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FÍSICO EJERCICIO
EN LA GESTANTE DIABÉTICA
Cristina Álvarez Escolá, Antonio López Guzmán, Natalia Hillman Gadea
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El último párrafo de la introducción de este capítulo en American College of Obstetricians and Gynecologists
su edición anterior (1) hacía alusión a la posibilidad de (ACOG) publicó nuevas recomendaciones sobre el ejer-
que las recomendaciones de entonces sobre el ejercicio cicio durante la gestación y el posparto (3). Por primera
durante la gestación sufrieran modificaciones sustancia- vez, sugieren un posible papel del ejercicio en la preven-
les en el futuro (2). En este sentido, en enero de 2002, el ción y cuidado de la diabetes gestacional (4).
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En el ejercicio crónico puede disminuir la síntesis de ta (18). Sin embargo, en las mujeres no diabéticas el
VLDL, como resultado del aumento de sensibilidad a la entrenamiento no ha demostrado, o en todo caso han sido
insulina y de la reducción del porcentaje de grasa corpo- mínimos, los efectos sobre los lípidos del plasma. Esto
ral. También en este caso, la disminución de los triglicéri- podría deberse a las menores concentraciones de coleste-
dos es mayor en los individuos que ya los tenían elevados rol total y de LDL y a las superiores de HDL que presen-
previamente. En los hombres se produce un aumento del tan las mujeres que llevan una vida sedentaria antes de la
colesterol HDL, particularmente de la subfracción HDL2, menopausia. Además, en las mujeres existe una mayor
y se ha demostrado que existe una relación dosis-respues- actividad de la lipoproteinlipasa que en el hombre.
En enero de 2002, el ACOG publicó nuevas recomenda- depende del tiempo de la gestación, de la duración, de la
ciones sobre el ejercicio durante la gestación y el posparto intensidad y del tipo de ejercicio (34). En cualquier caso,
(3). En ellas se señala su importancia por los beneficios su intensidad no debe superar el 70% de la capacidad
para la salud. Se reconoce el embarazo como un periodo máxima de la embarazada, para que no se produzcan alte-
único para las modificaciones de la conducta y no como un raciones en el patrón de la frecuencia cardiaca fetal, y la
periodo de confinamiento. Estas recomendaciones pro- materna no supere los 150 latidos por minuto (35).
mueven también el ejercicio en mujeres sedentarias, e Morton et al. (1985) (23) midieron la frecuencia cardia-
incluso en las que presentan complicaciones médicas u ca y el volumen minuto, de forma seriada en fases avanza-
obstétricas, pero sólo tras evaluación médica (5). Quedan das de la gestación, en 23 mujeres en sedestación y tras
claros los beneficios que la actividad física tiene para la 6 minutos de ejercicio en bicicleta. Con ello confirmaron
salud, y que, por el contrario, los hábitos sedentarios y los las observaciones previas que sostenían que el gasto cardia-
niveles bajos de entrenamiento cardiorrespiratorio consti- co durante el reposo y el ejercicio no eran diferentes a los
tuyen un factor de riesgo para el desarrollo posterior de que existían en el periodo posparto. Sin embargo, la fre-
enfermedad cardiovascular (30, 31). cuencia cardiaca fue mayor en reposo y el volumen minu-
El ejercicio puede ser útil para prevenir muchos de los to fue menor durante el ejercicio en fases tardías de la ges-
problemas que ocurren durante la gestación. Puede ayu- tación que después del parto. Además, al final del ejercicio
dar a controlar la excesiva ganancia de peso, mantener la el volumen minuto caía de forma marcada en el primer
forma muscular, aliviar las molestias de espalda, mejorar caso y no en el segundo. Sorprendentemente, no había
la postura y la imagen que tiene la mujer de sí misma, y variaciones entre mujeres entrenadas y las que no lo esta-
combatir la depresión (24). No obstante, son pocos los ban. Concluyeron que, en fases avanzadas de la gestación,
estudios realizados en mujeres sanas, no diabéticas, para la hemodinámica en reposo y en ejercicio de mujeres en
conocer las diferencias específicas entre las que hacen sedestación dependía de los factores que controlaban el
ejercicio y las que no lo hacen. retorno venoso, independientemente del ejercicio físico
Fuera de la gestación, el ejercicio provoca redistribución (32). En cuanto a los cambios electrocardiográficos, Asher
del flujo sanguíneo desde las vísceras a los músculos impli- et al. (1993) estudiaron a 15 gestantes sanas que practica-
cados. En el embarazo existe ya una redistribución hacia ban ejercicio de forma regular y encontraron descenso del
los órganos reproductores y son escasos los datos que hacen segmento ST en la semana 37, que interpretaron como
referencia al efecto que tiene el ejercicio en la circulación una modificación fisiológica no descrita en esta edad ges-
uteroplacentaria. Sí se sabe que al final del ejercicio se pro- tacional. No se observaron alteraciones en otros paráme-
duce una disminución de la irrigación en el músculo uteri- tros (36).
no que probablemente dependa del tipo y duración de éste, El ejercicio en la embarazada provoca también una
del entrenamiento previo, del peso materno, de factores reducción en la capacidad aeróbica, en la eficacia del
ambientales –como la temperatura– y de otras variables control del oxígeno y del sustrato (37). En cuanto al
(32). Cuando Hackett et al. estudiaron en 1992 el efecto nivel del dolor en el parto, no existen datos sobre las
del ejercicio con bicicleta estática en 34 gestantes en el posibles diferencias entre las mujeres que realizan ejerci-
tercer trimestre de la gestación, observaron un aumento de cio y las que no lo realizan, aunque parece que las muje-
la resistencia vascular uteroplacentaria (33). Esto, según el res con mayor actividad física toleran mejor el dolor de
estudio, suponía un efecto nocivo del ejercicio físico en el las contracciones que las sedentarias (38), con un perio-
último trimestre, sobre todo en mujeres hipertensas o con do de dilatación y expulsivo más corto (39).
fetos de bajo peso para la edad gestacional. Lo que resultaría más interesante, en relación con el
Además, durante el ejercicio y después de éste, aumenta ejercicio en la embarazada, sería la posibilidad de que
la frecuencia cardiaca fetal y la magnitud del incremento éste provocase efectos adversos en el feto. Por una parte,
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Tabla 1. Contraindicaciones para el ejercicio aeróbico durante la gestación
Absolutas Relativas
en animales, el ejercicio intenso se ha correlacionado En cualquier caso, es necesaria una evaluación clínica
con un aumento de la mortalidad fetal, con peso bajo al adecuada. La prescripción de ejercicio debe ir precedida del
nacer y retraso en la osificación (40). Por otra parte, conocimiento de los potenciales riesgos y de la capacidad
cuatro aspectos mencionados con anterioridad podrían física de la gestante. Como indica la ACOG, los exámenes
resultar perjudiciales (24). En primer lugar, la redistri- prenatales rutinarios son suficientes para monitorizar el
bución del flujo sanguíneo con la consiguiente reduc- programa de ejercicio. En ausencia de contraindicaciones,
ción de éste al útero y a la placenta podría provocar, si hay que estimular a la gestante a practicar ejercicio de
el ejercicio fuese frecuente, periodos de hipoxia que moderada intensidad y de forma regular. En la tabla 1 se
darían lugar a daño neurológico (37). En segundo lugar, indican las contraindicaciones absolutas y relativas para la
la mayor utilización de carbohidratos por parte de la realización de ejercicio y en la tabla 2 las circunstancias que
madre podría disminuir la disponibilidad de glucosa en obligarían a interrumpir la actividad física (3).
el feto, dando lugar a malnutrición, retraso del creci-
miento y menor peso al nacer (41). En tercer lugar, la
respuesta termorreguladora de la madre al ejercicio Tabla 2. Condiciones que obligan
podría aumentar la incidencia de alteraciones del de- a suspender el ejercicio durante la gestación
sarrollo del tubo neural en el primer trimestre (42). Esto
se debería a que, como ha podido observarse en estudios
Sangrado vaginal
en animales, un aumento de la temperatura de 1,5 °C
puede causar alteraciones en la división neuronal en la Disnea previa al ejercicio
capa ependimaria del cerebro (43). Por último, el ejer- Vértigo
cicio se correlaciona con un incremento en los valores
Cefalea
de catecolaminas en la sangre materna y la actividad
fetal se asocia con esta mayor actividad simpática (44). Dolor torácico
Además, los mayores valores de noradrenalina podrían Debilidad muscular
ser responsables del inicio de contracciones prematuras
Dolor o hinchazón en pantorrillas (descartar tromboflebitis)
y de parto pretérmino, ya que actuaría como estímulo
para el desarrollo de contracciones uterinas. Sin embar- Amenaza de parto prematuro
go, esto último resulta controvertido, ya que en el estu- Disminución de movimientos fetales
dio realizado por Berkowitz et al. (1985), las mujeres
Pérdida de líquido amniótico
que hacían ejercicio tuvieron menos partos pretémino
que las que no lo hacían (45). ACOG (3).
El ejercicio no ha sido una recomendación habitual en hacer ejercicio, debido al mayor riesgo de hiperglucemia,
los tratamientos de la embarazada diabética (32). De cetoacidosis y empeoramiento de las complicaciones vascu-
hecho, la diabetes figura en la lista de las contraindicacio- lares. A pesar de que faltan datos sobre su eficacia, en
nes relativas de la práctica de ejercicio durante la gestación, muchos casos significa para las pacientes una forma de
en las recomendaciones que publicó la ACOG en 1985 recreo y puede servir para asegurarles una sensación de bien-
(45). En cualquier caso, los posibles beneficios del ejercicio estar y capacidad física (2). De hecho, muchas mujeres con
dependen de si se trata de una gestación en una paciente este tipo de diabetes realizan programas de actividad física y
con diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2 previa, o de un emba- han integrado el ejercicio en su estilo de vida. Muchas de
razo que se complica con diabetes gestacional (48). ellas lo continúan practicando, aunque con modificaciones,
durante la gestación. Sin embargo, en las que llevan vida
sedentaria y no tienen experiencia sobre la tolerancia a los
DIABETES MELLITUS TIPO 1 diferentes tipos de ejercicio, la gestación puede no ser el
momento idóneo para iniciar dichos programas (32).
El efecto del ejercicio en el control metabólico de la dia- Por otra parte, hay que tener en cuenta que una mujer
betes mellitus tipo 1 es variable. Se puede decir que depen- con diabetes tipo 1 puede presentar nefropatía, retinopatía
de de una serie de factores como: la situación metabólica en y/o una isquemia miocárdica sin diagnosticar. Por lo tanto,
el momento del inicio de éste, el deterioro de la respuesta de antes de aconsejarle cualquier programa de ejercicio, es
las hormonas contrarreguladoras, la disfunción autonómica conveniente hacer una historia completa y la correspon-
simpática, la disfunción cardiaca potencial y, finalmente, el diente exploración para descartarlas. Si mostrase retinopa-
contexto social y psicológico en el que se realiza (2). Las tía proliferativa, se desaconsejará la realización de ejerci-
mujeres con control deficiente de su glucemia deben evitar cio. No se sabe el efecto que puede ejercer el ejercicio
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durante el embarazo en la evolución de la nefropatía (2). macrovascular, disfunción del sistema nervioso autóno-
En teoría, en pacientes con microalbuminuria podría exa- mo o falta de mecanismos contrarreguladores para con-
cerbarse la nefropatía. A su vez, es preciso recordar que trarrestar la hipoglucemia.
durante el embarazo están contraindicados los inhibidores En las tablas 4 y 5 aparecen las consideraciones y las
de la enzima de conversión de la angiotensina. En cual- contraindicaciones para el ejercicio durante el embarazo
quier caso, hay que informar a las pacientes con nefropa- en la mujer con diabetes mellitus tipo 1.
tía, interesadas en realizar ejercicio, de los posibles efectos
indeseables y poco conocidos que éste pudiera ejercer en la
función renal (2, 49). Tampoco está clara la metodología DIABETES MELLITUS TIPO 2
que utilizar para descartar la isquemia miocárdica silente. Apenas existen datos publicados que demuestren la efi-
En mujeres con diabetes tipo 1 de larga evolución, sería cacia del ejercicio durante el embarazo en la mujer con
necesario realizar una prueba de esfuerzo con monitoriza- diabetes tipo 2 (2, 49). No obstante, hay que tener en
ción antes y después del ejercicio (2, 49). cuenta que como grupo, aunque con algunas excepcio-
Existen varias razones por las que estas pacientes tienen nes, tienen mayor edad y mayor peso que las que padecen
una gran predisposición para desarrollar hipoglucemia en diabetes tipo 1. En principio, en estas pacientes el ejerci-
relación con el ejercicio. En primer lugar, las que presentan cio sería una forma de tratamiento ideal para reducir las
náuseas pueden tener un aporte dietético inadecuado. Por necesidades de insulina y conseguir un control mejor de
otra parte, el ejercicio aumenta la sensibilidad a la insulina la glucosa y los lípidos (32). Sin embargo, no se ha
en mujeres que previamente llevaban una vida sedentaria. demostrado de forma consistente que la realización habi-
Además, durante el embarazo se intenta mantener a las tual de ejercicio disminuya los valores de glucemia basal
pacientes en normoglucemia para proteger el desarrollo y posprandial (49). En cualquier caso sería más útil para
embrionario y fetal. Esto último las hace más vulnerables a reforzar la adhesión a la dieta y al tratamiento insulínico
la hipoglucemia tardía que puede aparecer tras el ejercicio. (2, 49) que para conseguir un efecto directo en el control
Por todo ello, las que vayan a iniciar un programa de ejer- glucémico o en el desarrollo fetal (49). De hecho, debe-
cicio deben aumentar la duración y la intensidad de éste de ría introducirse a estas pacientes en programas de ejerci-
forma gradual, con objeto de poder adaptar la dieta y la cio y control de peso antes de la concepción.
dosis de insulina (2, 49). También hay que tener en cuenta
que las pacientes que tengan mayor riesgo de sufrir neuro-
glucopenia, porque apenas presenten síntomas adrenérgi- DIABETES GESTACIONAL
cos, deben ir acompañadas por alguien capaz de administrar
glucagón subcutáneo siempre que realicen ejercicio. Tampoco existen apenas datos sobre la eficacia del ejer-
En cualquier caso, no debe prescribirse la realización de cicio en este tipo de diabetes (32). En las mujeres delga-
ejercicio si existen antecedentes de hipertensión arterial, das, que requieren tratamiento insulínico, el ejercicio
preeclampsia, evidencia de enfermedad microvascular o puede aumentar la frecuencia de hipoglucemia. Por otra
parte, las que presentan sobrepeso suelen tener poca
motivación, incluso para las formas más simples del ejer-
Tabla 4. Consideraciones sobre el ejercicio durante cicio (32). Por tanto, la utilización del ejercicio como
el embarazo en la paciente con diabetes mellitus tipo 1 intervención terapéutica por indicación fetal en la diabe-
• Evitar el ejercicio durante los picos de acción de la insulina • Disfunción del sistema nervioso autónomo
• Evitar utilizar las extremidades con las que se va a realizar • Ausencia de mecanismos contrarreguladores para contra-
el ejercicio como lugares de inyección de la insulina rrestar la hipoglucemia
CONCLUSIÓN
En cualquier embarazo que curse con un tipo u otro de familiar de diabetes que deseen un embarazo, sería acon-
diabetes debería valorarse la relación riesgo/beneficio sejable la introducción de programas de ejercicio antes
que el ejercicio supone para el feto; por supuesto, la ges- de la gestación. En este sentido, se valoraría de forma
tación no es el mejor momento para hacer ejercicios adecuada la capacidad y tolerancia al ejercicio, así como
agotadores, ni para realizar programas de actividad física el posible efecto de éste. En cualquier caso, en toda
por primera vez. Quizás sí sea un punto importante del mujer con diabetes previa o gestacional, la realización de
tratamiento preconcepcional, de tal forma que, en muje- programas de ejercicio debe tener lugar bajo la estrecha
res con diabetes tipo 1 y tipo 2 y obesas con historia supervisión del médico (32).
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