b4 I Zona Mundo I EL COMERCIO DOMINGO 5 de setiembre del 2010
adn revela los orígenes del führer
Paradójico: Nazi Adolf Hitler
tuvo antepasados africanos
En su árbol
genealógico figuran
también somalíes
e incluso judíos
erik
struyf
Palacios
Periodista
bruselas. Paradoja monumen-
tal: Adolf Hitler, responsable de
la muerte de millones de judíos en
nombre de la supuesta superiori-
dad de la raza aria, estaba lejos de
ser él mismo un ejemplar de blan-
co raza pura. Las pesquisas del pe-
riodista belga Jean-Paul Mulders,
acompañadas por la aplicación de
pruebas de ADN, han demostrado
que el máximo líder de los nazis
tendría orígenes bereberes (con-
junto de etnias autóctonas del Ma-
greb, al oeste del valle del Nilo) y
que sus ancestros estaban empa-
rentados con somalíes y judíos del
este europeo.
El responsable del holocausto
judío y defensor a ultranza de la
pureza racial de los germánicos
tendría razones para revolverse en
su tumba. Pese a ser de baja estatu-
ra y tener cabellos oscuros, Hitler se
autoatribuyó una ascendencia ne-
tamente aria que ninguno de sus
seguidores se atrevió a cuestionar.
Aunque no se sabe a ciencia cierta
si el genocida del bigotito tuvo con-
ciencia de que por sus venas corría
sangre africana y judía (poblacio-
nes que consideraba subhuma-
nas), el hecho de que, a la usanza
nazi, se habría hecho medir el crá-
neo en varias ocasiones, permite
suponer que indagó con angustia
un posible parentesco con el pue-
blo que quiso exterminar.
Conocer la verdad sobre los orí-
genes de Adolf Hitler se ha topado
con el inconveniente de que poco o
nada queda de sus restos. Los his-
toriadores nos cuentan que ante
la inminente toma de Berlín por el
ejército ruso, en los últimos días de
la Segunda Guerra Mundial, Hitler
dio la orden de que su cuerpo y el
de su mujer, Eva Braun, fueran
quemados inmediatamente des-
pués de que se hubieran suicidado.
El 30 de abril de 1945 la pare-
ja se mató y el último deseo del
Führer fue cumplido de tal forma
que los únicos restos que los rusos
pudieron rescatar, y que conservan
hasta hoy en sus archivos estatales,
fueron un pedazo de mandíbula y
de cráneo, así como un retazo de
tela ensangrentada del sofá en el
que Hitler se habría sentado para
suicidarse.
En el marco de un documen-
tal titulado “El escape de Hitler”,
de History Channel, el arqueólo-
go Nick Bellantoni y la experta en
ADN Linda Strausbaugh reciente-
mente llegaron a la sorprendente
daños son irreparables
Fiebre de oro amenaza la selva de Surinam
Mineros informales
derriban árboles y
contaminan los ríos
con mercurio
Paramaribo [AP]. Parece el impac-
to de un meteorito: de repente, un
enorme claro en la jungla, un pozo
color rojizo rodeado de montícu-
los de tierra y pilas de árboles de-
rribados.
Pero este no es un acto de la na-
turaleza. Es el resultado de la labor
de menos de una decena de hom-
bres descalzos que han removido
la tierra con mangueras de agua a
alta presión y palas, buscando oro
y destruyendo un pedazo de la sel-
va tropical.
Motivados por precios casi ré-
cords para el oro, centenares de mi-
neros a pequeña escala proliferan
el mayor genocida. Antes de suicidarse, Adolf Hitler (1889-1945) habría ordenado que sus restos fueran quemados.
sepa más
aclaración
en la actualidad la ciencia nie-
ga la existencia de diferentes
razas. la raza humana es una
sola raza que cuenta con dife-
rentes ramas. Todos proveni-
mos de África.
mito
el cotejo del adn de los primos
de hitler con el de Jean-Marie
loret (obtenido a partir de es-
tampillas de su corresponden-
cia) demostró que este no es
hijo del führer.
conclusión de que el fragmento de
cráneo conservado en Moscú co-
mo resto del líder nazi en realidad
perteneció a una mujer.
Bellantoni, según cuenta el
desastre. El Gobierno estima que unas 14.000 personas están relacionadas con la minería informal en Surinam.
limPieza étnica. Hitler proclamaba la supremacía de la raza aria
por sobre las demás etnias. Sus mayores víctimas fueron los judíos.
periodista Jean-Paul Mulders en
un informe especial publicado a
mediados de agosto en la revista
belga “Knack”, también tomó una
muestra de la sangre del último so-
AFP
fá de Hitler. En un e-mail dirigido a
Mulders, el arqueólogo se lamenta
en estos términos: “Me temo que el
ADN está gravemente degenerado
como para extraer un perfil váli-
AP
AFP
do. El ADN de la sangre en el sofá
es viejo y está contaminado, en el
curso de los años lo han manipula-
do en exceso”.
Mulders y otros periodistas han
intentado obtener la autorización
de Moscú para acceder a sus ar-
chivos con el fin de analizar una
vez más los supuestos vestigios
del Führer. Sin embargo, desde la
experiencia con Bellantoni la res-
puesta ha sido negativa. ¿Por qué?
“Hay dos hipótesis. O bien simple-
mente están ofendidos porque
según afirman el equipo del His-
tory Channel solo había recibido
permiso para filmar los restos de
los archivos y no así para tomar
muestras de ADN. O bien temen
que se descubra que los restos que
guardan no pertenecen a Hitler”,
nos responde Mulders, quien sin
creer en teorías sobre un supuesto
escape del Führer a América del
Sur, nos recuerda que tanto Stalin
a lo largo del extremo noreste de
Sudamérica. Esos mineros produ-
jeron casi 16,5 toneladas métricas
de oro en el 2009, de acuerdo con el
Gobierno de Surinam.
Derriban árboles, contaminan
arroyos con mercurio y, en algu-
nos lugares, erigen pueblos sel-
váticos improvisados con tiendas,
prostitutas e iglesias. A su paso
queda una tierra baldía, sostuvo
Dominiek Plouvier, del Fondo
Mundial para la Naturaleza.
Los mineros, muchos de ellos
inmigrantes ilegales de Brasil, es-
tán dispersados por el norte de la
cuenca del Amazonas, ocasional-
mente escapando de batidas poli-
ciales o del ejército en Venezuela,
Guayana Francesa y Guyana. Pero
nada parece frenarlos en Surinam,
un país rico en recursos, con una
policía débil.
como Eisenhower tuvieron dudas
sobre el final del líder nazi.
en busca de la familia
Cerrada la vía de usar ADN de Hitler
paraconocersusorígenes,Mulders,
sin embargo, no se dio por vencido.
Otrocaminoparallegaraconocerla
ascendencia del Führer consistía en
llevar al laboratorio el cromosoma
‘Y’ de sus parientes en vida.
La complicadísima tarea de ob-
tener ADN de familiares de Hitler
la había completado Mulders con
éxito en el 2008, tras año y medio
de pesquisas, durante una investi-
gación que le permitió derribar el
mito según el cual el Führer habría
dejado descendencia. Entonces,
continuando el trabajo del histo-
riador Marc Vermeeren, Mulders
viajó a Austria y a EE.UU. tras las
huellas de los primos de Hitler, que
viven agazapados tras apellidos
cambiados.
Uno de ellos, un primo austria-
co, accedió a entregarle una mues-
tra de saliva sin interponer trabas.
De otro, también austriaco pero
menos cooperativo, recogió una
colilla de cigarrillo impregnada de
baba. Al tercero, radicado en Long
Island, tuvo que hacerle guardia
durante una semana hasta el afor-
tunado momento en que este tiró
por la ventana de su auto una ser-
villeta con la que acababa de lim-
piarse los labios.
Gracias a esos restitos de saliva
de los primos de Hitler se puede
colegir que en las ramas del árbol
genealógico del Führer no hay so-
lamente ascendientes blancos. La
12
millones de muertos dejó el ho-
locausto contra gitanos, homo-
sexuales y testigos de Jehová.
Más de la mitad eran judíos.
huella genética del racista más cé-
lebre de la historia es poco frecuen-
te en Alemania e incluso en Europa
Occidental.
“Para encontrar sus caracterís-
ticas genéticas masivamente hay
que descender hasta el norte de
África. Es entre los bereberes de
Marruecos, Argelia, Libia y Tune-
sia en donde aparecen con más fre-
cuencia”, explica Mulders.
“Ymássorprendenteaun:eltipo
genéticodeHitlereselsegundomás
frecuente entre los judíos prove-
nientes de Europa del este”, agrega.
Al preguntarle sobre las reac-
ciones que han suscitado los resul-
tados de sus investigaciones, Mul-
ders nos responde sin titubear: “La
mayoría de los comentarios que
he recibido son positivos. A mu-
cha gente le parece aleccionador
y terriblemente irónico que el más
grande racista de la historia fuera
un ‘mezcladito’”. π
Se espera que el Gobierno, que
asumió el poder en agosto, al me-
nos lidie con el asunto. El vicepre-
sidente Robert Ameerali anunció
que tratarán de reducir el uso de
mercurio, que es ilegal pero fácil
de conseguir.
El asesor en temas de minería,
Chris Healy, sostuvo que Surinam
debería asignar áreas para mi-
neros a pequeña escala y regular
sus actividades, proveer entrena-
miento y asistencia para adquirir
tecnología menos contaminante.
“Usted puede elaborar todas
las leyes que quiera”, dijo. “Pero no
hay nadie que las haga cumplir”.
La minería es un tema delicado
en Surinam, país que ha sido elo-
giado durante años por ambien-
talistas por fijar límites a la tala de
árboles y establecer reservas natu-
rales en la selva. π