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Los dos modelos a los que aludo en el párrafo anterior los voy a
denominar, empleando palabras de autores que han escrito sobre este tema, el
modelo de counseling y el modelo de programas. El primero se trata de la
acción directa e individual sobre una alumna o alumno para mejorar sus
dificultades o su déficit. Muchas de nuestras intervenciones se atienen a este
modelo y se dirigen a mejorar los hábitos o el procedimiento de estudio; al
asesoramiento para la toma de decisiones vocacionales; a ayudar a afrontar
problemas personales sobre todo de ansiedad o de conducta. Estas demandas
suelen ser muy numerosas y se corre el riesgo de involucrarse en una dinámica
“clínica”, reparadora de las anomalías que el alumnado presenta con respecto
a las demandas de la institución escolar. Sería como un “departamento tipo
señorita o señorito Pepis” dedicado a las urgencias que se producen a diario en
el instituto y que suelen acabar en el Departamento de Orientación. No
obstante, debemos recordar esa frase que dice, especialmente aplicada a los
directores escolares, que “lo urgente mata lo necesario” y que además de la
coyuntura hay que hacer un trabajo que potencie la estructura implicando a
todos los elementos organizativos que se pueda para conseguir un efecto
sinérgico.
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las personas responsables de la orientación en los centros dirijamos nuestras
energías hacia el desarrollo de programas que impliquen la creación o la
consolidación de estructuras de apoyo para la mejora educativa. Por lo tanto,
debemos pensar estratégicamente y en función de las necesidades acreditadas
de nuestro centro e intentar involucrar en este proceso al profesorado, a las
familias, al alumnado y al entorno escolar.
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ha demostrado hasta ahora una actitud receptiva, favorable y comprometida
con las propuestas que se le presentaban. Sin embargo, es un inconveniente el
tener que comenzar cada año de cero debido a que más de la mitad de las
tutoras y tutores son profesorado interino y nuevo. Este Programa ayuda a
cristalizar unas estrategias de trabajo innovadoras en el centro; mejora las
habilidades para la tutoría de los docentes implicados; aporta medios para
poder llevar a cabo en condiciones más adecuadas sus objetivos y contenidos;
y es un estímulo para las personas que participan en el mismo.
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a) Ayudar a estudiantes en situación de riesgo de no promoción a mejorar
sus hábitos de estudio y sus resultados escolares.
d) Colaborar con las familias y con los estudiantes por medio de la firma de
unos Acuerdos de seguimiento individual en los que se especifican las
tareas asignadas a los padres y madres para ayudar a sus hijos e hijas
en los estudios desde el hogar.
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Rellenar cada día el Plan de Estudio en Casa de la semana
cumpliendo el tiempo acordado en el punto anterior.
Anotar los deberes y las fechas de los exámenes en la Agenda.
11) Se mantiene una reunión inicial del tutor/tutora con la familia del
alumno/alumna seleccionado. Ahí se le informa del contenido del
Programa y se les pide su colaboración. Se firma un Acuerdo para el
Seguimiento de su hijo/hija en el que se comprometen a desarrollar las
siguientes actuaciones:
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o Asistir trimestralmente a las reuniones con el Orientador.
o Ayudar a su hijo/a a cumplir el horario de estudio en casa
acordado.
o Firmar el Plan de Estudio en Casa todos los días.
o Comprobar el uso de la Agenda.
12) Las madres y padres tienen que revisar diariamente el Plan de Estudio
en Casa que el tutor o tutora entrega cada semana al alumnado y
firmarán el mismo. Los padres y madres garantizan el cumplimiento de
los Acuerdos de Seguimiento y supervisan las tareas de sus hijos e
hijas.
E) LOS REFUERZOS
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el seguimiento individual de un total de 87 estudiantes (aproximadamente el
20% de la secundaria obligatoria) que estaban en riesgo de no promoción
(pues tenían entre 3 y 7 suspensos la mayoría), de los cuales 56 (el 64%)
acabaron promocionando de curso u obteniendo la titulación final de la etapa.
Este dato lo consideramos muy importante y significativo y es lo que nos anima
a continuar con estas actuaciones, su sistematización y mejora.
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conductas, especialmente en el alumnado repetidor y con escasas expectativas
de conseguir la titulación básica. Al mismo tiempo, el momento de paso de la
etapa de Primaria a la Secundaria es una coyuntura aprovechada por algunas
familias para que sus hijos o hijas abandonen la escolaridad obligatoria por
dejadez o por miedo a que sufran algún daño. Esto último ocurre con
frecuencia en familias de etnia gitana y especialmente con las hijas. Son
complejas las causas que intervienen en hacer realidad esta lacra que es un
factor de riesgo para gran cantidad de niños, niñas y jóvenes para que en un
futuro, más o menos próximo, sufran problemas de delincuencia, pobreza o
exclusión social.
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de intervención que tenemos en el centro y que marca la ley. Esta
información tiene carácter confidencial y es custodiada por el centro.
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3.1. Ayudamos a las tutoras y tutores a facilitar la integración de este
alumnado, especialmente durante los primeros momentos de su
vuelta al centro, a través de un seguimiento individualizado de su
marcha escolar.
3.2. Establecer unas Clases de Apoyo por las tardes, en el instituto, para
ayudar al alumnado en riesgo de abandono o con problemas de
atención familiar a realizar sus tareas escolares y favorecer su
integración escolar.
Los resultados que obtuvimos el curso pasado con este programa fueron
parcialmente exitosos, pues sólo conseguimos mejoras evidentes en el 50% del
alumnado con el que se intervino. Para el curso próximo hemos reformulado el
Programa y vamos a actuar en coordinación con uno de los centros de Primaria
adscritos a nuestro instituto -y con graves problemas de absentismo también- y
a entidades del entorno como la Asociación de Lucha contra la Droga
“Despierta” y Fundación Secretariado Gitano.
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