Por un lado, el autor sabe que, hacer un discurso que cautive y cale en sus oyentes, en un momento fnebre es complicado: Es difcil, en efecto, pronunciar las palabras adecuadas en un momento en que la valoracin de la realidad apenas se establece con seguridad; porque, para los familiares de las vctimas, ningn discurso abarca por completo la virtud de los cados. Pero, por otro lado estn las personas que no tienen nada que ver con los fallecidos, y para ellos el discurso ser tomado con envidia. En otras palabras, cualquier discurso en estos momentos, es perder el tiempo; l lo sabe, y por eso deja claro que, el discurso, lo hace ms por obligacin tradicional que por gusto propio. El discurso lo esboza de la siguiente manera:
Mencin a los antepasados, como homenaje del recuerdo1 por la sabidura
que han transmitido a las generaciones siguientes, y que gracias a ello hemos acrecentado todava ms la potencia de este imperio y hemos preparado nuestra ciudad en todos los aspectos, tanto para la guerra como para la paz, de forma que sea completamente autosuficiente2. Luego contina con explicacin sobre los principios que condujeron a los ciudadanos al poder, pasando por la democracia como el mejor rgimen poltico por ellos tomado, para finalizar hablando sobre los comportamientos virtudes y grandezas, que poseen en todas las reas de la sociedad: cultural, poltica, intelectual, militar- que ha hecho, grande y temido ese poder; hasta el punto de que cualquier ciudadano est dispuesto, sin dudarlo, a dar la vida por los suyos y su patria. A mi parecer, lo que trata de hacer hasta el momento, es, mediante un recuerdo sublime y comn sobre ellos mismo-, captar la atencin del auditorio sintonizndolos a todos por igual.
Lo dicho anteriormente, por el autor, le servir ahora para cambiar la mentalidad,
negativa de perdida-fracaso, del pueblo. Porque al ensalzar la ciudad, una persona cada no es una perdida, sino que es ganancia al ser recordado por el valor y las osadas mostradas.
Bibliografa: Tucdides. (1990). Historia de la Guerra del Peloponeso. Madrid: Gredos.