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“P sicoandisis y arte’ es un tema sobre el cual muchisimo se ha escrito, Existen centenares de libros, tratados, articulos y nlimeros especiales de revistas dedicados al asunto. Se ha escrito, pues, enormemente; sin duda se ha escrito en demasia,muchas veces muy mal y lo excepcionalmente muy bien. No obstante, si tenemos en cuenta esta abultada literatura, sobre todo producida por cxttcos lterarios y del arte pictérico (no necesariamente siempre psicoanalistas), parecer‘a que el uno sf tendria que ver con el otro.Al menos a mera existencia de esta masa de escritos indica que muchos intuyen que algo hay en comiin, {que algo es compartido por los dos oficios. Pero,a pesar de ‘todo lo escrito, a mi parecer, las relaciones entre ellos atin, siguen tan inciertas y tan oscuras como siemipre. No tengo ia presuncién en este breve ensayo de aportar la luz que falta sino la de disipar algunas sombras, criticar algunos equivocos persistentes y sugerir algunas nuevas perspectivas ‘Ahora bien, el psicoandlsis sdlo tiene cien aos. En cam- bio.el arte es milenario, existe al menos desde el nealitico,, pues las pinturas parietales de la cueva Chauvet tienen mas de 30.000 afios. Este es un hecho que revela una clara disi- metriacel arte no tuvo que esperar la aparicién de! psicoa- ndlisis para poder existiz Pero también es licito preguntar: gl arte, después del psicoandlisis, sigue siendo el mismo arte? ¢Ha cambiado en algo ono? Ha infuido ia existencia del psicoandisis para ins- pirarle al arte nuevos rumbos, nuevos objetos, nuevos modos de realizarse? jExiste algo en ef arte contempo. neo que pueda claramente atribuirse al psicoandlisis! Se comprueba una mayor sofsticacidn, por ejemplo, en el tratamiento psicol6gico de los personajes? jRecurren los autores al vocabulario psicoanalitico, a la segunda tépica digamos, para los andlsis de los méviles y oscuros designios que impelen a sus creaciones? Me parece que estas pre- guntas sélo admiten respuestas negativas, o al menos du bitativas, ;Qué mayor sofisticacién psicoldgica que la que encontramos en las novelas de Jane Austen, Dostoyevski Tolstoy y Henry James, por ejemplo? todos ellos son pre- psicoanaliticos entrertes Pero también es claro que otros autores més con ‘tempordneos ciertamente revelan el impacto del psicoa- Ilisis sobre su visién del mundo y de los personajes que lo habitan, Pensemos nada més en algunos novelistas nortea- mericanos, como Wiliam Faulkner, Saul Bellow, Philip Roth, € incluso el archi-detractor del psicoandliss, Viadimir Na- bokov. En ellos el psicoandliss esta a flor de piel. Por su- puesto, desde antes de ellos tenemos al insigne Thomas Mann, quien proclamaba sin ambages su admiracién por Freud, su amistad con él la importancia del psicoandisis en el mundo moderno Pero, afecta realmente al arte como tal ~es decir a su objeto - el discurso psicoanalitico? jLe dicta o leona algo sustancialmente nuevo? Dicho en términos ain més directos. hace el psicoand lsis posible un arte nuevo? Creo que hay que responder de tuna manera decididamente negativa. Algunos han querido insinuar que el mondlogo interior, como técnica lteraria, empleado por James Joyce en Ulises, debe mucho a la téc- nica analtica de la asociacién libre que suetta las amarras convencionales del discurso, dejdndolo errar por los cami- nos més disparatados. No obstante, el mismo Joyce.en un gesto de modestia y generosidad, reconocié que habia tomado prestado esta técnica de Edouard Dujardin, cuya novela Les lauriers sont coupés habfa sido publicada en |887 antes dela invencién del psicoandisis Un ejemplo més seguro de una nueva forma artistca, al parecer de otros, seria mds bien la otra gran novela de Joyce, Finnegans Woke. Esta inmensa sinfonfa nocturna, para rmu- chos absolutamente ilegible e ininteligble, estd gobernada por una ldgica que Joyce pretende ser la del suefio. Los re- cursos lingufsticos desplegados por Joyce en un deslum- brante virtuosismo crean una conmovedora miisica verbal en la que prima al significante puro, relegando el significado ‘un segundo plano. No obstante, forzoso es admitirlo, esta novela es absolutamente singular inimitable y no ha gene- rado una nueva forma artistica empleable por otros nove- listas. Por lo demas, Joyce parece haber considerado escép- ticamente al psicoandis's como una nueva mitologia y fue asi como utilizé en Finmegans Woke, Claro esta, también los surrealistas, en otra postura muy 19 entrerrtes distinta ala de Joyce, encontraron temas € inspiracién para sus creaciones en el psicoandlisis. Notablemente André Breton, René Crevel y otros de la escuela surrealsta el gieron a Freud - Ge lo que él se indigné - como su santo pa- ‘trén, Salvador Dali también hizo la peregrinacién a Londres para vsitar a Freud en su refugio poco antes de su muerte, después de haber fracasado en tres in vistarse con él enViena.Sin duda la teorfa psicoanalitica fue admirada por los surrealistas y su exaltacién de la crea tividad de los suefios les predispuso fuertemente a favor del autor de la. interpretaciin de los Sueiis. Pero no esta claro que este encuentro dejara de ser un puro malentendido y que el psicoandlisis realmente contara por algo en las pro- ducciones lterarias y pictdricas de los surrealistas. Freud terminé por admitir que Dalt ciertaente sabja pintar, por ms que sus cuadros le resultaban chocantes para su gusto decimonénico. Pero es mas probable que Dali haya contri- uido al psicoanilisis (y no al revés), mediante su método paranoico citico, altamente apreciado por su amign Jac quesLacan Asi, subsisten las preguntas: exactamente en qué con siste larelacién entre el psicoanglss el arte? jn qué con- siste la naturaleza de la cépula "y' que se interpone con tanto desparpajo entre los dos? (En qué se diferencia el tratamiento artistico de temas suscitados por el psicoa- ndlsis del tratamiento dado a otras temiticas de la moder nidad? ;No formaria el pensamiento psicoanalitico mera~ mente otro componente inelucible de! Zeitgeist moderna? Y del lado det psicoandlisis, exactamente de qué se habla cuando se emplea a expresion ce "psicoandlsis aplicado" Esta ultima nocién innegablemente sitva el saber del lado del psicoandliss As! el arte consistirfa en una especie de materia prima en la que oscuramente se barruntan sa~ beeres incipientes,incoados que el docto interpréte recono ce y recoge como los suyos propios. Es decir el arte, como generacién de saberes, es francamente tratado de modo condescendiente. No obstante,es seguro que Freud. el padre de! psicoa- ‘lis, hall6 en todas las artes inspiracién invaluable para sus propias producciones y elucubraciones. Un solo ejemplo basta: sin Séfocles, Shakespeare y Diderot no hay complejo de Edipo. Es posible, entonces, que las relaciones entre un campo y el otro sean preponderamente unilaterales, es intos de entre 20 decir que el psicoandisis sea mucho més deudor del arte que alrevés. Claro esté, también es ampliamente sabido que el psi coanélisis ha propuesto una “explicacién" -por lo demas @ ‘muy grandes rasgos - de los mecanismos psicosewales que esstarian en larafz de la creatividad artistica Todo el mundo, entonces, ha ofdo hablar de la "sublimacién’ (término que antes de ser de la quimica, de donde la tomé Freud, per tenecié a la alquimia) y de la transmutacién pulsional.la cual elevarfa las tendencias primarias hacia las alturas sublimes de la belleza universalmente admirada, Desde este punto de vista, la relacidn del psicoandlisis con el arte seria ex- tremadamente intima, aunque es preciso confesarlo,sdlo a posteriori tanto en el sentido de la historia colectiva como fen el dela historia individual. Con esto quiero decir que el psicoanéliss, por més que ofrezca reconstrucciones de la fancia del creador de ningtin modo propone modelos de crianza para los nifios que garanticen a sus ansiosos padres competencias y dotes excepcionales en sus hijos. Existen métodos para asegurar que los hijos se vuelvan de los cien mejores tenistas del mundo, incluso hay métodos (ef de Suzuki entre otros) para que el chiquito se convierta en un consumado violinista. Pero no hay receta psicoanalitica para ‘ransformar aun hijo en un creador renambradoY lamen- entrsertes tablemerte también hay que confesar que la cura psicoana~ litica ni esté disefiado para convertir a los analizantes en artistas -cosa que alguna que otra vez sucede - ni tampoco para fomentar especialmente a "sublimacion’ Es decir la teoria psicoanalitica se limitarta a ofrecerse como “explicacién’, ex post facto, del acto creative. Retros- pectivamente seria posible,por ejemplo, hallar en | fantasta infantil de Leonardo da Vinci - un buitre ha bajado de los cielos para posarse en el borde de la cuna del futuro genio y ha colocado suavernente su cola entre los labios del lactante y la ha movido con gran delicadeza para el deleite y susto del bebé - la clave para la comprensién de su singular destino de creador infatigable en multiples dominios de la inventiva humana .Asi,en esta vsién, aun sel psicoandlsis ro existia en ese entonces, hoy en dia detentaria el saber para explicarnos por qué la vida infantil, réconstruida siglos despuds, ha ejercido una funcién determinante sobre las competencias artisticas del aduito. Llevado a su extremo,, esta postura no vacilaria en recrear la vida infantil del ané- imo escultor egipcio que creé el busto de la reina Nefertiti para asi explicarnos cémo habria podide esculpir su tan inolvidable naricila Pero Freud mismo alerté en una carta (7 de noviembre de 1914) al pintor Herman Struck que su reconstruccién de la infancia de Leonardo fue "un trabajo de tipo lterario® y en su texto mismo lo trata de un jeu esprit. De hecho, el andlisis del recuerdo infantil de Leo- rnardo es mucho més un aporte ala teorta psicoanalitica de la fantasia y de su pregnancia en la vids psiquica que una contribuci6n a la exploracién de le sublimacién, a la bio- agrafia de Leonardo oa lahistoriadelarte. No hay ninguna ambigiedad en lo que enuncio. Con toda franqueza, la posicicn que acabo de esbozar me pa- rece irremediablemente ingenua € insostenible -por més ‘que parezca seria de Freud Si bien el psicoandlisis ha con. tribuido enormemente a enriquecer nuestro entendi- miento de la vida psiquica, si ha colaborado decisivamente para hacemos abandonar para siempre una visién uni mensional de os asuntos humanos, si ha elaborado en sus grandes rasgos los componentes pulsionales infantiles que influyen de una manera determinante sobre la vida adult ciertamente no ha penetrado més que de una manera ape- ras incipiente en el misterio de la creatividad. Los diversos elementos que el psicoandliss ha aportado pueden resultar 21 sumamente valiosos, pero distan mucho de ser una eluci- dacién cabal de un fenémeno que nunca pierde su carécter sorprendente y sorpresivo, Dicho en otros términos, se bbuscard en vano en el psicoandliss algo que podria llamarse unatteor‘a detarte,o una teoria de la creacién artistica, El psicoandliss, por encima de todo, es una praxis, es decir un procedimiento terapéutico sui generis. Secunda riamente, es una vasta construccién tedrica que ha sido elaborada en una estrecha interaccién con los resultados linicos para dar cuenta de los mecanismos psicoldgicos en juego en el proceso de la cura Sin el trabajo clinico inicial.la ‘teorfa psicoanalitica habria sido imposible, porque no es fruto de ia introspeccisn ni de la experimentacién,y en ese sentido se constituye ert una franca ruptura con la psico logia tradicional Es sabido que Freud, luego de los primeros tiempos, concibié el psicoandisis como una ciencia de la Vida psiquica en todas sus dimensiones, abarcando as! la tmitologia, la historia de la cultura, de las religiones, etc. Y después de Freud no han faltado quienes hayan pretendido “aplicar" el psicoandlisis al estudio de la literatura, el arte pictérico, a historia de a flosoffa.de las ciencias incluso de ias matematicas (la musica es una excepcién casi total salvo la dpera en la que de nuevo es la trama narrativa la que proporciona un apoyo decisive). Algunos han denunciado en esta aspiracién de abarcar a la vida psiquica en su conjunto una especie de imperialsmo dogmiatico. Sea como sea, Freud siempre tuvo el arte a su vera, y junto con laciencia fue el modelo al cval quiso cefirse en la invencién de fa nueva disciplina fundada por él En lo que acabo decir el término fundamental es el de “disciplina” pues el arte es ante todo una disciplina, una ascesis, una cexigencia de rigor, de precisién, de exactitud. En ese sentido -ysélo en ése- el psicoandisis es un arte, segtin el anhelo de Freud ‘Ahora bien.el problema mayor en la construccién de un puente sdlido entre el psicoandlisis y el arte es de indole metodolégica. El psicoandlsis como praxis clinica clasica mente opera remontandose a las causas antecedentes de los sintomas actuales, explorando los acontecimientos del pasado y el sentido que estos han cobrado para el ana- lizante. El psicoandisis estudia especialmente las forma- ciones del inconsciente y para hacerlo, debe provocar aso- ciaciones que susciten el pasado. 22 De ailf que al tomar la obra de arte como un producto de la vida psiquica, los psiccanalistas que lo han intentado, bbusquen remontarse igualmente al pasado infantil del ar tista para comprender cémo los acontecimientos de su infancia determinaron los temas de su creacién. Esto crea el problema de que un tercero - el psicobidgrafo - es quien establece las asociaciones entre obra e historia personal Obviamente, mientras més lejano en el tiempo esté un artista, mds remota es la posbilidad de conocer su psi- uismo ya influencia de este sobre su creacién. Con lo cual estoy apuntando a otro aspecto importanterel psicoanslsis funciona demasiado a menudo con ja idea bésica de una Universalidad de las operaciones psiquicas Pero los estudios histéricos y cutturales han demos- trado que los hombres de otras épocas y de otras latitudes, no necesariamente tenfan la misma mente y la misma sensibilidad de nosotros los modernos de la herencia oc idental. Su tradicién puede ser muy otra, y en fa creacién artistica la tradicién posee un peso muy especial,como més adelante bo recalcaré, De alli que sea més factible tratar de relacionar un cuadro de Salvador Dali, por ejemplo,a partir de sus escritos autobiogrdficos que uno de Leonardo a partirde su diario secreto No obstante, esta posicién es la que motiva la tentacién mayor en la que han caido los autores que intentan esta aproximacion entre el psicoandliss y el arte. Es decir la tentacién de construir una psicobiograffa del artista que pretendidamente daria cuenta de la obra de arte. Pero ast sélo se logra que la especificidad de la obra se diluya en el anecdotario del creador Las menudencias triviales de una Vida, generalmente poco cistinguida por sus cualidades "su periores" (pignsese en la de Rimbaud, por ejemplo), expl- carfan la génesis del cuadro, del poema, de la novela, de la partitura, de la coreografia, de la estatua, del edifcio, del paisaje, de a voz que nos conmueve. Esta desafortunada tendencia conduce al abandono de la obra como tal los riticos se entregan al escrutinio dela Vida del artista, dejindose fascinar por la dimensién imagi- naria y descuidando lo simbstico propiamente dicho, su estructuray su funcionamiento. En certo sentido, se trata de una repeticién del debate que opuso Proust al critico Sainte-Beuve’. Es una polémica antigua, entonces, y que ha debido cerrrarse hace tiempo acordando la victoria a Proust. Pero tal es la fascinacién éjercida porla vida que Sainte-Beuve tuvo su revancha en la biografia que George D, Painter hizo de Proust. Painter se deleita en descubrir, debajo de los disfraces de los per- sonajes dela ficcién, figuras reales de la infancia y vida adulta de Proust. Practicamente no deja de esculcar ningun rincén de la novela, abriendo todos sus cajones secretos. Sin embargo, no aporta ni un elemento para hacer intelegible por qué podemos considerar el magnum opus de Proust tna obra excelsa de arte. Por supuesto que toda creacién een tiltimas autobiogréfica, como dijo Borges. Pero lo es en Ultimas, Porque es preciso entender que la obra posee una autonomfa, una vida propia, si es una obra digna de ese nombre. entresrtes ‘Ahora bien, esto es vilido en todos los terrenos de la creacién, artistica © no. Consideremos répidamente un ejemplo tomado de la historia de las ciencias. Ciertamente la biografia de Newton es fascinante . Es una sorpresa des cubrir que Newton, el fundador de la ciencia moderna y saludado por tantos como la encarnacién misma del espi- ritu cientifico, estaba \teralmente obsesionado por dios. La coleccién de sus obras completas contiene diez veces mas paginas dedicadas a discusiones teoldgicas que a problemas cientiicos.Sin embargo, el entendimiento del sistema new- toniano, como sistema, es completamente independiente de que estemos enterados 0 no de las convicciones y creencias de Newton.Su fe en dios.y sus escritos teolégicos en nada liuminan sus ecuaciones. En gracia de discusién, podemos admitir que si no hubiera crefdo en dios quizé no habria podido hacer ciencia Pero también hay que admitir que millones de sus contemporineos en el siglo XVII crefan en dios yne hicieron absolutamente nada parahacer avanzar las ciencias. Es decir las convicciones religiosas nada dicen respecto a la competencia cientifica, Por ejemplo, un siglo después, Engels. un ateo absoluto, escribiré Lo Dialéc- tica de la Naturaleza, un libro que no aportaré lo més mini ‘mo para ninguna ciencia de la naturaleza Entonces, por mas que conozcamos en intimo detalle la Vida cotidiana, desde el nacimiento hasta la muerte. y poda- mos infer, por sus acciones, actitudes,e inclinaciones, la onganizacién psiquica profunda, por ejemplo, de Wolfgang ‘Amadeus Mozart, nada de esto ayuda a explicar como fue Posible la creacién ni siquiera de las mas simples de sus creaciones,a los seis afios de edad (j), como los minuetos K 40.5 de 1762--sin hablar de ninguna de las obras mayores La psicobiografia puede resuitar apasionante y revelamnos desconcertantes secretos de la vida intima de un artista pero no ilumina para nada el acto creativo. Una vida tris- temente normal. desde e! punto de vista de la ineptitud creativa, puede contener detalles igualmente escabrosos que tampoco explican la incapacidad artistica, No soy ene- ‘igo por principio de las biograffas, aunque a menudo - si 1no son hagiogréficas - son simplemente tediosos exémenes de la ropa sucia del héroe. Supuestamente Napoleén decia que no hay gran hombre para su lacayo, y desafortuna- damente muchos bidgrafos revelan su vocacién de lacayos, En cambio, si la biografia es el pretexto para una 23 entrerrtes reconstruccién histérica complejae intertextual que arroja luz sobre un personaje y una época necesariamente ambi- guos y escindidos,no le veo ningin inconveniente (un ejem- plo magnifico de este tipo de biografia es la de Steven M. Nadler de Spinoza ola de Firbanks de Diderot). Pero lo que me parece intolerable e inadmisible es que la especulacién, psicvanaliticamente desorientada,se apadere de los datos de una vida para “explicar" el surgimiento y el sentido de una obra (uno de los ejemplos més grotescos de este pro- ceder es el de Marie Bonaparte en su estudio sobre Edgar Allan Poe, y més contemporineamente, la biografia de Ja- mes Miller de Michel Foucault - sin hablar de la psicobiogra: fia de Jacques Lacan cometida por Elisabeth Roudinesco). Entonces,a lo sumo, la psicobiografia (en versién laca- yuna o circunspecta) puede ser aleccionadora en la medida en que nos permita desmixtificar al creador que con de- masiada fecuencia tendemos a idealizar. Quizé sea sa- iudable descubrir que el gran hombre podria parecernos en sus de-bilidades y en sus inconfesadas predilecciones, Cons- tituye una leccién de tolerancia, pero sobre todo con no- sotros mismos que pretendemos,o nos imaginamos, como decfa Freud, ser mejores de lo que somos y de lo que podemos ser La otra inclinacién desafortunada que ha caracterizado las relaciones del psicoandlisis con el arte consiste - y esto concierne sobre todo al andlisis de obras literaria, teatro y novela sobre todo - en lo que habria que llamar una falacia antropomérfica.fs decir se trata de la tendencia a tomar los personajes presentados en escena 0 en las paginas de una novela como personas reales, que luego son analizados co- mo si estuvieran sobre el divan, tomando sus parlamentos, sus acciones y sus recuerdos ficticios como si fuesen asociaciones libres. Estos personajes lterarios son some- tidos, entonces, a pormenorizados andlss: detalles infimos permiten la construccién de diagnésticos que los convier ten en ejemplares puros de neurosis, perversiones y psi- cosis, Ast, se construyen cuadros psicopatolégicos a partir de personajes navelescos que se convierten, a su vez, en prototipos de supuestas patologtas que serdn endigadas a Personas que nada tienen de invencién lteraria. Probablemente el mds lustre ejempio de esta corriente interpretativa sea el destino, primero que todo en manos de los psiquiatras, de Madame Bovary. Desde Jules de Gaultier 24 “el bovarismo" se convirtis en el nombre de un temible mal que amenazaba la sociedad entera. Un nuevo flagelo habla hecho su aparicién por primera vez en las paginas de Flau- bert. Por supuesto,no faltaron algunos para denunciar en el escritor mismo la presencia de una insidiosa enfermedad ue habria sido etiolégicamente responsable de su crea- in de un personaje tan enfermizo como Emma.y con ma- yor razén cuando, seguin se cuenta, Flaubert habria excia- mado:*;Madame Bovary soy yo" ‘Aqui abordamos, entonces, un nuevo tema: el de la incidencia innegable de la literatura sobre el psicoanisis, pero pasando primero por la psiquiatr’a, cuya psicopato- iogia fue en gran medida legads al psicoandlisis. El siglo XIX, sobre todo, fue prédigo en la invencidn de cuadros noso- l6gicos derivados de experiencias de lectura, Sin embargo, fue el siglo XVIlle! siglo de las luces.el que inaugurs lo que pronto se volveria una auténtica tradicién de explotacién de la literatura para propésitos psicopatoldgicos en e! siguiente siglo. El padre de toda esta escabrosa progenie fue Jean- Jacques Rousseau quien.en sus Confesiones, descubrié ante Europa entera su predileccién por el vicio solitario prac- ticado, en particular, durante la lectura de libros que, en términos de Rousseau, una dama lefa sostenigadolos con tuna sola mano. En esa época, atin no habta sido acufiado el término de "masturbacién’, que sélo seria preferido al término de "manustupracién” hacia mediados del siglo XIX. Pero el término previamente elegido habia sido el de “onanista’, que goz6 durante muchos afios de gran favor y es atin hoy en dia empleado con cierta frecuencia, Rou- sseau tampoco tuvo empacho en contar la experiencia, a los ocho afios de edad, de haber recibido de manos de la Srta. Lemercier, una agraciada joven de 30 afios, unas vigorosas palmadas en su trasero desnudo. A pesar de la vergtienza y del dolor, Rousseau experimenté una induda- ble oleada de sensualidad que le hizo anhelar una repeticién de la experiencia de castigo inflgido por la misma blanca mano. Pero, jay! la segunda vez e! castigo fue abruptamente interrumpido, ponque la Srta. Lemercier percibié un signo anatémico inequivoco de que la punicién estaba surtiendo Un efecto indeseado. Asi, con Rousseau nace no sdlo el “onanismo' sino también el 'pasivisimo", porque habria que esperarhasta e!siglo XIX para que Krafft-Ebing después de su lectura de las novelas de Sacher-Ma- soch, inventara el término de "maso- En una carrera de alarmante cele- ridad van apareciendo, partir de a litera tura - no exclusivamente la de los novelistas, hay que decirio, sino también de la literatura confesionaria de colaboradores espor (de imaginacién inflamada) de los psiquiatras nuevas entidades patolégicas que luego serén cempleadas para ciagnosticar clasfcar y tratar juridica ‘omédicamente apersonas de carne y hueso ‘Los primeros, puestos al descubier- to por Jean-Jacques Rousseau,como ya io he dicho. son los onanistas" una es- pecie particularmente tema, pues se suponia que se debilitaban y que su vergonzosa tara innata 0 adquirida podria ser transmitida en el segundo caso lamarkianamente ~ a las siguientes generaciones, poniendo en peligro la Virlidad bélica y la capacidad de trabajo de la nacién entera. luego vienen los “erotémanos" de ambos sexos, presos de tuna insaciable lascvia:“ninfomanta’, y “satriasis" eran los nombres de sus enfermedades escalofriantes. La Nand de Zola (tomado del personaje de los Roggionamiento de Pietro Aretino de! Renacimiento italiano) seré tomada como prototipo de la afeccidn femenina, pero ya, desde el siglo anterior, el anénimo Anécdotas sobre fo Condeso de Barry habia conferido forma a ese tipo de mujer enferma del sexo En seguida se denuncian alos “eministas’ es decir originalmente hombres aferinados des Esseintes, el héroe de la novela La Bas de Joris-Carl Huysmans de la llamada escuela decadentista serd su modelo, y luego, claro estd,el Dorian Gray del Retrato de Oscar Wilde. Los “tiranistas" también son descritos - obviamente el Marqués de Sade proporcionard su versién més desarroliada en sus novelas y asi Krafit-Ebing hallard el epiteto de "sédico" ya practica- mente listo. Los “pasivistas”, como ya lo he dicho, seran tos futuros "masoquistas"Y hay todo el largo cortejo de "necro- flicos","uranistas’,“coprofilicos","degenerados’,"cleptoma~ ‘oniomaniacos’ (fos que padecen la mania de ir de compras),“etichistas’ pardsmicos" (los que se deleitan en wéneos entreertes aspirar olores putridos) “voyeuristas', “exhibicio- ristas’, "fotteurs" (frotistas), fdleurs” (rozadores), etc. etc. que pululan en algunas de las obras més leidas de Emile Zola’. El Vientre de Pan's, La Bestia Humana, El Doctor Pascal son algunos de los titulos mas sobresalientes en esta veta. Natu- ralmente, Zola mismo seré vilipendiaco por en fermizo. Sobre todo serd clasificado como "parés: ico" por su gusto, supuestamente mérbido, por los olores fuertes y nauseabundos que son descritos inovida- blemente en sus libros.En particular, su descripcién de los muy diver sos olores de los quesos ser tomado co- mo evidencia de su profunda anormalidad. Y también seré reprochado por la construc in de personajes aquejados de “onioma- na entregados compulsivamente alas compras Sdlo tardiamente aparecen los "homosexuales’ (e por supuesto, ja literatura sélo los retrata con gran discrecién (en esa época es el amor que no osa decir su nombre, en palabras de Oscar Wilde) pero sin dejar al lector ningin riesgo de equivocarse.Y, por titimo, aparece esa alarmante categoria, de tan dificil explicacidn etioldgica y manejo clnico: fos “heterosexuales* Claro esta, para ser justos,hay que decir quela literatura, y el arte en general,no ha constituido sdlo una fuente de malentendidos y de creacién de categorias espurias.La lte- ratura, especialmente, arroja luz sobre la clinica. Si nos guardamos de la falacia antropornérfca, si no nos abalan- zamos a tomar las criaturas dela fccién por personas reals, el andisis de sus actos, dichos y pensamientos puede sernos sérmino es acufiado apenas en 1868) ' extremadamente util para dilucidar en lo real de la incados problemas psicol6gicos. Para convencerse de ello basta con recordar lalectura freudiana en Lo Siniestro de Gierto cuento de Hoffmann (E{ Hombre de fa Arena). © su estudio sobre el Tema de la Eleccién de los Tres Cofrecil. \gualmente deslumbrante es el analisslacaniano de Hamlet, pero precisamente Lacan no toma a Hamlet como una persona real. Por eso no hace de él ni un histérico, ni un obsesivo, ni un melancslico, ni iustracién de ningtin cuadro 25 entrezrtes supuestamente psicopatolégico. Hamiet es la obra de una imaginacién poética sin rival y en esa medida Lacan puede leer en ella el drama,nada menos,del deseo hurmano como tal de Shakespeare,el autor, por supuesto, Lacan no dice ni Una sola palabra joyce, en cambio, lector de la Iterpretacién de los Suefios.y los breves comentarios que allf hace Freud sobre Hamlet, presentaré, mediante Stephen Dedalus, una tesis claramente parédica de la interpretacién freudiana, Porque Joyce, como Lacan también lo ha mostrado, me- iante su arte ya no requie- re de lahipstesis del padre. Quiero concluir con unas tess fuertes El psicoa- nalsisno es una nueva esté- a, rm tica.ni aporta estrictamente ‘nada para el entendimiento de la obra artisticaliteraria, pictérica, musical lo que sea en cuonto obro. Es posi- ble que el psicoandlisis esté suspendido del Edipo, pero es0 no lo califica en nada para reconocerse en el tex- to de Séfocies,como io dice Lacan. En cambio, aporta, cuando e! analisis es fno y riguroso, mucho para el ps: coandlis’s mismo. Los artistas son los que, desde Freud mismo, han ensefiado a los analstas,y no al revés. Esta es la posicién que contempordneamente Pierre Bayard’ preco: niza: lo literatura oplicada, aplicada al psicoandliss. Bayard pretende invertir la relacién epistemolégica entre psicoa- nilsisy literatura:e! saber no estd del lado de este sino que la Iteratura puede instruir al psicoanilisis, abriendo posi- bilidades tedricas.reservas de teorizaci6n posible. este el punto de vista que también creo que valdria la pena in- tentaradoptar Porotra parte el ejerccio de! psicoanalis's por si mismo no tiene por qué conferirringuna competencia especial pa- ra diucidar la eficacia estética de una obra Lacan de nuevo fue quien precisé que la préctica clinica no habilta el menor juiciolterario,E! complejo de Edipo - al menos en su ver sin de sainete vienés - ciertamente no es universal. Por lo 26 in llave que abre todas las puertas no es una llave sino una ganzda, como lo dijo Vigotski’, herramienta de apartamenteros, agrego yo. A lo sumo, la llamada critica psicoanalitica permite escribir novelas psicoanaliticas sobre novelas (un ejemplo excelente y pésimo,a la vez, es Marthe Robert: Origenes de lo Novela y Novela de los Origenes) Pero no otra cosa es generaimente la misma critica iteraria, Esta produce lecturas creativas que se vuelven caducas con el paso de los afios, y nuevas generaciones vuelven aleer las mismas obras, o contemplar los rismos cuadros produ ciendo nuevas lecturas e interpretaciones. Se diré que, de todos modos, la obra necesariamente hunde sus raices en el inconsciente, De acuerdo. Pero una obra de arte no es una formacién del inconsciente, andloga al lapsus, al Witz, al suefio, ala fantasia, al s{ntorna. Sobre ‘todo una obra de arte no es un sintoma, si es una obra de verdad (Joyce “le sinthome", en el decir de Lacan, es el hombre santo, un hombre sin sintomas). Raymond Rousse! se lee por sus novelas, no como un caso psiquidtrico. Lo mismo es cierto para Antonin Artaud, Gérard de Nerval o el Conde de Lautréamont.etc. ete En cambio, lo mismo no puede decirse de las Memorias del Presidente Daniel Paul Schreber Sigue siendo un mis terio,no esclarecido por ningtin critica literaria la razén por la cual la autobiografia de Schreber es un documento psi- quidtrico y no una obra de arte, mientras que la de Casa- nova © la de Benito Cellini,por no dec la de Rousseau,.son insignes creaciones literarias, En qué consisten los criterios, en que basamos nuestra recepcién estética? Es una pre- unta similar - y a la vez diferente - interrogar por qué hoy en dia nadie lee las tragedias de Voltaire, las de Séneca,o las Epicas de Ariosto y de Torquato Tasso. Nuestra recepcién estética no es la de antafio y esas obras ya no nos hacen estremecer Pero por més que nos parezcan tediosas no las ‘tomamos por manifestaciones schreberianas dela locura Claro esté.'a puesta en relacién de una obra artistica y aspectos muy intimos de la vida de quien la produjo a veces aclaran el por qué de la repeticién e insistencia obsesiva de ciertos temas. Dal’ por ejemplo estuvo obsesionado por la imagen del Angelus de Jean-Francois Millet Introdyjo este cuadro en sus propias telas: Gola y el Angelus de Millet pre- cediendo la Ia Hlegada inminente de las anamorfosis cénicas (1933), Reminiscencia arqueolégica de! Angelus de Millet (1933), Busto de mujer retrospectivo (1933).Los atevismos del crepiisculo (1934), Retrato de Gola o el Angelus de Gala (1935), Dai intespretando el Angelus (1935), Lo estacién de Perpiganan (que incluye los personajes de! Angelus, 1965), ‘Aurora, mediodia, atardecery crepuisculo (1979). El estudio de Claude Amirault sobre algunos cuadros de Dal, muestra cémo el hermanito muerto de su historia familiar reaparece en suobra de muitiples maneras Dali, mediante su método paranoico-critico, habia intui- doque en el Angelus de Milt el pintor habia originalmente pintado en medio de la pareja que reza un pequefio ataud de un nifio, En 1963, Daii logré que se hiciera el andlisis radiolégico de El Angelus. y se descubrié que, en efecto, Mi- llet habfa pintado, entre la pareja de campesinos que oran al atardecer,el ataud de un bebé que. luego de haberlo pin- tado - afortunadamente - borrs ".Es cierto,entonces,que el hermano mayor, muerto antes de que Dali nacieva. que lle- vaba su mismo nombre: Salvador, no fue un incidente ano- dino, No obstante, E/Angelus de Dal es ante todo un home- naje a Millet, cya obra tuvo un efecto fulgurante sobre Dali Pero Dali también saba de la relacién especialmente intensa que Van Gogh tuo con la obra de Mille, notable- mente, de nuevo, con El Angelus que copiaba obsesiva- mente a partir de tarjetas postales en los peores momentos: de sus crisis.A su ver, la vocacién de Millet tuvo su origen en su encuentro con un dibujo de Miguel Angel en el Louvre que representaba a un hombre desmayado. Roland Léthier” en su estudio del Angelus de Dali esta- blece una serie que se puede representar: Miguel Angel > Millet Van Gogh -> Dal. Léthier escribe: "Se encuentra el apoyo para la creacién en la obra de un Predecesor. Este apoyo es distinto de lo que s¢ llama la influencia artistica: no se retoman los temas. el estilo, la manera de pintar La posicién deseante y creativa no se escribe en los términos familialistas del tipo: 'de padre en hijo... tomaré su fuente en lo que otro ha figurado, se escribird entonces:'dibujo por carecer de ser”. Elarte nace del arte. No hay arte por fuera de una tra- dicién, de una técnica heredada, de una vital relacién de aprendizaje (lo que en inglés se llama apprenticeship) en la escuela de:un maestro Aqui conviene introducirla reflexign de EH. Gomibrich: el arte no existe, sdlo existen artistas capaces de transmit la técnica y, sobre todo, el deseo de entrecrtes, crear-Pues el inconsciente solo no es genial nicreativo. Millet fue el maestro de Dali. su Angelus {ue la forma en la que Dali pudo captar, capturar la falta en el otro y la fuente de su deseo de pintar Esa falta fue reconocida como la suya pro- piay tomiada como su principio inspirador. El concepto freudiano de "sublimacién® sigue estando tan oscuro come lo dejé Freud. Otro concepto psicoana- Iitico de una oscuridad casi igual es la de “identifcacién’ Paradgjicamente, quizd sea mediante la conjuncién de esas dos oscuridades como alguna luz se pueda arrojar sobre el proceso creativo. El vinculo esta constiuido,por un lado, por la subjetivacién del artista singular y, por el otro, por el objeto constituido en y por la obra de arte. Es la relaclén entre el proceso de subjetivacién y la constitucién del objeto. tal como adquiere forma en la obra de arte, lo que eventualmente podria ayudar a aclarar el misterio de la Notas: Clipart "Oto ge ec "He vienen alamente los nombres de Marie Car (1s mas pour de. te) 1 de Pee Rey (Le Gey 200s nove) Desforturadamerte see hoy ena que el erro empleado por Leonardo no he “utr sna alana bic" que e “ro” en expo Ee 90 es un mer dete pues demasdo en eles de Fred x conruye 2 parr deo ue el temeo oe “dave” permite Vease oe Meyer Scapa Freud 2 Ueonarde:An Art Minne St [1968] en Ther and Prissy ofr: See ‘Aes and Sac elected Per, New rk George Bre, 1994 Sigruna Freud Epstoana, 875.1939, Mod Nbitecs Nowe | 963,344. E, H Gamorch ens "Eta de Fre nico en Fre yo Paco el Are (Bacetra, Bore 1971) ct ext expesn de Feud cana "iad edn rvs Fred en a cot toda. o contac dea cresporl qu fe ena cjemplar des boy fo clfea como ana ‘aimed Mare! 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