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LOS DUROS SEVILLANOS, ALICANTINOS Y OTROS Durante el primer tercio del siglo XIX habja en Espafia varios sistemas monetarios de diferentes épocas y distin- ta regiones, ninguno de ellos decimal que, junto a fa abundante moneda extranjeray la ultramarina, causaban grandes ‘molestiasy dfcultades a las operaciones mercantiles, Este incordio se pretende arreglar con las leyes de 1848 y 1864, que resulearon insuficientes, La ley de 1848 implantaba un sistema dimetilico con e! real como moneda bisica, pero tna serie de inconvenientes impidieron evar- oa cabo. A partir de 1850, el precio del oro empicza a descender en los mercados internacionales, desplazando de la cireue acim a la plata, Para resolver este problema se creé el escudo de 10 reales 0 medio duro como unidad monetara, ta tindose de equilibrar las equivalencias del oro y la plata alos precios de mercado. Aunque con el escude se simplificaron las tansacciones, serfa en 1868 con la ereacién de fa pesets, cuando s= ‘empieza a consolidar, por estar denuo del sistema decimal. También se creé el sistema bimetélico oro-plata de corta duracion, El sistema bimetilico tenfa sus ventajas y también sus graves inconveniences, si no es correcta la paridad oficial de conversién de uno en otro, y sino el coincidente con el precio del mercado, Gon objeto de mancener en la crculacién la plata se cre6 en 1868 la Unién Moneraria Latina, pero en 1870 se invirtié la tendencia por el descubrimiento de nuevas minas de plaa y el abandono del patrén oro y, en algunos paises, del bimerdtico. El resultado fe que el oro desaparecié de la circulacién desplazado por la placa. Los patses de la Unién Latina, ala que Espaiia no pertenecia, unidos a otros estados bimetalistas, abandonaron el ppatsén plata adoptando el del oo. Espafia lo dejé al azar creyendo que con el tiempo las cosas se situarian en su sit [No fue as, en 1868 la contenida en una moneda de una peseta tenfa un valor intrinseco de 75 céntimos, actuan- dlo la plata como moneda fiduciaria. El acufiar moneda del blanco y noble metal resulaba muy provechoso para el Gobierno (1). “Mientras que el oro escaseaba la produccién de plata creci, almacendndose grandes cantidades que no encontra- ban aplicacién alguna. Lo inmediato fue falsificar nuestra argentifera moneda, operacion atribuida aun impoctante gru- po financiero perfectamente organizado, y después falsificadores peofesionales, algunos de ellos establecidos en Francia, cerca dela frontera espafiola (2), Fabricar moneda de plata resultaba un atractivo negocio, pero en cuanto a los benefcios obtenidos por exe iicito procedimiento, no hay coincidencia entre las distneas Fuentes consultadas. Si para FXV al falsear un dao “se obcenta tuna ganancia de més de 2,50 pesetas por cada unc”, para ANS (circular 6 de 1990), "Ia pieaa vena a costar 3,68 pese- tas, mas la comisidn del pase de la moneda, podemos equiparar el beneficio neto del flsifeador en una peseta". Desde luego no es posible jar una ganancia exacta porque fueron varias las fabricas que falsearon la moneda y cada una de cllas le dio la ley y peso que quiso, lo que repercute en los beneficios. Sobre cl dltimo cuarto del siglo se desat6 una fiebre falsificadora de nuestra moneda circulante que abareé a todos los metals y valores. Las fabricas particulares disponian de nuevos medios técnicos capaces de mantener una clevada

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