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SUBALTERNIZADAS EN EL DISCURSO
JURÍDICO Y LITERARIO COLOMBIANO
EN EL SIGLO XIX
LA CONSTITUCIÓN DE IDENTIDADES
SUBALTERNIZADAS EN EL DISCURSO
JURÍDICO Y LITERARIO COLOMBIANO
EN EL SIGLO XIX
???
FARID SAMIR BENAVIDES VANEGAS, ed.
S E D E B O G O T Á
ISBN: 978-9581-70196-4
ISBN:
Diagramación
Doris Andrade B.
Impresión
Digiprint Editores E.U.
Calle 63Bis Nº 70-49
Tel.: 251 70 60
Contenido
I. Prefacio
Fugas del saber . ............................................................................................ 11
Ángel A. Rivera
Bibliografía.......................................................................................................... 16
II. Introducción
La subalternización a través del discurso jurídico:
una visión desde una perspectiva decolonial . ................................. 17
Farid Samir Benavides Vanegas
Introducción........................................................................................................ 17
Derecho y poder constitutivo........................................................................... 20
Derecho y clase................................................................................................... 29
Derecho y constitución de identidades........................................................... 34
De lo posmoderno a lo poscolonial................................................................. 37
Identidades (pos)coloniales.............................................................................. 40
Bibliografía.......................................................................................................... 43
6. Feminidades y masculinidades en el discurso jurídico
del siglo XIX
Una sentencia sobre la mujer colombiana
Recuento de identidades independentistas de 1810 a 1820.......... 239
Diana Carrillo González
Memorial de agravios de una mujer confundida y oculta, dirigida a un
hombre trastornado e inconsciente.................................................................. 239
Introducción........................................................................................................ 240
De los proyectos de nación............................................................................... 244
Mapa y Brújula................................................................................................... 247
Identidades independentistas femeninas....................................................... 248
Caudillas.............................................................................................................. 264
Pos independencia y Control social................................................................ 270
Palabras Finales.................................................................................................. 273
Bibliografía.......................................................................................................... 275
I
Prefacio
Fugas del saber
Ángel A. Rivera*
L
os intelectuales de finales del siglo XX y de los comienzos del
XXI en América Latina han sido testigos de un renovado interés
en repensar lo que significa ser latinoamericano. Para ello, se ha
intentado dilucidar, desde múltiples perspectivas y disciplinas, la idea de
lo que representa y la forma como ha sido representada y pensada Amé-
rica Latina desde su invención. En gran medida, este renovado interés en
repensar Latinoamérica o el Caribe, nos llega estimulado por la debacle
que las grandes narrativas o metarrelatos de la modernidad han sufrido.
La constitución de identidades subalternizadas en el discurso jurídico y literario
colombiano en el siglo XIX es parte de este esfuerzo por retomar el debate y
hacerlo específico a la historia de Colombia.
12
Prefacio Fugas del Saber
13
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
14
Prefacio Fugas del Saber
nacionales que homogeneicen a sus miembros. Estos son vistos como flujos,
conexiones e interrupciones afectivas que vinculan a una pluralidad de
personas que van más allá de su individualidad. Es: “esa comunidad [que]
descansa en una conciencia ética de los límites de la identidad y mantiene
esa realización total como una necesaria imposibilidad” (Duchesne-Winter,
2005: 49).
Finalizo con una última cita que refiere a la propuesta comunitaria frente
a la crisis social y política que enmarcan el acontecer histórico latinoame-
ricano y caribeño: “[e]l plan de evasión deberá sobrepasar el tema étnico o
nacional, para extenderse a todas las identidades susceptibles de articular
comunidades de inclusión/exclusión, es decir puntos de control social y
discursivo con pretensión de hegemonía universal” (Duchesne-Winter,
2005: 21). En este sentido, La constitución de identidades sugiere una fuga
que permita la contaminación con el otro, la solidaridad infinita y apertura
hacia aquellos que en realidad nada tienen que ver con uno. La creación de
un espacio infinitamente solidario y abierto que permita nuevas propuestas
políticas que rompan con la cerrazón nacionalista que en más de un mo-
mento ha sido responsable por la crisis en que se encuentra la mayor parte
de la humanidad hoy.
15
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Bibliografía
16
II
Introducción
La subalternización a través
del discurso jurídico: una visión
desde una perspectiva decolonial*
Introducción
E
n 1810 y 1819 se dan, de acuerdo con la historia oficial, dos mo-
mentos centrales en las luchas independentistas de Colombia: el
20 de julio de 1810, los criollos dieron el primer grito de indepen-
dencia en la ciudad de Santafé de Bogotá, lo que llevó al primer intento de
República, que vio su fin debido a la fuerza arrasadora de las tropas de Pablo
Morillo que, a sangre y fuego, lograron recuperar para España los territorios
rebeldes de la Nueva Granada. La segunda de las fechas marca el momento
culminante de la Independencia, en donde las tropas patriotas derrotaron
a las tropas realistas de Barreiro el 7 de agosto en el puente de Boyacá, en
*
Este trabajo se benefició de los comentarios de los miembros del Grupo COPAL, a quienes agra-
dezco su generosidad, pues hicieron de este un mejor trabajo. Los errores son de mi exclusiva
responsabilidad.
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
1
Utilizo el masculino, pues las guerras de independencia son vistas como cosas de hombres con una
mínima participación de las mujeres. Sobre este punto ver Vanegas, 2006, F. S., The inclusive/exclusive
nation: blacks and indegenous people in the construction of the nation in Colombia.
18
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
2
Ver sobre este punto Benavides Vanegas, Farid Samir, 2004, Derecho y Nación. La construcción de la
nación en el Londrés Victoriano.
3
Wallerstein, Immanuel, European Universalism. The rhetoric of power, 2006; Dussel, Enrique, 1998,
Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión; Mignolo, Walter, 2003, The darker side of
reinassance: literacy, territoriality and colonization; Quijano, Aníbal, 2000, Coloniality of Power, Eurocen-
trism, and Latin America; Quijano, Aníbal, 1981, Reencuentro y debate: Una introducción a Mariátegui;
Coronil, Fernando, 1997, The Magical State. Nature, Money, and Modernity in Venezuela.
4
Brigham, John, 1996, The Constitution of Interests. Beyond the Politics of Rights; Hunt, Alan, 1993, Ex-
plorations in Law and Society; Fitzpatrick, Peter & Derian-Smith, Eve, 1999, Laws of the Postcolonial.
19
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
20
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
5
En este punto conviene aclarar que traduzco governmentality como mentalidad de gobierno y no
como gobernabilidad o actividades de gobierno por razones que se derivan de la concepción de
Foucault sobre el tipo de control que se ejerce en la época moderna.
21
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
6
En una conferencia dictada en el año 2001, Peter Fitzpatrick mostró cómo en Foucault se da un
análisis del poder soberano en términos similares a aquellos de Carl Schmitt. Es decir, el poder
soberano produce el derecho desde el afuera del derecho, señalando precisamente que no hay un
afuera del derecho. Para Fitzpatrick el biopoder involucrado en la mentalidad de gobierno tiene
preeminencia sobre la soberanía y la ley. Ver Fitzpatrick, Peter, 2001, Bare sovereignty: Homo Sacer and
the Insistence of Law, Conferencia dictada en Amherst College en diciembre Ver también Agamben,
Giorgio, 1995, Homo Sacer. Il potere sovrano e la nuda vita.
7
Ver Ewald, François, “Norms, Discipline, and the law”, 1990, p.138. En la interpretación que
Negri y Hardt hacen de Foucault señalan que una sociedad disciplinaria es aquella en la que los
mandatos sociales son construidos a través de una red difusa de aparatos de poder que regulan
las costumbres, los hábitos, y las prácticas productivas. El biopoder, por el contrario, es una forma
de poder que regula la vida social desde su interior, siguiéndolo, interpretándolo, absorbiéndolo,
y rearticulándolo. El poder puede alcanzar un control efectivo sobre la vida entera de la población
solo cuando llega a ser una función integral y vital que cada individuo toma y reactiva por su pro-
pia voluntad. La vida se convierte en un objeto de poder. Lo que está en juego es la producción y
reproducción de la vida misma. Ver Negri, Toni y Hardt, Michael, 2001, Empire, Cambridge, MA:
Harvard University Press, pp. 23-24.
22
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
8
Lo correcto sería decir gubernamentalizado, pero una expresión tal conduciría a confusión, dejando
de lado que governmentality es una mentalidad de gobierno.
9
Por ejemplo, el caso de Hawaii que Sally Merry explica en su libro Colonizing Hawaii, 2000 y en
Rights, religion and community: Approaches to Violence against women in the context of globalization,
2001.
10
Sobre este punto ver Castoriadis, Cornelio, 1982, De la ecología a la Economía; Castoriadirs, Cornelio,
1996, Psique, imaginación, sujeto y autonomía, Pp. 82-103; Estrada Araque, Ernesto, 2005, Racionalidad
Contemporánea y proceso de subjetivación; Díaz, Esther, 2003, Michel Foucault: Los modos de subjetivación.
Debo estas referencias a Iván Vargas Roncancio.
23
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
11
Sarat, Austin, 1990, “…the law is All Over”: Power, Resistance and the Legal Consciousness of the
Welfare Poor”. Ver también sobre este punto: Bourdieu, Pierre y Teubner, Gunther, 2000, La fuerza
del Derecho. Debo esta referencia a Oscar Andrés López Cortés.
24
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
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Debe tenerse en cuenta que lo social es producido desde el Estado.
25
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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Por dispositif Foucault entiende el sistema de relaciones que pueden ser establecidas entre un en-
samblaje heterogéneo de discursos y de relaciones de poder.
28
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
Derecho y clase
Para algunos autores, el derecho no es otra cosa que ideología legal. El
derecho es el producto de la aparición de la burguesía y, particularmente,
el resultado de la aparición de la forma del contrato con el cual se regula-
ban las relaciones entre los obreros y sus empleadores. Gracias a la forma
del contrato, lo que realmente eran formas de dominación se convertía en
transacciones libres entre sujetos iguales, en las cuales unos sujetos vendían
su fuerza de trabajo y otros las compraban a un precio establecido por las
leyes del mercado (Tigar M., 1999). La dominación de la burguesía sobre
el proletariado era producida gracias al papel legitimador que cumplía
la ley. Así, la ley era una forma de ideología, esto es, una forma de falsa
consciencia sobre la realidad que hacía que sujetos jurídicamente iguales
realizaran transacciones realmente desiguales. De acuerdo con Levy, la le-
galidad burguesa se basaba en tres mitos: El mito de la bondad del Estado;
el mito de la neutralidad de los principios en los que se fundaba el Estado,
y el mito del proceso legal. Este último se caracterizaba por considerar a
las cortes como el único lugar en el cual el cambio social era posible14. Esta
concepción del derecho está asociada a la concepción que del Estado se de-
riva en los análisis clásicos del Marxismo. Para algunos marxistas clásicos,
el Estado es un instrumento de poder de una clase que es utilizado para el
control y la dominación de otra clase. En esta concepción, el poder es visto
como ejercido por el Estado y como esencialmente negativo. El poder, para
esta perspectiva, es pura dominación15.
Tal vez la concepción más clásica de las relaciones entre derecho y capi-
talismo se encuentre en la obra de Eugenio Pashukanis16. Aunque en Marx
no se da una verdadera teoría del derecho, Pashukanis intenta desarrollar
14
Esta ideología ha sido definida como la ideología del liberalismo legal. Ver Kalman, Laura, The
strange career of legal liberalism, 1996.
15
Ver esta discusión en Negri, Antonio, 1979, Capitalist Domination and Working Class Sabotage. Sin
embargo, en Negri se observa un análisis que conduce a resultados similares a aquellos de Michel
Foucault. De acuerdo con Negri, en la etapa actual del capitalismo el Estado no puede ser entendido
más como un simple instrumento de dominación. El Estado ha sido reestructurado y ha resucitado
para un mejor control la ideología de la libertad.
16
Ver Pashukanis, E.B, 1980, Pashukanis: selected writings on Marxism and Law.
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
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Sobre la relevancia del Estado con respecto a la Economía ver Polanyi, Karl, 1944, The Great Trans-
formation.
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Es con un texto publicado por Karl Klare en 1979 que el análisis marxis-
ta del derecho se adentra por nuevos caminos, en los cuales se reconoce la
fuerza productiva del derecho y la necesidad de analizar al derecho no sólo
como un instrumento sino, además, como praxis. De acuerdo con Klare, la
ley representa una forma de práctica social expresiva en la que la comuni-
dad participa en configurar el texto moral, localizador y adjudicador de la
vida social. Esto significa que el orden legal no es constituido sólo por los
actores dominantes en la sociedad sino también por los oprimidos en sus
prácticas cotidianas. Como lo han señalado Negri y Arrighi, en las luchas
sociales el Estado se reestructura a través de la reintroducción de la idea de
libertad, de modo que sean los mismos oprimidos quienes contribuyan a su
situación de opresión a través de la auto-regulación de su libertad (Negri,
1979; Arrighi, 1994). De este modo, la producción del derecho no es sólo el
18
Esta discusión recuerda la reciente –desde los años ochentas del siglo pasado– reintroducción de
las instituciones en las teorías del nuevo institucionalismo. Ver sobre este punto: Brinton, Mary C.
and Nee, Victor, 1998 , “Introduction”; Evans, Peter, Sckocpol. Theda, Rueschmeyer, Dieter (eds),
1985, Bringing the State Back In; Hall, Peter and Taylor, Rosemary, 1996, Political Science and the three
new institutionalisms; Koelbe, Thomas A., The new Institutionalism in Political Science and Sociology,
Jan. 1995.
19
Ver Cain, Maureen, 1983, Gramsci, the State and the Place of Law.
32
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
20
La economía también es producto de la actividad humana como lo muestra Timote Mitchell en
su excelente libro sobre Egipto. Mitchell, Timothy, 2002, The Rule of Experts. Egypt, Techno-Politics,
Modernity.
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
Alan Hunt ha sentado las bases para una teoría constitutiva del derecho.
Luego de realizar un análisis de las diferentes formas de estudiar al dere-
cho, Hunt propone una teoría del derecho como un modo constitutivo de
regulación. Para Hunt la preocupación central es separar la ley del Estado,
pues la teoría legal tradicional concibe al derecho como un mecanismo por
el cual el Estado regula e impone orden en la sociedad. De esta manera, se
concibe al Estado como ordenado y ordenador y a la sociedad como desor-
ganizada pero organizable (Hunt, 1993). Contrario a esta tradición, Hunt
propone tratar a la ley como regulación, pues de esta manera la dicotomía
coerción versus consenso, propia de la teoría tradicional, desaparece y
en su lugar ingresa una visión mucho más rica e interesante del derecho.
Para Hunt la regulación “trae consigo el despliegue de conocimientos es-
pecíficos encapsulados en formas legales o cuasi legales de intervención
en prácticas sociales específicas cuyos resultados tienen consecuencias
para la distribución de los beneficios y de las cargas para los participantes
en las prácticas sociales sujetas a la regulación” (Hunt, 1993: 314). Toda
regulación trae consigo la supresión, la marginalización o el repudio de
formas alternativas de ser, mientras se promueven otras realidades. Hunt
muestra cómo la regulación selecciona sus objetos, a través de su conside-
ración como sujetos problema o como problemas que aquejan a la sociedad;
aparecen también los agentes de la regulación que tienen a su cargo las
tareas de control del problema objeto de la regulación y, finalmente, un
conocimiento de la regulación, pues el problema aparece como tal cuando
es construido desde las ciencias como un problema requerido de atención
especializada.
21
En un análisis fundado en la teoría de Hunt y, por tanto, que comparte sus defectos, ver Wickman,
Gary y Pavlich, George, 2001, Rethinking Law, Society and Governance.
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Las preguntas que permanecen sin respuesta en los estudios del derecho
europeos y anglosajones permanecen atrapados en una visión eurocentrista
y ahistórica, que no se ocupa del papel de los estados en el sistema-mundo
y, sobre todo, que se olvidan de tener en cuenta el carácter capitalista y
colonial del derecho moderno.
22
Para una visión similar pero con una dimensión desde la globalización ver: Klug, Heinz, 2000,
Constituting Democracy. Law, globalism, and South Africa´s Political Reconstruction.
36
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
De lo posmoderno a lo poscolonial
En los últimos años, se ha desarrollado en América Latina una discusión
alrededor de la teoría poscolonial y de su pertinencia para el análisis social
en la región. Esta discusión se dio a la par con aquella en que se debatía si
la posmodernidad era una cuestión de interés para la región. En un volu-
men editado por Eduardo Mendieta, diversos autores, entre ellos Santiago
Castro-Gómez, Walter Mignolo y Enrique Dussel, se ocupan de discutir la
cuestión posmoderna en América Latina. Cabe decir que los argumentos
empleados para ello surgirán después con respecto al debate acerca de la
teoría poscolonial y de su relevancia para América Latina. Ellos se centran
en la pregunta acerca de si somos posmodernos o poscoloniales o si se tra-
ta de una más de las modas intelectuales que se importan de Europa y de
los Estados Unidos y que coinciden simplemente con el retorno temporal
de los intelectuales latinoamericanos en continua diáspora (Mendieta &
Churrión, 2001).
Enrique Dussel, por ejemplo, comienza por la pregunta acerca del co-
mienzo de la modernidad con el fin de establecer la pertenencia de la región
a la modernidad misma. Dussel encuentra que el relato que autores como
Habermas y Wallerstein hacen acerca de la modernidad dejan de lado el
papel que el des/en/cubrimiento de América tiene en la constitución de
Europa como centro del sistema-mundo. Para Dussel, la modernidad co-
mienza con la emergencia de América como la primera periferia de Europa
y a partir de ello es posible que se den las hegemonías mundiales de que
habla Arrighi y la constitución de geopolíticas del conocimiento, como lo
sostiene Wallerstein. Así, 1492 y lo que ello implica, es una condición de
posibilidad de la modernidad y la región así constituida parte de ella, como
su primera hija, o como su lado oscuro (Ashcroft, 1999)23.
23
Sobre la condición posmoderna, ver: Harvey, David, 1994, The Condition of Postmodernity.
37
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
24
Ver: Young, 2003, Robert J.C., Postcolonialism. A very Short Introduction; Young, Robert, 1990, White
Mythologies. Writing History and the West; Young, Robert J.C., 2004, Postcolonialism. An historical
Introduction.
38
Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
25
Ver también: Mudimbe, Vladimir Y, 1988, The Invention of Africa. Gnosis, philosophy and the order of
knowledge.
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Identidades (pos)coloniales
La crítica a la colonialidad no es una cuestión nueva en América Latina.
Autores como Edmundo O´Gorman (O’Gorman, 1986) y Angel Rama (Rama,
1996) han criticado el poder del lenguaje para construir y dominar el lenguaje
del colonizado. Rama, por ejemplo, ha mostrado cómo la palabra escrita se
convirtió en el carácter distintivo de la civilización y por ello se constituyó en
base del dominio tanto en la Colonia como durante la República. Las elites
latinoamericanas se valieron de la palabra escrita para establecer no sólo un
dominio político sobre los subalternos, sino también un dominio colonial
sobre su imaginario. En reemplazo de la visión colonial que hacía de España
el centro de poder, los criollos re-presentaban a la nación en sus propios
términos, una nación de la cual los/las subalternos/as eran incluidos/as sólo
en tanto sujetos excluidos. De esto no se sigue que no haya habido formas
de resistencia, ni que la palabra escrita no fuera puesta en cuestión a través
del relato oral o del testimonio, como lo muestra Ashcroft (Ashcroft, 1999),
pero sí que la palabra escrita y sus dominadores se valieron de ella como
parte de sus estrategias de disciplinamiento y de dominio (pos)colonial26.
26
Ver: Benavides Vanegas, Farid Samir, From Santander to Camilo and Che: Graffiti and Resistance in
Contemporary Colombia, 2004b. En Colombia, los indígenas de Cumbal se valen de la palabra escrita
para fundamentar sus reclamos gracias a una investigación de archivo en Quito, Ipiales y Pasto
que les permitió encontrar títulos para sus reclamos de propiedad sobre la tierra que habitan. Al
respecto, Rapaport, Joanne, 2005, Cumbre Renaciente. Una historia etnográfica andina. Debo esta re-
ferencia a Oscar Andrés López Cortés. Sobre el mismo punto ver Espinosa Arango, Mónica, 2004,
Of visions and sorrows. Manuel Quintín Lame´s Thought and the violences of Colombia.
27
Ver: Moraña, Mabel, 1994, De La Ciudad Letrada al imaginario nacionalista. Contribuciones de
Angel Rama a la Invención de América y Moraña, Mabel, ed, 1997, Angel Rama y los estudios
latinoamericanos.
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Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
28
Sobre la etnicidad como una categoría socialmente construida ver: Restrepo, Eduardo, 2004, Teorías
Contemporáneas de la etnicidad. Stuart Hall y Michel Foucault.
29
Sobre violencia epistemica ver Spivak, Gayatri, 1994, Can subaltern speak?. Sobre violencia her-
menéutica ver: Benavides Vanegas, Farid Samir, Hermeneutic Violence: Human Rights, Law, and the
constitution of a global identity, 2004c. Ver también: Kirkby, Diane & Coleborne, Catharine, 2001,
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Introducción La Subalternización a Través del Discurso Jurídico...
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Civilización y teorías poscoloniales
“La diversidad como proyecto universal”
Iván Darío Vargas Roncancio*
Introducción
L
a idea de civilización30 en el campo de las teorías poscoloniales31,
es análoga, en muchos sentidos32, a términos tales como: moder-
nidad33 (un Estado moderno es un Estado civilizado) y Occidente
(Occidente representa el estadio más alto de la civilización)34.
* Investigador COPAL.
30
Ver Elias, 1994: 581; Ribeiro, 1993: 244; Newman, 1979; Bierstedt, 1966.
31
Ver Mignolo, 1995.
32
Designa un mismo cuerpo de creencias y valores que para los efectos del presente trabajo, serán
objeto de la crítica poscolonial.
33
Enrique Dussel al referirse al mito de la modernidad, nos dice “la Civilización moderna (europea)
se entiende a sí misma como la civilización superior, como la más desarrollada; este sentido de
la superioridad la obliga, en forma de un imperativo categórico, como si dijéramos, a desarrollar
(civilizar, edificar, educar) a las civilizaciones más primitivas, bárbaras y subdesarrolladas…allí
donde los bárbaros, o lo primitivo, se oponen al proceso civilizador, la praxis de la modernidad
tiene en último término, que recurrir a la violencia necesaria para deshacerse de los obstáculos que
se oponen a la modernización…el héroe civilizador imprime a su víctima ( la persona colonizada, el
esclavo, la mujer, la destrucción ecológica de la tierra etc.) el carácter de ser participe en un proceso
de sacrificio, de redención; desde el punto de vista de la modernidad, el bárbaro o el primitivo existe
en un estado de culpa…esto hace posible que la modernidad se presente a só misma no sólo como
inocente, sino también como una fuerza que emancipará y redimirá a sus víctimas de su culpa; dado
este carácter civilizador y redentor de la modernidad, los sufrimientos y sacrificios (los costes) de la
modernización impuestos sobre los pueblos inmaduros, esclavos, razas, el sexo débil, etcétera, son
inevitables y necesarios” (Dussel, 1993: 75).
34
“Es obvio que la civilización es algo relacionado con la globalización y con el sistema- mundo moderno-
colonial. Pero lo que no es tan obvio es qué relación existe entre estos conceptos” (Mignolo, 2000: 355).
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
35
Una definición provisional: estadio primario del desarrollo humano en comunidad, caracterizado
por la inexistencia de un lenguaje articulado, instituciones sociales y políticas como la familia y el
Estado, división del trabajo social (ver Durkheim); explicación científica de los fenómenos naturales
etc. Lo bárbaro se define como lo otro de lo civilizado, pero inserto en su totalidad (Dussel, 1993).
36
Ver, Mignolo, 2000. En efecto, “…Norbert Elías se vio forzado a hablar de proceso de civilización para
subrayar el devenir más que el ser de las civilizaciones”. En este sentido, la voz civilización designa
una entidad (ser), pero también un proceso, una entidad en formación: a un tiempo, un ser y un
devenir.
37
“El sacrificio y la idea de salvación, que antes eran colectivos, se vuelven personales….Para los
antiguos aztecas, lo esencial era asegurar la continuidad de la creación; el sacrificio no entrañaba la
salvación ultraterrena, sino la salud cósmica; el mundo, y no el individuo, vivía gracias a la sangre y
la muerte de los hombres. Para los cristianos, el individuo es lo que cuenta” (Paz, 1999: 61). Recor-
demos que actos como el sacrificio de seres humanos y animales, la antropofagia, el chamanismo,
entre otras prácticas, son rechazadas por la razón civilizadora, por ir en contra del ser humano,
máximo valor de la cristiandad, y, eran calificadas como actos de barbarie, esto es, actos opuestos
a la civilización.
38
Ver Durkheim, 1967.
52
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
De acuerdo con esta visión del curso del desarrollo humano, las socieda-
des, y por lo tanto los individuos, deben evolucionar de estadios menores a
estadios superiores, abandonando, progresivamente, las ataduras del mito
como explicación válida de lo existente39; la poligamia como institución fa-
miliar; el politeísmo como sistema religioso, y la economía de subsistencia
como resultado del trabajo.
39
Según Claude Lévi-Strauss en Pensamiento Salvaje: el pensamiento científico y el pensamiento
salvaje, corresponden a dos sistemas de pensamiento independientes y autónomos, que intentan
construir explicaciones acerca del funcionamiento de lo existente dentro de sus particulares pará-
metros culturales, en ese sentido, de ambos se puede predicar una validez interna. El pensamiento
salvaje no es un estadio anterior al pensamiento científico, no es en ese sentido pre-científico. Este
tipo de pensamiento, también se sirve de un método a través del cual intenta dar una explicación
culturalmente válida del funcionamiento de la realidad. Es en suma, un sistema de pensamiento
independiente y autónomo.
40
Por ideología aquí entendemos un cuerpo de ideas: un cuerpo que tiende a fortalecer la unidad de
sus elementos y a proclamar una coherencia interna. Se propone constituir una explicación válida
de determinada realidad.
41
Autores como Walter Mignolo, discuten ésta idea al introducir la noción de pensamiento fronterizo
(Mignolo, 2000, capítulos II y IV). Para este autor, “…la teorización poscolonial como una repre-
sentación particular de la razón subalterna coexiste con el propio colonialismo como un movimiento
constante y como una fuerza orientada hacia la autonomía y la liberación en todos los órdenes de
la vida…” (Mignolo, 2000: 168). (la cursiva es nuestra). Esta fuerza, inaugura una nueva epistemo-
logía, un nuevo pensamiento, en el límite entre la modernidad y la colonialidad, en su frontera.
Hablar de teorías poscoloniales como teorías contra modernas, podría hacernos perder de vista
el lugar en el que se produce la teoría, un lugar por excelencia, hibrido, criollo. El prefijo contra,
supone erróneamente la existencia de una exterioridad territorial (las colonias liberadas), desde
donde se produce la razón subalterna, en tanto corriente inversa de la modernidad, dejando de
lado, el carácter im-puro, hibrido de la cultura resultante del “choque de dos mundos”, y de los
discursos “emergentes”. Al mismo tiempo, dicho prefijo, sugiere que la modernidad habría salido
de la nada: con esto se negaría la diferencia colonial, en la que tanto insiste Mignolo: la “cara oculta
de la modernidad”, en la que a su vez, insiste E. Dussel. Por otra parte, Veena Das (1989: 310) nos
dice citando a Spivak: “…negar que escribimos como gente cuya conciencia ha sido formada como
sujetos coloniales significa negar nuestra propia historia. Sin embargo, la conciencia de nosotros
mismos como sujetos coloniales se ve modificada por nuestra propia experiencia y por la relaciones
que establecemos con nuestras tradiciones intelectuales”.
53
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Preferimos el término “subalternizado” al término “subalterno”, con el fin de establecer una rup-
tura de orden histórico: antes de la “visita” del colonizador, los habitantes del territorio “visitado”
o “descubierto”, no eran ni mucho menos “subalternos” de nadie. Ésta (subalterno) no es una
categoría que se refiera a su subjetividad de manera a-histórica, de modo que su empleo, puede
hacernos correr el riesgo de “naturalizar” una condición históricamente determinada, y por lo
tanto, susceptible de desaparecer. La categoría “subalternizado”, si recoge dicha consideración,
denuncia un tránsito de “subjetividades”: antes no se era subalterno de nadie, ahora se ha sido
“subalternizado”, como consecuencia de la práctica colonizadora.
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Más adelante, Mignolo sugerirá que es falaz sostener que “…las teorías
y las ciencias son producidas en los países del Primer Mundo donde no
existen las obstrucciones ideológicas para el desarrollo del pensamiento
científico y teórico” (Mignolo, 2000: 12). Esta falacia, a su vez, supone que
43
“Me gustaría insistir en el hecho de que el ‘post’ en ‘post colonial’ es notablemente diferente de los
otras post de la crítica cultural contemporánea. Iré aún más allá al sugerir que cuando se compara
con la razón postmoderna, nos encontramos con dos maneras fundamentales para criticar la mo-
dernidad: una, la postcolonial, desde las historias y herencias coloniales; y la otra, la postmoderna,
desde los límites de la narrativa hegemónica de la historia occidental” (Mignolo, 2000: 2).
44
Fue Carl Pletsch (1981) “…quien trazó la división social y científica del trabajo en relación con la
división geopolítica del Primero, Segundo y Tercer Mundos entre 1950 y 1975. Periodo en el que la
labor social y científica estuvo reorganizada de acuerdo al nuevo orden mundial, coincidentemente
con el período de surgimiento de los discursos coloniales y el establecimiento de las bases de las
teorías postcoloniales.” (Mignolo 2000: 10).
55
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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Gayatri Chakravorty Spivak nos sugiere que la historiografía hegemónica, ha atravesado por una
serie de fracasos cognoscitivos que has significado sin embargo su éxito en la empresa colonial.
La maniobra más exitosa de ésta historiografía es “la producción de evidencia”, para construir el
edificio de la verdad histórica. El subalterno enfrenta ese mismo fracaso cognoscitivo a través de la
conciencia subalterna, y “…a menos que se separe de sí mismo (elimine la alienación a la que está
sometido) para comprender el objeto” no hay cognición. De modo que el subalterno está también
sometido al juego de la cognición y en riesgo de propiciar nuevos fracasos cognoscitivos: “...de
hecho no hay pensamiento, no hay juicio…”: (Spivak: 5).
46
Ver Dussel, 1998 (en Particular, secciones uno y dos).
47
Las negrilas son nuestras.
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
La idea de civilización
En estos quinientos años considero cuatro momentos coexistentes que por razones
discursivas y cronológicas obvias, tengo que enumerar uno tras otro: cristianismo,
misión civilizadora, desarrollo y mercado global. Cada momento corresponde a
un diseño global particular y como es obvio, origina diferentes historias locales como
respuesta a esos mismos diseños globales.
Walter Mignolo49
48
En Toynbee: La civilización puesta a prueba, encontramos una concepción lineal del tiempo y de la
historia. En (Mignolo, 2000,: 190 – 191, 202), la idea de la negación de la coetaneidad (el primitivo es
relegado al pasado), como un mecanismo de subalternización. Por otro el concepto de nayrapacha:
“el pasado-como-futuro” (Mignolo, 2000: 245)
49
La negrilla es nuestra.
50
“Ese éxodo (de judíos y musulmanes de la península ibérica) concebido por la clase dominante
como una extraordinaria oportunidad de enriquecimiento merced a la confiscación y prorrateo de
los bienes de judíos y musulmanes, trajo aparejado un grave retroceso económico. Junto con las
herejías, se erradicó de Iberia casi todos los sectores intermedios de artesanos pequeños, granjeros y
comerciantes compuestos principalmente por “castas infieles”. La destrucción de ese contrato social hizo
caer inmediatamente el nivel técnico de las actividades agrícolas y manufactureras, y desmontó el sistema
nacional de intercambio mercantil que relacionaba e integraba las diversas esferas productivas,
contribuyendo decisivamente para hacer a España y después a Portugal, inaptos para la revolución
industrial” (Ribeiro, 1993: 106)
58
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
Dice Mignolo:
59
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Para una distinción sociológica comunidad/sociedad, ver Durkheim, 1967, Cap. 1.
60
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Así que, como solo es posible hablar de “una universalidad” (no hay algo
así, como ‘universalidades superpuestas’: no pueden coexistir lógicamente
dos “universalidades”), forzosamente debemos concluir que existe una sola
civilización, una sola “entidad cultural” que excluye y es capaz de nombrar
lo otro como distinto y, por qué no, in-civilizado, a-civilizado y, finalmente,
bárbaro52, constituyendo de ese modo el locus de enunciación válido.
Según este autor, los conflictos más importantes del futuro ocurrirán
en “las fallas de las líneas divisorias que separan a esas civilizaciones” (la
occidental, la confuciana, la japonesa, la islámica, la hindú, la ortodoxo-es-
lava, la latinoamericana y la africana). Enumera seis razones para llegar a
esta conclusión que sintetizamos de este modo:
52
“The barbarian derives from an ancient Greek Word to indicate those who make “bar-bar” sounds,
far too indistinct to be considered a language. For Greeks, to be without a language was to be outside
the ken of humanity”. (Negrillas fuera del texto consultado): Prashad, Vijay, Every Body was Kung
fu fighter: Afro- Asian connections and the myth of cultural purity, Boston: Beacon Press, 2002.
Capítulo 1. Ésta aproximación es perfectamente compatible con la definición de Huntington, para
quien el lenguaje, es una característica esencial de la civilización, siendo el lenguaje algo distinto a
los “bar-bar sounds”.
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Para este autor, la civilización occidental es, hoy por hoy, una civilización
hegemónica en el mundo, pero no es la única. Sin embargo, su hegemonía
ha ocasionado la reacción de civilizaciones no occidentales, con preten-
siones igualmente hegemónicas. Todas las diferencias de orden cultural
que se tejen al interior de cada civilización son simplemente subsumidas
en ella (entonces tenemos algo llamado civilización africana y latinoame-
ricana) como consecuencia de un impulso universalizante, a través del cual
son ahogadas las diferencias específicas la fabricación de grandes bloques
culturales caracterizados por una supuesta homogeneidad de instituciones,
costumbres, lenguas y visiones del mundo.
Por su parte, Norbert Elías considera que, más importante que la enti-
dad (civilización), es su proceso (proceso de la civilización). La civilización,
entonces, se refiere a un ser y a un devenir.
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Elias plateará indirectamente una crítica a Darcy Ribeiro (el tercer autor
que analizaremos en este trabajo), al sostener que aquello que se nos pre-
senta como el fuerte de una teoría científica de las sociedades en todos los
tiempos y lugares, “no es más que una mezcla de ser y deber ser, de análisis
objetivos y de postulados normativos que se remiten de un modo primario
a una sociedad de un tipo muy concreto (‘la sociedad industrial europea’)
y a un Estado nacional presuntamente igualitario (‘el Estado-nación Euro-
peo’)” (Elias, 1994: 29).
65
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“No es la técnica la causa de estas transformaciones (en el comportamiento de las sociedades). Lo
que nosotros llamamos técnica no es más que uno de los símbolos de las últimas formas de con-
solidación de aquella previsión permanente a la que obliga la constitución de secuencias cada vez
más prolongadas de acciones y la competencia entre unidades vinculadas de ese modo” ( Elias,
1994) Supra. n. 1 p. 468. Un punto de vista distinto es expuesto por Darcy Ribeiro en su Proceso
Civlizatorio. Para él, las revoluciones tecnológicas son las que generan las trasformaciones en los
otros sistemas: asociativo (instituciones sociales) e ideológico (visiones del mundo).
66
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54
(Ribeiro, 1993), Supra. n. 1, p. 9.
69
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55
“El concepto revolución tecnológica, es aquí empelado para designar aquellas transformaciones en
la habilidad del hombre para explotar la naturaleza o para hacer que sea suficientemente prodigiosa
para producir alteraciones cualitativas en toda forma de vida social” (Ribeiro, 1993), Supra. n. 1, p.
11 Nota: una descripción general de las ocho diferentes revoluciones a las que se refiere el autor,
entre ellas la revolución agrícola (hace más de diez mil años), la urbana, la de regadío (que inaugura
civilizaciones regionales) y las revoluciones mercantil e industrial (en la que se inscribe la civiliza-
ción mundial), en las páginas: 32-35. queremos anotar un ejemplo de la forma en que la civilización
afecta formas de producción no capitalista, en el marco de la revolución industrial: “con la nueva
tecnología (se refiere a la acumulación de inventos mecánicos) se había vuelto posible y ventajosa la
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Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
conversión de toda mano de obra, inclusive la esclava, en fuerza de trabajo asalariada, y se había
hecho necesario operar urgentemente esa conversión para liquidar las formas de producción artesa-
nal aún sobrevivientes en todo el mundo, a fin de atribuir nuevas funciones a los trabajadores” (ibid.
121) “Se imponía también elevar el nivel de productividad y consumo con el objeto de ensanchar
el mercado de los productos industriales para dar lugar a una expansión continuada del sistema
fabril” (ibid. 123).
Usando la terminología evolucionista, otras visiones del progreso dirían que el paso de la esclavitud
a la fuerza de trabajo asalariada, es en realidad un estancamiento, toda vez que aún, no se habría
logrado liberar al hombre.
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En tercer lugar, Ribeiro nos dice: “[e]l examen de varios modos de ser
de las sociedades humanas… revela que estas son clasificables en categorías
diferentes, de acuerdo con el grado de eficacia que alcanzaron en el dominio
de la naturaleza (Ribeiro, 1993: 21).
Esto parece indicar que entre mayor sea la capacidad del hombre de do-
minar la naturaleza (entendiéndose a sí mismo como algo distinto de aquella),
mejor será su capacidad tecnológico/productiva, y mayor su grado de civi-
lización. El ser civilizado estaría ligado al poder acumulado por el hombre
en el conocimiento y control de la naturaleza. En términos de Ribeiro, en el
fortalecimiento de su aparato adaptativo. No obstante, en algún punto las
sociedades dejarán de adaptarse a su medio ambiente para adaptar el medio
ambiente a sus propias necesidades, generando dinámicas de transformación
profunda de los ciclos naturales de la fauna, la flora y el clima, convirtiéndose
progresivamente, de este modo, en agentes productores de una naturaleza
incapaz de reproducirse, de naturaleza estéril, o, usando una metáfora artística,
naturaleza muerta.
72
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( Ribeiro, 1993), Supra. n. 1, p. 107, encontramos las características de la colonización americana.
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La evolución es un proceso dialéctico, con procesos de progreso y regresión. (Ribeiro, 1993) Supra
n. 1, p.162.
58
El feudalismo sería entendido como una época de retroceso, de desintegración de los sistemas aso-
ciativos (decadencia de los imperios) y el sistema mercantil: se genera una economía de subsistencia.
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Vale la pena resaltar que si bien Ribeiro considera que la tecnología es el principal factor dinámico,
su despliegue no está exento de consecuencias criticas: la revolución mercantil generó un proceso
de “…desarraigo y reubicación de trabajadores…separando a los artesanos de los vínculos corpo-
rativos de los gremios, para convertirlos en asalariados de las nuevas empresas. Como mano de
obra calificada, esos artesanos prestaron a la revolución tecnológica, el concurso de su destreza
acumulada secularmente y agregaron a la fuerza de trabajo un estrato diferenciado de técnicos y
especialistas…En cada país a medida que progresaba la conversión de la economía a los criterios
capitalistas, fueron siendo abolidas las corporaciones de oficios, los reglamentos de aprendizaje,
las comisiones salariales. Todas estas ordenaciones protectoras fueron sustituidas progresivamente
por el ideario liberal de la igualdad ante la ley y e libre derecho de contrato” (p. 111).
Por un lado se desarticularon los gremios de artesanos, que cumplían una función proteccionista,
a través de la implantación progresiva “del ideario liberal de la igualdad ante la ley” y por otro,
se aprovechó su saber tradicionalmente adquirido, su destreza, para servir a la misma revolución
tecnológica que los condenó a la miseria. Un estudio sobre las corporaciones en: Durkheim, Emilio,
1967, Algunas indicaciones sobre los grupos profesionales, Prefacio a la Segunda Edición del libro De la
división del trabajo social, Buenos Aires Ed. Schapire.
60
Held, David, McGrew, Anthony, Goldblatt, David y Perraton, Jonathan, 2002, Transformaciones
globales: política, economía y cultura, México, Oxford University Press.
61
De acuerdo con Bierstedt (1966) Supra n. 1, pp. 483-490: Para Toynbee, existen dos índices de
civilización, el primero es la presencia de instituciones y el segundo, la división del trabajo. En
relación con el segundo, existen algunas dificultades: ¿Cómo saber las causas de aquella división?,
¿hasta qué punto dicha división del trabajo permanece constante? Para Toynbee, la civilización
se diferencia de una sociedad primitiva en la dirección de la mimesis: una sociedad es civilizada
si sus miembros imitan a un líder vivo, uno que empuja la sociedad hacia la cima del progreso (la
civilización es el lado activo de la sociedad). Una sociedad primitiva permanece estática, igual a sí
misma, sus miembros imitan a los ancestros, y se quedan de ese modo, en la base de la montaña.
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Encontrar probadas unas causas comunes nos hace pensar que dichas
causas no corresponden a una invención del investigador, sino que son en-
contradas en el objeto de estudio. Esto es que, así como el objeto, tienen su
propio estatus ontológico, es decir, son reales: ¿pueden encontrarse causas
comunes de la evolución socio-cultural para todas las formaciones?, ¿es posible
formular una ley de la evolución socio-cultural en la que se usan categorías
Nos parece que esta idea (quedarse en la base de la montaña), puede ser útil para comprender la
idea de tradición. No obstante la tradición “…no significa…algo anterior a la modernidad, sino
más bien persistencia de la memoria. En este sentido, no existe diferencia entre las tradiciones
africana y europea. Tanto África como Europa tienen las suyas, y ambas tienen “modernidades” y
“colonialidades”, aunque estas se den en configuraciones diferentes” (Mignolo, 2000: 122)
62
Ver Campbell, Joseph, The Power of Myth, Anchor Books, New York, 1990.
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Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
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Es importante anotar que Ribeiro es un autor que en sus análisis tiene en cuenta lo que Mignolo
denomina “la diferencia colonial”: los territorios coloniales en América “…estructurados como
contraparte de esta formación mercantil salvacionista (de ese modo se refiere a la España de los
siglos XVI y XVII), por la vía de una actualización histórica se conformarían en los grandes moldes
de un nuevo colonialismo esclavista, insertado dentro de un sistema económico unificado e inte-
ractivo. No se configuran por lo tanto como etapas pretéritas de la evolución humana sino como
partes complementarias de un mecanismo complejo que tenía como centro dinámico las potencias
ibéricas, y como áreas periféricas y “proletariados externos”, las poblaciones concentradas en las
colonias” (p. 107) (las negrillas son nuestras). Continua diciendo: “…la condición de subdesarrollo
no representa el atraso ante el progreso o un modelo arcaico de sociedad en relación a un modelo
progresista. Representa, eso sí, una secuela necesaria de las propias fuerzas renovadoras de la
revolución industrial, que generan simultáneamente dos productos: los núcleos industriales como
economías de alto patrón tecnológico, y la periferia neo colonial de naciones estructuradas menos
para atender a sus propias necesidades que para proveer a aquellos núcleos bienes y servicios en
condiciones subalternas” (p. 127) (negrilla fuera del texto original). Ver asimismo, p. 115.
No obstante al referirse a las sociedades consideradas “primitivas” establece una regla de su
evolución social, al utilizar la expresión “…serán fatalmente alcanzados por ellos” (los ciclos del
progreso) (p.41). Por otro lado, al referirse a Colombia, Ribeiro parece indicar que somos un pueblo
que para tener futuro, debe integrarse a los modos de ser de las sociedades industriales modernas
(p.130): ¿hay aquí una contradicción?
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Teorías poscoloniales
La razón poscolonial (aquí la diferencia entre teoría y razón es una cues-
tión de grado) se entiende como un grupo diverso de prácticas teóricas que
se manifiesta a raíz de las herencias coloniales.
64
“…deberíamos ser capaces de distinguir las teorías poscoloniales, como una mercancía académica
(del mismo modo en que las teorías posmodernas fueron y son mercantilizadas), de la teorización
poscolonial, en tanto críticas subsumidas bajo la razón subalterna y la gnosis fronteriza (que retoma-
remos en el acápite de Concepciones del pensamiento): un proceso de pensamiento que la gente
que vive bajo la dominación colonial ha representado con el fin de negociar su vida y su condición
subalterna” (Mignolo, 2000: 167-168).
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ver Dussel, 1995. En esta obra se nos dirá, que la liberación del esclavo, supone al mismo tiempo la
liberación del amo: “Liberación como “trabajo” es estrictamente el acto transontológico del que en
la totalidad –el amo– escucha la palabra del Otro –el oprimido– (que irrumpe como interpelación
desde más allá del sistema, cuestionándolo) y se juega por él” (ibid, 132).
66
“Otro uso muy importante de poscolonialidad, a pesar de emplearse con poca frecuencia, se refiere
a las nuevas formas de colonialidad. …Poscolonialidad en ese sentido no implica que la colonialidad
haya quedado reducida a cenizas…lo que sucede más bien, es que reorganiza sus fundamentos
(modernidad/colonialidad)” (Mignolo 2000: 158).
67
“Praxis es una palabra griega, que significa acción, obra. El hombre obra, hace, realiza, produce,
pero ¿Por qué?, o ¿para qué? La respuesta es muy simple: para el poder-ser, que es el proyecto;
“lo-que-no-se es-todavía” me interpreta, me hiere como “falta-de”. Si tengo hambre es porque me
falta “estar-en-la-saciedad”; si quiero ser psicólogo pero no los soy, me-falta ser psicólogo como
un menoscabo. Y bien, la praxis, el obrar, no es sino la mediación actual por la que la “falta-de”
es cumplida, realizada. Por ejemplo, tengo hambre y no estoy todavía en la saciedad, entonces,
¿Qué hago? Me pongo de pie, camino hasta el almacén, compro pan, vengo a casa, lo corto y lo
como. Todo esto es praxis, es un obrar…Praxis, entonces, es la acción exigida por la “falta-de” del
proyecto”. (Dussel, 1995) Supra n. 38, p. 106.
Decimos entonces que si lo que-no-se-es-todavía es la liberación, la teorización poscolonial, en tanto
praxis, acción, obra…es para la liberación: la teorización poscolonial hace parte de la mediación
actual por la que la “falta-de” liberación es cumplida.
79
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68
En lo que concierne al discurso académico de la historia –esto es, la “historia” en tanto discurso
producido del lado institucional de la universidad- , “Europa” permanece como el sujeto teórico
soberano de todas las historias, incluyendo aquellas que nosotros llamamos `india`, `china, `kenya-
na`, y así sucesivamente…Existe una forma peculiar en la cual todas aquellas historias tienden a ser
variaciones de una narrativa maestra que puede ser llamada “la historia de Europa” (Traducción
libre de un texto de D. Chakrabarty, 1995, “Post-coloniality and the artífice of history”, en: The
Post-colonial Studies Reader, Routledge, Londres: 383 y ss.
69
La alternativa narrativa del colonialismo propuesta por Spivak, a través de una brillante revisión
de textos que exponen las fabricaciones y exclusiones en la escritura del archivo, está dirigida a
cuestionar la autoridad del record histórico recibido, restaurando….la conciencia nativa. (Traduc-
ción libre de un texto de B. Parry: “Problems in current theories of colonial discourse”, en: The
post-colonial Studies Reader (1995), Supra, n. 42, p. 36.
80
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
70
Spivak arguye que la construcción de una identidad cultural inglesa fue inseparable de la represen-
tación del nativo como su objeto. (Op. Cit: 38). Más adelante T. Goldie dirá: El modelo dominante
de poder (…) en las sociedades coloniales, corresponde a una maniquea oposición entre la putativa
superioridad del europeo y la supuesta inferioridad del nativo…los lados positivo y negativo de
la imagen, no son más que variaciones de uno y el mismo péndulo…la implicación de… un ser
blanco como sujeto del discurso (es) dejar al otro negro como el objeto. Traducción libre, (Op. Cit:
232-236).
81
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Durante largo tiempo nos hemos complacido en citar esas lenguas (“pri-
mitivas”) en que faltan los términos para expresar conceptos tales como
los de árbol o de animal, aunque se encuentren en ellas todas las palabras
necesarias para un inventario detallado de las especies y de las variedades.
Pero al mencionar estos casos en apoyo de una supuesta ineptitud de los
“primitivos” para el pensamiento “abstracto”, en primer lugar, omitía-
mos otros ejemplos que comprueban que la riqueza de palabras abstractas
no es patrimonio exclusivo de las lenguas civilizadas (Lévi-Strauss,
1964: 11).
[e]n verdad la división conceptual varía según cada lengua y como lo señaló
claramente en el siglo XVIII el redactor del articulo “nombre” en la Enciclo-
pedia, el uso de términos más o menos abstractos no es función de capacidades
intelectuales, sino de intereses desigualmente señalados y detallados de cada
sociedad particular… (Lévi-Strauss, 1964: 12, 13).
De ahí que el título del primer capítulo del libro al que nos referimos
tenga el título de “La ciencia de lo concreto”: la producción de signos lingüís-
82
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
71
“Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica”
(Saussure, 1945: 128) “El signo lingüístico es pues una entidad psíquica de dos caras…Llamamos
signo a la combinación del concepto y de la imagen acústica: pero en el uso corriente este término
designa generalmente la imagen acústica sola, por ejemplo una palabra (árbol, etc.)…Y propone-
mos conservar la palabra signo para designar el conjunto, y reemplazar concepto e imagen acústica
respectivamente con significado y significante…” (ibid: 129).
83
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
inquietaban” (Nordau, sf: 51) debían tener causas inmediatas. Era incapaz
de pensar de modo abstracto, o sus ideas sobre el mundo no podían des-
prenderse de la material realidad de los fenómenos que percibía. Así, con-
sideraba que hechos físicos como la lluvia, los temblores o las cosechas eran
una emanación directa del poder de una deidad que castigaba o premiaba
sus acciones. Es decir, que ciertas entidades superiores a quienes rendía
tributo tenían voluntad propia. El hombre primitivo se representaría todas
aquellas fuerzas naturales, como la manifestación de un poder “antropo-
mórfico” dotado de conciencia, voluntad y órganos para obrar” (Nordau, sf:
51), no puede comprender dichos fenómenos sino de una forma orgánica,
en su vulgar materialidad: aún no es capaz de pensar en un origen distinto
de todos aquellos fenómenos. El temor que siente por aquellas deidades lo
obliga a ofrecerles sacrificios y súplicas, “en una palabra, a honrarlos con
un culto exterior”. Nordau explica de este modo el origen del sentimiento
religioso en el hombre primitivo, y afirma que la civilización no ha logrado
ni logrará, con toda su ciencia, deshacerse de dicho sentimiento: el hombre
civilizado es profundamente religioso:
84
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
72
“…no resulta difícil ver como detrás del mercado como fin último del proyecto económico que se
ha convertido en un fin en sí mismo, se hallan las misión cristiana del primer colonialismo moderno
(renacentista), la misión civilizatoria de la modernidad secularizada, y el proyecto de desarrollo
y modernización posterior a la Segunda Guerra Mundial (…) El neoliberalismo, con su énfasis en
el mercado y el consumo, no se reduce a una cuestión de economía sino que constituye una nueva
forma de civilización” (Mignolo, 2000: 82) (Las negrillas son nuestras).
85
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Según este autor, los misioneros españoles del siglo XVI categorizaron
la inteligencia humana y la civilización en función del establecimiento de
una escritura alfabética. La gente sin historia escrita fue relegada al pasado,
“a un tiempo anterior al presente”. Esa “negación de la coetaneidad” de
ciertas comunidades consideradas “primitivas” será estudiada en el aparte
correspondiente a las concepciones del tiempo y de la historia. Por ahora,
decimos que la gente con historia (la historia verdadera, la oficial, era aquella
simbolizada en escritura alfabética) podía escribir la historia de aquellos que
carecían de ella. No obstante, en esa labor, incurrirían en sucesivos fracasos
cognoscitivos (Spivak) que traslucirían los elementos de su propia subjeti-
vidad: la estrategia utilizada era la “fabricación de evidencia” (Spivak).
Mignolo (Mignolo, 2000) sostiene que Max Weber transformó esta falta
de escritura alfabética, y por lo tanto de historia, en “la celebración de la
posesión del conocimiento verdadero, un logro occidental de valor univer-
sal”. Asimismo, Dussel, en Ética de la liberación en la era de la globalización y
la exclusión, retomará la pregunta que Weber planteó en su Ética protestante
y el espíritu del capitalismo: “¿[q]ué serie de circunstancias han determinado
que precisamente sólo en Occidente hayan nacido ciertos fenómenos cul-
turales que (al menos, tal como solemos preguntárnoslo) parecen marcar
una dirección evolutiva de universal alcance y validez?” (Weber, 1904. Las
negrillas son nuestras).
86
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
(73) “La gnosis permite hablar de “conocimiento” más allá de las culturas de la erudición…gnosis pa-
rece haber surgido como respuesta ante la necesidad de indicar un tipo de conocimiento secreto u
oculto… el Oxford Companion of Philosophy vincula la gnoseología con la palabra griega conocimiento
y, por lo tanto, no establece una distinción clara entre ésta y episteme (“conocimiento”) No obstante
en él se introduce una distinción importante y moderna en lo que se refiere a la gnoseología y que
remite al tipo de conocimiento que no está expuesto a la experiencia sensorial: conocimiento que
se obtiene mediante la contemplación mística o mediante el puro razonamiento matemático”p.
68. Las negrillas son nuestras. Para una cartografía de los usos que Mignolo atribuye a este término
ver. pp. 68-70.
87
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
74
Para una definición de estos términos ver Ceballos, 2002: 630.
75
“…la frontera era el lindero móvil (hacia el oeste) de la marcha de la misión civilizadora, la línea
que dividía la civilización de la barbarie. La frontera, sin embargo, no era sólo geográfica, sino
también epistemológica,: el emplazamiento de los primitivos y bárbaros era “tierra desocupada”,
desde el punto de vista de la economía, y un “espacio vacío” de pensamiento, teoría y producción
intelectual” (Mignolo, 2000: 377).
88
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
…negar que escribimos como gente cuya conciencia ha sido formada como
sujetos coloniales significa negar nuestra propia historia. Sin embargo, la
conciencia de nosotros mismos como sujetos coloniales se ve modificada por
nuestra propia experiencia y por la relación que establecemos con nuestras
tradiciones intelectuales (1989: 310).
76
Esto supone definir “lo primitivo” “lo bárbaro”, no como lo otro de la civilización, relegado a su
pasado, sino como el otro de una totalidad en el que la combinación “civilización-barbarie” estaría
incluida en un modo de pensamiento que la inscribe como entidad natural, y en una concepción
lineal del tiempo y de la historia, que relega al primitivo, al salvaje, al bárbaro, al pasado de la ci-
vilización…una combinación que es una totalidad, la totalidad occidental. (ver Dussel, 1995). El otro
rebasa dicha totalidad e inaugura un nuevo modo de pensar, subalterno. El “primitivo” es aquí el
“subalterno”.
89
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
77
“Las tensiones existentes entre cultura y civilización que Béji pone en juego, son análogas a mi propio
concepto de pensamiento subalterno en la constitución del sistema-mundo moderno/colonial.”
(Mignolo, 2000: 100)
90
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
Del mismo modo en que Europa trajo consigo una variedad de técnicas
e inventos a los pueblos incluidos en su red de dominación (…) también
introdujo su equipamiento de conceptos, preconceptos e idiosincrasia que
se refería simultáneamente a la propia Europa y a los pueblos colonizados.
Los pueblos colonizados, privados de sus riquezas y de los frutos de su
trabajo bajo los regímenes coloniales, sufrieron además la degradación de
tener que asumir como si tratara de su propia imagen aquella que no era
91
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
78
“Quijano insiste en el hecho de que en América Latina, el “periodo colonial”, no debería confundirse
con la “colonialidad”, y que la construcción nacional que la siguió durante el siglo XIX en la mayor
parte de los países de América Latina (a excepción de Cuba y Puerto Rico) no puede ser entendida
sino a través de la colonialidad del poder” (Mignolo, 2000: 115).
92
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
Creo que por conocimientos sometidos se debería entender otra cosa, algo
que en cierto sentido es totalmente diferente, a saber, todos un conjunto de
conocimientos que han sido descalificados por ser inadecuados con respecto
a sus fines o insuficientemente elaborados: conocimientos ingenuos, situa-
dos en los puestos inferiores de la jerarquía, por debajo del nivel preciso de
93
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
94
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
(iv) Por otro lado, una epistemología “primitiva” reconoce que “…los
amerindios practicaron una filosofía de la vida (…) que privilegia
las interacciones con los ‘organismos vivos’ (la naturaleza) por en-
cima de los objetos construidos (la transformación de la naturaleza
en mercancía)…” (Mignolo, 2000: 229). A partir de esto, es posible
cuestionar que el desarrollo de la tecnología productiva es el prin-
cipal índice del desarrollo de los pueblos, o, en otros términos, de la
transformación de sus estructuras asociativas.
(v) Un modo de pensar basado en una crítica a los supuestos de la civili-
zación no carece de potencial ético:
un pensamiento otro, un modo de pensar que no se inspira en
sus propias limitaciones y que no aspira a dominar y humillar;
un modo de pensar que es universalmente marginal, fragmetario,
no consumado, y, en cuanto tal, un modo de pensar que por ser
universalmente marginal y fragmentario, no es etnocida (Khatibi,
1983: 19).
(vi) Finalmente, señalamos que en el modo de pensamiento inspirado en
la civilización “…el impulso principal es controlar el caos e imponer
el orden” (Mignolo, 2000: 229-230). La coexistencia de orden y caos,
por otra parte, nos remite a la filosofía amerindia, que bien puede
ser articulada al pensamiento fronterizo.
95
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Queremos terminar este texto con algunas anotaciones sobre las dis-
tintas concepciones del tiempo, la historia y el espacio que se inscriben
en estas concepciones del pensamiento que quisimos presentar como
antagónicas.
96
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
Mignolo nos dirá que la dialéctica de Hegel supone una concepción lineal
del desarrollo histórico, mientras que “un pensamiento otro” se basa en las
confrontaciones entre diferentes conceptos de la historia. Por otro lado, la
97
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
79
Rojas, 2001.
80
En: Post-Colonial Studies Reader (1995) Supra. n. 41. (Traducción libre).
98
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
también pueden leerse como cartografías del poder. Los mapas, no son sim-
ples representaciones de las dimensiones de un territorio que dan cuenta
de sus accidentes geográficos. También representan una visión del mundo y
una visión de sí mismos81.
81
El atlas manifiesta el principal componente que ha definido a Europa como la fuente privilegiada de
la producción de significado para el resto del mundo. (Traducción libre de un texto de José Rabasa:
“Allegories of Atlas”, en: Post-Colonial Studies Reader, (1995) Supra. n. 41, p. 358.
82
Las trazas del expansionismo europeo continúan existiendo en los cuerpos y mentes del resto del
mundo, así como existieron en las fantasías de los primeros colonizadores. T.L. de un texto de José
Rabasa, “Allegories of Atlas”, Post-colonial Studies Reader, (1995), Supra n. 41, p. 358.
99
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
De modo que los lugares tienen nombre y apellido, y dan cuenta del de-
seo del nominador84: Amazonas (mujeres fuertes e indómitas), América (en
honor a un europeo), Eldorado (la fuente de riqueza inagotable), Magdalena,
Santa Marta (nombres católicos), Virreinato de la Nueva Granada (unidad
político-administrativa del Imperio español), etc.
83
Existe una imposibilidad de distinguir el lenguaje del sentimiento, del lenguaje de la descripción.
(Traducción Libre de un texto de Paul Carter, “Namig Places”, The Post-colonial Studies Reader,
(1995), Supra n. 41: 402).
84
Dichos nombres (Mount Misery, Lake Disappointment…lugares concretos en Australia) no reflejan
lo que en efecto está allí: por el contrario incorporan la necesidad existencial del viajero que inventa
un lugar que pueda habitar… la principal responsabilidad de los primeros exploradores fue describir
lo que veían…la disonancia entre lenguaje y lugar representó un problema considerable…Fueron
los nombres los que dieron existencia a la historia, los que inventaron las coordenadas espaciales y
conceptuales dentro de las cuales la historia podría ocurrir. (Traducción Libre de un texto de Paul
Carter, “Namig Places”, ThePost-colonial Studies Reader, (1995), Supra n. 41: 405.
100
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
lugar antes llamado Bacatá, será más tarde re-bautizado como Santa Fe,
nombre que hace juego con la empresa evangelizadora.
Conclusiones
El dualismo civilización-barbarie es un producto de la epistemología
hegemónica (civilizatoria). La epistemología subalterna cuestiona esta
oposición en tanto entidad natural sugiriendo que corresponde a una forma
de organizar la historia equivalente a otras tales como: yo-otro; Occidente-
Oriente, blanco-el resto.
85
Para una reflexión sobre la relación entre el espacio y la producción de saber ver Mignolo 2000:
257, 258; 262, 263.
101
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
(…) los intelectuales (…) de los movimientos sociales amerindios (así como
los latinos, afroamericanos y mujeres) son precisamente los agentes primor-
diales del momento en que la “barbarie” se apropia de la práctica teórica y
los proyectos elaborados, englobando y sustituyendo el discurso de la misión
civilizadora y sus fundamentos teóricos (Mignolo 2000: 377).
102
Civilización y Teorías Poscoloniales “La Diversidad como Proyecto Universal”
Bibliografía
Ceballos Gómez, Diana, 2002, “Quyen tal haze, que tal pague”: Sociedad y prácticas
másgicas en el Nuevo Reino de Granada, Bogotá, Ministerio de Cultura.
Durkheim, Emilio, 1967, De la división del trabajo Social, Buenos Aires, Shapire.
103
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Pletsch, Carl, 1981, The Three Worlds or the Division of Social Scientific Labor, Vol.
23, de Comparative Study ans History.
Roscoe, Pound, 2002, Social Control through Law, New York, Transaction
Publishers.
104
2
Cartas para la educación del bello sexo:
estrategias de inclusión/exclusión del
sujeto ‘colonial’ femenino
Yamile Silva*
Introducción
A
partir de la segunda mitad del siglo XIX se inició en Argentina un
proceso de crecimiento y diversificación económica y social que
hizo posible para los hombres del ochenta proyectar un orden de
“liberación y progreso”. Dentro del contexto modernizador, la educación no
sólo sirvió como instrumento de dicha “liberación y progreso” sino también
como medio moralizador de las “buenas costumbres” (Sarmiento, 1988).
Valiosos estudios han definido los modelos de ciudadanía para el hombre
y la mujer a partir de proyectos educativos entendidos como productos de
dicho “clímax liberal de la segunda mitad del s. XIX” (Lionetti, 2001: 223).
Sin embargo, dicho panorama es producto de la gestación ideológica de
comienzos de los años decimonónicos en los cuales se generaron las ideas
de progreso en consecuencia con el panorama post-revolucionario.
Tulio Halperin Donghi (Halperin, 1961) precisa que el proceso de ruptura
de las relaciones de Buenos Aires con la metrópoli, entre los años 1810 y 1820,
marcó el ritmo de un momento de profundas trasformaciones que abrieron
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
86
Consultar a Félix Weimberg, El Salón Literario de 1837, 1958; para una visión completa de las acti-
vidades culturales en la Librería de Sastre, así como para leer los discursos inaugurales del Salón
Literario. Sobre el mundo cultural que pasaba alrededor de las librerías y del mundo editorial de
la época de Rosas, ir a: Buonocore, Emilio, Libros y bibliófilos durante la época de Rosas, 1968.
106
Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
Tras la revisión de Cartas para la educación del bello sexo (Mora, 1824), y
al que me continuaré refiriendo de manera abreviada como Cartas, firmado
bajo el seudónimo “una señora americana”, pretendo demostrar cómo éste
es, a nivel pragmático, un texto precursor del proyecto educativo que tuvo
lugar en la segunda mitad del siglo XIX87, y uno de los primeros intentos
en Hispanoamérica por circunscribir a la mujer, una de las entidades he-
terogéneas, dentro de un modelo de una nación incluyente/excluyente88.
Giorgio Agamben ha definido la excepción soberana como “la figura en
que la singularidad está representada como tal, en cuanto irrepresentable”
(Agamben, 1998: 38). Esto es, lo que no puede ser incluido dentro de la ma-
croestructura del Estado-nación, se incluye en la forma de la excepción, en
una especie de inclusión exclusiva, a lo que Enrique Dussel ha denominado
como “descubrimiento/encubrimiento” haciendo referencia concreta al caso
americano (Dussel, 1993).
87
Cartas para la educación del bello sexo vendría a encabezar una tradición de textos decimonónicos
sobre el tema de la educación de la mujer y los catálogos de mujeres ilustres americanas y europeas
utilizados como modelos de conducta.
88
Mi análisis teórico difiere de la idea europeizante de la nación como una “comunidad imaginada”
desarrollada por Benedict Anderson, ya que denota igualdad entre los sujetos que la conforman.
Me baso principalmente en Giorgio Agamben para quien la Nación/Estado funciona como un ente
incluyente/excluyente.
89
Anderson , 2003.
90
Agradezco a Farid Samir Benavides Vanegas sus precisas reflexiones y sugerencias hechas sobre
este marco teórico.
107
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
91
Sigo la propuesta de Hayden White para quien dentro de la alteridad hay dos tipos de las relaciones:
de continuidad y de contigüidad. La primera permite una serie de similitudes y por lo mismo una
identificación con la alteridad. En este tipo de relación, sólo es posible que ese otro (con minúscula)
sea hombre y europeo. Por el contrario, la contigüidad define un límite para el Otro que es ame-
nazante y que justifica/obliga a una actividad misionera, educativa o de sumisión (White, 1976).
108
Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
delo civilizador. Luego, entraré en un análisis detallado del texto que motiva
este artículo para, finalmente, analizar las estrategias de inclusión/exclusión
del sujeto ‘colonial’ femenino.
92
Durante los siglos XVI y XVII se hicieron cerca de diecisiete ediciones y se tradujo a cinco idiomas:
en 1531 al alemán, 1532 al inglés, en 1537 al checo y al francés y en 1546 al holandés.
109
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
una fórmula narrativa para resolver conflictos que se veían arrastrando por
años y que promovían un imaginario común de las capas que constituían la
expresión más auténtica del sentimiento nacional (Sommer, 2004: 31).
Ahora bien, estos manuales focalizaban los límites entre entidades hete-
rogéneas –niños, mujeres, negros o todos aquellos que conforman la Otre-
dad–, para regular las dinámicas entre ellos y evitar contagios que afecten
los proyectos nacionales. No cabe duda que las fronteras de la ciudadanía
coinciden con los límites impuestos por los parámetros de la higiene del
cuerpo, de las pasiones, de la lengua y, en últimas, de la forma de actuar
en espacios privados y públicos. Estos manuales, junto con muchas revis-
tas femeninas en donde se encontraban recomendaciones para la salud, el
aseo y el bienestar, exigían del manejo de la lectura, fuera ésta silenciosa y
privada, o la lectura acompañada por parte de una persona perteneciente a
la familia o a la comunidad. Así, el acceso a estos textos es, en su concepto
inicial, un proceso de exclusión/selección. La otredad es instaurada: es claro
93
Para una excelente revisión de textos decimonónicos que definieron la noción de feminidad desde
distintas posiciones –biológicas, legales y sociales–, ver la compilación de Catherine Jagoe, Alda
Blanco y Cristina Enríquez de Salamanca, La mujer en los discursos de género, 2004. Aunque no
pertenece a este trabajo la revisión de textos primarios de autoría masculina, en España, llamo la
atención sobre el texto La mujer (1863) de Francisco Alonso y Rubio, editado en dicha compilación,
puesto que aclara la exclusión creada por la cosmovisión burguesa:
La mujer perteneciente a las clases más humildes de la sociedad en los pueblos agrícolas, comparte con el
hombre su rudo y agreste trabajo, vive a la intemperie, emplea sus fuerzas en las labores del campo
[…] Pierde la belleza de sus formas, la frescura de su tez, la suavidad de su colorido: endurece su cuerpo,
desarrolla sus músculos, aumenta sus formas, pero a expensas de dejar sus rasgos característicos, de
adquirir dureza en sus contornos, y de aproximarse por su configuración físicas y sus costumbres
al hombre. (Rubio, 1863: 69)
110
Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
que los indios, negros y mestizos y todos aquellos que no formaran parte
de los intereses de los nuevos señores republicanos engrosarían la periferia
nacional. Ahora bien, si los manuales ayudaron a garantizar la función de
los diferentes miembros del cuerpo nacional, el control se haría total con las
leyes educativas. Las diferencias en la escolaridad e instrucción de niños y
niñas en el siglo XIX contribuyeron a darles opciones diferentes de futuro.
El reconocimiento de la necesidad educativa de las niñas iba relacionado con
una función concreta, “ser madres de familia”. Como Isabel Morant arguye,
este papel de educadora social, que ya habían asignado a las mujeres los
humanistas, se refuerza poderosamente para justificar la orientación de la
educación femenina (Morant, 2002).
La metáfora del “ángel del hogar”94 situó a las mujeres en una realidad
de exclusión de las condiciones de ciudadanía que disfrutaron, desde una
perspectiva de clase, sus iguales. Los centros educativos que se crearon
en Argentina después de finalizados los movimientos emancipadores re-
producían el modelo español. Las áreas de enseñanza que se cubrían eran
lectura, escritura y doctrina cristiana, pero se dedicaban a la música, dibujo,
aritmética, historia y geografía. Antes del año 1820, en el caso español, saber
leer y escribir era la condición para el acceso de la ciudadanía. Con esto,
la exclusión de las mujeres de la óptica política y económica profesional
es clara. Si el sistema quería distinguir socialmente por el nivel de educa-
ción, las mujeres no tendrían abierto el camino a la promoción personal
en el ámbito público. Antonia Fernández lo ha definido como un período
caracterizado por ser una “sociedad de clases, discriminación de género”
(Fernández, 2005: 432).
94
Bridget Aldaraca, en los dos primeros capítulos de su libro El ángel del hogar: Galdós y la ideología de
la domesticidad en España, 1992, analiza la influencia de los tratados Instrucciones de la mujer cristiana
(1524) de Juan Luis Vives y La perfecta casada (1583) de Fray Luis de León, en lo que hoy ha sido
llamado la domesticidad de la mujer del siglo XIX. Lo novedoso del siglo decimonónico radica en
el carácter de diferencia de la mujer y no en el de debilidad que en la Edad Media, el Renacimiento
y el Barroco limitaba su espacio por miedo a que cayera en tentación: “Al controlar a su esposa,
el marido controla y conserva la transmisión de su propiedad. Este control se mantiene por la
rígida reclusión de la esposa en el hogar, evitando que ésta entre en contacto con cualquier tipo de
influencia del exterior” (Aldaraca, 1992: 30).
111
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
95
Tomo prestado el término usado por Gayatri Spivak en Subaltern Studies. Deconstructing Historio-
graphy, 1987.
96
Sobre este tema véanse los estudios de Geraldine Scalon, La mujer y la instrucción pública. De la ley
Moyano a la II Republica, 1986; Aurora Riviére, La educación de la mujer en el Madrid de Isabel II, 1993;
Carmen Benso Calvo, Controlar y distinguir. La enseñanza de la urbanidad en la escuela del XIX, 1997;
Pilar Ballarín, La educación de las mujeres en la España contemporánea (siglo XIX y XX), 2001; y Agustín
Escolano, El pensil de las niñas, 2001.
112
Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
97
Llama la atención que estas dos últimas ediciones no hablan del autor de la obra. No hay ninguna
referencia ni a la “señora americana” ni a J.J. de Mora.
98
Poeta y crítico español. Fue célebre en su tiempo por haber sido coprotagonista junto con Nicolás
Böhl de Faber de la polémica literaria en torno al teatro calderoniano pues rebatió los postulados
románticos del alemán. Por motivos políticos, su oposición al reinado de Fernando VII, se exilió en
Londres desde 1823. Durante su estancia en Londres dirigió dos publicaciones editadas por Rudolph
Ackermann: Museo universal de ciencias y artes (1824-1826) y Correo literario y político de Londres (1826).
Desde 1827 a 1843 estuvo en varios países de América del Sur donde llevó a cabo una importante
actividad periodística: Crónica política y literaria de Buenos Aires (1827), el Mercurio chileno (1828),
113
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
el Ateneo de Lima (1831). Colaboró con diferentes gobiernos americanos, entre ellos, el de Chile, en
cuya constitución colaboró como redactor. A su regresó a España, 1848, ingresó a la Real Academia
Española. Se destacan también sus obras: Meditaciones poéticas (1826), Poesías (1836 y 1853) y Leyendas
españolas (1840).
99
Todas las citas tomadas de Cartas para la educación del bello sexo respetan la ortografía del texto
original.
114
Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
Retomando las ideas de Mary Louise Pratt sobre el ojo imperial con el que
se textualizó América para proyectos expansionistas durante los siglos XVI
y XVIII, podemos pensar en el prefacio de las Cartas como una inversión de
esa mirada utilitaria no ya económica sino con fines culturales; (Pratt, 1992)
es decir, la “letrada americana” se construye como una viajera por Europa
cuyos fines no son otros que “sacar partido de mi viage, a favor de uno de
los ramos mas esenciales de las instituciones públicas…” (vi). El locus de la
experiencia es privilegiado por el ojo, órgano considerado durante los siglos
XVIII y XIX como fuerza de la memorización (Ette, 1998: 117). En este orden
de ideas, el lector se encuentra con una continua repetición de un mismo
campo semántico: “presenciar”, “ver”, “observar”. Aunque la “autora-na-
rradora” ha manifestado de manera expresa la causa de su escritura como
el deseo de que sus consejos sean puestos en práctica en “su país”, termina
el prefacio con una serie de estrategias de modestia. Éstas contradicen la
publicación del fruto de sus ‘observaciones’ que al principio del apartado
había autorizado por la necesidad moral:
115
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
100
Sobre el discurso político y la relevancia del grupo rivadaviano (1821-1827) se puede consultar el
excelente artículo de Jorge Myers, Las paradojas de la opinión. El discurso político rivadaviano y sus dos
polos: el “gobierno de las luces” y “la opinión pública, reina del mundo”, 2003.
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Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
Consideraciones finales
Una heterología, un discurso sobre un “otro”, se constituye, para Michel
de Certeau, a partir de una separación entre el saber que produce ese discurso
y el cuerpo silenciado que lo figura. El otro, enmudecido, se convierte en
un espacio de lenguaje (de Certau, 1993). La mujer, en el caso de Cartas, es
ese espacio sobre el que se asigna la función de lo que podríamos llamar “la
maternidad patriótica”. El propósito final del texto de Mora, o “una señora
americana”, es el de pedirles que mantengan la cohesión y el honor de la
familia y que encaminen a sus maridos e hijos por la senda gloriosa de la
modernidad liberal y nacionalista; su responsabilidad moral es criar ciuda-
danos honrados y sanos, disciplinados y productivos, capaces de adecuarse
tanto a la vida pública como a la modernidad económica. La escolarización
obligatoria que se instauró en las dos últimas décadas del siglo XIX en Ar-
gentina fue el resultado de una serie de políticas educativas de la primera
parte de los años decimonónicos. La escuela, acompañada por un corpus
de discursos manuales, gramáticas y normas de comportamiento, logró que
la mujer hiciera parte de los proyectos nacionales como “guardianas de la
República” asegurando que la comunidad de ciudadanos continuara. Esta
construcción es ilusoria en cuanto incluía de manera simbólica a la mujer
pero la excluía como sujeto moderno. El análisis del contexto político y social
en que se produce Cartas desmantela cualquier idea de progreso femenino
porque, en los Códigos Civiles, las mujeres perdieron los privilegios y la
protección que la legislación colonial les brindaba, en un proceso bastante
similar al ocurrido con las comunidades indígenas (Díaz, 2004). Si bien es
cierto que los manifiestos políticos y las constituciones nacionales procla-
maron la libertad y la igualdad, éstas sólo beneficiaron a las élites blancas
y masculinas.
119
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120
Cartas para la Educación del Bello Sexo: Estrategias de Inclusión/Exclusión ...
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123
3
La construcción discursiva de la nación
colombiana y la dialéctica inclusión/
exclusión de los afrocolombianos
y de los pueblos indígenas
Introducción
E
n la segunda mitad del siglo XIX, el escritor inglés John Emerich
Edwards (Lord Acton) identificó tres ideas que, en su opinión,
subvirtieron tres principios centrales de la Europa moderna: el
igualitarismo, el comunismo, y el nacionalismo. Cada uno de ellos puso
en entredicho los principios sobre los cuales se asentaba Europa, así: el
igualitarismo puso en cuestión el principio aristocrático que señalaba las
diferencias entre los seres humanos; el comunismo cuestionó el principio
de la propiedad privada sobre la cual se asentaba la concepción liberal de
la política; y el nacionalismo cuestionaba la legitimidad del poder que se
fundaba en el poder divino del rey o en el poder de las clases altas (Edwards,
1967). Estos tres principios que comenzaban a derrumbarse fueron de tal
importancia que sobre ellos se estructuró la visión de las ciencias que en
el siglo XIX surgió primero en Europa y luego en los Estados Unidos. El
espacio de lo social, sobre el cual se construyó luego la sociología, estaba
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
101
En el momento de escribir este trabajo en la Universidad Nacional de Colombia se da una disputa
acerca de la pertenencia de la Ciencia Política a la Facultad de Derecho. Los argumentos esgrimidos
a favor de uno y otro lado recuerdan mucho la disputa que se llevo a cabo en los Estados Unidos
sobre el mismo punto hacia finales del siglo XIX. Esto también recuerda el argumento de Frederic
Martínez sobre la influencia de Europa en los argumentos a favor y en contra del liberalismo. Ver
Martínez, 1996.
102
Pashukanis afirmaba la homología entre la ley, el estado, y la mercancía y suponía que con el
advenimiento del comunismo desaparecerían los tres. Su ingenio no le permitió ver el peligro de
afirmar estas ideas en la Unión Soviética de Stalin. Ver Spitzer, 1983; y Beirne, Piers y Sharlet, Robert
(comps), Pashukanis: Selected writings on Marxism and, 1980.
126
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
103
Sobre este punto ver: Benavides, 2004.
104
Al respecto, ver Mill, 1982; Mill, 1985; Edwards, sf.
127
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
105
En este contexto uso el concepto de Oriente en el mismo sentido en el que lo usa Said. Ver Said,
1978.
106
Aquí me valgo de la concepción Schmittiana de agrupamiento político. Esto es, uno basado en la
dicotomía entre amigos y enemigos, que él ve como la base de lo político. Sin embargo, considero
que este concepto debe ser completado con la dialéctica inclusión/exclusión que se halla en los
análisis que sobre el capitalismo y el feudalismo en América Latina hacen Ruy Mauro Marini y
Rodolfo Stavenhagen. Ver sobre esto: Stavenhagen, 1980.
107
Aquí hablo de descubrimiento por razones de facilidad. Pero estoy de acuerdo con O´Gorman en
el hecho de que América no fue descubierta sino inventada, tesis que comparte Mignolo. Igual-
mente creo, con Dussel, que el proceso de invención condujo a un encubrimiento de las gentes de
este territorio y a la constitución discursiva de una nueva identidad. Ver O´Gorman, Edmundo, La
invención de América. El universalismo de la cultura de occidente, 1958; Dussel, 1992; Dussel, Enrique,
Ética de la Liberación en la edad de la globalización y de la exclusión, 1998; Dussel, 1996.
128
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
108
El caso de Cartagena, del que se ocupa Alfonso Múnera es diciente. Los cartageneros blancos no
lucharon por la independencia sino contra ella. Los afrodescendientes lo hicieron, pero la historio-
grafía tradicional blanqueo estas luchas e invisibilizó a los subalternos. Ver Múnera, 2005.
109
No me ocupo de las mujeres blancas, indígenas o afrodescendientes pues en este libro Diana Carrillo
González dedica su investigación a este tema.
110
Bushnell, 1993.
111
Debo aclarar que no me ocupo de un estudio historiográfico sino cultural. La diferencia, en mi
opinión, es que los estudios culturales saben que hacen ficción al realizar análisis de discursos del
pasado. El pasado siempre se construye desde el presente. La historiografía tradicional aún vive
bajo la ilusión de que el pasado está ontológicamente constituido y de que podemos acceder a él. En
este trabajo no pretendo tal tarea, sino que mi objetivo es mucho más modesto: cómo imaginaron el
presente las élites. Lamentablemente no aparecen los subalternos sino de manera muy tangencial,
pues su falta de voz hace imposible esta tarea. Como dice Spivak, si el subalterno pudiera hablar
no sería subalterno. Ver Spivak, 1994.
129
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
112
Sobre la idea de audiencias que no son tratadas como público en el sentido deweyano ver, Bena-
vides, 2004.
113
Ver también, Chatterjee, 2004.
114
Heidegger muestra cómo la modernidad europea puede ser vista como un tiempo en el cual el
mundo se convirtió en imagen, esto es, era construido desde el sujeto, que ya no se dedicaba a
contemplar a la naturaleza sino que ahora, en cambio, intervenía en ella. Ver Heidegger, 1977.
130
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
115
En este punto es preciso tener en cuenta que en el discurso europeo el Oriente era visto como el
otro tradicional de Europa, pero para Dussel, no es posible entender la construcción de esa otredad
sin tener en cuenta el papel de América. Como lo señala Coronil, el discurso del occidentalismo es
una condición previa del orientalismo. Ver Coronil, 1996.
131
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
132
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116
Sobre la situación de los esclavos se pueden ver las leyes coloniales. Para el caso del Chocó ver
Mosquera, 2004 y sobre los pueblos indígenas ver González, 1970.
133
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
117
Ver Mirow, 2001.
118
Quijano muestra cómo la identidad de los diferentes pueblos indígenas que vivieron en el territo-
rio de lo que es hoy llamado América fue modificada y pasaron a ser indios y, agregaría, nativos
americanos para el caso de los Estados Unidos. Para las personas provenientes de Africa la etiqueta
que se les impuso fue la de negros o afro-americanos. (Quijano, 2000: 557). Par a un análisis que
muestra la dicotomía entre negros y blancos en el discurso jurídico de los Estados Unidos, ver
Carbado, 2002.
119
Quijano, 2000: 557. Sin embargo, en ocasiones Quijano parece caer en el discurso de la moderni-
dad incompleta, en el que el problema de América seria que las libertades modernas no se dieron
plenamente, y no que la sumisión de estos pueblos fue la condición de posibilidad de la libertad
de Europa.
134
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120
Ver Brubaker, 1992; Marx, 2003; Quijano, 1981.
121
Ver Gellner, Ernest, Encounters with nationalism, 1994; Gellner, 1983.
135
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
A través del análisis del proceso vivido en Europa, Hroch establece dife-
rentes etapas en que el proceso de construcción de la nación puede ser hecho.
Todos los elementos que identifica Hroch pertenecen al proceso histórico de
constitución de la nación en Europa. En defensa de Hroch, podríamos decir
que él no está tratando de explicar un proceso de otra parte del mundo, y, por
ello, acusarlo de ser eurocéntrico sería simplemente decir cuál es su objeto
de análisis. Aunque tal crítica podría ser hecha, lo relevante es precisamente
que Hroch asume lo nacional cuando escribe que el nacionalismo es una
forma de conciencia nacional. Sin embargo, en este análisis él únicamente
toma en cuenta procesos que no son sólo internos a Europa sino también a
la formación nacional. De este modo, cuando explica el proceso de construc-
ción de la nación en la República Checa, no tiene en cuenta la posición de
este país en el sistema-mundo y asume que ya hay una formación nacional
en la cual la conciencia nacional surge. Esto es evidente cuando define los
elementos de un movimiento nacional exitoso, incluyendo la crisis de legi-
timidad, la movilidad social vertical, el alto nivel de comunicación social y
los conflictos de interés nacionalmente relevantes.
136
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
las culturas del Estado viven en competencia entre sí. Así este es el producto
final: una sociedad móvil, atomizada e igualitaria con una cultura estándar,
en donde la cultura es entendida como ‘alta’ cultura y cultura letrada, y en
donde su diseminación, mantenimiento y límites están protegidos por un
Estado. Dicho de manera breve: una cultura, un Estado. Un Estado, una
cultura (Gellner, 1996: 111)122.
122
Sobre la alta cultura en América Latina ver Rama, 1984.
123
Sobre el desarrollo de la clase obrera en Colombia ver Sowell, 1992.
137
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
124
Dawa Norbu explica el carácter eurocéntrico de los estudios sobre el nacionalismo. El apunta:
“Desde entonces –esto es desde el trabajo de Renan- el termino nacionalismo vino a ser igualado
con la doctrina política moderna de la soberanía popular, y cualquier nacionalismo que no tiene
este marcado prejuicio democrático es llamado ‘culturalismo’ o ‘tradicionalismo’, como es con
frecuencia descrito en el caso de los nacionalismos iniciales en China, la India, o en los países
arabes”. Ver Norbu, 1991: 7. Aunque estoy de acuerdo con la afirmación de que hay otras formas
de agrupamiento político en el Tercer Mundo, creo que llamarlo nacionalismo implica aceptar lo
términos en que procesos europeos son calificados por pensadores europeos. Sin embargo, en este
trabajo quiero mostrar cómo el nacionalismo y la nación son comunidades de iguales que no se
han construido en términos de igualdad sino más bien en términos de exclusión. El hecho de que
los llamemos nacionalismo es para mostrar que incluso el nacionalismo europeo se basa en esta
exclusión, pues cómo concepto europeo forma parte de una geopolítica del conocimiento fundada
en ese patrón global de exclusión y de poder que tiene una herencia colonial. Ver Quijano, 2000; y
Mignolo, 1996.
138
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
[p]or qué esta transformación debería ser tan importante para el nacimiento
de la comunidad imaginada que es la nación puede ser mejor visto si con-
sideramos la estructura básica de dos formas de imaginación que primero
florecieron en Europa en el siglo dieciocho: la novela y el periódico. Pues
estas formas proporcionaban los medios técnicos para representar la clase
de comunidad imaginada que es la nación (Anderson, 2003: 25).
125
El caso de la novela de detectives es un buen ejemplo de esto. Ver sobre esto, Benavides , 2004.
139
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
la declaración hecha por José de San Martín en 1821 en la que dijo: “en el
futuro los aborígenes no serán llamados indios o nativos; ellos son niños y
ciudadanos del Perú y por ello desde ahora serán conocidos como Peruanos”
(Anderson, 2003: 50). Lo que le sorprende a Anderson es el hecho de que
estos lugares no compartieron ninguna de las características de los movi-
mientos europeos y, sin embargo, fueron movimientos nacionalistas. Una
forma en que se podría explicar la aparición de movimientos nacionalistas
en América es a través de las relaciones entre España y las colonias. Otra
explicación posible, y ésta es la preferida por Anderson, es la que nos dice
que el nacionalismo surge en América porque la separación administrati-
va de las colonias hizo posible la existencia futura e independiente de las
unidades políticas. Sin embargo, esta perspectiva asume que las unidades
políticas actualmente existentes son las mismas que existieron en la Colonia,
olvidando que Nicaragua y Panamá, por ejemplo, fueron parte de la Gran
Colombia y por tanto no habría lugar a hablar de unidades separadas. De
hecho, en los primeros días de la República, Santander expide un decreto
en el cual advierte sobre la ilegalidad de las pretensiones extranjeras sobre
Nicaragua126. Pero, para Anderson, el hecho de que los españoles nacidos
en América no eran verdaderamente españoles ni americanos explicaría
que se identificaran con la unidad política creada por España, pero ello va
en contravía de la primera forma en que los criollos se imaginaron como
parte de la nación española.
126
Ver Decreto del Gobierno del 5 de julio de 1824, publicado en la Gaceta de Colombia del 25 de julio
de 1824.
140
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
127
Ver también, Chatterjee, 1986.
141
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
concepción no dejo nada para ser imaginado por las colonias. Incluso la ima-
ginación permanece colonizada en el relato de Anderson. En su libro sobre
el nacionalismo del Tercer Mundo, Chatterjee muestra cómo la imposición
de conceptos occidentales a prácticas no occidentales produce resultados
iliberales. El nacionalismo de la India, debido a la influencia occidental, antes
que liberar a las personas se convirtió en otra forma de legitimar el poder de
las élites. Basado en el análisis de dos clases de nacionalismo hecho por Pla-
menatz, Chatterjee encuentra que el nacionalismo oriental aparece entre las
personas cuyas culturas fueron transformadas o reprimidas por el dominio
colonial. El nacionalismo oriental trata de apropiarse de las prácticas occi-
dentales pero no puede imitarla porque no puede eliminar completamente
la cultura indígena. Como consecuencia de ello, el nacionalismo oriental
presenta un rechazo doble: del nacionalismo occidental por ser foráneo, y
del nacionalismo indígena por no ser lo suficientemente universal. Aunque
Chatterjee no escribe en términos de colonialidad del poder, su crítica de la
división del nacionalismo occidental y oriental muestra que es la imposición
de los modelos occidentales lo que hizo que el nacionalismo oriental fuera
iliberal, esto es, es el nacionalismo occidental el que es iliberal porque está
basado en la exclusión de los pueblos definidos como inferiores y necesitados
de protección por el Estado pero no dentro del mismo. En el caso colombiano,
es la colonialidad del poder la que estaba a la base de la nación iliberal y
excluyente que resultó de las guerras de independencia.
En las siguientes secciones quiero mostrar cómo, sin tener en cuenta una
perspectiva histórico-sistémica, no es posible entender las relaciones entre
los procesos de independencia en América y los procesos de construcción
de la nación y del Estado en Europa. Adoptando una perspectiva de larga
duración, quiero mostrar cómo en la conquista y en la definición de las
personas esclavizadas y de los pueblos indígenas en América encontramos
una configuración de la nación como un concepto europeo basado en la
colonialidad del poder. La nación y el nacionalismo europeos fueron expor-
tados e impuestos en las colonias como una nueva forma de normalización,
basados en una dialéctica de inclusión/exclusión.
142
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
128
En el imaginario de la época la tierra era cuatro partes agua y una parte tierra y Europa, Asia y
Africa eran una gran isla. Colón buscaba una ruta al lado oriental de la isla de la tierra y se encontró
con ello, con la India. Pero cuando se le piden pruebas de ello inicia la segunda exploración y se
sorprende con encontrar tierra en donde debía haber agua. O´Gorman hace un relato fascinante
del proceso de invención de América. Ver O´Gorman, 1958.
143
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Nos hemos enterado en efecto que desde hace algún tiempo os habíais propuesto
buscar y encontrar unas tierras e islas remotas y desconocidas y hasta ahora no
descubiertas por otros, a fin de reducir a sus pobladores a la aceptación de nuestro
Redentor y a la profesión de la fe católica, pero, grandemente ocupados como estabais
en la recuperación del mismo reino de Granada, no habíais podido llevar a cabo tan
santo y laudable propósito; pero como quiera que habiendo recuperado dicho reino
por voluntad divina y queriendo cumplir vuestro deseo, habéis enviado al
amado hijo Cristóbal Colón con navíos y con hombres convenientemente
preparados, y no sin grandes trabajos, peligros y gastos, para que a través
de un mar hasta ahora no navegado buscasen diligentemente unas tierras
remotas y desconocidas. Estos, navegando por el mar océano con extrema
diligencia y con el auxilio divino hacia occidente, o hacia los indios, como
se suele decir, encontraron ciertas islas lejanísimas y también tierras firmes
que hasta ahora no habían sido encontradas por ningún otro, en las cuales
vive una inmensa cantidad de gente que según se afirma van desnudos y
no comen carne y que –según pueden opinar vuestros enviados– creen que
en los cielos existe un solo Dios creador, y parecen suficientemente aptos
para abrazar la fe católica y para ser imbuidos en las buenas costumbres, y
se tiene la esperanza de que si se los instruye se introduciría fácilmente en
dichas islas y tierras el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo y el nombrado
Cristóbal en una de las islas principales ya hizo construir y edificar una torre
bastante pertrechada en la que dejó a algunos de los cristianos que iban con
él para que la custodiasen, y buscasen otras tierras lejanas y desconocidas;
en algunas de las islas y tierras ya descubiertas se encuentra oro, aromas y
otras muchas materias preciosas de diverso género y calidad129.
129
Ver Bula Inter Caetera del 3 de mayo de 1493.
144
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
130
Ver también Hanke, 1988.
131
Remitirse a Francisco de Vitoria, Relecciones sobre los Indios y el Derecho de Guerra, 1988. Acerca de
los debates sobre el Nuevo Mundo, puede verse: Gerbi, 1960.
145
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Como fue el caso en las Islas Canarias, los españoles usaron la esclaviza-
ción de los indígenas en la Conquista de América. Sin embargo, esta escla-
vización no fue el resultado de una decisión de usarlos como instrumentos
en una empresa capitalista, como fue el caso con la población africana en la
Hacienda y en la Plantación, sino el resultado de dar aplicación a la doctrina
de la justa causa en América. El propósito no era obtener trabajo viviente
sino, más bien, obtener dinero y bienes de los pueblos Indígenas. Esto es
lo que se denominaba rescate y era generalmente aplicado durante la Con-
quista hasta que los pueblos indígenas dejaron de ser esclavizados por los
españoles (Zavala, 1944)132. Es con la Real Cédula del 2 de agosto de 1530
que la Corona prohibió la esclavitud de los pueblos indígenas en guerras o,
en general, en el territorio de las colonias. Pero la liberación de los pueblos
indígenas no fue el resultado de la buena voluntad de la Corona sino el re-
sultado del comienzo de América como colonia y de la necesidad de usarlos
como trabajo viviente bajo el dominio del colonizador español en el sistema
de la Encomienda. La liberación de los indígenas responde, entonces, a un
proceso de normalización de los pueblos indígenas como cristianos y como
sujetos subalternizados sometidos al dominio del hombre blanco, lo que
refleja un proceso de inclusión/exclusión que sería central en la constitución
de la nación en Colombia (Zavala, 1944:124). De esta manera, los pueblos
indígenas fueron incluidos como miembros de la comunidad de cristianos,
esto es, como sujetos del mensaje cristiano y de la normalización, y, al mismo
tiempo, fueron excluidos de la comunidad política de la Colonia porque sólo
el colonizador blanco tenía el derecho de ganar salario por su trabajo. Como
lo ha mostrado Gabriel Izquierdo para el caso colombiano, la relación entre
ganadores y perdedores de las guerras de conquista en América, en términos
de explotación de las Indias y de la desposesión de sus medios de produc-
ción, es vista en las instituciones económicas de la época. La Encomienda
se centra en la explotación del trabajo de los y de las indígenas. Después
de ello, encontraremos los resguardos como instituciones comunales y su
desaparición es el resultado de la individualización de estos sujetos y de la
conversión de sus tierras en mercancía (González, 1970; Izquierdo, 1978).
132
Ver también Hanke, 1974.
146
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
Bartolomé de las Casas fue uno de los defensores de los pueblos indígenas
y sugirió la importación de esclavos negros de África con el fin de evitar la
eliminación de los indígenas. Una vez se dio cuenta de los resultados de esta
importación, rechazó la idea de la esclavitud de las gentes de África. Lo que
133
De acuerdo con Freire, esta es la razón por la cual hubo discusión acerca de las doctrinas que
negaban la legitimidad de la Conquista. Sin embargo, creo que puede ser también vista como un
proceso de imposición del capitalismo en el Nuevo Mundo.
134
Ver el excelente volumen editado con motivo de los 150 años del fin legal de la esclavitud en
Colombia. AAVV. 150 años de la abolición de la esclavización en Colombia. Desde la marginalidad a la
construcción de la nación, 2003.
135
Ver Obregón, 2001; y Obregón, Liliana, 2002.
147
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
136
Acerca de la doctrina de estos dos jesuitas, ver Obregón, 2001; Obregón, 2002; y López , 1982.
148
La Construcción Discursiva de la Nación Colombiana y la Dialéctica Inclusión/Exclusión...
Una de las preguntas que los defensores de las gentes de África hacían
era por qué la esclavitud no se abolía de la misma forma en que la esclavi-
tud de los pueblos indígenas lo fue. De acuerdo con García Anoveros, las
razones y el régimen jurídico de cada grupo eran diferentes y eso explica
por qué los y las indígenas fueron liberados mientras las gentes de África
eran esclavizadas después del final de la colonización española (García,
1982: 215). Una de las razones consistía en que los indígenas tenían que ser
esclavizados, esto es, eran considerados como personas libres antes de la
presencia española en América y por ello era necesario justificar su esclavi-
zación en términos más estrictos. Por otra parte, de acuerdo con el discurso
jurídico de la Conquista, las gentes de África eran esclavizadas en África, y,
por ello, no tenían el derecho de gozar de la libertad en América, dado que
no llegaron libres a esta región. Los comerciantes de las Indias tenían que
encontrar muchos argumentos legales para justificar el uso de los pueblos
indígenas como esclavos. Aquellos que compraron personas africanas no
tenían que probar su título legal, pues ellos ya tenían esclavos y esclavas
de África. Cuando la Corona pudo controlar a los comerciantes no había
esclavitud de pueblos indígenas, excepto en Brasil. En donde ese control no
existía, los comerciantes subyugaron no sólo a las personas africanas sino
también a las personas indígenas137.
137
Para el proceso de la identidad nacional y de la negritud en el Caribe, ver Naro, 2003.
149
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Una vez entendemos este proceso es posible ver claramente lo que José
de San Martín quiso decir cuando manifestó que los indios, a partir de ese
momento, iban a ser peruanos. Lo que el discurso jurídico de las colonias
muestra es que los pueblos indígenas y las gentes de África no eran parte de
la comunidad en la que vivían. No pertenecían de pleno derecho a la comu-
nidad cristiana y no pertenecían de pleno derecho a la Nación. La afirmación
de San Martín no es nada más que la declaración de un criollo blanco que
decide acerca del futuro de cuasi sujetos y un ejercicio de la dialéctica de
inclusión/exclusión. Por tal gesto, los pueblos indígenas fueron incluidos
como miembros de la comunidad política peruana, pero ese mismo gesto
significa que no eran parte real de esa comunidad, pues eran menores de
edad y ciudadanos/as, esto es, miembros de la comunidad que estaban en
necesidad de ser protegidos y controlados por aquellos que tenían el de-
recho y la habilidad para hacerlo: el hombre criollo blanco. En la siguiente
sección me quiero ocupar de mostrar el proceso de inclusión/exclusión en
el caso colombiano.
150
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138
Sobre esto ver: James, 1963, y Trouillot, 1995.
139
Ver, Martínez, 2001.
140
En Cartagena, como lo ha mostrado Múnera (2005), los criollos se opusieron a la independencia y
esta fue más bien la labor de los afrodescendientes y los subalternos. La historiografía oficial luego
creo la ficción de que fueron los blancos los que dirigieron la lucha independista.
141
Sobre un proceso similar en Puerto Rico, ver Ramos, 2001.
151
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142
Este proceso fue favorecido por la ocupación francesa de España. Ver Freire, 1972.
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143
Acta de Independencia de Cartagena (Konig, 1994: 242).
144
Este factor explica por qué en Brasil el proceso de independencia fue pacífico. Ver Ocampo López,
1979: 91.
153
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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Este proceso ha sido calificado como uno de independencia sin nacionalismo. Alba, 1968: 19. Ver
también García, 1969.
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Conclusión
La dialéctica de la inclusión/exclusión de los pueblos indígenas llevó a
una incorporación incompleta en el proceso de construcción y de imagina-
ción de la nación. Mariátegui ha mostrado cómo en Perú la tolerancia de las
comunidades era parte del régimen feudal de la Colonia. En tiempos de la
República esta práctica llevó a una incorporación colectiva de los pueblos
indígenas a la nación que Mariátegui explica como explotador de forma
colectiva del trabajo de los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas no
eran parte del sistema capitalista como individuos –un proceso aún necesi-
tado de ser completado– sino como una colectividad. Es esta la razón que
explica por qué durante la República y la Colonia las prácticas colectivas y
comunales de los pueblos indígenas eran aceptadas al mismo tiempo que
lo eran las del capitalismo occidental (Mariátegui, 1979: 7). No obstante,
el proceso de consolidación de la República y de la nación colombiana no
podía ser entendido sin el proceso de transformación de los pueblos indí-
genas en individuos. Uno de los primeros actos de los patriotas después
del primer movimiento de independencia en Colombia fue la eliminación
de los resguardos, pues ellos violaban los derechos individuales de los
pueblos indígenas. Este proceso fue seguido luego de la independencia con
el fin de liberalizar a los pueblos indígenas de Colombia, esto es, con el fin
de convertirlos en sujetos liberales y convertir sus tierras en mercancías.
Como resultado de la ley del 22 de junio de 1848 y de la ley del 3 de junio
de 1848, los pueblos indígenas se convirtieron en propietarios individuales
de sus tierras. Dada su situación de campesinos pobres, fueron forzados a
vender sus tierras a los latifundistas que se convirtieron así en explotadores
del trabajo indígena. Uno de los líderes del liberalismo en el siglo pasado,
Salvador Roldán, escribió acerca de la situación en Colombia en la década
de 1850 en los siguientes términos:
146
Salvador Camacho Roldán citado por Darío Fajardo, Los sectores indígenas en el desarrollo del capita-
lismo en Colombia, 1975, p. 43. Acerca del papel de los intelectuales en la imaginación de la nación
latinoamericana, ver Millar, 1999.
155
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
147
Como en la Colonia, los pueblos indígenas tienen el derecho a su propia cultura en la medida en
que sean respetuosos de los derechos humanos universales. Ver García, 1952.
148
Ver, Appadurai, 1996.
156
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162
4
El discurso del trabajo
durante el siglo XIX
Introducción
T
radicionalmente, los textos que se han ocupado de la relación
entre derecho y trabajo jamás se han preguntado por un concepto
de trabajo propio para Latinoamérica. Esta no es una cuestión de
falso dilema, por el contrario, reconstruir una definición propia de trabajo
implica, precisamente, deconstruir el concepto hegemónico eurocentrista de
trabajo, a partir del cual se ha estructurado la disciplina que hoy se conoce
como derecho del trabajo.
*
Profesor Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Y Sociales, Universidad Nacional de Colombia.
Investigador Grupo COPAL.
149
En este sentido, López se encarga de demostrar cómo el derecho privado se constituyó a partir de las
influencias teóricas producidas en tiempo diverso en Europa, las cuales eran diferentes por ejemplo
la obra de Savigny frente al trabajo de Heck, pero que al llegar casi al mismo tiempo mediante las
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
traducciones, los autores nacionales la tomaron como un bloque teórico homogéneo. Situación
semejante, propone el autor, habría pasado con varios autores que pudieron ser leídos de manera
ligera, o quizás simplemente se trató de lecturas diversas, en cualquier caso se trata, en su mayoría,
de teorías producidas en un contexto ajeno de aquel en el que son aplicadas. López, Diego, Teoría
impura del derecho. Bogotá: Legis, 2005.
164
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
época española, esto es, aquella forma de vida ejercida por los peninsulares
que posteriormente iría en contra del espíritu de la época capitalista que
comenzaba a gestarse en la Inglaterra, Francia y Holanda de la época del
capitalismo mercantilista.
En las líneas que siguen, se busca sostener que el espíritu español con-
trario al capitalismo fue heredado por los criollos republicanos ilustrados
que lideraron la campaña emancipadora. Esto condujo a la conforma-
ción de una nueva clase privilegiada que sustituyó el antiguo régimen
colonial en una suerte de colonialismo interno que se prolongó hasta
mediados del siglo XIX, cuando comenzó a ser sustituido por la ideología
promulgada por algunos intelectuales influenciados por el liberalismo
inglés.
165
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
166
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
La doble conciencia
W. E. B. Du Bois se caracterizó por ser un intelectual diferente a todos
los de su época. Tataranieto de un esclavo (por descendencia materna) y
bisnieto de un médico descendiente de inmigrantes franceses hugonotes,
nacería en Massachussets tan sólo cuatro años después de culminada la
Guerra de Secesión, lo que no lo libraría de sufrir en carne propia los rezagos
del racismo que aun hoy aquejan a la sociedad norteamericana, pero que
sería uno de los combustibles de su importante obra literaria151.
150
Pese a que esas dos visiones hacen parte de la perspectiva de la historia colonial, se encuentran
conectadas con el periodo republicano, de hecho son determinantes en la manera como se entenderá
el papel del prócer republicano del s. XIX.
151
Para una ilustración completa de la vida y obra de William Edward Burghardt Du Bois se sugiere
ver la cronología anexa en la edición en castellano citada en Du Bois, W.E.B., Las almas del pueblo
negro. La Habana: Fundación Fernando Ortíz, 2001.
152
Du Bois, W.E.B., (2001) Supra No. 3.
167
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
153
Du Bois, W.E.B., (2001) Supra No. 3.
154
Esta hipótesis es sostenida años después por la sociología del conocimiento, según la cual el
conocimiento de la vida cotidiana no está determinado de manera exclusiva por la capacidad de
aproximación que tiene el observador frente a la realidad que lo asalta, sino que a su vez existe un
margen de conocimiento determinado por el lenguaje y las experiencias particulares que estructura
las coordenadas de la vida en sociedad, siendo funcional (conocimiento de la realidad y lenguaje)
a lo hecho en la cotidianidad. “La realidad de la vida cotidiana se organiza alrededor del “aquí”
de mi cuerpo y el “ahora” de mi presente. Este “aquí y ahora” es el foco de la atención que presto
a la realidad de la vida cotidiana. Lo que “aquí y ahora” se me presenta en la vida cotidiana es lo
realissimum de mi conciencia. Sin embargo, la realidad de la vida cotidiana no se agota por estas
experiencias inmediatas, sino que abarca fenómenos que no están presentes “aquí y ahora”. Esto
significa que yo experimento la vida cotidiana en grados diferentes de proximidad y alejamiento,
tanto espacial como temporal. Lo más próximo a mí es la zona de vida cotidiana directamente
accesible a mi manipulación corporal. Esa zona contiene el mundo que está a mi alcance, el mundo
en el que actúo a fin de modificar su realidad, o el mundo en el que trabajo.” Luckmann, Thomas
y Berger, Peter, La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu, 2003.
168
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
155
Retomamos acá el importante aporte de Said acerca de la cultura como lugar de confrontación: “En
este segundo sentido, la cultura es una especie de teatro en el cual se enfrentan distintas causas
políticas e ideológicas. Lejos de constituir un plácido rincón de convivencia armónica, la cultura
puede ser un auténtico campo de batalla en el que las causas se expongan a la luz del día y entren
en liza unas con otras, mostrando que, por ejemplo, los estudiantes norteamericanos, franceses o
indios, a quienes se ha enseñado a leer a sus clásicos nacionales por encima de otros, están obligados
a apreciarlos y a pertenecer lealmente, muchas veces de manera acrítica, a sus naciones y tradi-
ciones al mismo tiempo que denigran o luchan contra ellas” Said, Edward, Cultura e imperialismo,
Barcelona: Editorial ANAGRAMA, 2001.
156
Cultura e imperialismo, Editorial ANAGRAMA, Segunda edición Barcelona, 2001.
169
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
157
Para una reciente revisión de cómo el constitucionalismo norteamericano sigue avalando prácticas
discriminatorias en Estados Unidos se recomienda Gotanda, Neil, “Una crítica a “nuestra cons-
titución es ciega al color” En: García, Mauricio, Jaramillo, Isabel y Restrepo, Esteban (ed), Crítica
Jurídica. Bogotá: Ediciones Uniandes, 2006.
158
Explica Gotanda: “En la época anterior a la Guerra Civil, la posición inferior de los negros era un
criterio legal aceptado. La sentencia más famosa de la Corte en la cual se adoptó este concepto de
raza como estatus fue Dred Scott v. Sanford, escrita por el (…) magistrado Roger Taney. Según Taney,
en el momento de fundación de la República, la “raza africana negra se consideró compuesta de
seres… tan inferiores, que no tenían derechos que el hombre blanco estuviese obligado a respetar.”
Para Taney, la condición distintiva, inferior, de los negros estaba implícita en la Constitución y
debía invalidar cualquier pronunciamiento del Congreso en contrario. Las sentencias recientes de
la Corte toleran el legado de la raza como estatus únicamente en el ámbito privado. Los ciudadanos
privados son libres de realizar contratos, formar asociaciones, hablar, escribir y tener creencias
religiosas basadas en la creencia de que los negros son inherente y biológicamente inferiores a los
blancos. Estas amplias libertades individuales que protegen las creencias sobre la raza como estatus
contribuyen significativamente a la legitimación de conductas racistas.” Gotanda, Neil, (2006) Supra
No. 9.
159
García, Jaramillo y Restrepo, señalan que algunos autores han afirmado que la sentencia Brown v.
Board of Education, que ha sido tomada como uno de los desarrollos más significativos del constitu-
cionalismo progresista, es también muy criticada por considerarla una expresión de la incapacidad
estructural y política de las cortes para producir cambios de fondo, e incluso se le ha asociado con una
estrategia producida en el marco de la guerra fría para mostrar al constitucionalismo norteamericano
170
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
Es en contra de esa posición jurídico formalista que sólo sirve para es-
conder y en ocasiones legitimar otras prácticas discriminatorias, que nos
invita Du Bois a reflexionar. Después de casi cien años, su crítica literaria
–pero ante todo, y simultáneamente, política– nos cuestiona desde un lugar
al que normalmente no llega la reflexión crítica en el derecho: el nivel de
la conciencia.
mejor que el comunismo soviético. Ciertamente, la caracterización del fallo Brown como un acto de
gran valentía judicial, del cual se deriva un modo de actuación de las cortes que protege a minorías
indefensas de mayorías que pretenden expoliarlas de sus derechos, ha sido duramente cuestionada
y desmitificada (Balkin 2001). Tal como Derrick Bell ha mostrado lúcidamente con su “tesis de la
convergencia de intereses”, los jueces estadounidenses sólo protegen a las minorías afroamericanas
cuando los intereses de éstas coinciden con los de las élites blancas (Bell 1980). García, Mauricio,
Jaramillo, Isabel y Restrepo, Esteban, “Estudio preliminar”, en: García, Mauricio, Jaramillo, Isabel
y Restrepo, Esteban (ed). Crítica Jurídica, Bogotá: Ediciones Uniandes, 2006.
171
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Señala Du Bois:
Pero aún haría falta el ejercicio reflexivo. Antes que profesor univer-
sitario, Du Bois fue profesor de escuela primaria de un pobre caserío de
afrodescendientes en Alexandria (Tennessee), en la que pudo apreciar
lo difícil que resultaba para el pueblo afrodescendiente aprender las le-
tras de los blancos, las mismas que les habían sido negadas por siglos
y mediante las cuales ahora eran medidos con los criterios de eficiencia
y rendimiento característicos de la filosofía pragmática de la sociedad
estadounidense160.
160
“La subida del nuevo sendero resultó lenta, pesada y tenaz para la vanguardia; sólo quienes han
observado y guiado los pasos vacilantes, las mentes nebulosas, la comprensión retardada de los
alumnos negros de esas escuelas conocen con cuanta firmeza y ternura este pueblo luchó por
aprender. Fue una labor fatigosa. El frio estadístico anotó las pulgadas de progreso logadas aquí
y allá; también asentó dónde, aquí y allá, un pie había resbalado o alguien había caído. Para los
cansados escaladores, el horizonte siempre estaba oscuro, las brumas a menudo eran frías, Canaán
siempre resultaba confuso y distante.” Du Bois, W.E.B., (2001) Supra No. 3.
172
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
161
Esta mirada crítica de Du Bois se adelanta más de 50 años a la discusión de las ciencias sociales
en Estados Unidos. Apenas en 1970, Hubert Blalock discutía en Estados Unidos la importancia de
que le fuera entregada a los científicos sociales la tarea de realizar el diagnóstico y la propuesta
para superar la discriminación racial en Estados unidos tras los asesinatos de Martin Luther King
y Robert Kenedy en el 67. Blalock, sostenía entonces lo inconveniente que resultaba la medida del
presidente Johnson de entregar esa labor a activistas y representantes de los sectores implicados.
Su primer argumento se puede simplificar en que sólo los científicos sociales saben cómo dar
respuesta al problema aunque dicha respuesta no solucione nada o no diga precisamente lo que
los diferentes sectores quieren escuchar. No obstante, Blalock aceptaba la ineficacia de las ciencias
sociales en años anteriores, y aquí radica lo más interesante de esto, ya que coincide con lo que
Du Bois argumentaba casi seis décadas atrás: el reduccionismo de la ciencia social anterior que
simplificaba todo el conflicto de la segregación a un problema de cifras: “Como ejemplo concreto
de la complejidad que deben enfrentar los científicos sociales, consideremos el prejuicio racial y
la discriminación en Estados Unidos. Gran parte de los trabajos de los sociólogos del pasado es-
tuvieron dedicados a documentar el grado de discriminación y de prejuicios de distintos tipos, y
a localizar las diferencias existentes. Por ejemplo, se descubrió que (…) la segregación residencial
de la gente de color varía muy poco de una ciudad a otra; que el número de negros en las ciudades
principales va en aumento; que la segregación residencial de la gente de color no guarda relación
con su porcentaje en la zona o con sus niveles de ingreso, y que los sindicatos industriales son
mucho menos discriminatorios que los sindicatos de artesanos. Muchos de estos hechos son hoy
bien conocidos por el público en general, aunque algunos no resulten tan obvios o explicables
por medio del sentido común.” Blalock, Hubert. Introducción a la investigación social. Buenos Aires:
Amorrortu Editores, 1971, página 15.
173
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
162
Du Bois, W.E.B., (2001) Supra No. 3.
174
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
163
Du Bois, W.E.B., (2001) Supra No. 3. Página No. 7
175
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
164
En un reciente artículo titulado Decolonial Moves: Trans-locating African Diaspora Spaces, Agustin
Lao-Montes (University of Massachusetts at Amherst) reconstruye los diversos conceptos que se han
tejido alrededor de pan africanismo y diáspora. A partir de allí propone un concepto de diáspora
funcional alproyecto de decolonización como un proyecto de emancipación identitario más allá de
las naciones y de los océanos. “The project of diaspora as a search for liberation and transnational
community-making is grounded on the conditions of subalternization of Afro-diasporic peoples
and in their historical agency of resistance and self-affirmation. As a project the African diaspora is
a north, a utopian horizon to Black freedom dreams.” Lao, Agustín, Decolonial Moves: Trans-locating
African Diaspora Spaces (No publicado).
176
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
177
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
178
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
179
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Es, entonces, un lugar común del ethos español de los siglos XV al XVIII,
el ideal de vida caballeresco, reflejado incluso en las expresiones literarias
del momento que narraban grandes batallas de nobles caballeros, quienes
en nombre de la fe católica habían expulsado a moros y paganos de las
tierras españolas, intentando adicionalmente negar la influencia cultural
africana en Europa por espacio de ocho siglos. Esa ideología se trasladaría
en todo su esplendor a suelo americano, donde lo único diferente serían los
redimidos en la fe católica, vencidos ante el lujo y el derroche característicos
del espíritu impuesto por los conquistadores.
165
En el mismo sentido se recomienda: Jaramillo Uribe, Jaime, El pensamiento colombiano en el siglo XIX,
obra sobre la que volveré en este artículo.
166
“La hidalguía española, presente hasta en vagabundos y mendigos, está integrada por categorías
nobiliarias de vida, particularmente por aquellas que en relación con la economía y el trabajo tienen
un acentuado contenido anticapitalista y anti burgués: la hospitalidad, el derroche en el gasto, la
ausencia de previsión para el mañana, el menosprecio del dinero y el amor por el ocio.” Jarami-
llo Uribe, Jaime, El pensamiento colombiano en el siglo XIX. Bogotá: Editorial TEMIS, 1982. Página
No. 7.
167
“Faltaban, pues, en el español, muchas de las virtudes y formas de vida que han hecho posible
el poder económico moderno. No poseía ni la pasión por el trabajo, ni el sentido del cálculo, ni el
hábito del ahorro y la acumulación, ni el espíritu de lucro, ni la frugalidad rayana en la avaricia,
nociones burguesas que hicieron posible el capitalismo moderno. No es accidental que tipo socio-
lógicos como el avaro, el inventor o el hombre de empresa, no existen en la literatura española, así
como son abundantes en la francesa a partir del siglo XVII, o en la épica el capitalismo británico o
estadounidense del siglo XIX.” (Jaramillo, 1982: 19).
180
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
168
No quiere decir que los criollos de segunda generación se opusieran por razones humanitarias a
la esclavitud, ni los hace mejores o peores sujetos ser abolicionistas, liberales o conservadores, de
hecho calificaciones semejantes ni siquiera resultan pertinentes. Simplemente existen mentalidades
diferentes –producto de las influencias económicas e ideológicas– entre los miembros de la sociedad
criolla y republicana de Bolívar y Santander y la de Madiedo, Samper o José Hilario López.
181
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Gómez acerca del carácter capitalista de los Borbones, lo que los habría dife-
renciado de sus antecesores los Austria. Castro-Gómez demuestra cómo los
Borbones adelantaron algunas reformas que impusieron al poder público el
deber de cuidado de la salud de las clases menos favorecidas, tarea que tra-
dicionalmente estaba en manos de la Iglesia católica. La razón de esta política
borbónica fue la concepción capitalista que tenían del cuidado del recurso
humano como forma de aseguramiento de las condiciones económicas de
explotación de la mano de obra. Castro Gómez muestra cómo los hospita-
les que comenzaron a ser públicos, o a cargo del Estado, eran producto de
una planificación, una racionalidad tecnocrática que tenía como propósito
cuidar la salud de su propio ejército de reserva. En la mentalidad borbónica
liberal las epidemias no se concebían como un castigo divino producto de
la furia de Dios, sino la consecuencia de no tener cuidado con el manejo de
las enfermedades que podría ser controladas a través de la inoculación, es
decir, eran producto de comportamientos humanos y circunstancias físicas
controlables. El positivismo científico resultaba evidente. (Castro-Gómez,
2005: 161-172).
Una crítica semejante, pero ahora desde Jaime Jaramillo Uribe, se puede
hacer respecto de la idea de Molina acerca de la mentalidad criolla, la cual
tampoco era uniforme. Jaramillo Uribe expone en el libro El pensamiento
colombiano en el Siglo XIX que, si bien es cierto que la mentalidad caballe-
182
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
169
Esto no solamente ocurrió en Colombia y durante el siglo XIX, Irlanda y el reconocimiento del
parlamento autónomo por parte de los ingleses también es un ejemplo de esta situación. En África
y Asia, especialmente en el caso de la India, Palestina y Pakistán habrían tenido lugar escenarios
semejantes. Para este aspecto se recomienda: Rajagopal, Balakrishnan, El derecho internacional desde
abajo. Bogotá, ILSA, 2005.
170
“La colonialidad del poder hace referencia a la manera como la dominación española intentó
eliminar «muchas formas de conocer» propias de las poblaciones nativas y sustituirlas por otras
nuevas que sirvieran los propósitos civilizadores del régimen colonial; apunta, entonces, hacia la
violencia epistémica ejercida por la modernidad primera sobre otras formas de producir conocimien-
tos, imágenes, símbolos y modos de significación. Sin embargo, la categoría tiene otro significado
complementario. Aunque estas otras formas de conocimiento no fueron eliminadas por completo
sino, a lo sumo, despojadas de su legitimidad epistémica el imaginario colonial europeo ejerció
una continua fascinación sobre los deseos, las aspiraciones y la voluntad de los subalternos. (Cursivas
originales) Castro-Gómez, Santiago, (2005) Supra No 23.
183
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
171
“La primera característica de la colonialidad del poder, la más general de todas, es la dominación
por medios no exclusivamente coercitivos. No se trató sólo de reprimir físicamente a los dominados
sino de conseguir que naturalizaran el imaginario cultural europeo como forma única de relacio-
namiento con la naturaleza, con el mundo social y con la propia subjetividad. Este proyecto sui
generis quiso cambiar radicalmente las estructuras cognitivas, afectivas y volitivas del dominado,
es decir, convertirlo en un «nuevo hombre», hecho a imagen y semejanza del hombre occidental.”
Castro-Gómez, Santiago, La poscolonialidad explicada a los niños. Bogotá: Instituto Pensar, 2005.
184
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
Sostiene Mignolo:
Una de las estrategias adoptadas por los criollos para preservar el pa-
trimonio adquirido tras la repartición de las tierras y los bienes arrebatados
a España en la guerra, y al tiempo lucir bastante liberales, modernos y de-
mócratas (cortando así los vínculos culturales con España) frente al mundo
europeo (inglés y francés particularmente), consistió en desarrollar un dis-
curso del trabajo que permitiera la incorporación de los dogmas liberales,
como la autonomía de la voluntad y la libre contratación –aunque la adopción
fuera eminentemente formal–, y, al tiempo, mantener las estructuras de
explotación económica colonial, preservando a los afrodescendientes en la
esclavitud durante treinta años más y a los indígenas en la servidumbre y
a la vez favoreciendo los intereses económicos de los aliados británicos.
185
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
gracias a la doble conciencia cultural, basada en una división racial del tra-
bajo172 y en un sistema de educación que negaba la cultura indígena y afro,
manteniendo a los no blancos en condición de inferioridad, legitimando la
explotación de su mano de obra sin pago de salario.
172
Idea tomada de Quijano, quien plantea el concepto de “división racial del trabajo” que aparece en
la colonia pro se mantiene en la república. “La idea de raza se convirtió en el primer criterio funda-
mental para la distribución de la población mundial en los rangos, lugares y roles en la estructura de
poder de la nueva sociedad. En otros términos, en el modo básico de clasificación social universal
de la población.” Quijano, Aníbal, “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”,
en: Lander, Edgardo (Comp.) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO, UNESCO, 2003. Página 205.
186
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
173
Posada Carbó, apoyándose en Eduardo Pizarro Leongómez, califica peyorativamente a algunos
autores críticos de la democracia liberal, aunque en ninguna parte del texto hace alusión explícita
a quiénes se refiere con el calificativo –según Posada Carbó tomado Pizarro– de “corrientes inte-
lectuales embuidas (sic) “de esquemas marxistas reduccionistas” –mayoritarias en las décadas del
1960 y 1970” cuyo, según Posada, único argumento, era la condena contra la democracia liberal por
formalista, autoritaria y elitista, reduciendo así un debate mucho más extenso a un par de adjetivos
grandilocuentes. Posada, Eduardo, La nación soñada, Bogotá: Norma, 2006.
187
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
174
“Los fundadores de la república concibieron un poder estatal limitado y dividido, inspirado en las
doctrinas liberales que desde entonces informarían en su esencia nuestra evolución constitucional.”
Posada, Eduardo, (2006) Supra No. 30. Página 104.
175
Posada, Eduardo, (2006) Supra No. 30. Página 106.
176
Posada Carbó sostiene que por el simple hecho de que en Colombia no ha habido dictaduras mili-
tares de la frecuencia y duración de las que han tenido lugar en el cono sur, Venezuela o México, se
puede afirmar que “pocos colombianos han sufrido los verdaderos rigores de un sistema dictatorial”.
Eduardo Posada (2006) Supra No. 30. Página 132
188
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
yor claridad el choque de las dos tradiciones que da lugar al discurso del
trabajo durante el siglo XIX.
177
La corona española, desde el inicio del siglo XVI, produjo una abundante normatividad que regulaba
el trabajo indígena, creando, entre otras, limitaciones en el horario, en el traslado de indios entre
territorios, el pago de un salario mínimo entre otras. El sistema de resguardos también constituía
una forma de protección del trabajo indígena. No obstante estas normas no eran acatadas por los
colonizadores y quedaron únicamente en el papel de las cédulas reales y las ordenanzas.
178
Esta idea se encuentra presente en la obra de Castro-Gómez 2005, sin embargo, considero que debe
ser desglosada o de lo contrario entendida en un sentido bastante analógico. La razón es que Castro-
Gómez, al hacer la crítica a Bolívar, está retomando la crítica marxiana hecha al prócer, tal y como
se demuestra en la estructura de citación. Luego la visión de Bolívar como un esclavista sería sólo
una idea original de Marx citada por Castro-Gómez. La interpretación que aquí haremos, es que
por Bolívar podemos imaginar a sus contemporáneos, especialmente a las elites que acompañaron
el proceso de formación de la república en escenarios como el Congreso de Venezuela instalado
el 15 de Febrero de 1819 en la ciudad de Santo Tomas de Angostura y que dio origen a una de las
primeras constituciones republicanas.
189
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
179
Tomado de: Libro de Actas del Congreso Nacional de Venezuela, en Nueva Guyana el 11 de enero
de 1820. Archivo General de la Nación, Sección República, Fondo libros manuscritos y leyes origi-
nales de la República, Rollo 1, Libro 4, Acta 252, Folio 162. Archivo General de la Nación.
190
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
Una de las primeras instituciones que intentarán ser abolidas por los
criollos en su afán reformista, será la del resguardo. Igual suerte correrían
los bienes de manos muertas, la esclavitud y los mayorazgos. El sistema de
resguardo había sido implantado en América desde el inicio de la coloni-
zación (Colmenares, 1968: 231), y tenía por objeto controlar a los indígenas
obligándolos a permanecer en el territorio, pero a la vez, le permitía a la
corona española controlar a los encomenderos y ocupantes españoles ges-
tando la ocupación de los territorios en pequeñas parcelas.
La razón aducida por los criollos para eliminar la institución del res-
guardo tenía como fundamento el carácter innecesario que esta modalidad
de “protección” a las tierras indígenas tenía en la vigencia de un régimen
libre como el republicano en el que todos los sujetos nacen libres e iguales
ante la ley (igualdad formal), e igualmente protegidos por el Estado. Lo
que se escondía tras esta afirmación era la necesidad de los republicanos
por poner en circulación la totalidad de los bienes de la nación. La institu-
ción del resguardo –como muchas otras de la Colonia, tales como censos y
capellanías– lejos de proteger, causaba más daño a la economía floreciente
al excluir del mercado importantes cantidades de bienes que sustentarían
nuevos sistemas de crédito, y que podrían ser apropiadas en contra de los
intereses de los indígenas por la nueva nobleza, encabezada por patriotas
guerreros, que había traído la libertad a la república180.
180
Esta situación venía siendo reclamada por los principales gestores de las revueltas republicanas, que
eran artesanos y liberales que se oponían a las restricciones del sistema económico colonial. “Ya en
las postrimerías del siglo XVIII, el rey Carlos III había ordenado que los capitales de las comunida-
des religiosas, que se prestaban en forma de censos, ingresaran a las Cajas reales. Esta medida, sin
embargo, no se acordaba todavía con la estructura, eminentemente rural, de la encomienda de la
Colonia. Tanto es así, que el movimiento popular de los comuneros pidió expresamente su aboli-
ción. (…) La mayor carencia de la economía del siglo XIX fue la de capitales, y los mecanismos que
resultaban adecuados para proveer crédito a una sociedad rural eran ya ineptos para atender a las
demandas de los nuevos sectores en auge. (…) En el siglo XIX, ausentes los negociantes españoles,
el comercio manejado por criollos buscaba liberarse de esta limitación; y los llamados capitalistas,
más o menos usureros, buscaban asimismo colocar ventajosamente sus capitales.” Colmenares,
Germán, (1968) Supra No. 29. Página 62.
191
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
181
Tomado de: Libro de Actas del Congreso Nacional de Venezuela, en Nueva Guyana el 6 de enero de
1820. Archivo General de la Nación, Sección República, Fondo libros manuscritos y leyes originales
de la República, Rollo 1, Libro 4, Acta 245, Folio 157 y 158. Archivo General de la Nación.
182
“Las características del tipo castellano, del caballero cristiano que tan bellamente ha descrito
Manuel García Morente –paladín de una causa, grandeza, arrojo, altivez, pálpito y no cálculo,
personalismo, culto a la muerte– , se modelaron en el curso de toda la existencia española, sobre
todo durante el episodio que ha sido decisivo en la vida del pueblo español: la lucha de varios siglos
contra los musulmanes, en defensa de su propia existencia y en defensa de la cristiandad, empresa
histórica que en un momento dado se confundió en él con la defensa de sí mismo.” Jaramillo, Jaime
(1982), Supra No. 20. Página10.
192
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
183
En el discurso de José María Samper reconstruido por Jaramillo Uribe resulta bastante evidente
la afirmación de los valores liberales y la necesidad de abolir los españoles: “La esclavitud como
elemento constitutivo del trabajo, ya bajo la forma especial de la servidumbre del negrocosa y sus
descendientes, ya en la organización artificial de los resguardos de indígenas; organización socia-
lista del peor carácter, que inmoviliza la propiedad de las tribus, estanca su desarrollo moral e intelectual, y
suprime en la agricultura la ley de la personalidad activa, del interés y de la emulación.” Subraya original.
José María Samper citado en Jaramillo, Jaime (1982) Supra No 20. Página 43.
193
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
En la cita se percibe con claridad la poca voluntad que los criollos tenían
de construir un orden realmente nuevo. En tanto el sistema de hacienda,
como mecanismo de extracción del producido por las clases subalternas,
fuera eficiente, y ante la ausencia de uno más adecuado, la nueva elite re-
publicana prefería mantener el sistema español pese a su grandilocuente
enunciado de República independiente.
184
Tomado de: Libro de Actas del Congreso Nacional de Venezuela, en Nueva Guyana el 13 de oc-
tubre de 1819. Archivo General de la Nación, Sección República, Fondo libros manuscritos y leyes
originales de la República, Rollo 1, Libro 4, Acta 184, Folio 117. Archivo General de la Nación.
194
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
185
Tomado de: Libro de Actas del Congreso Nacional de Venezuela, en Nueva Guyana el 2 de marzo
de 1819. Archivo General de la Nación, Sección República, Fondo libros manuscritos y leyes origi-
nales de la República, Rollo 1, Libro 4, Acta 14, Folio 13. Archivo General de la Nación.
195
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
186
“Trabajo y ciencia, industria y comercio eran, por otra parte, las únicas vías que los criollos tenían
a la mano para ascender en la escala social, adquirir prestigio y papel dirigente, y en muchas oca-
siones nobleza. Esa circunstancia impulsó a los criollos hacia los negocios comerciales, agrícolas
y mineros y les permitió muchas veces acumular considerables fortunas.” Jaramillo, Jaime (1982)
Supra No. 20. Página 23.
196
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
197
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Hasta ahora hemos visto algunos ejemplos de las formas económicas que
adquiere durante el siglo XIX la sociedad republicana, las cuales estaban
destinadas a perpetuar un sistema de explotación de la mano de obra indí-
gena y afrodescendiente, legitimados en una especie de diferencia natural
que hacía a los blancos (en sentido figurativo) mejores personas que los
“indios” y “negros”.
Un buen resultado de esta doble conciencia cultural, por una parte libe-
ral y moderna, y, por otra, racista y prejuiciosa, los constituirá la Comisión
Corográfica, encabezada por intelectuales como Manuel Ancízar, Agustín
198
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
187
En lo que sigue me baso en los trabajos de Olga Restrepo, especialmente en: Restrepo, Olga, “Un
imaginario de la nación, lectura de láminas y descripciones de la Comisión Corográfica”, en Anua-
rio Colombiano de Historia Social y de la Cultura, Número 26. Universidad Nacional de Colombia,
Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Historia, Bogotá 1999. En trabajos anteriores a
éste, Olga Restrepo analizó por completo los contratos suscritos por el gobierno de entonces con
Manuel Ancízar y Agustín Codazzi entre otros miembros de la Comisión Corográfica.
199
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
188
Sobre la influencia de la obra de Comte y su discípulo Laffite en los intelectuales de la república
del siglo XIX se puede ver la exposición hecha por Jaramillo Uribe en el capítulo XIII de Jaramillo,
Jaime (1982), Supra No. 20
189
La misma idea de imponer una educación destinada al crecimiento económico sustentado en la idea
orden, progreso y desarrollo se encuentra en el Capítulo IV de la obra El pensamiento colombiano en
el siglo XIX de Jaime Jaramillo (1982), Supra No. 20.
200
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
201
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
En tal sentido, para los liberales el ideal de vida era llegar al estado
de “civilización” alcanzado por los pueblos anglosajones, en el que la ho-
mogeneidad, el trabajo de carácter industrial y el individualismo, eran las
bases del orden moderno al cual debían apuntar todos los esfuerzos del
Estado, aunque eso implicara negar las particularidades y las diferencias
existentes entre las múltiples culturas que convivían en la geografía nacional,
todas sustituidas por una sola, la identidad americana primero, la nacional
después190.
190
Señala Jaramillo Uribe: “La herencia que el imperio español dejó a los nuevos países fue la turbulen-
cia e inestabilidad de una sociedad compuesta de los más heterogéneos grupos raciales, sin clases
dirigentes capaces de afrontar las nuevas tareas administrativas y políticas donde la intolerancia y
el recelo hacia el extranjero, el vicio de la empleomanía y el desdén por el trabajo, la falta de con-
fianza en la acción individual propia y el hábito de esperarlo todo del Estado, cerraban el paso a
la creación de una sociedad civilizada, que, naturalmente, para ser civilizada, debería tomar como
modelo a las naciones anglosajonas.” Jaramillo, Jaime (1982) Supra No. 20. Página 46.
202
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
191
Anota Olga Restrepo a propósito de la forma en que se divulgaron los trabajos de la Comisión: “Estas
obras realizadas cumplidamente no pueden quedarse, entonces, guardadas en los anaqueles de las
oficinas públicas. Si se trata de “inventar la nación” deben ser conocidas del público, a través de ese
otro medio constructor de realidades que es la prensa. Ya he mencionado que la obra de Ancízar se
publica íntegramente en las páginas de El Neogranadino y que después se edita en forma de libro.
En el mismo periódico y también en El Tiempo se difundirán los más breves Apuntes de viaje que
escribe Santiago Pérez sobre las provincias de occidente. Lo mismo ocurre con la obra geográfica
de Codazzi …” Restrepo, Olga (1999) Supra No. 48.
203
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
192
Mientras que contratos civiles como la compraventa, el préstamo o cualquier de los basados en
el intercambio de bienes materiales solamente era realizado entre sujetos titulares de alguna
204
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
propiedad, el de prestación de servicios era el más universal de todos, pues la mayoría de los sujetos
tenían que acudir a la venta de su fuerza de trabajo para subsistir. Curiosamente era el contrato
que menos regulación tenía.
193
De acuerdo con Aníbal Quijano, la colonización de América consolidó una división del trabajo
basada en la raza más que en las clases sociales. En tanto que el blanco tiene derecho a percibir una
remuneración por sus servicios, el indio y el negro deben servir gratuitamente dada su condición
de sujetos inferiores. “En estos países, al comenzar la Independencia, principalmente aquellos que
fueron demográfica y territorialmente extensos a principios del siglo XIX, aproximadamente poco
más del 90% del total de la población estaba compuesta de negros, indios y mestizos. Sin embargo,
en todos estos países, durante el proceso de organización de los nuevos Estados, a dichas razas
les fue negada toda posible participación en las decisiones sobre la organización social y política.
La pequeña minoría blanca que asumió el control de esos Estados se encontró inclusive con la
ventaja de estar libre de las restricciones de la legislación de la Corona Española, que se dirigían
formalmente a la protección de las razas colonizadas. A partir de ahí llegaron inclusive a imponer
nuevos tributos coloniales sobre los indios, sin perjuicio de mantener la esclavitud de los negros
por muchas décadas.” Quijano, Aníbal (2003) Supra No. 28 Página 233.
205
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
división racial del trabajo que surge durante el siglo XVI con el inicio del
impero colonial moderno trasciende las revoluciones nacionales para ins-
talarse en la mentalidad criolla republicana, paradójica y especialmente en
la de los liberales.
Ese imaginario –que aún hoy tiene presencia en la división del traba-
jo– construye una idea del afrodescendiente y del indígena como sujetos
perezosos e ineptos, con tendencia a la dependencia alcohólica y a la inmo-
ralidad. Razón por la cual deben ser “blanquizados”, proceso que se dará
por dos mecanismos: de un lado el mejoramiento de la raza, y por otro, la
enseñanza de los valores sociales de los blancos en el marco de una educa-
ción para el desarrollo y el progreso.
194
Al respecto se recomienda el artículo de Mignolo, Walter: “La colonialidad a lo largo y a lo ancho…”
antes citado. Y para una mayor profundidad el trabajo de Wallerstein sobre los análisis de sistema-
mundo.
206
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
Los moradores de la provincia (de Vélez) son todos blancos, de raza espa-
ñola pura, cruzada con la indígena, e indígena pura: la primera y la última
forman el menor número; y cuando la absorción de la raza indígena por la
europea se haya completado, lo que no dilatará mucho, quedará una población
homogénea, vigorosa y bien conformada, cuyo carácter será medianero entre
195
Tomado de: Libro de Actas del Congreso Nacional de Venezuela, en Nueva Guyana el 25 de mayo
de 1819. Archivo General de la Nación, Sección República, Fondo libros manuscritos y leyes origi-
nales de la República, Rollo 1, Libro 4, Acta 80, Folio 45-46. Archivo General de la Nación.
196
Archivo General de la Nación, Supra No. 60 Folio 50.
207
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Todo eso era posible, entre otras cosas, por el concepto de raza superior.
Así como los españoles consideraron que los afrodescendientes y los indíge-
nas eran licenciosos e ineptos, los criollos mantuvieron esa idea vigente en
la construcción del discurso del trabajo como parte del imaginario nacional.
Los grabados de Manuel María Paz y las interpretaciones que de la realidad
hacían personajes tan importantes como Manuel Ancízar o Agustín Codazzi
serían determinantes en el proceso político que seguiría a la Comisión.
Sin embargo, eso sólo representa algo que desde el inicio de la República
ya se había establecido: el tratamiento al sujeto subalterno como una cosa,
no como una persona, como un animal, más que como un ser humano. La
siguiente cita tomada del archivo nacional resulta un buen ejemplo de la
posición que los indígenas ocupaban en la nueva República:
(…) se dio cuenta del acta anterior y a consecuencia (se) propuso, que siendo
la Isla de Margarita una de los puntos más interesantes con que debe contar
la República (…) y estando allí casi extinguida la cría de ganado mayor, y
de bestias caballares tan necesarias para hacer y sostener la guerra, hacía la
moción de que se enviaren a dicha Isla una cantidad de Vacas y Yeguas de
vientre para el indicado fin, y además doscientos o trescientos Indios Gua-
raunos con sus familias si era posible para aumentar aquella población, y que
sean útiles a la República. El señor Alcalá apoyó esta moción, añadiendo que
no solo debían remitirse (…) Indios de esta Provincia, sino de las demás espe-
208
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
Pueblos como los Pastos, por ejemplo, resistieron durante el siglo XIX
las intenciones del Estado nacional republicano por acabar con las formas
de organización político administrativas de los indígenas del suroccidente
de Nariño. Argumentaban los republicanos que dichas formas de organi-
zación no eran más que rezagos del pasado colonial e indígena obstáculos
del “progreso liberal”198, ante lo cual el Estado arremetió durante la segunda
mitad del siglo XIX e inicios del XX para acabar con las formas de organi-
zación propia.
197
Tomado de: Libro de Actas del Congreso Nacional de Venezuela, en Nueva Guyana el 7 de junio de
1819. Archivo General de la Nación, Sección República, Fondo libros manuscritos y leyes originales
de la República, Rollo 1, Libro 4, Acta 89, Folio 51. Archivo General de la Nación.
198
Doumer Mamián Guzmán. “Los pastos”, en: Geografía humana de Colombia, región andina central,
Tomo IV Volumen I. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1996.
209
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
210
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
211
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
y el afrodescendiente solamente
servían para realizar labores que
solamente implicaban el uso de
la fuerza física, el blanco estaba
hecho para actividades que
involucraban trabajo mental.
Pensar era un privilegio de los
blancos. Las actividades físicas,
muchas de ellas no remunera-
das estaban creadas para seres
mentalmente inferiores.
212
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
213
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
El orden ya estaba dado. Dos clases sociales divididas no sólo por razones
económicas que las mismas élites habían propiciado y luego mantenido, sino
por unas diferencias raciales que justificaban el tratamiento discriminatorio.
Las cartas habían sido jugadas, sólo restaría esperar cómo se desarrollaría
su estrategia en el ámbito del capitalismo del siglo XX, en el que el Imperio
británico cedería su lugar de privilegio a la joven potencia norteamericana
que, por esos días, estaba configurando su propia división racial en una de
las guerras más sangrientas de la humanidad.
Conclusiones
Quizás por el positivismo que marcó la construcción de las instituciones
jurídicas en Colombia, en combinación con la violencia epistémica de las
ciencias sociales eurocéntricas, producto del moderno/colonial, para las
cuales la conciencia es un problema de la religión o de la moral pero nunca
del derecho, se preserva la tendencia a expulsar del análisis jurídico pers-
pectivas como las sugeridas por Du Bois.
En este caso, la discusión tiene que ver con la manera mediante la cual el
derecho utilizado por una clase social que se abroga la condición de mayo-
ritaria, homogeniza e invisibiliza mediante categorías jurídicas formalistas
y epidérmicas que no corresponden a las tradiciones propias, pero que per-
214
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
Esto sucedía porque los criollos se veían a sí mismos a través de los ojos
de los colonizadores. Desde la imposición del discurso “blanquizante” que
consolidó la división racial del trabajo en América, las elites criollas asumie-
ron la potestad de explotar a los sujetos considerados inferiores. Afrodes-
cendientes, indígenas y mujeres quedaron bajo la potestad del hacendado,
del patricio criollo y republicano amigo de la libertad y del libre intercambio
hacia fuera, pero que mantenía la estructura colonial hacia el interior.
215
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
216
El Discurso del Trabajo durante el Siglo XIX
Bibliografía
Castro-Gómez, Santiago, 2005, La Hybris del Punto Cero, Bogotá, Instituto Pensar
y Universidad Javeriana.
Colmenares, Germán, 1968, Fuentes coloniales para la historia del trabajo en Colombia,
Bogotá, Universidad de los Andes.
Garavaglia, Juan Carlos y Marchena, Juan, 2005, América latina de los orígenes a
la independencia. I. América precolombina y la consolidación del espacio
colonial, Barcelona, Editorial Crítica.
217
5
Del animal laborans al homo ludens:
la configuración del juego y la fiesta
como voces de resistencia al poder
C
on el proceso de expansión inter-oceánica, procurado por la con-
quista de América, la estructura colonial generó un entramado de
poder que le posibilitó a la corona española conseguir una gran
cantidad de productos a muy bajo precio; de hecho, sin precio alguno, para
lo cual estableció modos de producción casi esclavistas –mita, resguardo
y encomienda– durante más de doscientos años en América, sustentados
en disquisiciones sobre la condición de humanidad de los primeros habi-
tantes de estas tierras. Este proceso posibilitó a Europa, para los dos siglos
posteriores, la apertura a un incipiente capitalismo en el que el trabajo, la
esclavitud, delineó el tiempo productivo como el tiempo de la vida misma
gracias a la cosificación de los sujetos. En palabras de Marx y Engels:
Las funciones que ejerce el capitalista no son otra cosa que las funciones
del capital mismo –del valor que se valoriza succionando trabajo vivo– ejer-
cidas con conciencia y voluntad. El capitalista sólo funciona en cuanto
el capital personificado, es el capital en cuanto persona; del mismo modo
que el obrero funciona únicamente como trabajo personificado, que a él
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
220
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
221
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
222
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
cotidianidad del trabajo, a saber, la fiesta y el juego. Para llegar a este obje-
tivo conduciremos al lector en una conceptualización del tiempo libre, para
poder rastrear-evidenciar la manera en la que este tiempo libre es asumido
por el subalterno, haciendo énfasis en las maneras contrahegemónicas y de
contrapoder que se evidencian, de manera contundente, sobre otras formas
de tiempo libre, en el juego y la fiesta.
223
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Si bien las anteriores categorías nos parecen las apropiadas, nos deten-
dremos exclusivamente en las dos últimas, básicamente porque el trabajo
privado o administración familiar no existen como categorías de tiempo libre
en el periodo estudiado, pues las actividades realizadas en dicho tiempo
eran, en realidad, más trabajo para el subalterno, ya que fabricaba objetos
que facilitarían el trabajo diario. Entonces tenemos que el trabajo privado
en realidad es continuación del trabajo remunerado, denotando de manera
plena su condición de animal laborans; por otra parte, el descanso, al ser
tiempo libre en el cual prácticamente el subalterno no realiza actividades
que vayan más allá de lo que podríamos denominar “vida contemplativa”,
no nos aportaría elementos de relevancia para el presente artículo. Final-
mente, la satisfacción de necesidades biológicas199, y, en especial, del tipo
sexual, están muy entrelazadas con las dos últimas en la medida que las
fiestas y los juegos, sobre todo las primeras, dada su estrecha relación con
el carnaval (carne-vale), en esa medida intentaremos, a través de la sociali-
zación y de los juegos y actividades miméticas, explicar el tiempo libre de
los subalternos en el siglo XIX.
Ahora bien, entre tantas maneras en las que el sujeto puede emplear su
tiempo libre hemos volcado nuestro interés a dos formas específicas: la fiesta
y el juego; pero, ¿por qué estas dos y no otras?, ¿por qué son tan relevantes?
Consideramos que el juego y la fiesta son las más relevantes toda vez que
irrumpen de manera contundente en la lógica de producción, del capita-
lismo si se quiere, pues son su contraparte, ya que el tiempo productivo se
configura en pro del desarrollo económico mientras que, por otra parte, el
tiempo de la fiesta y el juego se instalarían en el campo del tiempo “impro-
ductivo” –en el que el tiempo productivo se detiene–, en el que se desarrolla
el espacio del recuerdo, el tiempo mitológico, el tiempo de la libertad. Tanto
en el juego como en la fiesta se genera un momento de ruptura que consiste
en la “persecución obsesiva de una experiencia cíclica, la de la anulación y el
restablecimiento del sentido de la vida, la de la destrucción y re-construcción
de la ‘naturalidad’ de lo humano, de la necesidad de su presencia contin-
gente” (Echeverría, 2000: 189). Desde esta perspectiva, tanto el juego como
199
Dejamos de lado las necesidades biológicas como el dormir, el comer, las necesidades coprológicas,
entre otras por que estas no se desvinculan del tiempo de trabajo, toda vez que son situaciones que
debe tener en cuenta el terrateniente-señor para mantener los niveles de producción.
224
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
Podemos decir, también, que algo parecido acontece con la fiesta carna-
valesca, aunque, en este caso, la cuestión se nos antoja más del tipo cultural,
si bien es cierto, parece ser una necesidad casi básica, pues todas las culturas
han desarrollado alguna forma de festividad. En principio, se trataba de
celebraciones estrictamente religiosas que aproximaban al individuo con
la divinidad, y se unían en algunas ocasiones con la ingesta de narcóticos.
En el mundo occidental, los griegos empezaron a realizar fiestas en honor
a los dioses, para celebrar los matrimonios o para conmemorar eventos;
con la caída de los imperios griego y latino ante el imperio cristiano, estas
celebraciones se fueron extendiendo a bautizos y al santoral litúrgico. Con
el paso del tiempo, las fiestas toman un carácter más mundano, pagano, y
aparecen los carnavales y demás celebraciones en las que los roles se alteran
y la vida cotidiana se transforma durante el tiempo que dura la celebración.
Posteriormente, la fiesta se fue configurando en un espacio de re-creación del
225
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
200
http://www.educar.org/Educacionfisicaydeportiva/historia/tlachtli.asp
201
http://www.efdeportes.com/efd90/juego.htm
202
http://orbita.starmedia.com/~fiepcolombia/indigena.html
226
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
En la cultura Inca los sapos eran animales dotados de poderes mágicos. Las
leyendas cuentan que en el lago sagrado de los Incas, el Titicaca, se desa-
rrollaba un místico juego, donde El Sapu (sapo) era el personaje central. La
familia real tiraba pieza de oro al lago, con la esperanza de llamar la atención
de algún sapu. El animal considerado mágico salía a la superficie y cogía en
su boca una pieza de oro. Al instante, al afortunado jugador se le concedía
un deseo y el sapu se convertía en oro. Al homenaje a tantos deseos que
se han convertido en realidad, el dios Sol (Rey Inca) mandó construir un
gran sapu de oro, con el cual se divertía toda la realeza. Era un juego de
suspenso y destreza, acompañado por la danza y la alegría: pukllay sapu
(Jugar Sapu)204.
203
http://www.educar.org/Educacionfisicaydeportiva/historia/tejo.asp
204
Tomado de: ttp://www.ewakulak.com/colombia/costumbres/juego_sapo_rana_.html
227
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
De igual forma, juegos como los naipes y los dados estaban permitidos,
hasta que los desórdenes presentados por las apuestas hicieron que fueran
prohibidos. Siempre haciendo uso de la “malicia” en la parte posterior de las
instalaciones de escenarios dedicados a los juegos permitidos, se establecie-
ron garitos clandestinos en los cuales se jugaba a los naipes y los dados.
Esto último no debe sorprender pues, como es sabido, en esas épocas las
historias las contaban los sujetos que detentaban el poder. En últimas, las
historias de las élites eran las únicas que se constituían en elementos dignos
de tener en cuenta más allá de su vida productiva.
228
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
230
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
231
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Los amos blancos les daban a sus esclavos negros la oportunidad de divertirse,
les permitían disfrazarse, cantar, danzar, tocar sus propios instrumentos.
Pero para los negros aquello no era sólo diversión: era también la manera de
mantener vivas las religiones originales, porque los disfraces que ellos saca-
ban a la calle eran atuendos sagrados propios de las danzas de cultos secretos
que seguían practicando en el interior de sus espíritus (VV.AA., 2002).
232
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
233
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
205
(VV.AA., 2002: 113)..
234
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
El diablo, y la crítica social que tiene en sí, aparecen por solicitud expre-
sa de la comunidad y así mismo parte de nuevo al anonimato, así durante
todos los días del carnaval. Sin embargo, el último día pasa algo particular:
el diablo es incinerado la última noche del carnaval como ritual de transi-
ción entre el espacio de la denuncia y el castigo simbólico, encubierto por
mascaras y disfraces, a un espacio de retorno al tiempo lineal de producción,
en donde la cotidianidad regresa al punto de partida, de invisibilización de
los individuos y la sujeción de los mismos al sistema, re-incorporándose a
sus deberes de mercado.
Conclusiones
Para Enrique Dussel, llamar “el encuentro de dos mundos” a la llegada
de los españoles a América no es más que un eufemismo, pues, al fin y al
cabo, se trató de la eliminación de un mundo por parte de otro (Dussel, 1992:
44). En efecto, y como hemos reiterado a lo largo de este artículo, los pueblos
nativos se vieron sometidos, tras el arribo de los españoles, a su eliminación
física, y cultural en los casos en los que la sobrevivencia fue posible.
235
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Vemos, pues, cómo los grupos dominantes han ido generando sus formas
de distracción, al mismo tiempo que las clases subalternas han adoptado
las suyas al contexto europeo, a la par que mantenían las propias, como en
el caso de los países colonizados.
Se puede decir que lo mismo acontecía con los bailes y fiestas, aunque
en el caso especial del carnaval, éste fue un elemento que los nativos y afri-
canos debieron apropiarse para poder liberar abiertamente su emotividad.
Como dijimos antes, las fiestas de los nativos, como las de los recién llega-
dos, tenían un carácter religioso. De esta manera, la llegada de unos trajo
como consecuencia la prohibición de la religión de los otros y la consabida
imposición de una nueva religión. En adelante, las fiestas se celebrarían de
acuerdo con los patrones del catolicismo, pudiendo los subalternos expresar
su religiosidad en la clandestinidad o haciendo una simbiosis religiosa. Caso
claro de esto lo constituye el carnaval.
236
Del Animal Laborans al Homo Ludens: la Configuración del Juego...
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237
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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versatorios del programa apoyo a las fiestas populares de Colombia; Riosucio,
Ed. Fundación BAT, Colombia.
238
6
Feminidades y masculinidades
en el discurso jurídico del siglo XIX
Una sentencia sobre la mujer colombiana
Recuento de identidades
independentistas de 1810 a 1820
L
a mujer que constantemente se mira al espejo sin trascender la
figura que superficialmente enmarca el místico objeto, encarna un
instante que intencionalmente ha sido provocado luego de cente-
narios esfuerzos por descifrar el código exacto para provocar esa conducta.
La mujer que constantemente se mira al espejo sin trascender la figura que
superficialmente enmarca el místico objeto y espera una respuesta, seduce un
extraño despertar de un momento inconsciente de su existencia estimulado
por una lucha de pasión que desborda cualquier cauce y que casualmente se
*
Investigadora Grupo COPAL.
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
encuentra oculto bajo llave en una caja mítica occidental que, dicen, guarda
los más terribles demonios de la humanidad.
La mujer que se mira al espejo, cierra sus ojos y no encuentra una imagen;
es una mujer confundida y atormentada por esos demonios occidentales
que le prohibieron conocer, explorar y difundir.
Introducción
Los proyectos de nación, expresa o tácitamente, traen consigo propuestas
de constitución de sujetos, los cuales, una vez formalizados y puestos en
acción, se constituyen como la ejecución de formas contractuales unilaterales
que definen roles y juegos de poder en el interior de la sociedad. Siendo éste
el espectro de constitución de identidades, resulta claro que la formalización
de estos sujetos trasciende un desarrollo de la imprenta y una proyección
literaria del movimiento altamente analfabeta independentista206 –tesis
206
Al respecto Camilo Torres afirma: “Y bien. ¿Cuál será entonces nuestra suerte? ¿Qué debemos hacer,
qué medidas debemos tomar para sostener nuestra independencia y libertad, esta independencia
que debíamos disfrutar desde el mes de septiembre de 1808? ¡Ah! Yo abro los ojos, y no miro por
todas partes sino nubes negras que amenazan con una tempestad terrible. Hay buenos patriotas,
ciudadanos ilustrados y de virtudes, que conocen sus derechos y saben sostenerlos; pero es muy
considerable el número de ignorantes, de los egoístas y de los quietistas. Fluctuamos entre esperanzas
y temores” (Torres: 1809). Siendo la implementación de la educación entre los neogranadinos un
propósito fundamental para la consolidación del Estado Moderno.
240
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
207
Resulta interesante las tesis que rescata Enrique Dussel frente a la legitimidad en los estados
latinoamericanos, teniendo presente que la legitimidad contemporánea está basada en un tipo
de reconocimiento de autoridades proveniente de una comunidad política que invisibilizaba a la
mitad de la población a través de la negación de su carácter de ciudadano en el siglo XIX. En ese
sentido es una legitimidad precaria, que no constituye los principios teóricos que definen presunta
legitimidad que una autoridad debe detentar en una democracia moderna (Dussel: 2006).
241
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Cabe aclarar que dentro de los imaginarios jurídicos que forjan una
nación se producen las fórmulas que los introducen convenientemente en
realidades materiales que, a pesar de los esfuerzos, generan contradictorias
subjetividades percibidas como una doble conciencia, la cual desde una cara
208
Los problemas planteados dan a conocer un discurso que obliga a mirar los cimientos forjados en
el siglo XIX y pensar la nación posindependista. Desafortunadamente, éste discurso, obediente a
un silogismo moderno y patriarcal, plantea un análisis universal y masculino que suele excluir la
construcción de identidades que trascienden esta óptica bidimensional.
209
El proyecto en sí, plantea un paisaje caleidoscópico sobre los proyectos de nación posindependistas
en Colombia, centrándose en la construcción y transformación de identidades, que conquistaron
invisibilizaron y subalternizaron sujetos, en contraste con el contexto bajo el cual el sujeto se desa-
rrolla y transforma actualmente.
242
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
210
No es lo mismo comprender las interrelaciones de las mujeres de la elite social colombiana del
siglo XIX con las de mujeres campesinas colombianas de la misma época; su posición objetiva en la
sociedad implicaba formas diferentes de comprender la realidad social y de interactuar con ella.
243
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
211
Los proyectos de nación latinoamericanos están sujetos a “ámbitos de poder local y regional con
base económica y social que con frecuencia se remonta los tiempos coloniales. Estos ámbitos de
poder oligárquico influyen y buscan apoyo en el poder político de carácter nacional que está tra-
tando de configurarse desde el centro de la nación (...). La competencia entre diferentes proyectos
de articulación o unificación nacional, cuyos propugnadores necesitan también apoyarse en las
oligarquías regionales y locales con el fin de extender su influencia en el nivel de toda nación para
lograr la hegemonía en ella. Generalmente, esos diferentes proyectos se expresan en programas
políticos de carácter abstracto elaborados por grupos de intelectuales y burócratas, casi siempre
de carácter urbano e incluso localizados en la capital nacional.” (González 1997: 27).
212
Un caso que ilustra esta hipótesis de manera clara son las constantes biografías que se publican de
Policarpa Salavarrieta, caso que retomaremos con mayor profundidad más adelante.
244
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
245
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
246
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
Mapa y Brújula
De esta forma, guiándonos por el mapa que he dibujado a los largo de
estas hojas, propongo abordar los elementos que podrán ampliar el horizonte
en torno a la construcción de subjetividades femeninas y masculinas frente
a los proyectos de nación. En primer lugar, se rescatará una perspectiva ge-
neral sobre las identidades que, al momento de la Independencia, se fueron
configurando alrededor de un naciente nacionalismo, teniendo en cuenta
el momento de transición bajo el cual se transforma la noción de una mujer
inmersa en un sistema colonial tradicional a un individuo que se emancipa
de este tipo de relaciones coloniales y se entreteje entre la identidad alcan-
zada a través de un proceso independentista, un caos jurídico que debatía
entre el colonialismo y la patria nueva, la participación política, las formas
económicas de desarrollo imperantes en el momento y la formación de una
247
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
213
Manifiesto de Francisco Antonio Zea, Presidente del Soberano Congreso y Vicepresidente de la
República, reproducido originalmente en el Nº 45 de la Gaceta de la Ciudad de Bogotá del domingo
4 de junio de 1820.
248
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
214
Téngase en cuenta que la historia colombiana ha sido sujeta a las constantes revisiones producto
de los proyectos políticos que se han intentado formular en América Latina, ejemplo de ello son
los historiadores liberales como Domingo Faustino Sarmiento, quien intentó separar las influencias
coloniales de la Revolución (Colmenares: 1990). Colmenares analiza las expresiones jurídicas del
momento, como excusa para determinar sí las fórmulas de gobierno español son la causa de las
relaciones sociales actuales o simplemente las bases que se fortalecieron y radicalizaron en una
independencia únicamente territorial.
215
Es imperante recordar que Benedict Anderson identifica la imprenta como un elemento constitutivo
de los nacionalismos latinoamericanos; tesis en la que se omite el hecho de que los mismos neogra-
nadinos – como Camilo Torres – identifican la problemática nacionalista en torno al analfabetismo
poblacional y la necesidad de educar a los neogranadinos.
249
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
216
Recuérdese que en 1812 se promulgó la constitución de Cádiz para la nación española la cual sos-
tenía que la soberanía residía en la nación. Igualmente promulgaba derechos de la población, se
discriminaba la libertad de asociación y de culto y disminuyó los poderes del monarca al establecer
el veto absoluto como suspensivo por el término de 2 años. Esta Constitución, de manera interesan-
te, estaba inspirada en la Constitución Francesa de 1791, siendo las instituciones jurídico-políticas
establecidas muy similares, pero rechazó la idea de estar inspirada en el pueblo franco y pronunció
ser la recopilación de leyes ancestrales españolas.
217
Si bien la soberanía de España residía en el monarca, la Iglesia católica impuso una impronta entre
la Corona y el territorio español sobre sus costumbres y tradición política. La correlación, en el caso
latinoamericano, consistía, principalmente, en que la Corona ejercía un control migratorio sobre
las órdenes religiosas que llegaban al territorio americano, las cuales a su vez estaban encargadas
de cohesionar a la población en torno a la obediencia frente al rey.
218
Al respecto se afirma: “la nueva República fue prefigurada en la vieja colonia en muchas más formas
de lo que los historiadores lo han imaginado hasta el momento” (Garrido: 1993).
219
André Hauriou expresa: “La Constitución de los Estados Unidos ha sido objeto de frecuentes
imitaciones. En el nuevo mundo ha sido copiada (…) también ha sido imitada por los Estados de
América Central y de América del Sur (…) Siempre que se intenta un trasplante de la Constitución
americana fuera de su lugar de origen, los resultados suelen ser poco convincentes” (Hauriou,
1980: 476).
250
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
220
Recordemos que el derecho anglosajón moderno se inspira en la supremacía de la ley, que en cierta
medida exige obediencia frente a las instituciones jurídicas y políticas que la ley da vida. Ante estas
manifestaciones teóricas observamos como la Constitución Antioqueña de 1812, en su artículo 3°,
obliga la sumisión nacional a la ley, constitución y sus instituciones, por ser manifestación de la
voluntad general (art 6°) “Artículo 3.- Las obligaciones de cada uno para con la sociedad consisten
en defenderla, en servirla, y en vivir sumiso a las leyes y a la Constitución; y en respetar a los
funcionarios públicos, que son sus órganos”.
221
“Como era un país relativamente pequeño, Gran Bretaña no pudo darse el lujo de la megalomanía
(…) No pretendió convertirse en la potencia europea más poderosa otros (…) Como pioneros
exitosos de la industrialización mundial, los británicos tenían una enorme confianza en su sistema
económico. También estaban convencidos de que su sistema político era superior a cualquier otro,
pero no lo promovieron como modelo general. Allí donde la Gran Bretaña del siglo XIX se convirtió
en modelo, fue por ejemplo y no por diseño: como en el caso de la moda para hombres y en casi
todos los deportes practicados internacionalmente, los que fueron todos británicos en su origen”.
(Hobsbawn, 1999: 10). De acuerdo con Enrique Dussel, la primera hegemonía de la modernidad
no es Holanda, y mucho menos Inglaterra, sino España. Ver Dussel (1992).
222
Cabe aclarar que este postulado es coherente con la etapa que en este documento se intenta
abordar, en la cual era claro el rechazo a la dictadura de Napoleón y la confirmación relativa del
apoyo brindado a la corona española, inicialmente. Lo anterior sin detrimento de comprender que
posteriormente sería la Coronación de Napoleón, presenciada por Simón Bolívar, la que inspiraría
la lógica bolivariana en la independencia. Para esta tesis es fundamental la no vigencia de la Carta
de Bayona de 1808, impuesta por Napoleón Bonaparte sobre las provincias colonizadas en América
Latina.
251
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
223
Resulta interesante observar que este tipo de feminidad estaba destinada a un tipo específico de
mujer con posición social, económica, cultural. La mujer que no se encontraba en ese status se
definía dentro de estereotipo de feminidad incompleta y carente de un verdadero aire femenino,
encontrándose inmersa en un espacio ajeno de lo valorado como femenino.
224
“La intensa aunque breve aparición de las mujeres en la escena pública durante la independencia
de los Estados Unidos y la Revolución Francesa también incidieron en un cambio de actitud”
(Martínez Carreño, 1996).
252
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
225
El sentido del término “pasión” tiene una evidente connotación metafísica que implica un sentimien-
to indescifrable e indescriptible de liberalización y rompimiento de estigmas sociales imperantes
en la época, sentimiento que no era considerado masculino sino exclusivamente femenino.
226
Los norteamericanos conquistaron su modelo constitucional bajo un hito escéptico, paulatino de
debate y empiricismo, promulgando un ordenamiento acorde a las condiciones materiales y dife-
renciales de su sociedad. De ahí que respondiese en determinada medida a las características de la
población.
253
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
227
En una era predominantemente victoriana Latinoamérica forjaba la imagen de una mujer que rendía
culto a la Virgen María católica y a la perfect lady europea.
228
La premisa de igualdad utilizada en la Constitución de Antioquia de 1812 estaba sustentada en la
igualdad formal liberal, basada en la virtuosidad de los ciudadanos (hombre/varon) en obedecer
la ley y la capacidad del criminalizar el no virtuoso (reducido al no obediente): “Artículo 4.- La
igualdad consiste, en que siendo la ley una misma para todos los hombres, todos son iguales delante
de la ley, la cual premiando o castigando, atiende sólo a la virtud, o al delito, y jamás a la clase o
condición del virtuoso, o delincuente”.
229
Al respecto se escribía con la intención de propiciar la opinión pública: “Un pueblo es libre cuando
no es juguete del que manda, y cuando sólo manda la ley, somos esclavos de la ley para ser libres, dice
Cicerón. Para ser libre es preciso ser virtuoso, sin virtudes no hay libertad; jamás se unió la libertad
con las pasiones, un pueblo corrompido no puede ser libre. ¿Queremos pues ser libres? Seamos
virtuosos” (Caldas 1810: 2).
254
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
230
Al respecto Franco Vargas destaca: “[d]e este conjunto de circunstancias viene lo que se llama amor
patrio, sentimiento acaso el mas poderoso i sublime del alma. I cosa rara!...... Este amor al país en
que se ha visto la primera luz, es mas vehemente en la mujer, que obedece sinceramente a la relijion
(sic) del sentimiento, que en el hombre, dado de suyo a mayores i mas dilatadas contemplaciones
(…)” (Franco: 1880)
231
La educación colonial estaba basada en la orden de las “María” de auge europeo, que instruyó en
las prácticas educativas femeninas tal como consta en los ejemplares del Ceremonial de la Admi-
sión de dar el ávito y profesión a las Religiosas Hijas de Nuestra Señora,. Ave María Gratia Plena,
impreso en Cádiz, archivos históricos (p. 575); y en las Prácticas Espirituales para el Uso de las
hermanas Novicias del Convento de la Enseñanza de la Isla de León, Sevilla, oficina de Don Manuel
Vásquez y Compañía, 1782, XI; en el cual se enfatizaba en la educación de las niñas y el dominio de
los impulsos individuales: “...son de puntualidad, de salir de los ejercicios Espirituales, de imitar la
puridad angelical, de cobrar mucho amor a la obediencia, de tener gran ley a la pobreza, de mor-
tificar los sentidos, especialmente ojos, oídos y lengua...”, garantizando el aislamiento individual
ante los peligros del mundo exterior a través del recogimiento y la piedad.
232
Entre los diferentes mitos que se exponen encontramos a las galas, Juana de Arco, Ana María Carlota
Corday, Clenia… hasta introducir a Policarpa Salabarrieta como reflejo de uno de los mitos feme-
ninos neogranadinos: “Policarpa Salabarrieta, entregándose al verdugo por amor a la República”
Igualmente leemos a célebre figura de Francisco José de Caldas quien se pregunta: “¿Hay heroínas
entre nosotros? ¿Qué nos puede presentar más grande la historia griega y romana? El sexo delicado
olvidó su debilidad y su blandura cuando se trataba de la salud de la patria” (Caldas, 1810).
255
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
233
“El hombre lucha i muere. La mujer no se pára ante ningun sacrificio. En defensa de su pedazo de
suelo su heroismo no tiene límites, pues que ni siquiera se detiene ante la virtud. Es la fiera que
defiende la guarida que constituye el mundo de sus afecciones. Tratándose de servir a su causa,
ella compromete cuanto le rodea, hace, sin pretenderlo, un poema de su vida, i al inmolarse no
piensa siquiera en que al otro lado del suplicio la espera el Dios de la inmortalidad para presentarla
a las venideras jeneraciones (sic) como un luminoso ejemplo de abnegación (sic), de desinterés i de
patriotismo.” (Franco, 1880)
234
Instituciones, que en términos de Louis Althusser representan aparatos ideológicos del Estado que
funcionan principalmente mediante la ideología que pertenecen al sector privado y de los cuales
puede pronunciarse su pertenencia al Estado porque “ (...) a pesar de su diversidad, se encuentran
unificados por su común funcionamiento mediante la ideología, y porque esta ideología es la de la
clase dominante cuya función es asegurar la reproducción de las relaciones sociales (...)” (Mouffe,
2004: 126)
235
La mujer estaba “constituida en vehículo de transmisión de la propiedad y del patrimonio, está-
tica, protegida y resguardada, comenzará a forjarse una nueva identidad al asumirse como sujeto
individual” (Martínez: 1996).
256
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
236
“Matrimonios deshechos, hijos ilegítimos, tragedias pasionales, serán el corolario de una eman-
cipación que trasciende los espacios políticos y afecta la vida privada y que desaparecerá casi sin
dejar huella, una vez la República dicte sus leyes y organice sus instituciones” (Ibíd).
237
En este sentido podemos retomar a Boaventura de Sousa Santos que identifica la emancipación como
la proporcionalidad entre expectativas y experiencias, inspirado en un sistema nuclear en donde
las expectativas de los sujetos ubicados en la periferia se encuentran dadas en lograr ubicarse en el
centro. En esa medida, podemos afirmar que las experiencias vividas de la mujer eran proporcio-
nales a las expectativas generadas por el centro nuclear masculino. Confrontar con (Santos, 2004)
238
Al respecto obsérvese el texto de María Imelda Ramírez: “El proyecto educativo (colonial) para las
niñas, más que incentivar su desarrollo intelectual o científico, reforzaba la maternidad como uno de
257
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
los elementos constitutivos de la identidad femenina. La educación contribuía de esa forma al de-
sarrolló del maternalismo que aún se expresa en los discursos políticos modernos construidos por
los estados y las organizaciones políticas” Para sustentar el anterior texto se remite a una cita de
Germán Colmenares en el cual se expresa las manifestaciones del virrey José Manuel de Ezpeleta:
“Es ciertamente de las mas buena memoria la persona que por medio de este útil establecimiento
ha procurado facilitar a las jóvenes el aprendizaje de amas de su casa y madres de familia”.
239
La Corona Española expidió el Decreto 1 de enero de 1799, en el cual se eliminaban las restricciones
del trabajo femenino posibilitando su ocupación en “labores o manifactura compatibles con su decoro
y fuerza”, el decreto no fue efectivo, pero su propósito era impulsar el creciente capitalismo que
empezaba a influenciar fuertemente la industria urbana, especialmente la manufacturera. Impera
subrayar que las labores permitidas por el derecho se reducían a las que usualmente las mujeres
podían realizar, las cuales estaban ligadas con el espacio privado – doméstico (costureras, leñateras,
lavanderas, cocineras, maestras...) Los salarios eran muy reducidos para sus necesidades y aquellas
que alcanzaban mayores salarios se debía a su vinculación con labores masculinas como elaborar
sastres. (A.G.N. Milicias y Marina, 141: 151-162).
258
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
240
En el memorial de agravios redactado por Camilo Torres se hace alusión a la poca importancia que
la Corona estaba prestando al desenvolvimiento de las Américas y la constante explotación de la
que eran objeto como la institucionalización de “impuestos sin representación”: “La España y la
América (dice V. M. en la circular de enero del corriente, a todos los virreyes y capitanes generales),
contribuyen mutuamente a su felicidad. En fin, ¿quién hay que no conozca la importancia de las
Américas por sus riquezas? ¿De dónde han manado esos ríos de oro y plata, que, por la pésima
administración del gobierno, han pasado por las manos de sus poseedores, sin dejarles otra cosa,
que el triste recuerdo de lo que han podido ser con los medios poderosos que puso la Providencia
a su disposición, pero de que no se han sabido aprovechar? La Inglaterra, la Holanda, la Francia,
la Europa toda, ha sido dueña de nuestras riquezas, mientras la España, contribuyendo al engran-
decimiento de los ajenos Estados, se consumía en su propia abundancia” (Torres: 1809a).
241
Fecha conmemorada actualmente con la coronación del reinado de belleza “Señorita Colombia”.
242
“Por un efecto necesario del bárbaro sistema del gobierno antiguo, hemos estado sumidos en la mas
ciega ignorancia de nuestros intereses y derechos; pero felizmente ha llegado la época suspirada en
que los amantes verdaderos de este Reyno puedan hablar con absoluta libertad, desentrañando las
causas que han obstruido los canales de su prosperidad y engrandecimiento” (Periódico 1810).
243
V. Y. Mudimbe propone tres paradigmas para entender las relaciones modernas de nación, identidad
y cultura; los tres paradigmas modernos son la nacionalidad, la clase y la sociedad civil. Cada una,
259
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Nos hallamos en una crisis peligrosa, en que nada conviene tanto como
uniformar las ideas. No hay conductor mas seguro para comunicarlas, y
fixar la opinión pública, que los papeles periódicos. El que se dá en esta
ciudad con el titulo de Noticias Publicas. No teniendo plan ni forma algu-
na regular, es imposible que inspire todo el interés de que es susceptible,
ni que produzca los efectos que el gobierno desea”. (…) “despreciare-
mos á los que gustan envenenar sus plumas con una sátira mordáz, sin
considerar que no escribimos en la culta Europa, sino en unos paises á
quienes un gobierno enemigo de las luces tenia cerrados los caminos de la
ilustracion245.
como manifestación de un momento coyuntural determinado; siendo cada uno una etapa anterior
generada por una evolución de lo popular; siendo la sociedad civil el último momento de evolución
de la cultura popular y su conciliación hegemónica con el estado. (Mudimbe, 1997).
244
Éste periódico fue fundado por José Fernández Madrid y Manuel Rodríguez Torices, dos antiguos
alumnos de Mutis. El objeto del periódico, tal como fue anunciado en su primer ejemplar era “la
de formar opinión pública y educar a las gentes en las ideas revolucionarias”.
245
Ibíd.
260
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
246
Para Aníbal Quijano “la formación de Estados Nación ha sido teorizada, imaginada en verdad, como
expresión de la homogeneización de la población en términos de experiencia históricas comunes”
e identifica 4 trayectorias históricas y líneas ideológicas acerca del problema del Estado Nación
entre ellas encontramos “la imposición de una ideología de ‘democracia racial’ que enmascara la
verdadera discriminación y la dominación colonial”, lo anterior para enmarcar que la colonialidad
del poder está basada en la imposición de la raza como instrumento de dominación (Quijano:
2000: 237s) tesis que puede extenderse igualmente al género. Igualmente Quijano hace énfasis en
el hecho que la colonialidad del poder ha sido un factor limitante en los procesos de construcción
del Estado-nación (Ibíd).
247
Frente a la traducción de los textos europeos cabe rescatar el fenómeno de la apropiación de una
conciencia ajena, que genera una nueva subjetividad colectiva que se expresa en el idioma propio
pero con un significado ininteligible para en las relaciones sociales latinoamericanas, obligando
a alimentar el vacío de su significante con la cultura popular que circunda su construcción. Esta
reapropiación genera un tipo de legitimación frente al sistema internacional generando un espejo
aprobatorio entre las relaciones del agente colonizado y colonizador. (Bernal, 1997: 8s)
248
Las influencias de la ilustración no llegaron únicamente a Cartagena, en la Constitución Antioqueña
de 1812 se dispone que la Ilustración es necesaria para el buen gobierno y el bien común; de esta
manera se dispone que el Gobierno tiene la obligación de instruir a los ciudadanos, promoviendo
la educación institucional. Véase art. 18.
261
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
249
Es interesante retomar el texto de Germán Colmenares La ley y el orden social: fundamento profano
y fundamento divino en el cual se reconcilia la tradición colonial española que pesaba fuertemente
en las fórmula de nación que se implementaba durante la independencia, rescatando el monismo
democrático de las nacientes repúblicas latinoamericanas, y cuestiona la posibilidad de extraer
de las fragmentadas colonias españolas repúblicas consolidadas, dejando a un lado la teoría de la
discontinuidad bajo la cual puede hacerse un profundo análisis de las construcción políticas del
momento, abriendo paso a la comprensión de estructuras económicas esenciales al momento de
establecer las relaciones de producción y sociales.
250
“La cuestión que se suscita es la de saber si al menos las instituciones que fundaban el nuevo
régimen republicano poseían la virtualidad, así fuera a largo plazo, de transformar efectivamente
las relaciones sociales imperantes. Algunas respuestas son desalentadoras. Se ha sostenido, por
ejemplo, que las constituciones de los países hispanoamericanos contienen rasgos fundamental-
mente antidemocráticos. Estas constituciones exhiben carencias tales como la de no garantizar
realmente los derechos del individuo, pues éstos pueden siempre encontrar cortapisas en simples
actos legislativos. Tampoco hay en ellas una real separación de poderes diseñada para su control
mutuo. Y, lo peor de todo, no son los ciudadanos quienes ejercen un control sobre sus gobernantes
mediante las elecciones, sino que son los gobernantes quienes controlan la vida de los ciudadanos.
Se afirma que estos rasgos obedecen a una tradición hispano-católica que permanece intacta desde
los tiempos coloniales” (Colmenares, 1990).
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Ibíd. “Estos rasgos un poco siniestros se derivarían de doctrinas compartidas entre los próceres
que fundaron estas repúblicas. El carácter monista de la tradición política hispanoamericana, que
aparece como una constante que encadena sin remisión el presente, y aun el futuro, al pasado, la
modernidad a los tiempos coloniales, estaría basado en una herencia teológica medieval. Se trata
de la doctrina del bien común, objeto teleológico provisional asignado para su realización en la
ciudad del hombre, en espera de la más lejana ciudad de Dios”.
252
Al respecto remitirse a Colmenares: “En ambos argumentos, la tesis de la continuidad, en lo que
respecta a los códigos fundamentales que moldean la actuación política, está referida al pensamiento
de las elites y sobre todo a las elites de la primera época republicana. Hay una coincidencia entre el
interés de estas elites en deshacerse del dominio político español —pero cuidando de conservar al
mismo tiempo sus privilegios, sin tener que compartirlos con las llamadas “clases inferiores”— y
las implicaciones del monismo democrático. Por otra parte, las doctrinas de la soberanía popular
que servían para legitimar los nuevos poderes debían perder su eficacia democrática frente a las
exigencias de armonía y de concordia”
263
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Caudillas
Quien controla el pasado controla el futuro,
quien controla el presente controla el pasado.
George Orwell
253
Francisco José de Caldas, descuidando las altas tasa de analfabetismo, consideraba que la imprenta
era un mecanismo idóneo para “difundir las luces, instruir los pueblos, señalar los peligros que
nos amenazan y el camino para evitarlos, fijar la opinión, reunir las voluntades, afianzar la libertad
y la independencia”, hecho que se evidencia en la constante proclamación de constituciones que
cobraban vigencia con su imprenta (Caldas, 1810: 1).
264
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
254
“Las mujeres tuvieron un papel muy importante durante la Independencia de Colombia. Ellas
participaron en las tertulias literarias, intervinieron en la sedición contra el gobierno español, co-
laboraron con las guerrillas y con el Ejército Libertador como correo, espías y divulgadoras de las
ideas; entregaron a sus hijos para la guerra en el ejército patriota y, en la misma forma, acompañaron
en numerosos casos a sus hombres en las campañas libertadoras.” (Ibáñez, 1895) Recuérdese que
el papel de la mujer estaba inserto en una irracionalidad motor de la independencia, que permitía
entender al hombre racional el amor por la ideología liberal francesa. Se evidencia que el autor matiza
las actividades de la mujer en una figura más romántica acorde a las necesidades coyunturales.
255
“La mujer tuvo un gran papel en la guerra de Independencia de Colombia, unas colaboraron en las
guerrillas, otras como mensajeras en el correo secreto y otras como las “juanas” que acompañaron
a sus maridos en las campañas guerreras” (Monsalve, 1969).
256
En esta oportunidad Caballero relata los sucesos de la noche del 22 de julio de 1810, en donde se
sospechaba que los esclavos del español Clemente Alguacil intentarían atacar la reciente conformada
Junta de Gobierno Supremo. Resulta interesante que en 1891 Pedro María Ibáñez relataría el mismo
hecho y la posición asumida por las mujeres como “convulsiones mujeriles” (Ibáñez, 1891).
265
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Este pasaje nos permite repensar la historia femenina, que genera figuras
míticas que se distinguen a la popular imagen de Policarpa Salavarrieta,
comúnmente conocida como el hito femenino de la Independencia, un hito
consolidado por constituirse en una de las mártires más importantes de esta
gesta, hecho que resulta insólito al ser evidente la participación preponderan-
te de otras mujeres que marcaron un lugar fundamental de la Independencia
de manera activa, conjuntamente con los hombres; lamentablemente, son
invisibilizadas en la reconstrucción histórica de la época.
257
Remítase a las bibliografías publicadas de Policarpa Salavarrieta, entre ellas la escrita por Beatriz
Castro Carvajal en Revista Credencial No. 73, enero 1996; o las escritas durante la Regeneración
en donde se brindan descripciones como: “Moza elegante en denuedo, hermosa, de honestas cos-
tumbres, de palabras y de condición blanda y recatada, era Policarpa Salavarrieta entusiasta por
la independencia” (Ibáñez, 1891).
266
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
258
Mercedes representa una de las mártires más importantes de la independencia, a tal punto que
Raimundo Rivas recrea la narración de su vida con la de Antonia Santos dirigida a niños como libro
didáctico que se configura como una herramienta de definición de la subjetividad femenina social:
“se destacan los encantos y las gracias femeninas de dos claras heroínas” (Raimundo, 1944).
259
Las últimas palabras de Policarpa obligan a la implantación misma su vida como ejemplo para las
otras mujeres, hecho que evidentemente no fue despreciado por sus compatriotas y que posterior-
mente sería rescrito conforme a los intereses y necesidades de los proyectos de nación “¡Pueblo
indolente!¡Que diferencia sería vuestra suerte hoy si conocierais el precio de la libertad!¡Pero no es
demasiado tarde. Aun cuando soy mujer y soy joven, tengo valor suficiente para sufrir esta muerte
y mil muertes más! ¡No olvidéis mi ejemplo!”
267
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
de las clases altas o nobles”. (…) “En la prision, la noble hija de Guáduas
sufrió los mas duros padecimientos i vejaciones, con la resignacion con que
esas vírjenes santas del tiempo de la guerra de las cruzadas morian por su
Patria i por su Dios” (Franco: 1880).
260
José María Caballero, en el Diario de la Independencia la describiría como una “muchacha muy
despercudida, arrogante y de bellos procederes, y sobre todo muy patriota; buena moza, bien
parecida y de buenas prendas”; inmortalizando el mito que logró a reproducirse con los años.
261
Policarpa se negó a morir de pie, se resistió contra los soldados y expresó que esa no era la posición
adecuada para que una mujer muriera, para ella la posición adecuada era arrodillada con la falda
alisada con los ojos vendados (Henderson 2003: 183); este hecho puede brindar reflexiones en torno
al cuerpo femenino y la relación con dignidad que no será objeto de estudio en este texto.
262
Existen descripciones de La Pola con “piel aperlada” (Lozano, 1974).
268
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
263
Entre las cuales pueden ser mencionadas Eulalia Galvis fusilada en Cúcuta por ser agente de los
patriotas en Pamplona hacia 1814, Leonor Guerra flagelada hasta la muerte en 1815; Joaquina
Aracoa quien intentó organizar y movilizar a comunidades indígenas en 1816; Agustina Mejía
reconocida guerrillera, fusilada en Charalá en 1816; Evangelina Díaz, guerrillera zapatoca fusilada
en zapatoca en 1818; María del Tránsito Vargas, fusilada por actividades bélicas en La Niebla hacia
1818, conjuntamente a Leonarda Carreño; Juana Escobar defensora de los prisioneros patriotas
Gámeza, en el año 1819; Antonia Santos quien financió a la guerrilla de Coromoro, en 1819; quienes
se destacan frente a cientos de mujeres que colaboraron, auxiliaron a los patriotas, pensaron su
fuga de prisiones... para mayor ilustración remítase al texto ‘En torno a las mujeres mártires de la
independencia’ de Alicia Hincapié y María Susana Awad.
264
La pena es retirada cuando el esposo decide retirar los cargos con la condición de que el hijo de
Micaela fuese puesto en custodia de su padre biológico.
269
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
265
Es necesario precisar que en 1810 existía una cárcel especial para mujeres que recibía el nombre
de ‘Divorcio’ y estaba destinada para las que se consideraban ‘mujeres de ínfima clase’ (Carrión y
Moreno, 1810).
266
Esta cita hace referencia a la descripción que José González Llorente (reconocido por los sucesos
del 20 julio de 1810) hace sobre el fusilamiento de algunos españoles bajo manos de patriotas que,
en orden con el relato, celebraron la pequeña victoria.
270
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
267
Catalina Villegas del Castillo, en su análisis sobre los procesos judiciales entre 1800 y 1850 interrum-
pe su análisis en el periodo comprendido entre 1810 y 1821 por no encontrar procesos judiciales
que permitieran un análisis del objeto de su investigación. Al observar los procesos jurídicos de la
época observamos que se remiten principalmente a procesos sucesorales de mujeres que requieren
de acceder al patrimonio sus esposos muertos en combate, patrimonio del cual dependen para
subsistir. La evolución o desarrollo jurídico es difícil de probar.
268
Al respecto Evelyn Cherpak y Rebecca Earle exponen la rebeldía femenina durante la independencia
y su coacción con la implementación del Republicanismo.
269
Si bien a lo largo de la independencia el territorio neogranadino se caracterizó por un sistema jurídico
caótico, en el cual primaban los procesos contra los patriotas, es importante resaltar que durante
la posindependencia se generaron procesos jurídicos en contra de las mujeres que se liberaron de
alineación de género a la que se les sometió durante la independencia, brindando penas y sanciones
que en el mejor sentido positivo, lograban imponer un ejemplo en la población.
270
“¡Qué Tribunal! Cuatro meses y medio corrieron en evacuarse el sumario, y en proponerse la más
inicua y contradictoria vista Fiscal, en que indistintamente se acusa a los inocentes, a los culpados,
a los niños, a las mujeres, sin atender a sexo, carácter, ni representación, pero ni al mérito de los
autos.” (Torres:,1810) La cita se refiere al Consejo de Regencia, Tribunal instituido por la corona
española para perseguir a los participantes en las luchas independentistas, en el que demuestra
que no existía distinción de tipo alguno al momento de juzgar a los rebeldes, son los autores, entre
ellos Camilo Torres, quienes hacen la distinción, exigiendo la protección de inocentes, niños y
mujeres, asumiendo un papel de incapacidad del género femenino que se reafirma con la constata
con la proclamación de un grupo de “mujeres plebes” que atacaron a la virreina y que fue salvada
y escoltada por las ‘señoras’ entre ellas Francisca Prieto Ricaurte de Torres. (Caballero, 1810).
271
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
272
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
Palabras Finales
Recapitulando lo expuesto a lo largo del texto, encontramos elementos
esenciales que permiten entender los mitos que reproducen relaciones de
género desequilibradas dentro de la nación colombiana, en las cuales prima
la tajante separación entre lo público y privado.
273
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
274
Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
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Feminidades y Masculinidades en el Discurso Jurídico del Siglo XIX...
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res en los juzgados superiores en el tránsito de la Colonia a la República,
1800 – 1850, Bogotá, Uniandes –Ceso.
277
7
Caminos de a pie: visiones sobre
los “saberes otros” en los márgenes
de la ruta del yagé y la justicia india
Desmadejándonos
L
a huanga271 desde la que se trenzan los hilos que hilvanan la trama
que a continuación se insinúa, teje los misterios de un territorio
que en la sagralidad de sus ovillos cruza el sentir y el pensar de
las cuatro manos que templan los surcos que hospitalariamente nos atre-
vemos a sugerir. En el cruce de los caminos de a pie, en el acto milenario
*
Investigadores Grupo Transformaciones Jurídicas e Identitarias en el Moderno/Capitalista/Colo-
nial Sistema-Mundo COPAL. Paulo Ilich Bacca Benavides es profesor de la Universidad Católica
de Colombia (paulobacca@hotmail.com). Oliver Manuel Velásquez Dávila, Antropólogo de la
Universidad del Cauca (oliver_velasquez@hotmail.com).
271
Siguiendo la traducción propuesta por Diego Fernando Tupáz Pastas y por Samuel Otavalo, co-
muneros del gran pueblo de los Pastos y del pueblo Otavalo respectivamente, dentro del proyecto
denominado “Kichua: El kichua en el pensamiento andino”; la palabra huanga designa en el mundo
andino al telar que dentro de la raíz kichua del pueblo de los Pastos es la “herramienta madre
para la elaboración de ruanas y cobijas”. En el caso de la raíz kichua del pueblo Otavalo, el telar es
nombrado con el verbo-sustantivo Ahuana que al tiempo representa la herramienta de tejido y la
acción de hilar, es decir, una de las tantas intercepciones lingüísticas del kichua en las que se une
el pensar y el hacer o el pensar cómo hacer: el telar y el tejer.
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
272
Recogiendo la milenariedad de la palabra, en la voz de Diego Fernando Tupaz Pastas (resguardo
Pastas de Aldana-Nariño).
273
Sobre la imposibilidad enunciativa y sobre nuestra traducción, hemos de irnos adentrando poco a
poco y en la medida que el ovillo nos vaya soltando su hilo.
280
Caminos de a Pie: Visiones sobre los “Saberes Otros” en los Márgenes de la Ruta del Yagé...
274
“La penetración de los colonizadores, sin embargo, no llego a las selvas amazónicas, las cuales
siguieron habitadas hasta bien entrada la república por grupos relativamente dispersos de indíge-
nas”. En Múnera, 1998: 39.
281
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
La restancia en el camino
El tiempo-espacio en el que confluyen selva y Andes se caracteriza por la
transversalidad de su pensamiento: familias tejedoras, agricultura versátil,
variedad botánica, reciprocidad entre los distintos pisos térmicos, diversidad
desbordante en la gama de sus colores, son algunas de las características
que hacen del territorio por el que venimos caminando un sitio privilegiado
de la geografía nacional. El contacto y el intercambio de “productos” de las
gentes de estas tierras data de tiempos inmemoriales, las huellas y vestigios
aparecen en la memoria imperturbable de sus sabios nativos: chagreros, ara-
dores, cabildantes, médicos tradicionales, tejedoras, parteras, chupadoras,
recuperadoras de tierras; por mencionar sólo algunas de las voces acalladas
en las páginas de la historia oficial, que dan cuenta de ese ir y venir entre
el páramo, la selva y la costa.
282
Caminos de a Pie: Visiones sobre los “Saberes Otros” en los Márgenes de la Ruta del Yagé...
275
Dussel ha mostrado el papel predominante de América en la constitución de Europa como centro
del sistema mundo, América parece ser la condición de posibilidad de lo “moderno” y al tiempo
su lado oscuro como “razón” fatalista del colonialismo: “Esta manera de interpretar la historia nos
prepara para una comprensión del fenómeno de la “Modernidad”, desde otro horizonte histórico,
que permite con toda conciencia criticar la periodización ideológica de la historia en: Historia
Antigua, Medieval y Moderna, que es ingenuamente heleno y euro-céntrica” (2002: 24).
283
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
276
“El Aymará y el Kheswa son idiomas pulidos durante más de cincuenta mil años por la necesidad
de organizar el trabajo y la vida comunitaria. Son idiomas colectivistas, socialistas, creados por y
para gente sin categorías cristalizadas”. En: Reynaga,1989: 30.
284
Caminos de a Pie: Visiones sobre los “Saberes Otros” en los Márgenes de la Ruta del Yagé...
285
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
libertad que se ansía pero no llega. Nos referimos al imaginario que Múnera
destaca como una creación de José Manuel Restrepo a comienzos del siglo
XIX y que, en términos generales, se mantiene incólume hasta nuestros días.
286
Caminos de a Pie: Visiones sobre los “Saberes Otros” en los Márgenes de la Ruta del Yagé...
Todo el objeto del plan se dirige a substituir las útiles ciencias exactas en
lugar de las meramente especulativas, en que hasta ahora lastimosamente se
ha perdido el tiempo; porque un reino lleno de preciosísimas producciones
que utilizar, de montes que allanar, de caminos que abrir, de Pantanos y
Minas que desecar, de aguas que dirigir, de metales que depurar, cierta-
mente necesita más de sujetos que sepan conocer y observar la naturaleza y
manejar el cálculo, el compás y la Regla, que de quienes entiendan y crean
el ente de razón, la primera materia y la forma substancial (citado por
Köning, 1990: 74).
Es sobre este terreno que se edificará uno de los más vastos imaginarios
alrededor de la expedición botánica, desconociendo la sabiduría que, en
materia de especies vegetales, profesaron y siguen profesando los pueblos
indígenas. No queda más que desconsuelo al escuchar la palabra de la
intelectualidad crítica de la época que, siendo el motor del “movimiento
independentista” criollo, fue, al tiempo, el promotor de la extirpación de
los conocimientos que se hilvanaban entre la selva, el páramo y la costa.
La angustia que nos toca una vez intervienen los vocablos a los que nos
venimos refiriendo. No deja de ser una aflicción por lo que le queda a una
política neocolonial. José Ignacio de Pombo declaraba: “Tenemos mejores
noticias y descripciones de la China que del país que habitamos”, mientras
Francisco José de Caldas remataba: “[n]uestra geografía está en la cuna”
(Köning, 1990: 90- 91).
287
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
El sistema de correos dependía de los Chasquis. Ellos vivían con sus familias,
por turnos, a la orilla de los caminos, a distancias que podían correr sin des-
cansar. De Limatambo al Cusco un objeto podía ser entregado en tres días, a
un promedio de 250 kilómetros por día. Los españoles agotando sus caballos
necesitaban dos semanas para cubrir tal distancia. Cuando no transporta-
ban una encomienda usaban la acústica de valles y quebradas. Gritaban el
mensaje, el eco estiraba su voz salvando rápidamente distancias […]
Ciertamente, hay un aliento que coloniza las políticas del saber, hálito
que suele ser reconducido por el homo academicus a contextos singulares y
específicos. En el caso de la justicia india, la cuestión, “también la histórica
es de derecho ajeno comprometiendo a justicia propia” (Clavero, 2002: 64), y
en este punto retomamos la alusión al derecho público planteada arriba, toda
vez que los lances coloniales de Europa se han caracterizado por incriminar
el poder de nombrar aquello que puede ser considerado como derecho y
aquello que no es derecho277. Dichas ocurrencias siguen apareciendo hoy
en buena parte de algunos supuestos constitucionales que, con su tan cara
pretensión de universalidad, suelen darse por descontados. En este sentido,
tal como se negó la existencia de rutas de comunicación y de conocimien-
tos “científicos” cincelados pacientemente por los nativos de la falsamente
nombrada Nueva Granada, simplemente porque sus caminos no se acopla-
ban a lo que Europa consideraba rutas transitables y sus saberes sobre el
territorio y los vegetales no correspondían a lo que Europa “creía” que era
277
“El derecho es, sin: duda, la forma por excelencia del poder simbólico de nominación que crea
las cosas nombradas y, en particular, los grupos sociales, la forma que confiere a estas realidades
surgidas de sus operaciones de clasificación toda la permanencia que una institución histórica es
capaz de conferir a instituciones históricas, igual a la que tienen los objetos”. Bourdieu, 2005: 198.
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Cuenta el Taita Víctor Jacanamijoy, que hace algunos años visitó el bajo Putumayo el premio Nobel
de medicina Richard Evans Shultes en compañía de un puñado de “científicos” a los que les dirigía
su trabajo doctoral. Luego de largas jornadas de camino en las que los “científicos” se apoyaban
en los sabedores indios para clasificar especies vegetales, el médico tradicional más anciano de
la comunidad decidió probar a sus nuevos “aprendices” y mando a juntar una serie de bejucos
silvestres de los que había señalado características y propiedades a los recién llegados, al pedirles
que identifiquen los bejucos reunidos ni Shultes ni sus alumnos pudieron dar razón. Al decir del
Taita Víctor, lo que ocurrió era de esperarse, pues en occidente el científico sólo ve con los ojos,
olvidando que para ver también se necesita oler, tocar y mascar.
289
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Leyes de la monolengua279
Les proponemos ahora pensar en la justicia y en la lengua, valga decir,
recapacitar en torno a la posibilidad múltiple de la ética y la textualidad. De
ahí que hubiese sido más pertinente invitarlos a dialogar sobre las justicias
y las lenguas; y creemos que no está de más insistir en el acento plural de
las mismas. Festejando y carnavaleando alrededor de la posibilidad de la
sospecha, de la emergencia y el vértigo que supone la comunicación más allá
del sentido unidimensional de lo que suele entenderse por lenguaje. La hipó-
tesis que ponemos a su consideración es que existe una relación inescindible
entre lengua y justicia280. Nuestra sospecha nació en el camino; o se puede
decir que se trata de una figuración de caminantes, de una peregrinación
por algunas de las calzadas del mundo de los pueblos de Indoamérica. Es
también por eso que queremos trasladar el lugar de nuestra hipótesis a este
universo, para referirnos a lo que en el estado actual de nuestra investigación
denominamos “ruta del yagé” y “justicia india”. De manera sucinta y casi que
repetitiva, sostenemos que existe una pluralidad de justicias indias y que el
reconocimiento de dicha infinidad sólo es posible a través de la aceptación
de una alteridad lingüística.
279
Este apartado del ensayo es una reconstrucción del trabajo intitulado “Prolegómenos alrededor
de la(s) justicia(s) de la(s) nacione(s) de Abya-Yala. Breve aproximación al pluralismo jurídico
hegemónico”. Bacca Benavides, Paulo Ilich, Ponencia presentada en el XII Congreso Internacional
de Filosofía Latinoamericana. Bogota: Universidad Santo Tomas junio de 2.007.
280
La hipótesis se encuentra inscrita y apoyada en la lectura de Jacques Derrida, especialmente en
torno a Fuerza de Ley: El “Fundamento Místico de la Autoridad”. En: Revista Doxa No.11, 1992.
Y “El Monolingüismo del Otro o la Prótesis de Origen”, Buenos Aires: Manantial, 1997.
281
Los créditos del concepto corresponden al profesor Bruno Mazzoldi y en adelante será una referencia
clave para el entendimiento de nuestra propuesta. Puede verse: “La prueba del culo: ¿existe una
filosofía latinoamericana? En: www.hencliclopedia.org.uy. Última visita el 13 agosto de 2007.
290
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282
Adelantándonos a la segunda acepción del concepto de alteridad lingüística utilizado en este en-
sayo, debemos señalar que indagando por la traducción de justicia al idioma Kamëntsá, pudimos
constatar que dicha traducción cambia dependiendo de la justicia a que nos estemos refiriendo:
Una es la traducción para la justicia con el agua, otra la traducción para la justicia con la tierra,
otra la traducción para la justicia con los animales etc.; en igual sentido, las varas de justicia del
cabildo tienen diferente traducción, en tratándose, de las varas de oro o de las varas de plata. Así,
como vemos, en el caso de las culturas Amerindias además de enfrentarnos a una pluralidad de
justicias dependiendo de la etnia con que estemos trabajando, nos enfrentamos a una pluralidad
de justicias dependiendo de la lengua de cada pueblo. Habla el pueblo Kamëntsá, en la voz de
Deyber Sigindioy (Conversación personal, Enero de 2005).
291
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
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283
Es lo que muestra Arguedas, cuando expone la función que cumple la religión católica y la religión
local en Puquio. De las diferentes versiones del mito de Inkarri recogidas por Arguedas, puede
colegirse que existe una separación entre Inkarri (el Dios local “creador de los wamanis y de todas
las cosas entre los dioses indígenas”) y el Dios católico. Mientras al primero no se “lo concibe como
Dios pudiente sino latente”; al Dios católico se lo ubica estratégicamente en las versiones de los
mitos por encima de Inkarri, pero en la vida cotidiana es más bien un Dios pudiente y no latente.
Arguedas, 1981: 43.
293
La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
Por ese entonces, lo que ocurrió en Puquio fue que el Estado empezó a
nombrar a “controladores” mestizos, para que “asistieran” a los varayoq en el
reparto del agua comunal, argumentando el analfabetismo de estos últimos.
Bajo el influjo de estas circunstancias, la formación política de los indios
jóvenes empezó a cambiar. Ahora eran los propios indios los que tenían que
resistir frente aquellos hermanos que se empezaban a des-indianizar. Un
viejo sabio, cabecilla de Chaupi, se refiere de la siguiente forma a los nuevos
comuneros: “[e]llos hablan un lenguaje que nosotros ya no entendemos. No
nos permiten hablar ni en los cabildos” (Arguedas, 1981: 33).
294
Caminos de a Pie: Visiones sobre los “Saberes Otros” en los Márgenes de la Ruta del Yagé...
centro y sur del Perú”, desaparecen debido “al progresivo y formado mes-
tizaje a que la cultura y la sociedad estuvieron expuestos” (Ibíd. 100).
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La Constitución de Identidades Subalternizadas en el Discurso Jurídico y Literario colombiano
[l]os ojos no sólo ven. Sienten cuando dejamos que sus pupilas abiertas to-
quen vibraciones de cosas y seres. Así la experiencia aprendió a diferenciar
las piedras por su sexo, a escoger las piedras machos para calentarlas al rojo
vivo sin que estallen y cocinar con ellas y separar las piedras hembras que
aceptan ser talladas (Reynaga, 1989: 23).
Para la justicia india, las leyes humanas están dentro de las leyes
naturales. De tal modo, aquella justicia que devino en derecho es ajena
a un tiempo donde lo justo relaciona “bienes, sentimientos, personas y
hasta valores religiosos” (Estermann, 1998: 233); un tiempo donde jus-
ticia y fe suponen una integridad que no puede ser disociada, pues de
ésta depende la armonía de la vida diaria; un tiempo donde todos de-
penden de todos y donde el humano es uno más de los eslabones del
universo:
296
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Colectivamente se sintió: todos los seres del universo además de tener los
mismos elementos y depender unos de otros, por la evolución cíclica en
espiral eterna, son lo mismo. Todo lo que existe es ser humano en diferente
momento de evolución. Todos fuimos o seremos estrellas cuando la rueda
cíclica enlace otros tiempos y otros espacios. En 1.970 soldaba para David
Alfaro Siqueiros, el famoso pintor mexicano, las esculturas de su gigantesco
mural, La Marcha de la Humanidad. Me interesó una momia congelada en
el momento de alzar vuelo. El maestro me explicó: “[e]s un azteca recién
muerto, vuela a fundirse con Venus” (Reynaga, 1989: 22).
297
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Empezando por un vehículo de trasporte colectivo sobre la que podríamos llamar “ruta del yagé”,
es decir, “etnográfica, botánica y farmacológicamente, quizás el más complejo entre todos los com-
puestos psicotrópicos”, pócima color de greda que 72 grupos étnicos pertenecientes a 20 familias
lingüísticas diferentes, elaboran según técnicas y aditivos distintos, pero básicamente de la trituración
de Banisteriopsis caapi (R. Spruce, 1851) y otra liana de la familia Malpighiaceae, denominada Diplo-
terys cabrerana (B. Gates, 1979) de donde preparan la bebida conocida por comunidades quechuas
de Perú y Bolivia como ayahuasca, caapi en las extensiones de la Amazonia ecuatoriana, biajíy en
el Valle de Sibundoy por los Kamëntsá y que junto a Terence Mckenna puede ser definido como
el “más vasto culto psicodélico del mundo”. Ver Luna, Luis Eduardo, “Vegetalismo –Shamanism
Among the Meztizo Population of the Peruvian Amazon”. Stockholm: Alnqvist & Wiksell, 1986.
En Mazzoldi, Bruno, Fábulas de la autenticidad y la toxicomanía (1995).
298
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285
Margaret Murray en su libro, The witch-Cult in Western Europe, publicado en 1921 por Oxford
University Press. Pone de relieve la supervivencia de creencias y rituales religiosos pre-cristianos,
sobre todo en Europa occidental y central. La tesis central de Murray expuesta por Mircea Eliade
dice consistir, “en que la corrupción de los inquisidores los llevó a interpretar un culto arcaico de la
fertilidad como adoración a Satanás. Sabemos hoy muy bien que a partir del siglo VIII, la hechicería
y la superstición popular fueron identificadas con la brujería, y la brujería con la hechicería”. En
este sentido el historiador de las religiones plantea que la “brujería europea no puede haber sido
creada por la persecución religiosa y política, o ser una secta demoníaca consagrada a Satanás y al
promoción del mal. En rigor, todos los rasgos que se asignan a las brujas y los brujos europeos –con
excepción de Satanás y el shabbat- también los poseen los yoguis y magos indotibetanos” (Eliade,
1997: 99-127).
299
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“Restancia es resistencia” piensa al respecto el autor al reflexionar en “la beligerancia de restituir
el resto o el residuo, la magia más allá de la metafísica”. En Entrevista de bolsillo. Jacques Derrida
responde a Freddy Téllez y Bruno Mazzoldi. 2005, n. 58-70.
287
Chamanismo y Colonialismo y el Hombre Salvaje. Un Estudio Sobre el Terror y la Curación. Bogotá: Edi-
torial Norma, 2 002.
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Nos acercamos a las actividades del ser humano a través de los múltiples
vestigios que el homo religiosus289 nos ha dejado desde sus orígenes hasta
nuestros días, como expresión de su relación con una “realidad absoluta”
que trasciende este mundo y, sin embargo, se manifiesta en él. La percepción
de estas manifestaciones de la realidad es, precisamente, el descubrimiento
que lleva al hombre a asumir ese modo específico de existencia que se puede
denominar lo sagrado. Esta experiencia con lo sagrado ha configurado a su
alrededor, y lo largo de la historia, todo un universo simbólico de mitos y de
288
Pacha puede ser adjetivo, adverbio, sustantivo y hasta sufijo. Como adjetivo significa ‘bajo’, de poca
altura, interior. Como adverbio: debajo, al instante, de inmediato, mismo, connotación básicamente
espacio-temporal. Como sufijo: es la composición del sufijo verbal repetitivo –pa con él significa
de ‘nuevo’, ‘nuevamente’, ‘otra vez’ y del sufijo nominalizador diminutivo –cha que denota la
pequeñez de algo. Como sustantivo: ‘tierra’, ‘globo terráqueo’, ‘planeta’, espacio de la vida pero
también ‘universo’ y ‘estratificación del cosmos’. Pacha palabra quechua panandina y polisémica.
Filosóficamente, pacha significa el universo ordenado en categorías espacio-temporales, pero no
simplemente como algo físico y astronómico. Todo lo existente en el universo, tiempo-espacio, orden
y estratificación, son elementos imprescindibles para la relacionalidad del todo. En “Pachasofía:
cosmología andina”, en Estermann, 1998: 139-189.
289
En Reis, 1995.
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en la voz del pueblo Kamëntsá290, desde abajo hacia arriba, “en un reco-
rrido, cierto, de quingos, dejando de dudar del evidente ‘arreglo’ mañay291
que se mueve en las imágenes y esa conjunción en el devenir del camino
del abajo de la serpiente, con el arriba de las alturas donde mora el rayo”
(Montenegro, 1997: 35).
290
Don Juan Jacanamijoy expone magistralmente mediante un mapa simbólico del valle del Sibundoy
el ascenso de su comunidad desde la parte baja de la selva, que les permite a los Kamëntsá trazar
el origen del primer hombre del vientre de un árbol sagrado, hasta el eventual ascenso hacia los
andes y de allí el eventual asentamiento en Tabanok. Información personal.
291
“El brillo de los tesoros motiva el descuido de los vestigios de culturas ancestrales y así se pasa por
alto acepciones de curar ya no en el significado de restaurar la salud individual, sino también en la
extensión del colectivo guardar o mantener cultos relacionados con las huacas desde la ancestralidad
prehispánica. Las acepciones de su manifestación en quechua como mañay en tanto que arreglo,
petición, demanda, compromiso, etc. nos favorecen con la noción de un múltiple participar de
nuestra regionalidad en usos y creencias andinas. Tal multiplicidad atendería la salud, el trabajo,
el bienestar de los negocios, la protección familiar, las formas de relaciones sociales y los tratos con
aquello que desde la cultura de los supuestos conquistadores se vería como lo sobrenatural, tratos
con la otra vida”. Montenegro 1988: 4.
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Sorpresa del ascenso del yagé en los Andes, movilidad de los grupos
humanos, el poder del saber ver la salud o la causa de la enfermedad traduce
otra movilidad que actúa y cuyo conocimiento en hipótesis acaso proceda
de la característica movilidad de los mindalaes, pero sin abandonar al lado la
“movilidad de los grupos humanos que poblaron el continente, las eviden-
cias de sucesivas culturas que se suplantaron o sobrepusieron en las regiones
nariñenses y el hecho de que éstas han sido desde siempre cruce de vías, de
migraciones y de comunicación” (Romoli en Montenegro, 1997: 69).
292
El Wantu o regionalmente conocido como borracechero (Datura Arbórea y Datura Sanguínea), vegetal
denominado científicamente por Shultes como de la familia de las Brugmancias. La persistencia
protectora de la envoltura del guanto se reitera en palabras de Bernardo Martínez, según las cuales
es cierto que el vegetal repele el llamado mal que suele atacar a las aves domésticas. Luís Gabriel
Moreno. Quechuismos del habla Popular Nariñense y Toponimias. Pasto: tip. Javier, 1987, n. 46.
293
Montenegro, 1997.
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De este modo es que los actos de los hombres al envolver su vivienda, nos
revelan el amor que defienden y nos hacen caer en cuenta del devenir de
la casa de habitación en MORADA, es decir, un ensalzar, un exaltar, un
actuar donde se efectúa el cruce con la poiesis de quien con su verbo hizo la
MORADA AL SUR. El encuentro no es voluntarioso, individualista ni por
azar. Menos que un resultado, es efecto del tratar de acoplarse al recorrido
de los quingos que son las trazas de nuestro imaginario regional. Y por
ello, el desplazamiento desde lo vegetal hasta la poesía, desvirtúa el concebir
294
En Bachelard, 1976: 28.
295
“Cada lenguaje humano traza un mapa del mundo de diferente manera (…) cada lengua –y no
hay lenguas menores o ‘insignificantes’– funda un conjunto de mundos posibles y geografías de
la memoria. Son las conjunciones del pasado en su sorprendente variedad las que constituyen la
historia”. En Steiner, 1992: 15.
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Todas las mañanas al amanecer los indios están en las orillas del río tomando
yoco y contándose sus sueños durante la noche –referentes todos a su suerte
durante la cacería del día siguiente–. Después de desayunar se arman para ir
a cazar el Tapir, o las aves que han visto en sus sueños, a los cuales les tienen
gran confianza. Esta creencia es heredada de sus antepasados, y la albergan
en sus pechos como un tesoro; pero sus sueños no se dirigen nunca a ningún
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Animación del paisaje y un sistema de mercado que hace que las cosas
triunfen sobre las personas y se creen imágenes infernales en los bordes y
abismos de la carretera Pasto-Mocoa. José Eustasio Rivera narró en su novela
la Vorágine los horrores producidos por lo monstruoso y lo sobrenatural
de la selva, que en nada se comparan con lo que hicieron las caucheras de
Arana, haciéndonos pensar en los asuntos humanos por la disputa de caucho
y dinero como el misterio de la selva misma. El capitán Thomas Whiffen,
explorador del Putumayo a comienzos del siglo XX, así mismo hace un
retrato de la selva: el “horror de viajar por el Amazonas es el horror por
lo no visto. No es la presencia de nativos hostiles lo que nos abruma, es la
ausencia de todo signo de vida humana” (Taussig, 2002: 111).
El esfuerzo por construir una carretera por los mismos caminos que los
antepasados dejaron, se hizo crucial para la economía. Pasando a través del
páramo de Bordoncillo, los peligrosos desfiladeros y precipicios bajando a
Mocoa y de allí hasta la selva de Puerto Asís, “los misioneros describían el
camino con una imaginería que implicaba pasiones no menos fabulosas que
de la salvación”. En sus propias obras publicadas, entre ellas Los salvajes del
Caquetá y del Putumayo y el camino de Mocoa, “veían a la carretera como el
296
Al respecto de, “la cultura del terror y el espacio de muerte”. Ver “El Informe de Roger Casement
sobre el Putumayo y la Explicación de la Tortura”. En Taussig, 2002: 25-59.
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los indios no entendían que una trocha que iba en línea recta montaña arriba
y montaña abajo era insatisfactoria, y obligaba a los sacerdotes a montarlos
mientras estos saltaban como cabras y atravesaban el terreno con la libertad
y con el abandono de las aves que sobrevuelan despeñaderos y pantanos.
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Notas de campo del 14 de Julio de 2005 en Sibundoy.
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No hay duda de que este intento de unir el salvajismo con la tarea divina
de la redención existía mucho antes de que los capuchinos evangelizaran el
Putumayo. Pero no hay duda de que agregarán algo importante –la magia
de la autoridad de la clase dirigente y de los rituales dirigentes que apoyaban
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El vómito puede ser el estado actual del mundo, la condición humana del
exceso específica del capitalismo, que reproduce y amplía la sociedad de
consumo y lleva a pensar en la violencia del consumo. Aquí el vómito sería
una nueva absorción literal de lo que allá también era alegórico; aquí pasa
a tener otro significado, ya no alegórico, sino tal vez metafórico, simbólico,
cuando no fetichista, que es donde el consumo, de alguna manera, desembo-
ca. Lo que se deyectaba, aquí, con rapidez, puede mudar a objeto de fetiche
(Carvalho, 2003: 120-121).
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Tales viajes, que se exponen al dominio del dios del fuego, donde los
indios, colonos, misioneros y exploradores, unos empleados y otros em-
pleadores, sienten cómo la fuerza de Vulcano somete sus espíritus con el
martillo implacable que esgrimen los gigantes de un solo ojo, cuidando el
horno de la vulcanización. Vulcano sería la metáfora que encarna la indus-
tria mundial, como un dios en las selvas tropicales de Colombia, Ecuador
y Perú, que descubre la elasticidad y la resistencia de la materia. Agregan-
do Azufre caliente a la savia de los árboles de caucho, nuevas mercancías
se estarían produciendo para impulsar las máquinas del Norte. Sugeriría
Walter Benjamín, que
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Así que viajar al corazón de la selva era para muchos viajeros emprender
la travesía de la civilización al infierno mismo, “un descenso a través de los
círculos de la raza, bajar por los peldaños de la civilización” (Taussig, 2002:
132), impulso de viaje relatado por Alfred Simson, para la Royal Anthro-
pological Society y para la Royal Geographical Society en un estudio sobre
la navegabilidad de ríos y sobre tribus indias. O como para Joaquín Rocha,
en su Memorándum de un viaje, era un viaje donde se asistía al encuentro
con la servidumbre de la industria, que clasificaba blancos e indios salva-
jes como dos clases de gentes en el Putumayo, añadiendo a la civilización
la curiosidad de que a lo “blanco”, se le “incluía también a personas que
de ninguna manera eran fenotípicamente blancos: personas como negros,
mulatos, mestizos zambos e indios de aquellos grupos incorporados a la
civilización desde la época de la conquista española y que habían perdido
hasta el recuerdo de sus antiguas costumbres e idiomas” (Ibíd. 133).
298
Por el Sur de Colombia: Excursión Pintoresca y Científica al Putumayo (Prólogo de Santiago Pérez Triana.
Bogotá: Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, 1950.
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andar apoyado por el bastón que le da seguridad a sus pasos. Sin embargo,
el autor muestra el recorrido como un “preludio ritualizado a la metamor-
fosis de un carguero indio en chamán” (Taussig 2002: 396).
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