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Tintín en el país de los Soviets

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Tintín en el país de los soviets (en francés: Tintin


au pays des Soviets) ? es el primero de los álbumes Tintín en el país de los Soviets
de Las aventuras de Tintín escritos e ilustrados por
el artista belga Hergé. Originalmente publicada en Tintin au pays des Soviets
el suplemento juvenil Le Petit Vingtième entre el
10 de enero de 1929 y el 8 de mayo de 1930,
siendo posteriormente recopilada en formato
álbum en 1930. Creada para servir de propaganda
antimarxista para los niños, fue encargada por el
jefe de Hergé, el abate Norbert Wallez, quien
llevaba el diario católico belga Le Vingtième
Siècle, en donde se publicó Le Petit Vingtième.

El argumento gira en torno al reportero belga


Tintín y a su perro Milú, quienes viajan a Moscú,
vía Berlín, para hacer un reportaje sobre las
políticas instituidas por el presidente comunista
Iósif Stalin. Sin embargo, un agente del servicio
secreto soviético, la OGPU, intenta que Tintín no
lo haga, por lo que le pone trampas para deshacerse
de él. A pesar de ello, el joven reportero irá poco a
poco descubriendo los secretos de los bolcheviques
y cómo estos están robando comida a los
ciudadanos soviéticos, manipulando las elecciones
y asesinando a sus opositores. Portada de Le Petit Vingtième del 15 de mayo de
1930
El éxito de los trabajos sobre la historieta de Hergé
Las aventuras de Tintín, a partir de la controvertida Publicación
Tintín en el Congo (1930-31), haría que el autor Formato Seriada, con posterior
publicase en ella una nueva serie cómica, titulada recopilación en álbum
Quique y Flupi. Es el único de todos los cómics de Primera edición Seriada: del 10 de enero de
Tintín no adaptado posteriormente en color 1929 al 8 de mayo de 1930.
(exceptuando Tintín y el Arte-Alfa dado que no Álbum: 1930.
llegó a ser terminado). El autor afirmó que pensó
poco en la realización del álbum al considerarlo Última edición puts
"sólo un juego" y lo clasificó simplemente como Editorial Seriada: Le Petit Vingtième.
"una transgresión" de su juventud".1 Por ello, Álbum:
Hergé siempre se opuso a su publicación, pero con Contenido
el aumento de la producción de ediciones piratas Tradición franco-belga
vendidas entre tintinólogos, finalmente permitió
Género aventuras
una reedición oficial en 1973.2
Personajes Tintín
principales Milú
Dirección artística
Índice
Creador(es) Georges Remi (Hergé).
Serie

1 Argumento
1 Argumento Colección Las aventuras de Tintín
Número 01
2 Historia
Numeración 24
2.1 Contexto y orígenes Volumen siguiente Tintín en el Congo
Sitio web (http://www.tintin.com)
2.2 Influencias y análisis
[editar datos en Wikidata]
2.3 Publicación

2.4 Ediciones posteriores

3 Acogida de la crítica

4 Véase también

5 Referencias

6 Bibliografía

Argumento
Tintín, un periodista belga del Le Petit Vingtième, es enviado con su perro Milú a la Unión Soviética,
para cubrir la información que allí se está produciendo, en un tren desde Bruselas. En su camino a
Moscú, un agente de la OGPU (policía secreta soviética) sabotea el tren y acusa al periodista de ser un
"pequeño burgués sucio". La policía de Berlín culpa a Tintín del atentado, pero escapa a la frontera de la
Unión Soviética. Siguiéndolo de cerca, el agente de la OGPU encuentra a Tintín y le lleva a la oficina
del comisario local, al que insta para que el reportero "desaparezca... por accidente". Tintín escapa
nuevamente y encuentra "cómo los soviéticos engañan a los pobres idiotas que todavía creen en un
Paraíso Rojo", ya que la industria soviética quema de fardos de paja y simula el sonido metálico con el
fin de engañar a los visitantes comunistas extranjeros de que las fábricas soviéticas no operacionales son
productivas.3

Tintín es testigo de una de las elecciones locales, donde los bolcheviques amenazan a los votantes para
garantizar su propia victoria. Cuando tratan de detenerlo, el protagonista se viste como un fantasma para
asustar a los funcionarios soviéticos que le persiguen. Tintín intenta abandonar la Unión Soviética, pero
los bolcheviques le persiguen, detienen y amenazan con torturarle.4 Sin embargo, consigue escapar de
sus captores y llega a Moscú, donde asegura que los soviets han convertido "una ciudad maravillosa" en
un "lodazal infecto". Tintín y Milú observan un funcionario del gobierno repartiendo pan a los marxistas
sin hogar pero negándoselo a los no comunistas; Milú roba un pedazo de pan y se lo da a un niño
hambriento no comunista. Tras espiar a una reunión secreta bolchevique, Tintín se entera de que todo el
grano soviético se exporta al extranjero con fines propagandísticos y dejan a la gente muriendo de
hambre, ya que el gobierno tiene previsto organizar una expedición "contra los kulaks, los campesinos
ricos" y obligarles a punta de pistola a que entreguen su maíz.5

Tintín se infiltra en el Ejército soviético y advierte a algunos de los kulaks que oculten sus granos, pero
el ejército lo sentencia a muerte por fusilamiento. El reportero había colocado previamente cartuchos de
fogueo en los rifles de los soldados, por lo que finge su muerte y escapa por la nieve, donde descubre un
escondite bolchevique bajo tierra en una casa embrujada. Un bolchevique lo captura y le informa: "estás
en el escondite donde Lenin, Trotsky y Stalin han recopilado riqueza robada a la gente". Con la ayuda de

Milú, Tintín escapa, se apodera de un avión, y vuela en la noche a Berlín.6 Los agentes de la OGPU
Milú, Tintín escapa, se apodera de un avión, y vuela en la noche a Berlín.6 Los agentes de la OGPU
aparecen y encierran a Tintín en un calabozo, pero se escapa con la ayuda de Milú, que se ha vestido de
tigre. El último agente de la OGPU intenta secuestrar a Tintín, pero este intento es frustrado y la policía
alemana atrapa al criminal soviético que planeaba "volar todas las capitales de Europa con dinamita".
Tintín y Milú regresan a Bruselas en medio de una enorme recepción popular.7

Historia
Contexto y orígenes
Georges Remi —quien sería mejor conocido con el seudónimo de Hergé— fue contratado para trabajar
como ilustrador en Le XXe Siècle, un periódico belga firmemente católico y conservador. Dirigido por el
abate Norbert Wallez, quien lo describió como un "periódico católico para la doctrina e información" y
un supuesto punto de vista de extrema derecha y fascista; Wallez se describió como un gran admirador
del dictador fascista Benito Mussolini —de quien tenía una imagen en su escritorio—, mientras que
Léon Degrelle, quien más tarde se convertiría en líder del grupo fascista belga los rexistas, trabajó como
corresponsal extranjero para el periódico.8 El tintilogista Harry Thompson explica esas ideas políticas
eran habituales en la Bélgica de aquella época y el ambiente de Hergé se impregnó de las ideas
conservadoras que giraban alrededor del "patriotismo, el catolicismo, la moral estricta, la disciplina, y la
ingenuidad".9 El sentimiento anticomunista era fuerte y una exposición soviética que tuvo lugar en
Bruselas en enero de 1928 fue objeto de vandalismo en medio de las manifestaciones por el Movimiento
Nacional de la Juventud fascista en el que Degrelle tomó parte.10

Wallez decidió comenzar la realización del suplemento infantil Le Petit Vingtième, que fue publicado en
Le XXe Siècle todos los jueves, y nombró director a Hergé.8 La publicación del ideario sociopolítico de
Wallez a sus jóvenes lectores, significaba, también, la llegada a este público del sentimiento explícito
profascista y antisemita del abate.11 Además de ayudar a editar el suplemento, Hergé trabajó
inicialmente como ilustrador en L'extraordinaire aventure de Flup, Nénesse, Puosette et Cochonnet,12 el
cual había sido escrito por un responsable de la sección deportiva del periódico y que narraba las
aventuras de dos niños, una de sus hermanas y su cerdo de goma. Sin embargo, Hergé se encontró
insatisfecho con las tareas que realizaba y quería escribir e ilustrar una creación suya.13

Desde julio de 1926 Hergé ya contaba con alguna experiencia en la creación de tiras cómicas con Les
Aventures de Totor C.P. des Hannetons para el escultismo del periódico Le Boy Scout Belge, para el que
se basó en la vida de Totor, el líder de una patrulla de los boy-scouts.13 Tintinlogistas como Thompson,
Michael Farr y Pierre Assouline han notado una fuerte influencia de Totor sobre Tintín, 8 junto con
Jean-Marc y Randy Lofficier, quienes afirman que "gráficamente, Totor era prácticamente idéntica a
Tintín, exceptuando el uniforme de boy-scout".14 Hergé nunca negó esto, describiendo a Tintín como el
hermano menor de Totor. Los hermanos Lofficier también notaron otras similitudes entre las aventuras
de Totor y las de Tintín, principalmente en el estilo del dibujo, el ritmo rápido de la historia y el uso del
humor.15 Hergé también tenía experiencia en la creación de propaganda anticomunista, pues produjo
una serie de sketches satíricos para Le Sifflet en octubre de 1928 titulado "El 70 por ciento de los chefs
comunistas son patos impares".16

Influencias y análisis
Hergé quiso que su nuevo personaje, Tintín, tuviera una aventura en la que fuera a Estados Unidos,
donde encontraría a los nativos americanos —pueblo que fascinaba a Hergé desde que su niñez— en sus
aventuras. El abate Wallez, sin embargo, no estaba de acuerdo con el destino elegido y Hergé sólo fue
capaz de conseguir llevar su historieta elegida en Tintín en América (1932). En su lugar, Wallez quería
que Hergé enviase a su reportero a la Unión Soviética, fundada por el Partido Bolchevique, un grupo
marxista-leninista que había tomado el poder del Imperio ruso durante el apoyo popular de la
Revolución de octubre de 1917. Los bolcheviques alteraron de
forma notable la sociedad rusa tras la nacionalización de la
industria y la sustitución de una economía capitalista por una
socialista, con el fin de establecer la dictadura del proletariado.
En la década de 1920, quien había establecido el sistema y era el
primer líder de la Unión Soviética, Vladimir Lenin, había
fallecido y fue sustituido en su cargo por Iosif Stalin. Wallez,
firmemente católico y de ideas políticas de extrema derecha,
estaba muy en contra de los ateos y del gobierno soviético, y
quería que la primera aventura de Tintín reflejara este El revolucionario ruso y futuro
sentimiento para enseñar a los jóvenes lectores ideas presidente soviético Vladimir Lenin
13
antimarxistas y antisocialistas. Tras comentar que su obra se arengando a las masas en la plaza
produjo con objetivos propagandísticos, Hergé declaró que se Sverdlov de Moscú en 1920.
había "inspirado en el ambiente de trabajo" que le enseñó que ser
católico es ser anti-marxista,13 debido a cuánto le consternó la matanza bolchevique de la familia
Romanov en julio de 1918.16

Hergé no tuvo tiempo para visitar la Unión Soviética ni de analizar la información publicada al
respecto.17 En cambio, basó la información que tenía sobre el país únicamente en un folleto, Moscou
sans voiles («Descubriendo Moscú»), que había sido escrito por Joseph Douillet (1878–1954), un ex
cónsul belga en Rostov del Don que había pasado nueve años en Rusia tras la revolución de 1917.
Publicado en Bélgica y Francia en 1928, Moscou sans voiles se vendió bien a un público que no dudó en
creer los mensajes antibolcheviques de Douillet, muchos de los cuales eran de dudosa precisión.8 El
Tintilogista Michael Farr señaló que "Hergé libremente, aunque de forma selectiva, tomó escenas
enteras de la obra de Douillet", incluyendo "el episodio de las escalofriantes elecciones aparecidas en la
página 32 del libro de Tintín", que era "casi idéntico" a la descripción de Douillet en Moscou sans
voiles.18 La falta de conocimiento sobre la Unión Soviética de Hergé dio lugar a muchos errores. De
hecho, la historia contiene referencias a plátanos, gasolina Shell y galletas Huntley & Palmers, productos
que no existían en la Unión Soviética en ese momento.19 El autor también cometió errores en los
nombres rusos, por lo general añadiendo la terminación polaca "-ski" para los nombres propios, en lugar
del equivalente ruso "-vitch".20

En la creación de En el país de los Soviets, Hergé fue influenciado por las innovaciones dentro de la tira
del cómic. Reconoció una fuerte influencia del dibujante francés Alain Saint-Ogan, productor de la serie
Zig et Puce. Los dos se conocieron el año siguiente, convirtiéndose en amigos de por vida. Hergé
también fue influenciado por los cómics americanos contemporáneos que el periodista Léon Degrelle
había escrito a Bélgica desde México, donde estuvo destinado para informar sobre la Guerra Cristera.
Estos comics estadounidenses incluyeron obras como Bringing Up Father de George McManus, Krazy
Kat de George Herriman y Katzenjammer Kids de Rudolph Dirks.8 Farr creía que el cine contemporáneo
influyó en Tintín en el país de los Soviets, indicando similitudes entre las escenas en el libro con las
persecuciones policiales de las películas de Keystone Cops, la persecución del tren de Buster Keaton en
The General y con las imágenes expresionistas de las obras de directores como Fritz Lang. Farr resume
esta influencia comentando que, "como pionero del cómic, Hergé no tenía miedo de recurrir a un medio
moderno para desarrollar otro".21

Publicación
Antes de la serialización se publicó un anuncio el 4 de enero de 1929 en la edición de Le Petit Vingtième
que decía: "Siempre estamos deseosos de satisfacer a nuestros lectores y mantenerlos al tanto de los
asuntos exteriores. Por ello, hemos enviado a Tintín, uno de nuestros mejores periodistas, a la Rusia
soviética".13 La ilusión de Tintín como un verdadero reportero del periódico, y no un personaje de
ficción, fue subrayada por la afirmación de que el cómic no era una serie de dibujos, sino compuesta por
fotografías tomadas de la aventura de Tintín.22 El biógrafo y Tintinólogo Benoît Peeters pensó en esto
como una broma privada entre el personal de Le Petit Vingtième, aludiendo al hecho de que Hergé había
sido empleado originalmente como fotógrafo-reportero, un trabajo que nunca se cumplió.16 El crítico
literario Tom McCarthy más tarde comparó este enfoque con el de la literatura europea del siglo XVIII,
que a menudo presentaba narraciones de ficción como de no ficción.23

La primera entrega de Tintín en el país de los Soviets apareció en la edición del 10 de enero de 1929 de
Le Petit Vingtième, y se publicó una nueva entrega semanal hasta el 8 de mayo de 1930.8 Hergé no trazó
la historia de antemano, sino que improvisó nuevas situaciones sobre la base semanal, algo que Jean-
Marc y Randy Lofficier describieron como: "tanto la historia como el apartado gráfico, Hergé estaba
aprendiendo su oficio ante nuestros ojos".24 Hergé admitido que el trabajo fue llevado de urgencia, pues
"el Petit Vingtième salió el miércoles por la noche y yo, a menudo, no tenía ni idea la mañana del
miércoles cómo iba a conseguir Tintín salir de la difícil situación que le había puesto la semana
anterior".25 Michael Farr considera esta evidencia, señalando que muchos dibujos fueron "crudos,
rudimentarios, [y] apresurados", que carecen del "pulido y refinamiento" que Hergé adquiriría más
adelante. En contraste, ciertas láminas eran de la "máxima calidad" y exhibían la "extraordinaria
capacidad como dibujante" de Hergé.26

La historieta fue un éxito inmediato entre los jóvenes lectores. Como dijo Harry Thompson, la trama
habría sido popular entre el padre belga medio, explotando su sentimiento anticomunista y la
alimentación de sus temores con respecto a los rusos.25 La popularidad de la serie llevó a Wallez a
organizar trucos publicitarios para aumentar el interés. El primero de ellos fue la publicación del día de
los Inocentes de una carta falsificada que pretendía ser de la OGPU (policía secreta soviética), que
confirmaba la existencia de Tintín, y advirtiendo que si no cesaba la publicación de "estos ataques contra
los soviéticos y el proletariado revolucionario de Rusia, todos morirán muy pronto".8

El segundo fue un acto publicitario por etapas, sugerido por el periodista Charles Lesne, que tuvo lugar
el jueves 8 de mayo de 1930. Durante la maniobra, el joven de 15 años de edad Lucien Pepermans,
amigo de Hergé que tenía las características de Tintín, llegó a la estación de tren Gare du Nord de
Bruselas a bordo del expreso que llegaba a Lieja desde Moscú, vestido con un atuendo ruso como Tintín
y acompañado de un perro blanco. Posteriormente Hergé afirmó, erróneamente, que había acompañado a
Pepermans. Fueron recibidos por una multitud de seguidores, que acosaron a Pepermans y lo detuvieron
entre ellos. Marcharon en limusina a las oficinas de Le Vingtième Siècle, donde fueron recibidos por
otras multitudes —principalmente de las juventudes católicas— y Pepermans pronunció un discurso en
el balcón del edificio, antes de que repartieran regalos a los aficionados.27 28

Desde el 26 de octubre de 1930, Tintín en el país de los Soviets fue redifundido en la revista católica
francesa Coeurs vaillants («corazones valientes»), recientemente fundado por el abate Gaston Courtois.
Courtois había viajado a Bruselas para reunirse con Wallez y Hergé, pero tras su publicación pensaron
que sus lectores no entenderían el sistema de bocadillos en la historieta, añadiendo frases explicativas
debajo de cada imagen. Esto enfureció a Hergé, quien sin éxito "intervino apasionadamente" para
detener las adiciones. La publicación fue altamente significativa para iniciar la carrera internacional de
Hergé.29 La historia también fue reproducido en su forma original en L'écho illustré, un semanario
suizo, desde 1932 en adelante.30 Tras reconocer la viabilidad comercial de la historieta, Wallez lo
publicó en forma de libro en septiembre de 1930 a través de la editorial de Bruselas Éditions du Petit
Vingtième, en una tirada de 10  000 ejemplares a un precio de veinte francos.31 Los primeros 500
Vingtième, en una tirada de 10  000 ejemplares a un precio de veinte francos.31 Los primeros 500
ejemplares numerados y firmados por Hergé usaron la firma de Tintín, con la impresión de la pata de
Milú dibujado por la secretaria de Wallez, Germaine Kieckens, quien más tarde se convirtió en la
primera mujer de Hergé.8

Ediciones posteriores
Desde 1942 en adelante, Hergé comenzó a redibujar y colorear sus anteriores aventuras de Tintín para
Casterman, pero optó por no hacerlo con Tintín en el país de los Soviets, pues consideraba su historia
demasiado cruda. Avergonzado por esta obra, el propio Hergé la calificó como "transgresión de [su]
juventud".32 Jean-Marc y Randy Lofficier creen que otro factor en su decisión podría haber sido la
virulenta temática antimarxista de la historia, lo que habría sido impopular en medio de la creciente
simpatía de Europa occidental por el marxismo después de la Segunda Guerra Mundial.32

Como Las aventuras de Tintín se hicieron cada vez más popular en la Europa occidental y algunos de los
libros más raros se convirtieron en objetos de colección, la edición original impresa de Tintín en el país
de los Soviets se convirtió en un objeto altamente valorado. Como resultado, los estudios Hergé
publicaron 500 ejemplares numerados con motivo del 40.º aniversario de la serie en 1969.33 Esto animó
aún más la demanda, lo que llevó a la producción de ediciones piratas de una "calidad mediocre", que se
vendieron a "precios muy altos".33 Para detener este comercio ilegal, Hergé aceptó una reedición en
1973 como parte de la colección Archives Hergé, donde apareció en un volumen recogido junto a Tintín
en el Congo y Tintín en América. Como las ediciones piratas continuaban a la venta, Casterman produjo
una edición facsímil de la original en 1981.33 Durante la década siguiente fue traducido a nueve
idiomas19 con una edición en inglés traducido por Leslie Lonsdale-Cooper y Michael Turner, publicado
por Sundancer en 1989.34 Esta edición fue reeditado en 1999 por el 70.º aniversario de Tintín en el país
de los Soviets.35

El sociólogo John Theobald señaló que por la década de 1980, la trama del libro se había convertido en
"social y políticamente aceptable" en el mundo occidental como parte de la intensificación de Ronald
Reagan de la Guerra fría y el aumento de la hostilidad hacia el marxismo y el socialismo. Este clima
cultural permitió que aparezca "en los estantes de los hipermercados como literatura infantil adecuada
para el nuevo milenio".19 Ese mismo tema impidió su publicación en la China gobernada por el Partido
Comunista, donde fue la única aventura completada no traducida por Wang Bingdong y publicado
oficialmente a comienzos del siglo XXI.36

Acogida de la crítica
En su estudio sobre el legado cultural y literario de Bruselas, André De Vries destacó que Tintín en el
país de los Soviets fue "crudo para los estándares posteriores de Hergé, en todos los sentidos de la
palabra".37 Simon Kuper, del Financial Times, criticó que, tanto Tintín en el país de los Soviets como la
posterior Tintín en el Congo eran "las peores" de las aventuras, por ser "mal dibujado" y tomarse "gran
parcela libre".38 El sociólogo John Theobald, de la Southampton Solent University, argumentó que
Hergé no tenía ningún interés en el suministro de información objetiva sobre la Unión Soviética, pero
sólo quería adoctrinar a sus lectores contra el marxismo al mostrar las amañadas elecciones del aparejo
bolchevique, matando a opositores y robar el grano de la gente.19 Según el crítico literario Jean-Marie
Apostolidès de la Universidad de Stanford, Hergé describió a los bolcheviques como "el mal absoluto",
pero era incapaz de comprender cómo habían llegado al poder o en qué consistían sus opiniones
políticas. Esto significaba que Tintín no lo sabía tampoco, resguardando así al "mundo de la miseria"

soviética y la lucha contra los bolcheviques, sin ser capaz de fomentar una contrarrevolución eficaz.39 El
soviética y la lucha contra los bolcheviques, sin ser capaz de fomentar una contrarrevolución eficaz.39 El
crítico literario Tom McCarthy describió la trama como "bastante sencilla" y criticó a la representación
de los bolcheviques como "una pantomima de recortes".40

El tintilogista Benoît Peeters fue muy crítico con las primeras páginas de la historia al señalar que esas
ilustraciones figuran entre las peores de Hergé y apuntó que "uno no podría haber imaginado un debut
menos notable para un trabajo destinado a tal grandeza".16 Peeters cree que Tintín era un "personaje
Sartresco" existencialista que existía sólo a través de sus acciones, que funciona simplemente como un
vehículo narrativo a través del libro.41 Cuando Hergé mostró su talento, pensó Peeters, era en la
transmisión de movimiento y en la utilización de la lengua de una manera "constantemente imaginativa".
Peeters consideró lo "absurdo" de la historia como su mejor característica, rechaza hipótesis plausibles
en favor de las "extrañas alegrías", como que Tintín se congele y se descongele inmediatamente o Milú
se disfrace con una piel de tigre para ahuyentar a un tigre real.42 Pierre Assouline, biógrafo de Hergé,
describió la imagen del escritor de la Unión Soviética en el cómic como "una visión dantesca de la
pobreza, el hambre, el terror y la represión".43

Con motivo del estreno de la película Las aventuras de Tintín de Steven Spielberg en 2011, la British
Broadcasting Company (BBC) encargó un documental dedicado a Tintín en el país de los Soviets en el
que el periodista Frank Gardner —quien consideró a Tintín el héroe de su adolescencia— visitó Rusia
defendiendo la veracidad del relato de Hergé en relación con los abusos a los derechos humanos
soviéticos. El documental se estrenó el domingo 30 de octubre de 2011 en BBC Two, fue producido por
Graham Strong, con Luned Tonderai como productor y Tim Green como productor ejecutivo.8 Gardner
escribió sobre la experiencia del rodaje en un artículo para el periódico conservador The Daily Mail, en
la que afirmaba que, tras la primera lectura del cómic, pensó que los dibujos eran toscos y la trama
improbable.44 David Butcher hizo una crítica del documental para la Radio Times, en el que opinó que
el viaje de Gardner era aburrido en comparación con la aventura del cómic, pero alabando a algunos
"grandes momentos", como la escena en que Gardner probó un descapotable Amilcar CGSS de 1929, tal
como lo hiciera Tintín en la aventura.45

Véase también
El Loto Azul

Referencias
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2. Thompson 1991. p. 33.
3. Hergé, 1999, pp. 4–30.
4. Hergé, 1999, pp. 31–75.
5. Hergé, 1999, pp. 72–81.
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7. Hergé, 1999, pp. 122–141.
8. ,.
9. Thompson, 1991, p. 24.
10. Apostolidès, 2010, p. 17.
11. Assouline, 2009, p. 38.
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13. Farr, 2001, p. 12.
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15. Lofficier y Lofficier, 2002, p. 19.
16. Peeters, 2012, p. 35.
17. Peeters, 1989, p. 26.
18. Farr, 2001, pp. 12–14.
19. Theobald, 2004, p. 83.
20. Farr, 2001, p. 19.
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29. Lofficier y Lofficier, 2002, p. 21; Peeters, 2012, p. 38.
30. «Echo Magazine a 80 ans» (http://www.echomagazine.ch/index.php?
option=com_content&view=article&id=18&Itemid=70). Echo magazine. Consultado el 17 de junio de 2013.
31. Peeters, 2012, p. 40.
32. Lofficier y Lofficier, 2002, p. 21.
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Bibliografía
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