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Fue como estar en el infierno, peor que estar en una crcel. Mis
compaeros me amarraban y me miraban como a un animal, dijo Luis
Carlos a este medio sin reserva alguna, vestido con pijamas y con dos
paquetes de Marlboro rojo en la mano derecha.
cuerpo astuto le pidiera esa sustancia anmica llamada serotonina, que influye
en el humor.
Tambin toma ms caf para reactivarse. Normalmente bebe unas ocho tazas
diarias, pero en estas rachas puede consumir 16.
Anda uno como desganado; sin ganas de hacer nada. Sin ganas de baarse ni
nada. Puedo pasar una semana sin baarme.
Luis Carlos habla a pierna cruzada con su pantaln de pijama color papaya,
sandalias de cuero y camiseta blanca. Lleva una melena abundante, rizada y
entrecana propia de sus 56 aos.
Se peina para atrs, como un galn de los 80 y algunas de las cosas que dice
las celebra con carcajadas sin complejos, enseando la lengua manchada de
caf, como queriendo decir soy muy malo.
Solo una vez fueron mis hijos a verme, dijo al comenzar la entrevista. Media
hora despus cont que ahora tampoco los suele ver. Su vida familiar ha sido
conflictiva. Lo dice sin rencor ni tristeza. Habla de sus hijos, exesposas y su
esposa actual, con una distancia como quien habla de noticias internacionales.
Llam para decir que yo era un depravado, pero l asegura que nada de eso
es cierto. Lo que pasa es que ya uno estaba coloreado como el mdico loco,
dijo antes de soltar de nuevo una de sus risotadas de intrpido.
Fue ortopedista, pero se lesion las vrtebras. Quiso ser psiquiatra y acab
siendo paciente. Sus amigos lo vacilan dicindole que estara embarazado si
hubiera estudiado ginecologa.