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MATERIAL.

Al ser una zona sedimentaria e incluso pantanosa escasea la piedra, por lo que el material de
construcción es el adobe (bloques de barro y paja mezclada y puesta a secar al sol). En los edificios más
representativos el adobe se sustituye por el ladrillo (bloque de barro cocido) y si debe recibir decoración por el
azulejo (una de las caras del ladrillo vidriada y coloreada) o es recubierto con placas de piedra trabajadas con
relieves.
ELEMENTO DE SOSTEN. El muro de adobe con vanos pequeños es el elemento que sostiene
principalmente los edificios. Los gruesos muros y la escasez de vanos permite crear ambientes interiores que
preservan del calor exterior. La columna se emplea en raras ocasiones con fin ornamental y se hace con
ladrillos.
ELEMENTO SOSTENIDO. Como cubierta se utiliza el adintelamiento con vigas de madera y por primera
vez el abovedamiento creado con ladrillos para puertas monumentales y salas que necesitaran espacios
amplios. El arco utilizado es el de medio punto, el más simple, y sobre él se crea la bóveda de cañón y la
cúpula semiesférica.
ZÓCALO. Todos los edificios importantes tienen que levantarse sobre un podium o terraza para
preservarlos de la humedad y de las inundaciones de temporada. Para salvarlo se utilizan escalinatas y
rampas.
Babilonia. Puerta de Isthar, 570 a. C. Reconstruida en Berlín. Arco de medio punto y bóveda de cañón.
Ladrillo esmaltado decorado con figuras de Toros, Grifos y flores.
EDIFICIOS MÁS REPRESENTATIVOS
El templo, es un complejo arquitectónico de varios edificios: almacenes, viviendas para los sacerdotes y
sus siervos en torno a una plaza, que actúa como lugar de mercado y de actos públicos. Como centro y
sobresaliendo en altura estaría el zigurat. Este edificio escalonado sería el santuario donde se encontraría la
estatua del dios y desde donde los sacerdotes realizarían observaciones astronómicas. El zigurat es un
modelo establecido en el III milenio y que seguirá levantándose todavía en el I milenio, como conocemos por
la descripción de la Biblia de la Torre de Babel (posiblemente el zigurat de Ur).
Reconstrucción de un zigurat.
El palacio es una construcción de muchísimas dependencias y espacios. En tiempos asirios se situó
reforzando las murallas de la ciudad y al mismo tiempo dominando el espacio urbano. Son palacios-fortalezas,
sin ventanas al exterior, con gruesos contrafuertes y levantados sobre un zócalo de más de cinco metros. Los
más grandes y bellos son los de los asirios, que si bien siguen el modelo sumerio le añaden monumentalidad
y una decoración interna con pinturas y relieves. El que sirve como modelo es el de Sargon II en Jorsabad,
cerca de Nínive, que se levantaría en una ciudadela junto con otros palacios menores, posiblemente de los
altos funcionarios.
El urbanismo. Por primera vez apreciamos en las ciudades criterios urbanísticos. Sobre una de las
estatuas que representan al patesi Gudea de la ciudad de Lagash se ha encontrado el que, tal vez sea, el
plano más antiguo de una ciudad (2350 a. C.). Pero de la ciudad que tenemos más datos es de la Babilonia
del siglo VI, que incluso podemos ver en recreaciones virtuales que nos muestran un yacimiento amurallado
(8 kms de perímetro) y con un foso natural creado por el Éufrates. Entre los edificios representativos estaría
su templo/zigurat, el palacio del monarca Nabucodonosor, la puerta procesional de la diosa Isthar (hoy
reconstruida) y los afamados Jardines Colgantes (nombrados por los griegos como una de las Siete
Maravillas).

Periodos
Periodo prehistórico
Existieron cabañas de planta circular, con uno o dos pilares de piedra enlucidos en yeso. Además, cuando
se abandonaron estas construcciones, se colocaron sobre el suelo calaveras humanas, hecho que indica
alguna práctica ritual.
La ciudad más importante fue Uruk, la Erech de la Biblia, actual Warka en Irak. El templo de caliza fue el
edificio principal del quinto nivel en Uruk (c. 3500 a.C.).
Aunque su superestructura no se ha mantenido, se conservan algunos restos, en un estrato de tierra
compacta, que nos permiten intuir que fue un edificio con hornacinas de tamaño monumental (76×30 m).
El zigurat era una torre escalonada, cuya función consistía en acercar un poco más a los sacerdotes o
soberanos a los dioses celestiales, o servir de estrado para que la deidad pudiera descender a comunicarse
con los que la adoraban.
El último periodo Uruk incorporó el sello cilíndrico, seguramente en estrecha asociación con el primer uso
de las tablillas de barro cocido.
Su forma cilíndrica permanecerá como prototipo de sello mesopotámico en los 3.000 años siguientes.
Periodo protodinástico
Se continuaron las antiguas tradiciones constructivas se introdujo una nueva tipología arquitectónica: el
templo oval, un recinto con plataforma central que sustenta un santuario.
En los sellos cilíndricos tallados, así como en la escultura en metal, los temas mitológicos son los motivos
más habituales de representación.
En un gran relieve en cobre del templo de El Obeid (c. 2340 a.C., Museo Británico), un águila con cabeza
de león o leontocéfala, con las alas extendidas, se cierne sobre dos ciervos.
Periodo acadio
En las ciudades acadias de Sippar, Assur, Esnuna, Tell Brak y en su aún no encontrada capital Acad, el
palacio se convierte en el edificio más importante en sustitución del templo.
Periodo neosumerio
En Ur, Eridú, Nippur y Uruk se construyeron impresionantes santuarios que incorporaban zigurats
realizados con ladrillos y adobe.
Periodo arcaico babilónico
De Mari procede el arte más original del periodo babilónico, incluyendo arquitectura, escultura, metalistería
y pintura mural. La representación de animales, como en la mayor parte del arte mesopotámico, es más
natural que la de los seres humanos.
Los pequeños frisos de Mari y otras ciudades muestran escenas de la vida cotidiana con músicos,
boxeadores, carpinteros y campesinos.
Dinastías casita y elamita
Los casitas, pueblo de origen no mesopotámico, aparecieron en Babilonia poco después de la muerte de
Hammurabi en el año 1750 a.C
Los elamitas del oeste de Irán destruyeron el reino casita hacia el 1150 a.C. Su arte parece una imitación
provinciana de los primeros estilos mesopotámicos.
El imperio asirio
El zigurat fue la principal forma de la arquitectura religiosa asiria. El uso de ladrillos vidriados polícromos
fue muy común en esta etapa mesopotámica.
Con el paso del tiempo se convirtieron en la típica decoración arquitectónica neobabilónica, ya que las
fachadas de los edificios se recubrieron con cerámica vidriada.
Tukulti-Ninurta I, rey entre los años 1244 a.C. y 1207 a.C., encargó gran parte de las obras artísticas y
arquitectónicas que se realizaron en Assur, donde también construyó su propio palacio-ciudad, Kar Tukulti-
Ninurta.
En el arte de ambos asentamientos se acentúa la diferencia entre los dioses y los seres humanos.
Sargon II que reinó entre el 722 y el 705 a.C., llevó las riendas del imperio desde una ciudad de nueva
planta, Dur Sharrukin (actual Jursabad), que abarcaba 2,6 km2 y estaba rodeada por una muralla con siete
puertas, tres de ellas decoradas con relieves y ladrillos vidriados.
En el interior de dicho recinto se encontraba el palacio de Sargón, que contaba con más de 200
habitaciones y patios, un gran templo, residencias y templos de menor categoría. A su muerte sólo se había
terminado parte del complejo arquitectónico.
Su hijo y sucesor, Senaquerib, que reinó entre los años 705 y 681 a.C. en la capital de Nínive, construyó
su propio palacio al que denominó ‘palacio sin rival’, también conocido como el palacio del suroeste.
Los asirios adornaron sus palacios con magníficos relieves escultóricos.
Periodo neobabilónico
Los babilonios no establecieron un nuevo estilo o iconografía. La creatividad neobabilónica se manifiesta
en la arquitectura de Babilonia, la capital del reino, que alcanzó su máximo esplendor entre el 626 a.C. y el
539 a.C.
Esta enorme ciudad, destruida en el 689 a.C. por Senaquerib, rey de Asiria, se reconstruyó por iniciativa
del rey Nabopolasar y su hijo Nabucodonosor II. Dividida por el Éufrates, se necesitaron 88 años para
construirla y protegerla con doble muralla.
E-Sagila, el templo de Marduk, fue su edificio principal junto con Etemenanki, un zigurat cercano de siete
pisos conocido más tarde como la torre de Babel. El zigurat alcanzaba una altura de 91 metros; en el piso
más alto se alzaba un templo construido con adobes secados al sol y revestido de ladrillos cocidos.
Al este de la vía procesional se estableció, desde los tiempos de Hammurabi, una zona residencial. Se
conservan pocos vestigios de la ciudad y de los famosos jardines colgantes del palacio de Nabucodonosor II,
una de las siete maravillas del mundo. La Puerta de Istar (c. 575 a.C.) es una de las pocas estructuras
conservadas.
El último rey babilonio, Nabonides, cuyo reinado se extiende entre los años 556 a.C. y 539 a.C.,
reconstruyó la antigua capital sumeria de Ur, incluyendo el zigurat de Nanna, que competía en esplendor con
el zigurat de Etemenanki en Babilonia. Su estado de conservación es bueno y la fachada de ladrillo ha sido
recientemente restaurada.
Mesopotamia se incorporó al Imperio persa, y en Babilonia, que se convirtió en una de sus capitales
administrativas, se construyó un palacio real.
Entre los vestigios babilónicos de los tiempos de Alejandro el Magno, el conquistador del Imperio persa, se
conserva un teatro en la actual localidad de Humra.
Procedimientos generales de construcción
Gracias a la naturaleza arcillosa del suelo, el hombre pudo aun antes de poseer ningún instrumento
construirse su abrigo. Antes de tener herramientas el hombre podía tener al menos un rudimento de
arquitectura, en esas regiones donde debía nacer el arte de construir. La arcilla era un material necesario para
este fin.
Los babilónicos comenzaron usando este material, el cual utilizaron en la construcción de adobes o
ladrillos cocidos, elemento muy importante muy importante en la arquitectura de babilonia.
En el siglo VII constituye el principal material empleado en las construcciones de Nabucodonosor; los
relatos de Herodoto estipulaban que los muelles y las fortificaciones eran en parte construidas con este mismo
material y el génesis menciona que la misma torre de babel fue construida con arcilla endurecida al fuego.
Los asirios recurrían al ladrillo cocido solo en los casos en que la humedad hubiese disgregado la arcilla;
era usual que los ladrillos llevaran la marca del soberano que los hizo moldear, existe una enorme cantidad de
ellos con el nombre de Nabucodonosor.
El betún, abundante en Caldea, era una argamasa impermeable de gran uso, que estaba compuesta de
cal, arena y agua. Se ha señalado también que en varias ruinas caldeas como Birs-Nimrud y Kars se ha
encontrado la presencia de argamasa de cal.
Construcción
abovedado
La arquitectura mesopotámica ha pasado a la Historia como un sistema de muros de carga. Utilizaban
arcos y bóvedas que construían sin cimbra, apaisando los ladrillos para que no cayeran al ser colocados, o
rellenando el espacio entre dos muros de barro y paja hasta que la bóveda estuviera terminada; este sistema
daba lugar a espacios estrechos y largos. Para esto utilizaban en ladrillo, que inventaron al igual que el arco, y
el adobe. Esmaltaban los ladrillos para grandes ocasiones, y componían mosaicos pintados en vivos colores.
Los muros portantes no permitían ventanas, y la luz era cenital.
Con este método de bóvedas se construyó, por ejemplo, la Puerta de Ishtar en Babilonia, y sobrevivió
hasta la Edad Media, siendo utilizado y perfeccionado por los bizantinos.
Sistema adintelado
No obstante, también construyeron con vigas y pilares, siendo habituales en construcciones
monumentales las columnas del apreciado cedro de las montañas del Líbano. Se conoce de las culturas
mesopotámicas el capitel eolio, una de las influencias de los órdenes griegos.
Con este sistema se construía la estructura basándose también en un muro portante y de cerramiento
exterior, apoyando las vigas en él y en unos pilares de madera interiores, que se aprovechaban para situar el
perímetro del patio. La repetición de este método creaba el edificio, rellenándose los huecos y la cubierta o
techo de adobe.
Urbanismo
El urbanismo regulado estuvo presente en algunas ciudades, como la Babilonia de Nabucodonosor II,
mayoritariamente en damero.
Las ciudades estuvieron amuralladas y fueron pequeñas. En un principio tenían un trazado irregular y se
construían alrededor del templo, pero posteriormente el trazado fue adquiriendo una manera más
cuadriculada. Las casas eran sencillas y en esencia constaban de un patio alrededor del cual se construían
las habitaciones. La cubierta exterior siempre ea adintelada aunque en el interior fueran abovedadas. Eran
casas muy cerradas, con pocos vanos, debido al clima y también para dotarlas de carácter defensivo.
Infraestructuras
En cuanto a las obras de ingeniería, destaca la extensísima y antigua red de canales que unían los ríos
Tigris, Éufrates y sus afluentes, propiciando la agricultura y la navegación. Los mesopotámicos remontaron la
construcción de los primeros a las épocas previas al Diluvio, cuando la Tierra estaba ocupada por los “dioses”
(las criaturas que habían llegado del espacio y que conformaron su religión); atribuyendo a Ea-Enki su
construcción.
Usos de la madera y la piedra
Las terrazas de las casas babilónicas estaban hechas de palmera. En los palacios utilizaban vigas de
cedro o de maderas preciosas, traídas con grandes gastos.
Lo único que sabemos sobre las construcciones de piedra de Caldea es que el puente de babilonia tenia
pilas de piedra al plomo. Las únicas que han llegado hasta nosotros son las Asirias en las que el
empotramiento no era usado.
Formas y proporciones
Cimientos
Los constructores babilónicos no cavaban nunca cimientos, como sus tierras poseían demasiada agua el
fondo sólido estaría lejos, por lo que renunciaban a alcanzarlo y se apoyaban directamente sobre el suelo
interponiendo entre ese y el edificio un macizo de asiento.
Muros
El tipo de construcción con ladrillos húmedos se emplea hasta en el cuerpo mismo de los muros, sin
embargo en las partes que exigen un cuidado excepcional, el ladrillo se pone seco. En ocasiones un
revestimiento de tierra y yeso o tierra y cal, protegía contra las lluvias.
El muro no presenta ningún ornamento que pueda considerarse como moldura: el modelado de la cornisa
tan simple en Egipto, aquí es totalmente desconocido.
Estrías verticales imitan los troncos pegados de un tablero de palmeras o bien ranuras angulosas,
recuerdan el aspecto de esas largas aspilleras, que procuraban luz y aire en las casas egipcias.
Bóvedas
El corte de la bóveda lleva incrustada una franja de esmalte; los jambajes son completamente lisos o bien
simulan animales fantásticos (toros alados con cabezas humanas) de los que los hebreos sacaron el
cherubím y que los asirios veneraban como las divinidades guardianas de las puertas de los palacios.
Los constructores de Asiria conocían la bóveda de ladrillo y la empleaban a causa de la falta de madera.
El tipo de bóveda que responde mejor a esa condición es la cúpula.
Las únicas bóvedas Asirias que han llegado hasta nuestros días son bóvedas de galerías.
Columnas
Los bajos relieves asirios representan columnas llevadas por leones. Algunas columnas han sido
encontradas en Khorsabad y en Nimrud sin que se haya podido determinar de una manera precisa el papel
que desempeñaban en la ordenación.
Los asirios asociaron en un conjunto híbrido capiteles y fustes de diferentes proveniencias. No es en los
llanos del Tigres o del Eufrates que se deben buscar las grandes aplicaciones ni los tipos originales de la
columna: en esos llanos arcillosos solo el ladrillo podía ser material corriente de las construcciones, la
columna no podrá desarrollarse mas que en arquitecturas que usaran madera y piedra.
Monumentos
En Asiria el palacio tiene un lugar preponderante ya que engloba como simples anexos a los templos
dentro de sus murallas. La arquitectura Asiria es la de una monarquía que domina hasta el culto, por el
contrario Babilonia parece haber dado a los edificios sagrados un lugar más importante.
Las torres gigantescas (Babil, Birs-Nimrud) que fueron los principales monumentos de babilonia eran a la
vez templo y observatorio: las dos ideas se confundían en una comarca, donde la religión era el culto de los
astros. También existían palacios exclusivamente destinados a los dioses.
Templos
El templo era un centro religioso, económico y político. Tenía tierras de cultivo y rebaños reglados por
funcionarios propios (algunos de los mar bani), almacenes para guardar las cosechas y talleres donde fabricar
utensilios, estatuas de cobre y de cerámica. Los sacerdotes organizaban el comercio y empleaban a
campesinos, pastores y artesanos, quienes recibían como pago parcelas de tierra para cultivo de cereales,
dátiles o lana. Solían ser edificios de una planta, con varios patios y una secuenciación de salas en laberinto o
bien ordenadas en hilera en torno a un patio. Los más grandes se construyeron dentro de espacios
amurallados con otros edificios como los zigurats y habitaciones para peregrinos, mientras que los primeros y
más pequeños se componían de un recibidor y una sencilla habitación para la adoración. Cada templo se
utilizaba para las precisiones religiosas de su divinidad, de modo que se celebraba la festividad de Año Nuevo
en el templo correspondiente o la unión de mujeres con extranjeros en los templos de Milita.
El templo desde un principio fue la construcción sobresaliente. La finalidad del templo fue de distinto tipo:
veneración, rezo, administrativa, mercantil, etc. Se identifica con el zigurat o ziqqurratu, pero no hay que
confundirlo ya que éste es sólo una parte del templo.
El templo solía estar en terreno sagrado y cercano y tiene un gran número de estancias con un carácter
horizontal que sólo rompe el zigurat que destaca en vertical. El zigurat se desarrolló en la época neosumeria.
En el zigurat había un pequeño templete donde el dios se pone en contacto con los humanos. El zigurat
simboliza la montaña mítica del mundo. Está constituido por plataformas superpuestas que tienen un menor
tamaño según se va a ascendiendo y que alcanzan una gran altura. Suelen ser un número impar de
plataformas, hasta 7, que se ha identificado con la “Torre de Babel” de la Biblia. Durante algún periodo estas
plataformas se policroman y a veces aparece vegetación . El acceso hasta la parte alta se hacía mediante
escalinatas o rampas. También se les llamaba “casa alta” o “montaña brillante”.
Las tumbas no tuvieron la importancia de Egipto. Solían estar junto o cerca de la ciudad. Eran muy
sencillas, sólo fosas excavadas. En su interior se colocaba el cadáver y si era noble se enterraba con algunos
de sus bienes u otros atributos. Las tumbas de los reyes eran las más importantes y se trata de tumbas de
corredor: se excavaba un corredor que desemboca en una o varias cámaras abovedadas.
Templo Oval de KafadyiEs de época sumeria y se trata de un gran recinto amurallado. A su alrededor hay
construcciones que serían la ciudad. Tiene una estructura claramente horizontal. El templo está formado por
dos partes: una primera muralla rodeando todo el recinto con una sola entrada de arco de medio punto
flanqueada por dos torres. En esta primera parte hay un lugar para el ganado, estancias administrativas, etc.
El segundo recinto está amurallado y sobreelevado. Hay un gran patio alrededor del cual están las
estancias de los sacerdotes y en un extremo hay un santuario sobre una plataforma. Todos los muros son
lisos con los salientes a modo de contrafuertes.
Templo de EriduTambién construido sobre una plataforma sobre la que se levanta una gran mole. Tiene
muros articulados con columnas adosadas y tendencia a colorear.
Zigurat de UrEs de época neosumeria. Se conserva sólo la parte baja, a la que se accede a través de tres
escalinatas: una en la parte central y dos en los laterales.
Entre ellas quedan terrazas donde es probable que hubiese vegetación. Tenía otras dos plataformas y
estaba coronado por un templete. A él se accedía por unas escalinatas que eran continuación de la central
tras pasar por una especia de vestíbulo cupulado en el que se unían las cuatro escalinatas y que tenía
entradas de arco de medio punto y remates en almena, al igual que el templete. Los muros tienen una ligera
inclinación.
Gran Zigurat de BabiloniaEstá totalmente destruido. Estaba compuesto por siete plataformas a las que se
accedía a través de rampas y sobre las que estaba dispuesto un templete con remate en cúpula. Estaba
realizado en adobe recubierto por ladrillos policromados que variaban de color según la plataforma.
Tumbas reales de UrSe trata de una necrópolis con dieciséis tumbas regias, la más significativa es la del
rey Abargi porque muestra perfectamente la estructura que solían tener las tumbas: por un corredor excavado
se llegaba a dos estancias, una en la que se encontraba un sepulcro de piedra y en la otra un tesoro, ambas
abovedadas. Al entrar había nueve cadáveres de guerreros o de guardias. Después hay resto de un carro con
cuatro bueyes, boyeros y otros cadáveres. Junto a la cámara hay nueve cadáveres femeninos con
instrumentos musicales. Todos han aparecido con su indumentaria y ninguno tenía signos de haber sufrido.
La otra más significativa es la de la reina Puabi o Shubar por los objetos que se han encontrado, pero no se
ha conservado bien.

En Asiria el palacio tiene un lugar preponderante ya que engloba como simples anexos a los templos
dentro de sus murallas. La arquitectura Asiria es la de una monarquía que domina hasta el culto, por el
contrario Babilonia parece haber dado a los edificios sagrados un lugar más importante.
La torres gigantescas (Babil, Birs-Nimrud) que fueron los principales monumentos de babilonia eran a la
vez templo y observatorio: las dos ideas se confundían en una comarca, donde la religión era el culto de los
astros. También existían palacios exclusivamente destinados a los dioses.
El zigurat (ziqurat en algunos textos) era una edificación monumental ligado al templo y dedicado a una
divinidad. Se utilizaba también como observatorio astronómico. Estaban compuestos por una serie de pisos a
cada cual de menores planta y altura, y pintados de distintos colores. Unas escalinatas permitían la ascensión
hasta los pequeños templetes que los coronaban. Se convirtieron en los edificios más representativos de
Mesopotamia, de modo que el zigurat de Marduk en Babilonia (Etermenanki, en sumerio Casa del cielo y de
la tierra) ha sido identificado como la bíblica Torre de Babel.
La habitación
La vivienda típica mesopotámica, desde los tiempos de la hegemonía de Ur, es la de una casa de planta
circular o cuadrada dispuesta en torno a un patio. En el caso de que fueran circulares se construía a uno o
dos lados y se acondicionaba el patio al continuarse las paredes exteriores a modo de muro de cerramiento
del patio. Se construían de adobe con vigas de madera, con una disposición bastante ortogonal de las
habitaciones. Desde la entrada se accedía a un vestíbulo que comunicaba con el patio, compartiendo la
planta baja con la cocina, los almacenes y a veces con una pequeña cámara. En la planta alta y última se
encontraban las habitaciones, a veces una sala mayor que hacía las veces de salón. La cubierta era plana y
transitable, y se utilizaba para secar las cosechas o tomar el aire. Los cerramientos subían hasta formar un
parapeto que impedía la caída desde la azotea.
Existían habitaciones en forma de pabellón cubierto por una cúpula esférica, con peralte con una abertura
de ventilación en la cúspide.
Babilonia poseía casas de tres o cuatro pisos. El tipo común era de un piso con cielo raso y sin mas
aberturas sobre la vía pública que una puerta situada fuera del alcance de los ojos.
Por encima de las piezas de habitación se extiende una galería enteramente abierta sin duda construida
con pilares de ladrillos que soportaban una terraza.
En realidad las casa asiria era de doble terraza, la segunda terraza presentaba casi siempre bajos relieves
con una rica vegetación.
El palacio
El palacio era una construcción de grandes dimensiones, que alcanzó su máximo desarrollo con
Nabucodonosor II, cuyo palacio, considerado una maravilla mundial, giraba en torno a cinco patios. En
general se construían en torno a patios internos y, dependiendo de su importancia, podían estar amurallados.
El palacio seguía la estructura de las casas pero con una multiplicación de patios y estancias, llegando a
ser un palacio-ciudad, ya que no sólo residía en él el rey sino también la nobleza y los encargados de la
administración. Estos palacios influirán mucho en el mundo persa, islámico, etc. El palacio se situaba junto al
templo y estaban amurallados, con almenas y torres.
Un rasgo característico de la fisonomía exterior de los palacios asirios es la ausencia de ventanas en la
planta baja. La luz era de preferencia tomada de los patios y penetraba por las impostas de las puertas.
Los kioscos son las dependencias casi obligadas de los palacios y los principales ornamentos de los
parques reales. Su emplazamiento es una eminencia de donde la vista se extiende a lo lejos como un islote
en medio de las aguas de un lago.
El palacio mesopotámico se encontraba rodeado grandes muros y patios, de enormes dimensiones que se
comunicaban unos con otros por medio de soberbias puertas. En estos palacios se distinguen tres partes:
Las salas públicas de audiencia , la sala central del trono llamada Selamlik y las habitaciones privadas del
rey con el harén.
La ciudad
Las ciudades asirias tenían sus calles alineadas; habitualmente los ángulos de las casas se orientaban
hacia los puntos cardinales a fin de repartir entre los cuatro lados del edificio , las ventajas y desventajas del
sol.
Estas ciudades estaban rodeadas por formidables defensas; la Mesopotamia es la clásica tierra de la
fortificación. En esta temática no solo se trataba de defenderse contra el enemigo exterior si no que tampoco
se perdían de vista las posibles insurrecciones internas.
Las fortificaciones de babilonia eran triples, las murallas de babilonia eran construidas en tierra con
basamentos de piedra flanqueadas de torres sobre planos cuadrados.
La arquitectura mesopotámica: elementos básicos
La escasez de piedra y madera en los valles del Tigris y del Éufrates determinó el uso de la arcilla para la
construcción, ya que era el único material abundante en toda la zona (gracias al limo depositado por los ríos).
Este material favoreció la búsqueda de formas adaptadas a las posibilidades que ofrece la dúctil arcilla. Por
tratarse de un material perecedero y de escasa resistencia las viviendas tenían que reconstruirse
constantemente. De ahí el que se fueran superponiendo las distintas construcciones.
Los edificios se construyeron, pues, con ladrillos de adobe (secados al sol o cocidos), unidos con mortero.
Se trataba, por tanto, de una construcción sólida, con muros muy gruesos que se mantenían en pie por su
propio peso, gracias a los refuerzos dispuestos a lo largo de todo el paramento. El grosor de los muros no
permitía la apertura de vanos al exterior que diesen entrada a la luz. El espacio interior se articulaba, pues, en
función de patios centrales, abiertos al cielo raso y rodeados de habitaciones. En el exterior, se añadían
bandas verticales a lo largo del muro, reminiscencia de una arquitectura originaria en madera, creando un
ritmo que rompía con la monotonía del muro liso y servía, al mismo tiempo, de ornamentación pues originaba
fuertes contrastes de luz y sombra. Los edificios se levantaban sobre una terraza para protegerse de la
humedad del suelo. En las techumbres se utilizaban troncos de palmera, no demasiado largos, para evitar el
peso excesivo. El ancho de las habitaciones se adaptaba entonces a la longitud de la madera. Ello daba lugar
a habitaciones largas y estrechas.
Aunque la bóveda y el arco son elementos constructivos que aportaron los sumerios no existió, sin
embargo, un interés en aplicarlos indiscriminadamente. No se prodigó el uso de la bóveda en estructuras
monumentales, sino que se restringió a la construcción de cámaras mortuorias (hiladas de ladrillos
superpuestos o falsa bóveda) y también a la decoración de las casas. Por lo que se refiere al arco, éste se
construyó con ladrillos plano-convexos.
Se utilizó la columna de ladrillo, enriquecida con incrustaciones de conos de arcilla policromados. Estos
conos formaban auténticos mosaicos geométricos con rombos, zigzags y triángulos en negro, blanco o rojo.
No obstante, los muros fueron el principal elemento de sustentación y no se desarrollaron estructuras con
columnas como base de soporte.
La pobreza de los muros de barro también se mitigó cubriendo las superficies, tanto en el interior como en
el exterior, con la misma decoración policromada de conos de arcilla incrustados y con paneles en relieve y
taracea.

Los primeros templos mesopotámicos


La evolución arquitectónica de los templos
Los primeros yacimientos de arquitectura sagrada datan del período protohistórico, V milenio a.C. En ellos
se pueden seguir las sucesivas trasformaciones del templo modelo, principal edificio religioso. En fecha
temprana se construyeron santuarios con el fin de depositar ofrendas y realizar sacrificios para los dioses. La
aparición de los primeros templos refleja la generalización del culto, convocando a los creyentes en un recinto
colectivo. Así, de las pequeñas estatuillas, situadas en las viviendas familiares, se pasa a un santuario para la
divinidad.
Estos primeros templos se construyeron siguiendo el modelo de vivienda familiar. La planta rectangular fue
la habitual en ambas edificaciones durante todo el V milenio a.C.
Posteriormente, la vivienda adoptó una planta más cuadrada mientras la estructura del templo continuó
siendo una sencilla planta rectangular con un altar central para ofrendas. Al templo tenían acceso todos los
fieles.
En Eridu, la ciudad sumeria más antigua, se encuentran dieciocho templos superpuestos. En el nivel XVI,
perteneciente a la cultura de El Obeid, se puede reconstruir la planta de un edificio de dimensiones muy
modestas, ideado para albergar actividades religiosas. Es un recinto rectangular, edificado al nivel del suelo,
con gruesos muros, a cuyo interior se accede por una única puerta de entrada. Desde ésta se pasa a una
nave donde hay una mesa central para las ofrendas, hecha de adobe, y, al final de la sala, un espacio en
forma de ábside cuadrado con el altar del dios.
Esta tipología se mantuvo hasta el I milenio a.C., al mismo tiempo que en casi toda Mesopotamia los
santuarios evolucionaron hacia formas que situaban al edificio sobre una plataforma que podía alcanzar
dimensiones colosales.
En el nivel XIII del poblado de Tepe Gaura, en el norte de Mesopotamia, se erigieron, durante el IV
milenio, tres templos, uno de los cuales presenta ya la tipología característica de las posteriores
construcciones de santuarios monumentales. Se trata de un edificio concebido con una visión unitaria. Tiene
planta rectangular con una única sala. Las paredes forman nichos que más tarde dieron lugar a capillas. La
superficie de los muros queda interrumpida por los intervalos regulares en que están situados los
contrafuertes. A la funcionalidad de éstos se añade una intención decorativa.
La evolución arquitectónica de los templos
Entre el IV y el III milenio a.C. la sociedad agrícola se transformó. La población se concentró en ciudades
organizadas en torno a templos. Éstos se convierten en centros que administraban los bienes de la población
a través de los sacerdotes. Adquirieron, pues, una importancia creciente, paralela a la evolución tipológica de
los edificios.
En la ciudad de Uruk se hallan restos que permiten constatar una organización urbanística, con una
arquitectura religiosa (templos) compleja. En Uruk se construyó el centro religioso sumerio más importante,
consagrado a los dioses Anu e Inanna. La concepción arquitectónica del santuario se transformó. Éste no
estaba situado al nivel del suelo. En el exterior se construyeron plataformas elevadas y se revistieron los
muros de piedra caliza. Se utilizó también el ladrillo plano-convexo que confirió a los muros su característica
forma almohadillada. El templo se concebía como el lugar de la divinidad con diferentes salas de ceremonias.
El interior se dividía en numerosas capillas contiguas de planta rectangular, destinadas a sacrificios. La cella
se situaba en un eje longitudinal con salas perpendiculares. Alrededor de la zona central se emplazaban
recintos y salas adicionales, destinadas a almacenes, talleres y a las viviendas de los sacerdotes.
La idea del templo se modificó y se produjo un creciente distanciamiento físico entre el creyente y los
dioses. Así, el original espacio unificado para fieles y estatuas divinas se diferenció cada vez más. Una
muralla rodeaba el templo, instaurando así la barrera entre el espacio interior sagrado y el exterior profano.
En Uruk se construyeron numerosos templos, el más monumental fue el templo D, erigido hacia el año
3000 a.C., con unas dimensiones de treinta metros por cincuenta, que tenía una planta en forma de «T».
En otro edificio, el templo Blanco de Uruk, los principios estructurales fueron más osados, sobre todo en lo
que afectó a la modificación del alzado. Estaba levantado sobre una plataforma elevada sobre sucesivas
construcciones de épocas anteriores. Se trataba de una torre escalonada de diferentes pisos en cuya cima se
erigía el santuario con muros encalados. Se accedía al promontorio por rampas, que comunicaban las
diferentes terrazas entre sí y facilitaban el acceso hasta la cúspide. Los muros exteriores inclinados estaban
reforzados por contrafuertes espaciados que, además de su función constructiva, tenían también una
simbólica para ahuyentar los espíritus malignos. El interior estaba compuesto por una cella con cámaras
laterales. El altar se alzaba en uno de los ángulos de la cella, en forma de plataforma con escalinata. Ante él
se situaba una mesa de ladrillo destinada a las ofrendas.
Los perímetros de los recintos amurallados de los templos adquirieron formas diversas durante el período
histórico, como el templo oval de Hafaya, alrededor del año 2700 a.C. En él se multiplican las dependencias
de talleres, almacenes y zonas de servicio. Fuera de las murallas, las estrechas callejuelas ponían en
contacto otras viviendas y dependencias que también se aprovechaban como anexos del templo.
Posteriormente, estas ampliaciones desaparecieron, pues las provisiones necesarias para la comunidad del
templo se almacenaron fuera de los recintos sagrados y las cámaras situadas en sus muros se dedicaron a
ofrendas.
El templo plasma en la práctica un proceso de abstracción, a través del cual se estructura un espacio
interior dividido y cerrado por muros que se articulan con gran plasticidad. La elevación progresiva del templo
refleja el esfuerzo de todo un pueblo que desea eliminar el espacio que le separa de los dioses para
establecer un contacto más próximo.

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