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CEBCO

PRINCIPIOS DE FORMACION ESPIRITUAL (CRECIMIENTO ESPIRITUAL I)


(Febrero 24 – Abril 7, 2.001) - Pastor Hugo Stella

OBJETIVO: Equipar al creyente en el conocimiento de Dios, así como en las bondades de ser
nueva criatura y en las etapas de su desarrollo, para alcanzar la madurez en Cristo.

TEMAS:

1. Etapas del crecimiento


2. Andando con nuestro Padre
3. Recibiendo el conocimiento
4. Qué tipo de hombre es usted? Natural, carnal, espiritual
5. Siete pasos hacia la madurez espiritual
6. La dieta correcta para el crecimiento espiritual

DESARROLLO:
I. ETAPAS DEL CRECIMIENTO

1. Infancia y sus características

1) Atención

1ª. Pedro 2:2: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezcáis para salvación”. La persona nacida de nuevo es un niño
espiritual con anhelos de crecer y desarrollarse. Así como un bebé natural necesita
mucho cariño y cuidado el bebé espiritual también requiere ese cuidado máxime cuando
así se prepara para su futuro eterno; no puede ser ignorado por el pastor que es el
equivalente al padre biológico.

2) Inocencia

2ª. Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Al nacer espiritualmente el bebé no
tiene pasado; es una vida nueva para construirla con el conocimiento de Dios y su
palabra.

3) Ignorancia

Efesios 4:14: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error”. Los bebés naturales llevan cualquier cosa a sus bocas
y así, por falta del conocimiento y madurez, la nueva criatura espiritual no tiene
discernimiento y es frágil ante las falsas doctrinas.

4) Irritabilidad

Salmo 131:2: “En verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño
destetado de su madre...”. Así como el bebé natural que quiere satisfacer sus deseos,
la nueva criatura también quiere ser apoyada con el amor y cuidado de sus padres
espirituales para así comenzar a adquirir carácter y madurez.
La leche espiritual que recibe el niño necesita un complemento a través de su vida con
la misma leche o Palabra de Dios. El bebé espiritual puede ser lactado es decir
alimentado convenientemente hasta el momento adecuado o puede ser arrancado,
cuando no se cumple el proceso y se interrumpe ese alimento. En este último caso se
debe pedir la restauración a Dios.

Isaías 28:9: “A quien se enseñará ciencia, o a quien se hará entender doctrina? A los
destetados? A los arrancados de los pechos? “. Isaías 7:15: “Comerá mantequilla y
miel hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno”. Poco a poco la nueva
criatura va creciendo y madurando.

2. Niñez y sus características

Las etapas del crecimiento y desarrollo espiritual deberán estar llenas de amor pues a
medida que éste aumente vendrá la madurez, inclusive más que con el conocimiento ya
que éste envanece. Siempre debemos mirar el nivel en que nos encontramos, ya como
infantes o ya como padres y maestros que debemos orientar a los infantes.

1) Inestables, inconstantes o vacilantes:

Efesios 4:14: “...para que ya no seamos niños fluctuantes”. Tal como sucede con los
niños naturales con los bebés espirituales se debe tener paciencia y brindarles amor
que es el que apoya la madurez. Si vemos que a nosotros nos falta madurez, debemos
pedirle restauración a Dios.

2) Curiosos

1ª. Tesalonicenses 4:11: “y que procuréis tener tranquilidad y ocuparos en vuestros


negocios y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado”. A
estos infantes hay que darles responsabilidades de acuerdo a la edad porque, igual
que los bebés naturales, quieren curiosear, saber y hacer cosas como los demás.

3) Habladores

Proverbios 10:19: “En las muchas palabras no falta pecado; más el que refrena sus
labios es prudente”. Los habladores pueden caer en vanidad por logros, por
prosperidad, por hablar mal de otros, por decir tonterías, etc. A medida que vayamos
madurando debemos refrenar nuestros labios para no ser imprudentes, ofensivos o
difamadores.

Santiago 3:5: “La lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.
¡He aquí cuan grande bosque enciende un pequeño fuego” !.

Eclesiastés 5:3: “Porque de la mucha ocupación viene el sueño y de la multitud de las


palabras la voz del necio”.

Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas
cosas os serán añadidas”. No tenemos que recibir la aprobación de los hombres sino
la de Dios. Si buscamos la exaltación no estamos madurando, sino seguimos siendo
niños.

Efesios 4:29: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea
buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. Debemos tener
cuidado de adoptar posiciones de envanecimiento especialmente ante personas
humildes y sencillas y evitar la tendencia a creer que somos más importantes.

Efesios 5:4: “Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías que no convienen,


sino antes bien acciones de gracias”.

3. Madurez y sus características

1) No tienen gran aprecio por los bienes materiales

Un cristiano maduro busca primero las cosas del reino de Dios sabiendo que El desea
que tengamos sus bendiciones que vendrán como complemento.

Hebreos 11:24-26: “Por la fe, Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de
Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios que gozar de los
deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo
que los tesoros de los egipcios”. A veces siendo maduros naturalmente, nos
apegamos a las cosas materiales, pero en la madurez espiritual apreciamos más las
cosas de Dios y la relación con El.

Lucas 12:15: “Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste
en la abundancia de los bienes que posee”. La vida correcta del hombre está en la
abundancia de la vida con Dios que es la verdadera riqueza.

2) No son afectados por la crítica o alabanza de otros

1ª. Corintios 4:3-5: “Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros (dice Pablo), o
por tribunal humano; y ni aún yo me juzgo a mí mismo porque aunque de nada tengo
mala conciencia, no por eso soy justificado, pero el que me juzga es el Señor. Así que
no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor, el cual aclarará también
lo oculto de las tinieblas y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces
cada uno recibirá su alabanza de Dios”. Si tenemos madurez no podemos ser
afectados por críticas o alabanzas.

Proverbios 27:21: “El crisol prueba la plata y la hornaza el oro y al hombre la boca del
que lo alaba”. Debemos apreciar cómo nos afecta la alabanza; trabajamos más
después de los elogios? Nos gusta el protagonismo? La alabanza no domina a la gente
íntegra o madura sino que ésta domina la alabanza (igual que el dinero). No debemos
esperar agradecimientos sino que debemos hacer las cosas para Dios, pues El es el
que hace la obra como Maestro. Con las alabanzas debemos tener cuidado para
evitar que nos eleven del sitio en que debemos estar.

Al contrario de los bebés que son conscientes de sí mismos, los maduros son
conscientes de Dios.; no son rencorosos ni altaneros ni prestan atención a sus propios
sufrimientos.

3) Pueden ver la mano de Dios trabajando en la tierra

José es uno de los mejores ejemplos pues en todas sus dificultades a través de los años,
cuando fue odiado, maltratado, esclavizado y preso, siempre vio la mano salvadora del
Señor (Génesis 37:2-36 y 39:1 a 42:45).

II. ANDANDO CON NUESTRO PADRE

1. Dios es nuestro Padre


Efesios 3:14-15: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de Nuestro Señor
Jesucristo de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”. Todos somos
familia: los que fueron, los que estamos y los que serán; el Padre es Dios, es decir que no
solamente es Dios sino nuestro Padre.

Para el mundo y los pecadores El es Dios pero para nosotros es Padre; esta es una de las
verdades más profundas de las Escrituras.

2. Lo conocemos por su Palabra

Mateo 4:4: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios”. El deseo de Dios es que conozcamos y obedezcamos su Palabra y ésta nos dice
quienes somos nosotros en el Señor, que espera El de nosotros y a donde quiere El
llevarnos.

Juan 14:21y 23: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el
que me ama será amado por mi Padre y yo le amaré y me manifestaré a él”. “El que me
ama, mi palabra guardará y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él”.
La obediencia se expresa mediante el amor al Señor. El amor es compromiso y conducta no
solo expresados en palabras sino con la obediencia, no de manera parcial sino en todas las
áreas, recordando que el Espíritu Santo mora en nosotros.

3. Jesús manifiesta la unidad:

Juan 17:21-23: “Para que todos sean uno; como tú oh Padre en mí, y yo en Ti, que también
ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. La gloria que me
diste, yo les he dado para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y Tú en
mí, para que sea perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste y que
los has amado a ellos como también a mí me has amado”. Mediante el conocimiento de
Dios y de su Palabra se valora el sentido de la unidad en El.

III. RECIBIENDO EL CONOCIMIENTO

1. Cómo es que crecemos?

1ª. Pedro 2.2: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para
que por ella crezcáis para salvación”. Como un bebé natural se alimenta con la leche
materna y luego poco a poco va tomando alimentos sólidos, los espirituales se alimentan de
la leche espiritual que es la Palabra de Dios; este alimento nos servirá como proceso hasta
que lleguemos al conocimiento de quienes somos en Cristo Jesús, quien es El en nosotros, lo
que hizo por nosotros en su muerte, resurrección, ascensión y al sentarse a la diestra del
trono de Dios, lo que está haciendo hoy por nosotros, cuál es nuestra posición ante el trono
de Dios y la verdad de la derrota de Satanás y todas las fuerzas de las tinieblas y cómo
éstos no pueden dominarnos. Estas cosas son más avanzadas y la leche debe
complementarse con oraciones por nosotros mismos para alcanzar revelación y
conocimiento de Dios.

1ª. Corintios 3:1-2: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales
sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche y no vianda, porque aún
no erais capaces, ni sois capaces todavía”. (Los corintios peleaban entre sí como niños)

Hebreos 5:11-14: “...os habéis hecho tardos para oír, porque debiendo ya ser maestros,
después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que os vuelva a enseñar cuáles son los
primeros rudimentos (o fundamentos) de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales
que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido y todo aquel que participa de la leche
es inexperto en la palabra de justicia porque es niño; pero el alimento sólido es para los que
han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el
discernimiento del bien y del mal”. Debemos adiestrar nuestra conciencia y nuestros
sentidos para poder discernir acertadamente y vivir la Palabra y debemos volver un hábito
el estudiarla y darle enseñanza a otras personas.

Efesios 1:17-19: “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os de
espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de
vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que El os ha llamado, y
cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de
su fuerza”.

Efesios 3:14-16: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor
Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os de
conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por
su Espíritu”. La oración tiene que ver con el crecimiento espiritual y debemos orar para
incrementarlo.

2. El Señor ha puesto maestros para enseñarnos

La Biblia señala a Jesús como un maestro y el Maestro por excelencia. El enseñó las buenas
nuevas.

Lucas 4:15: “ y enseñaba en las sinagogas de ellos y era glorificado por todos”.

Lucas 5:3: “ y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la
apartase de tierra un poco; y sentándose enseñaba desde la barca a la multitud”

Efesios 4:11.12: y él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros,


evangelistas; a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo”. La iglesia se edifica por los dones
ministeriales, entre ellos el de maestro.

Debemos tener cuidado en no movernos por ritos y normas como sucede en muchos sitios.
El orden de Dios es diferente al orden de nosotros y para El prima la unidad y la
coordinación y no la uniformidad. (Ejemplo: nosotros mismos somos diferentes en nuestros
órganos: nuestros dedos, pies, brazos, etc. Son diferentes pero el cerebro coordina los
movimientos de todo el cuerpo).

Dios desea que seamos libres y vencedores en su nombre y así lo expresa Romanos 8:37:
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.
Por eso ha colocado maestros para enseñar la verdadera Palabra que es El mismo, para
evitar que recibamos enseñanzas de condenación, debilidad o inhabilidad para agradecer a
Dios.

IV. QUÉ TIPO DE HOMBRE ES USTED

1. Hombre natural.

1ª. Corintios 2:14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente”. Es un hombre no renovado sino el mismo que vino al mundo, sin cambio
alguno. No sabe que es seguir a Cristo. Nosotros debemos ser transformados para
convertirnos en lo que Dios quiere que seamos.

Efesios 2:1-3: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los
deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos
por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”.

Las anteriores son las características bíblicas del hombre natural que sigue la corriente de
este mundo; algunos de sus rasgos son los siguientes:

1) Está muerto.

Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte...” y muerte es estar separado de
la vida. En la muerte espiritual nos separamos de la vida espiritual que es el Señor
Jesús.

Juan 14:6: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Si estamos en pecado somos
separados de la vida o sea del Señor Jesús.

Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta”.

2) Es un hijo de desobediencia: Si es hombre natural no es hijo de Dios. El hombre natural


se deja llevar de sus deseos pecaminosos y de la voluntad de la carne y los sentidos, no de la
voluntad del espíritu (ira, sexo, alucinógenos, etc.)

3) Anda por vista: 2ª. Corintios 5:7: “Porque por fe andamos, no por vista”. El hombre
natural anda por vista y lo que cree es lo que ve, es decir solo por conocimiento físico y
los cinco sentidos. El cristiano anda por fe aunque no vea las cosas físicas.

2. Hombre carnal

1ª. Corintios 3:1: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales sino
como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no
erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales...”

La condición más fuerte del hombre natural es que está sin Cristo. El hombre carnal ya ha
conocido a Cristo y por lo tanto ya ha nacido de nuevo, pero solo es niño en Cristo porque su
actitud y comportamiento se inclinan a las cosas del mundo. No debemos quedarnos allí,
sino cortar y remover las cosas que nos hacen seguir siendo niños. Los cristianos
controlados por sus propios deseos son carnales o niños en Cristo e impedidos y atrasados
en su desarrollo espiritual.

El ser o no ser niño en Cristo va ligado a la madurez y la madurez va ligada a la obediencia y


a la integridad. Esto requiere esfuerzo, diligencia y disciplina. El niño en Cristo tiene
muchas cosas de su vida pasada que debe superar. Conoce la Biblia pero no la vive. Lo
importante es reconocer que somos carnales y que para salir de esa etapa necesitamos la
fuerza de Cristo.

El cristiano carnal no anda en amor divino sino que es celoso, anda en discordia,
malediciente, murmurador, egoísta y rencoroso; es como un cristiano enano a quien se le
dificulta el crecimiento pues es gobernado por sus sentidos físicos y anda como un hombre
del mundo. A esta clase de personas debe corregírseles y darles ánimo para seguir al Señor.

3. Hombre espiritual

El hombre espiritual es aquel en quien la Palabra de Dios ha ganado la ascendencia sobre su


mente y sobre su cuerpo y está en armonía con la voluntad de Dios. No se comporta como
el mundo sino como hijo de obediencia en todas las áreas y conforme a la voluntad de Dios.
(Presentación, actitud, comportamiento, etc.). Es quien sabe lo que le pertenece en Cristo y
toma ventaja de ello. Se ha alimentado en la mesa del Señor y se ha saturado a sí mismo
en el amor de Dios.

1ª. Corintios 3:1: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como espirituales...” . El
hombre espiritual es el que ha madurado espiritualmente y comienza a actuar con amor.

1ª. Corintios 13:4-8: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no
guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se
acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará”.

Características del hombre espiritual:

1) Conoce y tiene comunión con el Padre a través del Hijo y conoce al Hijo por la Biblia que
menciona muchos aspectos acerca de Jesucristo, entre ellos los siguientes:

Hebreos 4:14-16: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro”. El cristiano conoce al señor Jesús como sumo sacerdote, le cuenta su
situación y se sujeta y humilla a El para recibir soluciones perfectas.

1ª. Juan 2:1: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. La condición
propia del hombre espiritual no es la del pecado, pero si en alguna situación de
excepción incurre en él, debe acudir a Jesucristo como abogado. Si esa excepción se
vuelve frecuente no es espiritual sino niño en Cristo.

Juan 10:14-16: “Yo soy el buen Pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen, así
como el Padre me conoce yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También
tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer y oirán mi voz;
y habrá un rebaño y un pastor”. El niño en Cristo, por problemas de oído como las
ovejas, no conoce la voz de Dios y no hace lo que El quiere. El espiritual lo escucha
guiándose espiritualmente por su Palabra, como su pastor.

Romanos 8:34: “Quien es el que condenará? Cristo es el que murió, más aún el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por
nosotros”. Cristo es nuestro intercesor.

Al alimentarnos de estas verdades, de que el Señor Jesús es nuestro Sumo Sacerdote,


nuestro abogado, nuestro pastor y nuestro intercesor, aprendernos a conocerlo dentro
de nuestro proceso de madurez y de pasar de niños en Cristo a hombres espirituales.
2) El hombre espiritual conoce al Espíritu Santo porque lo tiene morando en su vida y es su
guía y no solamente porque habla en lenguas o ha sido bautizado en el Espíritu Santo,
pues puede eso haber sucedido eso y no conocerlo.

- El Espíritu Santo mora con nosotros. 1ª. Juan 4:4: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros (el Espíritu Santo), que el que
está en el mundo.” En una situación difícil, el Espíritu Santo está en nosotros para
ayudarnos a través de la comunión íntima que debemos tener con El.

- El Espíritu Santo es nuestro Consolador. Juan 14:16-17: “Y yo rogaré al Padre, y os


dará otro Consolador (el Espíritu Santo), para que esté con vosotros para siempre; el
Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve, ni le conoce;
pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. Está con y
en nosotros.

- El Espíritu Santo es nuestro mejor Maestro, Guía y Luz. 1ª. Corintios 2:12: “ y
nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de
Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. Juan 16:13: “Pero cuando
venga el Espíritu de verdad, El os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que
habrán de venir”.

El Espíritu Santo nos enseña y nos guía a entender la verdad siendo luz para nuestro
espíritu. El hombre espiritual tiene comunión con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo.

3) El hombre espiritual conoce la herencia que le fue dada

Una parte de la herencia es conocer la verdad. Colosenses 1:12-14: “Con gozo dando
gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el
cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado
Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”. El hombre
espiritual que el que es mayor está en nosotros y que Satanás ya perdió su autoridad
sobre nosotros.

Otra parte de la herencia es recibir poder. Hechos 1:8: “... porque recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo...” El hombre espiritual descansa
en el poder de Dios, no en su propio poder. Reconoce que está limitado y que Dios es el
que le sustenta y le provee.

4) Una cuarta característica o condición del hombre espiritual es que se alimenta de la


Palabra de Dios para su crecimiento. Mateo 4:4: “El respondió y dijo: Escrito está: no
solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Maduramos espiritualmente cuando la Palabra es preeminente en nosotros. El
crecimiento no se expresa por los dones espirituales ni por la oración y el ayuno, sino
que éstos se basan en la Palabra. La madurez requiere tiempo y crecimiento paulatino.

V. SIETE PASOS HACIA LA MADUREZ ESPIRITUAL

Los primeros cuatro pasos van a evidenciar o manifestar un fruto en nuestra vida. Los
siguientes tres pasos nos enseñan la forma como debemos trabajar con ese fruto y
administrarlo.
2ª. Pedro 1:5-11: “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra
fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio,
paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal y al afecto fraternal, amor.
Porque si estas cosas están en vosotros y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en
cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas, tiene la
vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo
cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo
estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa
entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.

Si estamos sin fruto es porque alguno de los pasos dichos (virtud, conocimiento, dominio propio,
paciencia, piedad, afecto fraternal y amor) no está en abundancia y, por el contrario caemos en
ceguera espiritual. Estos siete pasos están fundamentados en la plataforma de fe y sobre ella
es que colocamos los ladrillos para el edificio de nuestra madurez espiritual. La fe la coloca
Dios a través de Jesucristo pero el añadir los pasos mencionados así como la responsabilidad de
nuestro crecimiento es totalmente nuestra, debiendo actuar siempre con diligencia y no con
negligencia. Después de las etapas de hombre natural y carnal pasando al espiritual, el
creyente debe añadir a la fe que es la plataforma o plancha del edificio, los siete pasos o
peldaños de que habla el pasaje de 2ª. Pedro 1:5-11.

1. Primer paso: VIRTUD

A la fe, primeramente se debe añadir virtud, porque debemos propender por tener un
corazón limpio. Por fe estamos en Cristo y con la virtud adquirimos un corazón limpio.

VIRTUD: Excelencia moral en pensamientos, palabras y acciones

1) Excelencia moral en pensamientos

Lo primero que una persona hace es pensar y las palabras y acciones se basan en los
pensamientos.

Filipenses 4:7-8: “y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará


vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos
míos todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo
amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad”

Lo verdadero: La ética tiene que ver con la verdad que sale del corazón y de los
pensamientos y la verdad tiene que ver con la virtud. Debemos aprender a pensar la
verdad con honestidad y transparencia, siendo auténticos y no aparentando lo que no
somos. La mentira es temporal pero la verdad permanece. El Padre de la verdad es
Jesús y el padre de la mentira es Satanás.

Lo justo: No podemos descalificar ni juzgar o tratar a las personas injustamente, sino


darles su equivalencia correcta.

Lo puro: No pensar en venganza ni con egoísmo por ganar favores y recompensas

Lo amable: Debemos hacer a un lado el ego y humillarnos siendo amables con todo el
mundo y no solo con quien nos agrada o con quien muestra su amabilidad hacia
nosotros; mientras más se desinfla el ego, más nos inflamos espiritualmente y entre más
nos humillamos más maduramos.
Lo que es de buen nombre: Es decir, rodearnos de buenas cosas y personas y pensar
siempre en todo lo bueno, puro, santo y digno de alabanza, que es todo lo de Dios.

2) Excelencia moral en palabras

Ya despojados del viejo hombre y como criaturas nuevas, debemos ser cuidadosos y
prudentes en el hablar y aún en el escuchar para no caer en chismes. Un secreto o
información se vuelve chisme cuando se comenta con la persona equivocada en el
momento inoportuno.

Mateo 15:11: “No lo que entra en la boca contamina al hombre; más lo que sale de la
boca, esto contamina al hombre”.

Proverbios 11:13: “El que anda en chismes descubre el secreto; más el de espíritu fiel lo
guarda todo”.

Proverbios 18:8: Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta
las entrañas”.

Proverbios 20:19: “El que anda en chismes descubre el secreto; no te entrometas, pues,
con el suelto de lengua”.

Proverbios 26:20: “Sin leña se apaga el fuego y donde no hay chismoso, cesa la
contienda”.

Efesios 4:25: “Por lo cual desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su
prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”.

Efesios 4:29: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena
para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.

Efesios 4:31-32: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y


maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos, unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Si en
nuestras palabras hay cosas contaminadas, mentirosas, de engaño o de doble sentido,
es necesario comenzar a excluirlas de nuestra vida.

3) Excelencia moral en las acciones

Es un resultado de la excelencia moral en los pensamientos y palabras, es decir,


depende de lo que se piense o hable.

2. Segundo paso: CONOCIMIENTO

Proverbios 4:20-24: “Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No
se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón, porque son vida a los que las
hallan y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque
de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca y aleja de ti la iniquidad de los
labios, tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina
la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la
izquierda; aparta tu pie del mal”.

2ª. Corintios 3:18: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor”. Podemos tener un corazón limpio, preparado y dispuesto,
pero si no hay conocimiento no se logra fruto y queda como un terreno limpio, preparado y
dispuesto pero sin semilla y por lo tanto vacío. La virtud prepara el camino y el
conocimiento es la semilla.

2ª. Pedro 1:16: “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de Nuestro Señor
Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos
su majestad”. No debemos predicar experiencias sino la Palabra después de estudiarla y
adquirir su conocimiento correcto porque ella es la que nos da madurez. La Palabra de Dios
es superior a las experiencias aunque éstas no se deben descalificar en su valor.

1) Cómo recibir la Palabra

Santiago 1:21: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia,


recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.

Debemos ser humildes y tener mansedumbre para recibir la Palabra respecto a todos los
temas inherentes a nuestra vida y nuestro entorno.

2) Importancia de la Palabra

Romanos 1:16: “Porque no me averguenzo del evangelio, porque es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”. La palabra
“poder” viene del griego “dunamis” que significa “dinamita”, por lo cual el Evangelio es
dinamita cuando cumple su función porque es el poder de Dios para salvación de todo
aquel que cree. La Palabra es importante para ser fortalecidos, ubicarnos y recibir luz.

Mateo 4:1-11: Este pasaje hace relación a la tentación de Satanás a Cristo y rechazada
por El declarando la Palabra y ordenándole al diablo su retiro. La Palabra debemos
declararla y no solo pensarla y meditarla; en hebreo la palabra “meditar” significa
“hablar”. La Palabra es vida y está por encima de la religión y de las tradiciones, pues
éstas no tienen fruto. Debemos desearla como nuestro mejor alimento.

Salmos 1:1-2: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de amos, ni estuvo


en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley
de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol
plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y
todo lo que hace prosperará”.

3) Tipos de conocimiento

a) Posicional. Corresponde a la posición en Cristo. Lo que somos y lo que tenemos en


El.

Efesios 1:3-6: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos
escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin
mancha delante de El, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos
suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad para alabanza de
la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”. Nuestra posición
en Cristo es una bendición y debemos disfrutarla como aceptados que somos en el
Señor. Los capítulos 1, 2 y 3 de Efesios se refieren al conocimiento o verdad
posicional.

a) Temporal. Son las instrucciones para llevar una vida de victoria.


Efesios 4:22-23: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo
hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu
de vuestra mente”. Los capítulos 4, 5 y 6 de Efesios hacen relación al conocimiento
o verdades temporales.

El conocimiento o verdad posicional debemos aceptarlo y disfrutarlo y el conocimiento o


verdad temporal debemos cumplirlo.

3. Tercer paso: DOMINIO PROPIO

El conocimiento trae el peligro del envanecimiento y por ello debemos añadir dominio propio
que tiene que ver con la templanza y significa actuar por principios bíblicos, de manera
independiente de lo que sintamos o deseemos internamente. Es el predominio de los
principios bíblicos sobre los sentimientos. Ejemplo: A veces queremos actuar
inadecuadamente o mentir, es decir que la carne quiere actuar pero los principios bíblicos lo
rechazan porque las cosas del espíritu están sobre las cosas de la carne. El dominio propio
tiene que ver con el carácter o temperamento de la persona que se debe ir aproximando al
carácter del señor Jesús.

Santiago 1:21-24: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia,


recibid con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero
sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno es oidor de la Palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al
hombre que considera en un espejo su rostro natural, porque él se considera a sí mismo, y
se va, y luego olvida como era”. La persona hacedora de la Palabra construye en sí misma
un carácter de dominio propio, apoyado por el Espíritu de Dios.

1ª. Corintios 6:12: “Todas las cosas me son lícitas, más no todas convienen; todas las cosas
me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna”. Debemos controlar los hábitos o
vicios a los que les hemos dado vida pues ellos de por sí no la tienen, sin dejarnos dominar:
cigarrillo, alcohol, mala cara, murmuración, amargura, vestuario no apropiado, vocabulario,
lectura, etc. Debemos exponerlos ante el Señor pidiéndole su ayuda, tomando la decisión
de controlarlos o extirparlos para poder crecer espiritualmente y alcanzar la plenitud de vida
que va acompañada de la paz que sobrepasa todo entendimiento. Con nuestra decisión, el
Espíritu Santo bendecirá la intención y podremos despojarnos de los malos hábitos o vicios.
Siempre debe existir concordancia entre espíritu, alma y cuerpo para lograr total templanza
y dominio propio.

Proverbios 16:32: “Mejor es el que tarda en airarse (dominio propio) que el fuerte; y el que
se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad”. (Alejandro el Grande conquistó
casi todo el mundo conocido en el siglo IV A.C. y se recuerda como un gran conquistador
pero murió a los 33 años sin poder conquistar su vida como resultado del vicio del alcohol).

Dominio propio no significa suprimir las emociones pues ellas salen constantemente de
nosotros mismos, sino controlarlas y si nos perjudican, quitarles poco a poco la vida que les
dimos. No podemos evitar que surjan problemas o dificultades, pero sí podemos y debemos
administrarlos.

1ª. Pedro 2:11: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis
de los deseos carnales que batallan contra el alma”. Uno de los frutos del Espíritu Santo es
el dominio propio y con su ayuda y nuestra decisión de añadirlo a la fe, la virtud y el
conocimiento, se incrementará ayudando a nuestro crecimiento espiritual.

4. Cuarto paso: PACIENCIA


Para que el dominio propio sea real en nosotros, debe pasar un tiempo (paciencia) para ser
probado. Debemos añadir paciencia en nuestra vida para que las promesas se hagan
realidad. La fe debe estar acompañado de paciencia para esperar alegremente los
resultados y ésta es una gran fortaleza que debemos construir para nosotros sin dejar que
nos alteremos por los sentimientos.

Santiago 1:2-4: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas
pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia
su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”. . La
paciencia se desarrolla bajo circunstancias o pruebas y nos ayuda a permanecer hasta que
se manifieste la promesa. Con paciencia, la vida se perfecciona al confiar en Dios por
encima de todas las cosas.

1ª. Pedro 1:3-9: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande
misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de
los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en
los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para
alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo
cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que
ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, más preciosa que
el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y
honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien
creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el
fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”. Cuando hay paciencia en nuestra
vida, pruebas y circunstancias, empezamos a salir victoriosos pues es nuestro derecho.
Dios es fiel y no nos dejará ser tentados más allá de los que podamos resistir.

Hechos 6:12-15: “a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por
la fe y la paciencia (las dos van unidas) heredan las promesas. Porque cuando Dios hizo la
promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De
cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado
con paciencia alcanzó la promesa”. Dios ya dio las promesas que se recibirán en la medida
que nos apropiemos de ellas.

5. Quinto paso: PIEDAD

La paciencia enseña a esperar que las promesas se vuelvan realidad pero debe
fundamentarse en la piedad. La persona piadosa es la que demuestra sometimiento y
sujeción a Dios y a su voluntad.
Debemos aprender a estar contentos cualquiera que sea nuestra condición (adversa o
tranquila) y para ello se requiere la vida piadosa que es como la de Dios. La piedad tiene
que ver con nuestra comunión, adoración, alabanza y confianza en Dios. Hay una diferencia
entre mi relación y mi comunión con Dios, pues esta última es la que depende de mi
intimidad y mi unidad con El no sólo para pedirle cosas sino para agradecerle y glorificarlo.

1ª. Timoteo 4:6-8: “ Si esto enseña a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo,
nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desechas las
fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para
poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida
presente, y de la venidera”. Debemos ejercitarnos en la piedad o sea en Dios mismo, pues
la piedad del Señor es la que nos da la fuerza.

Proverbios 1:7-10: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos


desprecian la sabiduría y la enseñanza. Oye hijo mío la instrucción de tu padre y no
desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza y collares a
tu cuello. Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas.

Para que una persona sea piadosa deben existir mínimo tres elementos:

1) Temor a Dios: Es respeto, obediencia, seguimiento, etc. como principio de sabiduría (no
hacer algo que ofenda o desagrade a Dios). Es ese sentido de reverencia que produce el
saber que estamos en la presencia de un Dios Todopoderoso. La persona piadosa se
distingue de la no piadosa en el temor a Dios y éste incluye tres aspectos:

a) Presencia de Dios: Significa estar conscientes de la presencia permanente de


Dios en nuestras vidas, entendiendo que sus ojos están sobre nosotros todo el
tiempo, contemplando todo nuestro ser hasta lo más íntimo de nuestros
pensamientos.

Salmo 139 7:11: “A donde me iré de tu Espíritu? Y a donde huiré de tu presencia? Si


subiera a los cielos allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tu
estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aún allá me
guiará tu mano y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me
encubrirán, aún la noche resplandecerá alrededor de mí”.

b) Responsabilidad: Somos responsables ante Dios de nuestros pensamientos y


acciones. Debemos ser conscientes de ello y cuando sea necesario corregir de
inmediato lo que sea. Nuestra responsabilidad es pensar, hablar y actuar bien.

b) Fidelidad: Fidelidad con Dios es la lealtad y sumisión a El porque es el objeto


supremo de nuestra vida, de nuestra confianza, de nuestra obediencia, de nuestro
amor, etc.

2) Respeto a la autoridad: Se refiere al acatamiento a la autoridad en general,


entendiéndose el respeto a los padres, a los ministros de la iglesia, a los celadores o a quien
esté desempeñando un cargo, al cónyuge, etc., según sea el caso.

3) Cuidado con las malas compañías: Debemos ser prudentes con las amistades que no
son convenientes para nuestra vida espiritual y no frecuentarlas o alejarnos de ellas, no
importan las circunstancias o lazos que nos unan y, más bien, orar por ellas para que
enderecen su conducta.

6. Sexto paso: AFECTO FRATERNAL

Es la afectividad entrañable de nuestra relación con los hermanos en Cristo y debemos


utilizarla para bendecirlos y llevar una vida de comunión con ellos, con transparencia y
honestidad.

Filipenses 2:1-7: “Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor,
si alguna comunión del espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,
completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una
misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo
suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo,
hecho semejante a los hombres”.
Romanos 13:8: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al
prójimo, ha cumplido la ley”.

1ª. Corintios 8:1-3: “En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos
conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y si alguna se imagina que
sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo, pero si alguno ama a Dios, es conocido por
él”. En el vínculo de una iglesia, lo edificante es el afecto fraternal que existe en ella sin
compararnos por el conocimiento.

Mateo 7:1-5: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis
seréis juzgados y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja
que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? O
cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo y he aquí la viga en el ojo tuyo?
Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del
ojo de tu hermano”. Muchas veces destacamos los errores de nuestros hermanos sin
identificar los nuestros que pueden ser más grandes. La Palabra nos invita a ser piadosos,
evitando la crítica y ejerciendo el amor y el perdón hacia nuestros hermanos en Cristo
extendiéndolos a los de otras congregaciones.

7. Séptimo paso: AMOR

Es el último de los pasos analizados dentro de estos principios de formación espiritual, como
responsabilidad nuestra para añadirlos a la fe. No solo está enfocado a nuestra familia o
hermanos en Cristo, sino hacia todo el mundo, inclusive hacia quienes nos ofenden o
irrespetan. El amor debe estar presente en nosotros para aquellos que nos es difícil amar,
para los extraños y para los lejanos.

Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito..”.
El amor del Padre es para todo el mundo, creyentes e inconversos. El amor es una decisión
fuerte y una responsabilidad que nos compete. Si decidimos ser amorosos, no debe ser solo
con nuestra familia y nuestros hermanos sino con todo el mundo.

1ª. Corintios 13:4-8: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no
guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser...” .

6. LA DIETA CORRECTA PARA EL CRECIMIENTO

1. Leer la Biblia entera especialmente el N. T. con énfasis en 1ª. Corintios 13 y 1ª. de Juan que
contienen los grandes temas del amor, entendiendo que es en esto por donde debemos
empezar a alimentarnos; somos hijos del reino de amor y tenemos la naturaleza de amor
que necesita ser sustentada para que produzca un gran cambio en nosotros.

2. Estudio profundo del plan de Redención, pues debemos entender lo que somos en Cristo y lo
que El hizo y hace en nosotros pues ese conocimiento nos dará crecimiento espiritual.

- Quienes somos en Cristo y quien es El en nosotros


- Lo que El hizo por nosotros en su muerte, sepultura, resurrección y ascensión
- Lo que El está haciendo hoy por nosotros sentado a la diestra del Padre

Todos comenzamos con el mismo nuevo nacimiento, la misma vida eterna, el mismo amor de
Dios, la misma gracia, el mismo Espíritu Santo, el mismo Salvador, el mismo Padre celestial
incomparable pero no debemos quedarnos en este nivel de infancia sin renovar nuestra mente,
sino alimentar nuestra naturaleza de amor con la Palabra y poner ésta en práctica, no buscando
nuestro propio bien sino el de los demás.

La madurez no llega de la noche a la mañana ni tampoco crecemos igual en todas las áreas de
nuestra vida pero sí debemos tener muy en cuenta que es el conocimiento de la Palabra de Dios
lo que nos hace crecer pues es alimento líquido y sólido para nuestro espíritu.

Fin
Gracias Señor !!!

Anotaciones en clase – Cecilia Montero

....

RESUMEN

I ETAPAS DEL CRECIMIENTO

1. Infancia y sus características

1.1. Atención (deseos de crecer y desarrollarse)


1.2. Inocencia (es una vida nueva)
1.3. Ignorancia (por falta de conocimiento y madurez no hay discernimiento
1.4. Irritabilidad (desea ser apoyado y se irrita cuando no lo logra)
1.5. Es lactado cuando se alimenta hasta el momento adecuado y arrancado cuando no
se cumple el proceso. En este caso se debe pedir restauración a Dios

2. Niñez y sus características

2.1. Inestable y vacilante (debe brindársele amor y paciencia)


2.2. Curioso y dependiente (debe asignársele trabajos de acuerdo a la edad)
2.3. Hablador (Refrenar los labios para no ser imprudente. Humilde y no buscar la
exaltación.

3. Madurez y sus características

3.1. Peligro de aprecio por bienes materiales (se debe apreciar más las cosas de Dios
que las de los hombres.
3.2. Peligro de afectación por críticas y/o alabanzas (si tenemos madurez no podemos
ser afectados por ellas. Debemos hacer las cosas para Dios)

II ANDANDO CON NUESTRO PADRE

1. Dios es nuestro Padre (fuimos adoptados por él y somos familia. El no solamente es Dios
sino el Padre de esa familia compuesta por los que fueron, los que somos y los que serán
salvos.

2. Lo conocemos por su palabra (No solo de pan vive el hombre..... Mateo 4:4)

3. Unidad en Jesús (Jesús manifiesta la unidad para que todos seamos uno)

III RECIBIENDO EL CONOCIMIENTO


1. Cómo es que crecemos? (A través de la leche espiritual que es la Palabra. Antes de
tomar la leche espiritual somos carnales, es decir niños en Cristo).

2. El Señor ha colocado maestros para enseñarnos (Jesucristo instituyó apóstoles, profetas,


evangelistas, pastores y maestros – Efesios 4:11-12). El señor es el mejor y mayor
maestro).

IV QUE TIPO DE HOMBRE ES USTED?

1. Natural: (No conoce a Cristo o está sin El)


1) Está muerto. (La paga del pecado es muerte. Está separado de Cristo)
2) Es hijo de desobediencia (No es hijo de Dios y se deja llevar por deseos
pecaminosos)
3) Anda por vista y no por fe (Cree solo lo que ve)

2. Carnal: (Es un niño en Cristo)


1) Su actitud y comportamiento se inclinan a las cosas del mundo. Conoce la Biblia
pero no la vive.
2) Conoce a Cristo pero le falta alimentarse de leche espiritual
3) Está atrasado en su desarrollo espiritual

3. Espiritual: Es aquel en quien la Palabra de Dios ha ganado la ascendencia sobre su


mente y cuerpo y está en armonía con la voluntad de Dios (Ha madurado
espiritualmente)

1) Comienza a actuar con amor


2) Es hijo de obediencia (en todas las áreas: presentación, comportamiento, etc.)
3) Conoce y tiene comunión con el Padre a través del Hijo
4) Conoce al Hijo a través de la Palabra
- Como Sumo Sacerdote (Contarle nuestros problemas para solución)
- Como Abogado (Para lo casos que caigamos en pecado, El es nuestro
Abogado)
- Como Pastor (Cuida sus ovejas y éstas lo siguen)
- Como Intercesor (El está a la diestra del Padre intercediendo por nosotros)

5) Conoce al Espíritu Santo


- El Espíritu Santo mora en El (mayor es el que está en nosotros...)
- Es su Consolador (El señor Jesús rogó al Padre por otro Consolador)
- Es su mejor Maestro, guía y luz (El le guía a toda la verdad y es luz para su espíritu)

5) Conoce la herencia que le fue dada


- Conoce la verdad
- Recibe poder (descansa en la fuerza y poder de Dios pues la propia es
limitada)
- Se alimenta y crece a través de la Palabra

V SIETE PASOS HACIA LA MADUREZ ESPIRITUAL (Se adicionan a la fe)

1. Virtud
2. Conocimiento
3. Dominio propio
4. Paciencia
5. Piedad
6. Afecto fraternal
7. Virtud

Hay ceguera espiritual cuando alguno de los anteriores pasos no está en abundancia

Primer paso: Virtud: Es la excelencia moral en pensamientos, palabras y acciones

1. Excelencia moral en pensamientos (la palabra y las acciones se basan en los pensamientos).
Debemos pensar en todo lo que sea digno de alabanza como:

1) Lo verdadero y honesto. (Debemos pensar éticamente con honestidad y


transparencia)

2) Lo justo. (No juzgar ni descalificar a las personas sino darles su equivalencia)

3) Lo puro. (No pensar en venganzas ni egoísmo ni por favores o recompensas)

4) Lo amable. (Hacer a un lado el orgullo. Cuando el ego se desinfla se infla


espiritualmente)

5) Lo de buen nombre. Pensar siempre lo bueno y rodearse de buenas cosas y


personas.

2. Excelencia moral en palabras

Lo que sale de la boca del hombre es lo que contamina. Un secreto o información se vuelve
chisme, cuando se comenta con la persona equivocada en un momento inoportuno. La
palabra del chismoso es como bocado suave y penetra hasta las entrañas.

3. Excelencia moral en acciones

Es el resultado de la excelencia moral en pensamientos y palabras, es decir, depende de lo


que se piense o hable.

Segundo paso: Conocimiento

El conocimiento nos transforma de gloria en gloria. Si tenemos fe y virtud pero no conocimiento


no habrá frutos. La virtud prepara el camino y da un corazón puro; el conocimiento es la
semilla. La Palabra es muy importante porque es poder de Dios y por eso debemos
estudiarla y declararla, no solamente pensar y meditar en ella. Cuando la Palabra entra en el
espíritu de un hombre, cambia su vida y Dios le da revelación.

La Palabra debe recibirse con humildad y mansedumbre y sin nada de orgullo

1. Tipos de conocimiento

1) Posicional: Corresponde a nuestra posición en Cristo. Lo que somos y tenemos en El.


Nuestra posición en Cristo es una bendición como aceptados en el Señor y debemos
disfrutarla.

2) Temporal: Son las instrucciones para llevar una vida de victoria y debemos cumplirlas.

Tercer paso: Dominio propio


“Dominio propio” viene del griego “egkrateia” que significa “control de sí mismo”, tanto en
acción como en pensamiento; tiene que ver con la templanza y con el temperamento o carácter
de la persona que se debe ir formando y aproximando al carácter del señor Jesús. Es el
predominio de los principios bíblicos sobre los sentimientos. Las cosas del espíritu están sobre
las cosas de la carne.

Cuarto paso: Paciencia

Debemos añadir paciencia para que las promesas se hagan realidad y constituye una gran
fortaleza que debemos construir sin permitir que nos alteremos por los sentimientos y
confiando en Dios por encima de todas las cosas. Dios es fiel y ya dio sus promesas y éstas se
recibirán en la medida que nosotros lo permitamos y nos apropiemos de ellas.

Quinto paso: Piedad

Piedad es adoración al Señor mediante una verdadera y sincera relación espiritual con El; la
persona piadosa es aquella que demuestra sometimiento y sujeción a Dios y a su voluntad. Es
nuestra comunión, adoración, alabanza agradecimiento y confianza en Dios.

1. Temor a Dios (respeto y obediencia) que incluye tres aspectos:

a) Presencia: Presencia permanente de Dios en nuestras vidas.


b) Responsabilidad: Pensar, hablar y actuar bien.
b) Fidelidad: Lealtad y sumisión a Dios como objeto supremo de nuestra vida

2. Respeto a la autoridad: Padres, cónyuge, ministros, celadores según sea el caso.

3. Cuidado con las malas compañías: Alejarlas de nosotros y orar por ellas

Sexto paso: Afecto fraternal

Es tener afectividad con los hermanos en Cristo con transparencia y honestidad, con perdón y
amor que edifican, sin comparar el conocimiento que envanece. Evitar la crítica y los
comentarios.

Séptimo paso: Amor

El fin de todo crecimiento es el amor que es el mensaje más importante de la Biblia; debe ser
no solo hacia nuestra familia o hermanos en Cristo, sino hacia todo el mundo, incluyendo
quienes nos ofenden o irrespetan o a quienes nos es difícil amar, para los extraños y lejanos. El
amor no es una emoción sino una fuerza espiritual; es una decisión que tomamos para hacer lo
mejor por las demás personas.

VI. LA DIETA CORRECTA PARA EL CRECIMIENTO

1. Leer la Biblia entera y especialmente en N. T. con énfasis en 1ª. Corintios 13 y 1ª. Juan (el
amor)
2. Estudio profundo del plan de Redención
3. Todos comenzamos con el mismo nacimiento pero necesitamos crecer
4. La madurez requiere un proceso y es el conocimiento de la Palabra lo que nos hace crecer

Fin
Gracias Señor !!!

Anotaciones en clase – Cecilia Montero

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