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somatización puede reflejar tanto creencias serían los procesos de adaptación y las
culturalmente determinadas con respecto a dificultades ambientales ligadas a la emi-
la noción de la etiología de la enfermedad gración.
y el tratamiento, como la conducta de bús-
queda de ayuda médica durante la enfer- ANSIEDAD
medad que se juzga adecuada cultural- Los trastornos de ansiedad en la raza
mente (Hsu, 1999). negra son frecuentemente sobrediagnosti-
cados como psicosis. Concretamente, los
Los síntomas somáticos sirven como idio- enfermos con trastorno de angustia y ago-
ma cultural de distrés en muchos grupos rafobia, patología más frecuente en esta
culturales, y en muchas ocasiones no indi- minoría étnica (Leff, 1994), presentan, con
can una enfermedad o un trastorno, ni son alguna frecuencia, alucinaciones o miedos
expresión de psicopatología, sino simple- delirantes, manifestaciones que son inter-
mente una expresión culturalmente codifi- pretadas como psicosis (Sluzki, 1979). Un
cada de malestar, un medio de expresar su estudio realizado en la Universidad de
descontento social o una condensación sim- Columbia, en Nueva York, ha comparado
bólica de sus conflictos intrapsíquicos. Si las tasas de trastornos de pánico en afro-
estos síntomas son malinterpretados por el americanos con las que presentan los blan-
clínico pueden conducir a procedimientos cos, habiendo encontrado que aun cuando
diagnósticos innecesarios o a un tratamiento la tasa de trastorno de pánico fue algo más
inapropiado (Kirmayer y Young, 1998). La baja en los afroamericanos (1,2 % frente al
somatización ha sido ampliamente descrita 1,4 % en blancos), estas diferencias no
en pacientes refugiados, y algunas teorías fueron significativas.
interpretan esta somatización como una
alternativa a la depresión. Estas mismas teo- Los afroamericanos comunicaban un
rías consideran que la somatización se aso- mayor número de síntomas durante el peor
cia con un fracaso en el proceso de acultu- episodio de crisis de pánico. No existían
ración (Westermeyer y cols., 1989). En un diferencias en ambos grupos con respecto
grupo de inmigrantes rusos de Estados a la comorbilidad con ese trastorno, ni
Unidos se valoró si existían características tampoco en el número de intentos previos
sociodemográficas que permitieran predecir de suicidio (Horwath, Johnson y Hornig,
la aparición de somatización en relación con 1993). Comparando asiáticos con blancos
la presencia de sintomatología depresiva, y americanos, se observó que los asiáticos
las variables que se encontraron fueron la comunicaban más rasgos de ansiedad,
edad, hallarse en situación de desempleo y aunque no se apreciaron diferencias en
no buscar trabajo, y no tener un título aca- cuanto a los niveles de ansiedad social. Sin
démico (Aroian y Norris, 1999). embargo, y a pesar de lo expuesto, las
implicaciones de las variaciones étnicas en
Trastornos afectivos y suicidio los patrones de respuesta de ansiedad
Se acepta que estos pacientes presen- siguen siendo discutidas (Okazaki y cols.,
tan mayores tasas de depresión y de tras- 2002).
tornos de ansiedad que los grupos con
DEPRESIÓN
idénticas características sociodemográfi-
cas de su país de origen o de la cultura Los trastornos afectivos que presentan
anfitriona (Ekblad, Kohn y Jansson, los pacientes negros son diagnosticados
1998). Los principales desencadenantes erróneamente por los psiquiatras, en más
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20 Salud mental e inmigración
trastornos afectivos que los pacientes blan- En relación con el diagnóstico específico
cos. Esto podría atribuirse a que la adicción de trastorno límite de personalidad, no
a drogas entre los blancos suele estar rela- existen diferencias en cuanto a la prevalen-
cionada frecuentemente con la psicopato- cia según el grupo étnico. En este caso es
logía, mientras que en el caso de la pobla- más importante la edad del paciente como
ción negra se explicaría mejor en términos factor predictible de su diagnóstico
de factores sociales y medioambientales (Castaneda y Franco, 1985), siendo esta
(Roberts, 2000). patología menos frecuente en los pacientes
de mayor edad (Rayburn y Stonecypher,
Sin embargo, existen otros artículos que 1996). Incluso así, en todas las culturas
contradicen estos datos. Por ejemplo, otro existen individuos que se sienten incapaces
estudio realizado en Estados Unidos en de hacer lo que se espera de ellos, y el
pacientes que acudían a un programa de malestar que esto genera se expresa en
tratamiento hospitalario de abuso de sus- una variedad de trastornos ligados a la cul-
tancias (alcohol y otras drogas) encontró tura como son el «susto» o los «nervios».
que los afroamericanos presentaban mayor Cuando se incluye en este contexto, el tras-
consumo total de sustancias y mayor grave- torno límite de personalidad es similar al
dad del cuadro, asociándose con mayor fre- que se expresa en esta situación, sobre
cuencia a somatización, depresión, con- todo en el sentido percibido de fracaso
ducta obsesivo-compulsiva, fobia, paranoia social y marginalidad (Miller, 1996).
y psicoticismo. También presentaban un
aumento de problemas interpersonales, La mayoría de los estudios realizados
hostilidad, así como un elevado grado de sobre los trastornos límites de la personali-
estrés psicosocial y bajos niveles de funcio- dad se han realizado en países altamente
namiento global comparados con los cau- desarrollados, pero esta enfermedad tam-
cásicos, lo que apoyaría las conclusiones del bién se puede diagnosticar en países en
estudio anterior (Pavkov, McGovern y Geff- desarrollo, aunque es más prevalente en
ner, 1993). Norteamérica y Europa. La hipótesis que se
baraja es la de que los factores protectores
Trastorno de la personalidad que proporcionan diversas culturas a sus
individuos suprimen el desarrollo de los
Sobre la utilización de los criterios diag-
trastornos límite de la personalidad. Existen
nósticos de trastorno de la personalidad en
casos en los que la patología límite emerge
relación con las características étnicas, se
después de la inmigración (Paris, 1996), lo
observó que los criterios de clasificación se
que sucedería cuando estos factores pro-
aplicaron de forma desproporcionada para
tectores se diluyen o desaparecen dentro
los distintos grupos, resultando grupos
del proceso de aculturación al que se ve
étnicos particulares que recibían diagnósti-
sometido el individuo.
cos específicos de distintos trastornos de
personalidad. Los diagnósticos de antiso-
Enfermedades ligadas a la cultura
cial y paranoide fueron asignados con más
frecuencia a los afroamericanos, el esqui- Uno de los problemas más difíciles para
zoide a los asiáticos y el esquizotípico a los los médicos occidentales son los denomi-
nativos americanos. El resto se asignó a los nados «síndromes asociados a la cultura».
europeos americanos, mientras que nin- Son enfermedades no conocidas en occi-
guno de estos criterios se aplicó a los lati- dente, propias de grupos étnicos o localiza-
nos (Iwamasa, Larrabee y Merritt, 2000). ciones geográficas específicas, que no se
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La salud mental de los inmigrantes 25
encuentran bien representadas en las clasi- obtiene que este tipo de patologías es más
ficaciones psiquiátricas (Mezzich y cols., frecuente dentro del grupo de mujeres cau-
1996) y que son difíciles de diagnosticar y cásicas (Barry y Grilo, 2002).
tratar. Constituiría una de las causas que
incrementan los diagnósticos erróneos de Síndrome de Ulises
psicosis en inmigrantes (Adebimpe, 1981). Con frecuencia, el proceso migratorio
Algunos de los síndromes psiquiátricos aso- resulta traumático, constituyendo una tran-
ciados a la cultura ya descritos en España sición difícil y complicada, que llega incluso
son el koro (Caballero y cols., 1990) o el a comprometer la vida del individuo.
ataque de nervios (Salman y cols, 1997). En Existen una serie de situaciones estresantes
la literatura americana el síndrome más que suelen ser comunes en la mayoría de
descrito es el de ataque de nervios en estas personas (Foste, 2001). A veces no
pacientes latinos caribeños, en el que como sólo resulta traumático el mismo hecho de
posibles causas desencadenantes del la inmigración, sino la realidad con la que
mismo se señalan la expresión de cólera se encuentran los individuos al llegar al país
por el proceso migratorio y la preocupación de destino. Para la inmensa mayoría de
por la gente que queda en el país de origen estas personas, Europa equivale a la Tierra
(Guarnaccia, DeLaCancele y Carrillo, 1989). Prometida, por lo que desarrollan unas
Otro estudio sobre puertorriqueños con expectativas demasiado elevadas que, en
ataque de nervios relaciona esta patolo- muchas ocasiones, no se corresponden con
gía con los trastornos disociativos en la realidad.
población occidental por la similitud de
ambos cuadros (Lewis-Fernández y cols., Una vez en el país receptor, la gran
2002). mayoría de esperanzas, como la posibilidad
de encontrar un trabajo bien remunerado,
Se debe analizar cuidadosamente la rela- se desvanece con rapidez. Surgen dificulta-
ción entre los síndromes ligados a la cultura des laborales, problemas para obtener los
y los diagnósticos psiquiátricos, y en el papeles de residencia, etc., por lo que tien-
momento en que se sospeche su aparición den a ser explotados y permanecen con el
remitir a estos pacientes a los profesionales temor de ser repatriados en cualquier mo-
de salud mental interesados en temas cul- mento. Por otra parte, se encuentran lejos
turales. En el caso de los trastornos que se del propio país, de la gente querida, sin
consideran culturalmente específicos de posibilidad de regresar para poder ver a su
culturas occidentales, como pueden ser los familia y amigos, y con la amenaza de un
referidos a la conducta alimentaria, cuando futuro incierto. Todas estas situaciones son
se presentan en minorías, en la mayor capaces de provocar un estado de estrés
parte de los casos suelen ser infradiagnos- crónico, múltiple y muy intenso, que se ha
ticados y no tratados (Cachelin y cols., definido con el nombre de síndrome de
2001). Aunque las características clínicas Ulises, caracterizado por sintomatología
de los trastornos de conducta alimentaria depresiva asociada a síntomas de ansiedad,
son similares en todas las culturas, lo que sí somatomorfos y conversivos (Achotegui,
varía entre ellas es la perturbación de la 2003).
imagen corporal, presentando el grupo
caucásico una mayor preocupación por la Con frecuencia la sintomatología que
imagen corporal que el resto de los grupos. presentan estos pacientes no se puede
Comparando diversos grupos étnicos, se englobar en los diagnósticos de las clasifi-
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