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El aparato urinario es el conjunto de órganos que se encarga de la formación y excreción de la orina.

Esta
compuesto por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. A través de la orina se eliminan los productos de
desecho del metabolismo y las sustancias toxicas que circulan en la sangre. La orina se almacena en la
vejiga, que tiene una capacidad de 250-550 cc, y después es evacuada a través del esfínter uretral. El control
de la micción es voluntario y consciente, y la eliminación se produce cuando la uretra se abre y la vejiga se
contrae. Esta acción coordinada depende del sistema nervioso. La función vesical del anciano presenta
ciertas peculiaridades:  Hay disminución de la capacidad de la vejiga y un aumento de la orina residual
(restos de orina en vejiga)Durante el llenado, aparecen contracciones no inhibidas, (no controladas o
evitadas) que pueden producir el vaciamiento de la vejiga.

INCONTINENCIA URINARIA

La incontinencia urinaria es un problema de gran incidencia en la población mayor. Un 15% de las


personas mayores de 75 años están afectadas. Es más frecuente entre las mujeres, en una proporción
de 2:1 respecto a los hombres.La función vesical del anciano presenta ciertas peculiaridades:Hay
disminución de la capacidad de la vejiga y un aumento de la orina residual (restos de orina en vejiga).
Durante el llenado, aparecen contracciones no inhibidas, (no controladas o evitadas) que pueden producir el
vaciamiento de la vejiga. 

RECOMENDACIONES GENERALES

-         Mantener al paciente limpio y seco. Si el enfermo se siente sucio, disminuye el interés por
controlar la incontinencia.  

-         Vigilar la piel de la región genital, sacro y glúteos, para detectar irritaciones e


infecciones.  

-         Facilitar el acceso al aseo mediante carteles o flechas que indiquen el camino, ayudando al
paciente a desplazarse y eliminando obstáculos.  

-         Proporcionar un sistema de aviso eficaz, acudiendo con rapidez a las llamadas.

-         El paciente ha de utilizar ropa cómoda y amplia, que sea fácil de quitar.

-       Asegurar la higiene genital y de manos después de la eliminación.

-        Estimular la deambulación en cuanto sea posible. Si la incontinencia aparece durante un


encamamiento, la movilización puede contribuir a su curación.

-         Una ingesta de líquidos adecuada favorece el funcionamiento vesical.

La respuesta psicológica de cada incontinente varía en cada caso:

Las personas con deterioro mental grave pueden no ser conscientes del problema; sin embargo, la vida
familiar a veces está muy afectada (el enfermo puede evacuar en lugares inadecuados como el suelo, el bidé,
etc.).  

Otros ancianos tienen sentimientos de culpa, vergüenza o negación, incluso ante una evidencia clara de
incontinencia (pueden dar largas explicaciones para justificar olores y manchas o esconder ropas sucias en
armarios y cajones). Esto dificulta la búsqueda de ayuda, improvisándose medios pocos adecuados y
frustrantes.
Hay una perdida de la autoestima, miedo a sufrir reprimendas o a producir rechazo en las personas del
entorno. Algunos pacientes están tan tensos  cuando se les lleva al servicio, que los esfínteres uretrales no se
relajan, siendo incapaces de orinar hasta que vuelven a estar en su silla o en la cama

Es frecuente creer que el problema no tiene solución o que es consecuencia de la edad. Esto es erróneo. Como
hemos visto anteriormente, pueden haber varias soluciones para este problema. Hay que consultar a un
profesional, antes de descartar definitivamente su recuperación.

El manejo insensible o rápido produce confusión y precipita la incontinencia

Debe tranquilizarse a las personas mayores, asegurándoles que nadie les culpará si se produce un accidente.
Tratar a estas personas como si fueran niños traviesos constituye un error, ya que no son responsables de su
conducta.

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