en la primera semana de enero, los multiplicadores eran de 6
y 14, pero en la semana 13, ya en marzo, eran 3 y 5,4. Entre ambas semanas los precios en
origen variaron notablemente, y nuevamente en ambas los precios al consumo eran casi igua-
les (1,4/1,5 euros por kilo). E igual comportamiento nos desvelaba ASEDAS, en un análisis de
diciembre 2008, cuando revelaba que el multiplicador entre origen y destino de las clementinas
se movía entre 2,8 y 7,1 pero el precio al consumo era siempre similar.

Esto no debía sorprendernos, pues la inelasticidad a la baja de los precios en consumo


impide que las bajas en campo se trasladen al consumidor y éste aumente su demanda de 67
naranjas frente a otras frutas, pues a medida que los precios bajan en campo los márgenes no lo
hacen en igual proporción, con lo que el producto llega al consumidor siempre a precios bastan-
te semejantes, lo que impide que la demanda reaccione comprando más, lo que sí sucedería si
tales márgenes se acompasaran a los precios en campo de los productos frescos. Este compor-
tamiento del mercado impide que el sacrificio del agricultor contribuya a tonificar el mercado. Es
decir, las bajadas no se trasladan a los precios de venta al público (pvp) que mantienen sus
precios bastantes estabilizados.

Y esto no sólo pasa con las naranjas. El Índice de Precios al Consumo de los alimentos
desde 1990 ha subido el 66% hasta hoy, pero el Índice General de Precios Percibidos por los
agricultores sólo lo ha hecho un 26%. Y la participación del precio percibido sobre el pvp está
siempre entre el 28 y el 37% (La Tierra. Cuadernos, 13) ¿Es razonable? No. Y como se ve,
contrasta con lo que afirmaba con los precios de los MDD, pero en frutas y hortalizas frescas
normalmente la distribución carece de marcas propias por lo que la lucha a la baja frente a los
marquitas deja de tener sentido.

14
MARM (2009): Estudio de la cadena de valor y formación de precios del sector cítricos. Observatorio de Precios de los Alimentos.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

¿Qué significa todo lo anterior? Pues es evidente. Que el sector viene sufriendo precios en
descenso, mano de obra encarecida y enrarecida –porque no se encuentra–, abonos más caros
(el pasado año alcanzaron sus máximos por los altos precios del petróleo), encarecimiento
(tarifas) de la energía eléctrica necesaria para el riego, normas fitosanitarias en el seno de la UE
cada vez más exigentes y excluyentes… ¿Debo seguir? ¿Debo añadir que ahora también la
crisis de liquidez está afectando al cobro en plazo de las cooperativas y los agricultores por la
crisis/recesión que sufrimos?

6. ¿Nuevos paradigmas?

Si es verdad que el petróleo empujó un mayor uso y producción de bioetanoles, que los
precios de los cereales/oleaginosas se vieron empujados al alza por este hecho, por la fuerte
especulación sobre sus futuros y por la presión de la demanda de los países emergentes, y
todos esos efectos alcistas hoy se han invertido, es lógico imaginar que cuando tal estado de
cosas vuelva, más o menos, a su situación inicial volveremos a observar grandes presiones de
demanda sobre una oferta escasa –ya lo era–, cuyos niveles productivos deben ser expandidos.
Y ello requerirá adaptaciones notables en los mercados y en las políticas para que una humani-
dad creciente en población y rentas no pase hambre. Comentaré seguidamente algunos «po-
cos» paradigmas vigentes hasta ahora que están en cuestión y cómo es necesario abordar las
soluciones desde otras perspectivas.

Y escribo sobre ellos partiendo de una premisa que se puede o no compartir, obviamente.
68 Faltan alimentos en el mundo para una población que crece de modo imparable hacia los 9.000
millones de personas. Los niveles de desnutrición están creciendo. Y la refundación de una «nueva
agricultura» debe ser resolver esa ecuación malthusiana para que no se venza del lado del hambre.
Y no caben demasiadas soluciones. No hay más tierra, no podemos devorar las superficies fores-
tales de la Amazonía u otras para cultivar alimentos. Hay que resolver este problema con las has
existentes. Y para ello es preciso potenciar dos ramas cruciales que permitan una mayor pro-
ducción por hectárea, mayores rendimientos. Ya se hizo en muchas etapas de la humanidad.
Hay que actuar otra vez. Y para ello disponemos de dos instrumentos poderosísimos: el agua
(más riegos) y las biotecnologías (nuevas variedades más resistentes y más productivas). Y
sobre ellas planean dos cuestiones complementarias: el territorio y intervención medioambientalista
y las emisiones/absorciones de CO2 por las tierras y vegetación agro-forestal.

6.1. El agua y los riegos

La tierra y el agua son dos recursos escasos. Hoy Adam Smith no podría usar el ejemplo
del agua para afrontar el dilema del valor de uso y el valor de cambio, porque entonces el agua era
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

un recurso abundante y sin precio. Y por eso la aproximación a su uso no puede hacerse desde
una perspectiva pequeña, aldeana a veces. La sostenibilidad no es la de este país o aquel otro,
es la del planeta.

Eso ha llevado a que si los conceptos de eficiencia y racionalidad antes eran referidos a
una explotación hoy deben ser considerados a nivel global. El mayor usuario del agua en el
mundo es la agricultura15. No vale la pena entrar en cifras. Es así. Y es así porque hay 400
millones de hectáreas regadas y habrá más en el futuro. Porque los problemas alimentarios
mundiales requieren soluciones globales. Una de ellas es el agua.

Poco a poco habrá menos tierra disponible para la agricultura que en el pasado, en Espa-
ña y globalmente. Y con seguridad menos agua. Y no olvidemos que el alto grado de concentra-
ción urbana hace que el consumo urbano, ciudadano, en el hogar, crezca exponencialmente. Y
la legislación más generalizada considera tales demandas como prioritarias frente a las agrarias.

Tendremos, pues, que resolver nuestros problemas en el futuro con menos tierra y menos
agua. Y si tenemos menos dotación del factor agua y menos del factor tierra, y, además, debe-
mos ser competitivos en un mercado global y abierto, probablemente la única solución que nos
queda –si queremos mantener el potencial productivo agrarios– es tratar de regar el mayor núme-
ro posible de esas hectáreas que nos queden… pero aplicando sobre ellas la mayor intensidad
de tecnología de la que seamos capaces de dotarnos, pues la productividad de las tierras rega-
das es de tres a cuatro veces la de secano. Es por ello que estamos ante un poderoso instru-
mento al servicio de la erradicación del hambre.

No olvidemos que las tecnologías mecánicas economizan o sustituyen el trabajo, mien- 69


tras que las biológicas y químicas economizan tierra. La técnica mecánica aumenta la escala,
de hecho exige dicho aumento. Es causa y efecto. En cambio la tecnología del riego o la bioló-
gica es neutral, opera sobre grandes o pequeñas superficies. Contribuyen ambas a intensificar la
producción tanto en la pequeña o la gran dimensión, e incluso aquél –el riego– permite la adición
de mayores dotaciones de tecnologías.

Hoy el riego es, pues, una variable de ajuste de la agricultura al desarrollo global, es la
única forma de hacer compatible una dimensión económica competitiva con una dimensión su-
perficial reducida y además una escasez grande tierras con la necesidad de amentar sus produc-
ciones casi hasta el doble en algunos productos.

Si antes hemos visto que «frutas» y «hortalizas» totalizan un tercio de la PFA y, en gene-
ral, casi todos los cultivos de estos dos subgrupos –no todos– son de riego, eso quiere decir que
una buena parte de nuestra producción y de nuestra exportación dependen del agua. Hoy el 18%
de la superficie cultivada mundial produce el 40% de la producción agraria. Y el regadío español

15
Ver conferencia pronunciada en Zaragoza en el Congreso de AFRE (http://www.afre.es) el 18 de junio de 2008.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

que ocupa un 14% de la SAU y un 17% de la superficie de cultivo, produce el 60% de la PFA.
Eso dice mucho a favor del riego. España –según las investigaciones de los profesores Garrido,
Varela y Llamas– es un importador neto de agua virtual a través de los 10 millones de toneladas
de cereales, soja, etc. que suponen la importación de 14.000 millones de m3/año. Y eso nos ha
permitido consolidarnos como potencia ganadera exportadora.

De ahí la importancia de los sistemas regulatorios hasta ahora resueltos siempre a través
de las Confederaciones Hidrográficas, fundadas en su día por el Conde de Guadalhorce, basadas
en el principio de «unidad de cuenca» y que tan extraordinarios resultados ha proporcionado a la
vida española. Pero ese principio y esas políticas están quebrándose. El nuevo Estatuto de
Cataluña, el de Andalucía, el conflicto actualmente abierto entre las Comunidades de Castilla La
Mancha y Murcia o Valencia, así lo acreditan.

Estamos en presencia de un recurso mundialmente escaso y que, cada vez más, se


considera más como un «derecho de la humanidad» lo que hace que en los organismos interna-
cionales vaya ganando la teoría de un recurso de todos, de uso público obviamente, pero de
regulación y uso mundial. Y en ese contexto resulta al menos anómalo y anacrónico que aquí lo
estemos reconduciendo, poco a poco, a los localismos de regulaciones administrativas autonó-
micas cuando siempre fue nacional y la propia Constitución española (CE) así lo proclama.
Relean, por favor, el art. 149.22 de nuestra Constitución, que proclama la competencia «exclusi-
va» del Estado en esta materia, en el mismo artículo donde se consagra la competencia exclu-
siva del Estado en materia de igualdad, de relaciones internacionales u otras semejantes.

Pero si ese recurso es mundial no es sólo porque las necesidades son mundiales, sino
70 porque los recursos se generan en unos países (montañas-glaciares) para que luego sean aprove-
chados en otros (transcurso-desembocadura). Y las mayores necesidades alimentarias ya descri-
tas exigirán mayores superficies en riego. Según Kulienstierna (2008)16 «los usos de agua en el
mundo empleados en alimentación deberían aumentar de 7.000 km3 a más de 10.000, simplemen-
te asegurando una ingesta de 3.000 kcal/cápita con un 70% de origen vegetal y un 30% animal».

¿Pueden permanecer la UE y España ajenas a ese proceso? En mi opinión sería suicida.


Este tipo de razonamiento es el que debemos comenzar a plantearnos para resolver qué producir
aquí o allí, dónde es más útil la producción, en definitiva estamos aplicando el principio de las
ventajas comparativas que ya formulara David Ricardo en el XIX, puede que nos replantee dónde
se localiza la mayor eficiencia comparativa nuevamente. Y tal vez para romper esquemas tradi-
cionalmente aceptados.

Los razonamientos anteriores nos llevan a pensar que un nuevo modo de analizar las
potencialidades productivas y nuestro comercio exterior está naciendo. Y en este proceso habrá

16
Citado por GARRIDO COLMENERO (2009): «El agua como recurso escaso. El comercio del agua virtual. La propiedad de las aguas
en consideración a aspectos globales, nacionales o regionales»; en LAMO DE ESPINOSA, J., coord.: Mediterráneo Económico (15);
op. cit.; p. 144.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

que defender un consumo y una producción sostenible. Que tal vez no sean las presentes. Y en
el cual el agua será, por vez primera, el clavillo que sujete las diversas varillas del abanico, sin el
cual no tenemos abanico.

6.2. Las biotecnologías. Los OGM

Ya precisé antes que no cabe esperar mucho más de tecnologías que fueron revoluciona-
rias hace un siglo como las máquinas o los fertilizantes. Hoy sólo mayores superficies o más
altos rendimientos sobre iguales o más reducidas superficies pueden llevar los niveles de oferta
hasta equilibrar una demanda donde el hambre no exista. Y eso –a mi juicio– sólo puede darle
respuesta eficiente los nuevos regadíos (equivale a más tierras) o las biotecnologías, ambas
inducen mayores rendimientos unitarios.

Pero es que además las nuevas plantas obtenidas mediante las llamadas biotecnologías
conducen a una agricultura más compatible con el medio ambiente. Francisco García Olmedo
las ha enumerado muy recientemente17, y de su importante trabajo extraigo algunas de las líneas
conducentes a mejoras del rendimiento y con una menor contaminación:

- Alteración de la reproducción.
- Resistencia a plagas y enfermedades.
- Ídem a herbicidas.
- Ídem a factores del suelo.
71
- Ídem a factores climáticos.
- Mejora de la calidad nutritiva, organoléptica o tecnológica.

Como señala García Olmedo: «producir una tonelada de alimento con una variedad moder-
na de maíz o de tigo requiere menos energía, menos suelo laborable y menos productos
fitosanitarios o fertilizantes que con una de las que se cultivaban hace treinta años». También
estima que para aportar una dieta adecuada sería necesaria media hectárea de suelo agrícola
por persona. Por eso se requiere una agricultura intensiva –la tradicional o la llamada ecológica
no puede proveer de alimentos a toda la humanidad– sí, pero con menores exigencias de suelo,
de abonos, de fitosanitarios, etc. Y eso sólo lo pueden lograr las biotecnologías. Habrá que
hacerles un sitio en nuestra mesa…

Más genética, pues. Según un estudio presentado el pasado año en el Centro de Investi-
gación Común (Comisión Europea) es la agricultura española la más intensiva en el uso del
maíz-Bt, que produce un insecticida natural frente al taladro. Ello les permite a los agricultores

17
GARCÍA OLMEDO, Francisco (2009): «Los OGM ante el reto alimentario»; en LAMO DE ESPINOSA, J., coord.: Mediterráneo
Económico (15); op. cit.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

obtener mejores cosechas con mayores rendimientos. Los agricultores de Zaragoza lo saben
bien. España es el mayor productor europeo de maíz-Bt, donde se plantan unas 75.000 has. El
estudio demuestra que los agricultores que sembraron este tipo de maíz –la muestra afecta a
Zaragoza, Albacete y Lérida-obtuvieron un beneficio adicional de unos 122 e/ha.

Y es que la escasez de alimentos y los altos precios de los granos, así como el interés
para producir de forma eficiente han favorecido un nuevo aumento en la aceptación de las varieda-
des OGM en EEUU, hasta el punto de representar allí el 92% de la soja sembrada, el 86% de la
superficie de algodón, y el 80% de la superficie de maíz. Con estos datos, el maíz MG llega a
27,94 millones de hectáreas, sobrepasando por primera vez a la soja con 27,42 millones de
hectáreas, mientras avanza el desarrollo de líneas MG de segunda generación. Entre ellos, hay
un maíz que combina 8 características distintas, añadiendo tolerancia a diferentes herbicidas y
resistencia a varias plagas, y una soja con optimización de la inserción de los genes que confie-
ren tolerancia al glifosato de forma que se consigue una mayor eficiencia productiva (aumentos
superiores al 7%). La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se ha pronunciado
favorablemente sobre su importación, pues podría ayudar a resolver los graves problemas de la
ganadería europea y española y de las industrias proveedoras o transformadoras asociadas.
También Australia inicia el cultivo de colza MG tolerante a herbicida, y al tiempo en Brasil crece
la superficie sembrada con maíces MG y Egipto cultiva por primera vez maíz MG protegido frente
a taladros y en Burkina Faso se inicia el cultivo de algodón MG protegido frente a orugas.

Mientras tanto, la Unión Europea sigue el ritmo lento en las nuevas aprobaciones de
plantas MG, especialmente aquéllas solicitadas para ser cultivadas, pues han transcurrido más
de 10 años desde que se concedieron las últimas en 1998. El deterioro ha llegado hasta el punto
72 de que, 12 años después de solicitar la aprobación para una patata MG, una empresa ha recla-
mado judicialmente a la Comisión Europea por los reiterados retrasos.

Y no hay que olvidar que pese a ciertas declaraciones autonómicas o locales, el Tribunal
Europeo de Justicia (ECJ) ha sentenciado que las atribuciones sobre aprobación de OGM no
corresponden a los municipios, ni a las regiones ni siquiera a los Estados Miembros, pues son
competencia de la Comisión Europea, de acuerdo con la Directiva 2001/18 y el Reglamento
1829/2003. Algunos países como Austria han declarado regiones «libres de cultivos MG», pero
el Tribunal Europeo de Justicia dictaminó el 13 de septiembre de 2007 que tales prohibiciones
para cultivar plantas MG autorizadas no estaban justificadas y, por tanto, son ilegales.

Esta primavera se ha publicado un nuevo Eurobarómetro sobre Medio Ambiente, que en su


página 11 muestra un nuevo descenso en la preocupación de los ciudadanos por los cultivos
OMG, pues en España baja del 15% en 2004 al 13% en 2007 y en Portugal del 17% en 2004 al
13% en 2007. Hay oportunidades y necesidad para los OGM. Seamos sensatos en nuestras
valoraciones.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

6.3. La protección de la naturaleza y el intervencionismo medioambiental

Hoy nadie discute la «multifuncionalidad» de la agricultura, así como resulta natural distin-
guir en el mundo agrario dos procesos: los de «naturaleza mercantil» (producción para la venta)
y los de «identidad». El primero se basa en los problemas/crisis alimentarias y el segundo en las
especificidades alimentarias y culturales, su anclaje territorial y su medioambiente18. La integral
de ambas obliga a hacer compatibles los objetivos economicistas de la agricultura con la nece-
sidad de proteger la naturaleza y el medio ambiente de tal modo que agricultura, medio rural y
medioambiente, forman hoy un continuum inseparable. Sin embargo, el afán proteccionista ha
llevado a implantar nuevas figuras jurídicas cuyo encaje normativo no está resuelto y cuyas
consecuencias sobre el derecho de propiedad son discutibles. Entre ellas cabe reseñar las
declaraciones de parques nacionales, parques naturales, red natura, zonas ZEPA, zonas LIC,
etc. Todo ello ha venido a alterar las relaciones del agricultor o ganadero con su entorno y han
proyectado, a su vez, apetencias, deseos y hasta exigencias de aquellos que nada tienen que
ver con lo agrario o lo rural, salvo su deseo de disfrutar de las economías externas que generan
los primeros pero que no pagan los segundos.

La CE consagra en su art. 33 el derecho a la propiedad con este texto literal:

«33.1. Se reconoce el derecho a la propiedad y a la herencia. 2. La función social de estos derechos


delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes. 3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos
sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de
conformidad con lo dispuesto por las leyes».

Estamos en presencia de un artículo que según todos los tratadistas –yo no soy jurista– 73
goza de diversos antecedentes en nuestras viejas Constituciones de 1837,1845, 1869, 1876 y
1931. Y textos semejantes se hallan en las Constituciones de Noruega, Bélgica, EEUU, Italia,
Dinamarca, Suecia, Grecia, etc. así como en la Declaración Francesa de Derechos del Hombre
y del Ciudadano y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre19.

Pero la característica fundamental de ese derecho de propiedad es, sin duda, el derecho
de goce. El profesor Díez- Picazo lo define así:

«La propiedad se define como un derecho de goce en el máximo de su plenitud. El propietario…


decide libremente el modo y la forma de utilización. Él es, en definitiva, el árbitro del destino económico
que a la cosa se haya de dar»20.

18
GROUPE POLANYI (2009): La multifonctionnalité de l’agriculture. Ed Quae.
19
ALZAGA, Óscar (1978): La Constitución española de 1978. Comentario sistemático. Ed. Del Foro.
20
DÍEZ-PICAZO, L. (1977): Propiedad y Constitución. Madrid, 1977. Citado en ALZAGA (1978): op. cit. El subrayado es nuestro.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Es por ello que Alzaga dice que el dominio del propietario es «tendencialmente máximo»
y así –continúo con Alzaga– el art. 348 de nuestro Código Civil dispone que el disfrute del propie-
tario se lleva a cabo «sin más limitaciones que las establecidas en las leyes».

Por su parte, el art. 17 (derechos de propiedad) de la Carta Europea de Derechos Funda-


mentales, que se integra en la Convención Europea como parte de la misma, dice:

«17. 1.- Cada uno tiene el derecho de poseer, disponer y legar sus propiedades legalmente adquiri-
das. Nadie puede ser privado de sus posesiones, excepto por razones de interés público y en los casos y
bajo las condiciones previstas por las leyes, sujeto a ser compensado justamente y en tiempo determinado
por su perdida. El uso de la propiedad puede ser regulado por ley tanto como sea necesario para el
interés general».

Como se ve, en este texto se dan las mismas notas que en el anterior: limitaciones de uso
por interés general sí, pero indemnización correcta, pago en tiempo, y todo ello bajo el dominio
de la ley.

Pues bien, la inclusión de una superficie en una zona o área como las antes descritas
implica una cierta limitación al derecho de propiedad; esto es evidente. Y no tendré que recordar
que toda limitación de uso disminuye el valor de la propiedad, sea urbana o inmueble. Y a mayor
limitación mayor suele ser el lucro cesante originado.

Con ello, la progresión en la intervención regulatoria de las tierras agro-forestales por


razones de conservación o semejantes está dividiendo las tierras europeas en dos clases: las
74 que llamaré «limitadas» o «intervenidas» y las demás, que llamaré «libres». Su comportamiento
en el mercado no es igual. ¿Pero qué tierras son «libres» y cuáles son susceptibles de ser
incorporadas a las «intervenidas»? El problema es que, normalmente, tal inclusión no suele
afectar a aquellas propiedades que a lo largo de los años han sido desforestadas, erosionadas,
mal laborizadas, desertizadas, etc. por la desidia o la ignorancia de sus propietarios, y que han
devenido «libres», sino que atañe a aquéllas otras que, generación tras generación, han protegi-
do el bosque, han favorecido el desarrollo de ciertas especies que, por tal razón, abundan allí y
no en otras zonas, han llevado el agua para favorecer la presencia de ciertas aves u otros anima-
les, etc., etc., y que en premio (?) a su labor ahora se vuelven tierras «limitadas», es decir
penalizadas.

La tendencia hoy de las administraciones medioambientales y agrarias de la UE, de los


Estados miembros y en nuestro caso de las Autonomías, es la de un creciente intervencionismo
administrativo sobre la propiedad agraria, sus usos y condiciones productivas, que siguen a una
larga tradición intervencionista en el ámbito de los montes y de la producción forestal y cinegéti-
ca, que viene de muy atrás.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

Pues bien, la inclusión de una propiedad entre las «intervenidas» tiene un doble efecto
sobre el valor patrimonial, es decir sobre el capital, o bien sobre la renta. En el primer caso, en
general, la afección, la servidumbre nueva que nace reducirá, igualmente, el valor de la tierra
afectada. Con una paradoja: que a medida que la oferta de tierras «libres» disminuye el precio de
esas tierras «libres» crece, pues su oferta disminuye, al tiempo que el precio de las «limitadas»
se reduce.

Naturalmente que el Estado puede expropiar el uso de tal o cual bien, pero debe inmedia-
tamente compensar mediante la indemnización adecuada. Y el art. 8 de la Directiva de Hábitat
afirma con buen criterio que antes de la aplicación de la Red Natura deben estar consignados los
fondos necesarios para compensar con una indemnización que debe ser equivalente al daño
causado. ¿Están consignados tales fondos? ¿Se es consciente de la enorme cuantía de fondos
que tal afectación de la superficie debería consignarse para España?

Lo más curioso es que la palabra «clave» que desencadena la posible inclusión en la RN


es la de «perturbación». Todo aquello que perturbe las aves o el hábitat debe ser detenido,
frenado, impedido. Pero ese principio puede ser llevado tan lejos como se quiera. Algunos ejem-
plos reales de lo que está ocurriendo en razón de la llamada «perturbación» son muy ilustrativos:
a) dado que un nido de cernícalos puede ser «perturbado» por una plantación de viñedo de
calidad en España, ésta es prohibida, pese a gozar de los derechos correspondientes; b) como
el exceso de pastoreo de ovejas irlandesas es una perturbación para el urogallo rojo, aquella
actividad debe ser suspendida; c) como la finca de un belga está incluida en la RN se le prohíbe
cazar cualquier especie, para que no sean éstas perturbadas; d) si su casa rural arde en los
Países Bajos y está en territorio enclavado en la RN, no pretenda reconstruirla... podría perturbar
a las aves o el hábitat… y Vd., por favor, no se perturbe si se le prohíbe reconstruirla... Que la 75
«perturbación» animal prevalezca sobre la «humana» no deja de ser una anomalía más a la que
últimamente pretenden algunos acostumbrarnos.

Pero esto mismo que atañe a un particular puede afectar a un municipio cuyo pretendido
polígono industrial, o cuyos terrenos afectos a la construcción de una piscina o cuyo pretendido
plan de urbanización o las parcelas adquiridas o expropiadas para la construcción de un hospital
comarcal hayan caído dentro de la RN. No es pues un tema que afecte sólo a propietarios
agrícolas privados. También los ayuntamientos están o van a estar concernidos. Y también las
administraciones públicas inversoras en cuanto pretendan realizar obras de autovías, carreteras,
ferrocarriles, presas, conducciones hidráulicas, etc. y éstas discurran sobre zonas incluidas en
la Red Natura 2000.

Creo que muchas cosas debemos replantearnos ante estos hechos. Se dice en nuestro
país que el infierno está empedrado con buenas intenciones. Hace años que vengo tomando de
Jovellanos21, de su Informe sobre la Ley Agraria, su idea de los «estorbos» al desarrollo de la
agricultura. Así escribía:
21
JOVELLANOS, Melchor G. (1955): Informe sobre la Ley Agraria. Madrid, Civitas.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

«Aquellos estorbos tenían en él más principal e inmediata influencia que se derivaba de las leyes
relativas a su gobierno y que la suerte de los cultivos fue siempre más o menos próspera según las leyes
agrarias animaban o desalentaban el interés de sus agentes».

No creo que este tipo de intervencionismo anime o aliente el interés de los agentes
concernidos en esta cuestión.

En estos temas de propiedad hay que separar muy nítidamente los recursos productivos
adscritos a la propiedad colectiva, como pueden ser los ríos, barrancos, costas, espacio aéreo,
etc. de los privados y en estos últimos la disponibilidad de obrar y disponer es total excepto
supuestos que deben estar perfectamente tasados. La seguridad jurídica de la propiedad no puede
ser violentada. De ahí que transformar derechos de propiedad privada en derechos públicos sin que
medie la debida compensación al propietario no es beneficioso para la propiedad agraria.

6.4. El cambio climático y la agricultura como sumidero de CO2

Los científicos del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) nos han veni-
do alertando sobre el cambio climático y una de sus causas: la emisión de los Gases de Efecto
Invernadero (GEI) de origen antropogénico. Y el Protocolo de Kyoto, nacido para combatir dicha
causa, no ha avanzado al ritmo deseado22.

España es uno de los países del mundo que menos han cumplido en los últimos años sus
76 objetivos en materia de GEI marcados en Kyoto, somos el tercer país de la OCDE más alejado
de sus objetivos, compramos más de 4000 millones de e/año en derechos de emisión a países
del Tercer Mundo y, en consecuencia, de algún modo bloqueamos su posible desarrollo. Mien-
tras tanto Reino Unido ha reducido sus emisiones en un 12,5% como le exigía Kyoto. Pero el
papel de la agricultura en tales procesos ha sido escasamente estudiado, aunque sabemos que
la agricultura es responsable de un 20% de tales emisiones de gases (FAO-2006) o de un 9%
(Agencia Europea de Medio Ambiente, 2008). Y ello deriva del oxido nitroso (uso de fertilizantes
minerales y laboreo del suelo) y del ganado (digestión- emisiones de metano).

Hay que decir que una vaca produce tantos GEI como un automóvil de tamaño medio,
aunque aquí en forma de metano. ¿Significa eso que debemos plantearnos una agricultura sin
ganadería? No parece lógico, aunque algunos, de un modo un tanto reduccionista, piensen que
el vegetarianismo es una de las soluciones al calentamiento debido a los GEI. Sin embargo, hay
otra manera de ver las cosas. Si queremos mantener el ganado y una alimentación semejante a
la que conocemos es necesario reducir los GEI, sin duda, pero prioritariamente los que proceden
de otras fuentes. Por ejemplo, de la combustión de gas y petróleo para producir energía. Y por

22
Ver Noticias de la Unión Europea (295) consagrado al Plan de Asignación de Emisiones 2008-2012.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

eso hemos defendido, en el epígrafe consagrado a los CI la energía nuclear, ya que es necesario
para alterar el mix energético y así sólo emitirían CO2 los vehículos automóviles pues el resto de
los suministros (industrias, viviendas, etc.) satisfarían sus necesidades bien con nuclear, bien
con renovables.

En todo caso hay otra manera de ver la agricultura y es desde el lado de la «mitigación».
Hace años publiqué un artículo de divulgación23 sobre esta materia de cierto impacto. Allí señala-
ba que la vegetación tiene un efecto sumidero de CO2 que debe ser compensado, pues si «el que
contamina paga» el que limpia debe cobrar.

Hay además una corriente favorable al establecimiento de un impuesto sobre la produc-


ción de dióxido de carbono, lo que llevaría a su correlato: si se pagan impuestos por «emitir»
habría que compensar por «mitigar». El economista danés Björn Lomborg ha llegado a sugerir
hasta 4 euros por tonelada, pero muy recientemente (28 de julio de 2009) el Gobierno francés
recibía un informe procedente de Michel Rocard24, como presidente de una comisión de exper-
tos, sobre la fijación de una tasa sobre el carbono emitido por la combustión de energía fósil
procedente de transporte y hábitat. En él se propone una tasa de 32 euros por tonelada de CO2
emitida. Si eso se hiciera: ¿no tendría sentido remunerar a los agricultores y propietarios fores-
tales con esos 32 euros por cada tonelada de CO2 absorbido por sus plantaciones? La profesora
Ana Iglesias cuantificaba la absorción de CO2 por los viñedos de vinificación en 5,7 toneladas por
hectárea y año. De aplicarse tal índice estaríamos propugnando una ayuda de 182,4 euros por
hectárea y año para ese cultivo.

Pero tanto para combatir la emisión de los GEI también debemos actuar sobre aquello
que está más a nuestro alcance. Dos ejemplos: fomentar la utilización de biomasa para gene- 77
rar energía, lo que permitiría una mayor limpieza de nuestros bosques; y segundo, pero íntima-
mente relacionado con lo anterior, la lucha contra los incendios forestales. En ese contexto
hay que decir que los fuegos forestales, la máquina más destructiva de sumideros de CO2 y al
tiempo la más generadora de GEI. Hace ya muchos años escribí varios artículos relativos a
esta cuestión25. Vivimos cada año al llegar el verano una pavorosa «falla» en la que se ve
envuelta toda España. Los montes españoles arden en todas nuestras autonomías. Queman
más hectáreas en España que en ningún otro país de la UE. Y pese al traspaso de las compe-
tencias de lucha contra el fuego llevadas a cabo a favor das autonomías cada año es peor que
el anterior. Y desde hace algún tiempo el fuego se cobra vidas de bomberos forestales en su
denodada lucha y, a veces, también de ciudadanos que trataban de disfrutar de un día al aire
libre o de proteger sus casas.

23
«Energía y medio ambiente: nuevos objetivos para la agricultura»; en ABC (30.11.2005).
24
Le Monde (29.7.2009).
25
«El desierto no arde»; en ABC (3.08.1991); «Los fuegos se apagan en invierno»; en ABC (31.7.1994); y «El bosque ardiente y
silencioso»; en ABC (28.09.2004).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

El fuego convivió siempre con nuestros campesinos y nuestra naturaleza en armonía. Ha


sido el desarrollo, el abandono de los lugareños de ciertos pueblos y aldeas, la ausencia de
necesidad de ir al monte a buscar la leña para calentarse en el invierno, la falta de ganados en el
monte –a veces su prohibición, medida esta claramente antiproteccionista–, la prohibición de
cercar para fomentar la caza, el escaso presupuesto aplicado cada año a limpieza del sotobosque,
la escasa preparación, muchas veces, de los jóvenes que cada autonomía contrata para luchar
contra el fuego, los retardos en hacer entrar en la lucha a las unidades militares, etc. etc.; son
todas ellas concausas de esta terrible proliferación de los fuegos estivales.

Sí, lo saben los guardas forestales, lo saben los ingenieros de montes y los agrónomos, lo
saben los ciudadanos rurales… Lo sabe todo el mundo: se lucha contra el fuego en invierno y se
lucha bien cuando llega el verano y la leña, la maleza es inexistente y cuando hay una preocupa-
ción por su limpieza que comienza en octubre y finaliza en junio gracias a la presencia del
ganado productivo o cinegético en el monte. ¿Acaso se olvida lo que Jorge Bernad nos recuerda:
que «hoy vale más un ciervo que una vaca y diez veces más una perdiz que una gallina26»? ¿Por
qué en los programas de emergencia contra la crisis y el paro no hubo una partida considerable
para este fin? ¿Por qué se prohíbe cercar fincas de 300-500 hectáreas para la caza, cuando está
demostrado que en tales fincas jamás se produce un fuego porque son los animales los que
limpian el monte a lo largo del año? ¿Y acaso no se sabe que el flujo económico en España por
piezas de caza cada temporada es de unos 400 millones de euros, y que la actividad económica
total que genera (armas, munición, veterinaria, taxidermistas, perros, arrendamiento cotos, guar-
dería, hoteles, transporte, etc.) suman la increíble cifra de 2.752 millones de euros, manteniendo
un total de 36.000 empleos? Tenemos un cazador por cada 44 habitantes, hay casi 1 millón de
licencias; si el presupuesto medio de gasto es de 1.700 euros en Europa, significa que dispone-
78 mos de un potencial de 1.700 millones de euros de gasto. ¿No valdría enfocar esta actividad
como una fuente de recursos económicos y empleo y no torticeramente?

Ésta es una actividad que va a favor del desarrollo rural, de la potenciación de zonas de
baja densidad demográfica y con riesgo de desertización, y cuyo desarrollo previene el fuego. Es
necesario volver a cohonestar la actividad ganadera con el monte. Las prohibiciones rigurosas de
pasto, especialmente de cabras y de caza mayor, en el monte sólo perjudican las rentas de los
propietarios y al propio monte.

Porque si hasta hace años la conservación del patrimonio forestal era una cuestión pura-
mente patrimonial, ahora es algo más. Es el cambio climático lo que nos jugamos en cada ha de
monte que arde. Los fuegos eliminan focos de mitigación del CO2, superficies que absorben CO2,
y además, cada fuego, cada ha ardiendo es un foco de emisión intensa de GEI, de devolución de
carbono a la atmósfera.

26
BERNARD, Jorge (2009): «La caza: un elemento esencial en el desarrollo rural»; en LAMO DE ESPINOSA, J., coord.: Mediterráneo
Económico (15); op. cit.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

Hace muchos años el triste récord de superficie quemada lo tuvo el año 1985 con 486.000
ha. Hoy arden cada año unas 150-180.000 ha, con unas pérdidas estimadas en unos 752 millo-
nes de euros (2006), pero que no han dejado de elevarse desde 1996/99. Es mejor invertir cada
año 750 millones de euros en limpieza de montes que en combatir el fuego. Se requiere una
acción conjuntada por el MARM en el marco del art. 149.13 de nuestra Constitución, que procla-
ma como competencia exclusiva del Estado las «bases y coordinación de la planificación gene-
ral de la actividad económica».

7. Hacia una nueva política agraria: ¿Nueva PAC?

Y llegamos al final de este recorrido intelectual. Si tales cambios son los que se avecinan
y nuestra política agraria es hoy en su mayor medida la de la UE a través de la PAC, ¿qué hizo
la PAC en la crisis y qué política debería innovarse para apostar por el futuro? Pensemos en
primer lugar que la PAC no ha sido capaz en los años precedentes de aportar soluciones a la
volatilidad de los precios agrarios, cuando ésa era una de las primeras funciones de la PAC
según el Tratado de Roma. Ni aportó mecanismos regulatorios, ni ordenó los mercados, ni creó
una reserva estratégica, ni… La crisis agraria mostró la incapacidad de la PAC actual para ser la
solución de un problema.

He afirmado muchas veces que en el contexto actual hay que practicar «la política de
nuestra política». Pero tal aserto sólo cobra todo su valor si enmarcamos su desarrollo en el
marco de la política agraria de la UE, la llamada PAC. Y esta política va a cambiar en los
próximos años, a partir del año 2013. ¿Tenemos indicios de la orientación de tales cambios? 79
Categóricamente, no. No sabemos qué clase de política deberá emerger tras el «chequeo médi-
co» practicado en 2009.

Comencemos por afirmar tautológicamente que toda política se basa en unos principios.
Pues bien, éstos están definidos en el Tratado de Lisboa con una redacción en todo igual a la del
Tratado de Roma del año 1957. Aunque sea incomprensible, es así. El art. 39 TR se repite en el
TL (art. 33), y han pasado 50 años (medio siglo), durante los cuales:

• Hemos pasado de un mercado interior protegido a otro abierto a todos, en un contexto


global.

• Una PAC cuyas sucesivas reformas han ido eliminando progresivamente los elemen-
tos de regulación de mercados, estamos en una cuasi completa desregulación, y así
la volatilidad de los precios se trasladan más rápidamente a l mercado europeo.

• Los alimentos de un hemisferio llenan los frigos de otros.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

• Los objetivos de la PAC ya no son cubrir unas necesidades europeas insatisfechas, sino
contribuir en calidad y volumen a la alimentación mundial –contribuir a la seguridad
alimentaria mundial– y al tiempo mantener una tejido rural y agrario vivo y competitivo.

• Y ser capaces de producir siendo al tiempo respetuosos con la naturaleza, el medio


ambiente y, al tiempo, ayudando a que no se expansiones los Gases de Efecto
Invernadero (GEI).

Como se ve, estamos ante un nuevo escenario en nada parecido al de 1957, tan en nada
parecido y tan en crisis que Bruselas ha admitido «una crisis agraria generalizada» actual, hasta
el punto de plantear que cada estado ayude a sus productores con una ayuda estatal de hasta
15.000 euros por productor para paliar la crisis financiera, cualquiera que sea el sector productivo
(20 de julio 2009).

Pero si hablamos de la futura PAC, esa nueva PAC, por tanto, nada debería tener que ver
con la del pasado, que, por cierto, es la actual. Además, la PAC consume el 42% del presupues-
to de la UE; sus instrumentos son «antiguos»: aportan ayudas en función de ayudas históricas;
aplican desacoplamiento y modulación, cuando la primera desincentiva la actividad; el «chequeo
médico» no ha analizado los sectores sino los instrumentos, y no existen instrumentos de
regulación del mercado: p. ej., el aceite de oliva hoy. En tal contexto, es duro verse obligado a
afirmar que nadie sabe qué pasará a partir de 2013. Pero si cabe afirmar que la nueva PAC no
debería ser semejante a la actual ni en sus fines ni en sus medios.

Y no lo será porque varios países contribuyentes a la financiación de tal política no lo


consentirán; porque en las actuales condiciones económicas de la UE y globales los límites
80
financieros deberán ser alterados, y posiblemente el presupuesto agrario se verá reducido a favor
de otras prioridades; porque la legitimación de las ayudas PAC está claramente periclitada;
porque ha entrado en juego el cambio climático como tema a considerar y porque, si se cierra la
Ronda Doha en el marco de la OMC antes –lo que dudo–, el marco de las ayudas y protecciones
exteriores será claramente alterado.

Pero aun ignorando ese nuevo marco, resulta evidente que alguno habrá. Y ello porque
todavía hoy se piensa que el sector agrario es tan peculiar, muestra tales diferencias respecto al
resto de la economía que exige unas normas económicas reguladoras de su actividad diferencia-
das. No es nuevo. Los Tratados están llenos de excepciones a las reglas generales a favor del
sector. Desde la fundación de la CEE siempre se ha pensado que debía estar basado en unos
mecanismos o instrumentos de regulación de sus mercados que no podían dejarse a su suerte.
Estas teorías no fueron espontáneas en la Conferencia de Stressa, venían influenciadas ya por
los trabajos y teorías de la Escuela de Friburgo de los años 30 del siglo pasado, el «ordoliberalismo»
y las enseñanzas de Walter Eucken27. De acuerdo con estas teorías algunos, muy pocos, sólo

27
EUCKEN, Walter (1950): «La cuestión social»; en Revista de Economía Política (II, 2). Traducido por José Vergara Doncel.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

cuatro, sectores de la economía debían ser objeto de regulación, de orden, y entre ellos se
encontraba la agricultura, básicamente por algo que es notorio, porque las elasticidades de
demanda-precio hacen que ante una variación sustantiva de la producción/cosecha los precios
reaccionen a la baja o al alza con notables descensos/aumentos que acaban perjudicando y
alterando las cosechas siguientes por el teorema de la telaraña y generando una caída/creci-
miento de las rentas agrarias poco aconsejables en tales variaciones. Y tales circunstancias no
han variado en el mundo, la descripción de lo sucedido en los años 2007-08 ya expuestos son
una confirmación más.

Pero es que, además, hay precedentes del peso agrario en la recuperación de una econo-
mía en crisis. Estamos ante una crisis tan profunda como lo pudo ser la de 1929 en EEUU, no en
Europa, cuyo impacto fue menos dramático. Pero si se observa lo que ocurrió entonces se puede
comprobar que la sgricultura ocupó allí una buena parte de las preocupaciones de sus dirigentes.
Cuando Roosevelt accedió a la presidencia en 1933, cuatro años más tarde del inicio de la Gran
Depresión, sus inquietudes eran tres: la enorme deflación de precios, lo que afectaba entre otras
a las actividades agrarias; el enorme desempleo existente; y el grave impacto en los grupos
sociales más vulnerables. En aquel contexto la agricultura americana, siempre potente y de
enorme fuerza y peso en el PIB, había ido decayendo progresivamente, los campos se abando-
naban y las producciones agrarias decrecían en volumen año tras año. Las fuertes demandas de
trigo propias de la posguerra de 1919 se agotaron hacia mediados de los años 20 y ello unido a
las grandes tormentas de polvo de 1934 y 1935 generaron deflación agraria y fuertes migracio-
nes. Así se pudo escribir ese famoso retrato de la agricultura y la emigración en una América
polvorienta que fue la novela Las uvas de la ira de Steinbeck.

Ante ello, un grupo de economistas agrarios plantearon numerosas líneas de actuación. 81


George Warren, Frank Pearson en el Colegio de Agricultura en Cornell, trabajaron en esta mate-
ria. Y años más tarde, ya en Washington, se creó la Administración de Ajustes en la Agricultura
(AAA) y con ella nació la política de fijación de precios mínimos a la agricultura. El propio John K.
Galbraith se añadiría a partir de 1934 a la Triple A y a la lista de los muy cotizados –entonces–
economistas agrarios. Y uno debe preguntarse: si existen los salarios mínimos, ¿por qué no
hacer algo semejante con los precios que aseguraban unas rentas mínimas a los agricultores?
Además tal experiencia ya era real en Suecia, o en Japón, donde la agricultura había sido fuerte-
mente golpeada por la depresión.

Se entendió que la agricultura era un caso singular. Así lo comprendió muchos años más tarde
la propia CEE y también Suiza o Japón que las siguen manteniendo. Es cierto que tales políticas han
sido desde entonces altamente cuestionadas, pero también lo es que sin aquella decidida actuación
la agricultura y el empleo agrario nunca se hubieran recuperado con tanta celeridad.

Pues bien, viene esto a cuento de que la agricultura requiere un tratamiento especial hoy.
No podemos seguir admitiendo que la Depresión se haya instalado entre nosotros y la deflación
va camino de hacerlo, pero que eso es una simple cuestión que afecta a la banca y poco más. A
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

nuestro alrededor se destruyen empleo –también agrario– y el paro –también agrario– crece a
velocidades inimaginables (ya comentadas). Volvamos la mirada al campo. No es un sector más.
Ni su economía se mueve bajo los mismos principios que los demás. Está además afectado por
el cambio climático de un modo singular. Y ante este reto la Comisión Europea y los gobiernos
nacional y autonómicos deben actuar con presteza.

En ese contexto es cuando se hace más necesario saber cuál debe ser «la política de
nuestra política» o, dicho de otro modo, cómo va España a plantear sus objetivos en este juego, su
estrategia negociadora, sus bazas de intercambio… En suma, la negociación para obtener una
PAC cuyos resultados favorezcan un sector que hemos definido antes como un sector en crisis.

En mi opinión, varios objetivos deberían presidir tal negociación desde el lado español:

a) Que la nueva PAC asegure o contribuya a que no se puedan producir nuevas crisis agrarias
mundiales o nacionales, y ello tanto si se fijan reservas estratégicas globales o regiona-
les de productos –de lo que soy claramente partidario– como si no se establecen.

b) Que las ayudas que puedan existir por ha productiva –lo «agrario» como actividad
económica– no se basen en criterios históricos sino en diferencias entre los países de
mayores rendimientos y los de menos, en un criterio por tanto de redistribución que
equilibre rentas entre personas y entre territorios. Sólo una política que asegure que
los agricultores no se van a convertir en piezas de museo merece tal nombre.

c) Que de acuerdo con los principios antes aludidos derivados de los viejos o nuevos
tratados de Roma o de Lisboa, la preferencia comunitaria sea un hecho. Puede que su
82 formulación requiera instrumentos comerciales de otra naturaleza, pero eso no priva de
su vigencia y su necesidad.

d) Que se formulen nuevos instrumentos de ordenación de los mercados en línea con esa
preferencia comunitaria (por cierto defendida por Sarkozy hace bien poco).

e) Que aquéllos sobre los que las disposiciones comunitarias o nacionales fijan limitacio-
nes de uso a favor de terceros como si fueran bienes o servicios públicos, sean clara-
mente compensados. Los propietarios agrícolas no pueden ser una excepción al dere-
cho de propiedad. Si se les limita o condiciona el uso deberán ser compensados por
ello. En ese esquema entran todas aquellas tierras privadas incluidas en zonas de uso
público o de externalidades negativas: parques nacionales, naturales, Natura 2000,
ZEPA, etc.

f) Que –como ya ha quedado explicado antes» se aplique, complementariamente a cual-


quier otro apoyo, un sistema de ayudas basado en la función mitigadora que el arbola-
do, la vegetación agrícola o forestal, realiza en la eliminación de CO2. Esto le aportaría
un plus de legitimación que la sociedad aceptaría con claro agrado.
LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL Y LA CRISIS AGRARIA ESPAÑOLA / JAIME LAMO DE ESPINOSA

No, no creo que la PAC del año 2014 y siguientes sea como la actual. Es más, no lo
deseo, pienso que sería un grave error. Todo ha variado en pocos años y nos obliga a enfoques
nuevos: el cambio climático, los problemas de las emisiones de dióxido de carbono y de metano,
la escasez del recurso hídrico que cada vez más se contempla como un recurso de naturaleza
pública global, planetaria, la positiva aportación del reino vegetal –leñosas, forestales, praderas,
cultivos anuales, etc.» como sumideros de CO2, la conservación del patrimonio natural, la remu-
neración de aquéllos que generan externalidades positivas –hoy no compensadas» al conservar
sus bosques o sus recurso naturales… Todo obliga a replantear las bases de nuestro modelo. Y
la UE deberá hacer una profunda reflexión que no creo sea leve o continuista sino profunda e
innovadora.

Y –ya como final» esa política, la que sea, deberá ser instrumentada a nivel nacional y
autonómico. Y en ese doble frente cabe preguntarse: ¿Cabe una política agraria nacional entre la
autonómica y la europea? Aparentemente no cabe, pues casi no existe. Sin embargo, la Consti-
tución Española no sólo lo permite sino que, a mi juicio, lo exige. No debemos olvidar nunca que
el art. 149.13 proclama como competencia exclusiva del Estado las «bases y coordinación de la
planificación general de la actividad económica», al igual que el art. 149.6 sobre la legislación
mercantil. Y el art. 148.7 dice que las CCAA «podrán asumir» competencias sobre «la agricultura
y la ganadería de acuerdo con la ordenación general de la economía».

Es decir, las CCAA no pueden hacer cualquier cosa en materia de política agraria. Desde
luego no pueden romper la unidad de mercado… tan buscada por la propia UE, aunque desgra-
ciadamente la unidad de mercado está ya rota con 17 leyes de caza, 13 leyes de cooperativas
agrarias, estatutos que han roto la «unidad de cuenca», etiquetado obligado en lenguas «nacio-
nalistas» que encarecen las cadenas productivas y hacen a las marcas menos competitivas 83
cuando la lengua española es la común y de obligado conocimiento, y un largísimo etcétera.
Tampoco el Estado. Éste se encuentra obligado por las directivas y reglamentaciones comunita-
rias en materia de PAC, competencia, etc. Y las CCAA se encuentran obligadas –si asumen
competencias en sus estatutos– por las disposiciones que emanen del Gobierno central en
materia agraria «de acuerdo con la ordenación general de la economía».

El Gobierno español tendrá un papel relevante en el primer semestre del año próximo en
la UE y le corresponde tomar ya una cierta iniciativa. También a las diferentes organizaciones
profesionales agrarias españolas o europeas. Todos deberían en un trabajo común, unidos entre
ellas, y participativo con las universidades, comenzar a preparar los papers que será necesario
enarbolar para encabezar y orientar los cambios en la dirección que interese a la agricultura
española y europea. De no hacerlo nos quedaremos atrás. Y no olvidemos que algunos países,
con mucha fuerza en la UE, son absolutamente contrarios a cualquier clase de PAC.
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA
Guillermo Velarde Pinacho
Universidad Politécnica de Madrid

1. Introducción

Prescindiendo de cuestiones políticas excluyentes o dogmáticas que tanto han envenena-


do el panorama energético español y que nada tienen que ver con problemas económicos ni
técnicos, la realidad es que España está inmersa en un grave problema energético de difícil
solución. Este problema afectará negativamente a su desarrollo económico e industrial y viene
reflejado en el hecho de que España importa un 78% de la energía que consume, mientras que la
Unión Europea (UE) importa un 53% y los Estados Unidos un 25%.

Sus principales causas se deben al acuerdo entre la UE y España en el reparto de gases


de efecto invernadero debido al Protocolo de Kioto y a la moratoria nuclear.
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

85
RESUMEN ABSTRACT
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

El problema energético español viene reflejado en el hecho The problem of energy supply in Spain comes from the
de que España importa un 78% de la energía que consume, fact that Spain imports 78% of its energy consumption whereas
mientras que la Unión Europea (UE) importa un 53% y los the European Union imports the 53% and the USA the 25%.
Estados Unidos un 25%. Las principales causas de este problema The main causes of the Spanish energy problem are, both the
energético se deben a dos circunstancias. La primera es el acuerdo agreement between the EU and Spain in the sharing of the rate
entre la UE y España en el reparto de gases de efecto invernadero of the Greenhouse gas emissions derived from Kyoto Protocol
debido al Protocolo de Kioto y la segunda a la moratoria nuclear. and the nuclear moratorium. This moratorium stopped the
Si se hubiesen ido construyendo las centrales nucleares construction of the nuclear power plants projected in the mid-
proyectadas a mediados de la década de los años 70, ahora 70s. Had these nuclear power plants been constructed, we
tendríamos un mix energético análogo al francés y la mayoría de would have presently an energetic mix similar to the French
los problemas energéticos actuales de España estarían resueltos. energetic mix and thus most of our energy problems would
En este capítulo se describen las ventajas e inconvenientes have been solved.
de las diferentes fuentes de energía desde el punto de vista de la This work describes advantages and drawbacks of different
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

contaminación ambiental, las reservas del combustible y su energy sources under the perspective of environmental pollution,
disponibilidad, la seguridad de las centrales y el coste de la fuel reserves and their availability, security and safety of nuclear
energía eléctrica producida. power plants and the cost of the energy produced.
Asimismo, se expone cuál debería ser la solución al The solution to the Spanish energy problem is also presented
problema energético español y los esfuerzos que deberían together with the recommended efforts that should be done in
realizarse en la I+D de las diferentes energías. the R&D of different energy sources.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

1.1. Protocolo de Kioto

Los gases de efecto invernadero son aquéllos cuyas moléculas contienen tres o más
átomos (vapor de agua, dióxido de carbono, CO2; metano, CH4, etc.). El CO2 tiene una vida media
en la atmósfera de unos 100 años, mientras que el metano de unos 12 años. Sin embargo, el
calentamiento atmosférico producido por 1 kilogramo de metano equivale al producido por 23
kilogramos de CO2.

La variación o cambio climático es función de diversas variables: vapor de agua y otros


gases de efecto invernadero, variación del flujo energético solar, etc.

Actualmente no existe ninguna teoría científica que permita establecer esta función, por lo
que se recurre, como es habitual en ciencias, a modelos. El modelo más aceptado es el del
«Palo de Jockey», llamado así por la forma de la curva de concentración de CO2 en la atmósfera
en el transcurso de los últimos mil años, y se basa en los datos tomados en los últimos mil años
en las capas de hielo de los glaciares, en los anillos de los árboles y del coral (Mann: Nature,
1998; y Bradley y Hughes: Geophysical Res. Letters, 1999).

Este modelo es la base del Protocolo de Kioto y de los sucesivos Planes


Intergubernamentales sobre Cambio Climático (IPCC).

El Protocolo de Kioto fue firmado por la UE en 1997 y ratificado en 2002. De acuerdo con
el mismo, la UE debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero una media del 8%
durante el intervalo de 2008-2012, respecto a las emisiones del año de referencia 1990. En el
86 reparto de estas emisiones dentro de la UE, España puede aumentar la emisión de gases de
efecto invernadero en una media del 15% respecto a las emisiones de 1990.

Debido al gran desarrollo industrial de nuestro país desde 1990, antes de la actual crisis
energética emitíamos un 50% más que en 1990, habiéndose reducido actualmente a cerca de
un 40%.

Lo aceptado por el Gobierno español, aparentemente beneficioso, es subrepticiamente


lesivo para los intereses de España, ya que si España intentase alcanzar el nivel de desarrollo de
las naciones más desarrolladas de la UE, tendría que instalar nuevas centrales de gas, con la
consiguiente emisión de CO2 y la compra correspondiente de los derechos de emisión.

Si todos los habitantes de la UE tienen los mismos derechos y obligaciones, no se entien-


de por qué el Gobierno español aceptó emitir, por habitante y año, un 30% menos de los permi-
tidos a otras naciones de la UE.

España no debería haber aceptado el límite establecido por la UE del 15% y tendría que
haber luchado por conseguir el doble para que, de este modo, la emisión de gases de efecto
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

invernadero por habitante y año fuese análoga a la de los países más industrializados de la UE.
Solamente la desinformación y la ignorancia explican que el 95,7% de los españoles pidieran
que se redujese aún más nuestra emisión de gases de efecto invernadero. Nunca tanta ignoran-
cia alcanzó a tantas personas.

1.2. Moratoria nuclear

En la década de los 70 y tras la crisis del petróleo de 1973, el Gobierno español decidió,
como consecuencia de un estudio sobre las necesidades futuras de energía en España, cons-
truir 6 nuevas centrales nucleares: Lemóniz I y II (en el País Vasco); Valdecaballeros I y II (en
Extremadura); Trillo II (en Castilla La Mancha) y Sayago (en Castilla-León) y estudiar la posibili-
dad de construir 27 en las próximas décadas. En la Tabla 1 se indican las centrales nucleares
proyectadas y las construidas (en cursiva).

A finales de los 70 se produjeron manifestaciones masivas en el País Vasco de grupos


antinucleares, algunos de ellos radicales, con gritos de «ETA, mátalos». ETA aprovechó la oca-
sión. El 17 de marzo de 1978 puso una bomba en la zona del reactor de Lemóniz, matando a los
obreros Andrés Guerra y Alberto Negro. El 13 de junio de 1979 puso una bomba en la zona de las
turbinas del reactor de Lemóniz, matando a Ángel Baños. El 29 de enero de 1981 secuestró al
ingeniero jefe de Lemóniz, José María Ryan, asesinándolo el 6 de febrero. El 5 de abril de 1982
asesinó al ingeniero director de la sociedad mixta para la construcción de Lemóniz, Ángel Pascual
Múgica.
87
En 1984 el Gobierno aprobó el Plan Energético Nacional, técnicamente inaceptable, que
establecía la paralización de las 6 centrales nucleares en diferente estado de construcción, y
negaba la autorización para la construcción de las 27 centrales restantes.

Este plan ha producido uno de los mayores desastres económicos desde la transición
política hasta 2004, ya que hubo que compensar a las empresas eléctricas implicadas en estas
centrales nucleares con 600.000 millones de pesetas (de 1984) con cargo a los recibos de luz de
todos los abonados. Ello supuso aumentar la emisión de gases de efecto invernadero en 48 a 24
millones de toneladas de CO2 al año, según que las nuevas centrales sustitutorias de las nuclea-
res fuesen de carbón o de gas.

Por otro lado, la decisión de la UE de conceder a Francia (Cadarache), en vez de a España


(Vandellós), la instalación del reactor de fusión nuclear ITER (International Thermonuclear Expe-
rimental Reactor) fue debido, en parte, a que la moratoria nuclear desmanteló la floreciente
industria nuclear española, produciendo la dispersión profesional de más de 1.000 físicos e
ingenieros nucleares, a pesar de que el emplazamiento español era más económico y técnica-
mente mejor que el francés.
88
Tabla 1: Centrales nucleares proyectadas en España

Potencia eléctrica Emplazamiento Autorizaciones Fecha real o prevista


Central Tipo Propietaria-explotador
(MWe) (provincia) Previa Construcción de explotación
José Cabrera 160 PWR Guadalajara Unión Eléctrica BOE 3-4-63 BOE 26-6-64 12-12-1968
Sta. María de Garoña 460 BWR Burgos Nuclenor BOE 17-8-63 BOE 18-5-66 29-03-1971
Vandellós I 480 GCR Tarragona Hifrensa BOE 11-5-67 BOE 23-7-68 ago-72
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Almaráz I y II 2 x 930 PWR Cáceres Unión Eléctrica /Hidroeléctrica Española Sevillana de Electricidad BOE 19-11-71 01-05-1981
BOE 5-6-72 08-10-1983
Lemóniz I y II 2 x 930 PWR Vizcaya Iberduero BOE 5-6-72 BOE 30-3-74 1978-1979
Ascó I 930 PWR Tarragona FECSA BOE 10-5-72 BOE 26-5-74 ago-83
Ascó II 930 PWR Tarragona FECSA/ENHER/HECSA/HES BOE 10-5-72 BOE 21-4-75 oct-85
Cofrentes 975 BWR Valencia Hidroeléctrica Española BOE 9-12-72 BOE 18-11-75 oct-84
Santillana 900 LWR Santander Electra de Viesgo BOE 9-4-73 1980-1981
Punta Endata I y II 2 x 1.000 LWR Guipúzcoa Iberduero BOE 27-11-73 1982-1983
Trillo I y II 2 x 1.000 PWR Guadalajara Unión Eléctrica/Eléc. Reun. de Zaragoza E. E I Aragonesas BOE 15-11-75 may-88
Valdecaballeros 2 x 1.000 PWR Badajoz Sevilla de Electricidad Hidro. Española BOE 25-11-75 1981-1982
Regodola 900 LWR Lugo Fenosa/Viesgo/H. Cantábrico BOE 28-8-76 1982
Sayago 1.000 PWR Zamora Iberduero BOE 25-11-75 1981
Vergara 1.000 Navarra Iberduero 1985
Oguella I y II 2 x 1.000 Vizcaya Iberduero 1988-1989
CN de Aragón 2 x 1.000 Zaragoza FECSA/UE/EIA/ERZ 1982-1986
Cabo Cope 1.000 LWR Murcia Hidroeléctrica Española 1981
Tarifa 2 x 1.000 LWR Cádiz Sevillana de Electricidad 1981-1983
Asperillo 2 x 1.000 LWR Huelva Sevillana de Electricidad 1980-1990
Azután 1.000 Toledo HE
Orellana o Puerto Peña 1.000 Badajoz HE/HE/Sevillana
Vandellós II 1.000 PWR Tarragona ENHER/HECSA/Hidroeléctrica del Segre/FECSA BOE 12-3-76 1988
Vandellós III 1.000 PWR Tarragona FECSA BOE 12-3-76 1983

Fuente: Sánchez Ron (2001).


EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

El 15 de octubre de 2002 el Ministro de Economía firmó la orden del cierre de la Central


Nuclear de José Cabrera (Zorita) para el 30 de abril de 2006 (1968-2006), a pesar de que siendo
una central norteamericana podría haberse ampliado su operación cerca de veinte años más. Se
sustituirá por una o dos centrales de gas de ciclo combinado, que emiten cada una 4 millones de
toneladas de CO2 al año (por cada 1.000 MWe).

Aunque actualmente no existe una verdadera moratoria nuclear, las trabas locales, auto-
nómicas y estatales y la mala experiencia en las Centrales de Lemóniz y Valdecaballeros,
difícilmente hacen que una compañía eléctrica se aventure en una empresa de final tan problemá-
tico y siempre al arbitrio del gobierno de turno.

2. Fuentes actuales de energía

La actual distribución o mix de las diferentes fuentes de energía eléctrica en España viene
dada en la Tabla 2.

Tabla 2. Mix de generación eléctrica en España

MW % GWh % Factor de carga (%)

Fósil 42.722 47 158.178 53 42


Nuclear 7.716 9 55.046 19 81
Hidroeléctrica 16.658 18 26.381 9 18
R. especial 10.021 11 29.416 10 34
Eólica 13.606 15 27.026 9 23
89
Total 90.723 100 296.047 100

Fuente: Red Eléctrica Española (2007).

Tabla 3. Previsiones futuras de la potencia eléctrica instalada

MW 2015 %2015 MW 2030 %2030

Nuclear 7.181 7,5 10.782 8,9


Hidro (excl. bombeo) 14.132 14,7 14.409 11,9
Eólica 22.429 23,3 35.912 29,7
Solar 438 0,5 2.451 2,0
Térmica 52.088 54,1 57.234 47,4
- Carbón 7.312 7,6 6.855 5,7
- Gas 37.725 39,2 37.047 30,7
- Fuel 4.142 4,3 5.522 4,6
- Biomasa 2.909 3,0 7.810 6,5
- Pilas combustible 0 0,0 0 0,0
- Geotérmica 0 0,0 0 0,0
Total 96.268 100,0 120.788 100,0

Fuente: Dirección General de Energía y Transportes de la UE, Sociedad Nuclear Española y Segarra (2008).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 4. Previsiones futuras de la energía eléctrica producida

Nuclear Hidroeléctrica y eólica Térmica (incluye biomasa)


Año GWh % GWh % GWh %

2006 60.184 20 54.946 18 186.242 62


2015 58.892 16 85.987 23 225.759 61
2030 89.872 21 118.780 28 216.539 51

Fuente: Dirección General de Energía y Transportes de la UE, Sociedad Nuclear Española y Segarra (2008).

En la Tabla 2 se observa que de las 8.760 horas que tiene un año, las centrales nucleares
han operado durante unas 7.100 horas, mientras que las centrales eólicas sólo unas 2.000
horas, es decir, para igual potencia instalada, las centrales nucleares han producido 3,5 veces
más energía que las eólicas.

Las previsiones para un futuro mix energético, siguiendo una política de promoción de las
energías renovables, viene dado en la Tabla 3 para la potencia instalada y en la Tabla 4 para la
energía producida.

Sin embargo, para analizar las diferentes fuentes de energía eléctrica en España y poder
establecer su desarrollo futuro, deben considerarse una serie de factores, entre los que desta-
can: la contaminación e impacto social que producen; el coste de la energía eléctrica producida
durante la operación de la central y durante el resto del ciclo; las reservas de los diversos com-
bustibles empleados y su disponibilidad; la seguridad de la central; etc.

90
2.1. Contaminación e impacto social

Los combustibles fósiles emiten CO2 durante la operación de la central y durante el resto
del ciclo, mientras que las energías renovables y la nuclear sólo emiten CO2 durante el resto del
ciclo, según se indica en la Tabla 5.

Es de notar que mientras que las centrales de carbón emiten unos 1.000 gramos de CO2
por kilovatio hora (g/kWh), las fotovoltaicas un 10% y las eólicas, hidráulicas y nucleares sólo un
0,5% de las emitidas en las centrales de carbón, por lo que se suele decir que estas fuentes de
energía son energías limpias.

Sin embargo, aunque la energía hidráulica puede considerarse como una energía limpia
bajo el punto de vista de la contaminación ambiental, produce un gran impacto social.

Los embalses de las centrales hidroeléctricas existentes en la actualidad, se han ido


construyendo en regiones que por su orografía y su situación resultaban más aptas. La construc-
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

Tabla 5. Emisiones de CO2 durante la operación y en el resto del ciclo

Fuente energética Generado en operación Generado en resto ciclo Total g/kWh

Carbón 892 111 1.003


Fuel oil 839 149 988
Turbina gas 844 68 912
Diesel 726 169 895
Bombeo hidráulico 17 5 132
Fotovoltaica 0 97 97
Hidroeléctrica 0 5 5
Energía nuclear 0 5 5
Generador eólico 0 3 3

Fuente: EDF (cálculo según normas ISO 14040) y De la Torre, Rev. SNE (octubre de 2006).

ción de nuevas centrales hidroeléctricas, principalmente en los países industrializados, supon-


dría inundar valles que, por disponer de agua abundante, cubren extensas y pobladas zonas de
regadío. La pérdida de estas ricas tierras y desplazamiento de pueblos enteros, aunque sean
económicamente compensados, hace que los costes de capital de la central sean elevados, y
todo ello unido al impacto social que origina, con lo que esta fuente de energía puede llegar a ser
prohibitiva en los países altamente desarrollados.

Esto también se agrava considerablemente si se tiene en cuenta que muchas veces se


inundan valles para producir energía eléctrica que no se consume en la propia comunidad, sino
que va a parar a otras sin que exista una compensación o canon apreciable. Y aún más, muchas
veces estas comunidades que reciben la electricidad de otra, se han caracterizado por su oposi-
ción, muchas veces violenta, a permitir que en su comunidad se instalen centrales termoeléctricas. 91

2.2. Coste de la energía eléctrica producida

El coste de la energía eléctrica producida en las diferentes fuentes de energía depende de


una serie de factores como el coste del dinero el tiempo empleado en la construcción de la
central, que depende a su vez de problemas administrativos en el municipio, en la comunidad y
en el Estado, etc. A modo de orientación, en la Tabla 6 se dan los costes en céntimos de euro por
kilovatio hora producido (ce/KWh). El coste del kilovatio hora de una central eólica es el doble
del de una nuclear y casi vez y media del de una de combustibles fósiles. Por este motivo, la
energía eólica está subvencionada. Respecto a la energía solar termoeléctrica de alta temperatu-
ra, puede considerarse que se encuentra en fase de investigación y desarrollo, lo que hace que
los costes de la energía eléctrica producida sean tan elevados.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 6. Costes de la energía eléctrica producida

e /kWh)
Coste de energía (ce
Fuente de energía Operación Derechos
eléctrica Capital y mantenimiento Combustible de emisión Total

Carbón 0,76 0,74 1,31 1,62-0,81 4,33-3,62


Gas natural 0,53 0,35 2,34 0,70-0,35 3,92-3,57
Nuclear futuras 2,00 0,72 0,27 2,99
Eólica 5,00 1,00 0,00 6
Sola termoeléctrica 145,00 1,00 0,00 146

Fuente: Foro Nuclear (2006) y CESEDEN (2009).

2.3. Reservas y disponibilidad

Se supone que las reservas mundiales de combustibles fósiles son de 0,6 billones
métricos de toneladas de carbón, de 1,2 billones métricos de barriles de petróleo y de 170
billones métricos de metros cúbicos de gas. El 80% de la demanda global de energía se
obtiene de los combustibles fósiles y en Estados Unidos el 50% de la electricidad producida
se obtiene del carbón.

La duración de estas reservas depende de la velocidad de consumo y ésta, a su vez, de la


política seguida en las limitaciones de emisión de gases de efecto invernadero. En la Tabla 7 se
considera el caso de mix actual con emisión de mas de 800 ppm de CO2 y el correspondiente a
un mix 1/3-1/3-1/3, o sea a un tercio de combustibles fósiles, un tercio de renovables y el restan-
92 te tercio de nuclear.

Tabla 7. El 24% de las reservas mun-


Duración de las reservas en años, según el mix considerado
diales de carbón se encuentran en los
Concentración de CO 2 en ppm Estados Unidos, siendo el primer pro-
Fuente energética más de 800 400 ductor China con 2.549 Mt, el primer
Carbón 300 550 exportador Australia con 244 Mt y el
Petróleo 420 4.000 primer importador Japón con 182 Mt.
Gas 250 1.700
Nuclear Sin reproceso 300 200
Respecto al petróleo, los prime-
Con reproceso 1.500 1.000
ros productores son Rusia con 487 Mt,
Fuente: Wright y Conca (2007).
seguido por Arabia Saudita con 483 Mt;
el primer exportador es Arabia Saudita con 358 Mt y el primer importador son los Estados Unidos
con 587 Mt.

Por el Golfo de Adén y por el Estrecho de Malaca circula entre el 50 y 60% de la produc-
ción mundial de petróleo, correspondiendo esta área geográfica a naciones políticamente inesta-
bles o a gobiernos no democráticos.
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

El 36% de las reservas mundiales de gas natural se encuentran en Rusia, siendo también
el primer productor con 650.993 Mm3, y el primer exportador con 191.892 Mm3. El primer impor-
tador son los Estados Unidos con 130.300 Mm3, seguido por Japón con 95.627 Mm3.

En los Apartados 3.6 y 3.7 se analiza la seguridad de las centrales de fisión nuclear.

2.4. Análisis de las fuentes actuales de energía

Las centrales de combustibles fósiles tienen la ventaja de que emplean tecnologías cono-
cidas y una gran experiencia en su construcción, operación y mantenimiento. Las de carbón
tardan en construirse de 3 a 3,5 años y las de gas de 2,5 a 3 años.

Sin embargo, tienen el gran inconveniente de la emisión de gases de efecto invernadero


(véase Tabla 4). Este inconveniente podría atenuarse con la captura, transporte y almacenaje
(secuestro geológico) del CO2. En los países con pozos de petróleo o de gas agotados se
inyectaría en ellos el CO2 producido en las centrales de combustibles fósiles. Es una técnica
empleada hace más de 30 años para extraer los restos de petróleo de los pozos semiagotados.
En el caso de España, al carecer de pozos de petróleo o de gas, se ha estudiado la posibilidad
de inyectar el CO2 en formaciones areniscas, formaciones salinas y en las cuencas geológicas
de los ríos. Sin embargo existe el inconveniente de que el CO2 se disuelve parcialmente en el
agua salina, acidificándola y disolviendo parte de los minerales de las areniscas, que pueden
emigrar a la superficie. Se han considerado las cuencas geológicas de los ríos Ebro, Duero, Tajo
y Guadalquivir, con un potencial de almacenamiento teórico, no contrastado experimentalmente, 93
de 50 gigatoneladas (mil millones de toneladas) de CO2. El coste de esta técnica será tolerable
en el caso de naciones con pozos de petróleo o de gas, pero quizás fuese prohibitivo en el caso
de España.

La energía eólica tiene el atractivo de emplear la energía cinética del aire y que España
ocupa un lugar preferente en su desarrollo tecnológico. En nuestro país las regiones de mayor
potencial eólico son el Estrecho de Gibraltar, Galicia, el Prepirineo y el Macizo Ibérico. Los
parques eólicos en el mar tienen una velocidad del viento mayor y una turbulencia menor, pero su
coste de instalación y mantenimiento es mayor que los terrestres.

La potencia de un aerogenerador es proporcional al cubo de la velocidad del aire y a la


superficie barrida por el rotor, o sea, al cuadrado de la longitud de las palas. Actualmente están
en fase de desarrollo aerogeneradores de 8 a 10 MW con diámetros del rotor de 160 metros, muy
superior a la envergadura de 80 metros del gran avión comercial Airbus A 380. En la Figura 1 se
representa la evolución de los aerogeneradores, desde 1985 hasta un futuro próximo.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Figura 1.
Evolución del tamaño de las turbinas eólicas durante su penetración en el mercado

En el año 1985 el diámetro típico del rotor era de 15 m, en 2005 el aerogenerador más grande alcanzaba los
126 m con una potencia unitaria de 5 MW (Fuente: Jos Beurskens, ECN).
Fuente: Romero (2007).

Teniendo en cuenta la Tabla 2, un reactor nuclear de 1.500 MW eléctricos produciría la


misma energía eléctrica que 525 aerogeneradores, a desarrollar en un futuro próximo, de 10 MW
eléctricos cada uno.

El miércoles 30 de junio de 2004 a las 13h 28m se alcanzó en España un máximo histó-
rico de demanda de energía eléctrica (36.950 MW) con temperaturas de unos 40º C, y en aquel
momento todo el parque eólico nacional solamente produjo 130 MW, el 2% de la potencia eólica
94 instalada. Un dato significativo es que las temperaturas máximas y mínimas en España se
suelen alcanzar en situaciones anticiclónicas, con viento prácticamente nulo.

Esta situación obliga a tener en reserva, principalmente centrales de gas de ciclo combi-
nado, de igual potencia que la eólica, con el consiguiente aumento en el coste de la energía
eléctrica producida.

Por ello se ha considerado emplear, parte de la energía eólica producida, en bombear


agua de un pantano para producir hidrógeno del agua como sustituto de la gasolina y del
gasóleo, y en desalar agua del mar (para desalar 1 m3 de agua de mar se consume 4 kWh,
emitiendo 2 kg de CO2 si se emplea gas natural). Sin embargo, en las zonas deficitarias de
agua, como el Levante español, la intensidad del viento es reducida, no obteniéndose más de
1.000 horas de utilización al año.

Respecto a la energía solar, hay que tener en cuenta que el Sol es un inmenso reactor de
fusión nuclear, cuya energía emitida es la energía solar. El Sol funciona por confinamiento
gravitacional, que es una de las tres formas de confinamiento consideradas en la fusión nuclear.
Se analizará esta forma de energía en el Apartado 4 (energía de fusión nuclear).
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

3. Energía de fisión nuclear

En 1932 el Premio Nobel Albert Einstein afirmó que nunca se obtendría energía nuclear.
Sin embargo, en 1938 los científicos alemanes Otto Hahn y Fritz Strassmann obtuvieron en la
Universidad de Berlín la fisión del uranio, concediéndose al primero el Premio Nobel. En 1939 los
físicos alemanes exiliados Otto Frisch y Lise Meitner calcularon que por cada kilogramo de
uranio fisionado podrían obtenerse 24 millones de kilovatios hora, unos 3 millones de veces la
energía obtenida en la combustión de un kilogramo de gasolina. En 1942 el Premio Nobel italiano
Enrico Fermi y el científico húngaro Leo Szilard construyeron en la Universidad de Chicago, el
primer reactor nuclear experimental.

3.1. Tipos de reactores nucleares

Desde 1943 se han ido estudiando en los Estados Unidos y, posteriormente, en otros
países, distintos tipos de reactores nucleares, los cuales deberían cumplir la condición necesa-
ria, pero no suficiente, de ser intrínsecamente seguros (o sea, deben tener el coeficiente de
reactividad por temperatura y huecos negativo, o bien ser submoderados).

Desde el punto de vista neutrónico, los mejores reactores nucleares son los de uranio
natural-agua pesada (HWR). Por su sencillez técnica, los más apropiados son los de grafito-gas
(GGR), empleando uranio natural que habiendo sido desarrollados inicialmente por Francia y el
Reino Unido. Por el volumen ocupado, los más compactos son los reactores de agua ligera a
presión o en ebullición (PWR o BWR), con uranio ligeramente enriquecido. Los Estados Unidos 95
y la URSS desarrollaron este tipo de reactores de agua ligera para sus submarinos, modificándo-
los posteriormente para su uso comercial.

No pudiendo competir con los gastos de I+D de los reactores de agua ligera, los países
bajo la influencia de Estados Unidos compraron patentes de estos reactores y los países de
influencia de la antigua URSS, patentes de los suyos. Actualmente casi todos los reactores
comerciales son de agua ligera.

Desde el punto de vista de la seguridad los de grafito-agua ligera se desecharon por


peligrosos, al ser intrínsecamente inseguros, debido a que tienen el coeficiente de reactividad por
temperatura y huecos en el arranque positivo (cuando aumenta la temperatura, aumenta el nú-
mero de fisiones y, por tanto, la energía producida, originando un aumento mayor de temperatura,
hasta la fusión del núcleo del reactor). Son reactores sobremoderados. (Los restantes tipos de
reactores desarrollados en los países democráticos son intrínsecamente seguros, submoderados).

Debido a su inseguridad intrínseca, este tipo de reactores nunca deben emplearse para la
producción de energía eléctrica. Ningún Consejo de Seguridad Nuclear de un país democrático
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

autorizaría su construcción. Sin embargo, tienen la ventaja de que son fáciles de construir, bara-
tos y son los óptimos para producir plutonio militar para las bombas atómicas. Estos reactores
de grafito-agua ligera (LWGR, RBMK), son los popularmente conocidos, desde 1986, como tipo
Chernobil.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos construyeron en Hanford (Estado
de Washington), y dentro de un recinto militar, 9 reactores de grafito-agua ligera, cuya energía se
disipaba en la atmósfera. Ante el peligro real de que tarde o temprano se produjese un grave
accidente nuclear, una vez que obtuvieron el plutonio para la mayoría de las 33.000 cabezas
nucleares que tenían en 1966, fueron todos desmantelados entre 1964 y 1987.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la URSS construyó 15 reactores de grafito-agua


ligera, con los que obtuvieron el plutonio para la mayoría de las 45.000 cabezas nucleares que
tenían en 1986, siendo desmantelados entre 1987 y 1992. Sin embargo, a diferencia de los
Estados Unidos, y al no tener que someterse a ningún control internacional de seguridad, deci-
dieron construir 18 reactores de este tipo para la producción de energía eléctrica y, en caso
necesario, de plutonio para bombas. Para reducir el riesgo, muy probable, de un accidente
nuclear, emplearon un complejo sistema de seguridad. Sin embargo no emplearon el edificio de
contención, obligatorio en los reactores nucleares productores de energía eléctrica. Construye-
ron 4 en Chernobil (Ucrania), actualmente fuera de servicio; 2 en Lituania, habiendo parado uno
en 2004 y el otro lo harán en 2009; y 12 en la Federación Rusa.

96
3.2. Distribución de las centrales nucleares

En 2008 había 440 reactores nucleares en servicio, la mayoría de agua ligera (104 en
Estados Unidos, 59 en Francia, 56 en Japón… y 8 en España). En construcción hay 42 (7 en
Canadá y en Rusia, 6 en la India, 5 en China, 4 en Corea del Sur, 2 en Francia, Bulgaria, Taiwán
y Ucrania y 1 en Argentina, Finlandia, Francia, Irán, Japón y Pakistán). Estados Unidos tiene en
marcha 9 proyectos, habiendo prolongando la vida de la mayoría de sus centrales nucleares
hasta 60 años.

El porcentaje de energía eléctrica nuclear era, en 2008, del 78% en Francia, del 54% en
Bélgica, del 48% en Suecia, del 37% en Suiza, del 30% en Japón, del 18% en España, etc.

3.3. Aceptación de la energía nuclear

Durante los últimos años se han ido realizando numerosas encuestas sobre la aceptación
de las centrales nucleares. El resultado en los Estados Unidos viene reflejado en la Tabla 8, en
donde la mayoría desea que se construyan nuevas centrales nucleares.
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

Durante décadas se ha favorecido en España la oposición a la energía nuclear, magnificando


cualquier accidente nuclear y minimizando los accidentes en otras instalaciones energéticas,
como se indicará posteriormente con el accidente de gas del Colegio Público Marcelino Ugalde
de Ortuella (Vizcaya). Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda nazi dijo: «La verdad no
importa, lo que importa es la propaganda». Desgraciadamente, esta máxima ha sido adoptada
por la oposición a la energía nuclear en España.
Tabla 8.
Encuesta sobre la aceptación de las centrales nucleares realizada en los Estados Unidos (2001)

% sí

Renovar las licencias de operación de las centrales nucleares (julio de 2001) 85


Mantener la opción de construir nuevas centrales nucleares (julio de 2001) 74
Construir nuevas centrales nucleares (julio de 2001) 63
Las centrales nucleares son más seguras que hace 10 años (abril de 2001) 65
Instalar las nuevas centrales nucleares próximas a las ya existentes (julio de 2001) 54

Fuente: Bisconti y Richards (2001): Nuclear News (36, 11).

El Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, B. Kouchner, dijo (2008):

«Francia apostó por la energía nuclear. Fue el precio pagado por su independencia, su prosperidad,
su libertad… Hoy tenemos un grado de autonomía que beneficia a cada francés. El coste de nuestra
electricidad es el más bajo del mundo y nuestra economía es una de las más limpias, en términos de
emisión de CO2».

En España, los resultados obtenidos (Foro Nuclear y Villafañe & Asociados, 2004) 97
son bien distintos. El 44% está a favor de que la política energética española se coordine en
la UE y 35% a favor de que se coordine en España. El 44% es partidario de cerrar todas las
centrales nucleares, el 51% de agotar su vida útil y no construir otras nuevas y el 3% de
construir nuevas centrales cuando se agote la vida útil de las actuales. Este resultado indica
que los españoles no se fían de la política energética de los gobiernos de turno, prefiriendo
que se coordine en la UE.

3.4. Ventajas de la centrales nucleares

Las principales ventajas de las Centrales Nucleares son:

• No producen gases de efecto invernadero.

• Tienen una vida larga, que puede extenderse hasta los 60 años.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

• Producen la energía más barata que existe actualmente: un 80% de la producida en


las centrales de combustibles fósiles y menos de la mitad de la producida en las
centrales eólicas.

• El coste del uranio es un 5% del coste de generación de la energía eléctrica mientras


que los costes del carbón y del gas son un 50% y 70% de los costes de generación de
la energía eléctrica.

• El uranio se encuentra muy repartido, los principales productores son países democrá-
ticos o políticamente estables, a diferencia del petróleo que se encuentra concentrado
en zonas de permanentes tensiones políticas o en países denominados por el Banco
Mundial como LICUS (Low Income Countries Under Stress).

• Las centrales nucleares españolas consumen anualmente unas 1.800 Tm de ura-


nio natural. El 17% es de producción nacional, el 21% de Cameco (Canadá), el
13% de Riotinto (Australia y Namibia) y el resto de Tenex (Rusia), Nufcor (Sudáfrica)
y Cominak (Níger).

• El enriquecimiento de las 1.800 Tm de uranio natural para obtener 150 Tm de uranio


enriquecido, necesarias para abastecer a nuestras centrales nucleares, se realiza: el
40% en EURODIF (Francia, participación de ENUSA), el 20% en URENCO (UE), el
25% en Tenex (Rusia) y el 15% en USEC (Estados Unidos).

3.5. Inconvenientes reales y ficticios de las centrales nucleares


98
Los principales inconvenientes reales y ficticios son: la contaminación radiactiva en el entorno
de la central nuclear; los residuos radiactivos; los accidentes nucleares y la proliferación nuclear.

3.5.a. Contaminación radiactiva en el entorno de una central nuclear

No se producen daños biológicos apreciables. El Instituto Nacional del Cáncer de los


Estados efectuó un estudio en las 78 centrales nucleares que estaban en servicio en 1982. El
resultado fue que la tasa de cánceres producidos en su entorno era análoga a la media nacional.

Sin embargo, este estudio arrojó como dato curioso que la tasa de enfermedades
(coronarias, tumorales…) de los trabajadores de las centrales era inferior a la media nacional.
Ello era debido a que estos trabajadores están sometidos a chequeo médico periódico, lo que
permite detectar enfermedades incipientes.
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

3.5.b. Residuos radiactivos

Se ha propuesto diferentes métodos para tratar con los residuos radiactivos, los
principales son:

• Almacenamiento temporal de los elementos combustibles irradiados en las piscinas


del reactor. Los de baja y media actividad se almacenan en El Cabril y los de alta
actividad al futuro Centro de Almacenamiento Temporal Centralizado (ATC).

• Transmutador en fase de I+D. Cada protón de un acelerador produce por espalación en


un blanco de plomo unos 15 neutrones, que transmutan los residuos de alta actividad
en residuos de baja actividad o en residuos estables.

En el mundo hay unas 3.000 toneladas de residuos de larga vida (el 1% de los de
alta actividad) y en España unas 60 toneladas. El transmutador tiene un rendimiento
del 99%, por lo que transmutaría estos residuos en 30 y 0,6 toneladas. Comprimiéndo-
los a alta densidad (10) se reducirían en 3.000 litros en todo el mundo y 60 litros en
España.

• Reactor híbrido de fusión-fisión nuclear (LIFE), en fase de I+D. En un reactor de fusión


nuclear por confinamiento inercial, cuya cápsula de combustible está dentro de un
recipiente entre cuya doble pared circula el combustible gastado de un reactor de fisión
nuclear productor de energía eléctrica. Los neutrones de fusión de muy alta energía
fisionan el U238 y el Pu239 del combustible gastado y transmutan los residuos de alta
actividad en residuos de baja actividad o residuos estables. Es una mezcla de un 99
reactor de fusión nuclear por confinamiento inercial y de un transmutador, en donde los
neutrones de alta energía se obtienen de la fusión nuclear del deuterio-tritio, en vez de
por espalación en un blanco de plomo producido por protones. En vez de emplear el
combustible gastado puede emplearse el uranio empobrecido de las colas de una
planta de enriquecimiento de uranio, o el plutonio del desmantelamiento de las armas
nucleares.

3.6. Accidentes en centrales nucleares civiles

Ha habido diversos accidentes en centrales nucleares civiles, sin que se produjesen vícti-
mas debidas a la radiactividad. Los más importantes han sido:

• 1969: Saint Laurent des Eaux (Francia). Se fundieron 5 elementos combustibles. No


hubo escape de radiactividad.
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• 1970: Dresden (Estados Unidos). Por error se paró la turbina y ello provocó un aumento
de la presión y fuga del edificio de contención. No hubo víctimas.

• 1972: Surrey I (Reino Unido). Se produjo una fuga de vapor de agua: 1 muerto por
quemaduras.

• 1979: Three Mile Island (Estados Unidos). Durante una inspección se dejaron cerra-
das, por olvido, dos válvulas del sistema de refrigeración de emergencia. Debido a las
resinas empleadas en el sistema de depuración del condensado, se obturó una tube-
ría. Al no funcionar correctamente el sistema de refrigeración de emergencia, se produ-
jo un aumento de temperatura y una fuga radiactiva, dando lugar a una dosis radiactiva
sobre la natural (2,4 mSv/año) inferior 1 mSv/año (dosis media recibida al año por una
persona por radiografías médicas). No hubo ninguna víctima.

• 2007: Kashiwazaki Kariwa NPS (Japón). Se produjo un terremoto de fuerza 6,8 a 16


km de la Central Nuclear que albergaba 7 reactores BWR con 8,2 GWe. Los reactores
se pararon sin percances. Se produjo un incendio en el transformador y una fuga del
agua de la piscina en donde se enfriaban los elementos combustibles gastados, produ-
ciendo una contaminación del orden de la millonésima del límite permitido.

Sin embargo, sí se produjo un accidente letal en la fábrica del ciclo del combustible nuclear
de Tokaimura en 1999. Un operario de la empresa JCO que operaba esta fábrica, vertió 16 kg de
uranio enriquecido en un recipiente inapropiado, alcanzándose la supercriticidad, cuando el lími-
te máximo autorizado era de 2,3 kg. Este accidente se hubiese evitado si en la zona de transva-
100 se de uranio no hubiesen existido recipientes con una capacidad igual o superior a la masa
crítica; si hubiese existido una adecuada inspección del Consejo de Seguridad Nuclear de Japón
y de la propia empresa y si los operarios de la fábrica hubiesen tenido la calificación y el entrena-
miento adecuado.

A las 12:00 horas sonaron las alarmas, pero se avisó a las autoridades una hora más tarde
y a la población cerca de dos horas después del accidente. 49 personas, entre trabajadores de
la fábrica y de los pueblos cercanos sufrieron los efectos de la radiactividad, muriendo 2 de ellos.
6 altos cargos de la empresa JCO fueron condenados a penas de entre 2 y 3 años de cárcel.

3.7. El accidente de Chernobil

Según se expone en el Apartado 3.1., los reactores de grafito-agua ligera (tipo RBMK o
Chernobil) son intrínsecamente inestables durante el arranque y desde un principio fueron des-
echados como futuros reactores productores de energía eléctrica. Durante la Segunda Guerra
Mundial y durante algunos años posteriores, tanto los Estados Unidos como la URSS, instalaron
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

en centros militares diversos reactores de este tipo para la producción de plutonio para las
bombas nucleares, disipando la energía producida a la atmósfera. Sin embargo la URSS, que no
tenía que responder ante ningún organismo de seguridad nacional de los establecidos en los
países democráticos, decidió construir 18 reactores de este tipo, aprovechando la energía produ-
cida para producir electricidad y en caso necesario plutonio para las bombas nucleares.

Con objeto de demostrar que lo que predecían los físicos e ingenieros nucleares sobre lo
peligroso que resultaban los reactores de grafito-agua ligera (tipo RBMK o de Chernobil), el
equipo de operación de la Unidad 4 de Chernobil decidió efectuar el 26 de abril de 1986 un
experimento extraordinariamente peligroso, que nunca hubiera sido autorizado por el Consejo de
Seguridad Nacional de un país democrático. Este experimento consistió en cerrar la entrada de
vapor en la turbina para demostrar que la inercia de la turbina en vacío era suficiente para mover las
bombas de refrigeración de emergencia. Para aumentar la potencia extrajeron 162 barras de control
(de las 170 que tenían) dejando sólo 8 dentro del reactor, violando de este modo las normas de
seguridad que exigían que hubiese, un mínimo, de 30 barras de control dentro del reactor.

Sucedió lo que estaba previsto en los textos de teoría de reactores. Subió la temperatura
y como este tipo de reactores tiene el coeficiente de reactividad de temperatura y huecos positivo
durante el arranque aumentó por tanto el número de fisiones y, en consecuencia, creció la energía
producida y de nuevo la temperatura, etc. El equipo de operación intentó parar el reactor introdu-
ciendo las 162 barras de control extraídas, pero debido al aumento de temperatura, se atascaron y
no pudieron pararlo. La temperatura subió hasta fundir todos los elementos combustibles, ardiendo
las 1.700 toneladas de grafito que tenía el reactor, y formándose un gigantesco horno.

El accidente se agravó al carecer el reactor de Chernobil de edificio de contención, cons- 101


trucción obligatoria en los reactores nucleares como parte esencial para la seguridad.

Nunca mejor empleada la frase de Eugenio D’Ors: «Los experimentos, con gaseosa».

3.8. Informes sobre el accidente de Chernobil

Cuando se produjo el accidente, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y


el Consejo de Seguridad Nuclear de España encargaron a nuestro Instituto de Fusión Nuclear un
estudio sobre lo sucedido.

En los Estados Unidos, aprovechando el estado de Guerra Fría que ambas naciones
mantenían, y con objeto de atacar a la URSS por emplear este tipo de reactor, se estimó
exageradamente que en 20 años se producirían unos 200.000 muertos. Estas cifras las han ido
empleando los grupos antinucleares durante estos últimos años.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Con objeto de determinar lo que verdaderamente sucedió en el accidente de Chernobil, la


ONU realizó un amplio y exhaustivo informe realizado por un centenar de médicos, biólogos e
ingenieros de 8 organizaciones internacionales, algunas de ellas no proclives a la energía nu-
clear: el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la Organización Mundial de la
Salud (OMS), el Programa para el Desarrollo de la ONU (UNDP), el Programa de Medio Ambiente
de la ONU (UNEP), la Agencia de Asuntos Humanitarios de la ONU (UNOCHA), el Comité sobre
Efectos de la Radiación Atómica de la ONU (UNSCER), la Organización de la Agricultura y
Alimentación (FAO).

El resultado publicado el 5 de Septiembre de 2005 fue el siguiente:

• Muertes: 56 durante el accidente y durante el período 1986-2005, de las cuales 47,


principalmente bomberos y trabajadores, murieron por quemaduras durante los prime-
ros días del accidente, y 9, principalmente niños, de cáncer de tiroides (producido por
el yodo 131).

• Enfermos por radiactividad: 3.940, principalmente por cáncer de tiroides (producido


por el yodo 131), que al ser tratados médicamente sobrevivieron estos 20 años.

Como el yodo 131, emisor β, tiene una semivida de 8 días, transcurridos unos pocos
meses después del accidente, ha desaparecido por desintegración (quedando sólo trazas). To-
dos los enfermos por cáncer de tiroides habían sido irradiados durante las primeras semanas.
Los médicos estiman que un 1% de estos enfermos morirá debido a los efectos secundarios
producidos por el tratamiento médico.

102
Se observó un ligero aumento de casos leves de leucemia, entre bomberos y trabajadores
de la central, que sobrevivieron por tratamiento médico.

No se han observado abortos, ni malformaciones, ni disminución de la fertilidad.

Se han observado trazas del cesio 137, emisor β, con semivida de 30 años, en líquenes y
hongos de los bosques de Finlandia y Suecia.

Los 200.000 muertos, que algunos medios de comunicación social han ido repitiendo
durante todos estos años, han quedado reducidos a unos 100 (56 más el 1% de 3.940). Raras
veces podría aplicarse mejor el dicho churchiliano: «Una mentira repetida suficiente número de
veces, vale tanto como una verdad».

Es conveniente comparar este accidente con otros no nucleares. En 1984 el accidente de


la fábrica de Bhopal (India) produjo unos 17.000 muertos. En China mueren anualmente en las
minas de carbón unos 4.000 mineros. En Ortuella, Vizcaya, el 23 de octubre de 1980 se produjo
una explosión debido a una fuga de propano en el Colegio Público Marcelino Ugalde, originando
52 muertos; de ellos 49 eran niños de 5 a 6 años, 2 profesores y una cocinera.
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

3.9. Proliferación nuclear producida por las centrales comerciales de fisión nuclear

La pregunta es: ¿con el plutonio obtenido de un reactor nuclear operando para la producción
eléctrica se puede construir una bomba atómica que al explosionar produzca unos cuantos kilotones?

En 1962, los Estados Unidos explosionaron una bomba atómica empleando el plutonio
obtenido de los elementos combustibles gastados de un reactor nuclear de potencia eléctrica. A
partir de entonces, se admitió sin discusión, que con el plutonio obtenido del combustible gasta-
do de un reactor operando para la producción de energía eléctrica se podía construir una bomba
atómica análoga a las obtenidas con el plutonio de un reactor plutonígeno.

Sin embargo, los datos publicados no ofrecen ninguna fiabilidad, por lo que los resultados
siguientes los he obtenido empleando los siguientes códigos: NORMA (hidrodinámico) y CLARA
(nuclear), desarrollados por nosotros en la Junta de Energía Nuclear (JEN) entre 1975 y 1979. El
código integrado NORCLA desarrollado por nosotros en el Instituto de Fusión Nuclear (DENIM)
después de 1980 y que fue el primer código integrado internacional, no clasificado, para cálculos
hidrodinámicos y nucleares.

En la Figura 2 se representan los dos casos del combustible gastado de un reactor comer-
cial operando para producir energía eléctrica y de uno plutonígeno o de uso dual. En el primer
caso el tiempo transcurrido entre recargas del combustible fresco es de 24 meses, obteniéndose
un combustible gastado con un plutonio que contiene un 70% de Pu239 y Pu241 y un 30% de
Pu240 y Pu242. En el segundo caso, el tiempo transcurrido entre recargas es de 25 días y el
plutonio del combustible gastado contiene el 94% de Pu 239 y el 6% de Pu240.
103
Teniendo en cuenta que los plutonios Pu240 y Pu242 se fisionan espontáneamente, emi-
tiendo neutrones que hacen que en una bomba atómica la explosión nuclear se realice a des-
tiempo, cuanto menos cantidad exista de estos plutonios pares, mayor será el rendimiento de la
bomba. Los resultados que he obtenido son los siguientes.

En la explosión de una bomba atómica empleando el plutonio obtenido en un reactor


comercial operando para producir energía eléctrica, construida por un país de alta tecnología,
como los Estados Unidos, se obtendría la energía nominal con una probabilidad del 45% y un
simple fogonazo con una probabilidad del 13%. Si la bomba atómica fuese construida por un país
de tecnología media o por grupos terroristas, se obtendría la energía nominal con una probabili-
dad de tan sólo el 2% y un simple fogonazo con una probabilidad del 45%.

Esto indica que un país de tecnología media o baja, o un grupo terrorista, preferiría em-
plear este plutonio en fabricar una bomba sucia (compuesta por parte de este plutonio o del
combustible gastado rodeado de un explosivo químico, como la goma 2 eco, que al explosionar
dispersaría el plutonio o el combustible gastado), en vez de una bomba atómica con tan baja
probabilidad de obtener una verdadera explosión nuclear.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Figura 2. Producción de plutonio

4. Energías de fusión nuclear

La importancia de la fusión nuclear se obtiene al comparar los distintos procesos


exoenergéticos. En la combustión de un kilogramo de gasolina se obtienen unos 13 kWh; en la
transformación de masa en energía se obtienen 24 mil millones de kWh por cada kilogramo de
masa; en la fusión de los núcleos pesados (más allá del hierro en el sistema periódico) se
104
obtienen 24 millones de kWh por kilogramo de uranio, y en fusión de los núcleos ligeros (antes
del hierro) se obtienen 100 millones de kWh por kilogramo de hidrógeno (deuterio y tritio). Sin
embargo, los bajos rendimientos de estos procesos reducen considerablemente estos valores.
Desde un punto de vista práctico, una central térmica de mil megavatios eléctricos consumiría
anualmente 200 trenes de 100 vagones cada uno llenos de carbón (combustión), un solo vagón
lleno de uranio (fisión) o un maletero de un coche familiar lleno de hidrógeno (fusión).

Inicialmente se está realizando la I+D de la fusión de los isótopos del hidrógeno: el deuterio
y el tritio. El deuterio se encuentra en el agua a razón de 34 miligramos de deuterio por litro de
agua, y el tritio se obtiene al bombardea el litio con neutrones.
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

4.1. Ventajas e inconvenientes de la fusión nuclear

• Las principales ventajas de la fusión nuclear de los isótopos del hidrógeno deuterio
y tritio son:

- La energía producida en la fusión del deuterio contenido en 1 litro de agua (34 mgD/l
agua) es equivalente a la energía obtenida en la combustión de 340 litros de gasolina.

- El deuterio contenido en el agua es suficiente para abastecer a la humanidad duran-


te un tiempo superior al transcurrido desde la formación de la Tierra hasta nuestros
días, o bien, durante un tiempo superior a la vida esperada en la Tierra, unos 4.500
millones de años.

- El deuterio está al alcance de todos los países, evitando los problemas en el sumi-
nistro de los combustibles fósiles.

• Los principales inconvenientes de la fusión nuclear son las dos condiciones, nece-
sarias pero no suficientes, para conseguir la fusión nuclear de los elementos ligeros y
en particular del hidrógeno:

• Sobrepasar la temperatura de ignición. Es la temperatura necesaria para que la


energía producida en la fusión nuclear iguale a la energía perdida. Esta temperatura
de ignición es teóricamente de 50 millones de grados para la fusión de los isótopos
del hidrógeno deuterio y tritio pero en la práctica hay que sobrepasar los 100 millones
de grados; 2.500-5.000 millones de grados para el oxígeno, y así va aumentando la
temperatura del medio hasta llegar al hierro. A estas temperaturas no existen los
estados sólido, líquido ni gaseoso, el medio es un plasma, donde los iones y electro- 105
nes están separados.

• Confinamiento. Por término medio, en cada millón de colisiones del deuterio con
el tritio se produce una sola fusión, luego el plasma debe estar confinado para que
el deuterio y el tritio tengan opción de chocar más veces, producir fusiones y por
tanto energía.

4.2. Clases de confinamiento del plasma

A escala macroscópica, existen tres clases de confinamiento: el inercial, el electromag-


nético y el gravitacional.

a) El confinamiento inercial es el producido cuando numerosos haces (unos 200) de


un láser, inciden, lo más uniformemente posible, sobre la superficie de una micropastilla
de deuterio y tritio (de un milímetro de diámetro), dando lugar a la ablación de su
superficie. Debido a esta ablación, se genera una intensísima onda de presión centrí-
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

peta (de más de un billón métrico de atmósferas) que comprime la micropastilla, calen-
tándola por encima de la temperatura de ignición (unos 100 millones de grados), con lo
cual se produce la fusión nuclear del deuterio y tritio. En la fusión del deuterio y tritio se
emite un núcleo de helio 4 y un neutrón, ambos con gran energía cinética, que al
chocar con el litio, empleado como refrigerante, produce dos efectos: por un lado, el
litio se calienta (aumenta su entalpía) y por otro, el litio 7 se transforma en tritio. El litio
caliente se enfría en un generador de vapor de agua. Este vapor alimenta una turbina
que hace girar un alternador, produciendo energía eléctrica. El tritio producido se em-
plea de nuevo, por lo que sólo hay que suministrar deuterio y litio.

Unas pocas microfisiones por segundo pueden dar lugar a un reactor de fusión nuclear
de 1.000 megavatios eléctricos.

b) El confinamiento magnético se basa en el empleo de campos electromagnéticos


para confinar el plasma. El desarrollo más prometedor es el llevado a acabo en la
URSS a finales de la década de los años 50 del siglo pasado, llamado TOKAMAK
(TOrodalnaya KAmera MAgnitnaya). El TOKAMAK es, en esencia, un transformador
en el cual las espirales conductoras del secundario se han sustituido por una sola
espiral solenoidal (un anillo o toro) en cuyo interior circulan confinados los electrones y
los núcleos de deuterio y tritio.

c) El confinamiento gravitacional es el debido a la fuerza de la gravedad y se produce


en las estrellas y en particular en el Sol, dando lugar a la energía solar.

106 4.3. Energía solar

El flujo energético medio anual a nivel del mar es de 1 kW/m2 y suponiendo una insolación
en el paralelo 40 de 1.500 horas anuales, se obtiene una densidad de energía de 1.500 kWh/m2.
Esta débil densidad de energía puede aprovecharse como:

a) Energía solar térmica de baja temperatura, empleada en calentar parcialmente


agua para usos domésticos y pequeñas instalaciones industriales.

b) Energía solar térmica de alta temperatura (más de 250ºC). La energía solar se


refleja en numerosos espejos (helióstatos), planos, curvos o parabólicos, concentrán-
dose sobre una superficie, una línea, ó un punto en contacto con un fluido que circula
hacia un generador de vapor (si el fluído no es agua), moviendo una turbina de vapor y,
a su vez, un alternador.

c) Células fotoeléctricas para pequeñas demandas de energía eléctrica (en el espacio,


balizas marinas, señales luminosas, carga de baterías, usos domésticos, etc.).

d) Células termoeléctricas y termoiónicas.


EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

4.4. Reactores y centrales experimentales de fusión nuclear

a) Reactores experimentales de fusión nuclear por confinamiento inercial. El 29


de mayo de 2009 se inaugurará en el Laboratorio Nacional de Lawrence, en Livermore (Estados
Unidos) el gigantesco NIF (National Ignition Facility) de unos dos megajulios y, probablemente,
tres años después el MJL (Mega Joule Laser) cerca de Burdeos (Francia), también de unos dos
megajulios. Con estos dos reactores experimentales se espera conseguir la fusión nuclear por
confinamiento inercial con ganancia apreciable de energía.

En España comenzó a funcionar en 1983 el DENIM (Instituto de Fusión Nuclear).

b) Reactores experimentales de fusión nuclear por confinamiento magnético. Un


consorcio internacional en el cual participa España va a construir el reactor experimen-
tal ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) en Cadarache (Francia),
el cual se espera que entre en operación dentro de 13 años, esperándose que se
consiga también obtener la fusión nuclear con ganancia de energía.

c) Centrales solares térmicas de alta temperatura. La torre solar de Sanlúcar La


Mayor PS-10 emplea espejos planos orientables calentando agua a 500-1.000ºC. Es
de 11 MW eléctricos produciendo 24 millones de kilovatios hora al año, con un coste
de la energía eléctrica producida de 190 céntimos de euro el kilovatio hora.

5. Solución al grave problema energético español


107

Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, y que todo el petróleo que se extrajo en


España en 2003 equivale a sólo dos días de refino; todo el gas natural extraído en nuestro país en
2003 supone el 1% del consumo nacional; que el carbón nacional es escaso, costoso de extraer
y con azufre; que las reservas hidroeléctricas están aprovechadas al límite y solamente hay
cabida para las minihidráulicas, la producción masiva de energía eléctrica que pueda alimentar a
grandes núcleos industriales y de población, y que a su vez tenga en cuenta la contaminación
ambiental, las reservas de combustible y su disponibilidad y la seguridad de la central, sólo
puede hacerse actualmente con la energía de fisión nuclear y con la energía eólica.

Sin embargo teniendo en cuenta que el coste de la energía eólica es aproximadamente el


doble de la producida por una central de fisión nuclear, se obtiene que hasta que la energía eólica
no sea económicamente competitiva con la de las centrales de combustibles fósiles (incluyendo
el coste de los derechos de emisión), la única energía que cumple las condiciones anteriores es
la de fisión nuclear, sobre todo con los nuevos tipos de reactores nucleares GIII+ y GIV.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Por todo ello, la solución óptima actual sería la instalación de nuevas centrales de fisión
nuclear y dedicar a la I+D parte de las subvenciones que se dan a la energía eólica y solar
producida. La I+D debería aplicarse a:

• Nuevos materiales y tecnologías que abaraten la energía eólica.

• Análisis del complejo problema del almacenamiento, transporte y captura del CO2 en
España.

• Fusión nuclear por confinamiento gravitacional o energía solar en el campo de la ener-


gía solar térmica de alta temperatura y de nuevas células fotovoltáicas (nanocélulas o
de puntos cuánticos).

• Fusión nuclear por confinamiento inercial y magnético.

A medida que se fuesen solucionando estos problemas de I+D, las tecnologías correspon-
dientes se irían incorporando al mix eléctrico.

Si se hubiesen ido construyendo las centrales de fisión nuclear que fueron proyecta-
das a mediados de la década de los años 70 (Tabla 1), ahora tendríamos un mix eléctrico
análogo al francés, y la mayoría de los problemas energéticos que padecemos actualmente
estarían resueltos.

6. Bibliografía
108
• AGENCIA INTERNACIONAL DE LA ENERGÍA (2008): Energy Technology Perspectives 2008.

• CESEDEN (2009): El cambio climático y su repercusión en la economía, la seguridad y la


defensa. Madrid, Ministerio de Defensa.

• DÍAZ FERNÁNDEZ, J. L.; ROMERO, A.; CARO, R.; MARTÍN, M.; VELARDE, J.; AHNERT,
C.; PERLADO, J. M.; MANSO, R.; MÍNGUEZ, E.; VELARDE, G. y CARPINTERO
SANTAMARÍA, N. (2007): La energía y su relación con la seguridad y la defensa. Monografía
98 del CESEDEN.

• FORO NUCLEAR (2006): Energía 2006. Madrid, Foro Nuclear.

• SÁNCHEZ RON, J. M. (2001): Energía nuclear en España. De la JEN al CIEMAT. Madrid,


CIEMAT.

• VELARDE, G. (2008): «Energía de Fisión y Fusión Nuclear»; en Cambios Climáticos y Retos


Energéticos. Instituto de España.
EL FUTURO CIENTÍFICO DE LA ENERGÍA ESPAÑOLA /
GUILLERMO VELARDE PINACHO

• VELARDE, G. y CARPINTERO SANTAMARÍA, N. (2005) «Key Aspects on the Non-Proliferation


Measures»; en Countering Nuclear and Radiological Terrorism. Springer.

• WRIGHT, J. y CONCA, J. (2007): The Geopolitics of Energy: Achieving a Just and Sustainable
Energy Distribution by 2040. BookSurge Publishing.

109
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL
COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL
Juan Velarde Fuertes
Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
Hemos apostado a una energía cara, y se pretende, en la We have committed ourselves to expensive energy, and if
propaganda, que se puede tener una barata. La cara frena las propaganda is to be believed, there is cheap energy, too.
exportaciones y azuza la inflación. La barata, impide ampliar la Expensive energy slows down exports and pushes inflation up.
oferta y las inversiones, y tras los estudios de Juan Avilés, se Cheap energy impedes the rise in offers and investment and,
ve que ahora mismo liquida la amortización, al par que –como as Juan Avilés' studies have proved it is also making it
imposs!ble to recoup investmentsand as Castañeda y Redonet
mostraron Castañeda y Redonet– es la fuente de restricciones
have shown "it is the source of electrical restrictions". We
eléctricas. O se trepa por la cuerda que ofrece la energía nuclear,
either clutch the rope nuclear energy is dangling at us or we will
o nunca saldremos de este oscuro callejón en el que se ve
never get out of the dark alleyway in which the Spanish economy
castigada la economía española.
is languishing.

Adelanto que lo que voy a exponer es esto: la política económica española apostó
sistemáticamente, por diversos motivos, por una energía cara, y esto constituyó uno de los
frenos más importantes para su desarrollo. Veámoslo con más amplitud.

Con la revolución del Neolítico, toda una serie de mecanismos de generación de energía
se habían puesto en marcha y sus técnicas algo mejoraron, pero no de modo espectacular, a lo
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

largo del tiempo. Hubo poco más que el molino de viento, que aparece en Francia en el siglo XII
111
y la bomba hidráulica que surge en el siglo XVI. Pero todo ello pasó a experimentar avances
extraordinarios desde el inicio de la Revolución Industrial1, como fueron los de la máquina de
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

vapor de Watt (1765-1788); los del gas del alumbrado, de Murdoch (1772, con la primera fábrica
de gas en Londres en 1812); los del danés Oersted, en 1820, a partir de los cuales aparece el
electromagnetismo; los de la caldera de alta presión de Perkins, en 1827 –el mismo año de la
turbina hidráulica de Fourneyron–; los del arco eléctrico, de Wigart; los del acumulador eléctrico
de Planté, en 1860; los de la dinamo eléctrica de Pacinotti-Siemens (1860 1866); los del motor
de explosión de Lenoir Otto (1860 1866, también); los de la lámpara con filamento de carbono de
Swann Edison (1860 1877); los del descubrimiento de la corriente alterna a partir de Faraday y
Joseph Henry, en 1831, y su primera gran aplicación en la Exposición de la Electricidad de
Francfort, en 1891, donde se tendió una línea de 170 kilómetros de longitud; los de la turbina de
vapor de Parsons De Laval (1884-1889); los del motor Diesel (1892-1895); el primer oleoducto de
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

1
Cfr. ÅKERMAN, Johan (1960): «Inventos, vías comerciales y empresas»; en su Estructuras y ciclos económicos. Madrid, Aguilar
(traducción de José María Pallas), pp. 48-49; RIBNER, Bern: «Comienzos de la electricidad» y JOHNSON, Arthur M. «Expansión
de las industrias químicas y del petróleo, 1880-1900»; ambos en KRANZBERG, Melvin y PURSELL, Carroll W. Jr, dirs. (1981):
Historia de la Tecnología. La técnica en Occidente de la Prehistoria a 1900. Barcelona, Gustavo Gili (traducción de Esteva
Riambau i Sauri); vol. II, pp. 488-503 y 793-743, respectivamente.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

10 kilómetros de Samuel Van Syckel, en octubre de 1865; el refinado de los crudos de petróleo
de Herman Frasch en 1888, sin olvidar el hito singular del descubrimiento por Einstein, en 1905,
de la famosa ecuación E=mc2, que fue la base de la pila atómica puesta en marcha en la
Universidad de Chicago, en 1942. En todos estos acontecimientos básicos para el avance de la
Revolución Industrial, no existe ni un solo nombre, ni una sola circunstancia, española. Al care-
cer de este apoyo tecnológico y científico, que surgía con amplitud en Estados Unidos, en
Francia, en Alemania, en Gran Bretaña, en Italia, en Dinamarca, nuestro papel parecía que iba a
ser siempre secundario en ese aspecto esencial del avance industrial que es la energía. Y
efectivamente, lo fue.

Dentro del aprovechamiento energético que suele recibir el nombre de modelo del carbón,
España apostó por el carbón nacional, lo que era lógico como consecuencia del arraigo que
tuvieron en nuestra política económica las tesis del proteccionismo integral de Schüller2 y de las
posturas que se pasaron a defender en la Marina de Guerra, con los puntos de vista del almirante
Antequera tras su enfrentamiento con Luaces, más los de Luis Adaro3, pronto englobadas todas
en el nacionalismo económico que tenía su raíz en las tomas de posición del Fomento del
Trabajo Nacional4, que se comenzó a formular como una actitud coherente desde 1916, en la
Revista Nacional de Economía, y que proclamó Cambó en Gijón el 8 de septiembre de 1918, en

Tabla 1. Producción de hulla, antracita y lignito. En miles de toneladas

Año Producción Año Producción

1840 19 1915 4.687


1845 36 1920 5.983
1850 63 1925 6.520
112 1855 91 1930 7.508
1860 340 1935 7.267
1865 495 1940 9.458
1870 662 1945 12.083
1875 694 1950 12.434
1880 847 1955 14.261
1885 945 1960 15.545
1890 1.238 1965 15.716
1895 1.784 1970 13.582
1900 2.674 1975 14.004
1905 3.372 1980 28.534
1910 4.058

2
La obra fundamental de Ricardo SCHÜLLER es Schutzzoll und Freihandel, Viena, 1905; aunque fue muy influyente, carece de valor
científico.
3
La extraordinaria personalidad de Luis Adaro la he subrayado en el «Prólogo» que escribí para la biografía de Ramón MAÑANA
VÁZQUEZ (2002): Luis Adaro y Magro (1849-1915). Ingeniero de Minas, agente innovador de la primera revolución industrial
asturiano. Oviedo, Instituto Geológico y Minero de España - Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España.
Véase, además, por supuesto el libro fundamental de Luis ADARO (1911): Los carbones nacionales y la Marina de Guerra. Madrid,
Comisión de Estudios de la Riqueza Hullera Nacional y, concretamente, sobre la polémica y puntos de vista del Almirante
Antequera, las pp. 6 y 293.
4
La cronología de esa importantísima institución española que recibe el nombre de Fomento del Trabajo Nacional, en VELARDE
FUERTES, Juan (1998): «El Foment, o el poso de la nostalgia», en ABC (nº 30.239), 1 de septiembre de 1998, p. 3.
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
JUAN VELARDE FUERTES

los actos conmemorativos del duodécimo centenario de la batalla de Covadonga. Este carbón
asturiano, que gozaba de protección, aumentó rápidamente su producción, gracias a una activa
política económica de apoyo, como se observa en la Tabla 1.

Las diferencias de costes con los carbones ingleses quedaron de manifiesto gracias a
Cristobal Massó5: en 1907, el carbón a bocamina se producía en Inglaterra a 8’50 pesetas por
tonelada y en España a 11 pesetas. Este choque encarecedor se ampliaba como consecuencia
de decisiones inglesas, que perturbaban nuestra economía pues la importación de carbón britá-
nico era fundamental antes de la Guerra Civil. La Tabla 2 lo prueba de manera suficiente.

Tres acontecimientos ajenos a España provoca- Tabla 2.


Porcentaje del carbón de importación sobre
ron otros tantos choques energéticos con raíz carbonífera.
la oferta total (1900-1930)
El primero se produjo a principios del siglo XX, como con-
secuencia de la búsqueda de algún modo de financiar la Año %
impopular guerra angloboer. El Reino Unido decidió, para
1900 42,69
ello, imponer al carbón de exportación el gravamen de un 1905 36,90
chelín por tonelada, encarecimiento que pasaban a pa- 1910 36,34
gar, no los ingleses, sino los españoles y otros compra- 1915 28,90
dores extranjeros. El segundo choque derivó de las difi- 1920 6,18
1925 25,57
cultades de suministro de la hulla impuestas por la I Guerra
1930 22,39
Mundial. Como consecuencia de ello, el incremento en
el precio fue notable, porque se trataba de un bien funda-
Tabla 3. Precio promedio sobre muelle
mental para abastecer el desarrollo industrial español de Barcelona del carbón de Asturias, en enero
impulsado por la contienda. A pesar de todo, como no de cada año. En pesetas por tonelada
aumentaba su oferta –porque la producción nacional se 113
Año Ptas/Tm
mostraba muy rígida respecto al precio–, pasó a pertur-
1913 42
barse muy seriamente nuestra vida económica. El movi- 1914 46
miento huelguístico británico, como protesta muy dura 1915 54
contra la readaptación de la economía del Reino Unido a 1916 77
las condiciones de paz, lo complicó de nuevo todo por 1917 95
1918 150
tercera vez. La Tabla 3, que abarca el periodo 1913-1923,
1919 150
pone de relieve estos dos últimos choques carboníferos
1920 105
sobre nuestra economía6. 1921 220
1922 93
En el conjunto de la economía española, con la 1923 75
llegada del siglo XX vemos el paulatino ascenso de dos
futuros competidores del carbón en el terreno energético, el petróleo y la hidroelectricidad. Se
soñó con ellos como liberadores de las servidumbres a que nos condenaba la hasta entonces
energía nacional.

5
En su artículo «El alza del carbón», en Revista de Economía y Hacienda (26 de octubre de 1907), pp. 1.027-1.028.
6
Cfr. PERPIÑÁ GRAU, Román (1935): Memorándum sobre la política del carbón. Valencia, CEEV, sobre todas estas cuestiones.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En el caso del petróleo, pronto se observó que las grandes empresas petrolíferas se
disponían a actuar con designios monopolísticos en territorio español. Como las consecuen-
cias iban a ser muy perturbadoras, la Dictadura decidió reaccionar, a partir del mensaje que
recibía del neoconservador Sánchez de Toca, quien había comenzado a mostrar los problemas
derivados de esta realidad monopolística en su ensayo El petróleo como artículo de primera
necesidad para nuestra economía nacional7. Como dice José Calvo Sotelo en Mis servicios al
Estado. Seis años de gestión. Apuntes para la historia8: «hasta 1925, los dos grandes trust
internacionales –la Standard Oil y la Shell– se repartían amigablemente el mercado español».
En 1925, a este grupo, se incorporó Petróleos de Porto Pi, que comercializaba el petróleo ruso
de la empresa Natfa. La reacción de estos tres grupos fue muy dura ante la creación de un
monopolio estatal para abaratar los precios. Como señala Calvo Sotelo:

«Al mes de haber resuelto el concurso adjudicando el Monopolio de Petróleos a 31 Bancos españoles,
recibía en el Ministerio de Hacienda la visita de Sir [Henry] Deterding [...]. Deterding, escueto, sajón, vino de
Londres exclusivamente para entrevistarse conmigo. Creía yo, cuando se me indicaron sus deseos, que para
ofrecerme alguna fórmula de colaboración con el monopolio. Pero no: era algo mucho más grave. Para
pedirme que dejase sin efecto la adjudicación. Fue en vano que le indicase que ello era imposible, que existían
dos Reales Decretos-leyes de inexcusable urgencia [...]. Él insistía inflexible, intransigente, en su demanda. La
formulaba persuadido de su gravedad [...] y ante mis negativas, que, sin duda, le crisparon, aunque su
exquisita corrección británica le velase la ira, el adujo: ‘‘Bien, allá ustedes; el monopolio podrá nacer; vivirá uno
o dos años, porque en ellos no han de faltarles suministros. Pero después no habrá quien le abastezca’’. Mister
Deterding salió de mi despacho enojado. No podía imaginarse que un Ministro de una nación modesta fuera
capaz de oponer tan resuelta pugna a sus pretensiones. Aún intentó renovarlas ante el Jefe del Gobierno. Éste
repuso lo que yo, en parecidos términos y con mucha más autoridad; y, además, me llamó a la conferencia»9.
114
El escollo lo acabaron por salvar los contratos de Petróleos de Porto Pi y la Nafta rusa y,
por supuesto, coadyuvó muchísimo el hecho de que la Gran Depresión asomaba por el horizonte
y que, como resultado, hubo una excesiva oferta de crudos, con el consiguiente derrumbamiento
de los precios y la búsqueda afanosa de clientes por las compañías petrolíferas. Pero antes, se
vivieron momentos de auténtica angustia en noviembre de 1927, que relata así, de modo descar-
nado, Calvo Sotelo10:

«Finalizaba noviembre. Existía ya Campsa; pero el monopolio no iniciaba su actuación hasta el 1 de


enero. Habríamos de asegurar el consumo a partir de esta fecha, pero también en el interregno. Ya en
septiembre, exigiría a todos los importadores declaración de existencias, importaciones en proyecto hasta fin
de diciembre y ventas previstas. Facilitáronme datos satisfactorios. Los cargamentos en camino o prepara-
dos excedían bastante de lo que el consumo pudiese absorber hasta el 1 de enero. Mas la confabulación
internacional era terrible. Y varios de los cargamentos con que contaba, los cancelaron sus importadores.

7
Madrid, 1917.
8
Madrid, Imprenta Clásica Española, 1931; p. 195.
9
Op. cit.; pp. 202.
10
Op. cit.; pp. 217-218.
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
JUAN VELARDE FUERTES

Tentado estuve de llevar a alguno de éstos a la cárcel. Pero desistí, porque con ello sólo lograría suscitar
alarma. El cerco, mientras tanto, seguía enfurecido. Por cuenta de Porto Pi, en realidad de Campsa, una vez
hecha la incautación, venían del Mar Negro con petróleo ruso tres buques tanques: el ‘‘Wildretch’’, el
‘‘Drijdretch’’ y el ‘‘Pendretch’’, pero al atracar para registrarse en el puerto de Argel, las autoridades
judiciales los secuestraron a petición de no recuerdo quién. ¡Juzgue el lector de la tensión que esta noticia
puso en nuestros nervios! No así en los del General Primo de Rivera, que, con serenidad admirable, inició
la consiguiente acción diplomática. A los pocos días la coronaba un éxito rotundo, al que coadyuvó, sin duda,
una advertencia nada diplomática, aunque sí muy eficaz, hecha al armador de los buques, poderosa
entidad naviera extranjera forzada a tocar en puertos españoles muy frecuentemente y, por ende, expuesta
a que le aplicasen nuestras autoridades el castellano refrán de donde las dan, las toman».

Los sucesivos choques petrolíferos son bien conocidos. El primero, en la España Nacio-
nal que, como el de la Dictadura, simplemente amagó. Gracias al contrato y préstamo de la
Texas Oil, se logró superar por la Junta de Defensa Nacional, primero, y por los sucesivos
gobiernos de Franco después –incluida la Junta Técnica del Estado–, una situación que pudo,
sencillamente, provocar el colapso del bando nacional11. El segundo se desarrolló justo en un
momento crítico de la II Guerra Mundial. Nuestra economía había retrocedido, en renta por habi-
tante, a los niveles de 1911. Los aliados decidieron cortar una serie de exportaciones españolas
de materias primas esenciales para la guerra –el wolframio en primer lugar– que se dirigían a
Alemania. Las posibilidades de una reacción fulminante de Hitler eran grandes. Además, ésta
podía servir para cerrar el Mediterráneo occidental. Aparte de ello, las ventas a Alemania le venían
muy bien a nuestra escuálida economía. Los aliados señalaron que cortarían, y cortaron efectiva-
mente, los suministros de petróleo a España, provocando un colapso en nuestra economía, ya
previamente exhausta. El retraso ocasionado, así, a nuestra reconstrucción fue considerable.
Leídos en esta clave los libros de memorias de Sir Samuel Hoare12 y de Carlton J. H. Hayes13, y 115
más recientemente, los papeles del Conde de Jordana, sencillamente escalofrían.

En esos momentos, el carbón pasó a experimentar estrangulamientos debidos, en gran


parte, a las muy defectuosas condiciones en que habían quedado las infraestructuras ferroviarias
tras la Guerra Civil. Y también aparecieron las primeras escaseces serias en energía eléctrica.

Esto nos lleva hacia el fracaso de otra ilusión, porque la del carbón español, y que con él
Asturias se convirtiese en una nueva Bélgica14 hacía mucho tiempo que se había esfumado, y
eran otras cuestiones –la de la defensa nacional, la de la independencia neutral, la del naciona-
lismo económico–, y ya ninguna ilusión emuladora de otras economías, lo que se agazapaba
tras la producción carbonífera.

11
Quedaba, además, el problema del transporte desde la refinería de Santa Cruz de Tenerife a la Península; su solución se debió al
control absoluto del tráfico marítimo en el Atlántico por parte de la Marina de guerra del bando nacional.
12
Cfr. Sir Samuel HOARE, D. C. L., Ll. D., D. Litt., Viscount Templewood (1946): Ambassador on Special Mission. Londres, Collin.
13
Cfr. HAYES, Carlton J. H. (1945): Wartime Mission in Spain. Nueva York, Macmillan (traducción con el título de Misión de guerra
en España. Madrid, EPESA, 1946).
14
Cfr. BERTRAND, Carlos J. (1881): El verdadero libre-cambista. Estudio teórico-práctico del desarrollo de la industria metalúrgica y
carbonera en Asturias. Oviedo, Imprenta de Vallina y Compª; pp. 4-7.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Quizá para entender bien este panorama de agobios y de choques conviene detenernos
un poco en el sector eléctrico, porque produjo, repito, una enorme ilusión que no eliminó los
problemas. Por supuesto que dirigentes de la política económica española tardaron bastante en
darse cuenta de lo que significaba en la economía moderna la electricidad. Queda esto bien de
manifiesto cuando Antonio Flores de Lemus se escandaliza en el año 1913 del trato que se
concede a esta energía15. La selecciona precisamente este economista como ejemplo palpable
de que las tarifas de la Contribución Industrial eran «algo originariamente tosco, detenido des-
pués en su desenvolvimiento o literalmente abortado, en general algo envejecido o muerto», y
donde «el desenvolvimiento de la técnica» no ha alcanzado «la consideración debida».

Para empezar, Flores de Lemus se topa con que, aun entonces, la industria eléctrica se
clasifica «entre las químicas». Parece evidente que el legislador se ha perdido en cuestiones de
electrolisis, en la pila de Volta e incluso en Galvani y que no se da cuenta de los acontecimientos
literalmente revolucionarios que acompañan a la electricidad. Como dice Flores de Lemus, las
cuotas que tenía esta contribución eran de 8,10 pesetas por kilovatio/hora de producción media
diaria destinada a luz y de 9’3½ si el motor era hidráulico. No se busque explicación racional a
esto. Todo se reducía a una petrificación de la tarifa. El fenómeno de las altas tensiones y de la
reventa de electricidad, era otro arcano para el legislador de entonces, con consecuencias gra-
ves. Dejemos a un lado, aunque es significativo, que se clasificase a la distribución por reventa
de la electricidad detrás de la reventa de leche. Pero lo grave es que si una central hidroeléctrica
suministraba directamente la electricidad para el alumbrado de una población durante cinco
horas diarias, pasaba a tener una cuota de 46,57½ pesetas anuales por kilovatio. Pero si, como
siempre fue lo normal, una central vende a una compañía de distribución de electricidad, siendo
empresas diferentes, el gravamen pasaba a ser de 156,07½ pesetas por kilovatio. El recargo
116 que, como se ve, era de un 235,1% tendía a frenar lo que era la evolución de la industria eléctrica
hacia su normal estructuración.

Dio la impresión, de todas las maneras que, a principios del siglo XX, los españoles, casi
aterrados por lo que les había terminado por suceder al ponerse al margen del estilo del carbón,
en los albores de la Revolución Industrial, optando por un proteccionismo que encarecía todas
nuestras manufacturas, procuraban ahora enmendarse. Fijémonos, por ejemplo, que la ley de 23
de marzo de 190016 crea una servidumbre forzosa de paso para las instalaciones de transporte de
energía eléctrica, «previa la correspondiente indemnización al dueño del predio sirviente». Añadía
esta ley que «incurren en responsabilidad penal los que ataquen o de cualquier manera destru-
yan las conducciones de energía eléctrica». Mayor rapidez legal respecto a lo que había sucedi-
do al llevar la electricidad generada por el Niágara a Buffalo, era imposible17. Poco después, por
Real Decreto de 22 de noviembre de 1912 se creó en el Ministerio de Fomento, bajo la dependen-

15
Cfr. en la Memoria de la Dirección General de Contribuciones, de 1913, de la que es autor en la integridad del documento, Antonio
Flores de Lemus. Una edición más reciente de esta Memoria, con una «Introducción» de César Albiñana García Quintana, en
Revista de Economía Política, septiembre diciembre de 1957, vol. VIII, núm. 3.
16
Gaceta de Madrid del 25 de marzo de 1900.
17
El desarrollo de la citada ley de 23 de marzo de 1900 se hizo por el Reglamento de 7 de octubre de 1904.
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
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cia de la Dirección General de Industria, Comercio y Trabajo, una Comisión Permanente Españo-
la de Electricidad. Iba a encargarse de «asesorar al gobierno en cuanto se refiere a las aplicacio-
nes industriales de la electricidad, siendo el centro consultivo en estas materias de los Ministe-
rios y pudiendo informar, si lo juzga oportuno a instancia de los particulares».

La cuantificación de este progreso muestra una clarísima presencia creciente del sector.
Ceballos Teresí ofrece una minuciosa estadística provincial de las centrales productoras de elec-
tricidad en 1901. En aquella fecha existían ya 541 hidráulicas y 317 térmicas, con una potencia
total en kilovatios de 32.201,81 las hidráulicas y 46.220,12 las térmicas. Por cada español la
potencia media instalada era de 4,24 vatios, o si se prefiere, de 4,2 kilovatios por 1.000 habitan-
tes18. Claro es que, después, como señala Francesca Antolín: «en nuestro país no parece darse
la conexión automática apuntada por Devine19 entre electricidad y crecimiento económico»20. La
explicación de Francesca Antolín es convincente. El caso español no se parece en nada al
norteamericano, donde la aparición de la electricidad «supuso poder disponer de una oferta de
energía casi ilimitada a un coste marginal constante sino decreciente. Permitió, además, una
gran libertad en el diseño de las plantas industriales con lo que dejó la puerta abierta a la innova-
ción en las técnicas de producción». Además, el impulso dado al crecimiento de los Estados
Unidos por la electricidad se explica en este modelo «como combinación de varios efectos
ligados a un cambio de precios relativos. En Estados Unidos y en el intervalo 1910-1929, el
precio de la electricidad se redujo en un 50%, mientras que el del carbón se multiplicaba por 3 y
los salarios por más de 2». Esto es, no sólo cambió la pendiente de los isocostes, sino que
alteró las isocuantas21.

Francesca Antolín nos muestra cómo, en cambio, los precios de los factores «se separan
con menor intensidad en el caso español», lo que proporciona una explicación a «la poca profun- 117
didad del avance de la electricidad en nuestro país»22. La Tabla 4 muestra nítidamente la diferen-
cia entre la situación norteamericana y la española en el periodo 1913-1929. Es evidente que
muestra un cierto impulso favorable en España a la electrificación, pero mucho menos intenso
que en el caso de Estados Unidos.

Tabla 4. Cifras medias del período 1913-1929

Precios de carbón/precios de electricidad Salarios/precios de electricidad

Estados Unidos 6,0 4,0


España 1,7 2,2

18
Cfr. CEBALLOS TERESÍ, José G. (1932): Economía. Finanzas. Cambios. Historia Económica Financiera y Política de España en el
siglo XX. Madrid, Talleres Tipográficos «El Financiero». Tomo VII, pp. 338-342.
19
Se refiere al artículo de DEVINE, W. P. (1983): «From shafts to wires: historical perspectives on electrification»; en Journal of
Economic History (43, 2).
20
Cfr. el artículo de ANTOLÍN, Francesca (1988): «Electricidad y crecimiento económico. Los inicios de la electricidad en España»;
en Revista de Historia Económica (3); pp. 635-655.
21
Esto es lo expuesto por WOOLF (1984): «Electricity, productivity and labor saving: american manufacturing, 1900-1929»; en
Explorations on Economic History (II, 2).
22
ANTOLÍN, Francesca (1988): op. cit.; p. 639.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Por tanto, a pesar del entusiasmo de inicios del siglo XX, no nos encontramos tampoco
aquí en condiciones de progreso muy importante. Mientras que en Estados Unidos la adopción
generalizada de electricidad es simultánea al ahorro de energía por unidad de PIB y al incremen-
to en la productividad del trabajo y del capital, Sudrià23 observa que en el caso español la relación
entre consumo de energía y PIB es siempre creciente. En la Tabla 5 todo esto queda suficiente
claro sobre datos básicos de Sudrià y Julio Alcaide Inchausti24. Únase a que Albert Carreras
estima que ha existido un descenso en la productividad del trabajo industrial en las primeras
décadas del siglo. En España parecen cumplirse las hipótesis de Woolf. Son «las ventajas de
precios relativos entre electricidad, carbón y trabajo, más que las puramente tecnológicas, las
que activan el proceso de electrificación y abren las puertas a una mayor capitalización de la
economía industrial». Aparece así otro freno de nuestro desarrollo que más de una vez se ha
hurtado ante la opinión pública. Como, a causa del modelo proteccionista que impuso el consu-
mo del carbón español, el vapor fue siempre una energía española cara respecto a la de otros
países, y al distanciamiento conseguido con la electricidad menor que en la economía norteame-
ricana, se sigue que «el coste de la electricidad en España en relación a otros países compara
de manera mucho más desfavorable de lo que compara el vapor»25. Luego la ilusión derivada del
progreso tecnológico, en el aspecto comparativo, casi de nada le sirvió a España.

En relación con la industria textil catalana, puntualizará sobre esto Serra y Bonastre26:

«Es indudable que la electrificación, si bien ha sido aceptada con entusiasmo por los fabricantes,
porque además es una economía real, pues les quitaba de encima los quebraderos de cabeza inherentes
a la producción de fuerza motriz –compra de carbones, personal de máquinas, etc.–, no influirá de una
manera apreciable, por lo que se refiere al coste de producción, en la conquista de nuevos mercados, ni en
118 la ampliación de los existentes [...]. Y lo que decimos de la industria textil puede aplicarse a casi todas las
industrias manufactureras [...], de modo que la economía que puede realizar [el empresario] al electrificar, se
encuentra en condiciones análogas a lo calculado [para] la industria textil».

En resumidas cuentas, por este y por otros mil testimonios pronto nos damos cuenta que
el fuerte impulso que se comunicó a la energía eléctrica no tuvo para España el impacto favorable
que se esperaba, en principio, de esta II Revolución Industrial. Pero esto no quiere decir que no
haya sido fundamental para la producción española, que incluso se había convertido en ávida

23
Cfr. SUDRIÀ, Carles (1987): «Un factor determinante: la energía»; en NADAL, Jordi; CARRERAS, Albert y SUDRIÀ, Carles: La
economía espñaola en el siglo XX. Esplugues de Llobregat, Ariel; y, del mismo autor (1990): «La industria eléctrica y el desarrollo
económico de España»; en GARCÍA DELGADO, José Luis: Electricidad y desarrollo económico: perspectiva histórica de un siglo.
Hidroeléctrica del Cantábrico, SA: 75 aniversario. Oviedo, Hidroeléctrica del Cantábrico; pp. 147-184.
24
Los datos de SUDRIÁ del Cuadro 20 (p. 184) de su trabajo citado: «La industria eléctrica y el desarrollo económico de España»; y
los de Julio ALCAIDE INCHAUSTI, del apéndice estadístico: «Series históricas españolas 1898 a 1998», en el libro coordinado por
Juan VELARDE FUERTES (2000): 1900-2000. Historia de un esfuerzo colectivo. Cómo España superó el pesimismo y la pobreza.
Barcelona, Fundación BSCH « Planeta; vol. II, p. 712.
25
ANTOLÍN, Francesca (1988): op. cit.; p. 649.
26
Cfr. José Serra y Bonastre, Problemas industriales. Las fuerzas hidráulicas de Cataluña y su influencia en la producción catalana,
en Revista Nacional de Economía, 1916, año I, vol. I, nº 1, págs. 54-59.
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
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Tabla 5

Índice prod. electricidad Índice Índice prod. electricidad Índice


Años A B PIB a pm Años A B PIB a pm

1901 100’0 100’0 100’0 1950 4.490’9 212’5


1902 105’3 110’4 96’4 1951 5.389’0 228’6
1903 110’5 116’2 99’4 1952 6.114’3 249’8
1904 115’8 128’6 98’7 1953 6.526’0 270’9
1905 121’1 137’7 100’4 1954 6.805’2 296’7
1906 126’3 152’6 104’0 1955 7.741’6 319’2
1907 131’6 162’3 109’4 1956 8.878’6 337’4
1908 153’2 189’0 111’6 1957 9.430’5 358’9
1909 174’7 215’6 115’1 1958 10.616’9 382’3
1910 187’9 231’8 114’6 1959 11.270’8 374’3
1911 223’2 275’3 122’6 1960 12.087’0 380’4
1912 243’2 300’0 121’5 1961 13.558’4 437’2
1913 263’2 324’7 125’5 1962 14.873’4 479’4
1914 280’5 346’1 135’8 1963 16.816’2 509’7
1915 298’4 368’2 136’5 1964 19.172’7 538’2
1916 371’1 457’8 138’9 1965 20.600’0 551’2
1917 446’3 550’6 149’0 1966 24.480’0 587’3
1918 428’9 529’2 139’3 1967 26.387’6 600’8
1919 485’3 436’4 140’8 1968 29.773’4 637’6
1920 503’7 621’4 143’6 1969 33.846’8 687’2
1921 460’0 567’5 146’5 1970 36.681’8 729’8
1922 547’4 675’3 151’1 1971 40.594’8 756’9
1923 624’2 770’1 156’0 1972 44.742’9 837’7
1924 711’6 877’9 161’1 1973 49.527’3 868’3
1925 810’0 999’4 170’7 1974 52.503’2 917’0
1926 853’7 1.053’2 173’4 1975 53.559’1 928’6
1927 930’6 1.148’1 185’2 1976 58.975’3 967’3
1928 1.138’4 1.566’9 190’0 1977 60.911’7 972’3 119
1929 1.233’2 1.579’9 199’9 1978 64.632’5 962’2
1930 1.373’2 1.694’2 194’7 1979 68.687’7 979’6
1931 1.411’1 1.740’9 197’3 1980 71.742’2 973’9
1932 1.475’8 1.820’8 208’1 1981 72.228’6 1.009’6
1933 1.524’2 1.881’2 204’5 1982 74.395’5 1.007’8
1934 1.593’2 1.965’6 211’9 1983 76.101’3 1.043’0
1935 1.722’1 2.124’7 211’9 1984 77.949’4 1.060’1
1936 1.818’8 187’0 1985 82.703’2 1.090’8
1937 1.605’2 177’5 1986 83.863’6 1.146’7
1938 1.785’1 173’3 1987 86.616’9 1.233’4
1939 2.020’1 167’2 1988 90.630’5 1.296’8
1940 2.348’7 166’5 1989 96.001’3 1.370’1
1941 2.526’0 172’6 1990 96.432’5 1.415’9
1942 2.881’8 175’5 1991 99.826’6 1.441’6
1943 3.101’3 181’9 1992 101.347’4 1.440’9
1944 3.064’9 189’4 1993 101.074’0 1.400’6
1945 2.709’7 187’7 1994 103.414’9 1.442’2
1946 3.513’6 186’0 1995 106.055’8 1.485’6
1947 3.876’6 182’2 1996 110.597’4 1.533’8
1948 3.968’2 181’6 1997 118.203’2 1.604’0
1949 - 196’8 1998 121.882’5 1.677’8
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

consumidora de la energía eléctrica antes y después de la Guerra Civil, antes y después del Plan
de Estabilización, tal como muestra la Tabla 527. Pero con una dependencia enorme. Para multi-
plicarse por 16,8 el PIB, ha de hacerlo la electricidad por 1.218,8.

Existía otro potente motor del crecimiento de los costes eléctricos: nuestra naturaleza. El
carácter torrencial de nuestros ríos, con diferencias colosales en sus caudales, que los aseme-
jan más a las vad norteafricanos que a los ríos europeos en gran parte de nuestro territorio, obliga
a una colosal inversión para generar la misma producción que en otros lugares en los que la
capitalización es mucho más reducida. Esto es, obliga a España a tener, en hidroelectricidad,
una muy alta relación capital producto, con la consiguiente incidencia en costes. Además la
industria eléctrica, lo denunció Perpiñá en su célebre ensayo De Economía Hispana que vio la
luz por primera vez en alemán, en enero de 1935, comenzó su andadura en el primer tercio del
siglo XX, con serios problemas, porque «el precio de la energía producida esta[ba] fuertemente
influido por el carbón y, sobre esta base las instalaciones están de tal forma sobrecapitalizadas
que, salvo un general saneamiento financiero, no podrían rebajar en general los precios en Espa-
ña para dar el fluido a los precios internacionales de la unidad de energía»

Así comienza a incubarse, tras tanto entusiasmo, una crisis muy peligrosa, que acabó por
estallar con fuerza a partir del final de la Guerra Civil y que constituyó la fuente de choques
energéticos muy duros para nuestra economía. En este sentido, resulta evidente la tentación de
utilizar como arma de lucha contra la inflación los precios administrados. Entre ellos se encon-
traban las tarifas eléctricas. Pero esto iba a detener la inversión en el terreno de la producción
eléctrica. Esta equivocación, después reiterada, se manifestó con fuerza una vez concluida la
Guerra Civil. Evidentemente, los precios administrados podían ser bloqueados, y entre ellos, las
120 tarifas eléctricas. Pero el resultado sería también evidente. La economía nacional precisaba
escapar de los bajísimos niveles de renta que la oprimían. Por habitante, la renta de 1940 era
similar a la de 1916 y la de 1945, similar a la de 1923. Haber retrocedido tantos años precisaba
una urgente solución y sólo podía salirse de tan penosas circunstancias con un vigoroso empu-
jón en la oferta de productos. Como es natural, esto requería un abundante abastecimiento
enérgico que, a su vez, requería una considerable capitalización. Una situación inflacionista con
bloqueo de tarifas es, quizás, el medio más eficaz de disuadir esa dirección de los ahorros hacia
la energía en general y hacia la eléctrica en particular.

Al observar el desarrollo de la producción eléctrica, tanto de origen hidráulico como térmi-


co en los años 1943, 1944 y el avance de 1945, según las cifras que entonces ofrecía el Sindica-
to del Agua, Gas y Electricidad, se contemplaba «la extraordinaria escasez hidrológica, no com-
pensada por el esfuerzo realizado en la producción térmica». Por supuesto que la sequía que

27
La serie de producción y electricidad se toma de las Series Históricas Españolas de 1898 a 1998, trabajo citado de Julio Alcaide
Inchausti, en las pp. 685-686, para 1901-1998, serie B en el cuadro. Por cierto que, por una errata evidente faltan todos los datos
del año 1949. No merecía la pena ofrecer esa cifra de una tercera fuente, aunque existe en la serie de producción de electricidad
de 1901 a 1935, serie A, en el volumen Estadísticas básicas de España (1900-1970), Confederación Española de Cajas de Ahorros,
Madrid, 1975, pp. 188-189, sí se hace la transposición de la serie A a la serie B; las cifras básicas del PIB también proceden del
apéndice estadístico de Julio Alcaide Inchausti, Series históricas españolas 1898 a 1998, trabajo citado, p. 711
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
JUAN VELARDE FUERTES

entonces se experimentó, carecía «de antecedentes estadísticos en la historia de nuestros


ríos», pero también se debía a que los aprovechamientos útiles eran aún escasos para el cuadro
de nuevas demandas de los sectores productivos y de los consumidores.

Nada se podía avanzar sin una decidida política inversora. Pero progresar en ella no era
posible sin una adecuada financiación del proceso de capitalización real. Por eso se ve obligado
al estudiar esta situación el profesor Enrique Becerril en su artículo «La crisis de la industria
eléctrica», publicado en Moneda y Crédito, en marzo de 1946, a observar «el ritmo al que las
empresas han venido constituyendo sus fondos de amortización y reserva». El resultado lo en-
cuentra «altamente aleccionador y ciertamente que de él «no puede deducirse una impresión
optimista». La raíz se encuentra, repitámoslo, en la política de tarifas. Para no agrandar la situa-
ción inflacionista, se frena la subida de las mismas con un resultado muy preocupante: «el ritmo
medio de la amortización de nuestra industria eléctrica ha sido del orden del 0’7 por 100 anual
solamente, y en el periodo actual, notorio el desequilibrio entre los precios de venta y los costes
de producción, muchas compañías se han visto obligadas a anular en sus balances de pérdidas
y ganancias la partida dedicada a amortizaciones». No podía servir de alivio a esto el que se
hablase «de las reservas implícitas correspondientes a la supervaloración de las inversiones
llevadas a cabo con índices de precios más favorables, a menos que el rendimiento económico
fuera corregido por los mismos índices, cosa hoy bien alejada de la realidad».

Este planteamiento debe, casi inmediatamente, completarse con otro, del que es autor
Antonio Becerril y Antón-Miralles. Se titulaba «El proceso de amortización en la industria eléctri-
ca española», y apareció en Moneda y Crédito, en septiembre de 194628.

Ahí se encuentra una de las principales raíces de las restricciones de 1944, 1945 y, algo 121
después, las de 1949. Los trastornos fueron colosales. La exteriorización se verificó en forma de
restricciones eléctricas. Para observar mejor lo que esto significó, es preciso echar mano de un
estudio muy valioso de Castañeda y Redonet sobre el impacto de las restricciones eléctricas en
la economía española29. Comienzan por preguntarse si los resultados obtenidos no son exagera-
dos cuando se emplea una tabla de insumo-producto, o input-output, para cuantificar las conse-
cuencias de las restricciones eléctricas. Por eso, señalan, es preciso tener en cuenta la elasti-
cidad de reemplazamiento de la energía eléctrica, lo que permite afirmar a Castañeda y Redonet
que aunque las restricciones eléctricas no consiguen reducir la producción en la misma medida,
lo difícil de reemplazar de esta energía, motiva que este estudio haya de insistir en su especialísima
importancia30.

28
Moneda y Crédito (18); pp. 36-46.
29
Cfr. José CASTAÑEDA y José Luis REDONET (1960): Incidencia de las restricciones eléctricas sobre la economía nacional,
resumen del trabajo que obtuvo el primer premio en el concurso abierto por Unidad Eléctrica, SA. Unesa, con ocasión de las
reuniones celebradas por la Sección Parcial de Madrid de la Conferencia Mundial de la Energía.
30
Íbidem, p. 2.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Para apreciar la conexión producción industrial-consumo energético en el período que


analizan, que fue concretamente el 1940-49, comparan los autores citados la marcha de los
índices de producción industrial y los de consumo de energía eléctrica en el capítulo de aquélla
que sirve sólo para el uso industrial, es decir, eliminando la energía eléctrica destinada al alum-
brado y a los usos domésticos. Dando el valor 100 para el período 1953-54, la Tabla 6 muestra,
en principio, una conexión que confirma con bastante claridad el papel esencial restrictivo de la
producción jugado por la energía eléctrica.

Así se puede probar el papel desempeñado por las grandes restricciones eléctricas de
1945 y 1949 para frenar el desarrollo industrial y el PIB, o lo que es igual, que esta conexión tuvo
consecuencias notables para el estancamiento de nuestra economía31.

El motivo, pues de las restricciones eléctricas no fue sólo la carencia de lluvia, sino que se
produjo, en palabras de Castañeda y Redonet, «un déficit permanente en la potencia eléctrica
instalada porque la construcción de las centrales necesarias, para responder al incremento del
consumo nacional, no se ha iniciado en tiempo oportuno»32. Con esto la acusación se dirige en
una doble dirección. Por una parte, hacia la política económica que, dentro de la lucha contra la
inflación, ha empleado el arma de las tarifas para segar lo que son consecuencias, no causas,
sin que, por cierto, de eso se derivase resultado importante alguno. Por otra parte va contra
aquellas empresas que, al tener problemas financieros importantes, son incapaces de recoger
aquellos recursos en el mercado de capitales necesarios para iniciar una enérgica política de
construcción de una central térmica. Consideran estos autores que para eso se precisan de dos
a tres años, y que se necesitan de tres a seis años para la de una central hidroeléctrica. De ahí
que cuando el consumo crece normalmente, que es para Castañeda y Redonet a una tasa anual
122 acumulativa del 7 al 9 por 100, se pueden provocar estrangulamientos especialmente pernicio-

Tabla 6

Índice Índice de consumo de energía eléctrica


Años de producción industrial de uso industrial

1940 60’5 37’2


1941 59’4 40’0
1942 62’0 44’4
1943 64’6 47’2
1944 62’8 46’3
1945 59’9 41’9
1946 69’6 54’3
1947 69’1 57’5
1948 69’5 57’8
1949 70’2 54’7

31
Íbidem, p. 6.
32
Íbidem, p. 15.
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
JUAN VELARDE FUERTES

sos, sin que existan posibilidades inmediatas de reparar los daños, «porque ya no dependen en
este caso de condiciones meteorológicas desfavorables y más o menos pasajeras, ya que nos
encontramos en la hipótesis de un año hidráulico medio»33.

Sin una adecuada política de tarifas, que provoquen un buen soporte a la capitalización, y
sin arreglos institucionales importantes, no es posible, pues, ir adelante. De la primera ya hemos
hablado. Los segundos se verificaron, en parte, en forma de un refuerzo de Endesa y, en el caso de
Cataluña, con una alteración muy fuerte del marco jurídico de BT. Por una parte, el 23 de febrero de
1948 se la declaró en quiebra. Se inició así un larguísimo pleito que culminará en el Tribunal
Internacional de La Haya. La doctrina jurídica española insistió, hasta llegar el triunfo legal, que la
estructura financiera de BT, con su fuerte endeudamiento, perturbaba de tal modo nuestro desarro-
llo económico que no se tuvo otra opción en España, ni nadie podía haber adoptado otra.

A causa de estos problemas entonces, y ante los buenos resultados que parecía había
tenido la decisión en Francia y en Italia, surgió la idea de estatificar este sector y, como era
prioritario, dedicar a él buena parte de las posibilidades financieras del INI. Fue decisiva la acción
de José María de Oriol, conde de Casa Oriol, frente a esta propuesta del ingeniero Aranguren,
quien tenía mucho prestigio por haber sido el impulsor de Ensidesa, rompiendo el monopolio de
Altos Hornos de Vizcaya y su débil oferta de acero, otro factor de estrangulamiento. La vincula-
ción de todas las empresas en UNESA, la creación de una red eléctrica de interconexión, como
había predicado el famoso jesuita P. Pérez de Pulgar, y la creación de un nuevo sistema de
tarifas y premios a la financiación de las empresas eléctricas que hiciesen nuevas inversiones,
sacó al sector de una estatificación que se veía con claridad en el horizonte. Como señala
Ramón Tamames el cambio –que significaba el desbloqueo de las tarifas–, se produjo por la
Orden Ministerial de 23 de diciembre de 1952, que determinó que, desde el 1 de enero de 1953 123
entrase en vigor la nueva realidad creada, a través de mil complicadas conversaciones políticas y
financieras, por José María de Oriol en forma de:

« [...] régimen de tarifas tope unificadas, sistema de tarifación totalmente nuevo, en el que se fija un
precio base único por Kwh para el consumo en cada uno de los cinco grupos siguientes: alumbrado por
contador en baja tensión, alumbrado a tanto alzado en baja tensión, alumbrado y usos domésticos, usos
industriales y electrificación rural [...]. El sistema de tarifas base tuvo que ser completado con compensaciones
económicas, por una parte a la producción térmica, a causa de la elevación de los precios del combustible y,
por otra, a la construcción de las nuevas centrales hidroeléctricas, de coste de establecimiento también
creciente. Estas compensaciones se relacionan en forma de primas, que satisface el organismo para tal fin
creado: la Oficina Liquidadora de Energía (OFILE), verdadera caja de compensación –fue creada por la
Orden ministerial de 22 de enero de 1953–, que se nutre con los fondos que recauda con el recargo
conocido con el nombre de factor r que pesa sobre el consumidor».

33
Íbidem, p. 15.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Estas tarifas pasaban a tener una corrección automática basada en una función paramétrica
que las relacionaba con los índices de precios que fundamentalmente influyen en el coste de
producción de la electricidad34.

España apostó, a partir de entonces, por un desarrollo fuerte, basado en una energía
abundante y, lo que es decir lo mismo para un economista, barata. La electricidad, por lo dicho,
no lo era. El carbón cedió su puesto fundamental, en ese momento, al petróleo. La apuesta era
arriesgada, porque España no dominaba el mercado de los hidrocarburos, ni mucho menos. Sin
embargo, las cotizaciones venían siendo en este sector, históricamente, tan reducidas, que
parecía que el riesgo era escaso. Fue durante bastantes años todo bien, al unirse esto a una
política de inversiones extranjeras vinculadas a la construcción de refinerías y a una consolida-
ción del sector privado español –CEPSA–, y del público –lo que después daría lugar a la actual
empresa Repsol-YPF–, con lo que parecía garantizarse el futuro expansivo de nuestra economía,
en un marco de petróleo barato. La crisis de Suez, en 1956, no afectó a estos planes, y desde el
Plan de Estabilización de 1959 y su apertura, dio la impresión de que se había atinado con el
camino. Hasta 1973 todo fueron flores en él.

El primer choque petrolífero derivado de la Guerra del Yom Kippur, planteó un muy serio
problema a nuestra economía. Concluyó por agravarlo todo el segundo choque, relacionado con
la crisis iraní que acabó por hacer perder el trono al Shah Pahlevi. Nuestra economía se mostró
muy vulnerable, como en multitud de otras ocasiones, a las nuevas crisis energéticas de origen
externo. Los fantasmas de lo sucedido con la falta de carbón inglés, con el corte de los suminis-
tros de petróleo por los aliados, o con las restricciones eléctricas, se corporeizaron. Los intentos
de escapar de ellos con el conjuro elementalísimo y falso de rebajar el coste de la energía con
124 subvenciones, se vio que eran contraproducentes. Un agobio tremendo, derivado de cinco facto-
res –inflación, paro, déficit exterior notabilísimo, empeoramiento de la relación real de intercam-
bio, y caída en la producción– pasó a convertirse en acompañante de nuestra vida diaria.

La apertura no servía. En el interior, una hulla cara, nada podía resolver. Algún alivio apare-
ció con los lignitos de Puentes de García Rodríguez, que explican el incremento de la producción
carbonífera referida a 1980 de la Tabla 1, pero eso no podía continuar siendo lo esencial. La
producción hidroeléctrica había alcanzado una asíntota. Todo eso de la energía de las mareas, la
geotermia, la producción eólica y demás arbitrios, al ser muy caros, resultaban en realidad, para
resolver el problema, como veremos algo más adelante, pamplinas para los canarios.

Afortunadamente, en España, a partir de un impulso inicial que se debe a la Armada en


primer lugar, y al general Vigón, como Jefe del Alto Estado Mayor, en el segundo, en torno a la
figura del almirante Otero Navascués y dentro de una institución de mucho mérito en todos los
sentidos, la Junta de Energía Nuclear, se había constituido un núcleo de técnicos expertos en la
energía nuclear. Al ministro de Industria Alfredo Santos Blanco y a su sucesor, Alfonso Álvarez de

34
Cfr. TAMAMES, Ramón (1960): Estructura económica de España. Madrid, Sociedad de Estudios y Publicaciones; pp. 241-242.
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
JUAN VELARDE FUERTES

Miranda se debe la apuesta muy firme, a través del Primer Plan Energético Nacional, en favor de
la Energía Nuclear. Claro que la derrota de los grupos utopistas dentro del descrédito derivado
–y aclarado por el Informe McCracken desde 1977 para la OCDE– de los procesos socializadores,
intervencionistas, creyentes en la posibilidad derivada de la curva de Phillips de eliminar paro con
inflación o con desequilibrios del Sector Público conducentes a déficit y, por supuesto, aun más
que intervencionistas, planificadores, llevó a sus tropas maltrechas a refugiarse en dos ámbitos:
uno, el de la defensa de un medio ambiente lo menos contaminado posible por acciones de
cualquier tipo que afectasen a la vida salvaje y a un posible efecto invernadero; y otro, el de la
prohibición de todo lo nuclear, fuese bélico o relacionado con el empleo pacífico de esa energía y
sus derivados. Mucho más adelante aparecería un tercer ámbito de refugio de los utopistas: el
ataque al sistema globalizado, en cuanto consideran que esto significa un triunfo muy importante
del capitalismo. En Francia, los partidos fundamentales, desde el socialista y comunista a los
gaullistas, se las arreglaron para acallar absolutamente en lo nuclear a estos núcleos de utopistas
radicales residuales. No sucedió eso por desgracia en España. Estos radicales se apuntaron, de
inmediato, el haber conseguido el tanto, gracias a la actuación terrorista de ETA, de que se detuviese
la puesta en funcionamiento de la Central Nuclear de Lemóniz. Siempre tendrá que anotarse en el
pasivo histórico de muchos grupos y partidos intitulados progresistas, al haber dado alas a estos
movimientos de protesta. En el programa electoral socialista que llevó al triunfo al PSOE en 1981,
aparecía la decisión de poner en marcha lo que se llamó el «parón nuclear». Así se logró crear,
además, un ambiente muy deletéreo sobre esa solución energética, que caló en el electorado. El
triunfo posterior del Partido Popular no significó ninguna rectificación en ese sentido.

A partir de ahí, España ha pasado a contemplar con pánico lo que sucede en los merca-
dos mundiales de hidrocarburos. Es lógico. Léase en el número de mayo-junio de 2008 de
Foreign Affairs el artículo de Michael L. Ross que lo abre, con el título bien explosivo de «Blood 125
Barrels. Why Oil Wealth Fuels Conflict», donde se señala la violencia internacional que se genera
en torno a los países productores de petróleo. Las situaciones bélicas que así se producen
(recordemos a Angola, Nigeria, Sudán, en algún sentido a Argelia, por supuesto a Irak, o que
derivadas de estos países crecen –pensemos en el caos que parece proceder de Hugo Chávez,
como acaba de señalar Paul Ibell en su artículo para el Real Instituto Elcano, en el Boletín nº 103
de 23 de mayo de 2008: «Hugo Chávez y los límites de la petropolítica»–), es evidente que
pueden, complementariamente, comprometer suministros normales de hidrocarburos. Los
catálogos de conflictos que se ofrecen en el artículo de Ross, realmente impresionan, y más aún
este párrafo: «Los Estados productores de petróleo, engendran hoy un tercio de las guerras
civiles que existen en el mundo, tanto grandes como chicas, un incremento fuerte frente al un
quinto de 1992». La tentación de salir lo más posible de ese avispero es lógica. Pero, como
vamos a ver, no lo es la solución derivada del gas argelino que, traído a España a través de
Marruecos, implica una fuerte dependencia respecto a la frontera Sur mediterránea. Desde 1999,
volvió a surgir, por parte de la OPEP, un nuevo y creciente choque petrolífero, que ha sido
acompañado, como acaba de mostrarnos Juan Rosell, con un incremento, incluso algo más
agudo, en el precio del gas.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Para obviar, pues, el problema, España optó por el gas licuado. Pero sobre esta opción
conviene tener en cuenta lo que señala René Snijder, profesor del Energy Delta Institute de
Holanda, en la VII reunión del Grupo de Trabajo de Energía del Real Instituto Elcano de Estudios
Internacionales y Estratégicos celebrada recientemente en Gijón, quien señaló que:

«El problema de emplear más gas natural para reducir la dependencia de otras energías –la del
petróleo, o la del carbón, o en el caso español, la de la energía nuclear– obligaría a desarrollar nuevas reservas
de gas natural», lo que es muy caro teniendo en cuenta que «los nuevos grandes proyectos de gas, como Troll,
Sajalin o Stojmar tardan más de quince años en desarrollarse. Entretanto, las distancias a los mercados no dejan
de aumentar y el coste total de transportar el gas natural por gasoducto o buques para el transporte de gas
natural licuado, es superior al del petróleo o el carbón [...]. El 56% de las reservas de gas natural se encuentran
en sólo tres países (Rusia, Irán y Qatar) [...]. Además, nadie puede garantizar a los países consumidores que
los países productores y sus empresas estatales de gas y petróleo vayan a ser capaces [o estar dispuestas] a
realizar todas las inversiones necesarias a tiempo [de] abastecer a los mercados [...]. Dada la naturaleza del
mercado del gas, con escasas opciones de suministro [lo lógico es] que los productores lleguen a estar en
situación de ejercer poder de mercado [...]. [Téngase en cuenta que] los siete principales custodios de las
reservas de gas natural son todos [...] estatales. Las [privadas] de mayor envergadura [como Exxon, Shell, BT
y Total] no superan la octava posición en la ordenación de propietarios de reservas de gas natural [...]. Las
petroleras estatales de Rusia, Irán y Qatar –pero también las de Venezuela, Arabia Saudí, Noruega, Nigeria,
Malasia, Indonesia y Brasil– gestionan el grueso de las reservas mundiales de gas. Algunos de estos países son
miembros de la OPEP y muchos de ellos forman parte del Foro de Países Exportadores de Gas, donde discuten
sus políticas en reuniones periódicas [...]. La combinación de todos estos factores genera un entorno empresa-
rial en el que las regiones consumidoras de Estados Unidos, Europa y Asia no tienen demasiadas garantías de
poder obtener a tiempo suficiente nuevos suministros en el futuro».
126
Al final, lo que interesa es disponer de una energía abundante y, por tanto, barata, que sea
generada por empresas que alcanzan una rentabilidad importante, creando una buena base para
la consolidación de un capitalismo popular, capaz, entre otras cosas, de resistir, por los proble-
mas políticos derivados de esa propiedad, las asechanzas de las empresas públicas de electri-
cidad que aun quedan en Europa, a veces con enorme fuerza. Si la opinión pública no es capaz
de comprender la complejidad de este problema y la necesidad de no descuidarlo ni un solo
momento, y mucho más cuando soplan vientos preocupantes de la coyuntura, podríamos encon-
trarnos, una vez más, con otro choque energético que, como los anteriores, traería la desolación
para nuestra economía.

La economía española apostó mal en energía en el siglo XIX, cuando, por la política protec-
cionista, que pronto se trocaría en nacionalismo económico, optó, fundamentalmente, por el
carbón asturiano. El petróleo fue una opción que está ligada al desarrollo económico muy fuerte
que existió a partir de 1959. La subida del precio de los hidrocarburos a partir de finales de 1973,
originó una muy seria depresión en nuestra economía. Como he dicho antes, los ministros
Santos Blanco y Álvarez Miranda y, poco después, el presidente Leopoldo Calvo Sotelo, con-
sideraron que era necesario aceptar a fondo la energía nuclear, una fuente primaria nacional,
EL PASADO ENERGÉTICO ESPAÑOL COMO EXPLICACIÓN DEL ÚNICO FUTURO POSIBLE PARA ÉL /
JUAN VELARDE FUERTES

barata y sin riesgos apreciables. En 1982 se decidió el famoso «parón nuclear». A pesar de la
enorme carga de coste generada, ese tremendo error permanece presidiendo nuestra política
energética, hasta ahora mismo. La solución de las energías renovables es muy cara. Dígase otro
tanto –véase el muy reciente libro de Juan Rosell ¿Y después del petróleo, qué? Luces y som-
bras del futuro energético mundial– del gas natural. Para agravarlo todo, toda una serie de vaci-
laciones ha roto la posibilidad de la existencia de conexiones eléctricas de alta tensión –la más
destacada en la prensa, la Sama-Velilla–, y todo ello mientras el petróleo supera ya con claridad
los 60 dólares por barril.

Hemos apostado a una energía cara, y se pretende, en la propaganda, que se puede tener
una barata. La cara, frena las exportaciones y azuza la inflación. La barata, impide ampliar la
oferta y las inversiones, y tras los estudios de Juan Avilés, se ve que ahora mismo liquida la
amortización, al par que –como mostraron Castañeda y Redonet– es la fuente de restricciones
eléctricas. O se trepa por la cuerda que ofrece la energía nuclear, o nunca saldremos de este
oscuro callejón en el que se ve castigada la economía española.

127
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA:
LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA1
Ramón Mañana Vázquez
Universidad Politécnica de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
Una vez discriminados y ponderados los factores que After discrimination and evaluation of the factors that may
pueden influir de modo decisivo en el devenir económico de influence in a decisive way the economic development of each
todos y cada uno de los 19 minerales y rocas que representan and every of the 19 minerals and rocks that represent 95 % of
el 95% del valor de la producción minera, se analizaron éstos the value of the mining production, every and all of these 19
19 uno por uno para vislumbrar sus expectativas, y se integró were analyzed to conjecture its expectations, and this analysis
este análisis en el de los cuatro grandes subsectores que was put together in the four big subsectors that integrate the
componen la minería española. Tras la evaluación de las Spanish mining industry. Once the evaluation of the economic
perspectivas económicas de cada subsector se visualizó la expectations of every subsector is known through direct or
forma que se supone que tomará la curva de evolución del indirect calculations of their market value, then the pattern that
conjunto del sector en el futuro a 6 ó 7 años, descontadas las the curve of evolution of the full sector is supposed to show in
incertidumbres de las que hoy más que nunca adolece el the future ( 6 / 7 years) is displayed; discounting the uncertainties
panorama económico. Todas las estimaciones económicas, tanto that today, more than ever, hit the economic panorama.
del año 2007 como a futuro, han sido elaboradas por el autor
mediante cálculos directos o indirectos de los valores de mercado
de las producciones de cada mineral o grupo de minerales.

1. Situación y perspectivas generales

1.1. Resumen telegráfico


Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

129
La minería representó en 2007 menos del 1% del PIB español, y su contribución tanto
absoluta como relativa descenderá aún más en el futuro hasta cerca del 0,7%.
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

Dado que el segmento fundamental de la actividad minera en estos últimos años (cerca
del 75%, como se aprecia en el Gráfico 1, sumando áridos, piedra natural, cerámicas estructural
y fina, vidrio y cementos), ha venido siendo la extracción de materias primas para la construc-
ción, el descalabro inmobiliario afectó ya en un 20% en 2008 (CEPCO, 2009) y seguirá afectando
de lleno a este subsector, número uno en la minería española. La duración del desplome es difícil
de prever, pero a la luz de las predicciones económicas y de construcción de viviendas disponi-
bles podrá alargarse tres o cuatro años más, al final de cuyo periodo hay consenso en que el
nivel no rebasará ya el 60-70% de la punta alcanzada en 2006/2007.
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

1
Deseo agradecer la ayuda recibida en el acopio de documentación por parte de Joaquín Obis y José Carrasco, y el soporte
informático de J. L. Fernández, todos ellos de AITEMIN; así como la lectura del borrador y sugerencias por parte de César Luaces,
Director de ANEFA (Asociación Española de Fabricantes de Áridos); de Santiago Burón, Director de la FdeP (Federación de la Piedra
Natural); de José María Santos Juárez, presidente de HISPALYT; de Carmen Marchan, del Departamento de Investigación de
Recursos Geológicos del Instituto Geológico y Minero de España; y de Claudio Álvarez, Director de Innovación y Nuevos
Desarrollos de HUNOSA.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 1. Distribución porcentual de la actividad minera en España

Los gráficos en este trabajo –a excepción de las curvas de evolución del precio de los
metales básicos y del PIB mundial (The Economist, 2008), y la evolución de áridos y viviendas
(Luaces, 2009)– son de elaboración propia. La participación que refleja el presente gráfico se refiere
a la cifra global de la minería, estimada como se verá lo largo del trabajo, en 9.735 millones de
euros, ó 10.000 millones de euros en números redondos. Esta estimación es la que se ha tomado
como punto de partida para las estimaciones a futuro. Para no hacer fatigosa la lectura no se
130 reproducen las tablas numéricas (solamente una muestra reproducida a continuación): los cálcu-
los se han hecho a partir de las cifras de ventas publicadas por las empresas, y cuando éstas no
existen –cosa muy frecuente– valorando aproximadamente el valor de la producción publicada a
precios de mercado, o calculando como valor el que a las materias primas consumidas en las
producciones explícitamente conocidas asignan los fabricantes que las utilizan.

La extracción de minerales y rocas industriales (un 7% aproximadamente del total de la


minería) sufrirá los efectos de la crisis económica general, pero en ciertos casos su capacidad
exportadora le permitirá reanudar pronto su nivel actual en el segundo lugar de los cuatro
subsectores aquí contemplados.

El carbón nacional –que cada vez es menos relevante (del orden del 10% del total)–,
seguirá su inevitable pauta decreciente hasta quedar en un papel puramente testimonial.

La minería metálica, ya muy débil y poco significativa (un 5%), está golpeada por el fin del
llamado «superciclo de las materias primas» al que nos referiremos más adelante, y por el
agobio medioambiental; y su recuperación es más dudosa aún si no se mantienen las promesas
de evitar el proteccionismo en el mercado mundial.
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

1.2. Los factores decisivos

1.2.a. A corto plazo

Nada se dirá aquí y ahora sobre la crisis financiera, sobradamente publicitada, que sin
embargo proyecta su sombra sobre todas las previsiones que se hacen a lo largo de este trabajo.

El fin del «superciclo» de las materias primas: la extraordinaria bonanza que los mercados
mundiales de materias primas minerales estaban experimentando estos últimos años, con un
alza sin precedentes, ha recibido un duro golpe a medida que la crisis de crédito extendió su
garra paralizadora sobre la actividad económica tanto en los países desarrollados como en los
que estaban en pleno crecimiento. Es lo que los analistas han dado en llamar el fin del «superciclo»,
basado en la creciente demanda de los mercados emergentes, particularmente de China.

En el caso de España a esta situación se ha añadido el descalabro inmobiliario, que


afecta directa y duramente al subsector minero más boyante hasta ahora, como es el de los
áridos, mármoles, granitos, pizarras y materias primas para ladrillos y tejas, cemento, vidrio,
cerámica y sanitarios. España era el tercer consumidor de materiales cerámicos en cifras abso-
lutas (solamente superada por China y Brasil) y el primero en cuanto a consumo per cápita: del
orden de 7 metros cuadrados de baldosa cerámica por habitante. España llegó a construir el
40% del total de viviendas construidas en toda Europa (637.000 en 2007, que se redujeron a
296.000 en 2.008) y ahora las previsiones más corrientes auguran una virtual paralización de la
construcción hasta 2011 (véanse cifras más adelante) en tanto se absorbe el stock de viviendas
a la venta (entre 700.000 y un millón según las estimaciones): el golpe será durísimo para las
materias primas para la construcción mencionadas y producirá enérgicas actuaciones de cierres 131
y concentraciones. En todo caso, aún transcurridos esos tres (o cuatro) años, ya no se volverá a
reproducir la anómala situación previa, y el nivel a largo plazo se establecerá probablemente en
un 60-70% del que caracterizó los años 2004/2006. En definitiva, la adquisición de vivienda nueva
a un ritmo inmoderado (exuberante) se ha convertido en un gasto consuntivo que ha detraído
recursos para inversiones más productivas. Por eso a la evidente crisis coyuntural presente se
sobrepone otra estructural más solapada, pero más seria y duradera.

La recesión en que ha entrado la práctica totalidad de las economías tendrá una duración
y una profundidad sujeta a una inusual incertidumbre asociada al restablecimiento de la confian-
za y a la eficacia de los planes anunciados por los gobiernos. Para España se manejan previsio-
nes cada vez más pesimistas: al +3,7% de incremento del PIB de 2007 y +1,2% de 2008
sucederían bajadas que oscilan (según estimaciones autorizadas: FUNCAS y Servicios de Estu-
dios del BBVA y Deutsche Bank) entre el -2,8% y -3,4% para 2008 y entre -0,3 % y -1% para
2010; (pero las predicciones empeoran por momentos y cuando este trabajo salga a la luz ya
habrán evolucionado).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

1.2.b. A más largo plazo

La mayor globalización va dejando fuera del mercado nuestros yacimientos marginales,


como es más patente, entre otros, en el caso de los minerales energéticos españoles. En este
contexto, si se acepta que el proteccionismo no se impondrá de nuevo, es factor determinante la
competencia de otros yacimientos más ricos y abundantes, en particular si cuentan con buenos
accesos a los medios de transporte.

Esta volatilidad, en un contexto de rigidez inversora, es la que confiere a estas iniciativas


un peculiar nivel de riesgo.

A esta incertidumbre se añaden para las materias primas eventualidades difíciles de pre-
ver, como los descubrimientos de riesgos de toxicidad (caso del mercurio español de Almadén)
o de productos sustitutorios (silestone para el mármol de Macael, chatarras para el acero, demo-
lición para áridos) o nuevas aplicaciones (wolframio salmantino para la técnica aerospacial,
estroncio españoles para las TIC, etc.).

En casi toda Europa, la minería está sometida a la creciente presión de la inquietud


medioambiental, lo que, o bien encarece las operaciones mineras y anula su competitividad con
respecto a otras áreas menos exigentes y más favorecidas por la naturaleza, o bien las hace
totalmente inviables.

Finalmente la visibilidad hacia el futuro se enturbia aún más si se introducen otros aspec-
tos distorsionantes como la múltiple diversidad de regulaciones autonómicas sobre ordenación
132 del territorio que afectan a la minería, en clara contradicción con las recomendaciones de la
Unión Europea (Dictamen 2009/C29/19) que tampoco favoreció anteriormente este tipo de activi-
dad en su territorio dada su mala imagen medioambiental y su escaso papel innovador (Un Plan
Europeo… 2008), aunque ahora parece querer remediarlo con el Dictamen citado.

Por último hay que mencionar los factores de opinión pública más o menos realimentada
por ideologías, como ocurre con su impacto sobre el uranio y el carbón.

En cuanto al marco supranacional las empresas gigantes de la minería global han acusa-
do ya el golpe (The Economist, 13 de diciembre de 2008): «Arrulladas por las expectativas de
que la industrialización en China y otros países en desarrollo aseguraría una demanda sostenida,
las firmas líderes en el acero, el cemento y la minería han entrado en la recesión con una deuda
mucho mayor de lo que normalmente se considera prudente». Bastaría echar un vistazo a la
difícil situación de los gigantes de la minería mundial (Riotinto, BHP Billiton, Xtrata, Angloamerican,
Freeport, Brazil Vale, Codelco, etc.).
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

2. Materias primas para la construcción

Este grupo de productos había pasado en los últimos años a representar el capítulo más
importante del desarrollo minero español, y fue el único protagonista de una fuerte expansión del
sector minero en los últimos años.

La predicción en términos generales para este conjunto de materias primas –exceptuando


la parte de pizarras, mármoles y cerámica fina que se exporta– es la de un desplome paralelo al
de la industria de la construcción en España, seguido de una eventual recuperación hacia los
años 2012/2013, pero tan sólo hasta el 60-70% del nivel que tuvo en 2007. A continuación se
examinan individualmente sus variados productos.

2.1. Áridos

Es éste el subsector minero español más importante en cuanto a valor de la producción,


número de explotaciones y empleo total generado. En el ámbito de los países integrados en la
UEPG (Unión Europea de Poductores de Áridos), España ocupaba el segundo lugar en cifras
absolutas, tras Alemania y por encima de Francia.

Este subsector hasta ahora tan pujante sumaba un valor de negocio de 4.100 millones de
euros equivalente al 50% de toda la minería española (Andrada, 2008) y produjo, en 2007 según
Luaces (2009) un total de 551 millones de toneladas, cuyas aplicaciones se reparten entre los
479 Mt para la construcción (de los cuales un 87% para hormigón, un 21% en carreteras un 5% 133
en escolleras como más importantes) y 72 Mt para la industria (cementos 81%, cales y yesos
5%, vidrio 3%, metalurgia 3% y otras).

Los áridos dieron empleo a unos 14.000 obreros en los años pasados, lo cual supone un
34% del empleo total en minería (evaluado en unos 36.000 en este estudio), y más del doble que
toda la minería del carbón. Como el transporte va íntimamente asociado a esta actividad, se
calcula que entre éste y otros empleos indirectos (Tamames, 2007) se llega a los 85.000. Poco
que decir en cambio sobre la estructura de este sector, pues en contraste con su primordial
relevancia económica se trata de una industria en la que –salvo unas pocas excepciones– abun-
da el minifundismo (particularmente en las graveras), con un grado de tecnificación en bastantes
ocasiones rudimentario y una vida a veces efímera de aprovechamientos temporales al compás
de la itinerancia de las obras a las que sirven. Baste recordar que el subsector agrupaba a 1.600
entidades con unas 2000 explotaciones activas –consecuencia natural de la dispersión de la
demanda repartida por todo el país– para imaginar que el parón actual de la construcción origina-
rá una fuerte crisis de empleo en este período de casi suspensión de obra nueva en viviendas
durante 2008 y 2009, que sólo será amortiguada por las obras públicas. Esta suspensión origina-
rá vivos movimientos de cierres y concentraciones para ajustarse a la nueva situación: no obstan-
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

te, los 14.000 empleos que entre directos e indirectos se perderán no serán noticia porque la
dimensión media de las explotaciones es de 7 obreros.

Su situación expansiva comenzó a decrecer ya en el año 2007 (un 1,5% menos que el año
anterior), cuando el consumo de áridos per cápita fue todavía de 11 t, muy superior a la media
europea que estaba en 7 t. A más largo plazo no es probable que se recupere el frenético ritmo de
años anteriores, en los que se pasó de 224.000 licencias municipales para viviendas en el año
1990 a 604.000 en 2005.

En lo que respecta a viviendas a cuya construcción está tan acoplado el hormigón, se


contraerá al ritmo siguiente de 2008 a 2013 (HISPALYT, 2009):

350.000 / 150.000 / 225.000 / 300.000 / 375.000 / 450.000

Así pues, una previsión razonable para el periodo 2009-2011 se cifraría en 330 Mt de
áridos, 10.000 empleos directos y 6.000 indirectos, y quizá el 70% de las 1.600 entidades
actuales. Si el valor fue en 2007 de 4100 millones de euros (el 0,5% del PIB), esta cifra se
reducirá en consonancia, con un bache en torno a los 1.500 millones de euros en 2009; posterior-
mente se estabilizará alrededor de 2.400-2.700 millones de euros por largo tiempo. Sólo esta
reducción disminuye la aportación minera al PIB español del 1% actual al 0,75%.

134
2.2. Piedra natural

Incluye rocas ornamentales y estructurales. Es un subsector cuyas estadísticas dejan


mucho que desear, pues su fragmentación en autonomías y el hecho de que en algunos casos
sus ventas no estén controladas hacen que se funcione con estimaciones, sobradamente sufi-
cientes para este trabajo. Las cifras que se utilizan aquí provienen de OMPN (2008). El valor de
su producción alcanzó unos 3.200 millones de euros en 2007: España es el segundo país del
mundo en producción de bloques, sólo superada por China (Anuario 2008), que exporta 19 Mt, y
que junto con la India encabezan la producción mundial con 22 Mt cada una, seguidas por Irán e
Italia (10 Mt), Turquía (9 Mt) y España (8 Mt). Las exportaciones españolas llegaron a superar el
30% de las ventas, con 1.024 millones de euros.

El subsector extractivo está compuesto por 792 empresas (142 en Galicia y 104 en Cata-
luña, que son las más nutridas); la industria elaboradora incluye 4.831 empresas, de las cuales
1.103 en Andalucía. El grado de atomización de las empresas es una de sus características: se
estiman en 888 las canteras activas hasta ahora, integradas en 17 asociaciones, que a su vez se
agrupan en la Federación de la Piedra. De este conjunto sólo destacan medio centenar de
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
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empresas con cierto nivel empresarial y técnico y buena presencia internacional: de ellas, cuatro
o cinco que facturan por encima de 200 millones de euros están sólidamente gestionadas. En el
otro extremo abundan explotaciones de carácter familiar y escasamente tecnificadas. El 99% de
las empresas son PYMES (menos de 250 empleos), pero con menos de 10 empleos están el
60% de las extractivas y el 80% de las elaboradoras. Todo el capital empeñado en esta actividad
es español. Venían dando trabajo a unos 30.000 obreros, significativamente en zonas económi-
camente deprimidas, como se verá: unos 12.000 en las canteras y el resto en la elaboración.

Este subsector presenta un impacto ambiental básico en cuanto al deterioro del paisaje y
la acumulación de residuos. Pero sus explotaciones, dispersas por el territorio nacional, sufren
agudamente las dificultades propias de la diversidad de regulaciones de las diferentes adminis-
traciones autonómicas. Un análisis DAFO realizado por la Fundación Cajamar (2008), añade a la
debilidad anteriormente expuesta –dependencia de la construcción– la atomización de las em-
presas y sus ofertas; como fortalezas, la elevada capacidad y variedad de la producción y la
valoración internacional del producto (que aún ofrece oportunidades de expansión hacia Europa
del Este, países árabes, Sudeste Asiático, en donde habrá de luchar con una competencia
creciente) y un buen nivel de tecnificación. La amenaza más importante proviene del desarrollo
de productos alternativos como la cerámica, el silestone y el mármol compac. Un aspecto impor-
tante es la medida en que los canteros elaboren sus productos añadiéndoles el valor que supone
su comercialización al utilizador final: arquitectos y constructores son su demanda natural, se-
guida por los minoristas.

El estallido de la burbuja inmobiliaria ha supuesto un durísimo golpe para este subsector,


en el cual ya se han producido procedimientos concursales en cadena, que es de prever conti-
núen junto con cierres, concentraciones y adquisiciones. Su evolución futura va ligada a la del 135
sector de la construcción en España, salvo en el caso de las pizarras, y en menor grado para el
mármol, para los cuales es decisiva la exportación, fundamentalmente a Francia para las piza-
rras, pero más diversificada para el mármol. Al tratarse de materiales nobles para la edificación,
serán los primeros en ahorrarse: su otra salida posible sería su uso en obras públicas (pavimen-
tos de granito en aceras, soleras en aeropuertos, hospitales, restauración de monumentos histó-
ricos, etc.). El impacto de su contracción sobre el empleo será drástico, y ya ha comenzado en
2008 con la pérdida de más de 3.500 puestos de trabajo, previéndose una sangría creciente en
los próximos años que erosionará duramente los 20.000 empleos (directos más indirectos) que
se calcula aún resten a finales de este año de 2009. Es de suponer que las microempresas
familiares sin exportación serán las más duramente golpeadas, y muchas de ellas desaparece-
rán incluso más allá de esa depresión. A más largo plazo es poco probable, como ya se ha hecho
notar para áridos, que se recupere el vigor de estos últimos años, estancándose en un 60-70%
de las cifras de 2007.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2.2.a. Mármoles

Una facturación del orden de 2.000 millones de euros, de los cuales se exportaron en 2007
la cuarta parte a Europa, EEUU y China, convierte al mármol en la piedra natural más importante
de nuestro país, cuyo valor cuadruplicó al del carbón en 2007. Sólo la AEM (Asociación de
Empresarios del Mármol) cuenta con 52 empresas de extracción de mármol, de las cuales
solamente 4 son sociedades anónimas, y varias son puramente familiares: en total disponían de
492 canteras. Existen tres focos de señalada importancia en Macael (Almería), Cehegín (Murcia)
y Pinoso (Alicante); pero también existen explotaciones en Cataluña, Andalucía, Castilla y León,
Madrid, País Vasco, Aragón y Extremadura. Dada la congestión del mercado nacional, sólo cabe
reforzar el esfuerzo exportador, que presenta el doble interés del empleo y la balanza de pagos.

2.2.b. Granitos

Esta producción ya se contrajo un 20% en 2007: su valor rondó los 595 millones de euros,
equiparable al del carbón. Galicia lidera la elaboración de granito, con un 70% de los 25 millones
de metros cuadrados elaborados en toda España. El granito rosa de Porriño (Galicia) es un
núcleo clave fundamental del sector, que se reparte también por Madrid, Extremadura y ambas
Castillas.

La exportación (fundamentalmente a la Unión Europea) alcanzó los 175 millones de euros,


de los cuales 130 como productos elaborados y 45 en bruto. Galicia es la principal comunidad
136 exportadora, con 286.000 t bruto y 160.000 en elaborado: el puerto de Vigo es su cabeza de
puente. A notar las importaciones crecientes de tonalidades exóticas de la India, Brasil, Sudáfrica,
Angola y Mozambique: 73 millones de euros.

El granito no limita su aplicación a la edificación residencial, por lo que la obra pública


podría suponer un alivio parcial a la crisis. Citemos una vez más aeropuertos, estaciones y
demás espacios públicos, incluidas calzadas, paseos y mobiliario urbano.

2.2.c. Pizarras

La producción española supone el 85% de la producción mundial para cubiertas. La prin-


cipal zona española productora (el 80%) es la región de El Barco de Valdeorras, en Orense, que
se considera a sí misma la primera potencia mundial en lo que se refiere a exportación de este
producto, ya que un 90% de la facturación (334 millones de euros, 670 Mt) se destina al extran-
jero, fundamentalmente a Francia, seguida de Alemania, Bélgica y hasta 21 países más. Daba
trabajo a más de 5.000 personas en 133 canteras y talleres de elaboración. Valedeorras se
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

encuentra en una zona particularmente carente de otras fuentes de empleo. La exportación


amortiguará la recesión y favorecerá su recuperación al no estar rígidamente acoplado el subsector
a la crisis inmobiliaria.

2.2.d. Otros

Calizas, travertinos, areniscas, cuarcitas, alabastro, filitas, etc. completan el abanico de


este tipo de productos naturales.

Todas las valoraciones anteriores tienen un reflejo cuantitativo tentativo en el gráfico


siguiente:

Gráfico 2.
Estimaciones aproximadas del valor futuro del subsector de la piedra natural2 . En millones de euros

137

2
Nota válida para todos los gráficos del artículo: al no existir (en abril de 2009) datos publicados para la minería en 2008, y en
particular para su valor económico, se ha procedido a una interpolación entre los valores de 2007 (próximos a los reales) y 2009
(predicción) a la vista de los siguientes datos publicados para 2008: para España, 260.000 viviendas construidas; relativa
paralización de la minería metálica y ligero declive de la energética; contracción del PIB del -3% en 2009 y del -1% en 2010 (29 de
abril, Banco de España); y contracción del PIB interanual a febrero de 2009 del -0,7%; y en el panorama exterior, que afecta a
algunas exportaciones mineras, reducción del PIB de la zona euro en -1,3% (The Economist) y del comercio mundial en -0,9%
(Organización Mundial del Comercio).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2.3. Productos para cerámica estructural, cerámica fina y vidrio

El valor de la producción de estos fabricados alcanzó cifras del orden de 12.000 millones
de euros (en 2004, última cifra disponible), y las materias primas utilizadas representaban en
torno al 5%, esto es, unos 600 millones de euros (Regueiro, 2006).

2.3.a. Arcillas rojas (red-firing) para la cerámica estructural

Sus consumidores inmediatos (fabricantes de ladrillos en sus diversos formatos, bovedillas


para forjados y tejas) se instalan en las proximidades de los yacimientos de los que se aprovi-
sionan, dado que el valor unitario de la tonelada de arcilla impide que «viaje», es decir, sólo
resulta rentable montar fábricas a pie de cantera. Tampoco resulta viable enviar el producto
fabricado más allá de un radio limitado en general; con lo cual el mercado de las arcillas
utilizadas es prácticamente regional (La Sagra, Úbeda, etc.), salvo exportaciones a Francia,
Portugal o Marruecos, que suponen muy poca proporción de la producción, evaluada en 135
millones de euros en 2007. Por tanto, el futuro de este producto no está sujeto a otra demanda
que la que supone el desarrollo de la industria de la construcción, y esto ni siquiera a escala
nacional, sino en un marco regional bastante circunscrito. HISPALYT (Asociación Española de
Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida) agrupa a más de 250 empresas fabricantes
de cerámica estructural –adoquín cerámico, termoarcilla, forjados, tejas, etc.–, que represen-
tan el 95% de las empresas del país. Si sus ventas descendieron un 45% en 2008 con respec-
to al año anterior, se prevé que bajarán un 50% más el año 2009, arrastrando un descenso final
138 del 70%, con un valle en agosto de 2009 y una recuperación ligera y lenta que durará hasta
2013, con las consiguientes paradas de fábricas (HISPALYT, 2008). Según Regueiro (2006), el
número de viviendas construidas fue de 670.000 en 2003, 770.000 en 2004 y 800.000 en 2005:
el stock de viviendas «embalsadas» se estima en una cifra de 700.000 listas para entregar ya
y un millón en total.

El estallido de la burbuja inmobiliaria –que no en vano recibió el nombre de burbuja del


ladrillo– ha pillado de pleno a este subsector: en la estimación plausible de que el costo de
la arcilla represente un 6% del producto, la aportación de la arcilla supone unos 7 millones
de euros en 2008, cuando ya había bajado un 18% con respecto a 2007. Las previsiones de
esta asociación, buena conocedora del sector, para la construcción de viviendas se han
recogido anteriormente. La previsión que se hace en este estudio se ciñe a esta pauta. Pero
los propios fabricantes de ladrillos rehúsan hacer previsión alguna con un horizonte superior
a seis meses.
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
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2.3.b. Arcillas blancas (ball clay) y otros productos para azulejos, baldosas
y sanitarios

En Castellón se concentra más del 90% de la producción de pavimentos, revestimientos y


esmaltes; se trata de un gran subsector exportador, con un 1,3% del total de las exportaciones
españolas de todo tipo.

Según la patronal ASCER3 (2009), este sector cerró 2008 con una caída de ventas del
11%: como el valor de las mismas fue de 3.600 millones de euros, una estimación similar a la de
las arcillas rojas lleva a un valor de las materias primas de alrededor de los 180 millones de
euros. Hay que incluir aquí la producción española de 4.000 t de lepidolita (litio) que consume
esta sector. Como las exportaciones de este subsector suponen un 60% de la producción (Ru-
sia, Europa del Este y África), que sólo se contrajo un 3%, se amortigua un tanto la contracción
del consumo interior, que se redujo un 22%. No obstante ya se han producido 2.800 despidos y
una docena de empresas está en concurso de acreedores. Las materias primas minerales son
mezclas de arcillas rojas con arcillas blancas, arenas silíceas, caolín, carbonato cálcico, dolomi-
ta, feldespato, talco, lepidolita, wollastonita y otros en pequeña proporción. Algunos también se
contemplan en el apartado de minerales y rocas industriales.

2.3.c. Materias primas para la fabricación del vidrio

También la producción de vidrio para consumo interno del país se verá quebrantada por el
profundo bache que se vive en la edificación de viviendas, del que ya no se recuperará hasta 139
alcanzar los niveles del pasado reciente; además sufre y sufrirá por la contracción en la fabrica-
ción de automóviles y, por supuesto, por la recesión del consumo en general. Los ERE ya han
comenzado. A un plazo de dos o tres años llegará como mucho a estabilizarse hacia 2010/2011
en una cifra del 60-70% de la punta de 2006.

Disminuirá por consiguiente en la misma proporción, y siguiendo la misma curva, la de-


manda para estos fines de sílice, de sal común (materia prima para la fabricación de la sosa
Solvay utilizada en la fabricación de vidrio), del sulfato sódico natural (glauberita y thenardita), de
la caliza y de la dolomía, que en conjunto con otros aditivos suponen un 10% del valor del vidrio
producido. Observemos aquí que la sílice experimenta una burbuja en el consumo para paneles
fotovoltaicos.

3
Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2.3.d. Materias primas para la fabricación del cemento

Las calizas, yesos, arcillas y margas que se explotan en las proximidades de las fábricas
tienen un escaso valor. El consumo de cemento ha disminuido un 50% en el último año, y
seguirá la pauta de construcción de viviendas que se ha recogido en el apartado de arcillas rojas.
A largo plazo la fabricación de cemento tiende a deslocalizarse desplazándose a países en vías
de desarrollo.

El gráfico siguiente cuantifica, grosso modo, las anteriores apreciaciones.

Gráfico 3.
Estimación aproximada del valor futuro de las materias primas para cerámica estructural, fina y vidrio4 .
En millones de euros

140

3. Minerales y rocas industriales

Este subsector, escasamente conspicuo a los ojos del gran público, será no obstante uno
de los que más posibilidades tenga de sobrevivir con éxito a la crisis actual, habiendo emergido
ya en el pasado reciente como uno de los grandes subsectores en el conjunto de la industria
extractiva. El potencial exportador de sus principales producciones y la variedad de sus aplica-
ciones blindan al subsector contra una extinción o recesión visibles, y su valor actual es compa-
rable ya al de las minerías metálica o energética.

4
Véanse las notas a los gráficos precedentes.
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

Bajo este epígrafe se suelen agrupar una serie heterogénea de productos no metálicos
con importancia y aplicaciones muy diversas: pero para los fines de este trabajo la metodología
utilizada para el ensayo prospectivo requiere una agrupación diferente a la habitual, en función de
los sectores a los que suministran sus productos, por lo cual quedan excluidos ahora aquéllos
que suministran exclusivamente a la industria de la construcción, aunque hay que tener presen-
tes algunos con aplicaciones «mixtas» Por esta razón no se consideran en este caso algunos de
ellos (por ejemplo la lepidolita «litio» que se consume en cerámica en Castellón, o los pigmentos
de hierro que en un 90% van a las cementeras) ya contemplados en ese Apartado. Las materias
primas específicamente industriales no utilizadas mayoritariamente en la construcción en 2007
están recogidas en el Cuadro siguiente, extractado en parte de Espi (2009), con el concepto más
restringido ya apuntado. Téngase presente asimismo que las aplicaciones que se explicitan son
las que reciben estas producciones concretamente en España, que no siempre coinciden con las
que tienen en otros países o a nivel mundial. A título de ejemplo, la magnesita de Lugo se destina
a usos agropecuarios, en tanto que la de Navarra se utiliza en siderurgia (Marchan, 2009).

Se observa una diversidad de rocas y minerales ajenas a la industria de la construcción en


6 de los 8 casos, y con aplicaciones también muy diversificadas en al menos 13 campos diferen-
tes. Las empresas más significadas por su volumen de producción, la calidad y cantidad de sus
reservas y su capacidad exportadora son las arcillas especiales, sulfato sódico, sal común y
sales potásicas.

Tabla 1.
Minerales y rocas industriales no utilizadas en construcción
141
Producción
Mineral o roca Aplicaciones principales (miles de t) e)
Valor (Me

Carnalita Fertilizantes 474 168


Arcillas especiales (1) Absorbentes, decolorantes, sondeos 950 140
Magnesita Refractarios, agropecuario (2)
260
Fluorita Fundente (2)
140
Barita Papel, pinturas, hormigones especiales (3)
35 200 (5)

Celestita (estroncio) Piritecnia, señales luminosas (4)


150
Diatomita Absorbente, filtrado, abrasivo 50
Turba, leonardita Jardinería 50
Totales 500

(1)
Incluyen la sepiolita, la bentonita y la atapulgita.
(2)
Dependen parcialmente de la siderurgia.
(3)
Depende parcialmente de la construcción.
(4)
La celestina ha visto como una de sus minas cerró en 2008, reduciendo su producción nacional de 250.000 t a sólo 150.000 t. La
mina restante exporta toda su producción a Alemania. La aparición de las pantallas de TV de plasma o cristal líquido ha suprimido
una de sus aplicaciones en los países más desarrollados (Marchan, 2009).
(5)
Se estima al alza el valor conjunto de los 6 últimos minerales en 200 millones de euros.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Estas producciones se verán afectadas por la crisis económica general, pero son inmunes
al desplome de la construcción. No obstante la magnesita y la fluorita sí se contraerán, en la
medida en que disminuya su empleo en la siderurgia que suministra ferralla y perfiles estructura-
les para la construcción y acero para automóviles. Tienen un buen perfil exportador y cuentan
con buenos yacimientos las sales potásicas (carnalita), las arcillas especiales (sepiolita, bentonita,
atapulgita) y el sulfato sódico, constituyéndose así en el núcleo fuerte de nuestra minería.

Hay otros varios que comparten utilizaciones mayoritarias en construcción o siderurgia


con otros sectores. En construcción tienen usos la sal común (4.000 kt) como paso para la
sosa Solvay, que con la sílice (2000 kt) y el sulfato sódico (1.100 kt), como ya se ha visto, se
utilizan para el vidrio (también utilizado en automóviles); el carbonato cálcico (2.000 kt) para la
cerámica; los pigmentos de hierro (100 kt), de las cuales 90 kt van a cementeras y sólo 10 kt
a pinturas. Su futuro va asociado al de la construcción, sobre la cual ya se ha dicho suficiente
en apartados anteriores, singularmente su horizonte a largo plazo limitado al 60-70% del re-
ciente. La dolomía (21 Mt) va en un 93% a la construcción, que ya se ha evaluado (88% para
áridos, fundamentalmente hormigones, 3% para cerámica y 2% para vidrio) y la parte de la
magnesita, como se ha indicado, que no va a usos agropecuarios se utiliza en siderurgia. El
caolín y el talco se reparten entre la cerámica y el papel y la barita se utiliza en papel, pinturas
y hormigones especiales. Y ya se ha visto que la sal común (4.000 t), además de las aplicacio-
nes que se acaban de señalar, tiene usos alimenticios pero también para las carreteras neva-
das. En ciertos casos, de los cuales se han visto algunos ejemplos, las aplicaciones depen-
den de las especificaciones y calidades concretas de cada mineral, e incluso de su localiza-
ción geográfica. Con estas puntualizaciones se aparta este trabajo de la lista comúnmente
denominada «minerales industriales».
142
Obsérvese finalmente la falta de rigor estadístico tan aparente en las cifras redondeadas,
lo que refleja la dificultad en que se encuentran los organismos oficiales, dispersos en 17 Comu-
nidades Autónomas, para conseguir y centralizar sus estimaciones o datos controlados, según
los casos.

Se sale completamente de los límites y objetivos fijados para este estudio un análisis
pormenorizado de valoraciones futuras materia por materia de las 16 que se acaban de citar para
aplicaciones fuera de la construcción; tanto más cuanto que el error de las estimaciones de
partida (no hay estadísticas propiamente dichas), la volatilidad de los precios y el bajo peso
porcentual de este apartado en la evaluación global harían estéril todo esfuerzo en ese sentido.

Para los fines de este estudio se utilizará la hipótesis simplificadora, pero suficientemente
aproximada para el caso presente, de que una mitad del valor de esta producción «mixta» se verá
afectado por el descalabro de la construcción (y automovilístico) y la otra mitad solamente por la
recesión general del consumo: sin dejar en el olvido el hecho significativo de que el sulfato
sódico, la sal común, las sales potásicas y las arcillas especiales exportan entre el 50 y el 80%
de su producción, según los casos.
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

Tabla 2.
Estimación aproximada del valor futuro de rocas y minerales industriales. En millones de euros

2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Ajenas a construcción 500 400 300 400 450 500 500 500 500
Mixtas 200 180 100 100 150 180 180 180 180
Total 700 580 400 500 600 680 680 680 680

Así pues, teniendo presentes las variables enunciadas, se resume la estimación cuantita-
tiva aproximada del subsector de rocas y minerales industriales calculado a partir del valor de
mercado de su producción, en millones de euros (Tabla 2).

3. Minería energética

3.1. Carbones. Las cifras actuales y las previstas

La punta de producción de carbón español se produjo en 1985, con cerca de 40 Mt; por
aquellas fechas se importaban del orden de 9 Mt. En 2007 la producción nacional había descen-
dido a 17 Mt y la importación había aumentado hasta 34 Mt (CARBUNIÓN, 2008). En 2008 la
producción se redujo a 10,2 Mt .La producción nacional aún se reducirá a casi la mitad (9,2 Mt)
de aquí al año 2012, desapareciendo un tonelaje importante, que es el del lignito pardo, cuyo
valor económico unitario es cercano a un tercio del de la hulla. La práctica totalidad de los
suministros de las minas españolas va a las centrales térmicas de bocamina, con lo cual su 143
aportación al consumo interior bruto de energía primaria es (dependiendo de la hidraulicidad) del
orden del 4,5%.

Gráfico 4.
Evolución de la producción de carbón y proyección a futuro. En miles de toneladas
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

3.2. Una actividad con futuro a medio plazo protegido y planificado

El Plan Nacional del Carbón (2006), inspirado por los sindicatos mineros y suscrito por
éstos, el Ministerio de Industria y la patronal del sector CARBUNIÓN (Federación Nacional de
Empresarios de Minas de Carbón) regirá el futuro del carbón español, al menos hasta 2010 y, si
se consigue la aprobación de Bruselas, hasta 2012. Para más allá de esa fecha está prevista su
renegociación a partir del 1 de septiembre de 2011.

Las razones con las que se justifica esta situación económicamente anómala son dos,
una estratégica y otra social, y se amparan en el Reglamento (CE) 1407/2002 del Consejo
sobre ayudas estatales a la industria del carbón: de ámbito comunitario por tanto. La razón
estratégica se basa en la conveniencia de mantener disponibles los accesos a las reservas
para el caso de resultar necesario el autoabastecimiento. Necesidad un tanto discutible para el
caso español si se contempla el hecho de que actualmente España «económicamente integra-
da en la Unión Europea» recibe carbón de Sudáfrica, Rusia, Colombia, Indonesia, Polonia y
EEUU, entre otros; es decir, de cuatro continentes. La razón social se ha aminorado actual-
mente al extremo, ya que los 7.000 empleos actuales (que se reducirán a 5.000 en 2012)
significan muy poco en un panorama como el actual (junio de 2009), en el que se discute si el
número de parados se acercará o llegará a los 5.000.000. Esencialmente, las previsiones del
Plan son las siguientes:

Tabla 3. La Orden Ministerial ITC/3666/2007


Previsiones del Plan Nacional de Carbón (BOE 15/12/2007) establece el cuadro
detallado de ayudas directas (2008, 2009
2007 2012
144 y 2010) por cada una de las 41 unidades
Producción total (miles de t) 10.428 9.200 de producción que se enumeran, una por
De las cuales: Subterránea 6.746 5.951 una para las 28 empresas, fijando asimis-
Cielo abierto 3.682 3.248 mo los suministros objeto de ayuda para
Plantillas 7.307 5.302 subterráneo y cielo abierto en cada caso.
Ayudas a las empresas 347.568 324.249 También se incluye en el Plan un cuadro
(miles de euros)
indicativo de las cantidades de carbón
nacional que deben consumir cada año
cada una de las 15 centrales térmicas que se enumeran una por una. Las ayudas indirectas son
múltiples: nada menos que 12 líneas de ayudas. El Plan tiene, pues, todas las características de
los famosos planes quinquenales de las extinguidas economías centralizadas. Incluso se creó
en 1997 un órgano específico para su seguimiento: el IRMC (Instituto para la Reestructuración de
la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras).
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

3.3. Los retos a resolver a más largo plazo

Teóricamente, el futuro del carbón a nivel mundial depende de su competitividad con otras
fuentes de energía, una vez internalizados todos sus costos de impacto ambiental (emisiones de
CO2 en particular). Pero el caso español es singular dada la extrema marginalidad de sus yaci-
mientos: escasos, geológicamente difíciles y con altos contenidos en cenizas y en azufre; inca-
paces de todo punto de sobrevivir en un mercado global. A pesar del proteccionismo que se ha
descrito muy sumariamente en párrafos anteriores, la producción interna cubrirá en 2012 sólo 9
de los 40 Mt del consumo. A la dificultad técnica de las centrales que aún queman carbón
español para continuar utilizándolo, dada su mala calidad (cenizas, 30-40% el carbón nacional,
15-16% el importado; azufre 2,3 y 0,6%; PCS «poder calorífico superior» del orden de 4.000 y
6.000 kcal/kg, respectivamente), se añade su precio, que, aun subvencionado como se ha visto,
no compite en el mercado mundial en puerto español; subvenciones recibidas que aún resultan
insuficientes según manifestaciones del presidente de CARBUNIÓN (Alonso, 2008). Ante esta
situación antieconómica, la eventual entrada de centrales nucleares nuevas (o ampliación de las
antiguas) con técnicas seguras de la última generación en el mix del suministro energético es
algo que la economía está pidiendo a gritos. A estos efectos procede aquí una cita de Ramón
Tamames (2007):

«Debe reconocerse, de una vez, sin tantas dudas farisaicas, la necesidad perentoria de ir a la
construcción de nuevas centrales nucleares de quinta generación, con los sistemas de seguridad más
sofisticados».

HUNOSA ya se ha comprometido en la reconversión, de modo tal que en 2010 esta em-


presa tendrá más personal ocupado fuera de la minería del carbón que en esta actividad decre- 145
ciente. En definitiva, la cuestión a medio plazo es adivinar por cuánto tiempo más la planificación
actual podrá ir contra las leyes del mercado.

A largo plazo, y a pesar de que las reservas de carbón mundiales garantizarían 133 años de
consumo al ritmo actual (CARBUNIÓN, 2008), es posible que solamente los países con reservas
carboníferas abundantes, baratas y de calidad (EEUU, China y Australia esencialmente), sigan
explotando estos recursos en el futuro más dilatado si se resuelve de modo rentable el problema
de las emisiones (The Economics of Nuclear Power, 2008). El problema no está, pues, en la
fuente, sino en el sumidero. En todo caso, la estabilidad de suministro es muy favorable, con una
amplia diversificación de proveedores y unas rutas comerciales mundiales muy consolidadas
(Álvarez Pelegry, 2008).

Por lo que se refiere a España, ateniéndose a criterios estrictamente económicos –esto es,
excluyendo los factores sociales–, hace 25 años que la minería del carbón española debería haber
acometido resueltamente su reconversión, en lugar de empecinarse en su defensa numantina
(Mañana, 1970). El futuro irá acentuando esta necesidad cada vez con mayor estridencia.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

La prospectiva de producción de este subsector resulta fácil puesto que su marcha hacia la
extinción está bien programada. El valor de 2008 fue de 544 millones de euros (Marchan, 2009). En
cambio, su valoración a futuro es más problemática dadas las fuertes oscilaciones históricas de
su precio internacional (Índice MCIS: Mac Closkey-Index), que pasó de 40 dólares por tonelada
en 2002 a 120 en 2007. Para la estimación de este trabajo hay que contentarse con aplicar un
precio medio de 80 dólares por tonelada, lo que arroja una valoración para 9 Mt de hulla de 720
millones de dólares, es decir, al cambio actual, unos 550 millones de euros para 2012 y ligera-
mente decreciente a partir de esta fecha. Se arrancará para 2009 de esa misma cifra, para contar
con el precio actual de 76 dólares por tonelada y la desaparición del lignito negro. El menor valor
del carbón español queda absorbido dentro de este considerable margen de error admitido para
estimaciones de orden de magnitud.

Para minerales de uranio, cuyas explotaciones llevan unos años cerradas en España,
existen tres iniciativas para exploración (Espi, 2008), en Don Benito (Badajoz), Gambuta (Cáceres)
y Río Alagón (Salamanca). Los grandes yacimientos uraníferos se encuentran en Australia: el
23% del total mundial, suficiente para miles de años. Los grandes productores actuales son
Canadá (30%), Kazaschtan (10%), Rusia (8%) y Níger y Namibia (el 7% cada uno). El U3O8 se
devaluó el último año de 90 a 60 dólares por libra.

4. Minería metálica

4.1. El fin del «superciclo» de las materias primas


146
Lo que los analistas han dado en llamar el fin del «superciclo», basado hasta ahora en la
creciente demanda de los mercados emergentes, particularmente de China, impacta de lleno
este subsector.

En este contexto, si se acepta que el proteccionismo no se impondrá de nuevo, es factor


determinante la competencia de otros yacimientos más ricos y abundantes, en particular si
cuentan con buenos accesos a los medios de transporte. Bien es cierto que en las fechas en que
se redacta este trabajo la globalización corre el riesgo de experimentar un serio retroceso del
cual todos los políticos hablan de querer huir, pero con escasa aplicación práctica. Y cuando se
participa en un mercado global (caso de los metales) es determinante la volátil evolución de la
demanda que es la que, en el LME (London Metals Exchange) o en el NYMEX (New York Mercantile
Exchange), convierte en escasos meses un yacimiento en una mina; o, recíprocamente, una
mina en una ruina. Esta volatilidad, en un contexto de rigidez inversora, es la que confiere a estas
iniciativas un peculiar nivel de riesgo.
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

El precio de los metales básicos ha des-


Gráfico 5.
cendido un 50% en el último año. El precio del Evolución del precio de los metales
cobre, que afecta directamente a la minería me-
tálica española, ha descendido un 60% en ese
periodo. Los otros metales que nos afectan son
el níquel, que bajó de 16.000 dólares/libra a 6.000;
y el zinc, de 1.000 dólares/libra a 500. Sólo el oro
alcanzó cotizaciones récord de 1.000 dólares/
onza (la empresa minera de oro Randgold subió
en la bolsa de Londres un 62%, en tanto el FT100
bajó un 32%). Pero la continuación de la explota-
ción del oro en España no ha encontrado un cli-
ma favorable por el momento.

Fuente: Thomson Datastream y The Economist.

4.2. Explotaciones

En la actualidad (junio de 2009), y sin perder de vista que la situación es muy cambiante
en el tiempo debido a los factores señalados, hay varias minas metálicas en España que son
activas o están a punto de serlo. En el Suroeste –la tradicionalmente llamada «faja pirítica»–:
Aguas Teñidas (cobre-zinc), Agua Blanca (níquel-cobre) y, a la espera de un permiso una vez
resuelto un problema de contaminación acuífera, Cobre de las Cruces (cobre), que ofrece un gran 147
potencial. En general, se encuentran en una zona con alto nivel de desempleo. Además, Los
Santos (Salamanca) y Santa Comba (La Coruña) explotan minerales de wolframio.

Sumarán, si continúan activas, unas 80.000 t de cobre, 7.000 t de níquel y 1.000 t de


concentrados de wolframio (10 millones de euros), totalizando 400 millones de euros si se valo-
ran a los precios actuales.

El cobre tiene múltiples aplicaciones en fontanería, electrotecnia y electrónica, aleaciones


de bronce, latón, cuproníquel, fungicidas y aplicaciones médicas, etc. Las reservas mundiales
se calculan entre 25 y 60 años. Si no aparecen productos sustitutivos (como el aluminio en
electrotecnia o los plásticos en fontanería) la demanda seguirá siendo favorable. Chile es el
mayor productor mundial de cobre, con 1,5 Mt/año, un tercio del total mundial, seguido por
EEUU, Indonesia y Perú. El níquel se utiliza para el acero inoxidable, baterías eléctricas, mone-
das y otras aleaciones. Rusia es el principal productor (20% del total), seguida por Canadá,
Australia e Indonesia. El consumo mundial de níquel fue en 2006 de1,4 Mt.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

El uso principal (el 70%) del wolframio es como carburo de wolframio para herramientas de
corte; además de usos espaciales, eléctricos y electrónicos. China acapara el 75% de la produc-
ción mundial (37.000 t), al que se añaden Austria, Bolivia, Portugal y Rusia; EEUU carece de
esta producción, que se consideró de interés estratégico en la Segunda Guerra Mundial.

4.3. Proyectos

Existe un plan para extraer 1,7Mt de una mena de cobre y de zinc-plata a lo largo de 15
años en el Norte de Huelva; y espera de permisos para explotar mineral de cobre en la antigua
mina de Riotinto, que ha cambiado de propietario 7 veces en los últimos 54 años. Para más
detalles véase Espi (2009). Cabe la posibilidad de aprovechar balsas de rechazos procedentes
de antiguas plantas de concentración.

4.4. Exploración

Sujeta a la volatilidad de los precios, Espi y Vázquez (2009) citan varios: plan de viabilidad
de la continuación de trabajos en busca de más oro, para el cual el momento es favorable; y para
wolframio, con previsiones bien definidas para su explotación.

En definitiva, salvo un retroceso al viejo proteccionismo, la competitividad a nivel global


148 podría ahogar las perspectivas de futuro de buena parte de este subsector a medio y largo plazo,
independientemente de su ralentización o suspensión mientras dure el fin del «superciclo». Su
valoración está sujeta asimismo a la conocida volatilidad de los precios de sus producciones,
aunque su peso es, como se ha visto, limitado. Se utilizó en este estudio una aproximación del
orden del promedio de su potencial, que oscila entre la suspensión total (0 euros) y la marcha
proyectada para las tres explotaciones citadas, que supondría a los precios actuales unos 400
millones de euros.

5. Otros menos convencionales

5.1. Aguas minero-medicinales

Producción en auge en estos últimos años de demanda basada en mayores poderes


adquisitivos, que incluye tanto las de mesa como ciertos balnearios. Su impacto en salud y
turismo puede ser significativo, pero ofrece una fuerte dependencia del poder adquisitivo del
consumidor, y está sujeta por tanto a la recesión económica general.
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

5.2. Huecos subterráneos

Actividad muy dinámica sujeta a la Ley de Minas, en la que cabe vislumbrar una actividad
creciente. Para gas, en antiguos yacimientos petrolíferos; para secuestro de CO2 en carbón y en
formaciones salinas a 800 metros de profundidad; mercurio en antiguas minas de cinabrio, etc.

5.3. Industrias de recuperación

Residuos de demolición y urbanos, en baja cuyuntural. Chatarras, importantes para el


acero, el plomo y el estaño. En EEUU, el 60% de la materia prima para aleaciones procede del
reciclado.

5.4. Geotermia

La geotermia, hasta ahora casi simbólica en España, merece creciente atención.

6. Estimación aproximada de la forma de evolución previsible del valor


económico de la minería
149
Esta estimación no pretende otra cosa que dar una idea aproximada del orden de magni-
tud de esta actividad con respecto al PIB nacional y de la forma de su eventual evolución futura a
la luz de las conclusiones que se han hecho para cada subsector. Tampoco se puede aspirar a
mucha precisión dada la escasa validez de las estadísticas disponibles y la gran cantidad,
importancia y volatilidad de los factores decisivos que ya se han descrito. Las cifras a que se ha
llegado en los análisis de este artículo se han integrado en un cuadro numérico que se omite
deliberadamente en esta presentación para evitar cualquier matiz de precisión que falsamente
aparentaría.

La visualización se hace aún más difusa al incorporar una horquilla bien señalada, genera-
da por la volatilidad de los precios del carbón y los metales y por el futuro incierto de éstos
últimos.

Adicionalmente, debe contemplarse la posibilidad de que la curva, conservando su


delineamiento general, se alargue o acorte en el tiempo en función de la forma de las curvas de las
crisis financiera, inmobiliaria, de las materias primas y económica general (en U, en V, en L, etc)
que determinan su evolución: es decir, de lo que en dinámica de sistemas se llama el rise time.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 6. Estimaciones integradas. En millones de euros

Gráfico 7. Escenarios

150

7. Conclusiones

1. El PIB español fue en 2007 de 1.050.595 millones de euros. Así pues, la producción
minera significó aproximadamente el 1% del PIB en ese año (hace 30 años era el 2,5%).
Si y cuando el PIB se recupere al nivel de 2007, la participación del sector minero
descendería al 0,7%. Si la economía recuperase su brío a largo plazo, la participación
descendería aún más.
UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
RAMÓN MAÑANA VÁZQUEZ

2. La economía española no puede contar con el sector minero, ni a corto plazo para salir
de la crisis, ni a más largo plazo para garantizar un crecimiento de la renta y del
empleo. Salvo las tres o cuatro minerías señaladas en el estudio, el resto deberá
transferir recursos de capital y humanos hacia actividades que produzcan bienes o
servicios que tengan demanda.

Para ello se requiere esfuerzo, creatividad y capacidad de iniciativa: yacimientos que son
los que verdaderamente ofrecen posibilidades de explotación rentable en el futuro.

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UN ENSAYO DE PROSPECTIVA: LA INDUSTRIA MINERA EN EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA /
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EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA:
UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
José Molero Zayas
Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
El artículo tiene como objeto analizar las posibilidades y The aim of this paper is to analyze the possibilities and
limitaciones de la industria española de cara a su futuro inmediato. limitations of the Spanish industry facing its near future. To
Para ello, después de un breve repaso a las principales fases carry out this task, the first step is to review the main historical
por las que ha atravesado el proceso de industrialización, el stages of the process on industrialization. The second step is
trabajo se centra en explorar la situación actual relativa a la to evaluate the current situation regarding the productive
estructura productiva de la industria y el escaso peso de los structure of the industry and the relative low weight of
sectores de mayor contenido tecnológico, la evolución reciente technologically intensive sectors. Particularly important is the
de la competitividad y, de forma particular la situación relativa a analysis of the situation of technological innovation because it
la innovación tecnológica. Este último aspecto tiene una posición occupies a central position in order to evaluate the difficulties of
absolutamente centrar para evaluar las dificultades de la industria the industry insofar as the innovative activity is the basis to
por cuanto está en la raíz de los problemas de productividad y understand productivity problems and competitiveness
competitividad más recientes. challenges.

1. Introducción

Reflexionar sobre el futuro inmediato de nuestro sector industrial en momentos de fuerte


Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

incertidumbre económica no es tarea fácil. En este tipo de situaciones, la receta más segura es 155
partir de una revisión de lo acontecido recientemente para ver cuáles son los condicionantes que
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

van a marcar el devenir próximo.

Además de esta característica de «proyección» de lo ha venido aconteciendo, este trabajo


se marca un eje central que es la situación de la innovación y el cambio tecnológico en la industria
española, pues es a todas luces la variable más importante de cara a la evolución de la productivi-
dad y competitividad de las empresas industriales y del sector en su conjunto. El enfoque adoptado
se enriquece con dos elementos fundamentales: la estructura de la industria y la internacionalización;
la primera para ver las fortalezas y debilidades de la composición sectorial, y la segunda porque es
imposible hacer un análisis de las posibilidades competitivas de la industria sin hacer un mínimo
análisis de su proyección internacional.
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

1.1. Una mirada al proceso histórico

Aunque no es la intención de este trabajo revisar la historia de la industrialización espa-


ñola, la perspectiva estructural que subyace demanda una mirada a los hechos estilizados que
han caracterizado la evolución de la industria española en el último medio siglo; como se verá,
a pesar de los enormes avances que han tenido lugar, no todos los problemas estructurales
han desaparecido, sino que algunos han evolucionado al compás del desarrollo y han adoptado
nuevas formas.

El comienzo de lo que podríamos llamar la estructura industrial dominante en los últimos


años se produce en la década de los años cincuenta, cuando se conjuga el comienzo del fin de
una larga etapa nacionalista y la puesta en marcha de las bases para un crecimiento industrial
acelerado que durará hasta mediados de los años setenta. Las notas que caracterizan este
periodo son la apertura creciente de la política económica e industrial, el protagonismo de la
industria en el crecimiento de la economía, el mayor dinamismo de sectores vinculados a la
metal-mecánica y la química, el fuerte impulso inversor, el crecimiento de la productividad del
trabajo –principalmente entre 1962 y 1970–, el protagonismo de las inversiones directas extran-
jeras –particularmente en los nuevos sectores dinámicos y después del cambio legislativo de
1959 (Molero, 2004; Muñoz, Roldán y Serrano, 1978)– y el protagonismo de las tecnologías
importadas ante la insuficiencia dinámica de la generación de inputs tecnológicos por parte de
empresas e instituciones (Hidalgo y Molero, 2009).

Ese modelo de expansión industrial sufre un severo parón en los años setenta como
consecuencia de la crisis internacional originada por los precios del petróleo, pero que se exten-
156 dió a distintos sectores industriales de los países desarrollados al sentir una parte considerable
de sus sectores maduros (siderurgia, textil, construcción naval, etc.) la creciente competencia
de los entonces llamados «nuevos países industrializados». El hecho destacable es que aquella
crisis tuvo una mayor profundidad en España, entre otras cosas por la mayor importancia relativa
de aquellos sectores en nuestra estructura industrial.

Ese periodo de estancamiento lo fue también de profundos cambios estructurales y duró


hasta entrados los años ochenta. El saneamiento y restructuración interior tuvo un acicate aña-
dido en la proximidad de incorporación a la Comunidad Europea. Cuando se produce en 1986 se
consolida un nuevo periodo de expansión en el que, frente al anterior lo más significativo fue un
cambio significativo en los sectores más dinámicos; algunos de los que anteriormente lo fueron
pasaron a tener un menor peso en el crecimiento (muchos concentrados en las industrias metal-
mecánicas) y tomaron nuevo protagonismo algunos sectores como el de Alimentación, Bebidas
y Tabaco (Buesa y Molero, 1998). La entrada de capitales extranjeros siguió con fuerte dinamis-
mo al tiempo que comienza un largo periodo de expansión de las inversiones españolas en el
exterior, fruto de la madurez competitiva de se sectores como transportes, energía, servicios
financieros y comunicaciones; tal dinamismo no tuvo el mismo relieve entre las empresas manu-
factureras, aunque hay algunas excepciones notables en sectores como alimentación, material
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA / JOSÉ MOLERO ZAYAS

de transporte y textil, por mencionar algunos. La productividad crecía y con ella la competitividad
expresada en la ganancia de mercados exteriores; al tiempo, el anterior control de los mercados
interiores por parte de empresas domésticas pierde fuerza como consecuencia de la apertura,
principalmente en los sectores de mayor contenido tecnológico.

Este modelo fue perdiendo dinamismo en los primeros años del siglo XXI, como se cons-
tata por hechos como el estancamiento del crecimiento de la productividad y de la competitividad
internacional, la menor entrada de inversiones extranjeras y el creciente flujo de desinversiones,
las dificultades para incrementar el peso de los sectores intensivos en tecnología en el total de la
actividad industrial y la escasa mejora de la actividad innovadora de las empresas. La crisis
internacional actual no ha hecho sino poner de manifiesto los problemas mencionados, de mane-
ra que los desafíos a los que nos encontramos de cara al futuro son múltiples como se expone en
el siguiente Apartado.

2. Evolución reciente: logros y desafíos de la industria española


2.1. La industria en el conjunto de la economía

Desde un punto de vista general, la evolución de la industria en los últimos años ha segui-
do las pautas que han dominado desde el fin del gran crecimiento de los años sesenta y parte de
los setenta: la contribución al PIB nacional ha ido disminuyendo paulatinamente hasta que en
2007, según la Contabilidad Nacional, dicha contribución se redujo al 13,4%. Si se incluye la
energía, alcanza el 15,8%.
157
Siendo incontestable esa disminución, las conclusiones sobre la importancia de la indus-
tria en la economía nacional deben hacerse con algunas cautelas, basadas en las siguientes
consideraciones.

1. En estos años, el crecimiento de la construcción ha sido extraordinariamente acelera-


do, hasta el punto de que, entre 1999 y 2007, su peso en el PIB ha pasado del 6,9% al 11%. Eso
quiere decir que todos los demás sectores, excepto servicios que se ha mantenido estable, han
visto reducido su peso en la renta nacional. Si hacemos el ejercicio de calcular el peso de la
industria sobre lo aportado por los sectores productivos (Agricultura, Ganadería y Pesca, Ener-
gía, Industria, Construcción y Servicios) el peso de la industria en 2007 es del 15,62% y si se
excluyen del cálculo los impuestos netos sobre los productos, el peso de la industria en el
conjunto de las actividades productivas es en ese año del 17,66%.

2. La productividad en la industria sigue ocupando los valores más altos en el conjunto del
sistema productivo. Este hecho, unido a una mayor exposición a la competencia internacional,
conduce a que el peso expresado en valores nominales, sea menor del que corresponde a la
evolución de la producción en términos no monetarios.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

3. La participación en la gestación de innovaciones tecnológicas y la capacidad de absor-


ción de innovaciones producidas por otros es aun mucho más importante en la industria que en
las otras actividades.

4. Los «efectos de arrastre», tanto hacia delante como hacia atrás de las actividades
industriales son, en promedio, mucho más elevados que los de los sectores agrarios, construc-
ción y servicios (Buesa y Molero, 1998).

2.2. La composición sectorial y la competitividad

Evidentemente, esa evolución global se produce sobre una composición sectorial de la


industria que sintetiza buena parte de los logros e insuficiencias de nuestro proceso de industria-
lización. Para ver este asunto de manera sintética se ha elegido la clasificación sectorial de la
OCDE basada en la intensidad tecnológica de los sectores y que agrupa las diferentes ramas en
cuatro categorías: sectores de alta intensidad tecnológica, de intensidad tecnológica media-alta,
intensidad tecnológica media baja y sectores de intensidad tecnológica baja1.

A lo largo de las dos últimas décadas del siglo pasado, el hecho más relevante es el
escaso peso de los sectores de mayor contenido tecnológico y los prácticamente nulos avances
obtenidos. A comienzos de la década de 2000, esos sectores no alcanzan el 7% del valor añadi-
do manufacturero, lo que es incluso un retroceso respecto al dato de 1992 cuando el porcentaje
era cerca de dos puntos superior (véase el Gráfico 1). La importancia de este dato es extraordi-
158 naria por dos motivos: primero, porque se refiere a los sectores donde el ritmo innovador es
mayor y cuyo comercio internacional es el más dinámico en la últimas décadas y, segundo,
porque, comparando con la situación de los países más desarrollados, la industria española
ocupa uno de los últimos lugares en cuanto a la presencia de actividad en aquellos sectores
(Buesa y Molero, 1999; Myro et al., 2009 y Pérez, 2000). Los sectores de intensidad media-alta
han tenido un mejor comportamiento, pero aun así, el hecho es que a comienzos ambos secto-
res, cuyo nivel tecnológico está por encima de la media, suman algo más del 35% del valor
añadido manufacturero o, dicho de otra forma, todavía cerca de dos tercios del mismo se produce
en los sectores de baja o media-baja intensidad tecnológica.

Lamentablemente la evolución en los años más recientes no parece corregir, sino todo lo
contrario la situación: los sectores que más crecieron son los de intensidad media-baja con una
tasa anual acumulativa de 2,1%, mientras que los de alta intensidad tecnológica observan una
tasa anual acumulativa negativa del -0,4%. Con ello, en al año 2005, la participación de los
sectores de alta tecnología fue del 6,37%, lo que sumado al 28,61% de los sectores de intensi-
dad media-baja, arroja un porcentaje por debajo del 35% (ver la Tabla 1).

1
Véase OCDE (2005).
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA / JOSÉ MOLERO ZAYAS

Gráfico 1. Distribución del valor añadido manufacturado en España (1980-2001)


(En porcentajes)

Baja tecnología

Media-baja tecnología

Media-alta tecnología

Alta tecnología

Fuente: INE (varios años). Elaboración propia.

Tabla 1. Evolución de los sectores industriales

Porcentaje de cada tipo de sector Tasa de crecimiento


en el VAB del total industrial anual acumulativa
Tipos de sectores 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2000-2005

Alta tecnología 6,88 7,01 6,35 6,40 6,01 6,37 -0,41


Media-alta tecnología 28,79 29,24 29,46 29,62 30,05 28,61 0,99
Media-baja tecnología 30,34 31,09 31,66 31,50 31,70 31,92 2,15
Baja tecnología 33,96 33,04 33,02 33,05 32,84 33,83 1,05 159
Fuente: Elaboración propia sobre datos de la OCDE.

La cuestión de la estructura productiva es uno de los aspectos sobresalientes que deben


tenerse en cuenta al analizar la competitividad de nuestra industria, medida a través del comporta-
miento en el comercio exterior. Así, siendo las manufacturas de contenido tecnológico avanzado
aquéllas donde más ha crecido el comercio mundial de manufacturas, España «no ha sido capaz de
rentabilizar la enérgica expansión registrada por los intercambios internacionales de manufacturas
avanzadas durante la pasada década. Así su porcentaje en las exportaciones de esta agrupación de
industrias ha permanecido estabilizado en el 1,5%» (Myro et al., 2009; p. 20). Desde otra perspectiva,
los mismos autores indican que España destaca por el escaso peso en las exportaciones de las
manufacturas avanzadas (12%), frente a países donde superan el 30 y el 40%. Para más precisión
se señala que en 2005 sólo Italia, Brasil e India presentan un índice de especialización más bajo
en la agrupación de industrias avanzadas2. Por el contrario, y al revés de lo acaecido en los
países más desarrollados, se afianza la especialización de actividades tradicionales. La combi-
nación de las dos tendencias ofrece un balance desalentador (Myro et al., 2009; p. 37).

2
Cuestión que recientemente se ha corroborado al comparar la estructura del comercio exterior de México y España (Corona y
Molero, 2008). Por otro lado, similares conclusiones se pueden encontrar en Pérez (2004).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Si la competitividad se mide de forma agregada, esto es, por la capacidad de crecimiento


en comparación con otros países, el problema de la especialización vuelve a plantearse como un
factor determinante. En efecto, los cambios acaecidos en el escenario internacional como con-
secuencia del cambio tecnológico y la integración de mercados y tecnologías, ha conferido a la
capacidad para innovar un papel cada vez más protagonista. De esta manera, se indica, las
empresas y las economías deben participar en el proceso de creación de innovaciones para
aprovechar las oportunidades que abren los desarrollos de las nuevas tecnologías. Sin embargo,
en la economía española, el peso de la industria de base tecnológica es escaso y esto, además,
influye en la capacidad de difundir las nuevas tecnologías (Pérez, 2004).

2.3. La internacionalización de la industria española

A lo largo de las etapas más recientes del proceso de industrialización, la internacionalización


productiva ha sido un factor de primera magnitud. Ya incluso antes de la liberalización de la legis-
lación sobre inversiones extranjeras en 1959, las empresas multinacionales, principalmente de
Estados Unidos, tomaron posiciones de tanteo importantes en el mercado español, en ocasiones
a través de la cesión de patentes y licencias fuertemente demandadas por el ritmo cada vez más
acelerado del crecimiento de nuestra industria (Molero, 2004; Hidalgo y Molero, 2009a). La ex-
pansión de los años sesenta hasta la década de los 2000 está inseparablemente unida a la
llegada a nuestro país de las principales empresas industriales multinacionales3. Más reciente-
mente, el fenómeno inverso de las inversiones españolas en el exterior ha caracterizado también
el desempeño de ciertas empresas industriales de campos como el energético, la industria
160 alimentaria, textil o algunos campos de la electrónica y mecánica, más allá de la pujanza de
sectores de servicios (finanzas, telecomunicaciones, transportes y la construcción). Pues bien,
cabe preguntarse por el desarrollo de estas tendencias en los últimos años.

En general, la entrada en la Unión Europea supuso un impulso importante a las entradas


de inversiones directas al coincidir, además, con unos años de extraordinaria aceleración de las
mismas en el plano internacional y es también en esos años cuando las inversiones españolas
en el exterior conocen un despegue considerable4. Sin embargo en los años más recientes se
observa una creciente irregularidad en los flujos de entrada, al tiempo que se producen notables
flujos de salida o desinversiones (Myro et al., 2009). Las causas radican en la pérdida de atrac-
tivos de la economía española como consecuencia de un mercado interior maduro, costes labo-

3
Es importante señalar que las motivaciones han ido variando a lo largo del tiempo pues, si en un primer momento es el crecimiento
del mercado interior, asociado a los costes laborales reducidos lo que determina las decisiones de inversión, más adelante se
añaden otros factores «creados» más vinculados a la disponibilidad en la economía española de otras ventajas de localización
como una mano de obra menos barata pero más eficiente, las mejoras educativas, la disponibilidad de una industria auxiliar más
moderna, etc. (Molero, 2004).
4
De hecho, en los años de cambio de siglo se asiste por vez primera a un dato significativo: las inversiones españolas en el exterior
superaron a las del exterior en España, lo que sitúa a la economía española en la cuarta fase del «sendero de desarrollo e inversión»,
aproximándose a los países más desarrollados (Narula, 1996).
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA / JOSÉ MOLERO ZAYAS

rales crecientes, escasez de industrias auxiliares en calidad y cantidad suficiente para las nue-
vas condiciones del mercado internaciones y la menor disponibilidad de recursos tecnológicos
avanzados (Molero, 2004 y Myro et al., 2009). Al mismo tiempo, han surgido competidores en la
atracción de empresas internacionales como los grandes países asiáticos, los países de Europa
Oriental y algunos de otras zonas en vías de desarrollo como Brasil o México.

El resultado es que los balances netos anuales se van mermando hasta el punto de
alcanzar en algunos años de mediados de los 2000, valores negativos. Existen, no obstante
diferencias sectoriales notables. Así, en efecto, nos encontramos con una primera diferencia entre
sectores donde ha seguido creciendo el ritmo de entrada de inversiones brutas (Textil y Cuero,
Productos Metálicos, Productos Minerales no Metálicos, Alimentación, Bebidas y Tabaco y Papel
y Artes Gráficas) y el resto, donde ese ritmo ha descendido en los últimos años. Relacionando
estos datos con lo mencionando anteriormente de la especialización productiva, es de destacar
que la práctica totalidad de los sectores tecnológicamente más avanzados se encuentran entre los
que los descensos de la IDE son mayores, mientras que los que la han visto aumentar son en su
inmensa mayoría, sectores de escasa intensidad tecnológica. (Myro et al., p. 137). Este escaso
protagonismo de los sectores de mayor contenido tecnológico también se aprecia en los flujos
de salida, donde el mayor dinamismo lo han tenido sectores tradicionales o de contenido tecno-
lógico medio (ídem, p. 147).

2.4. La innovación tecnológica

A lo largo de las páginas anteriores se ha puesto de manifiesto como buena parte de las 161
dificultades estructurales de la industria tienen un denominador común en la escasez de tecno-
logía, fruto de una también escasa actividad innovadora de las empresas. Por esto, la perspectiva
de futuro de nuestro sector industrial tiene que abordarse desde la evaluación de las posibilida-
des y limitaciones que presenta la innovación tecnológica en España.

No es nuevo señalar las deficiencias de la economía española en esta materia, pues es


conocido como el fuerte proceso industrializador al que se asiste desde los años cincuenta está
basado en una incorporación masiva de tecnología, pero sólo en una proporción menor desarro-
llada internamente (Molero, 1982). En este sentido, la industria española ha demostrado una
notable capacidad de absorción de tecnología, tanto incorporada en equipos e inversiones direc-
tas, como directamente a través de licencias, patentes y contratos de asistencia técnica, capa-
cidad de absorción que fue aumentando a medida que se incrementaba el nivel formativo de la
mano de obra (Hidalgo y Molero, 2009a y b). Sin embargo, al no haber desarrollado con la misma
intensidad la innovación tecnológica propia, los fundamentos competitivos de la mayoría de las
empresas se han basado más en el uso y aprendizaje de tecnologías que en su creación, lo que
sitúa a nuestra industria en una posición rezagada a la hora de beneficiarse de las nuevas olas de
desarrollo tecnológico y de los efectos positivos de su difusión.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Los enfoques modernos sobre la innovación comparten el criterio de que la innovación


(tecnológica y no tecnológica) es un aspecto de la dinámica económica, extraordinariamente
complejo y variado en el que, aun teniendo las empresas un papel esencial, pues sin ellas no es
posible la aparición de nuevos productos (bienes o servicios) o procesos productivos (de bienes
o servicios), intervienen otros agentes públicos y privados formando lo que viene en denominarse
al Sistema Nacional de Innovación. Además, la propia materia de la innovación se ajusta mal a
los parámetros típicos de funcionamiento de los mercados (Arrow, 1962), teniendo característi-
cas peculiares5. Es por ello que la medición necesaria para el análisis económico sea más
compleja que en otros ámbitos.

Desde hace unos años se dispone del Innovation Scoreboard de la Unión Europea que
elabora el denominado Índice Sintético de Innovación (ISI). En su última edición, este indicador
es la síntesis de 29 indicadores de aspectos vinculados con la innovación, tanto en lo que se
refiere a recursos dedicados a la Investigación y Desarrollo (I+D) como a resultados obtenidos
en forma de patentes o nuevos productos, aspectos financieros y educativos, etc6.

El Gráfico 2 muestra el resultado para el último año disponible. La primera conclusión que
se extrae de su consideración es la distancia que separa a España de la media de la UE, y la
todavía más pronunciada respecto a los países líderes. Adicionalmente cabe mencionar que
España se encuentra en un grupo de países calificados en el estudio de «moderadamente
innovadores», caracterizado por estar por debajo de la media europea y, asimismo, por detrás de
los dos primeros grupos, el de «líderes de innovación» dentro de la UE y el de «seguidores», que,
aun por detrás del primer grupo, se sitúan por encima del promedio europeo. Dentro de los
«moderadamente innovadores», España ocupa una posición relativamente baja, siendo supera-
162 da por países como Chipre, Estonia, Eslovenia y República Checa.

Si se atiende al ritmo de crecimiento, los cálculos elaborados por la Comisión para los
últimos años, muestran como la economía española no se encuentra entre las que han visto
crecer con más intensidad su innovación dentro del grupo de países en el que le clasifica; por el
contrario, entra dentro del grupo de «crecimiento lento», junto con Italia y Noruega, caracterizado
por tener las tasas de crecimiento más bajas dentro del conjunto de «moderadamente innovadores».

Si llevamos estas conclusiones a un razonamiento sobre la convergencia con la UE tene-


mos un claro contraste con respecto a lo que se aprecia si sólo se considera el indicador del
gasto en I+D respecto al PIB. En este caso, si bien la situación presente también certifica un
alejamiento considerable de los países más dinámicos, sí se ha producido un acercamiento a la
media en los últimos años. Sin embargo, dicha convergencia es muy discutible cuando se ana-
lizan las distintas dimensiones de la innovación como ocurre con el ISI.

5
Entre otros, pueden verse, Freeman y Soete (1997), Pavitt (1984) y Dosi (1992). Una síntesis reciente puede encontrarse en Molero (2001).
6
Para un mayor detalle se puede consultar EIS Report 2008. Este indicador tiene la virtud de evitar que la realidad quede desfigurada
por el uso de mediciones que sólo se refieren a un aspecto. Así, por ejemplo, un país puede parecer muy innovador porque dedica
determinados fondos a la investigación y, sin embargo los resultados obtenidos ser muy escasos debido al mal funcionamiento de
otros aspectos como la relación universidad empresa o la escasez de recursos humanos adecuados en las empresas.
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA / JOSÉ MOLERO ZAYAS

Gráfico 2. Índice Sintético de Innovación (ISI) por países (2007)

Fuente: EIS Report 2008.

El dinamismo insuficiente de la industria española en cuanto a actividades tecnológicas


se refiere se puede confirmar mediante la utilización de otras fuentes internas de solvencia. La
Encuesta de Estrategias Empresariales está consolidada como una de las más fiables y em-
pleadas por los analistas por su metodología y largo recorrido estadístico. Tomando como base
sus datos para el periodo 1990-2007 se ha elaborado el Cuadro, en el que se incluyen datos del
esfuerzo realizado y de resultados. Las principales conclusiones son las siguientes: 163

• El porcentaje de empresas que no realizan ni contratan actividades de I+D se ha man-


tenido alrededor del 30% entre las empresas de más de 200 trabajadores y entorno al
80% entre las de menos de 200 trabajadores. En las casi dos décadas consideradas,
los cambios han sido casi imperceptibles.

• El esfuerzo en I+D, medido por los gastos en esta actividad sobre las ventas, también
se ha mantenido estable cercano al 2% en las empresas de más de 200 trabajadores
y algo superior en las empresas más pequeñas, aunque en este caso con una cierta
tendencia a descender.

• Si se incluyen otras actividades tecnológicas distintas de la I+D, el esfuerzo tecnológi-


co de las empresas de más dimensión sube un poco respecto a los gastos en I+D,
aunque escasamente y con tendencia al descenso. Entre las empresas de menos de
200 empleados el esfuerzo tecnológico es algo mayor con una tendencia al descenso
en el periodo considerado.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 2. Datos de actividades tecnológicas de las empresas españolas

1991 1996 2001 2007

Empresas que no realizan ni contratan actividades de I+D (1)


31,1 30,2 29,7 30,4
Gastos en I+D respecto a ventas en % (1)
1,7 1,8 1,9 1,7
Gastos en I+D respecto a ventas en % (2)
2,7 2,2 2,2 2,3
Gastos en tecnología respecto a ventas en % (1)
2,1 2,2 2,3 1,9
Gastos en tecnología respecto a ventas en % (2)
2,7 2,4 2,2 2,3
Numero medio de patentes por empresa (1)
0,5 0,8 0,3 0,4

Empresas de más de 200 trabajadores.


(1)

Empresas de menos de 200 trabajadores.


(2)

Fuente: EEE (Fundación SEPI). Elaboración propia.

• Los datos de patentes registradas también confirman el escaso dinamismo, pues la


media de patentes por empresa se ha mantenido en estos años entorno al 0,5 de paten-
tes por empresa, siendo perceptible un retroceso en los años de la década del 2000.

Constatada la realidad de la posición general de la economía española, es necesario


entrar en algunos detalles que cualifiquen adecuadamente esta primera visión. Para ello, se
comienza con una desagregación de los múltiples componentes de la actividad innovadora, tal y
como recoge el Gráfico 3, en el que comparan los parámetros de España con los que en prome-
dio tienen los países de la OCDE7. La principal conclusión es que los indicadores que se refieren
a la actividad empresarial, la que mejor expresa la realidad de la innovación como fenómeno
económico, son los que muestran un peor comportamiento de la economía española. En efecto,
en aspectos tales como el gasto empresarial respecto al PIB, las patentes, el porcentaje de
empresas con productos innovadores o el porcentaje de empresas con innovaciones no tecnoló-
164 gicas, la distancia es muy considerable8.

Un segundo aspecto cualitativo tiene que ver con la calidad de las innovaciones introduci-
das. Las Encuestas de Innovación, sobre las que se basan bastante de los indicadores emplea-
dos en el ISI, preguntan a las empresas acerca del carácter de sus innovaciones de acuerdo a
cuatro categorías.

1. Estratégicas. Se trata de empresas que crean innovaciones de forma sistemática so-


bre aspectos que afectan a su posición competitiva básica.

2. Intermitentes. Las innovaciones son también esenciales, pero el ritmo al que se pro-
ducen es menos constante.

7
Se emplea el presente gráfico, procedente de la OCDE, con el fin de enriquecer las fuentes de los indicadores. Las conclusiones son
exactamente las mismas que si se atiende a la desagregación del ISI de la Comisión Europea. Véase EIS Report 2008, pp. 11-17.
8
En los subíndices del ISI se corrobora lo mismo y aun es posible añadir la distancia en otros indicadores referidos a temas como
el porcentaje de empresas innovadoras, el esfuerzo en innovación que realizan, las relaciones entre empresas y entre ellas y la
universidad o las actividades de emprendizaje.
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA / JOSÉ MOLERO ZAYAS

Gráfico 3. Comparación de diferentes dimensiones de la innovación de España frente a la OCDE

Fuente: OCDE.

3. Modificaciones. Las innovaciones consisten en cambios sobre otras desarrolladas por


otros agentes.

4. Adopciones. Es cuando las empresas simplemente incorporan innovaciones tecnoló-


gicas ya desarrolladas, sin cambios significativos.

El resultado de aplicar esta tipología a la realidad de la innovación de las empresas espa- 165
ñolas en 2005 se recoge en el Gráfico 4. La zona sombreada indica la distribución de las innova-
ciones en el promedio de la UE, en tanto que la línea hace lo propio para España. La conclusión
es rotunda; una mayoría de las innovaciones de nuestras empresas, según sus propias respues-
tas, son adopciones de otras ya desarrolladas, en tanto que las innovaciones más radicales, que
mejoran la posición competitiva estratégica, son una proporción pequeña. En otras palabras, no
sólo se innova menos, sino que las innovaciones son de menor calado.

Para finalizar con este análisis de la situación de la innovación se va a efectuar un ejercicio


de comprobar hasta qué punto las pautas actuales de la especialización tecnológica de la indus-
tria se ajustan a la dinámica del avance internacional. Esto exige, en primer lugar, la estimación
de esa especialización y, en segundo lugar, buscar un indicador de la dinámica global con el que
compararlo. En ambos casos, los datos de base son las patentes registradas por agentes espa-
ñoles e internacionales en el periodo 1993-2003, tomando como fuente de datos las patentes
registradas en la oficina de los Estados Unidos. Más allá de cualquier debate sobre los pro y
contras sobre el uso de la patentes en el análisis de la innovación, en este ejercicio se emplean
como indicadores de actividad tecnológica, constatable y comprobable; el utilizar los datos de
las patentes en EEUU sigue el criterio de los especialistas de que sea un mismo banco de datos
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

para todos los países, de manera que se evite el ses-


Gráfico 4. Tipologia de las innovaciones de las empresas
españolas (2005) go que introduciría combinar datos de diversos siste-
mas nacionales que no necesariamente responden a
los mismos criterios legales e institucionales; de los
bancos de datos de referencia mundial, el de EEUU
es el más amplio, de mayor recorrido histórico y mejor
informatizado.

Por lo que se refiere al cálculo de la especializa-


ción tecnológica de la industria española se usa el Índi-
ce de Ventajas Tecnológicas Reveladas (VTR) median-
te la siguiente expresión: el índice VTR de un sector
en un año concreto sería VTRij = (peij/pmij)/(pet/pmt),
Fuente: Encuesta Europea de Innovación.
donde i = sector de actividad (según la clasificación
internacional ISIC), j = periodo de tiempo, t= total de
los sectores, pe= patentes españolas y pm= paten-
tes mundiales. La interpretación del índice es muy simple, cuando VTRi>1, significa que en el
sector i, la actividad tecnológica de la industria española respecto a la del mundo es superior a la
media de la actividad tecnológica total de España respecto a la total del mundo; en este caso se
dice que en el sector i existen Ventajas Tecnológicas Reveladas. En caso contrario, si VTRi<1,
existen desventajas. A efectos prácticos, y para evitar los problemas de elegir un año particular,
se ha optado por estimar dichas VTR en un promedio de 5 años, entre 1999 y 2003.

La dinámica tecnológica sectorial a nivel internacional se ha estimado comparando la


166 distribución sectorial de las patentes en un periodo dado con otro anterior. En nuestro caso, se
han utilizado los datos de patentes distribuidos en sectores de la clasificación ISIC en dos
periodos 1993-1998 y 1999-2003. Los sectores en los que su porcentaje de patentes en el total
aumenta entre periodos, se les considera «dinámicos», en tanto que a los que ven retroceder su
peso se les denomina en retroceso o «retardatarios».

Los resultados de la estimación se plasman en el Gráfico 5. En el eje de abscisas se


representan las VTR de cada sector, por lo que a la derecha del valor 1 se encuentran los
sectores en los que España presenta ventajas y a la izquierda los que tienen desventajas. El eje
de ordenadas se representan los sectores en función de las tasas de crecimiento (descenso) de
su participación en la patentes mundiales entre los dos periodos considerados, de esta manera
en la mitad superior se sitúan los sectores en crecimiento o «dinámicos» y en la inferior los
sectores en retroceso o «retardatarios». La combinación de ambos ajes nos proporciona una
tipología de cuatro casos: el de los sectores de especialización dinámica (combinan VTR>1 con
un dinamismo internacional), sectores en retirada (combinan VTR<1 con un retroceso internacio-
nal), sectores con oportunidades perdidas (VTR<1 con dinamismo internacional) y sectores con
especialización estacionaria (VTR>1 y retroceso internacional).
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA / JOSÉ MOLERO ZAYAS

Gráfico 5.
Ventajas tecnológicas y dinamismo intenacional

Fuente: Elaboración propia.

De manera general puede observarse que el resultado no es muy esperanzador, ya que


hay una mayoría de sectores incluidos en los dos cuadrantes problemáticos: el que muestra falta
de especialización tecnológica española en sectores donde el progreso técnico es más rápido
(oportunidades perdidas) y en otros donde la especialización positiva se ha concretado en secto-
res de menor dinamismo internacional (especialización estacionaria). De manera más concreta,
y sin entrar en detalles que no permite el espacio de este trabajo, se puede decir que entre los 167
sectores de oportunidades perdidas se encuentra una inmensa mayoría de las actividades rela-
cionadas con las tecnologías de la información (informática, comunicaciones, etc.) en tanto que
la especialización estacionaria concentra buena parte de lo que conocemos como industria
tradicional. La mejor noticia es que en los sectores de especialización dinámica se encuentran
bastantes ramas de la mecánica y maquinaria, algún segmento de la química y varias ramas
energéticas.

3. Conclusiones y recomendaciones

Este sucinto repaso a la situación y perspectivas de la industria española ha tenido como


eje el tema de la innovación tecnológica como factor estructurante que ha determinado en gran
medida el pasado y presente de ese sector y que, para bien o para mal, ve a condicionar severa-
mente en futuro. Sin que este sea el lugar para detallar acciones muy concretas, sí que es
preciso indicar algunas actuaciones necesarias para reducir el déficit de innovación y, con ello,
los problemas de competitividad de una parte notable de nuestra industria.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En primer lugar, hay que plantearse un conjunto de de acciones de tipo horizontal, con
impacto en todos los sectores. Entre ellas estarían las siguientes:

• Financiación. Se trata, por supuesto, de incrementar los recursos disponibles para la


innovación tecnológica. Ello necesita combinar tanto actuaciones más tradicionales
como los recursos para proyectos de I+D+i o las desgravaciones fiscales a dichas
actividades con otras actuaciones como programas que atiendan las necesidades dife-
renciadas de financiación de determinados sectores: un caso paradigmático es el ener-
gético, en el que los proyectos de demostración son extraordinariamente costosos y
de difícil financiación por mecanismos convencionales. También habría que reforzar el
apoyo financiero a las nuevas empresas de base tecnológica, cuyas necesidades es-
pecificas de capital semilla y capital arranque están lejos de estar satisfechas. En todo
este asunto, la coordinación entre el gobierno central y los de las comunidades autó-
nomas es imprescindible para evitar el fraccionamiento de las ayudas y, en ocasiones,
la duplicidad o multiplicidad de esfuerzos.

• Un papel mucho más decidido y ambicioso de las compras públicas como instrumento
de demanda de nuevos productos y servicios de alta tecnología. No se trata de un
obsoleto «compre español» (mucho menos «compre lo de tal comunidad»), sino de
poner las condiciones para que cuando la administraciones hagan explícitas sus nece-
sidades, haya un colectivo de empresas españolas en condiciones de competir en
calidad y precio con otras. También sería necesario que esta política fuese más allá de
la compra instaurando mecanismos de comunicación con las empresas para el perma-
nente reciclado de los bienes y servicios y en la preparación de nuevas generaciones
168 de los mismos.

• La formación de recursos humanos adecuados es probablemente el aspecto más im-


portante. De ellos depende no solo la posibilidad de que nuestras empresas avancen
en el terreno de la innovación sino también que sean capaces de absorber de forma
eficaz el conocimiento generado por otras empresas e instituciones. El actual panora-
ma de confusión en la enseñanza universitaria, con cambios cada año, la escasa unión
entre la reforma de «Bolonia» con los aspectos innovadores o el descenso de la voca-
ciones por los estudios tecnológicos son solo una muestra de lo mucho que queda por
andar en este campo.

• Finalmente, el impulso de la innovación debe tener un carácter transversal en todos los


departamentos y administraciones. La polémica de un nuevo ministerio o no, en sí
misma, no tiene mucho sentido. Debe haber un liderazgo que atraviese todos ellos
para evitar que las políticas educativas, comerciales, fiscales o energéticas, por poner
algunos ejemplos, obstaculicen lo que desde una política de innovación pueda diseñar-
se de manera adecuada.
EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA: UN ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA / JOSÉ MOLERO ZAYAS

En segundo lugar, hay que preocuparse del escaso desarrollo de las empresas y los
sectores de mayor contenido tecnológico. Esto no debe responder tan solo a la promoción de la
innovación, sino que debe incluir otras medidas de política industrial de impulso de determinado
tipo de empresas en actividades seleccionadas. Se trata de crear un nuevo tejido industrial en
campos poco desarrollados y hacer empresas competitivas en esas actividades. En este queha-
cer, no debe ponerse el acento tan sólo en las políticas de oferta, para crear actividad, sino que
es sustancial el análisis de la demanda potencial en mercados nacionales e internacionales a
los que sea capaz de ofrecer productos en condiciones tecnológicas y de precio competitivas.

Por último, tanto los aspectos de innovación como los asociados de promoción industrial
deben incluirse en un proceso de internacionalización cada vez más avanzado en el que también
están inmersas las actividades tecnológicas. Esto quiere decir que debe diseñarse una estrate-
gia de cara a la atracción de empresas internacionales en campos avanzados donde la produc-
ción tecnológica propia es escasa; para ello debe tenerse en cuenta que los factores de atrac-
ción son menos las tradicionales ventajas en costes o de dinamismo del mercado interior y más
nuevos factores competitivos, creados localmente y que sean de interés para que las empresas
internacionales mejoren sus posiciones competitivas globales. Esto debe acompañarse de me-
didas encaminadas a una mayor y mejor absorción por parte de los agentes locales de los
efectos de derrame que esas posibles nuevas actividades generarían. Complementariamente,
deberían ponerse en práctica medidas para promover la internacionalización de nuestras empresas
industriales, especialmente las que operan en los sectores tecnológicamente más avanzados.

4. Bibliografía 169

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LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007)
José Ramón de Espínola Salazar
Universidad Pontificia Comillas

RESUMEN ABSTRACT
Este trabajo, analizando las principales macromagnitudes Through an analysis of the main macroeconomic aggregates
(PIB, gasto nacional, exportaciones e importaciones, etc.), (gross domestic product, consumer expenditure, gross domestic
describe los desequilibrios macroeconómicos que ha registrado fixed capital formation, exports and imports, etc.), this paper
la economía española en el periodo 1995-2007: exceso de describes the significant macroeconomic imbalances that the
gasto, insuficiencia de ahorro, déficit exterior, endeudamiento de Spanish economy experienced over the period 1995-2007:
hogares y empresas, inflación. El trabajo pone de manifiesto los imbalances between expenditure and output; investment and
inadecuados patrón de gasto y modelo productivo, éste último savings; imports and exports; and inflation and a high level of
con insuficiente capacidad productiva y competitividad, así como indebtedness by firms and households. The paper analyses the
el papel que ha jugado en los desequilibrios la construcción de inadequate pattern of expenditure and the production system of
viviendas (el denominado boom inmobiliario). El trabajo finaliza the Spanish economy, its insufficient productive capacity and
con algunas reflexiones sobre la política económica que necesita competitiveness, and the role that construction played during
la economía española en general y el sector de la construcción this period. The paper ends with some reflections on the
en particular. economic policy that the Spanish economy needs.

1. Cuestiones previas
1.1. Desajustes macroeconómicos y sostenibilidad

La Contabilidad Nacional enseña que cuando el gasto nacional supera el PIB, se da déficit
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

en el intercambio exterior de bienes y servicios; y que cuando el gasto nacional es mayor que la 171
renta nacional disponible, el ahorro nacional es insuficiente para financiar la formación de capital
(inversión), registrándose déficit en la balanza de pagos por cuenta corriente y la economía
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

necesita financiación exterior, empeorando su posición financiera frente al resto del mundo.

A lo anterior, el análisis económico añade que la necesidad de financiación es o no soste-


nible a medio-largo plazo según sean su cuantía y el patrón de gasto que la ha originado. Si el
recurso al ahorro exterior no es excesivamente grande (en relación al tamaño de la economía
medida por el PIB) y financia inversiones productivas, éstas permiten mejorar a medio-largo plazo
la competitividad, la capacidad productiva y el potencial de crecimiento de la economía, generándose
recursos suficientes para atender la carga financiera del endeudamiento exterior. Por el contrario, si
la necesidad de financiación es grande (en porcentaje del PIB), es fruto de un patrón de gasto
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

excesivamente orientado a gastos no vinculados a la mejora de la competitividad y de la capaci-


dad productiva (bienes de consumo final o viviendas), y el patrón de gasto es escaso en capital
humano, tecnológico y productivo, entonces el endeudamiento generado por la necesidad de
financiación no es sostenible a medio-largo plazo y requiere reajustes en el patrón de gasto1.

1
Cfr. Banco de España (2009), p. 48.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Esto último es lo que ha venido sucediendo en la economía española de forma recurrente


y creciente en los últimos años, concretamente desde 1999, al darse un patrón de gasto que no
pone las bases de su propia continuidad y no contribuye al necesario cambio del modelo produc-
tivo. Las peculiares características del sector de la construcción, junto con circunstancias ex-
cepcionales y acciones y omisiones de la política económica, hacen que su dinámica y evolu-
ción tenga múltiples e intensas incidencias en los mercados de productos y de factores produc-
tivos (incluido el sector financiero), en la evolución cíclica y en los equilibrios macroeconómicos.

Cuadro 1. Características de la construcción

La Contabilidad Nacional de España agrupa dentro del sector construcción las actividades siguientes: la
construcción residencial (viviendas), la construcción de edificios no residenciales (agrarios, industriales,
terciarios) y otras construcciones (infraestructuras y equipamientos sociales y urbanos). Este variado conjun-
to de actividades tiene notable importancia cuantitativa en el conjunto de la economía (en 1995 supuso el 7,5%
del VAB y el 9,4% del empleo total; mientras que en 2007, el 12,3% del VAB y el 13,9% del empleo total). Pero
su importancia cualitativa es aún mayor por muy diversos motivos:
• Las construcciones cumplen funciones económicas y sociales fundamentales: la vivienda satisface una
necesidad básica de las personas, y los edificios no residenciales, las infraestructuras y los equipamientos
sociales y urbanos son imprescindibles para el desarrollo de las actividades económicas y el funciona-
miento de la sociedad.
• Las construcciones son caras por la alta utilización de múltiples recursos (suelo, materiales, maquinaria,
trabajo). El carácter local y la falta de movilidad geográfica son también rasgos de la construcción, cuya
actividad ha de realizarse en un lugar concreto y una vez realizada no es posible su traslado a otro lugar.
Todo ello encarece aún más la producción, pues impide la obtención de economías de escala, reduce la
competencia entre empresas y dificulta el ajuste oferta- demanda de las construcciones.
• El alto coste de los productos de la construcción implica una cuantiosa absorción de recursos financieros,
frecuentemente obtenidos por los agentes a través de procesos de endeudamiento.
• Las construcciones tienen larga vida útil y lento proceso de amortización, de modo que el flujo anual de
construcciones es una pequeña fracción de su stock. Ello provoca que eventuales desajustes entre la
172 demanda-fondo y el stock de construcciones requiera de largos y lentos procesos de reajuste.
• La construcción es intensiva en el factor trabajo, en gran medida de baja cualificación, productividad y
salario. Una alta tasa de crecimiento de la construcción incide intensamente en los mercados de trabajo
locales, cuyo ajuste requiere una alta movilidad geográfica de la oferta laboral.
• También la construcción mantiene fuertes relaciones input-output con muchas ramas de actividad, tanto de
la industria como de los servicios, de manera que la construcción se caracteriza por un elevado poder de
arrastre (actúa de locomotora de muchas ramas de actividad).
• Además, la construcción realiza un uso intensivo y casi irreversible del territorio (suelo) por lo que ejerce un
fuerte y duradero impacto medioambiental. Siendo la construcción un elemento fundamental de la ordena-
ción del territorio, genera importantes economías/deseconomías ambientales. De ahí la necesidad de
planificación territorial y urbanística, que tenga en cuenta estos efectos medioambientales.
• La demanda de viviendas es complementaria de las demandas de muchos bienes y servicios (muebles,
electrodomésticos, utensilios, ropa de hogar, etc.) con las que mantiene relaciones de complementariedad.
• La demanda de viviendas y otras edificaciones no residenciales, dadas sus características, tiene un doble
componente: para uso y como activo inmobiliario, es decir, como forma de mantener riqueza potencialmente
rentable y alternativa a los activos financieros. La confluencia de ambos componentes hace que la demanda
inmobiliaria dependa de múltiples variables (socio-demográficas, financieras, económicas, etc.). El com-
ponente de inversión de la demanda inmobiliaria provoca la alta oscilación cíclica de precios, actividad y
empleo de la construcción.
• Las viviendas y otros edificios no residenciales son un componente esencial de la riqueza de los agentes
económicos (hogares y empresas), influyendo por tanto de manera notable en sus conductas económicas
(consumo y formación de capital).
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

1.2. Desequilibrios básicos de la economía española (1995-2007)

Los doce años transcurridos entre 1995 y 2007 constituyen un periodo de crecimiento
excepcional de la economía española. En esos años, el VAB en volumen crece el 54% y el
empleo total el 47%. Sin embargo, las características del patrón de gasto y del modelo produc-
tivo han hecho que el crecimiento haya ido acompañado de crecientes e intensos desequilibrios
macroeconómicos. Así, en 2007 el desfase entre el gasto nacional y el PIB (y, por tanto, entre
importaciones y exportaciones de bienes y servicios) alcanza el 6,8% del PIB, la formación bruta
de capital excede el ahorro nacional en el 10,1% del PIB y la necesidad de financiación de
España asciende al 9,7% del PIB, implicando una dinámica de endeudamiento de hogares y
empresas no financieras que no es sostenible a largo plazo (132% de la renta disponible en el
caso de los hogares y 774% del excedente de explotación en el caso de las empresas).

En dicho periodo, en consonancia con los mencionados desajustes macroeconómicos, la


economía española registra un recurrente diferencial de inflación y un creciente déficit de la
balanza comercial (decrecientes tasas de cobertura), que ponen de manifiesto pérdidas de
competitividad frente a las economías del entorno.

2. El patrón de gasto

Entre 1995 y 2007 el gasto nacional (en consumo final y formación de capital) crece en
volumen más intensamente que el PIB, a la tasa anual media del 4,4% frente al 3,7% del PIB,
dándose un creciente desequilibrio entre ambas magnitudes, que en términos nominales alcan- 173
za en 2007 el 6,8% del PIB; lo cual, al propio tiempo que genera tensiones inflacionistas, da lugar
a un intenso desequilibrio de la balanza de pagos de bienes y servicios.

Gráfico 1. Tasas de variación anual de PIB y gasto nacional (1995-2007)

El gráfico muestra que las tasas de


crecimiento del gasto nacional superan
a las del PIB en casi todos los años del
periodo, expresando que el sistema
productivo ha sido incapaz de seguir el
ritmo de crecimiento del gasto, con el
consiguiente desequilibrio en el
mercado de bienes y servicios.

Elaboración propia con datos de la Contabilidad Nacional de España.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2.1. El gasto en consumo final

El gasto en consumo final, que es el mayor componente del gasto nacional, registra en el
conjunto del periodo un crecimiento en volumen mayor que el del PIB (tasa de variación anual media
3,9% frente al 3,7%), si bien el comportamiento de los deflactores2 hace que en términos nominales
el gasto en consumo final reduzca su peso en el PIB (del 78,1% en 1995 al 75,6% en 2007).

Dentro del gasto en consumo final destaca por su importancia cuantitativa el consumo
final de los hogares, que registra a lo largo del período un descenso de participación en el PIB
nominal, que podría llevar a la errónea conclusión de que los hogares españoles han adoptado
pautas de moderación en el consumo. Sin embargo, si el ratio consumo final/PIB se descompo-
ne en dos ratios, por un lado la propensión media al consumo (consumo final/renta disponible) y
por otro el ratio renta disponible/PIB, y se mide la variación experimentada a lo largo del periodo
por ambos ratios, se comprueba que la propensión media al consumo ha aumentado, y que ha
sido la caída del ratio renta disponible/PIB la causa de la caída de la participación del consumo
final de los hogares en el PIB nominal. Por tanto, puesto que la propensión al consumo de los
hogares ha aumentado (la propensión al ahorro ha disminuido), cabe concluir que no ha habido
moderación en el consumo final de los hogares, y que ello ha contribuido al exceso de gasto y al
creciente desequilibrio de la economía española.

Tabla 1. Tasa de variación acumulativa anual del gasto (TVAA en volumen)


y participación del gasto en el PIB nominal (1995-2007)

TVAA % del PIB nominal

Magnitudes 95-07 1995 2007 Difer.


174
PIB 3,7 100,0 100,0 0,0
Gasto nacional 4,4 100,0 106,8 6,8
Consumo final nacional 3,9 78,1 75,6 -2,5
CFN de hogares e ISFLSH 3,8 60,0 57,3 -2,7
CFN de administraciones públicas 4,2 18,1 18,3 0,2
Formación bruta capital fijo 6,2 21,5 31,0 9,5
Bienes de equipo 7,5 6,0 7,8 1,8
Viviendas 7,7 4,4 9,3 5,0
Otras construcciones 3,7 7,9 8,6 0,7
Otros productos 6,7 3,2 5,3 2,1
Variación de existencias - 0,4 0,2 -0,2
Exportación bienes y servicios 6,5 22,4 26,5 4,1
Exportación de bienes (FOB) 6,6 15,6 17,8 2,2
Exportación de servicios 6,4 6,8 8,7 1,9
Importación bienes y servicios 9,1 22,4 33,3 10,9
Importación de bienes (FOB) 8,8 18,7 26,3 7,6
Importación de servicios 10,3 3,7 6,9 3,3

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

2
El deflactor del PIB crece el 3,5% en media anual, mientras que el consumo final lo hace el 3,1%.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

Detrás de la creciente propensión al consumo de los hogares (y la decreciente propensión


al ahorro) se encuentra la expansión de la renta y el empleo del periodo (que genera confianza),
la fuerte entrada de inmigrantes con alta propensión al consumo, las muy favorables condiciones
financieras (tipos de interés nominales y reales bajos, y las facilidades de financiación) y el
efecto riqueza generado sobre el consumo por la revalorización de los activos financieros e
inmobiliarios que tiene lugar en el periodo. Todos estos factores estimulan el gasto en consumo
final y reducen la proporción de la renta disponible que los hogares dedican al ahorro.

El consumo final de las administraciones públicas (AAPP) registra a lo largo del periodo
1995-2007 una evolución dispar: hasta 2001 sigue pautas de moderación y crece menos que el
PIB nominal, propiciando una menor presión del gasto público sobre el producto y facilitando el
proceso de ajuste de las finanzas públicas exigido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Pero a partir de 2002 el consumo final público recupera dinamismo, creciendo más que el PIB
nominal y, por tanto, contribuyendo al desequilibrio gasto-producto de la economía española.

Gráfico 2. Consumo final de hogares y AAPP (1995-2007).


En porcentaje del PIB

El consumo final de los hogares


crece menos que el PIB (reduciendo
su peso en éste), mientras que el
consumo final de las administraciones
públicas (AAPP) crece menos que el
PIB hasta 2001 y luego crece más
que el PIB.
175

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

Gráfico 3. Propensión media al consumo de los hogares (2000-2007)

La propensión media al consumo de los


hogares españoles mantiene una tendencia
creciente a lo largo del periodo. El consumo
final de los hogares se sitúa casi en el 90% de
su renta bruta disponible en 2007. Ello tiene
como contrapartida la caída de la proporción
de la renta que los hogares dedican al ahorro.

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 4. Tasas de ahorro privado y público (1999-2007).


En porcentaje del PIB

El gráfico muestra la relativa estabilidad


del ahorro nacional (en torno al 22% del
PIB), con declive desde 2003, y el
comportamiento casi simétrico de los
ahorros público y privado. El primero aumenta
su peso en el PIB y el segundo lo reduce.

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

2.2. El ahorro

Resultante del comportamiento del consumo final y la renta disponible, la tasa de ahorro
de la economía española (ratio ahorro/PIB nominal) se mueve con suaves oscilaciones en torno
al 22% del PIB y ligera caída desde 2003. Sin embargo, el análisis del ahorro por sectores
institucionales muestra claras diferencias entre AAPP, por un lado, y hogares y sociedades no
financieras (empresas), por otro. Así, mientras el ahorro de las AAPP crece mucho (entre 1999 y
176 2007 se triplica, si bien a partir de cifras muy modestas) y aumenta su peso en el PIB nominal,
en cambio hogares y empresas incrementan muy poco su ahorro, por lo que desciende el ratio
ahorro privado/PIB nominal. Por tanto, detrás de la relativa estabilidad (y declive de los últimos
años) de la tasa de ahorro nacional se encuentran comportamientos opuestos entre el ahorro
público y privado.

Varios son los factores explicativos del comportamiento opuesto de los ahorros público y
privado. El ajuste de las finanzas públicas requerido por la pertenencia a la Unión Monetaria se
ha logrado gracias al aumento de la presión fiscal3 y la moderación del crecimiento de las pres-
taciones y transferencias públicas al sector privado. Ello ha implicado cierta redistribución de la
renta disponible (y del ahorro) a favor de las AAPP y en contra de hogares y empresas4.

3
Entre 1995 y 2007 la presión fiscal crece 5 puntos porcentuales (del 32,1% al 37,1%), aumento debido al crecimiento de la
recaudación de los impuestos directos e indirectos, detrás de lo cual está la evolución de la renta, el empleo y el gasto,
estrechamente asociada al boom inmobiliario -cfr. Espínola (2009), pág. 164-.
4
En la explicación no cabe descartar que el mayor equilibrio financiero de las AAPP (su mayor ahorro, menor déficit y menor
endeudamiento) ha podido influir en las expectativas de los agentes privados, interpretándolo como un menor pago futuro de
impuestos (para afrontar las cargas del endeudamiento público), lo que implica un efecto riqueza estimulante del consumo final.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

2.3. La formación de capital

La formación de capital registra en el período 1995-2007 un crecimiento muy intenso, muy


superior al registrado por el PIB. Por ello, la tasa de inversión (ratio FBCF/PIB), que mide el
esfuerzo de capitalización de la economía, registra un notable aumento (del 21,5% en 1995 al
31,1% del PIB en 2007), situándose muy por encima de la tasa de inversión media de la UE-15.

El intenso esfuerzo inversor del período presenta un notable sesgo hacia determinado
componente de la formación de capital (la adquisición de viviendas), cuyo crecimiento ha sido
mucho más intenso que el registrado por otros componentes de la formación de capital (bienes
de equipo, otras construcciones, otros productos) más relacionados con la evolución de la capa-
cidad productiva de las empresas, su competitividad exterior y el potencial de crecimiento de la
economía. Así, mientras la inversión en vivienda entre 1995 y 2007 más que duplica su peso en
el PIB (del 4,4 al 9,3% del PIB), la inversión en bienes de equipo lo aumenta sólo ligeramente (del
6,0% al 7,8%). Como consecuencia del sesgo de la inversión hacia la compra de vivienda, la
composición de la formación de capital cambia notablemente a favor de la compra de vivienda y
en contra de la inversión en bienes de equipo y otras construcciones (no residenciales), que son
componentes de la formación de capital mucho más influyentes en la competitividad y capacidad
productiva empresarial y en el potencial de crecimiento de la economía.

Tras la exagerada apuesta inversora por la compra de viviendas se encuentran una serie
de factores que interactúan formando el denominado boom o burbuja inmobiliaria: factores
sociodemográficos (incluido el intenso flujo de inmigrantes), la evolución muy favorable de la
renta y el empleo, las condiciones de financiación (tipos de interés, plazos de amortización,
garantías requeridas, etc.) y las expectativas de revalorización de los activos inmobiliarios. 177

Gráfico 5.
Ahorro nacional y formación bruta de capital (1995-2007). En porcentaje del PIB

Mientras a lo largo del periodo el ahorro


nacional no incrementa su peso en el PIB
(desciende su peso los últimos años), la formación
de capital aumenta su peso considerablemente,
abriéndose una creciente brecha entre ambas
magnitudes. Ello constituye la contrapartida del
exceso de gasto nacional sobre la renta nacional
que tiene lugar en el periodo.

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 6.
La formación de capital (1995-2007). En porcentaje del PIB

El gráfico muestra el aumento de peso


en el PIB de la formación de capital fijo
(FBCF), debido principalmente a la inver-
sión en construcción. Nótese que la inver-
sión en construcción aumenta mucho su
peso en el PIB, mientras que no lo hace la
inversión en bienes de equipo.

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

Tabla 2. Cambio en la composición de FBCF (1995-2007).


En porcentaje del total

1995 2007 Diferencia

Bienes de equipo 27,7 25,0 -2,7


Vivienda 20,3 30,1 +9,8
Otras construcciones 36,9 27,8 -9,1
Otros productos 15,1 17,1 +2,0
Formación bruta de capital fijo (FBCF) 100,0 100,0 0,0

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.


178

2.4. El gasto en capital humano y tecnológico

Frente al elevado crecimiento del gasto en consumo final y sobre todo en vivienda, el gasto
de la economía española en capital humano y capital tecnológico registra un pobre e insuficiente
comportamiento. Por ejemplo, el gasto público en capital humano crece a lo largo del periodo
menos que el PIB nominal (en 1995 significaba el 4,66% del PIB y en 2006 sólo el 4,28%, gasto
que se sitúa muy por debajo del gasto medio de la UE-27, el 5,05%). Y el gasto en I+D, si bien
aumenta a lo largo del periodo (en 1995 significaba el 0,80% del PIB y en 2007 el 1,27%) queda
muy lejos de la media de la UE-27 (1,85%) y todavía más lejos del deseable 3% del PIB, estable-
cido como objetivo por la Estrategia Lisboa de la UE.

La conclusión es que el patrón de gasto de la economía española en el periodo 1995-2007


se ha orientado excesivamente hacia la compra de viviendas y el consumo final, mientras que el
gasto más vinculado a la eficiencia productiva y la competitividad no ha tenido la suficiente
atención. Ello no ha facilitado la necesaria penetración de la innovación en el modelo productivo
y, en cambio, ha generado crecientes desequilibrios macroeconómicos.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

Cuadro 2. Factores determinantes de la burbuja inmobiliaria

En la fase expansiva de cualquier ciclo económico tiende a producirse cierto boom de la vivienda: a medida
que crece la renta de la economía, aumenta la demanda de todos los bienes, servicios y activos, incluida la
vivienda. Dado que la vivienda es un bien que proporciona utilidad (al que la usa) y, al propio tiempo, un activo que
otorga rentabilidad a su propietario, en forma de alquileres y/o plusvalías generadas por su revalorización, en la
fase expansiva del ciclo aumenta la demanda de viviendas y con ella la producción y el precio de la vivienda.
Ello a su vez ejerce un efecto multiplicador sobre el conjunto de la economía, pues a medida que crecen
la renta y el empleo, mejoran las expectativas de los agentes económicos, aumentando el consumo final y la
formación de capital, que retroalimentan el proceso expansivo. Además, la revalorización de los activos
inmobiliarios genera un efecto riqueza que empuja la demanda de bienes y servicios en general y la demanda
de vivienda en particular.
Todo ello es, sin duda, parte de la explicación del largo e intenso boom de la vivienda que se produce en
España entre 1998 y 2007.Sin embargo, en la economía española en estos años operan factores singulares sin
cuya presencia no se habría dado el proceso expansivo con la misma intensidad. Cabe citar dos: uno
demográfico y otro financiero.
Entre 1996 y 2007 la población española registra un fuerte crecimiento (5,5 millones, de los cuales 4,0 millones
por la inmigración). Se trata en gran medida de población en edad laboral que genera dos efectos notables.
• Por un lado, hace posible una oferta laboral más flexible, permitiendo el crecimiento de empleos de baja
remuneración en sectores intensivos en empleo, como la construcción; por otro lado, estimula la demanda
de todo tipo de bienes, entre ellos la vivienda. De manera que una parte de la expansión de la demanda de
vivienda no se explica sin el boom demográfico.
• Junto al factor demográfico, en los últimos años se han dado muy favorables condiciones de financiación.
La integración de España en la Unión Monetaria y la política monetaria diseñada por el Banco Central
Europeo han posibilitado a la economía española abundante financiación a tipos de interés nominal y real
históricamente bajos (en algunos años el tipo real es negativo al superar la tasa de inflación el tipo de
interés nominal). Ello, unido a la mayor competencia y a la mejora de la eficiencia de las entidades
financieras (permitiendo el alargamiento de los plazos de amortización de las hipotecas), ha facilitado la
financiación de la compra de viviendas y el endeudamiento creciente de los hogares. También la baja
179
rentabilidad de los activos financieros (depósitos y fondos de inversión) en algunos años ha reorientado
inversiones financieras hacia activos inmobiliarios. Y a medida que ha ido aumentando el precio de la
vivienda (revaloración de activos) se ha ido incrementando la demanda de vivienda como inversión espe-
culativa, tanto por parte de residentes como por no residentes, no siendo despreciable la participación de
las inversiones extranjeras en el boom de la vivienda (que llegan a significar el 0,90% del PIB en 2003).
En suma, junto al funcionamiento de los multiplicadores que operan de forma expansiva en las fases de
auge del ciclo económico, el boom demográfico (inmigración) y las muy favorables condiciones de financia-
ción explican la intensidad y duración del boom de la vivienda en España entre 1998 y 2007.

Fuente: Espínola (2009), pp. 293-294.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 7. La necesidad de financiación (1995-2007).


En porcentaje del PIB

El gráfico permite captar la dispar evolución de


los saldos sectoriales. Las AAPP mejoran su
saldo logrando en 2005-2007 capacidad de
financiación. Pero las sociedades no financieras
(empresas) y los hogares incurren en una creciente
necesidad de financiación. El resultado es la muy
alta necesidad de financiación de la economía
española en los últimos años.

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

La necesidad de financiación externa. Al exceso de gasto sobre el producto y la renta


disponible le corresponde la insuficiencia del ahorro nacional para financiar la formación de capi-
tal, es decir, la necesidad de recurrir al ahorro exterior con el consiguiente endeudamiento con el
resto del mundo. En el período 1995-2007, la necesidad de financiación de la economía española
ha ido aumentando hasta alcanzar en 2007 el máximo histórico del -9,7% del PIB.

El análisis de la necesidad de financiación por sectores institucionales muestra comporta-


mientos opuestos entre los sectores público y privado. Entre 1995 y 2007 las AAPP han modifi-
180
cado sustancialmente su saldo, pues de tener en 1995 una necesidad de financiación muy alta
(-6,6% del PIB) han pasado a disponer de capacidad de financiación (2,2% del PIB) en 2007. En
contraste con este notable cambio, en el sector privado ha ocurrido lo contrario: en 1995 el
conjunto de los agentes privados tenía capacidad de financiación equivalente al 7,4% del PIB y
en 2007 su necesidad de financiación alcanza el -11,7% del PIB.

El ajuste de las finanzas públicas, como se ha comentado anteriormente, tiene como una
de sus causas el compromiso asumido por las autoridades españolas tras la integración de
España en la Unión Monetaria. Por ello, se moderan las transferencias y prestaciones públicas
al sector privado; pero además, el propio crecimiento económico del periodo, a través del aumen-
to de las bases imponibles, eleva la presión fiscal y los ingresos públicos; también la integración
monetaria (y la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo) trae consigo tipos de
interés bajos y condiciones de financiación relajadas, que reducen la carga financiera del endeu-
damiento público. Todo ello facilita el cambio radical del saldo presupuestario.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

El cambio de la situación financiera del sector privado se debe a que tanto los hogares
como las sociedades no financieras (empresas) realizan un intenso proceso de formación de
capital muy superior al esfuerzo de ahorro, lo que da lugar a una creciente necesidad de
financiación. En el caso de los hogares el esfuerzo inversor se materializa en la compra de
viviendas, y en el caso de las empresas en bienes de equipo, construcción no residencial y
otros productos.

2.5. El endeudamiento de hogares y empresas

Como consecuencia del muy intenso esfuerzo inversor de hogares y sociedades no finan-
cieras (empresas) y el débil crecimiento de su ahorro5 tiene lugar en ambos sectores institucionales
un espectacular crecimiento de los ratios que miden el grado de endeudamiento.

En el caso de los hogares, el ratio deuda/renta disponible, que en 1999 era el 63,3%, se
sitúa en 2007 en el 132,1%. Este elevado endeudamiento de los hogares, instrumentado en su
mayor parte en préstamos hipotecarios a tipo de interés variable, en años de tipos de interés muy
bajos, genera vulnerabilidad financiera no sólo en los prestatarios, sino también en las institucio-
nes financieras. Pues, por un lado, eventuales subidas de tipos de interés, dado el elevado
endeudamiento, provocan el aumento de la carga de intereses, reduciendo la renta disponible de
los hogares y, en consecuencia, su gasto en consumo final, comprometiendo la dinámica de
crecimiento del conjunto de la economía española. Por otro lado, el elevado endeudamiento de
los hogares, en la crisis (al caer la renta y el empleo) genera morosidad que compromete la
solvencia de las entidades financieras. 181

En el caso de las sociedades financieras, su creciente necesidad de financiación, junto


con la toma de préstamos destinados a la adquisición de acciones y participaciones de empre-
sas residentes y no residentes, provoca el fuerte crecimiento de la ratio deuda /excedente de
explotación, del 434% en 2000 al 774% en 2007.

El Cuadro 3 resume los rasgos básicos del patrón de gasto de la economía española en el
periodo considerado.

5
Nótese que entre 1999 y 2007 la formación de capital de los hogares aumenta el 162,5%, en euros corrientes, mientras que el ahorro
lo hace sólo el 46,6%. Por su parte, las sociedades no financieras incrementan su formación de capital 124,7%, mientras que su
ahorro no crece (variación -0,3%).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Cuadro 3. Características del patrón de gasto de la economía española (1995-2007)


Intenso crecimiento del gasto nacional, muy superior al del PIB. Desajuste creciente gasto nacional-PIB que
provoca:
• Presión inflacionista (por exceso de gasto).
• Desajuste exterior (déficit concentrado en productos energéticos e industriales).
• Endeudamiento exterior.
Consumo final de hogares: aumento de la propensión al consumo (descenso de la propensión al ahorro).
Consumo final de AAPP: moderación hasta 2001, luego crecimiento mayor que el PIB.
Ahorro: comportamiento opuesto del ahorro privado y público:
• El ahorro público aumenta mucho debido a que aumenta la presión fiscal (por el aumento del empleo, la
renta, el consumo final y el gasto en viviendas) y, en cambio, se moderan las prestaciones sociales.
• El ahorro privado se debilita por la disminución de la propensión al ahorro.
Intensísimo crecimiento de la formación de capital por el boom inmobiliario.
Escaso e insuficiente gasto en capital humano y tecnológico.Desajuste creciente entre ahorro y formación
de capital.
Necesidad de financiación exterior.
• Creciente necesidad de financiación de hogares y empresas (aumentan los ratios de endeudamiento de
hogares y empresas).
• Capacidad de financiación de las AAPP (mejora el ratio deuda pública/PIB).

Gráfico 8. Ratio deuda*/renta bruta disponible de los hogares. En porcentaje

182

Fuente: Banco de España. Elaboración propia.


(*) Deuda materializada en valores distintos de acciones y en préstamos. El intenso endeudamiento de los hogares de los
últimos años queda patente en la evolución de la ratio deuda/renta disponible, que en 2007 alcanza el 132%.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

Gráfico 9. Ratio deuda*/excedente de explotación de las empresas.


En porcentaje

Fuente: Banco de España. Elaboración propia.


(*) Deuda materializada en valores distintos de acciones y en préstamos. La insuficiencia del ahorro de las empresas para
financiar su formación de capital, junto con toma de préstamos destinados a la adquisición de acciones y participaciones
de empresas residentes y no residentes, causan el intenso crecimiento de la ratio deuda/excedente.

3. El modelo productivo

Rasgos destacados del modelo productivo español de los últimos años se ponen de mani-
fiesto en el análisis del comportamiento del producto, los deflactores del valor añadido, el empleo,
la productividad, el salario, el coste laboral unitario y la distribución funcional de la renta primaria.

183

3.1. El producto

Entre 1995 y 2007 el VAB en volumen de la economía española crece a la tasa media
anual del 3,6%. Sin embargo, como es habitual en la dinámica productiva, no todos los sectores
registran las mismas tasas de crecimiento, destacando sobre todos ellos la construcción, que
presenta un crecimiento de su VAB en volumen muy superior (5,1%); también los servicios de
mercado registran un alto crecimiento (3,8%), mayor que el de los restantes sectores. En cam-
bio, la industria tiene un dinamismo inferior (3,0%), poniendo de relieve el dispar crecimiento
sectorial de este largo periodo de auge de la economía española. La insuficiente capacidad
productiva de la industria en años de intenso crecimiento del gasto se manifiesta en el compor-
tamiento de la balanza comercial, que registra un creciente déficit, en gran medida relacionado
con el intercambio de productos industriales: en media del periodo, casi el 70% del déficit comer-
cial se debe al deficitario intercambio de productos industriales, no superando la tasa de cober-
tura de la industria el 80%6.

6
En 2008, la economía española reduce sensiblemente su tasa de crecimiento (1,4%), registrando el primer trimestre de 2009 una
tasa interanual negativa (-3,1%). Tanto la construcción como la industria reducen drásticamente su dinamismo productivo,
registrando en el primer trimestre de 2009 tasas muy negativas (-8,1% y -10,9%, respectivamente).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 3. Indicadores de comercio exterior de la industria española.


Media del periodo1995-2007

Porcentaje
Contribución al déficit comercial 68,7
Tasa de cobertura de las importaciones 79,7

Fuente: Banco de España. Elaboración propia.

Por tanto, un rasgo del comportamiento del modelo productivo de los últimos años es la
debilidad competitiva de la industria incapaz de satisfacer la demanda interna de productos
industriales, no sólo la demanda de productos que son intensivos en tecnología, sino también la
de productos intensivos en recursos naturales y trabajo.

3.2. El dualismo inflacionario

Entre 1995 y 2007 el deflactor del VAB del conjunto de la economía crece a la tasa anual
media del 3,4%. Sin embargo, el deflactor del VAB de la construcción crece mucho más (6,3%)
que el deflactor de los restantes sectores, poniendo de manifiesto que el comportamiento de los
precios de los diferentes sectores ha beneficiado especialmente al valor añadido nominal (y a la
rentabilidad) de la actividad de la construcción7. En cambio, la industria ha resultado claramente
perjudicada, al crecer el deflactor de su valor añadido mucho menos (2,5%). Este dualismo
inflacionario, que es otro de los rasgos destacables del comportamiento del modelo productivo,
implica trasvase de valor añadido nominal entre sectores a través del juego de los precios, alte-
184 rando la rentabilidad relativa de los sectores productivos, beneficiando a los sectores más infla-
cionistas en perjuicio de los menos inflacionistas.

Como consecuencia del dispar crecimiento sectorial de los volúmenes producidos y de


los deflactores, entre 1995 y 2007 cambia notablemente la participación de los sectores en el
VAB nominal de la economía. Por un lado, aumenta notablemente el peso de la construcción en
casi cinco puntos porcentuales, los servicios de mercado también lo hacen en 2,1 puntos, mien-
tras que los restantes sectores reducen su peso en el VAB nominal, siendo especialmente
destacable la pérdida de peso de la industria (-3,0 puntos) debido tanto al menor crecimiento de
su producto en volumen cuanto al menor crecimiento de su deflactor. Ello expresa claramente el
dispar protagonismo sectorial en la dinámica económica del periodo, especialmente intensa en
construcción y servicios de mercado8 y mucho más débil en la industria.

7
El crecimiento del deflactor del valor añadido de un sector está en función directa del crecimiento del precio del output del sector
y en función inversa del crecimiento de los precios de los inputs utilizados por el sector.
8
Diversos indicadores ponen de manifiesto que, en concordancia con el especial dinamismo del consumo final, han sido los
servicios destinados al consumo final los que han propiciado el dinamismo del conjunto de los servicios de mercado, siendo
insuficiente el desarrollo de los servicios orientados a la producción.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

Tabla 4. Tasas de crecimiento anual medio del periodo 1995-2007

VABr(1) Df(2) Ptv(3) W(4) Wr(5) CLU(6) MU(7) CLUr(8)

Agrario 2,5 1,0 4,3 3,6 2,8 3,2 0,5 2,3


Energía 1,7 1,7 2,7 2,8 1,1 0,0 2,4 -1,6
Industria 3,0 2,5 1,4 2,9 0,5 1,7 3,8 -0,8
Construcción 5,1 6,3 -1,5 3,7 -2,4 5,4 8,0 -0,9
Servicios de mercado 3,8 3,6 -0,5 2,5 -1,0 4,0 3,3 0,4
Servicios de no mercado 3,3 3,3 1,3 4,4 1,1 3,1 4,4 -0,2
Total economía 3,6 3,4 0,3 3,2 -0,3 3,4 3,5 0,0

(1) VAB en volumen.


(2) Deflactor del VAB.
(3) Productividad aparente.
(4) Salario monetario medio.
(5) Salario real.
(6) Coste laboral unitario nominal.
(7) Margen unitario.
(8) Coste laboral unitario real.
Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

3.3. El empleo

Entre 1995 y 2007 la dinámica económica española ha creado mucho empleo. Medido
en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, el empleo total ha aumentado el 46,5%
(de 13 millones en 1995 a 19,1 millones en 2007). En consonancia con la dinámica del VAB, la
construcción y los servicios de mercado casi han monopolizado la creación de empleo, gene-
rando respectivamente 1,4 y 3,6 millones de empleo neto (el 83% del empleo total creado); en
cambio, la industria apenas ha creado empleo (en torno a medio millón de empleos netos). 185
Como consecuencia, las participaciones sectoriales en el empleo total cambian notablemente
en el periodo, en beneficio de la construcción y los servicios de mercado que incrementan
mucho su peso en el empleo total (4,5 y 5,7 puntos porcentuales), mientras que la industria lo
reduce (en 3,3 puntos)9.

A lo anterior hay que añadir que los aumentos y descensos del empleo de la construcción
afectan sobre todo a trabajadores con contrato temporal, haciendo patente otro rasgo del modelo
productivo español, el elevado dualismo laboral (la alta tasa de temporalidad del empleo): por un
lado, trabajadores con contrato indefinido y relativa estabilidad en el empleo, y por otro lado un
amplio colectivo de trabajadores con contrato temporal y alta rotación entre situaciones de paro
y ocupación.

9
A partir del segundo trimestre de 2008 el empleo total cae bruscamente. Entre el primer trimestre de 2008 y 2009, según la EPA,
la caída del empleo asciende a 1,3 millones, de la cual más de la mitad tiene lugar en la construcción (692 miles) y un tercio en la
industria (413 mil). Ello da una idea del alto protagonismo de la construcción en el mercado laboral, tanto en los años de expansión
como en la crisis.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 5.
Participaciones sectoriales. En porcentaje del total

VAB nominal (%) Empleo total (%)


Sectores 1995 2007 Difer. 1995 2007 Difer.

Agrario 4,5 2,9 -1,6 8,0 4,5 -3,5


Energía 3,9 2,5 -1,4 1,1 0,6 -0,4
Industria 18,0 15,0 -3,0 18,5 15,2 -3,3
Construcción 7,5 12,3 4,8 9,4 13,9 4,5
Servicios de mercado 50,6 52,7 2,1 41,9 47,6 5,7
Servicios de no mercado 15,5 14,6 -0,9 21,1 18,1 -2,9
Total economía 100,0 100,0 0,0 100,0 100,0 0,0

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

3.4. Productividad

Frente al intenso crecimiento del empleo, la productividad aparente del trabajo del conjun-
to de la economía apenas crece entre 1995 y 2007, registrando una tasa de crecimiento medio
anual del 0,3%.

Nuevamente cabe destacar notables diferencias sectoriales, pues construcción y servi-


cios de mercado (los dos sectores con mayor dinamismo productivo), registran caídas de pro-
ductividad a lo largo del periodo (en ellos, el empleo crece más que el VAB), mientras que la
industria registra una modesta tasa positiva (1,4% de crecimiento medio anual). Ello constituye
otro rasgo del crecimiento económico español, su concentración en sectores productivos inten-
186
sivos en empleo de baja productividad10.

3.5. Salarios monetarios y reales

En el periodo 1995-2007, el salario monetario medio de la economía crece menos que el


deflactor del VAB (en media anual, 3,2% frente a 3,4%), lo cual indica que el salario real descien-
de. Ello se explica debido a que una gran parte del empleo creado ha sido de baja cualificación
y salario, tanto en los servicios de mercado como en la construcción, empleos en gran medida
ocupados por inmigrantes. La gran entrada de inmigrantes (en gran medida en edad laboral y con
una alta tasa de actividad) no sólo ha aumentado la oferta del mercado laboral español, sino
también la flexibilidad salarial. Gran parte de los nuevos empleos (en servicios de mercado y
construcción) reciben salarios muy inferiores al salario medio, lo cual frena el crecimiento de éste

10
Como ocurre con el empleo, también la productividad tiene un comportamiento muy diferente en 2008. La construcción, debido a
que reduce mucho más su empleo que su VAB, registra un espectacular crecimiento de la productividad aparente, debido no a
mejoras de eficiencia productiva, sino a la intensa caída de su empleo.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

Gráfico 10. Tasas de variación anual de salario real y productividad

Desde 1998 el salario real medio del


conjunto de la economía crece menos
que la productividad, incluso disminuye
hasta 2006. Ello hace que el coste
laboral unitario real (que expresa la
participación del trabajo en la renta
generada) descienda.

Fuente: Contabilidad Nacional de España. Elaboración propia.

último, crecimiento que al ser inferior al crecimiento del deflactor del VAB, provoca que el salario
real medio de la economía descienda. Por tanto, el descenso del salario real medio español tiene
que ver con la segmentación del mercado laboral español (segmentos diversos con formación
diversa de salarios), segmentación que en los últimos años ha aumentado por la inmigración.

Por sectores se aprecian comportamientos opuestos del salario real: en la industria el


salario real registra un leve aumento (tasa anual media 0,5%), pero en construcción y servicios
de mercado cae de manera apreciable (-2,4% y -1,0%, respectivamente).
187

3.6. Coste laboral unitario nominal y real

La evolución de salario monetario y productividad, conjuntamente con la tasa de


asalarización, determina el coste laboral unitario nominal (CLU). Entre 1995 y 2007, el CLU del
conjunto de la economía crece en media anual el 3,4% debido al crecimiento de la tasa de
asalarización (0,6%) y del salario monetario (3,2%), mientras que el crecimiento de la produc-
tividad (0,3%) es muy débil. Por sectores, nuevamente se aprecian notables diferencias en la
evolución del CLU, pues en la industria el CLU registra un incremento moderado (tasa anual
media 1,7%), mientras que en la construcción y en los servicios de mercado el CLU crece
mucho más (tasas anuales medias 5,4% y 4,0%, respectivamente). Ello se debe a que, mien-
tras el salario monetario crece de forma no muy desigual en los diferentes sectores (por la
indiciación salarial), no ocurre lo mismo con la productividad, cuyo crecimiento es bien dispar en
los distintos sectores.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 11. Tasas de variación anual media del coste laboral unitario real
(1995-2007)

El gráfico refleja que el coste laboral unitario


real (CLUr) se reduce desde 2001. Ello ocurre
porque el coste laboral unitario nominal (CLU)
ha crecido menos que el deflactor (Df), o
también porque el salario real (Wr) ha crecido
menos que la productividad (Ptv). La caída
del salario real, junto con el débil crecimiento
de la productividad, explica la caída del coste
laboral unitario real, que implica aumento de
la participación del excedente de explotación
en la renta primaria (valor añadido).
Fuente: CNE. Elaboración propia.

Entre 1995 y 2007 el crecimiento medio del CLU es semejante al del deflactor, por lo que
el coste laboral unitario real no disminuye, aunque sí lo hace entre 2001 y 2007, de manera que
en estos años desciende la participación del factor trabajo en la renta primaria y, por tanto,
aumenta la participación del factor capital.

188 3.7. El margen unitario y la inflación

Fruto del comportamiento del coste laboral unitario y el deflactor surge el margen unitario
(excedente de explotación por unidad de valor añadido en volumen). En el conjunto de la econo-
mía, al aumentar el deflactor más que el CLU el margen unitario aumenta, contribuyendo más
que el coste laboral unitario al crecimiento de los precios. Por tanto, no ha sido el coste laboral
unitario el mayor impulsor de la inflación española, sino el margen unitario. A nivel sectorial ello
ocurre especialmente en la construcción: el boom de la construcción ha sido especialmente
inflacionista, a la vez que rentable para el capital invertido en ella.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

Cuadro 4. Conclusiones sobre el dinamismo productivo del período 1995-2007

1. En el periodo 1995-2007 el VAB en volumen de la economía española ha crecido a la tasa anual media
del 3,6% acelerando su proceso de convergencia real con la UE.

2. El sector más expansivo ha sido la construcción, que desde 1998 ha experimentado un intenso boom,
creciendo mucho el producto obtenido, el empleo generado y sus precios. También los servicios de mercado
han registrado un elevado dinamismo productivo, mientras que la industria, como en las últimas décadas,
sigue sin actuar como locomotora del crecimiento económico español.

3. La economía española mantiene un diferencial de inflación positivo respecto de la inflación media de la


UE, que resta competitividad a las empresas españolas frente a las competidoras del resto del mundo. El
análisis de los componentes de la inflación permite concluir que el margen unitario de beneficio ha empujado
los precios con mayor intensidad que el coste laboral unitario. Desde la perspectiva sectorial se aprecia que
la construcción ha sido con diferencia el sector más inflacionista (y más rentable), y los servicios de mercado
también han registrado subidas de precios más altas. De manera que la inflación española registra dualismo,
que distorsiona la rentabilidad relativa de los sectores y la asignación de las inversiones entre sectores, en
detrimento de las actividades exportadoras (industriales), más expuestas a la competencia.

4. La dinámica productiva (en gran medida protagonizada por construcción y servicios de mercado, secto-
res ambos intensivos en empleo) ha inducido una intensa demanda de trabajo, aumentando el volumen de
empleo en 6,1 millones. La mayor parte del empleo creado ha sido empleo asalariado, empleo ocupado sobre
todo por inmigrantes y, en menor medida, por mujeres que se incorporan al mercado laboral.

5. Otro rasgo de la dinámica del periodo es el lento crecimiento de la productividad aparente del trabajo
(negativo en construcción y servicios de mercado); lo cual por un lado expresa que el crecimiento del empleo
se ha concentrado en tareas de baja productividad, y por otro lado sugiere un bajo ritmo de asimilación de
innovaciones técnicas y organizativas en la economía española.

6. La incorporación masiva de inmigrantes ha tenido importantes consecuencias para el funcionamiento


del mercado laboral español. Por un lado, ha elevado tanto la flexibilidad de la oferta laboral (propiciando
mayor oferta y más móvil desde las perspectivas ocupacional y geográfica) como la flexibilidad salarial.
Gracias a ello, el fuerte crecimiento de la demanda de trabajo no ha implicado una fuerte subida de los salarios 189
monetarios. El salario monetario medio ha tenido un crecimiento moderado (por el fuerte aumento de empleos
con bajos salarios) y ha crecido menos que el nivel de precios, cayendo por tanto el salario real medio del
conjunto de la economía.

7. La dinámica económica de la última década (1995-2007) ha tenido consecuencias en la distribución de


la renta entre los factores productivos, a favor del factor capital. Dado que el salario real cae, a pesar del
aumento de la tasa de asalarización, se reduce el coste laboral unitario real y, por tanto, la participación del
factor trabajo en la renta, aumentando la participación del capital y la rentabilidad de las inversiones. Ello
sucede con especial intensidad en el sector de la construcción. Si bien esta redistribución en principio
favorece el proceso inversor (al aumentar la rentabilidad de las inversiones) y la creación de empleo, no se
puede mantener ilimitadamente en el tiempo, pues una prolongada caída del salario real afecta a la sostenibilidad
económica del crecimiento (frena el crecimiento del consumo final) y a la sostenibilidad social (al hacer más
desigual la distribución de la renta).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

4. Mirando al futuro: reflexiones sobre la política económica

La economía española actual afronta una grave crisis económica en la que concurren
dos importantes factores: por un lado, la crisis financiera internacional y, por otro lado, impor-
tantes desajustes macroeconómicos y sectoriales. Ambos factores deben ser considerados
por la política económica. Si se dejan a un lado las medidas necesarias para afrontar la crisis
financiera, la reflexión ha de centrarse en cómo reducir los desajustes macroeconómicos y
sectoriales, cómo transitar hacia un nuevo modelo productivo en el que, en sintonía con la
Estrategia Lisboa, todos los sectores incorporen más capital humano y tecnológico y mayor
innovación, y en el que haya mayor presencia de ramas de la industria y los servicios intensivas
en tecnología y conocimiento11.

Ello requiere un patrón de gasto que sea sostenible a largo plazo, que modere el creci-
miento del consumo final e impulse la inversión productiva, evitando desajustes excesivos entre
ahorro e inversión y entre exportaciones e importaciones; un patrón de gasto que no
sobredimensione sectores ni potencie burbujas insostenibles a largo plazo; un patrón de
gasto que contribuya al cambio y a la modernización del modelo productivo. En el logro de
ese patrón de gasto resultan fundamentales: 1) las política monetaria y financiera que, una
vez superada la crisis, eviten condiciones financieras demasiado laxas (tipos de interés, garan-
tías, etc.), alentadoras de burbujas y gastos que nada tienen que ver con la mejora de la
competitividad; 2) la política de gasto público, que mejore su calidad (mayor gasto en educación,
I+D e infraestructuras, mejores prestaciones sociales y mayor austeridad en el gasto público no
productivo); 3) la política fiscal, que reoriente los incentivos fiscales en favor del trabajo, el ahorro,
la inversión y las iniciativas empresariales innovadoras12.
190
Cuadro 5. Requerimientos de un nuevo modelo productivo

Lograr un nuevo modelo productivo requiere combinar medidas que afectan al patrón de gasto con
reformas estructurales.

11
El cambio de modelo productivo que requiere la economía española (para crecer de manera sostenible a largo plazo) no es algo que
pueda lograrse a corto plazo. Exige, por el contrario, un proceso paulatino, pero firme y bien orientado, en el que han de implicarse
todos los sectores (también la construcción de viviendas e infraestructuras), proceso que básicamente consiste en la adopción de
nuevas pautas productivas y comercializadoras, incorporando innovaciones. En el nuevo modelo productivo, sin embargo, las
ramas más intensivas en conocimiento y tecnología, que suelen ser las que registran una demanda más dinámica, han de tener un
mayor desarrollo.
12
Valle (2009), pp. 3 y 6, ofrece una opción de política de gasto público y fiscal bien orientada y argumentada.
LA CONSTRUCCIÓN EN EL PATRÓN DE GASTO
Y EN EL MODELO PRODUCTIVO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995-2007) / JOSÉ RAMÓN DE ESPÍNOLA SALAZAR

Pero además del cambio en el patrón de gasto, el nuevo modelo productivo requiere refor-
mas estructurales que hagan posible un entorno más atractivo y favorable para el desarrollo de
las actividades productivas (a través de medidas de política industrial13, de reforma laboral14 y de
fomento de la competencia en los mercados15).

En el nuevo modelo productivo, el sector de la construcción, dadas sus características


(satisfacción de necesidades básicas, importancia cuantitativa en el valor añadido, uso intensivo
del factor trabajo, intensas relaciones input-output y demandas complementarias, potencial de
volatilidad, etc.), tiene un papel relevante e insustituible, si bien diferente al desarrollado los
últimos años. Hace falta un nuevo modelo productivo en la construcción.

Por lo que respecta a las infraestructuras es muy importante que su producción y mante-
nimiento continúen, incluso incrementen, su importante contribución a un más eficiente funcio-
namiento de la economía y a la cohesión territorial. Conviene recordar que España es un país con
población polarizada en pocos núcleos urbanos de alta densidad demográfica, relativamente
alejados entre sí, y no del todo integrados desde el punto de vista económico. Además, las
conexiones terrestres con los países vecinos (Francia y Portugal) son todavía muy mejorables.
El incremento y la mejora de las infraestructuras de transporte pueden y deben contribuir a una
más eficiente integración del territorio, que posibilite la obtención de mayores sinergias y econo-
mías de escala, e incremente el potencial de crecimiento de la economía española.

Pero es importante que la producción de infraestructuras evite tanto efectos


medioambientales negativos como sesgos procíclicos. Al respecto, es deseable la realización
íntegra y puntual, compatible con un prudente sesgo anticíclico, del Plan Estratégico de
Infraestructuras y Transporte (PEIT 2005-2020), que formula objetivos tales como: 1) impulsar la 191
competitividad (objetivo eficiencia); 2) fortalecer la vertebración y la cohesión territorial y social,
garantizando la accesibilidad homogénea en todo el territorio (objetivo cohesión); y 3) asegurar la
sostenibilidad del sistema de transportes (objetivo medioambiental)16.

13
El nuevo modelo productivo requiere un entorno institucional más propicio al dinamismo y a la competitividad de las empresas.
Lograrlo exige, además de mayor disponibilidad de capital humano, tecnológico e infraestructuras, medidas administrativas,
laborales, fiscales y comerciales.
14
Una reforma laboral que contribuya a la mayor eficiencia y cohesión del mercado laboral, que reduzca el elevado dualismo laboral
(la alta precariedad), que mejore el ajuste oferta-demanda logrando mayor movilidad funcional y geográfica y adecue la evolución
de salarios y productividad. Para el logro de una mayor movilidad geográfica (una de las rigideces del mercado laboral español) tiene
especial importancia activar el mercado de viviendas en alquiler.
15
La falta de competencia en los servicios (en parte derivada de inadecuadas regulaciones administrativas), además de efectos
macroeconómicos adversos (mayor inflación), genera efectos sectoriales desfavorables para los sectores más expuestos a la
competencia. La inflación dual, a través del comercio intersectorial de insumos y del juego de sus precios, resta valor añadido
nominal (y rentabilidad) a los sectores expuestos a la competencia en favor de los sectores más protegidos, condicionando la
orientación sectorial de las nuevas inversiones y por tanto el futuro potencial de crecimiento de los diferentes sectores.
16
Sería deseable que la ejecución del PEIT, y del gasto público de conjunto de las AAPP, incorporara un prudente sesgo anticíclico,
evitando comportamientos procíclicos que agravan los desequilibrios macroeconómicos. Al respecto conviene indicar que, coinci-
diendo con los momentos de mayor auge del boom inmobiliario, se dieron grandes actuaciones urbanísticas en importantes
corporaciones locales, que «echaron más leña al fuego» del exceso de gasto y endeudamiento.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En cuanto al sector vivienda, tras superar el sobredimensionamiento empresarial y reducir


el elevado stock de viviendas no vendidas que ha generado el boom inmobiliario17, es deseable se
mueva hacia un nuevo modelo más acorde con la eficiencia y estabilidad, con la cohesión social
y con el equilibrio medioambiental. Al respecto, un nuevo modelo en el sector vivienda debería
promover un mayor uso de la vivienda en régimen de alquiler (superando el abrumador predominio
del uso de la vivienda en régimen de propiedad y el elevado volumen de viviendas vacías), el
impulso a la rehabilitación de viviendas (ahorradora de suelo, frente al modelo extensivo de con-
sumo de suelo usual hasta ahora), la promoción de mayor eficiencia energética en los edificios,
el freno a la construcción descontrolada con graves efectos medioambientales, y el logro de
mayor estabilidad en la demanda inmobiliaria (reduciendo el componente especulativo). Todo ello
exige medidas de política de vivienda y planificación urbanística.

Aparte de medidas financieras e institucionales que frenen burbujas inmobiliarias, es opor-


tuno el replanteamiento de los incentivos fiscales a la compra de vivienda y que además se lleve
a efecto el Plan de Vivienda 2009-2012, que busca: 1) facilitar a los ciudadanos el acceso a la
vivienda, especialmente en régimen de alquiler; 2) impulsar la rehabilitación del parque edificado,
tratando de que la actividad del sector siga un modelo menos extensivo, menos consumidor de
suelo; y 3) fomentar la innovación y la eficiencia energética de la edificación, reduciendo las
emisiones de gases con efecto invernadero y mejorando el ahorro energético.

5. Bibliografía

192 • BANCO DE ESPAÑA (2009): Informe anual 2008. Madrid.

• BANCO DE ESPAÑA (2008): La balanza de pagos de España. Madrid.

• ESPÍNOLA, José Ramón de (2009): Crecimiento y crisis de la economía española (1995-


2008). Madrid, Editorial Universitas.

• IGAE (2008): Avance de la actuación económica y financiera de las AAPP. Madrid.

• MINISTERIO DE FOMENTO (2004): Plan estratégico de infraestructuras y Transporte. Madrid.

• REAL DECRETO 2066/2008, de 12 de diciembre, por el que se regula el Plan Estatal de


Vivienda y Rehabilitación 2009-2012.

• VALLE, Victorio (2009): «Opciones fiscales para la crisis»; en Cuadernos de Información


Económica (210), mayo-junio; pp.1-8.

17
El elevado stock de viviendas sin vender constituye un obstáculo para la normalización del flujo de producción de viviendas,
estimado en 350-400 mil viviendas anuales. La adquisición pública de parte de ese stock podría ayudar a la normalización del sector
vivienda y, a la vez, impulsar la oferta pública de vivienda en régimen de alquiler, hasta ahora irrelevante en España. Ello facilitaría
el relanzamiento de la política de vivienda, mejorando la accesibilidad a la vivienda de colectivos de bajos ingresos y la movilidad
geográfica de la oferta laboral.
EL FUTURO DEL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL
Antonio Torrero Mañas
Universidad de Alcalá

RESUMEN ABSTRACT
España tiene un sistema bancario eficiente y competitivo, Spain's banking system is efficient and competitive, but
pero sobredimensionado, que ha volcado su capacidad crediticia oversized. It has relied heavily on the construction sector for
sobre el sector de la construcción, y que precisa reestructurarse, creditworthiness and is in need of restructuring. This process
eliminar el exceso de capacidad, capitalizarse y sanear su must do away with excess capacity, capitalise and get its
balance. Es inevitable el cierre de sucursales, la reducción de balance into shape. The closing of branch offices is unavoidable,
empleo y que se lleven a cabo procesos de concentración ente jobs will be lost and entities will merge.
las entidades. The reorganisation and rationalisation or our banking system
La reorganización y el saneamiento de nuestro sistema is essential, and our top priority; company and family credit
bancario es fundamental y prioritario puesto que de ello depende normalization is dependant on it. The result of this process
la normalización del crédito para empresas y familias. El resultado relies on the show of force between the national point of
del proceso dependerá de la relación de fuerzas entre la óptica view, apparently led almost uniquely by the Bank of Spain,
nacional, que parece liderar en solitario el Banco de España, y and the local autonomic governments'. Rarely has the
la localista de los gobiernos autonómicos. Pocas veces, como prevalence of the integrating and long term view point that
en esta ocasión, es tan necesario que se imponga una visión de only a State can provide been so important. The fate of our
Estado con una perspectiva integradora y de largo plazo. La banking system depends on how this streamlining and
suerte de nuestro sistema bancario depende de cómo se realice restructuring process is carried out, and also, naturally, the
este proceso de saneamiento y reestructuración y, naturalmente, evolution of Spanish economy.
de cómo evolucione la economía española.
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

1. Introducción
193

Plantear cuál puede ser el futuro del conjunto de instituciones que conforman el sistema
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

financiero español es, en cualquier situación, una temeridad. Mucho más ahora, cuando esta-
mos en el centro de una convulsión financiera de gran amplitud (afecta a todos los países) e
intensidad.

Se dice que los economistas explicamos muy bien las razones por las cuales se ha
producido una situación inesperada, pero que fracasamos en nuestra capacidad de previsión.
Mucho de cierto hay en esta crítica, sobre todo si se refiere a las anticipación de las crisis
financieras. El gran pecado financiero de nuestro tiempo es, precisamente, que se ha actuado
como si conociéramos el futuro, cuantificando el riesgo de que se cumplan las previsiones,
dividiendo las carteras de activos en tramos según el nivel de riesgo estimado, y comercializando
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

las participaciones.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Todas las decisiones económicas incorporan un anticipo de cómo será el futuro; los eco-
nomistas debemos ser humildes sobre nuestra capacidad al respecto, pero no podemos evadir
nuestra responsabilidad. Nuestras posibilidades son muy limitadas –no nulas– y, por tanto, aun-
que la modestia debería ser la palabra clave, no podemos dejar de pronunciarnos sobre cuál nos
parece el escenario más probable.

Es sabido que nuestra capacidad de anticipar sobre el futuro, con alguna esperanza de
acierto, disminuye conforme se amplía el período de tiempo sobre el cual formulamos el diag-
nóstico. La cuestión esencial radica en la continuidad o ruptura de las tendencias. En estos
terrenos, tan imprecisos, la experiencia histórica juega un papel fundamental. Los fenómenos
económicos no se repiten de forma mecánica. Aún así, es posible aislar hechos y reacciones
que inspiren el análisis de cada situación; además, con todas las limitaciones, la experiencia
histórica es, en ocasiones, nuestro único asidero.

El tiempo constituye la variable esencial de la economía –como nos enseño Alfred


Marshall–, y cobra especial relevancia en momentos de cambio, cuando se ha quebrado una
tendencia consolidada por su duración, y no advertimos el punto a partir del cual se inicia una
nueva etapa. En ese momento crítico se redacta este trabajo (julio de 2009).

La economía mundial se encuentra en una situación que en términos médicos podríamos


calificar de respiración asistida. Se ha producido una gran perturbación financiera que ha afecta-
do a la economía real provocando un agudo descenso del crecimiento económico con riesgo de
deflación. Las autoridades de todos los países han actuado de manera enérgica, emitiendo un
gran volumen de deuda pública para apuntalar a las instituciones financieras y compensar la
194 parálisis de la actividad de éstas, atenazadas por un grado muy elevado de incertidumbre.

La economía española, muy conectada, tanto en términos financieros como comerciales,


con el exterior está siendo afectada por esta crisis; la evolución y configuración futura de su
sistema financiero estará influida por los criterios que se impongan como consecuencia del
cataclismo a nivel internacional. Tenemos, sin embargo, características propias que también
afectarán a la evolución de nuestro sistema financiero. Parece conveniente, en consecuencia,
hacer referencia al panorama internacional para situar en ese marco nuestra posición.

2. La crisis financiera internacional

La mayor parte de los analistas coinciden en situar el comienzo de la crisis en el 9 de


agosto del 2007 con el disparo de salida de la suspensión, por parte del BNP Paribas, de la
valoración de tres fondos de inversión en mercados monetarios, y de la capacidad de los partici-
pes de acceder a la liquidez. La inyección de 95.000 millones de euros por el Banco Central
Europeo marcó el inicio de lo que sería un rosario de intervenciones de la autoridad monetaria
intentando reforzar –e incluso sustituir– la liquidez de los mercados.
EL FUTURO DEL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL / ANTONIO TORRERO MAÑAS

Ante el agravamiento de la crisis, los gobiernos se han visto forzados a nacionalizar enti-
dades bancarias –el 17 de febrero de 2008 se nacionaliza el Northern Rock en el Reino Unido– y
su presencia se acentúa conforme la crisis exige esfuerzos fiscales crecientes que ponen de
relieve la magnitud de la catástrofe. Finaliza así, abruptamente, la larga etapa precedente de
estabilidad económica y crecimiento sostenido conocida como la «Gran Moderación».

Conforme se van aclarando las brumas iniciales se percibe que en el período previo de
crecimiento, se produjeron modificaciones sustanciales en las finanzas que impulsaban el creci-
miento económico pero, al tiempo, incubaban factores de inestabilidad que afloraron de manera
súbita generando una crisis financiera de extraordinarias proporciones en entidades financieras y
mercados. Pese a la intervención decidida de los gobiernos y bancos centrales, la perturbación
adquirió intensidad creciente, exigiendo una implicación pública cada vez mayor, sin que se
advierta el final del deterioro de mercados y de instituciones.

Esas importantes modificaciones fueron las siguientes: 1) aceleración aguda en el ritmo


de innovación financiera; 2) pronunciado aumento de activos y pasivos financieros en rela-
ción al PIB; 3) mayor peso de los mercados financieros en relación a la intermediación
bancaria; 4) extraordinario crecimiento de los derivados, en especial los de cobertura del riesgo
de crédito; 5) protagonismo creciente de los denominados shadow banks, integrado por institu-
ciones escasamente reguladas como los hedge-funds y los fondos estructurados (SIVS: structural
investment vehicles); y 6) el aumento de la globalización de las finanzas (Llewellyn, 2009; p. 49).

La crisis financiera ha provocado una alarma general. Progresivamente han ido aprecián-
dose las consecuencias de lo que hoy consideramos desmesuras. Uno de los aspectos más
desconcertantes de las crisis financieras es la impecable lógica que las explica… a posteriori. 195

Cuando se revisan los mecanismos que provocan una convulsión financiera importante, la
conclusión es siempre aceptar la inevitabilidad de lo acontecido a la vista de la magnitud de los
excesos. Ahora también. ¿Podía considerarse normal la concesión masiva de créditos a prestata-
rios sin ingresos recurrentes, fiados en la garantía de la propia vivienda, en un entorno de bajos
tipos de interés, y a partir del supuesto de que los precios de la vivienda continuarían subiendo
indefinidamente? Esos fueron los mecanismos que alentaron a las hipotecas de alto riesgo (subprime).

Estas hipotecas de alto riesgo se originaron fundamentalmente en los Estados Unidos y


se coincide en que fueron el detonante de la crisis financiera. Sin embargo, han resultado afecta-
dos la mayor parte de los países pese al origen americano, aunque la magnitud de las hipotecas
subprime es una fracción exigua de los activos que se consideran afectados por la deficiente
evaluación del riesgo. La cuestión es mucho más compleja; las hipotecas subprime han sido la
gota que ha puesto en evidencia prácticas extremadamente arriesgadas que dieron origen a una
gran masa de activos que involucraban a todas las instituciones financieras, se comercializaron
por todo el mundo, y cuya piedra angular era la liquidez de los mercados, la cual depende de la
confianza. Cuando ésta se resquebrajó se derrumbó el precario andamiaje.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Se puede censurar la excesiva propensión al riesgo, la actuación de reguladores y super-


visores, así como el comportamiento negativo de los bancos de inversión y de las empresas
calificadoras de riesgos (rating). No puede criticarse, sin embargo, la premura, la determinación,
de los bancos centrales y de los gobiernos en intentar detener la catástrofe y moderar los aspec-
tos más negativos.

Están vivos los efectos negativos de otras crisis, y aletean los recuerdos de la más impor-
tante: la Gran Depresión1, episodio muy bien conocido por Bernanke, el actual presidente de la
Reserva Federal. A partir de ese trauma ha quedado claro que no se permitirá, por omisión, la
repetición de una hecatombe de esas dimensiones, aunque el intento de acotar el deterioro
implique un endeudamiento público gigantesco cuyas consecuencias habrá que afrontar en el
futuro. Por supuesto, será preciso que las economías digieran esa masa de deuda, pero será
luego, más tarde, cuando el paciente se recupere de un estado comatoso que es el objetivo
inmediato e inaplazable.

Cuando se produce una crisis financiera y económica de esta magnitud, se revisan las
prácticas y la organización institucional que la ha provocado. Eso sucedió en la Gran Depresión
con el New Deal, que, en los aspectos financieros, estableció un conjunto de medidas orientadas
a prevenir los pánicos bancarios (creación del seguro de depósitos), a reducir la propensión al
riesgo (limitaciones a la remuneración de los depósitos), y a poner coto en prácticas que se
consideraron desestabilizadoras (separación de banca comercial y banca de inversión).

También ahora se revisará la organización institucional. Naturalmente, ignoro cuál será la


configuración que resulte, pero me atrevo a suponer que se fundamentará en los aspectos siguientes:
196
- Reducción de la propensión al riesgo; lo cual puede implicar menor fiebre competitiva,
separación de actividades de banca comercial y de banca de inversión y consideración
del riesgo de liquidez.

- Reforzamiento de los mecanismos de regulación y supervisión, con objeto de prevenir


excesos como los que han provocado la crisis actual.

- Menor protagonismo de la banca de inversión en el proceso de innovación financiera2.

- Cuestionamiento y mayor regulación y supervisión del denominado shadow banking.

- Progresiva atención al riesgo sistémico. Reguladores y supervisores tendrán que elevar el


punto de mira y tener en cuenta no sólo los aspectos microeconómicos de las entidades,
sino las posibilidades de perturbaciones macroeconómicas generadas por su actuación.

1
El lector interesado puede acudir a Torrero (2006).
2
De hecho, se está haciendo sobre la marcha. Es significativo que hayan desaparecido como tales los bancos de inversión más
importantes. En ocasiones, la Reserva Federal ha inducido a su unión con un gran banco comercial; en otros casos han sido
dotados con el estatuto de banco comercial para incluirlos en la órbita supervisora de la Reserva Federal. En mi opinión, estas
decisiones se inscriben en la desconfianza del banco central americano respecto a sus actividades en relación a la inestabilidad del
sistema financiero.
EL FUTURO DEL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL / ANTONIO TORRERO MAÑAS

- Una revisión de las prácticas de la titulización, esto es, la comercialización del crédito,
que en el pasado ha implicado que los bancos hayan descuidado su función de
seleccionadores y vigilantes de prestatarios a los que tradicionalmente conocían per-
sonalmente y seguían en su trayectoria profesional.

El exceso más evidente, cuya corrección es dolorosa e inevitable, radica en el nivel de


endeudamiento financiero de los agentes (familias, empresas, administraciones públicas e insti-
tuciones financieras) respecto a sus fundamentos económicos. La proporción de la deuda se ha
elevado de manera espectacular en la última década y la revisión del riesgo asumido implica la
reducción del nivel de apalancamiento. Es preciso, en definitiva, reducir la magnitud del sector
financiero respecto a la actividad real, lo cual supondrá un ajuste que afectará negativamente al
crecimiento económico y al nivel de empleo.

3. La situación del sistema financiero español


3.1. El mercado bursátil

En un trabajo publicado hace un año (Torrero, 2008), que utilizaba material estadístico
desde 1980 a 2006, se aprecia con claridad el avance del sistema financiero español en volumen
de activos, capacidad de las entidades y profundidad de los mercados. El progreso se hace más
intenso desde 1995, acompañando al largo período de crecimiento con estabilidad de la econo-
mía española.

Los mercados financieros, en particular las bolsas, han conocido un auge extraordina- 197
rio. En el período 1980-2006 la rentabilidad anual acumulativa con reinversión de dividendos fue
del 19,56% en un marco de tipos de interés nominales y reales en descenso. El volumen de
contratación de la bolsa española en 1995 fue del 10,80% del PIB y llegó al 117,8% en el 2006;
entre ambos años, la capitalización bursátil pasó del 43,90% al 156,66% del PIB. Esa capita-
lización era, en 1990, el 1,57% de la del conjunto de los principales países, y llega al 4,75% a
finales del 2006.

Los datos son elocuentes. La modernización de nuestro mercado bursátil ha sido espec-
tacular y el aumento de las valoraciones ha coadyuvado al crecimiento económico a través del
efecto riqueza. La bolsa española es un mercado desarrollado que forma parte de los más impor-
tantes, en un mundo globalizado, y es objeto de atención y de análisis por los inversores
institucionales, que operan a nivel internacional.

La crisis financiera ha afectado profundamente a nuestro mercado como a los demás.


Excepto que se produjeran circunstancias específicas de gran calado en nuestra economía, la
evolución de los mercados bursátiles se situará en línea con las bolsas más importantes.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

3.2. El sistema bancario

La crisis financiera internacional está afectando duramente a las entidades españolas. En


nuestro caso, la incidencia de la perturbación tiene notas específicas que se corresponden con
el modelo de crecimiento económico español y que sintetizaré en tres aspectos.

a) La apelación al ahorro exterior

La inversión en España ha sido muy superior al ahorro nacional. El déficit por cuenta
corriente que alcanzó en el 2008 una magnitud extraordinaria (casi el 10% del PIB) es conse-
cuencia del exceso inversor en construcción y muestra la dependencia del ahorro exterior. La
crisis de los mercados internacionales ha tenido sobre España una incidencia acusada. La
actitud compensadora del Banco Central Europeo ha aliviado el adelgazamiento de los balances
de las entidades bancarias que, sin ese apoyo, hubieran sufrido un ajuste mucho más pronuncia-
do del crédito al sector privado.

b) La escasa incidencia de las hipotecas subprime

Como he apuntado, la cuantía de estas hipotecas de baja calidad es muy reducida en


relación a la magnitud de los activos y cuya valoración ha sido cuestionada; sin embargo, su
inclusión en fondos estructurados ha contribuido a la desconfianza en las valoraciones de estos
instrumentos y es la clave que explica la evaporación de la liquidez y el ajuste a la baja de los
activos bancarios.

198 El mercado hipotecario español es distinto al de los Estados Unidos: la generación de las
hipotecas la realizan las entidades financieras que conceden los créditos y se mantiene con el
prestatario la relación en mayor medida. Además, el Banco de España no ha permitido que la
titulización se comercializara a través de instrumentos financieros fuera de balance y sin exigen-
cias de cobertura de recursos propios.

La experiencia ha demostrado que los compromisos de las entidades bancarias con los
fondos estructurados en otros países de garantizar la liquidez, han constituido una pesada carga
cuando los mercados no han permitido la refinanciación de estos instrumentos y han tenido que
recurrir al banco promotor que no ha tenido más remedio que reintegrarlas en su balance. Las
pérdidas en la banca internacional, y significativamente en la europea, han sido muy cuantiosas.
Las entidades de depósito españolas no han sido afectadas por este tipo de operaciones. He-
mos sido emisores de titulizaciones, no compradores de fondos estructurados como otros ban-
cos que intentaban acceder a rentabilidades superiores a las que ofrecían activos financieros
más seguros cotizados en mercados organizados.
EL FUTURO DEL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL / ANTONIO TORRERO MAÑAS

3.3. La financiación del sector inmobiliario

Éste es el punto débil de las entidades del sistema bancario español. El crecimiento
económico, y la inversión, se han basado en un sector inmobiliario sobredimensionado y ha
generado préstamos con garantías del propio sector que tienen gran importancia en la cartera de
crédito de las entidades bancarias.

Los soportes de esta desmesura han sido la previsión de precios inmobiliarios en


continuo ascenso y la facilidad de financiación que ofrecían los mercados internacionales. Ni
el Gobierno, ni el Banco de España, ni las entidades de crédito, ni, por supuesto las empre-
sas del sector inmobiliario, intentaron poner coto a esta fiebre puesto que sustentaba el
crecimiento económico, el empleo y la cuenta de resultados. Se descontaba, por otra parte,
que el ajuste de los excesos se produciría de manera gradual y ordenada, no de manera
súbita y abrupta.

Es de justicia señalar que el Banco de España realizó, prácticamente en solitario entre los
bancos centrales, una política de provisiones anticíclicas que ha servido para detener el primer
embate de la morosidad y de la baja de las valoraciones de los activos inmobiliarios.

Es preciso añadir, sin embargo, que la mayor parte del ajuste está aún por realizar. La
caída de las valoraciones inmobiliarias sólo se ha reflejado parcialmente en el activo de entidades
de crédito. Especial trascendencia tienen los créditos a la promoción inmobiliaria que se han ido
reflejando conforme era obligado el reconocimiento de la morosidad. Las entidades bancarias
han acudido, además, al expediente de comprar activos con objeto de que no se acumulara la
mora, lo cual inmoviliza recursos y consume capital, haciendo más difícil la concesión de crédi- 199
tos a otras actividades.

De manera que la concentración del crédito en el sector inmobiliario, en especial los


concedidos a la promoción, hace más vulnerables a nuestras entidades pero, también, les pro-
porciona tiempo para llevar a cabo el ajuste inevitable que impone la crisis económica, el paro, y
el desplome del valor de los activos aportados como garantía. La traslación del deterioro a resul-
tados se produce cuando los prestatarios han agotado las posibilidades de hacer frente a sus
obligaciones financieras. El Banco de España, en su Informe Anual (2009, p. 169), señala:

«Los intermediarios financieros españoles han padecido hasta ahora en menor medida que en otros
sistemas financieros los efectos de la crisis financiera, pero no son inmunes al notable deterioro
macroeconómico, de modo que su posición financiera se verá sometida a mayores presiones durante los
próximos trimestres, a la vez que se van reduciendo los márgenes con los que contaban para afrontar estas
perturbaciones. En este contexto, resulta esencial preservar la solidez del sistema financiero, de modo que
no se conviertan en un freno para la recuperación en España una vez que desaparezcan los obstáculos
que se derivan de la crisis financiera internacional».
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

4. El futuro del sistema financiero español

España tiene un sistema bancario eficiente y competitivo, pero sobredimensionado, que ha


volcado su capacidad crediticia sobre el sector de la construcción, y que precisa reestructurarse,
eliminar el exceso de capacidad, capitalizarse y sanear su balance. Es inevitable el cierre de
sucursales, la reducción de empleo y que se lleven a cabo procesos de concentración ente las
entidades.

La necesidad de reestructuración afecta a bancos, cajas de ahorro y cooperativas de


crédito; es tanto más importante cuanto mayores hayan sido los excesos cometidos en el
pasado respecto a expansión de oficinas, empleo y concentración de la cartera de crédito en
el sector de la construcción. Considerando estas circunstancias, la evolución de la morosidad y
la capacidad de obtener recursos propios, las necesidades más importantes y urgentes se si-
túan en las cajas de ahorro.

En los intentos de reestructuración están aflorando las consecuencias de la segmenta-


ción de nuestro mercado. El poder excesivo de las autonomías impide que el proceso se lleve a
cabo de forma racional, con amplitud de miras.

La reorganización y el saneamiento de nuestro sistema bancario es fundamental y priori-


tario puesto que de ello depende la normalización del crédito para empresas y familias. El
resultado del proceso dependerá de la relación de fuerzas entre la óptica nacional, que parece
liderar en solitario el Banco de España, y la localista de los gobiernos autonómicos. Pocas
veces, como en esta ocasión, es tan necesario que se imponga una visión de Estado con una
200 perspectiva integradora y de largo plazo. La suerte de nuestro sistema bancario depende de
cómo se realice este proceso de saneamiento y reestructuración y, naturalmente, de cómo
evolucione la economía española.

5. Nota final

La economía española está ajustándose a la nueva situación que impone la crisis financiera
internacional. El descenso de la inversión, el aumento del ahorro familiar, la reducción del
apalancamiento empresarial, la venta de activos y, en definitiva, la reducción del desorbitado déficit
por cuenta corriente, muestran la adaptación de nuestra economía a las nuevas circunstancias.

La crisis financiera no se ha abordado en nuestro país de forma adecuada. La convulsión


ha sido tan notable que una gestión eficiente no hubiera podido soslayar el impacto negativo,
pero nuestras vacilaciones y retrasos están haciendo más duro y prolongado el ajuste, y compro-
meten participar en la recuperación de la economía internacional cuando esta se produzca.
EL FUTURO DEL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL / ANTONIO TORRERO MAÑAS

El Gobierno tardó en admitir la crisis y retrasó la adopción de las medidas que la situación
exigía, con lo cual se ha perdido un tiempo valioso. En tres aspectos claves se aprecia, en mi
opinión, la falta de resolución del Gobierno: 1) la flexibilidad del mercado de trabajo; 2) la sustitu-
ción de la construcción como sector impulsor; y 3) la propensión al aumento del gasto público.
Permítaseme una referencia telegráfica a estos asuntos capitales.

Es importantísimo que se reforme el mercado de trabajo para aumentar la flexibilidad y


que las condiciones laborales se adapten a las posibilidades y circunstancias de las empresas.

Los sectores que impulsen la economía y sustituyan parcialmente a la construcción de-


ben ser los que resulten de las decisiones empresariales. Lo que corresponde a los Gobiernos
es mejorar las condiciones que favorezcan la adopción de las decisiones de las empresas; es
básico mejorar la educación a todos los niveles y este objetivo debería ser el eje fundamental de
actuación del Gobierno.

La propensión a solucionar los problemas mediante el gasto público es arriesgada y res-


ponde a una visión cortoplacista. Es cierto que la crisis exige recurrir al gasto público; también lo
es que nuestro punto de partida (porcentaje del stock de deuda pública respecto del PIB) era
confortable. Sin embargo, la velocidad del crecimiento de la deuda pública comprometerá muy
rápidamente la calificación de nuestro país; además, la variable esencial no es sólo el stock de
deuda pública sino el conjunto del endeudamiento de los agentes económicos.

Conviene tener muy claro que al no disponer de moneda propia, no cabe esperar una
recuperación de la competitividad por esa vía como en el pasado. La única vía de ajuste posible
es la reducción de costes empresariales; de todos los costes: energéticos, fiscales, aportacio- 201
nes a la Seguridad Social y, por supuesto, los salariales. Esa situación la han comprendido muy
bien los trabajadores situados en actividades muy expuestas a la competencia internacional; no
es tan fácil de percibir ni aceptar en otros sectores menos expuestos de manera inmediata y
directa, como los funcionarios públicos, por ejemplo, cuyo número y remuneración aumenta de
forma suicida en una situación grave que exige austeridad, sacrificios y solidaridad.

Por último, estamos integrados en el área euro lo cual implica protección, pero también es
preciso asumir la responsabilidad que corresponde a un país con una moneda fuerte, que debe
comportarse con rigor. El euro es una realidad, también lo son las naciones; nada garantiza
nuestra pertenencia a un club selecto si no actuamos de manera responsable.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

6. Bibliografía

• BANCO DE ESPAÑA (2009): Informe Anual 2008.

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• TORRERO, A. (2006): Crisis financieras. Enseñanzas de cinco episodios. Madrid, Marcial


Pons.

• TORRERO, A. (2008): «Sistema Financiero»; en VELARDE, J. y SERRANO, J. M., eds.:


España Siglo XXI. Tomo 3. La Economía. Madrid.

202
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO
Juan Ramón Cuadrado Roura
Universidad de Alcalá

RESUMEN ABSTRACT
La crisis internacional ha tenido un fuerte impacto en la The actual international crisis has had a strong impact in
economía española. Como cabía esperar, también ha truncado the Spanish economy. As it could be expected it has also
la senda de crecimiento alcanzada por los servicios a lo largo interrupted the growth path accomplished by service industries
de las tres últimas décadas. Sin embargo, es bastante probable along the last three decades. Nevertheless, it is rather probable
que este sector sea un elemento clave para la recuperación de that the service sector should be a key element for the recovery
la economía española y su crecimiento en el futuro. En cualquier of the Spanish economy and its growth in the future. Any case,
caso, seguramente muchas actividades experimentarán cambios some service activities will surely experience changes and
y procesos de reestructuración. restructuration processes.
El primer objetivo de este trabajo es poner de manifiesto The first aim of this paper is to show some aspects
algunos de los elementos que caracterizan la expansión de las characterizing the expansion of service industries in Spain.
industrias de servicios en España, lo que nos permite discutir Later, this will allow us to discuss the possibilities of their
las posibilidades de su crecimiento en un futuro próximo. El growth in the near future. The paper is organized as follows.
artículo está organizado de la siguiente manera. En primer lugar, First, figures on the GVA and employment of service sector will
se muestran las cifras del VAB y el empleo del sector servicios, be shown, as well as the stylized aspects of its growth trends
así como su tendencia de crecimiento desde 1980 hasta ahora. and some characteristics of its increase from 1980 to now.
En segundo lugar, se analizan las causas de dicha evolución; Second, the factors which can explain the growth of service
es decir, los factores que han actuado como "motores" de industries will be analyzed, that is the factors which have acted
desarrollo del sector. El texto finaliza con una reflexión acerca as 'engines' of service sector growth. From these inputs some
de las posibilidades de crecimiento de los servicios en España reflections will be presented on the possibilities of a new growth
durante los próximos años. period of the Spanish services next years.
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

1. Introducción 203
El papel de los servicios en las economías y su contribución o no a crear riqueza se
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

cuestionaron ampliamente en el pasado. No hay que remontarse para ello a las consideraciones
y comentarios efectuados por Adam Smith o por James Mill y otros autores de la escuela clási-
ca. En fechas bastante más próximas a nosotros, como sucedió en la década de los cincuenta
del pasado siglo, seguían apareciendo comentarios bastante críticos sobre la aportación de las
actividades terciarias al crecimiento económico, aunque ya Colin Clark (1940) o Jean Fourastié
(1949), entre otros, habían señalado la importancia adquirida por este sector, subrayando su
tendencia a crecer y algunas de las causas que podían explicarlo. Los ecos del debate crítico
sobre el papel de los servicios en las economías reverdecieron en las décadas de los setenta y
los ochenta con ocasión de los debates sobre los procesos de «desindustrialización» que pare-
cían sufrir muchas de las economías más avanzadas, llegando incluso a plantearse si la caída
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

del peso de la industria y el constante crecimiento de la representación de los servicios en el


empleo y en el PIB no acabarían determinando la «desaparición» de las manufacturas en los
países más desarrollados. Tomó entonces bastante fuerza la idea de que, en el futuro, las econo-
mías más terciarizadas iban a registrar tasas de crecimiento de su PIB muy moderadas, princi-
palmente como consecuencia de la baja productividad de los servicios y del constante aumento
del empleo en este sector.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En la actualidad, aunque algunas de las tesis más críticas siguen teniendo cierta presen-
cia, esta visión predominantemente negativa sobre el papel de los servicios en las economías ha
dejado paso a su aceptación como sector clave para el progreso de las sociedades modernas.
Las cifras y la trayectoria que ha seguido el sector son, por otra parte, contundentes. En todos
los países más ricos del mundo los servicios representan los dos tercios o más del producto
nacional y del total de las personas ocupadas. Y, por otra parte, casi nadie duda de que este
proceso de avance hacia la «terciarización» económica es no sólo uno de los rasgos más
definitorios de los países avanzados, sino que es un proceso que se producirá en todas las
economías a medida que su crecimiento tenga lugar, como muestra ya el caso de muchos de los
países que hoy suelen calificarse como emergentes.

Si en el pasado no se concebía que un país pudiera desarrollarse sin impulsar la industria-


lización, hoy esta idea se considera que es o puede ser compatible con la de que algunos países
pueden crecer sobre la base del desarrollo de determinados servicios o de que, al menos, los
servicios y la industria no sólo no son incompatibles, sino que pueden colaborar conjuntamente
a la mejora del bienestar social y al aprovechamiento de las posibilidades reales de desarrollo de
muchas economías.

El principal objetivo de este artículo es tratar de exponer las expectativas de futuro del
sector servicios en España. Para ello, el primer paso será presentar algunos datos que reflejen el
peso de los servicios en la economía española actual, al tiempo que se sintetizan algunos de los
principales rasgos que han caracterizado la aportación de los servicios al crecimiento español. A
partir de esta aproximación al sector, que forzosamente será breve, el texto se centrará en la
definición de los principales factores que han impulsado el su crecimiento desde 1980 hasta la
204 fecha, lo cual permitirá realizar más tarde algunas consideraciones sobre el futuro del sector
servicios y el papel que cabe esperar que cumplan los que hasta ahora han venido actuando como
«motores» de la expansión de las actividades servicios en el país. En este sentido, es innegable
que algunos de los cambios más profundos que están teniendo lugar en los últimos años, como los
derivados de los avances tecnológicos, la internacionalización de los servicios o los vientos favora-
bles a la liberalización de los mismos, van a jugar un relevante papel en la expansión y las variacio-
nes que experimentará la estructura de los servicios en los próximos años.

Dadas las limitaciones que impone la dimensión del artículo, algunos de los temas y
cuestiones que acabo de apuntar solamente podrán ser tratados de forma muy sintética. Sin
embargo, el texto incluirá diversas referencias a diversos libros y artículos que permitirán que
quienes estén interesados puedan ampliar las ideas, datos y análisis que aquí se presentan. Por
idéntica razón, sólo se incluyen en el artículo algunos gráficos y tablas muy seleccionados, que
podrán complementarse en su caso con los que figuran en otros trabajos que se citan o acudien-
do a las fuentes estadísticas de base. Por último, hay que indicar que los datos que se utilizan
en este texto proceden de la Contabilidad Nacional de España y de algunas fuentes estadísticas
que aparecen citadas en cada caso (Encuesta de Presupuestos Familiares; Encuesta de Pobla-
ción Activa; datos de la balanza comercial española; etc.). También se han utilizado datos de la
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

serie EU-KLEMS, elaborada con el patrocinio de la Unión Europea y cuya principal ventaja es
que aporta cifras comparables para los países más avanzados, tratadas de forma homogénea en
su estimación.

2. Los servicios en el crecimiento económico español. El incremento


de su peso y algunos rasgos característicos

En su conjunto, el sector servicios es, desde hace bastantes años, el más importante de
la economía española. De acuerdo con la Contabilidad Nacional, excluyendo los impuestos
netos sobre productos, las ramas de servicios aportaron en 2008 prácticamente el 68% del PIB
a precios de mercado (excluyendo los impuestos netos sobre productos), porcentaje que equiva-
le a 685.204 millones de euros. En términos de empleo, el número de ocupados en las distintas
ramas de servicios (alrededor de 13,5 millones de personas, como media, en el último año) se
aproxima asimismo al 67% de la ocupación total de la economía española.

Desde el punto de vista de la evolución global de la economía española hay que señalar
que, si bien el sector industrial (incluida la energía) ha seguido jugando un papel clave en el
crecimiento económico del país, no es menos cierto que los servicios han conquistado una
posición claramente dominante en el sistema productivo español. Algo que, como ya se ha
indicado, constituye también una de las características más destacadas de los países más
desarrollados, donde los servicios representan bastante más del 70% de toda la actividad econó-
mica, como sucede desde hace años en Estados Unidos, en el Reino Unido, en los países
escandinavos o en Francia. Sin embargo, los servicios no alcanzan dicho umbral en Alemania o 205
en Japón, donde el peso del sector manufacturero se ha mantenido a un nivel importante, a pesar
de que en ambos países los servicios también representan el 67-68% del total de su PIB.

En el caso español, los servicios han sido el sector que ha mantenido una trayectoria más
dinámica en las últimas décadas. Basta tener en cuenta que en 1980 este sector representaba
un 53,7% del PIB a precios corrientes, lo que si se compara con su peso actual significa que en
el período 1980-2008 los servicios han ganado más de 14 puntos porcentuales en su participa-
ción en la producción nacional a precios corrientes. Cabe recordar, asimismo, que en el período
comprendido entre 1980 y 2005, la aportación realizada por los servicios a la economía española
fue clave, puesto que de los 105,73 puntos porcentuales en los que se incrementó la producción
total del país, 74,6 puntos correspondieron a los servicios, lo que equivale a afirmar que el sector
terciario ha sido el protagonista del 70,56 % del crecimiento registrado por la economía española
en el citado período1.

1
Un análisis más detallado sobre estos aspectos puede verse en Cuadrado y González (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Conviene señalar, con todo, que cuando se utilizan cifras en valores constantes, es decir,
excluyendo el efecto que han tenido los precios en las variaciones del producto del sector, se
evidencia que gran parte del avance que han registrado los servicios con respecto a resto de los
sectores productivos se ha debido al impulso que registraron sus precios. Basta señalar, al
respecto, que el peso de los servicios en el PIB en valores constantes era un 64,62% en 1980,
porcentaje que en 2005, también en valores constantes, se estima que había pasado a ser el
67,04%. El avance real de la participación de las ramas de servicios en el PIB español ha sido
sólo ha sido, pues, en valores constantes, de algo más de 3 puntos porcentuales entre ambas
fechas, lo cual revela un aspecto ya conocido del comportamiento de los servicios en nuestra
economía como es su perfil claramente inflacionista. Al respecto, los datos agregados por secto-
res permiten constatar, en este sentido, que la evolución de los precios de los servicios ha
estado prácticamente siempre por encima de la media española y siempre bastante por encima
de los precios del sector industrial y del sector agrario, lo que ha permitido que una parte impor-
tante del incremento del peso de las ramas de servicios en la economía se deba a este diferen-
cial de precios. Algo que también es aplicable al sector construcción, que comparte con los
servicios este rasgo de que la evolución de sus precios ha sido siempre muy superior a lo que
suponía su aportación real al crecimiento de la economía española.

Este rasgo que acabo de subrayar en relación con los precios de los servicios tiene
efectos negativos tanto desde la óptica del equilibrio de la economía como en relación con su
ineficiencia. Por una parte, los servicios han impulsado las tensiones inflacionistas de la econo-
mía española, que se han manifestado desde hace muchos años en su permanente presencia
como uno de los componentes de la inflación subyacente del país, lo cual, ha operado negativa-
mente en la evolución de la renta disponible de los ciudadanos y ha supuesto una merma en el
206 potencial del crecimiento (Cuadrado y González, 2009). Pero, además, desde la óptica de la
asignación de recursos, dicha tendencia de los precios de los servicios debe calificarse también
en términos de ineficiencia, puesto que el componente inflacionista del sector se traduce en una
considerable absorción de recursos por su parte, a la vez que influye de forma negativa en la
competitividad general de la economía española ya que, en la medida en que los demás sectores
son –en mayor o menor medida– consumidores de servicios, los precios más elevados de éstos
influyen en los del resto de la economía y en su relación con los que ofrecen otros países
competidores.

Además de este aspecto relacionado con los precios, hay varios rasgos que también
destacan al examinar la trayectoria que han seguido los servicios en España en los últimos
años. De forma muy sintética podemos referirnos a tres de ellos: la relativa sincronización del
sector con el ciclo económico español; su limitada aportación a la productividad de la economía;
y el dispar comportamiento de las ramas de servicios, dentro de una tónica expansiva del sector
en su conjunto.
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

En cuanto al primero de tales rasgos –la relación de los servicios con el ciclo general
español– los datos evidencian, como no podía ser de otro modo, que si bien en algún ejercicio
aparecen ligeras discrepancias, en general hay que hablar de la existencia de un paralelismo
bastante claro entre las tasas de variación de la producción general de la economía española y
las que registraron los servicios. El Gráfico 1, que recoge las tasas de variación del VAB total de
la economía y del sector servicios en su conjunto para el período 1980-2005, muestra que ha
existido un grado de sincronización bastante alto2. Este hecho no sólo obedece a que el elevado
peso del terciario en la estructura sectorial de la economía española, sino también a que la
evolución de los servicios está muy ligada a dos variables claramente dependientes del signo de
la coyuntura: la renta y el empleo.

Aunque no disponemos de datos suficientes para analizar las relaciones entre la econo-
mía española en su conjunto y los servicios en la coyuntura tan gravemente regresiva que esta-
mos viviendo desde mediados de 2008, no resulta arriesgado anticipar que la sincronización
entre el VAB de los servicios y el de la economía en su conjunto se está produciendo también,
aunque con un ligero retraso.

Gráfico 1. Tasas de variación del VAB 1980-2005

207

Fuente: Cuadrado y González (2009). Elaboración propia.

2
Un análisis más fino del tema conduce a matizar esta afirmación y a poner de relieve que dicha sincronización registra también
retrasos y adelantos en la evolución cíclica cuya explicación obedece a causas que sólo se explican gracias a la evolución de
algunas de las ramas de servicios, por ejemplo.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Como es obvio, no todas las ramas de servicios se ajustan a este comportamiento gene-
ral. De hecho, se producen diferencias en las tasas de variación por ramas de actividad tanto en
términos de magnitud como en cuanto al momento e intensidad con que dichas ramas muestran
su anticipación, su retraso o su limitada vinculación al ciclo. En este sentido, hay que señalar el
comportamiento bastante distinto que muestran los servicios de mercado (es decir, sometidos al
libre juego de la competencia en el mercado) en comparación con las ramas de actividad que no
se sujetan a las reglas del mercado, puesto que su comportamiento responde, sobre todo, a
decisiones de carácter político en cuanto a su posible desarrollo. Piénsese, por ejemplo, en los
casos de la sanidad, la educación, o en la prestación de otros servicios y asistencias sociales,
así como en la estabilidad del empleo público o a un comportamiento no necesariamente cíclico
del gasto realizado por el sector público.

El Gráfico 2 refleja la evolución mucho más cíclica de los servicios de mercado y el carác-
ter más contra cíclico (o en todo caso más estable) de los servicios de no-mercado, que obede-
cen a decisiones más claramente discrecionales, generalmente tomadas sin sujetarse a las
condiciones del mercado e incluso con afán de «compensar» las caídas de la economía o las de
los demás servicios que sí están sujetos a fluctuaciones en razón de las fases más expansivas
y más o menos recesivas de la economía3.

Gráfico 2. Tasas de variación del VAB servicios 1980-2005

208

Fuente: Cuadrado y González (2009). Elaboración propia.

3
Una aportación pionera al distinto comportamiento de los servicios de mercado y de no-mercado en España puede verse en:
Cuadrado y Ortiz (2001).
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

Un segundo rasgo que también hay que destacar en cuanto al comportamiento de los
servicios desde el punto de vista histórico es, sin duda, la limitada contribución del sector a la
mejora de la productividad general de la economía. La literatura económica sobre los servicios ha
subrayado siempre este rasgo de los servicios, consecuencia en gran medida –aunque no sólo
de ello– de que la expansión de muchas actividades terciarias requiere siempre incrementos casi
paralelos de su empleo. Este hecho es bien patente, por ejemplo, en los servicios personales
(desde las simples peluquerías o los servicios de taxi a los servicios educativos y de la salud).
Clark o Fourastié ya señalaron la importancia de la relación entre incremento de la producción y
necesario incremento paralelo del empleo en muchas actividades terciarias, pero quizás fue
Baumol (1967) quien lo argumentó de forma más convincente y simplificada bastante más
tarde, aunque en los últimos años ha matizado claramente su tesis. Los datos de cualquier
país, y por supuesto también los de España, muestran que, en efecto, las tasas de variación
de la productividad por trabajador del sector servicios son muy bajas, siempre inferiores a las de
las manufacturas, la energía y la mayor parte de las actividades primarias.

Tabla 1. Crecimiento de la productividad en España por ramas de actividad y períodos


(tasas medias anuales, en porcentaje)

80s 90s 2000-2004 1980-2004

Sector primario 6,5 4,9 2,3 5,1


Manufacturas 3,2 2,6 4,5 3,2
Construcción 2,5 0,0 0,0 1,0
Servicios 0,7 0,0 0,4 0,4
Servicios de mercado 1,2 -0,1 0,0 0,4
Servicios no destinados a la venta 0,1 0,6 0,9 0,5
Comercio 0,3 0,2 -0,8 0,1 209
Hoteles y restaurantes -0,6 -0,5 -2,2 -0,8
Transportes 2,4 1,9 0,4 1,8
Comunicaciones 3,1 3,7 8,3 4,2
Servicios financieros 4,2 -2,1 4,6 1,6
Alquileres inmobiliarios 1,1 -2,7 -7,6 -1,9
Servicios a empresas -0,5 0,0 0,5 -0,1
AAPP -0,6 1,3 1,2 0,5
Educación e investigación 1,4 0,8 0,6 1,0
Sanidad y servicios sociales 0,2 1,1 0,4 0,6
Otros servicios -1,2 -3,4 3,2 -1,3
TOTAL ECONOMÍA 2,4 1,0 0,7 1,5

Fuente: Groningen Growth Devt Centre (2008). Elaboración propia.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

La Tabla 1 adjunta muestra los crecimientos de la productividad referidos a distintos


períodos por parte de los grandes sectores de la economía española, así como las variaciones
que se obtienen en cuanto al crecimiento de la productividad por parte de las distintas ramas
de servicios.

Los datos muestran claramente que la productividad de los servicios como agregado ha
experimentado siempre un crecimiento muy reducido e incluso nulo (como ocurrió para el con-
junto de los 90) y de ello puede inferirse claramente que su contribución a la mejora de la
productividad de la economía como conjunto ha sido siempre muy baja, compensando en nega-
tivo las mejoras que registraron la industria y del sector primario.

Sin embargo, como muestran también algunas de las cifras correspondientes a las ramas
de servicios que se recogen en la citada tabla, al comparar los datos por ramas terciarias se
observan notables diferencias entre ellas puesto que mientras algunas obtienen indicadores de
productividad que generalmente son muy bajos (hostelería, comercio, otros servicios, sanidad y
educación, p. ej.), otras alcanzan tasas comparativamente altas (transportes, comunicaciones y
servicios financieros).

Varios trabajos recientes han destacado tanto a escala internacional (Oulton, 2001; Wolf,
2003 y Maroto y Cuadrado, 2009, entre otros) como para el caso español o en su comparación
con otras economías (Maroto y Cuadrado, 2006 y Maroto, 2008) que «dentro» del sector servi-
cios es posible observar comportamientos muy diversos en relación con la productividad, ya que
mientras algunas actividades refrendan la tesis de que las variaciones de este indicador son muy
reducidas, en otros casos los indicadores de la productividad por ramas evidencian que algunas
210 de ellas han registrado aumentos bastante altos, con frecuencia comparables o incluso superio-
res a los de las manufacturas. Se trata, generalmente, de actividades donde la incorporación de
los avances tecnológicos y la sustitución del empleo por capital son viables y resultan incluso
imprescindibles para que la eficiencia de las empresas que operan en dichas ramas puedan
lograr altos niveles de eficiencia. La conclusión final no es, por supuesto, negar validez a la tesis
de que los servicios tienen tasas de variación de la productividad bastante bajas –aunque habría
que considerar, asimismo, cómo debe medirse dicha productividad en el caso de las ramas
terciarias–, pero sí que debe ponerse en cuestión la pertinencia de esta idea referida a todos los
servicios, puesto que los datos muestran una variedad de comportamientos bastante significativa.

El tercer rasgo general que parece necesario señalar también en relación con la expan-
sión de los servicios en la economía española es la heterogeneidad de comportamientos que
muestran sus distintas ramas. En otras palabras, ni todas las ramas de actividad crecen a un
ritmo alto, ni por supuesto obtienen tasas de variación comparables. Analizando los datos co-
rrespondientes a un período suficientemente extenso como el que discurre entre 1980 y 20054,

4
La elección de este período viene dada por la disponibilidad de datos homogéneos que proceden de la base EU KLEMS, elaborada
para un amplio número de países –entre ellos España– con el apoyo de la Unión Europea. Dicha base sólo alcanza hasta finales
de 2005 y tiene la ventaja de que pueden efectuarse comparaciones entre distintas economías.
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

Tabla 2.
Contribución de los servicios al crecimiento del VAB y de los factores productivos (1980-2005)

Contribución al crecimiento Contribución al crecimiento


de la economía española del sector servicios

Factor Factor
VAB trabajo capital VAB trabajo capital

TOTAL ECONOMÍA 100 100 100


TOTAL SERVICIOS 69,24 94,26 69,7 100 100 100
SERVICIOS DE MERCADO 43,54 64,58 42,52 62,89 68,51 61,01
COMERCIO Y DISTRIBUCIÓN 10,81 16,73 9,44 15,62 17,75 13,54
Venta, almacenamiento y reparación 1,56 2,43 1,21 2,26 2,58 1,74
Comercio al por mayor 4,51 5,17 5,69 6,52 5,48 8,17
Comercio al por menor 4,73 9,14 2,54 6,84 9,69 3,64
HOTELES Y RESTAURANTES 8,15 11,24 9,52 11,77 11,93 13,65
TRANSPORTE 4,67 3,93 5,24 6,75 4,17 7,52
Transporte terrestre 2,37 2,27 1,98 3,42 2,41 2,83
Transporte marítimo 0,08 -0,34 0,19 0,12 -0,36 0,27
Transporte aéreo 0,35 0,16 0,33 0,51 0,17 0,47
Actividades auxiliares de transporte 1,87 1,84 2,75 2,7 1,95 3,95
COMUNICACIONES 2,54 1,8 3,84 3,67 1,91 5,52
SERVICIOS FINANCIEROS 4,7 1,1 5,89 6,79 1,17 8,45
Intermediación financiera 3,56 -0,27 4,26 5,14 -0,29 6,11
Seguros y pensiones 0,75 0,35 1,09 1,08 0,37 1,56
Actividades financieras auxiliares 0,39 1,02 0,54 0,57 1,08 0,78
SERVICIOS EMPRESARIALES 17,32 19,89 25,65 25,01 21,1 36,79
Alquileres inmobiliarios 9,28 2,61 20,47 13,4 2,77 29,38
Alquiler maquinaria y otros serv. empresariales 8,04 17,29 5,17 11,61 18,34 7,42
Alquiler de equipos y maquinaria 0,67 0,69 0,94 0,97 0,73 1,36
Servicios informáticos 1,48 2,28 1,67 2,13 2,42 2,4
211
Investigación y desarrollo 0,06 0,11 -0,08 0,09 0,11 -0,11
Servicios legales, técnicos y de publicidad 3,4 6,83 2,3 4,91 7,24 3,31
Otros servicios empresariales 2,42 7,39 0,32 3,5 7,84 0,47
SERVICIOS COMUNITARIOS, SOCIALES
Y PERSONALES 21,04 39,56 10,12 30,39 41,97 14,52
Administración Pública y Defensa 5,83 9,06 3,14 8,41 9,61 4,51
Educación 4,98 7,47 1,52 7,19 7,92 2,18
Sanidad y servicios sociales 5,61 10,54 2,05 8,1 11,19 2,93
Otros servicios sociales, personales y comunitarios 3,82 8,18 3,42 5,51 8,68 4,91
Saneamiento público 0,43 0,73 0,51 0,62 0,77 0,73
Actividades asociativas 0,23 0,57 0,06 0,33 0,61 0,09
Actividades recreativas, culturales y deportivas 2,47 4,4 2,29 3,57 4,66 3,29
Otras actividades 0,69 2,48 0,55 0,99 2,63 0,8
Actividades de los hogares 0,81 4,31 0 1,17 4,57 0
SERVICIOS DE NO MERCADO 25,7 29,68 27,18 37,11 31,49 38,99

Fuente: Datos EUKLEMS (2009) y Cuadrado y González (2009). Elaboración propia.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

se observa que en el avance de la economía española hay varios grupos de servicios que han
tenido un papel especialmente significativo. Son, en concreto, los más tradicionales (servicios
inmobiliarios, hostelería y restauración e incluso comercio y reparaciones); los no destinados a
la venta (administraciones públicas, defensa, educación y sanidad) y los más ligados al sistema
productivo (servicios a empresas). Estos tres grupos aportaron, en su conjunto, el 41,89% del
crecimiento de la economía española y el 60,48% del incremento de la producción terciaria en
nuestra economía.

La Tabla 2 ofrece una estimación de la contribución de las distintas ramas de servicios al


crecimiento de la economía española en términos de VAB en el período 1980-2005, así como
sobre la utilización de dos de los factores básicos de la función de producción: el trabajo y el
capital.

Si lo que se toma como referencia es la participación del factor trabajo y del factor capital
en relación con el crecimiento conjunto de los servicios, el dato realmente relevante es que los
servicios han sido responsables del 94,26% de la expansión del factor trabajo. Esto se explica
porque, como es bien sabido, el crecimiento de buena parte de las ramas de servicios se basa
en intensificar el empleo. De hecho, seis ramas de servicios explican casi el 64% del aumento de
dicho factor productivo: los servicios a las empresas (17,3); los hoteles y restaurantes (11,2) la
sanidad (10,5); el comercio al por menor (9,1); otros servicios sociales (8,2) y educación (7,5).

Desde la óptica de la contribución de los servicios en relación con el factor capital también
puede apreciarse que las ramas más significativas son bastante concretas: alquileres inmobilia-
rios (20,5), hostelería (9,5), sevicios financieros (5,9); comercio al por mayor (5,7), transporte
212 (5,2); y servicios a empresas (5,2). Entre todas ellas explican el 52% del aumento que registró
dicho factor para el conjunto nacional y el 74,6% con referencia al propio sector.

La primera conclusión y la más general en relación con este rasgo relativo al comporta-
miento por ramas de servicios5 es que, tanto desde el punto de vista agregado como factorial
–trabajo y capital– la contribución de los servicios al crecimiento de la economía española se ha
apoyado sustancialmente en actividades tradicionales (hostelería y restauración; comercio; al-
quileres) y de no-mercado (administraciones públicas, sanidad y educación), a las que se sumó
la participación de la rama que más ha crecido en los últimos años: los servicios a empresas,
como consecuencia no sólo de la «externalización» de este tipo de servicios por parte de mu-
chas empresas, sino de la creciente demanda de tales servicios que se experimenta en un
sistema productivo que cada vez es más complejo y exigente para las empresas de todo tipo que
operan en él, tanto en términos legales, como técnicos y económicos. La eficiencia y la capaci-
dad competitiva de numerosas empresas es evidente que está cada vez más vinculada a la
utilización de servicios (tecnológicos, jurídicos, de asesoramiento, diseño, estudios de mercado,
etc.) que les proporcionan empresas especializadas.

5
Puede verse un tratamiento mucho más detallado y extenso en Cuadrado y González (2009).
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

3. Los principales «motores» del crecimiento de los servicios

Expuestos algunos datos y comentarios que reflejan la fuerte expansión que han registra-
do los servicios en España, parece absolutamente obligado preguntarse ahora por los factores
que han impulsado el proceso de «terciarización» de la economía española. En este sentido, la
economía española no constituye un caso especial, ya que un análisis comparado permite defi-
nir la existencia de factores muy similares que explican el crecimiento de las actividades de
servicios en todas las economías avanzadas. Sin embargo, cuando se comparan cuáles han
sido los «motores» que más han impulsado la expansión de los servicios en cada país en parti-
cular se aprecian algunas diferencias. En el caso español, parece innegable que el intenso y casi
permanente crecimiento que ha tenido lugar en las actividades vinculadas al sector turismo (las
ramas de hostelería y restauración, en particular, pero también otras vinculadas a la actividad
turística, como los transportes, algunas actividades comerciales y servicios personales, por
ejemplo) explican la rápida expansión que registró el sector servicios desde mediados de los
sesenta hasta la fecha. En otros países los datos permiten enfatizar, por ejemplo, el papel que
jugó en el pasado la fortísima expansión del «Estado de Bienestar» y, por tanto, la prestación de
servicios por parte del sector público (como sucedió en el Reino Unido o en los países escandi-
navos, por ejemplo), mientras que los servicios orientados a la exportación han sido a veces muy
relevantes (Holanda), o que el más moderado crecimiento de los servicios como consecuencia
del fuerte peso que han mantenido las actividades manufactureras (Alemania o Japón).

Pero sería erróneo atribuir a este solo factor la terciarización que ha registrado la econo-
mía española. Para explicarla hay que recurrir, realmente, a una serie de factores que se han
tratado de sintetizar en el esquema-síntesis adjunto, diferenciando entre aquellos factores que
han impulsado la expansión del terciario desde el lado de la demanda, de aquellos otros que han 213

Esquema 1.
Factores explicativos: significación de los servicios en el crecimiento español
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

actuado principalmente desde el lado de la oferta. Esta separación, útil sin duda como elemento
de clarificación, no puede llevarse sin embargo hasta el extremo, ya que no son pocos los casos
en los que en el crecimiento de una determinada rama de servicios han participado tanto los
factores de demanda como los de oferta.

a) Los impulsos desde el lado de la demanda6

La demanda de servicios ha estado determinada, esencialmente, por el consumo que de


los mismos han realizado las familias, las empresas y las Administraciones Públicas, a las que
se ha sumado la demanda externa de servicios, y/o por la exportación de servicios.

En las últimas décadas, la estructura del consumo familiar de bienes y servicios ha


registrado profundas transformaciones en todos los países. En el caso español (Mañas y Sánchez,
2009 y Mañas, Gabaldón y Cuadrado, 2001) el peso relativo de algunos renglones de gasto en
servicios por parte de las familias han registrado variaciones al alza muy significativas, tanto
como consecuencia de los cambios sociales y en sus pautas de comportamiento, como debido
a la propia elevación de los niveles de renta7, que han dado lugar a incrementos en el gasto de
algunos bienes y servicios (p. ej.: en educación, sanidad, transportes, o en ocio y cultura), al
tiempo que se producía una reducción –en valor total o en términos relativos– del volumen de
gasto en otros bienes (p. ej.: en algunos productos que antes se consideraron de primera nece-
sidad). Todo ello ha determinado cambios en la significación de bastantes partidas del gasto
familiar. En concreto, hay dos tipos de servicios que han protagonizado el aumento de la deman-
214 da: los servicios sociales, sanidad y enseñanza fundamentalmente, y los servicios de transpor-
tes, comunicaciones y bancarios.

En la trayectoria que han seguido cada uno de los componentes del consumo familiar de
servicios han incidido variables tales como los precios (es decir, el incremento comparativo de
los precios de los servicios en relación con algunos bienes) y la evolución del nivel de ingresos
de los ciudadanos (por el cumplimiento de la Ley de Engel), así como determinados factores
demográficos y laborales (que se relacionan, por ejemplo, con los procesos de intensificación
del grado de urbanización; las comidas fuera del hogar forzadas por los horarios de trabajo y
los costes de desplazamiento; la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar), sin
olvidar algunos cambios que se han producido en los hábitos sociales (en términos de ocio y
de acceso a la cultura, por ejemplo), la aparición y desarrollo de nuevos servicios (especial-

6
En la explicación de los factores o motores impulsores de la expansión de los servicios en España seguimos lo expuesto en
Cuadrado y González (2009), ampliando algunos detalles y datos. En todo caso, un esquema similar ha sido utilizado en otros
trabajos anteriores de estos mismos autores.
7
El cumplimiento de la llamada «Ley de Engel» se ha producido de forma clara y bastante previsible en la composición del gasto de
las familias en bienes de consumo, pero también en la creciente presencia de los servicios en el gasto familiar a medida que se ha
ido incrementando la renta media disponible. Otros factores que se citan en el texto han tenido y siguen teniendo un apreciable grado
de influencia en la composición de la estructura del gasto medio de las familias.
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

mente los vinculados al uso de nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones),


etc. En definitiva, la conjunción de todos estos factores ha favorecido la expansión de la de-
manda de servicios por parte de los individuos y/o familias en todas las economías occidenta-
les, lo que ha impulsado sin duda el crecimiento global del sector terciario en términos de
empleo y de actividad productiva, aunque con especial incidencia en algunas de las ramas de
actividad que integran el sector.

En el caso español, cuando se comparan períodos suficientemente extensos, los datos


de la EPF8 reflejan los cambios a los que acabamos de referirnos. El gasto en alimentación en
España ha pasado de significar el 34% del gasto total de las familias en 1970 al 20% en 2005.
Asimismo, el gasto de las familias en vestido y calzado también ha registrado una reducción de
su peso (actualmente supone el 7%, aproximadamente) en el conjunto del gasto familiar. Por el
contrario, los gastos en vivienda y servicios vinculados han pasado del 19% al 31% en el trans-
curso de los años citados anteriormente (una cifra, por cierto, bastante más elevada en España
que en la media de los países de la UE-15). Asimismo, aumentaron los gastos en transportes y
comunicaciones y el grupo de los gastos dedicados al esparcimiento (incluyendo las partidas de
recreación y cultura y los de hostelería y restauración, que pasan del 6% en 1970 al 15% en
2005). A destacar también el aumento que registra el concepto de comidas y bebidas fuera del
hogar, que actualmente suponen más de una décima parte del presupuesto total de consumo
familiar y un 28,4 del total del gasto en servicios.

Si el consumo familiar de servicios ha sido uno de los factores de arrastre en la expansión


de los servicios, no menos importante ha sido hasta ahora la expansión del gasto en servicios
realizado por las empresas, que ha llevado incluso a distinguir un grupo de actividades terciarias,
denominadas genéricamente servicios a la producción. El análisis de la utilización de servicios 215
por parte de la industria, la agricultura o los propios servicios puede realizarse cuantitativamente
mediante encuestas o bien, de forma más agregada, a través de los cambios en la estructura de
inputs que reflejan las Tablas input-output de la economía referidas a distintos períodos (Cuadrado
y Rubalcaba, 2000; Cuadrado, 2005 y Camacho y Rodríguez, 2009). La creciente utilización de
servicios externos por parte de las empresas industriales, agrarias y de servicios, ha sido conse-
cuencia tanto de los cambios estructurales y organizativos que se han producido en las economías
más avanzadas, como de las crecientes necesidades de apoyo en forma de servicios que requie-
ren la evolución y la internacionalización de los mercados. En este componente es donde cabe
situar los efectos de la «externalización» de servicios (out-sourcing) que han llevado a cabo las
empresas industriales, mineras, energéticas, e incluso las agrarias. Como es lógico, en este
caso sólo estamos ante un incremento, que cabe calificar como «estadístico» de la producción
y del empleo del sector servicios. Lo que ha sucedido es que muchas empresas que previamente
producían internamente los servicios que precisaban (transportes; contabilidad; publicidad, dise-
ño técnico…) han procedido a demandar al mercado un buen número de ellos, guiadas por la
búsqueda de economías en sus costes y también por la posibilidad de obtener ofertas más

8
Encuesta de Presupuestos Familiares del INE.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

variadas y de más calidad al poder elegir entre las empresas oferentes que existen en el merca-
do. Todo ello ha determinado un desarrollo de los llamados «servicios a la producción» que, si
bien tiene un componente ficticio (resultado de la supresión de servicios antes producidos en el
interior de la empresa), no es menos cierto que obedece también a las crecientes necesidades
de asistencia externa que precisan las empresas, bien sea por la complejidad creciente de la
legislación y normativas (jurídica, en general, laboral, fiscal), o por las exigencias de unos merca-
dos donde los productos son cada vez más sofisticados, la demanda de los mismos más
segmentada y con una clara ampliación de los mercados y de la competencia internacional.

Pero, sería muy simplista atribuir sólo a esta última causa el considerable aumento del
gasto las empresas en servicios, el cual aparece claramente registrado al comparar, por ejemplo,
la estructura de inputs que nos muestran las sucesivas tablas input-output de cualquier país y
por supuesto también en España. Las empresas son actualmente mucho más demandantes de
servicios externos de todo tipo que en el pasado no sólo como consecuencia de los cambios
organizativos ya citados, sino debido también a la creciente complejidad de los problemas con
los que se enfrentan: necesidad de un mejor y más amplio conocimiento de los mercados;
resolución de cuestiones legales y fiscales cada vez más complejas; problemas laborales; intro-
ducción y desarrollo de innovaciones; servicios informáticos; apoyos técnicos y en el diseño de
productos; asistencias a la exportación; etc. Todo ello conduce a que el papel de los «servicios
a las empresas» y, en sentido más amplio, los servicios a la producción (incluyendo, además de
los servicios a empresas, los transportes, los servicios financieros, la distribución y los servicios
de post-venta), haya crecido sustancialmente en los últimos años. De hecho, los distintos com-
ponentes de servicios se han constituido en auténticos inputs de las funciones de producción de
todas las empresas muestran los datos relativos a la industria química, la del automóvil, las de
216 alimentos y bebidas, el textil y las demás actividades manufactureras, además de los relativos a
la producción energética, la minería y otras actividades primarias. Incluyendo, naturalmente, a
las propias ramas de servicios, ya que también son a su vez «demandantes» de otros servicios
para poder ofrecer los que producen.

Por último, al consumo de servicios realizado por las familias y las empresas, se han
unido también, y de forma creciente, la demanda de servicios por parte de las AAPP y la deman-
da de servicios un procedente de otros países, cuyo reflejo se produce en este caso en la
balanza por cuenta corriente del país con el exterior al computarse como exportaciones.

En el primer caso, resulta evidente que las Administraciones (tanto la Central, como las de
las comunidades autónomas o de las entidades locales) también han contribuido y contribuyen
a impulsar la demanda de servicios puesto que, para llevar a cabo el relevante papel económico
que desempeñan en las economías, necesitan demandar en el mercado toda una serie de servi-
cios (asesoramiento, estudios, evaluaciones, gastos ordinarios de transporte, limpieza, etc.).
Ahora bien, en este caso más que asistir a un incremento cuantitativo del sector servicios, lo que
se observa es un trasvase de actividad económica justificada en buena medida por la creciente
complejidad de muchas de las decisiones y actuaciones del sector público, por una parte, y por
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

le tendencia a limitar el crecimiento del sector público y de la burocracia recurriendo a demandar


que el sector privado colabore con las instancias públicas y contribuya a resolver determinados
problemas, suministros o necesidades.

La expansión del comercio internacional de servicios (transportes en sus diversas


modalidades, servicios financieros, turismo, consultorías y asistencia técnica...) ha jugado tam-
bién un buen papel como impulsor del crecimiento de los servicios, si bien se observan notables
diferencias al examinar su papel en distintos países. El caso de Holanda ejemplifica la importan-
cia que puede tener este factor en el crecimiento experimentaron algunos servicios en dicho país
desde hace varias décadas. Algo parecido ocurre con el Reino Unido, particularmente en el
ámbito de los servicios a las empresas, los servicios financieros y los transportes. En España,
como es sabido, su papel ha sido muy importante en el caso de las actividades vinculadas al

Gráfico 3.
Exportaciones e importaciones españolas de servicios (1999-2007)

Exportaciones, en millones de Euros

217

Importaciones, en millones de Euros

Fuente: Elaboración a partir de datos Eurostat. Tomado de Visintin (2009).


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

turismo, auténtico motor durante años de la expansión de los servicios de hostelería, transportes
y otras actividades. Sin embargo, las exportaciones españolas de otros servicios alcanzan una
cuantía sensiblemente inferior a su peso en el conjunto del sector, aunque en los últimos años se
ha incrementado el importe de partidas como los servicios vinculados a la construcción y los
transportes. Por otra parte hay que tener en cuenta que la expansión de muchos servicios a
escala internacional se lleva a cabo a través de inversiones directas, creando filiales y adquirien-
do o participando en empresas de carácter local (Cuadrado Roura y Visintin, 2008; Cuadrado,
2008; y Visintin, 2009). Esto es lo que ha ocurrido en el caso de sectores como la banca, las
telecomunicaciones y otros servicios como la vigilancia y el suministro de agua en el caso
español, lo cual implica que sus ventas no se registren en la balanza de pagos, salvo los ingre-
sos por beneficios que se transfieran o los royalties.

b) Impulsos desde el lado de la oferta

Como es obvio, detrás del crecimiento de los servicios se encuentran también factores
que han operado por el lado de la oferta. Al respecto cabe diferenciar dos grupos: los factores
de oferta tradicionales y algunos nuevos factores que están operando también por el lado de
la oferta.

Dentro de los factores que pueden calificarse como tradicionales destacan tres, en parti-
cular. Por un lado, la estructura empresarial de los servicios se caracteriza por el predominio
de las PYMES y de los empresarios autónomos, en consonancia con los bajos costes de acce-
218 so que suponen algunas actividades de servicios, lo que las ha llevado incluso a convertirse en
un sector refugio en momentos de crisis. Por otro lado, se argumenta asimismo que el creci-
miento de los servicios, sobre todo en términos de empleo, se relaciona con algunas de las
características laborales que muestran algunas actividades terciarias: bajos niveles salaria-
les, movilidad interna, horarios de trabajo, mayores facilidades de despido, escasa sindicación,
predominio de la mano de obra femenina y joven, etc. Y por último, en el caso español es
obligado subrayar el importante papel desempeñado por el sector público como oferente de
servicios básicos. Este factor ha dependido del signo de la política presupuestaria, si bien desde
el punto de vista del gasto público dos han sido las decisiones más relevantes: la descentraliza-
ción administrativa del país en diecisiete Comunidades Autónomas, y la creación y posterior
desarrollo de un Estado de Bienestar, del que son piezas básicas actividades de servicios como
la Educación o la Sanidad.

Junto a los factores que se acaban de comentar hay que referirse también a algunos
nuevos factores que indudablemente contribuyen y pueden contribuir cada vez más a impulsar la
oferta de servicios. Destacan en particular dos procesos relativamente recientes; por una parte,
la influencia del desarrollo de algunas nuevas tecnologías, y, por otra, los movimientos favorables
a una creciente desregulación de las actividades de servicios.
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

La incidencia de las tecnologías de la Información y las comunicaciones (TIC) en el


desarrollo de los servicios resulta innegable. Por un lado, el desarrollo de las TIC ha supuesto un
decidido impulso de las actividades terciarias por diversas vías. Por un lado, porque dichas
tecnologías han propiciado la aparición de nuevos servicios, más eficientes y perfectamente
comercializables; por otro, porque también se está facilitando una prestación más fácil de algu-
nos servicios, sin sujetarse tanto a la proximidad geográfica; y, por último, pero no menos impor-
tante, porque las nuevas tecnologías están contribuyendo a modificar la forma en que venían
prestándose determinados servicios, lo que ha mejorado ostensiblemente la productividad y la
calidad de los mismos. Desde esta perspectiva, es evidente que el factor tecnológico ha impulsa-
do en los últimos años el avance cuantitativo y el desarrollo cualitativo de los servicios, inclusive
ha sido un factor determinante, no el único, de las modificaciones en las estructuras de los
mercados de servicios, al dejar obsoletas e inútiles toda una serie de regulaciones que constre-
ñían el sector. Sin embargo, hay que señalar asimismo que la introducción de las TIC y de otros
avances tecnológicos está afectando asimismo de forma negativa a la pervivencia de algunas
empresas de servicios (piénsese, p.ej., en las agencias de viajes tradicionales) y, con carácter
más general, a determinados segmentos del empleo terciario.

Las actividades de servicios han sido, en general, objeto de abundantes regulaciones,


tanto en lo que respecta a las barreras de entrada, como sobre el tipo de servicios ofrecidos y
sus condiciones, la extensión del sistema de concesión y otras muchas vías reguladoras. Las
críticas a esta situación y la extensión de las ideas favorables a una liberalización y flexibilización
de las economías que han estado presentes en las dos últimas décadas han determinado la
puesta en práctica –aunque no sin resistencias– de ideas favorables a la desregulación que,
sin duda, han jugado y pueden jugar un importante papel en la ampliación y mejora de la oferta de
servicios. Su impacto más claro hay que situarlo en el ámbito de lo cualitativo y de la transforma- 219
ción y modernización de las estructuras, más que en el terreno cuantitativo, puesto que el incre-
mento de la competencia y el cambio en las formas de mercado está llevando a una moderniza-
ción de las empresas de servicios y a una expansión de la oferta.

4. Expectativas sobre la expansión de los servicios en el futuro

Lo que pueda ocurrir en el próximo futuro en relación con los servicios vendrá marcado,
esencialmente, por la influencia y el comportamiento de esos mismos «motores» que han impul-
sado su expansión en los últimos años.

Desde la óptica de la demanda, los cuatro motores básicos del crecimiento del sector han
sido y siguen siendo: el consumo de las familias, la utilización creciente de servicios para la
producción de bienes y servicios, la demanda de las Administraciones Públicas y el comercio
internacional de servicios. Pues bien, todo indica que lo más probable es que todos ellos van a
continuar empujando la producción de servicios, una vez superada la actual coyuntura de crisis
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

y de recesión. Normalmente, la renta española por habitante seguirá creciendo y el cumplimiento


en términos estadísticos de la «Ley de Engel», unido a los cambios que está experimentando
nuestra sociedad –a los que ya se ha hecho referencia– harán que siga aumentando la demanda
de servicios por parte de las familias, con objeto de cubrir desde los servicios personales o los de
ocio y cultura, hasta los transportes y el gasto en sanidad y educación privadas, entre otros. En
el caso de las relaciones intersectoriales, también es evidente que la demanda de servicios
como inputs para producir nuevos bienes y servicios tendrá continuidad, como permiten prever
los estudios vía tablas input-output ya realizados y la propia dinámica de los modernos sistemas
de producción9. Asimismo, tampoco cabe pensar que las Administraciones Públicas puedan
prescindir de los servicios que puede facilitarle el sector privado, ni que se recorten sustancialmente
los servicios prestados directamente por ellas. Por último, el comercio exterior de servicios está
recibiendo un fuerte impulso en los últimos años, que tampoco se prevé que pueda detenerse (de
nuevo, una vez superada la actual coyuntura económica mundial) y que cuenta con el apoyo de
los acuerdos internacionales, la liberalización de servicios que se ha propuesto la Unión Europea
(con el impulso de la Directiva sobre Liberalización de Servicios, actualmente en proceso de
aplicación en todos los países comunitarios, así como otras directivas referidas a los transportes
y comunicaciones, que se orientan a impulsar el mercado interior de servicios y una mayor
flexibilidad y competencia en la prestación de los mismos).

Desde la óptica española únicamente puede anticiparse una posible ralentización de los
ingresos por turismo, que ya se ha manifestado en los últimos ejercicios, acentuándose a raíz de
la crisis internacional, pero que seguramente convivirá con un incremento de algunas de las
partidas del comercio de servicios a las que antes se ha hecho ya referencia.A todos estos
avances puede sumarse que el papel del sector público como productor/suministrador de «servi-
220 cios de no-mercado» seguirá teniendo su propio protagonismo. Incluso en el caso de que la
oferta pública de algunos servicios pudiera sufrir recortes, por razones políticas, fiscales o ideo-
lógicas, ello redundaría con seguridad en una paralela expansión de dichos servicios por parte
del sector privado. Las experiencias de otros países muestran que así ha ocurrido en los campos
de la educación y la sanidad cuando los gobiernos decidieron recortar el ‘estado de bienestar’.

La conclusión final es pues que, en España, al igual que en otros países, una vez
superada la fase más grave de la actual recesión, el crecimiento de los servicios retomará
–quizás más moderadamente– su senda anterior. En este sentido, no parece arriesgado afir-
mar que se supere el umbral del 70 % del VAB de nuestro país y un porcentaje algo inferior en
cuanto al número total de ocupados. Y puesto que se trata de porcentajes relativos hay que
señalar que a ello contribuirá un ligero retroceso del sector industrial y, sobre todo, del sector
de la construcción.

9
Puede verse al respecto el trabajo de Pilat y Wölf (2005) publicado por la OCDE, disponible http://www.oecd.org/dataoecd/43/33/
34946920.pdf
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

Pero, lo que en todo caso también se va a producir son procesos de reestructuración


«dentro» del sector servicios, que deben conducir a reducir el número de empresas que operan
en algunas ramas y un aumento de su dimensión, a la vez que en algunos casos concretos
(determinados segmentos del sector turismo, hostelería y restauración, comercio minorista, trans-
portes convencionales…) puede producirse en los próximos años la desaparición de muchas em-
presas cuya rentabilidad y viabilidad en términos de eficiencia y de mercado son muy dudosas.

Hay varias cuestiones más que cabe plantearse sobre el futuro de los servicios. ¿Será
una realidad el mercado interior de servicios? ¿Serán más productivos los servicios? ¿Será cada
vez más significativa la inversión exterior en servicios? ¿Hay que prever un incremento de la
deslocalización?

Como es obvio, no es posible ofrecer respuestas breves a cada una de estas cuestiones.
Cabe, sin embargo, anticipar algunas ideas y remitirnos a otros estudios y trabajos recientes
donde se ofrecen datos y elementos bastante sólidos al respecto.

En relación con los posibles avances hacia un mercado interior de servicios en la UE


pueden aportarse las siguientes observaciones. En primer lugar, es evidente que la UE debe
avanzar hacia ese mercado interior de servicios, puesto que hacerlo constituye un requisito
imprescindible para seguir progresando hacia una integración europea cada vez más completa y
efectiva. Sin embargo, hay que recordar que si bien se han ido aprobando varias directivas secto-
riales que marcan la dirección adecuada (sobre transportes, banca y otros), las dificultades con
que tropezó la aprobación de la última la Directiva de Servicios, puso de relieve una vez más que
los intereses y presiones ‘nacionales’ siguen teniendo mucha fuerza en el seno de la UE y que la
eliminación de algunas de las barreras existentes seguirá siendo difícil. De hecho, la trasposición 221
de dicha Directiva a la legislación y normativa interna de los países miembros de la UE está
produciéndose con bastante lentitud. Sería sin duda deseable que se avance con mayor rapidez,
pero la realidad no muestra excesivos signos de que esto sea efectivo, por lo que seguramente el
mercado interior de servicios seguirá manteniendo un notable retraso con respecto a otros fren-
tes comunitarios.

La pregunta sobre si los servicios serán o no más productivos en el futuro puede tener
una respuesta más positiva que la anterior. En el Apartado 2 se ha hecho referencia a las críticas
de quienes han calificado globalmente a los servicios como un sector «retardatario» (o menos
productivo que el resto, si se quiere) desde la óptica de la evolución de la productividad y de su
contribución al crecimiento. Resulta difícil negar esta idea cuando se utilizan valores e indicadores
muy agregados. También cabe reconocer la validez de dicha tesis en todos aquellos casos –que
son muchos– tienen un componente más «personal» en su producción y suministro, al igual que
ocurre en los «no destinados a la venta». Por tanto, incrementar la productividad por trabajador
del conjunto de los servicios tiene y seguirá teniendo dificultades, como consecuencia de los
elevados requerimientos de mano de obra que exigen la expansión de bastantes de sus ramas
de actividad, difícilmente reemplazables por capital ni por la tecnología. Esto no significa en
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

absoluto que en muchos de tales servicios no se estén produciendo mejoras en la «calidad» y


que no tengan lugar en ellos «innovaciones» que las hacen más eficientes. De hecho, existen
dudas sobre si en el caso de los servicios se está midiendo bien la variable «productividad»,
puesto que aplicamos unos criterios que son pertinentes para los bienes pero no tanto en el caso
de muchos servicios, cuya transformación hace que sean muchas veces poco comparables
entre sí con el transcurso del tiempo. A pesar de todo, como se ha anticipado en este mismo
texto y en varios trabajos sobre el tema tanto referidos al caso español10 como a la experiencia
internacional, existen ramas de servicios cuya productividad alcanza tasas de variación anual equi-
parables e incluso superiores a muchas actividades manufactureras. Se trata, en general, de activida-
des donde los requerimientos de capital y el progreso tecnológico permiten producir no sólo servicios
de mayor calidad, sino con un valor añadido más elevado, como sucede con las telecomunicaciones,
bastantes actividades de transportes, los servicios bancarios y una parte de los servicios a las
empresas. Nada hace suponer que estas tendencias no vayan a seguir en el futuro.

Por otra parte, hay que prestar cada vez más atención a las diferencias que se producen
en las «innovaciones» en servicios en relación con la industria. Muchas de tales innovaciones
difícilmente se registran oficialmente, puesto que el sistema de patentes se adapta mal a la
producción de bastantes servicios. Sin embargo existen y son el resultado de varios elementos:
la mejora del capital humano en el sector, la creciente competencia (incluso en servicios cuyo
contacto productor/cliente es imprescindible y debe producirse simultáneamente y en un lugar
determinado), las ganancias en economías de escala y de campo que generan las redes de
empresas de servicios y el incremento en la dimensión de las empresas, o la propia
«internacionalización» de los servicios –vía comercio, pero también vía inversiones– a la que
antes se ha hecho también referencia.
222
Por último hay una cuestión que también debe figurar entre estas reflexiones cara al
futuro. Se trata de los procesos de «des-localización» geográfica11 que se han venido produ-
ciendo en bastantes servicios y de preguntarse sobre si dicha tendencia continuará o no en el
futuro. La respuesta no puede ser sino positiva. Algunos documentos recientes analizan los
procesos de off-shoring de los servicios a escala internacional y sus implicaciones12. Pero,
además, las corrientes de inversión en actividades de servicios que se están produciendo a
escala internacional indican que las tendencias iniciadas en los últimos años tendrán continui-
dad, justificadas en bastantes casos por la propia naturaleza de bastantes servicios, que exigen
que su producción y suministro se realice en contacto directo entre el productor y el consumidor
del servicio, y que exista en muchos casos una relación de colaboración entre ambos. Por otra

10
Ver Maroto y Cuadrado (2006); Maroto (2008) y Cuadrado (2008), por ejemplo.
11
En otras palabras: el desplazamiento de la producción de algunos servicios a países donde los costes de producción y la normativa
vigente resultan más ventajosas. Esto ha ocurrido en el caso de los tratamientos informáticos (donde la India ha absorbido un
importante volumen de producción), en la producción de libros, material para los medios de comunicación y ocio, por ejemplo.
12
Ver http://www.mckinsey.com/mgi/publications/emerginggloballabormarket/index.asp; así como http://www.mckinsey.com/mgi/
publications/emerginggloballabormarket/index.asp. El reciente libro de Rubalcaba y Kok (2007) aporta igualmente numerosos
argumentos y cifras sobre el tema, con referencia al caso de los Business Services.
LOS SERVICIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Y SUS PERSPECTIVAS DE FUTURO / JUAN R. CUADRADO ROURA

parte, los avances en TIC también favorecen algunas des-localizaciones específicas, al permitir
que determinadas tareas puedan realizarse en localidades/países muy alejados del demandante
de los mismos, manteniendo pleno contacto con ellos y reduciendo los costes de producción,
como sucede en actividades relacionadas con la informática, tratamiento de datos y otras.

Para concluir, y aún teniendo en cuenta la dificultad que comporta la situación económica
actual, considero que la evolución de los servicios en España en los próximos años ofrece unas
perspectivas de crecimiento bastante claras. Junto a nuevas posibilidades de creación de
empleo en el sector, cabe prever que se produzcan mejoras en la productividad en bastantes
de sus ramas, mejoras en la calidad del servicio prestado en casi todas13, y una creciente
internacionalización de las empresas españolas de servicios vía inversiones en el exterior, así
como la incorporación –también creciente– a España de empresas de servicios con centrales en
otros países. En el contexto europeo, sería deseable que el mercado interior de servicios avanza-
ra con más rapidez si bien hay claras dificultades para que esto se produzca a pesar de las
directivas aprobadas en los últimos años. En España ya está en curso la transposición de la
Directiva de Servicios, mediante un proyecto de Ley actualmente en discusión en Las Cortes
sobre Liberalización de Servicios, más otro Proyecto de Ley (la llamada «Ley Omnibus») por el
que se modifican o anulan muchos aspectos de la regulación de servicios que imponían otras
leyes y decretos anteriores. Seguir avanzando en esta línea será muy positivo para dinamizar los
servicios en España, eliminando regulaciones y fomentando la competencia y las posibilidades
de creación de empresas. Pero, para avanzar en esta dirección será precisa la colaboración de
las comunidades autónomas (que tienen transferidas muchas competencias sobre los servicios)
y los municipios, cuyas normas y reglamentos ahorman y a veces dificultan seriamente un
mayor dinamismo de las empresas y sectores de servicios en nuestro país.
223

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13
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225
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD
Andrés Pedreño Muñoz y Ana Ramón Rodríguez
Instituto Economía Internacional
Universidad de Alicante

RESUMEN ABSTRACT
El nuevo escenario de la globalización económica unido a The new scenario of globalized economy connected to
transformaciones estructurales que derivan fundamentalmente structural transformations arisen especially from the incorporation
de la incorporación de la tecnología a la promoción y of technology to tourism promotion and marketing, is forcing to
comercialización turística obligan a repensar el tradicional modelo rethink the traditional tourism development in Spain. The maturity
turístico desarrollado en España. La madurez del sistema turístico of the Spanish tourism system and the international leadership
español y el liderazgo internacional de su producto ha de servir de of its best product have to give support to convert the threats
apoyo para convertir las amenazas y los retos actuales en nuevas and existing challenges in new opportunities for the future and
oportunidades de futuro y reducir la elevada elasticidad precio de reduce the high price elasticity of demand. The Spanish tourism
su demanda. El sistema turístico español del siglo XXI ha de ser system of XXI century has to be the world leader, not just in
líder mundial, no sólo en recepción de turistas, sino también en terms of tourist arrivals, but also in on line promotion and
promoción y comercialización on line de sus productos y destinos, marketing of its products and destinations, in preservation and
en la preservación y puesta en valor los elementos ambientales valuing of environmental elements that sustain the model and in
que sostienen el modelo y en fortalecer y exportar su know how strengthen exporting its tourism know-how and tourism
y tecnología turística en un contexto internacional a través de su technology into a international context through its position in the
posicionamiento en los destinos turísticos emergentes. En emerging tourism destinations. In conclusion, we could hold
síntesis, podría sostenerse que el reto del turismo español en las that the challenge of Spanish tourism for the next decades is to
próximas décadas es afrontar una progresiva reconversión hacia face up to a progressive restructuring towards a knowledge
un sector de conocimiento, incorporando notables innovaciones sector by including significant innovations and making use of
y con el decisivo concurso de las nuevas tecnologías. the new technologies
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

1. Introducción 227

Durante las últimas décadas la demanda turística mundial ha vivido un crecimiento sin
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

precedentes, potenciado por la explosión demográfica y el incremento en la renta mundial, se ha


pasado de los 280 millones de turistas internacionales en 1980, a los cerca de 900 millones en
2008 según la Organización Mundial de Turismo. Dentro de esta revolución turística, España ha
destacado por su crecimiento como receptor de turismo de masas.

España es uno de los líderes indiscutibles del turismo mundial junto a Francia y Estados
Unidos. El marco geográfico y político en el que se sitúa España es único, y favorece de forma
excepcional su segundo/tercer puesto mundial tanto en volumen de visitas (el 6,6% del total del
turismo mundial visitó España en 2007) como de ingresos (el 9,86% del gasto turístico mundial
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

se realizó dentro de nuestras fronteras para el mismo año) según la OMT (Cuadro 1)1. La carac-
terística común del turismo español ha sido ofertar un producto vacacional de sol y playa enfoca-
do a la clientela europea de clase media.

1
Según los últimos datos provisionales de la OMT, en 2008 Estados Unidos supera a nuestro país en cuanto a número de turistas
recibidos: 57,4 millones de visitantes a España y cerca de 58 millones a EEUU. A priori parece lógico pensar que de continuar el
dólar depreciado respecto al euro esta tendencia pueda seguir en el 2009.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 1.
Llegadas totales de visitantes (en millones) e ingresos totales (miles de millones de dólares) en 2007

Llegadas Volumen % Ingresos Volumen % Ingresos/


visitantes total s/total turísticos total total $/turista* llegadas

Mundo 903,0 100,0 Mundo 856,0 100,00 Mundo 946,95


Francia 81,9 9,1 EEUU 96,7 16,50 EEUU 1726,79
España 59,2 6,6 España 57,8 9,86 Alemania 1475,41
EEUU 56,0 6,2 Francia 54,2 9,25 R. Unido 1224,76
China 54,7 6,1 Italia 42,7 7,29 Italia 977,12
Italia 43,7 4,8 China 41,9 7,15 España 976,35
R. Unido 30,7 3,4 R. Unido 37,6 6,42 China 766,00
Alemania 24,4 2,7 Alemania 36,0 6,14 Francia 661,78

* La interpretación del gasto turístico per cápita (dólares/turista) ha de hacerse con cautela, pues el cociente calculado no tiene en
cuenta las diferentes estancias medias de los turistas.
Fuente: OMT. Elaboración propia.

No obstante, en el actual marco de globalización económica, el posicionamiento interna-


cional del turismo español puede no ser el óptimo. La potenciación del turismo de sol y playa sin
otro valor añadido que el clima y los precios bajos nos ha alejado de un turismo de mayor poder
adquisitivo. Hasta hoy la evolución del transporte aéreo y la situación geopolítica ha ayudado de
forma decisiva a España. Por una parte, gracias a sus lazos con Europa y, por otra, a la notable
reducción de las tarifas aéreas (low cost). Sin embargo, estas mismas tarifas que en otro tiempo
por sus elevados precios impedían el acercamiento de los europeos a otros destinos un poco
más alejados, han cambiado, y países como Turquía, Marruecos o Túnez se muestran cada vez
más preparados para competir con nuestro modelo turístico tradicional incluso entre los propios
turistas españoles. Por tanto, si queremos mantener nuestro estatus de potencia turística, es
228 hora de hacer frente a un gran número de cambios y transformaciones que mejoren, de forma
sustancial, nuestra competitividad internacional.

En este trabajo se presentará, en primer lugar y de forma breve, la importancia que el


turismo ha tenido sobre la economía española. Posteriormente se resaltarán cuáles son los
cambios que se están manifestando en el marco de oferta y demanda turística en torno al cual
nos movemos y se valorará la competitividad que se desprende del modelo turístico español.
Para finalizar, se pretende acercar el sector turístico español del siglo XXI a un modelo más
competitivo, basándonos en la idea de la sostenibilidad y aprovechando la innovación tecnológi-
ca, el conocimiento y las nuevas tecnologías de la información, sin obviar que nuestras grandes
ventajas climáticas y geográficas deben sin duda servirnos como punto de partida.
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

2. Impacto económico del turismo

Tratar de evaluar los efectos inducidos por la especialización y el desarrollo del sector
turístico, así como los beneficios derivados de la estructura productiva resultante es tarea
compleja2. Aun así, y gracias a los avances estadísticos de los últimos años, podemos hacer
uso de distintos indicadores a partir de los cuales es viable analizar el impacto del turismo
sobre nuestra economía (sobre el empleo, precios, comercio exterior, producto interior bruto,
entre otros).

Uno de los impactos económicos más valorados del turismo receptor es su capacidad
para equilibrar la balanza de pagos de las economías de destino. A partir de 1961, España pasa
a ser el país europeo con mayor dependencia exterior de sus cuentas de turismo, cubriendo sus
ingresos turísticos cerca del 75% del déficit de la balanza comercial (Pellejero, 1999). Sin duda
la actividad turística ha servido de impulso para el desarrollo de la economía española en un
momento en el que necesitaba salir del retraso respecto a Europa y formar parte de las iniciativas
comunitarias. De tal forma que en 2007, y según el INE, las exportaciones turísticas suponen el
27% de las exportaciones totales en España.

Sin embargo, desde la crisis económica de 2001, la Cuenta Satélite del Turismo nos
muestra que el sector ha ido perdiendo peso sobre la economía nacional (Gráfico 1), y esto
provoca una seria preocupación acerca de los resultados derivados del estallido de la actual
crisis financiera y económica mundial. En efecto, y a pesar de que el turismo mantiene un
peso importante sobre la economía, cercano al 11% del PIB, éste parece estancado desde el
2001 y su capacidad para equilibrar el déficit contraído por la balanza de pagos no hace más
que descender, situándose en valores inferiores al 20% en 2008. La explicación a este des- 229
censo en la tasa de cobertura se encuentra, por un lado, en el recorte en los últimos años del
peso de los ingresos por turismo en el PIB real, hasta situarse en un el 4,7% en 2008. Esta
reducción ha sido consecuencia de la ralentización de la tasa de crecimiento de los flujos de
turistas, que pasa de un 7,5% anual en la segunda parte de la década de los 90, a un 2,5%
anual a partir del año 2000, siendo de 0,8% anual desde 2005, y un recorte en su gasto medio.
Todo señala que el modelo turístico español tiene serias dificultades para crecer más en can-
tidad, y que en el futuro deberá diseñar estrategias para incrementar su calidad medida en
términos de gasto por turista.

Por otro lado, y sin olvidar el crecimiento en el déficit comercial de España a partir de su
ingreso en la Unión Europea (fundamentalmente en el periodo 1986-96), el descenso en la cober-
tura es a su vez resultado del notable incremento sobretodo a partir de 2000 en el gasto turístico
de los españoles en el extranjero (un 114% más entre el 2000 y 2008) muy superior a la evolución
del ingreso turístico en el mismo periodo (un 30%).

2
Balaguer y Cantavella (2002).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 1. Importancia del turismo en la economía española (Tur/PIB), en la balanza de pagos (ing/gts)
y tasa de cobertura del déficit (eje secundario)

Fuente: Cuenta Satélite del Turismo (INE).

En efecto, si queremos analizar la importancia neta del turismo en la economía española,


es cada vez más relevante contemplar la variable pagos por turismo de los españoles en el
extranjero. La importancia de los pagos por turismo en términos del PIB ha aumentado en el
período 1995-07, representando en la actualidad en España un peso del 1,9%, porcentaje similar
al de otros países con características parecidas en términos de oferta turística y renta como
230 Francia o Italia3. Por esta razón el Banco de España muestra en un reciente estudio que el
incremento en la renta de los españoles, junto con la apreciación del euro y el favorable clima de
confianza de los últimos años se erigen como los principales factores que explican este destacable
crecimiento en los pagos por turismo.

En lo que se refiere al mercado de trabajo, la variable empleo también muestra una fuerte
dependencia respecto del turismo, aunque el modelo español de sol y playa impide que su efecto
sea constante (Gráfico 2). La estacionalidad es una característica inherente al sector turístico
español, y por tanto en la demanda de empleo directo. Se define el mercado de trabajo turístico
como: (1) inestable –precariedad en los contratos–; (2) estacional –dependiente de la demanda–
; (3) móvil –movimientos migratorios hacia núcleos turísticos–; y (4) feminizado –las mujeres
ocupan las categorías más bajas. No obstante, el efecto de la estacionalidad en las llegadas
turísticas en España es desigual en función de la región que se trate, siendo Canarias como se
observa en la Tabla 2, la que presenta mejores valores del índice de Gini, coeficiente utilizado
para medir la diferencia en el número de turistas a lo largo del año4.

3
Álvarez et al. (2009).
4
Bartolomé et al. (2009).
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

Gráfico 2.
Evolución de la estacionalidad en las variables turistas, empleo e ingresos turísticos (1990-2008)

El valor del número de turistas e ingresos se mide en número índice en base 100 para el primer cuatrimestre de cada año
y viene reflejado en el eje secundario.
Fuente: INE.

Aun así, en términos globales, el sector turístico ha sido tradicionalmente la principal


fuente de creación de empleo directo en España. Los datos más recientes de la EPA así lo
certifican: durante 2008 más de tres millones de personas desempeñaron actividades en el sec-
tor turístico, lo que supone un crecimiento de casi un 25% respecto a 2004. Los ocupados en
actividades relacionadas con el turismo (hostelería, restauración, transportes, ocio y cultura,
etc.) ya suponen el 12,7% del empleo total de la economía española y el 19% del empleo total en 231
el sector servicios (IET, 2008). Hemos de ser conscientes de que el turismo no afecta únicamen-
te a los sectores directamente relacionados con el mismo. El incremento del volumen de turistas
requiere una mayor inversión en infraestructuras y otra serie de servicios anexos con menor
rasgo estacional, además de llevar a cabo un mantenimiento constante de las instalaciones ya
existentes. Hablamos por tanto de que el turismo español, pese a tener un marcado carácter
temporal, muestra un papel dinamizador en el empleo de otros sectores, perdurable en muchos
casos en el largo plazo, y pertenecientes fundamentalmente al sector de la construcción y
servicios (comercio al por menor, transportes, etc.).

Otra cuestión es la distribución regional de los impactos económicos del turismo en Espa-
ña. En efecto, el peso del sector turístico presenta diferencias importantes entre regiones espa-
ñolas, ya no sólo entre el interior y la costa, sino entre las propias regiones consideradas turís-
ticas. Aunque, en términos de llegadas, Cataluña se erige como la principal potencia turística a
nivel nacional, el número de turistas/habitantes es mayor en los archipiélagos y esto, unido a una
escasa diversificación económica insular genera en términos relativos un impacto económico y
en el empleo mucho más fuerte en las islas que en las costas peninsulares (Tabla 2). De cual-
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 2.
Peso del turismo sobre las principales regiones turísticas de España (2006). En porcentajes

Región Turismo/PIB Empleo turístico/total empleo Grado de estacionalidad*

Andalucía 12,1 11,1 0,176


Baleares 48,0 31,5 0,373
Canarias 30,4 36,8 0,058
Cataluña 12,0 12,1 0,199
Comunidad Valenciana 13,8 14,1 0,168
Total España 11,0 9,8 0,174

* El grado de estacionalidad se define utilizando el coeficiente de Gini y a partir de las llegadas de turistas.
Fuente: Exceltur, IET e INE. Extraído de Bartolomé et al. (2009).

Gráfico 3. El impacto económico del turismo en España. IPC general y de Turismo y Hostelería

232
Fuente: INE.

quier forma, las regiones de la vertiente mediterránea e insulares acogen a más del 80% del
turismo efectivo en nuestro país y algunos destinos han alcanzado un estadio de desarrollo que
puede considerarse consolidado o maduro, incluso saturado en algunos puntos, siguiendo la
terminología de Butler en su conocido ciclo de vida del destino turístico.

Es posible además analizar la evolución que los precios turísticos han tenido en el pano-
rama nacional. Tradicionalmente se ha tratado al turismo como una actividad económica inflacio-
nista, no sólo porque los precios de sus servicios crecieran más (Gráfico 3), sino porque el IPC
de las zonas turísticas, sin tener en cuenta el componente de actividades turísticas, es mayor al
de las zonas no turísticas dado el incremento en la demanda de consumo de carácter estacional.
Esta evidencia sigue manteniéndose hoy en día, y los últimos datos reflejados por el INE sobre
el IPC continúan mostrando una superior tasa de crecimiento en los servicios y productos anexos
al turismo (hostelería, alojamiento, transportes, ocio, etc.) que en el resto de los sectores5.

5
No obstante, en los últimos años se observa un cambio de tendencia en la composición de los precios turísticos, perdiendo fuerza
el coste del alojamiento hotelero como componente inflacionista a favor del precio de los restaurantes, bares y cafeterías, quizá
reflejo del surgimiento masivo de una segunda vivienda y la pérdida de clientela hotelera.
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

2. Demanda turística

El número de visitantes internacionales recibidos por nuestro país, al igual que la tenden-
cia evolutiva mundial, ha vivido un crecimiento exponencial durante más de medio siglo. No
obstante, la comentada ralentización en el crecimiento del número de turistas que nos visitan en
los últimos años culmina en el año 2008, y acentuado por la crisis económica internacional, en
una disminución del 2,3% respecto al año anterior, que se reafirma de enero a abril de 2009,
cuando llega a España un 12% menos de turismo extranjero que en 20086. Aunque los resulta-
dos de la actividad turística a nivel mundial también experimentan una recesión en este período
de crisis, ésta es menos acusada que en España, de forma que en 2008 los turistas internacio-
nales crecieron sólo un 2%, frente a un 7% en 2007, y en los primeros meses del 2009 la caída
del turismo internacional es del 9% según la OMT.

En este contexto, y para entender el desarrollo turístico español, no hay que olvidar el
importante papel de la demanda nacional que, aunque varía según zonas, supone aproximada-
mente el 50% de la demanda turística en España y ha ido creciendo progresivamente y actuado
a modo de soporte en momentos desfavorables de la coyuntura internacional. Además, la elasti-
cidad precio a largo plazo para los pagos reales por turismo de los españoles es mayor a la
unidad y superior a la estimada para otros países como el Reino Unido7, lo que quizás confirma
un efecto redistribución de los flujos turísticos del exterior hacia destinos nacionales cuando los
precios relativos se deterioran.

Gráfico 4.
Evolución en el número de visitantes en España durante el periodo 1959-2008. En miles de personas
233

Fuente: IET.

6
Frontur (2009).
7
Álvarez et al. (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 5.
Turismo receptor que visita España según procedencia y motivo de la visita (1997-2007)

1997 2007

234

Fuente: INE e IET.

Pese a todo, la evolución del turismo receptor se ha mantenido constante durante las
últimas décadas, y aunque hayamos experimentado un salto cuantitativo importante (de los 25
millones de turistas en 1978 pasamos a los casi 58 millones registrados en 2008), la estructura
de la demanda y los motivos que impulsan la visita a nuestro país a los casi 90 millones de
visitantes anuales apenas han variado (Gráfico 5). En efecto, por procedencia de la demanda, en
los últimos diez años se ha acentuado la dependencia del Reino Unido y se sigue sin recuperar la
demanda alemana, aunque aumenta el peso de franceses e italianos. Estas cuatro nacionalidades
suponen casi el 70% del total de turismo receptor; sólo el británico ya alcanza el 30% de las
exportaciones turísticas, concentración que muestra cierta vulnerabilidad de los resultados turísti-
cos españoles a coyunturas desfavorables en estas economías, como ocurre en la actualidad por
el desplome de la libra esterlina. Por otro lado, y aunque en los últimos años España comience
a ser visitada por otros motivos, del total de los casi 60 millones de turistas que nos visitan
anualmente, más de tres cuartas partes lo hacen como destino de sus vacaciones de verano.
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

Gráfico 6. Evolución de la tasa de ocupación media, estancia media


y gasto medio por turista (2000-2008)*. Índice 2000=100

El gasto medio, la tasa de ocupación y la estancia media se refieren únicamente a visitantes extranjeros.
Fuente: IET e INE.

Sin embargo el comportamiento del turista sí parece haberse modificado en los últimos
años. Se observa, por ejemplo, que tanto la tasa de ocupación hotelera como la estancia media
de los turistas en establecimientos hoteleros cae año tras año (Gráfico 6). La explicación a estas
conductas puede deberse a diversos factores: la evolución en los transportes (y el descenso de 235
sus precios), la sobreoferta hotelera, el cambio en las preferencias de los turistas8, el precio
hotelero, el mayor conocimiento e información de otros destinos, etc.

El descenso en las tasas de ocupación hotelera por parte de los turistas extranjeros es en
parte corregido por los turistas nacionales, que en el periodo 2000-08 han mantenido práctica-
mente constante sus estancias medias en hoteles, aumentando su peso relativo tanto en las
pernoctaciones como en la entrada de viajeros a los mismos9.

Otro de los factores a tener en cuenta es el gasto medio de los turistas extranjeros en
España. Aunque éste parece mostrar una evolución positiva en términos corrientes en los últi-
mos años, hay que tener en cuenta que lo hace por debajo del incremento medio de la renta per
cápita de los países de origen y de la inflación en España. O, lo que es lo mismo, en términos

8
Por ejemplo, en 2008 el Gobierno español estimó que unos seis millones de turistas vinieron a España motivados por la gastronomía
española y su creciente auge y prestigio exterior. Esto implicaría una mayor movilidad y periodos de estancias más cortos.
9
Pero ya se ha comentado que la nueva dinámica del turismo mundial también afecta a la demanda española en este apartado y los
pagos por turismo al exterior se ven favorecidos por el aumento de la competencia en el transporte internacional y la expansión de
las low cost, que a su vez, limita el impacto de la subida del precio del petróleo sobre los costes de transporte (Álvarez et al., 2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 7. Evolución de la demanda hotelera y extrahotelera de turistas extranjeros durante


la última década (1998-2008). En tasas de crecimiento acumuladas desde 1997

Fuente: INE.

reales estamos incluso peor que antes de la crisis de 2001. Por tanto, lo que, en realidad, se
está produciendo es una pérdida en la eficiencia del turismo, que puede deberse a un cambio de
tendencia en la base del turismo español10.

Además de las variables analizadas existen otras dos claves que nos podrían reafirmar un
cambio en el comportamiento de los turistas: el tipo de alojamiento y la organización del viaje.
236 En cuanto al tipo de alojamiento, España cuenta con una gran oferta hotelera y extrahotelera y
el denominado turismo residencial ha coexistido, principalmente en algunos destinos, con el
hotelero desde el despegue del turismo en nuestro país. El turismo internacional se había
concentrado tradicionalmente en hoteles pero en los últimos años la opción extrahotelera está
tomando fuerza, con un incremento en la última década bastante notorio (Gráfico 7), y supo-
niendo casi un 40% de la modalidad de alojamiento de la demanda internacional. En efecto, en
tan sólo diez años el peso del alojamiento extrahotelero del turismo receptor en España se ha
incrementado un 30%.

Varios motivos podrían explicar este movimiento, entre los que destaca la compra de una
segunda vivienda dada la excelente renta de situación de España, la fidelidad del turismo extran-
jero, unido al exceso de liquidez y confianza por el euro, las expectativas de rentabilidad y la
cercanía de España ligada a la revolución en el transporte aéreo. De hecho, la estancia en
vivienda gratuita es la tipología que más ha aumentado en los últimos años según Frontur (2008).
Aunque los turistas españoles demuestran también preferir el alojamiento extrahotelero, esta
tendencia se muestra algo menos acusada ya que los españoles siempre se han decantado por

10
Perelli (2004).
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

este tipo de alojamiento en sus viajes por España. En efecto, y de acuerdo con Familitur, en 1999
el 22% de los viajes de los residentes por nuestro país se realizaban a hoteles, en 2008 este
porcentaje baja al 17% de los viajes.

Existe además cierta relación entre tipo de alojamiento y gasto turístico. Según Egatur
(2008), los clientes que permanecen en hoteles suelen gastar más que quienes utilizan estan-
cias extrahoteleras, relacionado con que los turistas que vienen sin paquete turístico o vía low
cost prefieren alojamientos extrahoteleros –más baratos–11. Además, el mayor incremento de
demanda de alojamiento hotelero en los últimos años se produce en hoteles de cuatro, sobre
todo, y cinco estrellas; hoteles que ya de por sí suponen un alto desembolso económico.

Respecto a la organización del viaje, tradicionalmente el turismo extranjero ha venido a


España a través de la intermediación de los touroperadores europeos y sus paquetes turísticos.
Esta forma de turismo se mantuvo durante largos años, hasta la explosión low cost y la aplica-
ción de las TIC al mercado turístico. Así, se observa una clara tendencia a la desintermediación
tradicional de tal forma que desde el año 2001 el número de turistas extranjeros que acceden a
nuestro país sin paquete turístico es superior a quienes lo hacen mediante contrato con
touroperador, y constituyendo en 2008 casi el 67% de los turistas extranjeros, según Egatur.
Esta evolución no hubiera sido posible a tan alto nivel sin el acceso de los turistas a fuentes de
información fiables sobre el destino y al contacto directo (compra/venta) con el medio de trans-
porte, el lugar de alojamiento y las ofertas de ocio. Esta circunstancia disminuye, evidentemen-
te, el desequilibrio que se ha manifestado tradicionalmente en las relaciones entre touroperadores
europeos y hoteleros españoles, e incrementado el poder de negociación de estos últimos ante
la posibilidad de estar presentes en el creciente negocio de la comercialización de viajes on line
y la creación de nuevos intermediarios virtuales. En efecto, y de acuerdo con Frontur en 2008 237
más del 54% de los turistas que vienen a España han utilizado Internet para efectuar alguna
consulta, reserva o pago en relación con su viaje.

También en este caso existe relación entre la organización del viaje y el gasto turístico en
el lugar de destino y los clientes que vienen con paquete turístico gastan más que los que lo
hacen por libre, 1.017 euros de media por turista frente a los 814 de quienes viajan de forma
independiente siguiendo igualmente la encuesta Egatur. Sin embargo, la mayor parte de este
gasto de los turistas con paquete turístico, más del 72% en 2008, lo realizan en su país de
origen, y en la medida en que los servicios de intermediación y transporte los contratan
mayoritariamente con operadores extranjeros, pocos de estos gastos se convierten en ingresos
turísticos para España. Por su parte, los turistas sin paquete turístico sólo realizan el 27% del
gasto en su lugar de origen el mismo año12.

11
Exceltur (2005).
12
Si tenemos en cuenta que en 2003 el gasto en origen de los turistas con paquete era del 67% y de los que viajan sin paquete turístico
del 31% (Egatur, 2004), se manifiesta una tendencia en el gasto turístico que favorece la desintermediación del turismo receptor
hacia España.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 8. Evolución de la demanda de transporte aéreo del turismo receptor (2000-2008).


En número de usuarios (eje de la derecha) y tasa anual de crecimiento

Fuente: Aena e IET.

Muy relacionada con esta tendencia se encuentra la información ofrecida en el Gráfico 8,


donde se observa el crecimiento de las líneas aéreas de bajo coste en el traslado del turismo
receptor a España, llegando casi a igualar el número de usuarios de las aerolíneas tradicionales
en 2008. Además, de acuerdo con Frontur, la razón de que las aerolíneas tradicionales represen-
ten un mayor volumen de llegadas es porque las de bajo coste no realizan trayectos de largo
recorrido, pero la fórmula del turismo vacacional sí utiliza más los vuelos bajo coste. De hecho,
238
los británicos y los alemanes concentraron en 2007 cerca del 61% de las llegadas recibidas por
España en líneas aéreas de bajo coste y ya usan más esta tipología de aerolínea frente a las
tradicionales para venir a España. Así pues, el transporte low cost y las nuevas tecnologías en
particular Internet están produciendo ya cambios muy importantes en las nuevas pautas de
promoción y comercialización del turismo español.

3. Oferta turística

Quizá la característica más destacable es que las actividades turísticas se componen,


principalmente, de pequeñas y medianas empresas. En efecto, según los últimos datos de la
CST publicados por el INE, el 99,6% de las más de 600.000 empresas dedicadas a la actividad
turística en 2007 tienen menos de 100 empleados (el 97,3% menos de 20 trabajadores). Es
evidente que el sector turístico debe acelerar su proceso de concentración mediante procesos de
integración vertical y horizontal para competir más eficazmente no sólo en el ámbito de la Unión
Europea, sino también en el contexto de los nuevos destinos turísticos mundiales. El carácter
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

atomizado de las actividades turísticas impide la asunción de algunos de los retos a los que se
enfrenta el sector, entre ellos, crear imagen de marca, formación, mayor eficiencia en la gestión,
introducción y posicionamiento activo en las nuevas tecnologías de la información, fundamental-
mente en Internet, entre otros. Igualmente, la cooperación, las alianzas estratégicas y el
asociacionismo empresarial, también con empresas ajenas a las ramas características del sec-
tor, favorece el posicionamiento estratégico de la empresa en la cadena de valor de la industria
turística y la generación de sinergias empresariales.

Aunque conscientes de que los indicadores de oferta hotelera constituyen una aproxima-
ción parcial a una realidad turística compleja debido a su sesgo inmobiliario, no renunciamos a
presentar la evolución de la oferta hotelera española, dada su importancia en el valor añadido
bruto y el empleo en nuestro país. Además, prácticamente la totalidad de la producción del
sector hotelero es considerado turístico, de acuerdo con la metodología de la Cuenta Satélite,
mientras que este porcentaje no llega al 30% en el sector de la restauración o al 20% en el
alquiler inmobiliario.

Respecto al volumen de plazas y la configuración de las mismas, podemos decir según el


INE (Tabla 3), que desde 1980 la capacidad hotelera se ha incrementado en un 93% (sin contar
los hostales que disminuyen un 14%), sobre todo en las zonas de Canarias, Baleares o el
Mediterráneo. Este aumento ha ido ligado en los últimos años a cierto proceso de cualificación
de la oferta hotelera, y el incremento en el número de plazas ha sido, casi íntegramente, en
hoteles de 4 y 5 estrellas, disminuyendo la capacidad de acogida en los de hoteles de 1 y 2. Este
excepcional crecimiento en la oferta hotelera en nuestro país ha supuesto por un lado adelantar
en plazas incluso a Francia, líder en la recepción de turistas a nivel mundial (OMT, 2008). En
efecto, y de acuerdo con los datos de Eurostat, de 1993 a 2007 España es el país de la Europa 239
de los 15 en el que más crece su planta hotelera, contando con 8.000 establecimientos más en
el período. Todo ello sin olvidar que, en muchas zonas, la oferta hotelera se ha llegado a multipli-
car y ha conllevado un exceso de carga y un paisaje degradado.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 3.
Evolución de la oferta de alojamiento en España (hotelera y extrahotelera) (1980-2008)

Tasa crecim. acum.


1980 1990 2000 2005 2008 % (1980/2008)

Hoteles 596.874 755.389 834.697 1.026.512 1.152.331 93,1


5* 25.035 28.896 27.775 50.512 69.441 177,4
4* 104.409 122.337 250.353 403.419 494.256 373,4
3* 221.489 350.159 380.029 406.703 418.425 88,9
2* 132.193 154.182 119.093 113.350 118.235 -54,3
1* 113.748 99.815 57.446 52.528 51.973 -10,6
Hostales 216.920 193.784 198.314 186.087 185.879 -14,3
3* y 2* 100.541 100.295 88.414 91.887 94.429 -21,4
1* 116.379 93.489 109.900 94.200 91.451 -6,1
Apartamentos n.d. 384.904 446.133 438.065 440.482 14,44*
Campamentos 267.494 571.284 453.399 490.176 484.878 81,27
Total oferta alojamiento 1.081.288 1.905.361 1.932.543 2.140.839 2.263.570 109,34

* La tasa de crecimiento anual de los apartamentos se calcula desde 1990.


Fuente: Realización propia a partir de INE; IET.

Mapa 1.
Número de plazas hoteleras y similares (x 1.000) en Europa (2008)

2.000

900
240
200

Fuente: Eurostat.
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

Por otra parte, el alojamiento extrahotelero también ha experimentado un fuerte incremen-


to, aunque su medición es más costosa por varios motivos: 1) la existencia de segundas vivien-
das; 2) la recogida de datos más tardía (hasta los 90 no tenemos un incompleto censo de
apartamentos); y 3) la ilegalidad de algunos de estos complejos (no declaran el alquiler como
actividad turística). El boom que la construcción ha vivido durante los últimos años en España ha
facilitado el acceso a una segunda vivienda o el surgimiento de viviendas de alquiler en zonas
tradicionalmente turísticas, llegándose a crear auténticas ciudades turísticas bajo el reclamo de
clima, golf y playa, y con una amplia oferta de balnearios y spa, playas privadas, restaurantes de
lujo, centros comerciales y de ocio, etc. Y no se trata sólo de viviendas en plena propiedad sino
que, también se comercializan bajo distintas fórmulas de titularidad compartida, o en régimen
mixto, es decir combinando la explotación por turnos con la hotelera, además de los alquileres
convencionales. Dicha evolución y flexibilización de la oferta de alojamiento se adapta a deman-
das emergentes más personalizadas aunque dificultan la distinción y medición de la vivienda
turística frente al alojamiento hotelero.

El crecimiento inmobiliario experi-


Mapa 2.
mentado en España, fundamentalmente en Oferta de segundas residencias en España por provincias
su litoral, ha generado una enorme capa-
cidad de alojamiento en viviendas relacio-
nadas con prácticas turísticas que inclu-
yen, fundamentalmente, las viviendas de
jubilados extranjeros de ocupación tempo-
ral, las segundas residencias de ciudada-
nos de diferentes procedencias y las vi-
viendas en alquiler no reglado. Resulta evi- 241
dente la especialización inmobiliaria del
turismo español y, de acuerdo con el Cen-
so de Viviendas en 2001 (Mapa 2), Espa-
ña tiene casi tres millones y medio de vi-
viendas de segunda residencia aglutinadas
mayoritariamente en el litoral mediterráneo
< 45.000 45.000 – 80.000 > 80.000
y más del 54% de ellas en las cinco regio-
nes turísticas por excelencia. Fuente: INE (Censo Viviendas 2001).

Por último, la Tabla 4 ofrece indicadores de oferta y demanda hotelera de las principales
zonas turísticas del litoral español entre el año 2000 y 2008. Lo primero que se observa, como
tendencia que afecta de modo general a todos los destinos litorales españoles, es un comporta-
miento de la demanda incapaz de absorber el crecimiento de la oferta. Esto se traduce en un
claro descenso del grado de ocupación anual por plazas y de la estancia media. A su vez, y
excepto en la isla de Tenerife, se constata cómo la tasa de crecimiento de las oferta hotelera
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 4.
Evolución de la actividad hotelera en las principales zonas turísticas del litoral español (2000-2008)

Plazas Pernoctaciones G. ocupación Estancia media


2008 Var. 00/08 2008 Var. 00/08 2008 Var. 00/08 2008 Var. 00/08

Costa Blanca 61.852 30,1 14.634.462 3,55 62,64 -37,9 4,44 -33,5
Costa Brava 49.654 7,78 10.592.343 -2,33 55,68 -8,37 3,82 -23,8
Costa Dorada 38.772 47,5 8.771.987 24,44 58,39 -1,47 3,95 -24,6
Costa del Sol 76.128 42,2 16.334.848 11,03 57,65 -40,5 3,72 -30,4
Isla de Gran Canaria 51.796 26,7 13.630.187 17,71 70,45 -19,9 6,66 -21,3
Palma-Calviá 64.038 -9,0 16.887.317 -18,08 70,09 -17,7 5,62 -31,7
Isla de Mallorca 141.893 -4,2 38.768.770 -5,95 71,47 -8,93 6,33 -28,1
Isla de Tenerife 82.824 28,6 21.180.264 46,12 68,71 -14,9 6,67 -28,6

Fuente: INE.

supera al incremento de la demanda turística, medida en pernoctaciones hoteleras, circunstan-


cia que entraña el mencionado riesgo de sobreoferta, y consiguiente impacto sobre la rentabili-
dad global de la oferta del destino. Además, no pasa desapercibido que, si al crecimiento hotele-
ro le sumamos el urbanístico en su expansión territorial, peligra buena parte del actual sistema
turístico litoral al verse afectados de forma muy notable los recursos naturales sobre los que se
sustenta, desincentivando progresivamente la demanda de los segmentos turísticos más desea-
dos por sus mayores niveles de gasto.

Es importante detener el ritmo de crecimiento de plazas hoteleras que, por otra parte de
forma exógena al propio mercado turístico, se ha conseguido frenar gracias a la actual crisis
242 financiera internacional. Así, los efectos de la crisis sobre la oferta hotelera previsiblemente
originarán una disminución en el número de empresas en el sector, en su mayor parte pymes, sin
presencia relevante ni marca o producto diferenciado, que tendrán necesariamente que acercar-
se a las grandes cadenas hoteleras, ante el sobredimensionamiento de la oferta hotelera.

4. El mantenimiento de la competitividad como reto

Un aspecto relevante para entender las presiones competitivas a las que está sometido
del turismo español en los últimos años, que no obstante mantiene su liderazgo, es el crecimien-
to de los países turísticos del área mediterránea como Turquía, Marruecos, Túnez o Croacia
(Gráfico 9) que se han subido al tren del turismo de sol y playa. Si nuestro modelo se ha carac-
terizado siempre por ser competitivo en precios y ha atraído a las clases medias de Europa,
éstas pueden sentirse ahora llamadas por estos nuevos destinos que presentan un nivel de
precios, tanto turísticos como no-turísticos, mucho más bajo que España y son zonas a las que
la revolución low cost ha puesto, o pondrá en breve, al alcance de toda Europa a un precio
módico. Por otro lado, y con el ánimo de convertir estas amenazas en oportunidades, esta
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

Gráfico 9. Evolución en la entrada de turistas en los países competidores del Mediterráneo


(tasa de crecimiento acumulada)*

* Los datos de Croacia ofrecidos por la OMT son de número de visitantes internacionales (turistas y excursionistas).
Fuente: OMT.

ampliación de la base de operaciones del turismo vacacional ofrece también posibilidades de


expansión a las empresas turísticas españolas con mayor capacidad competitiva si son capa-
ces de tomar posiciones en los nuevos mercados. No obstante, aquí la principal limitación como
ya hemos visto, es la elevada atomización en general de las empresas turísticas españolas.
243
Así mismo, y además de surgir rivales más competitivos en precios, España por sí sola ha
venido perdiendo con el paso de los años parte de su ventaja comparativa, como ya se ha
comentado. A pesar de mantener tradicionalmente una política de sujeción de precios13, la con-
vergencia en precios y salarios con Europa, la llegada del euro y la mejora en la calidad de vida
de los propios españoles, han elevado el precio de los servicios turísticos y hecho de España un
país más caro, y de su turismo, un producto menos competitivo14.

Aún siendo conscientes de lo negativo de mantener una política orientada al bajo precio,
es éste junto con el clima y las playas, uno de los elementos más valorados por los turistas que
llegan a nuestro país15. Esto supone una clara dificultad a la hora de diseñar estrategias turísti-
cas, sobre todo por parte de la empresa privada, con sus objetivos de beneficios a corto plazo y
de adecuarse a las preferencias del turista. Si a esto le añadimos la mayor sensibilidad a los
precios que muestra hoy el consumidor turista, animado por el surgimiento de negocios bajo

13
Vera y Marchena (1996).
14
Ivars (2003).
15
Aguiló y Alegre (2005).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

coste, la transparencia de las tarifas online y también consecuencia de la crisis financiera, se


acentúa el riesgo de guerras de precios, causa muy probable de que hasta abril de 2009 la
disminución de la rentabilidad empresarial en España haya sido superior al descenso en la
llegada de turistas en el mismo periodo. En definitiva, es importante evitar a toda costa una
espiral de degradación que lleve a reducciones en la rentabilidad empresarial (Figura 3) y una
menor aportación del turismo al desarrollo local, comportamiento que puede hipotecar el futuro
de nuestro turismo y alejarlo de la idea de sostenibilidad y de la tendencia iniciada por la nueva
demanda del turismo mundial.

Más bien, y siguiendo con la Figura 1, se trataría de replantear algunos negocios turísti-
cos, combinar diversos servicios con valor añadido y una mayor adaptación a los nuevos siste-
mas de gestión que hagan competitivo el producto sin renunciar a la calidad. Se trataría de ir
potenciando la competencia y la productividad mediante el aprovechamiento de economías de
escala o alcance, con diferenciación y especialización del producto, la tecnología y las alianzas
empresariales. Con este tipo de estrategias se conseguiría disminuir los costes y permitiría
mejores precios y un aumento de demanda que aumente nuestra rentabilidad16. Si el incremento
de beneficios se orienta a inversión productiva, y parte a avances tecnológicos (venta online,
marketing online, automatización y agilidad…) se reforzaría tanto calidad como un posible nuevo
replanteamiento del negocio, en lo que hemos denominado círculo virtuoso del negocio. Se trata
de aplicar innovación a la gestión y regenerar por completo la forma de trabajar del sistema

Figura 1.
Del círculo vicioso de la competitividad vía precios al círculo virtuoso del replanteamiento del negocio
244

16
En el peor de los casos (variación en precios = variación en costes) no se obtiene más rentabilidad por turista –se mantiene el
ingreso margina–», pero, por ejemplo, ese hotel sí que estaría en condiciones de conseguir más rentabilidad al aumentar de un 70%
a un 80% de ocupación.
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

turístico. Por ejemplo, en el ámbito de la fijación de precios online y de maximizar los ingresos a
través de la gestión de las tarifas ofrecidas (yield management) las tecnologías son capaces de
mejorar la competitividad empresarial. La transparencia en precios que conlleva Internet contri-
buirá a la incorporación de precios más competitivos pero también a ofertas más personalizadas
gracias a un mayor conocimiento de los clientes a través del análisis de los datos generados por
el visitante online.

En la Tabla 5 se ofrece un esquema resumen de los cambios estructurales que afectan al


consumo y la producción turística mundial. El turismo en España tiene como reto dar una res-
puesta adecuada a las actuales tendencias y cambios estructurales que, como hemos visto,
está influyendo en la actividad turística. Por un lado, aquéllas que provienen del perfil y compor-
tamiento de la demanda, tanto en sus características principales como en el tipo de viaje o
alojamiento que prefiere y la organización del mismo, a causa fundamentalmente de las tecnolo-
gías de la información.

Por su parte, estas mutaciones tienen su reflejo en cambios por el lado de la oferta y la
producción turística, observándose una mayor competencia en precios en los productos turísti-
cos, un estancamiento en la venta de paquetes turísticos y un crecimiento en la confección de
paquetes a medida del usuario. La distribución masiva del producto turístico a través de Internet

Tabla 5. Principales tendencias de oferta y demanda turística

Demanda (consumidores turísticos) Oferta (producción turística)

Consumidores mejor formados y más exigentes Surgimiento de nuevos destinos turísticos.


245
Endurecimiento de la competencia
Aumento de la auto organización del viaje Aumento del peso de las líneas aéreas de bajo coste
(«despaquetización») como medio de transporte. Generalización del bajo
coste como modelo de negocio
Aumenta el número de viajes al año y disminuye su Acelerada concentración en los principales tour
estancia media operadores europeos
Creciente y exponencial utilización de Internet para los Estancamiento de los paquetes turísticos hacia
viajes destinos tradicionales
Demanda cada vez más de autenticidad en los Gran variedad de canales de distribución turística.
destinos Generalización de Internet
Utilización de otro tipo de alojamiento distinto al Integraciones horizontales, verticales y diagonales de
hotelero en destinos turísticos tradicionales empresas en el ámbito internacional
Retraso en la reserva de las vacaciones Desplazamiento turismo sol y playa en paquete
turístico a otros destinos emergentes
Búsqueda de una mejor relación calidad-precio Desarrollo de nuevas fórmulas de gestión y
financiación de proyectos. Nuevas fórmulas de
alojamiento residencial
Diversificación y diferenciación: segmentación de la Incertidumbre ante los precios del petróleo
demanda
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

supone una mayor transparencia tanto en precios como en cualquier otro tipo de información. A
su vez la expansión en el número de destinos que compiten con una buena relación calidad
precio acentúa los retos del turismo español para mantener su posición competitiva en los mer-
cados y debido también al cambio de tendencia en dos factores de competitividad: los costes
relativos que se han elevado de manera acusada y la productividad estancada17.

El Foro Económico Mundial publica anualmente un informe de competitividad turística


de ámbito internacional. En el último (World Economic Forum, 2009) con datos de 2008 Espa-
ña se sitúa como un país con elevada competitividad turística, el sexto país más competitivo
del planeta, aunque pierde una posición respecto a 2007. Sólo Suiza, Austria, Alemania, Fran-
cia y Canadá nos superan. Por detrás, Suecia, Estados Unidos, Australia y Singapur comple-
tan el top ten. Para realizar este ranking, se tienen en cuenta factores políticos, sociales,
medioambientales, de sanidad y seguridad, de transporte, y como no, económicos. Según
este organismo, España pierde competitividad principalmente en dos apartados concretos: la
sostenibilidad del modelo (ruptura total con la naturaleza) y un incremento en los precios tras
la llegada del euro, subíndice medido en paridad de poder adquisitivo o coste real de vida, y en
el que la posición de España baja hasta la 111 de los 133 países analizados. Como elementos
positivos se destaca el patrimonio cultural e histórico, la dotación de infraestructuras, el acce-
so a servicios sanitarios, la disponibilidad de capital humano, la experiencia en gestión de
eventos y unas óptimas conexiones aéreas.

Por tanto, si nuestro país es considerado por los organismos internacionales entre los
seis mejores destinos turísticos del planeta en cuanto posicionamiento competitivo, pero la ac-
tual dinámica de nuestras cifras turísticas no reflejan esta estimación, debe existir algún proble-
246 ma en el enfoque internacional de la actividad turística española. Y en efecto, cada vez resulta
más evidente que es necesario un verdadero cambio en los pilares en los que siempre ha basado
el turismo español su competitividad, fundamentalmente los precios y el escaso valor añadido
generado. También es imprescindible, comunicar y promocionar nuestro producto de forma efec-
tiva. Parece existir un problema de posicionamiento e imagen, un desajuste en la percepción del
producto turístico español por parte de la demanda que exige importantes esfuerzos orientados
a una mejor comunicación y promoción de nuestras ventajas competitivas como destino turístico
en el entorno social y económico del siglo XXI. Parte de este desajuste es probable que derive de
los comienzos del turismo en España cuando se dejó a los touroperadores extranjeros desarro-
llar y promocionar el turismo español y vender nuestro producto turístico como una barata cordi-
llera cubierta de agua bajo un sol abrasador. Nuestro cometido se limitó a acoger a los clientes,
pero no a cómo atraerlos, descuidando otro importante determinante de la ventaja competitiva
como es la creación y el mantenimiento de la imagen de nuestros destinos turísticos. Hoy es
imprescindible acometer esta asignatura pendiente.

17
Figuerola (2006).
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

5. Estrategias competitivas para el futuro del turismo español:


sostenibilidad, alianzas, promoción, TIC e internacionalización

Si entendemos la competitividad como la capacidad de adaptación ante condiciones cam-


biantes del entorno podemos inferir, a partir de la evolución y las transformaciones comentadas,
las principales estrategias que debiera potenciar el sistema turístico español para ajustarse al
dinamismo del mercado. Los acelerados cambios cada vez más estructurales en el escenario
internacional deben ser gestionados con una mayor y más veloz adaptación por parte del sector
turístico español. A continuación se exponen una serie de estrategias o ejes principales sobre
los que potenciar los esfuerzos y las políticas, públicas y privadas, para mejorar la competitividad
del turismo en la España del siglo XXI. Es necesario abordar tanto estrategias de destino como
de empresa, pues la competitividad del turismo depende también de la competitividad de sus
empresas y las características del entorno en el que éstas operan.

Parece imprescindible un replanteamiento en las bases de la competitividad del modelo


turístico en España, dando un importante giro en torno a la incorporación de innovaciones ligadas
a la sociedad del conocimiento. Paralelamente deben propiciarse alianzas entre todos los acto-
res de un destino turístico, un adecuado posicionamiento y promoción del valor añadido de
nuestro producto y un liderazgo y dimensionamiento internacional de las empresas turísticas
españolas, sin olvidar la necesaria sostenibilidad del modelo.

5.1. Cambio en las bases de competitividad del modelo turístico español:


hacia la sostenibilidad del modelo y la diferenciación del producto 247

La sostenibilidad en el desarrollo turístico es una línea de investigación ya desarrollada


ampliamente en España e internacionalmente. Según hemos visto el turista hoy se presenta
como un viajero más independiente, cada vez más ajeno a paquetes turísticos, respetuoso y
atraído por el medio ambiente y conocedor de los diversos canales de oferta y comercialización.
Nuestro modelo turístico ha ido experimentando ligeras transformaciones en los últimos años,
pero a menor ritmo de lo que lo ha hecho el entorno económico, tecnológico y turístico internacio-
nal, y esta desviación estratégica puede conducirnos a un estancamiento –e incluso retroceso–
del volumen de llegadas. Algunos indicadores hoy corroboran este resultado, y parecen poner de
manifiesto que el mercado turístico español ha alcanzado su madurez en un contexto internacio-
nal absolutamente dinámico.

Sin duda este estado de madurez de algunos de nuestros destinos acentúa la sensibilidad
de la demanda a cambios en los precios relativos y dificulta el posicionamiento de otros destinos
nacionales no tan saturados. En el ámbito global mundial en el que se mueve la actividad turísti-
ca el territorio adquiere, si cabe, mayor relevancia, y su gestión racional resulta determinante
para el desarrollo competitivo de un destino. Es preciso tener en cuenta que la capacidad de
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

crecimiento de un destino es limitada y que su posición competitiva sólo será sostenible a largo
plazo si se protegen y preservan los elementos en los que está fundada, los recursos y el
entorno. La paradoja de la degradación, pone precisamente el énfasis en que la destrucción
masiva del medio ambiente, adquiere en turismo una importancia especial pues afecta negativa-
mente los recursos turísticos y supone una fuerte pérdida de competitividad y rentabilidad para el
propio sector.

Concebimos la calidad como ventaja competitiva como el modo en el que los operadores
son capaces de proveer de forma eficiente el producto turístico, minimizando sus efectos nega-
tivos en el entorno18. Signos de debilidad que requieren una mayor atención en la preservación de
la calidad ambiental se manifiestan en la destrucción del paisaje y efectos negativos del exceso
de construcción, los niveles de masificación excesivos, las deficiencias en el abastecimiento de
agua y el deterioro de la imagen por parte de los turistas, entre otros. El auge del paradigma de
sostenibilidad y la necesidad de evitar deterioros irreversibles, que conlleven pérdidas de eficien-
cia económica, justifica la necesidad de afrontar el desarrollo turístico desde parámetros de
preservación ambiental, equidad social, calidad de vida y respeto a la identidad cultural19.

Los ecosistemas tienen una limitada capacidad de acogida y cuando se supera pueden
producirse modificaciones importantes que conllevarán sin duda pérdidas de bienestar. En este
escenario, se pone en evidencia la necesidad de introducir elementos que adecuen los ritmos de
crecimiento de la oferta a unos parámetros más realistas de aumento de la demanda, y combi-
narlos con actuaciones que fomenten nuevas líneas de productos más relacionados con las
motivaciones emergentes. Se trata de dotar a la actividad turística y a los espacios donde ésta
se desarrolla de un mayor valor añadido. Es decir mejorar la competitividad de los destinos
248 supone entender el reforzamiento de los atractivos de su oferta potenciando un conjunto de
servicios turísticos asociados a líneas de producto alternativas y complementarias, más cerca-
nas a las nuevas actividades que demanda el consumidor (náuticas, naturales, culturales, de
salud o deportivas, gastronómicas, entre otras), realzando de una manera global la imagen y la
preservación de todo el espacio turístico. Desde este punto de vista, la capacidad de incorporar
valor desde la oferta para mejorar la experiencia del turista y superar sus expectativas depende
cada vez más de un más amplio y complejo conjunto de factores que, por una parte, tienen que
ver con los servicios más básicos y tradicionales (alojamiento y equipamiento de ocio), por otra,
con los atributos territoriales, ambientales y paisajísticos, una adecuada puesta en valor de los
recursos, así como la estructura y dinámica de la población local que configura el destino.

18
Go y Gowers (2000).
19
Vera y Baños (2004).
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

5.2. Innovación, alianzas, TIC, comercialización y promoción de la verdadera


competitividad

Las nuevas tecnologías de la información desempeñan ya un papel crucial en el turismo


mundial. No sólo porque se han convertido en un medio de conocimiento y pago de destinos y viajes,
sino también por potenciar lugares donde la interactuación entre personas y el posicionamiento web
tiene un gran impacto en la difusión del mensaje transmitido (Schmalleger y Carson, 2008).

En el contexto de un turista más individualista, con más días para viajar aunque no de
forma continua, más curioso y sin lealtad hacia un destino concreto, una adecuada promoción
resulta esencial para conquistar una imagen atractiva y de modernidad de los destinos. Uno de
los retos inminentes por parte de las administraciones públicas y las empresas españolas con-
siste en atender el creciente proceso de desintermediación de los turistas internacionales que
llegan a España y avanzar de forma más decidida en la estrategia de inversión en e-tourism. Hoy
que el turismo «paquetizado» vía touroperador tradicional deja espacio a otras iniciativas de
difusión de imagen de España como destino turístico20, es la oportunidad para coger las riendas
de nuestra promoción y ser visibles en la web con estructuras de comercialización propias.

En la era del conocimiento, el sistema turístico es más amplio e interrelacionado, y la


variable flujo de turistas no es la única que lo define. España, potencia mundial en turismo, con
una importante dotación de capital físico, humano y tecnológico ha de liderar este cambio en la
promoción de su producto turístico mundial a base de más I+D e innovación, y convertirse en un
agente destacado en el mercado del conocimiento turístico. El mercado de conocimiento turísti-
co es un mercado donde los turistas pueden influir en la productividad de las empresas sin
«pisarlas»; donde los destinos pueden capitalizar el conocimiento que los turistas adquieren 249
durante su viaje; donde los proyectos españoles en materia turística pueden ser exportados a
otros destinos a través de servicios de asesoría, licencias o franquicias21. Todo esto ya está
siendo fundamental y decisivo ya actualmente y acentuará su importancia en los próximos años.

Aprovechar esta oportunidad y ser visibles en la red requiere eliminar todo tipo de barreras
de colaboración, impulsar acciones conjuntas y buscar alianzas en una nueva forma de relación
entre todos los agentes implicados en el sistema turístico, en este nuevo espacio relacional,
mucho más flexible y adaptativo como es la red. Se hace imprescindible las alianzas o consor-
cios empresariales, la formación de empresas mixtas público privadas para la promoción y
comercialización turística en la que participen todos los agentes del destino. En la red el turista
no sólo aporta gasto sino también conocimiento, y en este mercado España tiene que saber
capitalizar el potencial de ser conocida por millones de nuevos turistas cada año. Por ser una
iniciativa pionera en este ámbito en España, quizá merezca destacar el Cluster de Turismo de
Canarias y la necesidad de seguir avanzando en esta línea.

20
Quizás en este sentido debe entenderse la reciente iniciativa del Gobierno «Saborear España», ligada a la motivación gastronómica
y lato prestigio actual de la cocina española en todo el mundo.
21
William (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En el desarrollo de los proyectos 2.0, donde la participación es global y compartimos


nuestras experiencias con otros, se segmentará aun más la demanda de cualquier tipo de pro-
ducto, y como no, del turismo. Las redes sociales de turismo y viajes en Internet han sido
pioneras y enfocadas hacia el turismo en general, pero el futuro será de los proyectos «específi-
cos», donde cada uno encuentre el grupo que realmente le interesa. En este ámbito de la promo-
ción y la segmentación de mercados donde se trata de impulsar aquellos activos o atributos que
realcen el valor añadido del destino y en los que España presente ventajas competitivas absolu-
tas sobre el resto de países. Y ciertamente caben iniciativas como aprovechar el renombre
mundial que tienen hoy, por ejemplo, los cocineros o los deportistas españoles, aspectos ambos
capaces de desestacionalizar la actividad turística.

En efecto, ostentamos una gastronomía líder en el mundo, un valor que destaca sobre
otros atributos turísticos, y que aporta un notable valor a la marca como factor de modernidad
y cosmopolita. Se trata de resaltar sus señas de identidad como parte relevante del valor
percibido de España como destino. Apostar por la variada gastronomía española sin duda
refleja una imagen de marca positiva, dinámica y que sabe conjugar ocio y negocio, basada en
productos y servicios con know how exclusivo y excepcional, con caras que se identifican con
trabajo y esfuerzo para llegar a lo más alto. También se trata de potenciar, la imagen exterior del
deporte español y el buen momento que vive España en este ámbito. Disponemos del clima,
servicios de salud, conectividad, oferta de alojamiento e infraestructuras adecuadas para la
realización de eventos deportivos relevantes. Ello ayudaría a percibir España como un lugar
atractivo no solo para visitar, sino también para vivir, gracias a la explotación de una creciente y
mayoritaria percepción de una imagen ligada a las ventajas de poder llevar una vida deportiva y
saludable en nuestro país.
250
En esta misma línea, el aumento de la inquietud cultural de los turistas que se plasma
también en la segmentación y creación de espacios diferenciados en la web permiten diversificar
o complementar el producto turístico español. Aprovechando, por ejemplo, el posicionamiento
internacional de nuestro turismo de ciudad o cultural, beneficiándonos de que Madrid y Barcelo-
na se sitúan en 2007 en el 13º y 7º lugar, respectivamente, entre 40 ciudades en el ranking del
Índice de Anholt que mide el atractivo percibido de las ciudades más importantes del mundo. De
hecho en la primera mitad del 2009, Madrid ha sido la única región española en experimentar
resultados positivos en cuanto al número de turistas extranjeros recibidos.

Por último, en el ámbito sectorial, y en concreto en lo que a la planta hotelera respecta, la


aplicación tecnológica permite también diferenciar el producto, mejorar la productividad, innovar y
añadir valor al servicio ofrecido. Por una parte su participación en estos clusters público privados
relacionales en la web elevan la calidad y generan esfuerzos constantes por mejorar el producto
porque un solo comentario negativo en cuanto a la calidad del mismo (infraestructuras, insta-
laciones, conservación del patrimonio, polución, etc.) puede generar un rechazo en cadena
respecto a un destino o un establecimiento concreto. Por otra parte, los hoteles, en un
destino como España, deben basar su oferta de servicios en elementos que los diferencien
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

de otro tipo de alojamiento y destinos competidores, sobre una base tecnológica y con
servicios orientados al marketing (concepto habitación-tienda; etc.), a la salud (spas,
fisioterapia, curas de adelgazamiento, prácticas deportivas, medicinas alternativas, etc.), a
la restauración (alimentos mediterráneos, comida saludable, etc.) que ofrezcan servicios no
sólo a los turistas sino para hacerlos extensivos también a los residentes locales. En esta
última vertiente, la capacidad de innovación en los hoteles es ilimitada. En los últimos años,
la domótica, automatización, nuevos materiales con propiedades muy potentes (que repelen
la suciedad, fomentan el ahorro energético, de agua, etc.) han propiciado avances realmente
espectaculares para los clientes. Hay también unas enormes posibilidades de innovación en
la gestión hotelera a través de la nuevas tecnologías propiciando la contratación de «un traje
a medida» personalizado para cada cliente.

5.3. Expansión internacional del sector turístico español y alianzas


empresariales

Hay consenso en el ámbito científico internacional de que la internacionalización empre-


sarial facilita a la empresa una más rápida consecución de los procesos de innovación desde
tres perspectivas: acceso a fuentes de conocimiento, especialización tecnológica y la articula-
ción de redes comerciales. Cuando una empresa inicia su expansión internacional mantiene e
incluso incrementa la competitividad en los destinos locales, se favorece la supervivencia futura
del sector y su participación en el proceso de globalización económica, se garantiza un empleo
de mayor calidad gracias la ubicación en España de las centrales de multinacionales competiti-
vas a nivel internacional y se mejora la imagen del país de origen de la multinacional. 251

La globalización de la actividad turística conlleva una demanda de servicios de alojamiento


alrededor del mundo y abre nuevas oportunidades de diversificación y expansión internacional al
tejido productivo español, permitiendo a las empresas turísticas acceder a nuevos mercados
geográficos gracias a la existencia de menores costes de trasporte, barreras comerciales decre-
cientes y mayores facilidades de comunicación22. Ante la intensificación de las presiones com-
petitivas que supone la globalización de los mercados y partiendo de su privilegiada posición
mundial, el sector turístico español, liderado por las cadenas hoteleras, intensifica en los años
90 su expansión internacional acompañadas, fundamentalmente a partir del 2003, por el sector
inmobiliario y de la construcción, y apoyados en el sector bancario, con el fin de alcanzar posi-
ciones relevantes en la industria turística internacional y competir más eficazmente en la escena
global. La indudable especialización inmobiliario-turística de la economía productiva española ha
originado fuertes empresas multinacionales en estos ámbitos de actividad.

22
Ramón (2002).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Efectivamente, en el proceso de internacionalización del sector turístico vacacional se


interrelacionan los intereses de la industria hotelera, inmobiliaria y financiera23. Estas alianzas se
intensifican en España dados los problemas de sobreoferta en algunos mercados urbanos y de
costa, a la maduración del mercado vacacional español, la crisis inmobiliaria en España así
como un exceso de liquidez generado durante la última parte de la década de los 90 y los
primeros años de la presente, que acelera la tendencia al dimensionamiento internacional del
sector inmobiliario y turístico español. El mercado hotelero vacacional y los complejos tipo resorts
en los destinos vacacionales mundiales, tanto en el Mediterráneo como en el Caribe, se han visto
beneficiados de esta tendencia hacia la creación de potentes vehículos de inversión inmobiliario
turística, donde el capital y know how español ocupa un papel relevante. Es de esperar que
cuando remita la actual crisis financiera internacional continúe, e incluso se acelere, esta diná-
mica de desarrollo.

Se hace necesario reafirmar este proceso dadas las crecientes sinergias que se derivan
de la cooperación de los diferentes sectores de actividad. Es innegable que las alianzas y fórmu-
las innovadoras de cooperación que generen nuevas métodos de gestión y financiación de pro-
yectos turísticos facilitan competir con éxito a nivel internacional.

Además, la estrategia de promoción internacional, innovación y alianzas en la expansión


internacional, son estrategias que se retroalimentan entre sí, ya que la internacionalización em-
presarial tiene efectos positivos en un mayor posicionamiento de las marcas españolas en los
mercados internacionales y una mejora en la imagen y presencia de España en el exterior. Para
ello se hace necesario actuaciones encaminadas a potenciar la concentración del sector, la
creación de joint-ventures empresariales y la incorporación de innovaciones tecnológicas que
252 generen las sinergias necesarias para aprovechar las ventajas competitivas del sector y le facilite
los procesos de deslocalización y exportación de su know how turístico, adquirido durante más
de medio siglo de abastecimiento al turismo internacional en España.

6. Conclusiones

Se ha resaltado los principales cambios estructurales que están afectando a los destinos
españoles especializados en el producto del sol y playa y que requieren de un urgente proceso
de reorientación y adaptación del sistema turístico español. La disminución en la cuota de turis-
mo internacional, la pérdida de la ventaja-precio como principal fuente de competitividad y los
nuevos hábitos de los turistas son indicadores importantes de este cambio de escenario. Por
otro lado, las empresas soportan en España un acusado ajuste de márgenes y rentabilidad,

23
En este proceso de internacionalización nuestra oferta hotelera adolece de algunas limitaciones en términos de tamaño operativo
a favor de la banca o las empresas inmobiliarias que parecen mucho mejor posicionadas en los nuevos mercados. La estructura
del sector hotelero español quizás deba ser objeto cambios dimensionales y alianzas para poder operar adecuadamente en el
mercado internacional.
EL TURISMO: GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD /
ANDRÉS PEDREÑO MUÑOZ Y ANA RAMÓN RODRÍGUEZ

efecto a su vez de la sobreoferta de alojamiento y la disminución en el gasto medio diario del


turista. Parece claro que hay que revisar el modelo vacacional en destinos turísticos tradiciona-
les especialmente en zonas del litoral y apostar por un modelo de crecimiento turístico más
equilibrado y una oferta complementaria que enriquezca las vivencias percibidas y permita am-
pliar y elevar el gasto turístico en destino. Es imprescindible afrontar algunos problemas estruc-
turales del modelo que se vienen detectando hace ya algunas décadas pero que han quedado
ocultos detrás de unos años de bonanza económica.

Es urgente asumir los nuevos retos y posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías
de la información para enfatizar la ventaja competitiva de España como destino líder mundial,
logrando así un posicionamiento más adecuado que garantice su supervivencia a largo plazo a
través de una correcta difusión mundial de la oferta turística en los nuevos canales de comunica-
ción. En definitiva, conseguir diferentes niveles de diferenciación y fidelización, en cuanto al produc-
to ofertado, a los medios promocionales empleados, los clientes y los canales de comercialización
de forma que se aporte al cliente un mayor valor añadido. Solo así se alcanzará la deseable
disminución de la sensibilidad de nuestra demanda a los cambios en los precios relativos de los
servicios turísticos en España. Es decir, innovar para ser más eficientes, más competitivos, más
productivos y más sostenibles dando así respuesta a las transformaciones de la sociedad.

No debemos equivocarnos y pensar que la madurez de nuestro sistema turístico debe


suponer una ruptura total con el modelo actual. Más bien todo lo contrario: dicha madurez debe
potenciar, apoyar y reafirmar una reinvención progresiva y completa del sistema, partiendo de aque-
llas variables que nos han hecho ser la segunda potencia mundial como destino turístico, y modifican-
do o creando aquellas características que puedan darnos un plus en términos competitivos, siempre
pivotando alrededor de la innovación y la calidad. Si poseemos el clima, la experiencia y el know how, 253
las conexiones de transporte y las infraestructuras, quizá se trate más de innovar, repensar, poner en
valor, reorientar, reposicionar y promocionar el producto turístico español. La formación de alian-
zas, redes, asociaciones y consorcios entre todos los agentes de un destino, se hace impres-
cindible para lograr la consolidación del liderazgo de España en el creciente mercado global.
España debe ser capaz de capitalizar su capacidad de atracción de turistas para atraer y acumu-
lar el conocimiento que éstos son capaces de aportar en las estructuras online.

Un correcto desarrollo de este modelo y una buena promoción y comercialización, dota-


rían a España de una amplia oferta turística, mejor valorada, y más constante durante todo el
año, ligada al potencial derivado del desarrollo del transporte low cost. En suma, mayor
sostenibilidad y valor añadido, menor estacionalidad y más alianzas empresariales que realcen
la imagen global del producto turístico español. Además, se mantendría el producto de sol y
playa como verdadero estandarte del modelo turístico español; pero ya no visto como tradicional,
pasivo y maduro basado exclusivamente en el clima y el sol, como hasta ahora, sino un modelo
de calidad, rico en alternativas verdes, culturales, gastronómicas y dotado de amplias
infraestructuras que faciliten el relax, la salud y las prácticas deportivas. Un modelo, en definitiva,
adaptado al siglo XXI.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En síntesis, se trata de lograr que las actividades turísticas se reconviertan desde un


sector de la «vieja economía» hacia un sector de conocimiento aprovechando las muchas inno-
vaciones potenciales no solamente relacionadas con las nuevas tecnologías de la información
sino también en otros muchos campos (tecnología hotelera, nuevos materiales, avances en la
salud y calidad de vida, innovación culinaria, etc.).

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256 Ginebra.
LA UNIÓN EUROPEA EN EL MEDITERRÁNEO
José María Casado Raigón
Universidad de Córdoba

RESUMEN ABSTRACT
Las relaciones euromediterráneas a lo largo de las riberas Euro-Mediterranean relations between the northern and
Norte y Sur del Mare Nostrum han sido intensas y fecundas a southern shores of the Mare Nostrum have been intense and
lo largo de la historia, estando en la actualidad insertas en el fruitful through out History. Now, they are embedded in the
proceso de construcción europea a través de la Unión por el process of European integration through the Union for the
Mediterráneo y de la Política Europea de Vecindad. Se trata de Mediterranean and the ENP. It´s a unfinished development in
desarrollos inacabados en los que los resultados son un tanto which the results are somewhat modest, although there have
modestos, si bien se han ido sentando las bases para unas laid the groundwork for most promising economic, political,
relaciones económicas, políticas y socioculturales más social and cultural relations, in addition to having created a
prometedoras, además de haberse creado un ambiente más more cooperative environment. As we advance in these
cooperativo. Conforme se avanza en esas relaciones se observa relationships, we observe that changes are required. These
que requieren transformaciones que presentan muchos desafíos changes present many challenges and some edges, and the
y algunas aristas, estando la garantía de éxito ligada a que el guarantee of success depends of that the process was mean
proceso sea sentido como algo propio por cada una las dos as their own for each of the two Mediterranean shores.
orillas del Mediterráneo.

1. Introducción: del bilateralismo al multilateralismo en las riberas del


Mediterráneo

Para la Unión Europea –UE– el Mediterráneo es una zona con enorme importancia estra-
tégica, además de un gigantesco mercado potencial. Representa el 7% de la población mundial
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

y el 13% del PIB del planeta, mientras presenta grandes deficiencias en infraestructuras, algu- 257
nas de ellas de carácter básico, como es el hecho, por ejemplo, de que la mitad de las aglome-
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

raciones importantes de la zona no tienen tan siquiera tratamiento de aguas residuales. Enor-
mes intereses se encuentran en juego desde la perspectiva del acercamiento entre las orillas
Norte y Sur del Mare Nostrum. Todos los países de la Unión Europea, y no sólo los grandes
países ribereños del Norte –Francia, Italia y España–, tienen vocación de sentarse a la mesa
mediterránea y, por ello, dando un gran giro a iniciativas planteadas de forma algo unilateral por
estos tres países –especialmente Francia–, el 13 de julio de 2008 los procesos y proyectos
anteriores se transformaron en la Unión por el Mediterráneo –UM– bajo los auspicios de los
veintisiete Estados Miembros de la UE y quince países de la ribera Sur.

Las relaciones económicas entre el proceso de construcción europea y los países ribereños
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

del Sur del Mediterráneo se remontan a los años sesenta del pasado siglo con la firma de los
primeros acuerdos comerciales de carácter preferencial y bilateral entre la entonces Comunidad
Económica Europea –CEE– y algunos de estos países. Más tarde, a principios de los años
setenta, en plena crisis del petróleo, resultado de las guerras árabe-israelíes, la CEE se vió
obligada a adoptar una política común para asegurar el suministro energético de sus Estados
Miembros –EEMM–. A partir de ese momento, se pasa de la anterior visión bilateral a un enfoque
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

multilateral entre los países mediterráneos1. De hecho, en la Cumbre de París de octubre de


1972 se adoptó la denominada Política Global Mediterránea –PGM–, cuya meta principal era
garantizar la estabilidad de la vía marítima entre ambas riberas y asegurar el aprovisionamiento
de las materias primas, especialmente las energéticas. Posteriormente, la PGM fue sustituida
en 1992 por la Política Mediterránea Renovada –PMR–, caracterizándose ambas por una lógica
asistencialista de cooperación al desarrollo.

El ingreso de España en las Comunidades Europeas fue un hecho determinante en la


revisión de la política comunitaria hacia los Países Terceros Mediterráneos –PTM–, pasándose
desde la PGM a la PMR en la Cumbre de Maastricht de diciembre de 1991. Sin embargo, este
avance no significó un cambio de objetivos y solamente representó un intento de corregir los
puntos negativos de la primera, adoptando algunos nuevos aspectos como añadir ayuda logística
y formativa a la ayuda económica, incrementar el montante de la ayuda financiera y tratar de
fomentar la inversión privada a través, entre otros instrumentos, de la creación de joint ventures2,
la cooperación Sur-Sur3 y la cooperación horizontal4. Puede afirmarse que ambas políticas, es-
pecialmente la PGM, tenían una dimensión puramente comercial y no puede decirse que impul-
saran ciertamente el desarrollo económico de los PTM. Se trataba más bien de un tránsito desde
una visión bilateral de las relaciones entre ambas orillas a un enfoque multilateral.

A partir de la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea o Tratado de Maastricht,


el proceso de integración europea pasa a tener una dimensión más política y, en un momen-
to en que las relaciones entre la Unión y los países árabes de la ribera Sur se habían enfriado
–participación de algunos países europeos en la Guerra del Golfo, conflicto árabe-israelí, etc.–, la
UE promueve, después de sucesivas Declaraciones en los Consejos Europeos de esos años, el
258 establecimiento de un nuevo marco para las relaciones con los países del Sur del Mediterráneo,
que vino a denominarse Asociación Euromediterránea –AEM–.

2. Nuevas dimensiones en el espacio euromediterráneo: el Proceso de


Barcelona

En 1995, durante la Presidencia española de la UE, tuvo lugar en Barcelona la primera


Conferencia Ministerial Euromediterránea, que reunió a representantes de veintisiete países: los
quince EEMM de la UE de entonces y doce PTM5, además de representantes de la Liga de los
Estados Árabes, la Unión del Magreb Árabe –UMA– y Mauritania –como miembro de la UMA–.

1
El Mediterráneo se caracteriza por una orilla Norte compuesta de Estados que van acercándose entre sí en un proceso de
integración, como es la UE, frente a unas orillas Sur y Este donde falta integración e, incluso, se vive aún, en algunos escenarios,
en situación de conflicto.
2
Agrupación entre dos o más empresas que se unen para un proyecto de interés común para las mismas.
3
Cooperación entre varios países de la orilla Sur.
4
Cooperación entre varios países dentro de los mismos sectores de actividad económica.
5
Argelia, la Autoridad Palestina, Chipre, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Malta, Marruecos, Siria, Túnez y Turquía.
LA UNIÓN EUROPEA EN EL MEDITERRÁNEO / JOSÉ MARÍA CASADO RAIGÓN

En ese momento, se produciría un importante cambio en las relaciones entre ambas riberas, que
se materializó en esa Asociación Mediterránea, también llamada, más comúnmente, proceso de
Barcelona –debido a que la declaración final adoptada fue conocida como Declaración de Barce-
lona–, que establecía un marco multilateral y duradero basado en un espíritu de colaboración
para afrontar los desafíos comunes de la cuenca mediterránea.

Su objetivo era convertir el espacio euromediterráneo en una zona de paz y estabilidad6


mediante la creación de una asociación global, que aunase bajo el principio de equidad a todos
los miembros sujetos al acuerdo. Por otra parte, la declaración parte de la premisa de que, para
lograr el objetivo de convertir el Mediterráneo en un espacio de diálogo, intercambio y coopera-
ción que garantice la paz, la estabilidad y la prosperidad, es necesario estrechar el diálogo
político, el desarrollo de la cooperación económica y financiera y una mayor consideración de las
dimensiones social, cultural y humana del proceso. De hecho, los tres ejes principales o cestas
los constituían las dimensiones política, económica y sociocultural del proceso, formando las
tres la base de la futura cooperación en el Mediterráneo.

En concreto, para alcanzar un desarrollo económico sostenible y equilibrado, se acordó


establecer una colaboración económica y financiera que consistirá en la creación de una Zona de
Libre Comercio para el año 2010 y el aumento de la asistencia financiera de la UE a través del
denominado programa MEDA, del Banco Europeo de Inversiones –BEI–, y de las ayudas bilate-
rales de los EEMM de la UE a estos países de la ribera Sur del Mediterráneo.

El hecho de que el diálogo regional se constituyera en el centro de gravedad del Proceso


de Barcelona, hizo que éste se convirtiera en una de las iniciativas de política exterior más
ambiciosas e innovadoras de la Unión Europea y sirvió como modelo para una nueva relación a 259
nivel regional y multilateral en el Mediterráneo.

En noviembre de 2005 se celebraron en una Cumbre en Barcelona, los primeros diez años
de la Asociación Euromediterránea o Proceso de Barcelona. Vino a adoptarse un programa de
trabajo para los siguientes cinco años con objeto de relanzar el Proceso a través de la liberaliza-
ción del sector servicios y de las inversiones, la profundización de la liberalización del mercado
de los productos agrícolas, la convergencia reglamentaria y la consolidación del marco legal,
todo ello con la vista puesta en la creación de la referida Zona de Libre Comercio Euromediterránea
en 2010. En todo caso, sin desmerecer los logros del Proceso, las diferencias socioeconómicas
y políticas entre las dos orillas del mediterráneo siguen siendo un lastre para el avance de las
relaciones. A pesar de un leve acercamiento, la balanza económica sigue cediendo a favor de los
vecinos del Norte y los progresos apenas resultan visibles a los ciudadanos. En esas condicio-
nes, en el año 2008 se va a producir un nuevo impulso por iniciativa francesa en el marco de su
presidencia semestral y rotativa de la Unión Europea durante el primer semestre de ese año.

6
En la orilla Sur podemos distinguir el Mediterráneo Occidental, subregión del Magreb donde la falta de entendimiento de los países
que la conforman complica y agrava los desafíos de seguridad, y, el Mediterráneo Oriental, caracterizado por un Oriente Próximo
convulsivo y las tensiones entre Grecia y Turquía.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

3. Las nuevas fronteras exteriores de la Unión: La Política Europea de


Vecindad

A la vista de las ampliaciones de la Unión Europea en los años 2004 y 2007, se llevó a
cabo la creación de una nueva política europea que pretendía ajustarse mejor a las nuevas
fronteras exteriores de la Unión. Así nació la Política Europea de Vecindad –PEV–, orientada
hacia todos los países que tienen frontera terrestre o marítima con la UE, incluyendo, en conse-
cuencia, a los PTM. Con un enfoque también global, como en el caso de la AEM, la PEV ofrece
una aplicación diferenciada para cada región, lo que dibuja un panorama de geometría variable,
de cooperaciones reforzadas y, en suma, de más interdependencia e interacción entre mecanis-
mos institucionales. Las relaciones euromediterráneas son un proceso claramente inacabado en
el que queda mucho por hacer, de forma que, la base de la nueva PEV en la región mediterránea
son las relaciones ya existentes y el acervo de la Asociación Euromediterránea. Igual que la
AEM, la PEV tiene, entre sus prioridades, fomentar la integración Sur-Sur y la cooperación
subregional, avanzar en las negociaciones agrícolas y de servicios, la consolidación de un mer-
cado euromediterráneo de la energía, el desarrollo de relaciones privilegiadas a través de la
fórmula de Planes de Acción o Estatutos Avanzados, etc., todo ello profundizando en la armoni-
zación del ámbito reglamentario y legislativo. La base de todos los Planes de Acción7 son unos
valores comunes y la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea –PESC–.

Los Planes de Acción8 incorporan reformas económicas, políticas e institucionales que


han de tener una aplicación efectiva por los vecinos de la UE, que, a cambio de ello, les ofrece la
posibilidad de una participación en el mercado interior comunitario, así como otras formas avan-
zadas de cooperación en campos clave de interés mutuo. De esta forma, los acuerdos irán
260 permitiendo que los vecinos participen en un número creciente de áreas de la política comunita-
ria, comenzando por el comercio de mercancías, capitales y servicios. Sirven de modelos para
este gradual acercamiento de las experiencias el Espacio Económico Europeo –EEE– y la
Asociación Europea de Libre Comercio –AELC o EFTA en sus siglas del idioma inglés–.

La Política Europea de Vecindad trata de crear un proceso paulatino de integración a


todos los niveles que, de momento, excluye la libre circulación de la mano de obra, empleando el
enfoque a la carta que se ha venido ya aplicando, por otra parte, en las relaciones entre algunos
países europeos de la EEE y de la EFTA, como Suiza. Es importante subrayar que los Planes de
Acción adoptados con cada uno de los vecinos de esas nuevas fronteras exteriores de la UE,
establecen objetivos y parámetros para las reformas económicas, políticas y legislativas que
esos países han de implementar, estableciéndose, al mismo tiempo, compromisos por parte de
la UE sobre la forma en que ésta deberá responder y compensar a los mismos, cuando cumplan

7
Los PTM forman acuerdos con la UE, llamados Planes de Acción o Estatutos Avanzados como prefiere denominarlos Israel,
fundados en unos informes elaborados por la Comisión sobre cada Estado en concreto.
8
Hasta la fecha han firmado Planes de Acción la Autoridad Palestina, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos y Túnez.
LA UNIÓN EUROPEA EN EL MEDITERRÁNEO / JOSÉ MARÍA CASADO RAIGÓN

efectivamente esos objetivos y parámetros. Es decir, se trata de una condicionalidad positiva que
sirva de estímulo para la implicación de esos países en un proceso de democratización, práctica-
mente inexistente en la mayoría de los mismos hasta la fecha.

Para la financiación de los proyectos orientados al cumplimiento de los objetivos de la


PEV se crea el Instrumento Europeo de Vecindad y Asociación –IEVA– con un presupuesto de
12.000 millones de euros para el septenio de vigencia de las actuales perspectivas financieras
2007-20139. El nuevo instrumento financiero es una mezcla de los anteriores PHARE, TACIS y
MEDA y se trata de un mecanismo más flexible que el antiguo programa MEDA, orientado a
políticas concretas que presenten una alta prioridad en materia de cooperación transfronteriza.

Frente al marco de asistencia del MEDA que dejaba un considerable margen a la


discrecionalidad de la UE o de los gobiernos mediterráneos, los fondos asignados a cada país en
el nuevo instrumento IEVA dependerán de sus necesidades, de su capacidad de absorción y, como
ya se ha señalado, de la aplicación efectiva de las reformas acordadas –condicionalidad–. Estos
nuevos fondos sirven para financiar las reformas en todas las dimensiones que hemos menciona-
do, destacándose aquellas que van dirigidas al apoyo del desarrollo económico y el sistema de
economía de mercado, así como la aproximación al acervo comunitario, de cara a una posible
futura integración económica en el mercado interior europeo.

La Política Europea de Vecindad ofrece una situación más alentadora que la anterior
Asociación Euromediterránea. La PEV puede mejorar los vínculos con los países vecinos, ofre-
ciéndoles un trato individual en su relación con la UE, aunque precisamente por ello puede
parecer que esta nueva política contribuiría a aguar la integración mediterránea en su conjunto,
precisamente por su trato individualizado hacia los países vecinos10. Pero la apertura de nuevos 261
mercados de exportación mediante concesiones de la UE a determinados países, favorece las
condiciones necesarias para llevar a cabo reformas democráticas en los mismos, y, precisamen-
te por ello, ofrecer una creciente participación en el Mercado Interior de la UE, podría ser la hoja
de ruta –road map– económica para consolidar reformas políticas en los PTM dispuestos a las
mismas11. Sin denostar las merecidas críticas, que pudieran haberse efectuado en su momento,
en la actualidad la UE está realizando un esfuerzo para modificar las carencias y debilidades que
se detectaron durante los primeros años de la aplicación de la PEV12.

9
Esto significa que los calendarios de ayuda exterior están vinculados administrativamente con los programas financieros multianuales
generales de la UE –perspectivas financieras, normalmente septenales– y no con los calendarios de reforma que se preverán en
los acuerdos bilaterales de vecindad.
10
Garrido y López (2008), pág. 165.
11
Esta estrategia tiene mucho que ver con el método funcionalista de Jean Monnet aplicado por la UE en su propio proceso de
integración.
12
No obstante, en la actualidad, los avances de la PEV pueden diluir en buena medida la especificidad mediterránea, dado el peso
específico de los vecinos de la frontera oriental de Europa y el bloqueo del Proceso de Paz en Oriente Medio que hace a algunos
cuestionarse el futuro de la construcción del Mediterráneo.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

4. La Unión por el Mediterráneo. El relanzamiento del Proceso de Barcelona:


¿Francia o la Unión Europea?

Conscientes cada vez más de que el Mediterráneo es probablemente, la región más críti-
ca para el futuro de la UE, existe una creciente preocupación por tender puentes entre sus
orillas. Así surge una iniciativa que, en principio, fue planteada como un marco de relaciones
multilaterales liderado por Francia y dirigida a relanzar la cooperación entre los países del Medi-
terráneo, al margen de las instituciones de la UE. Las reacciones no se hicieron esperar y, por
un lado, la gran ambigüedad e imprecisión de la propuesta y su nula articulación con las políticas
europeas en curso y, de otra parte, la posición de Europa Central, liderada por Alemania, que la
interpretaban como una posible división de la UE –una Unión, dentro de otra Unión–, hicieron
rectificar el proyecto primigenio, obligando a dar un giro y presentar la propuesta como iniciativa
conjunta franco-alemana ante el Consejo Europeo en marzo de 2008. Poco después se adoptaría
la Declaración Conjunta de la Cumbre de París por el Mediterráneo, considerada el acta fundacional
del Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo.

La iniciativa no consiste en una ruptura de la anterior política euromediterránea sino en un


fortalecimiento y consolidación de esta política. Se trata, pues, de reforzar las relaciones
multilaterales, aumentar el sentimiento de copropiedad del proceso entre los socios y hacer esta
cooperación más visible a los ciudadanos. En el lenguaje cotidiano el nombre de Unión por el
Mediterráneo se está imponiendo y, después de unos años, nadie se acordará del Proceso de
Barcelona, con lo que de algo habrá servido a los franceses ser los proponentes de la iniciativa
que, finalmente, quedó bastante desfigurada respecto de su primera imagen.

262 Los miembros que componen el Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo, son
todos los EEMM. de la UE y los Estados ribereños del Sur Mediterráneo y de la Asociación
Euromediterránea (Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Mauritania, Marruecos, la Autoridad
Palestina, Siria, Túnez, Turquía y Albania) más Mónaco, Croacia, Bosnia-Herzegovina y
Montenegro, por parte europea, y Libia, por parte africana, que no son miembros del Proceso de
Barcelona y que fueron invitados a la Cumbre de París. De entre estos últimos países, aquéllos
que den su apoyo y adopten el acervo de Barcelona, podrán avanzar hacia las mismas metas13.

La UM, a pesar de basarse sobre los firmes cimientos del Proceso de Barcelona, es un
nuevo marco de cooperación multilateral que se concibe como un instrumento complementario
para las relaciones bilaterales entre la UE y los países ribereños del Sur, y tendrá continuidad
bajo los ámbitos de actuación y políticas ya existentes, como los Acuerdos de Asociación y la
Política Europea de Vecindad. Aunque quedan muchas cuestiones en suspenso, existen una
opinión y convicción compartida por todos, y es que hay que revisar continuamente las políticas
europeas sobre el Mediterráneo, pues la acumulación de retos en esa región y su marginalización
en la economía mundial, obligan a Europa a tener más peso en el nuevo despliegue de fuerza,
inevitable tras la aparición de socios como China, India y Brasil, entre otros.
13
Resolución del Parlamento Europeo de 5 de junio de 2008.
LA UNIÓN EUROPEA EN EL MEDITERRÁNEO / JOSÉ MARÍA CASADO RAIGÓN

Hasta ahora, el Mediterráneo era una prioridad para algunos Estados, pero no para la
Unión Europea como tal. De hecho, si miramos las cifras de las relaciones económicas
euromediterráneas observamos que el nivel de participación de la inversión privada en los proyec-
tos y volumen de la cooperación han sido realmente muy modestos. En este sentido, sería
absurdo dar por conquistado el Mediterráneo como prioridad europea.

El Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo supone, sin duda, una oportunidad
histórica para revitalizar la región EuroMed, cuya mejora debe quedar en manos, no sólo de las
instituciones, sino también de los ciudadanos, de la sociedad civil y de la implicación activa del
sector privado. Precisamente, el nuevo enfoque se centra en el desarrollo económico y en el
papel del sector privado, si bien tras los contratos, las licitaciones y, en general, las operaciones
comerciales y empresariales, hay unas normas y la lógica del Estado de Derecho, con lo que al
final el resultado será el de una mayor apertura.

Los objetivos de la UM pueden concretarse en unas cuantas líneas principales que, más
allá de la mejora de las relaciones multilaterales – cumbres bilaterales alternantes, reforzamiento
de la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea, etc.–, del incremento de copropiedad –co-
presidencia rotativa y compartida, Secretaría que tendrá su sede en Barcelona y Comité Perma-
nente Mixto, con sede en Bruselas–, y de una mayor visibilidad del proceso –proyectos concre-
tos para cohesión e integración regional del área que sean apreciados por los ciudadanos–,
aborden algunas de las cuestiones clave de las relaciones euromediterráneas, como el comer-
cio, la inmigración, la cooperación al desarrollo, la agricultura o la energía.

Los proyectos prioritarios están relacionados con el medio ambiente, las infraestructuras
del transporte, la energía, la educación o el mundo empresarial. Su implementación requiere una 263
financiación adicional, independiente de las asignaciones presupuestarias existentes, a las que
ya nos hemos referido, y que podrían proceder del sector privado, de instituciones financieras
internacionales y entidades regionales, de la cooperación bilateral o de las contribuciones de los
EEMM de la UE y los socios mediterráneos.

5. Reformas económicas y promoción de la democracia en el Mediterráneo.


La Zona de Libre Comercio

Para llevar a cabo esos proyectos sin necesarias numerosas reformas en la ribera Sur14, si
se quiere asegurar una liberalización sostenible comercial y socialmente, que permita, posterior-
mente, completar la prevista Área de Libre Comercio –bienes, servicios, capitales–, con los
necesarios movimientos de personas a través, en principio, del fomento de flujos legales, si bien
ésta última libertad de movimiento es, sin duda, un asunto más complicado. En efecto, la

14
Para que los objetivos de la UM sean menos modestos y limitados han de cambiar ciertas circunstancias históricas del Mediterrá-
neo, en especial, la secular violencia y enfrentamientos internos.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

experiencia muestra que este tema, como otros que caen dentro de la dimensión y objetivos
políticos, son difíciles de alcanzar. El método para salir de la encrucijada consiste en crear
solidaridades de hecho a través de un gradual crecimiento económico compartido, que va facili-
tando unas relaciones económicas interdependientes y hasta una clase política con fuerza eco-
nómica, que tarde o temprano demanda participación política, de forma que el propio desarrollo
económico y la modernización social llevan a la transición política y a la democratización15.

También nos enseña la experiencia como algo irrefutable que sólo es posible fraguar unio-
nes viables, que incorporen dimensiones políticas y sociales, entre democracias. La Unión Euro-
pea o la Unión India o la norteamericana son prueba incuestionable de la validez de esta ley16. La
UM, no obstante, pretende unir, o al menos, acercar las primeras democracias del planeta con
países no democráticos o que se encuentran, como mucho, en suave y lenta transición hacia
una cierta apertura. Queda por valorar las dificultades que entraña este escollo en la promoción
de la democracia y de los derechos humanos en la orilla Sur y, puesto que el viejo Mare Nostrum
necesita una utopía constructiva que tienda puentes entre sus orillas, cabría esperar también que
las sociedades civiles organicen sus propias relaciones internacionales y sus propias políticas
de acercamiento.

La realidad del proceso euromediterráneo exige una respuesta conjunta y efectiva para
cerrar la enorme brecha económica, social y política que separa Europa de sus vecinos medite-
rráneos. El nuevo acercamiento a través de la UM presenta evidentes ventajas ya que, por una
parte, evita que se muera el Proceso de Barcelona al situarlo de nuevo ante las prioridades de la
agenda europea, y, por otro lado, plantea una cooperación más que una colaboración entre
ambas orillas, con lo que pretende conseguir que los países del Sur sientan como algo propio
264 este nuevo marco de relaciones.

Ahora con la UM, uno de los objetivos prioritarios más inmediatos es conseguir de forma
eficaz la continuidad real del Proceso de Barcelona17, completando la realización de una Zona de
Libre Comercio en 2010. Si ello se logra –cuestión discutible a estas alturas del proceso–, será
lógico que se fomenten las inversiones en el Sur del Mediterráneo, al igual que ha sucedido en
otras experiencias de integración económica en América, Japón o China.

La dinámica de la relocalización industrial podrá tener efectos económicos positivos en


los países del Sur y ello va a suponer una inversión privada e inversiones públicas en infraestructuras
de las que tan necesitada se encuentra la zona. Muchos son los tipos de inversión que cabría
esperar, uno de los cuales es la educación, si bien este es un tema, como algunos otros, en
donde la oposición islámica pudiera resistirse, por considerarla como un sector vital para la
expansión de sus ideas religiosas. Otro sector que tendrá un gran desarrollo será el de la energía

15
Lorca (2008), en Garrido y López (2008), p. 198.
16
Marzouki, M. (2009): «La Unión del Mediterráneo… sí, pero…»; en El Mundo (25-3-2009); p. 32.
17
Son muchos los logros conseguidos por el Proceso de Barcelona iniciado en 1995, cuyos ejes de cooperación fueron el dialogo
político, cooperación económica y libre comercio y ámbito social, cultural y humano.
LA UNIÓN EUROPEA EN EL MEDITERRÁNEO / JOSÉ MARÍA CASADO RAIGÓN

puesto que, además de asegurar el abastecimiento de materias primas energéticas de los EEMM
de la UE, es de esperar que los países ribereños del Sur incrementen de forma notable su
demanda de energía, con lo que ello supone en cuanto a la instalación de las correspondientes
infraestructuras.

Los beneficios económicos y los niveles de desarrollo que implican que al mercado euro-
peo de quinientos millones de habitantes se le sume –una vez sea realidad el Área de Libre
Comercio en el año 2010 previsto en el Proceso de Barcelona–, un mercado de cuatrocientos
cincuenta millones de personas, fortalecerán la integración de la región euromediterránea en
todas sus dimensiones.

6. España y las relaciones euromediterráneas

En el marco de las relaciones euromediterráneas existen para España una gran cantidad
de intereses en juego: económicos, comerciales, pesqueros, turísticos, culturales, sociales,
educativos, energéticos, etc., y es evidente, por tanto, que existen numerosas oportunidades de
todo tipo, en particular en lo que se refiere a inversiones, privatizaciones, comercio, etc. La
liberalización comercial y la integración en un mercado más amplio favorecen el clima adecuado
para la atracción de inversión directa extranjera y el consiguiente desarrollo económico y social,
sobre lo que España cuenta ya con experiencias positivas en la Unión Europea.

Un tema especialmente delicado para España en sus relaciones mediterráneas es la


apertura de los mercados agrícolas que, obviamente, ha de ser coherente con las demás políti- 265
cas comunes de la UE. Pero aquí, España también defiende la protección de ciertos productos
sensibles y exige medidas de acompañamiento y diversificación en la agricultura de los socios
mediterráneos. La creación de una zona de libre comercio euromediterránea debe seguir la lógi-
ca del avance paralelo de todos los sectores. Así, las negociaciones deben avanzar de forma
equilibrada a nivel de productos agrícolas, productos agrícolas transformados y pesca, teniéndo-
se en cuenta, además, las respectivas sensibilidades. España impulsó desde el comienzo las
negociaciones tratando de evitar las concesiones en los productos más sensibles. Para ello se
buscó una mayor diversificación en las concesiones a otorgar, para evitar su concentración en
unos pocos productos, distribuyendo los esfuerzos entre los EEMM, y solicitando reciprocidad,
de forma que estas compensaciones se vean equilibradas por la apertura simultánea de los
mercados de estos países para productos agrícolas de nuestro interés. En todo caso, se trata de
lograr un verdadero mercado paneuromediterráneo, que sea un área de integración completa, en
la que no sólo circulen bienes, sino donde se vaya abriendo gradualmente la perspectiva de la
liberalización de los servicios, inversiones y capitales. El tema de los flujos migratorios del Sur al
Norte ha sido explícitamente incorporado a este campo de acción de la UE18 y su política migratoria

18
A partir de la reunión ministerial de Albufeira de noviembre de 2007 se ha profundizado en el diálogo y se ha avanzado en la
cooperación en temas de inmigración que, en este caso, en la UE se conoce como la ruta migratoria del Sur.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

trata ahora de ordenar esos flujos y conseguir que los mismo tengan unos efectos favorables
sobre el desarrollo de los países del Sur, a pesar de las dificultades con las que dicho proceso
se enfrenta19.

7. A modo de reflexiones finales

El proyecto de la Unión por el Mediterráneo debe ser enfocado desde la perspectiva de la


igualdad de sus actores, con lo que la zona podría ser un verdadero espacio de diálogo y de
participación donde fueran formulados proyectos originales de cooperación Norte-Sur, liberados
de la vieja cultura del desequilibrio entre las partes. Como se sabe, la primera fase de construc-
ción europea se constituyó entre potencias de similares o parecidos niveles de desarrollo que
fueron compartiendo gradualmente sus recursos en un mercado único. Con las posteriores am-
pliaciones, primero a Grecia en 1981 y, después, en 1986,a España y Portugal, la Comunidad se
abrió a países menos desarrollados, pero de los que se suponía estaban en condiciones de
superar rápidamente su retraso. Pero desde este momento, con la presión de determinados
países, –especialmente, Gran Bretaña–, la lógica de la ampliación ha sido más fuerte que la de
la profundización, y la posterior extensión de la Unión Europea a los países de la Europa Central
y del Este, ha avivado este enfoque. En estas condiciones puede temerse por algunos que la UM
no encierre un proyecto solidario que pudiera corregir la desigualdad de los participantes, a un
lado y otro del Mediterráneo.

La Unión por el Mediterráneo, como queda dicho, fue impulsada por la presidencia france-
266 sa de la UE del primer semestre de 2008, y fue retomada por todos los EEMM que la aprobaron,
junto a los países de la ribera Sur, el 13 de julio de ese mismo año, con el objetivo de relanzar el
Proceso de Barcelona. Se trata de un proceso que presenta muchos retos y algunas aristas
asociadas, entre otras, a la seguridad y estabilidad que tiene la UE en su frontera Sur, a la
capacidad de ésta para contribuir a la resolución del conflicto palestino-israelí y, finalmente, a la
viabilidad de los proyectos concretos establecidos para lograr ciertos niveles de infraestructuras
básicas y de desarrollo económico, más allá de los intereses de las potencias europeas y de las
multinacionales.

Para la Presidencia española en la Unión Europea del primer semestre del próximo año
–con la que se inaugura el sistema de troika, junto a Bélgica y Hungría, previsto en el Tratado de
Lisboa–, es una oportunidad consolidar la iniciativa que representa la UM, de forma que este
proceso sea sentido como algo propio por las dos orillas del Mediterráneo, como única garantía
de éxito.

19
Sin embargo, la cooperación europea con los institutos nacionales de empleo de los Países del Sur del Mediterráneo –PSM– se está
llevando a cabo con éxito en el ámbito de la inmigración legal.
LA UNIÓN EUROPEA EN EL MEDITERRÁNEO / JOSÉ MARÍA CASADO RAIGÓN

España será el único país mediterráneo que en los próximos años presida la Unión Euro-
pea, por lo que se impone una actuación decidida para impulsar el proceso de relanzamiento de
las relaciones euromediterráneas. España debe contribuir, durante su presidencia y el período de
troika, a hacer frente a los desafíos y perspectivas futuras en la construcción de un espacio
euromediterráneo, señalando este objetivo como una de sus grandes prioridades a partir del
primero de enero de 2010.

Para terminar diremos que Andalucía ha sido en el pasado y debe procurar seguir siendo
en el futuro un enclave fundamental en la vida del Mediterráneo, habiéndose desarrollado su
época de mayor esplendor hasta el siglo XIV. Desde la vieja Tartessos, pasando por la Bética
romana hasta llegar al sur de al-Andalus, Andalucía posee un valioso caudal de experiencias y ha
sido lugar de encuentro en el entendimiento y el diálogo intercultural. Tal era la influencia de la
región en el mundo de aquella época, que como escribía Abd al-Rahmán Ibn Jaldún (1332-1406)
en su Introducción a la Historia Universal, la decadencia del Califato cordobés y de su capital,
trajo consigo la ruina de todo el mundo occidental.

Seguramente de una relectura atenta y reposada del pensamiento de este genial andalusí
Ibn Jaldún, cristalizado en su obra Prolegómenos, en la que englobó el hecho humano entero a
través de sus características políticas, económicas, sociales y culturales, podríamos sacar con-
clusiones que nos ayudarían a entender la complejidad de las relaciones euromediterráneas y
obrar en consecuencia.

8. Bibliografía 267

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EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

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268
EL FUTURO DE IBEROAMÉRICA
Rafael Pampillón Olmedo y José Luis Jiménez Guajardo-Fajardo
IE Business School

RESUMEN ABSTRACT
Después de varios años de rápido crecimiento económico, Following several years' rapid economic growth, a significant
se prevé una significativa caída de la economía en los países de drop in the economies of Latin American countries has been
América Latina, y en algunos casos, un crecimiento negativo. forecast; in some cases growth will be negative. The origin is to
El origen está en la actual crisis global, la cual está costando be found in the current global crisis, which is costing billions of
billones de dólares, en gasto público, largos años de recesión, dollars in public spending, long years of recession, the bankruptcy
la quiebra de muchas empresas y un aumento descontrolado of many companies and the uncontrolled increase of the
del desempleo. Se trata de una combinación de varios errores unemployment rate. It is a combination of many errors which
que han provocado pérdida de la credibilidad en los bancos por have caused a loss of credibility of the banks, due to their lack
falta de transparencia financiera. Los bancos son el motor de la of financial transparency. Banks are the engine of the economy
economía porque conceden el crédito a las familias para que because they lend to families for them to carry out their
éstas puedan comprar, y a las empresas para que estas puedan purchases, and to the companies for them to be able to produce
producir más. La restricción en el crédito (credit crunch) reduce more. The credit crunch has reduced economic activity and
la actividad económica y disminuye el crecimiento económico, stunted economic growth causing the bankruptcy of thousands
provocando la quiebra de miles de empresas, desempleo e of companies, unemployment and economic instability.
inestabilidad económica. Latin America had been going through a period of splendour
En los últimos años, América Latina atravesaba una época encouraged by free trade. The crisis generated in the earth's
de esplendor, favorecido por el libre comercio. La crisis generada leading economy has brought about the economic downfall of
en la primera potencia mundial ha provocado grandes desplomes other countries around the world. At first Latin American countries
económicos en los demás países del mundo. En un principio se were thought to be immune to the crisis. However, towards the
consideraba que los países de América Latina no estarían end of 2008 international economic organisations began to detect
afectados por la crisis. Sin embargo, a finales de 2008 los a drop in the growth of the countries in the region. This economic
organismos económicos internacionales comenzaron a detectar crisis is affecting Latin America directly due to the fact that,
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

la caída en el crecimiento en los países de la región. Esta crisis over the last five years, there has been a drop in income from
financiera afecta directamente a América Latina, puesto a que several economic factors, which favoured; regional growth, 269
está disminuyendo el ingreso de varios factores económicos exports, remittances and FDI (Foreign Direct Investment).
que, en los últimos 5 años, favorecieron el crecimiento de la
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

región: exportaciones, remesas e IED.

1. Introducción

Durante décadas la economía de América Latina ha atravesado períodos de inestabilidad


y crisis, caracterizados por un elevado déficit público, problemas de hiperinflación, volatilidad de
los tipos de cambio, colapsos de sistemas bancarios e incumplimiento en el pago de la deuda.
Los períodos de fuerte crecimiento han sido cortos. En cambio, los de debilidad económica han
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

sido largos y profundos. Estas recesiones han impedido a los países de la región acercarse al
nivel de desarrollo de los países industrializados.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Sin embargo, parece que los gobernantes latinoamericanos han aprendido la lección. Mues-
tra de ello ha sido el buen manejo de la política económica, y el crecimiento que ha experimentando
la región en los últimos años. Este crecimiento ha estado favorecido por la buena situación de la
economía mundial, beneficiando a América Latina por el alza de los precios de las materias primas,
las exportaciones, las inversiones extranjeras directas (IED), la migración, las remesas y el turis-
mo. No obstante, después de esa fase expansiva y de equilibrios macroeconómicos, América
Latina está pasando, al igual que el resto del mundo, por una época de estancamiento. Esto se
debe a la actual crisis económica mundial, iniciada en los países desarrollados, que ha provoca-
do una reducción global del consumo. Esta crisis económica es la más profunda que enfrentará
América Latina y el mundo tras la Gran Depresión de los años treinta.

2. Desarrollo económico y política social en América Latina

Desde su independencia, los países de América Latina siempre buscaron alternativas


para explotar sus recursos y convertirse en naciones ricas. Sin embargo, el lento crecimiento
económico que se ha producido a lo largo de la historia de la región ha sido resultado de proble-
mas políticos como las guerras limítrofes, el populismo y los gobiernos totalitarios, así como de
problemas económicos (el elevado nivel de endeudamiento). Del continente americano, sólo
Estados Unidos y Canadá han logrado un alto nivel de desarrollo.

La Gran Depresión de los años treinta se caracterizó por la contracción económica de los
países desarrollados, siendo Estados Unidos el más afectado. La crisis en Estados Unidos
270 provocó una caída del 48% de las exportaciones de América Latina. Éstas sólo se limitaban
entonces a materias primas y a productos con poco valor añadido, como el café en Brasil, el
cobre en Chile, la carne en Argentina y el azúcar en Cuba o en la República Dominicana. Para
salvaguardar la economía de estos países, se inició una política proteccionista e intervencionista
que consistió en la creación de empresas estatales monopolísticas en los sectores del transpor-
te, las telecomunicaciones, la energía, la siderurgia y el consumo (alimentación y textil), con el
objetivo de industrializar los países y proveer los productos necesarios para el consumo interno.
Estos monopolios públicos desarrollaron bajos niveles de productividad, limitando el comercio
exterior y la competitividad. Brasil fue la excepción, debido a que su mercado interno era de gran
tamaño, y por tanto, generaba una alta demanda interna.
EL FUTURO DE IBEROAMÉRICA /
RAFAEL PAMPILLÓN OLMEDO Y JOSÉ LUIS JIMÉNEZ GUAJARDO-FAJARDO

3. La crisis de la deuda

En 1971, el Sistema Bretton Woods colapsó (Bulmer-Thomas, 2003)1, debido a la caída


del precio del dólar frente al oro. Además de la quiebra de este sistema, hubo un incremento
brutal en el precio del petróleo2. Los países pertenecientes a la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP)3 fueron los grandes beneficiados por el alza en los precios del
crudo. Las divisas obtenidas por estos países estaban depositadas en la banca internacional.
Estos bancos, fundamentalmente americanos y europeos, fueron los que prestaron a los países
de América Latina, el dinero para cubrir los déficit públicos, provocado por la crisis económica, la
fuerte presencia del Estado en la economía y el aumento de los precios del petróleo.

A pesar del fuerte endeudamiento contraído, muchos países deudores continuaron con
políticas monetarias y fiscales expansivas (no ajustándose a la crisis internacional), lo que exigía
mayores créditos del exterior, es decir, más endeudamiento para financiar las importaciones.

En 1979 hubo un segundo aumento en los precios del petróleo, provocando otra vez efec-
tos negativos en las economías de los países latinoamericanos. Los países desarrollados, espe-
cialmente Estados Unidos, aplicaron políticas antiinflacionistas (políticas monetarias contractivas)
para reducir la demanda, complicando aún más las exportaciones de los países de Latinoamérica.
Por otra parte, las instituciones bancarias que prestaban dinero impusieron nuevas condiciones
de financiación. Estas condiciones supusieron pasar de préstamos a largo plazo con bajos tipos
de interés a préstamos a corto plazo con altos tipos de interés, provocando que una gran parte
del dinero producido por los países de América Latina fuera destinado al pago de la deuda. Para
cubrir estas deudas, los países de la región se endeudaron nuevamente. Esto generó el impago
de los préstamos bancarios, creando lo que pocos años más tarde se llamó «la crisis de los 271
ochenta» (Bulmer-Thomas, 2003).

La década de los 80 fue una época muy difícil para Latinoamérica, debido a las grandes
deudas internacionales contraídas en la década anterior, la reducción considerable de la produc-
ción y el aumento de la pobreza y el desempleo. En 1982, México suspende el pago de la deuda
externa. Otros países se unieron posteriormente. Esto trajo como consecuencia la quiebra de
muchos bancos, la devaluación de las monedas y una elevada pérdida de poder adquisitivo por el
alto precio del petróleo. Para contrarrestar esta etapa, América Latina adoptó algunas medidas que
años más tarde la ayudarían a estabilizar su economía. Estas medidas se produjeron gracias a:

1
El sistema Bretton Woods fue fundado en 1944 tras la Segunda Guerra Mundial, creado por Estados Unidos con la finalidad de
establecer reglas en las relaciones económicas y financieras internacionales entre los países industrializados. Así se originaron el
Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el uso del dólar como moneda internacional. El valor de esta moneda,
junto a las demás, estaban respaldadas por el nivel de precio del oro en el mercado.
2
Las fuertes subidas de los precios del petróleo, en 1973, originaron grandes desequilibrios en las balanzas de pagos de muchos
países latinoamericanos, que acudieron a los mercados financieros a financiar sus déficit por cuenta corriente.
3
Los países de la OPEP eran en 1971: Argelia, Arabia Saudita, Irán, Irak, Kuwait, Líbano, Nigeria, Qatar, Emiratos Árabes y
Venezuela. En 1973 se agregó Ecuador. Ecuador estuvo entre 1973-1992. Estuvo suspendido entre diciembre de 1992 y octubre
de 2007, cuando se integró de nuevo. Angola se unió a la OPEC en el 2007.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

1) Los brillantes resultados que estaban obteniendo las economías del Sudeste asiático.

2) La aparición de un grupo de economistas neoliberales más jóvenes a quienes se pidió


que participaran en la gestión y aplicación del proceso de reforma.

3) El crecimiento de la economía chilena que sirvió de modelo para otras experiencias


dentro y fuera de la región.

Entre las medidas adoptadas se encuentran:

• La adopción de procesos de estabilización macroeconómica, a través del equilibrio


fiscal y de una política monetaria de carácter restrictivo.

• Aumento de la producción nacional, como consecuencia de introducir más competen-


cia en los mercados.

• Mayor seguridad jurídica que favoreció una mayor entrada de IED.

• Rebajas arancelarias que favorecieron el comercio internacional.

Tabla 1. Desarrollo económico y cambios sociales en América Latina

PERÍODO DESARROLLO ECONÓMICO CAMBIOS SOCIALES

1880-1900 Inicio de la política de comercio exterior Creación de una clase social alta
Aparición de un sector comercial y de una
clase profesional
1900-1930 Crecimiento del comercio exterior Aparición de la clase media
Comienzos del proletariado
1930-1960 Inicio de la política de sustitución de importaciones e Formación de una clase empresarial

272 industrialización
1960-1980 Estancamiento en la política de sustitución de Conflictos sociales
importaciones Aparición de movimientos guerrilleros
Inicio de una estrategia exportadora
1980-1990 Escasez de intercambios comerciales Pérdida de bienestar de la población
Crisis de la deuda externa, recesión económica, inflación y Represión de los movimientos guerrilleros
desempleo
1990-1997 Apertura al exterior Fortalecimiento de la clase media
Privatizaciones Reducción de la pobreza
Estabilidad macroeconómica Protagonismo de las ONG
Creación de áreas comerciales regionales Democratización y pacificación
Sensibilidad por la microempresa y por el microcrédito Sensibilidad por el problema de los
1998-2002 Tipos de cambio flotantes, depreciaciones del tipo de indígenas y de la corrupción
cambio Aparición de movimientos populistas,
Bajo crecimiento económico, estabilidad de precios Aumento de la pobreza, del sector
Disminución de la inversión extranjera debido a la informal y de la globalización
incertidumbre social, económica y política Mayor presencia de las ONGD
Reducción del nivel de vida
2003-2008 Aumento de los precios de las materias primas, de la Disminución del desempleo y aumento de
inversión extranjera directa y de las remesas de los salarios
inmigrantes Disminución de la pobreza y la pobreza
Reducción de la deuda externa extrema

Fuente: Skidmore y Smith (1989). Elaboración propia.


EL FUTURO DE IBEROAMÉRICA /
RAFAEL PAMPILLÓN OLMEDO Y JOSÉ LUIS JIMÉNEZ GUAJARDO-FAJARDO

Estas medidas produjeron elevadas tasas de crecimiento, orientado hacia una política
macroeconómica, abriendo los lazos comerciales externos y creando la confianza en los inversores.
España es uno los inversores mayoritarios en Latinoamérica. De hecho Latinoamérica es el princi-
pal destino de la internacionalización que desde hace años experimenta la economía española.
Grandes compañías como Repsol YPF, Gas Natural, Endesa, Santander, BBVA, Iberdrola, Telefó-
nica, Mapfre, ACS, OHL o FCC, entre otras, han encontrado grandes oportunidades en el continen-
te americano, haciendo de él un buen lugar para ampliar su mercado. Desde mediados de los
noventa, las compañías españolas se han convertido en los principales inversores en la región, por
detrás de EEUU. En total, la inversión bruta española en América Latina asciende a 130.000 millones
de euros entre 1993 y 2007, según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

4. Crisis 1999-2002

La crisis de América Latina entre 1999 y 2001 tuvo su origen en la «Crisis Asiática». Esta
crisis se originó en Tailandia en 1997, afectando luego a las demás economías asiáticas. Antes
de surgir la crisis, Tailandia llevaba 10 años de fuerte crecimiento, originado por la subida de los
créditos bancarios, la IED y el aumento del valor de los inmuebles. Sin embargo, tanto Tailandia
como los demás países de Asia descuidaron su sistema bancario, haciendo grandes gastos
públicos y endeudándose continuamente con altos tipos de interés a corto plazo en moneda
extranjera. La fijación del tipo de cambio con respecto al dólar, tras un primer efecto positivo para
generar confianza y controlar la inflación, acabó desencadenando un fuerte desequilibrio financie-
ro con el exterior, que terminó en una fuerte depreciación de la moneda, el posterior descenso de
las exportaciones y la corrección en determinados sectores (CEPAL, 1998).
273
Esta crisis fue la primera crisis de los mercados globalizados por la falta de confianza y
volatilidad de los mercados internacionales. Meses después, esta crisis llegó a Rusia, Japón,
Singapur, Taiwán, Hong Kong, afectando a los mercados bursátiles y cambiarios de los citados
países, así como a las economías de Europa y Estados Unidos. Dos años más tarde, se expan-
dió a América Latina.

Esta crisis afectó directamente a las exportaciones de Latinoamérica a Asia, que repre-
sentaban una media del 15% del total (CEPAL, 1998). Las economías más afectadas fueron las
de América del Sur por la debilidad financiera y el descenso comercial, tanto internacional como
intrarregional. Por su parte, Brasil tenía déficit en la balanza de pagos, siendo más vulnerable a
la volatilidad de los mercados. Argentina atravesó una fuerte crisis en este período, no sólo por el
debilitamiento comercial respecto a Asia y la comunidad andina, sino también porque las refor-
mas políticas realizadas en 1991 (ley de convertibilidad, privatizaciones, estímulo a la competen-
cia, apertura al exterior, redimensionamiento del sector público y estabilidad macroeconómica)
no se realizaron con toda la profundidad necesaria y sí con muchos errores. Efectivamente, las
malas prácticas de política económica degeneraron en un fuerte endeudamiento, un tipo de
cambio apreciado en términos reales, la existencia de monopolios públicos y privados, todo lo
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

cual desembocó en la crisis del período 1999-2002. Por su parte, México, Centroamérica y el
Caribe mantuvieron su crecimiento gracias a la actividad de la economía de Estados Unidos, país
con el cual tienen mayor relación comercial.

5. América Latina en el siglo XXI

Entre 2003 y 2008, América Latina vio los frutos de su política macroeconómica. La CEPAL
indica que en estos 6 años el PIB de América Latina creció por encima del 4% (Bárcena, 2008).
Los países que más contribuyeron a este crecimiento fueron Venezuela, Argentina y Perú. Los
países con menos crecimiento del PIB fueron Jamaica y Haití (Barcena, 2009). Este crecimiento
dio paso a la disminución del desempleo, con mano de obra más especializada y salarios más
altos, reducción de los niveles de pobreza y pobreza extrema y aumento del poder adquisitivo.

Al igual que América Latina, muchos otros países del mundo experimentaron una fase
expansiva de crecimiento económico. En Estados Unidos y España el crecimiento económico
estuvo inducido por los bajos tipos de interés y la facilidad de acceso al crédito, lo que contribuyó
a un aumento en la demanda de inmuebles. Los países asiáticos, como China, India, Japón y
Corea, llevaban años apostando por altos niveles de industrialización, lo que les permitía aumen-
tar el poder adquisitivo, la actividad económica y la demanda de recursos de otros países.

Este crecimiento de la economía mundial comenzó a disminuir en Estados Unidos


debido a la burbuja de los precios del mercado de la vivienda. Para controlar la inflación, el
274 Banco Federal de los Estados Unidos decidió aumentar los tipos de interés. Esto provocó
una inmediata reducción en la demanda de inmuebles y el impago de la deuda tanto de las
familias, que no podían pagar sus hipotecas, como de las empresas inmobiliarias, que no
vendían las viviendas ya construidas. Además, el fácil acceso al crédito promovió el desarro-
llo de distintos instrumentos financieros (ABS, MBS, etc.), al igual que el de productos
derivados complejos, deteriorando la salud de los balances de las entidades financieras.
Hacia 2007, la crisis financiera estalló con la quiebra del banco privado Lehman Brothers. A
partir de entonces, el conjunto del sistema financiero internacional quedó en entredicho,
produciéndose un descenso de la actividad económica de Estados Unidos, y afectando el
año siguiente a los demás países del mundo.

En 2008, el crecimiento económico de América Latina fue del 4,6%. Los países más
favorecidos con este crecimiento fueron Uruguay, Perú y Panamá. Este crecimiento económico
estuvo animado por la alta demanda de los países desarrollados y por los altos precios de los
productos básicos y el aumento de la IED (Banco Mundial, 2009). De la misma forma, el crecimiento
de los países desarrollados generó empleo para inmigrantes latinoamericanos, que enviaban remesas
a sus familias en sus países de origen. Todo esto fue favorecido por la credibilidad de los bancos
centrales y la buena salud macroeconómica y fiscal de estos países (Banco Mundial, 2009).
EL FUTURO DE IBEROAMÉRICA /
RAFAEL PAMPILLÓN OLMEDO Y JOSÉ LUIS JIMÉNEZ GUAJARDO-FAJARDO

Ante este gran crecimiento, muchos economistas y gobernantes del continente enten-
dían que América Latina no iba a sufrir por la crisis financiera. Luis Ignacio Lula de Silva dijo:
«Las personas me preguntan por la crisis y yo le respondo: pregúntale a Bush […]. Ésta es su
crisis, no la mía» (Fidler, 2009). Sin embargo, la crisis ha terminado afectando a los países de
la región, y lo que parece más preocupante es que existe suficiente evidencia para justificar
que no estamos experimentando una crisis «en» el sistema financiero internacional, sino más
bien una crisis «del» sistema financiero. De lo cual se deriva que, al margen de cuáles sean las
consecuencias y las posibles soluciones, serán sin duda distintas a las conocidas hasta
ahora, dada la trascendencia del cambio estructural del sector financiero y su efecto en la
economía mundial.

Para situar estos dos argumentos en su contexto, hay que señalar que el tamaño de los
activos financieros mundiales en 1980 era prácticamente el 119% del tamaño del PIB nominal.
Sin embargo, en 2007 la relación pasó hasta el 356% del PIB, debido principalmente al creci-
miento de los activos de renta variable y renta fija privada (McKinsey Global Institute, 2008). Este
proceso ha tenido a los bancos como instrumento clave, y ha generado un efecto riqueza consi-
derable para la economía en su conjunto. Si este modelo cambia o se transforma, no está claro
a día de hoy cuál es el modelo a seguir. Además, todo lo relativo a la supervisión y la regulación
del sistema financiero se encuentra inmerso en un proceso de análisis, y las propuestas presen-
tadas hasta la fecha tienen un marcado sesgo hacia la resolución de problemáticas locales.

En cuanto al segundo fenómeno, el tamaño de las economías en vías de desarrollo repre-


sentaba en 1980 el 36,7% del PIB mundial, en función del poder de paridad adquisitivo. Gracias
al efecto de la globalización durante las últimas décadas, el FMI estima que en 2013 el PIB de
las economías en vías de desarrollo superará al de las economías desarrolladas. Un factor clave 275
en este proceso es la evolución del comercio internacional, pues su desarrollo lleva aparejado un
incremento de la productividad y, por ende, un avance en los niveles de vida de la población. Sin
embargo, por primera vez en 25 años, el comercio internacional registra un crecimiento negativo
ante la debilidad de la demanda, y existe el riesgo de un aumento del proteccionismo, tanto
directo como indirecto (incremento de la regulación doméstica o un mayor peso del sector públi-
co en detrimento del sector privado). Si bien esto puede traducirse como un deseo de minimizar
el impacto de la crisis a nivel local en el corto plazo, es sin duda un claro freno al crecimiento
global a medio y largo plazo.

El lado positivo de la crisis lo ha constituido la aportación de recursos al Fondo Monetario


Internacional, y la posibilidad de que los Derechos Especiales de Giro (DEG) terminen desempe-
ñando el papel de moneda de reserva del sistema financiero internacional. A día de hoy, hay dos
temas vitales que no se han abordado, y cuya resolución –o al menos una hoja de ruta– es
necesaria para marcar un punto de inflexión en esta crisis: 1) la recapitalización del sistema
bancario y 2) el reajuste de las balanzas por cuenta corriente. Si algo tienen en común estos dos
puntos es la necesidad de diseñar soluciones globales, integradas y en un ámbito de actuación
por encima de las jurisdicciones nacionales, algo que muchos líderes internacionales han des-
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

cartado por completo. Ciertamente, es difícil atisbar cómo se puede solucionar la crisis de crédi-
to con más deuda y, al mismo tiempo, fomentar que los países más endeudados con el exterior
sigan financiando a los países exportadores o productores de materias primas. Por consiguiente,
hace falta adoptar medidas encaminadas a reformar la economía mundial, dado que seguir utili-
zando las tradicionales medidas monetarias o fiscales es como administrar una aspirina a un
enfermo que lo que necesita es una urgente operación.

No obstante, en este análisis poco optimista sobre el futuro inmediato, cabe destacar la
importante fortaleza con la que la región latinoamericana afronta un futuro incierto. La experiencia
de crisis anteriores (y la menor propensión a desequilibrios macroeconómicos), el auge en el
precio de las materias primas y un sistema financiero menos expuesto a productos financieros
«tóxicos» ha reducido el impacto inicial de la crisis global.

6. Perspectivas de América Latina

La expansión de la economía mundial ha sido la causa del espectacular crecimiento de


América Latina en los últimos 5 años. Sin embargo, este estímulo ha desaparecido. Los países
desarrollados han caído en recesión, y los países en desarrollo se encuentran en procesos de
desaceleración o de crecimiento negativo. La crisis financiera internacional está afectando a
todos los países en vías de desarrollo por dos vías principales: 1) la contracción de los flujos de
capitales a la región y 2) la contracción de la demanda de exportaciones. Estas circunstancias
se aprecian en la tabla adjunta con predicciones (FMI, abril de 2009).
276
Tabla 2.
Economías emergentes y en desarrollo (Promedio)4. En miles de millones de dólares

1998-2000 2007 2008 2009 2010

Flujo de capitales privados (neto) 64,3 617,5 109,3 -190,3 -6,5


Inversión directa 164,2 359 459,3 312,8 303,1
Inversión en cartera 41,4 39,5 -155,2 -234,5 -195,3
Otros flujos de capital -141,2 219,2 -194,6 -268,5 -114,2
Flujos oficiales (neto) 7,1 -100,5 -60 57,6 -28,1
Cambio en reservas -89,5 -1257,8 -865,7 -266,5 -512,2
Cuenta corriente 41,7 741,5 793 355,7 473,8

En el caso concreto de América Latina, los principales factores económicos a tener en


cuenta y que han sido el motor del reciente y continuado crecimiento (Bárcena, 2008) son:
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6.1. Las exportaciones

En esta encrucijada, la liberalización del comercio internacional ha permitido el incremen-


to en las exportaciones, y, por tanto, el desarrollo económico y la competitividad. América Latina
compite con las exportaciones de los países emergentes asiáticos. A pesar de eso, el crecimien-
to de países como China e India no ha sido del todo una amenaza para algunas naciones de
Latinoamérica. Venezuela, Colombia, Paraguay, Bolivia, Chile, El Salvador, Brasil y Argentina
compiten poco con China e India (OCDE, 2008). Venezuela y Colombia exportan materias pri-
mas directamente a China e India. El Salvador, Brasil y Argentina compiten principalmente con
Pakistán, Rumania, Turquía y Bulgaria. En cambio, los países de Centroamérica y México com-
piten con China e India, ya que muchas plantas industriales, con sedes principales en Estados
Unidos, están localizadas en estos países (OCDE, 2008). Las exportaciones de México repre-
sentan el 26% del PIB, y el 85% de éstas van directamente a Estados Unidos (Bárcena, 2009).

La crisis en Estados Unidos produjo una caída en la demanda, perjudicando directamente


a México y los países de Centroamérica. En 2007 las exportaciones de México crecieron un 3%,
con una subida del PIB del 3,3%. En 2008 apenas crecieron un 0,9% con un aumento del PIB del
1,8%. Además del debilitamiento económico de Estados Unidos, el Caribe se vio más afectado
por el paso de los huracanes en la región. El PIB del Caribe descendió de 6% en 2007 a 4,6% en
2008. El PIB de América Central cayó de 3,6% a 2,2%.

La caída en la demanda de Estados Unidos también perjudicó a las economías europeas


y asiáticas, que exportaban la mayor parte de los recursos a América del Sur. En Argentina, el
crecimiento de la exportación pasó del 8,7 al 6,6% entre 2007 y 2008. Sin embargo, Brasil
continuó creciendo a una tasa del 5,2%, gracias a un mayor consumo interno y una mayor IED 277
(Banco Mundial, 2009).

Para 2009 se prevé una contracción de las exportaciones por el gran impacto de la crisis
mundial. La región aún continúa dependiendo de la demanda de los países desarrollados, sobre
todo de Estados Unidos y Europa. Países como Guatemala y El Salvador son menos propensos
a una disminución de la demanda, pues la mayor parte de sus clientes son los países de
Centroamérica. Costa Rica, por su lado, envía la mayor parte de las exportaciones a China.
Brasil prevé una disminución de la demanda, a pesar de tener gran variedad de mercados de
exportación (FMI, 2009).

6.2. Materias primas

A partir de 2004, los países desarrollados y las economías emergentes estaban creciendo
rápidamente, adquiriendo grandes beneficios económicos e incrementando su poder adquisitivo.
Como hubo un aumento en la producción y, por tanto, en el consumo, estos países se vieron en
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

la necesidad de comprar en el exterior parte de los productos consumidos. Parte de estos


recursos eran importados de América Latina, lo que generó un aumento en la demanda y en el
precio en las materias primas.

El precio del barril de petróleo llegó a costar 140 dólares. Lo mismo sucedió con los
metales, minerales y alimentos. El aceite de palma incrementó sus ventas porque comenzó
a explotarse para producir biodiésel, como una alternativa a los altos precios del petróleo.
Como la producción de biodiésel resultaba ser una solución más económica, hubo un gran
aumento de la demanda, lo cual produjo un aumento en los precios, y grandes beneficios
para América Latina.

Para controlar la inflación generada por el aumento de los precios de los productos
básicos, los gobiernos de los países desarrollados aumentaron los tipos de interés. Esta me-
dida ha provocado una reducción en la demanda y en los precios de las materias primas. A
pesar de esta reducción, los precios no han caído al nivel que tenían anteriormente (Bárcena,
2009). Ha habido, eso sí, excepciones, como el petróleo, el aluminio y el cobre, que han sido los
productos más afectados.

En 2009 se prevé que los precios de las materias primas caigan más del 33% con respec-
to a 2008. Aún no se tiene claro qué sucederá con los precios del petróleo, debido a que los
países pertenecientes a la OPEP quieren incrementar los precios del crudo y fijarlo a 75 dólares
el barril. A esta situación se ha llegado por la abrupta reducción de los precios, que ha empeora-
do considerablemente la economía de estos países. A pesar de que el descenso en los precios
de las materias primas es una pérdida cuantiosa, el impacto en la región no será del todo
278 negativo porque se beneficiarán de la caída de los precios (FMI, 2009).

6.3. Remesas

La economía de los países de América Latina depende mucho de las remesas. Por ejem-
plo, para Guyana y Haití, las remesas representan más del 25% del PIB (Bárcena, 2008). Según
el Banco Mundial, el 5,1% de la población de América Latina trabaja en el extranjero (Banco
Mundial, 2009). Esta población inmigrante asentada mayormente en Estados Unidos, España e
Italia envía remesas a sus familiares. Estas familias suelen vivir en la pobreza o pobreza extrema
(Bárcena, 2009).

La crisis económica actual ha afectado a los niveles de empleo, mayormente en los paí-
ses desarrollados, tanto a los ciudadanos de origen como a los inmigrantes. Esta contracción
económica ha dañado a la construcción, que a su vez ha afectado negativamente a la banca,
causando elevadas tasas de desempleo tanto en estos sectores como en la industria manufac-
turera y en la hostelería. Se trata de las ramas de actividad donde había mayor cantidad de
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RAFAEL PAMPILLÓN OLMEDO Y JOSÉ LUIS JIMÉNEZ GUAJARDO-FAJARDO

inmigrantes latinoamericanos trabajando. En el primer trimestre de 2009, el Instituto Nacional de


Estadística (INE) publicó que en España hay aproximadamente un 30% de inmigrantes
desempleados (INE, 2009).

Como el desempleo crece cada día más, los inmigrantes se dirigen a la economía informal
y aceptan trabajos con un salario por debajo del precio de mercado. Con este ingreso, los
inmigrantes buscan la forma de subsistir y, a la vez, continúan enviando remesas a sus familia-
res. En muchos casos, la cantidad enviada es menor, por lo que el poder de compra de los
beneficiados cae. En 2008, las remesas de México fueron 24 millones de dólares, un 10%
menos que el año anterior (Bárcena, 2009).

El poder de compra también se ve influenciado por el valor de la moneda del lugar de origen
de las remesas. Así, en los últimos años, el euro tuvo movimientos muy volátiles de apreciación
y depreciación con respecto a las diferentes monedas latinoamericanas. En cambio, el dólar ha
mantenido un tipo de cambio relativamente estable en el mercado. En este sentido, los países de
América del Sur han sufrido más la reducción de remesas puesto que la mayoría de los inmigrantes
de estos países residen en Europa. Sin embargo, de América Central y el Caribe están menos
afectados, dado que la mayor parte de las remesas recibidas proviene de Estados Unidos y
porque algunos de estos países están dolarizados (IADB, 2009).

Para 2009 se espera crecimiento económico negativo para los países receptores de inmi-
gración, por lo que se prevé que el envío de remesas tenga un crecimiento negativo del 10%.

6.4. Inversiones extranjeras 279

Las grandes industrias de los países desarrollados han extendido sus inversiones a los
países de América Latina. Esto se debe a la buena estabilidad macroeconómica, al crecimiento
del mercado, los bajos impuestos y a una mano de obra más barata.

A finales del siglo XX, España destinó el 50% de sus inversiones extranjeras a los países
latinoamericanos (Machinea, Conde, García, Castraly, Casilda, y Ruesga, 2009). Por otro lado,
Estados Unidos ha sido el principal inversor en Centroamérica y México. Gran parte de las
inversiones están colocadas en el sector industrial. Esto se debe en gran parte a la ubicación
estratégica de estos países con respecto a Estados Unidos, debido a que los bajos costes
logísticos, y los cortos tiempos de recepción y entregas de materiales. México tiene la ventaja
de transportar los materiales por tierra, además de poseer mano de obra barata.

Por otro lado, los países de Centroamérica y el Caribe se ven beneficiados por el
turismo. El PIB por turismo en el Caribe es aproximadamente el 20%. El turismo reúne el
17,5% de las divisas que entran en Centroamérica y el 33,7% de las que entran en la Repú-
blica Dominicana (CEPAL, 2009). Muchos de los países beneficiados por el turismo están
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

constituidos por las islas de las Bahamas y las Antillas Menores. En países como Panamá
y República Dominicana, el turismo representa aproximadamente entre el 8 y el 9% del PIB
(Bárcena, 2008).

A principios de 2008, el turismo continuó creciendo, pese a la crisis económica que atra-
vesaban los países desarrollados, pero, a finales de 2008, hubo un descenso del 5% de turistas
(FMI, 2009). Tanto la CEPAL como el FMI prevén que el turismo disminuirá para 2009. Esto
provocará la caída de la entrada de ingresos por divisas, además de una destrucción del empleo
y una reducción de IED en estas regiones.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé que
las inversiones extranjeras directas (IED) en América Latina tendrá un ligero aumento, sobre todo
en América del Sur. Sin embargo, por la gran dependencia que tiene América Central y el Caribe
de Estados Unidos, la IED será menor que en los últimos años (UNCTAD, 2009). Esta disminu-
ción se dará por las restricciones de préstamos de los bancos internacionales, y el nuevo protec-
cionismo de Obama. (Machinea, Conde, García, Castraly, Casilda y Ruesga, 2009).

6.5. Política fiscal y balanza de pagos

La política fiscal de América Latina es procíclica, es decir, los gobiernos latinoamericanos


gastan más en períodos de crecimiento y menos en recesión (OCDE, 2008). Esto se debe a que
estas economías poseen menos capital en comparación con los países desarrollados. Parte del
dinero adquirido por los países de la región proviene de los impuestos a las empresas y a las
280
personas físicas, creación de bonos bancarios, préstamos internacionales, exportación de bie-
nes, IED y remesas. Muchos de estos factores se ven más afectados por la crisis mundial.

América Latina posee una significativa economía informal, en la que no se pagan impues-
tos individuales sobre la renta o sobre el beneficio de las empresas (OCDE, 2008). Los ingresos
por tributación en América Latina son bastante más bajos que en los países desarrollados,
siendo aún más desfavorable por la gran dependencia que tienen los países de Latinoamérica de
los gravámenes. A medida que avanza la crisis, se hace más difícil la creación de empresas o
trabajos fuera de la economía informal, lo que afecta directamente a la salud financiera del estado.

Ante el incremento de la economía informal, la política fiscal y la alta dependencia de los


países de América Latina de los países desarrollados, en 2008 se han presentado cambios
variables en la captación de ingresos. La quiebra de Lehman Brothers devaluó las monedas de
Brasil, Chile y México frente al dólar, tras la caída de los mercados de valores (Banco Mundial,
2009). A pesar de esto, los gobiernos de la región han ahorrado a través de los años y han podido
cubrir sus necesidades financieras. Los bancos centrales han emitidos bonos locales así como
créditos de bancos extranjeros o instituciones multilaterales y han vendido dólares para detener
la devaluación de sus monedas (FMI, 2009).
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Otra consecuencia ha sido la desaparición del crédito a los gobiernos y empresas, dismi-
nuyendo los precios de los productos básicos, las exportaciones, las remesas y la IED. Hyundai
pospuso el plan de inversión en Brasil, la aerolínea Aladia y Contralora Comercial Mexicana se
han declarado en quiebra (Banco Mundial, 2009). Esto crea una disminución, aún mayor, en los
ingresos de los sectores públicos de los países de la región.

Para 2009 algunos países (Brasil, Colombia, México, Panamá y Perú) obtuvieron créditos
en los mercados internacionales con buenos tipos de interés (FMI, 2009). A pesar de eso, los
efectos de la crisis siguen haciendo estragos en la financiación de los bancos a países o corpo-
raciones. La mayor preocupación de estas instituciones es que las políticas adoptadas por estos
países sean insuficientes y afecte directamente a las actividades económicas, y por tanto, al
posible impago de la deuda.

Estos factores afectan en una mayor o menor medida a cada uno de los países de la
región. El crecimiento económico en América Latina se está desacelerando, junto a la contrac-
ción de la producción industrial y el descenso del consumo mundial. La inflación llegó a su tope
en agosto de 2008. A pesar de que se espera que la inflación continúe disminuyendo, también
está el temor de que vuelva a resurgir por una posible devaluación de las monedas.

La caída de los precios de los productos básicos contribuye al descenso de la economía.


Esta caída en los precios es consecuencia de la reducción de la demanda mundial y el aumento
de los tipos de interés de la política monetaria de los Bancos Centrales. A pesar de esto, se
espera que la crisis dure menos tiempo en América Latina que en los países desarrollados.
También se prevé que en los próximos 40 años Brasil se convierta en una de las cuatro econo-
mías más fuertes del mundo. La palabra BRIC4 otorga este valor a Brasil por ser uno de los
281
países más grandes territorialmente, por su importante población, por la abundancia de los recur-
sos naturales y por poseer un coste de mano de obra muy bajo (Hult, 2009).

A pesar de la desaceleración económica y crecimiento negativo que tendrán los países de


América Latina para 2009, no se prevé que exista una deflación. Aunque el FMI asegura que
Latinoamérica está bien preparada para afrontar la crisis, la región se enfrenta a grandes riesgos:
existe la posibilidad de que se generen altos costes de capitales y paralización en los flujos de
créditos. De ser así, resultaría muy difícil para América Latina financiar nuevos proyectos de inversión.

Las inversiones en América Latina se podrán también ver afectadas por los movimientos
populistas, como es el caso de Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. El objetivo
de estos movimientos es mantener la popularidad a costa de la evolución económica y los
valores democráticos. El populismo les da inseguridad a los inversores por la frecuencia en el
cambio de los términos de los contratos. Ante esta situación, las inversiones en ciertas naciones
de América Latina pueden ser menores.

4
La tesis BRIC, propuesta por el economista de Goldman Sachs, Jim O´Neil, fue creada en 2001 y prevé que para 2050 habrá cuatro
economías dominantes: Brasil, Rusia, India y China. Estos países fueron elegidos por su gran tamaño poblacional y territorial, la
gran cantidad de recursos naturales que posee y el gran crecimiento que ha venido teniendo en los últimos años.
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Tabla 1. Previsiones América Latina y el Caribe (2009 y 2010)

95-04 ‘05 ‘06 ‘07 ‘08 ‘09 ‘10

América del Norte 3,1 3 3 2,2 1,1 -2,8 0,1


Estados Unidos 3,1 2,9 2,8 2 1,1 -2,8 0
Canadá 3,3 2,9 3,1 2,7 0,5 -2,5 1,2
México 2,7 3,2 5,1 3,3 1,3 -3,7 1
América del Sur 2,4 5,3 5,7 6,6 5,3 -0,8 1,8
Argentina 1,3 9,2 8,5 8,7 7 -1,5 0,7
Bolivia 3,3 4,4 4,8 4,6 5,9 2,2 2,9
Brasil 2,5 3,2 4 5,7 5,1 -1,3 2,2
Chile 4,8 5,6 4,6 4,7 3,2 0,1 3
Colombia 2,4 5,7 6,9 7,5 2,5 0 1,3
Ecuador 2,8 6 3,9 2,5 5,3 -2 1
Paraguay 1,5 2,9 4,3 6,8 5,8 0,5 1,5
Perú 3,5 6,8 7,7 8,9 9,8 3,5 4,5
Uruguay 0,4 7,5 4,6 7,6 8,9 1,3 2
Venezuela 1,3 10,3 10,3 8,4 4,8 -2,2 -0,5
América Central 3,7 4,7 6,3 6,9 4,3 1,1 1,8
Costa Rica 4,3 5,9 8,8 7,8 2,9 0,5 1,5
El Salvador 3 3,1 4,2 4,7 2,5 0 0,5
Guatemala 3,4 3,3 5,4 6,3 4 1 1,8
Honduras 3,7 6,1 6,6 6,3 4 1,5 1,9
Nicaragua 4,3 4,3 3,9 3,2 3 0,5 1
Panamá 4,4 7,2 8,5 11,5 9,2 3 4
El Caribe 3,9 5,8 8,2 5,8 3 -0,2 1,5
Las Bahamas 3 3,3 4,6 2,8 -1,3 -4,5 -0,5

282 Barbados 2,2 3,9 3,2 3,4 0,6 -3,5 0,5


Belice 5,5 3 4,7 1,2 3 1 2
República Dominicana 4,9 9,3 10,7 8,5 4,8 0,5 2
ECCU 2,5 5,6 6,3 5,2 1,8 -2,4 -0,1
Guyana 2,4 -1,9 5,1 5,4 3,2 2,6 3,4
Haití 1,8 1,8 2,3 3,4 1,3 1 2
Jamaica 0,7 1 2,7 1,4 -1,2 -2,6 -0,3
Suriname 3,2 4,5 4,8 5,5 6,5 2,8 2,5
Trinidad y Tobago 7,6 5,4 13,3 5,5 3,4 0,5 2
América Latina y el Caribe 2,6 4,7 5,7 5,7 4,2 -1,5 1,6

Fuente: FMI (mayo de 2009).


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7. Conclusión

Después de varios años de rápido crecimiento económico, se prevé una significativa caída
de la economía en los países de América Latina, y en algunos casos, un crecimiento negativo. El
origen está en la actual crisis global, la cual está costando billones de dólares, en gasto público,
largos años de recesión, la quiebra de muchas empresas y un aumento descontrolado del des-
empleo. Se trata de una combinación de varios errores que han provocado pérdida de la credibi-
lidad en los bancos por falta de transparencia financiera. Los bancos son el motor de la economía
porque conceden el crédito a las familias para que éstas puedan comprar, y a las empresas para
que estas puedan producir más. La restricción en el crédito (credit crunch) reduce la actividad
económica y disminuye el crecimiento económico, provocando la quiebra de miles de empresas,
desempleo e inestabilidad económica.

En los últimos años, América Latina atravesaba una época de esplendor, favorecido por el
libre comercio. La crisis generada en la primera potencia mundial ha provocado grandes desplo-
mes económicos en los demás países del mundo. En un principio se consideraba que los países
de América Latina no estarían afectados por la crisis. Sin embargo, a finales de 2008 los organis-
mos económicos internacionales comenzaron a detectar la caída en el crecimiento en los países
de la región. Esta crisis financiera afecta directamente a América Latina, puesto a que está
disminuyendo el ingreso de varios factores económicos que, en los últimos 5 años, favorecieron
el crecimiento de la región: exportaciones, remesas e IED.

Ante esta reducción de ingresos, los países de América Latina tienen el reto de reforzar su
liquidez. Ésta es una ardua tarea para los gobiernos de la región. La falta de capital puede
detener, en el corto plazo, el crecimiento económico. Como habrá menos capacidad de compra 283
por parte de los países desarrollados, es importante que se expanda el intercambio comercial
entre los países de la región. Esto controlaría la caída del crecimiento económico, y otorgaría
grandes oportunidades a los gobiernos de la región para establecer vínculos más estrechos.

Aún no se sabe qué pasará y qué efectos tendrán las decisiones tomadas por los gobier-
nos de América Latina. La falta de seguimiento, cumplimiento y transparencia en los movimien-
tos financieros internacionales es un fenómeno preocupante que debe ser resuelto (Gurría, 2009).
Mientras tanto, se necesita una reactivación de la economía mundial, pero las medidas protec-
cionistas de Estados Unidos limitarán la rápida recuperación de los países de América Latina. El
mundo está entrando en una nueva época, y se necesita que todos los gobiernos actúen para
sacar a la economía mundial de la crisis.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

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EL FUTURO DE IBEROAMÉRICA /
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285
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL
Jaime Requeijo González
UNED e IEB

RESUMEN ABSTRACT
El trabajo sobre el futuro de la economía internacional The article on the future of the world economy aims at
pretende, de un lado, hacer hincapié en la dificultad de efectuar stressing, on the one hand, the difficult task of making out a
una prognosis a largo plazo, dada la crisis que afecta a la mayor reasonable long term prognosis, in so far as the present crisis
parte de las economías; y, del otro, señalar que existen is permeating most of the economies; and, on the other hand,
tendencias que, probablemente, se mantendrán a lo largo de los bringing to the fore the trends that, most probably, will transform
años e irán configurando una economía mundial diferente a la the world economy we know so far. The fight for energy
que hoy conocemos. No es fácil que la lucha por las fuentes sources is going to stay for a long time; the asiatic region,
energéticas vaya a desaparecer en un futuro próximo, no parece specially its larger economies, will keep growing, though at a
que el crecimiento de los grandes países asiáticos vaya a slower pace; migrants will continue to flow into the rich
frenarse, aunque su ritmo disminuya; los flujos migratorios countries, due mainly to the disparities of wealth; and the
difícilmente se reducirán, en un mundo de rentas muy dispares, world population will continue to age fast since fertility rates
y la evolución demográfica, caracterizada en casi todas partes, are falling and life expectancy is increasing. A world of very
por la caída de las tasas de fertilidad y el aumento de la esperanza old people, and specially of very old ladies, of methuselahs in
de vida, irá perfilando, también en todas partes, un mundo de short, is just in front of us.
ancianos y, sobre todo, de ancianas.

1. Advertencias previas
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

Predecir el futuro es, siempre, tarea complicada; predecirlo para el conjunto de los países
287
que configuran la economía mundial aumenta, sin duda, la complicación; y hacerlo en medio de
una crisis internacional que emborrona realidades y expectativas constituye un ejercicio de prognosis
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

lleno de «sis» y «peros». De ahí que, antes de evaluar algunas de las tendencias que se advier-
ten en el mundo económico y que, con el paso del tiempo, lo modificarán de manera sustancial,
sea preciso hacer referencia a dos grandes incertidumbres que pueden alterar, notablemente, el
contenido del análisis. La primera incertidumbre se refiere al modelo económico que, en muchos
países OCDE, puede asentarse a consecuencia de las grandes turbulencias actuales; la segun-
da, al impacto de la tecnología.

Tras ponderar esas dos incertidumbres, lo que nos proponemos es examinar las grandes
líneas de tendencia que, a nuestro entender, se mantendrán, siempre que no queden bloqueadas
o alteradas por el resultado final de esas dos incertidumbres. Se trata del auge económico de la
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

zona asiática, de la lucha por la energía, de la permanencia de los flujos migratorios y del
envejecimiento generalizado de la población mundial.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2. ¿Qué modelo económico aparecerá tras la crisis?

Desde principios de los años noventa, y tras la caída del muro de Berlín y el derrumba-
miento de la Unión Soviética, el modelo económico seguido por la mayoría de los países, con
algunas excepciones, se basaba en mercados abiertos, insertos en un mundo globalizado, y en
la libertad de movimientos de capital. Y pese a la aparición de algunas turbulencias importantes,
como la crisis asiática iniciada en 1997, el crecimiento de la economía mundial se mantuvo a un
ritmo medio del 3,56% interanual, de 1991 a 2007, con una elevación apreciable en los últimos
cuatro años del período. Y no sólo eso: la expansión se fue generalizando por todas las regiones,
en especial por las denominadas economías emergentes1. Parecía, por tanto, que el modelo
podía permitir un crecimiento casi continuado del producto y la renta a escala global.

La ilusión se ha venido abajo con la crisis financiera iniciada en 2007 en los Estados
Unidos y transmitida, urbi et orbi, en 2008, crisis que ha desvelado, además, múltiples debilida-
des de los sectores reales y que ha dado lugar a una recesión generalizada del bloque OCDE y
a caídas del crecimiento de China e India, las economías más dinámicas hasta esa fecha.

Esa recesión generalizada se ha traducido en un incremento sustancial, y continuado, de


las tasas de desempleo. En concreto, y para los países OCDE, la tasa se situaba en el 7,8% en
abril del presente año; 2,2 puntos por encima de la registrada en el mismo mes del año anterior2.

Para tratar de evitar que las actuales turbulencias alcancen niveles socialmente
insostenibles, los gobiernos de los más diferentes países, empezando por el norteamericano,
han arbitrado toda una panoplia de medidas destinadas a salvaguardar los sistemas financieros
288 y algunas de las empresas del sector real más amenazadas por la recesión. Han inyectado, para
ello, dinero público tanto en intermediarios financieros como en grandes empresas del sector no
financiero –en especial en el sector de la fabricación de automóviles, aquejado ya, desde hace
tiempo, de un exceso de capacidad a escala global–, los bancos centrales de los principales
países practican una política de dinero barato y, en el plano internacional, se refuerza el papel del
Fondo Monetario Internacional, en tanto que gestor de crisis y, sobre todo, de supervisor de la
estabilidad financiera mundial; y todo ello con miras a recuperar cuanto antes la capacidad de
crecimiento de los países en recesión y a mantener abiertos los mercados, por entender que las
recetas proteccionistas no servirían para nada y no harían sino acentuar la crisis3.

Las críticas al modelo liberal, de influencia norteamericana, no son nuevas y han sido
repetidas una y otra vez; y no por pensadores marxistas –para los cuales el capitalismo sigue
siendo anatema– sino por una serie de economistas, norteamericanos muchos de ellos, que han
volcado sus iras contra los excesos del modelo y su exaltación del beneficio. Sirva de ejemplo el
siguiente párrafo:

1
Fondo Monetario Internacional (FMI) (2009a).
2
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (2009).
3
Grupo de los Veinte (G-20) (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

«El capitalismo ha triunfado y no sólo como ideología. La estructura de la economía americana –y la de la


mayor parte del mundo– se ha volcado hacia la creación de mercados competidos. Por tanto, el poder se ha
dejado en manos de consumidores e inversores.

»Al mismo tiempo los aspectos democráticos del capitalismo se han difuminado. Las instituciones que se
ocupaban, vía negociaciones formales o informales, de distribuir la riqueza, mantener el empleo, dar solución a
los problemas de la vida comunal y crear reglas de juego equitativas –oligopolios gigantescos, grandes sindica-
tos, agencias reguladoras y legisladores atentos a las necesidades de la vida comunal– han quedado eclipsa-
das… El capitalismo democrático ha sido sustituido por el supercapitalismo4».

Para Stiglitz, acostumbrado a vapulear el modelo norteamericano, las razones son simples: el
mundo ya no se ilusiona con el tipo de capitalismo que le vuelve la espalda a los países más pobres:

«A los críticos del tipo licencioso de capitalismo americano les hemos facilitado abundante munición para que
puedan predicar una filosofía totalmente contraria al mercado», dirá; y seguirá diciendo: «Y continuamos
dándole más munición»5.

¿Cuáles son, en suma, los rasgos distintivos de esta crisis? A nuestro entender, la gran
perturbación actual se origina por el pinchazo de tres burbujas: la burbuja del riesgo, la burbuja
del comportamiento irresponsable y la burbuja de la confianza.

Poco a poco, y en determinados ámbitos de la intermediación financiera, se había llegado


a la conclusión de que el riesgo era calculable, a través de los modelos VAR y asimilados, y que,
en consecuencia, se podía minimizar. Y más aún si se trasladaba y dispersaba, por medio de la
titulización. Y aún más si se hacía uso de derivados. Creencias todas ellas que llevaron, en 289
primer lugar, al festín de las hipotecas basura: toda una serie de instituciones norteamericanas
otorgaron créditos hipotecarios, a largo plazo e interés variable, a una serie de personas que
difícilmente podrían amortizar esos créditos, en las condiciones prevalecientes cuando los reci-
bieron, y que no podrían hacerlo si el interés se incrementaba. Gran parte de esos créditos se
convirtieron en títulos, los títulos se vendieron por todo el mundo y a instituciones muy variadas
–desde fondos de inversión a instituciones de caridad– y nada sucedió durante algunos años.
Hasta que, en 2006, la Reserva Federal endureció la política monetaria y los incumplimientos se
sucedieron en cadena. Por aplicación de la norma mark to market, de alcance internacional, los
títulos que no se podían vender –reacción primera de sus tenedores– no tenían valor, lo que
suponía para muchas instituciones la descapitalización súbita y la amenaza de quiebra. Habían
nacido los «activos tóxicos» de los que todos huían. La gran inquietud financiera se acentuó aún
más por la otra vía ya señalada: el juego de los derivados, utilizados no sólo para cubrir riesgos
sino también para especular. Siempre que, naturalmente, no se trastornen los activos que sirven
de subyacentes porque entonces las pérdidas se acumulan en lugar de diluirse. La gran burbuja
del riesgo terminó por estallar y lo hizo atravesando fronteras.
4
Reich (2007).
5
Stiglitz (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Varios son los comportamientos irresponsables. El primero de ellos es atribuible a la


Reserva Federal que mantuvo, de 2002 a 2006, tipos de interés básicos muy reducidos, condu-
centes a todo tipo de excesos, tanto en el mercado inmobiliario como en el mobiliario. La tenden-
cia fue, además, seguida por el Banco Central Europeo y durante el mismo lapso de tiempo, y
con muy parecidas consecuencias. El segundo concierne a muchos de los directivos de las
instituciones financieras, norteamericanas y europeas, ante todo, por cuanto la obsesión por los
beneficios rápidos, generadores de bonos muy sustanciales y de compensaciones astronómicas,
les hizo rebasar, en cuantiosas ocasiones, los límites de la prudencia y, en no pocos casos, los
límites de la decencia. Enriquecerse no es un objetivo reprochable pero hacerlo poniendo en
peligro la solvencia de las instituciones que dirigen sí lo es. El tercero se refiere a las agencias de
calificación, las que valoran la calidad de los títulos negociados en los mercados. Esas agencias
internacionales, de nombres conocidos –Moody´s, Standard & Poor, etc.– otorgaron la máxima
calificación a los títulos respaldados por hipotecas (Mortgage-Backed Securities o MBO en la
terminología inglesa ), lo cual permitió su venta masiva por todos los confines de los mercados
financieros. El cuarto incluye los organismo supervisores de los mercados de valores, encabeza-
dos por la Securities and Exchange Commission norteamericana, organismos puntillosos donde
los haya en lo que se refiere a los aspectos burocráticos de salida a bolsa y negociación pero
que, en este caso, no supieron anticipar los peligros que los MBO incorporaban.

La tercera burbuja es la de la confianza, la médula de la actividad financiera. Adquirimos


un producto financiero porque su rentabilidad nos atrae y porque no abrigamos dudas respecto
del emisor, de su posible venta en mercados secundarios o de la recuperación del principal.
Los intermediarios financieros prestan dinero a los solicitantes porque suponen que no habrá
impagados o que, en todo caso, la morosidad no rebasará determinados límites. Y prestan
290 dinero a otros intermediarios, y en cifras muy voluminosas, porque no dudan de su solvencia.
El escenario descrito corresponde, por supuesto, a situaciones de normalidad de los merca-
dos. En momentos críticos la confianza salta en pedazos y perturba, hasta límites insospe-
chados, el funcionamiento de los mercados financieros. Nadie adquiere productos financieros
y, además, trata de recuperar el dinero que tiene depositado, bajo una forma u otra, en las
entidades de depósito; esas mismas entidades miran con lupa a los peticionarios de crédito y,
en muchos casos, niegan nuevos créditos a clientes tradicionales y nada sospechosos; los
intermediarios no se fían unos de otros, con lo cual el mercado interbancario queda trabado y
acentúa la crisis de liquidez.

El problema es que la opinión pública no interpreta la crisis de esa forma. Para buena
parte de la opinión pública de muchos países, desarrollados, emergentes o subdesarrollados, lo
que ha sucedido es fruto de la inmensa avaricia de unos pocos y de la inestabilidad inherente al
capitalismo. Dos caras, además, del mismo fenómeno. Ni que decir tiene que la repercusión del
timo a gran escala de Madoff, o del más reciente de Stanford, refuerza esa idea.

Descartada la posibilidad de instaurar economías de dirección centralizada –el experi-


mento soviético ilusiona a muy pocos– el debate ideológico tradicional resurge de nuevo: ¿cómo
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

combinar eficiencia y libertad: con mercados libres o con mercados intervenidos6? En realidad la
pregunta debería formularse de otra forma en las economías occidentales, basadas todas ellas
en la presencia muy amplia del sector público. Se trataría de saber si se puede superar la crisis sin
acentuar la intervención de los mercados o si, por el contrario, hay que intervenirlos profundamente.

En el trasfondo de esa polémica late, por otro lado, una realidad palpable: que los gobier-
nos han inyectado dinero público por doquier tanto en las empresas del sector financiero como
en las del sector real. Es decir han utilizado dinero del contribuyente para dar solución a proble-
mas privados. La reflexión es obvia: si para reparar los daños generados por el sector privado hay
que utilizar el dinero de todos, ¿qué sentido tiene dejar en manos privadas la gestión de los
problemas que esas mismas manos han desencadenado? ¿No resultaría más lógico, y sobre
todo más seguro, nacionalizar todas las empresas que han recibido esas ayudas?

Por el momento la polémica se mantiene en el plano teórico y las declaraciones de los


gobiernos insisten en la necesidad de no intervenir los mercados, de no dejarse convencer por el
nacionalismo económico –léase proteccionismo– y de actuar coordinadamente, en el ámbito
internacional, para mantener abiertas las fronteras económicas. Pero no olvidemos que las de-
claraciones enfáticas de los responsables políticos de las democracias –y de las democracias
occidentales estamos hablando– deben ser interpretadas con la máxima cautela porque si las
corrientes de opinión se mueven en otra dirección –y las opiniones son votos– las declaraciones
y las políticas aplicadas varían.

De prevalecer, en algún momento, la apuesta por la intervención de las economías, y por


la ultrarregulación internacional de los mercados financieros, la trayectoria de la economía inter-
nacional variaría sustancialmente. Toda intervención conduce, irremediablemente a la protección 291
exterior ya que, de lo contrario, quedaría esterilizada; toda intervención debilita el ritmo de creci-
miento, a medio y largo plazo, porque la asignación de recursos responde mucho más a los
deseos del poder político que al pulso de los mercados; toda protección exterior desencadena
retorsiones y aumento de la protección en los demás países; pretender regular, al máximo, la
acción de los mercados financieros para asegurar su estabilidad resultaría tarea vana porque
esos mercados están tan unidos que las regulaciones serían sorteadas. Mejor es, por tanto,
pensar, como hace Lipsky, del Fondo Monetario Internacional, que el mundo que emane de la
crisis se caracterizará por más multilateralismo, más coordinación y una más eficaz regulación
del sistema financiero7.

Con todo, hay que pensar que la capacidad de crecimiento de muchos países va a quedar
lastrada por el peso de la deuda pública, una deuda que proviene de los esfuerzos de los gobier-
nos por hacer frente a la crisis a través de ayudas a empresas, subsidios de desempleo y
estímulos fiscales varios, al tiempo que los ingresos fiscales se reducen a consecuencia de la

6
Martínez (2009).
7
Lipsky (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

propia crisis. Según cálculos de los economistas del FMI, la deuda pública de los diez países
más ricos aumentará desde el 78% del PIB en 2007 hasta el 114% en 20148. Y toda deuda
pública, recuérdese, anticipa subidas de impuestos y dificultades de financiación para el sector
privado.

3. La gran revolución tecnológica que viene

El análisis económico ha destacado, siempre, la importancia de la variable tecnológica.


Basten los nombres de Mill, Marx, Schumpeter, Kaldor, Solow y Lucas9 para refrendar la afirma-
ción. Al fin y al cabo cada salto tecnológico ha elevado la productividad y el ritmo de crecimiento.
Pensemos, por ejemplo, en la invención de las gafas, atribuída a Salvino D´Armato en la Italia del
siglo XIII, y en lo que supuso para el alargamiento de la vida productiva.

Pero, hasta hace poco, el desarrollo tecnológico ha sido considerado como función dis-
creta: de vez en cuando una nueva tecnología, de producto o proceso, modificaba la función de
producción y las demandas de consumo. Sin embargo, la aceleración tecnológica transforma la
función discreta en función continua, con influencia permanente sobre productores y consumido-
res. Si estamos a las puertas de una era caracterizada por la presencia de ordenadores inteligen-
tes, de adelantos genéticos capaces de resolver problemas intratables hasta el momento y de
materiales autotransformables, estamos a las puertas de un mundo distinto del hasta ahora
conocido. Pero, además, y puesto que cada invento imprime velocidad a la aparición de muchos
otros, es probable que la afirmación de Kurzweil se confirme y que, en términos de innovación, el
292 siglo XXI abarque 20.000 años de progreso tecnológico10.

Aceptada la hipótesis, serán por lo menos tres los efectos económicos derivados de la
aceleración tecnológica: dificultades para la previsión empresarial, cambio rápido de las ventajas
comparativas y veloz obsolescencia del capital humano.

El éxito de una empresa radica en el adecuado conocimiento del mercado al que se dirige
lo que la empresa produce. El análisis de costes, amortización incluida, y de beneficios espera-
dos depende, en muy buena medida, de la bondad del estudio de mercado. Pensemos, enton-
ces, en lo que puede suceder si el flujo de nuevas tecnologías modifica, con rapidez, los merca-
dos y las demandas. La destrucción creadora de Schumpeter puede alcanzar niveles nunca
vistos y obligar a las empresas a tener en cuenta no sólo el mercado presente sino, muy espe-
cialmente, los cambios inducidos por la variación tecnológica. Tarea nada fácil porque el segundo
aspecto puede escapar a cualquier previsión.

8
The Economist, 13-19 de junio (2009).
9
Mill (1848); Marx (1844); Schumpeter (1934); Kaldor (1957); Solow (1957) y Lucas (2003).
10
Kurzweil (2001).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

Fue David Ricardo el que puso de manifiesto que dos países podían obtener ventajas de su
comercio mutuo aunque uno de ellos fuera capaz de producir todos los bienes objeto de transac-
ción a menor coste que el otro11. Siempre que los costes relativos de producción –coste de un
bien en términos de los otros bienes– fueran distintos en cada país. De ahí nace el concepto de
ventaja comparativa: se exportan los bienes o servicios que se producen a menor coste relativo y
se importan aquellos en los que el coste relativo es mayor. Pese a que los modelos teóricos
incorporan múltiples hipótesis simplificadores que apenas se dan en la vida real, el modelo de venta-
jas comparativas suele explicar bastante bien las pautas del comercio internacional: China expor-
ta juguetes al resto del mundo e India servicios informáticos porque sus costes relativos son
mucho menores que en otros países, dado que sus salarios son sustancialmente más bajos.

Ahora bien, las ventajas comparativas no son estáticas, son cambiantes o, en expresión
de Bhagwati, caleidoscópicas12. Con el tiempo se modifican por alteración de las funciones de
producción o de costes, si bien, hasta ahora, esas modificaciones han sido lentas. Pero, ¿qué
puede suceder si, a consecuencia de la aceleración tecnológica, las ventajas empezaran a variar
con frecuencia? Imaginemos, por ejemplo, que, en cualquiera de los países occidentales que
hoy importan juguetes chinos –aunque las empresas no sean todas chinas, ya que muchas del
bloque OCDE se han instalado en ese país para aprovechar las diferencias de costes laborales–
una nueva tecnología permite fabricar juguetes a menor coste que los chinos. Los flujos de
comercio se alterarían sin duda. Y se alterarían aún más si, transcurrido un corto lapso de
tiempo, otra variación tecnológica, lograda en una antigua república soviética, modificara de
nuevo las ventajas comparativas. La incertidumbre se apoderaría de múltiples empresas del
sector, en múltiples países, al quedar fuera de mercado, y con frecuencia, muchas empresas
tradicionalmente instaladas en él. Y no hace falta gran imaginación para comprender que, por
esa vía, estallarían tensiones múltiples, reproches continuados y, muy probablemente, reclamos 293
protectores de diversa índole.

Los conocimientos de la fuerza de trabajo, adquiridos por el estudio y la experiencia –lo


que denominamos el capital humano13– constituyen un factor productivo de primer orden. ¡Cómo
funcionarían los robots si los ingenieros especializados no se ocuparan de ponerlos en funciona-
miento y de corregir cualquier problema que pueda surgir en su funcionamiento! ¡Cómo se resol-
verían los problemas informáticos si los especialistas que los han diseñado no fueran capaces de
encontrar las soluciones!

Esos conocimientos, sin embargo, presuponen alteraciones discretas de los avances


técnicos, alteraciones que permitan adaptaciones no traumáticas a las variaciones. Situación
que la aceleración tecnológica puede transformar, al obligar al capital humano a soportar modifi-
caciones frecuentes y radicales que dejen sin contenido a muchos de los conocimientos adqui-

1
Ricardo (1817).
12
Bhagwati (1998).
13
Mincer (1958).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

ridos. Lo cual planteará la obsolescencia de muchos de los conocimientos y, en muchos casos,


la incapacidad para desempeñar los nuevos cometidos. Bajo esa óptica, las entradas y salidas
de los mercados laborales se acelerarían porque la demanda de nuevos especialistas cobraría
auge al tiempo que muchos de los especialistas tradicionales se quedarían sin trabajo.

Evaluar el impacto, o los impactos, de la aceleración tecnológica es punto menos que


imposible pero lo que no ofrece dudas es que el futuro de la economía mundial estará muy
condicionado por la variable tecnológica y que el mundo de la mitad del siglo actual diferirá
notablemente, y en más de un aspecto, al que hoy conocemos.

4. El auge económico de la zona asiática

Japón constituyó el milagro económico de los años sesenta y principios de los setenta,
aunque lleve años sin ser capaz de recuperar la vibración económica de ese período14. China e
India son los actuales milagros económicos, dada la rapidez de su crecimiento.

Pese a todas las declaraciones oficiales y a todos los propósitos de Mao, su gran timonel,
China era un país con todos los emblemas del subdesarrollo a la muerte de Mao, ocurrida en
1976. En la actualidad es, por el tamaño de su producto bruto, la cuarta economía del mundo,
tras las de Estados Unidos, Japón y Alemania y lleva camino de convertirse en la segunda en un
lapso no muy largo.

294 ¿Qué ha ocurrido? Algo muy simple y que demuestra, a las claras, el pragmatismo de los
nuevos dirigentes chinos: desde finales de los años setenta, y bajo la influencia de Den Xiaoping,
el mercado se fue introduciendo paulatinamente en una parte de la economía china, concreta-
mente en el este del país. Un mercado compatible con las ideas socialistas, una economía de
mercado socialista, tal y como se decretó en 1992, lo cual ha significado, de facto y sutilezas
chinas aparte, la implantación del capitalismo en toda una serie de regiones.

Como resultado de ese cambio, y de 1982 a 2007, el crecimiento interanual de la econo-


mía china, en términos reales, fue del 9,85%, lo que supuso que, en ese lapso, el tamaño de su
economía se doblara cada siete años15, hasta alcanzar, en 2007, los 3,2 billones de dólares16.

¿Podrá la economía china mantener, durante muchos años, tasas de crecimiento simila-
res? No parece probable, a nuestro entender, y no lo parece por dos razones: porque ya está
muy integrada en el conjunto de la economía mundial y porque su propio devenir político está
cargado de nubarrones.

14
Tsuru (1993).
15
FMI (2007 y 2009).
16
Banco Mundial (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

Buena parte de ese rápido desarrollo chino se debe a un modelo de crecimiento muy
volcado hacia la exportación, lo que ha convertido al país en el segundo exportador del mundo de
bienes, con un 9% de la cuota mundial y con un mercado, el norteamericano, que absorbe el
27% de su exportación total17. Por tanto, la recesión que acosa a buena parte de las economías
OCDE, empezando por la de Norteamérica, recorta sus posibilidades de crecimiento, dado que,
por la razón ya expuesta, y frente a lo preconizado por algunas corrientes de opinión, China no ha
podido desvincularse del ciclo bajista de los grandes países industrializados. De ahí que el
crecimiento previsto para el año en curso sea del 6,5%, una tasa envidiable para cualquiera de
los países desarrollados pero tres puntos por debajo de la alcanzada en su historia reciente18.

La veloz expansión económica del este de China, y en el medio urbano, no debe hacer
olvidar a nadie, y sobre todo a las autoridades chinas, que la desigualdad económica es patente:
la renta por persona y año en Shangai es hoy doce veces mayor que la de la provincia de
Guizhon, zona rural del Oeste del país19. Singularidad que se compadece mal con un sistema y
un partido que han apostado por el crecimiento pero que no pueden desentenderse de sus raíces
ideológicas y de su lucha por la igualdad. Hasta el momento, y de acuerdo con las ideas de Den
Xiaoping, el crecimiento acelerado ha ocultado las tensiones sociales generadas por la contrapo-
sición extrema riqueza» extrema pobreza pero esas tensiones terminarán por aflorar con fuerza
y obligarán a efectuar correcciones de rumbo que, muy probablemente, frenarán el ritmo de
crecimiento aún después de que la crisis mundial haya sido superada.

Con ritmos de crecimiento también muy elevados en los últimos años –del 2004 al 2008 el
ritmo medio de crecimiento real fue del 8,8%20– India se ha convertido en el duodécimo país del
mundo por tamaño de su economía, con notable especialización en el sector servicios y en todo
lo referente a las tecnologías de la información. Ha contado, para ello, con una abundante mano 295
de obra que habla inglés y con una creciente capacidad tecnológica que se concentra en la
región de Bangalore. Tanto es así que India es el destino preferido para la deslocalización de
servicios, especialmente de servicios de empresas: para una empresa norteamericana o de la
Unión Europea resulta mucho más barato mejorar sus programas informáticos enviándolos a una
empresa especializada de Bangalore que recurrir a una empresa nacional.

También la economía ha visto apagarse, en 2009, su ritmo de crecimiento, a consecuen-


cia de la crisis mundial y, superada ésta, también hay que suponer que su futuro no será tan
brillante cono su pasado inmediato porque deberá hacer frente a problemas de gran calado.

El primero de ellos es la pobreza generalizada. Más del 80% de su población, según


cálculos del Banco Mundial vive en la pobreza y en la extrema pobreza. Situación que, sin duda,
condicionará las políticas económicas de los años venideros y obligará a colocar, en situación
preferente, las políticas redistributivas.
17
OMC (2008).
18
FMI (2009b).
19
Hutton (2008).
20
FMI (2009c).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

India es, todavía, un país de castas, un segundo problema que también afectará a su ritmo
de crecimiento futuro. Aproximadamente la mitad de la población pertenece a las castas inferio-
res21. Las castas constituyen, por tradición histórica, segmentos diferenciados de la sociedad,
con atribuciones distintas, con separaciones prescritas y con imposibilidad teórica de mezcla;
en especial, la casta inferior, los intocables, los que en épocas pretéritas debían anunciar su
proximidad golpeando dos trozos de madera, de forma que otras gentes, no pertenecientes a esa
casta, pudieran evitar su cercanía. Esa complejidad, la de las castas, ya ha dado lugar a políti-
cas varias de discriminación activa en el terreno del empleo público, de forma que ciertos pues-
tos de trabajo queden asignados a determinadas castas pero no resulta difícil aventurar que la
generación de capital humano, en una economía que se especializa en los diversos campos de
la alta tecnología, se adecua muy mal a esa segmentación, lo que, tarde o temprano, afectará a
los ritmos de crecimiento.

Finalmente, la complejidad burocrática, en un país que, hacia mediados de siglo, será el


país más poblado del mundo, con más de 1.600 millones de habitantes, puede constituir un freno
nada desdeñable para lograr, en el futuro, ritmos de crecimiento comparables a los alcanzados
en los últimos años. Lo que ha hecho decir, a algunos analistas, que la economía india se parece
bastante más a un elefante que a un tigre22.

En ambos casos, China e India, se aprecia una clara expansión exterior de sus econo-
mías. A través de su fondo de inversión soberano, China ha entrado en Morgan Stanley y en el
grupo Blackstone –la crisis actual ha allanado el camino, pese a las reticencias que el fondo
suscita al no saberse muy bien cuáles son los propósitos del gobierno chino– y su empresa
Lenovo ha adquirido la división de ordenadores portátiles de IBM. Las empresas indias, descono-
296 cidas en los países occidentales hasta hace pocos años, han pasado a tener presencia interna-
cional y nombre como Tata (vehículos), Mittal (acero) o Reliance (energía) figuran, actualmente,
en los Gotha internacionales de grandes empresas.

En 2008, un muy conocido informe de prospectiva23 manifestaba que, en 2050, China sería
la mayor economía del mundo, un 29% superior a la norteamericana, Norteamérica se situaría en
segundo lugar, India sería la tercera economía y Japón habría descendido muchos puestos en el
escalafón y resultaría ser, por tamaño, sólo el 15% de la economía china24. La proyección se
basaba, como todas, en calcular ritmos de crecimiento que tenían en cuenta la experiencia
reciente, proyección que otorgaba un papel dominante a la zona asiática que pasaba a ser el
primer referente de la economía mundial.

21
Luce (2008).
22
The Economist, 13-19 de diciembre de 2008.
23
PricewaterhouseCoopers (2008).
24
Ídem, Cuadro A.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

Es posible que, dentro de 40 años, tanto China como India hayan aumentado considera-
blemente su tamaño real pero los obstáculos mencionados anteriormente harán sentir su peso y
limitarán su ritmo de crecimiento; y también es posible que Estados Unidos, cuya capacidad
tecnológica es indudable y cuyos mercados flexibles permiten adaptaciones mucho más rápidas
a las necesidades de un mundo cambiante, siga siendo la primera economía del mundo. Lo que
sí parece razonablemente cierto es que la suma de las economías de China, India, Japón y
Corea representen alrededor de un 30% del producto mundial, lo que las convertiría en uno de los
grandes polos de la actividad económica y situaría a la zona asiática a la par con Estados Unidos
y Canadá, de un lado, y con la Unión Europea de 27 países del otro. Un mundo económico
tripolar, en suma.

5. La lucha por la energía

Afirmar que la energía constituye un factor productivo de extraordinaria importancia no es


decir nada nuevo: con energía abundante, en términos físicos y económicos, casi todo es posi-
ble; con energía escasa, también en los dos sentidos, casi nada es posible. Y, a menos que los
avances tecnológicos, puedan encontrar nuevas fuentes de energía abundante, el panorama
futuro no resulta alentador.

Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, de 2006 a 2030 la demanda de


energía primaria aumentará un 45% y será la zona asiática la que registrará el incremento mayor:
un 96% con respecto al año base25. Ocurre sin embargo que, aún en esa fecha futura, el petróleo
supondrá el 34% del balance energético y el gas el 20%. Es decir, la base energética mundial 297
seguirá descansando en dos combustibles cuya oferta no se rige por las reglas del mercado:
uno, el petróleo, porque está sometido a las reglas de un cártel y el otro, el gas, porque sigue
idéntico camino.

Es de dominio público que el cártel de la Organización de Países Exportadores de Petró-


leo (OPEP) impone su ley en el mercado mundial de petróleo. Se trata de una organización que
nació en 1960, para defender los intereses de los países miembros –con ligeras variantes, el
núcleo de la misma lo constituyen los países árabes productores de petróleo más Ecuador,
Venezuela, Irán, Angola y Nigeria– pero que no hizo sentir su influencia hasta 1973 cuando,
con ocasión de la cuarta guerra árabe-israelí, decretó un embargo de petróleo e inició la esca-
lada de precios. Desde entonces, y con altibajos generados por diferencias de criterio entre
sus miembros, los precios del hidrocarburo han venido condicionados por las decisiones de la
Organización dado que, aún ahora, produce el 45% del total mundial26. Su sistema de cuotas
permite, por tanto, influir sobre la oferta y, por tanto, sobre los precios. Recuérdese que, en

25
AIE (2008a).
26
British Petroleum (2008).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

julio de 2008, los precios del barril de petróleo alcanzaron los 147 dólares y que, en estos
momentos –mediados de 2009 y en medio de una recesión generalizada– los precios siguen
cercanos a los 70 dólares barril.

El poder de los países productores de petróleo –OPEP y algunos otros más, entre los que
destaca Rusia– se ha acrecentado en los últimos años porque el mercado del petróleo y del gas
ya no está en manos de las grandes compañías internacionales, de nombres como Exxon o
British Petróleum, sino de compañías nacionales, de nombres también conocidos como Saudí
Aramco (Arabia Saudita), PDVSA (Venezuela), NIOC (Irán) o GAZPROM (Rusia). Al parecer, las
compañías multinacionales producen, aproximadamente, el 10% del petróleo y del gas y poseen
el 3% de las reservas mundiales, al tiempo que las compañías nacionales cuentan con un tercio
de la producción de petróleo y gas y un tercio de las reservas conocidas27. ¿Cuál es el efecto de
esa nueva configuración de los mercados de petróleo y gas? Las compañías multinacionales
atienden a su cuenta de resultados e invierten parte de sus beneficios en nuevas exploraciones;
las nacionales tienen muy en cuenta los intereses políticos de los gobiernos respectivos y tien-
den a invertir menos en exploración.

Aunque los precios del gas siguen las tendencias de los del petróleo, hasta ahora ninguna
organización de productores se había ocupado de regular el mercado. Hasta que, en Teherán y
en 2001, surgiera la idea de dar vida a una organización de países productores de gas, organiza-
ción que ha tomado carta de naturaleza en la reunión de Moscú de finales del 2008 con el nombre
de Foro de Países Exportadores de Gas.

Los miembros del Foro son casi los mismos que los miembros de la OPEP, más Rusia,
298 país que ha sido determinante en su proceso de creación. Por supuesto el Foro no se cansa de
repetir que su intención fundamental es lograr una cooperación estrecha entre productores y
consumidores que pueda redundar en beneficio de todos; lo cual lleva a pensar que, en realidad,
lo que se pretende es cartelizar también ese mercado. Objetivo más difícil que la cartelización
del petróleo, entre otras razones porque las bolsas de gas están mejor distribuidas que las del
petróleo; pero objetivo que, de lograrse, daría a los miembros de la OPEP y del Foro –más o
menos los mismos– un dominio abrumador sobre los mercados energéticos.

Dominio abrumador que se traduciría en elevaciones de precios frecuentes, dificultades de


abastecimiento generadas por tensiones políticas y, por empeoramiento de la relación real de
intercambio, transferencias continuas de renta desde los países consumidores a los productores.

Para soslayar el problema sólo existen dos caminos: diversificar la oferta energética y, del
lado del consumo, impulsar el ahorro energético.

27
Hoyos (2007).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

Con respecto al primero de los caminos, la pregunta que hay que hacerse es si las ener-
gías renovables (hidráulica, biomasa, eólica y solar, por el momento) pueden reducir, a medio y
largo plazo, la dependencia del petróleo y del gas de forma tal que las elasticidades de demanda
de esos dos combustibles se reduzcan y hagan disminuir el poder de mercado de los países
productores. La Agencia Internacional de la Energía no parece pensar de esa forma porque
estima que, en 2030, las energías renovables sólo significarán un 14% de la oferta mundial de
energía primaria, con un aumento de 2 puntos sobre la proporción del 2006; y, lo que es peor,
entiende que los aumentos de petróleo y gas deberán proceder de los países de la OPEP28.

De no confiar en las renovables, la solución no puede ser otra que aumentar,


sustancialmente, la oferta de energía nuclear, uno de los temas polémicos por excelencia puesto
que son muchos los detractores y muchos los defensores, a lo largo y ancho de la geografía
mundial. Los detractores aducen toda una serie de razones para prescindir de ese tipo de ener-
gía: sólo se produce electricidad y es una energía rodeada de peligros. Los reactores pueden
sufrir alteraciones y verter a la atmósfera elementos deletéreos, tal y como ocurrió en Harrisburg
(EEUU) en 1979 y muy especialmente en Chernobyl (antigua Unión Soviética). Aunque en el
primero de los casos nada ocurrió porque la vasija protectora y las paredes de hormigón del
edificio impidieron el escape de la radiación; al contrario de lo que ocurrió en Chernobyl, de cuyas
consecuencias trágicas nadie se ha olvidado. Los residuos radiactivos plantean problemas gra-
ves de almacenamiento y, por ende, ¿quién puede asegurar que no se dará, en algún momento,
un ataque terrorista contra una central nuclear, ataque planeado para desencadenar efectos
catastróficos?

Los pronucleares alegan, por su parte, que la electricidad de origen nuclear es más barata
que la que emana de otras fuentes de energía, que se trata de una energía no contaminante y que 299
los graves temores que rodean a las centrales nucleares tienen, en la actualidad, escaso funda-
mento: las centrales son mucho más seguras de lo que fueron las iniciales y están construidas
con tal cúmulo de protecciones que un ataque terrorista no tendría consecuencias en lo que a la
radiación se refiere.

La polémica no cesa y, probablemente, no cese nunca. Pero lo que sí es cierto es que el


número de centrales aumenta, por lo menos en el área OCDE, con el claro objetivo de reducir la
dependencia del petróleo y del gas.

Tema distinto, y no polémico, es el del ahorro energético. Las cifras demuestran que la
eficacia energética –el consumo de energía por unidad producida– varía mucho de unos a otros
países. Por ejemplo, la Federación de Estados Independientes consume tres veces más, por
unidad, que la Unión Europea29. Por lo general, el consumo de energía es mayor en los países
emergentes y menor en los industrializados pero, en todo caso, ése es un punto en el que la

28
AIE (2008b).
29
World Energy Council (2006).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

técnica tiene mucho que decir y al que deben prestar especial atención las políticas energéticas
de los más diferentes países. En el año 2006, la Unión Europea resumió, en un folleto, los
ahorros energéticos que podrían conseguirse de aplicarse las medidas propuestas por la Comi-
sión Europea30. Los ahorros que se conseguiría, en 2020, por aplicación del haz de medidas, no
resultan nada desdeñables puesto que en vivienda residencial se ahorraría un 27%, en edificios
comerciales un 30%, en transporte un 26% y en la industria manufacturera un 25%. Es posible
que las medidas no se apliquen en su totalidad y que el resultado final sea distinto al proyectado
pero los gobiernos y las comunidades varias no deben olvidar que el ahorro energético es una
parte importante, muy importante, de la política energética.

6. Los flujos migratorios

Según la Organización Internacional para las Migraciones, en 2007 se contabilizaban 200


millones de emigrantes en el mundo, dos y media veces más que en 1965, y de 20 a 30 millones
de emigrantes ilegales31. Por lo general tales flujos se originan en países de escaso desarrollo y
se encaminan a las zonas desarrolladas del mundo, en especial hacia América del Norte y
Europa Occidental; lo cual no tiene nada de extraño porque el primer objetivo del emigrante es
encontrar trabajo al tiempo que en las áreas desarrolladas escasean las personas que desean
trabajar en empleos de escasa cualificación como la construcción, la hostelería o los servicios
domésticos. A lo que hay que añadir que la red de protección social que existe en las áreas
desarrolladas se convierte, también, en un estímulo de primer orden para muchas personas.

300 Desde el punto de vista económico, la emigración ofrece, para el país de origen, para el de
destino y para el propio emigrante, beneficios claros. Para el primero porque, además de aliviar
su tasa de desempleo, las remesas de emigrantes constituyen recursos de notable importancia:
en 2007, tales remesas supusieron 337.000 millones de dólares, de los cuales 251.000 se cana-
lizaron hacia países en desarrollo32. Para el país de destino porque aumenta la fuerza laboral y,
además, cubre puestos de trabajo poco atractivos para el trabajador local. Para el emigrante
porque encuentra empleo y porque, con el tiempo, podrá mejorar su suerte y reunir a su familia,
haciendo uso de la norma de reunificación familiar.

Desde el punto de vista social existe un problema de difícil solución, en muchos casos: la
integración del emigrante, su incorporación a las normas y usos de la sociedad de acogida. Esa
integración resultará más fácil para el emigrante cualificado porque su trabajo será el principal
factor de integración; y bastante más difícil para el emigrante sin especial cualificación, es decir
para la mayoría, mayoría que, por lo general, se incorporará a los círculos de emigrantes de su
propia nacionalidad de origen. Pero, sobre todo, la posibilidad de integración dependerá, en gran

30
Comisión Europea (2006).
31
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) (2008).
32
OIM (2008).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

medida, de la distancia existente entre la cultura de la que procede y la cultura a la que, en


principio, se incorpora. Cuanto más próximas las culturas, más fácil resultará la integración;
cuanto más dispares, más difícil será conseguirla. Y la experiencia demuestra que la dificultad
mayor suele darse en los inmigrantes de religión musulmana que viven y trabajan en el mundo
occidental desarrollado, una dificultad que se extrema en todo aquello que hace referencia al
papel que desempeña la mujer en uno y otro mundo. En el mundo occidental mujeres y hombres
gozan de los mismos derechos y, por tanto, las mujeres trabajan, conducen coches, se visten
según sus preferencias y se casan, o conviven simplemente, con quien les place. Puesto que, en
gran parte de los países musulmanes, las mujeres están sometidas a códigos distintos –en
algunos países no pueden conducir vehículos, en general los matrimonios se deciden entre las
familias, con o sin la aquiescencia de la novia, sus ropas, en el mejor de los casos, no deben ser
sugerentes y se obliga al uso del chador o, en el peor de los casos, del burka– la integración suele
ser imposible. Todos esos usos, y en especial los más visibles, como la ropa, son entendidos en
occidente como símbolos degradantes para la mujer y, por tanto, difícilmente aceptables.

Pero hay también que hacer referencia a los problemas políticos que la emigración plan-
tea, en especial en momentos recesivos como el actual, con desempleo creciente. Puesto que
la pérdida del empleo suele afectar más duramente a los trabajos que exigen menos cualifica-
ción, el trabajador nacional que ha perdido su empleo puede considerar que sus posibilidades de
encontrar un nuevo trabajo son escasas porque los puestos están ocupados por emigrantes. Y,
con notable frecuencia, esa situación deriva en el reforzamiento de los partidos que preconizan la
expulsión de los emigrantes o, en todo caso, la no admisión de ninguno más. Y todo ello sin
tomar en cuenta la emigración ilegal, la que suele vivir de la mendicidad o de las actividades
claramente ilícitas.
301

7. El envejecimiento generalizado de la población mundial

Con alguna excepción, la India es la más conspicua, la población mundial está enveje-
ciendo: cada vez hay menos jóvenes y cada vez hay más viejos.

Las razones de ese envejecimiento son claras. La fertilidad se ha reducido en casi todas
partes, pasando de 4,3 hijos por mujer en los años setenta del pasado siglo a los 2,5 de la
actualidad, en términos medios, y, en el mundo desarrollado, a 1,6 hijos por mujer. Por supuesto,
existen diferencias de unas a otras regiones puesto que, en la zona asiática, Japón, Corea del
Sur y Taiwán sufren ya de un agudo envejecimiento, al igual que ocurre con Alemania, Italia y
España en la Unión Europea33. Aunque no existe una única causa, la razón fundamental de esa
caída de las tasas de fertilidad es, sin duda, el papel que, actualmente, desempeña la mujer en
los países desarrollados y en buena parte de los emergentes. No hace muchos años, el destino

33
Naciones Unidas (2009).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

fundamental de la mujer era casarse y procrear; es más, de no conseguirlo se entendía que no


había cumplido con su misión. Desde hace unas décadas, y en especial en el mundo occidental,
la mujer estudia y trabaja y cuando se casa –no todas son partidarias del matrimonio– lo hace a
edades muchos más tardías, con lo cual sus años fértiles se reducen; a lo que hay que añadir
que los métodos anticonceptivos modernos permiten a las parejas elegir el número de hijos.

En clara contraposición, la esperanza de vida se alarga continuamente, en especial la del


mundo desarrollado que, en la actualidad, es de 73,6 años para los hombres y 80,5 para las
mujeres pero que, hacia mediados del presente siglo, será de 79,9 y 85,6 años respectivamen-
te34. Nos encaminamos, por tanto, hacia un mundo de ancianos –recuérdese que la esperanza
de vida es un valor medio– y, especialmente, de ancianas.

¿Qué es lo que ha producido ese alargamiento de la vida? Las razones pueden ser varias
–no hay que olvidar que la técnica moderna ha reducido muchísimo el número de tareas penosas
y que el sector terciario, el de servicios, es el predominante en las economías desarrolladas–,
pero hay dos que claramente destacan sobre las demás: los cuidados sanitarios y la medicina
moderna. Las pandemias –y, al parecer, sufrimos ahora un tipo de gripe de índole pandémica– no
revisten la peligrosidad de antaño y muchas de las enfermedades consideradas mortales, hasta
hace poco, han dejado de serlo. Todo lo cual permite no sólo que vivamos más sino que vivamos
mejor porque las facultades físicas y mentales se mantienen durante más tiempo.

Ahora bien, lo que podemos considerar datos, desde el punto de vista demográfico, se
transforman en problemas desde el ángulo económico y problemas de gran calado en el mundo
desarrollado.
302
Entendemos por tasa de dependencia la relación que existe entre la suma de población de
menos de 15 años y más de 65 y la población de 15 a 65 años. En suma, entre la población
teóricamente pasiva y la población teóricamente activa. Esa tasa de dependencia tiende a au-
mentar en todo el mundo pero la situación se agrava en el área más desarrollada, el bloque
OCDE, porque se calcula que pasará del 47% en 2007 al 71% en 205035.

Ese aumento de la tasa de dependencia significa, en primer lugar, que el segmento de


población en edad laboral se irá reduciendo –seguimos hablando de los países OCDE aunque el
resto del mundo siga el mismo camino aunque a paso más lento–, lo que reducirá la cantidad
disponible del factor trabajo y tenderá a recortar el ritmo de crecimiento de muchos países, a
menos que se consigan aumentos veloces de la productividad.

Pero, en segundo lugar, significa que las redes de protección social –la cobertura de
riesgos sociales que caracteriza a los países desarrollados: enfermedad, muerte, vejez…– se
pone en peligro porque la mayoría de esas redes son públicas y se basan en el sistema de
34
Naciones Unidas (2009).
35
Naciones Unidas (2008).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL / JAIME REQUEIJO GONZÁLEZ

reparto: los que hoy trabajan financian a los que hoy todavía no trabajan o ya han dejado de
trabajar. Por tanto si, hacia el futuro, son cada vez menos los que financian y cada vez más los
que perciben, el panorama se ensombrece hasta límites insospechados y ese ensombrecimien-
to resulta especialmente inquietante en el terreno de las pensiones y jubilaciones que resultan,
en última instancia, de un pacto intergeneracional. Un problema al que se le prestaba escasa
atención hasta que el Banco Mundial hizo sonar las alarmas en 199436. Pero un problema de tal
magnitud, económica y política, que exige medidas tempranas en casi todos los países si se
quiere evitar que, en pocos años, los Sistemas de Seguridad Social se derrumben.

8. Breve recapitulación

Como ya se ha señalado al comienzo de este trabajo, aventurar lo que pueda ocurrirle a la


economía mundial a largo plazo supondrá, siempre, una apuesta délfica y ya se sabe que los
oráculos suelen equivocarse. Imaginemos, por ejemplo, que, de la actual crisis, surgen econo-
mías de mercado trufadas de intervenciones públicas; nos moveríamos, por tanto, en un mundo
de ineficacias asignativas y de lentos crecimientos. Imaginemos, por otro lado, que la técnica ha
logrado encontrar fuentes de energía abundantes y no contaminantes; nos moveríamos en un
mundo distinto, en el que las capacidades tecnológicas, y no los recursos energéticos, marca-
rían las diferencias entre países avanzados y retrasados. E imaginemos, en fin, que ninguna de
esas dos hipótesis se confirma. En ese caso, lo que sí puede anticiparse es que iremos encon-
trando una economía mundial en la que se repetirán las tensiones energéticas y en la que los
problemas migratorios y el envejecimiento de las poblaciones seguirán en el primer plano de los
problemas políticos. Porque la escasez de recursos energéticos, en un mundo cada vez más 303
poblado, el ansia por emigrar hacia los países más ricos y el envejecimiento de las poblaciones
son tendencias difícilmente reversibles.

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305
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA
Ramón Tamames Gómez
Universidad Autónoma de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
Aunque las relaciones económicas internacionales vienen Although the economic relations come of a very old times,
de muy antiguo, su máximo nivel se ha alcanzado con la its maximum level has been achieved with globalization; i. e.
globalización; por la caída de barreras al comercio, procesos trough suppression of trade barriers and also because of economic
de cooperación e integración económica, y entrada en liza de cooperation and integration, and the rise of the emerging countries
los países emergentes. En ese contexto evolutivo, el sector in the world system. In that evolutionary context, the external
exterior ha contribuido cada vez más al progreso de la sector has highly contributed to the progress of the Spanish
economía española, con registros al alza en la balanza de economy, as it can be appreciated trough the balance of payments
pagos (bienes, servicios, transferencias y capitales), hasta records (goods, services, transfers, and capital movements).
alcanzarse una internacionalización actual superior al 60 por Thus, the internationalization degree is at present some 60 per
100 en términos de PIB. De cara al futuro, si queremos seguir cent of GDP. Facing the future, if we want to continue step by
en la senda del progreso económico, hay que hacer esfuerzos step on the path of economic progress, new efforts are necessary
para abrirse más y más a los mercados. Lo cual exige cambiar to open Spain more and more to the international markets. What
gradualmente el modelo de crecimiento español que presenta requires the gradual changes in the Spanish growth model, that
un mercado laboral demasiado rígido y una fiscalidad poco at present is too much rigid in the labour aspects, and has a
propicia para inversiones extranjeras y movimientos de capital. fiscality not so convenient for foreign invest-ment and capital
Sólo la reforma de esas cuestiones y otras (potenciar I+D+i y movements. Only trough those reforms, and others (to ame-
marcas, diseño y nuevas tecnologías, ampliar las funciones liorate R+D+I, to expand major trademarks, to implement better
del ICEX y de la red de presencia comercial en el exterior), design and new technologies, and to enlarge the performance
permitirá una mayor productividad, que, junto con la defensa of ICEX and the Spanish commercial network abroad), will it be
de la estabilidad de precios, mejore nuestra competitividad de possible a higher productivity, that combined with the defence
cara al exterior. of prices stability, will ameliorate our competitively abroad.
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

307

1. Globalización y sector exterior


ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

La globalización es una de las cuestiones con más referencias en el debate económico


internacional, lo que en manera alguna significa que sus antecedentes sean tan recientes. En
ese sentido, he subrayado más de una vez que, históricamente, el tema se remonta a 1494,
cuando españoles y portugueses firmaron el Tratado de Tordesillas. Un texto según el cual,
mediando el Papa Alejandro VI, el globo terráqueo se repartió en dos mitades, separadas por los
dos arcos del meridiano y antemeridiano1.

Más de dos siglos y medio después, fue Adam Smith quien prefiguró lo que sería la
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

globalización económica actual, al subrayar, en su Riqueza de las Naciones (1776) las ventajas
de un comercio planetario sin barreras, que permitiría aprovechar las ventajas de la división del
trabajo y de la libre concurrencia.

1
Ramón Tamames, «Globalización y Ecoparadigma», Institució Alfons el Magnanim, Valencia, 2003.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

El movimiento de globalización económica se hizo más que patente en la década de 1990,


cuando el PIB global del mundo crecía entre el 3 y el 5 por 100, en tanto que el intercambio
internacional evolucionaba a una velocidad de más del doble. Debido, entre otras cosas, a las
facilidades de comercio creadas a partir de 1947 por el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio, por su sigla en inglés)2; y desde 1995 por su entidad sucesora, la Orga-
nización Mundial de Comercio (OMC) y los acuerdos que supervisa: mercancías (el antiguo
GATT), derechos de propiedad (TRIPS), movimientos de capitales (TRIMS), libre circulación de
servicios (GATS), tecnologías de la información (TIC), Servicios Financieros (FS), etc.3

Pero el escenario de la globalización en que ahora vivimos, es algo más que un simple
aumento de las recíprocas relaciones entre Estados, organismos, empresas, etc. Se trata de un
proceso con otros muchos perfiles, toda una malla de conexiones mutuas. En esa dirección, es
importante lo que dijo Mike Moore –Director de la OMC en el difícil momento de la reunión
ministerial de la OMC en Seattle (diciembre de 1999)–: «la alternativa a la globalización no sería
otra cosa que volver a la guerra fría; con todas sus secuelas de tensiones interbloques, revivencias
militaristas y grandes inversiones en armamentismo»4.

La globalización se manifiesta en múltiples facetas de la actividad económica mundial: la


productiva, la comercial y la financiera. Las tres, en proceso de aceleración. De tal modo que
actualmente las cifras diarias de los mercados financieros internacionales superan el PIB de
todos los países desarrollados. Además, la globalización determina nuevas estrategias producti-
vas y tecnológicas, con la internacionalización de los procesos productivos ante la posibilidad de
segmentar tareas (tasks trade)5.

308

2. La evolución de las ideas: librecambio/proteccionismo

Después de una serie de antecedentes, fue la escuela mercantilista (siglo XVII, y primera
mitad del XVIII) la que con su teoría de la balanza comercial favorable propugnó el fomento de las
exportaciones y la restricción de las importaciones. Con este último fin, los teóricos y políticos
mercantilistas (Ustáriz, Cromwell, Colbert, etc.) preconizaron largas relaciones de géneros prohi-
bidos, y el pago de elevados derechos aduaneros; a fin de alentar la producción interior e impedir
la salida de metales preciosos6.
2
España se adhirió al GATT en 1963 a través de una serie de negociaciones comerciales con todos sus socios, desarrolladas desde
1961; en las que el autor de este Informe participó permanentemente, en Ginebra, Copenhague, Bruselas, Estocolmo, etc.
3
Para desde una óptica española tener una idea de lo que esa liberalización comercial representa –también según cálculos hechos
por el autor de este trabajo para Información Comercial Española en 1964–, baste decir que en 1963, en la cúspide del Plan de
Estabilización Económica, que flexibilizó todo el sistema productivo, el Arancel Ullastres se promulgó con una protección media del
35 por 100 del valor de las mercancías. Mientras que 40 años después, apenas una generación, el proteccionismo (excluida la
agricultura) se sitúa en el TARIC (Trafica Integrada de la CE) en el 3 por 100; es decir, sin ningún efecto de fronteras económicas.
4
Allí estuvo el autor del presente artículo, como asesor de ASAJA y también a título de enviado especial del diario El Mundo.
5
M. Paloma Sánchez y Nuria Laguna, «El comercio exterior de España. Teoría y práctica», Pirámide, 2ª edición, 2007.
6
Sobre los principales aspectos del mercantilismo, de los fisiócratas y de la Escuela Clásica, que se citan aquí, puede verse Joseph
Schumpeter, History of Economic Analysis, Oxford University Press, Nueva York 1953 (5.ª reimpresión), págs. 209 a 250 y 335
y sigs. Existe versión española del Fondo de Cultura Eco-nómica, de México.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

Los fisiócratas (mediados del XVIII) adoptaron actitud bien diferente, pues según ellos
(Quesnay, Turgot, etc.), para que el desarrollo del orden natural pudiese generar el máximo
bienestar, era de todo punto necesaria la libertad de comercio. Una dirección en la que avanzó
Adam Smith7, y sobre todo David Ricardo8 con su teoría de los costes comparativos.

España, como casi todos los países europeos, vivió con apasionamiento su propia polémica
librecambio/proteccionismo; prácticamente durante todo el siglo XIX y parte del XX9. Una pugna que
está de manera permanente sobre el tapete; incluso ahora, cuando el proteccionismo –durante la
crisis que se inició en 2007– se reviste de ropajes diferentes de los mecanismos comerciales, con
toda suerte de apoyos a las entidades financieras y a los principales sectores productivos.

El largo y complejo proceso histórico de la polémica se desenvolvió en España en cuatro


fases sucesivas: primera, hasta 1841, de signo proteccionista; segunda, transición al
librecambismo: los aranceles de 1841 y 1849; tercera, el «Arancel Figuerola», de 1869, con la
proclamación del librecambismo, seguida del proceso que hasta 1891 fue amortiguándolo; cuar-
ta, el triunfo definitivo del proteccionismo en 1892 y su ulterior consolidación. Nada menos que
hasta 1959, cuando con el Plan de Estabilización se abrió España al modelo de comercio libre
del que actualmente la OCDE es el paradigma10.

Posteriormente, con la entrada en vigor, el 1 de enero de 1986 del tratado de adhesión al


Mercado Común, se inició el desarme arancelario entre España y las Comunidades Europeas,
así como el acercamiento gradual del arancel español al comunitario, hasta su total equipara-
ción; tras un período transitorio de siete años, a lo largo del cual se formó la unión aduanera con
los entonces otros 11 países comunitarios.
309
De ese modo, se hizo posible, pues, un sector exterior mucho más importante11. A lo cual
aún contribuyó más el impacto del euro desde 1999, como moneda única (y desde 2002 ya
circulando físicamente en toda la Eurozona), que significó la puesta en común de la soberanía
monetaria y cambiaria.

Tras el anterior relato, lo importante es que con las sucesivas aperturas al exterior, la
economía española se potenció y creció; dejando atrás para siempre los tiempos, comparativa-
mente de estancamiento, de un pasado gravemente incidido por el proteccionismo, con sus
secuelas de autarquía aisladora y monopolios de todas clases12.

7
Adam Smith, La riqueza de las naciones, especialmente libro IV, versión española de Ed. Aguilar, Madrid, 1956, págs. 353 y sigs.
8
David Ricardo, Principios de economía política y tributación, capítulo IV, versión española de Ed. Aguilar, Madrid, 1955, págs. 98 y sigs.
9
J. Vicens Vives (con la colaboración de J. Nadal Oller), Historia económica de España, Teide, Barcelona, 1960, págs. 629 y sigs.
10
Para un mayor detalle del contenido, con abundante bibliografía, puede consultarse la 25 edición de Estructura Económica de
España (2008).
11
En su informe, Perspectivas de la globalización económica y países en vías de desarrollo (1995), el Banco Mundial identificó el
comercio como el gran motor del futuro crecimiento económico hasta el 2005. De llevarse a cabo las políticas adecuadas, la
expansión del comercio para los países pobres alcanzaría casi un 5 por 100 anual hasta el 2004, y el 2,8 por 100 en las naciones
ricas (Negocios, 19.IV.1995). Para un análisis del posicionamiento español, véase «Competitividad de costes de la empresa
exportadora española y de sus competidores en diferentes países de la OCDE», BICE, nº 2.510, 28-VII-1996.
12
Como puede comprobarse en mi Estructura Económica de España y también en mi libro Los monopolios en España, ZYX, Madrid, 1965.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

3. Transacciones económicas internacionales de España

Entrando ya en los tiempos actuales, y para apreciar las magnitudes del sector exterior
español, en la Tabla 1 se aprecia la evolución de los intercambios exteriores en euros corrientes,
tanto para bienes como para servicios y capitales entre 1966 y 2007.

A la vista de las Tablas 1 y 2 –donde se dan los porcentajes en términos de PIB para
comercio de bienes y servicios–, es fácil apreciar el fuerte proceso de internacionalización de la
economía española. Más concretamente, y sólo para bienes y servicios (Tabla 2), en 1980 (pri-
mer año de cifras completas disponibles) el total de los intercambios era de 31,9 por 100 del PIB,
mientras que en 2007 se llegó a virtualmente el doble, 60,1. Consecuencia lógica de la incorpo-
ración a la CE/UE desde 1986.

Para el análisis del comercio exterior por productos, presentamos la Tabla 3, pudiendo
comprobarse el peso del sector industrial y sobre todo del automóvil; con un peso de los alimen-
tos ya sólo del 13,7 por 100, con la nota a considerar que la balanza exterior agraria es levemente
positiva. La estructura de las importaciones es muy similar (Tabla 4). Lo cual significa que esta-
mos ya en el nivel de un comercio muy competitivo con graves manifestaciones de intercambios
internacionales del tipo del ya aludido task-trade.

En cuanto a las áreas geográficas, las Tablas 5 y 6 facilitan una visión muy clara, aprecián-
dose tanto para exportaciones como importaciones, el fuerte peso del comercio con el resto de la
UE; un intercambio que ya cabe considerar más comercio interregional que no internacional.

310 En cuanto al análisis de exportaciones e importaciones según las diferentes CCAA, en la


Tabla 7, Cataluña aparece como la principal comunidad exportadora en 2007, con una participa-
ción sobre el total nacional del 27,5 por 100; más del doble de lo exportado por la segunda
comunidad autónoma por orden de importancia, la de Madrid, con el 10,7 por 100 del total. No en
vano ambas provincias son las más industriales (Madrid por su más novedosa corona metropoli-
tana); y sobre todo, las más activas en materias de servicios, disputándose cuál de las dos es la
locomotora económica de España.

También puede apreciarse por la Tabla 7 que cuatro comunidades autónomas (véase Grá-
fico 8) tuvieron saldo comercial positivo en el ejercicio 2007: Navarra, La Rioja, Extremadura y
País Vasco. El resto de las CCAA fueron deficitarias.
Tabla 1. Balanza de pagos: cuenta corriente y de capital
(Millones de euros)

Servicios Balanza de transferencias Balanza por cuenta corriente y de


Bienes Balanza de rentas*
Años Total Turismo y viajes Otros servicios corrientes capital
Export. Import. Saldo Export. Import. Saldo Export. Import. Saldo Export. Import. Saldo Ingr. Pagos Saldo Ingr. Pagos Saldo Ingr. Pagos Saldo
1966 472 1.190 -718 - - 364 - - - - - - - - - 153 2 151 1.206 1.409 -203
1967 519 1.170 -651 - - 320 - - - - - - - - - 167 2 165 1.256 1.423 -167
1968 701 1.364 -663 - - 373 - - - - - - - - - 195 7 188 1.609 1.710 -101
1969 839 1.626 -787 - - 397 551 36 515 - - -118 - - - 236 13 223 1.879 2.045 -166
1970 1.045 1.833 -788 - - 545 707 48 659 - - -116 - - - 284 6 278 2.345 2.312 33
1971 1.253 1.929 -676 - - 710 869 58 811 - - -101 - - - 340 17 323 2.844 2.486 358
1972 1.519 2.417 -898 - - 784 957 73 884 - - -101 - - - 368 33 335 3.333 3.112 221
1973 1.884 3.121 -1.237 - - 938 1.129 98 1.031 - - -93 - - - 539 45 494 4.229 4.034 195
1974 2.510 4.954 -2.444 - - 926 1.104 110 994 - - -68 - - - 468 72 396 4.938 6.059 -1.121
1975 2.694 5.243 -2.549 - - 950 1.201 133 1.068 - - -117 - - - 498 103 395 5.289 6.493 -1.204
1976 3.615 6.562 -2.947 - - 758 1.244 163 1.081 - - -324 - - - 592 133 459 6.450 8.179 -1.729
1977 4.810 7.611 -2.801 - - 1.261 1.882 242 1.640 - - -378 - - - 721 66 655 8.622 9.506 -884
1978 6.183 8.042 -1.859 - - 1.822 2.503 259 2.244 - - -422 - - - 858 97 761 11.124 10.400 724
1979 7.397 9.674 -2.277 - - 2.012 2.604 370 2.234 - - -222 - - - 852 135 717 12.927 12.474 453
1980 8.915 13.975 -5.060 5.185 2.331 2.854 3.009 530 2.479 2.177 1.800 377 - - - 867 196 671 14.967 16.501 -1.534
1981 11.487 17.173 -5.686 6.548 3.074 3.474 3.776 564 3.212 2.772 2.510 262 - - - 1.019 228 791 19.054 20.475 -1.421
1982 13.357 19.867 -6.510 7.899 3.728 4.171 4.733 671 4.062 3.167 3.058 109 - - - 1.172 257 915 22.428 23.851 -1.423
1983 17.225 23.694 -6.469 10.106 4.631 5.475 5.949 773 5.176 4.156 3.858 298 - - - 1.379 377 1.002 28.710 28.701 9
1984 21.953 26.043 -4.090 12.301 493 11.808 7.498 811 6.687 4.803 4.122 681 - - - 1.477 426 1.051 35.731 31.402 4.329
1985 24.961 29.638 -4.677 13.102 5.568 7.534 8.261 1.021 7.240 4.841 4.547 294 - - - 1.816 692 1.124 39.878 35.898 3.980
1986 23.216 28.659 -5.443 14.990 5.724 9.266 10.047 1.264 8.783 4.943 4.460 483 - - - 2.387 1.438 949 40.594 35.821 4.773
1987 25.458 34.984 -9.526 16.151 6.552 9.599 10.936 1.451 9.485 5.216 5.101 115 - - - 3.425 1.484 1.941 45.036 43.020 2.016
1988 28.041 40.518 -12.477 17.480 820 16.660 11.683 1.720 9.963 5.797 6.500 -703 - - - 5.140 2.116 3.024 50.663 50.853 -190
1989 31.068 48.772 -17.704 17.915 9.560 8.355 11.563 2.192 9.371 6.352 7.368 -1.016 - - - 6.077 2.798 3.279 55.062 61.130 -6.068
1990 33.994 51.807 -17.813 16.999 9.735 7.264 11.289 2.580 8.709 5.709 7.155 -1.446 4.756 6.914 -2.158 5.845 3.251 2.594 61.594 71.708 -10.114
1991 37.411 56.399 -18.988 18.309 10.752 7.557 11.967 2.845 9.122 6.342 7.907 -1.565 6.808 9.482 -2.674 8.258 4.513 3.745 70.786 81.146 -10.360
1992 40.612 59.174 -18.562 20.717 13.072 7.645 13.614 3.402 10.212 7.103 9.670 -2.567 8.669 12.201 -3.532 9.239 5.627 3.612 79.237 90.074 -10.837
1993 47.341 58.781 -11.440 23.428 14.464 8.964 15.100 3.621 11.479 8.328 10.842 -2.514 9.073 11.798 -2.725 9.887 6.628 3.259 89.729 91.670 -1.941
1994 59.435 71.303 -11.868 27.088 15.135 11.953 17.297 3.329 13.968 9.791 11.806 -2.015 6.992 13.231 -6.239 10.249 7.393 2.856 103.765 107.062 -3.297
1995 70.013 83.961 -13.948 30.207 173 30.034 18.913 3.392 15.521 11.294 13.739 -2.445 10.733 14.803 -4.070 14.732 6.611 8.121 125.685 122.507 3.178
1996 78.324 90.544 -12.220 33.874 19.443 14.431 20.697 3.850 16.847 13.177 15.592 -2.415 11.988 17.696 -5.708 14.974 7.498 7.476 139.160 135.180 3.980
1997 94.294 106.807 -12.513 38.601 22.577 16.024 23.197 4.135 19.062 15.404 18.442 -3.038 13.435 19.990 -6.555 16.850 8.602 8.248 163.180 157.976 5.204
1998 100.734 119.999 -19.265 43.426 25.645 17.781 26.096 4.735 21.361 17.330 20.910 -3.580 14.532 22.261 -7.729 17.882 9.251 8.631 176.573 177.156 -583
1999 105.969 135.944 -29.975 49.249 30.057 19.192 29.408 5.517 23.891 19.841 24.540 -4.699 14.287 23.263 -8.976 19.950 10.646 9.304 189.455 199.909 -10.454
2000 125.582 165.812 -40.230 57.073 36.043 21.030 32.446 6.454 25.992 24.627 29.590 -4.963 20.534 27.997 -7.463 18.707 11.808 6.899 221.896 241.661 -19.765
2001 131.239 169.840 -38.601 62.271 39.314 22.957 34.222 7.296 26.926 28.049 32.017 -3.968 22.616 35.193 -12.577 20.043 13.257 6.786 236.170 257.603 -21.433
2002 134.816 171.326 -36.510 63.523 40.914 22.609 33.557 7.687 25.870 29.966 33.227 -3.261 22.716 35.042 -12.326 23.825 13.699 10.126 244.880 260.981 -16.101
2003 139.754 179.593 -39.839 65.689 42.388 23.301 35.047 8.010 27.037 30.642 34.379 -3.737 24.061 34.456 -10.395 24.519 16.896 7.623 254.023 273.334 -19.311
2004 148.967 202.627 -53.660 69.355 47.602 21.753 36.376 9.772 26.604 32.979 37.830 -4.851 27.299 39.439 -12.140 25.636 17.325 8.311 271.257 306.993 -35.736
2005 157.978 226.581 -68.603 76.247 54.008 22.239 38.558 12.125 26.433 37.689 41.882 -4.193 31.870 48.974 -17.104 25.484 20.696 4.788 291.579 350.259 -58.680
2006 175.883 259.154 -83.271 84.732 62.397 22.335 40.715 13.266 27.449 44.017 49.131 -5.114 44.382 64.963 -20.581 24.728 24.729 -1 329.724 411.243 -81.519
2007 187.194 277.000 -89.806 94.092 71.963 22.129 42.171 14.360 27.811 51.921 57.602 -5.681 52.686 84.121 -31.435 25.246 27.481 -2.235 359.217 460.563 -101.346

* Por cambios en la composición de los servicios y rentas, hasta 1990 la Balanza de Servicios contiene conjuntamente servicios y rentas.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

Fuente: Banco de España


311
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 2. Exportaciones e importaciones de bienes y servicios: series históricas


(Porcentaje del PIB)

Servicios
Bienes
Años Total Turismo y viajes Otros servicios Internacionalización (%)
Export. Import. Saldo Export. Import. Saldo Export. Import. Saldo Export. Import. Saldo
1966 4,8 12,2 -7,4 - - 3,7 - - - - - - 17,0
1967 4,7 10,6 -5,9 - - 2,9 - - - - - - 15,3
1968 5,6 10,9 -5,3 - - 3,0 - - - - - - 16,5
1969 5,9 11,4 -5,5 - - 2,8 3,9 0,3 3,6 - - -0,8 17,3
1970 6,6 11,6 -5,0 - - 3,4 4,5 0,3 4,2 - - -0,7 18,2
1971 7,0 10,8 -3,8 - - 4,0 4,9 0,3 4,6 - - -0,6 17,8
1972 7,3 11,5 -4,2 - - 3,7 4,6 0,3 4,3 - - -0,5 18,8
1973 7,5 12,4 -4,9 - - 3,7 4,5 0,4 4,1 - - -0,4 19,9
1974 8,1 16,0 -7,9 - - 3,0 3,6 0,4 3,2 - - -0,2 24,1
1975 7,4 14,4 -7,0 - - 2,6 3,3 0,4 2,9 - - -0,3 21,8
1976 8,3 15,0 -6,7 - - 1,7 2,8 0,4 2,4 - - -0,7 23,3
1977 8,7 13,7 -5,0 - - 2,3 3,4 0,4 3,0 - - -0,7 22,4
1978 9,1 11,9 -2,8 - - 2,7 3,7 0,4 3,3 - - -0,6 21,0
1979 9,3 12,2 -2,9 - - 2,5 3,3 0,5 2,8 - - -0,3 21,5
1980 9,4 14,7 -5,3 5,4 2,4 3,0 3,2 0,6 2,6 2,3 1,9 0,4 31,9
1981 10,7 16,1 -5,4 6,1 2,9 3,2 3,5 0,5 3,0 2,6 2,3 0,3 35,8
1982 10,9 16,2 -5,3 6,4 3,0 3,4 3,8 0,5 3,3 2,6 2,5 0,1 36,5
1983 12,3 16,9 -4,6 7,2 3,3 3,9 4,2 0,6 3,6 3,0 2,8 0,2 39,7
1984 13,9 16,5 -2,6 7,8 3,1 4,7 4,7 0,5 4,2 3,0 2,6 0,4 41,3
1985 14,2 16,9 -2,7 7,5 3,2 4,3 4,7 0,6 4,1 2,8 2,6 0,2 41,8
1986 11,5 14,3 -2,8 7,5 2,8 4,7 5,0 0,6 4,4 2,5 2,2 0,3 36,1
1987 11,3 15,6 -4,3 7,2 2,9 4,3 4,9 0,6 4,3 2,3 2,3 0,1 37,0
1988 11,2 16,2 -5,0 7,0 3,3 3,7 4,7 0,7 4,0 2,3 2,6 -0,3 37,7
1989 11,1 17,4 -6,3 6,4 3,4 3,0 4,1 0,8 3,3 2,3 2,6 -0,3 38,3
1990 10,9 16,6 -5,7 5,4 3,1 2,3 3,6 0,8 2,8 1,8 2,3 -0,5 36,0
1991 10,9 16,5 -5,6 5,3 3,1 2,2 3,5 0,8 2,7 1,9 2,3 -0,4 35,8
1992 11,0 16,0 -5,0 5,6 3,5 2,1 3,7 0,9 2,8 1,9 2,6 -0,7 36,1
1993 12,4 15,4 -3,0 6,1 3,8 2,3 4,0 0,9 3,1 2,2 2,8 -0,6 37,7
1994 14,6 17,6 -3,0 6,7 3,7 3,0 4,3 0,8 3,5 2,4 2,9 -0,5 42,6
1995 15,7 18,8 -3,1 6,8 3,8 3,0 4,2 0,8 3,4 2,5 3,1 -0,6 45,1
1996 16,5 19,1 -2,6 7,1 4,1 3,0 4,4 0,8 3,6 2,8 3,3 -0,5 46,8
1997 18,7 21,2 -2,5 7,7 4,5 3,2 4,6 0,8 3,8 3,1 3,7 -0,6 52,1
1998 18,7 22,2 -3,5 8,0 4,8 3,2 4,8 0,9 3,9 3,2 3,9 -0,7 53,7
1999 18,3 23,4 -5,1 8,5 5,2 3,3 5,1 1,0 4,1 3,4 4,2 -0,8 55,4
2000 19,9 26,3 -6,4 9,1 5,7 3,4 5,1 1,0 4,1 3,9 4,7 -0,8 61,0
312 2001 19,3 25,0 -5,7 9,1 5,8 3,3 5,0 1,1 3,9 4,1 4,7 -0,6 59,2
2002 18,5 23,5 -5,0 8,7 5,6 3,1 4,6 1,1 3,5 4,1 4,6 -0,5 56,3
2003 17,9 22,9 -5,0 8,4 5,4 3,0 4,5 1,0 3,5 3,9 4,4 -0,5 54,6
2004 17,7 24,1 -6,4 8,2 5,7 2,5 4,3 1,2 3,1 3,9 4,5 -0,6 55,7
2005 17,4 24,9 -7,5 8,4 5,9 2,5 4,2 1,3 2,9 4,1 4,6 -0,5 56,6
2006 17,9 26,4 -8,5 8,6 6,4 2,2 4,2 1,4 2,8 4,5 5,0 -0,5 59,3
2007* 17,8 26,4 -8,6 9,0 6,9 2,1 4,0 1,4 2,6 4,9 5,5 -0,6 60,1

* Provisional
Fuente: SG de Análisis, Estrategia y Evaluación a partir del Departamento de Aduanas e IIEE y del BE.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

Tabla 3. Dinamismo de las exportaciones de sectores en 2007*

Sectores Rep. 1
Porcentaje s/total TVA 2

Total 6,8 100,0 6,8


Semimanufacturas no químicas 1,6 13,1 13,1
Productos químicos 1,2 13,1 9,3
Alimentos 1,1 13,7 7,8
Bienes de equipo 1,0 21,6 4,4
Sector automóvil 0,7 18,2 3,8
Manufacturas de consumo 0,6 8,6 6,9
Productos energéticos 0,3 4,6 6,7
Otras mercancías 0,2 2,0 13,2
Materias primas 0,1 2,0 7,5
Bienes de consumo duradero 0,0 3,1 0,0

* Datos provisionales.
1
Rep.: repercusión, contribución del sector al aumento/descenso interanual del total del ejercicio.
2
TVA: tasa de variación interanual (en porcentaje).
Fuente: S. G. de Análisis, Estrategia y Evaluación con datos de Aduanas.

Tabla 4. Dinamismo de las importaciones por sectores en 2007*

Sectores Rep. 1
Porcentaje s/total TVA 2

Total 8,0 100,0 8,0


Bienes de equipo 2,0 23,7 8,3
Semimanufacturas no químicas 1,4 9,6 15,4
Sector automóvil 1,3 14,7 8,7
Alimentos 1,0 8,7 11,8
Productos químicos 0,8 11,7 6,5 313
Manufacturas de consumo 0,6 9,6 6,6
Productos energéticos 0,4 14,8 2,7
Bienes de consumo duradero 0,3 3,2 9,8
Materias primas 0,2 3,6 6,7
Otras mercancías 0,1 0,6 10,6

* Datos provisionales.
1
Rep.: repercusión, contribución del sector al aumento/descenso interanual del total del ejercicio.
2
TVA: tasa de variación interanual (en porcentaje).
Fuente: S. G. de Análisis, Estrategia y Evaluación con datos de Aduanas.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 5. Dinamismo de las exportaciones por países en 2007*

Sectores Porcentaje s/total Rep. 1


TVA 2

Total 100,0 6,8 6,8


Intra-UE 70,1 3,9 5,5
Extra-UE 29,9 2,9 10,0

Principales destinos de la exportación española


Francia 18,6 1,2 6,4
Alemania 10,8 0,6 5,8
Portugal 8,6 0,4 4,6
Italia 8,5 0,5 6,2
Reino Unido 7,5 0,2 2,0
Estados Unidos 4,2 0,0 0,9

* Datos provisionales.
1
Rep.: repercusión, contribución del sector al aumento/descenso interanual del total del ejercicio.
2
TVA: tasa de variación interanual (en porcentaje).
Fuente: S. G. de Análisis, Estrategia y Evaluación con datos de Aduanas.

Tabla 6. Dinamismo de las importaciones por sectores en 2007*

Sectores Porcentaje s/total Rep. 1


TVA 2

Total 100,0 6,8 6,8


Intra-UE 70,1 3,9 5,5
Extra-UE 29,9 2,9 10,0

Principales proveedores españoles


Alemania 18,6 1,2 6,4
314
Francia 10,8 0,6 5,8
Italia 8,6 0,4 4,6
China 8,5 0,5 6,2
Reino Unido 7,5 0,2 2,0
Países Bajos 4,2 0,0 0,9

* Datos provisionales.
1
Rep.: repercusión, contribución del sector al aumento/descenso interanual del total del ejercicio.
2
TVA: tasa de variación interanual (en porcentaje).
Fuente: S. G. de Análisis, Estrategia y Evaluación con datos de Aduanas.
Tabla 7. Comercio exterior español por comunidades autónomas en 2007*
(Millones de euros y porcentaje)

Exportaciones Importaciones Saldo Tasa de


Porcentaje Var. 07/06 Porcentaje Var. 07/06 Porcentaje Var. 07/06 cobertura.
Comunidad Valor Valor Valor Porcentaje
s/total porcentaje s/total porcentaje s/total porcentaje
Total 181.478,6 100,0 6,8 280.430,6 100,0 8,0 -98.952,0 100,0 10,3 64,7
Andalucía 15.798,1 8,7 -0,3 23.797,1 8,5 8,5 -7.999,0 8,1 31,5 66,4
Aragón 8.726,4 4,8 17,8 9.019,5 3,2 7,8 -293,1 0,3 -69,2 96,8
Asturias 3.567,1 2,0 13,8 4.500,7 1,6 11,0 -933,6 0,9 1,3 79,3
Baleares 1.521,1 0,8 34,4 2.335,4 0,8 6,1 -814,3 0,8 -23,9 65,1
C. Valenciana 18.544,9 10,2 2,2 22.647,8 8,1 14,6 -4.102,9 4,1 153,9 81,9
Canarias 1.664,4 0,9 34,4 5.316,9 1,9 5,0 -3.652,5 3,7 -4,6 31,3
Cantabria 2.185,9 1,2 9,7 2.653,9 0,9 17,6 -468,0 0,5 77,9 82,4
Castilla-La Mancha 3.007,4 1,7 5,5 7.847,5 2,8 35,0 -4.840,1 4,9 63,4 38,3
Castilla y León 9.517,5 5,2 2,8 9.748,3 3,5 7,5 -230,8 0,2 -218,8 97,6
Cataluña 49.951,2 27,5 7,5 79.123,3 28,2 6,1 -29.172,1 29,5 3,8 63,1
Ceuta 1,5 0,0 -97,8 252,9 0,1 11,7 -251,4 0,3 57,3 0,6
Extremadura 1.050,8 0,6 9,0 935,3 0,3 10,1 115,5 -0,1 0,8 112,3
Galicia 15.999,6 8,8 11,7 16.575,6 5,9 8,9 -576,0 0,6 -35,5 96,5
Madrid 19.473,2 10,7 8,9 60.023,5 21,4 6,4 -40.550,3 41,0 5,2 32,4
Melilla 5,0 0,0 154,6 182,7 0,1 -2,7 -177,7 0,2 -4,3 2,7
Murcia 4.392,5 2,4 5,9 8.860,3 3,2 5,9 -4.467,8 4,5 5,9 49,6
Navarra 5.587,1 3,1 3,4 5.166,9 1,8 -0,4 420,2 -0,4 92,2 108,1
País Vasco 18.834,3 10,4 14,5 18.762,0 6,7 9,4 72,3 -0,1 -110,2 100,4
La Rioja 1.176,4 0,6 12,8 929,1 0,3 15,8 247,3 -0,2 2,8 126,6
Sin determinar 474,3 0,3 -77,7 1.751,8 0,6 -14,8 -1.277,5 1,3 -1.869,1 27,1

* Datos provisionales.
Fuente: S. G. de Análisis, Estrategia y Evaluación, con datos de Aduanas.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

315
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

4. Comercio exterior y competitividad

Como índice de competitividad más novedoso, hemos seleccionado el del IMD, de la escue-
la de negocios suiza del mismo nombre, que utiliza para su confección las siguientes variables:

• PIB

• Desempleo

• Número de internautas en el país

• Coste de llamadas locales

• Rendimiento de la economía, tanto a nivel doméstico como internacional

• Rendimiento de los trabajadores

• Presupuesto y del Estado y déficit público

• Legislación corporativa

• Infraestructura del país

• Sistemas de salud y de seguridad social

• Nivel de educación

Gráfico 8. Tasa de cobertura por comunidades autónomas en 2007*


(En porcentaje)
316

* Datos provisionales.
Fuente: SG de Análisis, Estrategia y Evaluación.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

Todos estos elementos inciden en la productividad de un país y, como consecuencia de


ello, en la competitividad. En ese sentido, que España, siendo octava o decimotercera economía
del mundo (según se mida por tipos de cambio, o ppp) se sitúe en el puesto 39 del ranking de
competitividad, es más que preocupante; y dice muy poco de las políticas ad hoc.

Claro es que la competitividad global tiene detrás factores muy concretos, empezando
con el esfuerzo científico-técnico, que se mide por la magnitud de la inversión en I+D en porcen-
taje del PIB. Ese es el ratio de esfuerzo tecnológico, lo más representativa de lo que hace un país
para crear más conocimiento y transferir el ya existente.

En esa dirección, el Consejo Europeo, al poner en marcha la denominada Estrategia


Lisboa-2000, estableció como objetivo, lograr que el gasto en I+D llegase, cuando menos, a un
promedio del 3 por 100 del PIB para toda la UE13.

Sin embargo, por el Gráfico 10 es fácil comprobar que en 2007, ocho años después de
Lisboa, el gasto en I+D de la UE-15 ascendía a sólo el 1,95 por 100 del PIB en el año 2007; con
una situación de España muy preocupante, de 1,27.

5. Cuota de mercado de las exportaciones

Otra forma de medir la competitividad en las relaciones comerciales internacionales es a


través de la cuota de exportaciones de bienes, su contenido tecnológico y la competitividad-
precio. Indicadores, que en el caso de España, no han experimentado mejoras en los últimos 317
tiempos. Así lo demuestra el Gráfico 11, al observarse que la cuota de las exportaciones españo-
las dentro del comercio mundial ha caído entre 2003 y 2008.

Pero no sólo se trata de la cuota en relación con los mercados exteriores, porque en el
mercado interior, como se decía antes, sucede lo propio: en automóviles los españoles prefieren
máquinas extranjeras más vistosas y potentes, por aquello del status symbol; y algo parecido
sucede en la alimentaria –como puede observarse en grandes superficies y tiendas de gourmets–
de manera preocupante; con toda clase de elaborados, no siempre de mayor calidad y mejor
precio, sino también por una estrategia comercial foránea muy activa, especialmente desde
Alemania, Francia e Italia. Es algo parecido, cabe decir, a lo que sucedió en la España de los
siglos XVI y XVII, cuando el chorro de oro de las Indias se iba fuera para financiar guerras y toda
clase de consumos.

13
Mónica García-Ochoa y Mayor y Nuria Bajo Davó, «Análisis de los indicadores de ciencia y tecnología en la Europa de los Quince»,
Boletín Económico de ICE, nº 2.963.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 9. Índice de Competitividad IMD 2009

Rango Rango
País 2009 2008 País 2009 2008

EEUU 1 1 India 30 29
Hong Kong 2 3 Lituania 31 36
Singapur 3 2 Eslovenia 32 32
Suiza 4 4 Eslovaquia 33 30
Dinamarca 5 6 Portugal 34 37
Suecia 6 9 Estonia 35 23
Australia 7 7 Kazakstán 36 -
Canadá 8 8 Perú 37 35
Finlandia 9 15 Bulgaria 38 39
Países Bajos 10 10 España 39 33
Noruega 11 11 Brasil 40 43
Luxemburgo 12 5 Jordania 41 34
Alemania 13 16 Indonesia 42 51
Qatar 14 - Filipinas 43 40
Nueva Zelanda 15 18 Polonia 44 44
Austria 16 14 Hungría 45 38
Japón 17 22 México 46 50
Malasia 18 19 Turquía 47 48
Irlanda 19 12 Sudáfrica 48 53
China 20 17 Rusia 49 47
Reino Unido 21 21 Italia 50 46
Bélgica 22 24 Colombia 51 41
Taiwán 23 13 Grecia 52 42
318 Israel 24 20 Croacia 53 49
Chile 25 26 Rumania 54 45
Tailandia 26 27 Argentina 55 52
Corea 27 31 Ucrania 56 54
Francia 28 25 Venezuela 57 55
República Checa 29 28

Fuente: IMD World Competitiveness Yearbook 2009.

Otro indicador de la competitividad exterior es el diferencial de precios de los productos o


competitividad-precio. Una variable (Gráfico 12) muy relevante en relación con los bienes de
tecnología media-baja, que representan el 95 por 100 de lo que España exporta. Al respecto, se
comprueba que España ha sufrido una merma de su competitividad-precio desde 2000, al cam-
biar la tendencia de la década de 1990. Lo cual se debe tanto a la mayor inflación con respecto
a los socios comerciales como a la apreciación del euro frente a otras monedas, especialmente
a partir de 2002.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

Gráfico 10: Esfuerzo tecnológico: Gasto en I+D sobre PIB

Fuente: García Ochoa y Bajo Davo, op. cit. (OCDE y Eurostat).

Gráfico 11. España y la zona del euro pierden peso en las exportaciones mundiales

319

Fuente: La Caixa (Fondo Monetario Internacional y elaboración propia).


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En el fondo la baja competitividad española se debe, sobre todo, a la pobre evolución de la


productividad, como cabe observar en el Gráfico 13: el país se encuentra a la cola del promedio
de crecimiento de la productividad en el sector manufacturero. Sobre todo porque los costes
laborales unitarios marchan a un ritmo más rápido en España que en otros países. Y es aquí
donde, como diría un economista castizo, radica la madre del cordero: sin mayor productividad
no pueden aumentar las exportaciones a buen ritmo; y sin ellas, las importaciones crecerán más
y más, con un déficit imparable, significante de que se favorece el empleo fuera y se resigna al
paro dentro.

6. Externalización vía comercio exterior

Hay un elevado recurso al outsourcing en las empresas manufactureras espa-ñolas. A lo


largo del período 1991-2002, casi la mitad de ellas habían adoptado estrategias de externalización
de partes de sus pro-cesos productivos, si bien con alta heterogeneidad sectorial14.

Gráfico 12. Caída de la competitividad-precio en España (1985-2000)

320

14
C. Díaz-Mora, R. Gandoy y A. Triguero, «Outsourcing y características de las empresas: evidencia para la industria española»,
Papeles de Economía Española, nº 116.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

Como reconoce la Comisión Europea, el


Gráfico 13.
outsourcing es una vía apropiada para mejorar la España, a la cola en el crecimiento de la productividad en el
eficiencia y la competitividad industrial, en un sector manufacturero (1995/2005)
contexto de creciente competencia externa a
escala mundial. Por ello mismo, el fenómeno se
ha generalizado a todos los sectores, y de modo
especial a los de textil, confección, cuero, cal-
zado, química, equipo de transporte, maquinaria
de oficina y ordenadores, material eléctrico y
material electrónico.

En ese contexto, y en contra de lo que


muchas veces se piensa, la destrucción de em-
pleo se ve compensada, en muchos casos, por
la expansión de las plantillas de trabajadores en
las actividades del corazón de competencias de
la empresa (tecnología, diseño, marketing, lo-
gística, etc.)15.
Fuente: La Caixa.

7. El comercio internacional de servicios

El sector servicios tiene una importancia clave para la economía española, en la que
representa el 70 por 100 del PIB y el empleo, cifras similares a las de los demás países de la 321
OCDE. Predominancia que, lógicamente, se traslada al sector exterior (véase Cuadro 14) con
datos hasta 200816. Por mucho que a causa de su naturaleza, los servicios se presten menos
que las mercancías a su compraventa internacional, resultando por ello mismo más difícil
contabilizarlos.

España ocupa el quinto lugar dentro de los países de la OCDE por volumen total de su
comercio de servicios y la situación es similar para la UE, que como conjunto, es el mayor
exportador mundial de servicios. En esas circunstancias, hemos de destacar que según la OMC
y más concretamente el GATS (Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios) hay cuatro
modos de suministro internacional de servicios:

• Modo 1: transfronterizo (vendedor y comprador permanecen en sus respectivos países


mientras se presta el servicio).

15
R. Myro y C.M. Fernández-Otheo, «Deslocalización de empresas e inversión extranjera directa en la industria española», Papeles
de Economía Española, nº 116.
16
«Importancia del comercio internacional de servicios», en http://www.comercio.es
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 14. Balanza de Pagos de España (en millones de euros)

Mercancias Servicios
Ingresos Pagos
Año Ingresos Pagos totales por turismo totales por turismo

2006 175.808 259.054 84.761 40.715 62.525 13.266


2007 192.613 283.859 93.234 42.061 70.158 14.360
2008 193.899 281.553 97.547 41.901 71.043 13.834

Fuente: Banco de España.

• Modo 2: con desplazamiento del comprador para recibir el servicio en el país del vende-
dor (el caso típico del turismo).

• Modo 3: mediante establecimiento permanente del vendedor en el país del comprador.

• Modo 4: mediante desplazamiento de personas físicas desde el país del vendedor.

Mientras las transacciones en los modos 1, 2 y 4, aunque con dificultades, están recogi-
das en las cifras de balanza de pagos, el modo 3, por su propia naturaleza, no lo está en la
mayoría de las transacciones, siendo las ventas realizadas en España por filiales y sucursales
de empresas extranjeras, y las realizadas en el exterior por filiales y sucursales de empresas
españolas.

Aunque tanto la UE como la OCDE pretenden llegar a determinar estos datos vía declara-
322 ciones o muestreo de las empresas, y el Instituto Nacional de Estadística participa activamen-
te en esos trabajos, las cifras todavía son casi inexistentes. Pero, aun sin cuantificar con
exactitud, la simple consideración intuitiva de las ventas que en España realizan numerosas
compañías –como las de seguros, transporte, energía o informática y telecomunicaciones y las
que realizan en Latinoamérica y Europa empresas españolas de banca, energía o telecomunica-
ciones–, nos permiten apreciar la gran importancia que tiene para nosotros el comercio interna-
cional de servicios en esa tercera faceta.

El turismo, al que nos referiremos enseguida, continúa siendo la actividad con mayor peso
absoluto y relativo dentro de la balanza de servicios. Pero su importancia relativa es decreciente,
debido al creciente protagonismo de otros subsectores. En este sentido, los servicios informáticos
son los que muestran balances comerciales más dinámicos. Análogamente sucede con los
servicios financieros y de comunicación, aunque en estos casos, los saldos netos muestran una
tendencia deficitaria. Estos movimientos entre ramas sectoriales alteran la anterior dinámica del
comercio de servicios español y abren nuevas perspectivas para su estudio y seguimiento17.

17
S. Visintin, G. Di Meglio, L. Rubalcaba y J. R. Cuadrado, «Competitividad y comercio internacional de servicios en España»,
Papeles de Economía Española, nº 116.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

8. El turismo y su futuro

En cuanto al turismo, cabe hacer las siguientes apreciaciones, ya claramente de futuro y


no exentas de un cierto optimismo no siempre compartible18:

1. El turismo de sol y playa perderá peso relativo, a favor de otros tipos de turismo (cultu-
ral y urbano, rural, salud y belleza, golf, etc.). Líneas que generalmente se correspon-
den con un turismo de mayor capacidad adquisitiva y que generará mayores ingresos.

2. En un intento por diferenciarnos de otros países competidores, sobre todo, en el


segmento de sol y playa, se apostará por la calidad. De modo que la oferta hotelera,
según algunos expertos, irá orientándose hacia un aumento del peso relativo de los
hoteles de cuatro y cinco estrellas. Consecuencia de ello será un incremento del
ingreso medio por turista.

3. La proliferación de nuevos tipos de turismo (distintos al segmento de sol y playa)


potenciará la aparición de nuevos destinos, y permitirá una distribución geográfica más
homogénea de los flujos turísticos; que podrá ser de gran valor para el desarrollo de
algunas zonas.

4. La fuerte estacionalidad del turismo puede ir mitigándose, como consecuencia de la


proliferación de algunos tipos de turismo que no están tan basados en el clima como lo
está el turismo de sol y playa. Además, la generalización de vacaciones repartidas a lo
largo del año contribuirá a aliviar la carga durante el período estival. Distribución más
homogénea que tendrá efectos positivos sobre el medio ambiente, y redundará en una 323
mayor rentabilidad para el sector.

5. La mayor propensión de los españoles a viajar al extranjero, que se viene observando


en los últimos años, seguirá previsiblemente en aumento. Consecuencia de ello será
un incremento en los pagos por turismo que contrarrestará en parte el incremento de
ingresos que previsiblemente podrá seguir produciéndose.

18
Teresa Garín, «Cambios en las tendencias del turismo internacional y sus implicaciones para la economía española», Papeles de
Economía Española, nº 116.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

9. La inversión extranjera

En la Tabla 15 aparecen las cifras de flujos de entrada de inversiones extranjeras directas


(IED) en España en los últimos años. Como vemos, la IED tuvo una progresión importante en
2007, que luego ha remitido por la crisis.

De forma equivalente a lo señalado antes, en la Tabla 16 indicamos los flujos de salida de


las inversiones españolas al exterior, con un máximo en 2007.

España, por una serie de razones laborales, fiscales, etc., ya no va a figurar entre los
países con fuerte atracción de capitales extranjeros. Y por ello mismo, es necesario ir a las
reformas estructurales a que nos referimos al final de este artículo.

10. La balanza tecnológica

Los datos facilitados por el Banco de España (Tabla 17) señalan la fuerte dependencia
tecnológica española del exterior. Efectivamente, la balanza de royalties (que contabiliza el flujo
anual de pagos y cobros por la utilización de patentes entre España y el resto del mundo) refleja
un saldo negativo en 2007 (1.646 millones de dólares), lo que revela la fuerte dependencia tecno-
lógica española. En 2008 se mejora algo19.

Tabla 15. Inversión extranjera en España


(Millones de euros)

2007
324 2005 2006 Importe % var. 07/06
Bruta Neta Bruta Neta Bruta Neta Bruta Neta

1. Inversión total en participaciones


en el capital * 17.598 10.836 13.671 3.546 36.031 26.877 163,6 657,9
Inversiones descontadas ETVE 13.688 7.145 9.751 -153 28.849 19.792 195,9 12.993,8
- En sociedades no cotizadas 13.571 7.282 9.170 5 10.673 1.917 16,4 34.834,5
- En sociedades cotizadas 117 -138 581 -159 18.176 17.874 3.027,1 11.342,7
Inversiones de ETVE 3.910 3.692 3.919 3.700 7.182 7.085 83,2 91,5
2. Otras formas de participación
y beneficios reinvertidos ** N/D -99 N/D 375 N/D 445 18,6
Financiación a empresas relacionadas N/D 6.581 N/D 5.473 N/D 13.533 147,3
Inmuebles N/D 5.495 N/D 4.766 N/D 5.662 18,8
Total N/D 22.967 N/D 13.839 N/D 46.126 233,3

1. * Incluye acciones y otras formas de participación.


Fuente: Registro de Inversiones Exteriores.
2. ** Fuente «Beneficios reinvertidos»: Banco de España.
** Fuente: Otras formas de participación»: Registro de Inversiones Exteriores.
Fuente: Banco de España.

19
Rafael Pampillón, «La balanza tecnológica arrojó, en 2008, un déficit 1.646 millones de euros», en ie Economy Weblog, 1.IV.2009.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

Cuadro 16. Inversión española directa en el exterior


(Millones de euros)

2007
2005 2006 Importe % var. 07/06
Bruta Neta Bruta Neta Bruta Neta Bruta Neta

1. Inversión total en participaciones


en el capital * 34.045 26.503 63.089 55.771 90.955 73.996 44,2 32,7
Inversiones descontadas ETVE 30.396 23.645 59.418 53.230 80.252 66.360 35,1 24,7
- En sociedades no cotizadas 21.467 14.992 29.573 24.727 75.634 61.811 155,7 150,0
- En sociedades cotizadas 8.929 8.652 29.845 28.503 4.619 4.549 -84,5 -84,0
Inversiones de ETVE 3.649 2.858 3.671 2.541 10.703 7.636 191,5 200,5
2. Otras formas de participación
y beneficios reinvertidos ** N/D 1.849 N/D 2.923 N/D 2.643 -9,6
Financiación a empresas relacionadas N/D 2.667 N/D 838 N/D 490 -41,5
Inmuebles N/D 1.512 N/D 2.346 N/D 3.128 33,3
Total N/D 32.776 N/D 61.754 N/D 80.414 30,2

1. * Incluye acciones y otras formas de participación.


Fuente: Registro de Inversiones Exteriores.
2. ** Fuente "Beneficios reinvertidos": Banco de España.
** Fuente: Otras formas de participación": Registro de Inversiones Exteriores.
Fuente: Banco de España.

La Tabla 17 trasluce también que la balanza tecnológica española es crónicamente nega-


tiva, con coberturas que sólo van del 20 por 100 y el 30 por 100. En 2008 por cada 100 euros que
España paga de royalties sólo ingresa 25. Y ello a pesar de indudables progresos en las áreas
del CSIC, algunas universidades y no pocos centros y empresas privadas.

Esas cifras de la Tabla 17 evidencian que el desarrollo tecnológico español se encuentra 325
por debajo de la mayoría de los países desarrollados, por lo cual nos vemos en la necesidad de
importar mucha más tecnología de la que exportamos.

11. La inmigración

El tráfico internacional de seres humanos también forma parte del sector exterior. En este
caso, las principales conclusiones que se desprenden del análisis realizado podrían perfilarse
como sigue20.

• La población inmigrante extranjera residente en España ha experimentado un fuerte


crecimiento desde mediados de los noventa, alcanzando el 12 por 100 de su población
en 2008, y situándonos, en un período muy breve de tiempo, a la altura o por encima de
los países de nuestro entorno.

20
J. V. Blanes Cristóbal, «Los efectos de la inmigración sobre las balanzas de pagos: una aplicación al caso español», Papeles de
Economía Española, nº 116.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 17. Balanza de royalties


(Millones de euros)

Año Ingresos (X) Pagos (M) Saldo Cobertura (X/M)

2000 460 1.919 -1.459 24%


2001 408 1.875 -1.457 22%
2002 392 1.923 -1.531 20%
2003 468 2.229 -1.761 21%
2004 402 2.443 -2.041 16%
2005 447 2.121 -1.674 21%
2006 749 2.005 -1.256 37%
2007 390 2.627 -2.237 15%
2008 539 2.185 -1.646 25%

Fuente: Banco de España (2009).

• Esa fuerte corriente inmigratoria ha tenido un claro determinante económico, ya que se


ha incorporado una población con una tasa de ocupación claramente superior a la de la
población nativa y a la del anterior colectivo principal de inmigrantes.

• Como consecuencia del incremento de la población extranjera, las remesas de emi-


grantes pagadas por la economía española han crecido rápidamente, situando a Espa-
ña en el tercer emisor mundial y el primero de la UE.

• Los principales receptores de remesas procedentes de España coinciden con los prin-
cipales países de origen de sus inmigrantes. Iberoamérica concentra la mayor parte,
seguida a distancia de algunos países de Europa del Este (Rumania, Bulgaria, Ucrania,
etc.) y el resto del mundo (China y demás).
326

En las conclusiones del artículo, nos pronunciamos sobre una serie de aspectos del
fenómeno migratorio.

12. Algunas previsiones de futuro del sector exterior

Entrando ya en la fase final de síntesis, puede considerarse que la importancia del tráfico
internacional irá previsiblemente en crecimiento. Con notas ya poco internacionales en el caso
de la relación intra-UE, pues las exportaciones al resto de la zona se transforman técnicamente
en expediciones, y las importaciones en introducciones; según la terminología del Eurostat. Un
caso claro de ultraglobalización, que en el futuro irá extendiéndose al resto del mundo.

En tales circunstancias, y ya con un 60 por 100 de peso respecto al PIB, casi el doble del de
veinte años antes, como vimos en su momento, cabe suponer que para el 2025, podría alcanzarse
el 100 por 100 lejos todavía de países tan comerciales como los de Benelux, Taiwán, Hong Kong,
etc. que incluso superan el 150 por 100, con mucho tráfico de entrepot y de perfeccionamiento.
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

En esa línea de creciente internacionalización de la economía española, el comercio de


bienes ha de experimentar un ascenso considerable si se quieren mantener pautas razonables
de crecimiento del PIB. Pues si bien es cierto que la población española ha crecido notablemen-
te en los últimos tiempos, no lo es menos que, habida cuenta de la todavía baja tasa media de
fecundidad (no obstante su expansión en los tiempos recientes, al pasar de 1,17 a 1,42 de hijos
por mujer, en apenas diez años), aún queda lejos de lo que podríamos llamar una natalidad
dinámica. Aparte de que esa recuperación se relaciona con la población inmigrada, comparativa-
mente joven. En otras palabras, la búsqueda de la prosperidad no puede satisfacerse sino con
una mayor imbricación del sistema productivo español de bienes y servicios con el resto del
mundo vía sector exterior.

En el caso de las importaciones, la globalización las ha hecho crecer hasta niveles muy
altos, originándose de esa manera un déficit que en tasa de cobertura se traduce en sólo un 65
por 100. Siendo previsible que la baja competitividad-precios, y la productividad que no crece,
nos lleven a un déficit aún mayor, mientras no progresemos en productividad y competitividad.
Algo que es perfectamente posible cambiar en no tan largo tiempo, pues como puso de relieve
el Prof. Juan Velarde en una tercera de ABC (del 17.VI.09), con palabras del Prof. Olariaga,
«ocho, diez años en la vida económica moderna, son suficientes para encumbrar a un pueblo en
el concierto internacional o para dejarlo batido y rezagado por medio siglo».

En cuanto a la balanza de servicios, ya se ha destacado que el turismo, aun manteniendo


su importancia en términos absolutos, se verá diversificado, con nuevas clases de ingresos, del
tipo de financieros, informáticos, seguros, etc. En esa dirección, es interesante subrayar que el
sector servicios ha alcanzado ya en España un porcentaje en torno al 70 respecto al PIB, siendo
previsible que su expansión se mantenga. Lo cual será especialmente interesante si ese creci- 327
miento se relaciona con un mejor aprovechamiento de las posibilidades que ofrece el área idiomática
del español con sus 450 millones de hispanohablantes.

En el caso del turismo, cabe subrayar que sin desdeñar el binomio sol/playa, que conti-
nuará siendo fundamental para las clases populares y medias del resto de la UE, debe potenciar-
se el turismo cultural. Con posibilidades importantes en temas gastronómicos (donde se ha dado
un salto de gigante con los nuevos cocineros españoles), y en actividades dramáticas, musica-
les, etc. En ese sentido, son muy importantes las marcas que atraen grandes flujos de personas
e ingresos desde el exterior a nuestras principales ciudades; del tipo de las que originan el Real
Madrid o Barça. Como también unos Juegos Olímpicos en la capital de España en 2016, tendrían
un componente de atracción internacional extranjera.

Dentro de la combinación industria/servicios –cada vez más importante y que presta dina-
mismo a la primera, gracias a la externalización de las actividades en los segundos–, pueden
surgir elementos de gran interés en empresas cuya actividad apunta a una importancia creciente
de manifestaciones altamente creativas, como el diseño, marketing, logística, etc. En ese sen-
tido, son las nuevas empresas españolas punteras a escala mundial en energía eólica (Gamesa)
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

y solar (Abengoa), infraestructuras (FCC, ACS, OHL, etc.), manejo de agua (Agbar, Canal de
Isabel II), informática de controles y nanotecnología (Indra), telecos (Telefónica), finanzas (Santander
y BBVA), farmacia (Almiral, Ferrer, Zeltia), etc.

Y algo parecido podría decirse, en el sector salud, por parte del sistema nacional, y sobre
todo de las clínicas privadas (oftalmología, trasplantes, tratamientos geriátricos, etc.), que po-
drían tener un desarrollo extraordinario pensando en países emergentes y en las elites de las
naciones menos desarrolladas; que carecen de los alicientes que ya se dan en España en un
grado comparativamente alto.

No podemos decir lo mismo en relación con el sector educativo, pues a diferencia de lo


que sucede en el Reino Unido y en EEUU –donde se asocia íntimamente el privilegio del inglés
autóctono y de las altas cotas de calidad de ciertos colegios y universidades de fama mundial–
, en España estamos todavía, con las honrosas excepciones que se quiera (como las escuelas
de negocios del tipo de Instituto de Empresa, IESE y Esade), en un área de bastante mediocri-
dad en esos temas; ahora con la interferencia de las pretendidas innovadoras pautas del sistema
Bolonia, por lo cual no cabe esperar grandes cambios en los próximos tiempos en esta área de
cuestiones en las que los sucesivos gobiernos actúan a modo de velo de Penélope, cambiando
legislación y planes año tras año.

Entrando ya en la parte de capitales de la balanza de pagos, insistiremos otra vez que la


economía española no ofrece actualmente un panorama alentador para la inversión extranjera;
especialmente por lo que supone un marco laboral demasiado rígido, y un sistema fiscal excesi-
vamente recaudacionista con pocas facilidades para operaciones de capital. En esa dirección,
328 las reformas estructurales que tanto se solicitan en estos últimos tiempos, para salir más rápida-
mente de la crisis, favorecerían las perspectivas de futuro.

Desde el punto de vista de las manifestaciones geográficas del sector exterior, algunas
veces se dice que, tanto comercial de servicios como de capitales, debería concentrarse en el
área idiomática del español. Eso es lo que se hizo, incluyendo EEUU, durante los últimos 20
años del siglo XX. Pero en tiempos de globalización, sin abandonar las posiciones adquiridas,
conviene tener en cuenta que más del 70 por 100 del crecimiento actual y futuro va a estar en los
BRIC; esto es Brasil, Rusia, India y China, si acaso con los agregados de México y del Sudeste
Asiático. Por tanto, la atención a esos mercados, en todas sus facetas, debe tener una cierta
prioridad. Lo cual viene apreciándose por las inversiones crecientes en todos esos mercados,
tanto para externalización como para aprovechar sus vastos consumos internos.

En esa tendencia a una globalización creciente, es fundamental ampliar nuestras capaci-


dades exportadoras desde el punto de vista del capital humano. En lo cual tiene importancia
decisiva las actuaciones de la Secretaria de Estado de Comercio (¿por qué no un Ministerio de
Relaciones Económicas Internacionales, MIREI, al modo del MITI japonés en tiempos?), y del
Instituto de Comercio Exterior (ICEX). Se trata de ayudar mucho más a las empresas a formar
EL FUTURO DEL SECTOR EXTERIOR DE ESPAÑA / RAMÓN TAMAMES GÓMEZ

auténticos departamentos de exportación, para asegurar el comercio exterior como algo perma-
nente y no meramente ocasional; categoría en que se encuentran ya unas 39.000 empresas
españolas según el propio ICEX, cifra importante, pero que todavía debe relacionarse con los
más de dos millones y medio de empresas que hay en el país, por mucho que la inmensa
mayoría sean microunidades de producción y de servicios.

En el sentido que apuntamos, es preciso ampliar la red de actuaciones españolas en el


exterior, por encima de las 98 oficinas económicas y comerciales que actualmente tenemos en
los 192 países de todo el mundo anexas a nuestras embajadas. Como igualmente ha de dotarse
al ICEX con presupuestos mucho mayores, para formar más becarios, que al final podrán ser
verdaderos directores de los departamentos de comercio exterior antes mencionados.

Otra cuestión fundamental, ya en el sprint final de este trabajo, es el de las marcas, que
en su nivel más alto siempre tienen el premio de mayor precio y amplitud de mercado (mun-
dial). En otras palabras, hay que potenciar una serie de manifestaciones de emprendimiento
en esta área, pues al final son elementos que componen la imagen de un país; como pone de
relieve el Foro de Marcas Reputadas Españolas, todavía con actividad insuficiente. E igualmen-
te, hay que valorar más figuras personales como Fernando Alonso, Rafael Nadal, Pau Gasol,
Plácido Domingo, etc.

Las conclusiones que ahora terminan, podrían ser mucho más extensas, pero con ello
irían perdiendo su sentido de síntesis. Por lo cual, para terminar, haremos una referencia a los
movimientos migratorios, que tanto han incidido en la economía y la sociedad españolas de los
últimos 20 años, al ingresar en el país, y residenciarse en él, casi seis millones de personas;
hasta suponer el 12 por 100 de la población total de España. 329

Esas circunstancias no hay que perderlas de vista, y darse cuenta de que incluso con un
futuro crecimiento significativo de la natalidad en España –cuyos efectos laborales tardarán toda-
vía en apreciarse quince años–, habremos de seguir contando con inputs de fuerza de trabajo
foránea, a poco que nos recuperemos de la crisis actual; aunque no sea con la intensidad
experimentada entre 1998 y 2008.

La circunstancia de las inmigraciones a que hemos hecho referencia, obligan a una políti-
ca de mayor integración, en la idea de que la mayoría de los que llegaron a España, y natural-
mente la descendencia de los que se queden, formen parte de una fuerza de trabajo cada vez
más calificada; debiendo considerarse que también en un tiempo surgirán de ellos emprendedo-
res, docentes, becarios para la ciencia y la tecnología, etc.

Finalmente, un intento de gran síntesis: España tiene que abrirse más y más al exterior. A
pesar de los augurios más negativos, todas nuestras aperturas en el pasado supusieron un gran
avance en la senda de la prosperidad, según vimos con algún detalle por los hitos que fueron
jalonando, desde 1959, el crecimiento económico de España. Y si en algún momento ciertas
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

instituciones, como el euro, han parecido negativas para esa expansión, ello se ha debido más al
uso abusivo e inadecuado, hecho hic et nunc; y no porque la moneda común haya representado
una distorsión para una economía, que durante tanto tiempo se mantuvo en situaciones de
precariedad por una moneda inestable y sin raigambre internacional.

Cuanto más nos abramos al exterior, aun con algunos trances dolorosos por la
schumpeteriana destrucción creadora, más avanzaremos en las nuevas etapas de desarrollo. A
lo cual tienen que concurrir unas administraciones públicas más necesitadas de reforma que
cualesquiera otra clase de instituciones.

330
EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO
José Barea Tejeiro
Universidad Autónoma de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
Dado que el artículo trata del futuro del sector público, se Due to the fact that this article refers to the future of the
aborda en primer lugar la delimitación del mismo. Se pasa public sector, the first point analysed will be to set its limits.
después al análisis de las empresas públicas en el Tratado de Secondly, the article will examine the role of the public
la Unión Europea, llegando a la conclusión que en el futuro el companies in the European Union Treaty, reaching the
sector público empresarial irá disminuyendo, sin embargo en conclusion that in the following years the public business sector
la práctica en las Comunidades Autónomas y en los will be gradually decreasing, although, it has not been the reality
ayuntamientos ha continuado creciendo. in the Spanish Autonomous Regions and City Councils, where
El apartado tercero trata del análisis de las políticas públicas the importance of the public sector has been increasing.
en el marco del futuro del sector público, planteando la cuestión The third point of the article talks about the future of the
política fundamental a la que se enfrentan los sistemas public politics, stressing in the political question to which the
económicos: ¿Cuál es el papel adecuado del Gobierno y del economic sectors are faced to: Which is the appropriated role
mercado en el funcionamiento del sistema económico? Se for the government and the market in the economic system?
pasa después a analizar los fallos del mercado que justifican There will be, afterwards, an analysis of the market failures
la intervención pública. Para conocer el éxito o el fracaso del which are the justification for the public sector intervention. To
mercado se utilizan dos criterios: la eficiencia y la equidad decide about the market's success or failure, two criterions will
distributiva. be used: the efficiency and the equity on the distribution.
Se aborda después como las pensiones, la sanidad y los The next question raised in the article is how pensions,
servicios sociales son las tres políticas públicas que van a public health and social services are the three public politics that
condicionar el futuro del sector público administrativo en España. will decide the future of the Spanish public administrative sector.
En el Apartado 6 se efectúa la evaluación de las citadas Finally, in the Section 6, there will be an evaluation of these
políticas públicas, llegando a la conclusión de que las tres son public politics, reaching to the conclusion that the three of them
insostenibles a largo plazo. Ante esta conclusión, se procede are not affordable in the long term. Then, in front of this
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

en el Apartado 7 a exponer las reformas para hacerlas conclusion, in the Section 7, there will be a presentation of the
sostenibles. changes needed to make them affordable. 331
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

1. El marco conceptual del sector público

Los agentes económicos que son propiedad del poder público se encuadran en el marco
conceptual de Sector Público. Como dichos agentes no tienen todos el mismo comportamiento,
y en Contabilidad Nacional sólo los agentes que tienen el mismo comportamiento definido por su
función principal aparecen en el mismo sector, los agentes de Sector Público se incluyen en los
siguientes sectores: Administraciones Públicas, cuya función principal es producir servicios de
no mercado y redistribuir la renta, que se financian principalmente con los ingresos procedentes
de impuestos; sociedades no financieras, cuya función principal es producir bienes y servicios
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

no financieros para el mercado y que se financian con el producto de dichas ventas; e institucio-
nes financieras, cuya función principal es transformar pasivos financieros en activos financieros y
asegurar que se financian con los rendimientos de dicha intermediación. A los agentes de los dos
últimos grupos se les denomina empresas públicas, que actúan en el mercado y compiten con
las empresas de igual naturaleza del sector privado.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2. Las empresas públicas en el Tratado de la Unión Europea

El Tratado de Roma no prejuzgaba en modo alguno el régimen de la propiedad en los


Estados miembros, estableciendo un principio de neutralidad en cuanto a que los Estados pue-
den mantener una economía mixta. Tal principio ha sido recogido en el artículo 295 del Tratado de
la Unión Europea (TUE) y en el artículo 102, que establece la prohibición de acceso privilegiado
a las instituciones financieras de las empresas públicas de los Estados miembros. Igualmente el
artículo 101 dispone que las entidades de crédito públicas recibirán por parte de los Bancos
Centrales nacionales y del Banco Central Europeo, en el marco de la provisión de servicios por
los Bancos Centrales, el mismo trato que las entidades de crédito privadas. Esto supone un trato
análogo a todas las empresas privadas y públicas, sean concurrenciales o tengan a su cargo un
servicio público. La competencia es la norma general de aplicación para todos los operadores
económicos en el ámbito de la Comunidad.

El artículo 86 del TUE establece que los Estados miembros no adoptarán ni mantendrán,
respecto de las empresas públicas, ninguna medida contraria a las normas del citado Tratado.
Las empresas encargadas de la gestión de servicios de interés económico general (agua, ener-
gía, transportes, correos y telecomunicaciones) o que tengan el carácter de monopolio fiscal,
quedarán sometidas a las normas del mencionado Tratado, en especial a normas sobre compe-
tencia, en la medida en que la aplicación de dichas normas no impida, de hecho o de derecho, el
cumplimiento de la misión específica a ella confiada. Serán compatibles con el Tratado las
ayudas que corresponden al reembolso de determinadas obligaciones inherentes a la noción de
servicio público (artículo 73).

332 El Protocolo sobre el Servicio de Radiodifusión Público aprobado en 1997, e incorporado


como anexo al Tratado consolidado de la Unión Europea, introduce una excepción matizada de
los principios de mercado y la competencia, pilar fundamental desde el Tratado de Roma. En
efecto, dicho Protocolo establece:

«la facultad de los Estados miembros de financiar el servicio público de radiodifusión en la medida en
que la financiación se conceda a los organismos de radiodifusión para llevar a cabo la función de servicio
público, tal como haya sido atribuida, definida y organizada por cada Estado miembro y en la medida en que
dicha financiación no afecte a las condiciones de comercio y de la competencia en la Comunidad, en un
grado que sea contrario al interés común».

Tal precepto no se cumple, especialmente por las Comunidades Autónomas, lo que da


lugar a financiar con impuestos, actividades que no son de servicio público falseando la compe-
tencia y dando lugar a un gran despilfarro en el gasto de las televisiones públicas. Otra cuestión
que debe ser objeto de análisis para reducir el déficit público.

Las Directivas de la Comisión han abierto la vía a la liberalización de los sectores de las
comunicaciones por satélite, mercados de terminales de comunicación, mercados de redes y de
EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO / JOSE BAREA TEJEIRO

servicios de comunicaciones electrónicas. Para que la libre competencia en el campo de los


transportes no sea falseada, es preciso no sólo aplicar las reglas de competencia, sino también
armonizar las condiciones de competencia entre los mercados de transporte y, en el interior de
un mismo modo de transporte, entre las empresas de diferentes Estados miembros. La separa-
ción contable entre las actividades de servicio público y las actividades comerciales fue impuesta
a las empresas de transporte y a las de radiodifusión. El marco dominante para las condiciones
de concurrencia entre los diferentes medios de transporte está constituido por las infraestructuras,
y la posibilidad de utilización por empresas competidoras, especialmente en el transporte ferro-
viario. Paulatinamente la Comunidad ha ido liberalizando los tres medios de transporte; la mayor
dificultad ha estado en el transporte ferroviario, obligando a la separación entre los propietarios de
la infraestructura y los operadores que pueden circular en competencia por la misma, previo pago
de un canon. Puede por tanto decirse que los monopolios públicos en el sector de los transpor-
tes han desaparecido, y las empresas públicas de interés general están sometidas a la compe-
tencia, al haber liberalizado los sectores de transporte aéreo, fluvial y ferroviario. En cuanto al
transporte de mercancías por carretera, está liberalizado por el Reglamento 881/1992; otro Re-
glamento del Consejo 684/1992 liberalizó la prestación de servicios de transporte internacional
de viajeros por carretera.

Las empresas públicas concurrenciales han de tener en el Mercado Único el objetivo de


producir bienes y servicios para el mercado, maximizando su beneficio. El sostenimiento de las
empresas públicas concurrenciales en el mercado tiene que implicar un cambio de actitud en
todos los agentes que se relacionen con la misma. Debe quedar muy claro que si los cambios de
actitudes de los propietarios (poderes públicos), prestamistas y trabajadores no se producen, las
empresas públicas pueden quebrar, ya que el Estado está actuando como empresario y no en el
ejercicio de facultades derivadas del poder público. 333

La conservación de las empresas públicas por el Estado no puede justificarse por ser
instrumento de política macroeconómica (estabilización de la demanda, concreción de la distri-
bución de la renta, lucha contra el paro, etc.) pues el «interés nacional» que dio lugar al estable-
cimiento de dicho objetivo ha sido sustituido por el «interés comunitario», constituyendo, el no
falseamiento de la competencia, uno de los objetivos principales de la Comunidad.

En las empresas públicas concurrenciales, el objetivo del propietario público sería que la
empresa obtuviera una rentabilidad de los fondos propios superior a la tasa que como accionista
requiere (coste de oportunidad). Esta tasa de rentabilidad es distinta para cada empresa, depen-
diendo del sector en que actúa y, por tanto, del riesgo que el mercado asigne al sector en que
opera la empresa

La empresa privada es, en general, más eficiente que la pública, no porque los hombres
sean diferentes ni porque sean más inteligentes o más egoístas, sino simplemente porque la
distribución de los derechos de propiedad no es la misma. El accionista, incluso de una empresa
muy grande, es propietario de un título identificable y libremente negociable que le motiva a
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

seguir de cerca la evolución de su valor mercantil. Pero el contribuyente no tiene nada de eso,
sólo tiene una propiedad «de principio» de los servicios empresariales públicos, de la cual no
puede ni siquiera capitalizar los beneficios de una buena gestión, si los hay.

De lo que llevamos expuesto se desprende que en el futuro el sector público empresarial


irá disminuyendo. Sin embargo, en la práctica, el sector empresarial de las Comunidades Autó-
nomas y de los Ayuntamientos ha continuado creciendo. Su razón se encuentra en la falta de
transparencia que impera en dichos sectores, considerando empresas públicas verdaderos ser-
vicios públicos administrativos, con la finalidad de encubrir déficit público. Se impone por tanto
una fuerte revisión del inventario de las entidades consideradas como empresas públicas por las
Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos para ver si reúnen las características exigidas por
el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales (SEC-95), así como un análisis de las
subvenciones otorgadas por el Estados, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos a
empresas públicas y privadas, por si constituyen falseamiento de la competencia al vulnerar el
Tratado de la Unión Europea.

3. El análisis de las políticas públicas en el marco del futuro del sector público

La era de la incertidumbre de Galbraith y Libertad de elegir de Milton Friedman, abordaban


el tema de las implicaciones públicas relacionadas con la elección económica de considerar el
mercado o el sector público como regulador principal de la actividad económica. Para Wolf la
discusión entre Galbraith y Friedman refleja la cuestión política fundamental a la que se enfrentan
334 los sistemas económicos modernos: ¿cuál es el papel adecuado del gobierno y del mercado en
el funcionamiento del sistema económico?

Una nueva disciplina de las Ciencias Sociales ha surgido con la finalidad de analizar las
políticas públicas, comparando, además, en el caso de los bienes preferentes de la protección
social, las ventajas y desventajas del mercado y del sector público, a la vez que efectúa el
estudio de los procesos de formación y ejecución de dichas políticas públicas.

4. Los fallos del mercado justifican la intervención pública

La intervención pública se produce por los fallos del mercado. Para conocer el éxito o el
fracaso del mercado se utilizan dos criterios: la eficiencia y la equidad distributiva. Para Wolf, los
resultados del mercado son eficientes si no pueden lograrse mayores beneficios con un mismo
nivel de costes; es decir, que la asignación de recursos es eficiente en sentido estático. La eficien-
cia dinámica se refiere a la capacidad de los mercados libres para promover una nueva tecnología
que reduzca los costes, mejorar la calidad del producto o crear productos nuevos y comercializables.
EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO / JOSE BAREA TEJEIRO

El criterio de equidad debe tener una gran importancia en la formulación de las políticas
públicas, y por ello Wolf lo incluye como uno más de los fallos del mercado, pues la intervención
pública en el campo de los tributos, de la educación, de la defensa y de la vivienda, los problemas
de la equidad distributiva es a veces inclusive más importante que los de la eficiencia, conside-
rando la distribución de la renta como una clase específica de bien público.

Existen cuatro clases de fallos del mercado que justifican la intervención pública: externalidades
y bienes públicos, rendimientos crecientes, imperfecciones del mercado y justicia distributiva.

Al elaborar las políticas públicas hay que tener en cuenta junto a las deficiencias del
mercado las deficiencias del sector público. Sobre esta cuestión Stiglitz cita las siguientes: a) la
relación fiduciaria del Gobierno impone serias limitaciones a la política de empleo; b) el sector
público padece también los problemas derivados de la información imperfecta y de la existencia
de mercados incompletos; c) el poder de redistribución inherente a los poderes coercitivos del
Gobierno, no sólo puede dar lugar a desigualdades, sino también a actividades de captación de
rentas; d) las limitaciones de los Gobiernos en ejercicio, para imponer objetivos programáticos
que obliguen a futuros Gobiernos, pueden provocar pérdidas económicas; e) las limitaciones
sobre la transferencia de los derechos de propiedad en el sector público imponen restricciones al
diseño de estructuras incentivadoras efectivas; y f) la falta de competencia dentro del sector
público atenúan los incentivos.

El análisis del proceso político a través del cual se aprueba una política pública determina-
da puede ser esclarecedor para conocer por qué el programa es como es y por qué las presiones
políticas influyen en unos programas más que en otros.
335
Las políticas públicas de protección social, de educación, de ayuda a empresas, públicas y
privadas, de infraestructuras, etc., deben ser sometidas al «test» de coherencia con los principios
de unidad de mercado de la Unión Europea. Se trata de un tema apasionante, que se encuentra en
sus principios, excepto en lo referente a las políticas de ayudas a empresas, donde se ha recorrido
ya un largo camino. El respeto a la unidad de mercado afecta a todas las políticas públicas, tanto
de la Administración Central como de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

5. Tres políticas públicas condicionan el futuro del sector público

Las pensiones, la sanidad y los servicios sociales son las tres políticas públicas que
condicionan el futuro del sector público en España. En la actualidad representa un alto porcenta-
je del total del gasto no financiero de las Administraciones Públicas y del PIB, y como en el futuro
el factor envejecimiento de la población crecerá de manera espectacular, las tres citadas políti-
cas públicas experimentarán una fuerte tasa de crecimiento, por la elevada incidencia que en las
mismas tiene el envejecimiento de la población.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En 1900, sobre una población de 18,6 millones de habitantes, las personas de 65 años y
más ascendían a 988 mil, el 5,3%; en el año 2000, con una población de 39,5 millones de
habitantes, las personas de 65 años y más ascendían a 6,7 millones, el 17%. Las personas
mayores aumentaron en el período 1900-2000 en 5,7 millones, lo que supone una tasa de creci-
miento medio acumulativo anual del 1,93%. Al llegar en la década del 2001 al 2010 los nacidos
durante los años de la Guerra Civil y siguientes (generaciones nacidas entre 1936 y 1945), que
tendrán por tanto 65 años y más, la población de dicho grupo sólo aumenta en medio millón, con
una tasa de crecimiento acumulativo anual del 0,69%, razón por la cual el reto demográfico no ha
sido un factor de desequilibrio importante del gasto de la protección social. En la década siguien-
te (2011-2020) la población de 65 años y más aumentará en 700 mil personas, por lo que la tasa
media de crecimiento anual pasa a ser del 0,95%, que ya supone un fuerte aumento sobre la
década anterior. A partir de aquí, el aumento de las personas de 65 años y más adquirirá un fuerte
ritmo, en la década 2021-2030, de un millón cuatrocientas mil personas (tasa acumulativa anual
del 1,64%), y en la década de los treinta el aumento es de otro millón y medio de personas (tasa
acumulativa anual del 1,95%).

6. Evaluación de las políticas públicas de pensiones, de sanidad y de servicios


sociales

Desde el punto de vista conceptual, el análisis de las políticas públicas comprende cuatro
fases: la elaboración, la evaluación ex-ante, la ejecución y la evaluación ex-post. Cuando la
política pública se implanta, es necesario efectuar la evaluación ex-post de la misma para cono-
336 cer si los resultados obtenidos, tanto desde el punto de vista de la eficiencia como de la equidad,
están conformes con los objetivos que se habían fijado.

Las técnicas de evaluación se realizan bien desde el punto de vista macro, bien desde el
lado micro. Desde el punto de vista macro, utilizan datos a nivel agregado con la finalidad de
conocer de forma global sus impactos sobre la economía. Para las políticas públicas de pensio-
nes, sanidad y de servicios sociales, vamos a efectuar una evaluación de cada una de ellas para
conocer su sostenibilidad futura. Dado el peso de tales políticas en las cuentas públicas, los
resultados que obtengamos pondrán de manifiesto la necesidad o no de reformar las mismas.

6.1. Evaluación de la política pública de pensiones contributivas

Dentro de las prestaciones de la protección social, las pensiones ocupan el lugar preferen-
te, absorbiendo más del 11% del PIB (26% del gasto no financiero de las Administraciones
Públicas); en 1900 sólo representaban el 0,6% del PIB (8,7% del gasto total). La OCDE estima
que en 2050 el gasto en pensiones ascenderá al 18% del PIB de dicho año.
EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO / JOSE BAREA TEJEIRO

El objetivo de un sistema de pensiones obligatorio y contributivo es distribuir la renta


personal dentro del ciclo vital de cada individuo, y no redistribuir la renta entre clases sociales o
entre generaciones. Sólo bajo el enfoque del ciclo vital puede entenderse la cuestión, ya que si
analizamos la incidencia redistributiva del programa de pensiones desde el punto de vista anual
nos resultaría difícil entender por qué pobres y ricos son gravados ambos con un impuesto sobre
la nómina de carácter regresivo para proporcionar prestaciones tanto a pobres como a ricos.

Partiendo de esta base, el profesor Segura1 opina que:

«la salud financiera de dicho sistema hay que entenderla en el sentido de que se generen pensiones
individuales equivalentes a las que podrían obtenerse con un sistema de capitalización al que se hubieran
aportado las cuotas realmente pagadas durante el tiempo efectivo de cotización».

Dentro del marco conceptual del ciclo vital de cada individuo, el profesor Monasterio2
considera que:

«el programa de pensiones de jubilación profesional y contributivo, pretende alcanzar una mejor asigna-
ción de la renta entre consumo presente y consumo futuro, a lo largo del ciclo vital de un mismo individuo».

En el sistema contributivo nos encontraríamos por tanto dentro del campo de la asigna-
ción de recursos. Sin embargo, al organizarse el sistema contributivo por el método de reparto,
por su propia concepción se produce una redistribución intergeneracional de la renta, a la que se
añade una redistribución intrageneracional horizontal o vertical, cuando se introducen en el siste-
ma criterios de solidaridad.
337
Podemos decir que son tres los retos que el sistema público de pensiones tendrá que
afrontar en el futuro: el demográfico, el de equidad y el de la tentación de los políticos de utilizar
el sistema como instrumento para captar votos. El primero ya lo hemos analizado, pasamos a
los dos siguientes:

Tan preocupante como las consecuencias del reto demográfico son las que se derivan de
la fuerte incidencia que la falta de equidad (proporcionalidad) tiene sobre el gasto en pensiones al
haberse utilizado el sistema como un instrumento de redistribución de la renta y no como lo que
es: un instrumento para distribuir la renta de un individuo entre consumo y ahorro en el ciclo vital
de esa persona.

El sistema de pensiones contributivas español adolece de una falta absoluta de propor-


cionalidad, como lo demuestran las diferentes tasas de retorno obtenidas según los años de
cotización; con 35 años el 4,4; con 25 años el 5,4; y con 15 años el 7,8. Otra muestra de esa

1
Segura (1995).
2
Monasterio et al. (1996).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

falta de equidad nos la dan las tasas de sustitución entre el último salario de activo y el importe
de la pensión del primer año, que son actualmente en el Régimen General del 91,9% con 35 años
cotizados; del 73,6% a los 25 años; y del 45,8% con 15 años, las tasas más altas de la Unión
Europea3.

La introducción del principio de solidaridad en el sistema de pensiones contributivas ha


llevado a éste a una situación extremadamente difícil, como lo prueba el hecho de que en 1997
del importe total del gasto en pensiones, el 34,6% correspondía a revalorizaciones derivadas de
la inflación, el 8,2% a complementos para que la pensión alcance un mínimo, y sólo el 57,2% a
la pensión inicial, que es la que con criterios de proporcionalidad haría sostenible el sistema.

La falta de equidad y el desequilibrio demográfico han originado una deuda implícita de las
pensiones en vigor en 1995 del 109% del PIB que, unido a la deuda invisible en la terminología del
FMI derivada de los derechos de los cotizantes de dicho año, que asciende al 108% del PIB,
resulta un montante del 215% del PIB, más de tres veces el importe de la deuda pública explícita
de las Administraciones Públicas de dicho año. Este montante global está sujeto para años
sucesivos al proceso dinámico que se deriva del crecimiento del número de pensionistas, pen-
siones medias y cotizaciones, y al no reflejarse en las cuentas públicas, encubre la verdadera
dimensión del esfuerzo que es preciso realizar para conseguir la consolidación fiscal4. La OCDE
prevé que las pensiones ganarán en 2050 seis puntos de participación en el PIB.

La falta de proporcionalidad conduce a la paradoja de que si bien a corto plazo el aumento


de cotizantes resuelve el problema de hacer caja para atender el pago de las pensiones, a largo
plazo hace aumentar el desequilibrio del sistema, pagando una deuda con los cotizantes jubila-
338 dos a cambio de contraer una deuda mayor para el futuro con los cotizantes en activo. La
consecuencia es la fuerte deuda implícita e invisible de la Seguridad Social de la que hemos
hecho mención.

Existiendo ocho millones de pensionistas, puede darse en los políticos la tentación de


establecer un mecanismo de intercambio de votos por aumento de pensiones, como ya ha
sucedido.

6.3. Evaluación de la política pública de sanidad

El modelo de provisión y producción pública utilizado en España para el suministro de la


sanidad ha dado lugar a crecimientos importantes del gasto sanitario. En la década de los 70,
con un crecimiento del PIB en valores constantes del 7,5 por 100, el gasto en sanidad creció al
10 por 100 en pesetas constantes, con una elasticidad del 1,3 en el período 1980-95 el gasto

3
Barea (1999).
4
Barea (1995).
EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO / JOSE BAREA TEJEIRO

sanitario en pesetas constantes creció al 4,2; cuando al PIB sólo aumentó el 2,4% en términos
reales, con una elasticidad del 1,3. El Consejo de Política Fiscal y Financiera anunció que para
el período 1994-97 el gasto en sanidad crecería como el PIB nominal, previéndose un crecimiento
en términos reales del 2,6% a consecuencia de que, al haberse implantado la universalización de
la prestación sanitaria, el aumento de la tasa de cobertura sería cero, y la tasa de crecimiento de
la prestación real media se mantendría (2%). Se esperaba que la elasticidad con respecto al PIB
fuera la unidad, de conformidad con el Acuerdo de la Comisión de Política Fiscal y Financiera.

Aunque es bien cierto que la ampliación de la cobertura ha tenido una influencia en el


crecimiento del gasto sanitario en el período analizado, no es menos cierto que la prestación real
media (factor residual, que comprende la calidad del servicio, nuevas tecnologías, crecimiento de
los salarios en términos reales, crecimiento del número de médicos y enfermeras, etc.) ha au-
mentado más que el PIB por habitante. De todos los factores que impulsan el crecimiento del
gasto sanitario (tasa de crecimiento de los precios de los servicios sanitarios, demografía, tasa
de cobertura y prestación real media), ésta última cae dentro del control de la Administración; la
tasa de cobertura desde el momento que la sanidad ha efectuado la elección de una prestación
pública ha tenido que irse ampliando. La estructura demográfica tiene una fuerte incidencia en el
gasto sanitario, pues una persona de 65 años y más consume entre 3 y 5 veces más sanidad
que una menor de 65 años. Por tanto, aun cuando la población total no aumente, el solo hecho
de su envejecimiento dará lugar a un incremento del gasto. La OCDE estima que en 2050 el
gasto en sanidad ganará tres puntos de participación en el PIB.

6.4. Evaluación de la política pública en servicios sociales 339

La asignación de recursos a la función servicios sociales ha sido en España más bien


escasa; según EUROSTAT, España gastaba muy poco en dichos servicios, y en mi trabajo para
la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas «Los efectos económicos del envejecimien-
to», publicado en Papeles y Memorias de la citada Academia (número V, junio de 1999), decía
que la función exclusión social que recoge ayudas a indigentes, prestaciones por infortunio
familiar y servicios sociales diversos, aparecía con un gasto total en 1997 de 130 mil millones de
pesetas, son prestadas a personas de 65 años y más, que representaba el 0,8% del gasto total
en prestaciones de protección social, que subía en 2021 a 165 mil millones en pesetas de 1997,
el 0,9% del gasto total previsto, y a 225 mil millones de pesetas de 1997, el 1,1% del gasto total
previsto para 2050. El fuerte envejecimiento de la población es la causa de que los servicios
sociales aparecen con un aumento del 73% en el período 1997-2050, aunque el gasto por perso-
na sea muy bajo.

La Ley de Dependencia recientemente aprobada dará lugar a una fuerte subida del gasto
de asistencia social en el futuro, si bien, como dicha función es competencia de las Comunida-
des Autónomas, poco se ha notado el incremento ya que alegan que no le ha sido aumentado por
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

el Estado la dotación para hacer frente a las nuevas obligaciones que le impone la Ley. Sin
embargo, creo que cuando la grave crisis que está pasando la economía española mejore y se
apruebe la nueva Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas, el gasto experimentará
una fuerte subida. Es posible que en 2050 el gasto público en servicios sociales duplique su
participación en el PIB, ganando por tanto 1,5 puntos.

7. Reformas para hacer sostenibles las política de protección social


analizadas

La OCDE ha estimado que el gasto público de la protección social correspondiente a las


políticas públicas que hemos analizado, ganará hasta el 2050 diez puntos de participación en el
PIB, lo que tendría un efecto grave y no sostenible en la estabilidad presupuestaria. La necesidad
de reformar dichas políticas de protección social evaluadas es evidente, pasamos a proponer las
que consideramos necesarias para hacerlas sostenibles.

7.1. Reformas en el sistema de pensiones públicas contributivas

La OCDE estima que en 2050 las pensiones habrán ganado 6 puntos de participación en
el PIB. Por ello son necesarias las reformas que a continuación se enumeran.

340 • A la falta de equidad.

- Calcular la base reguladora de las pensiones en función de todo el período contributivo.

- Todos los Regímenes de Seguridad Social deben tener la misma presión contributiva.

- El porcentaje que ha de aplicarse a la base reguladora para calcular la pensión será


proporcional al número de años cotizados.

- Para que exista equidad (proporcionalidad) las tasas de sustitución serían del 62,8%
para los que trabajan 35 años, del 43,2% con 25 años y del 24,8% con 15 años, lo
que supone reducir las actuales pensiones en un tercio5.

• Al reto demográfico.

- Los desequilibrios financieros originados por desequilibrios demográficos sólo tie-


nen solución prolongando la vida activa a los 70 años.

5
Barea (1999).
EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO / JOSE BAREA TEJEIRO

• A la tentación de los políticos.

- Es muy difícil establecer en un régimen de pensiones públicas de reparto mecanismos


que cierren todos los circuitos que los políticos pueden emplear para utilizar las pensio-
nes como un instrumento de captación de votos como la experiencia ha demostrado.

- Pasar a un sistema de capitalización es imposible, pues sólo por tal hecho origina-
ría un déficit público en el primer año superior al 11% del PIB.

7.2. Reformas en la política pública de sanidad

Para contener el fuerte crecimiento del gasto sanitario, propongo la implantación de un


mercado competitivo de la sanidad entre centros públicos y privados, con exigencia de acredita-
ción para estos últimos, con libertad de elección de los asegurados. Tal hecho forzaría a los
centros sanitarios públicos (hospitales, centros de salud, consultorios y ambulatorios) a adoptar
una organización adecuada y sistemas de gestión empresariales y no burocráticos, como los
que hoy día existen, ya que han de ser eficientes para poder competir con el sector privado y no
ser expulsados del mercado.

La gestión eficiente de los factores de producción y del proceso productivo constituyen en


el hospital, como en cualquier empresa, el condicionante básico para permanecer en el merca-
do. Para que tal objetivo pueda conseguirse, es necesario que el hospital pueda funcionar como
una empresa, lo que puede ser factible reconociendo al hospital personalidad jurídica propia,
sometiendo su actividad al ordenamiento jurídico privado y delegando en él las atribuciones 341
necesarias para tener autonomía en su gestión.

La función de producir el servicio de asistencia sanitaria por los hospitales públicos no


constituye una función pública propiamente dicha, en el sentido de función normativa de gobier-
no, ya que el mercado puede dar respuesta a esta necesidad, aunque la provisión sea pública.
Más bien debe entenderse como un proceso técnico económico, que no debe verse constreñido
por ningún condicionante de la Administración.

El marco jurídico propuesto para que el hospital funcione como una empresa hará posible
la solución de los problemas, siempre que se adopten las oportunas medidas de gestión, y
corresponde principalmente a los equipos directivos de los hospitales cambiar la mentalidad
burocrática y formalista de la gestión actualmente imperante, por una mentalidad empresarial,
introduciendo el espíritu de iniciativa y la generalización de las preocupaciones de su eficiencia.
Y un acicate fuerte para ello sería la creación por la Administración sanitaria de un mercado
regulado competitivo entre agentes públicos y privados, en el cual los costes y calidad del servi-
cio constituirían los desafíos principales para los hospitales públicos. Los ciudadanos tendrían la
facultad de elección entre centros públicos o privados.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

7.3. Reformas en la política pública de servicios sociales

EUROSTAT, en el Sistema Europeo de Estadísticas Integradas de Protección Social (Ma-


nual SEEPROS) considera como gastos de asistencia social los de asistencia en asilos de
ancianos y residencias para jubilados, asistencia en domicilio, las ayudas a favor de indigentes
y los efectuados en el marco de asistencia de lucha contra la pobreza. Las pensiones aparecen
totalmente diferenciadas de las prestaciones de asistencia social, comprendiendo los pagos
destinados a mantener la renta del beneficiario después del relevo de un empleo remunerado por
causa de edad, asegurar la renta de personas de edad, mantener o complementar la renta de
personas afectadas por una invalidez.

Por tanto, los servicios sociales deben ser considerados, no como una prestación de
carácter universal a favor de todos los ciudadanos (como es la asistencia sanitaria), sino exclu-
sivamente en favor de personas que reúnen determinadas condiciones, siendo el nivel de renta
uno de los principales indicadores.

Dado que en el futuro las personas mayores, que son las principales beneficiarias de esta
prestación, como hemos señalado con anterioridad, tendrán un aumento acelerado, y en las
sociedades desarrolladas las bolsas de pobreza se da con bastante frecuencia, el gasto en
servicios sociales aumentará de manera considerable. En España, las Comunidades Autónomas
tienen competencia en esta materia, produciéndose diferencias sensibles en las prestaciones
concedidas, ya que dependen de los ingresos que obtiene que a su vez son función de la riqueza
de cada comunidad. Es una cuestión difícil de corregir ya que la competencia ha sido transferida
a cada Comunidad. Lo que sí existe certeza es que este gasto aumentará fuertemente, duplicán-
342 dose su participación en el PIB.

8. Bibliografía

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EL FUTURO DEL SECTOR PÚBLICO / JOSE BAREA TEJEIRO

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• WOLF (1995). Mercados o Gobierno. Instituto de Estudios Fiscales (IEF).


EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
Rafael Puyol Antolín
Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
El análisis del futuro demográfico español utiliza los datos, In our analysis of the future demographics of Spain we use
tanto de las proyecciones del INE a corto plazo (2008-2018) both the short (2008-2018) and long-term (2002-2060) forecasts
como de las realizaciones a largo plazo (2002-2060). of the Spain's National Institute of Statistics (INE). The analysis
El trabajo se divide en dos grandes apartados. En el inicial se is divided into two main parts:
hace la presentación de los resultados de la proyección a corto; The first part presents the results of short-term forecasts.
primero los datos generales y después los referidos a las We present the general results, followed by results related
Comunidades Autónomas. En el segundo se incluye el análisis a specifically to Spain's autonomous regions. The second part
largo, en este caso sólo con las cifras referidas al conjunto del país. comprises the long-term analysis, and is based on general
De los datos se deduce que la población va a seguir figures for the entire country.
creciendo hasta 49 millones en 2018 y hasta 53 en 2050. Este This information leads us to deduce that Spain's population
crecimiento es debido inicialmente a un saldo migratorio positivo is set to grow to 49 million people by 2018, and to 53 million by
y a un crecimiento natural también positivo. Después sólo al 2050. At the beginning this increase will be the result of positive
balance migratorio favorable ya que el crecimiento natural es numbers in terms of immigration and the birth rate of the Spanish
negativo. population. After that, this increase will be due to positive
El crecimiento positivo, que lo será también en 14 de las 17 immigration numbers only because the birth rate will be negative.
Comunidades, estaría acompañado por un envejecimiento This increase will also provide a positive balance in 14 of
positivo de la población que tendría hondas repercusiones en la Spain's 17 autonomous regions, but will be accompanied by an
configuración de nuestra economía y de nuestra sociedad. increasingly aging population, which will have deep repercussions
on the structure of Spain's economy and society.

1. Introducción
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

345
Una proyección de población constituye una previsión de su posible evolución futura. La
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

previsión trata de conocer o conjeturar lo que ha de suceder, en este caso en materia demográ-
fica, con todos los riesgos que supone anunciar el futuro.

Las proyecciones de población no suelen verificarse casi nunca en los términos exactos
de la previsión. Son tan sólo una aproximación a una realidad cambiante que, sin embargo,
tienen una gran utilidad para prever las necesidades futuras en ámbitos que tienen una funda-
mental componente demográfica. ¿Cómo podemos calcular las demandas de formación, salud,
otros consumos de bienes o servicios si desconocemos el volumen y las características de sus
usuarios?
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

Descartada, por obvia, su utilidad, veamos en qué consiste una proyección demográfica.

El método más utilizado es el llamado de los componentes, a través del cual se calculan
los volúmenes poblacionales desagregados por sexo y edad. A partir de los efectivos observados
en un momento concreto del tiempo se evalúa la población futura de la siguiente forma:
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

a) Se estudian los supervivientes de las distintas generaciones a partir de las tasas de


movilidad.

b) Se calcula la incorporación de nuevas personas debida a la fecundidad y los nacimien-


tos de las madres.

c) Se establece el balance de las migraciones, es decir, la evolución de la emigración y la


inmigración en el territorio analizado durante el periodo de la proyección.

Hay que partir de una población desagregada por edades y sexos a la que se denomina
población de partida o población de base. Después hay que establecer hipótesis sobre la evolu-
ción de los tres componentes que permitan calcular la cuantía y la estructura demográfica en
otro momento posterior.

La población de partida suele ser la correspondiente al último Censo o a una estimación


posterior realizada sobre los resultados de dicho Censo. Los nacidos y fallecidos se obtienen de
las cifras del Registro Civil recogidas en la estadística del Movimiento Natural de la Población, y
los datos de la migración de la Estadística de Variaciones Residenciales o los Padrones.

Después viene lo más complicado de la operación, que es la formulación de hipótesis


sobre cómo van a evolucionar los fenómenos demográficos considerados. Quizás el más simple
es la mortalidad. Sabemos que la esperanza de vida va a crecer, pero que la mortalidad bruta
aumentará debido al envejecimiento de la población. No se esperan catástrofes que disparen las
defunciones, ni involuciones en la esperanza de vida como las que sufrieron en el pasado cerca-
346 no los países del Este de Europa o como los experimentados por otros territorios de África
subsahariana debido a la pandemia del SIDA.

La marcha de los otros dos componentes resulta más difícil de predecir. Desde los años
50 la fecundidad y la natalidad han experimentado una evolución que se puede fragmentar en
cuatro grandes fases: la primera entre 1957 y 1977, corresponde al periodo de máxima natalidad
conocido como el baby boom español. Los nacimientos se sitúan en algunos años por encima
de los 600.000 y alcanzarían un récord histórico en 1976 con 677.000 nacidos. La segunda
corresponde a los años 1977 a 1998. El número de nacimientos disminuyó hasta alcanzar en
1998 los 365.193. La tercera supone una nueva recuperación de la natalidad gracias a los alum-
bramientos de madres extranjeras. Esta fase se ha prolongado hasta 2008 en el que los naci-
mientos han superado los 500.000 niños (518.967). Y todo parece indicar que la cuarta (por el
momento) se iniciará a partir del 2009 con una nueva caída que nos llevará, al menos durante un
tiempo, a cifras progresivamente decrecientes.

Y todavía más complicado es pronosticar la evolución de la inmigración. En los últimos


años ha sido el componente básico de nuestro crecimiento demográfico, pero la crisis está
provocando ahora una disminución de las entradas y un ligero repunte de las salidas. No es fácil
EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA / RAFAEL PUYOL ANTOLÍN

saber hasta cuándo se va a mantener la situación derivada de la recisión económica y sus


consecuencias negativas sobre la inmigración, pero es seguro que cuando escampe el temporal,
nuestro mercado laboral va a necesitar más inmigrantes. Partiendo de esta base, enseguida
veremos las hipótesis establecidas para estimarla.

2. Los dos tipos de proyecciones

Partiendo de una determinada población de salida y estableciendo unas ciertas hipótesis


sobre cada uno de los componentes mencionados, cualquiera puede dejar volar su imaginación
y establecer sus propias proyecciones.

Yo no lo haré aquí por innecesario. Para el estudio de la población española disponemos


de los cálculos realizados por el INE que ha establecido dos tipos de proyección. El primero son
las proyecciones de población a largo plazo (entre 50 y 80 años de horizonte temporal) que
pretende definir los grandes cambios demográficos estructurales. Dado que estas tendencias no
cambian con rapidez, las proyecciones de tiempo largo se actualizan en periodos de tiempo
comprendidos entre 3 y 6 años. Son proyecciones de luces largas que a veces no recogen bien
la evolución de la coyuntura, por lo que al cabo de algunos años pierden vigencia.

En cambio, las proyecciones a corto plazo incorporan metodologías capaces de tener en


cuenta la evolución reciente de los factores económicos y sociales bajo los que se produce la
evolución de la población. Su horizonte temporal no supera los 10 años.
347
El INE ha realizado los dos tipos de proyecciones para nuestro país. La última de ciclo
largo abarca el periodo 2002-2060 para los resultados nacionales y el periodo 2002-2017 para los
resultados por comunidades autónomas y provincias. Su publicación se hizo en el mes de mayo
de 2005.

Se pretende que las proyecciones de población de corto plazo tengan una periodicidad
anual. La primera y última alcanza el periodo 2008-2018 y se publicó el 21 de enero de 2009.

Para mi análisis del futuro demográfico español utilizaré los datos de ambas proyeccio-
nes. Pretende fundamentalmente presentar los resultados y no tanto examinar las hipótesis
sobre las que dichos resultados se fundamentan, si bien una referencia a aquéllas será, en
algunos casos, inevitable.

Dividiré mi exposición en dos grandes apartados. En el inicial hago la presentación de la


proyección a corto plazo, primero los datos generales y después los referidos a las comunidades
autónomas. Y en el segundo incluyo las cifras de la proyección a largo plazo, en este caso sólo
las referidas al conjunto del país, debido a los condicionamientos de dicha proyección.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2.1. La proyección a corto plazo

El primer rasgo a destacar de la proyección a corto es la desaceleración de la tasa de


crecimiento que pasará del 1,8% anual registrado en 2007 a un 0,7% en 2018. Este retroceso se
traducirá en una disminución del crecimiento absoluto desde las casi 700.000 personas de 2003
a poco más de la mitad en el 2018. El crecimiento medio del periodo 2008-2018 será de unas
380.000 personas. A pesar de ello la población en el horizonte de la proyección será mayor que
la actual 846,6 millones (según el Padrón de 1 de enero de 2009) y superará los 49 millones
(Tabla 1).

Esta evolución obedece al juego combinado del crecimiento natural y del balance migrato-
rio, muy especialmente de este último.

La proyección prevé que los nacimientos (Tabla 2) alcanzarán un máximo en 2009 con una
cifra superior a los 500.000. Probablemente no será así y el máximo corresponda al 2008 con un
número de nacidos (muchos de ellos concebidos en 2007) que ciertamente han superado el
medio millón (518.967 según los datos provisionales del INE). Las atareadas cigüeñas, afecta-
das también por la crisis, se van a tomar un descanso forzoso.

Tabla 1. Crecimiento de la población en españa

Población residente Crecimiento poblacional


Años a 1 de enero Absoluto Relativo (%)

2002 40.964.244
348 2003 41.663.702 699.458 1,71
2004 42.345.342 681.640 1,64
2005 43.038.035 692.693 1,64
2006 43.758.250 720.215 1,67
2007 44.474.631 716.381 1,64
2008 45.283.259 808.628 1,82
2009 45.865.740 582.481 1,29
2010 46.256.319 390.579 0,85
2011 46.597.205 340.886 0,74
2012 46.949.657 352.453 0,76
2013 47.306.907 357.250 0,76
2014 47.664.946 358.039 0,76
2015 48.021.707 356.761 0,75
2016 48.376.828 355.121 0,74
2017 48.730.588 353.760 0,73
2008 49.084.332 353.744 0,73

Fuente: 2002-2008, Estimaciones de la Población Actual; 2009-2018, Proyección de Población a Corto Plazo.
EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA / RAFAEL PUYOL ANTOLÍN

Los retoños de los próximos años se reducirán (Tabla 2) porque las madres extranjeras,
las artífices de la recuperación reciente de la natalidad, ni seguirán creciendo por la caída de la
inmigración, ni, las que están aquí, tendrán los mismos comportamientos que en el pasado ante
una situación económica desfavorable. Las mujeres españolas tendrán también menos hijos, no
sólo por la repercusión negativa de la crisis sino por la entrada en las edades más fecundas de
generaciones más reducidas de mujeres. Y ello a pesar de que se estima que el índice sintético
de fecundidad (número medio de hijos por mujer) puede estabilizarse o incluso crecer algo. La
proyección calcula un índice de 1,46 para 2017, que es el valor provisional que los datos reales
dan para 2008.

En las previsiones de la mortalidad siempre hay una buena y una mala noticia. La buena,
en la que se fundamentan las hipótesis adoptadas, es que seguirá creciendo la esperanza de
vida, aunque ya lentamente porque los valores están muy altos. En esta proyección este indica-
dor se incrementará en casi 2 años en los hombres y en año y medio en las mujeres. La mala es
que las defunciones mantendrán su aumento como consecuencia del progresivo envejecimiento.
Un crecimiento que será moderado y que elevará los fallecidos de los 370.000 de 2002 a 420.000
en 2017 (Tabla 2).

El crecimiento vegetativo será siempre positivo, pero con dos etapas con intensidades
bien diferenciadas (Tabla 2).

Tabla 2. Crecimiento vegetativo de la población de España

Años Nacimientos Defunciones Crecimiento vegetativo


349
2002 418.846 368.618 50.228
2003 441.881 384.828 57.053
2004 454.591 371.934 82.657
2005 466.371 387.355 79.016
2006 482.957 371.478 111.479
2007 491.183 384.442 106.741
2008 498.416 376.194 122.222
2009 500.372 381.187 119.185
2010 498.897 385.824 113.072
2011 495.684 390.893 104.791
2012 491.325 395.764 95.560
2013 485.937 400.723 85.214
2014 479.756 405.758 73.998
2015 473.103 410.487 62.616
2016 466.341 415.230 51.111
2017 459.830 419.615 40.215

Fuente: 2002-2006, Estadísticas de Movimiento Natural de Población; 2007, resultados provisionales de la


Estadística de Movimiento Natural de la Población; 2008-2017, Proyección de Población a Corto Plazo.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

De 2002 a 2008 tendrá un ritmo progresivamente creciente. Desde 2009 la caída de la


fecundidad y el aumento de la mortalidad disminuirán de manera continuada e intensa ese ritmo.
En el año 2017 España volverá a las andadas de un crecimiento moderado, con un saldo favora-
ble de tan sólo 40.000 personas. La inmigración ha sido el factor decisivo del crecimiento demo-
gráfico de los últimos años, no sólo por la simple entrada de extranjeros, sino también como
acabamos de ver, por la contribución de sus mujeres a la natalidad. Entre los años 2002 y 2007
los inmigrantes representan entre el 84 y el 93% del crecimiento demográfico de cada año, y si
su contribución al censo fue fundamental no fue menos decisiva su aportación al mercado de
trabajo durante la fase expansionista de la economía.

Pero ha llegado la época de las vacas flacas. La crisis económica está reduciendo la
entrada de legales e irregulares y alentando algunas salidas que, por el momento, se mueven en
cifras contenidas (el Plan de Retorno Voluntario alentado por el Gobierno ha supuesto hasta junio
de 2009 la vuelta de unas 4.000 personas).

Las hipótesis de migración manejadas en esta proyección por el INE suponen un intenso
retroceso inicial y después un lento, pero sostenido, crecimiento hasta el final de la proyección
(Tabla 3).

Los 958.000 inmigrantes de 2007 se reducirán a menos de la mitad en 2010. Después irán
creciendo lentamente hasta alcanzar el medio millón en el 2017. Evidentemente la recuperación
pasa por una salida de las crisis a corto plazo que volvería a poner de manifiesto las insuficien-
cias de la mano de obra nativa para aportar las necesidades de nuestro mercado laboral.

350 Supuesta una edad media de entrada al trabajo de 20 años, las generaciones reducidas de
la época del post baby-boom, harán imprescindible el recurso de nuevo a la mano de obra extran-
jera que por lo tanto volverá a crecer aunque no con la intensidad y el ritmo de la etapa anterior a la
crisis. Si las hipótesis del INE son correctas, la entrada de inmigrantes en el periodo 2008-2017
será algo menor a 5 millones y el saldo migratorio estará por debajo de los 3 millones (Gráfico 1).

Tabla 3. Hipótesis proyectada de migración exterior de españa

Años Inmigrantes Emigrantes Saldo migratorio


2008 739.875 279.616 460.259
2009 516.000 244.607 271.394
2010 442.755 214.942 227.813
2011 445.698 198.036 247.662
2012 450.385 188.696 261.689
2013 456.818 183.993 272.825
2014 464.996 182.232 282.763
2015 474.919 182.414 292.505
2016 486.587 183.938 302.649
2017 500.000 186.470 313.530

Fuente: Proyección de Población a Corto Plazo.


EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA / RAFAEL PUYOL ANTOLÍN

Con ser importante el volumen demográfico no lo es todo. A muchos efectos es más


decisiva la composición por edades. De acuerdo con los parámetros de la proyección aumentará
la población joven, disminuirá la adulta y crecerá más significativamente la vieja, particularmente
la de más de 80 años. Ésta es, sin duda la nota distintiva de la evolución de nuestra composición
por edades: el progresivo envejecimiento demográfico que va haciendo cada vez más vieja a la
población vieja, a costa, sobre todo de los adultos, sometidos ellos mismos a un proceso de
envejecimiento (Tabla 4).

Gráfico 1. Inmigrantes exteriores anuales de España.


Valores observados para 2002-2007 e hipótesis para 2008-2017

351
Fuente: INE (21 de enero de 2009).

Tabla 4. Evolución de la composición por edades

2008 2018
Grupo de edad TOTAL % TOTAL %

0-15 7.055.787 15,58 7.976.747 16,25


16-64 30.707.164 67,83 32.145.197 65,50
65-79 5.438.353 12,00 6.122.211 12,47
80 y más 2.081.955 4,59 2.840.077 5,78
TOTAL 45.283.259 100,00 49.084.232 100,00

Fuente: INE.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 2. Pirámide de población (años 2008 y 2018)

Tabla 5. Evolución de la población por comunidades autónomas

Comunidad Aut. 2008 2018 Aumento/dis. %

Andalucía 8.046.131 8.835.827 789.696 9,81


Aragón 1.297.581 1.408.826 111.245 8,57
Asturias 1.059.136 1.041.636 -17.500 -1,65
352 Baleares 1.045.008 1.210.870 165.862 15,87
Canarias 2.041.468 2.274.235 232.767 11,44
Cantabria 570.613 606.195 35.582 6,23
Castilla y León 2.501.860 2.532.241 30.381 1,21
Castilla La Mancha 1.977.596 2.324.240 346.644 17,52
Cataluña 7.238.051 7.759.361 521.310 7,20
Comunidad Valenciana 4.892.475 5.596.332 703.857 14,38
Extremadura 1.078.908 1.090.635 11.727 1,08
Galicia 2.735.078 2.701.145 -33.933 -1,24
Madrid 6.189.297 6.806.799 617.502 9,97
Murcia 1.411.623 1.646.473 234.850 16,63
Navarra 606.234 661.271 55.037 9,07
País Vasco 2.138.739 2.110.705 -28.034 -1,31
Rioja 311.773 339.583 27.810 8,91
Ceuta 71.989 72.556 567 0,79
Melilla 69.699 65.400 -4.299 -6,16
TOTAL 45.283.259 49.084.330 3.801.071 8,40

Fuente: INE.
EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA / RAFAEL PUYOL ANTOLÍN

La comparación de las pirámides de inicio y final de la proyección (Gráfico 2) ilustra la


evolución.

La pirámide de 2018 tiene una base más estrecha como consecuencia de la previsible
disminución del número de nacimientos. El aumento observado de los efectivos de menos de 15
es debido sobre todo a un volumen superior de población en torno a los 10 años que recoge los
nacimientos de los años 2007-2008.

La pirámide acumula sus mayores efectivos en torno a los 40 años mientras que la pirámide
de 2008 lo hace a los 30 años. Son las últimas generaciones del baby-boom a las que se suman
los inmigrantes que se concentran en las edades adultas jóvenes. La mayor longitud de los tramos
superiores sobre todo a partir de los 80 años, significa el señalado envejecimiento de la vejez.

La proyección incluye también el reparto territorial de los habitantes (Tabla 5).

Según las hipótesis elaboradas sobre los datos de partida, las comunidades con un creci-
miento relativo más intenso son Castilla La Mancha, Murcia, las Islas Baleares y la Comunidad
Valenciana. Así pues, la España insular (ya que Canarias tiene también una tasa alta de creci-
miento), Levante y la Centro-Sur son las áreas demográficamente más expansivas. En cambio,
Asturias, el País Vasco y Galicia (también Melilla) estarán en números rojos. En estas tres
comunidades y las de Aragón, Castilla y León, Cantabria y Extremadura, los fallecimientos van a
superar a los nacimientos. En las cuatro últimas la inmigración convierte en positivo el crecimien-
to interno negativo; en cambio, en las tres primeras, la llegada de personas de fuera (nacionales
o extranjeros) no compensa las escaseces de un balance natural desfavorable.
353
Los crecimientos reales mas fuertes corresponderán a los espacios ya actualmente más
poblados, es decir la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valencia, Andalucía y Cataluña.

2.2. Las proyecciones a largo plazo

La última proyección del INE a largo plazo se ha calculado a partir del Censo de 2001 y
tiene como horizonte el año 2060 para el total nacional.

Siguiendo el esquema de mi exposición previa haré el análisis de esta proyección presen-


tando sucesivamente la evolución del crecimiento, el estudio de sus componentes y la estructura
por edades.

A los efectos de enlazar con la proyección a corto plazo iniciaré la presentación en el 2025
y acabaré en el 2060 con la inclusión de las cifras de los años acabados en «0».
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Esta proyección se basa en hipótesis diferentes de las utilizadas en la proyección a corto,


por lo que sus datos no son estrictamente comparables. Además, la proyección larga no incluye
datos desagregados por Comunidades más allá de 2017. He preferido utilizar para este análisis
territorial los resultados ya comentados de la proyección a corto (2017) por lo que no incluiré aquí
los que ofrece la proyección larga.

La proyección incluye dos escenarios, uno más optimista (escenario 1) y otro más conte-
nido (escenario 2) que obedecen fundamentalmente a las dos hipótesis establecidas sobre la
evolución de las entradas netas de los extranjeros en España.

A los efectos de no hacer una exposición excesivamente complicada utilizaré tan sólo los
datos del escenario 1 por entender que pueden responder mejor a la evolución previsible.

Durante el periodo analizado, la población española va a seguir creciendo hasta el año


2050 (desde 2040 más lentamente) para reducirse después paulatinamente hasta 2060 (Tabla 6).

Si las cosas suceden de forma parecida a mediados de este siglo habrá más de 53
millones de personas viviendo en España. Las hipótesis establecidas en este escenario sobre la
mortalidad y natalidad son muy sencillas. En el conjunto de la proyección se prevé un ascenso
de la esperanza de vida masculina al nacer de 77 años (2002) a 81 años ( 2031), fecha a partir
de la cual se estabilizan en esa edad. Las mujeres que parten de 83, alcanzan 87, estabilizándose
también después en esa edad. Evidentemente, caben otras posibilidades si algunos de los des-
cubrimientos científicos en evolución obtienen los resultados deseados en términos de conserva-
ción de vidas humanas. Pero no resulta fácil saber cuándo se van a producir, ni cuáles van a ser
354 sus efectos sobre la mortalidad. De ahí que aunque sean provisionales y revisables estas hipóte-
sis sobre la mortalidad son, en principio, aceptables.

Lo que es seguro es que el número total de defunciones va a crecer debido a la intensifica-


ción del envejecimiento (Tabla 7).

La hipótesis sobre el número medio de hijos por mujer que parten de 1,26 en 2002 se
estabilizan a partir de 2031 en un índice de fecundidad de 1,53. El total de nacimientos que
según esta proyección sube entre 2002-2011 y baja después hasta 2026, experimenta después
una nueva subida y otra bajada. Una nueva subida hasta comienzos de los años 40 (cohortes
más reducidas de la caída posterior al 2010). Con todo los ascensos y las disminuciones no son
muy intensas. El factor que manda en el crecimiento vegetativo son las defunciones, cuyo creci-
miento, implacable e irreversible, propicia las cifras negativas durante todo el periodo.

Si al menos hasta el 2050 la población crece ello es debido al papel compensador de las
entradas netas del extranjero. La hipótesis sobre la inmigración del escenario 1 de la proyección
prevé volumen de entradas netas del extranjero progresivamente decreciente que tiene estas
cifras: 647.867 en el año 2002; 313.056 en 2009; 277.106 en 2025 y 260.000 en el 2059. Este
EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA / RAFAEL PUYOL ANTOLÍN

Tabla 6. Evolución de la población

Pobl. a 1 enero Crecimiento


Años Escenario 1 Absoluto Porcentaje

2025 49.868.535 - -

2030 50.878.142 1.009.607 2,02


2040 52.540.936 1.662.794 3,26
2050 53.159.991 619.055 1,18
2060 52.511.518 -648.473 -1,22
Fuente: INE.

Tabla 7. Evolución del crecimiento vegetativo

Años Defunciones Nacimientos Crecimiento vegetativo

2025 472.535 408.045 -64.490


2030 499.008 415.253 -83.755
2040 602.310 451.989 -150.321
2050 712.475 435.767 -276.708
2059 781.599 417.370 -364.229

Fuente: INE.

Tabla 8. Evolución de las entradas netas


del extranjero

Año Entradas Netas

2025 277.106 355


2030 274.517
2040 269.338
2050 264.159
2059 259.499

Fuente: INE.

Tabla 9. Evolución de la composición por edades

2025 2060
Grupo de edad Total % Total %

0-15 7.060.528 14,15 6.778.236 12,90


16-64 32.421.252 65,02 30.053.404 57,25
65-79 7.140.106 14,32 8.788.288 16,73
80 y más 3.246.649 6,51 6.891.590 13,12
TOTAL 49.868.535 100,00 52.511.518 100,00

Fuente: INE.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

volumen de entradas permite compensar hasta prácticamente el año 2050, el saldo vegetativo
negativo. Después los inmigrantes previstos serán insuficientes para esa función correctora por
lo que la población total entrará en una fase de decrecimiento (Tabla 8).

Para el análisis de la composición por edades utilizaré, como en la proyección a corto, la


fecha inicial (2025) y la final (2060) elegidas, para conocer cuál ha sido la evolución entre ellas
(Tabla 9).

El proceso es sencillo de describir: menos jóvenes, menos adultos, más viejos y más
octogenarios.

El índice general de envejecimiento que alcanzará el 21% en 2025, llegará al 30% en 2060.
Con ese valor vamos a ser uno de los países del mundo con mayor nivel de vejez y probablemente
ocuparemos uno de los primeros puestos por el valor de población de 80 años y más.

3. Comentarios finales

En alguna ocasión he dicho que las proyecciones de población son, en cierto modo, como
los pronósticos del tiempo. Tienen más posibilidad de acertar en los plazos cortos y menos en
los pronósticos lejanos. Pero ambas cosas, intentar conocer el futuro cercano y el más distante,
son necesarios, por lo cual disponemos de los dos tipos de proyecciones, unas a 10 años vista
(corto) y otras con un horizonte de 50 ó 60 años (largas).
356
Yo he utilizado en este trabajo las dos, advirtiendo que no son estrictamente mezclables
al utilizar hipótesis sobre las variables demográficas esenciales distintas. Sin embargo, eso no
debe impedir, siempre que utilicemos los resultados como grandes aproximaciones a la realidad,
combinar los datos de ambas proyecciones para obtener una imagen más delimitada en el corto
plazo y algo más diluida en el largo.

Con esta advertencia, comentaré ahora, de manera conjunta, los principales resultados de
ambas proyecciones a fin de obtener una imagen continua de un periodo suficientemente extenso.

Éstas son las principales conclusiones:

1. La población va a crecer en el corto y en el largo plazo, en este caso hasta aproxima-


damente el año 2050. Superaremos los 49 millones en 2018 y los 53 millones en 2050.
Después se iniciará su retroceso.

2. Los nacimientos del futuro disminuyen en la proyección corta hasta 2017 y en la larga
en 2026. Después hay un periodo de recuperación hasta comienzos de los 40 seguido
EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA / RAFAEL PUYOL ANTOLÍN

de un nuevo descenso hasta 2059. En el año 2008 (cifras reales) se han superado los
500.000 nacimientos, una cifra que ya nunca se volverá a alcanzar puesto que en las
dos proyecciones a partir de ese año el volumen de nacimientos se mueve entre los
480.000 nacidos como máximo y los 407.000 como mínimo. La cifra máxima está
lejos de los casi 680.000 nacimientos de 1977 y la de mínimos se distancia de los
365.000 de 1998. El índice sintético de fecundidad que se aplica en cada periodo a
cohortes de mujeres en edad de procrear de distinto tamaño (es el factor decisivo de
los cambios en las cifras totales) sube de 1,2, al comienzo de las proyecciones, hasta
1,5, valor en el que se estabiliza hasta el final de la proyección larga. La edad media a
la maternidad oscila en todo momento en torno a los 31 años.

3. La trayectoria en zigzag de los nacimientos no se produce en las defunciones. Entre el


comienzo y la mitad del siglo varones y mujeres ganan respectivamente 4 años de
esperanza de vida al nacer (de 77 a 81 los hombres y de 83 a 87 las mujeres). Sin
embargo, el proceso de envejecimiento va elevando las defunciones anuales que pasan
de unas 365.000 en 2002 a 420.000 en 2017 (proyección corta) y a unas 780.000 en
2059 (proyección larga).

4. El aumento progresivo de los fallecimientos reduce primero el saldo positivo del creci-
miento vegetativo (40.000 personas en 2017 al final de la proyección corta) y lo convier-
te en negativo desde la década de los 20 hasta el final de la proyección.

5. El saldo migratorio, siempre positivo aunque progresivamente decreciente, se suma al


saldo natural igualmente favorable hasta los años 20, para alimentar el crecimiento de
la población. Después, desde ese momento y hasta 2050, compensa el saldo negativo 357
del crecimiento natural y permite que la población siga creciendo, aunque a un ritmo
menor. Desde los años 50 ya no logra ese objetivo y la población disminuye.

6. Sin duda, el rasgo fundamental de la evolución de la estructura por edades y de la


población en su conjunto es el envejecimiento. La población de 65 años y más pasa de
un 17% en 2008, a un 21% en 2025 y a un 30% en 2060.

La evolución de la estructura por edades va a tener hondas repercusiones en la configu-


ración de nuestra economía y de nuestra sociedad. Cada vez menos jóvenes es un
verdadero handicap para el correcto abastecimiento por la base de la pirámide laboral.
Los adultos también van a ser menos y la «masa laboral» va a estar sometida igual-
mente a un proceso de envejecimiento. Pero el gran reto va a ser la fuerte multiplica-
ción del número de viejos. Morir de viejo es una gran conquista social, pero el envejeci-
miento no es un fenómeno neutro sin consecuencias. No sólo porque sea necesario
pagar las pensiones a mucha más gente y durante más tiempo, sino porque la vejez y
sus acompañantes, la discapacidad y la dependencia, generan gastos sociales cre-
cientes, particularmente en el ámbito sanitario.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

7. En consonancia con el crecimiento general, 14 comunidades españolas tienen en el


horizonte de la proyección a corto crecimientos en sus censos. Las excepciones son
Galicia, el País Vasco y Asturias con un crecimiento natural negativo no compensado
por la inmigración.

4. Bibliografía

• ARCE, E. y BETÉS, F. (2007): El mayor activo. Almuzara.

• CANTALAPIEDRA, M. (2003): «Las proyecciones de la población de España»; en Sistema


(175-176); pp. 263-300.

• FERNÁNDEZ CORDÓN, J. A. (2003): «El futuro demográfico de España»; en Sistema


(175-176); pp. 243-262.

• INE (2005): Proyecciones de población a largo plazo. Periodo 2002-2060 (resultados naciona-
les) y periodo 2002-2017 (resultados por Comunidades Autónomas y provincias).

• INE (2009): Proyecciones de población a corto plazo. Serie 2008-2018.

• PUYOL, R (2006): «Estructura demográfica de la población española. Un ejercicio de


prospectiva»; en PUYOL, R. y ABELLÁN, A.: Envejecimiento y dependencia, Madrid, Mondial
358 Assitance.

• PUYOL, R. (2008): «El envejecimiento de la población y sus repercusiones sobre el mercado


de trabajo»; en Revista del Instituto de Estudios Económicos (2-3).

• ZAMORA, F. (2005): «La España que viene»; en Papeles de Economía española (104);
pp. 330-343.
LA CUESTIÓN REGIONAL
José María Serrano Sanz
Universidad de Zaragoza

RESUMEN ABSTRACT
Desde la lógica política, la creación de las Comunidades From a political viewpoint, the creation of autonomic
Autónomas ha institucionalizado un sistema de competencia Communities has institutionalised a system of political
política entre las regiones que tiende a hacer visibles las responsibilities between the regions which tends to highlight
diferencias como se ha visto en los recientes debates sobre differences as was witnessed during recent debates on fiscal
balanzas fiscales y financiación. Los sucesivos gobiernos balance and funding. Successive central governments have
centrales han tendido, además, a privilegiar las relaciones also had privileged bilateral relations, walking away from, rather
bilaterales, caminando en dirección opuesta a la creación de un than towards, the creation of a neutral and multilateral system.
sistema neutral y multilateral. Sin duda han sido exigencias de Political majorities are surely behind this behaviour, that and the
mayorías políticas en varios momentos las que han determinado preferences of Communities with better bargaining power, it is
ese comportamiento y la preferencia de las Comunidades con difficult for cooperative federalism to become established under
más poder de negociación, pero es difícil que así se asiente un these conditions. What it does encourage is a sort of particularism
federalismo cooperativo. Más bien se promueve el and, in the words of Ortega «that spiritual state in which we
«particularismo», aquel «estado de espíritu en que creemos no believe we don't have to take others into account». Our thinker
tener por que contar con los demás», en palabras de Ortega. En had already seen one of the keys to the difficult coexistence of
él veía ya nuestro pensador una de las claves de la difícil the Spanish.
convivencia de los españoles.

1. Introducción

Hacer predicciones está más allá del alcance de las ciencias sociales, porque sus prota-
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

gonistas son los hombres para quienes, en muchos sentidos, «hoy es siempre todavía», como 359
escribiera Antonio Machado. Sin embargo, esto no nos exime de reflexionar sobre la trayectoria
en la que estamos embarcados en cada momento; por el contrario, debe ser un estímulo, ya que
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

rectificar o reafirmarse en un camino sólo cabe hacerlo si se anticipa su desembocadura.

De entre los diversos asuntos que se abordan en este monográfico acerca del futuro de la
economía española, acaso haya pocos tan complejos como éste referido a la «cuestión regio-
nal». Se entrecruzan en este ámbito, las dificultades de predecir en economía con un protagonismo
de la política que lo hace singularmente inestable. Sólo es preciso recordar que hace apenas
treinta y cinco años era España uno de los países más centralizados de Occidente y ahora se
halla en la posición opuesta. Y cuando a finales de los sesenta o comienzos de los setenta se
hacían pronósticos sobre el futuro devenir de España, la democracia y la integración europea eran
horizontes más o menos lejanos pero ampliamente compartidos en ellas; sin embargo, en ningu-
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

na previsión entraba un vuelco tan intenso, rápido y generalizado de la organización territorial.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Aunque este peso de lo institucional, no es el único vector que cuenta en la reordenación


del espacio. Hay también una dinámica estrictamente económica con una lógica tan poderosa
que tiene un peso inevitable en la configuración del futuro, como lo ha tenido en la definición del
presente. Es la que lleva a desplazamientos de la población y la actividad de unas regiones a
otras para acomodarse primero y reflejar después las oportunidades de crecimiento, que en cada
momento del tiempo, y de acuerdo con los requerimientos de la eficiencia en la producción, son
diferentes en los diversos territorios. Es la fuerza poderosa de la geografía en la economía, no el
sentido de un determinismo mecanicista, como a veces se entendió en el pasado, pero sí al
introducir la consideración de que el espacio importa.

En este trabajo nos vamos a ocupar de diversos aspectos de la cuestión regional en


España en relación con la economía. Primero, examinaremos su dinámica en el largo plazo.
Después nos acercaremos a la distribución espacial de la actividad económica y de su evolución
en los últimos decenios, para conocer los motivos que la han determinado y así tratar de interpre-
tar su trayectoria y anticipar el futuro. A continuación analizaremos la evolución institucional del
Estado de las autonomías en sus aspectos económicos, que incluyen las consecuencias del
reparto de competencias de política económica reguladora y de la capacidad de intervenir en la
hacienda pública, por medio de los impuestos, el gasto y el endeudamiento. Finalizaremos con
unas breves conclusiones.

2. La dinámica territorial en el largo plazo

360 Los cambios que ha sufrido la geografía económica de España en los dos últimos siglos
han sido muy profundos y han acompañado, en general, a las transformaciones de la estructura
productiva. De manera que al igual que éstas o el propio crecimiento de la renta se han concen-
trado muy singularmente en la segunda mitad del siglo XX y prolongado en estos primeros com-
pases del XXI.

Durante el XIX la agricultura siguió siendo la actividad económica dominante e iba acompa-
ñada en la mayor parte de los sitios de una actividad manufacturera de tipo artesanal; se configu-
raban así mercados predominantemente locales o comarcales, en armonía con las dificultades
de las comunicaciones. Se pusieron pausadamente en cultivo nuevas tierras y aumentó la pro-
ducción, pero con escasos desplazamientos de población. Todavía en 1900 el 91,12% de la
población estaba censado en su provincia de nacimiento. Desde mediados del XIX, no obstante,
había comenzado la creación de un mercado nacional, impulsado por la red ferroviaria y las
nuevas comunicaciones, que empezó a romper aquella estructura económica típicamente local y
hundió poco a poco los sistemas de producción preindustriales. Unos pocos centros fabriles se
desarrollaron en la periferia catalana y vasca, mientras Madrid se fue beneficiando de la centralidad
que le proporcionó la capitalidad y el sistema radial.
LA CUESTIÓN REGIONAL / JOSÉ MARÍA SERRANO SANZ

El crecimiento de las ciudades fue desde entonces imparable y, aunque lento al principio,
cobró vigor en los primeros decenios del XX y ha continuado hasta hoy; si en 1900 el 1% de los
municipios españoles más grandes –aproximadamente 80– concentraba el 22,86% de la población,
en 2005 ese mismo porcentaje acogía ya al 44,85% de los españoles1. De manera que los movimien-
tos de población entre unas regiones y otras y los procesos de urbanización han dominado la dinámi-
ca territorial española en el siglo XX. Ambos hechos han estado determinados por la economía que
ofrecía oportunidades y mejores perspectivas de vida en ciertas regiones y en las ciudades. Eso llevó,
según la conocida expresión de Oates, a votar con los pies a un considerable número de espa-
ñoles. Así en 2005 menos del 70% de la población estaba censado en su provincia de origen.

Esos movimientos, que han desertizado los pueblos y colmado las ciudades, han tenido
regiones ganadoras y otras perdedoras y no han sido homogéneos en el tiempo. Un indicador
significativo del primer aspecto es el que muestra los cambios en la densidad de población a lo
largo del siglo (Gráfico 1). Aunque incluye también las diferencias de natalidad, el factor dominan-
te son las migraciones. En el largo plazo, Madrid, los dos archipiélagos, Cataluña, País Vasco y
Valencia han sido los ganadores. Todas las demás regiones han tenido aumentos en su densi-
dad de población inferiores a los del promedio español y algunas tan modestos que, sin duda,
son las perdedoras del siglo: las dos Castillas, Extremadura, Aragón y Galicia, señaladamente.
Como dijera Perpiñá Grau en su clásico De economía hispana: «la dirección funcional de la
población de España (puesto que el hombre sigue el curso de la riqueza) es bien manifiesta:
atracción de la población de España por la periferia española y constatación de que el natural
desarrollo de la economía española se halla en la periferia»2 (subrayado en el original).

Gráfico 1. Variaciones de la densidad de población (1900-2004)


361

Fuente: Alcaide, J. (dir.) (2007) y elaboración propia.

1
Goerlich y Más (2007), p. 306.
2
Perpiñá Grau (1972), p. 90.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Se decía que estos cambios habían sido provocados de manera destacada por los proce-
sos migratorios, los cuales se habían distribuido irregularmente en el tiempo. La Tabla 1 propor-
ciona al lector una información completa de estas circunstancias. En él se puede observar que
ha habido tres grandes etapas, en líneas generales. A comienzos del XX los saldos negativos
tienen una presencia amplia, porque la mayor parte de la emigración tenía como destino el
extranjero; América, en particular. El gran momento de las migraciones interiores se sitúa entre
los años cincuenta y ochenta, con saldos positivos y negativos muy elevados que se comple-
mentan bien, ya que la emigración a Europa fue de menor intensidad. Las migraciones se redu-
jeron mucho en los ochenta y los saldos positivos casi se generalizan en los noventa y a comien-
zos del presente siglo. La inmigración procedente del exterior ha sido en fechas recientes el
fenómeno dominante.

De estas pautas generales se exceptúan tres comunidades cuyo signo de saldo migrato-
rio se mantiene constante todo un siglo. Castilla y León que no deja de tener saldo negativo en
ningún decenio y en el extremo opuesto Madrid y Cataluña. Otra vez queda aún más claro
quienes han sido los perdedores y ganadores del siglo veinte en términos territoriales. Algo, por
cierto, que tiene consecuencias políticas, porque el poder de la influencia está asociado a la
población en un sistema democrático.

Tabla 1. Saldos migratorios por decenios (en porcentaje de la población de cada Comunidad)

CCAA 1900-1910 1910-1920 1920-1930 1930-1940 1940-1950 1950-1960 1960-1970 1970-1980 1980-1990 1990-2000

Andalucía -2,25 2,36 -2,99 -0,04 -1,23 -9,39 -13,99 -6,63 2,23 2,41
Aragón -4,39 -1,75 -4,75 -4,17 -0,35 -4,06 -3,62 -2,37 0,33 3,38
362
Asturias -2,27 1,20 0,49 -2,76 -0,35 0,80 -2,52 0,21 -1,63 2,05
Baleares -4,72 -2,27 3,41 3,48 0,74 3,30 9,79 12,52 5,64 17,34
Canarias 10,46 -6,84 11,19 -1,15 0,23 -1,44 -1,13 3,50 1,35 12,18
Cantabria -5,54 -4,68 -2,63 -2,16 -5,46 -5,06 -3,31 -0,58 1,48 2,03
Castilla La Mancha -0,44 -2,71 -2,90 -5,95 -3,34 -14,44 -21,82 -11,62 -1,60 3,52
Castilla y León -8,10 -8,49 -2,80 -5,90 -3,52 -11,26 -14,89 -9,93 -1,21 -1,26
Cataluña 1,49 10,45 10,51 4,27 10,06 15,70 17,43 6,10 0,23 3,81
C. Valenciana -3,20 -2,58 1,36 8,18 2,33 1,02 11,22 7,75 3,45 6,35
Extremadura 0,08 -1,74 -3,70 -5,29 0,74 -11,08 -25,40 -15,33 -3,54 -0,60
Galicia -6,67 -4,12 5,45 -4,15 -3,61 -10,20 -5,86 -2,17 -2,50 2,23
Madrid 9,21 17,09 11,54 18,71 10,70 29,06 24,11 9,59 1,69 2,58
Murcia -2,28 -0,93 -11,75 -2,42 -6,71 -7,71 -12,63 -2,19 4,84 6,44
Navarra -8,41 -4,29 -5,51 -6,88 -1,26 -3,52 3,97 -0,20 1,22 4,09
País Vasco -1,08 2,60 1,90 -2,30 4,31 17,89 17,15 5,34 -5,20 -0,41
La Rioja -10,78 -5,15 -3,58 -3,42 -3,67 -7,97 -5,74 -1,10 4,29 1,96

Fuente: Alcaide (2007). Elaboración propia.


LA CUESTIÓN REGIONAL / JOSÉ MARÍA SERRANO SANZ

3. Crecimiento y cambio territorial

La dinámica espacial en la economía española adquirió una aceleración singular en el


tiempo del crecimiento económico, a partir de los años cincuenta del pasado siglo. En la posgue-
rra los centros de gravedad no habían cambiado radicalmente, como no lo había hecho la distri-
bución de la población. Así en el censo de 1950 Castilla y León tenía casi los mismos habitantes
que Cataluña y Castilla La Mancha superaba a Madrid, por poner ejemplos significativos. En los
años cincuenta llegó la época del despegue económico y la industrialización decidida y todo el
sistema de equilibrio territorial español se desarticuló. Como resultado –por seguir con el mismo
ejemplo– en 2001 Cataluña más que doblaba a Castilla y León y Madrid más que triplicaba a la
otra Castilla. En esta etapa, la que suele iniciarse convencionalmente en 1955 (por factores
objetivos, pero también por la disponibilidad de estadísticas) y concluye en el presente, nos
centraremos ahora para identificar las claves de la dinámica territorial española en el ámbito de la
economía; el primer paso, se decía, para poder comenzar a interpretar el futuro.

Dos grandes cambios se han producido desde 1955 hasta hoy en la geografía económica
española: se ha concentrado la población y la actividad y se han reducido las diferencias de renta
por habitante entre las diecisiete comunidades autónomas. Tales cambios se desarrollaron con
especial intensidad hasta los primeros años ochenta, como se aprecia al considerar las desvia-
ciones estándar en rentas por habitante y densidad de población. Las primeras se redujeron
significativamente hasta ese momento mientras las otras se ampliaron (Gráfico 2). Como se
explicó en el apartado anterior eso sucedió en el tiempo de las migraciones interiores, converti-
das así en el factor decisivo de ambos procesos. Al igualar las dotaciones de factores producti-
vos por empleo produjeron un acercamiento de las rentas por habitante y al tiempo una concen-
tración de la actividad. 363

Gráfico 2.
Desviación estándar de la renta per cápita y de la densidad de población relativas (1955=100)

Fuente: De la Fuente (2008).


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En líneas generales, por otra parte, se ha mantenido relativamente estable la ordenación


por niveles de renta, de manera que el progreso ha sido generalizado, aunque más intenso en las
regiones menos ricas. En otras palabras ha habido una tendencia sostenida hacia la convergen-
cia de rentas por habitante, si bien la velocidad de la misma no ha sido constante en el tiempo y
ha resultado ser muy limitada desde 1985 (Tabla 2). El decenio en el cual la convergencia se hizo
más intensa fue el de 1965 a 1975; después la velocidad se fue reduciendo paulatinamente al
compás de la estabilización de la población. En ese decenio tuvieron el mismo signo las dos
fuentes de la convergencia, la renta por empleo y los empleos per cápita3. En adelante, los
empleos per cápita frenaron la convergencia y de un modo cada vez más intenso; en especial los
empleos por activo. En otras palabras, la principal fuente de divergencia en renta entre las comu-
nidades ricas y pobres es el considerable desempleo que éstas últimas han mantenido como
una constante. También cabe interpretarlo como un resultado de la renuncia a la movilidad espa-
cial interior, asentada firmemente en España desde los ochenta, coincidiendo también con la
implantación del sistema autonómico.

En cambio la renta por empleo ha sido un factor continuamente favorable a la convergencia


(Tabla 2). Es decir, las productividades han tendido a igualarse y casi todos sus determinantes
han tenido permanentemente un comportamiento positivo. En particular, la Productividad Total de
los Factores (PTF) y la educación.

Tabla 2.
Descomposición de la tasa de convergencia beta en renta per cápita (porcentajes)

1955-1965 1965-1975 1975-1985 1985-1995 1995-2005


364
Tasa observada de convergencia beta 0,92 2,44 1,49 0,94 0,71
Inducida por la evolución de:
1. Renta por empleo 1,42 1,10 2,03 1,73 1,86
1.1. Productividad 0,90 2,31 1,55 2,31
a. Infraestructuras -0,02 -0,04 0,24 0,09
b. Otro capital (no residencial) 0,22 0,91 -0,17 0,20
c. Educación 0,04 0,06 0,34 0,70
d. PTF 0,66 1,37 1,15 1,33
1.2. Precios del output 0,20 -0,28 0,18 -0,46
2. Empleos per cápita -0,50 1,33 -0,54 -0,79 -1,14
2.1. Población en edad de trabajar -0,72 0,89 -0,47 -0,10
2.2. Tasa de actividad 0,13 -0,28 0,15 -0,13
2.3. Empleos por activo 1,92 -1,14 -0,47 -0,91

Fuente: De la Fuente (2008).

3
De la Fuente (2008).
LA CUESTIÓN REGIONAL / JOSÉ MARÍA SERRANO SANZ

Tabla 3. Indicadores de competitividad

Infraestructuras y accesibilidad Recursos humanos Innovación tecnológica Entorno productivo

Madrid 2,55 Madrid 3,70 Madrid 5,09 Madrid 7,20


País Vasco 2,45 País Vasco 2,94 Navarra 3,79 Cataluña 2,93
Cataluña 2,40 Navarra 1,78 Cataluña 2,90 País Vasco 1,94
Baleares 1,18 Aragón 1,08 País Vasco 2,35 Baleares 1,12
Navarra 1,05 Castilla y León 0,93 Aragón 0,84 C. Valenciana 0,86
Aragón 1,04 Cataluña 0,44 C. Valenciana 0,14 Navarra 0,71
Canarias 0,31 Asturias 0,43 Asturias -0,44 Aragón 0,61
La Rioja 0,02 Cantabria 0,26 Castilla y León -0,70 Canarias -0,53
C. Valenciana -0,20 C. Valenciana -0,17 Galicia -0,99 La Rioja 0,73
Castilla y León -0,40 La Rioja -0,19 La Rioja -1,02 Cantabria -0,91
Asturias -0,55 Murcia -0,76 Andalucía -1,08 Murcia -1,06
Cantabria -0,77 Galicia -0,89 Murcia -1,11 Galicia -1,14
Castilla La Mancha -1,37 Canarias -1,19 Cantabria -1,27 Castilla y León -1,45
Andalucía -1,61 Andalucía -1,56 Canarias -1,37 Asturias -1,49
Galicia -1,94 Baleares -1,76 Baleares -2,04 Andalucía -1,98
Murcia -1,97 Extremadura -2,38 Extremadura -2,43 Castilla La Mancha -2,30
Extremadura -2,18 Castilla La Mancha -2,65 Castilla La Mancha -2,67 Extremadura -3,79

Fuente: Reig (2007).

Esa pérdida de ritmo en la convergencia no parece un fenómeno transitorio, sino que tiene
raíces en la diferente capacidad de crecimiento que parecen mostrar las Comunidades autóno-
mas más ricas respecto a las de menor renta. Si suponemos que los indicadores de competitividad
muestran la capacidad de respuesta de un economía y sus posibilidades de crecimiento futuro,
un examen de los mismo en su versión regional más reciente es bien ilustrativo (Tabla 3).Dispo-
nemos ahora de información sobre un conjunto de indicadores organizados en cuatro grupos: las
dotaciones de infraestructura y accesibilidad, los recursos humanos, la innovación tecnológica y 365
el entorno productivo. Pues bien, sólo cinco Comunidades Autónomas presentan valores positi-
vos en los cuatro grupos y son además las que encabezan la clasificación de renta por habitante:
Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra y Aragón. Además la de mayor renta, Madrid, encabeza
las cuatro categorías de indicadores de competitividad. En el otro extremo, las regiones de
menor nivel de renta tienen valores negativos en todas ellas y generalmente con las cifras más
elevadas: Extremadura, Castilla La Mancha, Andalucía y Murcia. De manera que la correlación
entre capacidad competitiva y renta es altísima y, sin duda, se alimenta mutuamente. En medio
hay otro conjunto de regiones con rentas intermedias y valores positivos y negativos mezclados
en sus indicadores: Rioja, C. Valenciana, Baleares, Canarias, Castilla y León, Asturias, Galicia
y Cantabria.

En un entorno económico y competitivo cada vez más exigente y donde el crecimiento se


ha de ligar crecientemente al capital humano, la tecnología, la accesibilidad y el capital público,
así como un entorno favorable, la ventaja de las regiones más ricas parece sólidamente asentada
con estos indicadores. El proceso de acercamiento de rentas entre las regiones más avanzadas
y las retrasadas ha sido en España muy intenso en comparación con otros países mediterráneos
que tenían también grandes diferencias, señaladamente Italia. El papel de las migraciones ha
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

sido importante, pero también el de los poderes públicos con políticas activas en educación o
provisión de infraestructuras. Sin embargo, la reducción de las migraciones interiores y el mante-
nimiento de las diferencias –aunque atenuadas- en la capacidad de crecimiento por la calidad
desigual de los factores productivos, parecen augurar un descenso continuado en esa velocidad
de la convergencia.

4. Las Comunidades Autónomas y la economía

Desde la perspectiva de la economía regional española es indudable la trascendencia que


ha tenido la creación de diecisiete Comunidades Autónomas a partir de la Constitución de 1978.
Como es sabido, tras las elecciones generales de junio de 1977 comenzaron a constituirse
algunos organismos denominados preautonomías que, en poco tiempo y tras la Constitución, se
generalizaron y fueron dotándose paulatinamente de unas normas reguladoras, con rango de
leyes orgánicas, los Estatutos de Autonomía. A la altura de 1982 todo el territorio español estaba
encuadrado en alguna de las diecisiete Comunidades Autónomas (aparte de las ciudades autó-
nomas de Ceuta y Melilla). Comenzaba entonces una nueva etapa en la vida política española
que abría un escenario distinto en el ámbito territorial y tenía consecuencias notorias en la
economía. Junto a la dinámica del mercado cobraba nueva dimensión en lo espacial la acción de
los poderes públicos. El reino de la política llegaba en su plenitud al ámbito territorial.

Dos cambios radicales traía aparejada la constitución de las Comunidades Autónomas:


se habían creado nuevos organismos con posibilidades de intervenir en la economía y se abría la
366 puerta a una redistribución de la capacidad de gasto entre diferentes niveles de gobierno. Y esto
debido a que se dotó a las Comunidades autónomas de un margen para realizar política econó-
mica de regulación y se les encomendó la gestión de un porcentaje de gasto público que ha
acabado por ser considerable; un gasto público que además, por cierto, estaba en expansión. A
comienzos del siglo XXI –a la altura de mediados de 2009 para ser más precisos– una y otra
posibilidad de acción han sido desarrolladas en profundidad y hoy la organización territorial del
Estado tiene un poder público intermedio, las Comunidades Autónomas, que aparece a menudo en
primer plano a la hora de definir la política económica y siempre cuando se trata de la territorial.

Acaso el momento fundacional resultó decisivo a la hora de determinar el interés de las


Comunidades Autónomas por la economía. Recuérdese que a finales de los setenta y comien-
zos de los ochenta la economía española se hallaba inmersa en lo más profundo de la crisis del
petróleo, con los niveles de actividad estancados, el paro en continuo crecimiento y la inflación y
el déficit público sin control claro. La economía había pasado a ser un problema ampliamente
percibido y lo era tanto en las regiones más ricas como en las menos desarrolladas. En las
primeras la crisis industrial había roto la trayectoria de varios lustros de crecimiento y en las
menos avanzadas la crisis había agravado la percepción del atraso, muy arraigada en regiones
que llevaban décadas perdiendo población en favor de las dinámicas.
Tabla 4.
Fines, objetivos y cuasi objetivos de naturaleza económica en los estatutos de las Comunidades Autónomas españolas

FINES Derecho a vivir en la propia


Promover las condiciones para la Facilitar la participación en la Mejora de las condiciones de
tierra y promoción del retorno
igualdad vida económica vida
de los emigrantes
País Vasco País Vasco País Vasco Galicia
Cataluña Cataluña Cataluña Andalucia
Galicia Galicia Andalucía Aragón
Andalucía Andalucía Asturias Castilla-La Mancha
Asturias Asturias La Rioja Extremadura
Cantabria Cantabria Murcia Castilla y León
La Rioja La Rioja Aragón
Murcia Murcia Castilla-La Mancha
Valencia Valencia Extremadura
Aragón Aragón
Castilla-La Mancha Castilla-La Mancha
Canarias Extremadura
Extremadura Baleares
Baleares Madrid
Madrid Castilla y León
Castilla y León

OBJETIVOS Promover la superación


Redistribución de la renta y la
Crecimiento económico Pleno empleo Estbilidad económica Equilibrio territorial de los desequilibrios
riqueza
territoriales españoles
La Rioja País Vasco País Vasco Andalucía Andalucía Andalucía
Murcia Andalucía Asturais Castilla-La Mancha Murcia Castilla-La Mancha
Aragón Asturias Aragón Canarias
Extremadura La Rioja Canarias Extremadura
Baleares Murcia Extremadura
Castilla y León Castilla-La Mancha Castilla y León
Canarias
Extremadura

CUASI Aprovechamiento de los Promoción Mejora Desarrollo


Reforma agraria
OBJETIVOS propios recursos económicos de la inversión de las comunicaciones de la industria
Andalucía Andalucía Andalucía Andalucía Andalucía
Castilla-La Mancha Castilla-La Mancha Castilla-La Mancha Castilla-La Mancha
Murcia Extremadura Extremadura
Extremadura

Fuente: Elaboración propia.


LA CUESTIÓN REGIONAL / JOSÉ MARÍA SERRANO SANZ

367
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Seguramente una y otra realidad explican –aparte del deseo de autonomía de ciertos
grupos políticos y el efecto imitación– la enorme proliferación de objetivos de política económica
en los Estatutos de autonomía ya en la primera generación (Tabla 4). Las nuevas instituciones
trataron de legitimarse presentándose como capaces de solucionar el problema secular del atra-
so en unos casos y el coyuntural de la crisis en otros. De manera que desde el principio la
economía fue un punto fuerte para las Comunidades Autónomas. En adelante, el proceso políti-
co, con las sucesivas elecciones ha continuado presionando en la misma dirección.

¿Qué se puede deducir de la distribución de competencias entre el Estado y las Comuni-


dades Autónomas, en relación con la teoría económica más generalmente aceptada? En primer
lugar, respecto a las posibilidades de regulación que tiene una y otra instancia pocas conclusio-
nes cabe extraer, puesto que no existe una teoría de la descentralización óptima de la capacidad
reguladora. El único principio cuya aceptación generalizada parece fuera de duda es que debe
conservarse en todo caso la unidad del mercado nacional; lo contrario tendría fuertes costes en
términos de ineficiencia para el sistema económico español. Pues bien, aunque la preservación
de ese mercado está constitucionalmente garantizada, se trata de un tema abierto en el que
parece inevitable la proliferación de tensiones, como muestran abundantes recursos ante el
Tribunal Constitucional.

En segundo lugar, por lo que hace a la distribución de competencias que tienen un con-
tenido más claramente presupuestario el ordenamiento español sí parece atenerse a los princi-
pios de la descentralización fiscal óptima. En efecto, la función presupuestaria de estabilización
ha sido reservada al Estado, al igual que la política de redistribución de la renta, pues conserva el
control sobre elementos clave de la hacienda pública (potestad originaria para poder establecer
368 tributos); las Comunidades Autónomas pueden hacer también redistribución pero de forma mar-
ginal. La tercera de las funciones, la asignación, es claramente compartida por ambas instan-
cias; el Estado mantiene en su esfera los bienes públicos de carácter nacional y la ordenación
de aquellos sectores en los cuales las externalidades interjurisdiccionales son técnicas decisivas.
Pero la capacidad de acción de las Comunidades Autónomas es notable, precisamente porque la
función asignativa ha crecido intensamente en los últimos decenios y ellas se han quedado con la
gestión de una buena porción de la misma; basta pensar en la educación y la sanidad.

En conjunto y por todos estos motivos las Comunidades Autónomas han desarrollado un
activismo considerable en política económica. Un activismo que se puede examinar especial-
mente en tres ámbitos: la política de oferta, la regulación de sectores y mercados y la creación
de empresas públicas.

Si se repasa la política económica de los gobiernos regionales, ordenada con la óptica de


los factores productivos (recursos naturales, capital, trabajo y tecnología), podemos comprobar
la gran concentración de intervenciones que sobre los mismos se ha llevado a cabo, respondien-
do a la lógica de la política de oferta. Respecto a los recursos naturales, han sido frecuentes las
intervenciones para propiciar el ahorro energético y el aprovechamiento de alternativas en las que
LA CUESTIÓN REGIONAL / JOSÉ MARÍA SERRANO SANZ

tuviera un particular potencial la región. El abaratamiento en el coste del factor capital, como
medio para promover la inversión, ha sido un instrumento típico de la política de desarrollo regio-
nal, de modo que era de esperar una actuación en ese sentido de las Comunidades Autónomas.
En efecto, los incentivos a la inversión, los intentos de orientar una mayor parte de los recursos
de las cajas de ahorro hacia la estructura productiva regional, la captación de inversiones exterio-
res mediante estímulos y propaganda, la creación de sociedades de promoción industrial que
compartan riesgos o la preparación de infraestructura industrial para abaratar los costes de
instalación, se han convertido en actuaciones habituales de las Comunidades Autónomas espa-
ñolas. En el caso del factor trabajo se han intentado acciones ambiciosas como la mediación
permanente entre empresarios y trabajadores a través de los Consejos de Relaciones Laborales
y otras de escasa eficacia como las subvenciones al empleo. Finalmente, en cuanto a la tecno-
logía, han sido muy abundantes los intentos de estimular la renovación tecnológica de las empre-
sas y la investigación, particularmente en las Comunidades Autónomas más desarrolladas.

El activismo en política económica es amplio pero no homogéneo, como se muestra en una


caracterización de los estilos de intervencionismo en las políticas industriales y de comercio interior
realizada por De la Fuente y Vives (Tabla 5). El indicador de política industrial se elabora consideran-
do la primera legislación tras el traspaso de de competencias, las sociedades de fomento regional
centradas en la industria y las ayudas al sector, con especial interés en las que animan la
reestructuración, el traslado y la innovación. El indicador sintético de política comercial interior se
construye atendiendo a la legislación de horarios comerciales y en relación con grandes superficies.

Tabla 5. Indicadores de intervencionismo industrial y comercial

Intervencionismo Intervencionismo 369


industrial comercial

Andalucía Medio Bajo


Aragón Medio Medio
Asturias Alto Medio
Baleares Bajo Alto
Canarias Bajo Bajo
Cantabria Medio Muy bajo
Castilla y León Medio Bajo
Castilla La Mancha Bajo Bajo
Cataluña Medio Alto
Extremadura Medio Bajo
Galicia Alto Bajo
Madrid Medio Muy bajo
Murcia Medio Medio
Navarra Alto Bajo
La Rioja Bajo Medio
C. Valenciana Medio Alto
País Vasco Alto Bajo

Fuente: De la Fuente Moreno y Vives Torrents (2003).


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Pues bien, la diversidad es notable, aunque existen algunas pautas reveladoras. Por ejem-
plo, en política industrial el mayor activismo corresponde a varias Comunidades de la cornisa
cantábrica (Asturias, Galicia y País Vasco; en cambio, Cantabria destaca por lo contrario) junto
con Navarra. En el caso de la política comercial, en cambio, son Comunidades mediterráneas las
que ejercen en un tono más elevado (Baleares, Cataluña y C. Valenciana). Hay pocas Comunida-
des que mantengan consistencia entre los estilos de intervención en los dos ámbitos: Canarias
y Castilla La Mancha (Bajo) y Aragón y Murcia (Medio).

En el intervencionismo industrial ya se ha considerado la creación de empresas públicas y


sociedades de fomento industrial. Pero no estará de más resaltar aquí que las autonomías han ido
a contracorriente de la Administración del Estado en la cuestión de las empresas públicas. Esta
última emprendió una línea estratégica de privatización desde los años ochenta que ha sido conti-
nuada sin matices de color político hasta hoy y ha dejado el sector público empresarial español
reducido a algo casi simbólico a estas alturas. En cambio las Comunidades autónomas –sin
pautas diferenciadas por colores políticos también– han ido creando sectores empresariales públi-
cos en cada una, en operaciones que pueden introducir rigideces en las economías regionales.

Vayamos ahora a la Hacienda. Indudablemente existen pocos indicadores tan claros de la


importancia que han alcanzado a adquirir las Comunidades Autónomas en la economía española
como el porcentaje de gasto público que gestionan (Tabla 6). En 1975 el gasto consolidado de
las Administraciones públicas se repartía de un modo muy equilibrado entre el que gestionaba el
Estado y la Seguridad Social, con las Corporaciones Locales y los Organismos Autónomos en
un papel secundario. Diez años después y apenas recién constituidas las diecisiete Comunida-
des Autónomas ya gestionaban un porcentaje del gasto casi equivalente al de las Corporaciones
370 Locales. Y en 2007, con las transferencias de la educación y la sanidad generalizadas, entre
otras, las Comunidades Autónomas se han convertido en la primera institución española por el
gasto público gestionado, por encima de la Seguridad Social, doblando el porcentaje del propio
Estado y casi triplicando a las administraciones locales.

Para financiar tamaño gasto existen, como es bien sabido, dos sistemas diferenciados, el
régimen foral de Navarra y el País Vasco y el llamado común aplicable al resto (aunque Canarias
presenta ciertas peculiaridades por su carácter insular y su alejamiento de la península). Uno y
otro sistema resultan claramente diferentes en sus resultados y los privilegios de que gozan
Navarra y el País Vasco (y en menor medida Canarias) son innegables. Esto no sólo representa
una discriminación para el resto que dispone de menos recursos para políticas tan significativas
como la de educación o innovación, entre otras, sino que se ha enquistado convirtiendo a la
financiación autonómica en un problema recurrente. El difícil cierre del nuevo modelo en julio de
2009 es una buena ilustración de ese conflicto. Una estimación del gasto ajustado relativo por
habitante (que hace abstracción de las competencias ejercidas) da una idea aproximada de esas
diferencias (Tabla 7).
LA CUESTIÓN REGIONAL / JOSÉ MARÍA SERRANO SANZ

Tabla 6.
Distribución del gasto consolidado de las Administraciones Públicas en España (en porcentaje del total)

Organismos Seguridad Comunidades Corporaciones


Estado Autónomos Social Autónomas Locales

1975 44 5 41 - 10
1985 37 4 38 10 11
2007 18 4 29 36 13

Fuente: Elaboración propia con datos de la intervención General de la Administración del Estado (IGAE). .

Por otra parte las tensiones se ven agravadas Tabla 7.


Gasto ajustado relativo por habitante
porque los gastos transferidos (en especial, Sani-
dad y en alguna medida Educación) tienen una clara TOTAL
tendencia expansiva, mientras los ingresos perma- Andalucía 93,4

necen básicamente en manos de la Administración Aragón 101,3


Asturias 107,1
Central. Como el sistema autonómico institucionali-
Baleares 89,1
za la territorialización de los cálculos de ingresos y
Canarias 121,1
gastos (recuérdese la reciente polémica sobre las Cantabria 99,6
balanzas fiscales) y éstas siempre tienen un punto Castilla y León 99,6
de controversia, los problemas parece que serán re- Castilla La Mancha 108,6
currentes si no se encuentra un camino para institu- Cataluña 93,9
Extremadura 110,8
cionalizar la cooperación.
Galicia 102,4
Madrid 93,6
Murcia 90,2
Navarra 143,0
5. Mirando al futuro La Rioja 98,5
371
C. Valenciana 91,1
La dinámica regional española está domina- País Vasco 131,7

da por una lógica estrictamente económica y otra


Fuente: De la Fuente Moreno y Vives Torrents (2003).
política que se entremezclan y condicionan mutua-
mente. La lógica económica ha llevado en el largo
plazo a movimientos de población que han desertizado el interior (con excepción de Madrid) y
han acumulado actividad en la periferia. Esto a su vez ha desplazado el poder político y la
capacidad de influencia en la misma dirección, desdibujando regiones importantes en el equili-
brio político español como Castilla y Aragón y creando un vacío entre Madrid y la periferia que
plantea algunos riesgos.

Desde una perspectiva estrictamente económica en los últimos decenios esa concentración
de población y actividad en la periferia y Madrid se ha hecho al tiempo que las rentas por habitante
tendían a aproximarse. Esta igualación es un proceso positivo en el cual las migraciones pero tam-
bién las políticas públicas han tenido un papel fundamental. Sin embargo, parece en curso de agotar-
se o restringirse severamente porque las regiones de mayor nivel de renta siguen teniendo las
mejores dotaciones de factores productivos y los factores de competitividad más positivos.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Las Comunidades Autónomas han desarrollado un considerable activismo en economía,


aunque a menudo han tendido a promover prácticas limitadoras de la competencia o a volver a las
empresas públicas. A cambio han sido un factor decisivo en el mantenimiento de un cierto equi-
librio territorial y seguramente han limitado el proceso de vaciamiento del interior tan intenso en
los decenios centrales del pasado siglo.

Desde la lógica política, la creación de las Comunidades autónomas ha institucionalizado


un sistema de competencia política entre las regiones que tiende a hacer visibles las diferencias
como se ha visto en los recientes debates sobre balanzas fiscales y financiación. Los sucesivos
gobiernos centrales han tendido, además, a privilegiar las relaciones bilaterales, caminando en
dirección opuesta a la creación de un sistema neutral y multilateral. Sin duda han sido exigen-
cias de mayorías políticas en varios momentos las que han determinado ese comportamiento y
la preferencia de las Comunidades con más poder de negociación, pero es difícil que así se
asiente un federalismo cooperativo. Más bien se promueve el «particularismo», aquel «estado de
espíritu en que creemos no tener por que contar con los demás», en palabras de Ortega. En él
veía ya nuestro pensador una de las claves de la difícil convivencia de los españoles.

Bibliografía

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torial Biblioteca Nueva.
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL
Diego Romero-Ávila y Carlos Usabiaga Ibáñez
Universidad Pablo de Olavide

RESUMEN ABSTRACT
En este artículo abordamos el presente y el futuro del This article deals with the present and future developments
mercado de trabajo español. Para ello, partimos de un análisis of the Spanish labour market. For that purpose, we focus on
de la evolución de los principales datos y variables de dicho the analysis of the evolution of the most representative series
mercado, con especial énfasis en el desempleo. Dos importantes and variables of the labour market, with particular emphasis
relaciones macroeconómicas, la curva de Phillips y la ley de placed on unemployment. Two important macroeconomic
Okun, son asimismo objeto de análisis. También prestamos relationships, the Phillips curve and the Okun law, are also
atención a ciertas figuras del mercado de trabajo, a las reformas subject to scrutiny. In addition, we pay attention to particular
laborales acontecidas y a las directrices en materia laboral de la figures of the labour market, to the labour market reforms
UE. La incidencia de la inmigración sobre el mercado de trabajo implemented as well as to the policy recommendations provided
también es objeto de reflexión. En nuestro artículo ofrecemos by EU institutions in this field. In our article, we offer several
diversas sugerencias de mejora para el mercado de trabajo suggestions for improving the functioning of the Spanish labour
español, como la transformación de la estructura de la negociación market, such as the transformation of the structure of collective
colectiva y una mejor evaluación y potenciación de las políticas bargaining as well as a better evaluation and funding of active
activas de empleo. Asimismo, exponemos diversas propuestas labour market policies. Finally, we also discuss some recent
que se han barajado en los últimos tiempos para reformar nuestro proposals for reforming the Spanish labour market.
mercado de trabajo.

1. Introducción

El mercado de trabajo es uno de los pilares de cualquier economía, e incluso de cualquier


sociedad. Ello es debido a que en este mercado se determinan factores como el empleo, los
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

salarios, la productividad, las prestaciones por desempleo, los costes de despido, etc.; factores 373
fundamentales en el funcionamiento de la economía y en la estructuración de la sociedad. El
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

mercado de trabajo español en la fase democrática ha destacado fuertemente entre los merca-
dos de trabajo de los países desarrollados por mantenerse en unas tasas de desempleo muy
elevadas durante prácticamente dos décadas «las décadas de los ochenta y los noventa»
(Blanchard y Jimeno, 1995). En los peores momentos, a mediados de ambas décadas, se alcan-
zaron tasas de desempleo superiores al 20% según la Encuesta de Población Activa (EPA)1,
fuente estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE), que fueron incluso más altas en
ciertas regiones, destacando a este respecto Andalucía (Usabiaga, 2004). Asimismo, destacó el
problema del paro de larga duración. Lógicamente, debieron de existir una serie de factores
paliativos que hicieron relativamente sostenibles esas cifras (economía sumergida, sistema de
prestaciones, estructura familiar y social, etc.). Desde mediados de los años noventa, y aún
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

teniendo en cuenta posibles efectos estadísticos favorables, la tasa de paro española se ha


reducido notablemente (Bentolila y Jimeno, 2006), ante el impulso del empleo, que incluso ha
conseguido absorber a un notable volumen de mano de obra proveniente de otros países, pero
muy recientemente nos ha azotado una grave crisis, que ha vuelto a elevar el desempleo rápida-

1
Salvo que se indique lo contrario, ésta es la fuente estadística de la que provienen nuestros datos en este artículo.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

mente. Debemos señalar que incluso en los recientes años de bonanza se observaba un proble-
ma de insuficiente calidad del empleo (excesiva temporalidad, baja productividad, etc.). Para
afrontar esos problemas, y aun habiendo asistido ya a numerosas reformas laborales en las
últimas décadas, debemos prestar atención, entre otras, a dos tareas pendientes: la reforma de la
estructura de la negociación colectiva y la potenciación de las políticas activas del mercado de
trabajo. Asimismo, hay otras propuestas que se están siendo objeto de debate. Sobre todos estos
temas versará este artículo. Pero, dado que el mercado de trabajo es algo más que un simple
mercado de un bien o servicio –Solow (1992) por ejemplo habla de «institución social»–, también
comentaremos diversos aspectos institucionales y de política económica de dicho mercado.

2. Los datos y variables fundamentales del mercado de trabajo2

El «árbol del mercado de trabajo» constituye una foto fija, en un momento dado, del
estado general de dicho mercado. Imaginemos por ejemplo que comparamos el árbol del merca-
do de trabajo de España para años sucesivos. Posiblemente, no se apreciaría mucha diferencia,
salvo que hubiese habido importantes cambios económicos, como es el caso en los últimos
meses. Sin embargo, incluso sin cambios significativos en dicho árbol, ello no tendría que signi-
ficar que durante el periodo estudiado no se han producido movimientos importantes en el merca-
do laboral. En este sentido, es muy importante prestar atención a los flujos o dinámica del
mercado de trabajo y, en especial, a los flujos entre el empleo, el desempleo y la inactividad.
Aunque varios mercados de trabajo europeos occidentales, destacando el español, suelen tildarse
de «escleróticos» o rígidos, en comparación con el de Estados Unidos (EEUU), no por ello dejan
374 de observarse en los mismos importantes flujos laborales –pensemos por ejemplo en el efecto de
la alta tasa de temporalidad española–. A continuación, exponemos el árbol del mercado de
trabajo de la economía española correspondiente al primer trimestre de 2009, así como los ratios
laborales fundamentales. Además, para captar los importantes efectos de la crisis, recogemos
esas mismas cifras un año antes.

La tasa de actividad, considerando la población de 16 y más años, ha experimentado en


España un moderado crecimiento, que la ha llevado en el primer trimestre de 2009 a alcanzar el
60,15%, cuando tres décadas antes esa cifra estaba en torno al 50%. El factor clave en dicho
crecimiento ha sido el aumento de la tasa de actividad femenina en las últimas décadas, ya que
la tasa masculina incluso ha sufrido un ligero retroceso. A pesar de ello, la tasa de actividad
masculina sigue siendo superior a la femenina, en casi 20 puntos.

La tasa de desempleo de una economía es uno de los indicadores macroeconómicos que


más atención suscita. El comportamiento de la tasa de desempleo puede diferir notablemente

2
Para una mayor profundización en los datos y las fuentes estadísticas del mercado de trabajo español, véanse Toharia (1998),
Pérez Infante (2006), McConnell et al. (2007) y Gómez et al. (2009).
Tabla 1. El árbol del mercado de trabajo
Primer trimestre de 2008 (miles de personas) Primer trimestre de 2009 (miles de personas)
Población total Población total
Ambos sexos: 45.109,5 (Hombres: 22.302,0. Mujeres: 22.807,5) Ambos sexos: 45.607,9 (Hombres: 22.548,3. Mujeres: 23.059,6)
Población menor de 16 años Población menor de 16 años
Ambos sexos: 7.066,8 (Hombres: 3.631,7. Mujeres: 3.435,1) Ambos sexos: 7.199,3 (Hombres: 3.699,8. Mujeres: 3.499,5)
Población de 16 y más años (población en edad de trabajar) Población de 16 y más años (población en edad de trabajar)
Ambos sexos: 38.042,7 (Hombres: 18.670,3. Mujeres: 19.372,4) Ambos sexos: 38.408,6 (Hombres: 18.848,5. Mujeres: 19.560,1)
Población activa Población activa
Ambos sexos: 22.576,5 (Hombres: 12.942,5. Mujeres: 9.633,9) Ambos sexos: 23.101,5 (Hombres: 13.026,7. Mujeres: 10.074,8)
Ocupados Ocupados
Ambos sexos: 20.402,3 (Hombres: 11.923,9. Mujeres: 8.478,4) Ambos sexos: 19.090,8 (Hombres: 10.830,9. Mujeres: 8.259,9)

Parados Parados
Ambos sexos: 2.174,2 (Hombres: 1.018,6. Mujeres: 1.155,6) Ambos sexos: 4.010,7 (Hombres: 2.195,8. Mujeres: 1.814,9)

Parados que buscan su primer empleo Parados que buscan su primer empleo
Ambos sexos: 197,8 (Hombres: 75,8. Ambos sexos: 299,4 (Hombres: 122,2.
Mujeres: 122) Mujeres: 177,2)
Parados con empleo anterior Parados con empleo anterior
Ambos sexos: 1.976,4 (Hombres: 942,8. Ambos sexos: 3.711,3 (Hombres: 2.073,6.
Mujeres: 1.033,6) Mujeres: 1.637,7)
Población Inactiva Población Inactiva
Ambos sexos: 15.466,2 (Hombres: 5.727,8. Mujeres: 9.738,4) Ambos sexos: 15.307,1 (Hombres: 5.821,8. Mujeres: 9.485,3)
Estudiantes Estudiantes
Ambos sexos: 2.357,5 (Hombres: 1.084,5. Mujeres: 1.273,0) Ambos sexos: 2.325,5 (Hombres: 1.099,1. Mujeres: 1.226,4)
Jubilados o pensionistas Jubilados o pensionistas
Ambos sexos: 6.902,5 (Hombres: 3.671,2. Mujeres: 3.231,3) Ambos sexos: 6.998 (Hombres: 3.731,4. Mujeres: 3.266,6)
Labores del hogar Labores del hogar
Ambos sexos: 4.782,2 (Hombres: 270,4. Mujeres: 4.511,8) Ambos sexos: 4.515,2 (Hombres: 275. Mujeres: 4.240,2)

Incapacidad permanente Incapacidad permanente


Ambos sexos: 1.050,7 (Hombres: 447,7. Mujeres: 603) Ambos sexos: 1.131,7 (Hombres: 478,5. Mujeres: 653,2)
Otra situación Otra situación
Ambos sexos: 373,4 (Hombres: 254. Mujeres: 119,5) Ambos sexos: 336,7 (Hombres: 237,8. Mujeres: 98,9)
Tasa de actividad (sobre población de 16 y más años): Tasa de actividad (sobre población de 16 y más años):
Ambos sexos: 59,34% Ambos sexos: 60,15%
(Hombres: 69,32%. Mujeres: 49,73%) (Hombres: 69,11%. Mujeres: 51,51%)
Tasa de paro: Tasa de paro:
Ambos sexos: 9,63% Ambos sexos: 17,36%
(Hombres: 7,87%. Mujeres: 11,99%) (Hombres: 16,86%. Mujeres: 18,01%)
Tasa de empleo (sobre población de 16 y más años): Tasa de empleo (sobre población de 16 y más años):
Ambos sexos: 53,62% Ambos sexos: 49,70%
(Hombres: 63,86%. Mujeres: 43,76%) (Hombres: 57,46%. Mujeres: 42,23%)
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA (INE).


375
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

entre países y en el tiempo. A continuación exponemos unos casos ilustrativos de ello, utilizando
datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Así, desde
mediados de los años ochenta los principales países europeos occidentales, y especialmente
España, han presentado cifras de desempleo superiores y más persistentes que las de EEUU
(Romero-Ávila y Usabiaga, 2008 y 2009). Por otro lado, Portugal, un país que comparte muchas
características de todo tipo con España, no ha sufrido en las últimas décadas el grave problema
de desempleo que ha afectado a la economía española, llegando a presentar tasas de desem-
pleo incluso inferiores a la media europea. No es de extrañar que la comparación entre España y
Portugal a este respecto haya despertado gran interés entre los investigadores3. Por último,
debemos recordar que el mercado de trabajo japonés es muy idiosincrásico –por ejemplo, las
relaciones laborales tienden a ser permanentes–, y se caracteriza, entre otras cosas, por una
tasa de desempleo especialmente baja, apenas superando dicha tasa el 5% en su reciente
periodo de crisis.

Gráfico 1.
Evolución internacional comparada de las tasas de desempleo

376

Fuente: OECD Economic Outlook (2009).

3
Véase Bover et al. (2000). El principal factor diferencial citado en estos trabajos es la mayor flexibilidad salarial portuguesa.
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

Debemos señalar que el drástico ascenso reciente de la tasa de desempleo española,


que ha afectado especialmente a los hombres, se atribuye a la combinación de la importante
destrucción de empleo –sobre todo masculino– con la fortaleza del deseo de participación labo-
ral (actividad) –sobre todo femenino–. Los cambios metodológicos en las estadísticas laborales
y los cambios en el comportamiento de los trabajadores («efecto inscripción», «efecto desáni-
mo», etc.) pueden hacer que la tasa de paro no refleje con claridad la evolución del mercado de
trabajo. Por ejemplo, la nueva definición de parado de la EPA, introducida en 2002, más estricta,
hizo pasar a ciertos trabajadores de ser catalogados como parados a inactivos, pudiendo reducir
ello la tasa de paro. Estos cambios metodológicos también han sido frecuentes en las cifras del
Servicio Público de Empleo Estatal. Es por todas estas complejidades asociadas a la tasa de
paro por las que muchas instituciones prefieren utilizar como indicador de referencia del mercado
de trabajo la tasa de empleo, variable menos opaca.

La tasa de empleo española, calculada sobre la población de 16 y más años, parte del
50% en 1976 (75% para los hombres y 27% para las mujeres), alcanza mínimos en torno al 40%
en los periodos de crisis de mediados de los años ochenta y mediados de los noventa, y ascien-
de constantemente desde entonces hasta mediados de 2007 (54%), situándose en torno al 50%
en el primer trimestre de 2009. Aunque ha existido cierta convergencia, la tasa de empleo mas-
culina sigue siendo superior a la femenina en unos 15 puntos.

2.1. Análisis desagregado de la tasa de desempleo

La tasa de paro global de la economía puede resultar engañosa, ya que con la agregación 377
se pueden esconder diferencias de relevancia entre los colectivos que engloba. Esto es precisa-
mente lo que se observa en el caso español, desde diversas perspectivas, como mostraremos a
continuación. Asimismo, cuando se analizan las cifras para la unidad familiar, se perciben las
cosas desde una perspectiva diferente: los jóvenes españoles podrían soportar mejor las altas
tasas de desempleo porque se emancipan tarde y en las unidades familiares donde hay varios
empleados potenciales puede soportarse mejor el desempleo de alguno de sus miembros. En
suma, el respaldo de la estructura familiar española («seguro familiar»), que se comparte con
otros países mediterráneos, podría hacer más soportable el paro en comparación con otros
países (Bentolila y Ichino, 2008).

Aunque, en general, las tasas de paro de las regiones españolas presentan ciclos comu-
nes, se observan importantes diferencias cuando comparamos los niveles. Expongamos un ejemplo
ilustrativo: la media de la tasa de paro a lo largo de todo el periodo analizado (desde el tercer
trimestre de 1976 hasta el primero de 2009) oscila entre el 22% de Andalucía (seguido del 18,8%
de Extremadura y el 16,8% de Canarias) y el 8,5% de La Rioja (precedido por el 9,3% de Aragón
y el 9,7% de Navarra). En el primer trimestre de 2009, las cifras máximas corresponden a Cana-
rias (26,1%), Andalucía (24%) y Extremadura (21,7%); y las mínimas a País Vasco (10,3%) y
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Navarra (10,4%). Por tanto, las diferencias regionales son muy importantes y, en general, las
regiones con mayores y menores tasas de paro se han mantenido a lo largo del tiempo. Es más,
se observan significativas diferencias en las tasas de paro incluso a nivel provincial dentro de
cada región. Sin duda, estas importantes diferencias geográficas en la tasa de paro, persistentes
en el tiempo, están vinculadas a la reducida movilidad geográfica de los trabajadores españoles
y a la rigidez salarial (Jimeno y Bentolila, 1998).

Por otro lado, aunque las cifras van convergiendo lentamente en el tiempo, debemos seña-
lar que el paro afecta más a las mujeres que a los hombres. Así, a pesar de que la crisis ha
afectado más a los hombres, en el primer trimestre de 2009 la tasa de paro masculina ha sido del
16,86%, frente al 18,01% de la tasa femenina.

La reducción del desempleo juvenil es uno de los objetivos habituales de las políticas
laborales (medidas de inserción laboral, contratos de aprendizaje, etc.). Las cifras de las tasas
de paro por edades justifican la necesidad de políticas dirigidas a este colectivo. Así, en el primer
trimestre de 2009, estas cifras son las siguientes: 54,47% (16-19 años); 30,74% (20-24 años);
16,08% (25-54 años) y 10,47% (55 y más años). Puede constatarse que el colectivo de trabaja-
dores jóvenes soporta unas tasas de paro muy elevadas relativamente.

Las tasas de paro por sector económico pueden diferir notablemente, cambiando asimis-
mo su posición relativa a lo largo del tiempo, como lo muestra la elevación reciente del desem-
pleo en la construcción. En el primer trimestre de 2009, las cifras eran las siguientes: 27,3%
(construcción); 16,9% (agricultura); 11,4% (industria) y 9,8% (servicios).

Tabla 2. Evolución de las tasas de desempleo regionales


378

Media 1976 T3 1980 T4 1985 T4 1990 T4 1995 T4 2000 T4 2005 T4 2009 T1

Andalucía 22,0 9,3 17,7 29,8 24,3 31,5 20,1 13,8 24,0
Aragón 9,3 2,5 8,4 15,2 7,8 13,1 5,6 5,7 12,9
Asturias 12,4 3,1 9,4 16,9 14,5 14,9 12,1 9,6 12,0
Baleares 10,0 3,3 10,0 14,4 11,2 13,8 6,8 7,5 19,7
Canarias 16,8 8,5 13,1 23,5 21,4 21,3 10,4 10,7 26,1
Cantabria 12,4 2,8 7,8 15,6 15,0 20,8 11,6 8,1 12,4
Castilla La Mancha 11,8 4,6 10,9 14,1 11,2 16,9 10,0 9,4 18,1
Castilla y León 12,5 2,7 9,3 17,6 13,7 18,1 11,0 8,5 13,8
Cataluña 13,4 3,5 13,8 21,8 12,4 19,6 8,7 6,6 16,1
Extremadura 18,8 4,3 14,7 24,0 20,2 25,2 16,8 15,3 21,7
Galicia 10,9 1,6 5,7 12,4 11,4 16,5 12,4 9,1 12,2
Madrid 11,6 4,7 13,0 20,6 9,9 17,2 8,6 5,9 13,4
Murcia 14,3 4,8 10,8 18,7 14,5 20,6 11,3 7,4 19,3
Navarra 9,7 3,9 12,7 18,3 10,9 12,0 5,0 5,9 10,4
País Vasco 14,4 3,4 13,5 22,1 17,9 20,8 10,7 6,4 10,3
Rioja 8,5 1,6 5,7 15,7 7,9 12,2 5,5 6,5 11,4
Comunidad Valenciana 13,8 3,2 10,7 19,1 13,3 20,0 10,2 8,0 19,2

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA (INE).


PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

Las cifras muestran con claridad que un mayor nivel de estudios se asocia a una menor
tasa de paro. En el primer trimestre de 2009, las tasas de paro por niveles educativos eran las
siguientes: 45,81% (analfabetos); 24,57% (educación primaria); 22,75% (primera etapa de la
educación secundaria); 16,78% (segunda etapa de la educación secundaria); 12,17% (formación
e inserción laboral con título de secundaria); 9,29% (estudios superiores, pero no doctores) y
1,79% (doctores). Asimismo, debemos recordar que la cuantía de las remuneraciones también
crece con el nivel educativo.

Por último, un aspecto relevante del mercado de trabajo que no debemos olvidar es el de
la duración del desempleo. En este campo se presta especial atención al paro de larga duración,
que habitualmente se asocia a los trabajadores con episodios continuos de desempleo de más
de 12 meses. La distribución, a efectos de la duración del episodio de desempleo de los
parados, en el primer trimestre de 2009, es la siguiente (cifras en miles de personas): 309,5
(menos de 1 mes); 888,3 (de 1 mes a menos de 3); 890,4 (de 3 meses a menos de 6); 780 (de
6 meses a menos de 1 año); 549,1 (de 1 año a menos de 2); 377,2 (2 años o más) y 216,2
(parados que ya han encontrado empleo, pero que están pendientes de incorporarse). Por tanto,
el porcentaje de paro de larga duración es del 23,10%. Aunque las cifras tienden a converger, las
mujeres aún se ven más afectadas que los hombres por el paro de larga duración (27,6% para las
mujeres y 19,38% para los hombres en el primer trimestre de 2009). Un aspecto positivo que
cabe resaltar es que tras haber estado oscilando el porcentaje de paro de larga duración entre el
50 y el 60% entre mediados de los años ochenta y finales de los noventa, más recientemente
dicho porcentaje ha ido bajando paulatinamente hasta situarse en la moderada cifra actual. Ello
es posiblemente consecuencia, al menos parcialmente, de las políticas dirigidas a dicho colec-
tivo en las distintas reformas y programas de fomento del empleo planteados. Otro aspecto
destacable que muestran los datos de la economía española es que la incidencia del paro de 379
larga duración aumenta con la edad. Así, en el primer trimestre de 2009, el porcentaje de parados
de larga duración crece de forma prácticamente lineal desde el entorno del 18% (para los colec-
tivos entre 16 y 34 años) hasta el 43,33% (60-64 años). No es de extrañar por tanto que en este
ámbito sean habituales las políticas dirigidas al colectivo de parados mayores de 40-45 años.

2.2. Otros datos de interés

Si comparamos la cifra de ocupados por sector económico en el primer trimestre de 2009


con la existente en el segundo trimestre de 1987 –es decir, más de dos décadas de diferencia–
se observan cambios importantes. En primer lugar, hay que tener en cuenta que en ese periodo
casi se duplicó la cifra total de ocupados. Los empleados en la agricultura han pasado de cons-
tituir el 14,67% del total de ocupados al 4,39% (de 1.715,8 a 837,8 miles de personas); los
ocupados en la industria han pasado del 24,38% al 15,19% (de 2.851,1 a 2.900,1); los ocupados
en la construcción han pasado del 8,17% al 10,36% (de 955,2 a 1.978,0); y, finalmente, los
ocupados en el sector servicios han pasado del 52,76% al 70,05% (de 6.168,1 a 13.374,9). Por
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

tanto, hemos asistido a una potenciación de los sectores construcción y servicios en detrimento
de la agricultura y la industria. Asimismo, se percibe un alto grado de terciarización en la econo-
mía: dos de cada tres empleados pertenecen al sector servicios.

Por otro lado, la mayor parte de los ocupados en el mercado de trabajo español son
asalariados. Así, de los 19.090,8 miles de ocupados en el primer trimestre de 2009, un 82,99%
(15.843,1) son asalariados y un 16,97% (3.240,5) son trabajadores por cuenta propia. Por su
parte, esos trabajadores por cuenta propia se dividen en los siguientes colectivos: un 59,39%
(1.924,6 miles de ocupados) son empresarios sin asalariados o trabajadores independientes
–generalmente denominados «autónomos»–, un 33,95% (1.100,3) son empleadores, un 5,68%
(184,1) aparecen recogidos como «ayudas familiares» y un 0,97% (31,5) son miembros de coo-
perativas. Además, los asalariados han ido ganando peso en el empleo. Así, entre el segundo
trimestre de 1987 y el primer trimestre de 2009, el peso de los asalariados en el empleo total
aumentó desde el 70,34% hasta el 82,99%.

Desde mediados de los años ochenta, a raíz de la reforma laboral de 1984, que permitió la
contratación temporal no causal, el peso de los asalariados con contrato temporal en el total de
asalariados creció rápidamente, hasta alcanzar el 30% a finales de esa década. A principios de
los noventa esa cifra incluso se incrementó, hasta el entorno del 35%, manteniéndose en esos
niveles hasta hace poco, cuando la reforma laboral de 2006 primero (que bajó la tasa al entorno
del 30%) y la crisis posterior, caracterizada por una intensa destrucción de empleo temporal, han
permitido reducir dicha cifra hasta el 25,41% en el primer trimestre de 2009. A pesar de esta
reducción reciente, dicho porcentaje casi duplica aún la media de la UE.

380 La mayor parte de los asalariados españoles trabajan en el sector privado. Así, en el
primer trimestre de 2009, los asalariados se repartían de la siguiente manera (cifras en miles de
personas): 3.029,5 en el sector público y 12.813,5 en el sector privado. En el segundo trimestre
de 1987 sus cifras respectivas eran de 1.869 y 6.325. El porcentaje de asalariados públicos en el
total se mantuvo regularmente por encima del 22% hasta finales de los años noventa, bajando de
forma paulatina posteriormente ante el impulso del sector privado, llegando al 17% en 2007. En
el primer trimestre de 2009, la cifra se sitúa en el 19,12%.

A pesar de que en varias reformas laborales se ha retocado la regulación de la contrata-


ción a tiempo parcial, debemos señalar que en la economía española se hace un uso muy
limitado de la misma, quizás porque su función es cubierta por la contratación temporal. Así, el
peso de este tipo de empleo nunca ha superado el 15% del total (la cifra para el primer trimestre
de 2009 es del 12,69%), a diferencia de lo que ocurre en otros países, como Holanda por ejem-
plo, en donde se alcanzan cifras bastante más elevadas (incluso superiores al 30%).

Por último, debemos señalar que la evolución de la productividad del trabajo en España ha sido
de las peores entre los países de la OCDE. En este sentido, los datos proporcionados por la OCDE
señalan que, desde principios de los años setenta hasta la reciente crisis, la media anual de creci-
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

miento de la productividad española ha sido del 1,77%. Sin embargo, si distinguimos por décadas, se
aprecia una clara trayectoria descendente «al igual que ha ocurrido en otros países», hasta llegar a
valores sumamente preocupantes. Así, las medias de crecimiento anual son las siguientes: 3,76%
(década de los setenta); 2,23% (década de los ochenta); 1,04% (década de los noventa) y 0,06%
(desde 2000 hasta la crisis)4. Es obvio que este importante problema necesita ser abordado.

3. Las relaciones macroeconómicas básicas

Una de las formas de aproximación a la tasa de desempleo «natural» o de equilibrio de


una economía (Gómez y Usabiaga, 2001) se basa en la noción de curva de Phillips (1958), en
su versión denominada «aceleracionista». En este sentido, una economía se considera en
equilibrio cuando alcanza la «tasa de desempleo que estabiliza la tasa de inflación» (NAIRU)
(Layard et al., 1991). En el Gráfico 2, que recoge la combinación para cada año de la tasa de
desempleo (abscisas) y la variación (en puntos porcentuales) de la tasa de inflación (ordenadas),
la NAIRU se corresponde con el punto de corte de la recta de regresión con el eje de abscisas.
Por su parte, la pendiente de dicha recta recoge la respuesta de las variaciones de la inflación al
desempleo. La NAIRU de una economía depende de los factores que pueden generar tensiones
inflacionistas en los distintos mercados. Además, puede variar con el paso del tiempo; de hecho,
diversos estudios han abordado la posible reducción de la NAIRU española desde mediados de
los años noventa (Bentolila et al., 2008a).

Gráfico 2. La curva de Phillips y la NAIRU


381

Nota: El método de estimación utilizado es el de los Mínimos Cuadrados Ordinarios, y el periodo de análisis va desde 1980
hasta 2008.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE (EPA e Índice de Precios al Consumo).

4
Es interesante apuntar que el crecimiento de la productividad española es una variable claramente anticíclica, por lo que con la
crisis, a raíz de la importante destrucción de empleo, sus cifras se han elevado, al igual que en crisis anteriores.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En el Gráfico 2 se observa una ligera relación negativa (-0,11) entre la tasa de desempleo
y la variación de la inflación; es decir, cuando aumenta la tasa de desempleo, la tasa de inflación
se reduce moderadamente. Por otro lado, de la recta de regresión trazada se deduce una NAIRU
del 12%. Así, para el conjunto del periodo analizado (1980-2008), la tasa de desempleo corres-
pondiente a una tasa de inflación estable es del 12%. Si la tasa de desempleo fuese inferior a
esa cifra se observaría una elevación de la inflación y si fuese superior una reducción de la
misma. A pesar de que estimaciones realizadas años atrás situaban a la NAIRU española
incluso en cotas más altas (18-20%), la cifra que hemos obtenido es elevada desde una pers-
pectiva comparada –por ejemplo, la NAIRU de EEUU se suele situar en torno al 5-6%–. Esto
constituye un indicio de que la economía española sufre de tensiones inflacionistas, que debe-
rían corregirse antes de que vuelvan a dar la cara en la próxima fase expansiva5.

El gráfico de la ley de Okun (1962) recoge la combinación para cada año de la variación
del Producto Interior Bruto (PIB) real (%) en abscisas y la variación de la tasa de desempleo
(en puntos porcentuales) en ordenadas. En él se observa una fuerte relación negativa (-0,84)
entre la variación del desempleo y el crecimiento económico. Ello indica que la evolución del
crecimiento económico deja una huella profunda en la tasa de desempleo. Pensemos que esa
relación es aproximadamente de -0,4 en EEUU, de -0,3 en Alemania y de -0,1 en Japón. Los
analistas del mercado de trabajo señalan que la alta tasa de temporalidad española podría estar
detrás de esa mayor sensibilidad del desempleo al crecimiento económico. Del gráfico comenta-
do también se deduce que, para el conjunto del periodo estudiado (1978-2008), la economía espa-

Gráfico 3. La ley de Okun

382

Nota: El método de estimación utilizado es el de los Mínimos Cuadrados Ordinarios, y el periodo de análisis va desde 1978
hasta 2008.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE (EPA y Contabilidad Nacional de España).

5
Las cifras de inflación recientes, extremadamente bajas, debido a la gran debilidad de la demanda como consecuencia de la crisis
y a la reducción de los precios energéticos, no deberían hacernos olvidar esas disfunciones.
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

ñola debería crecer más de un 2,88% («tasa de crecimiento normal») para reducir la tasa de paro.
Este resultado es preocupante, al tratarse de una cifra muy elevada para un país desarrollado. Con
esa adversa ley de Okun, y las preocupantes cifras de crecimiento de los últimos trimestres
(recesión), no es de extrañar el importante aumento observado en la tasa de desempleo.

4. Unos apuntes sobre varias figuras e instituciones del mercado de trabajo

El modelo español de negociación colectiva presenta un grado de centralización interme-


dio, con el predominio de los convenios sectoriales de ámbito provincial. Debemos señalar que
este grado de centralización intermedio parece ser poco recomendable según muchos econo-
mistas laborales (Calmfors y Driffill, 1988). Los sistemas más centralizados (modelo sueco)
permiten la coordinación de la negociación laboral con el funcionamiento general de la economía
(desempleo, inflación, crecimiento, etc.), mientras que los modelos más descentralizados (mo-
delo norteamericano) permiten la coordinación de la negociación laboral con las circunstancias a
las que se enfrenta la empresa (ventas, beneficios, etc.). Sin embargo, el modelo intermedio
español carece de ambas propiedades. La reducida dimensión de la mayor parte de las empre-
sas españolas constituye otra limitación en este campo. Otra característica del modelo español
es la baja tasa de afiliación sindical de los trabajadores, lo que no les impide, en general, estar
cubiertos por la negociación colectiva. El modelo ha salido prácticamente indemne de diversas
reformas e intentos de reforma.

La figura del salario mínimo intenta garantizar unos ingresos suficientes a ciertos colectivos
desfavorecidos del mercado de trabajo, como por ejemplo los jóvenes poco cualificados. Sin em- 383
bargo, diversos estudios han alertado sobre el problema que puede suponer contar con unos sala-
rios mínimos relativamente elevados. Entre otros aspectos, esos colectivos podrían tener proble-
mas para insertarse en el mercado laboral y adquirir experiencia laboral (González et al., 2003).

En principio, es lógico pensar que unos altos costes de despido sirven para proteger el
empleo de los trabajadores, por ejemplo en las fases cíclicas recesivas. Sin embargo, diversos
estudios han mostrado también que los elevados costes de despido hacen que se produzcan menos
contrataciones por las empresas en las fases expansivas, por lo que en conjunto el efecto neto sobre
el empleo no resulta claro (Bentolila y Bertola, 1990). Por otra parte, en el mercado de trabajo encon-
tramos a trabajadores sujetos a distintas modalidades de contratación, que suponen diferentes
costes de despido, pudiendo producirse una segmentación entre los mismos. Por ejemplo, en
España encontramos trabajadores con contrato indefinido sujetos a distintas normativas respec-
to al coste de despido –contratos ordinarios (despido más caro) y de fomento (despido más
barato)6–. En la práctica, los trabajadores con contrato temporal parecen ser el elemento de

6
Resulta interesante observar que las empresas no hacen siempre uso del contrato de fomento, aunque se den las condiciones
requeridas, seguramente para motivar a los trabajadores –en la línea de los «salarios de eficiencia»–.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

ajuste del empleo a la fase cíclica, mientras que los trabajadores con contrato indefinido y altos
costes de despido permanecerían todo el ciclo en sus puestos de trabajo. Aparte de los costes
de despido, ambos tipos de trabajadores difieren en su poder de negociación, predominando
los intereses de los trabajadores más asentados en las empresas y los sindicatos «dinámica
insider-outsider».

Una institución básica del mercado de trabajo es el sistema de prestaciones por desem-
pleo. En nuestra opinión, hoy en día son minoría los economistas españoles que apuestan por un
sistema de prestaciones por desempleo generoso para ayudar a los trabajadores, por ejemplo
con el argumento de que pueden buscar con más calma un buen empleo. Más bien se piensa
que dicha generosidad podría perjudicar a los trabajadores, al reducir su intensidad de búsqueda,
existiendo el peligro de que se conviertan en parados de larga duración (Bover et al., 2002).
Asimismo, esas prestaciones generosas podrían provocar una grave problemática financiera al
sector público en los periodos prolongados de elevado desempleo. Por todo ello, recientemente
se apuesta más por las políticas activas de empleo, que intentan aumentar la «empleabilidad» de
los trabajadores, que por financiar incondicionalmente la permanencia en el desempleo.

Aparte de una mayor «flexibilidad externa», que quedaría plasmada en las características
de los contratos disponibles (menores costes de despido, etc.), los empresarios también recla-
man en ocasiones una mayor «flexibilidad interna» para reducir sus costes laborales, aspecto en
el que suelen enfrentarse a los sindicatos. Respecto a ese segundo tipo de flexibilidad, los
empresarios apuntan, por ejemplo, a una mayor movilidad geográfica y funcional de sus trabaja-
dores (lugares de trabajo, puestos de trabajo, turnos, horas extraordinarias, vacaciones, etc.).
Estas cuestiones suelen ser objeto de la negociación colectiva.
384

5. Las reformas del mercado de trabajo7

El atípico mercado de trabajo del periodo franquista estuvo sumamente intervenido por
parte de la administración. Tras ese periodo, el primer hito institucional fundamental en el
mercado de trabajo español fue la autorización en 1977 de los sindicatos. La aprobación del
Estatuto de los Trabajadores, en 1980, marcó los principios básicos de la negociación colec-
tiva española, llegando la vigencia de algunos de esos principios hasta la actualidad. Esos
principios básicos fueron los siguientes: la naturaleza normativa de los convenios colectivos, la
eficacia general de los convenios de ámbito superior a la empresa, la ultra-actividad o prórroga
automática, y la no concurrencia –que no se puedan negociar los mismos temas a distintos
niveles–. Entre 1979 y 1986 asistimos también a una serie de acuerdos nacionales sobre
diversas materias laborales.

7
Para un mayor desarrollo de este tema, véase Usabiaga (2007).
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

La reforma laboral de 1984 contó con dos elementos destacados:

1. El contrato temporal de fomento del empleo (CTFE): contrato no causal, por un máxi-
mo de 3 años y con una indemnización de 12 días por año trabajado. Este contrato
tuvo una gran demanda por parte de las empresas, incrementándose rápidamente la
tasa de temporalidad. Muchos autores han visto en dicho contrato la génesis del pro-
blema de la «dualidad» o segmentación, también denominado problema de «flexibili-
dad en el margen», en el mercado de trabajo español (Dolado et al., 2002).

2. Los contratos de formación y de prácticas: contratos por un máximo de 3 años, con


retribución reducida y con un tiempo dedicado a la formación o a las prácticas. En la
práctica, los empresarios aprovecharon este tipo de contratos para conseguir mano de
obra barata, no atendiendo a sus necesidades de formación o de prácticas.

Ante la relativa generosidad del sistema español de prestaciones por desempleo, con los
consiguientes efectos adversos sobre la intensidad de búsqueda de empleo, unida a las altas
cifras de paro alcanzadas, que hacían muy costoso el mantenimiento del sistema, en 1992 y
1993 se produjeron sendas reformas en el sistema, consistentes básicamente en un endureci-
miento del mismo, afectando a los requisitos para poder percibir prestaciones, a las cuantías de
las prestaciones y a la obligación de tributar de cara al impuesto sobre la renta de las personas
físicas. No es de extrañar que a raíz de esta reforma se observase un descenso del ratio de
sustitución de la prestación respecto al salario previo y de la tasa de cobertura del sistema, que
se mantendría en el tiempo.

La reforma laboral de 1994 intentó ser más general que las anteriores. En primer lugar, se 385
eliminó, con carácter general, el CTFE, tras concederse un periodo de prórroga. Su hueco fue
cubierto básicamente por la potenciación del contrato temporal de obra y servicio. Esta reforma
también contempló un contrato de aprendizaje, de parecidas características a los ya menciona-
dos. Por otro lado, se flexibilizó la contratación a tiempo parcial. Se ampliaron las causas de
despido procedente, introduciéndose las motivaciones basadas en las circunstancias económi-
cas, aunque su implementación fue muy problemática en la práctica. Esta reforma optó por la
ampliación del ámbito de competencia de la negociación colectiva. La apuesta por la descentra-
lización de la negociación colectiva frente al principio de no concurrencia, unida al principio de
aplicación del convenio más favorable, llevó a una heterogeneidad de situaciones. También se
apostó por la regulación de las cláusulas de descuelgue del convenio, pero este aspecto apenas
se desarrolló en la práctica. Por último, es destacable la autorización de las empresas privadas
de colocación no lucrativas y de las empresas de trabajo temporal.

El principal elemento de la reforma laboral de 1997 fue el nuevo contrato de fomento (NCF)
de la contratación indefinida, con una vigencia de 4 años. Dado que a este nuevo tipo de contrato
indefinido sólo pueden acceder ciertos colectivos, diversos autores han señalado que nos encon-
tramos ante una nueva fuente de segmentación en nuestro mercado laboral. Este contrato se
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

caracteriza por una indemnización de 33 días por año trabajado en caso de despido improceden-
te, con un máximo de 24 mensualidades y conlleva bonificaciones en las cuotas a la Seguridad
Social. Estas condiciones eran bastante más ventajosas para las empresas que las del contrato
indefinido ordinario (45 días, 42 mensualidades). Esta reforma también eliminó el contrato tempo-
ral de lanzamiento de nueva actividad. Asimismo, se reguló un nuevo contrato de formación, más
estricto. Se implantó una nueva causa de despido procedente: por posición competitiva o exigen-
cias de la demanda de la empresa. Como en la reforma de 1994, estas causas fueron de difícil
interpretación por parte de las Magistraturas de Trabajo. Por último, la reforma recoge unas
recomendaciones para la negociación colectiva: cubrir los vacíos generados a raíz de la reforma
de 1994, la apuesta por el papel regulador principal de los convenios sectoriales nacionales, y la
articulación de unas pautas de distribución de materias. Sin embargo, estas recomendaciones
se desarrollaron escasamente en la práctica. Por su parte, las condiciones de la contratación a
tiempo parcial se endurecieron a raíz de una reforma en 1998.

En 2001 asistimos a una nueva reforma laboral. En primer lugar, esta reforma planteó una
vigencia indeterminada para el NCF, así como su extensión a nuevos colectivos. También se
recoge en la reforma un plan de conversión de contratos temporales en NCF (con vigencia hasta
diciembre de 2003). Asimismo, para luchar contra la excesiva temporalidad, se encarecen ligera-
mente los contratos temporales, introduciéndose una indemnización de 8 días por año trabajado.
Por último, se volvió a flexibilizar la contratación a tiempo parcial.

La reforma de las prestaciones de 2002 recoge, en primer lugar, la desaparición de la


figura de los «salarios de tramitación» (salarios que se pagan mientras Magistratura no tramita el
despido). Por otro lado, se prohíbe la práctica habitual de compatibilizar las vacaciones no disfru-
386 tadas con la percepción de prestaciones por desempleo. Otros elementos destacables de la
reforma son las figuras del «compromiso de actividad» y del «empleo adecuado». En esencia,
dichas figuras persiguen aumentar la intensidad de formación y búsqueda de empleo de los
desempleados, así como «presionarles» para que acepten los empleos disponibles. Por último,
esta reforma recoge un nuevo modelo de prestación contributiva por desempleo para todos los
trabajadores eventuales agrarios españoles, aunque los ya perceptores de este tipo de presta-
ción en Andalucía y Extremadura mantienen sus condiciones previas.

La última reforma laboral española tuvo lugar en el verano de 2006. A continuación


sistematizamos la finalidad de las diversas medidas recogidas en la reforma:

1. Impulsar el empleo, la nueva contratación indefinida y la conversión de empleo tempo-


ral en fijo. Para ello se contemplan bonificaciones (en general, módulos fijos, por 4
años) y reducciones de las cotizaciones empresariales al generar empleo estable.

2. Limitar el encadenamiento abusivo de contratos temporales. Así, no se permiten más de


24 meses de los últimos 30 en un mismo puesto de trabajo sin pasar a un contrato
indefinido –aunque dicho cómputo no tuvo efectos retroactivos al darse de alta la norma–.
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

3. Mayor transparencia en la subcontratación de obras y servicios, así como una defini-


ción de lo que constituye una cesión ilegal de trabajadores.

4. Mejora de la protección de los trabajadores ante la falta de empleo.

5. Refuerzo de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

6. Potenciación de la eficiencia de las políticas activas de empleo y de la capacidad de


actuación de los servicios públicos de empleo.

En realidad, el principal objetivo de la reforma de 2006 fue la lucha contra la excesiva


temporalidad, al suponer ésta una lacra que genera diversas externalidades negativas (Toharia,
2005): baja productividad, alta siniestralidad, los trabajadores con contrato temporal no reci-
ben formación en la empresa, etc. En este sentido, existen tres posibles vías para luchar
contra la elevada temporalidad: 1) el cambio del coste relativo del empleo indefinido frente al
temporal; 2) el reforzamiento del principio de causalidad –es decir, que la contratación temporal
esté permitida sólo para determinadas actividades–; y 3) el cambio de modelo económico hacia
un tejido productivo de más calidad, al que no le resulte conveniente la excesiva temporalidad. La
reforma de 2006 apuesta principalmente por la primera vía (actuando sobre las bonificaciones y
las cotizaciones) y parcialmente por la segunda (mediante la limitación del encadenamiento de
contratos temporales). Una cuestión que cabe plantearse en esta reforma, al igual que en otras
anteriores, es la de los posibles comportamientos estratégicos que podrían adoptar los empresa-
rios. Por ejemplo, ¿intentarán cambiar de empresa o de puesto a los trabajadores para evitar así
la norma contra el encadenamiento abusivo de contratos temporales? Debemos señalar que los
principales costes directos de la reforma se vinculan a la reducción de las cotizaciones empresa- 387
riales (aproximadamente un 60% del coste total). En cuanto a los efectos de la reforma, pode-
mos señalar que desde la entrada en vigor de la misma hasta la irrupción de la crisis la tasa de
temporalidad bajó unos 5 puntos.

En cuanto a las líneas de avance futuro de las reformas, y aparte de apostarse por un
enfoque global del tema frente a reformas parciales, hoy en día parece existir bastante consenso
en la apuesta por el modelo de «flexiseguridad» (o modelo danés). En este sentido, se apuesta
por prestar atención tanto a la flexibilidad laboral externa (plasmada en los contratos) como a la
interna (centrada en el funcionamiento de la empresa). Por otro lado, el énfasis pasa de la
estabilidad en el mismo puesto de trabajo (modelo japonés) a la potenciación de las posibilida-
des de reinserción de los trabajadores en caso de desempleo («empleabilidad»). Muchos auto-
res han demandado la necesidad de nuevas reformas en la estructura de la negociación colectiva
española, aspecto que siempre ha generado controversia a la hora de intentar llevarse a la prác-
tica. Esta parcela es especialmente importante, ya que marca muchos elementos fundamenta-
les del mercado de trabajo: la distribución salarial, la movilidad geográfica y funcional, etc. Las
posibles reformas en esta área podrían atender las siguientes directrices (Bentolila y Jimeno,
2002): reforzar la representatividad de los agentes negociadores; ampliar la posibilidad de concu-
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

rrencia conflictiva de convenios salvo en las materias reservadas a los convenios estatales de
rama; suprimir la eficacia general automática de los convenios de ámbito superior a la empresa;
incentivar la renegociación de los convenios con límites temporales y soluciones por defecto; y
potenciar la coordinación entre las patronales y los sindicatos. Asimismo, sería necesaria una
mayor vinculación entre los salarios y la productividad. Otro aspecto sobre el que existe notable
consenso es la necesidad de una mayor evaluación y financiación de las políticas activas del
mercado de trabajo8, en detrimento de las políticas pasivas. Por otro lado, en España se ha
hecho poco uso del empleo a tiempo parcial, independientemente de las diversas reformas que
han actuado sobre esta figura. Sin embargo, el empleo a tiempo parcial puede permitir a ciertos
colectivos (personas con hijos pequeños a su cargo, personas encargadas de las tareas domés-
ticas propias, estudiantes, etc.) su inserción en el mercado laboral. De este modo, diversos
colectivos podrían apostar por el empleo a tiempo parcial indefinido, figura que combina estabili-
dad con flexibilidad y que habría que potenciar. Por otro lado, en la intermediación laboral tam-
bién resta un importante margen de mejora (Álvarez de Toledo et al., 2008)9. Finalmente, resulta
fundamental la coordinación de las políticas laborales con otras políticas (educación, vivienda,
inmigración, localización industrial, I+D, fiscalidad, competencia, etc.).

Ante la crisis, aparte de medidas expansivas de demanda, monetarias y fiscales, los


empresarios han reclamado al Gobierno una reducción de los costes de despido, del impuesto
de sociedades y de las cotizaciones sociales. Por su parte, los trabajadores han reclamado una
mayor generosidad en el sistema de prestaciones por desempleo, en especial en los plazos de
percepción. A continuación, comentaremos una serie de propuestas de reforma más ambiciosas
objeto de debate al cerrar este artículo:

388 1. Desde la reforma de 1997 España es uno de los países de la OCDE que más fondos
destina a subvencionar la contratación indefinida (0,4% del PIB en 2006), con medidas
estatales y regionales. Sin embargo, con estas medidas no se ha conseguido reducir
apenas la tasa de temporalidad e incluso se perciben otros efectos indeseados, como
la mayor rotación de los trabajadores indefinidos al intentar beneficiarse al máximo las
empresas de dichas subvenciones. Es por ello que diversos analistas propugnan
rediseñar estas medidas (García-Pérez y Rebollo, 2009a y b).

2. Recientemente (BOE de 7 de marzo de 2009), se ha introducido en nuestro mercado


de trabajo la posibilidad de conversión de las prestaciones por desempleo en subven-
ciones a la contratación; es decir, el denominado «cheque empleo» propuesto desde

8
A la hora de evaluar las políticas activas de empleo es conveniente tener en cuenta una serie de cuestiones metodológicas (Gazier,
2000): tipo de evaluación (macroeconómica o microeconómica), efecto sustitución, efecto «peso muerto», etc. Por ejemplo, un
resultado habitual en muchos estudios empíricos es que los efectos de peso muerto son importantes, especialmente en las
subvenciones al empleo (Fay, 1996). A modo de muestra, véanse Mato (2002), Sáez (2004) y Consejo Económico y Social (2005)
para el caso español, y Martin (2000) para la OCDE.
9
Por ejemplo, en el sentido de intensificar la intermediación pública respecto a ciertos parados (de larga duración y los poco
formados) y en el reciclaje hacia nuevos yacimientos de empleo (como la Dependencia), y de aumentar el papel de la intermediación
privada en la provisión y gestión de servicios.
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

hace tiempo por Snower (Orszag y Snower, 2000). En principio, esta medida está
diseñada para la contratación indefinida de trabajadores que hayan estado parados por
más de tres meses y la vinculación laboral debe durar al menos un año. Sin embargo,
dada la experiencia comentada de las subvenciones a la contratación indefinida, algu-
nos analistas apuntan que el «cheque empleo» debería acotarse más: incluyendo un
periodo de formación –señal de que la empresa está verdaderamente interesada en
establecer una relación duradera con el trabajador–; dirigiéndose a parados de larga
duración –para minimizar los efectos sustitución y «peso muerto»–; estableciéndose
un periodo de relación laboral mínima más extenso, pudiendo acogerse sólo aquellas
empresas que no hagan un uso excesivo de la rotación laboral; y diseñándose de
forma que el trabajador lo perciba como una medida individualmente beneficiosa.

3. Otra de las propuestas que está siendo objeto de debate en los últimos tiempos es la
del «contrato único» (Bentolila et al., 2008b). Así, para evitar la segmentación entre
trabajadores con contrato temporal y permanente, y entre distintos tipos de contrato
permanente, diversos analistas propugnan un único tipo de contrato de aquí en adelan-
te, indefinido, con un nivel creciente de indemnizaciones por despido de acuerdo a la
duración de la relación laboral (del tipo: 8, 12, 15, 20, 25 y 36 días, del sexto año en
adelante)10.

4. El Gobernador del Banco de España ha propuesto una reforma basada en la experien-


cia austriaca, país en donde se eliminaron las indemnizaciones por despido (Hofer,
2007). Se plantea que los trabajadores españoles no deberían perder su derecho a las
prestaciones y a la indemnización por desempleo al cambiar voluntariamente de em-
presa, ya que ello desincentiva la movilidad laboral. En lugar de las indemnizaciones 389
por despido, los empleadores deben ir alimentando –en el caso austriaco, en un 1,54%
del salario bruto mensual– un fondo individual, que el trabajador iría trasladando de una
empresa a otra («portabilidad») para hacer frente a un posible despido. Además, la
parte no consumida de dicho fondo podría financiar adicionalmente los recursos para la
jubilación del trabajador.

5. Otra propuesta consiste en aumentar la cuantía de las prestaciones por desempleo en


los primeros meses y hacer que ésta se reduzca después de forma más pronunciada,
tratando de aumentar la intensidad de búsqueda y el poder adquisitivo de los parados
durante los primeros meses.

6. Por último, hay quienes apuestan por hacer depender las cotizaciones sociales de las
empresas de su modelo de gestión de los recursos humanos.

10
Debemos recordar que la indemnización media en España es de 19 días en la actualidad.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

6. La política del mercado de trabajo en la Unión Europea

La Cumbre de Luxemburgo, en noviembre de 1997, puso en marcha un mecanismo de


coordinación en la Unión Europea (UE) basado en la implementación anual de programas nacio-
nales para el empleo en todos los países miembros. El objetivo de la estrategia iniciada tras
dicha cumbre es coordinar y estimular las políticas de creación de empleo orientadas hacia
cuatro pilares básicos11:

1. Mejorar la «empleabilidad» de los trabajadores: este pilar engloba básicamente las


políticas activas del mercado de trabajo, y principalmente las orientadas hacia la for-
mación e inserción laboral de los jóvenes y los parados de larga duración.

2. Estimular el espíritu empresarial: este pilar se refiere fundamentalmente a la necesidad


de facilitar el acceso al mercado de las empresas pequeñas; así, se intenta estimular
la demanda de trabajo por parte de las empresas, al fomentar la iniciativa privada.

3. Facilitar la «adaptabilidad» de las empresas y de sus empleados: este pilar se preten-


de construir mediante la reorganización empresarial en la línea de una mayor flexibili-
dad, basada en negociaciones con los representantes de los trabajadores.

4. Fortalecer las políticas de igualdad de oportunidades: este pilar se refiere fundamental-


mente a la eliminación de la discriminación en contra de las mujeres y los discapacitados;
se trata de medidas diseñadas para aumentar la participación laboral y reducir el paro
de larga duración. Estos cuatro pilares se desarrollan en un conjunto de directrices
390 más específicas, algunas de ellas con objetivos cuantificados, que los países han de
tener en cuenta para elaborar los planes nacionales para el empleo.

Posteriormente, en el Consejo Europeo celebrado en marzo de 2000 en Lisboa, se acor-


daron una serie de objetivos estratégicos para el periodo 2000-2010. En el ámbito laboral, el
indicador elegido para su seguimiento fue la tasa de empleo, definida como el porcentaje de
población ocupada entre 16 y 64 años respecto a la población total en ese mismo tramo de edad.
En concreto, se estableció como objetivo fundamental para 2010 una tasa de empleo del 70%
(60% para el colectivo femenino)12. Posteriormente, en el Consejo Europeo de Estocolmo de
2001, se añadió un tercer objetivo para 2010: una tasa de empleo del 50% para las personas
entre 55 y 64 años.

11
En Fina (2001, p. 435) se ofrece un desglose más detallado de los componentes de esta estrategia.
12
Debemos destacar que, hasta la reciente ralentización económica, la economía española avanzaba razonablemente hacia esos
objetivos. Así, en el primer trimestre de 2008, esas cifras estaban, respectivamente, en el 67% y el 56%. Sin embargo, con la crisis
nos hemos alejado considerablemente (61,2% y 53,6% respectivamente, en el primer trimestre de 2009).
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

Tras observarse un progreso moderado respecto a esos objetivos, el Consejo Europeo


decidió en el año 2005 reforzar la Estrategia de Lisboa, lanzando nuevas recomendaciones para
el periodo 2005-2008, que quedan encuadradas en tres grandes áreas: incrementar la oferta de
trabajo y modernizar los sistemas de protección social; mejorar la «adaptabilidad» de trabajado-
res y empresas; e incrementar la inversión en capital humano a través de una educación poten-
ciada y basada en competencias –para poder generar empleos de calidad–. Por último, debemos
hacer referencia de nuevo, en el contexto actual de la Estrategia Europea de Empleo, al concep-
to de «flexiseguridad». Así, en el año 2006 la Comisión Europea definió los distintos componen-
tes de esta estrategia, entre los que destacan las políticas activas del mercado de trabajo.

7. Inmigración y mercado de trabajo

Desde mediados de los años noventa hemos asistido a una masiva incorporación a nues-
tro mercado de trabajo de inmigrantes procedentes de diversas partes del mundo. Precisamente,
uno de los temas estrella entre los investigadores en los últimos años ha sido el análisis del efecto
de la inmigración sobre el mercado de trabajo y la economía española en general. Obviamente, a
estos efectos, la política de inmigración seguida resulta un factor clave. Así, el comportamiento
de los trabajadores y las empresas se adaptará al marco jurídico y administrativo existente.

Si miramos hacia atrás, parece existir bastante consenso en que el efecto económico
neto de la inmigración ha sido positivo. Así, en general, se ha tratado de una población relativa-
mente joven, en edad de trabajar, que ha presentado unas altas tasas de actividad y empleo,
superiores a las de los españoles. Por otro lado, se ha observado un reducido efecto de susti- 391
tución de los trabajadores españoles. Así, en muchos casos, los inmigrantes han ocupado
puestos que «no querían» los españoles (empleadas de hogar internas, cuidado de ancianos,
enfermos y discapacitados, tareas agrícolas, hostelería, construcción, etc.), y en donde pre-
viamente existían problemas para conseguir cubrirlos. Por otro lado, los trabajadores inmigrantes
también han mostrado una mayor movilidad geográfica, una mayor flexibilidad ante las condi-
ciones de trabajo y una mayor moderación salarial. En este sentido, Bentolila et al. (2008a)
concluyen que la inmigración ha jugado un papel clave en el hecho de que la gran reducción de
la tasa de desempleo española desde mediados de los noventa hasta la crisis no haya gene-
rado apenas tensiones inflacionistas. Asimismo, se ha apuntado repetidamente que los
inmigrantes, por su elevada participación laboral, han tenido una importante contribución al
superávit de la Seguridad Social hasta la crisis. Por otro lado, con su mayor natalidad relativa,
han contribuido a reactivar esta variable en España, que presentaba cifras muy bajas desde
una perspectiva comparada. Sin embargo, no debemos olvidar aspectos menos positivos. Así,
se ha relacionado a la inmigración con la pobre evolución de la productividad española. Por un
lado, tenemos a inmigrantes que cuentan con poca formación y, por otro, también se observa
que ciertos colectivos de inmigrantes que cuentan con mejor formación en ocasiones están
subempleados, ocupando puestos poco productivos debido a prácticas discriminatorias o por
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

problemas administrativos. También se ha percibido un círculo vicioso entre la economía sumer-


gida y la inmigración. De todas formas, tras ponderar todos los factores reseñados, se concluye
que pesan más los elementos positivos que los negativos.

Si miramos hacia delante, parece que el efecto positivo de la inmigración tenderá a


neutralizarse. En primer lugar, porque no podemos esperar estar siempre en una fase expansiva
como la que ha terminado recientemente, con lo que la tasa de paro de los inmigrantes sube, se
generan las prestaciones por desempleo correspondientes, el efecto sustitución podría poten-
ciarse –especialmente en los empleos de baja cualificación–, etc13. Asimismo, podríamos espe-
rar un cambio de actitud en la segunda generación de inmigrantes, ya plenamente regularizada.
Básicamente, podrían seguir unas pautas similares a las de los trabajadores españoles, desapa-
reciendo ciertos elementos diferenciales de la primera cohorte de inmigrantes –como su mayor
movilidad geográfica, su mayor flexibilidad ante las condiciones de trabajo, su mayor participa-
ción laboral, etc.–. Por otro lado, con el envejecimiento de la primera generación de inmigrantes,
se devengará el cobro de pensiones de jubilación, un mayor uso de los servicios públicos, etc.
Asimismo, los inmigrantes de la primera cohorte están propiciando la llegada desde sus países
de origen de familiares que no están en edad laboral, lógicamente menos atractivos para las
arcas del Sector Público español.

8. Reflexiones finales

El mercado de trabajo español en la fase democrática ha destacado entre los países de la


392 OCDE, e incluso entre los países europeos occidentales, por mantenerse en unas tasas de
desempleo muy elevadas durante dos décadas. En los peores momentos se alcanzaron cifras
superiores al 20%, que fueron incluso más altas en ciertas regiones. Asimismo, en ese periodo
destacó el problema del paro de larga duración. Lógicamente, existieron una serie de factores
paliativos, como la estructura familiar, que hicieron relativamente sostenibles esas cifras. Desde
mediados de los años noventa hasta la crisis reciente, y aún descontando los posibles cambios
metodológicos favorables en las estadísticas, la tasa de paro española se redujo notablemente,
ante el impulso del empleo privado, llegando incluso a absorber un volumen importante de mano
de obra inmigrante, factor que ha presentado hasta el momento efectos económicos positivos.
Sin embargo, incluso en esa larga fase expansiva, el mercado de trabajo español presentaba un
problema de insuficiente calidad del empleo. Así, al intentar reducir el elevado desempleo a toda
costa, en la reforma laboral de 1984 se abrió la puerta al uso generalizado del empleo temporal.
A pesar de reformas posteriores, el mercado de trabajo español se ha caracterizado desde
entonces por una elevada tasa de temporalidad, generadora de segmentación o «dualidad» en el

13
Con motivo de la crisis ya se han observado cambios destacables, como por ejemplo que ha caído notablemente la tasa de empleo
de los inmigrantes, que la tasa de desempleo de los inmigrantes casi dobla la de los españoles y que se ha frenado la llegada de
inmigrantes europeos –pero no la de otras zonas–. Por otro lado, las medidas de repatriación voluntaria no han despertado mucho
interés.
PRESENTE Y FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL /
DIEGO ROMERO-ÁVILA Y CARLOS USABIAGA

mercado de trabajo; factor que incide negativamente en muchos elementos de la economía. No


es de extrañar que la última reforma laboral, introducida en 2006, haya adoptado como objetivo
fundamental la reducción de la temporalidad, objetivo que sólo parece haberse cubierto parcial-
mente. Asimismo, la elevada temporalidad está relacionada con el otro gran problema que
presenta el mercado de trabajo español: la pobre evolución de la productividad. Las herramien-
tas para la lucha contra la excesiva temporalidad pueden ser más evidentes; sin embargo,
conseguir un relanzamiento de la productividad española requiere una batería amplia de medi-
das estructurales, y no sólo laborales. Por otro lado, no es sostenible la dimensión observada
en la larga fase expansiva del sector de la construcción y los servicios relacionados. Es decir,
aparte de medidas expansivas de demanda para salir de la crisis, hasta donde las cuentas lo
permitan, el mercado de trabajo español necesita transformaciones de fondo. En cuanto al ámbi-
to laboral, hoy parece apostarse por el modelo de «flexiseguridad» o modelo danés. En este
sentido, las dos principales tareas a desarrollar son la reforma de la estructura de la negociación
colectiva y la potenciación de las políticas activas que estén positivamente evaluadas. Además,
diversos elementos están siendo objeto de debate al cerrar este artículo: las subvenciones a la
contratación indefinida, el «cheque empleo», el «contrato único», el «fondo austriaco» y el dise-
ño del sistema de prestaciones por desempleo y cotizaciones sociales. Por último, también
debemos prestar atención a la Estrategia de Empleo de la UE, al proceso de emparejamiento
laboral y a la evolución del fenómeno de la inmigración.

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396
EL FUTURO DEL MARCO INSTITUCIONAL DEL MERCADO DE TRABAJO
Iñigo Sagardoy de Simón
Universidad Francisco de Vitoria

RESUMEN ABSTRACT
En las actuales circunstancias de muy grave deterioro del In the current context of serious employment deterioration,
empleo, parece necesario adoptar medidas de urgencia que it becomes necessary to adopt urgent measures to face the
contribuyan a crear empleo y a detener drásticamente el mal economic crisis, create jobs and stop the endemic problem of
endémico español del desempleo. El ordenamiento laboral unemployment in Spain. The Spanish labour regulation has
español, si bien ha dado respuesta en el pasado a las necesidades provided solutions to the economic needs in the past years.
económicas de cada momento, se está manifestando como However, this regulation reveals itself insufficient to foster
insuficiente para ayudar a la economía española en el estado our nowadays critical economy. These measures must be
crítico en el que se encuentra. Tales medidas deben ser structured in a Labour Reform Plan as it was done in many
estructurales y contemplar un Plan de Reforma Laboral al modo European countries during the crisis of the 1970's. This plan
como se puso en marcha en varios países europeos en la crisis should focus on fostering direct hiring through new employment
de los 70. Ese Plan debería centrarse en facilitar la contratación agents, making deep changes in the change of working
directa y a través de nuevos agentes de empleo, pero también conditions for the companies in a precarious situation as well
en ahondar en cambios profundos en la modificación de as modernising our collective negotiation system
condiciones de trabajo ante situaciones precarias de las
empresas y en dar un vuelco a nuestro sistema de negociación
colectiva, claramente anquilosado en el pasado.

1. Consideraciones generales
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

Después de muchos años de crecimiento económico con unas tasas de actividad labo-
ral muy positivas, se ha producido, a modo de terremoto, una quiebra de todos los estándares. 397
En el momento en que se está escribiendo este trabajo, los índices de crecimiento han caído
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

en picado y el paro ha hecho acto de presencia segando vidas laborales y esperanzas vitales.
Los datos en los países de la OCDE son estremecedores sobre todo por la carencia de un
horizonte seguro. Y aunque cada país tiene una problemática propia, es muy cierto que de
esta crisis global sólo saldremos con acciones comunes y coordinadas. Como bien dice el
Documento de la Comisión de las Comunidades Europeas de 26 de noviembre de 2008 (Plan
Europeo de Recuperación Económica):

«En tiempos difíciles, la tentación es sentirnos impotentes. Pero Europa no es impotente. Los resortes
del Estado, los instrumentos de la Unión Europea, la influencia de una coordinación inteligente cristalizan
todos en una potente fuerza para detener la tendencia que nos arrastra a una recesión más profunda.
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

Una Europa preparada para adoptar con rapidez medidas audaces, ambiciosas y precisas será una
Europa capaz de poner freno a la desaceleración y de invertir la tendencia. O nadamos juntos o nos
ahogamos todos».

1
Este trabajo se ha hecho en colaboración con el Prof. D. Juan Antonio Sagardoy Bengoechea.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Y siendo eso correcto, también lo es, sobre todo a efectos laborales, que cada país tiene
que buscar soluciones específicas en función del punto de partida, es decir de las característi-
cas de su mercado de trabajo, tanto a nivel práctico como normativo. Así como en lo económi-
co-financiero puede darse una mayor similitud en las medidas a tomar, en el plano laboral pueden
(y deben) ser muy distintas ya que hay países con unos altos componentes de eficiencia y otros
no. Los primeros tendrán que tomar unas medidas más suaves y distintas a las que precisan los
países con estructuras rígidas, obsoletas y poco propicias para el desarrollo de la competitividad.
Nosotros, junto con otros países europeos del Sur y del Centro, tenemos un camino largo y doloro-
so si queremos estar en los niveles de competitividad exigibles en un mundo globalizado.

En los actuales momentos nuestra posición al respecto es preocupante según se


desprende del índice de competitividad del World Economic Forum, que sitúa a España en el
lugar 29 del mundo.

A finales de 2008, y desde que en 1999 adoptamos la moneda única, los precios de
consumo (datos a noviembre) han crecido un 11,2% más en España que en la Eurozona; un
7,6% más si se tienen en cuenta los precios industriales (datos a octubre), y nada menos que un
26,2% más si se atiende a la evolución de los costes de las manufacturas. Si se tienen en
cuenta todos los costes laborales unitarios (relación entre el coste del factor trabajo y la produc-
tividad) el resultado es, igualmente, inquietante para la economía española, toda vez que desde
el lanzamiento del euro han crecido un 12,8% más que en los países que forman parte de la
divisa europea.

Como señalan los expertos en economía del trabajo, esta evolución no es achacable
exclusivamente al alza de los salarios, sino que pone de relieve la existencia de un modelo
398
intensivo en utilización de mano de obra, pero de escasa productividad, lo que provoca que
cuando el ciclo cambia se destruya empleo a un ritmo mucho mayor que en los países de
nuestro entorno económico. Pone de manifiesto, igualmente, el retraso tecnológico de España
respecto de los principales socios comerciales.

En cuanto a la regulación de las condiciones de trabajo, el Informe Doing Business 2009 del
Banco Mundial, nos ofrece el dato de que España está en el lugar 21, dentro de los países euro-
peos del índice de rigidez laboral, basándose en condiciones como: dificultad para contratar a un
nuevo trabajador (índice de dificultad en la contratación); restricciones en la ampliación o reducción
del horario de trabajo (índice de flexibilidad en los horarios); dificultad y costo de despedir a un
trabajador redundante (índice de dificultad en el despido) y coste de trabajador despedido.

Y si vamos al concepto más amplio, de ese mismo índice, sobre regulación o flexibilidad del
mercado de trabajo, nuestro puesto es el ¡160! Bien es cierto que tan poco salen muy bien parados
otros países europeos (Francia: 148), con excepción del Reino Unido (28) y Dinamarca (10).

En otro orden de cosas, y como tendré ocasión de reflexionar más adelante, hay dos
factores clave y definitorios de nuestra fisonomía laboral: la temporalidad y el paro.
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

Como todos sabemos, España está a la cabeza de la temporalidad en Europa con más de
un 30% de contratación temporal y, a día de hoy, somos campeones en el desempleo sobrepa-
sando las tasas del 16%, con más de 3,5 millones de desempleados. Toda una combinación
explosiva.

Todo ello incita a la necesaria reforma laboral que resultará ineficaz si no viene acompaña-
da de otras reformas en el campo fiscal, educativo, institucional y productivo. Es muy ilustrativo
lo que la Comisión de las Comunidades Europeas en su Recomendación de 26 de noviembre de
2008, antes citada, dice respecto de España:

«El reto fundamental consiste en proseguir con las reformas estructurales para sostener el crecimien-
to potencial, corregir el amplio déficit por cuenta corriente y facilitar la reestructuración del sector inmobiliario.
A este respecto es fundamental el reto de mejorar la competitividad incrementando la innovación, reforzando
la competencia, especialmente en los servicios, mejorando la regulación del mercado del alquiler, y aumen-
tando la calidad del capital humano mediante el aprendizaje permanente y la continuación de la reforma de
la Enseñanza».

Asimismo recomienda una transición rápida del mercado laboral, fomentando más la mo-
vilidad, mejorando la capacitación y luchando contra la segmentación del mismo.

De tales Recomendaciones, creo que merece la pena destacar que las reformas han de
ser estructurales. Con ello quiero decir que esta etapa crítica es una ocasión única para realizar
las reformas que necesita nuestro modelo global de funcionamiento, tanto a nivel de instituciones
como de conductas. Ello es difícil porque normalmente tales reformas van a exigir medidas de
sacrificio y por tanto impopulares. Se trata de fortalecer el tejido productivo, dotar a las econo- 399
mías de la suficiente flexibilidad y capacidad de ajuste, aumentar la productividad de todos los
factores y elevar el potencial de crecimiento. Y en esa hercúlea tarea hay que evitar caer en la
melancolía del «proteccionismo» y «socialismo estatal».

Será difícil que tales cambios se produzcan con asentimiento –y mucho menos asenti-
miento entusiasta– de los agentes sociales y aunque haya que intentarlo en todo o en parte, no
puede haber una dejación del Gobierno de sus funciones rectoras buscando, eso sí, la colabora-
ción de todas las fuerzas políticas.

Tenemos que lograr un modelo mixto entre la cultura anglosajona y continental de modo que
la eficiencia económica se compagine con la social. Se trata de lo que viene llamándose «flexiguridad»,
tan ansiada y tan difícil de alcanzar. La flexiguridad, que tiene muchos matices, la ha definido con
bastante contundencia Claus Frederiksen, ministro danés de Empleo, al decir que:

«El primer pilar de la flexiseguridad es poder contratar y despedir con mucha facilidad. El segundo, es
mantener un elevado sistema de prestaciones públicas para quienes se quedan sin trabajo. Y el tercero, es que
el Estado gasta un montón de dinero en educación para que los desempleados vuelvan al trabajo».
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2. Las reformas laborales desde 1980 (Estatuto de los Trabajadores)

Hacer un balance de los resultados de las reformas laborales practicadas en España


desde 1984 puede ser útil para sacar la experiencia que tal balance nos ofrezca. En un inédito
trabajo del Prof. Gómez Egea (IESE), se hace un lúcido análisis de ello y, en concreto, sobre la
contratación laboral. Según tal estudio, la primera reforma, tras la promulgación del Estatuto
de los Trabajadores, en 1980, se produjo por la Ley de 2 de Agosto de 1984, cuando la tasa de
ocupados era del 38,9% (10.472.200 trabajadores) y de parados del 21,8% (2.716.100 trabajado-
res). Pues bien, los resultados de la reforma se concretaron en que el número de contratos
temporales realizados entre el año 1985 al 93 aumentaron en casi dos millones en términos
absolutos, pasando de 2.547.611 en 1985, a 4.432.547 en 1993, lo que supone un aumento del
73%. Si consideramos los cuatro primeros años (1985-1989), el incremento es todavía mayor,
alcanzando la cifra de 5.099.927 contratos, lo que significa un incremento de algo más del 100%.

El pilar básico en el que se apoyó el aumento de la contratación temporal fue el contrato


temporal de fomento al empleo. Su comportamiento fue muy irregular a lo largo de todo el perío-
do: pasó de 432.175 contratos en 1984, a 1.100.371 contratos en 1989; en términos porcentua-
les supone un incremento del 154%. En los años siguientes, esta cifra disminuye debido, entre
otras causas, a la profunda crisis económica que atravesó España a principios de los años
noventa, combinado con que la duración de este contrato era de tres años, por lo que había
margen de tiempo suficiente antes de seguir ampliando el número de contratos.

La segunda reforma, la más significativa de todas las que ha sufrido el Estatuto de los
Trabajadores, fue de 1994. Según el citado estudio:
400
«La tasa de paro en España alcanzó en 1994 un máximo histórico, situándose en el 24,2% y el número
de parados ascendía a 3.738.100; por otra parte, el número de ocupados había disminuido notoriamente
respecto a 1990, y el número de parados aumentó en más de un millón de personas».

Esta reforma se aprueba en el Congreso, a propuesta del Gobierno del PSOE, sin haber
alcanzado previamente un consenso con las fuerzas sociales, empresarios y sindicatos, lo que
produce un conflicto social que se plasmó en una huelga general y una nula disposición, por
parte de los agentes sociales, para desarrollar los nuevos cauces legales abiertos por esta
reforma.

Según el Prof. Gómez Egea:

«La segunda reforma del Estatuto de los Trabajadores tenía como uno de sus objetivos prioritarios la
ardua tarea de disminuir el paro y, a la vez, la contratación temporal. Una de las medidas que se adoptaron fue
la supresión del contrato de fomento al empleo. El resultado fue que el empresario se refugió sobre todo en el
contrato eventual y –en menor medida– en el de obra o servicio, para seguir con el mismo porcentaje de
temporalidad. Durante este período, la contratación temporal se incrementó en más de un millón de contratos».
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

Sin embargo, se consiguió empezar a generar empleo, aumentar el número de ocupados,


disminuyendo el número de parados y, en consecuencia, la tasa de paro; pero este incremento
se produjo gracias a la contratación temporal, incumpliendo uno de los objetivos que se proponía
la reforma. Concretamente, la proporción de contratos temporales aumentó en un 7%. Al final del
período se apunta un incremento muy importante de la contratación indefinida:

«La inserción de los jóvenes en el mercado de trabajo, a través de contratos temporales, que podíamos
denominar ‘‘suaves’’ (y que los sindicatos llamaron ‘‘contratos basura’’), era otro de los objetivos. El empresario
no se acogió a este tipo de contratación.

»En consecuencia, desde el punto de vista de la reforma de la contratación –el empleo generado fue
cubierto en gran medida por la contratación temporal–, esta reforma no consiguió los objetivos que pretendía.
Sus grandes logros se apuntaron en materia de flexibilidad laboral, sentando las bases para un posterior
desarrollo y una mayor concreción en los convenios colectivos, lo cual resultó muy importante».

La primera y segunda reforma se hizo con gobiernos socialistas.

La tercera reforma, ya con un gobierno del Partido Popular, se produjo en 1997. El


paro seguía siendo elevado (3.356.400 en términos absolutos y una tasa de paro del 21,60%;
EPA, 4º trimestre 1996) y, con el consenso de los agentes sociales, se firmó un Pacto, que dio
lugar a la reforma legal oportuna.

Según el estudio citado:

«La pretensión de la Reforma era doble: reducir la contratación temporal e impulsar la contratación 401
indefinida. Para ello se suprimió el contrato de lanzamiento de nueva actividad y se introdujo una nueva
modalidad de contratación: el contrato para el fomento de la contratación indefinida, con una indemnización
menor en caso de despido improcedente por causas objetivas».

En cuanto al primer objetivo, observamos que en el período 1998-2001 los contratos tem-
porales aumentaron en más de dos millones. Sin embargo, aunque esta reforma no alcanzara el
objetivo de reducir la contratación temporal, si frenó su ritmo de crecimiento, consiguiendo que,
al final del período, la proporción de éstos con respecto a los indefinidos, fuera un 2% menor.

El segundo objetivo, fomentar la contratación indefinida, se observa que en el período de


estudio aumenta el número de contratos con carácter indefinido. Por primera vez se alcanza la
cifra del millón de contratos indefinidos, y el contrato para el fomento de la contratación indefinida
tuvo un importante papel en este logro. Esta reforma consiguió reducir el número de parados, la
tasa de paro (2.445.400 parados y una tasa de desempleo del 13,40%; EPA 4º trimestre 2000;
una disminución de más de 8 puntos porcentuales respecto al mismo período de 1996), e incre-
mentar el número de ocupados. Podemos afirmar, por tanto, que fue la primera reforma que
alcanzó con cierto éxito los objetivos que se propuso.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

A ello contribuyó, sin duda, el diseño del nuevo contrato, en el que la indemnización por
despido se redujo a 33 días por año.

La cuarta reforma, también con un Gobierno Popular, se produjo en 2001, con los si-
guientes objetivos: ampliar el plazo de aplicación de las medidas tomadas en la reforma del año
1997, continuar incentivando la contratación indefinida y disminuir el número de parados.

La contratación temporal siguió aumentando, pero también lo hizo la contratación indefini-


da. De esta manera, se consiguió disminuir, en porcentaje, el peso de la contratación temporal.
El aumento de la contratación indefinida a lo largo del período se debió básicamente al contrato
de fomento de la contratación indefinida, superando en el año 2005, por primera vez, el millón y
medio de contratos indefinidos realizados.

Por último, esta reforma consiguió aumentar de manera importante el número de personas
ocupadas y, a la vez, consiguió disminuir la tasa de paro en 2,80% (concretamente descendió al
10,60%, EPA 4º trimestre 2004).

La quinta reforma, con un Gobierno Socialista, se produjo en 2006, también con el


consenso de los agentes sociales. Con esta Reforma se pretende, fundamentalmente, fomentar
la transformación de los contratos temporales en indefinidos, mediante subvenciones y bonifica-
ciones. Desde el 1 de junio de 2006, al 1 de enero de 2007, en que se terminan las bonificacio-
nes, el número de contratos indefinidos aumenta de modo vertiginoso, pero a partir de febrero de
2007, la celebración de dichos contratos disminuye de manera brusca, confirmando la tesis de
que las medidas tomadas eran coyunturales, sin atacar el problema de fondo, ya que nuestra
402 tasa de temporalidad sigue estando en el 30%.

Como concluye el Profesor citado:«La falta de efectividad real en la consecución de los


objetivos de las distintas reformas, tendentes a la generación de empleo estable a través de la
contratación laboral y a la disminución del número de parados, ha sido evidente».

Pero también es cierto que algunos contratos, como el de fomento del empleo, lograron
movilizar positivamente el mercado de trabajo. Fue un contrato precario, pero que logró más de
un millón y medio de contrataciones, y su supresión no mejoró la estabilidad en el empleo.

No cabe duda que el análisis de dichas reformas nos puede ayudar al planteamiento de
reformas estructurales, teniendo siempre presente tres líneas clave de base: la primera, que la
situación económica de un país es decisiva para el mercado de trabajo; la segunda que, con la
globalización, la mejora de la competitividad es fundamental; y la tercera, que la temporalidad de
los contratos es un mal endémico. Y tampoco puede menospreciarse el hecho de que la reforma
más profunda, la de 1994, y la más eficaz se hizo por el Gobierno en uso de su obligación de
«gobernar» y sin más coste que una huelga general.
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

3. Contenido de una posible reforma

El factor trabajo, en las economías globales al uso, es trascendental para ser competitivos
y por tanto lo es para el bienestar económico y social de los ciudadanos de cada país. Entre
nosotros, como hemos visto, tenemos un panorama alarmante ya que pasado el modelo de
crecimiento económico basado fundamentalmente en la construcción y los servicios (muy inten-
sivos en mano de obra y muy cíclicos), nos vemos abocados a un profundo cambio en el que
impere la innovación, el conocimiento y formación continua para poder competir en el mercado
global. Pero por otro lado es preciso que la legislación laboral no sea un obstáculo, por su
rigidez, para ese crecimiento cualitativo, de modo que los proyectos emprendedores tengan
como base unos sistemas de trabajo de costes razonables y homologables a los países de
nuestro entorno, de la suficiente elasticidad como para modificar causalmente las condiciones
de trabajo y con un componente social de respeto a los derechos fundamentales del trabajador,
de información y consulta a los representantes de los trabajadores y de unas condiciones de
trabajo (salarios, jornada y promoción profesional) dignas y razonables. Y todo ello en un marco
global de responsabilidad social de las empresas. Se trataría, en definitiva, de poner en práctica
el consejo de la OCDE de que en las actuales circunstancias es más positivo proteger «el puesto
de trabajo que el trabajador concreto». Al trabajador que pierde su puesto de trabajo hay que
protegerle con mecanismos compensadores y motivadores de la búsqueda de empleo, más que
con mecanismos de rígida fijación con su puesto de trabajo, ya que a la postre con ello se
termina con el propio puesto y por ende con el empleo del trabajador afectado.

Frecuentemente se aduce por parte de los sindicatos que no se admitirán reformas que
supongan un retroceso en las conquistas seculares de un estatus laboral determinado, y que
ha costado, literalmente, sangre, sudor y lágrimas. Tal tesis, desde luego respetable, es un 403
tanto simple pues no se trata, o no debe tratarse, de retrocesos sino de cambios que aseguren
–y mejoren– lo conquistado.

Por poner un ejemplo sencillo, la polivalencia funcional, frente al inmovilismo clasificatorio


de la legislación proteccionista, no tiene por qué suponer una rebaja del estatus económico o
laboral, sino que por el contrario, puede entrañar una mejora de la empleabilidad.

Respecto al procedimiento, quizá puede considerarse como uno de los hitos trascenden-
tales de la época que vivimos, la búsqueda del consenso por parte de los Gobiernos en su labor
de gobernabilidad. Con ello se rompen tradiciones y usos basados en el ius imperium que tenían
su polo positivo en la imperatividad de la norma y su polo negativo en la aceptación de la misma.

Este modo de Gobernar adquiere su cima en el ámbito laboral. Desde hace muchos años
los sucesivos Gobiernos que hemos tenido, y salvo la excepción de 1994, no se han atrevido a
legislar sobre las cuestiones laborales sin la previa aceptación de la normativa por los sindicatos
y las asociaciones empresariales. Como es lógico, ello ha producido una aplicación muy pacífica
de la norma, pero a costa de su contenido, ya que es muy difícil que la posible y necesaria
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

cirugía se la hagan los propios sufridores de la misma. En otras materias, también muy sensi-
bles en el ámbito social como la fiscal, la judicial y la educativa, el Gobierno de turno suele hacer
la reforma con los necesarios equilibrios políticos pero no sociales.

¿Y porqué no ocurre lo mismo en lo laboral? Yo creo que las causas bifurcan entre lo
sustantivo y lo formal u organizativo. Los temas laborales afectan de modo directo y vital, prácti-
camente a la mitad de la población y ello hace que desde el punto de vista político-electoral, las
decisiones de Gobierno tengan una evidente trascendencia. Ello se agudiza cuando se trata de
las pensiones. Al ser los pensionistas un grupo homogéneo –por el interés común a todos ellos,
como es la pensión– es fácil de movilizar electoralmente sólo y exclusivamente por la cuantía de
las pensiones con marginación de las opciones políticas de los pensionistas. Por eso las medi-
das que se toman en ese ámbito, con algún componente de racionalidad, suelen ser de futuro y
casi nunca de presente. Y es que, como dice Xavier Sala i Martí, vivimos en una gerontocracia.
Pero este aspecto sustantivo –la afectación a una gran parte de los ciudadanos– también se da
en otras materias, incluso con más agudeza, como por ejemplo en lo fiscal. De ahí que lo
decisivo sea el tema formal u organizativo. La potencia de acción y la capacidad movilizadora de
los sindicatos hace que los Gobiernos «se tienten la ropa» antes de reglamentar sobre las cues-
tiones socio-laborales. Tal actitud tiene su apoyo en el Titulo Preliminar de nuestra Constitución
que en los arts. 6, 7 y 8 delinea vigorosamente las tres columnas de la Sociedad versus Estado: los
partidos políticos, los sindicatos y asociaciones empresariales y las Fuerzas Armadas.

Por todo ello, y por razones de paz social, que son muy atendibles, nada debe objetarse
a que la legislación sobre temas laborales se apoye en la previa concertación de sindicatos y
asociaciones empresariales. Pero de ahí a que si no se logra dicha concertación no se legisle
404 sine die, va un abismo. Con tal proceder se está viciando in radice la función de las Cortes (art.
66 de la Constitución) y del propio Gobierno (art. 97 de la Constitución). En ningún texto legisla-
tivo está escrito que los temas laborales están fuera de la competencia directa de las Cortes
Generales. En definitiva la concertación como paso previo a la norma es muy saludable, pero
como paso necesario es una dejación clara de la acción de Gobierno.

Obviamente no pretendo con mis reflexiones aportar un programa de reformas de todas las
instituciones laborales y de la Seguridad Social. Además debo advertir que no trataré de la
reforma de la Seguridad Social, que tiene una gran complejidad y que sin duda es uno de los
grandes temas que no sólo el Gobierno, sino todos los Partidos Políticos y la sociedad en su
conjunto, debe abordar con premura si no queremos llegar al colapso de las prestaciones del
Sistema. Tampoco voy a ocuparme de las políticas referentes al desempleo que tienen entidad
por si mismas. Baste decir como telón de fondo y guía permanente, en ese campo, que lo eficaz
es diseñar unas políticas activas de empleo, sin perjuicio de las prestaciones necesarias de
subsistencia del parado. Una prestación de desempleo que de algún modo incite al perceptor a
una actitud pasiva cara a la búsqueda de empleo es una prestación desenfocada. Por ello quizá
sean deseables prestaciones mayores por menor espacio de tiempo.
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

Dentro de las posibles reformas resulta evidente asimismo que aun cuando trataré de las
que se refieren a la normativa vigente, existe una reforma o cambio, casi igual de importante,
como es el que se ancla en las prácticas, en las actitudes, en los hábitos de los trabajadores y
empresarios. Un ejemplo clamoroso de tales «prácticas» está en las indemnizaciones por extin-
ción de contratos de trabajo basada en causas económicas, productivas u organizativas. Nues-
tra legislación ha fijado un módulo, muy homologable al europeo, como son veinte días por año
(art. 51 ET). Sin embargo en la práctica ese modulo se convierte en casi todos los casos en un
módulo de partida, sin tope además en las 42 mensualidades que tiene el despido disciplinario,
pues en muchas ocasiones se supera. Y, repito, que eso es fruto de la práctica negociadora no
de la Ley.

Si la mentalidad de unos y otros sigue anclada en tiempos y modos pasados y/o caducos,
el cambio normativo tendrá poca eficacia. Y esas pautas de actuación tienen su mejor reflejo en
el contenido de la negociación colectiva. Si los convenios colectivos, como ocurre en abundancia
en los convenios sectoriales, están «monetizados», por entronizar como cuestiones clave la
jornada y el salario y la no innovación, la promoción, la competitividad, etc., los frutos serán
escasos y los avances muy lentos. Desde luego un análisis del contenido de nuestros convenios
es bastante desalentador. Y ahí no cabe echar la culpa a la rigidez de nuestra legislación sino a
la falta de voluntad de cambio y de afán innovador.

Pues bien, dicho eso entraré en una serie de recomendaciones de cambio referidas a las
relaciones individuales de trabajo, a las colectivas y a los mecanismos de intermediación en la
contratación.

405

3.1. Sobre las relaciones individuales de trabajo

3.1.1. Hacia un contrato único de trabajo

Uno de nuestros más profundos males radica en el auge de la temporalidad, muy por
encima de la media europea, con la consiguiente dualidad o segmentación del mercado entre
fijos y temporales. Ello trae una profunda diferencia en las indemnizaciones por extinción del
contrato, ya que para los primeros está entre 20 (despidos objetivos) y 45 días de salario por
año (despido disciplinario) y para los segundos en ocho. De ahí que las extinciones se produz-
can (y en este último año de modo brutal) entre los trabajadores temporales por su mucho menor
coste económico. Además, como dice el Informe del Círculo de Empresarios (Nuevas soluciones
para crear empleo, Madrid, marzo de 2009), esta brecha genera una serie de efectos aun mas
perniciosos para el empleo y el incremento de la productividad:
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

• Desincentiva la rotación laboral. Entre los que disfrutan de contratos indefinidos y


la concentra en el empleo temporal donde se enmarcan, principalmente, los jóvenes,
los inmigrantes y las mujeres. La flexibilidad del mercado de trabajo casi se limita a un
segmento, el de los trabajadores temporales, lo que refuerza la seguridad de que go-
zan los contratos indefinidos.

• Merma la productividad: la dualidad del mercado tiene un efecto nefasto para el


avance de la productividad, una de las grandes debilidades de nuestra economía, ya
que muchas necesidades fijas de la empresa acaban cubriéndose con contratos tem-
porales. Es decir, los costes de extinción del contrato sesgan hacia una visión
cortoplacista la toma de decisiones, que se basan más en las diferencias de costes
entre contratos que en las necesidades de la empresa y las cualidades del trabajador.

• Reduce la inversión por parte de las empresas en formación puesto que no


habrá suficiente periodo de maduración para rentabilizar el gasto, con la consiguiente
pérdida de empleabilidad para el factor trabajo y de competitividad para las empresas y
la economía.

De ahí que la convergencia de los contratos hacía un contrato único de trabajo, sería un
cambio trascendental. Sólo quedaría como contratos específicos, por sus rasgos tan caracterís-
ticos, los contratos formativos, los de interinidad y los de obra o servicio determinado en el
sentido de que su fin está ligado a la terminación de la obra o servicio contratado. Y siempre con
una identificación clara y rotunda de la obra o servicio.

406 La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su Informe de


2007 sobre España (Estudio Económico de la OCDE sobre España 2007), señala que la Refor-
ma Laboral de 2006, concebida para reducir la segmentación del mercado entre los trabajadores
con contrato indefinido –muy protegidos contra el despido– y los trabajadores con contratos
temporales, sólo han reducido levemente el diferencial de coste con los contratos temporales y,
por lo tanto, pueden no ser suficientes para hacer el mercado mucho más fluido para los trabaja-
dores con contrato indefinido, aunque disminuya la proporción de puestos de trabajo temporales.
Aun así una mayor flexibilidad en los contratos indefinidos es esencial para que estos trabajado-
res dejen de mostrarse tan reacios a cambiar de empresa, las empresas se abran más al cambio
tecnológico, surjan industrias innovadoras y se creen puestos de trabajo de mejor calidad. Esta
necesaria flexibilidad (continúa la OCDE) se lograría con un único contrato de trabajo que impli-
que un aumento paulatino de la indemnización por despido en función de la antigüedad.

La idea de un contrato de trabajo único supondría «un término medio» entre el temporal y
el fijo para atenuar la creciente dualidad en los salarios que se constata a causa de la globalización
y las nuevas tecnologías. La OCDE sintetiza el problema español en «una clara diferencia de
productividad y de uso de la mano de obra» respecto de los países más avanzados, estima
«elevadas» las indemnizaciones por despido en los contratos fijos, y sentencia que «el alto nivel
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

de compensaciones a los trabajadores indefinidos, sobre todo en comparación con los tempora-
les, ha creado un segmento dentro del mercado laboral que genera un efecto negativo sobre el
crecimiento de la productividad y la innovación» (según la OCDE, los trabajadores con contratos
indefinidos en España reciben una media cerca de 14 mensualidades en caso de despido, frente
a una media de dos meses en los países de la Unión Europea que pertenecen a la OCDE).

Decir finalmente que el contrato único sería indefinido aunque obviamente su extinción se
produciría por las causas que enumera el art. 49 del Estatuto de los Trabajadores. Cuestión a
revisar sería el montante de la indemnización y la forma de pago, en lo cual ahora no nos deten-
dremos, pero que evidentemente precisaría de reforma para acomodarla al coste del resto de los
países europeos.

3.1.2. El contrato a tiempo parcial

El contrato de trabajo a tiempo parcial es una feliz fórmula de contratación por su equilibrio
entre los intereses de la empresa y los del trabajador. Porque no siempre, ni mucho menos, el
tiempo parcial es una fórmula impuesta sino más bien buscada. Hay muchas personas que por
razones varias –y una importante es la de conciliar la vida laboral y la familiar– no desean trabajar
a tiempo completo. Este modo de trabajar está muy arraigado en la UE y sobre todo en los
países nórdicos y centroeuropeos, mientras que entre nosotros no llega al 15%.

Una de las causas puede estar en la rigidez de nuestra legislación. En concreto el art.
12.4 a) del ET precisa que «en el contrato deberán figurar el número de horas ordinarias de 407
trabajo al día, a la semana, al mes o al año, y su distribución». Esta última exigencia hace muy
desalentadora esta forma de contratación puesto que en la mayoría de las ocasiones no se
conoce por el empresario cuando va a necesitar, por razones productivas, los servicios del traba-
jador. Evidentemente que hay que buscar un equilibrio entre ambos intereses y fijar un prudente
plazo de preaviso para trabajar pero de ahí a que se fije de antemano y en el propio contrato va un
abismo. Por eso, una reforma de este precepto traería, sin duda, un auge del contrato part time.

No olvidemos además que el «trabajo intermitente» o «trabajo por llamada» se encuentra


admitido expresamente, con determinados requisitos y atemperaciones, en la legislación laboral
comparada. Pueden valer como ejemplo el art. 4 de la Ley alemana de fomento de empleo de 26
de abril de 1985 sobre el régimen de trabajo llamado Kapovaz, y el art. 212-4-12 y ss del Code du
Travail francés sobre el travail intermittent (limitado al contrato de trabajo por tiempo indetermina-
do a partir de la Ley 2000-37).

Los trabajadores «serán llamados al trabajo y lógicamente retribuidos exclusivamente


los días en que sean precisos sus servicios a la empresa». No atribuye una facultad al
empresario de «llamada» discrecional y menos aún arbitraria, sino que obliga al mismo a la
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

«llamada» («serán llamados»), por un orden que lógicamente no puede resultar discriminatorio
ni caprichoso, cuando concurra la acumulación de tareas que justifica el recurso a este tipo
de trabajo.

La norma general del art. 1.256 del Código Civil no se puede olvidar en el contrato de
trabajo, pero tampoco hay que perder de vista que el art. 1.258 del Código Civil ordena que «los
contratos se perfeccionan por el mero consentimiento y desde entonces obligan no sólo al cum-
plimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su
naturaleza, serán conformes a la buena fe, al uso y a la ley».

Por supuesto, el convenio colectivo que implante un régimen de «trabajo por llamada» sólo
puede hacerlo, teniendo en cuenta que el art. 3.2.b del RD 2720/1998 no habilita para «modificar»
de cualquier manera lo dispuesto en la ley, si cumple los requisitos: Uno de ellos es el respeto a
las normas legales y reglamentarias de derecho necesario (art. 3.2. del ET); y el otro es que la
implantación del régimen de «trabajo por llamada» suponga una mejora de las condiciones de
empleo del grupo o colectivo de trabajadores afectado (art. 3.3. del ET y principio de norma más
favorable).

3.1.3. La formación continua

En los tiempos actuales casi es un axioma, cara a la competitividad y el crecimiento, que


sin trabajadores dotados de formación es muy difícil prosperar. Y en ese campo, con indepen-
408 dencia de la importancia capital que tiene la acción del Gobierno en su política educativa, tam-
bién puede tener un papel positivo el contrato de trabajo.

Como es sabido el Art. 12 del ET nos indica que «el contrato para la formación tendrá por
objeto la formación teórica y práctica necesaria para el desempeño adecuado de un oficio o de un
puesto de trabajo que requiera un determinado nivel de calificación…». Ello da lugar a un contrato
específico de trabajo, con bastantes limitaciones, entre las que se encuentra la edad. Salvo
excepciones sólo se podrá concertar con personas de dieciséis a veintiún años.

Pues bien, creo que tiene perfecto encaje en la dogmática del contrato de trabajo el
derecho y el deber de formarse por los trabajadores en el curso de su vida laboral. En algún
campo como el de la salud laboral ya aparece alguna previsión en este sentido, pues el art. 19
de la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales contiene claras obligaciones y derecho del
trabajador de recibir la formación adecuada «[y de modo] periódico, si fuera necesario». Y si
hay acuerdo en que la prevención y protección de los riesgos, y por tanto la formación, es un
deber contractual del empresario, no es descabellado sostener que la formación continua for-
me parte del entramado de derechos y deberes del empresario y trabajador. Y no sólo respecto
a trabajos de especial cualificación ya que lo que emerge como bien jurídico a proteger y
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

promocionar es la empleabilidad. El art. 35.1 de la Constitución y el art. 4,2,b) del ET dan una
base normativa para este planteamiento al reconocerse el derecho de los trabajadores a «la
promoción a través del trabajo».

Lo que en definitiva estoy proponiendo es que los contratos de trabajo tengan un compo-
nente relativo a la formación continua, con las debidas cautelas respecto a costes y
complementariedad frente al genérico derecho a la educación que consagra el art. 27 de nuestra
Constitución.

3.1.3. El teletrabajo

Resulta sorprendente que desde 1944 (Ley de Contrato de Trabajo, de 26 de enero) el


trabajo a distancia no encuentra otra regulación en nuestra normativa que la contenida en el art.
13 del ET con el vetusto título de «Contrato de Trabajo a Domicilio».

Hoy en día el llamado teletrabajo tiene una creciente aceptación en los modos productivos
por lo que supone de relajación de la dependencia y ejercicio de la autonomía y por los claros
ahorros de costes que supone. Incluso a nivel europeo los sindicatos (CES) y los empresarios
(UNICE) llegaron a un importante Acuerdo de Fomento del Teletrabajo, con casi nula repercusión
entre nosotros.

Por todo ello, una de las tareas pendientes de reforma de los contratos de trabajo es el de
la regulación moderna y eficaz del teletrabajo, con consecuencias positivas en el empleo.
409

Entre las distintas medidas que podrían adoptarse estarían las siguientes:

• Conceder, por parte del Gobierno, apoyo técnico a las empresas que quieran implantar
un programa de teletrabajo como herramienta de conciliación.

• Financiar la conexión a Internet y la adquisición de las herramientas informáticas nece-


sarias a las empresas que permitan a sus trabajadores prestar servicios desde su
propio domicilio.

• Prever medidas específicas para estimular:

a) La reincorporación paulatina a un trabajo presencial de aquellos trabajadores que


hayan finalizado una baja por maternidad.

b) El trabajo a distancia de los empleados con determinadas responsabilidades fami-


liares: hijos menores de ocho años o familiares a cargo hasta el segundo grado que
por razones de edad, accidente o enfermedad no pueda valerse por si mismos y no
desempeñen ninguna actividad retribuida.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

4. La modificación de condiciones contractuales movilidad funcional


y geográfica

Una de las asignaturas pendientes de nuestro marco normativo es la efectiva flexibilización


de las condiciones de trabajo. Como dijo el profesor Sala: «hay que reescribir los arts. 39 y 41 del
Estatuto de los Trabajadores». La Reforma de 1994 supuso un avance importante pero la expe-
riencia ha demostrado que no es suficiente, pues en muchas ocasiones se llega a la extinción de
los contratos por no poner en práctica la novación modificativa. Es cierto que ello obedece a una
cultura sindical de reticencia a tales novaciones «incluso in peius» de salario, jornada, funciones
etc., pero también es cierto que el art. 41 puede ofrecer un contenido más acorde a esa finalidad de
evitar las extinciones de los contratos, y por tanto el incremento del desempleo. Deben ser medi-
das alternativas que, precisamente por esa finalidad, pueden tener componentes que afecten al
estatus laboral, pero que producen el mantenimiento del empleo en condiciones razonables.

Sin ánimo exhaustivo, podrían sopesarse las siguientes posibilidades:

a) Redefinición del alcance «sistema de remuneración» permitiendo la modificación de la


cuantía salarial. La expresión «sistema de remuneración» hace referencia a los módu-
los de cálculo para fijar el salario. La alteración de estos clásicos módulos de cálculo
que conforman el sistema de remuneración o de cualquier otro módulo salarial obteni-
do con arreglo a otros baremos, supondría, a tenor de lo expresado en el artículo
41.1.d) ET, una modificación sustancial de las condiciones de trabajo. Adviértase
que el citado precepto legal limita la modificación que afectase a la retribución del
trabajador exclusivamente a la alteración del sistema de remuneración, esto es, a la
410 modificación de la estructura salarial, pero no a su cuantía, pues no debe confundirse
el «sistema de remuneración» con el «régimen salarial»; el régimen se refiere al
quantum –la aritmética salarial–, mientras que el sistema se refiere a la modalidad
retributiva –por tiempo, por rendimiento, a comisión–: la geometría salarial. Dicho en
otras palabras, la materia modificable se referiría a los aspectos cualitativos de distri-
bución interna de las partidas salariales, es decir, la estructura del salario, en tanto que
se anunciaría como inmodificable la que incidiera sobre los aspectos cuantitativos de la
propia retribución, esto es, el monto total del salario a percibir por el trabajador. La
reforma legal debería permitir, también, la modificación del quantum salarial cuando con-
curriesen acreditadas causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, en
materia salarial, como aceradamente se ha dicho, siempre existen vasos comunicantes
entre estructura salarial y cuantía de la retribución a percibir finalmente, produciéndose
una influencia mutua entre unos y otros parámetros, por lo que cualquier modificación del
sistema de remuneración, por pequeña que sea, a la postre, tiene su repercusión en la
cantidad a percibir mensualmente por el trabajador, lo que induce a pensar que cuando el
artículo 41 ET permite la alteración del sistema de retribución, implícitamente está admi-
tiendo igualmente la variación del quantum. Se trataría, en suma, de un sistema indepen-
diente al instaurado en el ET para el «descuelgue salarial» de los convenios colectivos.
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

b) Por lo que respecta a la movilidad geográfica, el efecto desánimo de los trabajadores


en la búsqueda de empleo puede hallarse justificado cuando los puestos de trabajo
vacantes estén en áreas geográficas distantes del lugar de residencia; en este caso,
los costes de traslado serán significativos, sobre todo si el trabajador espera que el
paro sea sólo temporal. Un dato resulta revelador en nuestro país: sólo un 28% de los
parados estarían dispuestos a cambiar de lugar de residencia para encontrar empleo.
El efecto de esta situación es evidente: la dificultad de corregir el paro mediante movi-
mientos migratorios, tanto interiores como los que tendrían por destino otros países de
Europa. Para tratar de salvar esta situación, y hasta ahora quedando en el terreno de
las buenas intenciones, la DT 7º RDL 5/2002 restablece un futuro programa de fomento
de la movilidad geográfica, delineado a grandes rasgos por el art. 228.5 LGSS, que
deberá ser, en todo caso, desarrollado reglamentariamente en un futuro próximo. De
acuerdo con este último precepto, cuando así lo establezca algún programa de fomen-
to de empleo para facilitar la movilidad geográfica, el INEM podrá abonar a los benefi-
ciarios el importe de un mes de la duración de las prestaciones por desempleo o de
tres meses de la duración del subsidio por desempleo, pendientes por percibir, para
ocupar un empleo que implique cambio de localidad de residencia. Los empresarios
podrán obtener subvenciones públicas para organizar y costear el desplazamiento de
trabajadores desempleados que se desplacen desde su residencia habitual a otra lo-
calidad para ocupar puestos de carácter temporal. Por su parte, los trabajadores ten-
drán derecho a ayudas económicas cuando cambien de residencia para ocupar un
puesto de trabajo de carácter indefinido. La DT 7ª de la Ley 45/2002 reproduce el
contenido de este programa, aunque refuerza el desarrollo del mismo por vía reglamen-
taria, que ya preveía el RDL 5/2002 introduciendo el trámite de consulta a las Comuni-
dades Autónomas por parte del Gobierno. La misma no ha sido concretada y sería 411
positivo precisar su alcance y contenido.

5. El problema del absentismo

La ausencia al trabajo con motivos más o menos justificados es un enorme lastre para la
productividad y así lo entienden sindicatos y empresarios sin que se tomen medidas eficaces al
respecto.

Por ello podría pensarse en algunas iniciativas que abordaran el absentismo de modo
integral, evitando así las disfunciones prácticas que hoy se dan para prevenir y reducir los
niveles de absentismo. El empresario dispone de algunos instrumentos legales de control del
absentismo, tales como la supervisión médica (art. 20.4 ET); pero estos son insuficientes
pues, tal y como se configuran en la ley, no son imperativos para el trabajador, al poder apare-
cer implicados derechos fundamentales como la intimidad y al limitarse la capacidad de reac-
ción del empresario a las mejoras complementarias de las prestaciones del sistema público.
Tres medidas podrían ser eficaces:
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

a) Reforma del art. 20.4 ET. Se propone configurar como obligatoria la asistencia de los
trabajadores a los reconocimientos médicos (con salvaguarda de la intimidad) que
directamente o a través de entidades contratadas por la empresa establezca el empre-
sario y establecer la pérdida automática de los complementos empresariales a la
prestación por IT.

b) Reforma del art. 52 d) ET. Debe redactarse en términos más claros, de forma que los
supuestos de ausencia excluidos del cómputo sean menores, facilitando la interpreta-
ción y aplicación del supuesto de hecho a los casos concretos de cada empresa.

c) Establecimiento de un régimen legal que clarifique los posibles criterios de limitación


de los complementos de IT acordados en los convenios colectivos. La legislación esta-
tal podría contemplar una prohibición general de cobertura del 100% de la retribución
del trabajador mediante negociación colectiva, para evitar los problemas de riesgo moral.
Para ello se hace necesario articular un régimen transitorio que permita mantener la
eficacia de los convenios actualmente vigentes, y una posterior reducción progresiva
de los complementos empresariales.

6. La negociación colectiva

La negociación colectiva es el motor de la individual. El que le nutre de contenidos. De ahí


que su arquitectura tenga un decisivo influjo en los contratos de trabajo.
412
Nuestros convenios colectivos se han visto forjados por el decisivo papel que la Constitu-
ción primero y el Estatuto de los Trabajadores después, dio a la representación institucional
como son los Sindicatos y las Asociaciones empresariales. Los sindicatos más representativos
tienen un plus de legitimación a la hora de negociar convenios colectivos a pesar de que la
relación entre la tasa de afiliación y la cobertura de los convenios es muy desfasada, siendo ésta
de un porcentaje mucho más alto que aquélla. Ello dota a las relaciones de trabajo de una
evidente cohesión aun a costa del realismo.

Y es que con la eficacia general que tiene nuestros convenios colectivos muchas empre-
sas tienen serias dificultades de supervivienda al no poder aplicar sus cláusulas si no es a costa
de su viabilidad. La reforma de 1994 fue sensible a la cuestión al permitir el descuelgue salarial,
que ha sido un corrector muy eficaz de la aplicación indiscriminada de los convenios en aras a la
realidad de las empresas. Pero ese descuelgue salarial debería ser ampliado en su contenido a
otras cuestiones que no sean las estrictamente económicas, pero que tienen una incidencia
directa en la salvaguardia de la empresa, que no del empresario.
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

En cuanto a los ámbitos de aplicación nuestro sistema adolece de un nivel intermedio de


centralización, con predominio de los convenios provinciales.

Este nivel intermedio de negociación representa un gran obstáculo para la correcta adap-
tación de los convenios tanto a la realidad macroeconómica como a la empresarial. Entre otros
costes adicionales, se pueden señalar, por ejemplo, la multiplicidad normativa que se crea y el
uso ineficiente de los recursos dedicados a la negociación.

El Círculo de Empresarios en su Informe de 2009 sobre Nuevas soluciones para crear


empleo hace una serie de recomendaciones para una posible reforma, que me parece de interés.
A nivel de síntesis son las siguientes:

• Articular algún mecanismo que permita una presencia más efectiva de las PYMES en
la negociación de los convenios.

• Fortalecimiento de los niveles superiores de negociación: la negociación a nivel secto-


rial y con aplicación nacional debería convertirse en el amplio marco en el que se
encuadra el resto de convenios de otros ámbitos. Con ello se gana flexibilidad
macroeconómica. Pero estos convenios nacionales deberían ser suficientemente ge-
néricos para dar margen de libertad a la fijación de condiciones a nivel de empresa.

• Fomento de los convenios de empresa: de esta manera se logra que las empresas
cuenten con mayor margen de adaptación a sus condiciones particulares. Con ello se
gana flexibilidad macroeconómica. Por ejemplo, un mayor abanico de salarios genera
señales al mercado para movilizar potenciales trabajadores, tanto geográfica como 413
funcionalmente, contribuyendo al ajuste del mercado y a la creación de empleo estable.

• Esfuerzos cooperativos de sindicatos y patronal en la negociación en esos niveles


superiores: un buen acuerdo de ámbito sectorial y nacional, en la medida en que obliga
a los de los ámbitos inferiores, puede dar mayor fluidez a las relaciones laborales.
Representantes de los trabajadores y de las empresas deberían concentrar esfuerzos
en esta clase de negociación, procurando que los acuerdos dejaran margen de actua-
ción a convenios de nivel inferior, sobre todo los convenios de empresa.

• Reducción de la ultraactividad: la ultraactividad consiste en la extensión de los conve-


nios más allá de la fecha acordada al no llegarse a nuevos convenios. El problema de
esta práctica es que dificulta la adaptación a las condiciones presentes y sesga el
poder negociador de las partes. Convendría establecer alguna clase de límite temporal
en la aplicación de este principio, obligando a las partes a un mayor esfuerzo de
entendimiento.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

• Supresión de la indiciación automática. Dificulta la adaptación de los salarios reales a


la situación económica, desviándolos de la evolución de la productividad, lo que incide
negativamente sobre los necesarios estímulos a incrementar la productividad, con el
consiguiente aumento del desempleo en fases de ralentización y recesión. Resulta
además una práctica negativa para el control de la inflación y la estabilidad
macroeconómica. La alternativa lógica es la inclusión de mecanismos que aseguren
una mayor vinculación de los salarios con la productividad de los distintos sectores,
empresas y trabajadores.

7. Un cambio en los organismos gestores de colocación

Finalizando con este tema, y dentro de los límites señalados al principio de este trabajo,
creo que la problemática de la intermediación y colocación adolece entre nosotros de graves
deficiencias sobre todo en cuanto a su eficacia.

En el citado informe del Círculo de Empresarios se hace una lúcida aportación al tema que
me parece muy oportuno traer aquí, al menos en sus líneas esenciales. Así se dice que es
necesario introducir «mecanismos de gestión empresarial» en el funcionamiento de las agencias
de colocación de modo que permitan poner en correspondencia necesidades del mercado de
trabajo y las políticas aplicadas. Se deben analizar las necesidades del mercado de trabajo con
el objetivo de planificar las actividades de los servicios públicos a medio plazo. Para todo ello hay
que revisar objetivos, prioridades e instrumentos y evaluar resultados al modo en que lo hacen las
414 empresas u otros servicios públicos de empleo.

En nuestro caso, el Servicio Público de Empleo no llega al 3%. Por otra parte es necesario
potenciar mecanismos de coordinación eficiente entre las propias administraciones con compe-
tencias en políticas activas y entre éstas y la administración con competencias en políticas
pasivas. Hay que recordar que en España, el Servicio Público Estatal de Empleo, y concreta-
mente en el ámbito de las políticas activas, está configurado como un sistema prácticamente
descentralizado –a excepción de País Vasco, Ceuta y Melilla. Sin embargo, la gestión del siste-
ma de prestaciones –políticas pasivas– se desarrolla a través de un sistema central. De este
modo, la falta de suficiente coordinación genera efectos perniciosos, como una fragmentación de
la información del mercado, una reducida movilidad geográfica de los trabajadores o una integra-
ción menos eficaz de las políticas activas y pasivas.

El modo en que está configurado el Servicio Público Estatal de Empleo hace que, en
ausencia de una buena coordinación, los incentivos de la administración central y las autonómi-
cas no se alineen. En concreto, la administración central financia las políticas de empleo activas
y pasivas, mientras que son las CCAA las encargadas de gestionar las activas. Este diseño hace
que las CCAA no perciban todos los beneficios de una reducción del paro en la región, ya que es
EL FUTURO DEL MERCADO DE TRABAJO / IÑIGO SAGARDOY DE SIMÓN

la administración central la que soporta el pago de las prestaciones por desempleo. El resultado
de ésta no corresponsabilidad fiscal es un aumento de la probabilidad de que las políticas activas
se desvíen de los que deberían ser sus objetivos. Por ejemplo, las políticas activas pueden
dedicarse a promover una ocupación temporal para así garantizar una percepción posterior de la
prestación por desempleo. Se precisan entonces una mayor coordinación, un control más estre-
cho y mayores niveles de transparencia y evaluación.

Finalmente hay que favorecer la competencia en la intermediación. Además de las mejo-


ras señaladas y otras que cabría desarrollar en el sistema público de empleo, parece convenien-
te dar entrada a las fuerzas de mercado en los servicios que tienen que ver con la intermediación
entre oferta y demanda de trabajo.

No se trata de relegar al servicio público a un papel marginal. Al contrario, la idea es


convertir a ese servicio en un referente de buenas prácticas para el resto de agencias, incentivándolo
con la competencia a una mejora continua.

Con todas estas ideas y dejando aparte todo lo referente a las prestaciones de desem-
pleo y a la financiación de la Seguridad Social, creo que puede articularse un debate para ver
cómo podemos mejorar nuestro aparato normativo laboral cara a un mayor y mejor empleo y
sobre todo a una sostenida competitividad de las empresas. Tengo poca fe en que se emprenda
una reforma estructural –tan necesaria–, pero al menos me quedo tranquilo de haber contribuido
mínimamente a la necesaria discusión de temas de tal entidad y repercusión para nuestro futuro
y el de nuestros hijos, como son los laborales.

415
LA EMPRESA DEL FUTURO
Álvaro Cuervo García
Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
Las tendencias que permiten caracterizar el entorno de la The tendencies which allow us to characterise business
empresa vienen determinadas por: la globalización de los environments are determined by: the globalisation of markets
mercados al reducirse el numero de mercados diferenciados, due to the reduction in the number of differentiated markets, a
hecho que se ve incentivado por las tecnologías de la información fact which is encouraged by ICT use and the logistics revolution,
y comunicación y por la revolución logística; la consolidación sector consolidation or the reduction of companies working in a
sectorial o reducción del número de empresas operando en el given sector, the recognition of innovation as both dynamic and
sector; la consideración de la innovación como dinámica y endogenous, where radical technological changes and non
endógena, donde los cambios tecnológicos radicales y las technological innovation alter the way they compete giving
innovaciones no tecnológicas, alteran la forma de competir y newcomers an advantage over established companies, the
hacen que los nuevos entrantes tengan una ventaja sobre los breaching and permeability of company limits, i.e. outsourcing
ya instalados; y la ruptura y permeabilidad de los limites de la and multi-sites.
empresa, es decir la externalización de actividades y la
multilocalización.

1. El retorno de la empresa del futuro

El futuro lo crean los empresarios por necesidad, dado que para sobrevivir la empresa
necesita innovar. Las tendencias que permitan caracterizar la empresa del futuro vienen determi-
nadas por su entorno que podemos definir con las siguientes notas (véase Tabla 1):
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

417
1. Los mercados se globalizan y se reduce el número de mercados diferenciados como
consecuencia de la supresión de las barreras al comercio, la liberalización económica, los cam-
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

bios en las tecnologías de la información y la caída de los costes de transporte. La competencia


pasa de estar definida en términos de espacios nacionales a ámbitos supranacionales. Las
empresas actuales no necesitan convertirse en competidores internacionales, pero si deben ser
competitivas a nivel internacional.

La primera variable, pues, que explica el futuro de la empresa es la ampliación del espacio
del mercado doméstico que hace suponer que habrá un mayor grado de competencia que condu-
cirá a la desaparición de las empresas ineficientes y a la reestructuración de los sectores. Ello
conducen a decisiones encaminadas a a) el incremento de la dimensión de los negocios; bus-
cando el logro de un tamaño mínimo eficiente vinculado más que a la producción, a la I+D, la
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

gestión de marcas globalmente, y/o redes de distribución para competir en una economía
globalizada; b) la concentración en el mercado vía fusiones y adquisiciones; y c) la búsqueda de
una ventaja competitiva a través del uso de estrategias de cooperación.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

2. Paradójicamente, la globalización de los mercados y el cambio tecnológico llevan a la


consolidación sectorial, es decir, a la reducción del número de empresas operando en un
sector (no necesariamente la reducción del número de plantas o capacidad) que resulta de la
adquisición de empresas viables por competidores o de la quiebra de empresas que sigue a los
períodos de intensa competencia o cambios en la tecnología o en las condiciones de la deman-
da. La competencia entre empresas pasa de competencia perfecta (o casi perfecta) (las accio-
nes individuales tienen un pequeño efecto sobre el conjunto) hacia la competencia oligopolista
(las acciones individuales tienen un efecto sobre el conjunto), tanto pura (competidores de tama-
ño similar) como mixta (líder y seguidores). Las empresas se enfrentan a un pequeño número de
competidores y actúan estratégicamente como si sus acciones en precios o inversión fueran a
causar reacciones por parte de los competidores.

La consolidación sectorial hace necesario las fusiones y adquisiciones. Se han justificado


principalmente en términos de creación de valor para los accionistas (por la existencia de opor-
tunidades de inversión, el logro de economías de escala y de alcance, poder de mercado, esta-
bilidad de cash flow); pero en el presente se ven como un instrumento para resolver problemas a
través de procesos de reestructuración empresarial y de negocios, reducción de sobrecapacidad
en un sector, y/o reorientación corporativa.

3. El proceso de innovación en la empresa ha pasado de una visión de carácter está-


tico y exógeno a considerar que es de naturaleza dinámica y endógena, donde el compo-
nente fundamental pasa de ser la información a ser el conocimiento. El triunfo de una tecnolo-
gía no tiene que ver con su superioridad –siendo ello relevante–, sino con su sendero de desa-
rrollo y su historia, los recursos complementarios y los conocimientos previos de la empresa
418 (Nonaka y Takeuchi, 1995). Especialmente, el conocimiento tácito –difícil de observar, de en-
señar, complejo, integrado en las rutinas de la organización– se ha convertido en el activo clave
de la dinámica empresarial.

Los cambios tecnológicos, en la empresa, se suelen diferenciar en dos tipos: incremental


o de apoyo –sustaining o competencia enhancing– y radical –disruptive o competence destroying.
El primero no implica ruptura con los negocios de la empresa sino una mejora de los mismos
gracias a cambios en los procesos o en las cualidades de los productos. El segundo se corres-
ponde con toda innovación tecnológica o de modelo de negocios que permite a una empresa
ofrecer de forma más simple o menos costosa nuevos productos o servicios. A menudo no son
rupturas tecnológicas, en sentido estricto, sino reconfiguraciones de viejas tecnologías, cambios
en las plataformas de producción (Ford y Toyota no inventan el automóvil sino una nueva forma de
organizar la producción –la cadena de producción en masa– y la producción ajustada –JIT–); en
las formas de presentación y de relaciones entre componentes; y lo que es más relevante,
cambios organizativos y de gestión, nuevas formas de organización o de estrategia de negocio:
Dell, Southwest Airlines, Ryan Air, Wall Mart, Inditex, Mango
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

Figura 1. El entorno de la empresa-respuestas de futuro

Los cambios empresariales más importantes de los últimos años, en la mayoría de los
negocios, han sido introducidos por los nuevos entrantes, no por las grandes empresas instala-
das en el sector (Christensen, 1997). Los cambios tecnológicos radicales requieren a la empresa
enfocarse en la exploración, lo cual es problemático para firmas que están centradas fundamen-
talmente en la explotación de sus capacidades. El cambio de explotación a exploración está
limitado por tres fuentes; la inercia organizativa, los directivos y su «socialismo corporativo» en la
asignación de inversiones y la organización de la empresa incapaz de flexibilizarse y adaptarse 419
al cambio.

4. Los retos creadores de valor, en la empresa a los que se enfrentan los directivos, están
moviéndose de lo administrativo hacia lo empresarial. Las fuentes de creación de riqueza
residen en las capacidades empresariales que hacen posible una nueva configuración empresa-
rial; la explotación del saber hacer tecnológico, y la propiedad intelectual; las marcas, especial-
mente el desarrollo y la comercialización con éxito de nuevos productos y servicios; nuevas
formas de organización empresarial, nuevos modelos de negocio, nuevos estilos de dirección
que permitan el desarrollo de intangibles y la creación de capacidades dinámicas son los nuevos
factores críticos. Las capacidades dinámicas son las capacidades para percibir oportunidades,
para reconfigurar el conocimiento y obtener los activos complementarios para alcanzar una ven-
taja competitiva sostenible.

5. Las nuevas tecnologías de la información posibilitan un mayor nivel de coordinación


y control de los negocios, compatible con el espíritu empresarial. Gracias a ellas aparecen nuevos
diseños organizativos, que combinan las ventajas de la dimensión con el aprovechamiento del
espíritu emprendedor. Surge, así, los diseños de la arquitectura modular la empresa virtual, que se
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

traduce en organizaciones más flexibles y transitorias, con límites en continua discusión. En el


presente se produce la: ruptura y permeabilidad de los límites de la empresa: módulos, compo-
nentes, outsourcing, el aplanamiento jerárquico y potenciación de formas cooperativas.

Con base en dichas notas que pudieran caracterizar el entorno de la empresa la respuesta
de la misma es: centrar la atención en las capacidades empresariales y directivas como base de
la ventaja competitiva; la innovación como necesidad para mantener dicha ventaja e incluso el
«desaparecer» para sobrevivir ante la ruptura tecnológica; los cambios en el diseño organizativo,
en la ordenación de los procesos; el paso de mercados locales a mercados globales. Finalmente
el gobierno de la empresa debe incorporar la ética y la búsqueda de la responsabilidad social y
ambiental.

A continuación comentamos con detalle estas notas que pudieran explicar el comporta-
miento futuro de la empresa.

2. La vuelta al estudio de las capacidades empresariales y directivas


al empresario

El estudio de la competitividad empresarial, destacaba el papel del entorno competitivo


donde variables como estructura del mercado, del sector y grupos estratégicos: barreras de
entrada y movilidad, grado de rivalidad y acuerdos, poder de negociación de proveedores y clien-
tes se consideraban como explicativas de los resultados (Porter, 1980). Así, se analizaban las
420 relaciones entre estructura del mercado y resultados (Sherer, 1980) tamaño, cuota de mercado
(como reflejo del efecto experiencia) y resultados o bien relaciones entre coste de inputs, estruc-
tura del proceso productivo (intensivo en capital o no) y resultados.

El planteamiento del análisis sectorial implícitamente supone: a) que las empresas dentro
de un sector o grupo estratégico son idénticas en términos de los recursos relevantes que con-
trolan y estratégicas que persiguen (Rumelt, 1984); y b) que la heterogeneidad de recursos
desarrollados en un sector o grupo es mantenible sólo a corto plazo, puesto que los recursos que
la firma utiliza para desarrollar su estrategia son móviles (Barney, 1991). El analisis con base en
la industria es relevante en empresas monoproductoras, y con productos o servicios que tengan
la condición de commodities o sean susceptibles de estandarización. Estos supuestos eliminan
las posibilidades que ofrecen la heterogeneidad y la inmovilidad de recursos como posibles
fuentes de ventajas competitivas (Rumelt, 1984 y Wernerfelt 1989).

Es por ello que siendo relevante el análisis del entorno general, y más en concreto el
sectorial, las limitaciones del mismo para explicar los resultados empresariales hacen que en el
presente se centre la atención en el análisis interno de la empresa: recursos y capacidades,
sobre todo capacidades directivas y empresariales, es decir el descubrir al empresario como
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

determinante de la ventaja competitiva de la empresa. El denominado efecto empresa o la visión


basada en recursos, donde la ventaja competitiva surge de las imperfecciones del mercado de
factores, extraída de la teoría de dirección estratégica, Wernerfelt (1984) y Barney (1991). Sin
duda, el recurso más importante es la creación y desarrollo de recursos y capacidades directivas
y empresariales que guiarán el desarrollo de otras dimensiones de recursos y capacidades. Las
diferencias en las capacidades directivas explican las diferencias en la ventaja competitiva, al ser
las únicas que desarrollan los recursos intangibles de la empresa.

Las fuentes de creación de riqueza al inicio del milenio residen en las capacidades empre-
sariales que hacen posible: la explotación del saber hacer tecnológico, las marcas, especial-
mente el desarrollo y la comercialización con éxito de nuevos productos y servicios; nuevas
formas de organización empresarial. La competitividad de la empresa viene explicada por la
capacidad de desarrollar y acumular recursos y capacidades que tienen la consideración de
activos intangibles en las empresas. La heterogeneidad a partir de los recursos y capacidades
diferentes determinan las rentas de la empresa, su ventaja competitiva sostenible, se habla pues
más de rentas ricardianas y cuasi rentas que de rentas monopólicas.

Las empresas necesitan combinar de forma simultánea comportamientos empresariales


y estratégicos. En término entrepreneurship –no traducible con facilidad– sugiere la búsqueda de
nuevas oportunidades, la creatividad, el manejo de riesgos (Hitt et al., 2001) y la capacidad de
liderazgo. El factor empresarial es la identificación y explotación de oportunidades, creando
nuevos recursos, combinando los existentes en nuevas formas, desarrollando y comercializando
nuevos productos o moviéndose hacia nuevos mercados. La estrategia empresarial implica em-
prender acciones o compromisos para producir una ventaja competitiva. Entrepreneurship es
creación; dirección estratégica es decidir cómo mantener y sostener una ventaja competitiva a 421
partir de algo ya creado (Hitt et al., 2001:480).

Las grandes empresas sobreviven si imitan las virtudes de las pequeñas, rompiéndose en
pequeñas unidades y dándoles libertad. Una sociedad que, en vez de apoyar el cambio unido a
los emprendedores, intenta controlarlo y regularlo, está hipotecando su futuro. La vida misma no
consiste en mantener o restaurar el equilibrio, sino esencialmente en mantener el desequilibrio.
La armonía, la coherencia, la elegancia y belleza de la matemática del equilibrio nos transmiten
imágenes de estabilidad y de seguridad que son justo lo contrario del espíritu empresarial.

3. La innovación como necesidad y el «desaparecer» para sobrevivir


ante la ruptura tecnológica

La innovación en la empresa depende de la capacidad del personal para crear y aplicar


nuevos conocimientos científicos y tecnológicos, de la existencia de un entorno capaz de gene-
rar dichos conocimientos –innovación abierta– y, al mismo tiempo, de la necesidad de la innova-
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

ción, es decir de la presión de la demanda. La economía capitalista se puede ver como una
magnífica máquina cuyo output es el crecimiento económico. Tiene como motor la innovación
que deviene una necesidad para la supervivencia de las empresas en el sistema (Baumol, 2002).

Sabemos poco sobre el proceso de innovación en las empresas. Erróneamente, tenemos


el estereotipo de la innovación como algo que hacen los científicos de bata blanca en los labora-
torios. Muchas empresas siguen invirtiendo dinero en ellos cuando los hechos nos dicen que
esto no asegura mejores resultados en términos de crecimiento, rentabilidad y creación de valor.
No obstante, se sigue identificando innovación con gasto publico en I+D y personal empleado en
grandes laboratorios.

El viejo modelo de investigación putting people in a bubble («poner gente en una burbu-
ja»), está en entredicho. De hecho las empresas tecnológicas han abandonado los grandes
laboratorios corporativos de investigación, buscando alianzas con su pares y con la universidad;
y usan redes de suministradores externos para la I + D. Al otro lado los venerables laboratorios
nacionales se reconvierten con la subcontratación con la industria. La lección de los investigado-
res aislados, smart people on the hill («gente lista en la colina») del PARC de Xerox es su
reconversión en personal «mercenario» en la solución de problemas, no sólo de la propia empre-
sa sino también de otras, al primar la rentabilidad, la agilidad y velocidad de las respuestas al
inculcar a sus investigadores el espíritu emprendedor de las start-ups. En suma más mercado en
el proceso de la innovación.

Se parte de un falso modelo de desarrollo científico que concibe la innovación como una
serie de etapas secuenciales y causales. En dicho modelo la investigación básica produce un
422 flujo de teorías y resultados que se redefinen a través de la investigación aplicada y que, tras
contrastar su desarrollo con la tecnología, son finalmente comercializados como innovaciones.
Kealey (1996), en un trabajo sobre las leyes del desarrollo científico, afirma que la innovación
tiende a dirigir la investigación básica y no al revés o al menos es un proceso circular.

Por ello es necesario establecer vínculos y colaboraciones estables entre los organis-
mos de investigación y las empresas para transferir y reconducir el escaso rendimiento del
potencial investigador de nuestras universidades, donde las Oficinas de Trasferencia de Tecnolo-
gía (OTT) deberían funcionar como centros de venta, de emprendedurismo. Proyectar fuera de
ellos su hacer a través de: contratos de investigación con las empresas, cooperación con
parques y centros tecnológicos, la movilidad de investigadores y técnicos y la creación de
empresas innovadoras. El 80% de las empresas nunca han tenido contacto con las universida-
des en proyectos de investigación (OECD: Economic Survey: Spain 2007). Desde el sector
publico se puede llamar la atención sobre ciertos campos de investigación y tecnología –TIC,
salud energía, nanotecnología,etc–, pero no se puede desde el Boletín Oficial del Estado deci-
dir las actividades de I+D.
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

Por ello más importante que los fondos públicos, que el sistema de ciencia y tecnología,
lo son los elementos internos de la empresa, la presión de los mercados, el capital humano, la
posibilidad de subcontratar de utilizar equipos y personas de centros externos. No existe una
relación lineal entre las inversiones en investigación y los resultados científicos y tecnológicos y
menos con el éxito comercial de las innovaciones. Es necesario centrar mas la atención al
interior de la empresa, en los proceso de aprendizaje colectivo, en las capacidades tecnológicas
de la empresa, en crear capital social –confianza– para facilitar e incentivar los cambios incluido
el desaparecer para sobrevivir. Muchas innovaciones son no tecnológicas y no se vinculan a las
grandes empresas. De hecho la mayoría de los cambios radicales son introducidos por los
nuevos entrantes. Los monopolios y los campeones nacionales no son la base del cambio y del
dinamismo empresarial.

Es más, las grandes empresas con éxito tienen difícil sobrevivir a largo plazo, ya que debe
superar las rupturas tecnológicas y competir con los nuevos entrantes en el mercado, y a ello se
opone la inercia de su propia organización y cultura y sus rigideces administrativas.

Para sobrevivir la empresa necesita recuperar el espíritu empresarial gracias al que surgió,
lo que le permitirá no sólo adaptarse los cambios en el entorno sino explotar las oportunidades
creadas por las discontinuidades y la incertidumbre (Venkatraman y Sarasvathy, 2001). ¿Por
qué? La fórmula del éxito de una empresa está unida a su forma de ver el entorno competitivo
(negocio, competidores, etc.), sus procesos o manera de hacer las cosas; los vínculos con
individuos y organizaciones –clientes, proveedores, accionistas y reguladores–; y, finalmente,
los valores, aquello en lo que cree, inspira y se identifica.

La contrapartida del éxito es la «inercia activa», que lleva a responder ante los cambios 423
radicales con acciones que han funcionado en el pasado; es decir, se responde de igual forma
ante situaciones distintas. En una concepción de la empresa como un organismo vivo que evolu-
ciona de forma predeterminada, el declive de las empresas con éxito llega a ser inevitable e
incluso saludable para el sistema capitalista.

Las empresas con éxito deben considerar que el modelo de gestión generado por sus
fundadores y/o continuadores, que dio buenos resultados en el pasado, no es sostenible en el
futuro. Por ello, ante los cambios radicales, provocados por cambios en la tecnología, la regula-
ción o los gustos de los consumidores, los modelos antiguos de decisión de la empresa y sus
rutinas no son aplicables a los nuevos «negocios».
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

4. El cambio en el diseño organizativo y en la ordenación de los procesos

El diseño de la nueva empresa está plagado de contradicciones. La empresa del futuro es


una institución con vida, capaz de motivar a los empleados con la ayuda de una fuerte cultura
proactiva; pero, al mismo tiempo, se nos dice que no existe dicha organización sino es como
simple «nexo de contratos» entre los propietarios de recursos, cuya contribución dependerá de
los incentivos que se establezcan, en un mundo donde la empresa tiene límites porosos y sin
identidad distintiva (Di Maggio, 2001:4).

La seguridad en el empleo ha desaparecido, las relaciones laborales son más fluidas y


temporales, al igual que más ambiguas, lo que reemplaza las reglas de claridad y compromiso
del pasado. La rotura de los lazos de los trabajadores con las empresas, el outsourcing, la mano
de obra contingente y la relajación de las tradicionales carreras profesionales son todos ellos
rasgos de la empresa moderna. Sólo el mercado garantiza el empleo, por lo que se exige de la
gente iniciativa, creatividad y habilidades. Aunque la empresa debe facilitar la formación y la
creación de oportunidades; en realidad quiere aumentar su flexibilidad y usa para ello cada vez
más empleados contingentes –tiempo parcial, temporales, subcontratados–, lo que cuestiona
su capacidad para crear capital humano y así obtener ventajas competitivas.

4.1. De la gran empresa corporativa a la red de empresas

Los procesos productivos y de los límites de la empresa se están rediseñando continua-


424 mente, como consecuencia de la aceleración del cambio tecnológico y de la migración de los
conocimientos. La empresa del futuro se concibe como una pequeña organización innovadora,
flexible, especializada e integrada en una red de colaboración con otras empresas; lo que tal vez
cambie las reglas del juego competitivo, de manera que sean redes las que compitan entre sí, en
lugar de empresas aisladas. Colaboración y competencia coexisten en el mismo mercado.

Además, emergen sistemas de organización con escasos controles, pero con incentivos
capaces de regular las relaciones principal-agente. Las redes externas con clientes, proveedores
y competidores proveen a la empresa de recursos y mercados y extienden los límites geográfi-
cos políticos y culturales. La arquitectura modular y la continua reconfiguración de la empresa.

En 1990 Womack, Jones y Ross escriben su conocido libro La Máquina que cambio el
mundo –el automóvil–, donde hacían una reflexión sobre los sistemas de producción y la organiza-
ción de la empresa del siglo XX y cómo eliminar el despilfarro, conseguir una producción ajustada,
calidad total o el sistema justo a tiempo. En 1996, Womack y Jones proponen el Lean Thinking
como una reflexión sobre la forma de organización, motivada por la aparición de un nuevo modelo
con la industria informática. La industria de las tecnologías de la información así como las relaciones
entre las farmacéuticas y las pequeñas empresas de biotecnología son claros ejemplos de ello.
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

La empresa del futuro tiene mucho de corporación virtual, resultado del establecimiento de
redes temporales de empresas independientes (proveedores, clientes, incluso rivales) unidas
mediante las tecnologías informáticas para compartir costes, destrezas o acceso a los merca-
dos a la vez que aportan lo mejor de cada una en su área. Además, la corporación virtual requiere
de acuerdos inmediatos para explotar oportunidades que cambian rápidamente, lo que exige
confianza mutua y un cierto destino común. Tres son los determinantes básicos de la coopera-
ción en redes –como las surgidas en Silicon Valley–: los elevados costes que comporta el
desarrollo de nuevos productos; el ritmo cada vez más rápido del progreso técnico que se tradu-
ce en un acortamiento del ciclo de productos; y la incapacidad de la empresa para elevar el ritmo
de aprendizaje de sus recursos humanos.

Esta tendencia se facilita por la estrategia modular, es decir plantear la producción de


productos y servicios a partir de una arquitectura que rompe los componentes funcionales y
desarrolla la interactuación entre los mismos. La arquitectura modular se refiere al aspecto físico
del producto, y a los procesos; con estandarización, flexibilidad, y reducción de la complejidad
de las operaciones.

No obstante, con la aparición de la red, de las configuraciones modulares, no es de espe-


rar que se produzca un desplazamiento del carácter de la empresa como actor principal y el
consiguiente decaimiento de la forma legal societaria en favor de la institucionalización de las
estructuras de red. La forma corporativa o societaria permanecerá, dado que la personalidad
legal limita la responsabilidad, diluye el riesgo, hace posible la delegación de la toma de decisio-
nes y permite obtener grandes cantidades de fondos; en suma, surge –y se mantendrá– por
exigencias económicas.
425
Así pues, las fuerzas a favor de una integración en una empresa o, por el contrario, la
constitución de una estructura de redes, dependen de muchos factores, como la tecnología, las
exigencias de capital, la estructura del mercado, la protección de la propiedad intelectual y la
compensación de los innovadores empresariales.

4.2. De la organización tradicional –sumisión– a las formas de cooperación


creativa

La empresa tradicional tuvo su origen en la producción en masa y la mejora de la produc-


tividad a través de la división del trabajo y el establecimiento de una estructura jerárquica que
distribuía autoridad e información. La empresa flexible promueve el trabajo en equipo, la descen-
tralización, la autonomía individual, las estructuras planas y los puestos de trabajo enriquecidos
(Salas, 1999).
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

La herencia del diseño organizativo clásico la constituye el hombre organizativo. La divi-


sión del trabajo ha permitido hacer más controlables y predecibles los comportamientos de los
hombres; y así reforzar su conformidad y obediencia, en lugar de incitar la iniciativa individual o la
toma de riesgos. Ahora, los diseños organizativos pretenden: a) que los individuos tengan un
sentido de propiedad de lo que ellos hacen, lo que se logra con unidades organizativas peque-
ñas, definiendo resultados estándar y fijando los flujos de información para su soporte y control;
b) alinear las iniciativas particulares con las de la empresa, promocionando el desarrollo del
espíritu empresarial y creando y apalancando el conocimiento desde el individuo experto a la
organización que aprende; y c) reflejar su respeto por los individuos en una cultura que esté
abierta desde abajo y sea tolerante con el fracaso.

En la actualidad, la eficiencia se obtiene a través de la especialización. Con ello no sólo se


obtienen economías de escala sino también se desarrollan capacidades dentro de cada unidad.
Las estructuras devienen más multidimensionales y transitorias; se diluyen los papeles y la
autoridad tiene nuevas bases. El cambio se acentúa con las posibilidades que ofrecen las tecno-
logías de la información y comunicación (TIC), que hacen perder relevancia al componente físico
y espacial de las tareas. Asimismo, las TICs alteran la forma de organización mediante la reduc-
ción de los niveles jerárquicos, la mayor subcontratación, el desarrollo de una mayor capacidad
para centralizar la toma de decisiones y la creación de organizaciones virtuales.

La industria de la información constituye la referencia organizativa de la empresa actual, al


igual que en el siglo pasado lo fueron el automóvil y la producción en masa. Por ello, la jerarquía
se aplana; ya que las tecnologías permiten aumentar el número de puestos a supervisar y las
tareas se asignan a grupos horizontales con autonomía para seleccionar el proceso de trabajo y
426 objetivos.

En resumen se constata el proceso de ordenación de las actividades de la empresa que


tiende a:

a) Concentrarse sólo en unas cuantas actividades «nucleares» básicas, volver a la


especialización, fragmentarse para alcanzar una masa crítica actuando sola o con
alianzas. La cadena de valor de la empresa se desagrega en cada uno de sus com-
ponentes, para conservar sólo aquellos que añaden valor y hagan posible mantener
una ventaja competitiva diferenciada y sostenible. El resto se hace en distintos espa-
cios y por distintas empresas.

b) Basar su actividad en la búsqueda de «redes» y contratos con otras empresas para


que realicen las demás actividades no consideradas como parte de su «núcleo». La
subcontratación, con sus múltiples formas y planteamientos, es una de las bases de
la eficiencia de la empresa y de su capacidad de innovación.
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

Los proveedores principales o aliados son parte de la empresa y elementos clave del
éxito; se hace empresa en común, por la autorresponsabilización de las transacciones que
realizan con ella, lo que permite una producción sincronizada.

c) La aparición de formas híbridas (consorcios, joint-ventures, subcontratación avanzada


y franquicias) en el desarrollo de transacciones.

5. De mercados locales –nacionales– a mercados globales

La liberalización económica, la globalización de los mercados lleva a un aumento de la


competencia, especialmente la competencia internacional. El resultado de este aumento en la
competencia fue un proceso de transformación de las empresas domésticas que se dedicaron a
redefinir las líneas de negocio, y mejorar las capacidades competitivas mediante la compra de
tecnología y alianzas con empresas extranjeras (Cuervo-Cazurra, 2007). Este proceso de rees-
tructuración les permitió a las empresas, aunque no a todas, sobrevivir la crisis y reformas de los
años ochenta y adaptarse a los mayores niveles de competencia en los años noventa. La mejora
en los niveles de competitividad no sólo les permitió a las empresas enfrentarse a la entrada de
multinacionales extranjeras, sino en algunos casos convertirse en multinacionales.

La internacionalización de la empresa viene explicada por: a) factores macroeconómicos


tanto del país de origen como del receptor (dimensión y crecimiento de los mercados, institucio-
nes, distancias culturales y físicas etc. (Porter, 1990); y b) factores microeconómicos o mejor
de la propia empresa, es decir las capacidades competitivas de la misma, considerando como 427
tales las capacidades directivas, las innovaciones no tecnológicas, las innovaciones tecnológi-
cas, capital humano, saber hacer, marcas imagen, propias de una empresa y que dan una
ventaja sostenible, y ello explica la internacionalización de la empresa (Caves,1996).

La internacionalización permite obtener las ventajas de localización, al llevar acabo el


proceso unido a factores y variables de un espacio geográfico concreto, fabricando en otros
países lo que se hace en nuestro mercado doméstico al beneficiarse de reducción de costes de
transporte, barreras arancelarias y de otro tipo; facilitar la adaptación a los gustos y/o exigen-
cias locales. Ello hace que la empresa se integre en los flujos de importacion y exportación. La
empresa española esta inmersa en los mercados globales (las importaciones de bienes era el
25,8% del PIB y las exportaciones el 17,2%). Se puede hablar en muchos casos de operaciones
intra-firmas como consecuencia de la rotura de las cadenas de valor de las empresas, de la
ampliación de los bienes y servicios comercializables dentro de la misma.

La empresa exportadora española (Caloca y Machuca, 2009) aún representa una propor-
ción minoritaria (14% del total en 2007) y la empresa importadora una proporción mayor (20% en
2007), consecuencia de la creciente participación de los inputs importados en la economía. El
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

dato mas relevante es el paso de empresa importadora o exportadora a multinacional, es decir


con inversiones directas en el exterior. A pesar de la crisis, la inversión directa de España en el
exterior alcanzo en 2008 52.783 millones de euros (4,8% del PIB), lo que refleja la fortaleza de
las multinacionales españolas.(El valor del stock de la inversión directa de las empresas españo-
las en el exterior alcanzo el 39,5% del PIB).

Para convertirse en multinacionales las empresas necesitan de mayores niveles de


competitividad que para ser exportadoras. La razón es que operar en otros países es mucho más
difícil que operar en uno solo, e incluso más difícil que ser una empresa internacional con ventas
en el extranjero.No obstante al convertirse en multinacionales las empresas obtienen ventajas
adicionales como el acceso a mayores mercados, acceso a recursos productivos en mejor
relación calidad/precio que en el país de origen, y arbitrar diferencias en la ventaja comparativa
entre países (Kogut, 1985). Estas ventajas refuerzan la competitividad desarrollada en el país de
origen y le permite a las empresas continuar su expansión en el extranjero para convertirse en
líderes regionales o mundiales en sus industrias.

Este proceso de multilocalización de las empresas viene favorecido por dos hechos. En
primer lugar, la aceleración del proceso de externalización de actividades en otros países
(offshoring). Ese proceso se lleva a cabo por: a) la propia empresa: offshoring cautivo; b) provee-
dor externo: offshoring por contratación externa; y c) el mercado. En segundo lugar se produce
la ampliación de los bienes comercializables, a procesos y servicios (Cuervo, 2006). En la actua-
lidad no existe un modelo de configuración de la empresa en su elección de multilocalización y
externalización. No existe un único camino para ordenar la producción. Así en el Modelo Nokia:
la producción permanece «en casa» en sus «core competentes», mientras que conforme el
428 modelo Ericsson se produce una externalización radical.

En consecuencia de dichos procesos es una multilocalización creciente que viene deter-


minado por razones de:

– Eficiencia de los procesos de producción y distribución-costes productividad buscando


imputs, componentes, partes, procesos, servicios, bien por la propia empresa o a través
de contratos de suministros, con la finalidad de lograr menores costes unitarios de los
factores de producción (trabajo, coste del capital y subvenciones) y/o mayor eficiencia
productiva y en la distribución.

– Flexibilidad y mejora continua en procesos productivos para responder a la innovación y


a los cambios para sobrevivir en mercados globales, flexibilidad parta adaptarse a la de-
manda cuando se actúa en entornos rígidos –Europa Continental–. Para hacer posible la
descomposición y reconfiguración de la forma de desarrollar el negocio.

– Finalmente, en algunos casos el proceso es una exigencia de los clientes para contar
con las plantas de suministros en las cercanías de sus nuevos mercados y/o centros.
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

6. Sobre el gobierno de la empresa. A la búsqueda de la ética y de la


responsabilidad social

El gobierno de las empresas se enfrenta, conforme el planteamiento shareholder en el


mundo anglosajón, a un problema de agencia provocado por la divergencia de intereses y la
asimetría de información entre accionistas y directivos. El conflicto de interés de los directivos se
pudiera haber reducido si los consejos de administración, controlan su discrecionalidad y la
búsqueda de su propio beneficio. Se constata que las estructuras de gobierno con escaso peso
de los consejeros dominicales o bien con relevancia de los internos y externos nombrados a
propuesta de los directivos tienden a facilitar la discrecionalidad de los directivos. El conflicto de
interés en la Europa continental básicamente surge con los accionistas mayoritarios, cuando los
accionistas son proveedores de inputs o receptores de ouputs (físicos, financieros o de informa-
ción) en condiciones que no sean las propias de mercado, o cuando buscan relaciones indirec-
tas para sus negocios, es decir, cuando contemplan su participación como una forma de negocio
complementario.

La empresa del futuro debe integrar y clarificar las relaciones entre los grupos que configu-
ran la misma no sólo directivos y accionistas sino también empleados, clientes, proveedores,
administraciones públicas, comunidad (enfoque stakeholders). Las relaciones entre los grupos
se establecen a través de contratos y de procesos de negociación. Se utilizan contratos cuando
se pueden especificar las contingencias asociadas a la relación. En caso contrario, cuando hay
contratos incompletos, es necesario resolver los conflictos de interés entre grupos mediante
procesos de negociación (Cyert y March, 1963). En estos procesos de negociación cada grupo
negocia la obtención no sólo de la remuneración contractual, sino de rentas extraordinarias fruto
del control de recursos o información necesaria para la empresa. Las relaciones entre los grupos 429
de la empresa suponen relaciones entre propietarios de recursos. El poder de influencia que los
recursos otorgan al grupo varía en función de las características de recursos en términos de:
a) especificidad y protección; b) necesidad que los otros grupos tienen de ellos; y c) capaci-
dad del grupo para la acción colectiva.

La responsabilidad social de la empresa (RSE) supone que las empresas incorporan crite-
rios sociales y medioambientales en las actividades económicas y en las relaciones con sus
grupos de interés. La RSE convierte la relación bilateral entre accionistas y directivos (enfoque
shareholders) en otra multilateral en la que participan todos los grupos de interés: accionistas,
directivos, empleados, clientes, proveedores, administraciones públicas, inversores y comunidad
local (enfoque stakeholders). La RSE trata de incorporar comportamientos empresariales compro-
metidos con la ética (business ethics), la filantropía (corporate philanthropy), el medio ambiente
(corporate sustainability), la transparencia y la rendición de cuentas (corporate accountability).

En una primera etapa se consideraba que la única responsabilidad de la empresa era la


económica –maximizar su valor en el mercado– y la legal, el cumplimiento estricto de las nor-
mas. Milton Friedman (1970) lo indica con claridad:
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

«Pocas tendencia podrían socavar tan profundamente los cimientos de nuestra sociedad como la
asunción por parte de los representantes de las empresas de una responsabilidad social que no fuese la de
hacer tanto dinero como fuese posible para los accionistas. Por lo tanto, los directivos son considerados como
agentes fiduciarios encargados de gestionar unos recursos a favor de los propietarios y a la hora de actuar
su conducta debe ser acorde con las reglas del juego, es decir, dentro de una competencia abierta y libre sin
engaño ni estafa».

En una segunda etapa se plantea la cuestión de cómo integrar la responsabilidad social y


mediambiental de la empresa, la filantropía y la ética en la creación de valor. La cuestión es si la
dirección considera a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como variable que contribu-
ye a la creación de valor, al mismo tiempo que satisface la función de utilidad de los diferentes
stakeholders. Se demanda que la empresa se gestione favoreciendo los intereses de los accio-
nistas e integrando a los stakeholders. Se supone que satisfacer las expectativas de los grupos
de interés contribuye a reducir los riesgos de la empresa, aumenta la reputación empresarial se
generan activos intangibles; y, además, puede ampliar las ventajas competitivas de la empresa,
aumentar la satisfacción de los empleados y reorientar las preferencias de consumidores e
inversores, lo que implica modificar pautas de la demanda en los mercados, en suma generar
valor para los accionistas. Los consumidores empiezan a incorporar consideraciones sociales,
medioambientales o de tipo ético en los procesos de selección de productos y marcas. Algunos
trabajos han constatado una influencia positiva, aunque aún no son relevantes los resultados
obtenidos.

Igualmente, se considera que las prácticas de RSC mejoran el clima laboral, reducen el
absentismo y los costes derivados de conflictos potenciales. Las empresas con altos niveles de
430 RSE aparecen como más atractivas para los eventuales empleados y por ello, tienen una capa-
cidad superior para atraer y conservar los recursos humanos más competentes. El capital social,
las relaciones duraderas de confianza y las redes sociales afectan a la conflictividad laboral. En
entornos caracterizados por contratos incompletos la confianza entre trabajadores y empleados
reduce costes de transacción e incrementa la productividad (Kramer y Tyler, 1996).

Las empresas pueden utilizar la RSE para alterar el contexto competitivo y mantener o
ampliar su ventaja competitiva. La RSE con entornos transparentes, competitivos, evitando prác-
ticas no éticas (corrupción, soborno, etc) puede mejorar las relaciones con competidores, pro-
veedores, clientes y comunidad local; todo ello contribuye a mejorar el contexto competitivo de la
empresa (Porter y Kramer, 2002).

El planteamiento de nuevos objetivos diferentes a la creación de valor nos enfrenta a la


dificultad de incluir objetivos múltiples en la toma de decisiones (Jensen, 2000), que, en el caso
de la RSE, cuenta con las dificultades añadidas de contar con objetivos medibles para cada
stakeholder y cómo incorporarlos, a diferencia del objetivo de los accionistas, preciso y que
permite el control de la dirección.
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

En suma, se ha reencontrado el valor económico de la confianza y la ética. En una socie-


dad donde hay valores y normas sociales elevados y las personas se comprometen a respetar-
las, existe confianza y se engaña poco, el oportunismo no es un serio problema; es decir, las
normas y los estándares éticos, observables para todo el mundo, reducen los problemas de princi-
pal-agente y aumentan la eficiencia en la empresa. Una vez más, se ha vuelto relevante para la
creación de riqueza empresarial el funcionamiento de las instituciones, las normas y los valores
de la sociedad. Recuperar el significado de las palabras confianza, integridad e información.

Como nos recuerda Arie de Geus en su trabajo The living company, sobrevivir exige sensi-
bilidad, cohesión e identidad y tolerancia con el entorno. En un informe sobre la dirección en el
siglo XXI, The Economist (9 de marzo del 2002) sugiere que la dirección debe volver a las tres
antiguas virtudes, muchas veces olvidadas: ser honesto, ser frugal y estar preparado.

7. A modo de resumen

Las tendencias que permiten caracterizar el entorno de la empresa vienen determinadas


por: la globalización de los mercados al reducirse el numero de mercados diferenciados, hecho
que se ve incentivado por las tecnologías de la información y comunicación y por la revolución
logística; la consolidación sectorial o reducción del número de empresas operando en el sector;
la consideración de la innovación como dinámica y endógena, donde los cambios tecnológicos
radicales y las innovaciones no tecnológicas, alteran la forma de competir y hacen que los
nuevos entrantes tengan una ventaja sobre los ya instalados; y la ruptura y permeabilidad de los
limites de la empresa, es decir la externalización de actividades y la multilocalización. 431

Con estas notas que explican las tendencias del entorno de la empresa, la respuesta de
la misma es:

a) Centrar la atención en la función empresarial. En un entorno en el cual existe mercado


para casi todo, la ventaja competitiva está unida a las capacidades empresariales que hacen
posible el crear y desarrollar activos intangibles en la empresa, moviéndose de lo administrati-
vo a lo empresarial,en la búsqueda de oportunidades de negocio, esto es, la aparición de
«intraempresarios. La relevancia de la función empresarial –entrepreneurship– es la clave dis-
tintiva de la empresa que se configura como una continua confrontación entre empresa y mer-
cado, como suma de empresas para así desarrollar el espíritu empresarial, incitando la inicia-
tiva empresarial y la toma de riesgos. En resumen, asistimos al paso del «hombre organizativo»
al «emprendedor».

b) La innovación como necesidad para sobrevivir. No existe una relación lineal entre inver-
siones en I+D y resultados científicos y menos con innovaciones. La clave del proceso son las
capacidades empresariales, el stock de conocimientos de la empresa y la flexibilidad que haga
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

posible los cambios. Más importante que los fondos públicos, que el sistema de ciencia y tecno-
logía del país, lo es la presión de los mercados. Esto es aún más relevante cuando se habla de
innovaciones radicales, que implican una ruptura tecnológica, donde las empresas necesitan un
entorno que facilita la flexibilidad y la reutilización de los activos para sobrevivir.

c) El rediseño organizativo y la reordenación de los procesos. Se vive el paso de la gran


empresa a la red de empresas, una organización integrada en una red de colaboración con otras
empresas, que se facilita con el desarrollo de una arquitectura modular. Hemos pasado del
automóvil como modelo de referencia a la industria de las tecnologías de la información. La
empresa del futuro tiene mucho de corporación virtual resultado del establecimiento de redes
temporales de empresas independientes (proveedores, clientes, incluso competidores.etc).

d) La internacionalización de la empresa para enfrentarse a mercados globales. Dicha


internacionalización viene explicada básicamente por factores microeconómicos, la propia em-
presa, las capacidades directivas, las innovaciones no tecnológicas, los activos intangibles acu-
mulados que dan una ventaja competitiva. Ello acentúa la búsqueda de la ventaja de externalización
y multilocalización de la cadena productiva que hace posible la rotura de la cadena de valor y la
ampliación de los bienes y servicios comercializables. La respuesta es paso de empresa
importadora- exportadora a convertirse en multinacional para reforzar su ventaja competitiva.

e) La búsqueda de la ética y de la responsabilidad social y medioambiental en el gobierno


de la empresa. En primer lugar, se destaca la necesidad de integrar los grupos de interés de la
empresa, el planteamiento stakeholders, en la búsqueda de la creación de riqueza, en segundo
lugar es necesario integrar y clarificar las relaciones entre los grupos que configuran la empresa.
432 Por ello, la empresa debe incorporar criterios sociales y medioambientales en las actividades
económicas y en las relaciones con sus grupos de interés. En suma, incorporar comportamien-
tos empresariales comprometidos con la ética, la filantropía, el medio ambiente y la transparen-
cia. Ello implica una reducción de los riesgos de la empresa y una ampliación de sus ventajas
competitivas. Esto es, buscar el valor económico de la responsabilidad social, la confianza y la
ética. El sobrevivir de la empresa exige integrar los valores del entorno e identificarse con el
significado de las palabras confianza, integridad e información.
LA EMPRESA DEL FUTURO / ÁLVARO CUERVO GARCÍA

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LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA:
LAS REFORMAS NECESARIAS
Carlos Sebastián Gascón 1
Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN ABSTRACT
La productividad de la economía española está divergiendo Spanish productivity is diverging with respect to most
con la de los países más avanzados. La explicación se centra en advanced countries. Explanation proposed is based on
diferencias en capital humano y, sobre todo, en diferencias en differences in human capital but especially on differences in
incentivos, que están fuertemente condicionados por la calidad de incentives, that are strongly dependent on formal and informal
las instituciones formales e informales. Y las diferencias en capital institutions. And differences on human capital are also
humano dependen también de factores institucionales. Se presenta constrained by institutions' quality. Using three international
un estudio comparado de los países de la OCDE realizado a partir sources of data we compare institutions in OECD countries
de tres fuentes internacionales sobre distintos aspectos and we find that Spain is consistently behind most developed
institucionales. España aparece en el estudio sistemáticamente a countries. Spanish executives and businessmen perceptions
la cola de los países más avanzados. Se recogen las opiniones of their constraints are consistent with the poor position Spain
de los empresarios españoles sobre los factores más limitativos holds on OECD's ranking. On the other hand, some norms of
para su actividad y la imagen es coherente con la posición atrasada behaviour are contrary to innovation and efficiency. Some
ocupada por España en el ranking de países de la OCDE. Y reforms to impulse productivity are proposed. But we advance
también se realiza un repaso de algunos códigos de conducta the hypothesis that is unlikely that most of these reforms
contrarios a la innovación y a la eficiencia. Se plantea un programa would be undertaken.
de reformas que conducirían a mejoras en la productividad. Y se
plantea la hipótesis de que resulta improbable que se avance en
muchas de las reformas necesarias.

1. Introducción
Artículo publicado en el núm. 16 de la Colección Mediterráneo Económico: " El futuro de la economía española"

435
La economía española creció entre 1986 y 2007 a un ritmo superior a los países de su
entorno, lo que le ha permitido avanzar en la convergencia en renta per cápita con el grupo de la
ISBN-13: 978-84-95531-48-3 - Edita: CAJAMAR Caja Rural, Sociedad Cooperativ de Crédito

UE-15. Pero, sin embargo, durante ese periodo la productividad del trabajo española ha divergido
respecto al mencionado grupo de países europeos. El mayor crecimiento de la renta per cápita
española se ha debido a un aumento de la tasa de empleo mayor que en la media europea y el
(reducido) crecimiento de la productividad media del trabajo se ha debido casi exclusivamente a
incrementos en el capital por trabajador. Pues durante esas dos décadas la productividad total de
los factores (PTF) apenas ha crecido en la economía española, si no es que ha disminuido.

De acuerdo con la contabilidad de crecimiento de Groningen, entre 1990 y 2004 la producti-


vidad del trabajo creció en UE15 un 1,4% anual y en España lo hizo un 0,6%; y en el mismo período
la PTF creció un 0,8% anual en UE15 mientras que lo hizo en un 0,0% en España2. Según los
Coordinador: Juan Velarde Fuertes

Producido por: Fundación Cajamar

datos de la Groningen Data Base, entre 1989 y 2007 el crecimiento del PIB por trabajador fue en

1
Mi agradecimiento a los coautores de los dos estudios en los que está basada buena parte de este artículo, muy especialmente a
Gregorio R. Serrano.
2
Véase Timmer, Ypma y Van Ark (2003), actualizado a junio de 2005. Estos cálculos están en línea con otros ejercicios de
contabilidad del crecimiento para la economía española, realizados con diferentes métodos de contabilización. En algunos de ellos
el crecimiento de la PTF es negativo. Véase Segura (2007), cap. 2 y Sebastian y otros (2008), cap. 2.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

España el más lento de los 28 países de la OCDE (excluimos Luxemburgo e Islandia) y el segun-
do más lento en PIB por hora trabajada (tras México). El PIB por trabajador aumentó en España
a una tasa anual del 0,5%, frente a una media de la OCDE del 1,8%, y el PIB por hora creció en
España a una tasa anual del 0,9%, frente a una media del 2,0% en la media de la OCDE.

Las explicaciones que se suelen dar de esta divergencia y del pobre comportamiento de la
PTF se sitúan en el relativo atraso español en la incorporación de nuevas tecnologías (las TIC,
entre ellas)3. Pero, siendo verdad ese atraso, hay un cierto elemento tautológico en esta explica-
ción4. Las tecnologías están disponibles para el sistema productivo español en condiciones
similares a las que se dan en los países europeos más avanzados, y la cuestión que hay que
explicar es por qué en España se incorporan con menor intensidad. Seguramente diferencias en
capital humano son relevantes, pero seguramente las diferencias en incentivos también lo son.

2. Crecimiento e incentivos

Tradicionalmente se considera que los determinantes del crecimiento son el capital físico,
privado y público, y el capital humano. Pero también son determinantes de primera magnitud los
incentivos que tienen los agentes económicos para ser más eficientes y más innovadores. Eso
permite explicar las diferencias tan grandes que existen entre la evolución de muchas economías
con escasas diferencias en capital físico y diferencias limitadas en capital humano. La acumula-
ción, por otra parte, es endógena y su ritmo también esta afectado por los incentivos. Y la
intensidad y calidad del capital humano están también condicionadas por los incentivos y por
436 instituciones formales e informales que vamos a comentar.

Los incentivos que condicionan las decisiones de los agentes económicos están afecta-
dos de forma decisiva por una serie de factores que genéricamente llamamos instituciones for-
males e informales.

Las leyes, normas y regulaciones y el funcionamiento del gobierno y las administraciones


públicas constituyen instituciones formales que condicionan la actividad económica. Pero el
grado de cumplimiento de las leyes y de los acuerdos privados (contratos y demás) y la posibi-
lidad de recurrir a instancias que garanticen esos cumplimientos y resuelvan eficazmente las
disputas entre ciudadanos y entre éstos y la Administración; es decir, los elementos que dotan
de seguridad jurídica a la sociedad son componentes fundamentales para generar los incentivos
apropiados para una actividad económica eficiente y para el desarrollo de innovadores5. Y tam-

3
Véase, por ejemplo, Segura (2007), cap. 3.
4
Como dicen North y Thomas (1973), el desarrollo tecnológico no es la causa del crecimiento, es el crecimiento.
5
Se usa el término innovadores en sentido amplio, refiriéndose a los que desarrollan un nuevo proceso o producto, pero también a
los que introducen tecnologías (de producción o de organización) tomadas del exterior, a los que rompen posiciones monopolísticas,
a los que abren mercados, etc.
LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

Diagrama 1. Condicionantes de los incentivos

bién lo son la limpieza y la transparencia con las que actúan los responsables de aprobar y de
aplicar las normas y de gestionar el aparato del Estado, incluidos políticos, funcionarios y servi-
dores de la Justicia.

Estas últimas instituciones informales, que modelan de forma fundamental las conse-
cuencias para los empresarios de la acción de los reguladores y de las propias normas y que
condicionan el clima de seguridad jurídica, están determinadas, y a su vez inciden, por los
valores y códigos de conducta imperantes en la sociedad. Si existe un rechazo social bajo al 437
engaño, al incumplimiento y a la compra-venta de decisiones públicas, la limpieza y la transpa-
rencia será menor y el grado de cumplimiento de normas y contratos también. Pero, además, en
un contexto de reducida limpieza y baja transparencia se desarrollan grupos de beneficiarios
(dedicados al desvío de renta más que a su generación) que contribuyen a reducir el rechazo
social por esas conductas y consolidan modelos de triunfador social bien diferentes al del empre-
sario innovador, modelos que condicionan la asignación de talentos. Por todos estos motivos, en
el Diagrama 2 aparecen las flechas bidireccionales conectando las esferas que contienen los
cuatro elementos que hemos comentado.

Los mercados son instituciones formales de gran importancia. Su estructura y transparen-


cia y la forma en cómo están regulados condicionan los incentivos que reciben los agentes
económicos. Déficit de competencia y regulaciones pesadas en los mercados de productos
impiden el desarrollo de innovadores; una falta de equilibrio entre seguridad y flexibilidad en las
relaciones laborales y una estructura salarial de espaldas a la realidad de las empresas imposi-
bilitan una gestión eficiente de los recursos humanos; unos mercados financieros que no sean
ágiles en la financiación empresarial supondrán una traba al desarrollo de empresas, especial-
mente a las nuevas.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Las características de la política macroeconómica son un elemento importante del marco


en el que se desarrolla la actividad empresarial. Aunque ha quedado ya evidenciado, tanto por los
trabajos académicos6 como para la experiencia de algunos países7, que la corrección de los
desequilibrios macroeconómicos no ocasiona por sí misma una superación del estancamiento,
malas políticas macro pueden distorsionar gravemente la actividad económica.

La acumulación de capital humano depende de la dotación de recursos que reciba el


sistema educativo, pero fundamentalmente del funcionamiento de unas instituciones formales
importantes, como son los centros de enseñanza secundaria y terciaria, que pueden tener dife-
rentes niveles de eficiencia para similares dotaciones de recursos humanos y de medios finan-
cieros. Las reglas de funcionamiento de esas instituciones formales y los incentivos de docentes
y discentes son tan importantes como las dotaciones de recursos. Y hay que esperar que, en
general, la calidad de las normas internas de estas instituciones formales estén alineadas con
las que rigen en otras instituciones formales (las administraciones públicas, por ejemplo) y que
los incentivos de los agentes implicados estén condicionados por los valores y códigos de con-
ducta imperantes y por el funcionamiento de la economía. Por eso no es de extrañar que se
encuentre una correlación alta entre diversas medidas de capital humano y diversas medidas de
calidad institucional.

3. Instituciones y productividad en las economías desarrolladas

La mala calidad institucional es una causa fundamental del pobre crecimiento de las
438 economías de los países en vías de desarrollo, como proponen Acemoglu, Robinson y Johnson
(2004) y resulta más que plausible por los resultados de muchos estudios empíricos (Hall y
Jones, 1999; Acemoglu, Johnson, Robinson y Thaicharoen, 2003; Easterly y Levine, 2003; Rodrik,
Subramanian y Trebbi, 2004; y Sebastián, 2004, entre otros) y por las experiencias de muchos
casos concretos (véase Rodrik, 2003; Sebastián y otros, 2008, cap. 2; y Bates, 2008). Pero la
calidad institucional puede ser también muy relevante para el avance de la productividad en los
países desarrollados, por el tipo de incentivos que genera. Un ejercicio econométrico reportado
en Sebastián y Serrano (2009) para los 38 países más avanzados y que utiliza las mediciones de
calidad institucional que vamos a repasar a continuación, es coherente con esa proposición.

6
Por ejemplo, Acemoglu, Johnson, Robinson y Thaicharoen (2003) y Sebastián (2004) encuentran que teniendo en cuenta las
diferencias institucionales las diferencias en distintos aspectos de la política macroeconómica apenas explican diferencias en el
crecimiento de las economías. Probablemente, porque en la mayoría de las ocasiones las distorsiones macroeconómicas son otro
procedimiento por el que los grupos dirigentes desvían rentas a su favor y corregir este procedimiento manteniendo vigentes los
restantes apenas afecta a los resultados económicos.
7
Bolivia, por ejemplo, introdujo a partir de 1985 una política de estabilidad macroeconómica que lo único que consiguió fue devolver
a la economía a la pobre senda de crecimiento que había venido teniendo antes de la destrucción causada por la fuerte inestabilidad
macroeconómica del primer lustro de los ochenta.
LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

Para medir la calidad institucional en los países desarrollados utilizamos tres fuentes de
las que derivamos un conjunto de indicadores institucionales reflejados en la Tabla 1, que a su
vez han sido agregados en tres, uno para cada fuente.

La primera fuente es la elaborada por el Instituto del Banco Mundial bajo la dirección de
Daniel Kaufmann y que pone a disposición de los interesados desde 1996 bajo el título Indicadores
Agregados de Governance8. Hemos agregado los cuatro indicadores de la primera columna de la
Tabla 1 en un indicador de Instituciones Económicas (EI GOV). La segunda fuente es la Executive
Opinion Survey (EOS) del World Economic Forum que sirve para elaborar el Global Competitiveness
Report que publica esta institución9. Los diez indicadores que hemos estimado y que aparecen
relacionados en la segunda columna de la Tabla 1, han sido agregados en un indicador de
percepciones empresariales del marco institucional (EOS). La tercera fuente es la proporcionada
por la publicación anual del Banco Mundial Doing Business10. Para algunas aplicaciones hemos
agregado los diez indicadores en uno (DB)11.

Una descripción de las tres fuentes y de la metodología empleada para derivar de ellas los
indicadores de la Tabla 1 y los agregados para cada fuente se encuentra en Sebastián, Serrano
y Martín del Burgo (2009).

Tabla 1. Indicadores institucionales

WB Governance WEF Executive Opinion Survey WB Doing Business

Eficacia de las AAPP Seguridad jurídica Empezar una empresa


Calidad regulatoria Seguridad ciudadana Gestión de permisos
Cumplimiento de leyes Conductas irregulares Contratación laboral
439
Control de la corrupción Eficacia de las AAPP Registro propiedad
Impuestos y comercio exterior Obtención créditos
Mercados de productos Protección inversores
Mercado de trabajo Pago impuestos
Mercados financieros Comercio exterior
Infraestructuras Cumplimiento pagos
Educación y ciencia Cierre empresas

8
Véase Kaufmann, Kraay y Mastruzzi (2007).
9
Véase The Global Competitiveness Report 2007-2008. World Economic Forum (2008).
10
Disponibles, tanto datos como documentación, en http://www.doingbusiness.org
11
Nuestro ranking no produce exactamente la misma ordenación que la que presenta el propio estudio Doing Business (DB), porque
utilizamos metodologías diferentes, pero las diferencias no son muy grandes. España, por ejemplo, se encuentra en la posición 49
en la publicación DB 2009 y en la 52 en la nuestra.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Tabla 2. Correlación de indicadores A pesar de esas diferencias, tanto en fuente


como en objeto, los indicadores derivados de las tres
EI GOV EOS DB
fuentes tienen una correlación relativamente alta,
EI GOV 1,00
como muestra la Tabla 2 referida a los 38 países de
EOS 0,86 1,00
DB 0,76 0,76 1,00
mayor renta per cápita.

Fuente: Estimación propia a partir de Sebastián, Serrano


y Martín del Burgo (2009).

4. Calidad institucional en España. Comparación con la OCDE

Para caracterizar la calidad institucional en España vamos a realizar una comparación


con la OCDE, utilizando la estimación presentada por Sebastián, Serrano y Martín del Burgo
(2009) para la mayoría de los países del mundo, utilizando los indicadores estimados a partir de
las tres mencionadas fuentes según la metodología descrita en el apartado anterior.

Respecto a la utilización de los datos de la EOS para esta comparación dos advertencias
son relevantes. La primera es reconocer que las percepciones empresariales están dotadas de
importantes elementos de subjetividad, pero este hecho no merma su relevancia. Y ello por dos
hechos. En primer lugar, porque es en base a esas percepciones cómo los empresarios toman
sus decisiones de producción, inversión e innovación. Y, en segundo lugar, porque hay razones
para suponer que unas mismas normas o regulaciones tienen una lectura diferente por parte de
los empresarios según sea el estado de las «instituciones informales» (la seguridad jurídica, el
grado de corrupción, etc.)12. Las percepciones empresariales sobre el contexto en el que se
440 desenvuelve su actividad reflejan, por tanto, no sólo la realidad de las instituciones formales sino
también la forma cómo las instituciones informales moldean esa realidad en la práctica.

Una segunda advertencia es que la comparabilidad de las puntuaciones que los empresarios
de cada país dan a cada respuesta (y, por tanto, a cada aspecto) resulta discutible. Y al construir el
ranking en estos indicadores EOS estamos considerando (como todos los que utilizan este tipo de
datos, incluido el prestigioso Global Competitiveness Report) que sí podemos hacer esa inferencia.
Cuánto más homogéneos sean los países, más legitimados estaremos para hacer esas comparacio-
nes. Por otra parte, como refleja la Tabla 2 más arriba, los rankings que obtenemos no son muy
diferentes de los que obtenemos de bases de datos objetivas (como Doing Business) y los que
produce la agregación de los indicadores de instituciones económicas de Governance.

Lo que, por otra parte, sí autoriza sin ningún tipo de dudas el tipo de información proporcio-
nada por las valoraciones de los empresarios, es a identificar los elementos considerados más
desfavorables por los empresarios de un país, que serán los que han valorados más bajo. Infor-
mación que utilizaremos más adelante.

12
Véase Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008), cap. 1.
LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

El Gráfico 1 refleja el ranking de los 28 países de la OCDE en el indicador agregado de


instituciones económicas de Governance. España ocupa la posición 18, a una distancia consi-
derable de los países más avanzados y teniendo detrás solamente a los países menos desarro-
llados, quizá con la excepción de Italia. En la Tabla 3 aparece el ranking de los 28 países de la
OCDE de los cuatro indicadores de los que se estima el agregado de instituciones económicas
de Governance. España se encuentra en el puesto 19 en eficacia de la Administración y en el 20
en calidad del marco regulatorio (incluso detrás de países como Eslovaquia y Hungría) y ocupa la
posición 18 tanto en grado de cumplimiento de las leyes como en control de la corrupción. Hay
que advertir que tanto en el indicador representado en el gráfico como en los de la tabla, además
de un orden hay una cierta métrica. Es decir, podemos decir que en el indicador agregado
España se encuentra a una distancia de la cabeza (Dinamarca) similar de la que tiene respecto
a Turquía, país que ocupa la penúltima posición. En eficacia de la Administración la distancia de
España a Dinamarca es mayor que la distancia que tiene a Turquía (el peor clasificado) y en
calidad del marco regulatorio la distancia a Dinamarca es mayor que la que tiene a México (el
penúltimo del ranking).

En el Gráfico 2 aparece reflejado el indicador agregado derivado a partir de la EOS para los
28 países de la OCDE. España ocupa la posición 21, encabezando el grupo de países con
peores valoraciones, bastante distanciado de las posiciones de cabeza. En la Tabla 4 se recoge
el ranking en cada unos de los 10 indicadores. En todos ellos España ocupa una posición entre
la 19 y la 22, excepto en mercado de trabajo que se encuentra en la 23 y en infraestructuras que
ocupa la 17. En la mayoría de los casos los únicos países que se encuentran después de
España son los países menos desarrollados (Grecia, Turquía, Eslovaquia, Hungría Polonia y
México) e Italia. En el ranking de algunos indicadores, como en seguridad jurídica y educación y
ciencia, se produce un salto justo antes de la posición que ocupa España, que deja a nuestro 441
país a una distancia considerable no sólo de los países de cabeza sino también de los países
que ocupan posiciones intermedias. Así, por ejemplo, en seguridad jurídica la distancia de Espa-
ña a Alemania, el mejor clasificado en este indicador, es casi 3 veces (2,8) superior a la distancia
respecto a Polonia (el peor clasificado). Y en educación y ciencia la distancia a Finlandia es
también 3 veces (2,9) la distancia al peor clasificado (México).

En el Gráfico 3 aparece el indicador agregado de Doing Business (DB) en los 28 países de


la OCDE y en la Tabla 5 el ranking de cada uno de los 10 indicadores derivados de esta fuente.
España se encuentra el 24 en el agregado. A ello contribuye ocupar la posición 28 y última en
contratación laboral, por tener el valor máximo en el índice de dificultad de contratación y en el
índice de rigidez de empleo y estar por encima de la Q3 de la OCDE en costes de despido y en
rigidez horaria y el puesto 27, penúltimo, en las condiciones para crear una empresa, debido a la
larga duración del proceso (47 días, la más alta de la OCDE) y a un coste elevado en términos
relativos. También está en el puesto 25 en las condiciones que facilitan la obtención de créditos,
debido a la baja cobertura en los registros de prestatarios; el puesto 23 en protección de los inversores,
por un índice de transparencia en el Q1 de la OCDE y un valor mínimo del índice de demanda de los
accionistas; y la posición 20 en cumplimientos de pagos, por el elevado número de trámites y por
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 1. Governance agregado (primer componente principal)

Fuente: Elaboración propia partir de Sebastián, Serrano y Martín del Burgo (2009).

Tabla 3. Ranking Indicadores de Governance

Eficacia Calidad Cumplimiento Control


Países AAPP regulaciones leyes de corrupción
1 Dinamarca 1 1 1 2
2 Finlandia 4 4 4 1
3 Nueva Zelanda 7 5 5 3
4 Suiza 2 11 3 5
5 Noruega 3 14 2 6
6 Suecia 6 12 7 4
7 Australia 8 6 9 8
442
8 Países Bajos 9 7 11 7
9 Canadá 5 9 8 10
10 Reino Unido 10 2 12 11
11 Austria 13 8 6 9
12 Irlanda 14 3 13 13
13 Alemania 15 13 10 12
14 EEUU 11 10 14 17
15 Bélgica 12 15 15 15
16 Japón 16 16 16 16
17 Francia 17 19 17 14
18 España 19 20 18 18
19 Portugal 21 21 19 19
20 Rep. Checa 20 22 21 22
21 Hungría 23 17 20 20
22 Corea 18 25 22 24
23 Eslovaquia 22 18 24 23
25 Grecia 24 24 23 21
25 Italia 26 23 25 25
26 Polonia 25 26 26 26
27 Turquía 28 28 27 27
28 México 27 27 28 28

Fuente: Sebastián, Serrano y Martín del Burgo (2009).


LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

Gráfico 2. Governance agregado (media de primera proyección)

Fuente: Elaboración propia partir de Sebastián, Serrano y Martín del Burgo (2009).

Tabla 4. Ranking EOS

Seg. Seg. Cond. Imptos. Merc. Merc. Merc. Educ. y


Países jurídica ciudadana irregular AAPP y CEX bienes laboral financ. Infraest. ciencia

1 Dinamarca 2 3 2 2 7 11 5 1 4 7
2 Finlandia 3 1 1 3 4 8 15 9 5 1
3 Suiza 4 6 6 1 18 4 1 6 2 2
4 Suecia 6 8 4 10 1 5 18 2 8 4
5 Alemania 1 5 10 9 8 1 20 8 1 10
6 Austria 7 2 9 4 3 3 14 16 12 16
7 Países Bajos 5 17 7 5 10 15 21 5 7 9
443
8 Nueva Zelanda 9 7 3 16 2 17 8 11 19 19
9 Australia 8 11 8 6 13 16 10 7 16 15
10 Noruega 10 4 5 11 16 18 17 10 15 17
11 Canadá 14 16 12 7 20 13 9 14 11 8
12 Reino Unido 11 23 11 14 12 9 6 4 13 13
13 Corea 17 20 15 8 9 10 7 17 14 6
14 Bélgica 16 12 14 13 11 7 27 12 10 5
15 EEUU 18 24 19 12 23 6 3 13 9 4
16 Japón 13 21 17 17 24 2 4 21 6 11
17 Irlanda 12 13 16 19 6 14 16 3 23 12
18 Francia 15 15 13 15 17 12 25 15 3 14
19 Portugal 19 9 18 21 14 24 24 18 18 23
20 Eslovaquia 24 19 25 20 5 23 2 20 22 22
21 España 20 22 20 18 22 20 23 19 17 21
22 Rep. Checa 25 18 28 22 15 19 11 26 21 19
23 Hungría 22 14 27 27 19 25 13 23 24 20
24 Grecia 21 10 22 28 21 26 26 22 20 26
25 Turquía 23 26 21 23 25 22 22 24 26 27
26 Italia 26 25 24 24 26 21 28 28 25 25
27 México 27 27 26 26 27 27 12 25 27 28
28 Polonia 28 28 23 25 28 28 19 27 28 24

Fuente: Sebastián, Serrano y Martín del Burgo (2009).


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Gráfico 3. DB agregado (media de componentes principales)

Fuente: Elaboración propia partir de Sebastián, Serrano y Martín del Burgo (2009).

Tabla 5. Ranking Indicadores DB

Crear Gest. Contrat. Regis. Obten. Protect. Cumpl. Cierre


Países empr licenc. laboral prop. credit. invest. Imptos. CEX pagos empr.

1 Nueva Zelanda 1 2 3 1 6 1 1 15 7 11
2 EEUU 7 8 1 5 2 2 7 8 2 13
3 Canadá 2 5 4 12 5 4 6 13 23 3
4 Dinamarca 9 1 5 15 22 9 2 1 17 6
5 Reino Unido 11 18 6 6 1 5 3 14 14 9
6 Irlanda 5 11 9 23 9 3 4 11 13 8
444 7 Noruega 13 20 19 2 13 8 5 3 4 1
8 Australia 3 19 2 11 6 15 10 18 11 12
9 Japón 19 16 7 17 8 6 12 12 12 2
10 Finlandia 6 7 21 9 19 13 18 4 1 4
11 Suecia 10 4 18 3 15 14 16 2 22 14
12 Países Bajos 17 23 17 8 12 24 8 7 15 7
13 Corea 26 3 25 19 4 18 9 9 3 10
14 Alemania 22 6 22 16 3 21 13 6 9 17
15 Suiza 16 12 8 7 16 28 11 16 19 20
16 Austria 23 15 12 10 10 26 20 10 5 18
17 Bélgica 8 13 10 28 27 7 25 17 10 5
18 Francia 4 10 26 27 26 20 27 5 8 19
19 Hungría 12 25 13 20 20 25 24 25 6 24
20 Turquía 18 24 20 13 23 17 14 24 16 26
21 México 24 9 24 22 11 12 21 27 25 22
22 Portugal 14 26 27 21 28 11 15 20 18 16
23 Eslovaquia 15 22 14 4 18 22 26 28 21 25
24 España 27 17 28 14 25 23 19 19 20 15
25 Italia 20 21 16 18 21 16 23 23 28 23
26 Rep. Checa 21 27 11 24 14 19 28 21 27 28
27 Grecia 25 14 23 25 24 27 17 26 26 21
28 Polonia 28 28 15 26 17 10 22 22 24 27

Fuente: Sebastián, Serrano y Martín del Burgo (2009).


LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

un tiempo cercano al Q3 de la organización. En los otros cinco indicadores España está entre la
posición 14 y la 19 del ranking de la OCDE. En ninguno sobresale positivamente.

Al igual que ocurría con los 38 países considerados en la sección anterior, las tres fuentes
generan una ordenación bastante similar de los países de la OCDE. Y en todos, de forma bastan-
te sistemática, España se encuentra en el grupo de cola de la OCDE, muy alejada de los países
más avanzados y sólo por encima de los países menos desarrollados e Italia.

5. Opiniones de empresarios españoles

Más allá de las comparaciones con otros países de nuestro entorno, es interesante reco-
ger cuáles son los aspectos del entorno institucional que los empresarios consideran más limitativos
para el desarrollo de su actividad. Los podemos hacer a partir de la propia Executive Opinion
Survey (EOS), reflejando las valoraciones más bajas que los empresarios españoles otorgan a
los distintos aspectos que hemos analizado para estimar los indicadores discutidos en la sec-
ción anterior. Por otra parte, podemos utilizar los resultados de la encuesta que Metroscopia
realizó a 1.800 empresarios para el proyecto financiado por la Fundación Ramón Areces que dio
lugar al libro de Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008).

De la EOS obtenemos que los diez aspectos más limitativos para los empresarios espa-
ñoles, ordenados de más a menos, son:

1. Flexibilidad en la contratación y despido. 445

2. Favoritismo en las decisiones de los funcionarios.

3. Confianza pública en los políticos.

4. Carga burocrática de la Administración.

5. Extensión y efectos de impuestos y cotizaciones.

6. Colaboración universidad-empresa en investigación.

7. Eficacia e independencia de la Justicia.

8. Calidad del sistema educativo.

9. Desarrollo de grupos de poder en economía.

10.Acceso al crédito sin colateral.


EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Por otra parte, de la mencionada encuesta de Metroscopia13, se obtienen algunos resulta-


dos reflejados en las Tablas 6 a 8. Una mayoría de los empresarios encuestados consideran que
distintos aspectos de las administraciones públicas y del funcionamiento de la Justicia son un
obstáculo grande para su actividad y una minoría que lo son en grado pequeño.

Tabla 6. Obstáculos para la actividad empresarial

Grande Mediano Bajo

Tramitación de permisos 55 33 12
Ausencia de coordinación de administraciones 50 37 13
Funcionamiento de la Justicia 52 36 12
Actitud y comportamiento funcionarios 44 44 12

Fuente: Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008).

Consideran que el mal funcionamiento de la Justicia impone unas incertidumbres y unos


costes elevados.

Tabla 7. El funcionamiento de la Justicia produce...

Alto Bajo

Sensación de indefensión 64 36
Aumento de costes 70 30

Fuente: Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008).

446

Y perciben que pagos irregulares a funcionarios y a políticos y partidos tienen una frecuen-
cia nada despreciable.

Tabla 8. Pagos irregulares

Alta Mediana Baja

Frecuencia pagos funcionarios 33 32 35


Frecuencia pagos y donaciones a partidos 35 33 32

Fuente: Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008).

13
Un detalle mucho mayor de los resultados de esta encuesta se puede consultar en Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008), cap. 4.
LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

De ambas fuentes obtenemos que aspectos relacionados con el funcionamiento de las


administraciones son considerados como muy restrictivos por parte de los empresarios españo-
les. Los sesgos en las decisiones de los funcionarios y el peso de las cargas burocráticas
impuestas por las administraciones están entre los cuatro aspectos que reciben una valoración
más baja por parte de los empresarios encuestados por la EOS. Y los encuestados por Metroscopia
consideran mayoritariamente que la tramitación de permisos administrativos es un obstáculo
grande, mientras que una minoría piensa que son un obstáculo pequeño. Y algo similar ocurre
con la ausencia de coordinación entre los tres niveles de la Administración. También se produce
una coincidencia en la valoración del funcionamiento de la Justicia, que obtiene la séptima valo-
ración más baja en la EOS y es mayoritariamente considerado como un obstáculo grande en la
encuesta de Metroscopia, de la que deriva, además, que el funcionamiento de la Justicia produce
una sensación de indefensión y aumenta los costes empresariales. También la presencia de
conductas irregulares es reflejado en ambas fuentes: en la EOS el favoritismo de los funcionarios
y la baja confianza pública en los políticos se encuentran en el puesto segundo y tercero de la
lista de aspectos peores valorados y en la encuesta de Metroscopia un tercio de los encuestados
percibe que la frecuencia de pagos a funcionarios y políticos es alta y solamente otro tercio
considera que es baja.

En cuanto a la contratación laboral, aspecto en el que España ocupa los últimos puestos
de la OCDE en los rankings derivados de Doing Busines y de la EOS, la flexibilidad en la contra-
tación y el despido recibe la calificación más baja de la EOS, mientras que en la encuesta de
Metroscopia la legislación laboral sólo es vista como un obstáculo grande por el 27% de los
encuestados, pero sólo el 15% la perciben como una limitación menor. Por tamaño de las empre-
sas, entre las grandes (más de 300 empleados) el porcentaje de las que perciben como un
obstáculo grande es similar, el 28%, pero sólo el 3% lo perciben como una limitación menor, una 447
distribución significativamente diferente. Y hay que tener en cuenta que son los ejecutivos de
empresas mayores a los que se dirige la EOS.

La visión que proporciona las opiniones empresariales acerca del marco en el que se
desarrolla su actividad, recogidas a partir de las dos fuentes utilizadas, es coherente con la que
obtenemos en el apartado anterior sobre retraso relativo que España muestra en calidad
institucional respecto a los países de la OCDE.

6. Valores y códigos de conducta

En Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008) se presenta una explotación de las Encuesta
Mundial y Europea de Valores que compara los valores revelados por los ciudadanos de nueve
países de la OCDE (España, Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Holanda, Irlanda,
Italia y Reino Unido) relacionados con algunos aspectos de la actividad económica.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

Al preguntarse sobre cuestiones de confianza en el resto de los ciudadanos y en institu-


ciones formales relevantes, la conclusión es que en España la confianza en el entorno es relati-
vamente baja: se encuentra en un nivel intermedio en lo que se refiere a la confianza en los
conciudadanos y es más baja que en la mayoría de los países la que los españoles tienen en la
Administración Pública y en el Sistema Judicial.

Se estudiaron también las diferencias en lo que podemos llamar «valores laborales» (la
actitud de los encuestados ante el trabajo). En la valoración de lo que estiman importante en un
puesto de trabajo, los españoles ponen de manifiesto una combinación de valores bastante
negativa. Por un lado, son de los que más valoran (junto a Alemania e Italia) la seguridad en el
puesto de trabajo y, por otro, son los que menos importancia conceden a que el puesto de trabajo
propicie el desarrollo de su propia iniciativa. La combinación de mayor valoración de la seguridad
y menor valoración del desarrollo de iniciativas propias se antoja bastante negativa, pues pone de
manifiesto una limitada disponibilidad para contribuir a la mejora e innovación del entorno produc-
tivo en donde realiza su actividad. Hay que subrayar que los universitarios españoles reflejan una
valoración de la capacidad de desarrollar iniciativas sólo ligeramente más favorable que los que
tienen menos estudios y significativamente más baja que los universitarios de los otros países.

Una forma de investigar las diferencias en los códigos de conducta de distintas socieda-
des, alternativa al análisis de valores que acabamos de comentar, es la de estudiar conductas
concretas en varios países. Y en algunos estudios disponibles España aparece en el grupo de
cola de los países europeos de la OCDE14.

En España hay cierta tolerancia con la corrupción. En Sebastián, Serrano, Roca y Osés
448 (2008), al investigarse el grado de tolerancia de los ciudadanos con algunas conductas irregula-
res, España se encuentra en una posición intermedia en relación con el resto de los países.
Solamente sobresale negativamente en la justificación de reclamar indebidamente ayudas gu-
bernamentales. Hay una peculiaridad bastante llamativa: los españoles que sólo tienen estudios
primarios son significativamente menos tolerante con las conductas irregulares que los que tie-
nen estudios universitarios. Esto no sucede en los otros países, en los que o bien el nivel de
estudios no está relacionado con el grado de aceptación o censura o, en algunos, la aceptación
de la irregularidad es decreciente con el nivel de instrucción.

Junto a estos resultados obtenidos a partir de la Encuesta Mundial de Valores, observa-


mos que la conducta electoral de la mayoría de los españoles es de cierta tolerancia con los
corruptos. Cuando se producen imputaciones judiciales graves de conducta irregular a determi-
nados políticos, los partidos tienden a defender a sus afiliados. Pero la tolerancia no acaba en los
partidos, cuando tras esas imputaciones judiciales el partido mantiene al imputado en sus listas
no sufre merma electoral e, incluso, si el partido no lo mantiene y el imputado se presenta a la
cita electoral fuera de su anterior partido, obtiene buenos resultados.
14
Véanse, por ejemplo, el estudio de Fisman y Miguel (2006) sobre grado de cumplimiento de las normas o los datos de Intrum Justitia
(2006) sobre prácticas de pago o impago a proveedores. Ambos comentados en el Capítulo 6 de Sebastián, Serrano, Roca y Osés (2008).
LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

El modelo del triunfador social condiciona la asignación del talento. A lo largo de los casi
cincuenta años en los que España ha pasado de ser una atrasada sociedad rural a una sociedad
capitalista moderna, en ningún momento el empresario emprendedor ha sido el modelo del triun-
fador social. Y eso que ha habido y hay casos de brillantes empresarios en varios sectores. El
hombre de negocios relacionado con el poder político (central o local) ha sido más bien la figura
dominante desde la época del fuerte desarrollo de los sesenta. En general, el dirigente empresa-
rial de sectores regulados, el empresario cuyos principales clientes son las administraciones
públicas y los hombres de negocios hábiles en las gestiones con las administraciones han
constituido y constituyen las figuras dominantes que se proyectan sobre la sociedad. Probable-
mente, el deficiente funcionamiento de las administraciones (incluida la Justicia) y de algunos
mercados (debidos a malas regulaciones) y la presencia de conductas sesgadas e irregulares
contribuyen a reforzar esas figuras. Y la consolidación de esas figuras contribuye a que no se
avance en la superación de las mencionadas trabas institucionales.

7. Reformas para mejorar la productividad

Del análisis anterior se deriva claramente la necesidad de reformar el marco institucional


para revertir el proceso de divergencia en la productividad.

Pero, obviamente, no es éste el marco donde desarrollar un programa detallado de refor-


mas, tarea que necesitaría de expertos de distintas áreas y requeriría un debate amplio y reposa-
do. Me voy a limitar a apuntar telegráficamente un catálogo de reformas indispensables, para a
continuación proponer una reflexión pesimista sobre la escasa probabilidad de que se vaya a 449
emprender, quizá ni siquiera a debatir, el grueso de esas reformas.

Un catálogo de reformas, incidiendo más en los objetivos de cada una de las acciones que
en el diseño de las mismas, sería:

1. En Educación, sería prioritario reducir el fracaso escolar en Secundaria y desarrollar


(y revalorizar) la Formación Profesional. En educación universitaria, habría que mejorar
los incentivos de profesores e investigadores y avanzar en la flexibilidad administrativa,
para un mayor aprovechamiento del capital humano existente y para intensificar las
relaciones con las empresas.

2. Resulta crucial una reforma (o modernización) de las Administraciones Públicas,


que suponga una simplificación de los procedimientos y una agilización de la gestión y
que conduzca a una mayor transparencia y eficacia. También es necesario avanzar en
la introducción del principio de responsabilidad en la gestión administrativa. Para todo
ello habría que cambiar el sistema de incentivos a los funcionarios y proporcionar una
dotación adecuada de medios. Respecto a la estructura territorial de la Administración,
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

el objetivo debería ser alinear los intereses de los distintos niveles entre ellos y con los
de la sociedad y el resultado debería ser una total coordinación frente al administrado
y la ausencia de invasión de unos niveles en las competencias de los otros.

3. También es fundamental la reforma de la Justicia, que conduzca a que las sentencias


sean ágiles, eficaces y previsibles y a que los jueces sean absolutamente independien-
tes, pero también responsables. Parece absolutamente necesaria una mayor dotación
de medios humanos y materiales, pero también una mejora de los procedimientos proce-
sales. También, claro, que acabe la politización de los órganos de la Justicia y la instru-
mentación que de ellos hacen los partidos políticos y los medios de comunicación.

4. Los mercados necesitan también mejoras en su funcionamiento. En los mercados de


bienes, se puede avanzar en la simplificación de algunas regulaciones y es necesario
aumentar la competencia en varios mercados, notablemente en la distribución energé-
tica. En los mercados de servicios, lo mismo: simplificación regulatoria y mayor com-
petencia en servicios profesionales y en el sector de la distribución. En los mercados
financieros, los mecanismos de financiación empresarial (más allá de las restricciones
actuales) son mejorables. La financiación de proyectos sin colateral es un factor funda-
mental en el dinamismo empresarial e innovador. Probablemente, como dice
Eichengreen (2007), es uno de los elementos diferenciadores de la dinámica estado-
unidense respecto de la europea.

5. Sin ser, ni mucho menos, la única reforma pendiente, la reforma laboral debería
plantearse cambios en la contratación (que acabe con la actual dualidad entre tempo-
rales y fijos y se adapte mejor a las posibilidades de las nuevas tecnologías y las
450 preferencias de los activos), en la negociación colectiva (superando los niveles secto-
riales y provinciales de negociación y facilitando el acuerdo de unas condiciones más
ajustadas a la realidad de las empresas) y de la protección al desempleado (siendo
generosa pero ligada a procesos de formación). El debate sobre la reforma laboral
debería hacerse desde la aceptación de un doble objetivo: aumentar la productividad y
proteger y formar a los desempleados. El objetivo no debe ser el empleo por sí mismo.
Aumentos en la productividad son los que permiten aumentar de forma sostenida y
simultánea tanto el empleo como los salarios reales.

Estas reformas15 necesitan de amplio debate y de cierto consenso social. Realmente


social; es decir, no sólo de las cúpulas de los partidos políticos y de las cúpulas de organizacio-
nes empresariales y sindicales de limitada representatividad.

Junto a estas reformas sería imprescindible una mejora sustancial de la transparencia en


la esfera pública, con la consiguiente reducción de las prácticas de clientelismo y de los niveles
de corrupción. Si las anteriores reformas necesitan, además de cambios normativos, de cambios

15
Podría añadirse a este listado la reforma de los impuestos para avanzar en su neutralidad en términos de eficiencia.
LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

en códigos de conducta (en las Administraciones Públicas, incluídas la Justicia y las institucio-
nes educativas), hay pocas aportaciones legislativas para mejorar la transferencia y limpieza en
la esfera pública. Sería necesario, básicamente, que se produjera un cambio relativamente radi-
cal en los códigos de conducta de políticos y funcionarios. Un debate de las características que
hemos mencionado sería condición necesaria para ello, aunque no sé si suficiente.

8. La improbable reforma

Históricamente, los grupos que detentan el poder político de facto han bloqueado las
reformas institucionales cuando han percibido que esas reformas podían suponer una merma
efectiva de su poder. El esquema propuesto por Acemoglu y Robinson (2000) y aplicado por esos
autores y sus colaboradores a distintos procesos históricos y a algunas experiencias recientes
en países en vías de desarrollo resulta enormemente sugestivo16.

Respecto a España, por otro lado, Nieto (2008) considera que la estructura de poder es
cada vez más la de una partitocracia. Más allá de la arquitectura constitucional, los partidos, sus
cúpulas, han ido ocupando las distintas instituciones políticas y el aparato del Estado. En esta
acepción, los partidos han tendido a patrimonializar las administraciones públicas, y han pasado
a controlar directamente la cúpula del poder judicial, han marginado a la sociedad civil (cuyo
raquitismo institucional heredado del pasado no ha sido capaz de oponer resistencia), han ejer-
cido, en fin, el «desgobierno» en el sentido de Nieto17. Una manifestación de este «desgobierno»
sería la gran producción legislativa en las últimas legislaturas: cientos de normas más publicitadas
que meditadas, con escaso o nulo seguimiento de su cumplimiento y nula valoración de los 451
efectos que han producido. Ese gran «esfuerzo» legislativo constituiría un elemento importante
de la legitimación por manipulación, cuando, salvo excepciones, ni se han alcanzado los objeti-
vos propuestos por las leyes ni las condiciones en la que se desenvuelve la vida ciudadana han
mejorado apenas por su entrada en vigor. Algunas «innovaciones» normativas, por otra parte, han
tenido el objetivo no confesado de consolidar el control por parte de los partidos.

Si esta descripción de la estructura de poder es correcta, y yo creo que lo es en un


grado relativamente alto, el modelo de Acemoglu y Robinson (2000) nos diría que sólo se
producirán las reformas que sean compatibles con el mantenimiento del control partidario del
aparato del Estado. Y muchas de las reformas catalogadas en el punto anterior entrarían en
abierta contradicción con la patrimonialización de las administraciones y el control de los
distintos mecanismos de poder.

16
Un esquema relativamente similar es el aplicado por Bates (2008) en su interesante libro sobre la realidad africana.
17
El «desgobierno» en la acepción de Nieto (2008) supone tener un discurso sobre los fines de la acción pública (la mejora de las
condiciones de los ciudadanos) que no tiene nada que ver con los objetivos reales de dicha acción (el mantenimiento y ampliación
de la base de poder de las cúpulas de los partidos). Un elemento fundamental para perpetuar esa situación es la manipulación que
extiende y consolida la confusión entre los intereses de los ciudadanos y los de los aparatos de los partidos.
EL FUTURO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

La elección de los miembros del Consejo del Poder Judicial (confundiendo, sin rubor, la
configuración de un órgano formado por independientes de reconocido prestigio por uno constitui-
do por fieles, en el que la supuesta independencia se «consigue» porque los partidos tienen un
número similar de fieles), la politización del Tribunal Constitucional, la extendida práctica de
clientelismo político en los distintos niveles de la Administración, la ocupación de puestos por
afinidad partidaria, la extrema tibieza con la que se aborda la corrección de evidentes
disfuncionalidades en la acción de las administraciones, la escasa voluntad política de moderni-
zar la Administración Pública en los dos intentos bajo los gobiernos de F. González y la total
ausencia de nuevos intentos en los gobiernos posteriores, la reducida incidencia y nulo segui-
miento de la producción normativa, la tendencia a utilizar para sus fines una parte muy importan-
te del sistema financiero (las cajas de ahorro), así como los medios de comunicación de titulari-
dad pública financiados por los contribuyentes; son todos ellos síntomas bastante contundentes
de que la anterior descripción constituye una aproximación lícita.

Y si eso es así, resultará escasa la probabilidad de que se produzcan reformas que gene-
ren eficacia, transparencia e independencia en la regulación económica y en la provisión de
bienes públicos, y reformas que vayan en contra de los intereses de los afines o que mermen la
capacidad de ejercer clientelismo desde los distintos niveles de la Administración. Sólo se pro-
ducirían avances en los aspectos en los que el control de los partidos de los mecanismos de
poder no resultase afectado. Ni siquiera habría que esperar que se produjera un debate abierto
sobre la conveniencia de la reforma y de su contenido.

452 9. Conclusiones

La productividad de la economía española está divergiendo con la de los países europeos


más avanzados. La explicación en términos del atraso en la adopción de las tecnologías más
avanzadas, siendo cierto ese atraso, resulta insatisfactoria, porque esas tecnologías están dis-
ponibles en similares condiciones en nuestro país que en los países europeos con los que
divergimos. Hay que explicar por qué entonces se produce ese atraso.

La explicación que proponemos se centra en diferencias en capital humano y, sobre


todo, en diferencias en incentivos. Y esos incentivos están fuertemente condicionados por la
calidad de las instituciones formales e informales: la calidad de las leyes y regulaciones, la
calidad de las administraciones, el grado de seguridad jurídica, la transparencia y limpieza en
la regulación y en la gestión de los asuntos públicos, el funcionamiento de los mercados y los
valores y códigos de conducta imperantes. Y, por otra parte, las diferencias en capital humano
dependen más de las normas e incentivos en el sistema educativo, que de la dotación de
recursos a ese sistema.
LA MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: LAS REFORMAS NECESARIAS /
CARLOS SEBASTIÁN GASCÓN

Se presenta un estudio comparado de los países de la OCDE, realizado a partir de tres


fuentes internacionales (los indicadores de Governance del Banco Mundial, los datos del Doing
Business del Banco Mundial, y los resultados de la Executive Opinion Survey del World Economic
Forum) sobre distintos aspectos institucionales de un número amplio de países. España apare-
ce en el estudio sistemáticamente a la cola de los países más avanzados y superando sólo a los
países más atrasados de la OCDE y a Italia.

Se recogen también las opiniones de los empresarios españoles sobre los factores
institucionales más limitativos para su actividad. El funcionamiento de las administraciones pú-
blicas y de la Justicia, la presencia de conductas irregulares, los impuestos y las regulaciones
laborales aparecen como aspectos limitativos, lo que es coherente con la posición atrasada
ocupada por España en todos estos aspectos en el ranking de países de la OCDE.

Y también se realiza un somero repaso de algunos códigos de conducta que ponen de


manifiesto valores contrarios a la innovación y a la eficiencia.

Sin pretender plantear un programa de reformas que conducirían a mejoras en la producti-


vidad, se ha presentado un catálogo de reformas, incidiendo más en los objetivos de cada una de
las acciones que en el diseño de las mismas.

Para terminar, a partir de los modelos de bloqueo institucional y de la descripción de la


estructura de poder en España, se plantea la poco esperanzadora hipótesis de que resulta
improbable que se avance en muchas de las reformas necesarias, porque entrarían en contradic-
ción con los intereses y objetivos de los que detentan el poder de facto.
453

10. Bibliografía

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MacMillan.

455
Números publicados:

1. PROCESOS MIGRATORIOS. ECONOMÍA Y PERSONAS.


Coordinador: Manuel Pimentel Siles. ISBN: 978-84-95531-08-7
2. LA AGRICULTURA MEDITERRÁNEA EN SIGLO XXI.
Coordinador: José María García Álvarez-Coque. ISBN: 978-84-95531-10-0
3. CIUDADES, ARQUITECTURA Y ESPACIO URBANO.
Coordinador: Horacio Capel. ISBN: 978-84-95531-12-4
4. MEDITERRÁNEO Y MEDIO AMBIENTE.
Coordinadora: Cristina García-Orcoyen. ISBN: 978-84-95531-14-8
5. LAS NUEVAS FORMAS DEL TURISMO.
Coordinador: Joaquín Aurioles Martín. ISBN: 978-84-95531-20-9
6. ECONOMÍA SOCIAL. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA AL SERVICIO DE LAS PERSONAS.
Coordinador: Juan Francisco Juliá Igual. ISBN: 978-84-95531-24-7
7. MEDITERRÁNEO E HISTORIA ECONÓMICA.
Coordinadores: Jordi Nadal y Antonio Parejo. ISBN: 978-84-95531-26-1
8. LOS RETOS DE LA INDUSTRIA BANCARIA EN ESPAÑA.
Coordinador: Francisco de Oña Navarro. ISBN: 978-84-95531-28-5
9. VARIACIONES SOBRE LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO MEDITERRÁNEO. 457
Coordinador: Pedro Schwartz. ISBN: 978-84-95531-31-5
10. UN BALANCE DEL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS.
Coordinador: Francisco José Ferraro García. ISBN: 978-84-95531-35-3
11. NUEVOS ENFOQUES DEL MARKETING Y LA CREACIÓN DE VALOR.
Coordinadora: María Jesús Yagüe Guillén. ISBN: 978-84-95531-37-7
12. EUROPA EN LA ENCRUCIJADA.
Coordinador: Josep Borrell Fontelles. ISBN: 978-84-95531-39-1
13. LOS DISTRITOS INDUSTRIALES.
Coordinador: Vicent Soler i Marco. ISBN: 978-84-95531-40-7
14. MODERNIDAD, CRISIS Y GLOBALIZACIÓN: PROBLEMAS DE POLÍTICA Y CULTURA.
Coordinador: Victor Pérez Díaz. ISBN: 978-84-95531-41-4
15. EL NUEVOS SISTEMA AGROALIMENTARIO EN UNA CRISIS GLOBAL.
Coordinador: Jaime Lamo de Espinosa. ISBN: 978-84-95531-43-8

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