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franecoise dolto 2x siglo xxi editores, s.a. de c.v. ‘CERRO DEL AGUA 248, DELEGACION COYOACAN, 04310, MEXICO, D.F. siglo xxi editores argentina, s.a. TUCUMAN 1621, 7 N, C1050AAG, BUENOS AIRES, ARGENTINA portada de carlos palleiro primera edicién en espaiiol, 1973 decimocuarta edicién en espaiiol, 2004 © siglo xxi editores, s.a. de c.v, isbn 968-23-1840-8 primera edicién en francés, 1971 © éditions du seuil, paris, francia titulo original: le cas dominique derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE PRIMERA PARTE: La historia clinica 5 Doce sesiones de tratamiento psicoanalftico de un adolescente apragmitico. Desde la niiiez, pro- tocolo y reflexiones teéricas 7 Primera sesién: 15 de junio 11 Segunda sesién (15 dias después de la precedente) 36 Tercera sesién: 18 de octubre 47 Cuarta sesién: 16 de noviembre (4 semanas des- pués de la precedente) 54 Quinta sesién: 4 de enero (6 semanas después de la precedente) 77 Sexta sesién: 18 de enero (15 dfas después de la precedente) 93 Séptima sesién: 19 de marzo (6 semanas después de la precedente) 101 Octava sesién: Primeros de mayo (dos meses des- pués de la precedente) 104 Novena sesién: 25 de mayo (3 semanas después de la precedente) Wl Décima sesién: 7 de junio (2 semanas después de la precedente) 118 Undéeima sesién: Fin de junio (3 semanas después de Ia precedente) 144 Duodécima sesién: Fin de octubre 157 Posfacio 164 SEGUNDA PARTE: La relacién de los dos hermanos y el posible papel pervertidor del yo-ideal 169 TERCERA PARTE: E] encuentro, la comunicacién in- terhumana y la transferencia en el psicoané- lisis de psicéticos 185 apénpicE: Aclaracién sobre la teorfa freudiana de las instancias psiquicas en el curso de la evolucién de la sexualidad en relaci6n con el Edipo. Neurosis y psicosis 225 23] PRIMERA PARTE La historia clinica DOCE SESIONES DE TRATAMIENTO PSIOOANAL{TICO DE UN ADOLESCENTE APRAGMATIOO DESDE LA NINEZ PROTOCOLO Y REFLEXIONES TEORICAS En terapia psicoanalitica los escritos clinicos, en el sen- tido de protocolos de sesiones, son raros. La documenta- cién verbal y gréfica que Freud dejé de algunos de sus casos —por lo que se refiere al psicoandlisis infantil pien- so en Hans y en el Hombre de los Lobos (véase Cinco psicoandlisis de S. Freud)— nos presta una ayuda, sin em- bargo, considerable, junto a las deducciones teéricas que extrajo de ellas. Con ello abria Freud las puertas a nues- tra reflexién personal y a nuestras criticas formadoras. En nuestros dias se leen muchos pequefios 0 mintscu- los fragmentos extrafdos de un conjunto de varios cente- nares de sesiones; son fragmentos de discursos, de suefios o de comportamientos que sirven casi siempre para justi- ficar una investigacién técnica o una discusién sobre la transferencia y la contratransferencia. La razén de Ja elec- cién de estos fragmentos deja al clinico perplejo. Por lo demés, he pensado siempre que la asistencia de otros psicoanalistas al trabajo terapéutico podria ser de un interés considerable en lo que respecta a este trabajo especifico: iluminarnos en cuanto a nuestra orientacién, que encuentra su sentido en la escucha més afinada y el mayor respeto por todo lo que el analizado expresa de su inconsciente. Se hace asi posible una critica de la recep- tividad inconscientemente disponible en aquel que escu- cha y asi nos resultar posible restituir al encuentro psico- analitico su car4cter de autenticidad que siempre queda velado por nuestra contratransferencia. En mi consulta hospitalaria me di cuenta de que este modo de trabajo (con testigos) no estorbaba al sujeto en psicoterapia conmigo sino cuando la presencia de los asistentes me estorbaban a m{ misma en la espontanei- dad de mi atencién y de mi receptividad. estas sesiones en presencia de asistentes psicoana- listas una de las personas consigna todas las palabras 7] 8 LA HISTORIA CLiNICA pronunciadas por una y otra parte, por el paciente el analista. Figen Toe dibujos do Nos nica, wad como croquis de los estados sucesivos de sus modelados, ejecutados por mi misma durante el curso de la sesién delante del nifio. El papel de script-girl parece ingrato, pero, después de las sesiones, resulta de un gran interés critico. En cuanto a las mimicas del paciente y del tera- peuta, gestos y actos inconscientes paralelos, son entera- mente observables por todos. Una comprensién critica més adecuada se desprende del estudio ulterior de las se- siones seguidas con este procedimiento. En esta técnica asi modificada del “encuentro” ana- litico las reacciones transferenciales deben contar con la presencia paralela que difracta a veces visiblemente la transferencia 0, mds bien, sus componentes emocionales: cia y escucha de las otras personas de la asistencia. intervenciones del psicoanalista tienen en cuenta todo ello, abiertamente. Todos aquellos y aquellas que han asistido a curas en hospital saben qué ensefianza se puede extraer de ello y qué desmistificaciones del analista y del andlisis, no sin reacciones contratransferenciales, han permitido tal asis- tencia. Saben qué experiencia personal han extraido de ahi sobre las modalidades del narcisismo residual del analista, permanentemente en tela de juicio durante el encuentro psicoanalitico. Desgraciadamente esta técnica no puede generalizarse, tanto por razones de resistencia como por el cuidado del secreto profesional. A menudo nos hemos visto reducidos a redactar relatos reelaborados y muy resumidos, tanto por eleccién deliberada como por razones narcisistas que unas veces nos permiten y otras nos impiden admitir nuestra contratransferencia. Y siempre queda el proble- ma de trasmitir con veracidad nuestras experiencias de trabajo. Es para contribuir a la investigacién psicoanalitica por lo que he juzgado interesante redactar un caso en su fotalidadl. El documento, anotado en forma detallada, en DOCE SESIONES PSICOANAL{TICAS 9 estilo més o menos telegréfico, ha sido sencillamente vuel- to a copiar. Los croquis de los modelados han sido ejecu- tados por mf durante la sesién; cazo al vuelo los estados sucesivos de los modelados acompamiando al discurso del paciente. Esta manera de peoccler. que me es habitual es para mi casi automética y libera mi atencién “flotante”. No 25 aqui un caso tratado en consulta hospi- talaria publica; la particularidad de la transferencia sobre varias presencias hace mayor la problemdtica y he prefe- rido publicar un caso visto en “coloquio entre dos” en la consulta de un centro medicopedagégico. Si he escogido éste, es por el nimero reducido x sesiones, que hacia que su lectura no fuese demasiado fastidiosa y me permi- tia no suprimir nada, lo que proporciona a los lectores un documento auténtico. La diferencia entre este caso y aquellos seguidos en el consultorio particular del analista es que el precio de la sesién es pagado a una caja de dispensario y no al io psi ista. (Por otra parte, veremos cémo esta uh id de pago se inscribe en la transferencia, un dfa, a través de la fantasia del billete en la estacién. Se pasa una suma a través de una ventanilla a una secretaria que da un recibo.) Las citas y el ritmo de las sesiones son concertados entre el sujeto, la familia y yo. Las sesiones que no tuvieron lugar no son pagadas. Debo decir que la no asistencia a las sesiones no fue debida nunca, en este caso, al propio sujeto, sino a la persona que lo acompa- fiaba o al hecho de coincidir el dia previsto para la sesién’ con algunas vacaciones. Sélo un aplazamiento de la cita se debié a m{, por razén personal. En cuanto a la eleccién del caso, el lector pensard quiz4 que hay en él un encuentro particular de aconte- cimientos reales; sera bueno que se desengafie. Todos, neuréticos o no, tenemos en nuestra historia muchos acontecimientos particulares. Pero no son estos aconteci- mientos los que son psicoanaliticamente importantes, es decir, en la dind4mica inconsciente que estructura el des- arrollo del sujeto; ya se daré el lector pronta cuenta de 10 LA HISTORIA CLINICA ello; lo importante es la manera como el sujeto reacciondé a ellos, en funcién de su organizacién pulsional y perso- nolégica en curso. Los acontecimientos vividos en fami- lia han recibido su significacién traumatizante sélo cuan- do el sujeto, a causa de ellos, ha escapado a la castracién humanizante en los diversos niveles de su evolucién libidinal.* En el caso que presentamos a la lectura, las instancias de la personalidad en curso de elaboracién no han encontrado en el ambiente parental el soporte, por lo menos verbal o gestual, caracteristico de una sim- bolizacién humana, para la impotencia mutilante que le provocaba la angustia. Al contrario, es su angustia la que ha adquirido el valor de realidad de principio para el entorno familiar y social, imagen-sufrimiento para él de la angustia, pero imagen sin palabra y sin gesto de otro. Si este trabajo puede traer consigo reflexiones criticas y constructivas —y opino que la polémica cae fuera del campo de la critica psicoanalitica— no habré trabajado indtilmente.? 1 Espero que el contexto aclararé estas palabras. Quiero decir que en el curso de su desarrollo todo ser humano encuentra limi- taciones que ponen a prueba sus deseos y que son, em necesarias’ La Peal calidad de estas limitaciones ‘mplica sufrimizatoe malo © img, ences de muhcoe cxpee ia. De abi se sigue una ién Geublimacién cult 7 sal seg ‘s sean, 3. la vez, el nivel de la imagen corporal estructurada en el sujeto, el nivel de su lenguaje y las reacciones con las que tropiece en su medio ambiente: lenguaje, comportamiento, palabras y angustia con- comitante. paste Enon nig o conor a tate de su oe que entonces el nifio no conoce la existencia de su rostro. Ea pstolog de os icéticos se refiere, me parece, a a experiencias y prescopicas del del propio cuerpo. Tal es el caso de 2 Onde bien entendido que, per mee oligecet ha sido necesario emprender ciertas modificaciones de los nom- > eee y Pero no alteran su valor asociativo significante para el sujeto. PRIMERA SESION: 15 DE JUNIO PARTE I: ENTREVISTA CON LA MADRE Después de haber recibido a Dominique con su madre, envio a Dominique a preparar modelados y dibujos en la sala de espera. La sefiora Bel se queda conmigo. Dominique Bel es un muchacho de 14 afios, al que se nos remite para un diagnéstico y un consejo respecto a su ubicacién escolar. Es un mlachs puiber desde hace un afio y que desde siempre lleva una vida escolar total- mente aberrante. Desde hace dos afios sigue una escuela de pedagogfa especializada, donde no hace progresos y donde su comportamiento, aunque estereotipado, parece més bien deteriorarse. E] médico de un dispensario medicopedagégico que le ha seguido desde hace varios afios ]o consideraba como un débil simple, pero después de su pubertad teme una evolucién hacia la esquizofrenia. Tal es también la im- presién de las personas experimentadas de la ultima es- cuela y también mi primera impresién. Dominique ha repetido tres veces el noveno curso (8 afios) en la escuela primaria; después ha entrado en esta escuela especializada donde, sin estorbar a la clase, no hace progresos. Su ocupacién favorita es dibujar: he aqui un espécimen de sus dibujos estereotipados, los mismos desde hace afios, siempre artefactos mecdnicos: aviones, autos (jams barcos). Por su hechura tienen la apariencia de monobloques. Casi siempre est4n dibujados en dos sen- tidos opuestos, sobre la misma p4gina. La mitad superior de la pagina de un dibujo sirve de mitad inferior para otro. Dominique hace también modelados estereotipados de los que reproducimos también una muestra. Para él oy 12 LA HISTORIA CLINICA son personajes. Cubren una superficie enorme, midiendo los més pequefios 40 cm de largo; los desplaza como si fueran macarrones cocidos, con una precaucién afectada. Dominique tiene la apariencia de su edad; es alargado, sin ser flaco, moreno; tiene el pelo corto y muy so, la frente bastante baja y ya un poco é whe shee dedor de Ja boca. No se para derecho, sino un poco como un primate. Tiene una sonrisa estereotipada y una voz “dulzona”, muy aguda y bitonal, como si no hubiera cambiado de voz todavia. Sigue a su madre con los brazos encogidos y las manos cafdas, como lo hacen con sus patas delanteras los perros a quienes se ha adiestrado a cami- nar sobre sus patas traseras. El muchacho est4 completa- mente desorientado en el tiempo y el espacio. “Es incapaz de vivir sélo y de circular por la calle aun tratdndose de pequefios recados para su madre. Es a tal punto dis- traido, que saldria en pijama o se quedarfa en casa du- rante el invierno con abrigo y guantes para desayunar, si no se le advirtiera de ello.” Una sonrisa enigmitica, con los ojos semicerrados, vaga por su rostro congelado. - Aun cuando va a Ja misma escuela desde hace dos aiios, siempre conducido por su hermano, un dfa, al distraerse este hermano mayor (jy esto no le ha ocurrido més que una vez!), Dominique se perdié y tomé un tren distinto ue el Michelin cotidiano; partié para no sé qué ciudad provincia, de la que sin embargo supo hacerse repa- triar solo, después de una jornada de inquietudes fami- liares. Al salir de la escuela, si la maestra no se lo impide, sigue a cualquiera. E] mismo no parece saber por qué. Por otra parte, como se verd, si bien habla, no responde a las preguntas. Ha Ilegado a leer, ya sabremos después cémo; eso es casi todo. En cuanto al cdlculo, a pesar de la pedagogia mds avanzada de que se dispone para los discalciilicos, no comprende absolutamente nada y estd obsesionado por ello, repitiendo las tablas de multiplicar con tanta aplicacién como inutilidad. La madre dice que, a ratos, muestra un verdadero encarnizamiento por apren- PRIMERA SESION 13 der y que, en otros, abandona desesperado la partida, porque no retiene nada. Fic. 1. Dibujos traidos por la madre, hechos antes de la venida del nifio al CEM. No tiene amigos, pero tampoco enemigos. En casa juega un poco con autos pequefios, pero no se ocupa en nada prdctico. Empero, a decir de su madre, no seria de- masiato torpe con sus dedos (?); pero lo que més le gusta es dibujar. Traténdose de modelar, le gusta hacer largas tiras que después retine. Desde hace un afio “esté siendo trabajado —dice la madre— por la pubertad”, aun- Pe no parece tener ningiin pudor ni ninguna curiosi- id por su sexo; pero es una “impresién de madre —afia- de—. Le gusta leer y desde hace algtin tiempo cuenta 14 LA HISTORIA CLINICA historias que él mismo inventa, sin duda para hacer creer que tiene mucha imaginacién. Se le escucha para darle por su lado, o més bien se finge darle gusto para que él se dé el gusto de hablar, pero nadie le entiende una palabra”. De hecho, més que fabular delira. Dominique es el segundo de tres hermanos. El primo- génito es un muchacho, Paul-Marie, dos afios y medio mayor que él; la tercera es una chica, Sylvie, dos afios y tres cuartos mds joven que Dominique. Las notas que poseo y que vienen de la escuela a la que va Dominique desde hace dos afios dicen que este nifio es dulce, facil, de buena voluntad, sin medios; se le tiene por simpético. La madre declara que Dominique tiene una excelente salud fisica. Ha padecido en forma muy benigna las enfer- medades infantiles que su hermano y su hermana han tenido agudas. Tolera cualquier alimento y soporta todas las intemperies. Las notas de la escuela dicen también que el nifio era sano psiquica y caracterolégicamente hasta el nacimiento de su hermanita; que entonces tuvo reacciones muy fuer- tes de celos, a los que se atribuyen los desérdenes de su conducta actual. Colocado en una escuela infantil de método activo Montessori, vecina de la casa de los padres, desde muy pronto, antes del nacimiento de su herma- nita, fue bien acogido y cayé bien; pero después de una estancia de dos meses en casa de sus abuelos paternos con motivo del nacimiento de su hermana, la escuela no quiso saber més de él. La madre trat6 mds tarde de meterlo en escuelas maternales, pero ninguna quiso te- nerlo. He aqui los hechos detallados que hago que la madre me precise: Dominique, al volver de su estancia con los abuelos, encontré ocupado su lugar en su propia cuna, donde habfa dormido hasta su partida, en Ja rec4mara de sus padres. Se le puso en una cama de adulto, en la rec4mara de su hermano mayor. No hizo ninguna mani- festacién a este propésito, pero tuvo una fuerte reac- cién de angustia al ver mamar a su hermanita; trataba de PRIMERA SESION 15 arrancarle del seno, no queriendo verla “comerse a ma- m4”, Volvié a ensuciarse. La enuresis no habia cesado pr4cticamente, pero ademds hubo encopresis nocturna y, durante el dia, el nifio se mojaba y defecaba en sus panta- loncitos. Por lo dems es esto precisamente lo que deter- miné que lo devolvieran de la escuela, siendo asi que, antes z su partida, se habfa integrado muy bien en el grupo. A su vuelta, ensuciaba todo, era insoportable, agresivo. Asi, el nifio se quedé en el hogar familiar. El verano siguiente fue con su madre, su hermano y su hermana a casa de sus abuelos maternos (esta vez). F1G. 2. Dibujos estereotipados anteriores al tratamiento. b) Tren fantasma en la feria del Trono. 16 LA HISTORIA CLINICA Alli el verano fue abominable: crisis continuas de opo- sicién, de célera y de rabia, Estas crisis inquietaban a su madre por su importancia; todo el tiempo habfa que pro- tegerlo frente a si mismo y proteger a su hermanita. Periodo de mutismo y de insomnio. Las cosas mejoraron al volver al domicilio de los padres; se quedé en casa y se mostré facil de manejar. A los seis afios legé el mo- mento de meterlo obligatoriamente en la escuela primaria. Alli se muestra extremadamente inestable y sin contacto con los otros, sin ser por lo dem4s agresivo, ensucian- do los cuadernos, volviendo a ensuciarse en los panta- lones cuando ya Ja madre habfa logrado que fuera lim- pio. Es a causa de esta inadaptacién al cabo de algunos meses por lo que la maestra lo envié a consulta, por vez primera, a un hospital parisino, en la consulta de neuro- psiquiatria infantil. Se hicieron al nifio tests psicotécnicos, ex4menes di- versos y un EEG, que no han revelado nada patolégico. El médico prescribié medicamentos que lo excitaron y volvieron dificil, siendo que hasta entonces se habja mostrado inestable, pero décil y gentil. Se decidié en- tonces que una psicoanalista le hiciera una psicoterapia. Siguié este tratamiento durante seis meses, a razén de dos veces por semana. Se descubrieron entonces los viejos celos, que clinicamente no eran ya visibles desde hacia mucho. De ah{ que la madre nos hablara de ello tan bien: en esta época se vio inducida a acordarse de todo lo que pasé y del comportamiento del nifio a la edad de dos afios y medio hasta los tres afios: de todo lo que ella habfa achacado a una fatiga momentdnea debida a los cambios de aire y al crecimiento; porque entonces no puso en relacién directa el trastorno caracterolégico con el nacimiento de la hermana, pues los celos no se dieron a conocer. Gracias a la psicoanalista comprendié y pudo localizar bien, una por una, las etapas por las que habfa pasado su hijo y de fas que hablaba ahora todavia con compasién. Pero se pregunta si era “esto” Centiéndase un tratamiento PRIMERA SESION 17 psicoterapéutico) lo que se necesitaba, porque a fin de cuentas no hubo mejora. El nifio era muy bueno antes del tratamiento y fue bueno después. Se dijo que su nivel Fic. 3. Tipo de modelados estereotipados anteriores al trate miento. La superficie ocupada es muy (40 cm de altura). Desk del wokdiah rodeutaationmaa fords, y oo 18 LA HISTORIA CLINICA mental era bueno. Era un nifio que se expresaba bien. Sencillamente, no era sociable. No le gustaba la escuela. Seguia siendo enurético y no se ocupaba de nada. Sofia- dor y pasivo, rehusaba los contactos, sin molestar a nadie. Después de seis meses de psicoterapia que no aporté mejora alguna, la psicoanalista habia decidido cesar el tratamiento: que las cosas cambiarian poco a poco; que se le asegurara que lo querian tanto como a su hermanita, que se les tratara igualmente y se le mandara de nuevo a la escuela. Y esto es lo que se hizo. Pasé pues a la escuela primaria los dos primeros afios, de 6 a 7 y de 7 a 8 ajios, sin llegar a aprender a leer y sin tener muchos contactos; era bueno y temeroso en exterior; en la escuela se mantenfa a distancia de los otros. En casa era muy “afectuoso” con su hermanita y admi- taba de todo corazén, haciendo eco a la familia, todos sus progresos. La psicoanalista habfa también aconsejado que se le mandara eventualmente, si parecia necesario y después de algun tiempo, al campo en buenas condi- ciones, porque al nifio le gustaban mucho los animales. Recordando este consejo y ante sus fracasos escolares, los padres enviaron a Dominique un afio a casa de sus abue- los paternos, en la regién de Perpignan. Alli veia a los hijos de la tia paterna. Por lo demas debié sentirse muy contento alli y se mostré feliz. Cuando volvié, a los 8 afios, sabfa leer, pero volviéd a encontrar en la casa una hermanita que, a su vez, iba a la escuela y habia hecho progresos en su ausencia: perdié la lectura que habia ad- quirido. La madre se dio cuenta entonces efectivamente, lo declara ahora, de que sufria de celos desde el momento en que ya no estaba solo con ella. La madre se ocupé de él tanto como pudo, acordéndose de los consejos que le dieron, mimdndole cuanto pudo para mostrarle que no preferia a su hermanita. Y sin embargo, la escolaridad no tuvo éxito de nuevo. Y eso que la madre habia en- contrado para él una maestra comprensiva en Ia escuela primaria. Con ésta pudo poco a poco recuperar la lectura y se aferré a esta adquisicién durante cuatro afios, de los PRIMERA SESION 19 8 a los 12, lo que le permitié hundirse en libros de historia y de historietas, sus vinicas lecturas. Su car4cter no ha cambiado desde los 8 afios. Sigue siendo un nifio fécil, salvo por el hecho de que hay que hacerlo todo por él, que es distraido y no cuida de sf en modo alguno; llevado al limite, se olvidaria de comer, de vestirse y de lavarse; no tiene memoria y sigue siendo enurético, lo que resulta muy incémodo. Parece, aun- que no se tiene certidumbre, que la enuresis no fue pro- blema cuando estuvo con la abuela paterna a sus 8 afios, “pero vivia en el campo”. Juega solo contdndose histo- Tias que no se oyen, pero que parecen divertirle mu- cho. Le gusta provocar miedo, se disfraza “de fantasma” con sdbanas, pero no se le hace mucho caso y le des- ilusiona mucho no provocar el miedo que, para darle gusto, se simula a veces. No tiene pesadillas, duerme bien. La cuestién de alimentos no es un problema y pa- rece que jamds lo fue, incluso en la época de su gran perturbacién inicial con mutismo, insomnio e inconti- nencia total. Traga todo lo que su madre pone en su plato, sea lo que fuere, y lo hace distraidamente, pero con limpieza. Su madre dice también que tiene “eso que los doctores Ilaman fobias”, miedos p4nicos. Por ejemplo, miedo a las bicicletas, a las que por nada del mundo se aproxima ni trataria de montarlas; tiene también fobia a los ca- ballitos. Cuando es presa del panico, se aferra a su ma- dre y no se atreve a moverse ni hacia delante ni hacia atrés. Y sin embargo, durante una fiesta en el campo estuvo fascinado por el tren fantasma: extdtico, y de ninguna manera en pdnico. La madre dice también que tiene tics, gestos siempre iguales, sin sentido (¢cudles?), o més bien manias, comportamientos extravagantes. Ciertas cosas no deben cambiar de lugar y hay que meter la ropa interior sucia en el armario, sin lavarla. Le ho- rroriza que pasen por el agua sus calcetines y su ropa interior. Acepta con gusto que se le mude, pero preferiria que se guardara directamente su ropa interior sucia para a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book PRIMERA SESION 23 ningun problema, y luego a Dominique, que fue un nifio muy deseado, aunque més bien esperaban una nifia. De Dominique no tiene nada que decir respecto a su primera infancia. Fue un bebé hermoso, tanto por lo que respecta al peso como a la vitalidad; pero debe “confesar” que lo encontré muy feo, porque era velludo y moreno, como el padre de ella. Lo alimenté al pecho durante un afio, caminé al afio, tuvo muy pronto sus dientes, hablé normalmente, quiz4 incluso un poco pronto; de hecho hablaba ya bastante bien antes del destete. Por el con- trario, ha sido dificil pe la limpieza excrementicia, que el hermano mayor adquirié “en seguida”, de modo que éste casi nunca ensucié sus pafiales. Esto debe ser bas- tante relativo, porque dice que Dominique “volvié a en- suciarse” cuando nacié su hermanita, a los dos afios y medio; lo que quiere decir que ya era limpio antes. La madre habla de un perfodo transitorio de “sucie- dad”, a la que llama “encopresis”, hacia los 20 meses. Reflexionando, puntualiza que fue cuando comenzé a estar encinta de la pequefia. Afiade que Dominique vol- vié a ser limpio cuando lo puso en la escuela Montessori y lo siguié siendo mientras estuvo en casa de_la abuela paterna, adonde lo envio durante su embarazo y el naci- miento de Sylvie. Pero desde que Dominique volvié a la casa, encontrando alli a la hermanita, no solamente ma- nifesté todas las regresiones descritas, sino que, dice atin, exigié que le pusieran pafiales como a su hermanita, que- ria mamar como su hermanita, cosas que ella le satistizo en aquella época por lo demas. Pero esto no arreglé nada. Ademés, perdié casi la palabra. La recuperé poco a poco, el mutismo no duré mucho, a lo sumo un mes. Todo esto le vino a la memoria durante la época del primer trata- miento de Dominique, cuando se Ilamé su atencién sobre el perfodo del nacimiento de Sylvie. La madre afiade que las cosas parecieron cambiar brus- camente algtin tiempo después del nacimiento de la her- mana, a la vuelta de las vacaciones de verano, con oca- sién de mudarse a un departamento més grande. Fue al 24 LA HISTORIA CLINICA Megar a esta nueva casa cuando Dominique habria recu- perado el habla, la buena conducta y la limpieza, con excepcién de Ja limpieza nocturna. Dominique tiene un cardcter igual, no rie nunca, salvo cuando esté solo. Jamés llora, a veces est4 agitado, furioso por cosas que no quiere que se hagan, pero no lo dice. Eso se ve. Ella le conoce bien. Acerca de su marido la sefiora Bel dice que se dedica a “la exportacién industrial” desde el nacimiento de Do- minique. Ella se encuentra extremadamente sola desde que su marido tiene esta ocupacién; “ella es el padre y la madre a la vez”. Su marido est4 en casa, dice, de una manera “muy variable”; nunca se sabe si Iegar4 en la tarde y a veces sale por quince dias o un mes sin previo aviso. No se le debe telefonear a la oficina, porque le molesta. “Al principio me parecié duro todo esto, pero afortunadamente tengo a mis hijos. Como nos entende- mos perfectamente bien, los nifios no ven la diferencia y de hecho no les falta nada, aun cuando el padre no esté presente.” No hay problemas de dinero, porque su marido tiene una situaci6n muy buena. Para darme un ejemplo de su modo de vida me dice: “Ayer en la noche, por ejem- plo, mi marido Ileg6 a media noche, hablamos hasta las dos de la madrugada y se volvié a marchar a las seis de la mafiana con su maleta. Los nifios no lo vieron, y eso que hace quince dias que no volvia a casa”. Otro ejem- plo: “El deciaié que las vacaciones de Pentecostés las pasaria en casa con nosotros. Los nifios se las prometfan muy felices con este proyecto y a las siete de la mafiana tecibié un telefonazo y tuvo que marcharse; su maletin est4 siempre preparado”. Es ingeniero, su oficio reclama entemente su presencia en Alemania, a menudo con cardcter de urgente; est4 siempre listo para salir a cual- quier parte al primer telefonazo. Son dos ingenieros aso- ciados, el otro es un valioso hombre de extraccién humil- de, ingeniero de una gran escuela que da un titulo su- perior al de su marido. Este otro hombre, asi Jo cree ella. PRIMERA SESION 25 es infeliz en su matrimonio; se ha casado con una mujer rica; sus hijos estén en un internado desde pequefios y el hombre no se interesa mds que por su trabajo. El y su marido constituyen una pareja de amigos mds que so- cios de negocio. Pueden confiar enteramente el uno en el otro. “Y sin embargo, mi marido, por mds ocupado que esté, logra arreglar las cosas cuando es necesario: en los momentos de los partos siempre estuvo ahi. Puedo contar con él absolutamente si es necesario. Se queda con los nifios y se ocupa de la casa y, entonces, es muy maternal con ellos. El afio pasado pudimos pasar quince dfas todos juntos de vacaciones, como el afio anterior, que fue la primera vez que pasamos las vacaciones, los nifios y yo, con él, Cuando est4 en casa, mi marido se ocupa de ella; le gusta el jardin, el barco y trabajar en todo. Mi marido quiere a los nifios cuando son bebés, pero no le gusta mucho que los nifios le ayuden porque le gusta hacer un trabajo preciso y que rinda, y los nifios son més bien molestos; y como tiene poco tiempo para estar en casa, no puede ocuparse mucho de ellos ni hablarles mucho; pero para mf que él est al corriente de todo y tiene plena confianza en mf,” Le pregunto cémo se las arregla en sus ausencias. Me dice: “Afortunadamente estoy muy ocupada, tengo a los tres nifios, lo hago todo yo misma, me gusta, y ademés mi hija me ocupa mucho; me ocupo de sus estudios, ella me necesita mucho; y ademés est4 toda la casa. Cierto que en casa no vemos a nadie; tampoco Dominique ve a ningtin hombre fuera de su padre, porque siempre ha tenido maestras en Ja escuela. Una o dos veces al afio nos reciben en casa del ingeniero que trabaja con mi ma- tido, un domingo; Ilevamos al mayor y a Sylvie, pero no a Dominique, porque esto harfa quedar mal a mi marido con la sefiora de su patrén. Los tres nifios admiran mu- cho a su padre, les gusta tomar parte en sus actividades del barco durante las vacaciones, salvo Dominique que, aunque sabe los movimientos de la natacién, tiene miedo al agua; Dominique se queda, pues, jugando en la playa 26 LA HISTORIA CLINICA en un club infantil vigilado, mientras que nosotros nos vamos en el barco con mi marido”. éLos padres de ella y su cardcter? No me dice nada de su madre; dice de su padre que era extremadamente se- vero con ella cuando era joven; en desquite, desde que se casé, “no sabe qué hacer para darme gusto”; pero, advierte, “estoy persuadida de que si hubiera una dife- rencia de opiniones entre mi marido y yo, daria la razén a mi marido, porque mi padre y mi madre han acogido a mi marido mejor que a un hijo, que siempre lamentaron no haber tenido. jMis padres no hubieran querido tener una nifia!” @Sus suegros? Dice que viven en los Pirineos. Su sue- gro es un oficial superior retirado con el que no hay que discutir; siempre tiene razén; pero parece tener mucho corazén. No se entienden bien su marido y el suegro. Cada uno tiene sus ideas y prefieren no hablarse. El ma- rido, Georges, es el Primogénito, tiene actualmente 42 afios. Tuvo una infancia dificil; hijo de oficial, diecisiete mudanzas, estudios aparentemente no muy brillantes, ‘ pero en esa época nadie se ocupaba de eso y, a pesar de las bajas calificaciones, se pasaba de clase en clase, tanto més cuanto que cada afio cambiaba de liceo. Hubo en su familia varios dramas: “E] hermano siguiente a mi ma- rido murié accidentalmente cuando tenfa afio y medio, mi marido tenia entonces 5 afios. El bebé se trag6 una pieza del tren con el que jugaba mi marido”. Su marido - le ha dicho que se acordaba muy bien de todo ello y que esa cuna vacfa le habfa sacudido terriblemente. (Note- mos esto, porque es esa famosa cuna que no ha querido dejar vacia entre sus propios hijos; Paul-Marie no dejo su cuna sino para cedérsela a Dominique; esta cuna vacia en la recdmara conyugal hubiera conmovido demasiado al padre. Si Dominique ocupé sin intervalo el lugar de Paul-Marie, Sylvie ocupé igualmente el lugar de nique, que marché a casa de Ja abuela paterna, sin que se comprara una nueva cama para él antes de este tercer nacimiento. Del mismo modo los nifios no pudieron PRIMERA SESION 27 jugar al tren cuando eran pequefios, a causa del recuerdo y del peligro posible.) “Pero parece que ahora la ansie- dad de mi marido ha pasado, porque, desde hace algunos afios, hay un tren eléctrico en la casa y mi marido ya no parece pensar en los accidentes.” Después de este hermano muerto por accidente tuvo una hermana, siete afios m4s joven que Georges, a la que llaman Monette, casi el mismo sobrenombre que la Sra. Bel. Se casé y vive cerca de sus padres. Tiene cinco nifios; debieron ser seis, pero también alli hubo un drama. Un nifio que nacié con el “mal azul” murié de 6 meses, cuando Dominique estaba all4; y como tiene por principio decir siempre la verdad a sus hijos, contra- riamente a su propia madre que pretende que no hay que decirles la verdad ni sobre la vida ni sobre Ja muerte, la sefiora Bel quiso que Dominique viera a su primito muerto, le explicé cémo lo enterrarian y Ja transforma- cién de los cuerpos en la tierra; esto cuando tenfa 8 afios. En la familia Bel no quedan, pues, més que su marido y su cufiada, dos hijos de cuatro: porque el sefior Bel tuvo un hermano, doce afios mas joven que él, pero des- aparecié en la montafia cuando tenfa 17 afios, el mismo afio de] nacimiento de Dominique. Fue un drama terrible, que la sefiora Bel relata asi: “Salié con su hermana y un hombre joven hacia los Pirineos y, cuando estaban sobre un sendero en el flanco de la montafia, su camarada per- dié un hermoso pufial que se deslizé es los matorrales de la pendiente. Mi cufiado dijo: ‘Lo buscaré y lo reco- braré, contintien ustedes, yo los alcanzaré por un atajo’, y nunca jamds volvieron a verlo. Se pensé que habria sido capturado por un préfugo espafiol o que tendria un ata- que de amnesia; se le buscé en las prisiones espafiolas; durante tres afios sus padres tuvieron atin esperanzas. No se le ha podido declarar muerto, porque creo que hacen falta tres afios para que se pueda declarar muerto a un desaparecido. Fue terrible, era un tormento, yo es- taba encinta de Dominique. Sdlo tres afios mds tarde, en la época en que esperaba a mi hija, se puso una placa a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book PRIMERA SESION 31 cuando era chico, tenia miedo a los ladrones, pueden robar el dinero, pueden robar la plata, gno piensa usted que se pueden llevar muchas cosas? Se calla. Pienso para mi misma: ¢la sala (salle), no seré la “sucia” (sale)?, y digo: O quizd tu hermanita. El: ;Oh!, pero bueno, :cémo es que usted se las sabe todas? Yo: Yo no sé nada de antemano, pero tii me dices cosas con tus palabras y yo escucho con todas mis ganas; eres ti el que sabes lo que te ha sucedido, no yo. Pero juntos podremos quizd comprender. Silencio. Espero largo rato y luego: Yo: En qué piensas? El: Busco qué es lo que marcha mal en la vida. Me gustaria ser como todo el mundo. Por ejemplo, cuando leo varias veces una leccién, al dia siguiente no me la sé. A veces siento que soy mas estipido que los demds, y me digo: esto no marcha, jpero deliro! [la palabra la pronuncia acentuando mucho las tres sflabas separadas y en un tono superagudo}. Yo: Bueno, es verdad que ti deliras. Veo que te das cuenta. Quizd te las das de chiflado para que no te reganen. El: ;Oh, debe ser eso! Pero, scémo lo sabe usted? Yo: No lo sé, pero veo que te has disfrazado de loco o de idiota y no lo eres, puesto que te das cuenta y quie- res cambiar. Vuelve entonces varias veces a hablar de sus obsesio- nes de la tabla de multiplicar. Le digo de una vez por todas que: eso me daba igual, que esos cdlculos para la escuela no eran lo que me interesaba y que no habia venido a verme porque yo fuera una maestra de escuela, sino porque yo era una doctora, para saber si podia dejar de ser loco y hacer entonces, en efecto, como todo el mundo, si es que tenia ganas de hacerlo, en todas partes y no sdlo en la escuela con las cifras. Le digo también: Lo que es importante en la vida no es lo que tt haces con las lecciones, los cuadernos y los 32 LA HISTORIA CLINICA libros de clase, es toda tu manera de ser, de no ser de veras y todo lo que pasa en tu corazén y que no quieres decir. Acabo de ver a tu madre y he hablado con ella. Veré también a tu padre. Entonces le explico —pero, ¢me escucha?— el secreto profesional y que no empren- deremos nada sin el padre, si no sin sus deseos, al menos no sin su autorizacién: ser4 preciso que acepte que Do- minique venga a verme y que busquemos los dos com- prender lo que le impide ser como todo el mundo. Vuelvo a ver a la madre en presencia de Dominique y le digo que lo veré junto con su padre; o bien, si el padre no puede venir al mismo tiempo que ella y su hijo, den- tro de quince dfas, antes de las vacaciones de verano, pido al menos ver al padre solo, incluso el dia y a la hora en que él quiera, hasta en la noche, en mi consul- torio, fuera del centro. Su venida es indispensable. Repito a Dominique delante de su madre que el hecho de que el padre no esté en casa a menudo no quiere decir que no.cuente (sic), que ya sabe que la madre ha actuado siempre de acuerdo a una decisién tomada en comin, Vuelvo a decir, para Dominique, que Ja directora del centro (a la que vio la primera vez), yo misma y su madre quiz4 también, podriamos intentar un trabajo con la sefiora Dolto (yo), pero Gnicamente si el padre est4 de acuerdo. En ese momento Dominique, que visiblemente da la impresién de sentir que ya la cosa no le concierne, quiere marcharse. Va a esperar a su madre a la sala de espera y la sefiora Bel, ya sola conmigo, me pregunta: “Doctora, équé piensa usted del caso?” Al relatar las frases intercambiadas con Dominique se- ramente percibimos —el lector y yo misma— que ha abido contacto; y sin embargo su presentacién lejana, su voz amanerada, su sonrisa helada, su mantenerse a distancia, la ausencia de mirada y de apretén de manos, la ausencia de adiés, esa huida felina o de bebé que se a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 34 LA HISTORIA CL{NICA tamente por esto es por lo que pienso que habria que a» detener esta evolucién hacia la ‘locura’”. Ocho dias después de esta consulta recibimos una carta de la seftora Bel que dice entre otras cosas: “...Confieso que me sacudié profundamente cuando usted me declaré con toda tranquilidad que Dominique estaba loco y que habia que cuidarle como a tal, cuando que desde hace doce afios se contentan con decirnos: va retrasado, pero se arreglaré con paciencia y mucho afecto. Una vez pasado el primer choque, pienso que prefiero su diagnéstico porque, en efecto, responde a muchas cosas que nos inquietaban. No comprendo por qué la comisién de higiene mental que lo examiné durante dos dias no nos dijo eso. Si se nos hubiera dicho: jHay que intentar todo para curarlo, quiz4 se arregle! Pero se nos decia: hay que encontrar una escuela y mantenerlo en casa mientras no moleste. Con el tiempo podré arre- glarse. Lo que puedo decirle es que, desde que la vio a usted, Dominique est4 totalmente transformado en su comportamiento; él, que hasta ahora vivia como extrafio en la casa, pasa ahora su tiempo dedicado a hacerse util, sin que se le pida cosa alguna. Hace Ja casa, arregla me- tédicamente los armarios, se precipita a la cocina para evitarme trabajo en cuanto se da cuenta de que Eta alguna cosa en la mesa; es servicial y gentil de una ma- nera extraordinaria con cada uno de nosotros, no busca sino darnos gusto y est4 atento a cualquier ocasién para ser util en algo. Debo decir que es conmovedor; cuando no lo oigo moverse en su recdmara, subo a ver y lo en- cuentro repitiendo desesperadamente a media voz una tabla de multiplicar que tiene en su manual. jLe gusta- ria tanto alcanzar a su clase! Y me dijo el otro dia, ante todos estos esfuerzos inttiles: “gCrees que podré algin dia legar a trabajar bien?’ Yo le respondi: ‘No te preo- cupes de eso, deja este libro de cAlculo, ya Iegan las grandes vacaciones y la doctora Dolto dijo que no valia PRIMERA SESION 35 la pena fatigarte la cabeza con esto, que no es que seas un burro, sino algo que no marcha en tu cabeza y que quiz4 todo se pueda arreglar...’.” Sigue otra carta inquieta porque no se le dio cita a su marido, que ya est4 totalmente decidido a vernos. Se convoca al padre. El senor Bel, padre de Dominique, viene el 30 de junio con su mujer y su hijo. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book SEGUNDA SESION 39 mandar venir al doctor, que Ileg6 cuando todo habfa aca- bado. Dominique nacié cubierto de vello, parecia como si tuviera cabellos que le legaran hasta los ojos y los pémulos. Tenfa apariencia de mono, observa riendo, y su mujer lo encontré tan feo que él tuvo que levantarle la moral. “Mi hijo mayor Paul-Marie? Adora a los nifios, sobre todo los nifios de las otras familias; pero al fin tiene buen carécter en familia; es holgaz4n, pasivo. Mi mujer dice que no es asi cuando yo no estoy.” “Mi hija? Al contrario, es muy concienzuda para el trabajo; es buena alumna y tiene muchas amigas. Paul- Marie es bastante solitario. Parece, segtin mi mujer, que tiene amigos, pero yo no los conozco. A mf no se confia.” “Dominique no hace amigos facilmente, pero cuando estamos en la playa juega con nifios de 7 a 8 afios.” “eJuega?” “Es decit, son los tinicos de los que no huye, pero prefiere la soledad y se divierte con naderias hablan- do solo. Evita a los otros y nadie lo busca.” Después de esta entrevista el sefior Bel se muestra de acuerdo en que Dominique, a la vuelta de las vacaciones, haga un ensayo de tratamiento psicoterapéutico conmigo. Quiere hacer cuanto sea necesario para su hijo. Pero no tiene mucha esperanza y no se decepcionaré si se le man- tiene, ya, como estd desde hace quince dias, es decir, como un muchacho que parece despertar. De esta entrevista se deduce que el sefior Bel es un hom- bre muy ocupado, que es f4cil vivir con él y que no parece tener mucho sentido de la intimidad con los suyos, pero que es bueno y trabajador. ¢Estar4 fijado a su asociado, patrén y amigo? Tiene una gran estima por su mujer y ningtin agravio contra nadie; pero no podria decir més de él. Sin embargo, le pregunté si crefa que Paul-Marie estaba al corriente de las realidades de la vida desde el punto de vista sexual, desde el punto de vista de las mujeres. Me dijo que habfa tenido recientemente a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book SEGUNDA SESION 43 tos. 20 : 4 = 5 para él significa 4 = 5; pero 20 : 4 no tiene sentido ya o bien su sentido es: 20 es 4. No hay otra relacién entre cifras m4s que sustractiva o aditiva; y a los signos : = X les dice “es”. A mi peticién reiterada a propésito de sus palabras: éLa guerra de Troya? — Es una historia de un barco que entré con muertos para ganar la guerra. — ;Dénde? — No hay respuesta. No se le puede preguntar nada. Propiamente hablando no hay intercambio entre nos- otros. Habla para si mismo, se calla, vuelve a hablar; pero en un mundo en el que, si a veces habla a mi persona (al menos eso creo sentir), yo no puedo encontrarlo, ni encontrar un sentido al sentido literal de sus palabras. Evidentemente esas palabras trascriben otra cosa. As{, hoy en el dispensario (especie de estacién, sala de espera, ventanilla, se paga contra recibo-boleto) se viene por informacién, in-formacién, y se encuentra a una bruja (sefiora Dolto) que habla de tres cracs 0 que cuen- ta embustes* (més tarde diré de su hermana que es un crack). Un crack es un valiente. En resumen, hoy, para mi este crack con mimica de aplastamiento es la tinica dindémica que sea una representacién de imagen del cuer- po formal: ser metido entre mandfbulas demoledoras. Esto debe ser lo que transfiere a mi persona bizarra y valero- sa, como por lo demés a todo esbozo de contacto. Es lo que comprendo de este modo de contacto peligroso que él experimenta en relacién con Ja oralidad. Entre nosotros lo que hay es una interconsumicién, segtin lo que com- prende de las relaciones libidinales. No se da ningtin consejo para las vacaciones, pero entre su madre y yo decidimos volvernos a ver en octubre, decisién que le comunico yo misma. 2Y qué hay de la escolaridad? La madre pregunta qué hacer el afio que viene. Dominique no quiere quedarse a la entrevista y se larga, desliz&ndose, como la ultima vez, sin decir adiés. Aconsejo una clase de perfeccionamiento de la ensefianza primaria, en su barrio; o bien que con- 5 En francés craquer es contar embustes. [T.] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book TERCERA SESION: 18 DE OCTUBRE No hay contacto previo con Ja madre. Tengo que tomar a Dominique de la mano para decidirle a seguirme. Qui- z4 esperaba, como sucedié antes de las vacaciones, a que yo hablara primero al adulto; o bien traduce asi su re- chazo. Llega y se sienta. No me dice que no queria venir, como me escribié su madre, ni que esto le aburria; pero ello se desprende del contexto. Va a decir su angustj de que, si me muestra su descontento, yo me sienta ofén- dida (gquizd lo morderia?). Le recuerdo la decisién de tener entrevistas repetidas cada quincena, en el curso de las cuales me diré todo lo que piensa y los suefios de los que se acuerde, con palabras, dibujos y modelados. Le doy la seguridad del secreto profesional relativo al con- tenido de estas sesiones, secreto al que él no esta sujeto, y espero. , EI tono afectado es el mismo, la voz nasal también y evita igualmente mirarme; pero puedo ofrlo y anotar Jo que dice. Es una niftiita dotada de una fuerza extraordinaria, Fifi Varita de Acero. Tiene mucha fuerza en los brazos. Es rara, chistosa, se acuesta cabeza abajo. Es amable, muy divertida, tiene dos amiguitos en el zoolégico. Son dos tigres que se han escapado. El guardian y después los policias querian recapturar“lo” [ya no son dos], pero Fifi dijo al tigre: “Si ti muerdes, yo te morderé también”. El era temerario, pero no muy valiente... y tenia mucho miedo de ella. Entonces ella le canté: “Erase un pequefio cha-cha-cha” para adularlo y él no se puso muy contento, pero se dejaba adular... Afiade atin algunas otras cosas acerca de esta Fiff Va- 47] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book TERCERA SESION 51 ric. 6, Primer modelado: 3* sesién. a) Fifi Varita de Acero a versién), en negro y rojo; piernas enclenques, sin . b) El es al principio semejante a una paleta de dulce, o a tuna lengua. Acostado. Deshecho y rehecho después, se transforma en la nifita de la figura 7. conocido [?], un caballo pequefio y es mds fuerte que un potro ;Pero ella si que es fuerte! [Contempla su modela- do, el pequefio personaje de 15 cm de alto estd acostado sobre la mesa, sus piernas no lo sostendrian parado.] Obsérvese este modelado y sus caracteristicas nuevas en relacién con la factura estereotipada de los de los dos Ultimos afios. En esta sesién no hago més que escuchar, comprendiendo cuanto me es posible de qué se trataba, es decir, de la transferencia de dependencia hacia mi. Do- minique expresa su miedo a los representantes femeninos a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 55 Pues si, el comienzo del adiestramiento fracasé, pero si se le pone mucho empefo al asunto y se logra, puede que triunfe. El afio que viene podrdé ocupar el lugar de Fic. 8, Modelado del “perro de pastor”: 4° sesién (dimension no anotada), ft PRIMERA FORMA: Un cuarto trasero. Mani- pula la prolongacién de la cola, poniéndola en alto, luego la baja, un cierto numero de v veces, mientras habla, antes de continuar la forma del perro, SEGUNDA FORMA: el perro de pastor entero. El animal esta parado, sdlido sobre sus patas. ler. estado A: hocico hendido y cola con una hinchazén terminal. 2° estado B: hocico acortado sin salida representada y cola terminada en dos puntas, 3er. Estado B’: de la cola, que baja en su totalidad. Patas, dedos y garras muy rea- listas. Obsérvense las orejas, sin hueco auditivo modelado. Los ojos: dos formas de altorrelieve ovoide, el derecho con el eje ma- yor vertical, el izquierdo horizontal. ‘TERCERA FORMA: duerme, le ha quitado los ojos. Le ha seccio- es sake be gabent:s in tare a8 PN collar. El perro sin <<) cabeza se ifica y se com vierte en vaca, a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 59 Fic. 9. (Alrededor de 2.5 cm de altura). pe Ge PRIMER ESTADO: el ndmada; es un maraja. SEGUNDO ESTADO: el ndémada tirando de su vaca (se le Ila ma “sefiorita’). Una masa ce- fdlica, una masa corporal y un sombrero. a) Su vaca cabrita. b) Dos ojos, dos trenzas y una barba que brota y arrastra por el suelo, TERCER ESTADO: 2El hombre malo o el némada agotado? Sélo un ojo, una abertura, hendida en el sombrero, una masa ce- falica achatada, otras dos masas como cubos y una protrusién tordcico-abdominal. Los camellos. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 63 su juego de modelado— de perder la cabeza en el mo- mento de echar a andar. Ahora bien, ¢no es esto lo que ha pasado en la vida de Dominique? Andar es ponerse de pie, postura félica del cuerpo propio en relacién con su soporte, el suelo. Hay confusién entre el hecho de tener un control sensato de su cuarto trasero félico y el de tener los pies calzados con zapatos; de pies de hu- manos cuyo sexo est4 indiferenciado debido al valor f4lico dubitante entre el hombre y los animales, entre el hombre y la mujer. Después esta ese paso del perro a la vaca por la “cola”, perdiendo previamente la cabeza y los ojos. Hay la vaca que suefia que es un buey, buey que, en el suefio de la vaca, suefia que es una vaca. Hay una sospecha, una duda, una incapacidad para escoger el sexo sofiado, es decir, deseado; para saber de qué sexo son las gentes y de qué sexo es él mismo. Si se proyecta en un animal y hace lo mismo conmigo y con la maestra, éde qué sexo somos? Somos sagradas, es decir, “adorables” Cenamoramientos), divinas, fuera de toda referencia a todo deseo sexuado con vistas al matrimonio y al alum- bramiento. Lo que se ve también es que hay descono- cimiento, preclusién® de la cuestién ie la fecundidad de los animales con cuernos, de la castracién de los bue- yes, la cuestién del toro, Ahora bien, Dominique ha vi- vido en el campo, en casa de un criador de animales, su tio, y le gustan mucho los animales a él también. El macho, el toro, dice, es malo. Dominique también se gol- peaba con su cabeza (con sus cuernos) contra su cuna y los muros, y triunfaba de su padre arrebatandole la madre falica lactante, de la que mamaba cuando ya ha- blaba bien. Luego est4 esa historia de la vaca sagrada que viene sin duda de sus lecturas —el buey ‘Apis (con pipf)’? como la barca de Egipto y la guerra de Troya. Visiblemente la identificé6 con la maestra o conmigo, con personas aparte que no eran como 748 tras personas, ni macho ni 6 Véase la nota 7 del capitulo anterior. 7 En francés “Apis” y “& pisse” suenan casi lo mismo. [t.] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 67 lejanas en realidad son pequefias (las ilusiones de pers- pectiva son realidad). En cuanto al tiempo y a las rela- ciones en el tiempo, a Dominique Je gusta mucho la his- toria; lee, segdn parece, relatos histéricos, pero es incapaz de saber lo que es antes y lo que es después, por més preocupado que esté por lo histérico y lo prehistérico. Ya lo veremos también con ocasién de las sesiones si- guientes. Dados estos desconocimientos se capta mejor el sentido de las defensas frente a los peligros de ataque; la fobia de ser mirado, de ver y ser visto: es esto lo que da a Domi- nique su mirada huidiza, que no se fija en uno, que se escapa lateral entre iirpaitoe bajados; y la fobia de ser ofdo y de ofr, que se traduce en caidas de la voz, como si Dominique dijera de pronto un secreto o como si ha- blara desde muy lejos y se acercara de nuevo. Todo esto es fobia de ser cogido, de ser mordido, en suma de ser agredido. Estas dos fobias estén, sin duda, en relacién con la escena primaria entrevista y covivida. Dominique durmié en su cuna en la recdmara de los padres hasta los dos afios y medio (es decir, hasta el nacimiento de Sylvie). Parece haber sido victima del p4nico en forma latente por el temor de ser cogido, mordido, desplazado, separado. Todo esto lo conduce a adoptar comportamien- tos de evitacién, evitacién de encuentros, y provoca en los otros humanos, como en los animales ten espejor), una actitud de molestia y de no-encuentro en relacién con su persona. Jamés corre, tiene miedo de los nifios que corren y de los perros. Toda animacién que se le acerque o a la que él mismo se acerque es sentida como una animacién predadora y despedazante: Dominique significa lo intolerable de esta situacién debida a una persecucién constante por medio de la mimica crénica ue traduce su m4scara de muchacho congelado, reserva- a y con una sonrisa que Je hace aparecer amable. Evita toda iniciativa mediante un comportamiento ingenuo y desarmante de apragmatismo; comportamiento absoluta- mente nulo desde el punto de vista de la eficacia, desde a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 71 tancias de la personalidad cuya organizacién ética, oral anal, es conmovida por el nacimiento de un hermano. emos en Dominique que, por una parte, ha tenido este conflicto de identidad: ya no fue el mismo que antes, el papel que desempefiaba no fue el mismo, puesto que ya no fue el preferido, el protegido y puesto que habia alli otro. Esto corresponde, en la observacién diaria, a los ce- los de un animal doméstico fijado a su amo y que se siente celoso al ver a éste ocuparse de otro objeto. En definitiva es un despojo. Pero, en el ser humano, pasa algo mucho més complicado. El amor que el ser humano, en su persona en curso de estructuracién, dedica a su madre y al entorno es un amor cuya resultante efectiva es una mimica de identificacién, seguida de un proceso de introyeccién. El nifio humano se comporta como ve comportarse a sus mayores de ambos sexos y, cualesquie- ra que sean las personas familiares, estén m4s avanzadas que él en el camino de la vida. Al introyectarlas e incor- pordrselas simbélicamente, se desarrolla conforme al sen- tido de toda dindmica. Con el destete del pecho el nifio renuncia a la incorporacién canfbal, pero en su lugar en- cuentra la introyeccién ligada a Ja asimilacién de los so- nidos y de las imdgenes, proceso simbélico estructurante; y, mediante esta introyeccién, gana los favores del medio ambiente y también un intercambio lingii{stico testimo- nio de su pertenencia. Pero he aqui que aparece mégi camente una hermanita, que se convierte en un valor f4- lico indiscutido, es decir, en un punto de mira para to- dos los miembros de la familia. De acuerdo con su dialéc- tica oral de identificacién y de introyeccién, ser4 preciso qe Dominique Ia introyecte; es decir que para el nifio le 20 o 30 meses se trata de adoptar como comportamien- tos valiosos los comportamientos de este bebé incapaz de hablar y de sustentarse si no es al pecho, de este bebé incontinente que, cosa insélita, tanto alegra a la madre, ordinariamente tan irritada cuando ve sus pantaloncitos sucios, Con Dominique nos encontramos ante un caso de ce- a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 75 lar hizo de esta hermanita el significante falico. A él siempre le dijeron que era feo, que era velludo como un mono y que no se parecia a su padre, sino a su abue- lo materno, el hombre rudo, domador de negros. No hay que olvidar tampoco que la hermanita se llamaba Syl- vie, que la bautizaron Sylvie y que estos dos fonemas —sil-vit—” han sido pronunciados incesantemente ante él desde Ja desaparicién del tio, desaparicién sobrevenida justamente antes del nacimiento de Dominique. Domi- nique durante toda su primera infancia ha escuchado las esperanzas de sus padres: “Si vive, Bernardo, estar4 quiz4 aqui o alld; si vive, se le encontrara”. Dado el papel del lenguaje en un nifio que no tenfa ninguna otra cosa como manifestacién félica de potencia y de cultura, estas dos silabas han debido ser extremadamente importantes para el establecimiento de sus multiples con- fusiones y de su actitud esquizofrénica. No era la be- bita, bajo la forma de nifa pequefia, el tio desapare- cido??? ¢Qué pasé en relacién con el hermano mayor, Paul- Marie, en el momento del nacimiento de Sylvie? ¢Po- dria Dominique haber encontrado un recurso dejéndose ayudar por este hermano mayor o identificdndose con él? Pues bien, no, porque no habia habido relacién real entre los dos hermanos, estos dos fetiches de mam4. La unica relacién que hubiera tenido sentido entre los dos hubiera sido la de agresién reciproca; pero la madre no la hubiera tolerado y el padre tampoco. Y, sin embargo, estoy convencida de que este compafiero de su mismo sexo, dos afios mayor que él y aparentemente sin influen- cia, es el que mds ha contribuido al desarrollo de la re- clusién autista de Dominique. ¢Cudndo comprenderén los padres y los educadores que los hermanos mayores, si por su ubicacién tnicamente desempefian un papel en la estructuracién de los menores que los imitan o in- tentan acogerse a ellos poniéndose en actitud dependien- 19 Véase la nota 14. 20 Véase la p. 79. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book QUINTA SESION 79 hacia pipi en todas partes. Pero hace progresos. En casa siempre ha habido perros. [Es exacto, pero es algo que nadie dijo y que ignoraban en la escuela.] Usted sabe, ya le hablé de un perro de pastor, bueno, es porque me gustan los perros. Siempre hemos tenido perros. Gouki, antes, lo queriamos mucho, era tan afectuoso como Jap. Y un dia tuvimos que dejar que se marchara. El pro- pietario tenia cokers, era cosa de perros y gatos. Yo: Pero, gno habia gatos? El: No, pero se peleaban. Era de esperarse, no sé lo que dijo, pero no hubo mas remedio que deshacerse de él. Lo dimos a una pensién para perros. Creo que hace seis afios. Y mire, durante un momento he pensado mds que en esto. j;Cuando veia un perro, creia que era él aunque no se le pareciese, creia que era él disfrazado de otro perro o incluso de gato! [Sylvie podia, pues, ser, “si vive”, Bernard disfrazado de bebé.] Yo: 2De veras? El: Ah, si, eso, yo la pasé muy triste cuando tenia seis aios, 0 puede que fuera cuando tenia ocho afos [pero sabemos que el desaparecido hermano del padre no fue declarado desaparecido sino a los tres afios de Dominique, y que cuando tenia 8 afios un sobrinito, hermano de Babette, murié casi ante sus ojos, de mal azul, de 6 me- ses; a los 6 afios es cuando Dominique fue remitido por la escuela y fue sometido al primer tratamiento]. Mi abuelo y mi abuela de Meuse es el papd y la mamd a mi mamd. Bueno, pues, en la empleada de correos habia dos muchachitos [¢lapsus?] y yo estaba muy contento-y yo los acariciaba y les hacia cosquillas, como si tuviera un gato, porque precisamente, si hubiera tenido un gato... y luego no lo tuvimos ya. Yo: gUn gato? El: No, un perro. Bueno, yo lo queria mucho. Pero los otros encontraban mejor acariciar a un perro y yo queria un pastor alemdn. Yo: Si? Por qué? El: Porque yo vi toda una familia que [pero Dominique a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book QUINTA SESION 83 muy bajito] durante mucho tiempo. Y luego, jzas!, eso resulta que se llama el sexo del hombre. [Y le pone al hombrecito dos bolas que figuran los pechos; véase el se- gundo estado del modelado.] Yo: No, no es esto a lo que se llama el sexo. Es lo que acabas de poner hace un momento. Esas dos bolas que has puesto son otra cosa; 3 son? Se calla un rato y luego dice: Mamd, durante un tiem- po me interesaba el Panteén. Ya sabe, el Pantedn, donde enterraron a Napoleén, donde hay un hospital, un hospi- tal de la tumba. [Su madre: toda Dios, forma, pechos y muertos. Toda Napoledén, toda enfermera de invélidos, cuidadora de enfermos, su madre que glorifica “la cosa” valor.] Yo: gQué cosa es el hospital de la tumba de Napoleén? éTiene un nombre? El: Si, es un nombre que dice cémo son. Pero no sé mds. [Busca.] Yo: No es el hospital de los Invalidos? El: St, claro, tiene usted razén. Bueno, esto es un in- vdlido. Yo tengo mucha menos gallineria que esto [?]. He hecho un cambio y tengo también un tractor que mama me habia dado. A mi me gusta jugar al granjero. En casa de mis primos me encuentro mds en ambiente, porque es una granja. Ademéds, asi no hay que forzar la imaginacién, porque es de veras. Mi primo no estudia. [Se calla.] Yo: Ah, zcémo asi? 3No va a la escuela? El: Si, tiene 6 afios, o puede que 8, no hace mds que mutltiplicaciones. Pero éstos no son estudios. [Hace un instante él tenfa 8 afios o puede que 6, cuando desapa- recié el perro, alias el primito muerto, un hermano mayor de ested Yo: 3Entonces tu crees que no se llama estudiar a ha- cer multiplicaciones? El: Bueno es que yo, antes [antes de qué?] veia [sic] la palabra estudio para gente mayor, para escuelas de in- genieros. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book QUINTA SESION 87 ella. Ere comme yo feats 7 elias, arm. is Is-7us a, yo no sabia y ademds eso se me hacia raro, como dijo hace un momento [quiere decir las ae Y mamé me decia: “Ven, asi estaré caliente”. Y ademds es agradable. Pero jsabe usted? [baja el tono], ella no quiere cuando papd esté en casa. Es cuando papd no esta. Por- que ella se aburre, gcomprende?; seria mejor si él fuera tendero, porque entonces podria siempre calentarla en su cama. Mamé dice que las nifias deben siempre acostarse con las mujeres, por eso mi hermana se acuesta siempre con mi mamd. 2Sabe?, yo, bueno, todavia tengo ganas de ir a la cama de mamd, pero no sé. Y luego ella dice que los muchachos deben acostarse también siempre con los muchachos, porque cuando uno es grande los hombres se acuestan con los hombres. En Alemania, en su trabajo, papd se acuesta con los sefores y no ve a las seforas. Yo: Y cuando ti hablas de esto con tu hermano, 2qué dice tu hermano? El: jOh, mi hermano se burla de esol; a él las chicas no le interesan [sobreentendido: a mi me interesan]. Y luego a él mamé no se lo pide, por eso puede burlarse @ gusto de todo eso. A mi o que me gusta es viene mi abuela, la madre a mi madre. Porque entonces ella lo escribe todo, el restaurante, el cubierto, el mesero, el menti, escribe todo, todo lo que se hace. Yo, a mi me gusta cuando “mi” [mon, masculino] abuela [il, él] viene. [Alusién a mi que escribo todo lo que dice y a mi que, como “el abuela”, separo al hijo de la madre invasora, perversamente sobreprotectora.] Me gustaria tener un garage." Me gustaria vender gasolina a las gentes. Me gustaria mucho meterles gasolina en su carro. Y luego le dije a maméd: 2Y si papd estuviera aqui, qué diria? Es verdad, mamd tiene razén, pero yo no sé. Siento raro y no sé. Visiblemente hab{a ahi una pregunta dirigida a mi persona. 7 Adviértase la asociacién: poner gasolina, con el coito, el fexgecucondl 7 le tonnilicencts ‘Ste wl gow conte , a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book QUINTA SESION 91 do. Ya he hablado dos veces del secreto profesional y pienso que me tiene plena confianza. PARTE V. LA MADRE SOLA Le digo que he hablado con los dos muchachos y que, en efecto, la ausencia del padre les molesta bastante. Y digo también que el haber uncido forzosamente a Paul- Marie al carro de su hermano Dominique le ha fastidia- do mucho con certeza. “Si, ya lo habia advertido, pero Paul-Marie era tan bueno, jy se trataba de la fraterni- dad!” (Es el lema de la familia, la palabra fraternidad.) Le digo que no pienso que Paul-Marie sea demasiado gazmofio con ella, que su sensibilidad masculina parece absolutamente normal cuando se defiende de ciertas inti- midades con ella; y que quiz4 ella no se da cuenta porque no ha tenido un hermano, del punto de inti- midad en que una madre debe detenerse con respecto a sus hijos. Con un ligero aire picaro de nifia sorprendida en flagrante delito, con un travieso mohin, me dice: “Si, me gusta que vengan a mi cama y no me da pena ninguna mostrarme completamente desnuda delante de ellos, porque pienso que hay que mostrarles a los nifios la verdad, que todo es hermoso”. Le digo: “Pero, ¢sabe Ud. que eso turba quiz4 a los hijos, sobre todo a los muchachos, pero quiz4 incluso a su hija?” Es incapaz de comprender su actitud por lo que respecta a Sylvie. Puesto que los muchachos se re- husan a venir a su cama para calentarla, bueno, peor para ellos, no tiene m4s remedio que aceptarlo. Tanto mejor, si eso no significa que sean anormalmente gaz- mofios; pero por lo que se refiere a la hija, no: “Sylvie contra m{i, usted me comprende, me calienta, pero ella no est4 contenta cuando mi marido est4 en casa, porque, evidentemente, cuando mi marido est4 no hay necesidad de ellos. Y luego, por lo que hace a Dominique, usted a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book SEXTA SESION 95 mi hermana le gusta eso, a ella también le gusta que mamd la mantiene [man-tiene] caliente [sic]. [Esta in correccién sintéctica disimula un lapsus que seria: a mi hermana le gusta como a mamé la manta que calienta en lugar del cényuge. Veremos cémo este sentido resulta con- firmado més tarde. Eso es; Dominique sigue girando en torno a la prohibicién del incesto, que todavia no admite. Recuérdese el némada que tenia una manta y patitas de marmota alrededor del cuello.] Yo: gDe qué me hablas? El: Bueno, de mi hermana que va a la cama de mamé y papa [sic] cuando papd no estd, porque cuando papd éstd en casa mamdé no tiene necesidad de manta para ca- lentarse... jEse es el misterio! jLa nifia se entusiasma por la manta que calienta! Yo: Por la manta que calienta o por mama? El: Bueno, jlas dos! [Se ve que la manta que calienta es el sustituto del cényuge de mam y, para Dominique, la regresi6n imaginaria uterina.] Yo: {Tu hermana sigue acosténdose con tu mam en- tonces? zNo dijo tu mamdé que no se la llevaria mds a su cama? El: Si, pero como ha comprado una manta que calienta, ahora la nifia va por eso. Yo: 2Y ti? [Silencio.] El: gPor qué? 2Cree usted que su sexo puede es- lar? Yo: Eres tt quien lo piensas. Cuéntame tu idea... [Si- lencio.] El: Bueno, pongamos, por ejemplo, un muchacho de 6 07 afios que se ha acostado con su madre, siendo chico, entonces el sexo del bebé se pegd a su madre y ypuede estallar su sexo entonces? Yo: 2T% crees? Pero ti me hablas de un muchacho de 6, 7 afios; es un muchacho ya gande y me dices el sexo del bebé... no he entendido. “El: St, el muchacho no puede entrar en el cuerpo de su madre... Pero puede despegarse de él... {Silencio.] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book SEXTA SESION 99 mano en un solo sexo: esto implica la renuncia a la ilusi6n de la ambisexualidad, la castracién primaria y el problema del valor félico hasta ese lapsus que subraya la problemética del ser y del tener. 2Pertenece este valor flico a los portadores de pene? No pertenece a las mujeres, que hacen y alimentan a los nifios? Ahf reside la angustia de disgustar a una madre todopoderosa Fics. 12 y 13: Modelados de la séptima sesién: varios aspectos de una raya. Los ojos de la primera son un pequefio agujero a uno y otro lado de la cabeza, los de la segunda son bolas y la boca esté desmesuradamente abierta. Fic. 14, “Raya aterrorizante.” Marcas papulosas en el cuer po. Los ojos son con una bola encima, hen a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book SEPTIMA SESION 103 mas complementarias de los sexos sobre las bocas de estos animales. Las aletas del pez con boca pasiva tienen forma glitea. La cola electrizada y electrizante sirve para ex- presar el peligro de contacto con el sexo femenino, boca sexual que electriza el sexo del muchacho. ¢No seran los botones las puntas de los senos y el clitoris? Pero no intento formular ninguna pregunta sobre las semejanzas de los cuerpos. Yo: T% no quieres de corazén a tu hermana y quizd tienes miedo de ella. El: Pero eso no esté bien, hay que amar a su hermana, Es lo menos, mostrar la fraternidad, Yo: Ast es como habla tu mamdé; y puede que tu her mana sea como tu maméd, hay algo que te hace sentir raro en tu cuerpo, en tu sexo, algo como una cola, una corriente que pasa cuando las sientes demasiado cerca de tia tu mamd y tu hermana, debido a su sexo que no esta hecho como el de los hombres y el de los muchachos. El: muy bajito: Le voy a hacer una gran confidencia: bueno, jhe fumado! Es mi compatiero Georges, a cam- bio de Uevarlo a lomos él me da cigarrillos. No sé por qué le gusta que lo Ileve a lomos. El dice que eso le da corriente. ;Si mi madre lo sabe! Mientras que los juegos incestuosos son autorizados por la madre y destruyen un sano narcisismo, é] oculta los juegos homosexuales no incestuosos sin darse cuenta y desplaza sobre una prohibicién menor, la de fumar, el juego masculino prohibido por la madre y prohibido a las mujeres de su familia. No digo nada, estamos sobre el terreno de los juegos prohibidos con la hermana, sus botones, la problemdtica del sexo y de su cola propia y sin duda también con su amigo Georges Proteck y uiz4 los perros de la casa, juegos sexuales en los que él lleva Ja iniciativa. Sus juegos con Georges son clara- mente eréticos, pero claramente tales para ambos y a Dominique lo promueven. Yo tomo nota de la combtclen- cia, pero no intervengo. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book OCTAVA SESION 107 A mi me gusta no estar en casa [gidentificacién con el padre ausente?]. Si uno estd, tienen que fastidiarle a uno; si no se estd, uno es invisible y luego tiene uno medallas, y pastelillos cuando regresa; y luego los nifios estan con- tentos y también mi hermana. A ella le gusta que yo sea el papd que no estd, entonces ella se lleva todos los hijos; es una mutieca [sic] gcomprende?, y luego les da la clase y les permite todo: entonces los nifios pecrecen,* crecen... [se irrita un poco al darse cuenta de que no ha dicho la palabra adecuada]. En fin, dice que el papa tiene autos, amigachos, que esta con los alemanes. :Sabe?, en Alemania tienen muchas medallas. No son gente cual- quiera. Se acuestan en la misma cama. Sélo Hitler tenia el espiritu del mal. Entonces yo decia, juego a papd y ala mamd y me Uamo Georges. Yo: gComo tu padre? El: jElla lo quiere asi! [Hay un aire de justificacién aqui, como si yo le reprochara la usurpacién de un pa- pel.] Ella quiere ser mi mujer y que yo sea su papa. Yo: Es chistoso, porque si tu eres su papd, ella es tu hija y no es tu mujer. E]: Bueno, entonces nos ponemos el nombre de nues- tros papas, yo Georges como mi padre y ella Ninette como mi madre [a menudo también la Ilaman Nénette, o Monette, la hermana de su padre]. A mi me hubiera gustado tener el nombre de mi tio Bobbi, el marido de la hermana de mi padre, pero mi hermana no queria, Luego eran los nombres de los hijos, se ponen los nom- bres de los hijos, los nuestros o bien los de nuestros pri- mos. [Silencio.] El padre tiene otras cosas que hacer que no decir los vestidos; se lo decia, un padre tiene otras cosas que hacer. Y como me hartaba, le decia: “Bueno, toma esto para vestirlos”. 4 [En francés “croivent”, verbo inexistente, pero probable condensacién de “croitre” (crecer) y “créver” (morirse, cer). T.] Tampoco aqui esta incorreccién verbal es un accidente fortuito, porque Dominique tiene un rico vocabulario y habi- tualmente una buena sintaxis. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book NOVENA SESION: 25 DE MAYO [3 semanas después de la precedente] Llegan una vez més con retraso. La madre perdié su tren, pero esperé. El: Voy a tratar de hacer un perro. Me gusta venir aqui. Hay grandes almacenes por la ventana y ademds hay coches. Nosotros también en nuestra calle tenemos todo esto, pero menos que aqui. Y ademds aqui hay gran- des almacenes. Yo: Y ademds aqui es también a mi a quien vienes a ver y tus padres pagan la consulta. Compran-el ver a la sefiora Dolto para curarse. El: Si, también, también me gusta mucho esto. Pero no siempre. Hoy lo queria de veras. Yo: 2No siempre te gusta? :Por qué? El: Porque hay dias que no es tan agradable. Ah, si, tuve un suefo, pero lo olvidé. Hay veces que me dice us- ted cosas asi y entonces me digo: jqué bueno que dijo eso! Yo: Por ejemplo? No responde. Sigue: Y luego, hay cosas... [hace una mimica de desdén, con la boca estirada]. Yo: Hay cosas que no te gusta oir. Como dicen, son duras de tragar, 0 como también dicen, se te quedan en el,estémago y th preferirias no oirlas. El: Bueno, pues, yo, soy testarudo, como alguien que no ha podido hacerlo; y un camarada le dice: “No.hagas eso, porque te sucederd tal o cual cosa’. [Todo esto es una alusién al hecho de haberle yo dado la prohibicién del incesto, significandole que no debfa ir més a acostarse la cama de su madre.] Bueno, él ia al ver a un camarada que tiene suerte y que Wo podidistewerla. jNo fill] . a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book NOVENA SESION . 115 de comer a los peces, mateo), debidos al hecho de haber fumado a escondidas; y al mismo tiempo de las delicias del juego sadomasoquista, o de la fantasia de merecer un castigo sddico, delicias a las que no puede aspirar en una familia en la que Ja madre no regafa, el hermano idem el padre es suave y lejano. Es en casa del abuelo y de te abuela maternos Cpepé y memé) donde la abuela ha- blaba todo el tiempo de domarlo (los negros del abuelo emprendedor eran golpeados en sus cuerpos desnudos). Si se le hubiera domado, decia memé, no se habria vuelto como se volvié ahora. Por otra parte, fue en casa del abuelo y la abuela paternos donde habfa el granero y los juegos prohibidos de la manguera y los permisos que ha- bia que pedir. Todo esto est4 en filigrana en su discurso y en mi escucha. Busca en los abuelos un sostén a su narcisismo masculino anal. Pero, luego de haber hablado de su gusto en dar de comer a los , prosigue. 2Se- ria usted estado [de ordinario habla muy bien], seria usted estado en el leén de Belfort? Se puede saltar den- tro. Yo: Dentro? [Belfort es el lugar donde estudié su ma- dre a su regreso del Africa. “Bel” es su apellido, “fort” (fuerte) = soldados.] E]: Si, se puede salir por la boca y luego se puede salir por detrds. Bueno, es como si se fuera vomitado, como si se fuera caca [es la identificacién del propio cuerpo con una emisién corporal, Apenas rie]. Y luego, zsabe?, debajo del vientre hay una flecha que muestra a la Alemania y que dice: Los alemanes no ‘Gn [ser un objeto parcial oral, anal o félico, que impide el paso a los rivales seducto- res alemanes, grandes, rubios, como los Bel y sin embargo enemigos]. Estaria bueno que las gentes pusieran un ca- non en [sic] su techo [zen su ti?]* y tirasen sobre el ene- migo. Un camarada me conté que un italiano apretaba un botén de una mdquina y eso detenia el motor de los aviones y caian. Hacian esto para los aviones alemanes. Yo: 21% crees? 2 En francés “toit” (techo) y “toi” (i) suenan igual. [r.] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book DECIMA SESION 119 Dominique est4 muy agitado y muy excitado por la muerte del Papa. Cree que yo he ido a Roma para un congreso. En el centro se debié hablar de mi ausencia a la sesién precedente que, prevista para ocho dias después, tuvo que aplazarse dos semanas. Me pregunta si he visto al Papa. Eludo la respuesta. Me pregunta si he visto una estatua de César (no me dice una estatua a caballo): una estatua de César, en que esté muy bonito. Yo: gCémo es? E]: Estd a horcajadas sobre su caballo. Yo: Si, es bonito. [Vemos cémo esta sesién empalma inmediatamente con la precedente: la cercanfa de la es- cena primaria, las fantasfas edipicas quizd, sexuales fali- cas y genitales sin duda.] Vuelve a hablarme del Papa, diciendo que su hermano y su hermana se burlaron de él, porque se burlan de él “cuando cree las cosas” y le dijeron que el Papa habia muerto y que se asomaba a la ventana (le advierto que acabamos de cerrar la ventana) para bendecir a las gen- tes Cesboza el gesto, identificéndose asi con el gesto del Papa). Entonces su hermano y su hermana le dijeron que estaba muerto de veras, pero que un sabio norteameri- cano lo habfa resucitado, “y entonces yo no sabia si tenfa que creerles. Crefa que se burlaban seguramente de mi... no creo que se pueda resucitar a los muertos. Pero en- tonces, ¢qué quiere decir que estuviera enfermo y luego que ya estaba bien otra vez, que de nuevo estaba enfermo y luego que murié, como si se hubiera muerto dos veces?” Le explico la realidad de los hechos histéricos y, pues- to que su madre recomendaba siempre, cuando eran chicos, “decirles siempre la verdad”, pienso que, en efec- to, este nifio tiene necesidad de conocer la realidad. Hubo una mejoria considerable de la salud del Papa, al que se crefa moribundo, y que reaparecié, en efecto, en su bal- cuerpo a cuerpo —el tinico ocurrido en el decurso de este trata- miento— no sea sentido como una tentativa de seduccién. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book DECIMA SESION 127 Ahora bien, sabemos Jo que representa de sexual esta expresién “a caballo” (o a horcajadas) para este nifio que se acostaba en la recdmara de los padres hasta el naci- miento de su hermanita; nifio que tenfa miedo a los ca- ballitos y a las bicicletas. Conocemos sus juegos que con- sisten en llevar a lomos a un camarada para proporcio- narse excitaciones sexuales masturbatorias (una corriente que pasa como en la cola de la raya). Y hay dos momen- tos en que imita, con el tronco muy vertical y los gestos de Ja marcha (por més que siguiera sentado), a los ale- manes (valorizados por la madre) que van a saltar por efecto de las bombas que el padre puso en sus botes de basura. No olvidemos “elmoru”, la palabrota para injuriar a esas mujeres que van de noche al puesto de policfa. La panes en la madre para depositar alli el semen que a dado una hermanita es verdaderamente lo que hace explotar en el nifio la primera estructura; la del hombre- cito salvaje® que se habia vuelto amo de su madre esclava frente al padre, también él vencido hasta el momento en que surgié el testimonio del efecto de la fecundidad pa- terna de sus prerrogativas ecuestres en el lecho conyu- gal. Recuérdese que los alemanes querian “tener todo” para ellos, que el abuelo materno era un hombre que se conducia, diriamos, como racista en Africa y que la ma- dre encontraba todo muy bien en lo que hacian los ale- manes, incluida Ja inteligencia de Hitler, maravillosa, salvo porque estaba consagrada “al espiritu del mal”. Sefialemos también el momento de esta sesién en que Dominique dice: “se” hab{a puesto la capa del abuelo; y este “se” era su hermano. El no era mds que el soldado de su hermano general, pero soldado espfa; la hermana desempefiaba un papel de comparsa pasiva. Ahi tenemos verdaderamente una vista panordmica de lo que, desde hacia 5 afios, constituia la confusién de Dominique, sin puntos de referencia personales, sin puntos de referencia 3 Recuérdese “el sexo del bebé que puede estallar”. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book DECIMA SESION 131 madurez verbal— proviene de que lo ha considerado siem- pte como su compafiero, a quien ella confiaba todo, todos sus pensamientos y todos sus cuidados. Para Dominique, durante este mismo tiempo en que su hermano mayor se congelaba en posiciones estructu- rales preedfpicas pasivas, se derrumbé todo Jo que cons- titufa su mundo y aseguraba su cohesién. Todo se de- rrumbé, hasta las rafces del narcisismo masculino ligado a su esquema Corpor A defecto del padre pocas veces presente, estaba alli Paul-Marie; pero Paul-Marie no po- dia ser el soporte de un pre-yo-ideal. La condicién ne- cesaria para la persona imago de esta instancia es que sea genitalmente dinémica y genitalmente engendradora del ijo que acaba de nacer. Esto quiere decir que debe ser dindémica en su imagen de cuerpo genital y que no sélo debe ser la compafifa elegida de la madre, sino incluso eventualmente fecundadora y en todo caso percibida no sélo como complementaria de la madre sino como inves- tida por la ley de prerrogativas de amo y sefior de Ia casa. As{, pues, Dominique, que buscaba un soporte para su identidad masculina en estructuracién, no encontraba més 7 peligros de desestructuracién. En lugar de un mo- lo que lo sostenga en el genio de su sexo y lo valorice en ese sexo, no encontré mds que a Paul-Marie, mal maestro, adindmico. Traté de encontrar en Bruno, el hijo de la tia paterna y del tio Bobbi, un respondiente a su necesidad de un modelo dindmico. Para sobrevivir Dominique deb{a garantizar a su libido un valor diné- mico minimo. Paul-Marie, el modelo, rival y complemen- to afectivo de la madre, se habia detenido en el falismo anal; Dominique ya no tenia més que el falismo oral, la jerigonza y el lenguaje corporal de su relacién con el mundo que existian antes del nacimiento de Sylvie. Paul-Marie era celibatario por opcién, por el hecho mis- mo de su emparejamiento (nuevo emparejamiento en Ja misma rec4mara), emparejamiento irrisorio comparado con el emparejamiento con la madre. Dominique se con- virtié en “el hermano menor”, cosa extrafia, ena de a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book DECIMA SESION 135 hermano y sin amigo ni recursos. Sus abuelas preferian a Paul-Marie. Pero Dominique se encontré estorbado por su existencia pulsional sin valor reconocido en su cuerpo y en su sexo. Sufrié una completa desnarcisizacién. Su limpieza esfinteriana, tanto como su verbigeracién, no eran el efecto de un control y de un acceso simbélico asu- midos, sino de una dependencia mimica de los ritmos de su madre, en la que vivia el placer anal y el placer oral de la acogida que ella les tia. acogida erotizada para él pero también, por desgracia, para ella. Su seudo- control esfinteriano (relativo por lo demas) estaba sellado de placer real, que amenazaba volverse incestuoso. La ley que encontré Dominique no era en absoluto la pro- hibicién del incesto, ley social. Para él no hubo otra prohibicién que la de ensuciarse y ser libre, en el sentido en que ser libre significa libre de sus ritmos vegetativos expulsivos, libre de sus movimientos, libre de su comba- tividad (como él dice de su hermana y de sus “va y viene” a la escuela y al jardin, cultura y naturaleza). El no podia hacer més que retener el balén (alias pecho de la madre) o fantasearse haciendo el bebé, es decir, como su madre con un balén-bebé en los brazos, después de haberlo tenido en el vientre, teniendo un balén y dando con él vuelta al jardin, no para cambiarlo con otros, sino para atesorarlo en sus brazos.” A partir del momento en que sus frases perdian un sentido personal para Dominique Cque no se sentia ya ser @ para nadie) ya no podia hacer pasar a sus palabras la expresién de las experiencias sensoriales que vivia. Asf, el coito de Jos padres, al que habfa asistido visual y auditivamente, podfa ser interpretado como jue- gos “a horcajadas” y de hostigaciones de la madre “vaca” Grecuérdense las moscas invisibles que hostigaban a la 7 Todos sabemos que esta modalidad del juego de balén —co- m¢ para guardarlo y no poder soltarlo— es el modo infantil lel juego que caracteriza al hijo del hombre de los dos sexos antes del tercer afio y que sale de él Janzando el balén a quien “quiere”, en un juego que es comercio lingiifstico sometido a as. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book DECIMA SESION 143 aspectos. El] sujeto se confronta a ella. Puede decirse que en los tratamientos de ritmo espaciado de sesiones la evo- lucién no va ni més ni menos de prisa que en los trata- mientos de sesiones frecuentes; pero la densidad emocio- nal y significante de cada sesién es mucho més patente que en las sesiones cercanas entre si, En fin, una ventaja ee es la menor sujecién de los padres al tratamiento del niiio y por tanto una menor acentuacién para el su- jeto de los beneficios secundarios regresivos de la enfer- medad y del tratamiento. Se deja una cierta distancia a los padres, se les deja una autonomfa que pueden utilizar ara fines justificadores de sus criticas y sus resistencias. ES cierto que un tratamiento que implica una frustracién bastante grande del sujeto pone muchas cartas en manos del analista en el trabajo de Ja transferencia, y esto bien vale la dificultad acrecentada que implica para el psico- analista, que debe estar particularmente presente a todo lo que se expresa, disponible para escuchar lo que no comprende y para retenerlo, para percibir répidamente y aceptar comprendiendo su valor pulsional positivo las expresiones de las resistencias. En cuanto a la interpre- tacién o a la intervencién con valor interpretativo, parece necesaria casi en cada sesién, mientras que en los trata- mientos de ritmo més frecuente generalmente es ms rara: la inutilidad de la intervencién en cada sesién proviene entonces, por una parte, de que el sujeto tiene tiempo, no estando bajo la presién de Jas pulsiones inconscientes tanto como en las sesiones espaciadas, de desarrollar las articulaciones entre sus asociaciones y de captar (pre- consciente y a menudo conscientemente) por si mismo sus resonancias transferenciales, remitiéndolas a su ori- gen; por otra parte, se abordan los puntos nodales de los conflictos, en general, de acuerdo con un tempo mucho més lento. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book UNDECIMA SESION 147 sirve para nada. Afado que es la ultima sesién de este afio escolar y que espero que nos volveremos a ver al a clases, haga lo que haga: escuela o aprendi- zaje. Después, lo escucho: El: Este verano, como ya le dije, vamos a Saint-Ra- phaél, mi padre vendrd quince dias y después nos dejard y vendré a buscarnos. A mi me gustaria ir a trabajar en una granja; me aburre un poco quedarme en Saint-Ra- phaél cuando mi padre no esté alli con mi madre, mi hermano y mi hermana. Preferiria marcharme de nuevo como mi padre e ir con mi primo a la granja. Me gusta como oficio la granja... Pienso en dos oficios y no sé cudl escoger todavia, granjero o mecdnico de garage, ocu- parse de los autos, lavarlos, repararlos, dar gasolina. Es casi como ocuparse del ganado; me gusta. [Se calla... luego prosigue:] Vea, no me extrafia que mi madre le haya dicho eso de mi padre. El nunca me lo ha dicho de veras a mi, pero yo pensaba que él pensaba que no sirve para nada que venga aqui, porque esto cuesta dinero, esabe? Yo antes también pensaba que esto no servia para nada, pero ahora pienso que si sirve y mucho. Es una lata para papd que esto cueste caro y luego también para mamd. Le resulta latoso tener que acompafarme. Ella dice que yo no sabria venir solo, pero no es cierto, yo si sabria, Pero ella lo dice y usted sabe, las madres... y ademéds ella esté muy contenta con venir a Paris. Yo: Te lo ha dicho ella? E]: No, lo veo yo. Es mi hermana la que no esté con- tenta, dice que se hace demasiado por mi, y mi hermano dice que yo seré siempre un cretino. Yo: gY th qué piensas? El: Yo? Que esto marcha, estoy muy contento. En la escuela ahora comprendo todo. Los otros, me es igual que me den lata, no les presto atencién... 2Qué me importan los golpes o las piernas rasgufiadas? jNo soy una nial Y luego, con los amigos se divierte uno mucho. Me entiendo bien con mi hermano y también con mi pa- dre. Mi hermano es el gran maestro del disfraz. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book UNDECIMA SESION 153 Yo: jQué buena caca haria! [Otra vez aparenta no haber ofdo, vuelve a abrir el hombrecillo con destreza, en- cuentra todos los érganos, los mueve delicadamente y saca el l4piz amarillo que habia puesto alli en el fondo, al principio, sin haber dicho una palabra al respecto.] Yo: Ese amarillo es amarillo claro como la caca de los bebés, como la caca de tu hermanita cuando mamé la cambiaba. El: Si, y ella regaba todo con su pipi!... [Continia su juego y dice:] Yo habia creido que era un remache. .. [EI clitoris de la hermana? Resultante de una asociacién de la posicién de la mujer durante el coito con la posicién del bebé nifia, su hermana, a cuyos cuidados, cuando chips, él asistia.] Pero resulta que era la percha la que estaba encima del vientre del enfermo y el paraguas cayé encima, no dentro. ;Qué bueno que me di cuenta...! [Cierra todo y dice:] Bien, ya se murid, jqué desahogo! [Amasija el modelado y lo mete en el cajén correspon- diente y me dice adiés.] Hacemos una cita para la vuelta de las vacaciones. Al salir, Dominique interroga ansioso a su madre en mi presencia: —2Volveré todavia después de las vacaciones? —Claro que si, mientras sea necesario. —Bueno, entonces, hasta la vista sefiora Dolto. ¢Qué decir de esta ultima sesién del afio escolar, sino que su estilo est4 Ileno de ingenio, que es a la vez una techifla de los médicos, del falso poder del saber, una ad- miracién de la cirugia, pero también una especie de re- capitulacién de lo que le ha pasado a é] mismo con la apariencia de una desviacién simiesca, la expresién de un sadomasoquismo todavia prefiado que puede representar el bastén amarillo puesto al comienzo en el vientre del hombrecillo? Al principio no dijo nada de él; no lo retiré sino después, como si hubiera advertido con retraso un acto fallido. Ahora bien, era visible que sélo gracias a este bastén el hombrecillo permanecfa parado después a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book DUODECIMA SESION: FIN DE OCTUBRE Al regreso de las vacaciones Dominique no se presenté a su cita. A la pregunta de la trabajadora social (edebe- rian reservarsele las citas siguientes?) la madre escribié el 10 de octubre anunciando su visita para la semana siguiente, visita que seria la ultima de acuerdo con los deseos de su marido. Habiendo superado el resultado ya obtenido la esperanza que podia ponerse en la psicote- rapia, le parecia ampliamente suficiente. Cito extractos de esta carta: “Este verano nos quedamos dos meses en Saint- Raphaél. No pudo, pues, ir a la granja de su tio. Domi- nique estuvo perfectamente feliz y adaptado. Mientras que los otros afios buscaba la compafifa de los pequefiines de 3 a 5 afios mAximo, este verano jugé con nifios de 12 a 13 afios que salian del 7° y 8° grados y todo marché bien. Los padres, lejos de ahuyentarlo, con el desdén que solfan mostrar los otros afios, como a un retrasado (asimilado a un monstruo contagioso) me han hecho cumplidos porque este gran muchacho de 15 aiios era tan amable y paciente y tenia una imaginacién extraor- dinaria para hacer jugar a los mds jévenes que él. {No se dieron cuenta de su retraso! Es la primera vez que sucede esto. Sélo notamos un comportamiento anormal: habiéndole Ievado los padres de sus amigos al cine, le di un billete de 5 francos a Dominique para que pagara su boleto. Bruscamente, a mitad de la pelicula, dijo a la sefiora: ‘No pagué mi boleto’, a Jo que ella Je respondié: ‘No importa, ya veremos al salir’. El no comprendié que los padres habian pagado su entrada y se sintié culpable de ocupar un lugar sin pagar; a la salida, viendo que nadie iba a pagar la entrada, se desliz6 hasta la taquilla [157] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 162 LA HISTORIA CLiNICA cidente, era él quien habia tratado de zafar el tornillo, pero al fin fue un rebaito de carneros lo que los obligé a todos a pararse. Entonces se vio a un muchacho que besaba a una muchacha y entonces todos dijeron, estd loco, hay que matarlo como a un perro, porque ellos pen- saban y los alemanes que las chicas, las mujeres no eran cosa buena, [Silencio. ..] Fernandel, en una pelicula, en- contré a la hermana de su companero, una muchacha muy decente, y la consentia y la consolaba porque el otro se habia marchado y luego hay uno que se le viene encima. [Avanza el dedo hacia la raiz de mi nariz.] Mi padre hace asi, pone ojos espantosos cuando se hace una ton- teria y yo, usted sabe, hago muchas tonterias, Entonces se le echa a uno encima asi y al dia siguiente se habia convertido en un loco. [Se calla. ..] Yo: Pienso que todo eso son historias importantes acer- ca de tu manera de pensar, diferente de la de tu padre y de tus abuelos. Puede que el que ha enviado al otro con los alemanes seas tt a tu nacimiento, todo se mezcla con tu papd, puesto que tu padre encontré su colocacién en ese momento y tu madre pensaba todo el tiempo en él, que la habia dejado. Y quizé crees que tu interés por las mu- chachas no esté bien porque tu padre no se interesa por las mujeres, o asi te parece al menos. Y, sin embargo, le ha hecho hijos a tu madre. .. [Luego me callo y él tam- bién. Parece no tener nada mds que decir. Miro la hora: el tiempo previsto para la entrevista ha terminado. Se lo digo.] El: jEspere! Antes de marcharme le voy a hacer las dos cajas de conserva. [Lo que, en efecto, realiza a toda velocidad, abriendo el bote y metiendo trozos de pasta de modelar y cerrandolos. Son dos rubios en picadillo.] Yo: [le digo riendo:] Tu padre y tu hermano. Rie con ganas y se levanta. Lo acompaiio a la sala de espera para despedirme de ellos. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book DUODECIMA SESION 167 disponer de la propia autonomfa es lo unico que puede llegar a proporcionarle ésta. Mediante la conquista personal de los medios pecu- niarios de subsistencia —resultantes a su vez de sublima- ciones culturales— Dominique podra escapar a las prohi- biciones del desarrollo, impuestas por su propia depen- dencia pecuniaria respecto de su padre; éste no fue va- lidamente reconocido por su propio padre, con el que, siendo el tinico hijo en vida de tres habidos, no pudo entenderse y fue un traumatizado de infancia y juven- tud: padre desnarcisizado y esposo maternante de una esposa infantil. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 172 LA RELAULON DE LOS DOS HERMANOS y hermanas permiten desplazamientos sobre estos tltimos de las relaciones con los progenitores, compensaciones emocionales de incestos fantaseados 0 incluso a veces rea- les, ligados a relaciones fraternas falsamente aseguran- tes, pero de hecho traumatizantes; al abrigo de tales com- pensaciones, lo evitado son las relaciones con los padres sanamente angustiantes, que debian conducir al afronta- miento de las pulsiones de vida y de muerte y a la cas- tracién edipica, a la escena primitiva: nédulo de la fun- cién simbélica humanizante centrada en la ética del deseo, cuyas lineas de fuerza inconscientes son la cohe- sién del narcisismo fundamental. Hasta el advenimiento de su hermana menor Paul- Marie, el primogénito, y Dominique, su hermano menor, rivalizaban en su habla y su conducta frente a su madre. A partir del nacimiento de Sylvie van a cesar todas sus telaciones de intercambio interpersonal, incluso sus re- laciones especulares reciprocas. Su torneo ya no es espec- téculo para nadie. El deseo de eclipsarse mutuamente para quedar cada uno como unico vencedor y contem- plado en el campo visual de la madre no tiene ya objeto. Este deseo es precluido porque nunca fue reconocido por ellos ni reconocido como valido por ella. Se trataba de una “gesta” verbal en que el duelo, aparentemente pa- cifico, ocurria entre dos “hablantes” que se expresaban lo mas perfectamente posible, haciendo eco a la madre.* 1 Hay que advertir que en el gran numero de palabras del vocabulario de esta familia no hay palabra para designar el sexo, Jas asentaderas ni la pelvis: sexo y trasero no Jlevan mds que un solo nombre para los adultos (que se muestran desnudos) tanto como para los nifios: es el “popé”, sin siquiera los calificativos corrientes diferenciadores de grande y pre La propia madre no pensé nunca que hubiera otra palabra que sexo, bra que no se atreve a decir; pero se muestra desnuda y mira a sus hijos desnudos sin pensar en erotismo alguno; para ella esta palabra es neutra, podria decirse geogréfica; sexo para ella significa el lugar instrumental de las relaciones necesarias para la reproduccién. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 176 LA RELACION DE LOS DOS HERMANOS existencia de Paul-Marie.? Padre anterior a la escena primitiva (a una representacién mental de las relaciones sexuales de los progenitores) y que provocé una amenaza de desestructuracién en Paul-Marie, cuyas posiciones li- bidinales uretrales eréctiles (al menos antes de la puber- tad) no habjan sido conquistadas ni valorizadas de acuer- do con el progenitor. A Dominique no le queda més que una seguridad: respetar a su hermano mayor, evitando siempre los contactos con él. Lo respeta como sombra neu- tra, anatémicamente provisto de un excedente carnal en el “popé” como él, que lo distingue de Sylvie, pero cas- trado desde el punto de vista de los valores, casi tan débil como él. La palma del valor se Ja lleva la hermanita, con su “popd” sin pene. Y la abuela con sus ritos magicos; y el tio desaparecido, fantasma idealizado. Al mismo tiempo Paul-Marie es para Dominique un representante de la buena vida de otros tiempos. Ha co- nocido la antecatdstrofe, la era anterior a Ja era de Sylvie. Y ademas Paul-Marie ha sido delegado por la madre para maternar a Dominique en su nombre, es ella quien lo ordena. Y el juego de Dominique va a consistir en sus- traerse a esta tutela y al mismo tiempo explotar esta situa- cién para paralizar, ridiculizar y desvalorizar a su hermano mayor a los ojos de la madre y del entorno social. Podria pensarse que esto habria podido salvar la situacién si el hermano mayor hubiera reaccionado agresivamente a es- tos eclipses fisicos, a los extravios fisicos, psiquicos y ver- bales, en gran parte estratagemas de guerra, de Domini- que." Pero estos dos hermanos que jamds se pelearon como 2 Es la razén por la cual a los nifios no les gusta ver las fotos de sus padres cuando eran nifios antes de haber alcanzado la edad de la preadolescencia, mientras que la familia se complace en confrontar las fotos de los nifios con las de sus ascendientes de la misma edad. 3 De ahi el peligro en familia de denigrar las reacciones agre- sivas o de falta de interés de los mayores por los menores; peligro a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Y EL PAPEL PERVERTIDOR DEL YO-IDEAL 183 masculinos, mds que a su tio Bobbi, el criador de ganado, el marido de su tia materna, y el joven hijo de éste. En cuanto al patronimico, es sobre todo en la persona del tio desaparecido donde es valorizado por toda la familia; este tio cuya muerte, que ha hecho que se le idealice, es contemporanea de los ultimos meses de la vida fetal de Dominique, este tio desaparecido por haber buscado un arma viril que se le habia cafdo a su camarada, el novio de su hermana. Se comprende cémo la estructura paranoica pasiva y delirante se ha instalado en Dominique y cémo a su pri- mera palabra verdadera: “creo que me ha ocurrido algo de veras”, mi respuesta enteramente espont4nea: “que te ha hecho que no seas de veras”, haya legado directa- mente al corazén. £] habia vivido hechos que, inheren- tes a su edad y a su cuerpo en desarrollo, en ausencia de palabras, nunca ofdas, no habfan recibido valor y sentido humanizantes. Esta ausencia de decir Jo dejé en el mis- terio de las sensaciones insensatas, en la incégnita de las fuerzas instintivas no reconocidas como tales por el en- torno en una no-limitacién a los deseos. El incesto enlo- quecedor se ofrecia sin otras barreras que las que todo hombre lleva en si y que justamente hacen de d un psi- cépata, un solitario, précticamente impotente social més que delincuente. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Y TRANSFERENCIA EN EL PSICOANALISIS 191 posible lo que percibimos de ellos, cuando estd claro para nosgtros.mismos, por el mismo hecho estructuramos un campo de comunicacién. La reaccién estereotipada o la no-teaccién aparente de un ser humano en presencia de otro no es en absoluto significante de una no-recepcién perceptiva; mds bien es significante de su anulacién ac- tiva. Es asi como el psicético expresa el efecto sentido por él de su encuentro con nosotros; la dominante pasiva o la fuga activa provienen de la sacudida de su habito por el despertar que hemos provocado de las pulsiones de muerte en él. Aquel a quien llamamos psicético se conduce de ma- nera prudencial frente a una presencia humana —la del psicoanalista— insdlita y repetitivamente atenta a él. Mas tarde o més temprano, después de varios encuentros, el sicético manifiesta una modificacién cualquiera de su ha- Fito que, para el psicoanalista, es significante. Esta mo- dificaci6n perceptible es comienzo de lenguaje dirigido a nuestra persona, que ha sido integrada en el campo de la percepcién: preludio de una posible comunicacién. El psicético reconoce nuestra persona en cuanto se reconoce a si mismo frente a nosotros, que permanecemos seme- jantes de sesién a sesién. Nuestra presencia ya no es para él totalmente insélita ni extrafia; se ha vuelto par- ticular. La transferencia se esboza sobre un fondo de nar- cisismo alertado, en que deseo y pulsiones de muerte se enfrentan dramdticamente. La atencién* del analista, 2 Las pulsiones*de muerte, referidas a las emociones arcaicas orales, provocan la fobia de contacto y la angustia de fragmenta- cién. Pas pulsiones de muerte referidas a las emociones arcaicas anales y uretrales provocan compulsiones obsesivas, ideativas y verbales, de rechazo ignominioso 0 motoras de contenido verifi- cador, escatolégicas, conjuratorias o blasfematorias. Las pulsiones de muerte referidas a las emociones genitales provocan angus- tias de enfermedades incurables, de mutilacién sexual, de rapto, de violacién, de asesinato. La angustia ante la inminencia de la reali- zacién de las fantasfas susodichas frente al objeto de la transfe- rencia y viceversa es una de las manifestaciones de la situacién analitica. s 3 Se dice del analista que tiene una atencién “flotante”; hay a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 196 ENCUENTRO, COMUNICACION INTERHUMANA a la concepcién, a la gravidez y a la existencia de este nifio, Trata de comprender lo que constituye el equili- brio narcisista actual de la madre, sus relaciones con el genitor del nifto o la relacién que este nifio tiene, para ella, con fantasias edipicas remanentes; o incluso también la relacién de este narcisismo de la madre con una situa- cién actual diffcil debida a la realidad de las cosas. En una palabra, el psicoanalista busca, en su entrevista con la madre, cémo suscitar que hable de todo lo que puede provocar en el nifio, proveniente de su relacién con el mundo a través de su madre, una intensificacién indu- cida de sus pulsiones de muerte, mds que actitudes a priori o respuestas que serian estimulos para mantener sus pulsiones de vida. Y sin embargo el psicoanalista atiende al nifio en sf mismo, en su deseo existente de sujeto enteramente re- ceptivo, pero avocado a la autonom{ia; por medio de su saber teérico y clinico acerca de los estados mds precoces de la libido, trata de esclarecer, mediante palabras direc- tamente dirigidas a este sujeto todavia infans y que la madre * puede y debe ofr al mismo tiempo que el nifio, lo que él expresa mediante estos sintomas que han pro- . vocado Ja angustia de los padres y el recurso a un tercero, el psicoanalista. El psicoanalista reconoce as{ en este bebé al sujeto de un deseo dependiente de las interfe- rencias energéticas libidinales, familiares y parentales. Lo reconoce como alguien que, a causa de su dependencia a la vez somatica y emocional, perceptiva y receptiva, se ha vuelto un detector de una comunicacién perturba- dora Hay psicoanalistas para quienes el recién nacido y el nifio pequefio no son significantes sino del deseo de sus dres, al menos eso he comprendido. Por mi parte, si jen pienso que el deseo de los padres induce a su nifio por sheen de lenguaje, pienso también que todo ser hu- « También el padre, si esté presente; si no lo estd, el psico- analista debe hacerlo presente en palabras, refiritndose a 4, més allé de su ausencia en la entrevista. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 202 ENCUENTRO, COMUNICACION INTERHUMANA cohesivo del grupo familiar, del que depende su super- vivencia todavia y por largo tiempo. La familia en la que crece le informa acerca de s{ mismo y del mundo. Es nece- sario que se convierta en un elemento parlante, pasivo o activo, de los deseos y de las necesidades de los sujetos que le son més cercanos y cuya ética es una resultante inconsciente de los complejos pulsionales de cada uno, re- estructurados por las interacciones e influencias de los aue de hecho desempefian el papel de detentadores del poder. Los adultos son y permanecen siempre mds 0 menos sometidos, m4s o menos condicionados, dig4moslo: més © menos enajenados a su verdad impresiva y expresiva fundamental. Cudntas veces ofmos a adultos decir de un nifio: “no dice o no hace més que tonterias” (es decir, cosas desprovistas de sentido para mf, adulto), mientras que el nifio, al contrario, por todos sus com ientos y decires, est4 hablando en plata y actuando auténtica- mente, animado por su deseo Cinconsciente) todavia no totalmente comprometido (antes del Edipo), en la iden- tificaci6n con un elemento social responsable. No lo Ile- gar4 a ser sino mediante la integracién de la ley que el paso por la llama de la angustia de castracién edfpica Cen la que se consume impotente la incandescencia del deseo genital filial) ligaré, en su libido et. a la pro- hibicién del incesto. Se sabe, por ejemplo, que los adul- tos no tienen ya la posibilidad de pronunciar todos los fonemas de que es capaz la garganta humana en la in- fancia; la imagen inconsciente de su laringe unida a la de su ofdo se ha vuelto incapaz de emitir, y a menudo de ofr también, sonidos que no han sido validados en el intercambio lingiifstico con el grupo, intercambio sig- nigicativo primero por la madre, después por Ja familia, a través de los fonemas de la lengua materha. Y lo mis- mo pasa con el incesto. El adulto consciente es incapaz de cumplir un deseo genital filial. Todos los seres humanos son, pues, inconscientemente, por su adaptacién lingiifstica en el sentido amplio del a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 206 ENCUENTRO, COMUNICACION INTERHUMANA coanalitico con psicéticos. El psicoandlisis de los psicé- ticos debe aplicarse al estudio de fragmentos de fantasias, a veces a sus huellas en Jas fallas inconscientes del len- guaje hablado, en las contradicciones entre los actos y la expresién mimica del rostro o gestual del cuerpo. La aten- cién del psicoanalista debe localizar, mediante una fina observacién, toda erotizacién arcaica o desplazada, oral, anal o genital, en fragmentos del soma: zonas erégenas, érganos o sistemas de érganos, que hablan o gritan su deseo desconocible en el conjunto no coherente de la persona; localizar el sentido perturbado, enclavado, distor- sionado que este erotismo ha adquirido en relacién con el conjunto. Una tal percepcién recurre, en el curso del encuentro psicoanalitico, a huellas diferidas o difractadas en dibujos o modelados ejecutados para el analista, con- juntamente o no con un discurso asociativo en momentos en que el psicoanalizado se expresa a la persona del psico- analista: expresién que no siempre se situa en el curso de los encuentros efectivos, sino que a veces consiste en mensajes entre sesiones, silenciosas o parlanchinas. EI propio psicoandlisis del psicoanalista lo ha prepa- rado, al menos por lo que a él respecta, para esta tarea, lo que le permite estar atento al otro por si mismo y a través de su sola historia. Para el psicoanalista estos frag- mentos esparcidos, estas huellas & fantasfas, hacen pre- sente, del lado del psicoanalizado, pero también del lado del psicoanalista, el fenémeno del encuentro, sea del en- cuentro con cualquier persona, sea del encuentro con esta otra persona electiva con quien el psicoanalizado experimenta de nuevo las emociones de su pasado; y tenemos entonces ahi el fenédmeno de la transferencia. Pero no hay verdaderamente “encuentro”, en el sentido de un reconocimiento de lenguaje humano entre psico- analizado y psicoanalista, sino en el momento en que el psicoanalista descifra el sentido inconsciente, derivativo o creador, de la vivencia emocional del analizado: lo que, incluso para el sujeto que la ha dado, est4 en parte o totalmente velado. En cuanto a lo que dice el psicoana- a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 210 ENCUENTRO, COMUNICACION INTERHUMANA habfa ofdo y de que lo habia comprendido, todo esto tuvo el efecto de una escucha nueva, el efecto del en- cuentro, el efecto de que el silencio de mi escucha estaba lleno de sentido, ese sentido del que él habla: “Ruido, tuido y luego, de un golpe, el silencio completo, tal que se Iria ofr una mosca volar, eso es lo que me gusta”. Efecto de silencio a varias voces, después del ruido de las palabras, asociado sin duda al recuerdo del coito de los padres en su recémara que ocupaba Dominique cuan- do era chico, es decir, el silencio del encuentro creador en la angustia de las moscas que arrebataban la quietud a las vacas lecheras (su madre y yo); significante también quiz4 de los celos persecutorios del testigo que yo era y en el cual los recuerdos infantiles de Dominique se pro- yectaban: yo, testigo auditivo y visual de su comporta- miento consigo mismo, mediante el cual Dominique hacia pee una especie de cuerpo a cuerpo constante, revivido en muda fantasia, de manera autista y estézil. Pero este encuentro segufa situdndome entre las per- sonas muy peligrosas; puesto que su entorno me recono- cia validez, debia ser yo semejante a los otros y estar en connivencia con ellos. También debia estar contaminada por esta incomprensién y esta reprobacién que su entorno mostraba frente a su angustia, quiero decir, por ese hé- bito sintomatico que hacfa de él un segregado. Por eso, la transferencia fue también muy ambivalente en la confian- za y la desconfianza hasta la cuarta sesién. Poco a poco, por efectos de encuentro de sentido y cias a mi escucha en la transferencia, vine a su peri- eria, cohesiva, cercana, pero exterior a él, que se volvia a su vez cohesivo, no fragmentado por mf en quien, sin cuerpo a cuerpo, se miraba, en quien él med{a el espacio expresivo dentro del cual podia en adelante situarse, refe- rirse y comunicar (conmigo) sin peligro de ser devorado o destruido por un deseo (el mio) que proyectaba a Ja manera del suyo, mutilador can‘bal. Es asi como, en la transferencia, el psicoanalista se vuelve el simbolo de Ja cohesién de la persona en proceso a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Y TRANSFERENCIA EN EL PSICOANALISIS 215 En el curso del desarrollo del ser humano hay muta- ciones erdticas debidas a la vez al desarrollo fisiolégico del cuerpo y a las experiencias imaginarias y sobre todo a las percepciones sensoriales no verbalizadas que el nifio ha debido asumir. Su simbolizacién, necesaria para que estas experiencias sean superadas, depende en parte de las palabras y de las reacciones emocionales de los adul- tos, de la confirmacién o la reprobacién contempordneas del valor ético de las expresiones libidinales que el nifio da a lo que piensa, lo que ve, lo que hace o que ve hacer. Las personas de los padres a las que inevitable- mente busca identificarse, en cuanto representantes en cuerpos adultos de si mismo en proceso de devenir adul- to, son particularmente importantes. Asi, a través del fenémeno del encuentro, tal como se produce entre un psicoanalizado y su psicoanalista en la relacién de trans- ferencia, es a si mismo, en cuanto sujeto situado en otra parte que no es su cuerpo e inform4ndolo, a quien reco- bra el sujeto: gracias a la relacién de transferencia y a través del prisma de una historicidad compartida con los seres vivos del mismo grupo humano, familiar y social, libidinalmente catectizado en relacién con el falo, es decir, en relacién con lo indiscutiblemente valioso. Es por esto por lo que en cada caso todas las personas que han contribuido a definir la estructura del sujeto le parecen, por su deseo, intrincadas al suyo en cuanto causas de sus dificultades. Los sentimientos de malestar y de culpabilidad buscan responsables, si no culpables. Entre el piblico no informado acerca del psicoanilisis, o no lo bastante informado, se emiten opiniones atin del énero siguiente: a causa de eso se volvié asi, con pa- res como éstos,.., etc. Ahora bien, no siempre son los acontecimientos de la realidad ni el comportamiento educativo de los padres, excepcionales o insignificantes, los que son Ja causa verdadera de los trastornos psicéticos o neuréticos. Se trata de una dialéctica. Que las persona- lidades del entorno parental o educador hayan estado o estén atin inconformes con una seudonormalidad que no a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Y¥ TRANSFERENCIA EN EL PSICOANALISIS. 219 de la informacién, en un momento nodal del desarrollo libidinal en el curso de la estructuracién o de la evolu- cién del sujeto, de su ideal del yo por un yo-ideal, que se hizo presente a través de una instancia educadora de lenguaje mistificador, pervertido, o de lenguaje ausente. El ideal del yo no guardado ni confirmado por una ética genitalmente orientada en el sentido masculino o feme- nino del esquema corporal, conforme al espacio-tiempo actual, en cada momento del esquema corporal experi- mentado de] sujeto, lo descentra de la palabra y lo en- trega como magicamente a las pulsiones de muerte y a la dislocacién de la imagen de un cuerpo que ha “perdido el rostro”: el rostro, lugar del vinculo simbélico del cuerpo de un ser humano y de su palabra. Diria pues, para concluir, que es evidente que todas estas reflexiones no las hice durante el tiempo en que trabajé y tuve los encuentros con Dominique. Todas las reflexiones que fui anotando en el curso de este caso y las que acabo de consignar igualmente son debidas a la relectura de las sesiones, anotadas por mi palabra por palabra 0 poco menos y cuyos modelados fueron esque- matizados por mi mientras iban siendo ejecutados en sus estadios sucesivos, registrados asi por mf. He reflexionado después en todas estas sesiones, al irlas transcribiendo. He reflexionado sobre el sentido de lo que Dominique manifestaba, tanto por sus dichos como por sus expresio- nes graficas y pldsticas y por medio de la corriente mo- dulada de su comunicacién transferencial. Yo, toda ojos, toda ofdos, toda presente en su encuentro, sentia que era el resonador de su verdad, que se comunicaba con él a través de mi, su psicoanalista. No es verdad que yo haya comprendido su sentido en el momento. Yo escu- chaba, registraba, “ello” reaccionaba en mf espontdnea- mente. Cuando creia comprender, hablaba de acuerdo con lo que comprendfa. Que lo haya comprendido mejor después es verdad en una cierta medida. Sea como fuere, como se ve, es un trabajo de dos en el que los dos estdbamos comprometidos, y, por el testimonio que de a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book NEUROSIS Y PSICOSIS 231 deras del vocabulario deben decirse a los nifios al respecto de su anatomfa genital, es porque estas palabras pro- nunciadas por la madre, iniciadora en el lenguaje y que ha proporcionado hasta aqu{ las palabras concernientes al cuerpo, palabras de adulto, dan a la vez sentido y valor humanizados a la regién fundadora de su femineidad, tegién de sensaciones subjetivas precisas, pero de fun- cionamiento atin incognoscible. Los nifios inteligentes desde la edad de tres afios sienten gran curiosidad por su sexo, tan particularmente emocionante y tan cercano aun para ellos de Ja dereliccién de los funcionamientos excrementicios en su valor ético actual. Los nifios con- fiados hacen siempre preguntas sobre esta regién mis- teriosa a la que intuitivamente sienten que le esta reser- vado en el porvenir un papel muy importante, pero que lo es més atin desde que descubrieron la diferencia de sexos (que primero percibieron como diferente modo de orinar, parados los varoncitos y sentadas o en cuclillas las nifias). ¢Por qué? ¢Para qué sirve? Quieren saber el destino futuro de este cuerpo, de este sexo, y si los muchachos son semejantes a su padre cuando era nifio y si todos los muchachos al crecer se vuelven hombres. ¢Es bonito? ¢Es pues cosa buena el sexo? ¢Serdn también mujeres las nifias cuando crezcan, tendrén un busto como el que se les ve a la mamé y a las demds mujeres? Todas estas palabras de informacién que responden a las preguntas de los nifios facilitan su interés por la re- gién genital, considerada por ellos hasta entonces como una regién anatémica dedicada al alivio expulsivo de sus necesidades. Su nombre, su apariencia vestimentaria es asi la senal a la vez de ellos mismos tal como se conocen y de un objeto para los dems. Su existencia como nifio o nifia no ha sido decidida solamente por lo que dicen el papd o la mamé para satisfacer sus deseos. Es la misma constitucién del cuerpo del nifio que ha tipificado a los padres su sexo. Es una verdad ligada al sujeto indisociable, de su cuerpo y el nifio est4 incons- a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 240 APENDICE sistas, si el padre y la madre, que representan en el hogar a los adultos que han alcanzado el nivel aparente de la comunicacién genital y creadora, son de hecho inmadu- ros, fébicos, obsesivos 0 histéricos. La presencia en el ho- gar del nino edipico tiene probabilidades de despertar en ellos una libido reprimida homosexual y narcisista: una libido cotidianamente reprimida desde sus posiciones ge- nitales a posiciones pregenitales. Los nifios de tales padres entran en fase de latencia fisiolégica hacia los 9 afos no ufanos de su sexo sino como seres neutros, poco sexua- dos; y ser4 en la pubertad cuando se planteen serios pro- blemas, desembocando en una neurosis tanto mas inhibi- dora de la genitalidad cuanto mayor sea el éxito escolar® que satisface a los padres, acaparando la libido de un nifio ya no disponible para tratar a otros jévenes, a los que teme y huye, dejéndose absorber por la masturbacién y la angustia de castracién edfpica a ella asociada porque las fantasias que la acompafian apuntan a la conquista de objetos imaginarios o inaccesibles, sustitutos enmasca- rados de los padres. Se trata de casos en que el ideal del yo esta perver- tido por la persistencia del yo-ideal edipico, representado ya sea por uno de los progenitores, por el estilo de vida proporcionado como modelo por los padres o incluso por las expresiones moralizadoras de los padres que rempla- zan totalmente la elaboracidn personal de los juicios éticos. EI sentimiento de culpabilidad oprime al narcisismo. Este ideal del yo pervertido no puede focalizar las pul- siones de los estadios erégenos arcaicos, como tampeco las pulsiones del estadio genital actual. Todas las pulsiones 3 Se trata de un éxito por fijacién obsesiva a los resultados competitivos nada més, sin verdadera abertura a Ia cultura. La fijacisn homosexual o heterosexual a los profesores impone a un nifio no decaer ante ellos; el nifio se vuelve indiferente a todos los otros intereses de su edad, acaparado por la escolaridad, angus- tiado por sus fracasos que su narcisimo herido experimenta como no-satisfaccién del deseo de! maestro, al que el suyo se identifica. El exceso de tensién que lo habita puede determinar un estado depresivo crénico. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 248 APENDICE adulto curado de su psicosis encuentre un apoyo auxiliar en la sociedad de su grupo familiar o de un grupo social de transicién. La sociedad de un pais de los llamados desarrollados no est4 atin bien equipada, desgraciada- mente, para este género de pedagogia escolar tardia o de entrenamiento laboral sin diplomas de lo que serian ca- paces nifios y adolescentes que han pasado, sin poder aprovecharla por culpa de la psicosis, la edad de la esco- laridad o de la formacién profesional, o adultos que, por culpa de una descompensacién psicética, han perdido su trabajo. Todavia hay que atenerse a soluciones indivi- duales, costosas y reservadas a los sectores privilegiados de la sociedad. CONCLUSION: ¢SE PUEDE ESPERAR UNA PROFILAXIA DE LAS NEUROSIS Y DE LAS PSICOSIS INFANTILES? Todo esto aboga en favor del desarrollo del psicoandlisis del diagnéstico precoz de los pediatras, mucho antes de los tres aios, de los nifios que, ignordndolo su familia, estén ya inadaptados a la vida en sociedad de sus coe- td4neos y a los que, ingres4ndolos en una escuela ma- ternal, no se haria mds que agravar sus dificultades, si no ha sido precedido y acompanado por una psicoterapia psicoanalitica de los padres y del niiio. Hay que ocuparse también de descubrir antes de los 8 afios a los nifios aparentemente sin trastornos, bien adaptados intelectualmente a la escolaridad, pero retra- sados sexuales y afectivos: el buen nivel escolar e intelec- tual de un nifio o de un adolescente, nunca lo repetire- mos bastante, no es un criterio de salud afectiva ni mental ni moral. El mal nivel escolar e intelectual tam- poco es un criterio de neurosis, aunque por los senti- mientos de inferioridad y de fracaso social que a veces rovoca pueda favorecer la inadaptacién pasiva o la de- incuencia en la adolescencia. _ El retraso escolar de un nifio afectivamente sano, ma- nualmente habil y que se desenvuelve bien en sociedad, a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 252 APENDICE sino de analizar y no tanto de recuperar su impotencia instrumental aparente. El porvenir de nifios asi descono- cidos en su valor de sujetos humanos, de nifios “adies- trados” a un comportamiento escolar y profesional des- viado de su deseo libidinal auténomo, este porvenir es sombrio. Llegados a adultos, serén ciudadanos, conce- birén hijos de carne de los que no se hardn responsables, aun cuando su trabajo les permita sobrevivir. Su pro- nitura, nacida de padres que han sido desde su in- ancia impedidos de asumir humana y libremente sus deseos y su insercién en la sociedad, estaré condenada al fracaso. Los responsables de la seguridad pretendidamen- te social y de la educacién supuestamente nacional, ¢pien- san en esto en la euforia actual de la “ayuda” a la in- fancia desadaptada? Se nos canta a todas horas que en Francia nacen 75 nifios desadaptados por dia, cuando zen realidad se trata de nifios que (salvo los casos de en- fermos fisiolégicos por enfermedad neonatal, jy aun esos...!) serén traumatizados precoces en la funcién simbélica del deseo y cuya inadaptacién ser4 el modo de adaptacién simbélica a padres inconscientemente muti- lados, angustiados y traumatizados. Los métodos de tra- tamiento y de pretendida higiene alimenticia, maternal, pediatrica y escolar que se les impone les afaden prue- bas que contrarian la estructura emocional del pequefio ser humano en curso de crecimiento; él o ella, seres esencialmente de Jenguaje, son indisociables sin riesgo vital simbélico primero de su nombre y su apellido, des- pués de su madre, de su padre y de la fratria sean cuales fueren, hasta los 8 afios 0, en su defecto, del medio nutri- cio primordial anterior a la aparicién de la autonomia hasta los 5 afios; por lo menos y, si en este momento se muestra necesaria una separacién, tendria que quedarse en el mismo medio educativo tutelar desde los 5 afios hasta la pubertad. Deberia haber guarderias en todos los lugares de tra- bajo de las madres, donde ellas pudieran dar de mamar y ver a sus hijos durante la jornada hasta la edad de Uno de los principales aspectos por los cuales este trabajo es digno de interés es su exhaustividad integral. Francoise Dolto, psicoanalista miembro de la escuela freudiana de Paris y dedicada especialmente al psicoandlisis de los nifios, registré con absoluta fidelidad el total de los incidentes de este andlisis e integré un expediente completo, caso rarisimo en la historia de las publicaciones psicoanaliticas. Gracias a él asistimos al emocionante espectaculo de un adolescente extraviado en un universo sin sefiales —incluso las de espacio y tiempo-— y que, en el desierto de las palabras, busca un indicio a través del cual reencontrar su orden. El acontecimiento no puede ser mas sorprendente: el joven, que al.comienzo del tratamiento era apenas una especie de personaje abstracto, casi un fantasma, y para el cual lo imaginario es la Unica ley, acepta progresivamente una realidad en la cual fundara su comportamiento y encontrara a la vez el sentido del trabajo intelectual. De un nifio en el cual la inadaptacidn y la segregacién “objetiva” funcionaban como la solucién dolorosa de un problema familiar, se desprende un individuo dafado pero tolerante y que se acepta finalmente como hijo de sus origenes. Esta obra nos muestra intacto el hilo del discurso analitico y ofrece completo el! material que acompafid la relacion de transferencia a todo lo largo de un psicoandilisis. Francoise Dolto pertenece al grupo de distinguidos investigadores franceses que han abierto el campo del psicoanalisis a aquellos que han llamado “inadaptados precoces”. Ha publicado un gran numero de articulos y comunicaciones relativos tanto a las dificultades de la primera infancia como a las incidencias femeninas de la sexualidad. Es también autora de Psicoandlisis y pediatria, En el juego del deseo, Seminario de psicoandlisis de nihos en 3 vols. y Autobiografia de un psicoanalista. ISBN 968-23- 1840-8 ee, ill 9"789682"31

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