Professional Documents
Culture Documents
PARA LA
DIGNIDAD
Arnaldo Esté
TEBAS-UCV
Fondo Editorial Tropykos
Segunda Edición
Caracas, 2006
AGRADECEMOS A:
Esta frustración parece anunciar una estampida. Como que si nadie ya quisiera
quedarse allí. Alumnos y maestros reducen su asistencia: Cae la matrícula,
menos quieren ser alumnos, menos quieren ser maestros ¿Es que acaso la
escuela está pasando de moda?
Arnaldo Esté
Mayo de 1995
EDUCACIÓN PARA LA
DIGNIDAD
Resumen
Ante ese nuevo curso el venezolano se tornó, una vez más, pasivo y
espectador. Espera que otro resuelva, que otro provea.
La Nación resulta dividida en dos grandes conjuntos: los que participan del
reparto del dividendo minero y utilizando todo tipo de instrumento y recurso, sin
miramientos morales y los que se asoman a ese reparto con la esperanza de
recibir algún donativo, presionando con agremiaciones, clientelajes y
partidismos hechos valer, a veces, a través de superficiales ejercicios
democráticos, a veces con insurgencias, asonadas y explosiones.
DIGNIDAD
INTERACCIÓN CONSTRUCTIVA
COHESIÓN
PERTINENCIA DE LOS APRENDIZAJES
DIGNIDAD:
La dignidad atiende a la verificación del hombre como Sujeto, como sujeto
capaz de comprender, conocer, crear, concebir empresas y realizarlas. Es el
presupuesto imprescindible de toda educación posible, ya que el aprendizaje es
efecto de la actividad de ese sujeto.
Interacción Constructiva
El conocimiento, el saber, la comprensión son logrados en procesos
constructivos del sujeto, procesos éstos que se activan en la negociación e
interacción con los otros sujetos (implica la inserción social de las propias
construcciones, se convalidan en ellas), con las cosas (sean materiales,
sígnicas o simbólicas) y consigo mismo (reelaboración de lo ya construido y la
valuación permanente de los propios procesos perceptivos y constructivos).
Construir, por otra parte, es un término de tradición técnica y de uso difícil para
nuestra proposición y que ahora está muy vinculado al estructural8ismo
europeo y al ”constructivismo radical”, en un uso que no siempre supone los
aspectos socio-culturales, subjetivos y afectivos, pero nos sirven porque
describe un proceso de recolección y composición.
Cohesión
Las escuelas y la Cohesión Social
La comunidad es el orden concreto y real desde donde provienen abstractos
conceptuales de la vida social, y es donde se pueden comprender y transformar
los mismos en acciones concretas. Es también, en términos muy generales, un
conjunto de individuos que comparten armónicamente, un sentido porque
tienen una historia, un ámbito y un conflicto social común que es explícito y ha
sido incorporado al patrimonio perceptible de ellos. Por ello, es en la comunidad
desde donde el individuo se alimenta para la creación cultural, su formación y
conocimientos.
La comunidad es también una condición ética de los integrantes, que los hace
percibirse completos al estar amalgamados. En oposición, el estado de ruptura
o de pérdida de la integración de una comunidad, obstaculiza o impide en
mayor o mejor grado, los procesos de construcción o creación que pueda
desarrollar.
Un problema pertinente puede ser “el grifo” o “la cerradura”: objetos de uso
constante para todos. Desarmarlos, armarlos, repararlos o usar sus partes para
elaboraciones plásticas o juguetes se traduce en el abordaje de temas relativos
a ellos, el agua, las formas geométricas, los servicios públicos, la higiene, el
desarrollo de destrezas; a la dignidad en la solución de problemas con los
propios recursos y en la constatación del hombre como usuario y creador de
herramientas, en la comprensión familiar de la utilidad inmediata de lo que se
aprende en la escuela cuando el niño regresa capacitado para reparar en la
casa un grifo que gotea. Todo esto sin que el estudio del grifo sea un tema de
“formación APRA el trabajo” sino un tema importante y genérico en la
formación del estudiante.
En relación a los libros de texto, pro ejemplo, este criterio resalta entre los
anteriormente nombrados, pues de alguna manera un texto que tenga en sus
contenidos y lenguaje, continuidad cultural, lingüística, ecológica y social, con
los estudiantes y maestros está siendo simultáneamente un texto pertinente.
Podemos ejemplificar esto diciendo que no basta que nos expliquen qué es la
electricidad (como un abstracto sin contexto) si tal conocimiento no ayuda a
saber cómo hacer una conexión eléctrica en casa. Por ello pensamos que el
libro en tanto herramienta o auxiliar de aprendizaje debe ser justamente
El Promotor
Pero esa conciencia y acción no arrancan del estado actual de crisis por sí
solas, espontáneamente. Se requiere de una motivación y proposición inicial
con conceptos y objetivos concretos. Este es el concepto del PROMOTOR. Una
persona con profundo conocimiento del problema educativo, con gran calidad
humana y vocación que entra a la escuela a proponer el cambio con un ierto
sentido y concepción.
El Proyecto de Escuela
El proyecto interactivo del aula, la cohesión de la escuela y de la comunidad
circundante deberán plasmarse junto con otros propósitos y búsquedas en el
PROYECTO DE ESCUELA, que será un instrumento cohesionador,
organizador y programador de las actividades propuestas para sí mismos por su
integrantes.
Los Aprendizajes.
La Lectura y la Escritura.
Para esto cada aula debe estar dotada de una biblioteca y un equipo de
herramientas y artefactos útiles para armar, desarmar, reparar, disecar,
diseñar, dibujar.
La Asistencia al niño
La Red de Escuelas
Las escuelas, sus maestros y a veces sus alumnos se reunirán con cierta
regularidad para discutir, jugar, competir, celebrar intercambiando las
experiencias encontradas en el desarrollo del proyecto y planteando sus
exigencias y necesidades (de aprendizajes y especialización, económicas,
sociales, etc) y las maneras de resolverlas a veces –y cuando ello sea
necesario- con la ayuda de otras instituciones: ministerio de Educación,
Universidades, Municipios.
Así:
Evaluación y Seguimiento
Información y Divulgación
Administración y Financiamiento
Desarrollo Organizacional
Formación de promotores.
Asamblea de la Nación para el Cambio Educativo
Promotores Nacionales
Formación teórico-práctica de los promotores nacionales en escuelas de
aplicación.
Estructuras Estadales
Comité Directivo Estadal
Promotores Estadales.
Proyectos de Escuelas.
Redes de Escuelas.
Mejoramiento y actualización de los docentes
CONSTRUCTIVA
Arnaldo Esté
Febrero de 1993
1. La interacción constructiva
2. El sujeto y su constitución
3. La construcción de los objetos: saber, comprensión y conocimiento
4. La negociación u el área de negociación,.
5. Las limitaciones a los armados y construcciones
6. Reconocimiento, participación, negociación y construcción.
7. La subjetividad colectiva. La comunidad.
El Sujeto y su Constitución
En toda persona, en todo hombre se da la condición de sujeto, es inherente a
ella, pero esa condición de sujeto no se da en toda persona en igual magnitud.
Los constituyentes genéticos son los que la ciencia ha ubicado vinculados a los
procesos biológicos, de genes y cromosomas que portan los “programas” que
“reproducen” que hacen que a partir de ciertos padres salgan ciertos hijos. No
podemos aclarar, y no sabemos si a estas alturas alguien lo pueda, hasta que
punto habrá una causación lineal en las génesis biológicas, pero podemos
proponer que esas determinaciones” estallarán en la vida del individuo, en cada
caso, de manera diferente al presentarse mezcladas –como siempre ocurre y
no hay manera de que sea diferente- con los otros constituyentes.
Saber de la cosa real es el producto general del al negociación con la cosa para
ubicarla en el acervo y actuar con ella. De es negociación se puede dar la
comprensión y el conocimiento.
Así, un sujeto –en- dominio, generará poco terreno para negociar, y ante la
menor señal evocará un todo para la cosa, un constructo estándar, totalmente
proyectivo que asignará a la cosa todo lo integrante de ese constructo, sin
cuestionar lo metafórico de su evocación.
Las señales que emanan de los hombres tienden a valorizarse como signos. De
igual manera, las señales que proceden de las cosas pueden resultar
fetichizadas, animadas, cual si provinieran de otros hombres. La religiosidad del
hombre proyecta sobre esas señales evocaciones animadas.
De las señales de las cosas se pueden hace signos y símbolos por analogía o
acción religiosa. El hombre anima cosas y animales asignándoles propiedades
humanas. Así, transforma sus señales en signos.
Pero un método puede a veces aproximarse bastante a lo que sería “el curso de
su cuerpo” y, en esos casos, no habrá mayores torceduras. Esto es posible que
ocurra cuando las cosas se ofrezcan en complejidades manejables y con pocas
rarezas. Entonces, los acervos individuales o colectivos tendrán las
evocaciones claras que permitan ubicar la cosa con plenitud, y la angustia
terminará pronto y resultará barato el proceso.
Esto implica el ejercicio mayor del sujeto. Ante las señales de la cosa el
sujeto negocia con ellas buscándoles ubicación en su acervo; al no
encontrar un recurso para simple proyección, en virtud de su dignidad
hace composición, construcción a partir de las cosas que ya tiene como
las que resultan de las asociaciones de ellas ubicando la cosa como
objeto nuevo en su acervo.
Para lo uno y para lo otro es límite otra vez el dominio. Si las cosas no ose nos
ofrecen nos dejan beneficios y el orden existente hace converger esos
beneficios hacia nosotros, para que voltearlas y abrirlas: lo mejor será más de lo
mismo.
No hay mayor rollo en esto. La gran mayoría de las cosas y personas que nos
rodean están ubicadas en nosotros. Existen en nuestro acervo y son evocadas
con una gran economía de recursos por señales o signos de gran fuerza
metafórica. Una pequeña luz evoca el cepillo de dientes, un poco de olor el café
y un sutil timbre de mujer amada y cualquiera de ellos seguridad y continuidad.
Eso será igual para cosas no cotidianas pero con las que se entablarán
negociaciones y que serán comprendidas y ubicadas para hechos
correspondientes que puedan o no implicar enunciados adecuados.
Habrán cosas especiales, cosas del teatro, pro ejemplo (diferente esta idea,
como se verá, a los “idola” de Bacon) que se ubicarán en mundos apartes, no
cotidianos porque sus señales se agrupan en un contexto que las denuncia
como de “otro mundo” y por lo tanto, diferentes de las cotidianas: una silla de
museo no es una silla, es una obra de arte.
Igual, las cosas de la escuela. Ellas, como las del museo, pertenecen a un
contexto que las hace diferentes a las cotidianas. Los libros, los ejercicios, el
lenguaje, el orden, las filas el pizarrón, el maestro, los exámenes, sus preguntas
y sus respuestas, todo ello conforma un discurso consistente de “otro mundo”.
Ese mundo será observado como un todo en el que las cosas solo tienen
significado en su contexto, por la posición relativa que ocupan en esa
composición. Así son comprendidas o así, de conjunto, son rechazada cuando
ese “mundo” por ciertas condiciones, resulta ser rechazado o adverso al sujeto.
Hay, por supuesto, y como bien lo hace Del Hymes, que separar lo que es
habla cotidiana del lenguaje cuasi-artificial de los conocedores y académicos.
La Subjetividad Colectiva.
La Comunidad
La comunidad permite una magnitud mayor y de otra claridad, de la subjetividad
individual. La comunidad, como la entendemos, es el conjunto creado por las
posibilidades del alcance corpóreo de la interacción. Más allá de la relación
corpórea, que incluye la oral, comienza el campo de las relaciones mediadas
por los signos y símbolos. Entonces, a partir de las relaciones medidas, se
podrá hablar de comunidad pero sólo como analogía a las propiedades que allí
se encuentran que recuerden a la primera.
En el sujeto, la presencia mediada de los otros, con toda la fuerza que pueda
lograr, como es el caso de clérigos y dirigentes políticos –propensos a
encerrarse en sus cofradías-, nunca se equipará a la dada por los próximos:
amantes, familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, colegas. Es para
ellos para los que en definitiva se produce, crea, actúa, llora, viste y son los ojos
de ellos los que se sienten evaluando cada acto o movimiento. La gloria, la
posteridad, la fama, la misma riqueza y el poder se reduce siempre a una
mirada, a una risa, a una señal que testimonie que alguien, que es mucho más
que esa risa o esa señal, me está reafirmando.
Esté, A. (1983) Una escuela para la gente, una Universidad para Venezuela.
Colección Extensión, UCV.
---------- (1994) El Aula Punitiva, Ed. Tropykos-TEBAS
Vigotsky, L.S. (1962). Thought and Language. Cambridge, Mass. MIT Press.
Arnaldo Esté
TEBAS/UCV
La Guerra de Independencia
En esas comunidades se incuba el proyecto independentista. Por muy diversas
causas, tal vez indescifrables, Caracas se convierte en mágico recinto donde
florece un conjunto de hombres asombrosos, totalmente desproporcionado para
el número total y la riqueza material de su pobladores. Ejecutores de ideas
mayormente extrañas, con una gran creatividad para la acción política y militar
se lanza, con Bolívar adelante, en ese proyecto desmedido para lo que la propia
historia posibilitaba.
La guerra que alzaron, también fuera de escala para sus empresarios y sus
posibles alcances, resultó para Venezuela mucho más que para las otras
naciones americanas, una inmolación. La escasa población se vio movida de un
lado al otro del territori9 varias veces y una generación de jóvenes quedó
reducida a los sobrevivientes –tal vez- más pacatos, humildes o escurridizos.
Ciertamente entre 1810 y 1924 fallecieron casi todos los que podían actuar y
creare más allá de la mezquina permanencia vegetativa (Ver el censo de
Codazzi de 1835).
La estampida hacia las ciudades es tal que se le llama éxodo. Es la tercera ola
desintegradora. Lo poco que se habían sedimentado y cohesionado las
comunidades se pierde y en su lugar queda lo que se ha llamado
“marginalidad”. Masas de sobrevivientes expectantes, sin proyectos ni
referentes, campos fértiles para el populismo.
Así que, con propiedad, en este peculiar País, con un 91% de población urbana,
no se puede hablar de comunidades cohesionadas ni estructuradas. Y ese es el
principal problema social que aquí lo discutimos en sus implicaciones éticas.
Más allá de la relación corpórea, que incluye la oral, comienza el campo de las
relaciones mediadas por los signos y símbolos. Para esas condiciones de
relaciones mediadas se usa frecuentemente el término comunidad, pero en un
sentido analógico, decimos, porque un conjunto humano ofrece características
similares a las que encontramos en una comunidad propiamente dicha de
acuerdo a lo que aquí proponemos.
“¿Por qué nos interesa establecer el campo de las relaciones corpóreas? Ese
es el campo real de existencia de una subjetividad colectiva que reclama una
integración entre sus componentes individuales mucho mayor que la que se
puede lograr gracias a la comunicación mediada por signos y símbolos.
La presencia mediada de los otros, con toda la fuerza que pueda lograr, como
es el caso de clérigos y dirigentes políticos –propensos a encerrarse en sus
cofradías-, nunca se equipara a la dada por los próximos: amantes, familia,
amigos, vecinos, compañeros de trabajo, colegas. Es para ellos para los que en
definitiva se produce, crea, actúa, llora, viste y son los ojos de ellos los que se
sienten evaluando cada acto o movimiento. La gloria, la posteridad, la fama, la
misma riqueza y el poder se reduce siempre a una mirada, a una risa, a una
señal que testimonie que alguien, que es mucho más que esa risa o esa señal,
me está reafirmando”.
Similar, decimos, porque no concebimos (ver arriba) que pueda existir tal cosa
como una subjetividad colectiva en independencia delos individuos que
componen la comunidad, Pero la analogía funciona ara explicar
comportamientos que puedan llegar a ser extraordinariamente complementarios
o coincidentes, más complejos que las que puedan ser efecto de una
determinación racional conciente.
Una comunidad cohesionada logra una conciencia compartida que, entre otras
cosas, puede generar una necesidad de auto conciencia, de autocomprensión,
explícita e implícita, de sus compoent4ees, de su condición y de la fuerza que
tiene; lo que revierte, en la medida en la que se logra, en incremento de la
misma cohesión.
La cohesión es, pues, el mayor o menor grado de esa analogía que llamamos
subjetividad colectiva.
Una realidad que madura en la generación de un ethos que a la vez que sirve
de referente para la conformación de los proyectos individuales que negociarán
con él, tiene un fuerte valor simbólico concitador, cohesionador.
Futuro que nunca podrá llegar, entre otras cosas, porque su comprensión
queda impedida por los métodos y técnicas que se usan para hacerlo
comprender y que contrarían ese futuro que se promete.
La nación
La cohesión de la Nación, como convergencia de las comunidades, por
intereses, símbolos, logros y territorio compartidos es de mucha mayor solidez y
permanencia. Tanto por la justicia que implica el respeto y valoración de cada
uno de los constituyentes, como por los argumentos de que goza una
constitución consciente y voluntaria. Estos son propios argumentos de que goza
Imponer a una comunidad una estructura en virtud del poder que se dispone
puede agregarle a la no estructuración de la comunidad dada, la resistencia al
poder extraño y el rechazo de otras maneras más consecuentes de
estructuración.
Deben establecerse los propósitos que persigue la escuela para sus docentes y
estudiantes, para su comunidad circundante y la manera de alcanzarlos; los
recursos que necesita y el manejo de ellos.
Para que tenga ese carácter el proyecto tiene que ser consecuente con una
autocomprensión –no necesariamente explícita- de quien proyecta, y del ámbito
e historia donde se desenvuelve. El proyecto debe ser el producto de la propia
construcción.
Esto nos lleva a un lugar límbico y viciado en el que la inexistencia del sujeto –
su ruptura ética- le impide comprender y la imposibilidad de comprender, le
impide proyectar y la ausencia de proyecto conserva su ruptura ética. Es el
pozo del estado-en-dominio.
Simbólicos:
Es función primordial del hombre la producción de símbolos. Genera señales y
signos para comunicar sus pensares y estados interiores, sus comprensiones y
necesidades. Percibe cosas que resultan ser señales, anticipaciones de otras.
Algunas de esas cosas, señales o signos, con intención o sin ella resultan muy
cargadas de significados, tan así que el hombre –dotado de arte y religiosidad-
las extraña de su razón, proyecto animación en ellas. Les atribuye funciones
generatrices y primordiales. Crea el mundo de los símbolos.
La respuesta similar ante un cierto símbolo hace que uno perciba al otro como
próximo y del mismo grupo, siendo así a veces integrador y al mismo tiempo
excluidor: los que vibran conmigo, son los míos.
(3) Cfr. Lakatos, Imre, 1987, Historia de la Ciencia las Notas sobre Lakatos” De
Khun, T. P.83, Ed. Tecnos
• ACERVO
• ÁMBITO ECOLÓGICO
• ANTECEDENTE CULTURAL
• APRENDIZAJE
• APRENDIZAJE PERMANENTE
• AUTOGESTIÓN
• CAMBIO EDUCATIVO
• COHESIÓN
• COHESIÓN SOCIAL
• COHESIÓN COMUNITARIA
• CONTINUIDAD CULTURAL
• CONTINUIDAD SOCIAL
• CONTINUIDAD LINGüÍSTICA
• CONTINUIDAD ECOLÓGICA
• COMPRENSIÓN
• COMUNIDAD
• COSA TRASMISIBLE
• CONFLICTO SOCIAL
• CONSTRUCTIVISMO RADICAL
• CONSTRUCTO
• COEVALUACIÓN
• CULTURA ESCRITA
• DESINTEGRACIÓN
• DESERCIÓN
• DIGNIFICACIÓN
• DIGNIDAD
• DIVERSIDAD
• ÉTICO
• ESTRUCTURACIÓN
• EXCLUSIÓN ESCOLAR
• ESTRUCTURALISMO EUROPEO
• ETHOS
• ETHOS COHESIONADOR
• ENTORNO ECOLÓGICO
• EPISTEMOLOGÍA
• FUERZA COHESIONADORA
• FUERZA COMUNICATIVA
• INTENCIÓN COMUNICATIVA
• INTEGRACIÓN
• INTERACCIÓN CONSTRUCTIVA
• INSERCIÓN SOCIAL
• JUEGO INTERACTIVO
• JUEGO SOCIAL
• MARGINALIDAD
• MÉTODO
• NEGOCIACIÓN PARADIGMA
• PARTICIPACIÓN
• PROCESOS CONSTRUCTIVOS
• PROCESO INTERACTIVO
• PROCESO SOCIAL
• PROCESO GNOSEOLÓGICO
• PROCESO PSICOLÓGICO
• PROCESO METODOLÓGICO
• PROCESO PERCEPTIVO
• PROMOTOR
• REINTEGRACIÓN
• RELACIÓN CORPÓREA
• RUPTURA ÉTICA
• REPITIENCIA
• SABER INTUITIVO
• SUBJETIVIDAD
• SUBJETIVIDAD COLECTIVA
• SUJETO
• SUJETO COLECTIVO
• SUBSTRATO ÉTICO
• VOCACIÓN DIGNIFICADORA
• VIGOR SUBJETIVO