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Cómo ser más creativos

Diego Parra Duque

En el Medio Oriente existen cofradías místicas de hombres y mujeres


llamados sufíes, que se caracterizan por retar las formas convencionales de pensar
y de actuar. Los derviches —personas iniciadas en esta senda mística— han
conservado intacta una tradición de cuentos y anécdotas que demuestran un
curioso ingenio y formas totalmente diferentes de pensar. La siguiente historia,
perteneciente a la tradición sufí, refleja esta manera particular de pensamiento.

Nasrudin siempre escoge mal

Todos los días Nasrudin iba a pedir limosna a la feria, y a la gente le


encantaba hacerlo pasar por tonto con el siguiente truco: le mostraban dos
monedas, una diez veces más valiosa que la otra. Nasrudín siempre escogía la de
menor valor.

La historia se hizo conocida por toda la ciudad. Día tras día grupos de
hombres y mujeres le mostraban las dos monedas, y Nasrudin siempre se quedaba
con la de menor valor. Hasta que apareció un señor generoso, cansado de ver a
Nasrudín ridiculizado de aquella manera, lo llamó a un rincón de la plaza y le dijo:

—Siempre que te ofrezcan dos monedas, escoge la de mayor valor. Así tendrás
mas dinero y no serás considerado un idiota por los demás.

—Usted parece tener razón —respondió Nasrudín—. Pero si yo elijo la moneda de


mayor valor, la gente va a dejar de ofrecerme dinero para probar que soy más
idiota que ellos. Usted no se imagina la cantidad de dinero que ya gané usando
este truco. No hay nada malo en hacerse pasar por tonto si en realidad se está
siendo inteligente.

La historia del Mulláh Nasrudín nos muestra que pensar más allá de lo
convencional trae grandes ventajas Ser creativo es precisamente eso: ir siempre
más allá de lo obvio, pensar verdaderamente diferente. En mis investigaciones con
grupos e individuos me he atrevido a resumir las principales actitudes y aptitudes
en siete secretos que permiten, con práctica y constancia, despertar y desarrollar la
creatividad en las personas.

Estos secretos están fundamentados en experiencias prácticas con varios


miles de personas. Son el resultado de varios años de trabajo e investigaciones con
grupos e individuos de varios países: ejecutivos de empresas multinacionales,
estudiantes universitarios, escritores, artistas plásticos, cuenteros, psiquiatras y
psicólogos, diseñadores de productos, vendedores, deportistas de aventura,
bailarinas y educadores experienciales. También están fundamentados por los
estudios que existen sobre la psicología de la creatividad, por los descubrimientos
recientes en esta moderna disciplina y por técnicas que he ido desarrollando y
perfeccionando a lo largo del tiempo.

SECRETOS PARA DESARROLLAR LA CREATIVIDAD

Saber aplicar los siete secretos que expongo a continuación permite


introducir la creatividad en su vida cotidiana. Muchos de ellos también pueden ser

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utilizados para dar una nueva mirada a su ambiente de trabajo, enfrentar sus
problemas cotidianos y llegar a nuevas ideas de negocio. Cada uno de los secretos
es independiente de los otros, pero todos son complementarios entre sí.
Recomiendo seguir el orden, pero no olvide leerlos todos antes de comenzar a
hacer los ejercicios. Ejercítese gradualmente con cada uno de los secretos,
altérnelos si lo estima conveniente, y asómbrese con los resultados y
descubrimientos.

Primer secreto: Apagar el "piloto automático"

Uno de los mayores obstáculos que nos impiden desarrollar todo nuestro
potencial creativo radica en el hecho de que los seres humanos nos
"acostumbramos" demasiado nuestros hábitos y rutinas. El escritor norteamericano
Ambrose Bierce decía que el cerebro es "ese aparato con que todos nosotros
pensamos que pensamos". Frecuentemente creemos utilizar todas las posibilidades
de nuestro cerebro de forma diferente, pero si analizáramos profundamente
nuestro comportamiento advertiríamos que lo hacemos de manera casi siempre
parcial, porque pensamos casi siempre muy parecido, utilizando apenas una
pequeña porción de nuestro cerebro. Algunos llaman a esto el "piloto automático"
de nuestro pensamiento. Esto se debe al hecho de que solucionamos los mismos
tipos de problemas todos los días. Es como si, para cambiar un neumático de
nuestro automóvil, utilizáramos solamente nuestra mano izquierda, sabiendo que
podemos usar el resto del cuerpo... ¡Estaríamos desperdiciando muchas
posibilidades!

Algunos de los grandes científicos, místicos y sabios de la historia, desde los


derviches de Oriente hasta los psicólogos cognitivos más exitosos del presente, se
han puesto en la tarea de estudiar los condicionamientos que nos impiden pensar
diferente y la manera de salir de ellos. Muchas veces estos condicionamientos son
inconscientes e inerciales; estamos demasiado acostumbrados a ellos para darnos
cuenta de que existen. A esta forma inercial de pensamiento la llamaremos "piloto
automático", porque funciona de manera casi maquinal, como si no nos
percatáramos del hecho de que la estamos usando casi siempre.

¿Cuántos 9 hay entre el número 1 y el 100? Seguramente su respuesta


automática fue "diez". Además del primer 9, el 19, el 29, el 39, y así
sucesivamente, condenen un 9, con lo cual la respuesta sería "diez", si vamos
ascendiendo hasta el número 99. Sin embargo, al mirar el número 99 usted acaba
de descubrir que la respuesta es "once", pues ¡el 99 tiene dos 9! Curiosamente,
ésta tampoco es la respuesta. ¿Por qué? Porque entre los números 90 y 98
aparecen nueve 9 más (90, 91, 92, 93...) que no son tan fáciles de ver. Usted
acaba de tener una breve experiencia de lo que significa tener prendido su piloto
automático.

Roger Van Oech, consultor de grandes empresas multinacionales, escribió un


lema al que llamó principio de discontinuidad: "Cuando estamos demasiado
acostumbrados a algo, nos queda imposible verlo diferente". Cuando trabajo con
clientes de empresas multinacionales, sé desde un comienzo que voy a tener que
estar alerta con el principio de discontinuidad: los grandes expertos en ciertos
temas del negocio van a ser los que más se resisten a pensar diferente. Su larga
experiencia —en la mayoría de los casos, exitosa— les ha brindado ciertas pautas
de pensamiento que funcionan medianamente bien, y por lo tanto no quieren
cambiar. Están inmersos en el éxito de las ideas que ya conocen, y por lo general
no se mueven de allí. Este paradójico hecho me da pie para recomendar una
manera práctica de apagar su piloto automático: si usted es experto en cualquier
tipo de tema, cuestiónese sobre sus comportamientos inerciales y relativice sus

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conocimientos. Piense que aunque esté muy seguro de la mayoría de sus ideas y
éxitos, siempre hay maneras distintas de hacer lo que está haciendo.

Existe otro principio, atribuido a Albert Einstein, que algunos teóricos llaman
principio de insanidad. Dice que una buena definición de insanidad es esperar
resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Apagar el piloto automático
significa también comprender que si hacemos lo mismo todos los días, por muy
expertos que seamos, no vamos a conseguir resultados esencialmente diferentes.
¿Cuántas de sus labores diarias desarrolla con el piloto automático prendido?
¿Cuántas veces espera resultados distintos haciendo lo mismo todos los días? Los
siguientes ejercicios son útiles para comenzar a apagar su piloto automático (las
respuestas aparecen al final del capítulo). Recomiendo hacer uno de ellos cada día,
en su tiempo libre o en las pausas de su trabajo. Compártalos con sus compañeros
de oficina, rételos a ellos y rétese usted mismo. Verá que poco a poco comienza a
acostumbrarse a pensar diferente y a tomar conciencia de su pensamiento
automático, para poder apagarlo a tiempo y pensar verdaderamente diferente.

1. ¿Cuál es la ciudad escandinava que está situada justo en la mitad de


Checoslovaquia?

2. ¿Por qué los barberos de Blanes, Escocia, prefieren cortar el pelo a diez gordos
antes que a un flaco?

3. ¿Qué es lo que se repite una vez cada minuto, dos veces cada momento y nunca
en cien años?

4. Con la cera que me queda al quemar dos velas, se hace otra vela. ¿Cuántas
velas podrán hacerse si se queman ocho velas?

Al ganar destreza en encontrar la solución a este tipo de pequeños


problemas, aprendemos a romper con un hábito que todos tenemos: la primera vez
que contemplamos un problema tendemos a solucionarlo desde nuestra manera
habitual de ver las cosas. Uno de los rasgos fundamentales de las personas
geniales se puede definir como el "hábito de romper hábitos". Cuestionarse
continuamente sobre las rutinas y maneras habituales con las que vemos y
pensamos las cosas es una forma de apagar el piloto automático. Los grandes
empresarios tienen la enorme cualidad de fijarse en qué hábitos están inmersos sus
empleados y funcionarios para motivarlos a salir de ellos. Algunas de las grandes
compañías necesitan fijarse en cuáles de estos hábitos, rutinas y costumbres les
impiden ser más eficientes, para comenzar a cambiarlos y desprenderse de ellos,
porque, de lo contrario, les puede suceder como a los cazadores de la siguiente
historia.

Los dos cazadores

Dos cazadores alquilaron un avión para ir a cazar a la región de los bosques. Dos
semanas más tarde, el piloto regresó para recogerlos y llevarlos de vuelta. Pero al
ver los animales que habían cazado, les dijo:

—¡Señores, este avión no puede cargar más que un búfalo. Tendrán que dejar aquí
el otro!

—¡Pero si el año pasado el piloto nos dejó llevar dos búfalos en un avión
exactamente igual a éste! —protestaron los cazadores. El piloto no sabía qué hacer,
pero acabó cediendo. —Está bien, si lo hicieron el año pasado, supongo que
también podremos hacerlo ahora...

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De modo que el avión despegó cargando con tres hombres y dos búfalos, pero no
pudo ganar altura y se estrelló contra una montaña cercana. Afortunadamente, el
accidente no fue tan grave; los hombres quedaron muy golpeados con el choque,
pero apenas levemente heridos. Los cazadores salieron a rastras, e inspeccionaran
en torno suyo.

Uno de ellos le preguntó al otro:


—¿Dónde crees que estamos?

Arrastrándose con esfuerzo, el otro llegó hasta un pequeño alto para mirar los
alrededores. Luego regresó, no sin menor esfuerzo, y le respondió a su compañero:

—Me parece que a unas dos millas a la izquierda de donde nos estrellamos el año
pasado...

Apagar el piloto automático es dejar de persistir en la misma forma de


contemplar un problema o hacer siempre lo mismo. No es lo mismo tener diez años
de experiencia en un trabajo o disciplina, que tener un año de experiencia repetido
diez veces: lo segundo es usualmente mucho más frecuente que lo primero. Una de
las muchas maneras que nuestro cerebro ha creado para hacerse la vida más fácil
es fijar una primera impresión de un problema, que por lo general identifica como
la correcta. De la misma forma en que sucede con las primeras impresiones que
tenemos sobre las personas, puede que las perspectivas iniciales sobre los
problemas y situaciones que enfrentamos diariamente sean estrechas y
superficiales. No vemos otra cosa que aquello que nos hemos acostumbrado a ver,
y estas primeras impresiones estereotipadas se agolpan y bloquean la imaginación.
Cuando esto sucede no suena alarma alguna, y por ello no sabemos lo que está
sucediendo.

Una vez tenemos una idea que pensamos que funciona, nos casamos con
esta solución de manera terca y automática. Se nos hace difícil tener ideas
alternativas al problema. Tendemos a una estrechez de ideas muy grande, pues la
experiencia nos dice que nos casemos con aquello que ya funcionó. Sin embargo,
apagar el piloto automático es trabajar de acuerdo con otras leyes que se parecen
muchísimo a las leyes de la evolución biológica. La naturaleza es
extraordinariamente productiva y crea infinitas posibilidades antes de seleccionar
una en especial. Piense por ejemplo en la manera como fuimos concebidos: hubo
primero una producción gigantesca de pequeños organismos llamados
espermatozoides, y uno de ellos fue elegido por el azar para fecundar al óvulo.
Todos los sistemas de reproducción biológica parten de no casarse, en un principio,
con una sola solución o posibilidad. Luego surge una serie de azares y de
selecciones que nos permite llegar a una única solución, en este caso a la
concepción de un solo ser. Apagar el piloto automático es un proceso análogo a la
evolución biológica: se requiere generar una gran diversidad de alternativas antes
de llegar a la concepción de una idea o solución exitosa.

Sume los siguientes números en la cabeza tan rápido como le sea posible.
No utilice lápiz ni papel. Simplemente léalos en voz alta y vaya sumando línea por
línea:
1.000
40
1.000
30
1.000
20
1.000
10

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Usualmente nuestro cerebro tiene problemas para procesar estos números
en esta disposición particular: muchos de nosotros obtenemos 5.000 como
respuesta, cuando la respuesta correcta es 4.100. Parece que incluso la estructura
de un sencillo problema aritmético puede confundir a nuestro cerebro y mostrarnos
lo fácil que es mantener prendido nuestro piloto automático.

¿Cuáles pueden ser las fórmulas para comenzar a desconectar nuestro piloto
automático? He aquí unas consideraciones específicas que puede comenzar a poner
en práctica.

Consejos para apagar el piloto automático

- Nunca se case con la primera respuesta o solución que se le aparezca ante


un problema cualquiera. Sospeche continuamente de las soluciones que se
le vengan a la cabeza antes de resolver un problema específico. Asuma
también el hábito de llegar por lo menos a diez alternativas diferentes para
formular un problema antes de buscar su solución. Mientras mayor sea el
número de alternativas diferentes, mayor será la probabilidad de llegar a
soluciones diferentes y satisfactorias.

- Desconfíe de los expertos. Muchas veces están tan seguros de sus verdades,
que el hecho de no cuestionarlas es una forma de mantener prendido el
piloto automático, a veces con terribles sorpresas y sin necesidad de que
haya pasado mucho tiempo. Para ilustrar este punto, evoquemos la historia
reciente y las frases que han dicho algunos de los expertos más importantes
del mundo: "Todo lo que pueda ser inventado ya ha sido inventado".
Charles Duell, director de la Oficina Norteamericana de Patentes, 1899.
"¿Quién diablos quiere oír hablar a los actores?". Harry Wamer, presidente
de Wamer Brothers, 1920. "El invento de las copias Xerox es absolutamente
inútil... El papel carbón es muy barato y disponemos de él en abundancia".
Técnicos de IBM y Kodak, 1938. "Creo que en el mundo existe mercado para
Un máximo de cinco computadores". Thomas Watson, presidente de IBM,
1943. "No hay absolutamente ninguna razón para que un individuo quiera
tener un computador en un sitio que no sea su oficina". Ken Oíson,
presidente de Digital Equipment, 1977. "640 k de memoria es más que
suficiente para cualquier individuo". Bill Gates, presidente de Microsoft,
1981. ¿Alguna pregunta? ¿Le ha sucedido alguna vez algo parecido?

- Sea un pensador activo. Un pensador activo se caracteriza por reordenar de


varias maneras la información acerca de un problema antes de llegar a una
solución. Tome la información sobre el problema específico y reordénela en
distintas formas. Cambie de lenguaje: si el problema es matemático, intente
darle una formulación gráfica; si es literario, intente imaginárselo a través
de cada uno de sus sentidos, para tener perspectivas diferentes. Pensar de
manera activa es hacer que la información me llegue de la manera que yo
quiero, y no de la manera que me la presentan.

- Imagínese a otras personas solucionando el problema. Adoptar un rol


diferente es una manera importante de evitar el pensamiento automático.
Una forma puede ser imaginar un problema pensando cómo sería resuelto
desde ciertos roles .que usted conoce: ¿qué pasaría si este problema lo
tuviese un niño de siete años?, ¿cómo lo vería un psicólogo, un antropólogo,
o un campesino que se dedica a arar la tierra? Es importante asumir roles
inocentes, una mirada distraída y diferente, intentando encontrar
perspectivas diferentes de las nuestras. Este tipo de cambio de roles es muy

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importante, sobre todo si somos expertos en el tema sobre el cual estamos
analizando el problema. Hace poco escuché de uno de mis clientes la
anécdota sobre la feliz aparición de una solución que vino, precisamente, de
consultar el problema con personas no expertas. La empresa de la que hablo
había lanzado recientemente una bebida con alto contenido de limón
natural. Los expertos se preocupaban por el poco alcance comercial que
podría tener, dado que el limón natural es una sustancia que se oxida
fácilmente, adoptando un sabor amargo y desagradable. Muchos de ellos se
reunían largas horas para intentar modificar la fórmula, con el objeto de que
la bebida no sufriera alteraciones una vez fuera ofrecida al público. Después
de continuas frustraciones y pocos resultados, los expertos en el tema
decidieron consultar con personas de otras áreas. Fue precisamente una
persona que pertenecía a un área por completo diferente la que hizo una
pregunta totalmente inocente y alejada del conocimiento preciso de los
expertos: —¿Y por qué se oxida el jugo de limón? —Pues por la luz... Todo el
mundo lo sabe —respondieron ellos, pensando al principio que se trataba de
la pregunta más obvia que 50 les hubiera podido hacer en la vida. —Y
entonces... ¿por qué no le cambian el envase? Estas dos "preguntas obvias"
cayeron como una ráfaga de luz sobre la mente de los expertos. Acogieron
la idea con entusiasmo y la convirtieron en la solución que les permite tener
hoy en día un producto muy exitoso en el mercado. El producto se vende
actualmente sin haber modificado su fórmula original. Es, prácticamente,
jugo natural de limón. Lo que sucede es que el envase está hecho con un
material especial que funciona como un lente protector contra la luz
oxidante de los rayos ultravioleta. Nuevamente, una mirada inocente sobre
el problema fue capaz de "apagar el piloto automático" de los
inteligentísimos expertos del grupo de investigaciones de la compañía.

Segundo secreto: Vivir en abundancia de ideas

No hay nada más peligroso que poner en práctica una idea cuando es la
única que se tiene. Uno de los grandes peligros del pensamiento al que estamos
habituados es que tenemos el mal hábito de elegir la primera idea que se nos
aparece para solucionar un problema. De esta forma, el pensamiento se vuelve
terriblemente práctico, perezoso y poco selectivo, básicamente porque no tiene de
dónde elegir. Para poder llegar a tener mejores ideas tenemos que acostumbrarnos
a generar muchas más ideas. Desde hace algunos años hemos venido utilizando
herramientas creativas en la compañía de la cual soy socio y dueño hace ya algún
tiempo. Uno de los hábitos que hemos podido sembrar de manera realmente
satisfactoria ha sido el de tener cada día más ideas. En nuestra empresa de
servicios de consultoría y desarrollo de las organizaciones, en donde la tecnología y
la implementación de nuevas herramientas ocurren casi a diario, es necesario ir
mucho más rápido que los posibles imitadores. Y el aumento en la producción de
ideas para el diseño de nuevos programas ha sido crucial como factor de éxito. Al
principio, las acciones encaminadas a tener más ideas pueden parecer ridículas o
inútiles, por cuanto el aumento en la producción de ideas origina, por lógica
matemática, un aumento del número de ideas malas. Sin embargo, con el tiempo,
los grupos de trabajo que utilizan herramientas para aumentar su producción de
ideas se tornan selectivos y comienzan a lanzar no sólo más, sino también mejores
ideas.

En las teorías modernas de la creatividad, la habilidad que una persona o


grupo pueden desarrollar para lanzar más ideas se denomina Fluidez. La fluidez se
define no sólo como una capacidad, sino también como una actitud. Las personas
fluidas no sólo son capaces de lanzar más ideas, sino que además no se sienten
satisfechas si no tienen muchas ideas antes de ponerlas en práctica. Este hecho

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coincide con algunas definiciones tradicionales de la creatividad, que la relacionan
con algo contrario a la conformidad. La persona creativa por lo general es una
persona inconforme con el statu quo, no se contenta con lo que ya existe.

Fue el psicólogo J. P. Guilford quien definió por primera vez la fluidez como
una característica propia de las personas creativas. La fluidez es definida como la
capacidad consciente que tiene una persona o grupo de suspender el juicio
momentáneamente, con el fin de poder desarrollar muchas ideas. Una de las
herramientas de fluidez más conocida en el mundo de hoy es el brainstorming o
"tormenta de ideas". Brainstorming es uno de esos términos que todo el mundo ha
escuchado en algún lugar, pero sin conocer realmente cómo se utiliza.

Brainstorming o " tormenta de ideas "

El brainstorming fue creado por Alex Osborn, teórico de la creatividad y


experto en solución creativa de problemas. En su libro Applied Imagination habla
sobre una técnica específica que permite a las personas lanzar una cantidad mucho
mayor de ideas por unidad de tiempo. La técnica del brainstorming puede, ser muy
útil cuando se quiere llegar a muchas ideas sobre un tema específico y se trabaja
de forma grupal.

Para lograr óptimos resultados utilizando esta técnica, recomiendo


conformar grupos de ocho a doce participantes. Cada grupo deberá elegir a dos
personas que serán llamadas los estimuladores de ideas. Las cuatro reglas para
trabajar esta técnica son:

1. Los estimuladores copian las ideas pero no las producen. Su única función,
aparte de anotar las ideas producidas, es preguntar constantemente al grupo:
—Muy bien, ¿qué más? La frase debe ser repetida una y otra vez, justo después de
que se produzca una idea. Es recomendable que los anotadores de ideas se
alternen al escribirlas; puede haber momentos en que la producción de ideas vaya
a velocidades demasiado rápidas para ser registradas por uno solo.

2. Una idea es una frase. Es decir, cada persona debería poder explicar su idea en
una frase. Si la idea tiene que ser explicada utilizando más de una frase, según esta
técnica, no está lista.

3. En el brainstorming no existe censura: todas las ideas valen. Se prohíbe prohibir


o censurar cualquier tipo de idea. En un principio, algunas personas del grupo
tenderán a rechazar algunas ideas por encontrarlas tontas, ridículas o pasadas de
tono. Es importante decirles a estas personas que absolutamente todas las ideas
son válidas cuando utilizamos esta técnica de producción de ideas.

4. Podemos "montarnos" en las ideas de los demás. Es decir, es posible utilizar las
ideas de los otros como fuente de nuevas ideas. Por ejemplo, si estamos lanzando
ideas en tomo al tema "qué pasaría si todo el mundo se quedara ciego", alguien
podría decir: "La gente se tocaría mucho más". Otra persona, "montándose" en la
idea anterior, podría decir: "Entonces, al despedimos ya no diríamos 'nos vemos',
sino más bien 'nos tocamos'. De esta manera, una idea ha servido como chispa
estimulante de la siguiente. Una persona se "monta" en la idea de otra para poder
producir la suya propia.

El brainstorming debe ser utilizado en períodos cortos de tiempo. Es una


técnica que requiere toda la atención y presencia de los participantes, y por ser una
herramienta en la que estamos usando otro tipo de pensamiento, diferente al
habitual, podemos cansarnos si la utilizamos durante períodos muy largos.
Recomiendo comenzar con rondas breves de seis minutos, por ejemplo. Luego los

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grupos pueden lanzar ideas en rondas más largas, hasta llegar a sesiones de veinte
o treinta minutos como máximo. Es importante que los grupos tengan un breve
descanso si las rondas tienen duraciones largas. (Muchas de las herramientas
creativas que aparecen en este libro son muy intensas, pues utilizamos otros tipos
de pensamiento y energías. Es por esto que recomiendo practicarlas en rondas
breves, y comenzar a ganar destreza poco a poco. Recuerde que muchas veces
estará utilizando tipos de pensamiento a los que no está acostumbrado.)

A continuación presento, como ejemplo, un listado de las ideas que salieron


de un breve brainstorming grupal:

Tema inicial: ¿En qué se parecen una nevera y un perro ?


Cuota: 25 ideas

- Ambos tienen una boca grande


- Los dos son calienticos por debajo
- La dueña los visita apenas entra a su casa
- Pueden tener los mismos colores
- Pueden ser blancos
- Pueden ser negros
- Pueden ser de color clarito
- Pueden ser de color oscuro
- Tienen cola larga
- Si no se lavan, despiden olores desagradables
- Se pueden llenar de alimentos
- Tienen cuatro patas
- Son buena compañía en momentos de depresión
- A veces sueltan líquidos
- Los compran bastante los recién casados
- "Nevera" y "perro" son palabras graves
- Por lo general compramos sólo uno
- Vienen en varios tamaños
- Pueden ser grandes
- Pueden ser pequeños
- Pueden ser altos
- Pueden ser bajitos
- Les gusta estar en la cocina de la casa
- Si se descomponen, es mejor no echarles comida
- Ninguno de los dos habla

Este listado fue hecho por un grupo de ocho personas de una empresa,
utilizando las reglas del brainstorming. El tiempo de producción de estas 25 ideas
fue de tres minutos. Cuando un grupo comienza a practicar esta técnica de manera
corriente, es muy usual que los números de ideas se disparen rápidamente, hasta
lograr cuotas altas en poco tiempo.

Cuando uno trabaja con el brainstorming, y quiere llegar a ideas


verdaderamente originales, es necesario producir grandes números de ideas.
Recomiendo poner una cuota (un número definido de ideas que se planea alcanzar)
antes de iniciar un brainstorming. Una cuota realista y satisfactoria para llegar a
conseguir resultados valiosos puede ser de trescientas ideas, por ejemplo. Este
número de ideas, con algo de entrenamiento, puede ser producido en menos de
veinte minutos. Al producir trescientas ideas es muy posible que algunas (más o
menos un número de cinco a diez) sean interesantes, distintas y originales.

Es necesario anotar que las técnicas de fluidez parten de una premisa muy
importante: la cantidad genera calidad. Esto quiere decir que es normal que

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muchas de las ideas que vamos a dar son ideas "malas". Con entrenamiento, sin
embargo, los grupos que manejan fluidez comienzan a volverse no sólo fluidos, sino
también flexibles. La flexibilidad se define corno la capacidad de cambiar de
categoría, para dar ideas de muchas categorías diferentes. En el ejemplo de las
semejanzas entre una nevera y un perro, hubo momentos en que una serie de
ideas pertenecía a una misma categoría (los colores y los tamaños, por ejemplo).
Se dice que estas ideas son fluidas, pero no son flexibles.

Brainstorming inverso

Una forma de llegar a muchas ideas en poco tiempo es hacer un listado de


ideas para aumentar un problema, en vez de resolverlo. Este fenómeno se basa en
el hecho de que a las personas les queda muy fácil hablar de forma negativa. Un
ejemplo de brainstorming inverso es el siguiente ejercicio.

Elabore un listado de ideas en torno a los siguientes temas:

• ¿Qué podemos hacer para aumentar la inseguridad en el país?

• ¿Cómo podemos aumentar los problemas de tráfico en las carreteras?

Se sorprenderá al advertir que en estos casos es mucho más fácil producir


ideas. Una forma de aprovechar las ideas de un brainstorming inverso es darles la
vuelta y ponerlas en sentido positivo, para que sean ideas realmente útiles. Con
algunos clientes míos he utilizado este sistema como una forma de mostrarles la
gran carga negativa que manejan en su visión sobre el negocio. También me gusta
utilizarlo con estudiantes universitarios, pues me permite mostrarles la posibilidad
que tenemos de darle vuelta a los problemas para llegar a soluciones nuevas,
diferentes y originales.

Ejercicios para vivir en abundancia de Ideas

Los siguientes ejercicios sirven para que usted se ejercite en la destreza de


aumentar su producción de ideas. Puede practicarlos de manera individual o con un
grupo de trabajo, utilizando las reglas del brainstorming.

1. Haga un listado sobre las ideas que se le ocurran en torno a las siguientes
hipótesis:
- ¿Qué pasaría si todo el mundo tuviera cuatro brazos?
- ¿Qué pasaría si todo el mundo fuera ciego?

2. Encuentre semejanzas entre las dos categorías siguientes:


- Una mosca y un árbol
- La vida y una nube

3. Elabore un listado de ideas que sirvan para resolver los siguientes problemas:
- ¿Qué puede hacer para disminuir el tráfico del centro de su ciudad?
- ¿Qué podría hacer para tener una audiencia con el presidente?

4. Elabore de manera individual listados de respuestas a las siguientes preguntas.


Intente llegar a una cuota de por lo menos cincuenta ¡deas:
- ¿Qué puede hacer para que sus aficiones se vuelvan rentables?
- ¿Qué puede hacer para ganar dinero haciendo lo que le gusta?

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Tercer secreto: Eliminar supuestos y reglas inexistentes

Los supuestos son reglas implícitas que cumplimos y seguimos sin advertir
que lo estamos haciendo. Son algo así como rieles que encarrilan la trayectoria de
lo que hacemos sin que nos demos cuenta de que existen. El arte de eliminar los
supuestos o reglas implícitas que nos limitan es una de las formas más eficaces
para despertar nuestras posibilidades creativas. Las reglas tienen un propósito útil.
Deberíamos respetarlas cuando es moral y prudente hacerlo. Sin embargo, muchas
de ellas deben cambiar o desaparecer con el tiempo, y muchas veces las
continuamos siguiendo sin darnos cuenta siquiera de que son innecesarias. Hay
ocasiones en que algunas reglas muy queridas deben comenzar a cuestionarse,
incluso a romperse.

La banca de madera

En la mitad de una plaza, situada justo en el centro de una ciudad


centroeuropea, existía una hermosa banca de madera antigua, adornada con finos
tallados y largas patas, que terminaban en curva. Esta banca era custodiada día y
noche por dos miembros de la guardia real del aquél país. Cada cierto tiempo
sonaba una campana y se ejecutaba, deforma precisa y perfecta, el cambio de
guardia que permitía seguir cuidando celosamente la hermosa banca en el centro
de la plaza. Un día, cierto historiador decidió preguntar a los flemáticos guardias
por la razón de tan celosa vigilancia. Ellos le contestaron, algo apenados, que no
conocían la respuesta. El historiador decidió estudiar archivos y documentos,
durante varios meses, hasta que finalmente halló el origen del curioso hecho. La
vigilancia había comenzado casualmente hacía mucho tiempo, casi cerca de medio
siglo, con el simple fin de reemplazar momentáneamente un aviso que se había
roto y estaba siendo arreglado en los talleres de palacio. El aviso que se había
colocado justo al lado de la banca decía, en letras grandes y visibles: “Cuidado:
pintura fresca”. Este cuento no es tan irreal como pareciera a simple vista: muchas
tradiciones han permanecido durante tanto tiempo, que las tratamos como hechos
inamovibles, y son tan inútiles como la vigilancia de esta antigua banca. Esto
mismo sucede incluso con nuestras rutinas diarias y actividades cotidianas:
¿cuántas de las limitaciones que usted cree tener no son más que simples
supuestos ¿Cuántas de ellas son tan viejas que usted no se había dado cuenta de
que las estaba siguiendo a ciegas? ¿Cuántas de sus rutinas y hábitos sigue usted a
diario sin siquiera cuestionarlos?

Examine brevemente la siguiente ecuación:

CINCO POR CUATRO VEINTE, MÁS DOS, IGUAL A VEINTITRÉS

A primera vista, este resultado es incorrecto. Sin embargo, la ecuación es


correcta si la leemos de una manera diferente de la que suponemos. Fíjese en que
usted puede leer esta ecuación de la siguiente manera:

5 x 4,20 + 2 = 23

Se habrá dado cuenta, en este preciso momento, de que ser creativos es


comenzar a preguntarnos por los supuestos en los que estamos inmersos de
manera casi inconsciente. Los grandes genios de la creatividad lo hacen, tanto
respecto a sus propios supuestos como a los de sus colegas. Cuando Picasso pintó
Las damas de Avignon, rompió con el supuesto de que los retratos tenían que ser
dibujados en tres dimensiones únicamente. Este supuesto era una especie de riel
sobre el que estaban encarrilados los pintores desde la época del Renacimiento.

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Contemplando este bello cuadro de Picasso, advertimos que existen en él múltiples
perspectivas: es una pintura diseñada para ser vista en cinco, seis y siete
dimensiones distintas, según el sitio desde el cual la estemos contemplando. Los
supuestos son como afirmaciones que se magnifican con el tiempo y que
disminuyen nuestras posibilidades de pensar de manera diferente. El filósofo
Federico Nietzsche dijo alguna vez: "Las verdades son ilusiones que uno olvida que
son ilusiones".

¿Cuánto dinero necesita usted en su vida diaria para poder vivir a gusto y
sentirse bien? Uno de los problemas de la sociedad de consumo actual es que nos
va sumergiendo poco a poco en el supuesto de que necesitamos mucho dinero para
poder vivir. Comenzar a observar la manera como viven otras culturas es una
forma de darnos cuenta de los inmensos supuestos en los que muchas veces
estamos sumidos y que nos complican la vida en lugar de simplificarla. Existen
afirmaciones que parecen verdades absolutas, pero que sólo necesitamos cambiar
de contexto para que se derrumben como castillos de naipes. "Los objetos mucho
más grandes que uno son demasiado pesados para cargarlos". Esta verdad a simple
vista parece inamovible; pero es totalmente falsa si observamos cómo trabaja una
colonia de hormigas: estos insectos pueden cargar, hojas y palitos que superan dos
o tres veces su propio tamaño. Muchas veces los supuestos son verdades parciales
que dependen de un contexto especial, pero suponemos que son algo
incuestionable.

Muchos de los grandes supuestos se han eliminado para llegar a soluciones


increíbles en múltiples campos de la ciencia, el arte, la industria y la ingeniería.
Observe la siguiente afirmación: "La ciudad de Bogotá nunca podrá solucionar sus
problemas de transporte, por la sencilla razón de que es imposible construir un
metro de manera eficiente". Éste es un supuesto del cual hoy en día podemos
reírnos. Eliminarlo permitió pensar que la solución no estaba en atacar el problema
de manera global, sino simplemente enfocarse en la parte correspondiente al
transporte público, y de esta manera apareció la tecnología de Transmilenio: buses
gigantescos que solucionan de manera tan eficiente una parte del problema, que
hacen que el problema global disminuya en un altísimo porcentaje. Hoy en día, el
hecho de haber eliminado este supuesto nos permite exportar una solución ciento
por ciento colombiana, que deja abordar exitosamente el problema del transporte y
el tráfico excesivo de las grandes ciudades.

Los supuestos que no se eliminan generan costos altísimos para las


empresas y sus trabajadores. Hasta hace poco, se creía que existían, dos supuestos
a primera vista inamovibles en la industria de las aerolíneas. El primero de ellos era
que todas las aerolíneas debían tener primera clase. El segundo, que todos los
pasajeros debían tener una silla asignada antes de subirse en un avión. Aunque
usted no lo crea, dos de las aerolíneas más exitosas del mundo lograron eliminar
estos dos supuestos: la empresa inglesa Virgin eliminó la primera clase y con los
ingresos ahorrados debido a esta iniciativa transfirió algunos costos importantes
que le permitieron mejorar sustancialmente la comodidad de sus pasajeros de clase
turista. El resultado: la empresa perdió una pequeña porción de un viejo mercado,
pero ganó un inmenso flujo de pasajeros, que se sentían clientes preferenciales.

La compañía Southwestern Airlines hizo algo parecido: hoy en día, si usted


viaja con esta aerolínea y le gusta alguna silla en especial, debe subir temprano al
avión, pues no existe asignación previa de sillas. El resultado: la compañía ha
ganado muchísima eficiencia en la atención al público, al evitar la pérdida de
tiempo en que se incurría por registrar electrónicamente la asignación de sillas. La
burocracia de nuestros países no es más que la sumatoria de una cantidad de
supuestos innecesarios. Eliminar supuestos implica comenzar por revisar cuáles son

11
las reglas esenciales de su negocio, de su empresa, o de sus propias rutinas de
vida.

"¿Y quién dijo que...?"

"¿Y quién dijo que...?" es la frase que resume el arte de eliminar los
supuestos en los que continuamente nos vemos inmersos. Examine su rutina de
trabajo en un día normal. Haga un listado de todas las acciones que realiza. Luego,
anteponga a cada una de las acciones la frase "¿y quién dijo que...?"

- ¿Y quién dijo que... tengo que tomar una ducha por la mañana y no por la
noche, para poder dormir un poco más?

- ¿y quién dijo que... debo andar en auto todos los días para ir al trabajo?

- ¿T quién dijo que... debo llenar todos los papeles que supuestamente debo
llenar para poder utilizar éste o aquel otro material de mi oficina?

- ¿y quién dijo que... no puedo tomar una ruta distinta hacia el trabajo, o
examinar si la ruta que utilizo es la más eficiente?

Recomiendo hacer una lista de por lo menos veinte supuestos o reglas


implícitas. Puede hacerlo con su grupo de trabajo, con su familia, incluso con su
pareja. Este ejercicio le mostrará que muchas de las reglas que dominan nuestras
actividades diarias pueden ser eliminadas o modificadas para nuestro beneficio o el
de nuestras personas más cercanas. Eliminar supuestos no significa no tener
reglas. Significa, más bien, llegar a darnos cuenta de cuáles son las reglas reales
que rigen nuestra vida y nuestra forma de actuar. Al final se dará cuenta de que las
reglas reales pueden ser muy pocas y que podemos ganar grados de libertad para
llegar a movernos de manera más sencilla por la vida.

¿Le gusta pintar?


Entonces elimine todos los supuestos en torno a lo que existe en el medio e
inicie una nueva forma de utilizar los materiales, por ejemplo. No piense en lo que
están haciendo o suelen hacer los consumidores de arte. Piense en lo que no están
haciendo y les gustaría hacer. Juegue con las posibilidades que no existen, en vez
de modificar levemente las que existen. ¿En qué sitios nadie ha pintado nada?
¿Quién dijo que no se puede, por ejemplo, pintar sobre cuerpos de personas en vez
de utilizar un lienzo, un papel o una pieza de tela? Haber roto este supuesto implicó
la puesta en marcha de una de las exposiciones más exitosas en los últimos veinte
años en Latinoamérica: Cuerpos pintados reunió en Bogotá a muchos miles de
visitantes de todos los países, que se sentían atraídos por ver los cuerpos pintados
de las modelos, llenas de colores vivos y preciosos, como cuadros vivientes.

¿Le gusta el teatro?


¿Por qué no hacer una obra de teatro interactiva, en la cual el espectador
sea el actor principal? La obra de teatro El hilo de Ariadna es la obra colombiana
que más espectadores europeos han visto en la historia del país. Su director y
creador, Enrique Vargas, quien ahora vive en Europa presentando ésta y otras
obras nuevas, diseñó durante varios años un laberinto sensorial en el cual los
espectadores entran separadamente y cada uno protagoniza su encuentro con
Teseo y el Minotauro, viviendo de manera intensa e inolvidable el argumento de
este hermoso mito griego. Nuevamente, este dramaturgo colombiano rompió con
un supuesto fuerte: que el teatro tenía que ser visto por el público desde una
butaca.

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¿Le gusta escribir?
El escritor argentino Julio Cortázar tuvo la osadía de escribir una novela en
forma de rompecabezas que hoy en día se puede considerar como un clásico de la
literatura. La novela rompió con el supuesto de que los libros deben comenzar
siendo leídos por la primera página y terminar en la última. Rayuela, la novela más
exitosa de Cortázar, puede leerse de dos formas: en el orden de siempre, o en un
orden enigmático y lleno de sorpresas que el autor diseñó y que, para muchos, es
el modo en que se debe leer esta obra maestra. Esta novela es hoy por hoy uno de
los libros de culto de muchos jóvenes latinoamericanos, y Julio Cortázar logró ser
uno de los escritores más libres de la historia al ser capaz de romper con un gran
supuesto.

Los seres humanos tenemos dos caras, nos movernos entre la libertad y la
estabilidad. Cuando nos casamos, compramos una casa o firmamos un contrato a
término indefinido con una gran empresa multinacional que nos garantiza un
aumento cada dos años, estamos apostando a una mayor estabilidad. Sin embargo,
el ser humano no sólo aprecia su faceta estable y cómoda. Existen momentos en
que exigimos novedad y diferencia en nuestras rutinas diarias; momentos en que
deseamos, como lo hacían los chamanes y los hombres primitivos, creer en las
fuerzas de lo desconocido y de lo que no existe. La creatividad es el arte de
aumentar los grados de libertad de nuestra vida, y para ello el hecho de eliminar
supuestos es una herramienta útil y eficaz.

Cuarto secreto: Diseñar combinaciones inusuales

El genial pedagogo y escritor italiano Gianni Rodari decía que una de las
grandes fuentes de la creatividad es la combinación inusual de palabras. "¿Qué
pasa si unimos, por ejemplo, las palabras 'caperucita roja' con la palabra
helicóptero'?", preguntaba Rodari en sus clases y sesiones de literatura para niños
pequeños. Los resultados eran absurdos y sumamente divertidos, cuenta Rodari en
su libro Gramática de la fantasía. El ejercicio se trata de generar historias de amor
entre palabras a primera vista irreconciliables.

Imagine que usted se va a acampar un buen día de verano: lleva una carpa,
una brújula, un reloj, papel higiénico, unos chocolates de leche, una botella de
agua, un saco de dormir, una linterna, un par de botas, una caja de fósforos y unos
binóculos. Cuando se queda dormido en medio de la noche, los objetos comienzan
a socializar, enamorándose los unos de los otros. Cómo se imagina las historias de
amor que pueden comenzar a ocurrir esa noche entre:

- La brújula y el papel higiénico


- El saco de dormir y la linterna
- Los chocolates y la caja de fósforos
- Los binóculos y la botella de agua
- La carpa y el reloj

Intente desarrollar una breve historia de amor con cualquiera de estos


binomios. Escriba el encuentro inicial entre ellos, cómo ocurre el flechazo, si es un
amor posible o imposible. Elabore dos o tres párrafos solo o con un par de personas
más. Se dará cuenta de que la historia resultante es por lo general divertida y
ridícula, pero sobre todo sorprendente e inesperada.

Combinar mundos remotos es una de las formas más eficaces para ser más
creativo. Al desarrollar ejercicios de combinatoria estamos utilizando un tipo de
pensamiento muy especial llamado pensamiento analógico. Está demostrado que el
hecho de hacer asociaciones remotas es un ejercicio de gimnasia muy saludable

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para nuestro cerebro, pues genera conexiones cerebrales o sinopsis por caminos
nuevos y distintos. Muchas veces, los mejores productos de la creatividad parten
precisamente de ejercicios combinatorios.

En 1448 Johannes Gutenberg combinó los mecanismos para prensar el vino


y para agujerear monedas y llegó al principio de funcionamiento de un invento que
cambiaría el rumbo de la humanidad: la imprenta. Leonardo da Vinci forzó la
relación entre el sonido de una campana y una piedra que golpea el agua. Esto le
permitió descubrir que el sonido viaja en ondas. Gregor Mendel combinó las
matemáticas con la biología para desarrollar los principios de la genética moderna.
El artista Paúl Cezanne combinó las modernas investigaciones sobre la teoría de
la luz con sus conocimientos sobre el color y la pintura, para llegar a productos
artísticos de inobjetable calidad.

Algunos psicólogos cognitivos consideran que el genio es el resultado de una


dedicación apasionada a la integración de perspectivas sobre un mismo problema.
Charles Darwin combinó dos palabras difíciles de combinar: "selección" y "natural".
¿Es posible que la naturaleza tenga la posibilidad de seleccionar, de la misma
manera en que lo haría un ser humano dotado de inteligencia? El hecho de haber
acuñado estos dos términos brindó a Darwin las pautas para llegar a los principios
de su teoría sobre el origen de las especies. El psicólogo Daniel Goleman unió dos
términos contrarios para desarrollar uno de los conceptos modernos más
divulgados sobre el comportamiento de las personas en el mundo de las
organizaciones: "inteligencia emocional". Unir mundos remotos es un secreto muy
útil para llegar a cosas absolutamente nuevas. ¿Qué sucede si unimos, por ejemplo,
"murciélago" y "trompeta"? De golpe, nos puede venir a la cabeza la idea de una
especie de trompeta cuyo sonido se estrella contra las paredes, como lo hace el
sonido del radar de los murciélagos. Imaginemos que cuando este sonido rebota en
las paredes del auditorio, se producen otros sonidos completamente diferentes del
original. Así, por ejemplo, tendríamos un instrumento musical que produciría una
multiplicidad de sonidos diferentes. Hagamos algunos ejercicios que nos permitan
adquirir la costumbre de establecer combinaciones inusuales de palabras para
llegar a ideas novedosas:

Tome una palabra de la primera columna y combínela de manera aleatoria


con una de la segunda columna. Invente algo similar a lo de arriba, con lo primero
que se le venga a la cabeza cuando asocie las dos palabras:

abeja semilla
destornillador girasol
brújula ciempiés
taza racimo
lámpara raíz
botella espina de pescado

Si desarrolla juiciosamente este tipo de ejercicios de combinatoria, con el


tiempo usted comenzará a darse cuenta de que todo es susceptible de ser
relacionado. Las más modernas teorías sobre la biodiversidad, la ecología e incluso
los fundamentos de la medicina china tradicional están basados en combinar
aquello que a simple vista parece incompatible. Otra forma muy útil de aprovechar
las posibilidades del arte de la combinatoria consiste en unir profesiones u oficios a
simple vista irreconciliables. Los artistas del Renacimiento eran, al mismo tiempo,
pintores, científicos, matemáticos e inventores. En la actualidad hemos perdido la
habilidad de mezclar diferentes talentos, cosa que era muy normal para los
pintores, escultores, músicos e inventores de esta época. Cuando hoy en día
alguien sobresale en varias áreas diferentes y luego es capaz de combinarlas, es

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posible que sea muy exitoso. Por medio de la integración de perspectivas diferentes
se revelan ideas y proyectos que por lo general a nadie se le habrían ocurrido.

La empresa a la cual le dedico hoy la mayor parte de mi tiempo trabaja


actualmente como consultora en desarrollo organizacional. Nuestros clientes son
compañías multinacionales de varios países latinoamericanos. Uno de nuestros
objetivos de largo plazo es lograr una combinación óptima de talentos y
perspectivas muy distintos entre sí. Contamos con profesionales en carreras muy
dispares: administradores, arquitectos y diseñadores, filósofos y antropólogos,
deportistas extremos e incluso una bailarina profesional Esto nos permite combinar
herramientas y saberes que a simple vista sonaría extraño relacionar, pero es un
factor que se ha convertido precisamente en una de nuestras grandes ventajas
competitivas: contratamos talento en varios campos con el fin de desarrollar
soluciones integrales para nuestros clientes.

Esta apertura ha propiciado el desarrollo de sesiones de creatividad


mezcladas con visiones de futuro, donde os facilitadores son, al mismo tiempo, un
economista, un antropólogo y un filósofo; o talleres para desarrollar un más alto
rendimiento con equipos de presidencia de compañías multinacionales, con la
presencia de varios expertos en el manejo de herramientas de aventura, educación
experiencial y comunicación organizacional. Con el apoyo de nuestra bailarina
profesional hemos dado cursos sobre manejo corporal y control del estrés, y
sesiones para desarrollar presentaciones eficaces con altos ejecutivos de algunas
compañías. El arte de la combinatoria nos ha permitido convocar un equipo
sorprendente, basado en la combinación de talentos diferentes pero unidos.

Ejercicio: Volviendo al ideal renacentista

En dos columnas desarrolle una lista de sus principales fortalezas y


conocimientos específicos, que le permitan, en conjunto, lograr mayor originalidad.
Advierta que las combinaciones que encuentra por lo general no existen en el
mercado:

Ejemplo:

Afición a leer Conocimientos culinarios

¿Cómo puede combinar estos talentos para llegar a productos y servicios


nuevos en el mercado? ¿Qué se le ocurre, por ejemplo, que puede hacer con su
afición a leer y sus grandes conocimientos culinarios? ¿Escribir un libro de cocina?
¿Desarrollar un negocio de una librería para cocineros gourmet? ¿Escribir un libro
sobre las recetas que más disfrutaron nuestros grandes escritores? ¿Qué tal, por
ejemplo, un libro llamado El libro de recetas de Edgar Alien Poe? ¿O un libro sobre
los restaurantes que frecuentaba Borges en la ciudad de Buenos Aires? ¿Por qué no
hacer una investigación sobre el papel de la cocina en las novelas francesas?

La novelista Laura Esquivel, autora del libro Como agua para chocolate, es
un buen ejemplo de alguien que combinó de manera sorprendente estas dos
aficiones. Hoy en día esta autora mexicana se ha convertido en una novelista de
renombre, precisamente porque supo llegar a su propio ideal renacentista:
combinar sus talentos para llegar a desarrollar una idea literaria, local y universal al
mismo tiempo, que la llevó a los primeros lugares de ventas: la relación entre el
amor, la pasión y la gastronomía.

Pero combinar categorías a simple vista irreconciliables también ha dado


origen a disciplinas relacionadas con el diseño de nuevos productos y estrategias en

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las empresas. Estas herramientas de creatividad se conocen como ejercicios
basados en analogías. Supongamos que tenemos un negocio basado en la venta de
agua embotellada. Tenemos algunas fuentes de agua natural que embotellamos
para vender al público. Aunque el negocio viene funcionando bien, sabemos que la
competencia está pisando fuerte, por lo que tenemos que pensar cómo encontrar
nuevas formas de vender nuestro producto. Utilizando una herramienta basada en
el arte de la combinatoria, podemos llegar a generar una gran cantidad de ideas
sorprendentes. Pero la condición es que las ¡deas deben ser tomadas de un campo
totalmente diferente al nuestro, para llegar a producir combinaciones fascinantes.
La parte más difícil de este ejercicio consiste en elegir de manera certera el campo
o mundo diferente al nuestro, del cual queremos extractar posibles ideas. A este
campo o mundo diferente lo llamaremos mundo remoto.

Explorando mundos remotos

Para poder comenzar a usar esta herramienta basada en el pensamiento


analógico, lo primero es seleccionar un mundo remoto. Por ejemplo, para nuestro
negocio de venta de agua embotellada, vamos a elegir como mundo remoto el de
los automóviles. Éste va a ser el campo de conocimiento que nos permitirá llegar a
nuevas ideas aplicables a nuestro negocio del agua.

Una vez elegido el mundo remoto, debemos hacer una lista de


características o atributos diferenciales de tal mundo. ¿Qué cosas hacen que un
auto sea un auto y no un tren o un avión? Los atributos o características
diferenciales son aquéllos que le dan personalidad al mundo remoto elegido.
Pongamos dos ejemplos de atributos diferenciales :

- Tiene ventanas para mirar afuera


- llene cuatro ruedas

Es posible que también un tren o un avión cumplan con el primer atributo.


En cambio podemos decir que el segundo, "tiene cuatro ruedas", es bastante
exclusivo del mundo de los automóviles. Vamos a completar un listado exhaustivo
de los atributos diferenciales de nuestro mundo remoto: los automóviles.

- Tienen espejo retrovisor


- Tienen neumático de repuesto
- Tienen dos o cuatro puertas
- Se segmentan por lujos
- Lo compro porque me gusta el color
- Tienen cuatro ruedas
- Tienen equipo de seguridad
- Necesito licencia de conducción
- Tienen cinturón de seguridad
- Llegan más fácil a todos lados
- Hay unos para el campo y otros para la ciudad
- Tienen tracción trasera
- Algunos tienen cuatro por cuatro
- Se parquean en sitios pequeños
- A algunas personas se les dificulta parquearlos
- Pueden tener sistema de dirección hidráulica
- Son de tamaño adecuado para una familia
- Tienen cuatro velocidades
- Tienen GPS para encontrarlos más fácil
- Pueden tener motor adelante y baúl atrás
- Tienen alarma

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Una vez definirnos las características del mundo remoto, regresamos al
mundo del cual partimos y construimos preguntas de la siguiente manera:

¿Cómo sería (vender agua) con espejo retrovisor?


Podría ser una botella de agua que refleje mi imagen y diga algo así como:
"El agua que cuida tu imagen". Podría ser una botella de agua con datos históricos:
las fuentes naturales de agua más importantes hace cincuenta años, y también las
actuales; o una campaña que nos invite a cuidar las fuentes de agua, dado que el
proceso de contaminación del agua muchas veces es irreversible. Intente
interpretar otras combinaciones:

¿Cómo sería (vender agua) con neumático de repuesto?


¿Cómo sería (vender agua) segmentada por lujos?
¿Cómo seria (vender agua) con alarma?
¿Cómo sería (vender agua) con tracción trasera?
¿Cómo sería (vender agua) con sistema de dirección hidráulica?

Se dará cuenta de que las ideas producto de estas combinaciones tan


remotas muchas veces son absolutamente sorprendentes. A menudo utilizo esta
herramienta con comentarios muy positivos de mis clientes, pues aunque parece un
ejercicio muy sencillo, da origen a ideas totalmente nuevas, originales y fuera de lo
convencional.

Una de las mayores dificultades para utilizar esta herramienta de


pensamiento analógico consiste en saber cuáles son los criterios adecuados para
elegir mundos remotos que generen asociaciones interesentes y fértiles, con el fin
de llegar a nuevas ideas en torno a mi negocio. Los siguientes son algunos de los
criterios útiles para llegar a mundos remotos adecuados:

1. El mundo remoto debe ser un mundo conocido y sobre el cual haya un cierto
dominio en el grupo de participantes en el ejercicio. No vale la pena tomar como
mundo remoto, por ejemplo, la molécula del benceno o los primates del viejo
mundo, pues la cantidad de características diferenciales sería bastante breve
debido al limitado conocimiento sobre la categoría.

2. El mundo remoto debe ser suficientemente remoto, valga la redundancia. Si mi


negocio pertenece al mundo de los automóviles y yo utilizo como mundo remoto el
de los aviones, las ideas van a ser demasiado obvias y poco sorprendentes. La
verdadera gracia de este ejercicio es que las combinaciones que aparezcan en la
oración "cómo sería..." sean por lo general combinaciones inusuales que no
esperábamos enfrentar.

3. El mundo remoto debe generar asociaciones y relaciones interesantes y


abundantes. De nada sirve utilizar como mundo remoto un tornillo, pues es una
palabra con pocas asociaciones inconscientes. En cambio si utilizo, por ejemplo, el
mundo de los mapas antiguos, a primera vista va a parecer interesante, por las
múltiples relaciones que sugiere este par de vocablos.

Utilizando la naturaleza como fuente de ideas: la biónica

Observar el mundo de la naturaleza en busca de analogías ha dado origen a


una ciencia llamada bionica. Se trata de la ciencia que diseña toda clase de
inventos utilizando la naturaleza como inspiración. A finales de los años cuarenta,
un inventor suizo llamado George de Mestral se encontraba cazando cuando él y su
perro se toparon de manera accidental con un arbusto que los dejó cubiertos de
cardos. Cuando De Mestral intentó sacarlos descubrió que se le pegaban de tal
forma en la ropa que era casi imposible deshacerse de ellos. Una vez regresó a su

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casa, decidió estudiarlos minuciosamente con el microscopio y descubrió que cada
cardo tenía cientos de pequeñísimos anzuelos que se enganchaban fuertemente en
los hilos de su ropa. Asombrado con el descubrimiento, este inventor suizo
comenzó a establecer comparaciones y similitudes entre el mundo de los cardos
salvajes y el mundo de los cierres utilizados en las prendas de vestir. Pasaron
varios años de trabajo, hasta que De Mestral llegó a un resultado conocido por
todos nosotros hoy en día: los cierres velero, utilizados en multitud de artículos y
prendas de vestir. La lógica de los cierres velero —unos aros diminutos que
se enganchan en unos anzuelos pequeñísimos— está basada en la observación
minuciosa de los cardos salvajes.

La combinatoria en el arte

El secreto de combinar elementos de categorías y orígenes distantes ha sido


una de las fuentes creativas principales a lo largo de la historia del arte. A
principios del siglo XX, los escritores surrealistas utilizaron una técnica para
combinar palabras al azar, llamada "cadáver exquisito". Este nombre se deriva
precisamente de las dos primeras palabras que decidieron combinar al azar.
Leonardo da Vinci también escribió una breve guía, muy divertida y satírica,
llamada Cómo hacer que un animal imaginario parezca real. En ella aconsejaba a
los lectores:

Si deseáis por tanto que uno de vuestros animales imaginarias


parezca natural —supongamos que se trata de un dragón—, usad de
cabeza la de un mastín o perdiguero, para los ojos, los de un gato,
para las orejas, las de un puercoespín, para la nariz, la de un galgo,
con las cejas de un león, las sienes de un gallo viejo y el cuello de
una tortuga de agua.

Los dragones de Leonardo son una metáfora fantástica de sus recetas


constantes de combinación y conexión. Algunos ejercicios sencillos con los que
usted puede desarrollar brevísimos productos artísticos, utilizando el arte de la
combinatoria, son los siguientes.

Ejercicio: El centón latino

El centón latino fue uno de los juegos preferidos de los poetas romanos. Se
trata de una combinación de poemas basada en el "plagio" de las obras de varios
poetas. Para escribir su primer centón latino, lo primero que debe hacer es
conseguir una pequeña colección de libros de poemas de diferentes autores. Ezra
Pound, Antonio Machado, Fernando Pessoa, Jorge Luis Borges, Emily Dickinson,
Edgar Allan Poe, Federico García Lorca y César Vallejo son parte de los autores que
por lo general utilizo para desarrollar este ejercicio.

Reunida su pequeña colección de libros de poemas, póngalos de manera


desordenada en el centro de una mesa. Dele a cada participante una hoja de papel.
Simplemente hay que pasar las páginas, poner al azar el dedo Índice sobre un
verso cualquiera y transcribirlo, repitiendo la operación con cada libro hasta que
complete un número de diez versos.

Una vez tenga los diez versos escritos, recombínelos a su manera hasta que
les encuentre sentido. Se sorprenderá gratamente con esta recombinación, pues
por lo general a estas alturas el "nuevo poema" ya comienza a tomar forma y a
tener un sentido nuevo para usted. Después de recombinar los versos, puede
suprimir o añadir palabras. El número máximo de palabras que puede modificar es
cinco: quitar tres y agregar dos, por ejemplo. Una vez ha cumplido con los pasos

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anteriores, tiene el resultado de un antiguo ejercicio romano de recombinación: el
centón latino.

A continuación, un ejemplo de centón latino, con versos de Fernando


Pessoa, Emily Dickinson, Julio Salinas, Cesare Pavese, Ana Ajmatova y Luis
Cernuda, entre otros:

Vengo a este mundo para ver los mares

Las montañas, las flores, los dioses de este mundo


Tratando pues, con abandono asiduo,
De ver las cosas, que simplemente existen.
Bebiendo vino, bromeando cual ninguno,
Comienzo a darme cuenta, que soy vida y no soy nada.
Pienso con los ojos y con los oídos,
El cerebro no me sirve, es sólo un peso,
La vida es simple, lo dicen quienes viven;
Es gozo cenital, un mediodía.

Otra forma divertida de utilizar el centón latino es escribirlo para contestar a


una pregunta que usted haya tenido en mente por un tiempo determinado sin llegar
a una respuesta racional. Según la psicóloga junguiana Marie Louise Von Franz, la
intención de una pregunta puede ser respondida por lo que ella llama el fenómeno
de la sincronicidad. La sincronicidad es un concepto acuñado por el psicólogo suizo
Cari Gustav Jung, y se define como la combinación aleatoria y azarosa de una serie
de elementos que nos sirven para responder a una pregunta especial. Una de las
condiciones básicas para responder una pregunta a través de métodos basados en
la sincronicidad es tener una intención o propósito muy claros. El I Ching, o libro de
las mutaciones, uno de los libros más importantes en la tradición adivinatoria de la
cultura china, está basado en los efectos de combinación aleatoria para llegar a la
lectura de datos y mensajes claves en el destino de las personas.

Richard Wilheim, uno de los más importantes introductores del I Ching en la


cultura occidental, describe así el funcionamiento de este libro:

"el I Ching es un libro lleno de relaciones, conexiones y hechos


significativos, comparables con la red de un circuito eléctrico que
penetra en todas las cosas. Este circuito tiene la posibilidad de ser
conectado, pero no se conecta a menos que la persona que hace la
pregunta haya establecido contacto con una situación definitiva. Por lo
tanto, para poder consultar el I Ching, o libro de las mutaciones, el
lector debe primero conocer claramente su intención, preguntándose:
"¿Qué pregunta tengo realmente en mi mente y por qué la quiero
responder? ¿Qué es lo que realmente deseo preguntar?" A través de la
intención, nos contactamos con el inconsciente y le pedimos que nos
ayude a atravesar obstáculos que la conciencia nos pone para
responder a la pregunta que hacemos, debido a su enorme carga
lógica y racional. Cuando el que pregunta establece contacto con una
intención específica, formulada a través de una pregunta, la red y la
corriente eléctrica se estimulan y la situación nos ilumina, pues el
inconsciente nos transmite los mensajes esperados".

En su libro Sobre adivinación y sincronicidad, la doctora Marie Louise Von


Franz nos muestra que la mayoría de las artes adivinatorias están basadas en la
experiencia que adquieren algunas personas en utilizar, de manera casi natural,
todas las posibilidades del pensamiento analógico.

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Ejercicio: Bestiarios de silabas

Éste es otro breve ejercicio de literatura basado en el arte de la


combinatoria. Es divertido y sencillo; lo utilizo con frecuencia en talleres de
escritura creativa, sobre todo con niños y adolescentes. Permite despertar la
creatividad mediante la combinación aleatoria de las silabas de varios nombres.
Para desarrollar el ejercicio, divida a los participantes en grupos de cuatro
personas. Imagine, por ejemplo, que un grupo de cuatro participantes tiene los
siguientes nombres: Laura, Antonio, Carlos y Cristina.

Entrégueles tarjetas a los participantes para que escriban sus nombres en


mayúsculas, divididos por sílabas, una sílaba en cada tarjeta:

Laura: LAU-RA (2 tarjetas)


Antonio: AN-TO-NIO (3 tarjetas)
Carlos: CAR-LOS (2 tarjetas)
Cristina: CRIS-TI-NA (3 tarjetas)

Una vez llenas las tarjetas, pida a cada participante que elija una de las
sílabas de su nombre. Suponga que las sílabas elegidas son las siguientes: LAU-
NIO-CAR-TI. Y combínelas de la manera que más sonoridad produzca, por ejemplo:
CARTILAUNIO.

Una vez elegida la combinación preferida por el grupo, escriba la definición


del animal mitológico producido, hasta llegar a la creación de un pequeño "bestiario
silábico":

Cartilaunio

El cartilaunio era una especie de caballo con esqueleto cartilaginoso que


nadaba en los mares septentrionales hace muchos años. Se dice que el cartilaunio
bufaba con ruidos y lamentos exagerados, pues por razones desconocidas hasta
ahora, casi nunca encontraba una pareja de su misma especie: la gitana criatura
sufría un éxtasis temporal cuando se topaba un individuo del otro género, y dada
su extrema alegría moría modificando su color original —gris o sepia— por una
serie de colores vistosos y brillantes —naranjas con rayitas, o rosas y azules
aguamarinas casi fosforescentes—. La última pareja de cartilaunios multicolores
que se halló data del año de 1936, y el hallazgo se atribuye a Morten Olsen, buzo
profesional que arreglaba la hélice de un buque petrolero en las profundidades del
mar Báltico.

Según la sonoridad de cada una de las combinaciones silábicas, se pueden


llegar a sugerir otras categorías: un remedio afrodisíaco, un antiguo baile ritual
africano, una receta italiana, o lo que a usted se le ocurra. Este ejercicio es una
manera sencilla de mostrar a los participantes lo que significa, en esencia,
combinar partes conocidas para llegar a productos nuevos y desconocidos.

Ejercicio: Diccionario de zoología poética

En este juego combinatorio definimos un sustantivo abstracto utilizando un


concepto totalmente remoto: un animal. Observe las dos columnas de palabras. La
idea de este juego es muy sencilla: elija de manera aleatoria uno de los sustantivos
abstractos de la primera columna e intente definirlo en una breve frase utilizando

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como base un animal cualquiera de la segunda columna. Pero antes, un ejemplo:
suponga que tenemos que definir "nada" con ayuda de "tigre". Podríamos llegar a
cosas como ésta: "La nada es como un tigre con una sola raya transparente".
Analogías de este estilo fueron muy utilizadas por algunos poetas como Jorge Luis
Borges, o el español Ramón Gómez de la Serna en sus célebres Greguerías. Intente
las suyas:

tristeza serpiente
miedo tigre
memoria dragón
olvido salamandra
muerte caballo
nada ballena
recuerdo elefante
nostalgia halcón
ira oso
insomnio hormiga

Quinto secreto: Redefinir los problemas

Cuente las O que aparecen en el siguiente diagrama:

OXOOOOO
XXOOOOO
OOOOOOX
OXOOXOO
OOXXOOX
OOOXOOO
La manera habitual de resolver este problema sencillo es contar las O una
por una. Sin embargo, es mucho más fácil y rápido si usted redefine el problema de
la siguiente manera: lo primero es averiguar el número total de. X y de O que
aparecen en el diagrama. Para ello multiplicamos el número de filas por el número
de columnas, y obtenemos 42. Luego contamos el número de X que aparecen en el
diagrama, diez en total, y la diferencia nos arroja el número total de O: 32. Este
ejercicio refleja un hecho muy importante y la mayoría de las veces imperceptible:
redefinir un problema nos puede llevar a solucionarlo de manera mucho más fácil y
eficaz de lo que pensamos en un principio. Por lo general, uno debe tener un
problema que ofrezca múltiples posibilidades, que permita llegar a soluciones
imaginativas más allá de nuestras expectativas, originales. Muchas veces los
problemas en su versión original nos inhabilitan porque son demasiado grandes,
presentan demasiadas restricciones, o nos parece imposible resolver los a primera
vista. La redefinición es el arte de jugar con los problemas para encontrar múltiples
caras diferentes de ellos, y darnos cuenta de cuál es el verdadero problema que
podemos enfrentar de una manera cómoda, realista y eficaz.

De la misma manera en que las respuestas no son respuestas sin que haya
preguntas, las soluciones no serían soluciones si no existiesen los problemas.
Encontramos "buenas soluciones" porque tenemos "buenos problemas". Redefinir
es modificar nuestros problemas para darles múltiples versiones, sabiendo que

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cada vez que llegarnos a una nueva definición de un problema, implícitamente
estamos llegando a una nueva solución.

Las personas expertas en mercadeo de productos saben redefinir muy bien


sus problemas, para tener la posibilidad de jugar con diferentes versiones. El dueño
de un conocido almacén de muebles de diseño sabía que el problema "¿cómo
vender más muebles cada mes?" es demasiado complejo para ser atacado
directamente. Las "traducciones" que él hizo de este problema fueron las
siguientes:

Problema inicial:
¿Cómo vender más muebles cada mes?

Redefiniciones:
¿Cómo hacer que más clientes nuevos visiten mi almacén cada mes?
¿Cómo aumentar la frecuencia de visitas de cada uno de estos clientes?

Al cambiar la perspectiva del problema, el dueño del almacén llegó a


aumentar sus ventas en más del doscientos por ciento, porque se enfocó en
perspectivas más realistas y prácticas.

El presidente de McDonald's sabe hace mucho tiempo que su problema no


es: ¿Cómo vender más hamburguesas?

El problema de esta compañía multinacional tiene múltiples versiones que la


han convertido en uno de los negocios más grandes del mundo. Una de las
redefiniciones a las que ha llegado el negocio es la siguiente:

¿Cómo hacer que más niños entren a un McDonald's?

Tenga en cuenta que por cada niño que entra en un McDonald's, la mayoría
de las veces están entrando tres compradores potenciales: el niño, el padre y la
madre. Es por eso que en esta cadena de almacenes siempre encontramos
productos especiales para niños, y las instalaciones siempre tienen una zona de
juegos visible y completísima. Tal nueva forma de atacar un problema de ventas
globales ha sido una de las estrategias más exitosas de esta compañía. Mientras
que la competencia se ha preocupado por mejorar los componentes de las
hamburguesas, esta cadena se dio cuenta de que el problema era radicalmente
diferente.

Un problema se redefine de la siguiente forma:

1. Escriba su problema utilizando la siguiente fórmula:


(Cómo) + verbo en infinitivo + sustantivo + complemento

Un ejemplo:
¿Cómo reducir el tráfico en la ciudad?

2. Redefina su problema utilizando la misma fórmula:


¿Cómo reducir el tráfico en la ciudad? = ¿Cómo reducir el tráfico de buses?
= ¿Cómo reducir el tráfico en horas de congestión?
= ¿Cómo reducir el tráfico de taxis?
= ¿Cómo hacer que la gente camine más?

Observe que cada una de las redefiniciones tiene una "personalidad" distinta
a la del problema inicial, y en conjunto nos sugieren muchas posibilidades de
solución nuevas y originales. Cuando usted trabaje en la redefinición de un

22
problema es aconsejable que llegue por lo menos a un número suficientemente
grande de "traducciones" de su problema original. Un número de cincuenta o más
redefiniciones nos permite jugar con un problema de manera satisfactoria, para
llegar a la posibilidad de ver soluciones novedosas y diferentes.

La creatividad: el arte de inventar problemas

La historia nos muestra que ser creativo no es el arte de no tener


problemas; más bien se relaciona con el talento que tienen algunas personas de
inventarse muchos problemas. Inventarse nuevos problemas es, indirectamente,
inventarse nuevas soluciones. Veamos algunos de los problemas inventados por
personajes geniales.

Charles Darwin.

Hacia 1830, mientras Charles Darwin navegaba alrededor del mundo


tripulando el buque Beagle, la mayoría de los biólogos, incluyendo al mismo
Darwin, creía en la inmutabilidad de las especies. Las especies habían sido creadas
tal como eran y, a menos que se extinguieran como los antiguos dinosaurios,
seguirían teniendo la misma forma.

Darwin comenzó a cuestionar sus convicciones después de visitar el


archipiélago de Galápagos, frente a las costas de Ecuador. Le impresionó la
abundancia de la ñora y la fauna que encontró en esas islas, tan próximas entre sí.
Pero lo que más lo sorprendió fue que hubiera tantas variedades de pinzones —
trece en rótal— en un archipiélago tan pequeño. Para cualquier otra persona este
hecho habría pasado desapercibido; para él era un problema nuevo. Se preguntaba
por qué los pinzones tenían colores tan distintos y por qué sus picos variaban tanto
en forma y tamaño. También estudió la distribución de otros animales y plantas de
estas islas y de muchos lugares exóticos que había visitado.

Darwin dedicó las siguientes décadas de su vida a reflexionar sobre lo que había
visto. Su "listado de problemas" incluía las siguientes preguntas:

- ¿Por qué hay tantas especies en el mundo?


- ¿Por qué tanta variedad en unas cuantas islas?
- ¿Por qué unas especies desaparecen y otras sobreviven?
- ¿Cómo se forman las nuevas especies?
- ¿Por qué las crías son ligeramente diferentes de sus progenitores?
- Las especies que se parecen mucho entre sí, ¿tienen necesariamente los
mismos antepasados?
- ¿Qué ocurre cuando hay demasiados organismos en un espacio dado, y no
todos pueden sobrevivir?

Al plantearse todos estos problemas y preguntas, Darwin estaba comenzando a


abordar su obra maestra: El origen de las especies. A este tema ya se habían
acercado muchos biólogos en la historia. Pero fue Darwin, con la formulación de
nuevos problemas y preguntas, quien logró los avances más significativos de su
época.

Albert Einstein.

Albert Einstein ha sido considerado por la comunidad científica mundial una


de las personas más inteligentes en la historia de la ciencia. Precisamente, una de
las grandes virtudes de este físico judío era su gran afición a volverse amigo de sus
problemas. Muchos afirman que la gran virtud de Einstein era plantearse cuestiones

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complicadas y medicar sobre ellas durante años enteros. El mismo Einstein decía:
"No es que yo sea más inteligente, lo que pasa es que estoy mucho más tiempo
con mis problemas".

Los problemas que solucionó Einstein a lo largo de su vida, y que lo


convirtieron en uno de los científicos más elogiados y admirados del mundo,
comenzaron relativamente temprano en su vida. Cuando tenía dieciséis años, se
preguntó cómo sería para un observador desplazarse al lado de una onda luminosa.
¿Es posible —se preguntaba Einstein— que el observador pueda superar en algún
momento la onda luminosa? Años más tarde se hizo preguntas similares, llenas de
poesía e inocencia casi infantil, pero que incluían algunos de los cuestionamientos
esenciales de la física moderna: ¿Qué sucede si una persona va cayendo por un
pozo profundo y sus posesiones se salen repentinamente de sus bolsillos? ¿Caerán
estos objetos al suelo? ¿Permanecerán suspendidos en el aire?

Esta inclinación a inventar problemas y buscar metáforas infantiles hizo que


Einstein convirtiera la física en algo misterioso y encantador. Él mismo comentaría
muchos años más tarde:

¿Cómo llegó a ocurrir que yo fuera el único en desarrollar la


teoría de la relatividad? La razón, pienso, es que un adulto normal
nunca se detiene a pensar sobre problemas de espacio y de tiempo.
Éstas son cosas que he pensado de niño. Pero mi desarrollo intelectual
fue retardado, como resultado de lo cual comencé a preguntarme sobre
el espacio y el tiempo sólo cuando ya había crecido. -Naturalmente, al
haberme preocupado por problemas de carácter infantil durante varios
años, pude profundizar más en el problema que un niño con dotes
normales.

Leonardo da Vinci.

Kenneth Clark, uno de los biógrafos más importantes de este pintor


florentino, decía: "Leonardo da Vinci es el hombre más curioso que jamás haya
existido". ¿De dónde surgen los "problemas" que acompañan a Da Vinci a lo largo
de su vida? En su libro Leonardo da Vinci: la encamación de un genio, Marcel Brion,
otro de los grandes biógrafos del artista italiano, nos brinda una serie de datos que
pueden explicar esa curiosidad: Leonardo pasó los primeros cinco años de su vida,
acompañado por su madre Caterina, en medio de la naturaleza. Durante esta
primera infancia, vivió en una cabaña rodeada de animales, en las laderas rocosas
del monte Albano, al norte de Italia.

Cuando analizamos las principales influencias en la vida del Leonardo genial,


que todo lo sabe y todo lo estudia, tenemos que remitirnos de manera casi obligada
a estos cinco primeros anos sin más compañía que la madre naturaleza. Dado que
la madre debía salir a trabajar en el campo y Pietro, su padre, apenas lo
reconocería como hijo legítimo cinco años más tarde, la familia de Leonardo
durante estos años fue la naturaleza, que generó en sus cinco sentidos impresiones
tan fuertes que nunca se olvidaría de ellas. En su biografía de Leonardo, Marcel
Brion escribe:

Ver correr a los insectos entre las hierbas, observar el


crecimiento de las plantas, estudiar el modo como los pájaros aletean
para lanzarse de un extremo al otro del cielo, sorprender los juegos de
la luz entre las hojas de los árboles, las irisaciones de las neblinas en el
horizonte, éstas fueron las primeras lecciones que el niño tomó de la
naturaleza. Tan convencido estaba de lo fructíferas que habían sido
estas lecciones, que más tarde Leonardo repetía a quien quisiera oírle,

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una orden cuyo valor conocía: "Ve a tomar tus lecciones de la
naturaleza".

Algunas de las preguntas que se formuló Da Vinci durante sus primeros


años, fueron las siguientes:

- ¿Por qué hay conchas en la cima de las montañas, junto con huellas de
corales y de plantas y de algas que usualmente se encuentran en el fondo
del mar?
- ¿Por qué el trueno se demora más que aquello que lo causa?
- ¿Cómo se forman varios círculos de agua alrededor del punto donde ha
caído una piedra?
- ¿Por qué en el momento mismo de su creación el rayo se vuelve visible al
ojo, en tanto que el trueno necesita tiempo para llegar?
- ¿Por qué se sostiene un pájaro en d aire?

Ejercicio: Las cien preguntas

Leonardo da Vinci, Charles Darwin y Albert Einstein tuvieron una cosa en


común: formulaban sus problemas haciéndose preguntas a veces irracionales. Sin
embargo, la mayoría de nosotros "apagamos" nuestra curiosidad, pues las fuertes
rutinas de trabajo en las que estamos inmersos no nos dejan disfrutar el arte de
preguntar. Para buscar problemas verdaderamente interesantes, nada mejor que
acostumbrarse a preguntar. Observe a su alrededor, mire, guste, huela, perciba y
pregunte sospechando de la realidad que lo rodea. He aquí algunas de las
preguntas que me he venido haciendo a lo largo de los últimos meses:

- ¿Por qué los vinos tintos finos desprenden aromas a vainilla e incienso?
- ¿Existe un método para encontrar tréboles de cuatro hojas?
- ¿Los ángeles duermen y sueñan de noche?
- ¿Cuál es el sitio natural más espectacular que he visitado en mi vida?
- ¿Cómo aprovechar aun más el talento de las personas de mi compañía?
- ¿De qué color son los sueños de un ciego de nacimiento?
- ¿Cuál es el recuerdo más temprano que tengo de mi padre?
- ¿Cómo inventar una trampa para cazar fantasmas?
- ¿Cuántas palabras tiene el vocabulario que utilizo diariamente?
- ¿Cuántas palabras utiliza diariamente un novelista?
- ¿Cómo seguir ganando mucho dinero haciendo lo que me gusta?
- ¿Cuántas y qué ciudades quiero visitar este año?
- ¿Por qué las moscas le huyen a las bolsas de agua que cuelgan en algunos
pueblos y regiones rurales?
- ¿Cuántos huesos tenemos en el cuerpo?
- ¿Cuántos años en promedio vive un ratón?
- ¿Cómo hacer para vivir en España dentro de tres años?
- ¿Me puedo comunicar con otras personas en los sueños?
- ¿Qué pasará si escribo una semana entera con la mano no dominante?
- ¿Por qué nuestra memoria es tan ineficiente?
- ¿Cómo mejorar la memoria?

En este listado aparecen apenas veinte de las trescientas preguntas que


tengo registradas en mis diarios recientes. Algunas de ellas me han sido de gran
utilidad para generar productos y actividades nuevas; otras me han servido para
satisfacer mi curiosidad y saber más sobre algunos temas de mi interés. Pero
detrás de la mayoría de estas ¡deas, me he dado cuenta de que en el fondo sólo

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muy pocas son mis preguntas esenciales, las que verdaderamente me motivan para
seguir trabajando en lo que me apasiona.

El ejercicio del diario de preguntas es muy útil para definir cuál es nuestro
verdadero problema, o para vislumbrar cuál es nuestro negocio. Muy pocas
personas saben en realidad cuál es el verdadero negocio de la empresa en la cual
trabajan. Los ejecutivos y gerentes más exitosos delegan todo lo que pueden
delegar, para dedicar su tiempo a hacerse las preguntas esenciales sobre su
negocio. Bill Gates sabía que su negocio era convertir los computadores en un
producto básico de la canasta familiar norteamericana. Simplemente eso. Por ello el
señor Gates es una de las personas más ricas del mundo: tenía claro su problema.

Tómese un tiempo para usted solo. Saque un estero y una hoja de papel y
escriba las primeras cien preguntas que se le vengan a la cabeza. No censure
ninguna de las preguntas. Simplemente escríbalas, una tras otra, sin interrupción.
El ejercicio va a tardar un tiempo, tenga paciencia. Es posible que se tarde más de
media hora.

Una vez terminado el ejercicio, tómese un breve descanso y luego lea el


listado entero. Verá que poco a poco sobresalen sus preguntas esenciales: sus
verdaderos problemas. Recomiendo hacer este ejercicio por lo menos una vez al
mes. Se dará cuenta de cómo gradualmente la vida va adquiriendo un tinte
diferente, nada más con la juiciosa realización de este ejercicio.

Los grandes genios de la creatividad nos muestran que la vida es muy


aburrida si no tenemos problemas. También nos sugieren que los problemas los
definimos nosotros mismos, y que ellos son precisamente nuestras propias
motivaciones. Paradójico asunto. Pero es la verdad. Los más grandes escritores de
nuestro siglo maquinaron invenciones geniales que partían de problemas a simple
vista insolubles: cuando Gabriel García Márquez decidió cuál iba a ser el tono de su
novela El otoño del patriarca, se inventó un problema genial. Debía encontrar una
manera en que el lector sintiera ese tedio inmenso que produce la soledad del
poder. La definición del problema le trajo su propia solución: la novela tiene más de
250 páginas y está escrita únicamente en siete párrafos larguísimos. Seis puntos
aparte y un punto final, para que el lector sienta el tremendo tedio que produce a
veces la soledad de nuestros dictadores latinoamericanos.

Otro escritor, el argentino Julio Cortázar, se pasó la vida inventando


problemas absurdos y terriblemente poéticos. Sus manuales de instrucciones son
hoy en día pequeñas obras maestras de la literatura. A continuación transcribo una
de sus instrucciones, para mostrar cómo la formulación de un problema puede
tomar incluso visos poéticos y absurdos:

Manera sencillísima de destruir una ciudad

Se espera, escondido en el pasto, a que una gran nube de la especie cúmulo


se sitúe sobre la ciudad aborrecida. Se dispara entonces la flecha petrificadora, la
nube se convierte en mármol y el resto no merece comentario.

Sexto secreto: Desenmascarar las motivaciones

Teresa Amabile, una de las más importantes teóricas de la creatividad,


define a las personas creativas como personas con alta motivación intrínseca. El
tema de la motivación es fundamental a la hora de reconocer personas que pueden
llegar a ser más creativas a lo largo de la vida. Otro teórico clásico en el tema de la
creatividad fue Paúl Torrance, y entre sus consejos para llegar a ser más creativo,

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muchos se relacionan precisamente con el tema de la motivación. Veamos los
principales consejos de Torrance:

- No se asuste si se "enamora" de lo que hace y busca seguir haciéndolo por


mucho tiempo (uno hace lo mejor cuando es aquello que más le gusta).
- Conozca, comprenda, practique, desarrolle, utilice, explote, disfrute y
siéntase orgulloso de sus mayores fortalezas.
- Aprenda a liberarse de las expectativas de los demás, y trate de liberarse de
todos los juegos que lo hacen jugar: juegue su propio juego.
- Busque grandes maestros y mentores en los temas que le interesan.
- Aprenda a ejercer la interdependencia (aprenda a depender de los otros,
regalando libremente parte de sus fortalezas, de aquello que le sobra porque
- tiene mucho).

El doctor Robert Sternberg, profesor de psicología y educación de la


universidad de Yale, afirma que la característica más importante de una persona
creativa es hacer lo que más le gusta hacer. Las personas creativas por lo general
siempre tienen sed de libertad, de hacer lo que más les gusta, de fortalecer sus
fortalezas, y son capaces de atravesar los máximos obstáculos para lograrlo. Esta
motivación interna, que no depende de ambientes e influencias externas, es lo que
la doctora Amabile denomina motivación intrínseca. La doctora Amabile dice,
refiriéndose a las personas creativas: "El extraordinario talento, la personalidad y
las habilidades cognitivas no parecen ser suficientes; es el amor a lo que se hace lo
que determina, en últimas, la creatividad de las personas .

Desafortunadamente, la educación actual no permite que los estudiantes


exploren a qué quieren dedicarse. En veintidós años de trabajo con niños, el
profesor Torrance les preguntó a sus estudiantes de elemental a qué querían
dedicarse. La respuesta más generalizada era: "No lo sé". Otro porcentaje
contestaba de la manera en que —pensaban los niños— los adultos o profesores
esperaban que ellos respondieran. Y entonces nos damos cuenta de que algo tan
sencillo como la educación en la motivación se convierte en prioridad en una época
que, como la actual, permite que nuestras decisiones más profundas sean tomadas
por otras personas.

Ser creativos consiste en desenmascarar cuáles son nuestras verdaderas


motivaciones, cuál es la chispa que nos mueve. Mantener una intensa pasión por
algún tema durante largo tiempo y sobrevivir a diferentes clases de presiones
sociales son dos de las claves más importantes para llegar a ser más creativo. Se
sabe que Albert Einstein no fue un gran matemático, pero sí tuvo amistad con sus
problemas y preguntas durante varios años de su vida.

Fernando Botero, gran pintor colombiano, cuenta en su biografía lo


terriblemente difícil que fue llegar a tener su primera exposición. También cuenta
que cuando vivía en Nueva York y tenía el sueño de ser pintor, tuvo que vivir
durante mucho tiempo alimentándose de una sopa de menudencias de pollo que
compraba en los barrios judíos. La "sopa de artista", como él mismo la llamaba, se
convirtió en su único menú mientras salía adelante en los círculos artísticos de la
Gran Manzana.

La bailarina Martha Graham, considerada por muchos una de las figuras


artísticas más importantes del siglo XX era muy pequeña y no especialmente
atractiva; incluso comenzó a bailar a los veinte años, una edad que se considera
tardía. Pero su pasión irremediable por danzar y estudiar los movimientos del
cuerpo humano la llevaron a ser una de las más grandes mujeres de la danza
moderna, junto con la bailarina californiana Isadora Duncan.

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El torero más grande de la historia se llamaba Juan Belmonte. Era pequeño
y enjuto, pero tuvo claro que su gran pasión era el toreo. Cada vez que Belmonte
toreaba, los críticos decían que tenía un pacto con el diablo; tal llegó a ser su arte a
pesar de las dificultades.

Stephen Hawking es uno de los más grandes físicos del siglo XX. Este
científico es cuadraplégico de nacimiento. Sin embargo, Hawking duplica la
capacidad de trabajo de cualquier escritor normal, pues tiene clara su motivación
intrínseca.

Doce editores rechazaron el primer manuscrito original de Harry Potter y la


piedra filosofal. El décimo tercero, de la discreta Editorial Bloomsbury, adquirió por
pocos miles de libras esterlinas el mayor fenómeno editorial de los últimos veinte
años. Después de cinco tomos y más de 195 millones de ejemplares vendidos, la
autora de Harry Potter, J. K. Rowling, se codea con los escritores más vendidos en
la historia editorial.

Ejercicio: Defina sus fortalezas

No se preocupe por mejorar sus debilidades para volverse un poquito bueno


en muchas cosas. Más bien, defina cuáles son sus principales fortalezas. Para ello,
complete la siguiente frase:

Yo soy excelente en __________________________________________

Mientras más claras sean sus fortalezas, más rápido será su aprendizaje
para poder fortalecerlas. No necesita ser usted un experto en física cuántica o en
neurobiología para ser una persona creativa. Una de las maneras más legítimas
para reconocer cuáles pueden ser sus fortalezas es comenzar a pensar en qué
actividades puede usted desarrollar durante más tiempo seguido sin perder la
concentración; con qué actividades se vé usted totalmente involucrado durante
períodos largos de tiempo. Esta actividad puede ser la lectura, la escritura, el
alpinismo, la danza, la educación, la publicidad, el diseño gráfico, la artesanía en
madera, o cualquier otro tipo de actividad que le produzca la sensación de que el
tiempo pasa sin que usted se dé cuenta. Algunos psicólogos llaman experiencias
óptimas a este tipo de actividades en las que uno es capaz de estar absolutamente
involucrado.

Una experiencia óptima es la que tiene un navegante cuando tensa la cuerda


mientras el viento y la lluvia le azotan la cara. Es la que tiene un escalador cuando
sus músculos están totalmente tensos, le tiemblan las piernas y está a punto de
caerse, pero se siente casi parte de la naturaleza que lo rodea. Es la que tiene un
pintor cuando, después de trabajar durante varias horas, ve por fin aflorar el color
que necesita para el sombrero del hombre que va caminando junto al río. Todas
estas son experiencias óptimas, actividades que absorben a sus ejecutantes al
ciento por ciento. Contrario a lo que uno pensaría normalmente, estos momentos
de máxima integración con la actividad que estamos haciendo no son momentos
relajados o pasivos. Las experiencias óptimas suelen ocurrir cuando el cuerpo o la
mente de una persona ha llegado hasta su límite, en un esfuerzo voluntario para
conseguir algo difícil, pero que vale la pena. Una experiencia óptima es algo que
nosotros mismos hacemos que suceda.

A lo largo de varios años de intensos estudios, Mihaly Csikszentmihalyi,


decano de la facultad de psicología en la Universidad de Chicago, ha intentado
comprender exactamente cómo se sienten las personas cuando más disfrutan de sí
mismas y por qué. Sus primeras investigaciones fueron hechas con expertos en

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diversos temas: artistas, atletas, músicos, maestros de ajedrez, deportistas,
cirujanos; es decir, con gente que parecía dedicar su tiempo a desarrollar las
actividades que prefería. Con base en los relatos de estas personas, el doctor
Csikszentmihalyi elaboró una teoría sobre las experiencias óptimas basada en un
concepto que él denominó flujo. Según él, se puede decir que una persona tiene
una experiencia de flujo cuando su estado es tal, que nada más parece importarle;
la experiencia en sí misma es tan placentera que la realizaría incluso aunque
tuviera un gran costo, por el puro goce de involucrarse en ella.

Las personas creativas son individuos que saben generar sus propias
experiencias de flujo. Saben sumergirse tanto en una actividad que casi se podría
decir que poco les importa, por un tiempo suficientemente largo, lo que suceda a su
alrededor. En Oriente existen diferentes técnicas para controlar las experiencias y
no dejarse influir por los caóticos cambios del ambiente. Estas disciplinas,
practicadas durante miles de años, han alcanzado enorme perfección. Las
disciplinas del yoga en la India, el enfoque taoísta en China y las diferentes
corrientes del budismo zen buscan liberar la conciencia de las influencias exteriores.
Así, por ejemplo, un yogui disciplina su mente para no sentir el dolor que una
persona corriente no podría dejar de sentir; de forma similar puede llegar a hacer
caso omiso de las exigencias básicas de su cuerpo, como abrigo y comida, o sus
impulsos sexuales. Precisamente, las técnicas de meditación del budismo zen nos
enseñan a involucrarnos de manera sistemática con el presente.

Existe un paralelo entre lo que han logrado muchas de estas corrientes


orientales y lo que sienten las personas inmersas durante largo tiempo en una
actividad creativa, o en una experiencia de flujo. Los pintores y escultores admiten
que su actividad los absorbe completamente, lo mismo opinan escritores,
diseñadores, deportistas extremos e, incluso, los mejores profesores universitarios.
Las personas creativas son virtuosas en el control de su propia conciencia; saben
cuáles son las actividades que más las motivan y se dedican a ellas durante gran
parte de su vida.

Ejercicio: Trabajando en experiencias óptimas

- Identifique las actividades a las que se pueda dedicar con un mayor tiempo
de concentración, sin interrupción alguna, totalmente involucrado:

- Identifique, durante una semana entera por lo menos, los momentos en que
podrá dedicarse enteramente a esta actividad. Defina esto como un
propósito con usted mismo, que no dependa de nadie; tómese el tiempo
para hacerlo juiciosamente.

- Elabore un diario que le permita llevar un registro de este tipo de


actividades; los tiempos que duró cada día y la manera como se sintió
durante y después de hacerlo. Este diario le permitirá comenzar a
desenmascarar su artista interior, alguien que está escondido o camuflado,
pero que forma parte de usted mismo.

Espacios para estar solo

La ajetreada vida de hoy viene imponiendo ritmos frenéticos a las personas.


Guando hablamos con nuestros amigos y colegas de trabajo, hay un comentario
generalizado: "No tenemos tiempo". Esto se magnifica por lo general cuando nos
preguntamos sobre nosotros mismos: por lo general la mayoría de las personas no
tienen tiempo para sí mismas. Un signo claro de las personas creativas es que son
capaces de hallar momentos para sí mismos todos los días. La mayoría de las
veces, en las actividades creativas las personas se encuentran consigo mismas y,

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por lo tanto, necesitan momentos de soledad. El filósofo Francis Bacon decía a
menudo: "Quien halla placer en estar solo es una bestia salvaje o un dios". En
realidad uno no tiene que ser un dios ni una bestia salvaje para comenzar a
construir sus propias rutinas mentales, para lograr espacios que le permitan
desarrollar sus propias experiencias óptimas. Una persona creativa es experta en
citarse a solas consigo mismo y disfrutar momentáneamente de esta soledad,
haciendo lo que le gusta.

El hecho de haber escrito el libro que usted está leyendo se ha convertido


para mí en un sublime generador de experiencias óptimas. Aunque por lo general
dedico gran parte de mi tiempo a dar talleres de desarrollo organizacional y
creatividad a clientes de compañías multinacionales, artistas y universidades, una
vez supe que tenía la oportunidad de escribir este libro, decidí tomar un tiempo
para mí solo. Al principio fue relativamente difícil desconectarme del mundo de los
talleres, los compromisos y los negocios. Pero poco a poco fui dándome cuenta de
la importancia de estar totalmente absorto en el placer de escribir y llegar a ser
capaz de crear experiencias de flujo de varias horas seguidas. Estos
descubrimientos son por lo general sublimes y fructíferos para las personas que los
viven, pues se dan cuenta, como dice el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, de que
la felicidad no es algo que sucede. No es el resultado de la buena suerte o el azar.
No es algo que pueda comprarse con dinero o poder. La felicidad es una condición
vital que cada persona puede preparar, cultivar y defender individualmente. Las
personas que son creativas y saben controlar sus experiencias, y llegan a producir
experiencias de flujo, son capaces de determinar la calidad de su vida. Eso es lo
más cerca que podemos estar de ser realmente felices...

Séptimo secreto: Concentrarse en procesos J no en productos

Uno de mis libros preferidos, Picasso, trazos y dichos condene una hermosa
serie de esbozos de un solo trazo, diseñados por el prodigioso pintor Pablo Picasso.
Son dibujos enteros hechos con una sola línea continua, sin levantar el lápiz del
papel: faunos, guerreros, bufones, toros, aves, caballos, músicos callejeros,
escenas taurinas, todo el mundo imaginario de Picasso se ve plasmado a través de
esta curiosa técnica. Personalmente considero que una de las mayores virtudes de
Picasso era la habilidad que tenía de sumergirse en procesos sin esperar qué
sucedía con los productos. Los procesos en los que se sumergía Picasso son parte
de lo más valioso de este artista malagueño, precisamente por su sencillez e
inocencia, y por plasmar en el instante y sin ninguna pretensión todo su espíritu
creativo.

En la prolífica obra de Picasso, estos dibujos de un solo trazo representan un


fenómeno aislado y fascinante. Él no creía en la distinción entre formas de
expresión de mayor o menor importancia, y por ello decía: "En mi opinión, todo es
importante, no existe diferencia alguna entre obras grandes y pequeñas". Pablo
Picasso fue un genio creativo que supo explorar lo desconocido y acertar en el
camino.

Como Picasso, muchos de los grandes creadores de la humanidad se


volvieron expertos exploradores de lo desconocido, y expertos en sumergirse en
procesos sin esperar resultados inmediatos. Ser creativo es precisamente tener la
capacidad de abandonarse en procesos de los que no sabemos qué va a resultar.
Las siguientes citas de algunos de los grandes genios creativos reflejan este hecho:

"Si sabes exactamente lo que vas a hacer, ¿de qué te va a servir hacerlo?". Pablo
Picasso

"Has de empezar a dibujar para saber qué quieres dibujar". Pablo Picasso

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"Solamente cuando no sabe lo que está haciendo, un pintor hace cosas buenas".
Edgar Degas

"En el instante en que sabes cuál ha de ser el resultado, estás perdido". Juan Gris

"Si supiéramos el resultado de lo que estamos investigando, no deberíamos


llamarlo investigación, ¿no le parece?". Albert Einstein

"Mientras trabajo, las formas van tomando realidad. En otras palabras, más que
disponerme a pintar,empiezo a pintar y mientras pinto la pintura se afirma,
imponiéndose o sugiriéndose bajo mi pincel. Y entonces el trazo va tomando forma
de mujer o de pájaro". Joan Miró

La siguiente historia, tomada de la literatura árabe, es una manera distinta de


mostrar este mismo hecho.

La historia de Fátima

Una vez, en una región del más lejano occidente, vivía una joven llamada
Fátima. Era la hija de un próspero hilandero. Un día su padre le dijo:

—Ven, hija: haremos una travesía, pues tengo negocios que hacer en las islas del
mar Mediterráneo. Tal vez tú encuentres a un joven atractivo, de buena posición,
al que podrías tomar por esposo.

Se pusieron en camino y viajaron de isla en isla, el padre haciendo sus


negocios mientras Fátima soñaba con el hombre que pronto podría ser suyo. Pero
un día, cuando estaban camino a Creta, se levantó una tormenta y el barco
naufragó. Fátima, semiconsciente, fue arrojada a una playa cercana a Alejandría.
Su padre había muerto y ella quedó totalmente desamparada. Podía recordar sólo
vagamente su vida hasta entonces, ya que la experiencia del naufragio y el haber
estado expuesta a las inclemencias del mar la habían. dejado completamente
exhausta.

Mientras vagaba por la arena, una familia de tejedores la encontró. A pesar


de ser pobres la llevaron a su humilde casa y le enseñaron su oficio. De esta
manera ella inició una segunda vida y en el lapso de uno o dos años volvió a ser
feliz y se reconcilió con su suerte. Pero un día, en la playa, una banda de
mercaderes de esclavos desembarcó y se la llevó junto con otros cautivos. A pesar
de lamentarse amargamente de su suerte no encontró ninguna compasión de parte
de ellos, quienes la llevaron a Estambul y la vendieron como esclava.

Por segunda vez su mundo se había derrumbado. Ahora bien, sucedió que
en el mercado había pocos compradores. Uno de ellos era un hombre que buscaba
esclavos para trabajar en su aserradero, donde fabricaba mástiles para barcos.
Cuando vio el abatimiento de la pobre Fátima decidió comprarla, pensando que de
este modo, al menos, podría ofrecerle una vida un poco mejor que la que habría de
recibir de otro comprador. Llevó a Fátima a su hogar con la intención de hacer de
ella una sirvienta para su esposa. Pero cuando llegó a su casa se enteró de que
había perdido todo su dinero al ser capturado un cargamento por piratas. No podía
afrontar los gastos que le ocasionaba el tener trabajadores, de modo que él, Fátima
y su mujer quedaron solos para llevar a cabo la pesada tarea de fabricar mástiles.
Fátima, agradecida con su empleador por haberla rescatado, trabajó tan duramente
y tan bien que él le dio la libertad y ella llegó a ser su ayudante de confianza, fue
así como llegó a ser relativamente felix en su tercera profesión.

31
Un día él le dijo:

—Fátima, quiero que vayas a Java, como mi agente, con un cargamento de


mástiles. Asegúrate de venderlos con provecho.

Ella se puso en camino, pero cuando el barco estuvo frente a la costa china,
un tifón lo hizo naufragar y, una vez más, se vio arrojada a la playa de un país
desconocido. Otra vez lloró amargamente, porque sentía que en su vida nada
sucedía de acuerdo con sus expectativas. Siempre que las cosas parecían andar
bien, algo ocurría, destruyendo todas sus esperanzas. "¿Por qué será —exclamó
por tercera ver— que siempre que intento hacer algo se malogra? ¿Por qué deben
ocurrirme tantas desgracias?" Pero no hubo respuesta. De manera que se levantó
de la arena y se encaminó tierra adentro.
Ahora bien, sucedía que nadie en China había oído hablar de Fátima ni sabía
nada de sus problemas. Pero existía la leyenda de que un día llegaría allí cierta
mujer extranjera capaz de hacer una tienda para el emperador. Y puesto que en
aquel entonces en China no existía nadie que pudiera hacer tiendas, todo- el
mundo esperaba el cumplimiento de aquella predicción con la más vivida
expectativa.

Para estar seguros de que esta extranjera no pasara inadvertida al llegar,


los sucesivos emperadores de China solían mandar heraldos una vez por año a
todas las ciudades y a todas las aldeas del país, ordenando que cada mujer
extranjera afuera llevada a la corte. Fue justamente en una de esas ocasiones
cuando Fátima, agotada, llegó a una ciudad costera de China. La gente del lugar
habló con ella por medio de un intérprete y le explicaron que tenía que ir a ver al
emperador.

—Señora —dijo el Emperador cuando Fátima fue llevada ante él—, ¿sabéis fabricar
una tienda?

—Creo que sí —dijo Fátima.

Pidió sogas pero no las había. De modo que, recordando sus tiempos de
hilandera recogió lino y fabricó las cuerdas. Luego pidió una tela fuerte, pero los
chinos no tenían la clase de tela que ella necesitaba. Entonces, utilizando sus
experiencias con los tejedores de Alejandría, fabricó una tela resistente para hacer
tiendas. Luego vio que necesitaba parantes para la tienda, pero no existían en el
país. Entonces Fátima, recordando lo que le había enseñado el fabricante de
mástiles en Estambul, elaboró hábilmente unos sólidos parantes. Cuando
estuvieron listos, se devanó los sesos tratando de recordar todas las tiendas que
había visto en sus vía/es, y he aquí que una tienda fue construida.

Cuando esta maravilla fue mostrada al emperador de China, él ofreció a


Fátima dar cabal cumplimiento a cualquier deseo que ella expresara. Ella eligió
establecerse en China, donde se casó con un atractivo príncipe del lugar, y rodeada
por sus hijos vivió muy feliz hasta el fin de sus días.

La historia de Fátima nos enseña a no esperar resultados inmediatos de


nuestras búsquedas. Todos los seres humanos compartimos un arquetipo llamado
el artista interior. Este personaje es un explorador constante que tiene como tarea
vital enfrentarse con lo desconocido y acertar, no se sabe dónde ni cuándo. El
artista interior no cesa de explorar, de buscar diferentes maneras de explorar
azarosamente lo desconocido; jugar como lo hacíamos de niños, sin esperar nada
más que el goce del juego artístico. Pablo Picasso es sin duda un emblema de esta
actitud creadora. Nadie cómo él para inventarse procesos extraños y maravillosos.
En una época, el pintor malagueño decidió trabajar con figuras cubistas; en otra,

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pintar todo lo que veía con colores azules y grises, terriblemente opacos y tristes;
en otra, explorar con objetos cotidianos para imitar el arte africano. Picasso nos
enseña a vivir el arte por el arte, a gozar de los procesos creativos como gozan los
niños cuando se inventan otras realidades.

La historia de Chuang Tzu

Entre sus muchas virtudes Chuang Tzu tenía la de ser diestro en el dibujo. El
rey le pidió que dibujara un cangrejo. Chuang Tzu respondió que necesitaba cinco
años y una casa con doce servidores. Pasaron cinco años, y el dibujo aún no estaba
empezado. "Necesito otros cinco años", dijo Chuang Tzu. El rey se los concedió.
Transcurridos otros cinco años, Chuang Tzu tomó el pincel y en un instante, con un
solo gesto, dibujó un cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera
visto. (Tradición oral china.)

Ejercicios: Procesos creativos

Los siguientes ejercicios son una invitación para que usted se sumerja en
procesos sin esperar productos. Intente desarrollar estos ejercicios repetidamente.
Acostúmbrese a desarrollar ejercicios de este tipo todos los días, sólo por el simple
hecho de tener despierto su arquetipo del artista interior. Muchos artistas se
inventaban pequeños ejercicios de este estilo hasta que, poco a poco, se
embarcaban en los grandes proyectos que mucho más tarde los hicieron famosos.
Disfrute cada uno de estos breves ejercicios y recuerde la frase de Picasso: "Ojalá
que las musas me encuentren trabajando".

Dibujos a ciegas

Tome una hoja en blanco y lápices de colores. Recuerde una escena o un


objeto cualquiera, y comience a dibujar en un cuarto completamente oscuro,
disfrutando plenamente cada trazo. Tárdese aproximadamente diez minutos
realizando su dibujo. Encienda la luz y disfrute con la sorpresa de su dibujo a
ciegas. Haga un dibujo a ciegas todos los días, por lo menos durante una semana.

El monociclo

Tome un pliego de cartulina y un pincel grueso. Llene un vaso pequeño con


tempera negra. Cierre los ojos e imagine que usted está en el circo, justo en el
centro del escenario. De repente se encienden las luces y lo alumbran a usted, que
permanece justo en la mitad de la gran carpa. A su lado, descubre un monociclo.
Aprenda a montar en el monociclo dando vueltas por la carpa, disfrutando de cada
giro, cada vuelta, cada caída y cada nuevo arranque. El monociclo es su pincel:
comience a montar en él, dibujando líneas sobre la cartulina.

El primer cuento

Tome una hoja de papel y lápices de colores. Haga memoria por algún
tiempo hasta que recuerde uno de los cuentos que le contaban cuando era
pequeño. Recuerde el argumento principal. Doble la hoja por la mitad, de manera
que le queden dos pliegos: sobre el lado izquierdo escriba subrayado el título del
cuento y un par de párrafos, todo con su mano no dominante. Acto seguido, pase al
pliego siguiente y dibuje, con su mano no dominante, alguna escena del cuento que
escribió.

Poema rombo

Escriba un poema rombo utilizando la siguiente estructura:

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A
la,
mar,
leve
manto,
música,
sagrada,
danzante
veleidosa,
tormentosa.
Espirales
ondeando,
círculo,
mareas,
ondas,
agua,
luz.

SOLUCIONES a los ejercicios de la página 3

1. La ciudad escandinava que está situada justo en la mitad de Checoslovaquia es,


evidentemente Oslo.

2. ¿Por qué los barberos de Blanes, en Escocia, prefieren cortar el pelo a diez
gordos antes que a un flaco? Porque les produce diez veces más dinero (es un
mayor número de personas).

3. ¿Qué es lo que se repite una vez cada minuto, dos veces cada momento y nunca
en cien años? La letra M.

4. Usando la cera de las primeras ocho velas puedo hacer cuatro velas. Pero estas
cuatro me permiten hacer dos más. Y la cera de estas dos, me alcanza para otra
vela más. Por lo tanto, el número total de velas que puedo hacer con ocho velas es
siete.

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