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LA CONSTITUCION DE 1830 Por el Dr, Luis Felipe Urbaneja FUNCION HISTORICA DE LA CONSTITUCION DE VENEZUELA DE 1830 ‘Vayan mis primeras palabras para expresar a mis compaiieres en esta Academia lo agradecido que tes estoy por haberme designado para Hevar la palabra en este acto. Simple individuo de nimero de una agrupacion donde hay verdaderas luminarias, oradores de celebrada elo- cuencia, personajes de alto relieve por sus brillantes actuaciones en el foro, en las letras, en la politica, no me siento el mas calificado para fepresentar a nuestra Corporacién en ocasién como Ja presente, Tra- tando de encontrar la causa de esta inmerecida distincién, solamente encuentro una: la de haber estado dedicado casi toda Ja vida al cultivo del derecho con preferencia a cualquieta otra actividad. Habra quetido Ja Academia subrayar que la celebracién del sesquicentenario de la primera constitucién venezolana es la conmemoracién de un acto en el cual el derecho Iegaba a su culminacién como fuerza modeladora de nuestra sociedad. Después de que los venezolanos, impulsados e inspitados por su gran, capitén, se pusieron en marcha por los caminos de América, dan- dose a la gloriosa tarea junto con las naciones hetmanas, de constituir Estados soberanos, concentraron su mirada en el solar nativo, debilitado por su Propio heroismo, y como primer paso necesario hacia su engran- decimiento, Jo dotaron de una Constitucién. Ella se convirtié desde su nacimiento en Ia piedra angular de la patria, y, a partir de ese mo- mento, toda la evolucién de la sociedad venezolana como ente politico se ha desarrollado en torno de sus Constituciones, Las idéas politicas van y vienen, las fuerzas sociales entrechocan en una lucha sin fin, pero los hitos del progteso institucional estan en esos pequefios libros que se Ilaman Constituciones de la Republica. 151 Con razén el ilustre Gil Fortoul al querer enfocar Ja historia de nuestro pois desde un angulo superior y clarividente, escribié una His- tora Constitucional de Venezuela, pues al exponer las vicisitudes por las que han pasado nuestras Constituciones, estaba haciendo la mejor historia de Venezuela, quintaesenciando el significado profundo y du- tadero de los hechos de armas y de las contiendas politicas y sociales, resultando de todo ello Ja estructuracién paulatina de un otganismo nacional. Nuestra nacién ha caminado bajo la guia del hilo constitucional. Gobernantes muy de facto, caudillos militares arribados al poder por sus triunfos en los campos de batalla, se han transformado por la fuerza que emana del oficio del jefe del pais, el cual subyuga al mismo que Jo ejerce, en hombres de Estado, y tratan de apoyarse en el asidero de Ja Ley. La Constitucién de Ja Republica atrae constantemente sus pen- samientos, ya pata aferrarse a ella, ya para reformarla, pero nunca para eliminarla o destruirla, Curiosamente, los grandes vencedores en las contiendas militares y politicas son quienes mas intensamente sienten. lo effmero de sus éxitos, y tratan de consolidarlos echando mano de Jas instituciones juridicas, como reconociendo Ia fuerza misteriosa de esa gran invencién del genio humano que es la Ley. Muchas veces el caudillo no se satisface con serlo. Aspira a hacer culminar su obra con- virtiéndose en legislador, El pueblo romano, primer conquistador de Eu- ropa, forja la Ley de las Doce Tablas en el alba de su historia. Moisés, conductor de Israel, baja del Monte Sinaf trayendo las piedras donde estaban escritos los mandamientos de la Ley de Dios, Luis Catorce, en medio de sus interminables empresas militares y politicas, dots a Fran- cia de un vasto cuerpo de leyes, principalmente contenido en las orde- nanzas hechas por su ministro Colbert. Bonaparte pasa a la posteridad auteolado con sus Cédigos y con las constituciones que sembré por toda Europa, a través de las monarquias creadas con su espada y con las cuales pretendié estabilizar su poderio y el de Francia, Las cons- tituciones de esas monarquias, con gran contenido liberal, eran el ins- trumento mediante el cual ef Emperador buscaba consolidar a su obra politica para que no dependiese exclusivamente de Ja suerte de as ba- tallas, Bien sabia el Emperador que Ja esvabilidad de las monarquias estaba comprobada por la historia. De la misma era napolednica pro- viene la dinastia que hoy. reina en Suecia, fundada, como se sabe, por Bernado'te, mariscal de Napoleén, la cual sobrevivié al Imperio por haberse apoyado en Ia fibra institucional. No incluimos a Paez en esta enumeracién de gobernantes legisladores, pues nunca aspiré a los lau- 152 reles del hacedor de leyes, pero en cambio cuidé sistematicamente de respetar las formas constitucionales, contribuyendo a crear el ambiente de legalidad que se mantuvo en la vida politica venezolana hasta la época de las reyoluciones. ‘ Los hombres piblicos que forjaron nuestra primera Constitucién, muchos de los cuales fueron llamados a dirigir los negocios de la naciente Republica, demostraron en los cargos que desempefiaton su fidelidad a los principios republicanos por los cuales habian comba- tido con la pluma o con el sable en la guerra de la Independencia. Esos hombres, formados en la resistencia contra Ja autoridad extranjera y en los afios de intensa vida politica que siguieron inmediatamente a la guerra, cuando ejercieron el poder, lo hicieron con el mayor res- peto de la Ley, hasta el punto de que la Republica llamada conserva- dora, o sea, Ja que existié a partir de 1830, ha sido considerada como Ja edad de oro de nuestra vida institucional durante el siglo XTX. Y el anhelo por 1a constitucionalidad y Ja legalidad que ellos sembraron ha sido una constante de nuestra historia, aunque en ciertos periodos subterraneamente, Se atribuye al Presidente José Tadeo Monagas haber dicho que “la Constituciéa sirve para todo”. Mas, cualquiera que haya sido la ocasi6n o la intencidn, lo cierto es que establece una dependencia de las iniciativas del gobernante respecto de la Constitucién; y en cuanto a servir para todo, observamos que sirve primeramente para que el go- bernante adquiera conciencia de que necesita de ella. Por otra parte, la frase se interpreta generalmente en el sentido de que la Constitucién puede estirarse o encogerse segiin las necesidades politicas del momento, pero si a fuerza de alteraciones la Constitucién se convierte en un pedazo de papel sin prestigio, ya no le serviré al Gobierno como es- cudo ante ia opinién. Esto sucedia, por ejemplo, cuando el doctor José Ramén Ayala, ilustre profesor de derecho constitucional, dandonos cla- ses en este mismo edificio, definfa la Constitucién de la época con estas palabras: “Es un librito amarillo que se reforma todos los afios y se viola todos los dias”. ELOGIOS DE LA CONSTITUCION DE 1830 Historiadores y juristas han formado un coro de alabanzas de Ja Constitucién de 1830. Oigamos algunas voces destacadas: 153 El ilustre Augusto Mijares lam6 “gobierno deliberativo” el creado por dicha Constitucién. Elogio trascendental, porque implica un nuevo modo de vivir poli:ico, civilizado y civilizador, con el que apenas erigida Venezuela en nacién soberana, la equiparaba a las més adelantadas del mundo. “Gobierno deliberativo” quiere decir el mando por medio de Jas ideas, la eliminacién de la arbitrariedad caudillesca, la conduc- cién del pais seguin el consenso de los elegidos: en suma, el més legi- timo gobierno que una sociedad puede darse. Y Gil Fortoul declara: “Por todo el periodo (el regido por dicha Constitucién) se ven ejemplos, raros en Ia historia sudamericana, de respeto a la Ley y de independencia de los podere’ legislative y judicial”. El jurista y escritor Francisco Vetancourt Aristeguieta hace la siguiente apologia: “Ella (la Constitucién de 1830) responde a la realidad politica y socioldgica del agitado momento en que Venezuela se desligaba de la Gran Colombia... fue la comentada Constitucién como pierre d’attente (piedra saliente que se deja para unir més sdli- damente ia parte construida con las que deban construirse més tarde) del edificio de nuesira nacionalidad y fue en virtud de ella que por vez primera nos Mamamos venezolanos, en sentido propiamente constitu- cional”, Y el General José Tadeo Monagas, en su mensaje presidencial de 1857, proclama Io siguiente: “La Constitucién de 1830 merece nuestro respeto, porque ella ha consagrado las bases fundamentales del gobierno democratico y representativo que siempre hemos sostenido: Ja alterna- bilidad y responsabilidad de los funcionarios ptblicos y las garantias de los ciudadanos y habitantes del pais reconocidas como inviolables en todos los sistemas de libertad en que la Ley es una para todos. Todas sus disposiciones concernientes a estos dogmas de nuestra fe politica deben ser siempre sagradas,..”. ALGUNAS NORMAS IMPORTANTES DE LA CONSTITUCION La Constitucién cuyo sesquicentenario se celebra en esta ocasién es de primordial trascendencia, no sélo por el hecho histérico de haber sido la primera en el tiempo, sino principalmente porque fij6 Para siempre los conceptos basicos que han regido nuestra constitucionalidad. Establecié el principio esencial de que “el Gobierno de Venezuela es y ser4 siempre republicano, popular, representativo, responsable y alternativo”’. 154 Hoy no damos mayor importancia a esa proclamacién enfatica de republicanismo, por parecernos que la republica era la unica forma con- cebible para una nacién americana. Mas en la época a que nos referi- mos, no era ese principio tan evidente. En mds de una oportunidad pensaron dirigentes politicos tanto en Venezuela como en Colombia en la conveniencia de una monarquia constitucional, Gil Fortoul de- dica al asunto todo un capitulo de su Historia, En 1825 Antonio Leo- cadio Guzmén visité al Libertador, quien se hallaba en el Pert, para enttegarle una carta de Paez, en que se hablaba un golpe de Estado re- lacionado con un “imperio napoleénico”, y se pedia al Libertador su anuencia. Bolivar rechazé la idea en carta que contiene la célebre frase “Ni Colombia es Francia, ni yo soy Napoleén”. Y en 1829, segin el historiador J. M. Restrepo, personalidades importantes de [a politica pensaron que para evitar Ia disolucién de Colombia a la muerte del Libertador, que se vefa préxima, “el tinico gobierno que daria al terri- torio colombiano garantias de orden y estabilidad, serfa el monérquico constitucional, Hamando al trono a un principe extranjero de las antiguas dinastias de la Europa’’; Mas, disuelta la Gran Colombia, cuya supervivencia habia sido el motivo de pensar en monarquia, no habia lugar a vacilaciones acerca de la adopcién de la forma republicana. La mayoria de los principios constitucionales que se consagraron en 1830 han permanecido intocados, tales como la divisién del gobierno en tres podetes independientes entre si. La independencia del poder judi- cial merece mencién aparte, porque es el cimiento de la defensa del individuo contra la omnipotencia del Estado, A ella le rinden homenaje todos los gobernantes, incluyendo Jos que no la han respetado, Esa inde- pendencia est personificada en organismos de prestigio mundial como Ja Corte Suprema de los Estados Unidos y la Cimara de los Lores en Inglaterra, el més alto cuerpo judicial del Reino. Y es del caso notar que algunas autoridades en filosofia de la Historia han patroci- nado un movimiento pata atribuir al poder judicial el rango supremo de los érganos del Estado. Se aduce que superadas las etapas en las cuales tal supremacia fue ejercida sucesivamente por el poder ejecu- tivo y por el legislativo, y delimitados los campos de accién de las fuerzas espirituales, politicas y econémicas, ha Iegado el momento de que ¢l Estado atienda por sobre todo dar a cada uno lo suyo, misién que naturalmente corresponde al poder judicial. La divisién del poder legislativo en dos Camaras, cuyas ventajas se palpan diariamente, siendo ambas electivas segin procedimientos di- yersos, arranca de Ja Constitucién de 1830, como también la institu- 155 cién del sufragio para la designacién de los poderes ejecutivo y legis- Jativo. La eleccién de dos grados establecida en dicha Constitucién pre- valecié por mas de un siglo, lo cual demuestra cudn sélidamente estaba cimentada en nuestra realidad politica y social. Junto a esos aciertos republicanos, la Constitucién ptesenté fallas en el terreno que hoy Ilamarfamos democratico: por ejemplo se exigia, pata ser elector o elegido, poseer ciertos bienes (no muy cuantiosos, en realidad) o disfrutar de ingresos, lo cual reducia considerablemente el cuerpo electoral, Y no se establecié el voto secreto, Esto restaba sin- ceridad al sufragio especialmente en las asambleas parroquiales. No obstante haberse calificado oficialmente la Constitucién como centro-federal o mixta, a nuestro criterio aparece mas bien como cen- tralista, con algunos elementos de federalismo, que son pocos aunque importantes, tales como Ja intervencién de las Diputaciones provincia- les, por el sistema de ternas, en Ia eleccién de gobernadores de pro- vincia y en las de jueces superiores, DIVISION TERRITORIAL. GOBERNADORES. DIPUTACIONES PROVINCIALES. OTRAS AUTORIDADES LOCALES “El Territorio de Venezuela comprende todo lo que antes de la transformacién politica de 1810, se denominaba Capitania General de Venezuela. Para su mejor administraci6n se dividira en provincias, cantones y parroquias, cuyos limites fijar la Ley”. Esta Ley era dictada por el Congreso, y no por los cuerpos legislativos provinciales. Ya sabemos que los limites precisos de ese Territorio de la Capitanfa General de Venezuela no se pudieron fijar en todas sus partes; y que Ja linea divisoria entre Ja Capitania y el Virreinato de Nueva Granada se han estado discutiendo durante ciento cincuenta afios, y todavia no hemos terminado. El Territorio estaba dividido en once provincias: Cumana, Barce- lona, Margarita, Caracas, Catabobo, Coto, Maracaibo, Mérida, Barinas, Apure y Guayana, divisi6n basada en la existente durante la Capitania General. Las primeras provincias agregadas en afios siguientes fueron Tru- jillo, Barquisimeto, Aragua, Guérico, Maturin y Amazonas (Territorio Rio Negro). 156 Los cantones corresponden al concepto actual de Distritos, que son en realidad entidades municipales, equivalentes a los ayuntamien- tos espafioles, y las parroquias civiles corresponden ai concepto actual de municipios. En cada provincia habria un cuerpo legislativo tlamado “Dipu- tacién provincial” que velaria por la Constitucién y las leyes, denun- ciando ante la Camara de Representantes las infracciones, como tam- bién fas del gobernador y demds empleados de la provincia. LAS ELECCIONES - EL SUFRAGIO La tnica oportunidad que tendrin los venezolanos para ejercer el derecho de voto sera para elegir en Asamblea parroquial cada dos afios, el elector del cantén a que pertenece la parroquia. Estos elec- tores rednen también cada dos afios formando los colegios electorales que eligen Presidente y Vicepresidente del Estado (es decir, de la Republica), los Senadores de la provincia, su Representante o Repre- sentantes, y los miembros de Jas Diputaciones provinciales. Todas las designaciones de funcionarios electivos son pues de segundo grado. Entre las causas de suspensién del derecho de voto nos l!aman hoy la atencién la de ser sirviente doméstico, deudor fallido, ser vago, ebrio por costumbre. Para ser ciudadano habfa que ser hombre libre y para ser elector o elegible, es decir, para gozar de los derechos politicos, habia que tener una ptopiedad rafz cuya renta fuera de cincuenta pesos, o una profesién, oficio o industria que produjera cien pesos anuales, o sueldo anual de ciento cincuenta pesos. En suma, que el suftagio no era universal ni directo. En realidad, sélo una fraccién de los venezolanos podia acudir a las urnas electorales. EL CONSEJO DE GOBIERNO Formado por el Vicepresidente de la Republica, un ministro de la Corte Suprema de Justicia y cuatro miembros nombrados por el Congreso. El Consejo emitiria voto consultivo para decretar la guerra o requerir al Presidente para que negociara la paz; en negociaciones , 157 diplomaticas y tratados; en ciertos nombramientos importantes, como de gobernadores, “y en todos los demas negocios graves en que el Poder Fjecutivo lo exija”; para penas capitales. Podria verse en este Consejo un indicio de temor al cesarismo. De éi fue acusado el Libertador. Este temor estaba justificado entre los venezolanos, pues aqui tenfamos nuestro César. Pero como remedio contra los abusos del poder no compartido, no era tal remedio sino apenas un paliativo moral. RELACION CON COLOMBIA Articulo 227. Los futuros Congresos constitucionales estén auto- rizados para dictar las providencias conducentes a que se verifiquen de la manera mas conveniente a los pueblos de Venezuela, los pactos de federacién que unan, arreglen o representen Jas altas relaciones de Colombia, Iuego que se cumplan las condiciones del decreto de la matetia y conforme a las bases que la opinién general vaya fijando para dichos pactos. (Se deja abierta la puerta para una confederacién). ¢@REPUBLICA CENTRALISTA O REPUBLICA FEDERAL? ‘Los constituyentes de’ 183U, ante la ingente tarea de dotar a su patria de’ una Carta Fundamenral, se abocaron en primer término a tesolver sobre una materia esencial. ~Habia de ser Venezuela una Re- publica centralista (como lo éra Francia) o una federal (como los Estados Unidos de América?), Esta cuestién fue la que ocasioné ma- yores debates, Era en el fondo 1a contienda entre el caudillismo nacio- nal, personificado en el General Paez, y los caudillos locales, a veces poderosos. Pudo Iegarse a una transaccién, que se formulé asf: “que el Go- bierno de Venezuela sea centro-federal o mixto”. Se ha afirmado que ‘el sistema puramente central fue rechazado por ruinoso, suponemos que en el sentido de que succionatia de las provincias el dinero producido por los impuestos; serfa ademés mirado como residuo de la monarquia; y el puramente federal, aunque tedri- 158 camente el mejor y més vetdaderamente republicano, también fue rechazado “por falta de Iuces en la poblacién”’. Pensamos que la verdadera razén fiscal radicaba en que la pobre- za del pais en esa época no consentia que Ja mayor parte del dinero de los impuestos quedara en manos de los gobiernos provinciales, por- que el central no tendria entonces ren'as suficientes para mantener los servicios ptiblicos nacionales en un nivel adecnado a las necesidades del pais, especialmente el sostenimiento de las fuerzas de tierra y mar, y las obras publicas que estaban por hacer. Fue la pobreza en la Edad Media uno de los mayores motivos que condujeron a Ja formacién de los Estados centralizados de Buropa. La autonomia regional puede también resultar ruinosa, por la disper- sién de Jos recursos, La riqueza financiera de Francia, que durante siglos fue Ja nacién mds préspera de Europa, se debe en buena parte a su tigida centralizacién administrativa que permitia la concentracién de grandes masas de dinero en manos de un solo administrador: el gobierno central, Por otra parte, en aspectos no econémicos, la Constitucién de 1830 tenia més de’ federal que la Constitucién vigente en dos puntos fun- damentales: el gobernador de cada provincia era escogido por el Po- der Ejecutivo de una terna que le presentaba la Dipu'acién provincial, de modo que no podia ser nombrado gobernador sino alguna persona que gozara de Ja buena voluntad de la Diputacién, elegida por los delegados (clectores) de los cantones en que se dividia la provincia. Actualmente debe ser el Congreso Nacional el que resuelve cémo han de designarse los gobernadores de los Estados, y entretanto los de- signa el Presidente de la Republica. Tal procedimiento refleja el més absoluto centralismo. Otro aspecto radicalmente centralista de nuestta actual Constitu- cién es el que atafie a la formacién del Poder Judicial, que en Vene- zuela es un poder nacional y no estadal. Tampoco ha sido Venezuela Reptblica federal en lo referente a los Cédigos y leyes importantes. Son éstos los que rigen las relacio- nes de los ciudadanos entre si y con los Poderes Publicos, y siempre han sido materia reservada al Congreso Nacional, érgano ‘del poder central. En contraste, en los Estados Unidos de América, en los Esta- dos Unidos del Brasil y en la Republica Argentina, cada Estado o Provincia tiene un cuerpo completo de cédigos y leyes. 159 Reconozcamos que 1a parte de’ federalismo, es decir, de autono- mia regional, consagrada en la Constitucién de 1830, era la mayor que permitia la situacién politica y econdmica del pais, y aun més, que no obstante el federalismo doctrinario de la Constitucién de 1811 y el federalismo declarado de le Constitucién de 1874, la federacién en nuestro pais ha estado en las palabras escritas en las Constituciones pero no en los hechos. “En la practica”, ha dicho el historiador Gui- llermo Morén, la Reptblica “ha funcionado como un centralismo, esto es, un Estado en que el gobierno politico esta concentrado en ma- nos del Presidente de la Republica”. Por otra parte, el Estado venezolano ha acumulado paulatina- mente en el Gobierno Nacional las atribuciones administrativas mas substanciales. Acerca del poder politico propiamente dicho, ha de tomarse en cuenta un hecho contempordneo que es el establecimiento efectivo de Jos partidos politicos, que pueden considerarse como detentores princi- pales de dicho poder. Y los partidos son organismos nacionales, no estadales, y ademés, bastante centralizados. Lo apuntamos como novedad en el sentido de que Jos partidos histéricos, conservador, liberal, liberal amarillo, liberal nacionalista, que existieron en el pasado, eran algo muy diferente en esencia y funcionamiento de Jo que son los actuales partidos venezolanos. Eran agrupaciones impregnadas de personalismo, sobre todo con Paez y Guz- man Blanco, carentes de verdadera estructura y en los cuales los prin- cipios 0 ideologia contaban por poco en la practica, estando sujetos en todo caso al criterio o conveniencia del jefe del partido, No habfa carnets, ni listas, ni contribuyentes, ni plenos, ni Comi- tés Ejecutivos, ni Directores, ni elecciones internas con participacién de toda la “base” del partido, ni ninguna de esas cosas que Ilenan los periddicos venezolanos en la actualidad. Traemos a cuento el fendmeno porque lo consideramos un factor de acumulacién del poder en orga- nismos centralizadores, que extienden su autotidad sobre todo el te- rritorio. Si alguien entre los romanos dijo que el ruido de las armas no deja oft las palabras del derecho, también podria decirse que la con- tienda politica exacerbada produce un efecto parecido. En 1830 el grupo dirigente de Venezuela estaba dividido en facciones, no muy distantes unas de otras, teniendo como denominador comin el separa- tismo de la Gran Colombia y la adhesién al General Paez. El civismo 160 que se mantuvo bajo el ala protectora de dicho general fue debilitan- dose hasta un eclipse casi total por efecto de la enconada divisién que sobrevino entre conservadores y liberales, Ja que Ievé a éstos, conver- tidos en federalistas, a optar por el alzamiento, desatando [a guerra de los cinco afios. Es interesante hacer notar que en Europa Occidental, al calor del desarrollo econémico y cultural diseminado por todo el territorio, he habido un resurgimiento de los regionalismos, qué se manifiesta ef Escocia,. por ejemplo, en Ja aspiracién hacia un parlamento propio, en Jas autonomias regionales en Espafia; en las nuevas tensiones entre flamencos y valones en Bélgica; en la reafirmacién cultural de las sociedades célticas, como en el Pais de Gales y en Ja Bretafia fran- cesa; hacia un reparto del poder entre catélicos y protestantes en el Norte de Irlanda; y, en el Canada, en el autonomismo de la Provin- cia de Quebec, Por Io que respecta a nuestro pais cabe preguntarnos si la ma- yor ilustracién y productividad de las regiones venezolanas no llegara a ceflejatse en una aspiracién hacia mayor autonomia, pues la vida politica no viene a ser en fin de cuentas sino un espejo del desarrollo general de la sociedad. Podria comenzar en Venezuela un nuevo ciclo autonémico, sustituyendo en parte el que se inicié con Ja Constitucién del afio de 1830, La autonomia de las regiones se puede medir desde tres puntos de vista principales: el politico, el legislativo y el fiscal, En relacién con Jo politico, observamos que en un pais absoluta- mente federal cada entidad regional, elige, como es sabido, a todos jos que ejercen en la entidad los tres poderes: el gobernador, sus c4maras Jegislativas, sus magistrados judiciales; se dictan todas sus Jeyes, incluyendo su constitucién y sus cédigos, y establecen sus pro- pios impuestos. En el sistema central no hay sino un solo gobierno politico’ y administrativo para toda Ia Nacién; solamente hay las cimaras legis- lativas nacionales y las leyes se aplican indistintamente en todo el territorio. Los sufragios de la Nacién entera forman como un solo cuerpo electoral para cualesquiera elecciones. En cuanto a la legislacién, en la realidad venezolana de 1830 Jas leyes dictadas por las diputaciones provinciales no tenfan mayor 161 trascendencia sino en las provincias ricas y productivas: Caracas, Ma- racaibo, Barinas.., La “Sociedad Econémica de Amigos del Pais”, que agrupa Personalidades muy representativas en lo econémico y en lo cultural, tenfa como interlocutor directo la Diputacién Provincial ca- raquefia, El diélogo con dicha sociedad se iba extendiendo hacia las demés provincias y habria tal vez abarcado su totalidad, de haberse mantenido el desarrollo por las vias civicas y sosegadas del trabajo y la cultura. En lo fiscal, 1a Constitucin de 1830 era centralista, pues los fiscos provinciales quedaron siendo escudlidos; Y es un hecho uni- versal que el costo a veces asttondmico de los presupuestos militares y de otros grandes servicios nacionales ha obligado a dotar a los go- biernos federales, es decir, a los que rigen todo el territorio, con los mayores ingresos, tales como el producido por el impuesto sobre la renta, Refiriéndose a los resultados de la Constitucién de 1830, Gil Fortoul ha podido decir que “la autonomia de que gozan las provin- cias por la Constitucién de 1830 es igual en muchos casos a la que después acordaran a los Estados Jas Constituciones Federales y ello a consecuencia de la declaraci6n del Congreso’ constituyente a favor de un sistema mixto de federalismo y centralismo”. El centro-federalismo qued6 pues implantado para siempre en Venezuela. Agregariamos que Ja evolucién ha sido en realidad hacia un cen- tralismo cada vez mds pronunciado, no obstante la guerta federal que trajo al poder a los liberales, adversarios del grupo politico que for- mulé la Constitucién de 1830. Recapitulemos. Fue mérito principal de la Constitucién de 1830 haber logrado un cierto equilibrio entre el poder central y la autono- mia de las Provincias. Quedé sembrada en el espiritu de los venezo- lanos la idea de que tas Provincias no eran metas circunscripciones administrativas o electorales, sino verdaderas entidades politicas que por derecho propio debian disponer de autonomia. De modo que las Constituciones federales promulgadas posteriormente no vinieron a inteoducir ningin cambio radical, sino a incrementar las autonomias regionales establecidas en la de 1830. Es un hecho siempre observado que el grupo gobernante aspira al centralismo por la simple tazén de que aumenta su poder, y que la oposicién, por contrapartida, ve mayores esperanzas en el federa- lismo. Pero cuando 1a oposicién se hace gobierno ,ella también se 162 vuelve centralista, por lo menos de hecho, como, ocurrié con el libera- lismo guzmancista, Cuando Napoleén, acosado por las demas potencias, se ve obli- gado hacer de sus dominios lo que se Ilamé “un imperio de recluta- miento”, lo transforma de federal, como lo habia sido con reinos vasallos, en imperio rigidamente centralizado, para librarse de la re- sistencia que le hacian los monarcas de esos reinos, inclusive sus pro- pios hermanos, pues Jas levas incesantes los estaban desangrando,- El imperio habia de ser una maquina de guerra, a fin de regar por toda Europa “el bello ideal de la civilizacién”, como decia Bonaparte, y ‘para constituir tal maquina el federalismo resultaba un estorbo. El pro- pésito de implantar a cafionazés ese bello ideal, nos trae a la memoria Io que dice Anatole France: “Cuando se quiere que los hombres sean buenos y sabios, libres, moderados y generosos, Ilégase fatalmente a quererlos matar a todos’. (Prélogo de “Las opiniones del abate Jerd- nimo Coignard”’). La controversia entre centralismo y federalismo trasciende de la cuesti6n practica entre candillismos locales contra caudillismo central, o de reunir los fondos péblicos en un tesoro nacional o bien repar- tirlos entre los tesoros regionales; pues en esta cuestién estén de por medio dos concepciones del Estado: si éste ha de responder a la idea centralista de que la Nacién es una entidad abstracta, un molde ideal en el cual hay que meter, si es necesario a la fuerza, la realidad de que existen en el pais varias sociedades, a veces con razas, idiomas y teligiones diversas; o si, por el contratio, conforme a la idea fede- tal, esas diversas sociedades han de mantenerse con vida propia y solamente vinculadas entre si por pactos politicos de alcance limitado. Son hechos comprobados por Ja historia que el federalismo puede ré- sultar favorable para el desarrollo cultural y econémico, pero debi- lita para la accién exterior, tanto politica como militar, En cambio, el centralismo fortifica, pero més de una vez ha lanzado a la Naci6n a aventuras bélicas desastrosas: Ejemplos: el primer imperio francés, el primer imperio aleman y el tercero (nacional-socialista). La querella entre centralismo y federalismo no termina nunca. El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Ro- nald Reagan, acaba de inscribir en su plataforma electoral lo siguiente: “Todo Jo que pueda ser manejado eficazmente por los gobiernos esta- tales y locales lo entregaremos a Jos gobicrnos estatales y locales”, Es decir, que a estas horas, un punto crucial de las elecciones norteameri- canas es la disputa entre centralistas y federalistas. 163 Ahondando un poco, podria verse en ese repunte del federalismo una manifestacién de la revuelta del individuo contra las fuerzas que lo aprisionan con su burocracia y su permisologia, y que se manifiesta también en otros niveles en los Iamados movimientos de liberacién. Serian episodios de Ja eterna lucha entre lo individual y lo social. NO ABOLICION DE LA ESCLAVITUD. MEDIDAS INMEDIATAS PARA SU GRADUAL ELIMINACION. La Constitucién de 1820 no se refiere directamente a la escla- vitud pero hace de ella una mencién tdcita, bastante grave, cuando s6lo concede la condicién de venezolano por nacimiento a “los hom- bres libres que hayan nacido en el territorio de Venezuela”, Sin em- bargo, por otra parte, habfa indudablemente en los constituyentes de 1830 la intencién de abolir ja esclavitud. Nos podemos basar en dos hechos que lo demuestran con eviden- cia, Primeramente, en la misma Constitucién se sefiala entre Jas atri- buciones de las Diputaciones provinciales, Ja de “supetvigilar el cum- plimiento de la Ley de manumisién”, y esta Ley habria de producir necesariamente al cabo de algunos afios, la libertad de todos los es- clavos. Y el hecho, mas categérico, de que el mismo Congreso cons- tituyente, al mes siguiente de promulgarse Ia Constitucién, decretd, el tres (3) de Octubre de 1830, la susodicha Ley. Podemos pensar que el no haberse incluido en la Constitucién se debié a la necesidad de no retatdar la promulgacién de ésta, intercalandole toda la reglamen- tacién que requeria la manumisién, Pero entonces surge esta interto- gante: ZPor qué no hizo el Congreso de 1830 lo que se realiz6 veinte y cuatro afios después, bajo la Presidencia de José Gregorio Mona- gas, o sea, la abolicién total e inmediata de la esclavitud sin pasar por el proceso paulatino de la manumisién? El motivo principal podria ser la creencia, muy extendida, de que al abolirse la esclavitud se arruinaria el pafs por la destruccién de Ja agricultura, lo que dejaria sin medios de vida hasta a los mismos que habjan sido esclavos. Esta créencia, todos Jo sabemos, eta comple- tamente falsa, Ello se demostré en el Brasil donde la mano libre de la masiva inmigracién italiana sustituy6 la mano esclava, con gran ven- taja para el desarrollo econémico. En tos Estados Unidos los territo- tios agricolas del Sur quedaron ciertamente en situacién pavorosa des- pués de la abolicién, pero fue debido a la guerra de secesién, una de 164 Jas mas mortiferas y destructoras que s¢ conocen. La supuesta necesidad de Ja esclavitud en Jas plantaciones de América cta opinién compartida por una mente tan clarividente como la de Napoledén, Abolida la odiose institucién por la Convencién, en 1974, al impulso del abate Gre- goire, Napoledn la restablecié, y no vino a ser suprimida definitivamente en Francia sino durante la segunda Repiblica, en 1848, En el Brasil duré Ia esclavitud hasta 1888, y habia para ese entonces dos millo- nes de esclavos. Sobre el abuso de los colonos es indicio que el ilustre predicador jesuita padre Antonio de Vicira, comparado a Demédstenes, después de un célebre sermén en defensa de los esclavos, por el afio de 1661, tuvo que huir a ufia de caballo def colegio donde residfa, para librarse de las amenazas de muerte de los colonos, que efectivamente asaltaron el colegio haciendo presos a los misioneros. En ias colonias espafiolas de América fue eliminada Ja esclavitud en 1880, aunque en Puerto Rico ya lo habja sido en 1873. En los Estados Unidos, el pais de la libertad, subsisti la esclavitud hasta 1864 y fue abolida gra- cias a que los Estados antiesclavistas ganaron la guerta de secesién. En Venezuela los esclavos fueron liberados cuando quedaban ya pocos, Se ha opinado que José Gregorio Monagas se apresuré a hacer dictar Ia famosa ley abolicionista para evitar que los conservadores le arrebataran la iniciativa, EL CENTRALISMO EN LA HISTORIA RESULTADOS BUENOS Y MALOS Los grandes Estados se originan en sociedades que eran indepen- dientes, de razas diferentes, pero unidas generalmente por el idioma, la religion, las tradiciones. Por debilidad militar y econdémica, se agru- pa bajo un mismo cetro. Ejemplos son Francia, Espafia, y luego, Italia y Alemania. Cuando su poder Io permite, el Estado una vez centralizado, se hace invasor y anexionista, y en materia religiosa, intolerante y perseguidor. Veamos ejemplos. Los mayores reinos de Espafia, o sea, Castilla y Aragon, unifican el poder real con el matrimonio de Isabel y Fer- nando, y comienza un centtalismo politico, lo que facilita la toma de Granada, triunfo final contra los moros. Pero ta convivencia religiosa que habia existido, se acaba. 165 _- Se expulsa a los judios (de lo cual parece no eta partidario ‘el rey). Y al cabo de poco mas.de un siglo, Felipe III, bondadoso y débil, cediendo a presiones, decreta la expulsién de los moriscos. Como atenuante se suele alegar que impotente militarmente Es: pafia, se temia una invasién de moros desde el Norte de Africa, en convivencia con los de Valencia, apoyados por las naves turcas, pues el Sultén, con sus flotas y piratas, continuaba dominando parte del Mediterraneo, a pesar de la Batalla de Lepanto- En Francia, Luis XIV es el implantador del estrecho centralismo que ha imperado desde entonces en ese pais. Se hace en su vejez intolerante en materia religiosa, y expul- sa a los hugonotes, verdadera tragedia nacional, de consecuencias quizas peores que las expulsiones espafiolas. En Jo militar, Luis XIV man- tiene guerras constantes y victoriosas que extienden las fronteras pero que dejan el pais empobrecido, preparando Ia caida de la monarquia que se produce un siglo més tarde, por fa ruina del tesoro real bajo Luis XVI. La Revolucién Francesa mantiene la centralizacién y Bona- parte la lleva al maximum. Veamos esta pintura de Ja centralizacién napolednica, nunca impues- ta en otra época ni lugar, en que se trata a las entidades regionales como a menores de edad, sometidos a la tutela de uma burocracia omnipotente arraigada en la capital. “Bl sistema del afio VIII constitaye el mecanismo mas poderoso jamés concebido para permitir que la voluntad del gobernante pene- tte desde arriba por todas las partes de [a estructura social, voluntad que actia, dirige, decide, impele, estimula y reprime. Todo esti conec- tado y se mueve al unisono. “Noventa y ocho prefectos acttian simultaneamente y en la misma direccién bajo Ja presién de la fuerza motora central. Toda la acciéa municipal esté sometida (a los 20 subprefectos). Por sucesivas trans- misiones, a través de canales dispuestos segiin un patron, la fuerza motora desciende desde la cabeza hasta Jos amplios cimientos, y s¢ extiende sin perder su fuerza”. (Conde Albert Vandal, “Napoléon et Alexandre Ter”). El régimen napolednico, como es sabido, se caracteriza por un estado de guerra perpetuo que afiade territorios a los conquistados por la Revolucién, y por la hegemonfa politica sobre varios reinos de Euro- 166 pa. Pero finalmente quedé Francia con menos tertitorio del que Napo- leén heredé de la Revolucién. Y habiendo humillado a los alemanes en la paz de Tilsit robustece en ellos el sentimiento nacionalista y deseos de venganza, Anteriormente Alemania era mirada como pais de “poetas y cam- pesinos”. A partir de la invasién napoleénica se convierte en el adver- sario irreconciliable que terminara por quitarle a Francia, con la guerra de 1870-1871 el papel de potencia dominante, Pero luego el centralismo politico y militar creado por el Imperio en Alemania, resultado de la victoria, convierte el pais en agresivo y con suefios de conquista, En lo religioso, Bismarck declara una especie de guerra a la Igle- sia Catélica (Ja “Kulturkampf”) que afortunadamente pierde, Aspiran- do a una nueva victoria contra Francia, y deseada también la guerra por fos revanchistas franceses, capitaneados por “Poincaré la guerre”, se provoca la hecatombe de 1914 - 1918. EL CENTRALISMO Y LA RELIGION Solamente un gobierno centralizado puede acumular Ja cantidad de poder necesaria para pretender cambiar la religién del pais, como Jo hizo Henrique VIII en Inglaterra, y tuego Cromwell, con su odio cruel al “papismo”; para confiscar los bienes-de la Iglesia, como lo hizo Ja Constitucisn de 1790, en Francia, cuando el poder efectivo estaba ea manos de la Asamblea Constituyente; cuando Mendizibal, ministro de Isabel II, con la Ley de desamortizacién de bienes ecle- sisticos, en 1834, arruina la Iglesia y las érdenes religiosas, en Espafia, “pais de bautizados” como la Hamé el actual Cardenal Primado; cuan- do el ministco Combes para despojar la Iglesia de toda influencia en Francia, logra a principios de siglo la separacién de la Iglesia y-del Estado, contra el querer de la gran mayorfa, formada por catélicos, pues la tal separacién era una medida persecutoria que tenia entre sus finalidades suprimir los colegios de las érdenes religiosas. (De las leyes de Combes proviene Ja fundacién en Caracas del excelente cole- gio de los Padres Franceses, desterrados de su patria por pertenecer a una congregacién religiosa). Los gobiernos centralizados también desbaratan a veces lo hecho por sus antecesores. Asi, Jas constituciones francesas de 1790 y de 1794, 167 surgidas en pleno furor revolucionario, pretendieron aniquilar, pot moti- vos principalmente politicos, la Iglesia de Francia, pero Napoleén, por motivos iguales, traté de sumérsela por medio del Concordato que celebré con el Papa Pfo VII, con el cual aspiraba ganarse el agradecimiento de los franceses satisfaciendo su sentimiento religioso, y a la vez subyugar el clero (Jo cual no consiguié) para utilizarlo en su insaciable expansionismo. Estando todavia en buenos términos con el Pontifice, ordené Bonaparte a un enviado suyo: “Tratelo como si tuviera doscientos mil hombres”, (o sea el mayor ejército de Buro- pa), en contraste con lo que Stalin, autécrata como Bonaparte, pero a diferencia de él, ajeno-a Ja civilizacién europea, teplicé a la reco- mendacién de tener miramientos con Pfo XII: ";¥ cudntas divisiones tiene el Papa?”. En un estado federal el Gobierno no suele intervenir en cuestio- nes religiosas, sino para mantener la libertad de conciencia, como lo hizo la Corte Suprema de los Estados Unidos, al pronunciarse hace pocos afios contra el rezo obligatorio en las escuelas pablicas. Sin embargo, cuando el federalismo no existe sino en el papel, reinando un centralismo de hecho ejetcido pot algtin partido ensefio- teado del pais, pueden ocurrir cosas que han pasado en los Estados declarados centralistas, Por ello es que pata fines efectivos el contraste entre centralismo y federalismo debe buscatse no en Jo que digan Jas constituciones escritas, sino en las realidades de la politica, Bjemplo: a pesar de todo el federalismo proclamado, Guzman Blanco hizo bas- tante dafio a la Iglesia venezolana, contrariando la opinién de las re- giones, que en gran mayoria desaprobaron enérgicamente sus medidas anticlericales. LA PENA DE MUERTE NO FUE SUPRIMIDA Dice el filésofo de la historia Arnold Toynbee que las sociedades no cambian ni se movilizan sino cuando se ven forzadas a reaccionar ante una incitacién, como si su tendencia natural fuera, Jo mismo que en el mundo fisico, hacia la inercia, La sociedad venezolana pata el momento de independizarse y luego de separarse de la Gran Colom- bia no sintié sino el reto que le presentaba el formar por primera yez una nacién soberana, y dedicé las primicias de su esfuerzo a dise- far su fotma de gobierno. De alli que la cuestién discutida a fondo fue Ja de centralismo o federalismo, Por esa concentracién en el tema 168 principal, el Congreso de 1830 dejé de lado otros asuntos. En ese grupo de temas soslayados hemos encontrado el de la esclavitud, aun- que el Congreso, como lo hemos visto, lo encaté luego de promulgarse la Constitucién. Afiadiremos el de la de pena de muerte, ta de la pri- sion por deudas, el mandato imperativo, La pena de muerte existe en la mayoria de las naciones civilizadas aunque Ja aspiracién general es la de suprimirla, El aumento de la criminalidad que ha ocasionado 1a supresién, en ocasiones ha obligado a volverla a imponer. Debemos pensar que para 1830 la pena de muerte era vista como cosa natural y justa, Sin embargo no hay duda de que en el Congreso de 1830 existia el deseo de eliminarla. “El Cédigo Criminal (dice el Articulo 206 de la Constitucién) limitara, en cuanto sea posible, la imposicién de la pena capital”. La semilla asi sembrada fructificé més tarde. En 1857 el Presidente José Tadeo Monagas hizo suprimir la pena de muerte por delitos politicos, y Ja abolicién total se obtuvo con la Constitucién de 1858. A partir de 1830 dicha pena se aplicé poco para los reos de ho- micidio, En cambio se dictaron sentencias capitales por insurreccién ar- mada, La ejecucién mas sonada fue la de Rafael Flores, alias Calva- tefio, por sentencia dictada por el licenciado Luis Sanojo, considera- rada como injusta en el fondo aunque pudiera sostenetse que se ajus- taba a la Ley, También fue célebre la ejecucién del bandido Domingo Cisneros. Y no fueron ejecutados por delitos polfticos de incitacién a la revuelta y de alzamiento Antonio Leocadio Guzmin y Ezequiel Zamora, gtacias a la conmutacién de la pena por la de destierro per- petuo, que les concedié José Tadeo Monagas. Creemos pues que Ja cuestién de la pena de muerte no era mirada como urgente para el momento en que se deliberaba en Va- lencia, Y de alli en adelante se convirtid en asunto de lucha polf- tica, puesto que los reos eran por lo general individuos de 1a oposicién. La mezcla de delito formal y fines revolucionarios que ha cau- sado sonadas condenas a penas de muerte se presenté con los anarquis- tas, que han victimado reyes, presidentes y ministtos pensando que asi podrian destruir “el monstruo del Estado”. Cayeron victimas del anar- quismo el rey Umberto de Italia, el emperador Alejandro II de Rusia, Ja emperatriz Elizabeth de Austria, Sadi Carnot y més recientemente Paul Doumer, presidentes de Francia; en los Estados Unidos, los pre- sidentes Garfield y Mac Kinley; y ministros: Canévas del Castillo, Canalejas, Eduardo Dato, en Espafia. ‘Todos los responsables fueron sentenciados a muerte. 169 Desde su abolicién total en Ia Constitucién de 1864 el “tabi” contra la pena de muerte ha sido constante en nuestra literatura pe- nal. Puede que ademés del espiritu tolerante del venezolano que lo hace rehuir las medidas extremas, haya un fondo de desconfianza hacia el aparato judicial. El caso es que nunca se ha formado un movi- fmiento en nuestro pais para restablecerla, auuque tal vez haya quienes la consideraren necesaria. En el VI Congreso de la Organizacién de Naciones Unidas sobre Prevencién del Delito y Tratamiento del De- lincuente, reunido en Caracas, se pudo palpar lo polémico del asunto, y el acentuado cariz politico de la controversia. Actualmente 117 paises mantienen la pena de muerte. NO SE DEROGO LA PRISION POR DEUDAS Esta pena nos venia de la Novisima Recopilacién, pero con tantas excepciones, que “era principio admitido en fa primera mitad del siglo XX que no se prendja a nadie (en Espafia) por deudas civiles”. En Francia no se suprimié sino en 1867, y en Inglaterra en 1870, Charles Dickens, el gran novelista y reformador, escribié contra ella, habiendo conocido muy de cerca sus efectos, pues su padre la padecié. Pensarian los constituyentes de 1830 que no era problema grave del ‘cual tuvieran que ocuparse, Opinaron de distinta maneta los cons- tituyentes de 1864, deseando incluir en la Constitucién de ese afio, surgida de una “revolucién liberal’ todo lo que pareciera una re- forma humanitaria. . : Por lo demas, la prisién por deudas debié ser siempre casi como letea muerta, inclusive por nuestra tradicional Senidad por delitos o incumplimientos relativos a dinero, Cuenta el novelista Pio Baroja que en Veracruz, por los afios de 1816 y 1817, se ofa decir a algin vagabundo cuando le Ileyaban preso, dirigiéndose al publico: “Me toman por -politico, y yo no soy mas que ladrén’”. (“La Mano Cor- wada” — Historia de tierra caliente, Prélogo). LA CONSTITUCION DE 1830 PROHIBE EL MANDATO IMPERATIVO Puede definirse este-mandato como el que obliga a los miem- bros del Congreso a sujetarse a las instrucciones que hayan recibido de sus electores. 170 Para el Congreso de 1830 los colegios electorales de Caracas, Maracaibo y Carabobo (por lo menos) dieron instrucciones escritas a sus Representantes sobre la forma de gobierno por fa cual debian votar. Les imponian, pues, un mandato imperativo. La Constitucién rechazé todo mandato imperativo en los siguien- tes términos: “Los Senadores y Representantes tienen este cardcter por la nacién y no por la Provincia que los nombre: ellos no pueden reci- bir érdenes ni instrucciones particulares de las Asambleas electorales, ni de las Diputaciones provinciales...”. En cambio Gil Fortoul, lo defiende enérgicamente, diciendo: “Cuando un diputado habla y yora contra la voluntad de sus electores, ya no representa a nadie”, En un pais federal el mandato imperativo es un medio para hacer efectiva la autonomia de los Estados. En el pais del Norte, por ejem- plo los Senadores y Representantes se mantienen en permanente con- tacto con sus electores y vienen a ser como los embajadores de sus Estados ante el Poder Federal. Alli pues el mandato imperativo esta en la realidad politica cotidiana y nadie lo critica. Hay ademés otro tipo de mandato imperativo. El que emana de los érganos centrales de los partidos. En cada asunto importante que se vaya a debatic en el Congreso, estos suelen dar instrucciones ptecisas a los Senadores y Diputados pertenecientes al partido sobre el sentido que deben dar a sus votos, Con el sistema de eleccién por listas nacionales este tipo de mandato imperativo, partidista y no re- gional, es el tinico que de hecho existe y puede existir. En el partido demécrata norteamericano existe tradicionalmente un bloque, el'de los demécratas del Sur, formado por los provenientes de los Estados que fueron esclavistas, que en muchas ocasiones votan como un solo hombre, All{ el mandato imperativo es evidente. La politica norteamericana del momento nos da otro ejemplo de cémo las cuestiones debatidas en nuestro Congteso constituyente de 1830 contimian teniendo vigencia universal. En la convencién del par- tido demécrata, Edward Kennedy' pidié una “open convention”, rom- piendo Ja regla del mandato imperativo, que tradicionalmente rige tn las convenciones demécratas: el delegado tiene que votar por el can- didato a cuyo nombre fue elegido en las primarias del Estado. Kennedy recurre a la teoria de Ja representacién de Burke, contraria al mandato imperativo, segin la cual el representante debe a sus electores, no la 171 obediencia a un mandato, sino “un juicio recto, ilustrado, y que tenga en cuenta los intereses de toda la nacién”, pensando naturalmente que ese juicio recto e ilustrado lo favorecia a él, La mocién de Kennedy fue derrotada, JUICIO POR JURADO En este tipo de juicios penales, los jurados, personas elegidas al azar, bajo ciertas condiciones, dictaminan sobre los hechos del proceso y sobre la culpabilidad del acusado. Vienen a ser pues Jos jueces efec- tivos en Ia causa. El Juez aplicara la pena cuando el veredicto sea de culpabilidad. Se inscribié en la Constitucién de 1830. No vino a instrumentarse sino posteriormente en la Ley de Enjuiciamiento Criminal; luego suptimido, y afios después restablecido. Figura en los Cédigos de En- juiciamiento Criminal de 1897, en el de 1904 y en el de 1921. No aparece posteriormente. Se originé el juicio por Jurado en Inglaterra. Surge en la Carta Magna, (siglo XIII). Es llevado a Francia poco antes de la Revolucién. El Congreso de 1830 debié inscribirlo en la Constitucién por inspiracién francesa, pues en Espafia no existia. Polémicas y criticas las ha habido en los ‘paises latinos en torno al Jurado. Se ha opinado (Bernaldo de Quirés) que “el Jurado sdlo puede prosperat en pueblos de un nivel de cultura integral muy elevado”. En el juicio contra el secuestrador del hijo de Charles Lindbergh, ocurtié el absurdo de que los jurados tuvieron que opinar acerca de si la escalera utilizada por el secuestrador provenia del Nueva Ingla- terra o de California, para lo cual se habian presentado informes con- tradictorios de especialistas. Fl fracaso del Jurado en Venezuela puede explicarse por nuestro temperamento. Los enjuiciados resultaban casi:siempre absueltos- BALANCE DE LA CONSTITUCION DE 1830 Comparando Jos aspectos positivos de le Constitucién de 1830 con los negativos, podrian resumirse los resultados en la forma si- guiente: 172 La Constitucién cred las condiciones y el ambiente necesario para que Ia inevitable contienda politica pudiera desarrollarse dentro de un clima de civismo y legalidad. Ese objeto fue logrado en la mayor medida compatible con Ja existencia de otras realidades que pugnaban contra su realizacién, Hubo elecciones, alternabilidad, prensa libre, se respetaron los derechos individuales y se formaton pattidos, Uslar Pie- tri ha podido decir que entre 1830 y 1847, Venezuela tuvo “el go- bierno mas ilustrado, legalista y liberal de toda la América espafiola. Es el tiempo de Paez, de Soublette, de Vargas, de Fortique, de Fermin Toro, de Santos Michelena y de tantos otros”. Hubo en el Congreso de Valencia un propésito de eficacia y un don de acierto incuestiona- bles. En otras palabras, la Constitucién dio los resultados para los cua- les fue formulada, Estos logros sobrepasan evidentemente los aspectos negativos, que también los tuvo. Sefialemos los requisitos de orden econémico para el ejercicio del sufragio, en un pafs donde la inmensa mayoria carecfa de bienes y de productividad, Sefialemos también Ja no abolicién de Ja esclavitud. En esto pecd de timido el Congreso constituyente. Podia también haberse climinado la pena de muerte, cosa que deseaban sus miembros, pero se mantuvieran en actitud pasiva, En estos dos puntos Ja dinastia de los Monagas dio una eleccién, La guerra civil que sobrevino cuando Ja Constitucién agoté su influencia bienhechora no puede achacarse a fallas de esa Carta, sino a la violencia de la lucha por el poder. La Constitucién del afio treinta representé al advenimiento de una nueva fuerza en la vida politica venezolana, altamente positiva, pero no verdaderamente dominante. No podia serlo en un medio social hon- damente trabajado por la guerra, sin una masa de poblacién organizada y resuelta a imponer un modo de vivir pacifico y ordenado, Dicha Constitucién puso la casa en orden, pero no le agregé ele- mentos creadores, Se echa de menos un impulso innovador, con visién de porvenir. “Obra de juristas” se nos dira, pero responderemos que también lo fueron en gran parte las concepciones politicas y sociales de Ja Revolucién francesa, las més renovadoras de la historia. Pedro José Rojas, el gran periodista conservador, afirma en 1861, refiriéndose a este mismo aspecto, que los constituyentes de 1830 “Diéronse al orden como necesidad suprema del pafs, y descuidaron otra necesidad igualmente suprema, el progreso. ..”. 173 MISION UNICA DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1830 Con Ia sepatacién de Venezuela de la Gran Colombia, los hombres nacidos en el territorio de Ja antigua Capitania General de Venezuela tuvieron al fin una verdadera patria. Nuestro pais contaba con Ja materia prima que le habfa dado la Independencia: un territorio exclusivamente suyo, y una sociedad nativa, en espera de Ja forma sustancial que viniera a darle el set politico, y con él Ja capacidad de ingresar por derecho propio en la comunidad de las naciones. Mas que unos legisladores, fueron los constituyentes de 1830 los forjadores de la Repitblica, y su obra, el punto de partida de lo que ha sido Venezuela a lo largo de su devenir histérico. Ocupan ellos un lugar privilegiado en el coraz6n de los venezolanos por Ja trascendencia de sus concepciones, de cuyos beneficios estamos disfru- tando, por el incuestionable talento politico y juridico que demostra- ron, y por su intenso y eficaz civismo, los cuales imprimieron en nuestra primera constitucién rasgos iguales y atin superiores a las de los paises més cultos. Al celebrar el sesquicentenario de esta Constitu- cién, estamos al mismo tiempo rindiendo homenaje emocionado a sus creadores, que son y ser4n siempre orgullo de nuestra patria . 174

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