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Capítulo I. ¿Qué es el capitalismo?

Dobb, Maurice.
Capitalismo, crecimiento económico
y subdesarrollo.
Ed. Oikos - Tau.
España, 1975. Págs. 11 -- 23.
1

¿QUÉ ES EL CAPITALISMO?

El capitalismo es algo de lo que todo el mundo habla .


.
hoy' en día, ya pertenezca a la derecha o a la izquierda;
además es un término que se emplea en diferentes sentidos
originando como resultado no poca confución y agrias con-
troversias. Incluso existen algunos que niegan que se le
pueda dar en absoluto un significado preciso (éstos son
probablemente una minoría, compuesta principalmente por
los que suponen que una buena forma de defender un sis-
-tema de sus críticos consiste en negar que se le pueda
llamar sistema); incluso otros, cosa que sorprende, hablan
de capitalismo como si fuera algo existente en el pasado:
un corLjunto de cosas que han dejado de existir o, al menos,
que hoy ya están en proceso de transformación.
Empezar este libro con una tediosa discusión sobre de-
finiciones, sería invitar al lector a que lo dejara en el pñ~.'
mer párrafo; no pretendo entrar en tal discusión, pero al
mismo tiempo no puedo abstenerme de decir (espero que
en tan pocas palabras como sea posible) lo que voy a en~
tender por el término «capitalismo»; estoy seguro que si
me abstuviera de hacerla, muchos lectores, sino la mayo-
ría, me lo achacarían. Me va a ser fácil definido, ya que
la definición que vaya dar es la que ha sido de uso co-
mún en el movimiento socialista y obrero mundial a par-
tirdel. último siglo, y creo que es el sentido que le dan.
la gran mayoría de los que se sirven del término. Al capi-
talismo.lo entiendo comQJJJ).~j~tf2ma ._~n_~~LJJJltLJQ~.tJ:!~~tIll:
mentas y lltens.ilios, J~s~sot!"tl~tllr~S.. yJQ.§.$tQQk$ ..0
de,"bif2Jl~S -.
-~Q!_1!l~QJQ_delo§_Gouale~ .S.f2..:rt?~liz~ .1élp;rac1ucción -el. ca pi-
tat~~!l-_.lJJ!~.Péll~Qrél -=:. sOIl pl.~c1Q}::rli:I!élIlt~m~J:!ted~prQP.i~-
da.el p!iYéldí,L o..in.QLvid!!éll-CélqlJ,í, inc111ic1oslos particulares
.0

unidos como propietarios


o. o conjuntos hajo la forma de una .0

sociedad anónima o compañía mercantil, en donde la pro-


12 MAURlCE DOBB

piedad de cada individuo está separadamente singulari-


zada bajo la forma de acciones). Esto se describe más hol-
gadamente como un sistema de «empresa privada». En un
lenguaje un poco más técnico, Marx lo llamó modo de pro-
ducción, en el cual los medios de producción pertenecen
a lbs capitalistas que constituyen una clase distinta en la
.

sociedad.
Debe sefialarse que esta última forma de definirlo aña-
de algo que faltaba en nuestra descripción más general del
capitalismo como sistema de propiedad privada; no es in-
concebible una sociedad en la cual todo el mundo sea un
propietario individual, y algo muy parecido a esto ha exis-
tido -en diversos tiempos y lugares bajo la forma de comu-
nidades de pequeños agricultores o 'artesanos. Aquí no
existe una separación entre el ccCapitaln y el «Trabajo», y
por lo tanto ningún conflicto Capital- Trabajo, ya que el
propietario de los utensilios de producción (y/0 de la tie-
rra) trabaja, al mismo tiempo, para sí mismo. Recrear esta
sociedad ha sido, en realidad, el propósito de muchos uto-
pistas, algunos inocentemente, otros como decepción po-
lítica, como por ejemplo la charla tory de nuestros días
sobr~ «la democracia en la propiedad». Evidentemente tal
cosa es sólo posible en sociedades cuyos instrumentos de
producción sean primitivos y en pequeña esqlla. En laso::- .'
ciedad moderna, con su costosa.y elaborada técnica,ycou
P:rQC~sos ..PIQdl1G.tiYQ.~._.d~~jDJrinQada oo..IDec.anizaci611~.y .'0..
es.pe:-
cializ;ación,.~s.. impo~iple oqlle.. ca.da... hombre..lleve. por sí
mism.o. suproP!O .P:ro~~s{)p!°<:Illcti va.
Pantjp-iGi~:rJa.PI'Qg.ll~cióIl. ~s 11e2~sélJ:i{)capit~L ~n gra.n
~~.Q~la~encélP-tidades fuera, del alcance c1~cllalqlliera. que
l!QPQ~e.a.Ya.aGulllula.ga. un<:tpueIJ.a. suma (o al menos esté
en...Una posición social y económica. para. atr.aer a otros
Q(;lpitélU~tas. a. qlle entrenen.saciedad.conél; como todo
el mundo sabe, nadie presta a la persona
.
que no tiene
nada).
Lo que hemos dicho en el último párrafo es una acla-
ración de que._enJg,-_s_Q.Qiegé!g:rI1odeI'!l:~llIl sist~:rI1fl.".g~ pro-
.
ID-edsHL..miY.é!flél..de.JQsIl1~clioscle .praducci6n, implica ne:-
ce.sadameute, al mismo tiempo, una concentr~ción de la
¿ QUÉ ES EL CAPITALISMO? 13

propiedad relativamente en unas pocas manos; el hecho de


esta concentrac1.ón implica, a su vez, su contrario, la caren-
cia de propiedad por parte de otros, en realidad la mayoría
de la población. De esta forma, unos tienen, y,Qt:rosJraha-
,jan para aquellos que tienen - en realidad están obligados
a ello -, ya que no teniendo propiedad alguna y carecien-
do de acceso a los medios de producción, no poseen otros
medios de vida. Ésta es la base del llamado conflicto entre
el Capital y el Trabajo; en realidad es un conflicto o lucha
de intereses básicos entre las dos clases principales en que
se divide la sociedad capitalista; en términos generales, en-
tre los capitalistas y los trabajadores que se alquilan por
UIl salario. Es esta lucha de clases la que forma la base
histórica del movimiento obrero con sus sindicatos y otras
formas de organización de la clase obrera. En esta sociedad
Qcurre generalmente que uno únicamente puede ser rico
(en el sentido de disfrutar de un alto ingreso), si en primer
lugar posee capital, y el único camino rápido de progreso
eCQnómico es la adquisición de capital para poner a otros
atrabajar para uno. Como ya dije, esto es generalmente la
t.egla, lo típico, y es verdad con excepción de unos pocos
casos, en especial de raros talentos humanos, o en el caso
de individuos que pueden pedir altas retribuciones o un
salario muy alto, debido principalmente a su posición so-
.

cial o al prestigio social que disfrutan.


.,.,Para quep!~valezca este estado CJ..~..~9~(;lS,creo que es
obvio que deben existir anteriormente dos circunstancias.
r" ~ri!l!~!2.-~~qv'i~I:QgJ¡,_tii!~~cl~~=~eo:m;i~Q!l~~pli~o1it~:o.
'.V Il~:I" ,JII1.Ü!g:resQ06.njcalnente.d~hidQ__aJa.p:rQpiedad_.Y_$ÍILtl:a::.,-,.-..
,

baJar"" (si resultan trabajar o no, al mismo tiempo que po-


seen, no tiene relevancia para este propósito), debe existir
a~!l~lJ.QrII1a , d~,..QQmln:JJsi6n".di:recta._Q.indi:reQla",.]J~:r.a_que .-.
2!ro~!!!!Q~i~!1_l?a!g~.~!lQ§,.YJ!_q1!.~.§!!t~l..!r~J?~jQ..I!Q-i~.P1J~de
pmdIlcir.nada. Como hemos visto, la consecuencia (quizá
'-
debería decirse el complemento o lado opuesto) de que la
P!<?P!~g.(;lgestéGQncentradaenroanQs .dealgunos, es que
{ j otros §eq!!ed.a.;t;;t_sinp:rQpiedad~", Si esto es así, este hecho
" constituye una c.Qmp1l1~i6IL~QQnámiQiLsDbreelúltimo gru-
"

po de personas (los IloprQPietarios) para "


qlJe.se. .alqJJileJl
14 MAURlCE DOBB

_a..los primeros -(los prQPi~illrio~), o sea,para col:nrer!irse.en


asalariados
,,,""
de. uIl.ca p1talista~=En se
.. ",w
,w.,..,.., ..,,-.g undo lu
.'"
gar nara que -", ".._~
. .'.
..,., --,.>_..~.. ,.-.
",w" " 'W"'-"'"

al&1!nQs Yi:y_an(y, por cier~o, distinguidamente), siendCLpro:-


P!~t~l"!()~, se.sigy.eIle.cesariafQe.J:!te. qt!e..QtrQs,GoJ:! ~1L~GtiYi.:.- '
dad nroductiva deben nroducir más de lo nue gaIlan. En
ótras~p-aIab-ras-,,,wde-Ia.:~sii~a,~iQta['a~:IQ.'.'.qq~-:...;~QSI1LQ~ñ-~~'n -.la
socied:lg.l()~..qt!e. tra]:>é!J::tJ:!,.cle.be
existir una deduccic5rt.2G!tG!.-
ptQYeer de JJP- ingresQ a aquellos. que tieneIl.la.tierra._)l:_el
~aI>i!?:1. Así fue como desarrolló la materia, el hombre que
ha sido llamado ((padre de la Economía Política», AdaIIl
~
_.Smith. Planteándolo de otra forma: aquellos quet!<!Q,a.-
jan en J:l.~()9iedaddeben producir un~x:9t¿rJ~1l:t~- p()l" enci-
ma de sus ingres()s.- PlllBvalía lo llamó Marx - para pro-
'veei--aeriecuT's'O:- el único recurso posible;'ae1 ingreso sobre
la propiedad (beneficio o interés del capital;..o renta de la
tierra). La renta de la propiedad, por lo tanto, procede de /
la apropiación de parte de lo que producen lbsproductol'es'
reales. :
La primera de estas proposiciones creo que nunca ha
"sido seriamente negada por los economistas; en realidad
los primeros economistas de hace un siglo o más dijeron
exactamente lo mismo con muchas palabras (1); aunque
sus descendientes modernos pueden haberlo olvidado con-
venientemente, o haberlo escondido de la vista (excepto
cuando aHora a la superficie en alguna manifestación in-
cauta como la que sigue: «necesitamos algún desempleo
para mantener el trabajo en su lugar»). Pero a la segunda
proposición han contestado los economistas, y hoy harían
resueltamente lo mismo. Sostendrían que es una proposi-
ción sin sentido, que igualmente se podría. inyertir, des-
cribiendo a los salarios como un excedente, o que peca de
atribuir exclusivamente ((la productividad» al trabajo, igno-
rando de esta forma que el capital, al igual que el trabajo,
contribuye también a la producción; nadie puede negar
queJaroaquinaria,. e.tc. (que es lo que los economistas en
cuestión entienden cuando hablan de capital) esproduc:-.."

(1) En realidad formó el meollo de una temprana teoría de la colonización


en la primera mitad del siglo XIX (la de Gibbon Wakefield).
¿ QUÉ ES EL CAPITALISMO? 15

tiy~, ~.J::l._~l.s~nti cl().. cl~gtl~ ...~l tJ:~p~j() tlJ::l!QQ .é!Jf!~.!!I:_f!~l!ip:,!.!!~--


'.'
.
puedfL_Pf_Qdncir _más_._q}J~..eL t(ahajQ__PQfsL~SQIQ> Q. que la..
,
PEQg~E!!YiQ_~~LQ~t_!_~i!~_~12_9:~J?e,g~t~_,"~g._.K~~_!!__p_a!!_~__Q~L}!_!y~1

de..1a..,_técnica., Pero esto es cierto para cualquier forma de


,
,
apropiación de los bienes de producción, y no hay razón
alguna para atribuir parte del producto a los capitalistas,
como si fuera creación de algún acto suyo, que es lo ,que
este argumento de la productividad ilegítimamentehace.
SIn embargo, algunos economistas encontraron otr~ ar-
gumento a su favor; se puede atribuir, sostienen, este' prQ-
ducto extra a los capitalistas, ya que sin su deseo de-prestar
su capital, la maquinaria en cuestión o la técnica moderna
no hubiera aparecido, o alternativamente, no hubiera sido
posible sin la «abstinencia» o «espera» dondequiera que se "-
ahorrara o creara capital. Debido a que esto no es una
obra de teoría económica, no podemos entrar aquí por
completo en dicho debate; debemos contentarnos con la
observación de que la primera forma de esta «explicación»
se podría utilizar igualmente en el caso de cualquier -dere-
cho monopolístico, tal como el derecho de imponer una
gabela o la propiedad exclusiva de alguna fuente de. dferta
(conio~ 'por ejemplo, el caso de un manantial en undésier-
to) y en su segunda forma (que el-capital es la creación de ,

algún esfuerzo humano de pena, «abstinencia» o «eSpera»);


pocos economistas, cualquiera que sea la escuela a que
pertenezcan, presentarían hoy como contestación seria a
una teoría del beneficio como «deducción» o «exced~n-
te». Históricamente no se creó de esta forma el capital.
y ¿quién se atrevería a sostener que es la L'ady Dockers
del mundo, o los magnates del petróleo quienes sufren par-
ticularmente penas o abstinencia en interés de sus inver~
siones? Cuando se hqbla de la esfera de actividades y rela-
ciones humanas de una forma realista, debe quedar claro
qlle aquellos que llevan a cabo cualquier tipo de trabajo
activo en el proceso productivo (2), únicamente puede de-

(2) InterpretándoJo en un sentido lo suficientemente amplio que incluya el


trañsporte y almacenamiento de mercancías (cuando ello sea necesario), o ayu..
dando a arreglar y organizar el proceso productivo, al igual que a la fabricación
de mercancías.
16 MAURlCE DOBB

cirse que participan en la producción en el sentido de estas


palabras usualmente aceptado.
Nattiralmente que nadie debe suponer que todo es tan
claro y tajante como, en honor a la brevedad, se ha presen-
tado aquí. .Aqq~llQsque poseen pueden también, a veces.".
<3.~_~~:r-J;Qllar~IlPélP~L;3.ctivo en 1;3.producción (por ejemplo.
enJa dirección y administración), y aquellos que trabajan
Yncv.yaJuenteprincipal de ingresos es un salario o sueldo,
p:u.~cIen también poseer algo (libreta de ahorros, una casa
o..unaparcela). Las clases sociales, como cosa distinta a las
castas sociales, raramente están separadas entre sí por agu-
das líneas divisorias, y en sus límites tienden a confundirse
entre sí (como las bandas de un espectro). Pueden existir
,sectores de .la clase asalariada que están en posición privi-
1egiada con respecto al resto de sus compañeros, poseyendo
un poder de negociación, una posición favorable en una
industria próspera, o debido a la existencia de una escasez,
temporal o permanente, en su tipo particular de trabajo.
Porptra parte, pueden existir pequeños capitalistas, al
'igual..que grandes, con intereses, que por razones que dis-
cutiremos más adelante, hasta cierto punto y en ciertas
ocasiones, estén en conflicto cón estos últimos. Existen
grupos intermedios que no son fáciles de clasificar en capi-
talistas o asalariados - diversos estratos medios, para dar-
les un nombre feo pero conveniente (3)-; quedan además
algunos vestigios del tipo trabajador-propietario, que según
las clasificaciones del censo británico componen el cinco
por ciento de la población activa (una cla§e que es mayor
en otros países capitalistas de Europa y' América que en
el Reino Unido).
cIJef:inirun sistem.acQmo predominantemente de_prQpie~. n._..
.dad,.prh,rada~rempresaprivadanosignif:icaquejos .dere:: -
,J~hQs~depropiedad sean ilimitados; en grado diverso están
.

Hmitados porlas necesidades de la política fiscal, y la ((em~


presa privada»' estará sujeta en grado. diverso...al.control
",estatal (ya sea meramente para dar cierta coherencia yes-
tabilidad al sistema en conjunto). Luego Se puedenenCQIl.:..w

(9) Andrew Grant en su reciente libro Socialism and the Middle Classes es-
timó que componen, en este país, del 17 a 18'% de la población activa,
¿ QUÉ ES EL CAPITALISMO? 17

tl"g!__.djf~r~DQÜ~,-~S-9!l~JQ~!g-QJ~~...~.ll-.elJl.!!lGjg!lgg1~en tQ._!~al
del_~apitalisIDQen ..diferentes .épocas y. estadios ...' de ..creci""
. mientQ,y .endiferentespaises,.. a pesar de la semejanza
básica de las características generales de las que hemos ha-
blado;. sería falsQ icl~ntificar alcgvitalisIIlocon .la flllsencig
tQtaL_d~'.-cQntIofestat~l s_QhJ:"~_I~iyid~..eQQJ1QmtG~;. .t¿clo~~Ios'-
estados, naturalmente e!lgJ:ac:1Q(HY~I'~QYQeJHfer~_!!t~S.JQI~
mas, intentan ejercer Ul1 controL sQb:re lRyiclg.~Q.QnQmJGa.
Mientras que es excepcional un alto grado de desarrollo
de tales controles bajo el capitalismo, sin embargo se en-
cuentra y existe, especialmente en condiciones como las
que se desenvuelve la guerra moderna, o cuando el sistema
está sufriendo un severo golpe como en los años. treinta
(debe recordarse que los intereses de una clase como un
todo pueden entrar .en conflicto con los intereses particu-
lares de los miembros de ella, al igual que diversas seccio-
nes de una clase tienen, a veces, intereses divergentes).
Como veremos más adelante, incluso puede existir un sec-
tor sustancial de empresa estatal- industrias nacionaliza-
das, etc. - dentro de un sistema capitalista; y mientras'
que este sector puede afectar hasta cierto punto al funcio- '
namiento del sistema, su mera existencia no cambia el ca-
rácter esencial del sistema.
Después de haber tomado en cuenta tales cualificaciones
¿ corresponde todávía a los hechos nuestra definición del
carácter esencial del capitalismo? Dijimos que consistía
}~~!Lll!1g.
Gg!lGegtraciQJ1cl~.lgpropi~dacl del QétPitaLque.daha.
RQLJesl1l ta.~to~JJIH1.~P_Qlf:!I'!~a.GjQ_Il.)~_.cl~. 1a...SQ9!e.Qgg. .e!L..!:!J1~
clase. de...propietarios~otra de ...no..propietarios -:-.la..prime-
ra una clase comparativamentepequefi.a ==.Y.J~_.!JJttrJ1a."en
un país como Gran Bretaña, constituyendo la.gI'anmaXQ:
rig,~cleJ,(,LJgtG!QrL Que esto corresponde a los hechos, .creo
que queda muy claro si lo confrontamos con las estadísti-
cas disponibles sobre la distribución de la renta y la distri-
bución de la propiedad. Las estadísticas de esta Última son
mucho más difíciles de conseguir que las de, la primera.
La estimación más conocida y citada de la distribución de
la prQpiedad en Gran Bretaña antes de ]a guerra es la que
hicieron Daniels y Campion, que se publicó en 1936 con
2
18 MAURlCE DOBB

el título de The Distribution of the National Capital. Se


demostró que, en el período de entreguerras, más de la mi-
tad del capital ~otal de la nación estaba concentrado en
manos de un 1 % de la población (de más de 25 años de
edad), y un 80 % del capital estaba concentrado en manoS
de un poco más del 5 al 6 % de la población. j En realidad,
esto sí que es concentración 1 "

Una estimación más al día se hizo sobre bases simila-


res para el período de la postguerra y sigue a continuación.
Muestra que en 1946-47 la mitad del capital estaba con-
centrado todavía en manos de 1 % de la población (por
encima de los 25 años) y el 80 % del capital lo poseían
un 10 % .de la población. Al otro lado de la estadística
estaban dos- tercios de la población, que, si poseían algo,
era inferior a las cien libras, y con un promedio de 60 li-
bras esterlinas por {(capita». Así, estos pequeños propieta-
rios o ahorradores (cuya existencia es proclamada a los
cuatro vientos por aquellos que quieren negar la existencia
de una sociedad estratificada en clases), poseían cantidades
negligibles en consideración a la renta que pudiera rend~r
su {(propiedad» para vivir de ella y que, en total, era in-
ferior a un vigésimo del capital total de la nación.
DISTRIBUCION DEL CAPITAL EN INGLATERRA ""
Y GALES EN 1946-47 (4)

Porcentaje del capital


Porcentaje de total perteneciente
Gruposde capital personas en
según la cuantía a los propietarios
cada grupo de cada grupo

100 libras o menos 60'62 4' 16


De 100 a 1.000 libras 27'79 10'99
De 1.000 a 5.000 » 8'87 21' 59
De 5.000 a 10.000 » 1'38 11'35
De 10.000 a 25.000 » 0'90 16' 43
De 25.000 a 100.000 » 0'38 . 19'18
Superior a 100.000 » 0'06 16' 30

TOTAL 100' 00 100'00

(4) Kathleen Langley en el Bulletin 01 the Oxlord University Institute oi


Statistics. diciembre 1950, p. 353. Y febrero 1951. p. 44.
¿ QUÉ ES EL CAPITALISMO? 19

Como alguno podría esperar (ya que la propiedad no


es la única .fuente de ingresos), la renta está distribuida
con una desigualdad menos llamativa que el capital. La
desigualdad de la distribución de la renta es, a pesar de
todo, muy acentuada. Mientras, cerca de un quinto de todas
las rentas personales va a manos del 20 % de los receptores
de rentas, y un décimo de la renta va a- manos de menos
de un centenar de personas.

DISTRIBUCION PERSONAL DE LA RENTA, 1954 (5)

Renta total percibida


Número de rentas .
por cada grupo,
Volumen anual de la en porcentaje de
renta en libras en porcentaje de la.
todas las rentas renta global

Superior a 10.000 0'05 1'6


De 2.000 a 10.000 l' 15 8'4
De 1.000 a 2.000 3'5 9'9
De 500 a 1.000 ' 29 41
Inferior a 500 66 38'7

En realidad, se puede decir que este cuadro sub-estima


la desigualdad de la distribuci6n de la r~nta, ya que sólo ~

se basa en rentas personales yno incluye los beneficios no


distribuidos, como dividendos entre los capitalistas,. perte-
necientes a las sociedades anónimas (y, por lo tanto, colec-
tivamente a los capitalistas). Si incluyéramos los beneficios
no distribuidos junto a las rentas personales obtendríamos
un cuadro diferente. La siguiente estimación para 1947 (el
autor no tiene conocimiento de alguna otra estimación para
años posteriores), muestra que casi un quinto de la renta
total fue a parar a manos de un 1 % de los perceptores de
rentas; por otra parte, en cambio, la otra mitad del cua-
dro obtuvo únicamente un cuarto de la renta nacional.

(5) Basado en las estadísticas dadas por G. D. H. Cole en Post-War Con-


dition of Britain, 223.
20 MAURICE. DOBH

PORCEN1'AJES ACUMULATIVOS DE LAS RENTAS


PERSONALES Y LOS BENEFICIOS NO DISTRIBUIDOS
EN 1947 ANTES DE LA TRIBUTACI6N (6)

El 1% de los perceptores de rentas . recibió el 19 % de la renta total


El 2 % » » 25 %-. »
E15 % '
» » 31 % »
EllO % » » 40 %. »
El 25 % » » 57 % »
El 50 % » » 75 °,10 ?>
El 50 % inferior » » 25 % »

Tanto en el casó de la distribución del capital como en


el de la distribución de la renta nacional, durante las úl-
timas décadas ha tenido lugar algún cambio en el sentido
de ligeras atenuaciones en algunas de las desigualdades
más extremas. Pero aunque en cierto modo modificado, el
cuadro esencial qe la concentración y «polarización» per-
manece. Así, la investigación de Mrs. Langley que hemos
citado, muestra que el 1 % de los propietarios de Ingla-
terra y Gales (mayores de 25 años) poseían el 50 % del
capital en 1946-47, comparado con el 60 % del capital na-
cional en 1924'-30, y el 70 % antes de la. Primera Guerra
. M un di al. Las estimaciones de las rentas personales, más
los beneficios no distribuidos confeccionadas por Mr. Dud-
tey Seers, muestran un c~mbio mucho menos acentuado '"
entre el período de entre guerras y la postguerra; la parte
que poseía el 1% en 1947 era del 19.%, comparado con el
20 % en 1938, y el 5 % superior percibía el 31 % en 1947,
comparado con el 35 % de antes de la .guerra. Volveremos
más tarde a este tema.
Antes de finalizar con los principales rasgos c?Jacterís-
ticos del capitalismo, quizá debiéramos añadir otra cosa:
JQscapitalist~~jn(Hvicluales o las en1presas son libres, den-

(6) Dud1ey Seers en el Bulletin oi the Oxiord Institute oi Statistics; sep-


tiembre de 1949, p. 262. Se supone, desde luego, que los beneficios no distri-
buidos, se reparten entre los accionistas de la misma forma que los dividendos.
~in. embargo, debe tenerse presente esta cualificación al considerar incluidos. en
la 'renta los beneficios no distribuidos; en un período de inflación, parte de ellos
pueden ser considerados como una reserva para añadir a las asignaciones «inade-
cuadas» de depreciación, siestas últimas están calculadas en función del coste
de los activos, o coste «histórico» u original.
¿QuÉ ES EL CAPITALISMO? 21

tro de ciertos límites, de hacer lo que les plazca, de invertir


'~cl9nae-.quleran~-'y--comO qUleraii:'pOr-IO'lanto" "és"aé-notar
..gll~~~11!!~i~t~mé:l!!Q.:Q19:nH1Q.agQ: Esto es que se quiere
decir cuando se le aplica el término «flIlflrquiadelapro:'
ducción»,q"l!~jmplica no que el sistema funcione de una
,l!!g!l~J:~_9Qmpleté:lrnente.arbitraria. o. caótica, sino quefun-
ciona. sin .clirecGiQ!!ce!!tral. A esto se refería Engels cuan-
do hablaba de la contradicción creciente entre el carácter
social de la producción, cada vez en mayór grado, y la
realidad de la propiedad privada. Luego, si funciona «anár-
qllj_Q~me1.l t~~)-g~JQJ:J!Ht CJJle ...Gé:lQé:l ~I11Pre~ all__:b.Q:rIlQ:re_g_~_.
Il~g9GiQ~int~nta ...a.ctuar.-para. intentar.. conseguir ..elhene:: '.. -
ficiomá~irno,.se. hace necesaria. alguna explicación de. cómo
funciona dicho sistema.
La respuesta se encuentra en que el mecanismo de
coordinación de Q.iGb9.~i~temg"e~~J 11ll2.rf{:ulQ...yJosmovi-
J!1ieIlt.Q~.ge..J?J:eQi()~.delIfl~XGa.QO.Los hombres de negocios
<te~c;ig~!!.9.1t~-Y.cuáIltoclebenproducir, d6ncleinvertir , cuán-
.tQ.JrahajQ emplear, y qué cantidadesdernaterias primas
depeIlP:rOYeeIse,etc".".sQbre la ..hasede.JQspreciQ~ J:le .Ifler-
cado ..cQn quese.enfreIltan (modificados sin duda por las
sospechas de cómo y cuánto es probable que varíen estos
precios) -Jw~preciQs dejos productos -, y los precios de
los diversos factores constituyentes que determinan sus
costes~Pe:r;() la suma gl()pal decli9ha~.aGcioIles individuales,
ejercelia .la vez una iIlfluencias()pree~t()~precios, de tal
fQr:rna,que tienen lugar .variaciones de los mismos, debien-
.Q.QJ'eali:zar las ccrevisioIles» aRropiadas de los actos de las
empX,-esas particulares, y estas variaciones de. .lospreQi()~
siguen hastaql,le se consigue cierta cccoIIlPéltipili4ad» (o
una aproximación a ella) entre la gran cantidad deaeclsio-
.
nes individuales adoptadas de forma separada y ccatomísti.,.
ca». (Es cierto que existen algunas situaciones en las que
IlQeSp9siQlee~ta.. (Ccompatipiligad», y eIltonce~losp!ecios
COIltirl!!é:lIl ,flll~tl,lf!nggJ_.E~ ...eIl .est~ s~Iltidogl!~~~ediG~~.q ue
el~[~,~illladQ_.finf!LIlQ_"~~LlQ ,qlJeJ!.a11_cl~1?~~dg_Q-.111~lIl~agQ..1Q.s
individuos o,l,ln. grupo .c1~_ellQ~"sinQ la. resultante deL des a.,.
rrollo..delas. .distintas tendencias del mercado ~ y es, en
este sentido, que Se dice que el sistema está gobernado por
22 MAURlCE DOBB

«fuerzas objetivas» o por la «ley del valor», actuando (dn-


dependientemente de la voluntad del hombre» -, y sos:-
tener esto no es meramente una superchería como algunos
han supuesto.
Esto tiene diversas consecuencias, de las cuales nos
contentaremos con señalar aquí una o dos. EI!~r!!11:~x_J!l:-
g~r, el]11~canismQdel]11er~(),d.odará lugar a ext~nsiYasy
amplias.HlJ.ctuaciones de los precios (que en algunas cir- .

cunstancias, como hemos dicho, poseían la tendencia a


converger en un punto de «equilibrio», pero que en otras
se perpetuarán por sí mismas, tendiendo incluso, algunas
veces, a convertirse de una forma creciente en acumulati-
vas). Esl<!sfllJ.c;llJ.aciQfL~§.de_los. preciQs y, jlJ.I).!Oco]:!.~lla~,
lasd~Ja-PIQdl1c;c;iQn y deL empleO, exigen un pesado tribu-
to tanto en sufrimientos humanos como en términos de los
costes y derroches económicos. _g.§ta§.J!lJ.<;tlJ.~<;iQ~~~s_Q!!~Q~1!.",,-
se¡-J:!~q9~~rJ:gsmerc;afLciaserLParticlJ.lar. y. para sus merca -
dQ.s,.._af~.c;tf},ndQ... alJ.!lmL !IldlJ.S trias. .Q reg!QI!~§.~J:l,P,a!!t<;lJ.lé1! ,
pero tam.bién pueden apar~cer en larga ~sc;ala en tQdo~l
sistema, como testimonian las crisis recurrentes o las Huc;.
tliaciünes" periódicas de la producción, jnversión y empleo
globales que han caracterizado la historia del capitalismo,
tema que trataremos en el CapítuloV. .EIl segundo lugé1E,.
..
en estos casos, que son muy numerosos, dondeJa.._rnaximi'7
zación..delbeneftciQ.ent.ra. en.cQnfli.ctQcoH.los intereses d.~ . ...

la sQciegad comQlln toclo,~s la priIIlera consideración la


q1.le prevalecerá. En part~<;lJ.1é1r,esto da lugar al olvido del
que realiza la pro-
l?!~Il~~Jé1!qSle~Jé1..I11él~é1_5ie_1.é1.:QQplación
d.!!CCión del sistema por un salario, ya que en un sistelIla
..gob~r:rlado por el mercado, es el poder del más.. fuerte lo
que importa, y el. qlJ.eclecicle.)o qlle .debe producirse, y
el que se va a. aprovechar en primer lugar de las situa-
ciones. <
.
-
-.-',
.""""""""". ".'~'".'''.'

Todo esto viene a confirmar que el cap~lalismQ.eSJ1!ta


forma del sistema de.. mJ~rcadQ",o un sistema de .producción
de mercancías como lo llamó.M..arx (entendiéndose por
«mercanClaS» 1os . ienes que se pro uc;en yqlJ.e no...son. d e
b d '''''

uso directo Dar:a..et Droductor., sino. paracambio-en.-eL.rner-


-

9g.QQ}.pe todo esto no se sigue, sin embargo, que__~L.c.api'7_---


¿ QUÉ ES EL CAPITALISMO? 23

tfllisrno ~~.a.~l .4rliJ~Q.~i~!~Jna._~~1~_.Jn~rQ.9:dQ Q, d~_p.rQdJlGGióp


.?t~ m~r~Jl:g.cía~o.~En la Historia han existido formas ante-
riores de sociedades que se basaban (en parte al menos) en
la producción y cambio de mercancías sin ser sociedades
capitalistas (por ejemplo, «la producción simple de mer-
cancías» del tipo propietario-productor); y una economía
socialista puede utilizar el mercado, y puede estar influen-
ciada por las leyes de producción de mercancías, aunque
no esté gobernada por ellas (ya que una economía socia-
lista es, esencialmente, una economía planificada). Lenín
resumió la diferencia muy concisamente cuando dijo que
«(el capitalismo es la producción de mercancías en su es-
tadio mayor de desarrollo, cuando la misma fuerza del
trabajo se ha convertido en una mercancía».

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