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Sin esta visión general sobre el quehacer pedagógico no es posible forma un ser
humano integrado, sino un individuo aparcelado en el aspecto técnico del
conocimiento y un simple reproductor del conocimiento.
religiosos.
ACTIVIDAD.
A partir del extracto SIGUIENTE discutir en clase acerca de la relación entre la filosofía y
la educación.
El Informe de Delors
A este fin conviene afrontar, para superarlas mejor, las principales tensiones que, sin ser nuevas, están en el
centro de la problemática del siglo XXI.
La tensión entre lo mundial y lo local: convertirse poco a poco en ciudadano del mundo sin perder sus raíces y
participando activamente en la vida de la nación y las comunidades de base.
La tensión entre tradición y modernidad pertenece a la misma problemática : adaptarse sin negarse a sí mismo,
edificar su autonomía en dialéctica con la libertad y la evolución de los demás, dominar el progreso científico.
Con este ánimo conviene enfrentarse al desafío de las nuevas tecnologías de la información .
La tensión entre el largo plazo y el corto plazo , tensión eterna pero alimentada actualmente por un predominio
de lo efímero y de la instantaneidad, en un contexto en que la plétora de informaciones y emociones fugaces
conduce incesantemente a una concentración en los problemas inmediatos. Las opiniones piden respuestas y
soluciones rápidas , mientras que muchos de los problemas encontrados necesitan una estrategia paciente,
concertada y negociada de reforma. Tal es precisamente el caso de las políticas educativas .
La tensión entre el extraordinario desarrollo de los conocimientos y las capacidades de asimilación del ser
humano. La Comisión no resistió a la tentación de añadir nuevas disciplinas como el conocimiento de sí mismo
y los medios de mantener la salud física y psicológica , o el aprendizaje para conocer mejor el medio ambiente
natural y preservarlo.
Y sin embargo los programas escolares cada vez están más recargados. Por tanto, será necesario escoger, en una
clara estrategia de reforma , pero a condición de preservar los elementos esenciales de una educación básica que
enseñe a vivir mejor mediante el conocimiento, la experimentación y la formación de una cultura personal .
Por último, la tensión entre lo espiritual y lo material , que también es una constatación eterna. E1 mundo ,
frecuentemente sin sentirlo o expresarlo , tiene sed de ideal y de valores que vamos a llamar morales para no
ofender a nadie. ¡Qué noble tarea de la educación la de suscitar en cada persona, según sus tradiciones y sus
convicciones y con pleno respeto del pluralismo , esta elevación del pensamiento y el espíritu hasta lo universal
y a una cierta superación de sí mismo! La supervivencia de la humanidad —la Comisión lo dice midiendo las
palabras— depende de ello.
• La educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer,
aprender a vivir juntos, aprender a ser.
• Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de
profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que supone además: aprender
a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
• Aprender a hacer a fin de adquirir no sólo una calificación profesional sino, más generalmente, una
competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar
en equipo. Cobra mayor importancia la capacidad de comunicarse y trabajar con los demás, de afrontar
y solucionar conflictos.
Pero, también, aprender a hacer en el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se
ofrecen a los jóvenes y adolescentes, bien espontáneamente a causa del contexto social o nacional, bien
formalmente gracias al desarrollo de la enseñanza por alternancia. En este aprendizaje está presente el
principio de enseñanza activa, el alumno se debe realizar por sí mismo.
• Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de
interdependencia –realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos- respetando los
valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
• Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con
creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal. Con tal fin, no menospreciar
en la educación ninguna de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido
estético, capacidades físicas, aptitud para comunicar...
ACTIVIDADES
El problema profundo de la educación actual, más allá de los problemas prácticos (calidad,
eficiencia, competitividad, evaluación) que plantea el paradigma de modernización
tecnocrática, es el de la reforma del espíritu que contribuya, junto con la de la sociedad y la
de la vida, a la reforma de la humanidad necesaria para la construcción de una sociedad-
mundo que nos lleve más allá de la “era de hierro planetaria” en la que nos encontramos en
nuestros tiempos de la globalización del mercado.
La búsqueda de esta reforma del espíritu requiere, como dice Morin, de una profunda
reforma del sistema educativo, tarea llena de desafíos, pues la educación es
Resulta evidente que esta reforma profunda del sistema educativo para cumplir con su tarea
humanizante, no puede ser conducida por las meras exigencias pragmáticas de la visión
tecnocrática dominante, pues esta visión está también sustentada en la separación y la
simplificación.
Porque la Filosofía ha sido progresivamente marginada del campo educativo y esto tiene
desde nuestro punto de vista, dos causas fundamentales: por una parte, el proceso de
consolidación de las ciencias de la educación como disciplinas explicativas del campo,
debido a su posibilidad de demostración y “medición” empírica de los fenómenos educativos
y por otro lado, el proceso progresivo de imposición del paradigma pragmático e
inmediatista propio de la racionalidad tecnocrática economicista que detenta el poder en el
mundo actual.
Pero existe una tercera causa también relevante en este proceso de marginación de lo
filosófico. Esta tercera causa es atribuible a la Filosofía misma porque tiene que ver con la
visión simplificadora e hiperespecializada que ha predominado en la reflexión filosófica y que
ha ido produciendo una especie de auto-asilamiento. Esta visión ha hecho que la Filosofía,
encerrada en sus propios temas, preguntas y debates cada vez más centrados en el detalle,
no haya podido establecer un diálogo sistemático, una articulación recursiva con las ciencias
de la educación y sus problemas, convirtiéndose en una filosofía “acerca de la educación” –
porque trata de aplicar los conceptos y teorías filosóficas a lo educativo-, más que en una
filosofía “de la educación”- una reflexión filosófica surgida de y orientada hacia los problemas
que plantean los fenómenos educativos y su comprensión teórica por las ciencias de la
educación.
Esta segunda corriente tiene por lo general una orientación más encaminada a lo social –se
pregunta sobre las distintas concepciones del conocimiento con relación al tipo de sociedad
en la que se desarrolla cierto modelo educativo- y desde nuestra interpretación, es la
corriente que ha guiado al paradigma de la teoría curricular como visión explicativa de la
educación.
Estas dos grandes corrientes han aportado elementos importantes para la comprensión del
fenómeno educativo, pero aisladas resultan insuficientes para convertirse en la guía de la
reforma educativa necesaria para generar la reforma del espíritu a la que se refiere Morin.
Para subsanar esta insuficiencia se requiere, más que la simple suma o el diálogo entre
ambas corrientes, la articulación en bucle de las principales aproximaciones filosóficas al
fenómeno educativo para generar una nueva filosofía compleja.
Por otra parte, esta Filosofía compleja tendrá que aproximarse al fenómeno educativo
comprendiéndolo también como un proceso complejo. Porque hasta ahora la aproximación
predominante parece también haber sido simplificadora o al menos parcial. La corriente
antropológico-ética se ha enfocado a la comprensión de lo educativo entendiéndolo casi
exclusivamente como lo que ocurre dentro de las aulas, es decir, como el fruto de las
prácticas educativas. Mientras tanto, la corriente epistemológico-social se ha enfocado más
hacia el análisis de lo educativo desde la perspectiva de las estructuras organizativas,
ubicando lo que ocurre en el aula, dentro de esta perspectiva estructural.
Pero el fenómeno educativo tiene al menos tres niveles principales de análisis que son
inseparables y que también se influyen mutuamente, de manera que es necesario articularlos
también en bucle para aproximarse a su comprensión desde una visión de complejidad. Este
nuevo bucle sería el siguiente: prácticas educativas-estructuras de organización-cultura
educativa.
Tenemos entonces una doble estructura compleja que constituiría el núcleo de la filosofía
compleja de la educación, necesaria para la reforma educativa orientada a la construcción de
la sociedad-mundo que “salve a la humanidad, realizándola”. (Morin, 2003).
Una doble estructura compleja porque todos los niveles están retroactuando sobre los demás
y porque todas las dimensiones retroactúan sobre las otras, al mismo tiempo que todas las
dimensiones cruzan los tres niveles de transformación y los tres niveles de transformación
cruzan también las cuatro dimensiones fundantes de lo educativo.
De manera que:
-La visión sobre los sujetos de la educación origina y es originada por la forma concreta en
que operan las prácticas educativas, por la manera en que se organiza el sistema educativo
y por la cultura educativa imperante.
-La visión social de la educación origina y es originada por la forma concreta de las prácticas
educativas, por la manera en que está organizado el sistema educativo y por la cultura
educativa prevaleciente.
-La perspectiva ética de la educación origina y es originada, por la manera en que se realizan
las prácticas educativas, por el modo en que se organiza el sistema educativo y por la cultura
educativa vigente.
Esta sería la labor de la filosofía compleja de la educación que se tiene que insertar de
manera dinámica y renovadora en el corazón del campo educativo para tratar de articular
todos los elementos, niveles y perspectivas que constituyen el gran flujo del orden-desorden-
organización de lo educativo.
Tres serían las funciones centrales de esta nueva filosofía compleja de la educación: la
función dialéctica, la función de desarrollo de fundamentos y la función de articulación
dialógica.
La función dialéctica tendría que ver con la progresiva y permanente tarea de análisis crítico
de las distintas “posiciones y contraposiciones” en lo educativo, es decir, con las distintas
visiones antropológicas, éticas, epistemológicas y sociales que se constituyen en
orientadoras del quehacer educativo, con los debates entre ellas y sus elementos
complementarios, concurrentes y antagónicos, para poder determinar cuáles elementos
contribuyen auténticamente a la reforma del espíritu y cuáles son elementos distorsionantes,
producto de las visiones utilitaristas e inmediatistas del paradigma tecnocrático.
La función de desarrollo de fundamentos sería una función de talante creativo que implicaría
el esfuerzo progresivo y permanente, siempre inacabado y por ello siempre necesario, de
reflexión para la formulación de los elementos fundantes de la educación desde las
dimensiones básicas: antropológica, ética, epistemológica y social, pensadas en conjunto. La
reflexión sobre lo permanente y lo cambiante, sobre lo estable y lo efímero, sobre lo profundo
y lo superficial, sería la tarea de la filosofía compleja de la educación en su función de
desarrollo de fundamentos.
Finalmente, la función que podría considerarse central para la nueva filosofía de la educación
sería la función de articulación dialógica. Esta función tendría varias dimensiones: en primer
lugar, la tarea de articulación dialógica entre las dimensiones básicas antropológica, ética,
epistemológica y social que sería una tarea constitutiva de esta filosofía. En segundo lugar,
la de articulación dialógica de estas dimensiones con la estructura de actualización
cooperativa de la transformación, que sería la tarea vinculante entre la filosofía y su objeto de
reflexión.
Pero a partir de estas dos dimensiones, la filosofía compleja de la educación tendría la tarea
de establecer una articulación entre las distintas ciencias de la educación con sus problemas,
conceptos, descubrimientos empíricos y enfoques teóricos, construyendo caminos de diálogo
interdisciplinar entre ellas.
A través de esta articulación interdisciplinar entre las ciencias de la educación guiada por la
filosofía compleja de la educación, se podría construir la articulación fundamental para la
reforma de la educación, que es la articulación entre las ciencias de la educación y la propia
filosofía de la educación. Esta función central podría conectar entonces la producción de
conocimiento teórico que a partir de la investigación empírica realizan las distintas ciencias
de lo educativo con la producción de conocimiento reflexivo que a partir de la meta-reflexión
crítica y deliberativa realiza la filosofía.
Referencias
Gorostiaga, X. (2000). “En busca del eslabón perdido entre educación y desarrollo”. En
Revista latinoamericana de estudios educativos Voll. XXX no. 001. Primer semestre. México.
Centro de Estudios Educativos.
Lonergan, B. (1999). Insight. Estudio sobre la comprensión humana. Ed. Sígueme-
Universidad Iberoamericana. Salamanca.
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Morin, E. (1997). El Método II. La vida de la Vida. Madrid. Ediciones Cátedra.
Morin, E. (1999). El Método III. El conocimiento del conocimiento. Madrid. Ediciones Cátedra.
Morin, E. (2001). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Buenos Aires.
Ed. Nueva visión.
Morin, E. (2003). El Método V. La humanidad de la humanidad. La identidad humana. Madrid.
Ediciones Cátedra.
Morin, E. (2005). O Método VI. Ética. Brazil. Editora Sulina.
Morin, E., E. Roger y R. Motta. (2006). Educar en la era planetaria. Barcelona. Ed. GEDISA.
Primera reimpresión.
Hacia la complejidad.
Existen textos introductorios que ofrecen argumentaciones y puntos de referencia obligados para
entender este punto de vista, como una compilación realizada por Jesús Ibáñez, Nuevos avances en
la investigación social, La investigación social de segundo orden, y otra de Paul Watzlawick y Peter
Krieg, El ojo del observador. Contribuciones al constructivismo. Una buena síntesis la ofrece Jesús
Ibañez en su libro El regreso del sujeto. La Investigación social de segundo orden.
Algunas ideas que me parecen fundamentales son las siguientes:
-La realidad como tal no es algo que esté fuera del sujeto, el cual sólo tiene que ir a tomarla allá
afuera. La realidad se va construyendo a partir de un conjunto de selecciones y clasificaciones que
realiza el sujeto. En este proceso tiene dos herramientas importantes, una es el lenguaje y la otra el
pensamiento.
-Sólo se puede ir construyendo el conocimiento, a partir tanto de las acciones mismas de la
indagación, como de la indagación de quien indaga. El sujeto no está excluido del proceso de
conocimiento, forma parte de él. Por lo tanto, no es el proceso de la investigación algo externo y que
no puede ser influido por el sujeto, sino que es ya la acción de conocer la que está modificando a
quien está conociendo. Esto lo considero especialmente válido para las ciencias sociales y para la
investigación en educación, ya que en otras ciencias como la astronomía los objetos parecieran estar
ahí siempre del mismo modo y muy externos al sujeto que conoce.
-La ciencia se construye básicamente a partir del conjunto de los consensos que se van tejiendo
entre los investigadores, a partir de las reglas del juego que ellos mismos van estableciendo, ya sea
en los procedimientos o en el lenguaje.
-No es tanto la diferencia entre lo cuantitativo y lo cualitativo lo que define este enfoque, sino, como
lo señala Jesús Ibáñez, "...el problema no es que se utilicen palabras o números (evidentemente con
números no se puede interpretar y con palabras no se puede describir con precisión), sino que el
investigador piense o no piense lo que hace: el que reflexiona sobre su acción investigadora se
acerca al segundo orden, y el que no lo hace, se acerca al primer orden."(Ibáñez, 1994, p. XVIII).
-El mundo y la realidad que se percibe depende de la capacidad de percepción de quien percibe, de
tal manera que se pueden percibir mundos y realidades diferentes. Por lo cual, yo no puedo
garantizar que mi percepción sea la única, ni la mejor, ni la verdadera, sólo puedo dar mis
argumentos de por qué la percibo así y no de otra manera.
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-Algo que caracteriza este tipo de hacer ciencia es el pensamiento complejo. En relación con esto
dice Edgar Morin: "...el pensamiento complejo es ante todo un pensamiento que relaciona. Es el
significado más cercano del término complexus (lo que está tejido en conjunto). Esto quiere decir que
en oposición al modo de pensar tradicional, que divide el campo de los conocimientos en disciplinas
atrincheradas y clasificadas, el pensamiento complejo es un modo de religación. Está pues contra el
aislamiento de los objetos de conocimiento; reponiéndoles en su contexto, y de ser posible en la
globalidad a la que pertenecen."(Morin, 1996, p. 72)
-Es no solamente establecer las acciones de investigación, sino a la vez, incluir en el proceso los
conceptos claves y las relaciones lógicas que controlan al pensamiento.
-De tal forma que es un proceso investigativo esencialmente interdisciplinario.
-Es a partir de la problematización del pensamiento que piensa, que este punto de vista se acerca
mucho a las ciencias cognitivas (cibernética de la segunda generación, psicología genética, terapia
sistémica, etc.)
Estos son algunos de los elementos, según mi versión, que van definiendo este nuevo paradigma.
Pensamiento complejo e investigación en la educación
La educación es, ante todo, una práctica social, un conjunto de acciones humanas. Creo que una de
las dificultades para poder hacer uso de los conocimientos científicos que aporta la psicología, la
antropología y otras ciencias a la educación, ha estado en ver sólo elementos aislados de una
realidad compleja. Creo que conforme nos vayamos acercando a la complejidad de la estructura y el
sistema que opera cuando se piensa la educación, podremos ir aportando conocimientos útiles que
nos vayan acercando a la comprensión de lo educativo.
Pienso, además, que no se puede ser sólo observador y analista del fenómeno educativo sin
modificarse y modificar nuestro accionar en ello. El problema reside en pensar simultáneamente lo
que se está investigando y las operaciones de quien investiga, y juntar las relaciones entre ambas
cosas.
La complejidad de lo educativo rebasa ampliamente cualquier visión disciplinaria; no es sólo
psicología o sociología, economía, lingüística, etc. lo que nos puede acercar a la construcción del
conocimiento de lo educativo, sino la posibilidad de ver lo esencial de las relaciones en juego y el tipo
y nivel de conocimientos que involucra.
La posibilidad de pensar y conocer lo educativo como totalidad, el reintroducir al sujeto que conoce,
la posibilidad de pensar varias relaciones y niveles, el saber que la posibilidad de pensar más
relaciones de lo educativo es lo que nos posibilitará ir construyendo una ciencia de la educación. Creo
que estos y otros elementos de este paradigma serán importantes en un futuro.
A manera de conclusiones
Las ideas que dan origen a la investigación del segundo orden nacen en otros campos, como la
biología, la física, la cibernética, etc., y se puede cuestionar su pertinencia para ser traídas para
pensar la educación. También nos encontramos conceptos de un gran nivel de generalidad, por lo
cual se pueden aplicar a todo y a nada. Sin embargo, creo que previa revisión crítica de los
planteamientos, podremos obtener una teoría articulada tanto a nivel de principios epistemológicos
como científicos que nos ayuden a pensar mejor lo educativo. Terminaría haciendo una invitación a
conocer este punto de vista.
Bibliografía
IBÁÑEZ, Jesús (comp.), Nuevos avances en la investigación social. La investigación social de
segundo orden, Antrhopos, Barcelona, l990.
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Catedrático: MCyTE Carlos Enrique Sierra Aguilar.
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Del algoritmo al sujeto. Perspectivas de la Investigación Social, Siglo XXI, Madrid, 1985.
El regreso del sujeto. La investigación social de segundo orden, Siglo XXI, Madrid, 1994.
MATURANA, Humberto, La realidad: ¿objetiva o construida?, Editorial Anthropos-UIA-ITESO, México,
l995.
MORIN, Edgar, "En el pensamiento complejo contra el pensamiento único", entrevista realizada por
Nelson Vallejo Gómez, en Sociología y Política, Nueva época, año IV, núm. 8, México, 1996.
SEGOVIA PÉREZ, José, Investigación educativa y formación del profesorado, Escuela Española,
Madrid, 1997.
WATZLAWICK, Paul y Peter KRIEG, El ojo del observador. Contribuciones al Constructivismo,
Gedisa, Barcelona, l995.