You are on page 1of 8
ENRIQUE Ill CIRIANI PRACTICA DE LA PIEZA URBANA MI PEQUENA UTOPIA La siguiente es la transcripcién de una conferencia pronunciada por Enrique Ciriani en la Galeria EL Arsenal, en Paris, el 30 de marzo de 1994. Se publica transcrita del francés al espaiiol por una gentil concesién del arquitecto Ciriani, quien asimismo ha tenido la gentileza de revisar el texto. Es extremadamente dffll para un arquitecto que produce realizar una sintesis sobre la ciudad. He decidido por eso mas bien hacetlos participes de una actited, un entusiasme, una equefia utopia. Para pensar 0 proyectar la ciudad, ‘es necesatio estar animado por una utopfa. La utopia co- mo una idea que subyace a todo proyecto. No pienso que Se plieda hacer un proyecto que conciena a una ciudad diciendo: “Oh! Esta vez voy a haoer wn....". Esta utopia de- bee ser al menos toda una pe- quefa utopia... No una cosa tan importants que uno se asombre... imaginando se- dguirla... sino tal que se tenga la impresién que antes de mo- uno pueda realizarla. Yo ‘oreo que de esta manera uno puedo aprehender el futu- TO... ahora Me ha sido posible vivir durante algunos instantes mi ciudad utépica, Esto ocurris la mafiana del 14 de julio de 1989. Caminabamos yo y mi hija sobre ol oje de la expla- nada de los invalidos, en el bello centro de un espacio ur- bano totalmente diiatado, completamente abierto, pero magnii- camente bian contenido. El of y blanco de los monumentos reflejaban ol sol, Estabamos rodéados de.gen- tes de todos los paises, que habla- ban todas las lenguas; algunos ha- ban pasado la noche balo las estre- llas, sobre el césped, compartiendo tun mismo sentimiento: el placer de festejar el Bioentenario de la Revolu- ‘in Francesa, Sin saberlo, ventan de vivir concretamente la idea del espa- cio de la libertad... Supe en ese mo- mento que uno no puede tener una teoria proestablecida de la ciudad ‘que no seaila de realzar, aunque fue~ se parcialmente, este espacio de fa Ii- bertad... Los afios setenta, con inicio los grandes concursos nacionales, die~ Ton la oportunidad @ muchos arqui- ARKINKA tectos de canalizar hacia la ciudad la energia liberada por los sucesos del 68. A todos los males del urbanismo salvaje se les aplicaria los buenos hechos de la arquitectura urbana. Vvimos hoy dia sus consecuencias. Eramos un pufiado a comienzos de 4s afios setenta; a fines de esa déca- dda éramos ya una hermosa mayoria; durante los afios ochenta, habiamos desaparecidol Las imagenes que voy a mostrar- les, en un orden casi cronolégico, re- presentan un recorrida. proyectual que oscila entre la aceptacién de la ciudad tradicional (aquelia en la que fl espacio exterior norma la organi- zacién de lo construido), y una idea de la ciudad arquitectura, una suerte de volumen susceptible de crear de nuevo relaciones de confrontacién con la naturaleza: la oludad-artefac- to. Este balance representa una vo- luntad de desplazar tos limites, y sigo animado por un gran apetto de trans formaci6n, un optimismo imperece- dero, y una fidelidad creyente en la nocién de progreso. La ciudad sigue siendo para mi el lugar ideal det ~asombrarse humano. Pienso que sin algunas palabras de introduccién nos sera dificil de se- guir hoy dia ol recorrido de alguien ue no ha hecho sino.su trabajo, pe- 'o haciéndolo integramente, completamente, todo el tier: POu Sugiero entonces que vea- mos ciertas imagenes. La primera imagen que voy a presentaries representa para. mi lo que fue et inicio de mi conciencia de arquitecto yen- do a trabajar la ciudad. Es un proyecto no realizado, una ciudad en Dunquerque, al Norte de Francia, es decit ‘una regién muy plana: En au- sencia de una geometria sig- nificativa, ha sido necesaro teferirse a cosas fundamen- tales, como por ejemplo la ft ura de la cludad. Los egip- Glos representan la cludad de dos maneras: sea por medio de un cuadrado seccionado or una cruz, @s decir cuatro equefios cuadrados: una Feticula. Sea por medio de un ‘circulo con un punto en el medio: fa ciudad radiocon- céntrica. Estos. dos jeroglifos repre- sentan la idea de ciudad . Para aque- llo que concieme a la relacién con el espacio urbano exterior, no se ha sa- bido hacer mejor... Cualquier otra al- tomativa depends de la geografia. En Dunquerque, la idea es la si guiente. Siendo un terreno plano, pa~ Ta tener un punto de vista hay que celevarse..... En un terreno plano, una equefia casa puede ccultar todo un paisaje! Pensamos entonces que pa~ fa lograr esa reticula, uno podia ha- cer una especie de portico, una suer- te de cuerpo construido que permitie- ra apropiarse de la ciudad. Penséba- mos que es por tanto a través de lo visual que uno puede apropiarse de la ciudad. No se llega a apropiaria st uno no la ha comprendido primera vi- sualmente. Entonces, primero uno NUMERO 72/ UMA NOVIEMBRE 2001 subs, y ese portico sinve de hilo con- ductor que irga la gran extension det terreno, 10 cruza y.lo incompora ~fre- cuentemente atravesandolo, como tun puente- con elementos existen- tes: construcciones agricolas, peque- fias estructuras frontales, ramiletes de arboles.... sin molestarto. Al mis- mo tiempo, este elemento permite engancharie a todo el rededor el sis- tema, la armadura urbana. Era un periodo de gran optimis= mo. Se pensaba que‘era posibie talat on ol territorio los elementos ca- paces de estructurar por consiguien- te la cludad. Es evidento que este gran reconido, este gran paseo so- breelevado habria sido, aun antes de fa llegada de la cluded, un part- co que prefigurara esta ciudad, marcando el tertitrio como un celemento-paisaje, fando clara- mente el modo ‘de produccién urbana: una voluntad de califica- cién territorial. Hay entones esta primera intervencién, Dunquer- que, fos afios 74-75... Poco después, en 1975, hu- bo el concurso de isle d’Abeau. Estos concurses fueron hechos en un periodo realmente’ muy optimista:... En isle: d’Abeau, respondiendo a un coneurso:en una nueva. cludad, queriamos aprender, comprender, conocer el concepto de fimite en una ciu- dad; saber si uno podia estable- cer un limite entre el sector agra- tio, el paisaje y la ciudad, y que entre esto limite y el terreno del que disponiamos, se establecie- +a una segunda linea, paralela a la primera, reagrupando los grandes equipamiento urbanos, se permitiera asi ala ciudad de- sarrollarse entre las:dos lineas... Grosso: modo, es asi como expresdbamos dos elementos: una primera linea, que determin -l limite de la ciudad y, entre el limite de la ciudad y suniicieo, un relleno tun poco mas abierto. Son temas que uno siente recutrentes, porque son temas importantes, temias.que deter- iminan una idea de tale mite més alld de la cual la extensi6n urbana ya no es posible... Nos hemos pragtin- ‘ado como puede uno aproximarse-a ase limite, cémo ese limite puede re- presentar’ una nueva._monumentali dad urbana. He alli entoncas un pro- yyecto que acta sobre el terrtorio por interaccién entre lo urbano y ol espa- cio natural abierto. E! Pont du Gard 6s una imagen que me obsesiona desde o} primer dia que la vi: esa presencia civiliza- dora det hombre en et espacio, en el NUMERO 72/ LIMA NOVIEMBRE 2001 ‘campo, en el paisaje... La capaci= dad que tiene esa forma fisica de transformar la naturaleza, de hacer que esta naturaleza, con el elemen- to del Pont, sea diez veces mas in- teresante que sin él... Esta imagen esté inscrita en mi, y su impresin ra guiado un pensamiento en el que @ edificio, et proyecto o la ciudad son arguitectura, tinicamente arqui- tectura, una forma a la escala del te- ritorio... ‘dems de esta imagen fuerte det Pont du Gard, hay algunas obsesio- ‘Res personales que uno puede, so- bre todo hoy dia, describ faciimente, El hecho, por ejamplo, que uno pus- da muy fécilmente trasponer, encus- dar... que a abstraccién més grande que el hombre sea capaz de hacer sea una paralela at suelo, y que por este acontecimiento, el espacio esté calificado muy claramente, puesto violentamente en valor... Estamos en presencia de una nueva riqueza, de una. armonia familar, contempord- nea: el espacio esta modificado en su densidad misma... ‘Son entoness estos elementos los ‘que de una cierta manera se desfizan ‘en mi trabajo sobre lo urbano. Paro uno esta también consclente de la importancia de los sistemas de circulacion, sobre todo en tanto que responsables, frecuentemente, de la forma urbana, Es en este sentido que ensamos que una de los mas gran- des logros de la Carta de Atenas ~de Su difusion— se refiere a aquello que Gesigna a las cosas que se nombra- ban: circular, habitar, trabajar, cultivar ‘el cuerpo y el espiritu, etc, Es gracias a.ello que se ha producido un progre= 80 con relacién a la Carta misma. Las redes de transporte, las redes de citculacién, son objeto de una gran unanimidad, porque el sistema ‘econémico las beneficia inmediata- mente, y se puede entonces prefabri- ‘car los elementos que tienen que ha- ‘cer con la circulacidn, el paisaje, con ‘el hecho de desplazarse. Es con ocasién del concurso de Evry que la idea del transporte fue mejor inlegrada al proyecto. En Evry esta cuestion estaba en la base del programa del concurso, un po- 60 como esa magnifica imagen del ‘errocanil en la ciudad lineal espa- fiola... La idea era un poco hacer Jo mismo, hacer un edifiolo-cludad lineal. Evry corresponde a las preocupa- ciones de una generacién... Habia esta gran insatisfaccién frente al ‘urbanismo funcional que prevale- fa, ese urbanismo que se llama, para simplifcar, «salvaje, que hos daba fa sensacién de la nece- ssidad de recaliicar lo urbano, para tuna reflexion sobre la monumenta- lidad, He ahi el espacio de esa ciudad t- neal... Es un espacio gobemado por una cota magica: aquella de Cincuenta metros més alld de los cuales los bomberos exigian tal cantidad de cosas que und no po- da constrir, Una forma cuadrada, de cincuenta por cincuenta me- ‘ros, completamente conformada por edificios, Ese

You might also like