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¿Cómo pueden los padres fomentar el gusto por los libros en sus hijos?

Sabemos que leer es importante y provechoso, que mejora el rendimiento académico d


e los niños y las niñas y que tiene muchos beneficios en la vida cotidiana. Está compr
obado que las niñas y los niños lectores ganan en agilidad mental, se concentran más y
acostumbran a sacar buenas notas. Pero… ¿cómo conseguimos que nuestros hijos o hijas
se interesen por la lectura?

A leer suelen enseñar en la escuela, pero los verdaderos lectores, aquellos que di
sfrutan realmente con la lectura, se forman en el ámbito familiar. Los padres y la
s madres son los responsables de crear el clima adecuado para fomentar el hábito d
e la lectura entre sus hijos e hijas implicándose a fondo en el proceso.
Es fundamental que los niños y niñas vean que en casa se lee. Ésta es una recomendación
tan elemental que no necesita explicarse demasiado: de padres y madres lectores,
en general, surgen hijas e hijos lectores.
Si un niño o una niña no ve a sus padres leer, por el contrario, puede que crezca si
n el hábito de dedicar parte de su tiempo a sumergirse en las letras y a enfrentar
se con aventuras fascinantes. Es precisamente en la primera década de la vida cuan
do las personas pueden adquirir este hábito, en estos diez años se tiene la oportuni
dad de asimilar para siempre el placer de leer como una necesidad consentida y d
eseada.
Los pedagogos afirman que se aprende a disfrutar de la lectura y, por tanto, hay
que ser conscientes que se trata de una cosa que se puede enseñar. Por eso es básic
o el núcleo familiar. Enseñar a leer es la asignatura que las familias deben transmi
tir a sus hijos e hijas, teniendo en cuenta siempre su carácter, motivación, gustos
e intereses.
En definitiva, el reto es estimular la curiosidad por los libros. Hay que ser co
nscientes de que cada edad tiene una lectura adecuada. El niño y la niña de hasta tr
es años, los llamados ‘prelectores’, por ejemplo, deben comenzar con grandes láminas de
imágenes, para pasar paulatinamente a los libros de letra grande y muchos dibujos.
Los más pequeños se sentirán también muy atraídos con los cuentos con ilustraciones, que
puedan seguir aún sin saber leer.

A esta edad es muy importante que los padres y las madres saquen sus dotes de ac
tores y actrices para representar los cuentos que le explican a sus hijos e hija
s y es muy importante que fijen una “hora del cuento” para compartir cada día un rato
leyendo con los pequeños. También es importante saber elegir bien los temas de los l
ibros, que deben coincidir con el momento de desarrollo del lector. Se comienza
a leer sobre el mundo que le rodea, después le interesan otras realidades: magos,
islas, aventuras, etcétera.
Otra recomendación importante que hay que recordar es que nunca se debe obligar un
a lectura concreta. A un chico o una chica de doce años, por ejemplo, le gustarán lo
s libros de aventuras que le enganchen… y no una novela histórica, porque se le pued
e atravesar, puede que no lo entienda y quizás no se acerque a ellas nunca más. Las
cifras son claras: hoy en día, hasta los doce años aproximadamente, se lee más que nun
ca. Y es porque, en general, en los colegios se potencia la lectura de obras agr
adables. Pero después las cifras decaen y muchos chicos y chicas mayores de trece
años se alejan de la literatura porque las lecturas que les recomiendan están muy al
ejadas de sus circunstancias vitales. Hay muchos más factores que favorecen el fom
ento de la lectura, pero en cada entorno familiar debe encontrar sus fórmulas.
Desde luego es importante dedicar muchos ratos a leer por el placer de leer, sin
más, sin esperar nada a cambio, sólo por el gusto de fabular. Conviene, también, rega
lar libros por placer, para que los menores no vean la literatura como algo académ
ico.

Pequeños trucos
Prelectores:
• Dejar que jueguen y toquen los libros infantiles a su gusto.
• Sentarles en el regazo y enseñarles los dibujos de los
cuentos.
• Contarles cuentos personalizados.
• Que vean leer a sus padres y madres.
• Regalarles libros.
Empiezan a leer:
• Comentar los libros que estamos leyendo.
• Buscar libros indicados para su edad y apropiados a sus
gustos.
• Visitar frecuentemente la biblioteca más cercana.
• Leerles cuentos.
• Regalarles cuentos.

Ya leen:
• No obligarles a que estén sentados para leer.
• Suscribirlos a alguna publicación que les interese.
• Comentar los libros que estamos leyendo.
• Dejarles ir solos a la biblioteca del barrio.
• Regalarles libros.

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