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a aCe REVISTA QUINGENAL OD DIRECTORES: dez Garcia L. M. Urbaneja Achelponi Administrador: LUIS ANDERSON “La epopeva de Chango Carp: io x Sietecueros ... La °. Alma Venczole na” (poesia) <-Bpvarne Caesso 2 perteccién Imamnna ca una ; DipGo CaKuoNeEL RDoCAstILL.o noes Garcia estela de Leconte Aden para més, una. Thivia fs ee is Cocprecdido cul ca. ‘Acada instante caian de un fangal pero los dos hombres leyaban roferie una auia Tos zones estado del camino. Asi mar- ‘ellos que se habia metido hasta un barrizal dijo: mo €S qué nos metamos en = aunque sea bajo una mata, por- dlintaremos nada en toa Ia noche pros, respondiG el otro, para evar osen estaca, mejor ¢s aguantarla r lo menos se tiene el cuerpo en ésto, Chango, cay de_bruces, Ya mitad del’ camino. Se habia arco, en uno de esos pestilentes F falta de profundos y espacio- : ‘con nuestros trazados para poner en peligro 4 diario la destrozar carros, mancar ‘1 paludismo, ese lento pero nuestra empobrecida sangre fia se enderezd Chango, y sin fen elfango con riesgo de vol- ‘con todo el encono y odio que ‘estampa! lo, Chango, observd Siete- repuso el alndido, pues s! masiclcamino. fe -tumbos prosigicron A oscuridad ¥ bajo 1a Tu Jo sintie. ado, ¥_¢ ‘4 penas Si eTaetuviéronse 4 Ver Mas estaba. tan 24 un lado, dicvon A Jas reseS tope , donde ‘yan sendos m6 Chango- ee yale: toda vist DIRECT : A. Fernandez arches L. M. Urbaneja Achelpoh! trador LUIS ANDERSON Se CARAGAS: CAS: 1" DE NOVIEMBRE DE 1910 NUMERO 17 ERA VEREZobARA DOirecoién y Administractin: SOCIEDAD A SAN FRANCISCO Numero 6 (autos) —Bueno, pero aqui echare: para no Sadie ee encaminéndose 4 la pulpert 4 tameen an pretil del soportal ais 8 Aunque estaban Ienos de barro, por los eostu- rones y lepras de sus piernas, por el color verd £0 de la pie, por los trapajos que tnbrian & ten ais ilies ntloganten, se te A bes dlaras que aquellos hombres debian de ser al os Soa cethados 6 desertores de las tropas que aca. faben de fecerien entrada victorioanen lx ed: pital. =" Efectivamente eran soldades retirados camino de sus lares. Sus semblantes aun reflejaban el Ssombro de las batallas. En sus pupilas pron. $A0 7G dilatarse, ve lefa el estado morhoso de sus Saimos, las sacudidas violentas, la animalidad salvajigmio en los que, durante largos meses PaeMido. Ademds, sus motes de cuartel lo pregonaban. Chango, Sietecueros, eran apodos neo habian podido salir sino de la vida bratal [ue MMlado, donidecl instintosuzled la inteligencia Chango era un catire tesco, cariampollar, con belfer grucso y ojos undidos A los, lados Son ey achatada yroma. Su nombre dc pila una iT de Carpio, sexi constaba en stb 4 los Ge cero, pero que 4 él le causaba Va ext tan hecho como estaba 4 ser Il amado Change. arbilampiio, moreno, bre Sietecueros era un bs cal parecido, pero st piel adiDos ¢ ees jios infartados, parecia se ceattes de ganzlios infartados, PANT er ms Sretente quels de cualquier o> mortal de Gonde provino el darle si pelljos demas. iArrimado el uno al ObTe en el pect ou prianse lo mejor que podian Tr su segs farise [soldado; tos dos camara ‘ a fundo silencio, ©° ran ees Os Asi permanecieron. 4 fonciliar el suemio- 2 songifgra. que SietecueTOs be eaanda, dic se chorita abeen te pulperis ¥ nO tenemos #2 frAKO, ay quien nosbriade, ni qnien 20° fie, «Oe testo Chango. ee cocate® '¥ volvieron & q¥ ies tro, como si dura oniéndose €9 pie quedar silene jeran y exami hasta a Jo el ciclo, uno al 0! ‘eneros, P' exelamd: ‘aquella madrusada Wisitados, seavin iin fa; se l numeroso nente sus estrat: das. V la prucl a Mevado 4 Juancho. los hombres, 4 marraba sicmp illo A Ia caja ast come embo neia yu" las emp ra después del Tay Chango Carpio y Sietecneros oo tha Tespirar. Los acreedores aa deintereses. Los matrimonios os’ esperanza, mos en boca de la gente legaban Chango Carpio, cuando en ven timoso estado, a de ficra en los montes, ocultan. misma sombra. A punto de que el hambre y las enfermedades, en Amedrentado lugarejo, dado los del padre de almas, se entregs con —la escopeta del Cestero,=A las gentes garantias de la autori- Ja bomba y toda aquella montaiia SO DE UN TREN mm de poblacho. Solitaria 6m. La florida trinitaria ama en el andén sombra y frescura, pla un acre olor 4 brea. loctoral el sefior cura, cura de aldea. cuatro rapaces. Mediod{a. acho de un tren pone su diaria escéndaloen la via. splicente, como hastiada je, asoma la dorada gabierta veotanilla que por linda me enamora, jero earmin enciende 1a hora jble, romédntica y sencilla, ‘Avila, abrileaa de ilusiba acaso. fu nombre, coraquetia; trella 6 flor, ave de paso? de enstienos se disip6 como las ni F 4 los trashumantes soplos del ae te oe Avila Como en fondo de todas las murmurach hay algunamiajade verdad, es el caso, tue aeons do los anos, sea porque al pueblo le wast modar el fin de sus heroes de un modoonn con la vida de éstos, 6 sea porque asi fitcra, com ¢s de presumir se corrié con mucha instancia ev. tre las gentes, el encontrarse el General Chango Carpio, de comisario mayor en su alden, donde todo marcha & tajos y reveses. Y Sietecteros, y en eso. si que no mienten, ejerciendo de recovers, es dgcit: comprando polos y huevos para reven. der en campos y poblados, trayinando por los ¢aminos con su garrote historiado sobre el hom. bro, del cual penden 4 un lado las aves y al otro los hnevds en un cesto con los que tropieza A cada paso en su recova. Luis M. Uspanrya ACHELPonL. EL LUNAR Baildbamos. El vals era una queja, Como un mirlo en Ia nieve de an camino, noté en el seno en flor de mi pareja, junto al escote, su lunar divino, Amor me hirié desde ese punto endrino, ! en su seno encantador, semeja al borde de tma rosa, negra abeja, 6 en Ins purttas del cielo, un peregrino, Oh nifia del lunar, mi pensamiento cuando duermes, de noche, & tu aposento penetra con el céfiro stimiso y muy suave, en tu sono perfumsdo esa el Iunar, como dngel prosternado que besara el uabral del Paraiso 19t0. ADIOS - En un Album < negro, Margarita ? 1 Ves ese buque negro, Mars: Bye cren porn! Pass ian, Med del ‘un soplo agita, \dré del mar azul, que un soplo 2g sald Oe piveo ef ancora Bigapie! ‘Como el creyente un ciria em una erat, 2 re algdiu diamante ; rte alg yo, gers doer, Margot, el coasoaaste, Ja Ideaes mariposa que me oe ; Noudrinss Mie voy con las oscuras 80! naa. me verds, en époea dicHoss Traerte oro del alma y piedras finas. ial que espera, ‘Asi, trayendo la seilal Gon ‘una torre Ja sultans hermosa, oe venir su paloma mensajet™«- ‘A. J. CancaRo HEsnems r9—Octubee—1920- Simon Bolivar demar lole In cuota, 4 Si eomnha de sae llanuens, €2 ¥ como 10s ros que jos de las cumbres, y como los que. ardiendo, com Iuz y fragor, de ta tierra, traigo el hoimena- ‘de mis palabras, menos profundo y elo. el de mi silencio, al que desclayé del onfalin de Pizarro. Por sobre tachas sobre Ja pasin det clogio y a por sobre las flaquezas imismas, oe plumén del condor, de aoe! Hibertad, radioso el hombre ‘Ouema y arroba, Fensar en él, as0- [xia lore wa arenga, verlo deshe- rst ignaje fire el naturaleza, su cfispide fue la de nues- para el coraz6n. Dicese ‘se ve delante el monte 4 que, mas sitve «l encapotado gincte de co- pena en Le as eva con moral, los libertadores ‘Tedencién que los comuneros, arrancé en el s, to. de i tos insolentes que saco weinte mil hombres; muier la de cnal Ia mejor perla dela Margarita, cn. la pasea presa por el terrado de doite ver el sitiador, dive, mientras riega de metralla la puerta del. fixer lograréis de mi que Te aconseje faltar 7.) herese; mujer aquella soberania A sa novio para que se fuese en el patibulo junto 4 &; mujer Mer zo, de trenzas hermosas'4 quic beza porque bord6, de su oto r forme del Libertador; mujeres Tas «a el 1) Bolivar tlevaba 4 la grupa, compaivr.. mitas de sus soldados, cuando vadeabain los hombres donde iba la redenci6u andinos siglos de la Naturalez y despedazados los torrentes Hombre fue aquel en realidad c Vivié como entre liamas, que dice es como florén de fi mueré el hombre honrado 4 quien da que todo cese 4 su alrecedor. E lo que anda el posta mas ligero |. ejereito nariente todo lo. que hay: euta. Pelea, yen lomés ailigido « euando se le vuelven suplicantes tod manda que le desensillen ¢1 I €S como cuando en lo alto de una cor coge y tierra de sabito ta tormen ma y lobreguez el valle todo; y A taj Tuz celeste la cerraz6n, y cuelgan de mientras hondo luce el valle freseo con cl primor sus colores, Como los montes era cl Ja base, con las raices en las del mv la cumbre enhiesto y afilado, con: trar mejor en el cielo rebelde. Se lc con el sable de prio de ro. en las | Ctee el ciclo, en los diose tales, en el Dios de ‘Colombi: Tica y en su destino. Su gloria lo cic ma ¥ arrebata. Vencer no cs el sll idad? Vencer 4 los hombr. los yolcanes, 4 los s e6mo los deshari: aaa, uo descr pueblos, no redencion mi con las

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