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DEL NUEVO EXTREMO IDRIES SHAH ale en (9 DSES ATT Cuentos sufies STE EMM ute LF cada uno de estos cuentos, veras que han sido escritos para ti. El Pe RC RCE eres tu.» Breeton Cert ae Sten eer terrae eet Ce Cm CCM ee eS ECR e CL TO Ree eee ar ae Rec ea mee Coad ae ee emt (ce eC Pee aCe Cet ee ica Cc eine CCE e urine Ce Ce as Lec eae Tu eT ensefianzas de Nasrudin son un reflejo de la sabiduria que subyace en la naturaleza humana. CA Cu nC Ran et a On Cees ee Ca Shah. Muchos de ellos tienen siglos de antigiiedad, pero su significado See Ee Ru Raat CeCe et emu eee tate Cr Cre Cu en Lei ee ee accel Cee RCO See ee ee Cer ee te thy Cae ee Cree Cate CuCl ein c iar Car mca CCS mace eee een tet Oe ERIE kg B. Se DEL NUEVO EXTREMO Riemann nics PD Sasha Nacié en Afganistan. Era espe- COC eC fue el introductor de esta eee e aL) Cer Cureton Cacao eC Cee ce eae uc) Doris Lessing. Su definicién Cee og ee) Crete ne ie onc) eC ar cc ce Coran y que su espiritu es uni- Ree eee Ce iy Seat eur en Ecru Ce cue DR reac eee DU und DEON ee Rial Co Pesce eerie CMEC ed Coe Beer) eee aC] Nasrudin, Cuentos de los Cla sols Lol ae ae Ce elas eC) ORE a eer cseC) cao iia. eee ric) eset HERMAN HESSE TRU OL: Loe RAMIRO CALLE Meee ud Pence Ce aeacy pete Cy BOOST ell CODD Loa PCS rag Say JON ARRETXE Vee SG lass ae tenes) El mundo de Nasrudin Shah, Idries E] mundo de Nasrudin. - 1° ed, - Buenos Aires : Del Nuevo Extremo, 2004 480 ps 22x15 cm. ISBN 987-1068-63-8 1, Narrativa Hinda I. Titulo CDD 891.43 Director editorial: Miguel Lambré Cordinador de edicién: Tomas Lambré Imagen Editorial: Marta Canovas Diseito de Coleceién: El Estudio Otero Titulo original: The World of Nasrudin Autor: Idries Shab Traduccidn: Agustin Lépez Tobajas © ldries Shah, 2004 © de esta edicion: 2004 Editorial del Nuevo Extremo $.A, Juncal 4651 (1425) Buenos Aires, Argentina Tel/Fax: (S4-11) 4773-3228 editorial@delnuevoextremo.com wwu.delnuevoextremo.com © RBA Libros, S.A., 2004 Pérez Galdés, 36 - o80r2 Barcelona Rba-libros@rba.es/www.rbalibros.com ISBN 987-1068-63-8 Primera edicién: noviembre 2004 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacién puede ser reproducida, almacenada 0 wansmitida por ningiin medio sin permiso del editor. Hecho el depésito que marca la ley 11723 Impreso en Argentina, Printed in Argentina IDRIES SHAH El mundo de Nasrudin se a “es DEL NUEVO EXTREMO indice Prologo, por Jorge Bucay ... Una barba mejor que la tuya ... Una cierta clientela ... Un zapatero con alas Un regalo de Dios Un regalo de Tamerlén Una infancia feliz Un blanco humilde Un pan para la cabeza Cuestién de opinién Cuestién de peso .. Una copia perfecta Un hombre piadoso . Un problema de naturaleza Cuestién de oportunidad Una cena de «Oh» y «Ah» La habilidad con las palabras Un hombre més débil Un lobo para iman Después de tu defuncién Huésped de Ala .... La misericordia de Ala Palabras de Ala Circunstancias alteradas Siempre demasiado tarde Entre extrafios El tesoro de otro hombre Apetito Manzanas .. Recompensa de albaricoques .. GEres yO? ssa Preguntar al hombre equivocado . Pregunta al vecino .... Pregiintales a ellos, no a mi. Pregunta al propietario Preguintaselo a tu mujer Evitar .. Insultos bestiales Ser un experto La mejor manera de aprender Mejor ser pecador .... Mejor sus fardos Mejor descalzo Nacimiento y muerte Narices mordidas Huesos y todo Nombres prestados Pasteles prestados . Las babuchas prestadas eChico 0 chica? Los ladrones y el rey .. Camellos y hombres .. Una cabeza imprudente Trinchar faisan Las cadenas, mafiana Burlando a las estrellas Psicologia de un nifio Comidas selectas Médicos de ciudad Disturbio social ... Estupidez absoluta . 85 Mantos .. 86 Ciego al color 87 Llega el Dia del Juicio 88 Comandante de asnos 89 Compensacién . 90 Sentencia desconcertante . n Consuelo .. 92 Crimen y castigo . 93 Casa atestada 9% Gafas peligrosas . 95 Los peligros de la Iuvia 9% Los peligros de dormir . Gallina muerta ., ¢Vivo o muerto? Un asno mentiroso Descendientes ... Gallinas tortuosas Corazones diferentes . Diferentes propietarios, pajaros diferentes Sendas diferentes Pecados disueltos Saltar a por la comida .. @Persiguen los angeles a los ladrones? gPerro 0 buey? Hacer las cosas al revés El asno astrélogo ... Entierro de un asno El rey del burro .. Burros de carga .. Burro contra corcel Haz algo por ti Cada uno consigue lo que merece 17 Come y luego bebe 118 Acomplejado, no ofendido 19 Igual recompensa ... 120 Hasta la ultima prenda .. 121 EI mal Exilio Explicaciones Cuentas extraordinarias Una mujer extraordinaria Holgazaneria extrema Mira a tu asno ..... Caido del burro Falso testimonio .. Tradicién familiar ... Mucho mis favorecedor Demasiado simple Historias de pescadores Cinco por el precio de uno... Simples mateméticas ... Seguir las instrucciones .. Recuerdos carifiosos Oro de locos .... Olvidé tu rostro Para custodia ... Cuatro cazadores .... De sermones a sentencias .. Amigos en puestos elevados Invitado al funeral .. Defensa de la cabra La casa de Dios 147 Ir hambriento 148 Buenos ingredientes Buenas intenciones Juez Supremo Cintas verdes Causas de divorcio Aumentando el campo 154 Crecer alto y fuerte 155 Ropa usada .. 156 A manos Ilenas 187 Aguantar un poco mas .. 158 Tratos dificiles .... Una comida pesada Cielo e infierno .... El cielo esta Ileno La grey celestial gCielo o infierno? Hereditario .... Pronto estaré aqui . Fuerza oculta Escondido ... Alto y bajo ... Su propia prohibicion Pegar al hombre equivocado Agujero tras agujero ... Un asno santo Hospitalidad . Llamadas de casa .... ¢Cémo es que todos lo sabian? gCuanto viviré? Como ser sabio Cémo dormirse Como encontrar novia La naturaleza humana No puedo ser reconstruido . Identificado por una cabra $i Ald lo quiere Yo de ti ... Si lo hubiera sabido antes Si eres lo que dices . Si tu lengua fuera mia La joven imptidica . Imposible Palabras improvisadas Por adelantado ... Prisa hambrienta A cargo de la lista 171 172 173 174 175 180 181 Pollos incompletos 196 Desconsiderado 197 Indecisién .. 198 Ronquido infernal 199 Talento heredado .. 200 Cuando me parezca 201 Necesidad de correccion . 202 De dentro o de fuera? Interés Si lo sabré yo Palmas que pican . Jaliz, el 4guila .. Sélo un humilde pan Con sélo pedirlo Por si las moscas Necesidad de asociarse . Igual que su madre .. Justa recompensa . Sélo probarte ... Sélo el juez ... No perder de vista Mantenerse despierto .. Saber el nombre Gorriones grandes Ultimo en entrar, primero en salir .. Risas y lagrimas Caballo zurdo ... glzquierda 0 derecha? Vida de ermitafio Animales letrados Un asno letrado .. Una vida larga y prospera Los dias ms largos Mira y ve ... gPerder la cabeza? Burro perdido Por los pelos .. 214 215 216 217 218 219 229 234 235 Mantenerse quieto {Mago 0 cerrajero? 236 Los modales no se pueden disimular . 237 Hay muchas maneras de cazar un tigre 238 Amo y siervo Meditacién . gMeldn 0 montaiia Mal juzgado ..... Alforjas desaparecidas Equivocacidn .... Dinero para su funeral 265 Un mono en el tribunal 246 Preguntas miiltiples .. 267 Mustafa, soberano del mundo . 248 Beneficio mutuo Respeto mutuo . Mi espalda me dijo Mi carga Idea de mi asno .. Mis enemigos . La importancia de mi amo Dinero de mi mujer . La verdad desnuda Nasrudin muere El loro de Nasrudin Las babuchas de Nasrudin La sandalia ingobernable de Nasrudin .. 262 Disposicién natural 263 Habilidad natural 264 La manta de la naturaleza . 265 Nunca nacido Nunca satisfecho . La proxima vez . Ceguera nocturna ... ‘Amino me toman el pelo . 270 Ninguna consideracién ... 2n 272 Ninguna oreja, ningun crimen Malos para la salud . 273 Ninguna necesidad de cerebro No hay sitio para més .... Nada como un almuerzo gratis No es una cuestién de edad Nada que ver conmigo .... Sin tiempo para vestirse Sin tiempo para afligirse .. No en el almacén ... No hasta que yo diga Ningiin testigo Explicaciones ofensivas Una vez en tierra firme Un caballo, dos propietarios .. Una palabrita .... Uno u otro, Apie.. 289 291 Sélo un profeta .. 294 En nombre de mi madre .. 295 Muerte sobreviviente 296 Suefios dolorosos Palpitaciones El Paraiso no esta lejos Recuperacién parcial Pasta sin pasteles Pago en especie Campesinos y reyes Con piel y todo .. ¢Pluma o eje? Faisn mensajero 299 gEmpanadas 0 migajas? 309 Planes de expansién . 310 Condiciones poco favorables 3n El poder de los profetas 312 Oraciones 313 Oraciones de alquiler 314 Pedir milagros Mevocidad ... 316 Presente y correcto . S17, ( onservar los peces ... I precio de la educacién . Honorarios profesionales Muy posible Leer en voz alta Valentia real Razones para el lamento Sal mprudente «. Transmisién de mensajes . Deuda pagada .. Palabras repetidas Ladrén arrepentido Rescate, no robo .. Respeto .. Gastronomos respetables Arroz, ratones y nifios .. Riqueza 0 arroz ... Proporciones ridiculas . Manzanas maduras Soberano del mundo . gGobernante o tirano? Rumble el ratén .. San Nasrudin Sacos terreros La sustitucién de Satands Babuchas salvadas .. Semillas secretas .. Autodefensa .. Sensibilidad .. Enviado por Dios Servidor y amo Siete dias Costillas duras Tacticas de choque Babuchas y asnos 352 353 Simple aritmética .. Desde que se convirtié en mula 354 Pecador por una tarde 355 Seis y tres, nueve 356 Poco apetito . 357 Soldados y arma: 358 Afirmacién y creencia 359 Sentencias estrictas . 360 Buena dentadura .. 361 Atascado en el barro 362 Tiranos sucesivos .. 363 Monedas de azticar . 364 Superlativos 365 Dulce venganza 366 Pies hinchados 367 Dolores de simpatia 368 Hablar por sefias . 369 La muerte de Tamerlan . 371 Ensefiar mediante el ejemplo 372 Naturaleza terrible ... 373 El puchero enfadado 374 375 376 377 378 379 380 381 382 El mejor mentiroso . El mejor maestro .. Una invitada hermosa El rey presumido El gato del carnicero Una persona encantadora El coste de una maldicién La pierna maldecida Habla el desierto Consejo del Diablo .. Vuelve el ahogado El novio olvidado ... La apuesta del cronista .. La importancia del oro .. Hay que seguir las instrucciones El guarda del santuario ..... 387 388 389 390 391 El padre del rey ... El caballo del rey .... 392 Los mensajeros del rey 393 Los restos del rey . 396 La sombra del rey 395 La cola del rey 396 La voz del rey 398 Digno del rey . 399 La carta .. 400 El asno del alcalde 401 La cueva del avaro 403 La cola desaparecida . 404 El hombre més tolerante 405 Una casa nueva . 406 El unico remedio .. 407 Conocimiento teérico 408 Los otros cinco . 409 La plaga . 410 El hombre mas pobre . 4 El precio de la misericordia 412 La misma razén ... 413 Los pasos del sirviente 414 El cielo se cae . 415 La tormenta 416 El juramento més fuerte 47 El juego del sol. 418 El cubo nadador 419 Un imam ahorrador 420 Un emperador feo 421 El fin del mundo 422 La moneda gastada . 423 Ladrones y pollos 424 Tiempo de dormir 425 Engafiar al gato 426 Irse de la lengua 427 Tonicos .. 428 Demasiado bueno para un ascenso .... 429 Una carga demasiado pesada . 430 Demasiado caliente para comer 431 Demasiado tarde 432 Demasiados vendedores 433 Vender con pérdidas . 434 Traducciones 435 Pie molesto 436 Justicia verdadera Vision verdadera Trompetistas en la corte ... 439 440 Dar vueltas en la sepultura .. Dos monedas atrasadas Dos desastres ... Dos alforjas .. Dos babuchas mas . Dos bromistas Dos lefiadores .. Incapaz de ayudar Infeliz en casa .. Medios poco ortodoxos Piedras utiles .. Compaiieros ambulantes Se busca imbécil .. Cuentos de guerreros Qué desperdicio . E| precio de un consejo ¢Cuil es la diferencia? . Qué hacer? . Cuando me vea: ¢Dénde duele? Donde no hay gente gDénde iré? . @Quién compré a quid A quién respetar gLa barba de quié {Por qué pagar dos veces? Mirar escaparates . Manto de invierno 470 Sabia inversién .. Con una moneda de oro .. El hombre equivocado Mujeres de paises lejanos Algo digno de robar Hombres dignos .... Digno de nata .. Ti lo perdiste, tii lo encuentras Debes de ser sordo .... 479 Prélogo Dicen los sufies que el proceso de aprendizaje se asemeja a la costura con hilo y aguja. Este libro es una aguja. El hilo eres ti. 2De qué servirian todas las agujas del mundo si no existieran los hilos que cosen el conocimiento, el desarrollo y la sabiduria? De qué servitian cientos de miles de maestros y de libros y de imagenes si no existieran aquellos dispuestos a transformar un dato, una palabra 0 una idea en acciones, pensamientos y emociones capaces de cambiar el mundo interior y el entorno? Una aguja sin hilo sdlo puede hacer agujeros. Porque el ganchillo empuja pero no hilvana. La punta marca el camino pero no lo sujeta, seiiala pero no lo aleanza. Si miras con atenci6n dentro de cada uno de estos cuentos veras que han sido escritos para ti. Quiza te parezca imposible. Quiz no quie- ras creerme. Y, sin embargo, es la verdad: el protagonista de todos estos cuentos eres ti. Aqui te llamas Nasrudin. Podrias llamarte Juan Carlos 0 Marta o Hakim, pero te llamas Nasrudin. Y como te dije, debes mirar atentamente porque en algunos cuen- tos apareces mas viejo, en otros mas guapo o mas inteligente, 0 bas- tante tonto; en algunos eres una mujer y en otros un nifio. Pero no lo dudes: siempre eres ti porque el cuento narra siempre tu historia, 9 El cuento es una fuente de inspiracién y de ensefianza tan viejo como la historia de la humanidad. Antes atin de la escritura, se contaban cuentos. Muy posiblemente, cuando el lenguaje no era suficiente para narrar un hecho, se pintaron historias en las paredes de las cuevas donde habitaban nuestros antecesores. De esta manera, hombres y mujeres transmitieron conocimientos, técnicas, conductas y experiencias a las generaciones que los seguian, que més tarde comprendieron que debian, a su vez, conservar esa transmisién oral 0 grafica como un tesoro que enriquecerian con sus nuevos relatos o con el imaginario creativo de algin primitivo narra- dor 0 poeta. Relatos que, al circular, llevaban consigo el compendio de la sabi- duria popular, el arquetipo que muestra la historia, la cultura, los valores y las costumbres de la gente, el instrumento de cohesién social que desde los comienzos del tiempo sirve para entretener, instruir y expresar lo que Jung denominaba el «inconsciente colectivo». Las his- torias que relacionan el pasado con el presente y que proyectan el pre- sente en el futuro comin. Los didlogos de Platé6n, los relatos del Talmud, las pardbolas evangé- licas y los koan zen estan construidos con palabras que intentan sal- tarse el filtro intelectual del oyente para llegar a lo més intimo y esen- cial de su ser, donde muchos suponemos se encuentran todas las ver- dades que buscamos intitilmente con nuestra inteligencia abstracta. La metafora es la contribucién del hemisferio cerebral derecho a la capacidad intelectual del hemisferio izquierdo, como dice Leonard Shlain, y la construccién mas acabada de la metafora es el cuento. En cada cuento se crea una realidad propia que suma la secuencia narrativa légica expresada en palabras y por lo tanto captada por el hemisferio dominante; el contenido metaférico creado por el arte lite- rario sdlo puede decodificarlo el hemisferio cerebral opuesto, que lo expresa en la emocién disparada en el lector abierto a vivenciarla. De este modo, ambos hemisferios del cerebro contribuyen a la compren- sién del significado de los cuentos, cuestionando el sentido de nues- tra propia identidad y de nuestra manera habitual de ser en el mundo ©, por el contrario, confirmando que somos nosotros mismos y dan- do un nuevo significado a nuestra existencia. 20 listo explica la atraccién que ejercen los relatos, y la aceptacién de {ue gozan entre personas de diferentes edades, culturas y estilos. Asi, ww podria decir que acttian a nivel consciente e inconsciente, transmi- tiendo su «mensaje» de forma directa e indirecta. lesde hace mas de un siglo, la psicologia se ha valido de mas y mas instrumentos en su btisqueda de las maneras de ayudar al hombre en esa evolucién. Las lineas més recientes —constructivismo, terapia uarrativa, Gestalt, terapias sistémicas, enfoques estratégicos y todas las nuevas tendencias psicopedagdgicas— enfatizan la importancia del sujeto como creador y protagonista de su propia metafora existencial, y wtilizan el recurso de los cuentos como herramienta fundamental. De hecho, es una de las mas importantes herramientas de comunicacin, sino la Gnica, capaz de proporcionar la oportunidad de comprender tm aspecto de la ensefianza a un numero infinito de personas al mis- ino tiempo. iste libro nos trae, una vez mas de la mano de Idries Shah, la posi- Inidad de deleitarnos mientras nos imaginamos en lugares nuevos y chterentes. Hace mucho que, como «ayudador profesional», sé que la salud mental y la solucién de nuestras angustias mas guardadas no pasa por una idea que nunca se le haya ocurrido a nadie, ni por la solucién que no se encuentra a mano. La mayor parte de las veces, aprendi, la salida esta ahi, cerquita, a pocos pasos... Y, sin embargo, no la vemos. Alguien podria preguntarse si somos tontos y, si fuera yo el interrogado, contestaria que si, que somos un poco tontos en inuichos aspectos, aunque de todas maneras dejaria establecido que ése no es el problema, dado que volverse mas inteligente no es la solucién. La verdadera cuestion es descubrir que nos encontramos de pie en un rincon de la sala desde donde no se ve la puerta. No se ve. Desde donde estamos, no se ve. Y entonces, para encontrarla, con ayuda o por propio deseo, sin prisa pero sin pausa, hay que moverse un poco, salir del sitio donde ney hemos acomodado, ver la vida desde otro lugar. In este camino, el de buscar las puertas moviéndonos guiados por lay ensefianzas de otros, muchos empezamos interesindonos en las anecdotas més significativas de la vida de los grandes personajes 0 en clanilisis de la conducta del hombre comuin frente a situaciones extra- 21 ordinarias; pero descubrimos mucho més tarde que las mismas sefia- les y aprendizajes estaban también en los contextos mas sencillos y cotidianos, en el marco habitual de nuestra simple existencia, Los relatos que nos hacen mella constituyen esencialmente cambios de encuadre. Al igual que el mero hecho de cambiar de lugar en una sala, los relatos nos permiten contemplar la vida y la experiencia de la mis- ma de una forma diferente, lo que puede modificar nuestra perspecti- va, nuestro radio de alcance y nuestro centro de atencién. Los relatos verdaderamente magicos son capaces de cuestionar y de perturbar nuestros actuales marcos de referencia, nuestro mapa habi- tual del mundo, y hacernos salir de nuestro pensamiento limitado a fin de aprender y descubrir nuevos aspectos. Sin embargo, la herramienta por si sola alcanza a proporcionar nada mas que el momento inicial de motivaci6n, a facilitar el surgi- miento de alternativas de accién o a ilustrar con pinceladas ilumina- doras un objetivo para mantenerlo en el punto de mira. Lo demas, todo lo demas, es el trabajo del que escucha la historia. Es verdad que no puedes ordenar tu cuarto si no hay luz. Pero encender la vela no alcanzara para que el cuarto se ordene por si mismo. Cualquiera que haya leido a Milton Erickson, a Gregory Bateson, a Bruno Bettelheim 0 a Osho, tomard conciencia de la importancia de los relatos didacticos para estimular el pensamiento y la accién capa- ces de dar forma a nuestros suefios. Estos y todos los cuentos sufies pueden ser utilizados para varios fines que yo agrupo en estos ocho items de creciente importancia. 1. Crear imagenes cargadas de emocién en la mente de los oyentes para que una detetminada informacién se sittie por debajo del nivel consciente del conocimiento racional y favorecer asociaciones que permitan que esos datos aprendidos se recuerden facilmente. 2. Fortalecer la creatividad desplazando la actividad cerebral de las ondas de procesamiento intelectivo a las de ensofiacién diurna para transformar lo abstracto en concreto, desarrollar la visualizaci y alentar asi la busqueda de otras alternativas y significados. 22 3. Demostrar que un determinado problema no es novedoso ni excepcional. Demostrar la naturaleza universal y en red de las relaciones humanas 4, Suscitar la curiosidad, incluir los puntos de vista y la sabiduria de otras culturas y demostrar que cada persona interpreta la informacién de forma diferente de acuerdo con su propia expe- riencia. 5. Abrir un interrogante y reformular un problema presentandolo como una nueva visién y una nueva oportunidad; ensefiar a ana- lizar la conducta desde una perspectiva diferente. 6. Cuestionar una conducta inaceptable, propia o ajena; y demos- trar lo inadecuado del razonamiento légico formal excluyente. 7. Alentar a implicarse por entero y a intervenir comprometida- mente para modificar un paradigma. 8. Por tiltimo, para sentir el goce de leerlos y compartirlos; porque contar historias es un arte al alcance de todo el mundo, y dis- frutar al escucharlas un placer universal, relacionado con nues- tra parte mas pura y fresca, la del nifio que alguna vez fuimos y vive todavia en nosotros. ldries Shah permite comprobar una vez mas esa cualidad esencial de los cuentos sufies: la de ser capaces de acompaiiar nuestras transicio- nes acortando distancias entre nuestras vivencias y nuestras teorias; una forma de ver y de entender el mundo desde una luz nueva, desde un Angulo diferente. Algunos de estos cuentos fueron escritos hace miles de afios y otros hace pocas semanas. Estdn inspirados en hechos reales de gente de otras latitudes o de otros tiempos; son relatos textuales de anécdotas urbanas y contemporaneas o pura imaginacién del autor... Y, sin embargo, conservan la sabiduria fascinante de los cuentos, «viajeros incansables del tiempo y del espacion. Los que, muy lejos de esa sabiduria y mucho mas de la virtuosidad lite- taria, trabajamos solamente para transmitir lo que otros ensefian, sabemos que hay basicamente dos nutrientes del aprendizaje: las vivencias propias y la observacién atenta de las experiencias de otros. Y esto se debe a que nos hemos dado cuenta de que, quien vive cons- 23 ciente y despierto, aprende a comprender los hechos que suceden a su alrededor y a encontrar en ellos los simbolos y las metaforas de su pasado y de su presente para abrirse asf a un futuro Ileno de proyec- tos y vacfo de temores. Nasrudin nos encantard, nos hard reir y nos ayudara, lo deseemos 0 no, a aprender y, por ello, a transformarnos. La risa sera tan sdlo una manera de burlarnos de nuestras propias limitaciones y defi- ciencias. La duda o la sorpresa, un recurso eficaz para estimular la creatividad. Y, el encanto del relato, un recordatorio capaz de gene- rar un mayor mimero de opciones, de alguna manera mégicas, en nuestras vidas. La magia de estos cuentos habita en tu coraje de escuchar el eco que resonara en tu interior después de leer cada historia, aparentemente ajena y distante. En lo personal, como terapeuta, como comunicador, como busca- dor y como docente, me alegra tener entre mis manos esta nueva colec- cién de historias de Idries Shah. Sean estas pocas palabras tomadas como la minima expresion de mi gratitud. JorGeE Bucay Buenos Aires, julio de 2004 2b Una barba mejor que la tuya —Los verdaderos devotos llevan barba —decia el imam a su audito- rio—. {Mostradme una barba espesa y brillante y yo os mostraré a un verdadero creyente! —Mi cabra tiene una barba mis espesa y larga que la tuya —con- testé Nasrudin—. ¢Significa eso que es mejor musulman que ti? 25 Una cierta clientela —Acabo de tener un suefio extraordinario —dijo Nasrudin a su mujer una mafiana—. Sofié que me encontraba con un comerciante con cua- tro cargamentos separados. —{Qué llevaba en sus alforjas? —En la primera tenia persecucién, y en la segunda, miedo. En la tercera, intolerancia, y en la cuarta, ceguera. —2Y quiénes eran sus clientes? —Opresores, tiranos, imames y magistrados. 26 Un zapatero con alas Cuando el imam vio a Nasrudin con sus babuchas desgastadas y me- cho rotas, le dio unas palmaditas amablemente en el brazo: —No desesperes, mula. El Coran nos dice que quien esta en nece- sidad en este mundo seré recompensado en el Paraiso, Tus zapatos pueden estar ahora gastados y con agujeros, pero llevaras los mejores en el cielo, —En ese caso —contesté Nasrudin—, sin duda en el cielo seré zapatero. 27 Un regalo de Dios —Nasrudin habia salido a pasear cuando una abeja le picé en la nariz. La picadura empez6 a hincharse de forma alarmante y se fue corriendo a ver al médico. Cuando cruzaba el bazar, un guasén le vio y dijo riend —Dénde conseguiste esa nariz?, ¢de un burro? —Si —contesté el mulé—, Cuando Dios dividi6 al asno, te dio a ti su inteligencia, y a mi, su nariz. 28 Un regalo de Tamerlan Con motivo de su cumpleaiios, Tamerlan obsequié a cada uno de sus Cortesanos con una enorme caja. Cuando los consejeros y la nobleza ubrieron sus regalos, encontraron ropas cosidas con hilo de oro y sulornadas con piedras preciosas. Pero cuando Nasrudin, que recien- temente habia perdido el favor real, desenvolvié su regalo encontré una vieja manta de asno en su interior. —Compasivo Ala —grité—, presencia la generosidad de Tamerlan, que ha honrado a su siervo con el manto que se ha quitado de su pro- ua espalda. 29 Una infancia feliz El vecino de Nasrudin salié de viaje a comerciar en lejanos paises y pidid al mul4 que cuidara su casa de tres pisos. Unos dias después, una familia extranjera se instalé en ella, y reclamaba la propiedad como suya. Nasrudin los Ilevé ante el tribunal. —Cémo puedes estar seguro de que la casa pertenece a tu veci- no? —pregunté el juez. —Sefiorfa, he conocido la casa desde la infancia, cuando era una mimiiscula cabafia. Pensad en todo el cuidado y atencién que le dio mi vecino para que creciera hasta convertirse en esa propiedad. 30 Un blanco humilde tn la aldea de Nasrudin vivian varios muchachos delincuentes. Un «ha, el muld pasaba por delante de una cuadrilla de tales jvenes cuan- ilo el jefe tiré una piedra a su asno. En vez de castigar al chaval, Nas- tudin le lamé y le dio un pastel de carne. —{Qué es esto? —dijo con desprecio el joven, arrebatando y devo- tando el pastel—, ¢Tratas de amansarme con amabilidad? —Nada de eso —contesté e] mula—. Quiero simplemente com- pensarte por el hecho de que tomaras a mi humilde asno como blan- vo, Un revoltoso de tu calibre merece una diana mucho mas noble. (Queriendo alardear delante de sus amigos, el chaval buscé un blan- co mis especial. En ese momento, pasaba el alcalde sobre un elegan- te corcel. Inmediatamente, el muchacho cogié la mayor piedra que euvantrd y se la tiré al caballo, que salié despavorido, tirando al sue- lo a su eminente jinete. EJ alealde, farioso, llamé inmediatamente a su guardia para que se Hevaran al joven rufién y le propinaran una buena paliza. 31 Un pan para la cabeza Una noche Nasrudin legs a casa de su hermano ya muy tarde, e inme- diatamente le hicieron pasar a la mejor habitacin. Aunque se le habia dado la cama mas cémoda de la casa, con las sébanas y las mantas més suaves, nadie pens6 en preguntarle si habia cenado. Dando vuel- tas a un lado y a otro, Nasrudin luchaba en vano por suprimir los rui- dos que el hambre le hacia en las tripas. Finalmente, salto de la cama y llamé a su anfitri6n. —£Qué pasa? —pregunté el hermano del mula, asustado al ver que le despertaban en mitad de la noche. —Las almohadas son demasiado suaves —replicé Nasrudin—. ¢Podria coger un pan de la cocina y descansar la cabeza en él? rd Cuestion de opinion Un rebaiio de cabras del vecino entré en el huerto de Nasrudin y em per6 a devorar con avidez cuantos vegetales habia a la vista. Date prisa! —aullé la esposa de Nasrudin—, Ahuyenta a esos ani- males; son las criaturas més glotonas del mundo y nos dejardn sin nada. -Fspera un minuto —contest6 el mulé, viendo que el imam local subia por el camino—., La criatura més glotona no ha llegado todavia. 33 Cuestion de peso Nasrudin habja sido designado juez de la ciudad, y dos hombres lle- garon a él con un litigio civil. Unos afios antes habian comprado un asno. El mas rico de los dos habia pagado diez piezas de oro, y el mas pobre sdlo cinco. Habian montado entonces un negocio que consis- tia en recoger lefia que iban vendiendo de puerta en puerta. El que habia invertido diez piezas de oro se llevaba el doble de los beneficios. Cierto dia, cuando volvian de una ciudad en la montajia, el animal perdié el equilibrio y cayé por un precipicio. —Yo pagué el doble por el asno —dijo a Nasrudin el primer pro- pietario—, y por tanto tengo derecho a que se me devuelva algo de mi dinero. —No le daré ni un centavo —dijo el segundo hombre—. Durante varios aiios, se ha Ilevado el doble de beneficio que yo. —{Llevaba carga el asno cuando se cay6? —pregunté el juez. lo, volviamos de un dia de trabajo y habiamos vendido toda la lefia. —Entonces, la cosa esta clara —contesté Nasrudin—. La caida del asno esta directamente relacionada con su peso. Por tanto, el hombre que posefa la parte mas grande del peso de su cuerpo fue el mas responsable de su caida. Y mand6 que el primer hombre pagara al segundo cinco piezas de oro. 34 Una copia perfecta Nasrudin estaba en Turquia visitando a un amigo. Una noche, los dos hombres se sentaron fuera, bajo el cielo estrellado. En seguida el mula dejé de hablar y empez6 a dar sonoras muestras tle aprobacién, —éPor qué haces «jooh!» y «jaah!»? —Estaba admirando tu cielo y me asombraba de la maestria de vuestros pintores de cielos. Han hecho una copia perfecta de las estre- Ilas que tenemos en mi tierra natal. 35 Un hombre piadoso Un dia, el imam mandé reunirse a los habitantes del poblado de Nas- rudin y les impartié un sermon sobre las grandes gestas de los profe- tas. Cuando describia las acciones particularmente nobles de uno de los mas eminentes, Nasrudin rompié bruscamente a llorar. —iMirad a este hombre piadoso! —exclamé el imam—. jEsté tan conmovido que se le saltan las lagrimas! —Es verdad —solloz6 el mulé—. Me provocas el Ilanto. Mi cabra favorita murié esta majiana y no puedo dejar de pensar en ella, Cuan- do sacudias la cabeza al hablar, me recordabas tanto a mi cabra que me has hecho llorar. 36 Un problema de naturaleza Un dia el sha de Iran convocé a los mayores pensadores y filésofos lel pais para que contestaran a una adivinanza: —ZQué fue primero, el rio o la barca? —La barca, Majestad —dijo uno—, pues cuando se inventé, el hombre comprendié que no podia navegar en tierra firme y tuvo que iventar el agua. Nasrudin, que estaba entonces de visita en la corte del sha, pidié permiso para plantear una segunda pregunta: Si el pez nada todo el dia, ¢qué hace por la noche? Trataron de buscar la solucién, pero ninguno de los filésofos y sabios pudo encontrar una respuesta convincente, y finalmente Nas- tudin dio su explicacion: —Después de pasarse el dia nadando, los peces estan cansados, asi «jue se suben a los Arboles y duermen. —jEso es ridiculo! —clamaron los sabios. —;Por qué? —pregunté Nasrudin—. gCreéis que los peces son como el ganado, que no puede subirse a los Arboles? 37 Cuestién de oportunidad Nasrudin fue convocado por el rey para que le aconsejara sobre cues- tiones de salud. —Dime —pregunté—, ca qué hora es mas sabio cenar? Nastudin reflexioné durante un momento: —Todo depende de lo que seas —dijo finalmente—. Si eres el rey, cualquier momento es bueno para cenar. Si eres un pobre, comes cuan- do encuentras qué comer. 38 rercees beer Una cena de «Oh» y «Ah» Nastudin no tenia dinero y se vio obligado a trabajar temporalmente Lum cocinero. Escucha, mulé —le dijo el portero el segundo dia—, nuestro amo es conocido porque nunca paga a sus empleados. Ten por segu- 1a que el dia que le pidas tu salario, te sefialara una tarea imposible ¥ se negara a pagarte por no poder realizarla. Hfectivamente, el tacafio empresario retuvo el salario de Nasru- slur durante varias semanas, Finalmente, el cocinero se vio obligado 1 pedir el dinero a su amo. —Con mucho gusto te daré tu salario —dijo el avaro cuando Nasrudin se dirigié a él—, pero primero debes cocinarme una comi- sla especial. ZY en qué consiste esa comida? —De primero debes preparar «Oh», y como plato principal coci- naris «Ah» —contesté el avaro con una sonrisa—. $i no consigues tacrme esa comida, no tendré otro remedio que despedirte y man- arte a casa sin una moneda. Nasrudin se incliné y se fue directamente a la cocina. Unas horas después, salié para anunciar que la cena estaba servida. ( uando el avaro vio en la mesa un enorme taz6n de sopa, quedé cucantado. No sélo Nasrudin habfa cocinado una sabrosa comi- lay sino que estaba a punto de ahorrarse los salarios de varias semanas, Cogié una gran cucharada y se la trago. —iOh! —jade6 cuando los chiles le abrasaron la garganta. Far- 39 fullando y atragantandose, tendié los brazos al cocinero, que le ofrecié un vaso de agua helada. —jAh! —exclamé cuando el frio liquido apagé las llamas de su boca. 40 La habilidad con las palabras Una cuadrilla de ladrones, a la espera de juicio, estaban preocupados por las duras condenas que estaban aplicando los tribunales. —Necesitamos a un hombre que nos defienda de manera tan elo- ‘uente que ningtin juez pueda condenarnos —dijo el jefe. Recordando la habilidad de Nasrudin con las palabras, le contra- 1 como abogado. 1 muld aparecié en la audiencia al dia siguiente y pronuncié una efensa tan convincente que todo el palacio de justicia qued6 con- veneido de que los hombres eran inocentes. Nasrudin habia puesto tanta energia en su actuacién que empez6 a sudar. Segundos antes de «jue el juez ordenara la liberacién de los acusados, su abogado no judo resistir el calor por mas tiempo. Se quité el manto y pidié a los juardias que lo metieran en una celda. —Por qué quieres encarcelar a tu manto? —pregunté el juez. —Si estos hombres van a ser liberados —contest6 el mula—, quie- 1a asegurarme de que mi manto esté en un lugar seguro. a Un hombre mas débil Cuando pasaba por delante de un elegante palacete en el centro de Bagdad, Nasrudin se percaté de que en su interior se estaba celebran- do una fiesta. Atraido por el olor de la cabra asada, se metié en la casa pasando por entre los guardias y se sent6 a la mesa. Después de la comilona, el anfitrién pidié silencio. —Amigos —dijo—, os he invitado aqui para celebrar mis tiltimas y grandes victorias. Como sabéis, he sido el campedn de lucha de esta ciudad durante algtin tiempo. Pero ahora, tras haber derrotado a mis competidores en otras ciudades, jsoy campeén de todo el pais! Los comensales aclamaron a su anfitrién. Sélo Nasrudin permane- cié en silencio, lo que enfurecié al luchador: —¢No te impresiona que haya pulverizado a mis enemigos y tira~ do al suelo a los mejores luchadores que esta tierra puede ofrecer? —pregunté. —Depende —contesté el mula—. Esos hombres, geran mas débi- les que ti? —jPor supuesto! —se jacté rimbombante el deportista—. Eran tan débiles como moscas... tan insignificantes como las mas dimi- nutas hormigas. —2Y qué mérito hay en derrotar a un hombre més débil? 42 Un lobo para imam | ex tempos eran dificiles, y Nasrudin decidi6 buscar un empleo regu- lat. Atraido por el dinero facil, decidié convertirse en imam. Se enro- {le un inmenso turbante alrededor de la cabeza y salié en busca de una imesquita, Visité numerosas ciudades y lugares de culto, pero no tuvo suerte: incluso las zonas mas remotas tenian ya un imam permanente. Cansado y hambriento, Nasrudin se detuvo en una casa de té en na pequefia ciudad al pie de las montafias. En la plazoleta que esta- ina enfrente se habia reunido una multitud enfurecida. Pregunté, y el uli se enteré de que el gentio habia cogido un lobo. —E animal atacaba a nuestras cabras y ha causado muchos dafios —explicé un campesino—. Persiguiéndolo por la ciudad, finalmente hemos conseguido acorralarlo. Estébamos discutiendo qué hacer aho- ma con él. Nasrudin desenredé su turbante, lo colocé sobre la cabeza del ani- nal apresado y lo dejé libre. —£Qué has hecho? —gritaron los asombrados espectadores—. llevado dias atraparlo! —Le he condenado al peor de los castigos —contesté el muléa—. (Que sufra el tormento de tratar de encontrar trabajo vestido de imam. Ha 43 Después de tu defuncién El califa de Bagdad soiié que se le cafan los dientes y su cabeza per- dia el cabello. Por la mafiana, convocé al astrélogo de la corte para que interpretara el suefio. —jAy! —explicé el hombre—, eso significa que tu mujer y tus hijos seguiran viviendo después de tu muerte. Aloiresto, el enfurecido gobemante mand6 que encarcelaran al astrélogo. —Cémo interpretarias ti el suefio? —pregunté al mula, que esta- ba visitando la corte. —El suefio significa, Eminencia, que sobreviviréis a toda vuestra familia —respondié Nasrudin. Tranquilizado, el califa dio a Nasrudin una bolsa de oro. bb Huésped de Ala Una noche, cuando Nasrudin y su esposa estaban sentados para cenar, alguien aporreé Ja puerta. Al abrir, Nasrudin vio a un derviche con un manto de muchos colores y un turbante inmaculado. —jNo te quedes ahi! —dijo bruscamente el hombre—. Soy el invi- tado de Al, y estas obligado a invitarme y darme tu comida y tu bebi- «la mas apetitosas. Luego descansaré la cabeza en tu mejor almohada y dormiré bajo tus mantas mas calidas. —Un momento —dijo el mula mientras se ponia su manto—. lie Hlevaré a un lugar mucho mas conveniente para un hombre santo camo ti. —Pidi6 al derviche que le siguiera y fue corriendo a la mez- quta de la ciudad. —iNo puedo quedarme aqui! —dijo el sabio indignado—. Hace Irie, esta oscuro y no hay nada que comer. —Disculpa —contest6 Nasrudin—, pero dijiste que eras el invi- tado de Ald, y pensé que, como es légico, estarias mas a gusto en casa de Ald. 45 La misericordia de Ala Nasrudin contraté a un mozo de cuerda para llevar sus compras del mercado hasta su casa. Cuando los dos hombres subian la pedregosa cuesta que conducia a la puerta, el mozo resbalé y cay6 rodando entre gritos, por la ladera de la montaiia. —jGracias, Ald, por tu misericordia! —grité Nasrudin extendien- do los brazos al cielo. —¢Cémo puedes dar gracias a Ala por permitir que un hombre se caiga y se mate? —le pregunto su esposa, que habia visto el terri- ble accidente. —No le estoy dando gracias por matar al mozo: le doy gracias por no haber pagado todavia al desdichado. Si lo hubiera hecho, mi dine- ro estaria ahora junto a los comestibles en el fondo del barranco. 46 Palabras de Ala HI sha de Iran supo que el santo Nastudin viajaba por el pais. Envid 1 sus exploradores para que localizaran al santo y lo Ilevaran a vivir al esplendor de la corte. Después de varios meses, el sha visité las lujosas habitaciones de Nasrudin en el palacio. —Dime, oh santo venerado, gqué palabras has escuchado de labios de Ala? —Silo las tiltimas seran de interés para vos, Alteza. Ala acaba de susurrarme algo al oido. —2Qué te ha dicho? —Acaba de decirme que tenga cuidado con lo que digo, para poder auedarme en el Paraiso que El ha encontrado para mi. 47 Circunstancias alteradas Nasrudin y un rico comerciante cabalgaban juntos a través del desierto. —éNo es verdad que Dios recompensa a los ricos con riquezas? —dijo el comerciante al muléa—. Mira mis espléndidas botas de mon- tar, confeccionadas con la mejor piel que el dinero puede comprar, y tus sandalias agujereadas y andrajosas. Mira mi turbante enjoyado, y los harapos que tii Ilevas enrollados en la cabeza. Mira mi manto de seda con botones de artesania e hilo de oro, y la capa remendada que cuelga de tus hombros esqueléticos. Aqui estamos los dos: ti con unas pocas posesiones miserables en tus apolilladas alforjas, yo con espe- cias que haran que principes y reyes lloren de alegria. Y sin embargo, cabalgamos juntos por el mismo camino, yo en un corcel arabe, ti escarbando en la arena en un asno pequeiio y ridiculo... En aquel momento, las reflexiones del comerciante se vieron inte- rrumpidas por la aparicién de una banda de ladrones, que le tiraron sobre la arena, le apalearon y le dieron de patadas, y desaparecieron tras apropiarse de todo su cargamento y su montura. —j Qué extraordinario es esto! —dijo pensativamente Nasrudin—. Mis circunstancias parecen no haber cambiado, pero las tuyas se han alterado dramAticamente en unos pocos minutos. 48 Siempre demasiado tarde Nasrudin acababa de volver a casa procedente del mercado, cuando escuché el ruido de un banquete de bodas que se celebraba en la casa de al lado. Frenéticamente se quité su ropa de trabajo, se lavé y, poniéndose sus mejores galas, volé a la casa del vecino. Pero en el tiempo que habia tardado en cambiarse, el banquete habia terminado, la pareja se habia retirado para la noche y todos los juerguistas habian dejado la casa. Volviendo a su hogar, desanimado, Nasrudin empez6 a quitarse la ropa. —Me parece que al primer banquete de boda al que vaya sera el mio. 49 Entre extrafios A la aldea de Nasrudin lego la noticia de que el juez habia muerto mientras juzgaba un caso en el pueblo vecino. —Qué extraordinario que haya escogido caerse muerto delante de gentes extraiias —dijo pensativamente el mulé—, cuando podia ha- berlo hecho aqui, entre los suyos. 50 El tesoro de otro hombre Caminaba Nasrudin por la ribera cuando vio una copa flotando en el agua, La sacé, miré en su interior y descubrié que estaba medio llena de agua. En la superficie brillaba la cara de un hombre. —Lo siento —dijo al reflejo—, no me he dado cuenta de que la copa era suya, —Y sin dudarlo un instante la eché de nuevo al rio. 51 Apetito Un dia, el suegro de Nasrudin —hombre de gran apetito— lleg6 a casa del mula. —Mis viajes me Hevan justo por delante de tu casa, asi que pensé detenerme unos minutos para hacerte una rdpida visita —dijo, ocu- pando su lugar en la mesa. Nasrudin sirvié a su huésped té y bizcochos. En unos momentos, el hombre se habia bebido hasta la dltima gota, se habia comido la iltima migaja del tentempié y miraba ya a su alrededor en busca de algo més. Nasrudin sirvié mas té y mas bizcochos, y de nuevo su sue- gro se comié hasta el tiltimo bocado y se bebié hasta la iltima gota. Nasrudin dijo a su esposa que preparara un pulao de enorme tama- iio, y se fue a toda velocidad a buscar refrescos suficientes para soste- ner a su huésped hasta la cena. Volvié con una sandia enorme, hela- do, pasteles y nueces, que el hombre consumié de inmediato. Cuando el pulao estuvo listo, comié hasta no dejar ni un solo grano de arroz. Luego se bebié seis pucheros mas de té y anuncié que pasaria la noche alli y continuaria su viaje por la mafiana. Cuando se instal6 en la cama de la pareja, Nasrudin le pregunt6 dénde iba el dia siguiente. —Voy de camino a Samarcanda a ver a un famoso médico que ha inventado una pécima para estimular el apetito. Cuando vuelva de regreso, entraré a veros y os contaré mis aventuras. —jEs una lastima, pero estaremos fuera! —exclamé Nasrudin—. Maiiana salimos para Bagdad a ver a otro médico famoso que ha inventado una pécima para suprimir el apetito. 82 i Manzanas Mula Nasrudin estaba una vez trabajando como recogedor de man- zanas. Después de todo un dia de trabajo agotador, su jefe —que era ‘ un avaro— se nego a pagarle el salario acordado. —No tengo dinero para darte, pero vuelve mafiana a trabajar y puedes comer todas las manzanas que quieras. El mulé volvié al otro dia y siguio cogiendo diligentemente la fru- ta de los arboles. A la puesta de sol, trep6 al arbol mas alto y empez6 4. comer manzanas con tal deleite que el avaro se alarmé. —sPor qué no comes de las ramas inferiores? —le grit6 desde el suelo. —Empiezo desde arriba y voy bajando poco a poco —grité Nas- rudin—, Con casi todo un huerto de manzanas para comer, debo ser sistematico. 53 Recompensa de albaricoques Un dia, una multitud de traviesos escolares vio que Nasrudin com- praba un kilo de albaricoques en el mercado. Le siguieron hasta su casa con la esperanza de robarle la fruta, y le vieron ofrecer un alba- ricoque a un hombre que le salud6 en el camino. «jEsta es la nues- tral», pensaron los traviesos pilluelos, y se adelantaron corriendo por un atajo. Uno por uno se acercaron a Nasrudin con saludos y una inclinacién profunda. Cada nifio recibié una pieza de fruta. Cuando la bolsa de Nasrudin se qued6 vacia, vio que el médico iba hacia él e inmediatamente se escondié detras de un Arbol. —Mulé, zestds bien? —pregunté el médico preocupado al verle agachado detras del arbol. —Si —replicé un embarazado Nasrudin—, jpero no me que- dan albaricoques! 54 jEres yo? Andaba Nasrudin por la concurrida ciudad de Bagdad cuando chocé con otro hombre y ambos cayeron al suelo. —Perdén —dijo educadamente mientras se levantaba—, :tit eres ti © eres yo? Porque si eres yo, entonces yo debo ser ti. —Seas quien seas, eres un completo lundtico —replicé el otro hom- bre al oft la pregunta del mula. —Es que tt y yo somos de una complexién similar y llevamos ropas parecidas. Pensé que podria haberme confundido en la caida. 55 Preguntar al hombre equivocado Nasrudin trataba de asegurar el gallinero antes de que las aves tuvie- ran oportunidad de escapar, cuando fue interrumpido por un vecino. —zCuantos dias tiene el afio? —Tengo yo aspecto de comerciante de aiios —dijo con brusque- dad Nasrudin—, para que pienses que llevo la cuenta de los dias? 56 Pregunta al vecino Cierta noche, Nasrudin sofié que estaba casado con la hermosa y juven esposa de su vecino, Era tan atractiva que no pudo evitar tomar- la entre sus brazos y besarla. Pero tan pronto lo hizo, fue despertado por una brusca bofetada. Restregandose los ojos, vio el rostro enjuto de su propia mujer. Qué piensas que estas haciendo? —Creo que seria mejor que se Jo preguntaras al vecino. 57 Preguntales a ellos, no a mi Un hombre Avido de instruccién fue a ver a Nasrudin. —He oido que eres un sabio respetado. ¢Qué sucede en el otro mundo? Sefialando al cementerio, Nasrudin contesté: —Te sugiero que preguntes a alguno de ésos. 58 Pregunta al propietario Nasrudin iba camino de su casa cuando encontr6 una cabra perdida y decidié llevarla con él. —Es una cabra espléndida, mula. ¢Cudnto costaba? —Ie pregunté el vecino. —Una moneda de oro. —Es una cabra excelente —dijo su esposa—. ¢Cudnto costaba? —Dos monedas de oro. —Que cabra tan simpatica, padre —le dijo su hijo—. 2Era cara? —¢Por qué todo el mundo me pregunta a mi? —dijo Nasrudin—. ¢Por qué no le preguntan a su duefio? 59 Preguntaselo a tu mujer Durante los meses de verano, Nasrudin dormia en el tejado, porque era més fresco que su dormitorio. Una noche fue despertado por las quejas de su mujer. —jEres un holgazan! —se lamentaba—. jPodia haber elegido a cualquier hombre de la ciudad, pero tuve que escoger a un simplon como tu! i Tras varios minutos de insultos, Nasrudin no pudo soportarlo més. Se levanté de la cama, pero olvidé que estaba en el tejado y se cayé al suelo. Al oir el estrépito, su vecino salié precipitadamente a investigar. —Cémo has llegado hasta ahi? —Ie pregunté viendo al mulé tira- do en el suelo. —Pregiintaselo a tu mujer —replicé Nasrudin. 60 Evitar 1 vecino de Nasrudin estaba siempre preocupandose y quejandose. —Qué puedo hacer? —chillaba—. Cuando me levanto por la mafiana, est tan oscuro que podria darme un golpe con algo y hacer- me dafio en un pie. —Levantate una hora mas tarde —sugirié el mulé. 61 Insultos bestiales Nasrudin y su esposa estaban discutiendo. Se oy6 a un asno rebuznar en la calle y la mujer le dijo: —ANji estd tu padre llamandote. Ve a ver qué quiere. Sin decir palabra, Nasrudin salié y regresé unos minutos después. —Me ha dicho que te diera recuerdos de tu madre, el cuervo. 62 Ser un experto Un grupo de ciudadanas estaba cotilleando en la plaza del mercado: —Mi marido siempre cree que lo sabe todo —se quejaba una. —Sin duda no es mas sabiondo que el mio —dijo otra. —Seguro que ninguno de ellos se considera tan experto como mi marido —dijo la mujer de Nasrudin. Justo en ese momento, Nasrudin vio a su mujer y fue a unirse a Ia conversacién. —Cuil es el tema de la discusi6n? —pregunté. —La coccién en el horno —contestaron las mujeres, no queriendo admitir que se habian estado quejando de sus maridos. —Ah —hizo saber Nasrudin—, jda la casualidad que soy el paste- lero mas experto de la ciudad! Su mujer intercambié una mirada con sus compafieras. —Dinos, marido, gqué ingredientes elegirias? —Bien, puede ser complicado, porque todo depende de los ingre- «ientes que uno tenga, Habitualmente descubro que si hay mantequi- lla, no hay huevos. Si hay huevos, no hay mantequilla. Si hay huevos y mantequilla, no hay hatina o azticar. Y si todos estos ingredientes estin presentes, entonces no estoy yo. 63 La mejor manera de aprender Durante un periodo de particular desorden en el pais, el rey prohibié que se portaran armas por las calles. Temeroso de ser atacado mien- tras regresaba una noche a su casa, Nasrudin oculté un gran garrote bajo su capa. El arma fue descubierta al ser parado y cacheado por la policfa, que se lo Hevé para que respondiera ante el rey. —Antes de que te meta en prision, gqué tienes que decir en tu defensa? —pregunté el monarca. —Soy maestro de la escuela local —contesté Nasrudin—, y nece- sito el garrote para castigar a mis alumnos. —éNo eres demasiado severo? —Puede parecéroslo, Majestad, pero no habéis oido las sandeces que dicen. 64, Mejor ser pecador jSois todos unos pecadores despreciables y unos holgazanes inmo- rales! —vociferaba un predicador ambulante a un grupo de aldea- nos—, jNingtin hombre de este lugar verd las puertas del Paraiso! — (Estas seguro? —pregunté mul4 Nasrudin sorprendido. Furioso porque se pusieran en duda sus palabras, el predicador se volvié contra el mula. —jHaz todas las bromas que quieras, advenedizo! —bramé—, jpero tu seras el primero en sentir las llamas del infierno lamiendo tus botas! —2Y donde irés ti después de tu muerte? —{No lo sabes? Un creyente virtuoso como yo iré directamente al raiso eterno, —En ese caso —contesté Nasrudin tranquilamente—, pienso que 4 mejor si acompafio a mis amigos y parientes al infierno. Prefiero contar chistes para entretenerles que tener que vivir con manfacos como ta por toda la eternidad. 65 Mejor sus fardos —Répido —cuchicheé la mujer de Nasrudin una noche—, hay ladro- nes en casa. Veo los bultos que han dejado en el jardin. Nasrudin eché a un lado Ia ropa de la cama e hizo amago de salir por la ventana. —Qué haces? —le pregunté su esposa. —Mientras registran nuestras miserables posesiones, voy a robar- les sus fardos. 66 Mejor descalzo Nasrudin se compré una par de babuchas nuevas y decidié llevarse- las ppuestas a casa, No habia ido muy lejos cuando la babucha izquier- la le empez6 a rozar. El muld se sent, se la quité, y la babucha cay6 tudando por el borde del camino hasta un arroyo. Viéndola flotar, Nusrudin miré la babucha derecha. A decir verdad, me siento muy aliviado al ver marcharse a tu wnuga. Me estaba haciendo una ampolla horrible. Ahora puedo vol- wer a-easa descalzo y ti descansar hasta que vuelta tu amiga. 67 Nacimiento y muerte Un dia, el rey pidié a Nasrudin que contestara a una pregunta: —Dime, mulé, gdurante cuanto tiempo seguiran los nifios nacien- do y la gente muriendo? —Nacimiento y muerte continuarén hasta que los fuegos del infier- no se hayan consumido a si mismos y el Paraiso esté demasiado Ileno para recibir a nadie mas. 68 Narices mordidas Nasrudin oy6 a sus dos hijos luchando fuera y fue a separarlos. En el jardin encontré al mas joven agarrandose la nariz y gritando. —¢Por qué gritas? —jMe ha mordido la nariz! —Ilorique6 el chico sefialando a su hermano. —jEs mentira! —protesté el otro—. El mismo se la ha mordido. “9 Huesos y todo Una noche, el imam invité a Nasrudin a que se le uniera a cenar. Mien- tras los hombres comian el cordero asado, Nasrudin se dio cuenta de que su anfitrién estaba poniendo subrepticiamente los huesos dese- chados en su plato. Al final de la comida, el imam se recosté y sonrié: —iMira que eres glotén, mula! Has roido el doble de huesos que tu anfitri6n! —Si yo soy glotén —contesté Nasrudin—, me pregunto qué pala- bra habré que utilizar para el hombre que se come la carne con hue- sos y todo. 70 Nombres prestados Nasrudin Ilegé al palacio con un pollo. —Majestad —anuncié con una gran inclinacién—, anoche estaba jugando a las cartas y aposté en vuestro nombre para que me diera suerte. Gracias a vos, gané esta ave y vengo a pagar la deuda. Muy complacido por ello, el rey acepté el ave. Al dia siguiente, el iwula aparecié en la corte con una cabra. —Majestad, de nuevo vuestro nombre me ha traido suerte, y me yustaria ofreceros esta cabra en recompensa. De nuevo el rey acepté el presente. El tercer dia, Nasrudin Ilegé al salén del trono con dos hombres tle aspecto violento. —Anoche —dijo el mulé—, volvi a tomar prestado vuestro nom- lire, pero, desgraciadamente, esta vez no me trajo suerte y ahora debo «in monedas de oro a estos dos hombres. El rey acepté pagar las deudas de Nasrudin, pero le dijo que nun- «a volviera a tomar prestado su nombre. n Pasteles prestados Hambriento, Nasrudin fue al mercado a vender sus tiltimas posesio- nes. Un comerciante sin escripulos cogié la coleccién de articulos domésticos y le dijo: —Vuelve a por tu dinero mafiana, pues no tengo nada en este momento. A pesar de las timidas stiplicas de Nasrudin, se neg6 a pagar. Tam- baleandose, volvié a casa, y al pasar por los puestos del mercado, el mula se encontré con una panaderia. Haciendo acopio de sus tltimas fuerzas, cogié tres pasteles y salié corriendo con ellos. Senténdose en un callején, se comié rapidamente los pasteles. —Compasivo Alé —dijo cuando terminé con el tiltimo—, no soy un ladrén. Simplemente he cogido prestados estos pasteles del pana- dero. Asi pues, por favor, ocdpate de que el dinero del panadero sea descontado del que me debe el comerciante que se quedé con mi bate- ria de cocina. No me gusta estar en deuda con nadie. 72 Las babuchas prestadas Una noche, Nasrudin estaba dando un paseo cuando tropezé con un hombre bebido, tumbado en la hierba. Al ponerlo boca arriba, reco- nocié al borracho, que no era otro que el juez, hombre famoso por pronunciar duras sentencias por las faltas morales. Al ver que estaba inconsciente, Nasrudin le quité sus elegantes babuchas y el manto y siguid su camino. Fue slo cuando el juez volvié a su casa, dando traspiés, al dia siguiente, cuando se dio cuenta de que le habian robado. Livido, dijo a La policia que buscaran en cada casa hasta que encontraran al culpable. No pasé mucho tiempo antes de que Nasrudin fuera llevado al tribunal. —,Dénde conseguiste esas babuchas y ese manto? —pregunté el juez. —Se los cogi a un borracho que encontré tumbado en la cuneta la noche pasada —contesté el mula—. Desde entonces estoy tratando de devolvérselos, pero no conozco su identidad. ¢No le conocera Su Se- noria por casualidad? —jPor supuesto que no! —replicé el juez, comprendiendo que cualquier otra respuesta habria arruinado su reputacién—. \Caso archivado! vel éChico 0 chica? Mientras Nasrudin estaba en la corte de Tamerlin el Conquistador, le llegé la noticia de que su esposa habia dado a luz. —£Qué ha tenido tu mujer esta vez? —pregunt6 el soberano del mundo a Nasrudin. —A diferencia de vuestra majestad, un hombre humilde como yo sera padre de un niiio o de una nifia —contesté el mula. —£Y qué piensas que tienen los emperadores como mi propio padre? —pregunté Timur con una sonrisa. —Tiranos, opresores, dictadores, déspotas... Hay mucho don- de elegir. Mm Los ladrones y el rey Una noche, los ladrones forzaron la casa de Nasrudin y le robaron todo lo que poseia. Cuando, a la mafiana siguiente, se desperté y des- cubrié la pérdida, corrié directamente al palacio. —La noche pasada, los ladrones arramblaron con todas mis per- tenencias, y a vos corresponde compensar mi pérdida —Ie dijo al rey. —Pero yo no he cogido nada tuyo, mula —dijo el monarca. —No directamente —contesté Nasrudin—, pero como gobernan- te de este pais, sois responsable de todo lo que sucede aqui. 6 Camellos y hombres —Nasrudin —le pregunté el vecino—, gquién es més inteligente, el camello 0 el hombre? —El camello —contesté el mulé—, porque lleva cargas pesadas sin quejarse, pero nunca pide una carga adicional. El hombre, por el contrario, atestado de responsabilidades, siempre quiere aumen- tar sus cargas. 1 Una cabeza imprudente Nasrudin se estaba atando el turbante cuando el viento se lo arrebatd, —{ Qué lastima! —se lamenté su amigo—. Era una hermosa tela de muselina india. —Nunca debi confiarselo a mi imprudente cabeza. Es el tercer tur- bante que ha perdido esta semana —dijo Nasrudin. 7 Trinchar faisdn Una noche, en la mesa del rey, se pidié a Nasrudin que trinchara el fai- sn. Servicialmente, se levant6 y empez6 a servir a los demas comen- sales. Ofrecié la cabeza al rey, diciendo: —Eres nuestro jefe y el cabeza de tu familia. { Al tesorero de la corte le dio las alas con estas palabras: —Tu malversacién se descubrird y pronto alzards el vuelo. Las patas las dio al jefe del ejército: —Pronto entraras en combate. El cuello se lo dio al gran visir, diciendo: —Tu propio cuello sera roto un dia por la soga del verdugo. Puso el resto del animal en su propio plato, y dijo: —Lo que queda es mio, por haberlo trinchado tan bien. 8 Las cadenas, mafana Caminaba Nasrudin hacia su casa en compaiiia de un alumno, cuan- do vio que unos ladrones forzaban una casa. El mulé fue répidamen- tea por ellos. —zQuignes eran esos hombres —pregunté el escolar—, para que fueras tan deprisa? —Presidiarios —contesté Nasrudin. —Pero no llevaban cadenas. —Las Jlevarén mafiana. 79 Burlando a las estrellas Nasrudin se habia hecho un nombre como adivino de la ciudad, pues sus predicciones se revelaban, en general, acertadas. Un dia, se acercé a él una anciana y le pregunté: —Dénde estd mi hijo mayor, Bedar, y cual es su suerte? —Vive en Bagdad —contesté el mulé—, y permaneceré alli con buena salud durante muchos aftos. En ese momento, llegé a la ciudad una caravana de comerciantes. —Vive aqui la madre de Bedar? —pregunté uno de los camelle- ros—. Su nuera me ha pedido que le diga que Bedar ha muerto y que ella vive ahora en la India. La multitud, enfurecida, se volvié contra Nasrudin. —jEres un estafador! —vociferaron—. {Tus predicciones son una farsa! —Amigos —exclamé Nasrudin—, no soy un estafador, sino un insensato. Las constelaciones indican que Bedar disfruta de buena salud, pero fui un insensato al leer la fortuna de un hombre que se bur- la de las estrellas. 80 Psicologia de un nifio La esposa de Nasrudin estaba de parto, pero la comadrona era inca- paz de sacar al nifio. Finalmente, desesperada, se volvié al mula. —Se supone que eres un hombre sabio. ;No me puedes ayudar? —iSi me lo hubieras pedido antes! —exclamé Nasrudin, y se fue a toda velocidad al bazar. Volvié pocos minutos después con una peon- za, que empezé a hacer girar en el suelo. —Te has vuelto loco? —grazné la comadrona. —Ten paciencia —contesté tranguilamente Nasrudin—. Cuando el nifio vea el juguete, jsaldra de un salto para jugar con él! 81

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