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1. RESPONSABILIDAD Y VOCACIÓN
1.a. LA LLAMADA
-¿Quién nos llama?
• SER PRINCIPIO DE VIDA: “Da vida a todas las cosas” (1 Tim 6,13)
• SER PRINCIPIO DE UNIDAD: “Un solo cuerpo y un solo Espíritu” (Ef 4,3-4)
• ENLACE
• GESTIÓN
• TAREAS
• EL AMOR Y LA COMUNIÓN: “Un estímulo de amor, una comunión en el Espíritu” (Flp 2,1)
1. RESPONSABILIDAD Y VOCACIÓN
Vocación y servicio siempre han de estar unidos, de modo que lo uno sin lo otro
no tendrían sentido.
Dios que nos llamó a la existencia por amor, nos ha llamado al mismo tiempo al
amor. En este “por amor” encontramos el origen y el don; la invitación “al amor”
nos indica la finalidad que hemos de dar a nuestra vida y a nuestras acciones, será
la luz que guíe nuestro servicio, esto es, nuestra tarea. Por lo tanto, el amor es “la
vocación fundamental e innata de todo ser humano” (FC 11), es una llamada que
pide una respuesta de cada uno de nosotros.2
Así, la responsabilidad ejercida en el Movimiento a modo de servicio siempre estará
inscrita en esta vocación. No puede entenderse al margen de ella. La
responsabilidad no es un mero trabajo, una actividad que implique simplemente
mejorar una estructura organizativa. Es mucho más, implica a nuestro ser personal
y conyugal, va transformando nuestra vida y la de muchos a los que servimos. De
ahí que nuestro fundador, el padre Caffarel, señalara que no se pueden olvidar los
aspectos de vocación y misión. “Los equipos tienen una vocación, la de ayudar a
las parejas a santificarse. Pero tienen también una misión dentro de la Iglesia”3.
Esta díada vocación-responsabilidad, llamada-respuesta, o bien don y tarea, marca
claramente un camino de búsqueda de algo más. Ese algo más sólo se puede ir
alcanzando mediante el don sincero de sí.
En esta entrega sincera que realizamos en el servicio, crecemos en lo personal, en
lo conyugal y en lo familiar, adquiriendo un carácter eclesial de mucho calado.
Veamos como este esquema dialógico de llamada y respuesta nos puede iluminar a
la hora de contemplar el tema de la responsabilidad.
2.a. LA LLAMADA
4
ERI, La responsabilidad en los ENS, mayo 1993; END, “I tempi e i modi della chiamata”,
Sessione per CRS, Sassone 28.IX.2007
5
ERI, La llamada al servicio en los ENS, 2004
2.b. LA RESPUESTA
A través de nuestra mirada, el Señor mira a los demás. El don que hemos recibido
pide ahora ser entregado en una tarea. Por ello, este amor del Señor espera
nuestra respuesta, la cual ha de ser:
a. DE AGRADECIMIENTO por este amor inmerecido y que nunca falla; por el
encuentro personal que cambia nuestra vida.
b. DE ABANDONO. No todo depende de nosotros ni de nuestras fuerzas o
inteligencia. El Señor despierta y hace crecer en nosotros los dones que nos
ha confiado para compartirlos. “Todo lo puedo con Aquel que me da fuerzas”
(Flp 4,13).
c. ABNEGACIÓN. Cuando el padre Caffarel hizo revisión en 1987 sobre lo que
se había entendido de modo insuficiente en los ENS señaló en primer lugar el
amor y la abnegación. Hablando a jóvenes parejas dijo: “Les recordé que
Cristo da el amor y la abnegación, que son los medios para caminar hacia la
perfección. Dios quiere la perfección del cristiano y de la pareja, quiere que
se hagan perfectos a través de la fidelidad al amor y por la abnegación. Es
decir, que cada uno, olvidándose de sí mismo, se dé al otro. Amor y
abnegación son las dos caras de la misma medalla. No hay amor sin
abnegación, y una abnegación que no nace del amor es una abnegación que
no se puede practicar ni mantener”.
“Pensando en todo ello comprendí que Dios había inventado el matrimonio
como gran medio para favorecer el amor y para desarrollar la abnegación.
También comprendí que no debía situar la abnegación al lado del amor, que
la verdadera abnegación es imponerse no dejar nunca de amar, vivir siempre
en una actitud de “para ti” y no en una actitud de “para mí””.
“Para caminar en las rutas de la santidad el Señor nos ha dado dos medios:
el amor y la abnegación. No estoy seguro de que esto se haya entendido
muy bien en los Equipos de Nuestra Señora; el matrimonio como gran medio
de amor y de abnegación, y medio de abnegación precisamente para hacer
posible el amor” 6.
d. FIEL A LA VOCACIÓN. Una invitación continua a la fidelidad: fidelidad a la
doctrina en tiempos de confusión; fidelidad al Espíritu en tiempos de
mediocridad; fidelidad al ministerio en tiempo de fácil dejación de
responsabilidades. En una palabra, llevar adelante nuestro servicio es ser
fieles a nuestra vocación.
Por tanto, la misión del Hogar Responsable de Equipo es una respuesta
continua:
• A la llamada del Señor, quien confía a un hogar -son los dos juntos quienes
asumen la responsabilidad- la tarea de ayudar los otros miembros de equipo a
caminar hacia Él;
6
CAFFAREL, H., El carisma fundacional, 1987
2.a. SER PRINCIPIO DE VIDA: “Da vida a todas las cosas” (1 Tim 6,13)
El Espíritu Santo, introduciéndonos en la vida filial de Cristo, renueva en nuestros
corazones la fuente de la caridad; “esta caridad se introduce en el corazón de los
miembros del hogar y transforma, diviniza todos los amores familiares: el amor
conyugal, el amor de los padres, el amor filial, el amor fraterno”8.
Se trata de animar, de dar el alma, que no es más que mirar con amor a los que
tenemos que servir; promocionar al otro sacando lo mejor de cada uno; es ser
fecundos y dar vida; es preocuparse por la formación de las personas del
Movimiento y por la difusión del mismo.
2.b. SER PRINCIPIO DE UNIDAD: “Un solo cuerpo y un solo Espíritu” (Ef 4,3-4)
El Espíritu Santo construye invisiblemente la unidad visible de la familia. Para el
padre Caffarel, “un matrimonio unido es una obra maestra del Espíritu Santo”9.
El mejor modo como podemos extender esta unidad en los ENS es siendo fieles a la
Carta y al carisma fundacional.
Nuestro servicio ha de ser ejercido y vivido realmente en conformidad con Cristo.
Cada uno aportará lo mejor de su carisma (cf. 1 Cor 12,7), siendo lo importante
que todos los carismas cooperen juntos en la edificación (cf. 1 Cor 14,26) del
Movimiento y de la Iglesia, buscando siempre la unidad: “Un solo cuerpo y un solo
Espíritu” (Ef 4,3).
2.c. SER PRINCIPIO DE CRECIMIENTO: “Para el crecimiento y edificación en el amor” (Ef 4,16)
Concebido como una acción eclesial y espiritual en el seno de la familia: el don del
Espíritu Santo que Cristo entregó a la Iglesia-Esposa la hace fecunda. Igualmente,
“en el hogar, el Espíritu de amor será principio de crecimiento, y por tanto de
crecimiento de la Iglesia en el hogar: porque es el lugar donde crece la Iglesia”10.
Todo responsable ha de tener como meta el crecimiento de las personas en el amor
y en la verdad.
7
LAFFITE, J., Matrimonio y familia: realidad natural y evento de gracia, Communio (ed. esp.) 6
(2007), 11-28
8
CAFFAREL, H., Le mariage, ce grand sacrament, en Cahiers de l’Anneau d’Or 117-118 (mayo-
agosto 1964) 261
9
Ibid., 220
10
Ibid., 221
b- Acompañando la vida comunitaria del equipo, que debe constituir una unidad,
para que todos sus miembros sean activos, aceptados y queridos.
c- Con ayuda mutua (“Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas”, Gal 6,2).
Cada equipista es “acompañado” y es “acompañante” en este camino de
perfección, entendiéndolo más como una ayuda fraterna: aquella que se presta en
la convivencia, en el encuentro personal, en la visita, en la palabra confortadora11.
De forma insistente, el padre Caffarel recomienda a los responsables a hacer del
Equipo un “resurgimiento de la caridad”, esto es, del amor fraterno.
d- Con mucho amor: La ayuda eficaz a nuestros hermanos del equipo debe ser
hecha con la mirada de amor que lleva sobre ellos Cristo, una mirada que no
juzga, que no condena, sino que estimula, que reconforta, que ayuda a superarse,
que transforma;
11
Cf. Ibíd.
5.2. ENLACE
• Un Equipo no vive aislado, forma parte de una gran familia, lo que le supone
a la vez una riqueza y una responsabilidad. Una riqueza ya que se beneficia de
la experiencia y de la ayuda de los miembros de los ENS, con sus oraciones e
intenciones. Una responsabilidad, puesto que el equipo se compromete a
compartir sus experiencias, a participar de las tareas comunes, a tener
presentes a los otros en su oración.
• El Hogar Responsable debe cuidar que su equipo esté abierto al Movimiento, que
la comunicación fluya bien en ambos sentidos, y que cada uno se sienta
responsable de la vida de la comunidad y participe activamente;
• Hacer el enlace de su equipo al Sector, a través de su hogar de enlace.
5.3. GESTIÓN
• Organizar la vida de equipo a lo largo del año, en especial el calendario de las
reuniones y los contactos mensuales;
• Recordando el calendario de actividades anual, transmitir a los miembros del
equipo las invitaciones, consignas… del Sector, de la Región y del Movimiento;
5.4. TAREAS
• Participar en las reuniones del Sector, dos o tres veces al año, en especial al
principio y al final del curso;
• Participar en el Encuentro de Responsables, organizado por la Súper Región al
principio del curso, a lo largo de un fin de semana;
• Alentar la vida de equipo, teniendo en cuenta la importancia la reunión de
equipo;
• Hacer el enlace de su equipo al Sector, a través de su Hogar de Enlace;
• Llamar a los miembros del equipo a la contribución anual y asegurar el envío de
todos los dones materiales al Movimiento ;
• Proceder a la elección del Hogar Responsable para el siguiente año ;
• Preparar con el nuevo Hogar Responsable y el Consiliario Espiritual el
cuestionario para la reunión balance y enviarlas a todos los miembros de
equipo. En la última reunión del año, hacer el balance y anotar las decisiones
tomadas;
• Hablar en el equipo sobre el tema de estudio para el siguiente año y elegirlo en
la reunión balance.
a) El amor y la comunión: “Un estímulo de amor, una comunión en el Espíritu” (Flp 2,1)
Es sumamente significativo que san Pablo, cuando enumera los diferentes elementos
de los frutos del Espíritu, menciona en primer lugar el amor: “El fruto del Espíritu es
amor, alegría, paz,…” (Gal 5,22). Y, dado que por definición el amor une, el Espíritu
es ante todo creador de comunión dentro de la comunidad cristiana (cf. 2 Cor
13,13). Así, amor y comunión han de ser los primeros frutos de nuestro servicio y
responsabilidad.
12
En este sentido, el Movimiento está haciendo un gran esfuerzo a nivel internacional. Se ha constituído un Equipo
Satélite de Formación (2007-2012), formado por equipistas de distintas nacionalidades, para estudiar y profundizar
sobre la formación de los ENS como camino.
13
Reunión del Colegio del ERI, Houston 2002
14
ERI, La responsabilidad en los ENS, 1993
15
ENS, El Segundo Aliento, 1988
16
CAFFAREL, H., Editorial “Constructores o inquilinos”, Febrero 1966
17
SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 2 Cor, 13