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Ciudad de México, 30 de abril de 2010

Estimados compañeros,

Desde hace varios días habíamos querido escribirles para saludar la huelga
que están llevando a cabo en la UPR, pero los últimos días han sido de
mucho ajetreo. Somos del Comité Internacionalista, una organización que
trabaja en el Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Sur, del sistema de
bachillerato de la Universidad Nacional de México (UNAM). Uno de los ejes
de nuestra lucha es de unir a los estudiantes a los trabajadores en las
diversas luchas de los explotados y oprimidos. El ajetreo del que les
hablamos tiene que ver con que en los últimos días se intensificaron las
amenazas de ataque de “porros” contra nuestra escuela.

Los porros, como los llamamos en México, son golpeadores que forman
cuerpos de choque con el propósito de aplastar las luchas de los
estudiantes, especialmente cuando éstas toman un giro que parece
inapropiado o demasiado radical a sus patrones, las autoridades escolares.
En muchos casos, algunos andan armados con pistolas y petardos, y hace
un par de años mataron a un estudiante en el CCH Naucalpan. Hoy, el
décimo aniversario de uno de esos grupos de choque, estuvo marcado para
que estos gorilas intentaran tomar nuestra escuela. ¡Pero no lo lograron!
Junto con otros estudiantes y trabajadores estuvimos haciendo agitación en
la semana en prevención del ataque porril. Hoy, reunimos a más de 150
estudiantes y a una decena de trabajadores en la explanada central del
CCH. Los porros, amedrentados, esperaron afuera durante varias horas
hasta que se marcharon derrotados.

Mientras todo esto pasaba, pensábamos en su lucha. Los intentos de


destruir la educación pública, como bien saben ustedes, forman parte de
una política auspiciada por los organismos financieros internacionales para
su implementación en todo el mundo. En México, en 1999 el gobierno del
entonces presidente Ernesto Zedillo, intentó imponer cuotas en la
Universidad Nacional, la universidad más grande de América Latina, con sus
más de 200,000 estudiantes y sus decenas de miles de trabajadores y de
académicos. La arremetida de la clase dominante contra la UNAM tenía el
propósito de expulsar a miles de estudiantes que no podrían pagar las
cuotas y que, obviamente, provendrían de las de por sí pocas familias de
trabajadores del campo y la ciudad que pueden enviar a sus hijos a las
universidades.

La respuesta contra esta andanada patronal no se hizo esperar. Se estalló


una huelga bastante tenaz que contó con el apoyo de decenas de miles de
estudiantes y que ganó la solidaridad de muchísimos trabajadores en la
ciudad de México y su zona conurbada. Camaradas nuestros participaron en
esa lucha y lograron algo inédito, hasta donde sabemos, en América Latina:
lograron que se formaran guardias de defensa de la huelga compuestas no
sólo por estudiantes, sino por centenares de trabajadores de dos gremios
clave: el Sindicato Mexicano de Electricistas (un poderoso sindicato que
ahora se encuentra bajo ataque) y el Sindicato de Trabajadores de la UNAM.
Estas guardias fueron fundamentales para impedir que el gobierno enviara
al ejército y la policía de tomar la Ciudad Universitaria, el principal campus
de la UNAM, lo que estuvieron al punto de hacer. La realización de estas
guardias fue posible gracias a que se hizo una agitación de mayor
envergadura, instando a diferentes sindicatos a estallar huelgas en
solidaridad con la lucha estudiantil.

Y es que esa es la clave, compañeros: los trabajadores no sólo tienen


interés de luchar en defensa de la educación pública en todos los niveles,
sino que son también los únicos que tienen la fuerza para derrotar a la
burguesía y sus gobernantes fantoches.

La huelga de la UNAM duró diez meses y sólo pudo ser suprimida mediante
un ataque policíaco que llevó a la cárcel a un millar de estudiantes el 6 de
febrero de 2000. A diez años de eso, sin embargo, hoy en la UNAM no se
paga por ingresar. Nosotros, entretanto, luchamos no sólo porque la
situación siga así, sino que queremos que todo el que quiera estudiar pueda
hacerlo (lo que hoy en día no ocurre, pues cada año son rechazados más de
cien mil aspirantes). Esto implica también luchar para que cada estudiante
reciba un estipendio que le permita vivir. Obviamente, esto supone a su vez
dar una lucha que trascienda el mero ámbito estudiantil y universitario.

Compañeros: nos llena de emoción la fuerza con la que libran su lucha.


Sabemos también que varios sindicatos de trabajadores han declarado su
solidaridad con la huelga en la UPR. ¡Hay que dar un paso y atraer a esos
sindicatos, a los trabajadores que los forman en una sola lucha en defensa
de la educación pública y gratuita, y en contra de los gobernantes coloniales
de Puerto Rico, esos títeres del imperialismo!

Mañana en la marcha del Primero de Mayo llevaremos pancartas en


solidaridad con su lucha. Con orgullo y admiración, diremos ¡Victoria a la
huelga de la UPR!

Comité Internacionalista del CCH-Sur, UNAM

grupointernacionalista@yahoo.com.mx

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