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ENRIQUE DUSSEL ARMAND PV y¥ @ De las opiniones expresa- das en los articulos son responsables sus autores y no representan forzosa- mente el pensamiento de la direccién. LATINOAMERICA std abierta a toda opinién se- ria y fundamentada pero se reserva el derecho de decidir la publicacién de toda colaboracién. Es una publicacién de LIBRERIA SUPERIOR, Constitucién 730, Tol. 26492 Correspondencia, gires © cheques ‘© nombre de Lino Frasson, Constitucién 730, Rio Cuarto (Cbe.) Bria EDITOR RESPONSABLE Line Frasson CONSEJO DE REDACCION Dionisio Echarte Lino Frasson Carles Pérex Zabala Antonio Tolle Adriana de Risomberg PORTADA. Victor Maceié. ‘Agostini Lamina Obsequio Ricardo Rezende Figueira DIAGRAMACION Armande Antonio Barchiesi IMPRESION Talleres Graficos Maceié Hnos. Sobremonte 323 - Rio Cuarto (Cba.) = Argentina Reg. de la Prop. Int. on trém. alingaMmerica QUE ES PUEBLO?, Carlos Pérez Zavala . . . z Reflexiones acerca del concepto de pueblo y sus aproximaciones,._preci- sando sus caracteristices més sobresa- lientes. LA MASCARA REVOLUCIONARIA DE LA BURGUE- SIA, Armand Mattelart .. . woecee FF Importante estudio sobre la burguesia chilena y sus métodos de lucha contra el avance de las fuerzas del Pueblo, hasta desembocar en el golpe militar que derrocé al régimen popular del Presidente Salvador Allende. ROGER PLA: EL MITO TAMBIEN PUEDE SER UNA MENTIRA ... Reportaje al autor de “Los Robinsones’ “Patio Verde”, “Intemperie” y otros ti- tulos, en donde este narrador argen- tino expone claramente su visién de la literatura nacional ¥y latinoamericana INTERPRETACION LATINOAMERICANA DE LA FILOSO- FIA IMPERIAL DE HEGEL, Enrique Dussel ......... 31 Este conocido filésofo argentino, abor- da desde una éptica latinoamericana el anélisis de algunos aspectos de la filosofia politica de Hegel. BIBLIOGRAFICAS (paginas centrales) Seccién dedicada al comentario de li- bros y revistas, novedades, los libros més vendidos del afo, etc. Por razones de espacio, que impidieron su inclusién en este ejempler, publicaremos en el numero 7 de marzo de 1975, “Defensa de la foto- novela”, de Andrés ‘Goldstein, “El problema de la frontera con el indio” de Yoli Martini de Vatansky, “El personaje”, primer premio en el Con- curso Nacional de Cuentos “José Martorelli”, organizado por el Club de Cuentistas de Rio Cuarto, perteneciente a Ana de Badens. QUE ES PUEBLO ? ESCRIBE Lic. CARLOS PEREZ ZAVALA Guardini rastrea el concepto de pueblo en la obra de Dostoievski y con- cluye: “En Dostoievski el concepto de pueblo es la expresién profunda y au- téntica de lo propiamente humano. El pueblo es la esfera lerosa_y vene- rable en que el hombre esta arraigado. Mas al io tiempo es el pueblo el hombre en su total desamparo, agobiado por el 0, explotado por los Hales 5 peclarvson Bed crecasauaitec mieecliobian setae tents Honea que es el pueblo, est& cercana a las cosas eternas, esta circuido por el amor pro- tector... Es el pueblo a pesar de sus miserias... lo auténticamente humano, y a pesar de todos sus errores, enjundioso y sano, porque tiene sus raices en la estructura esencial del ser; en cambio el cultivado, el occidental que se apar- e de esa vida profunda, se convierte en un ente inconsciente, artificial y fermo. La sangre del hombre del pueblo esté en su circulacién abierta al to- rrente de la vida comm en familia, de la vida de la comunidad y de la vida de la humanidad. El hombre del pueblo vive la totalidad de los sucesos del destino. Su vida esta colmada de los hechos fundamentales del ser, de los simples acontecimientos cotidianos y de las semillas de alegria y dolores”. (1). Hoy no est el pueblo en un total desamparo como en la época de Dos- toievski. La historia reciente ha mostrado que los pueblos sentados en resig- naciones seculares, llegado su momento, han sido capaces de “sustraerse al sino” contra todas las previsiones. Sin embargo es siempre exacto lo que dice Guar- dini, que el pueblo esta vinculado de una manera misteriosamente viva con los elementos de la existencia, cerca de la naturalaza y de la tierra. Es un Grund-Volk, PUEBLO FUNDAMENTAL, pueblo de base. Los intelectuales, mos, pueden preocuparse por saber. El pueblo tiene que preocuparse por ser. Por eso es pueblo fundamental. Mas adelante ampliaremos esta idea de pueblo fundamental y la enri- queceremos con los aportes de Ja experiencia latinoamericana. “El pueblo esté en {ntima conexién con los elementos del ser, ha naci- do con la tierra, esté sobre ella, trabaja en ella y vive de ella. El pueblo esti enlazado a la estructura misma de la naturaleza, sumergido en las ondas de Ja luz y del acontecer natural”, (2). En Buenos Aires y en nuestros dias Lucio Gera no quiere definir al pueblo, pensar al pueblo en general, sino que lo piensa en términos hist6ricos. “Este pueblo en el cual yo vivo... Yo me muevo sobre la experiencia de este pueblo mio y entonces, sobre esto, si me preguntan qué es pueblo, yo digo qué es este pueblo en que yo vivo”. El pueblo es esta formacién histérica, original y concreta (con diversos afluentes) “formacién histérica modelada en } conbantacie, con la realidad en su lucha permanente y cotidiana por la liberacién”. El pueblo asi modelado y formado “tiene entre otras las siguientes carac- teristicas: 1) Es siempre mayoria y siempre lo sera; histéricamente uno comprueba que es siempre activa mayoria. (1) R. Guardini, “EI Universo religioso de Dostoievski”. Emecé Bs, As. 1954, p. 17 y 18. (2) Guardini, obra y pags. citades. x 2) Es una mayoria generalmente despreciada, marginada, dominada y sometida. 3) Es el protagonista de las luchas para conseguir la paz y la justicia; uno tiene esta experiencia: el que ha dado el primer grito, el que ha comen- zado a luchar ha sido el pueblo, no las elites. 4) Es el fundamento y el destinatario del bien comin. Histéricamente se ha enfrentado a los sucesivos proyectos imperialistas de la dependencia”.(3). La caracterizacion de Gera me parece excelente. Haciendo mio lo ante- rior, intentaré algunas aproximaciones sin caer en definiciones. © Aproximacién a la imagen de pueblo El pueblo esta en contacto directo con las fuerzas de la naturaleza 0 con las fuerzas de produccién. Decimos “directo” para sefialar la inmediata mani- pulacién de los sitiles de trabajo, De lo contrario tendriamos que englobar sin mas en la idea de pueblo al terrateniente o al gerente de la gran empresa. Esta caracterizacién del pueblo en relacién a la naturaleza y al trabajo nos da un nucleo primero pero insuficiente. Ese pueblo, ligado a la naturaleza y al trabajo, es el depositario de la au- téntica cultura, en él se van sedimentando a lo largo del tiempo las experiencias que va viviendo el pais, sin forzadas interpretaciones, a ras de suelo, a nivel primario pero firme. Es menos sensible a las iltimas “novedades” que vienen de fuera, tiene un mecanismo de “memoria” distinto del de las clases altas y en el seno de esta memoria viven los elementos genuinos que nacen a lo lar- go del tiempo. El pueblo tiene entonces sentido de la historia, de “su” historia. El pue- blo empieza a tomar conciencia de si cuando se descubre en contacto con la naturaleza frente a otros que viven en un mundo sofisticado, cuando se des- cubre trabajando frente a otros que se enriquecen con su trabajo sin haber to- cado jamas una herramienta de trabajo. Y entonces comienza a moverse como un inmenso organismo viviente que estaba aletargado. En el momento en que el pueblo se descubre como Erup0 oprimido frente a un grupo que lo oprime, comienza a ser sujeto, sale de la pasividad y se convierte en sujeto. La conciencia no es entonces solo conciencia de opresién y explotacién econdmica. Los valores culturales mantenidos por el pueblo en la “ancestral memoria comin” chocan con los valores culturales de los grupos opresores. En un primer momento sabe con precisién lo que no quiere, aunque no esté todavia formulado el proyecto de lo que quiere. Esto surge con el tiempo y en unién con sus lideres. La “memoria” es memoria de su historia y también memoria de que siem- pre fue oprimido. La conciencia es conciencia de que las resignaciones secu- Jares alguna vez terminan. Hemos ganado ya tres notas que a nuestro entender caracterizan al pueblo: a) Contacto con la naturaleza o con las fuerzas de produccién. (3) Stromata. Bs. As. Enero-Junio 1974 b) Sentido de “su” historia. c) Conciencia de si como oprimido frente a un opresor. a A este pueblo Iamémoslo ahora PUEBLO FUNDAMENTAL, pueblo de ase. © Pueblo y no-pueblo Hay muy claro: No-pueblo es el grupo que vive con el alma puesta en otros valores, en otras culturas, enaj lo de su propia auténtica historia. No-pueblo en sentido politico es el conjunto de personas que de una forma u dtrat CHAN RE VerVIGIO! Oe’ Woe cenlias de daeeinasiiar dae ext Tucta del vale. A la luz de este deslinde estamos ahora en condiciones de describir al pueblo en sentido amplio como el conjunto de personas o de de cual- quier extraccién social o grado de cultura, que acompaiian al pueblo funda- mental en su marcha hacia la liberacién en todos los frentes. Tenemos enton- ces un pueblo y un no-pueblo. Frente al No-pueblo est el pueblo fundamental, nuclear, unido a la natu- raleza y al instrumento de trabajo y junto con él, como una ampliacién de este niicleo, como un cortejo de este pueblo en marcha y fiel a esta marcha esta el pueblo en sentido amplio. Pueblo en sentido amplio es el grupo cuyos in- tereses coinciden con los altos intereses de la nacién, la cual es asi el conjunto de seres que quieren ser libres en lo econémico, en lo politico, en lo cultural, que tienen algo que hacer y decir en la historia y quieren decirlo y hacerlo a su modo y no como les viene dictado por otros le fuera. No-pueblo es entonces el conjunto de personas 0 grupos que colaboran con los que quieren impedir que el centro de decision esté en el pais. Es necesario aferrar firmemente la idea de pueblo fundamental y remi- tirse constantemente a ella porque al tener el pueblo fundamental la “memo- ria” de lo que él ha sido y al ser el ‘itario de la cultura, tiene también el instinto de lo que quiere, es decir del futuro, de 1o que debe ser. Es el pue- blo fundamental el que previene de desviaciones. Puede suceder que los altos intereses de la nacién no siempre coincidan con los de aquellos que pretenden acompafiar al pueblo en su proceso. Pero nunca puede suceder que los altos intereses de la nacién, como comunidad organizada, sean distintos de los del pueblo fundamental. © Intelectuales y politicos Tomemos dos ejemplos, el de los intelectuales y el de los politicos. Supon- gamos el caso de un intelectual que quiere acompaiiar al pueblo en su proce- 80. Puede ser que cl intelectual escuche e interprete al pueblo de base, que ponga su pluma a su servicio, que denuncie las formas larvadas de opresion. Pero puede ser también que el intelectual proyecte sus propios esquemas y que le haga decir al pueblo lo que él mismo quiere decir. Puede ser que con- funda lo nacional con lo folklérico o que se quede en el preciosismo literario. Puede ser que se adelante demasiado y no respete el ritmo seguro que el pueblo de base imprime. a Considero que el politico debe ser lider y no paracaidista. No es bueno cuando se producen divorcios entre autoridad y liderazgo. Los lideres auténticos ‘son respetados porque tienen autoridad. La autoridad sin liderazgo sélo puede subsistir mediante el empleo de la fuerza, pero su tiempo es limitado. El politico corre el riesgo de hipostasiar la palabra pueblo, de conver- tirla en una esencia abstracta. Y ya sabemos que las esencias:como entidades abstractas son lo mas facil de manipular. Y lo mas peligroso. Tomemos la esen- cia “verdad”. Por causa de Ja “verdad” ha sido asesinada mucha gente. El que no été con la “verdad”, “mi” ‘verdad, es malo, queda por tanto descalificado. Toinemos Ia’ eséncia “razdn”, Para el eutopeo lo que no es de acuerdo a la “taz6n’, a Ja raz6n europea que aquivaldria a raz6n, sin més, es irracional, es decir, torpe, subdesarrollado. Un politico con Ia esencia “pueblo” én'la cabeza —y no atento a los indi- vidios de carne y hueso que forman el pueblo fundamental— tomar, en nom- bre del “pueblo”, decisiones que no siempre favorecen al pueblo. Ese es el enotme riesgo del politico. Lo que pasa es que el deseo de poder esté muy apo- sentado en cada hombre y hay que afinar mucho el espirita para escuchar lo que el pueblo quiere y no lo que uno quiere. Puede sucédér tambiéa que él politico “decida” quién es pueblo y quién direaneiertedicly sed geal UE dal Suan Aten tna pollen Coomnenicey: culturales, sociales, sino de acuerdo a rigidos esquemas de partido. Y ya sabe- mos que los esquemas rigidos nunca logran apresar la vida. © Puede el pueblo equivocarse? Para responder a esta pregunta conviene situarla previamente. ‘Al formularla estamos pensando en el pueblo de base, que tiene una me- moria comin, que no se deja impresionar demasiado por las tiltimas novedades, que desarrolla. mucho la sensibilidad Y que no esté como otros grupos preso de estructuras racionalistas. Ahora bien, la busqueda de la verdad por parte del pueblo no es Ja ape- lacién a un tribunal que dictamine sobre lo verdadero y Io falso, no es una bis- queda de la verdad como dogma. La pregunta sobre si el pueblo es o no infalible es una Perea mal plan- teada y por lo mismo ociosa, supone esquemas en los cuales el pueblo funda- mental no se mueve. EI pueblo busca su verdad como el agua va buscando su cauce zigzaguean- do entre las piedras, busca su verdad histérica, aquel modo de ser que lo deje ser un pueblo libre y creador con todos los matices propios. Calibar, el célebre rastreador, seguia una vez, apasionadamente las huellas de un infeliz. préfugo, el cual intentaba por todos los medios despistarlo. “Cali- bar lo seguia sin perderle la pista. Si le sucedia momentineamente extraviarse, al hallarla de nuevo exclamaba: DONDE TE MI AS DIR!". ‘Como Calibar, asi es el pueblo, con su enorme sentido de orientacién ha- Ila siempre, tarde 0 temprano su rumbo, si Je sucede que alguna vez, por un momento, lo pierde. LA MASCARA REVOLUCIONARIA DE LA BURGUESIA El “gremialismo” y la linea de masas de la burguesia chilena por Armand Mattelart Con autorizacién del “Centro de Decumentacién MIEC-JE- CI" de Lima, Perd, reproducimos este articulo, aparecido enel Boletin N? 4, Sep. 74, realizado por el investigador lidad de la revista argentina “Comunicacién y cultura”, Mattelart, vivid en Chile desde 1962 hasta que fue ex- pulsado por el régimen militar, que derrocé al gobierno popular de Salvador Allende. “Cualquiera que sea la forma se- gtin la cual la oposicién se estruc- tura, sus métodos de accién debe- rdn, evidentemente, apoyarse mds fuertemente sobre las bases de la sociedad que sobre los cldsicos ins- trumentos asambleistas y de propa- ganda en general que pertenecen @ los partidos tradicionales. Las Juntas de vecinos, los centros de madres, las cooperativas, los sin- dicatos y las otras organizaciones gremiales, requieren la presencia permanente (y no reducida sola- mente a las campaias electorales) de aquellos que representan las grandes corrientes de la opinién de los ciudadanos. (...) De la unién explicita 0 im- de los sectores de la opo cién puede surgir una accién con- creta sobre el lugar de trabajo, en el barrio y en los puntos de abas- tecimiento, que haga contrapeso a la dictadura que los martistas estén ejerciendo en la base. No es sufi- ciente que los sectores democrati- cos accedan al piblico a través de los grandes medios de informacién. Ellos se deben ligar a las masas. Esto supone grandes sacrificios y, a menudo, un cambio sustancial en las costumbres y el estilo de vida de la gente. De cualquier manera, nuestra de- mocracia no podrd redimirse a me- nos que parta de una conviccién intima que surja del seno de las or- ganizaciones de base (...) La ta- rea de penetracién en las ‘masas es dificil, sobre todo cuando el régi- men en plaza puede desarrollar una demagogia activa. “UA DEMOCRACIA EN LA BASE” El Mercurio, 10-3-73 LA CONSIGNA: “APOYARSE EN LAS MASAS DEMO- CRATICAS” Este texto militante no pertenece a un requisitorio de Lenin contra Kautz- ky, Martov w otros héroes de la Segun- 7 da Internacional, que pretendian resol- ver el problema de la lucha contra’ el enemigo de clase por. medio de lugares comunes como Ja libertad, la igualdad, la democracia en general. Pertenece ni més ni menos a un editorialista del ie cipal y mas antiguo diario de la guesia chilena (El Mercurio), y apare- eid bajo el titulo “La Democracia en la Base”, algunos dias después de las elec- ciones parlamentarias de marzo de 1973. No tiene nada de excepcional. En el cur- $0 de los tres afios de gobierno popular, la burguesia en sus diarios, en sus pan- fletos, en-su-practica a-veces de tanteo, continuamente lanzé como consigna la necesidad de un retorno a la base, de un contacto con las masas para resistir activamente al régimen popular. “Ninguna ama de casa, ningtin habitante, ninguna persona que sea capaz expresarse y actuar, tiene el derecho de esperar que otros prohiban la libertad del pats. Las organizaciones de base a nivel barrial, escolar, empresarial y otros niveles, deben contar con el apoyo de esas masas democrdticas. HL _MERCURIO, 911-71 “Una experiencia importante ac- tualmente es la restauracién espon- tinea del rol elevado de la politica en la sociedad (...) La mujer, el campesino, el artesano ahora se dan cuenta que la limpieza de las calles, el derecho a la vida, la alimenta- exige nuevas» actitudes morales, hombres nuevos, sectores sociales mds amplios, ideas realistas y vo- luntades inconmovibles”. EL MERCURIO, 21-1-72 De manera ¢histosa, y si und no teme las analogias formales, se podria decir que, en su oposicion al gobierno popu- Jar, la clase dominante chilena ha sido una burguesia.leninista. Una i que, en el curso de los tiltimos aiios, ha fado-un modelo de “linea de ma- para tratar de recuperar la_parte ier pecter~potitior que habia perdido y luchar cuerpo a cuerpo con las masas populares. Que estas acciones bajo el signo de la “linea de masas” hayan ter- minado en un golpe de Estado militar, no les quita de ninguna manera su va- Tor. En efecto, la intervencién de los ge- nérales no ha hecho mas que completar esta estrategia al “reducir los costos — y los riesgos de derrota— de la fase in- surreccional, comenzada por una huel- ga general de los sectores sediciosos, y en la cual desembocaba naturalmente este muevo tipo de “linea de masas” pre- gonizado y apoyado por la burguesia chilena. ¢Cémo se desarrollé, en una situacién de‘ clase dada, la ideologia que alimen- t6 esta prictica burguesa de Ia “linea de masas”? gCémo la burguesia puso en obra su movimiento de masas? Final- mente, gdénde estan esta ideologia y es- ta practica a continuacién del corte bru- tal del régimen democratico? Estas son las tres preguntas que nos haremos y que van a orientar esta reflexion. LA FORMACION DE LA IDEOLOGIA GREMIALISTA (1) La clase dominante chilena esté lejos de haber sido siempre la promotora de las organizaciones de base y de las ac- ciones de masas, lo mismo que entre sus clientelas habituales. Si en 1971 sv érgano de informacién (17 tase deverrter dane patie; not epeyemes on yn Webajo Wo! nvetivndién reslioade en 1907 y ‘publicado, 1970; y que fue en “la ideologia domin: puesta de la clase dominante chilena al reformismo”. arnieogt aat ere paerl ‘mand Mattelart y Leonardo Castillo. promovia con tanta insistencia la politi- zacién de los org OT segtin sus propios términos la desa- paricién del individnalismo y el! fin de la indiferencia en consideracién del bien comin”) no era mas que por haber re- legado demasiado la politica explicita de su ae dominante en las fases precedentes de su hegemonfa. En 1967, éHa estaba todavia ponien- do el grito en él cielo cuando se votd ae Parlamento la nueva ley sobre el icalismo campesino. Las leyes repre- sivas que la derecha tradicional: habla i to hasta esa fecha, habian limi- tado el niimero de sindicatos en las zo- nas rurales a 24, que agrupaban apenas ‘a 2.000 miembros (3). La obstinacién de la clase dominante no tayo parangén, sobre todo cuando ella se opuso algunos meses después a los proyectos de ley que, inspirados por la politica de “promocién’ popular” Rel régimen_participacionista de la Demo- cracia Cristiana toraban posible “la incorporacién social” de la poblacién a la sociedad existente a través de una red de organizaciones de base (como las Juntas de Vecinos, los Centros de Madres, los. Centros Culturales, . etc.) Mostraron una igual resistencia arisca ‘a las nuevas unidades econémicas agri- colas de caricter comunitario —Ilamadas cooperativas 0 asentamientos— propues- tas por la politica de Reforma Agraria de Frei, que no buscaba sin embargo mas que modernizar un sector retrasado del capitalismo. En mayo de 1970, esta misma clase dominante asesinaba todavia a los fun- cionarios demécratacristianos de la Cor- poracién de la Reforma Agraria, bajo cl pretexto de que ellos politizaban el cam- Po. con sus ideas colectivistas, extrafias a la “realidad campesina”, Los idedlo- gos de esos modelos cristianos de auto- sugesti6n, eran en esa época, enemigos de clase y el jefe del organismo de ex- propiacion —que durante Allende se transformé en uno de los mis fervientes lideres de la sedicién— era en esos mo- mentos acusado de ser un activista mar- xista disfrazado de cristiano. Estos antecedentes permiten apreciar todavia mds la amplitud del eG efec- tuado por la clase dominante en los tres iltimos afios. gDesde cudndo se prepard este reajuste, y qué elementos forzaron a la burguesia chilena a revisar su estra- tegia y su organizacién de clase? Para responder a esta pregunta, debemos an- tes responder a ésta: de qué clase domi- nante, de qué burguesia se trata? © Una burguesia dependiente, mono- polista y genérica Se puede decir que la burguesia chi- lena es simultaneamente dependiente, tionopliste y genérica. Las bases econémicas de su depen- dencia y ligaz6n al ritmo de expansion del sistema capitallista internacional son miltiples histéricamente. Primero fue la fase del CAPITALIS- MO COMERCIAL. Los centros de acti- vidades econémicas primarias eran en- tonces manejados indirectamente por Jos capitalistas britanicos que no inver- tian directamente en la produccién na- cional, pero la controlaban fijando los precios, las cuotas de produccién y mo- nopolizando los canales de comerciali- zacién interna como también el acceso a la economia internacional. Esa fue la época de la invasion de las casas comer- ciales inglesas, cuya red tenia la mano puesta sobre el movimiento comercial e imponia una linea de consumo ali- mentada por las manufacturas inglesas. Después de 1880 y de la Guerra del Pacifico, fue la ECONOMIA DE EN- CLAVE, que conocié su primera expre- sién en el “enclave del salitre”. La Eco- nomia.de enclave tuvo un efecto impor- tante sobre la clase dominante local: las economias centrales se pusieron, en efec- to ,a actuar independientemente de la iniciativa de los. productores. locales y comenzaron a perder asi su. significa- cién en la economia nacional. En 1887, bajo esta nueva modalidad de depen- (2) En 1969, ol ndmere, de campesinos, sindiatzades, Wagabe,« 4ee 100.000;. 9, 1970..140.000; on 1971, 253.000 y en 1972 més de 300,000. 60% de estos, sindicalizades apeyoba a la 9 deacia, el capitalismo inglés ya se ha- bia apropiado de una gran parte de los yacimientos mineros que al con- trol y a la propiedad de los transportes, del ‘abastecimiento. y la comercializa- cion. Luego vinieron las inversiones reali- zadas en asociacién por los capitalistas criollos y. los grupos extranjeros; el pro- ceso de desnacionalizacién de la econo- mia parecia incontrolable y el dinamis- mo del desarrollo de Chile depende ca- da vez més estrechamente de los inte- reses externos. Esta penetracion del ca- pital extranjero, presente en todo el pro- ceso de industrializacién, comenzé des- pués de la Guerra del Pacifico y con el comienzo de la explotacién del sali- tre, y ella se acentud después de 1930, para tomar un impulso definitivo en la ultima década (1960-1970). La inversién extranjera que, en 1958 legaba a 40 6 50 snaltenes de délares, pasé en 1968-1969 a 190 millones. En 1967, el 40% de los activos de las socieda des anénimas industriales estaban con- troladas por el capital extranjero. En 1966, el espectro de la dependencia era el siguiente: 35% de la agricultura; 73,3 por ciento de las minas; 40,6% de la industria; 34,1% del comercio; 47,4% del transporte y comunicaciones y 24,2 por ‘ciento de ee servicios. A este tipo de dependencia de los polos externos que surgié de las inversiones directas, hace falta agregar otras formas mas ocultas como la dependencia tecnolégi- ca: entre 1955 y 1966, mas del 40% del valor total de las imiportaciones de los bienes de equipamiento fueron destina- dos al sector industrial. Pero esta deperidencia de la burgue- sia chilena no le impide de ser monopo- lista: un solo indice nos hard compren- der el grado de la concentracién del po- der econdmico de Chile: en 1965 la pro- duccién de 10 empresas cubria mas de la mitad de la produccién total de ca- da rama de actividad. Demos dos ejemplos: para las bebidas 10 empresas cubren actualmente 68,6% de la produccién; para textiles 45,6%; en la industria del mueble 56,2%; en Ja industria del papel 81,3% (en este sec- tor es en efecto una sola empresa que monopoliza pricticamente la produccién del papel); en los cueros 60,19; en la metalurgia 56,9% y asi sucesivamente. La evidencia se agranda si consideramos que en casi el 85% de las sociedades anonimas, los diez accionistas mas gran- des poseen el 50% del total de las ac- ciones. Finalmente, la burguesia chilena es ge- nérica: las caracteristicas estructurales de Chile antes de 1930 y las modalida- des especificas que aquellas.imponian al proceso de sustitucion de importacio- nes, engendraron la_consolidacion de un grupo hegeménico cuya base econé- mica se extiende en toda la gama de los sectores de la economia. Histéricamente, fueron los _ sectores dominantes los que cortaron la indus- trializacién, transfiriendo los capitales de la banca y el comercio hacia las ac- tividades industriales. Desde el comien- zo él sector industrial estuvo, pues, es- trechamente ligado a los grupos domi- nantes en el plano social y econémico. “El juego de los intereses comunes conduce a la definicién y a la iden- tificacién de una gran burguesia dominante mas que a la aparicién de burguesias especificamente iden- tificadas a una actividad econémi- ca particular. Esta gran burguesia dominante por su caracter monopo- lista y una crecida imbricacién in- ter-sectorial, se expresa en el plano ideolégico de una manera particu- larmente significativa, como una burguesia genérica” (4) © La respuesta de la clase dominante Como lo veremos enseguida, es justa- mente esta interpretacién de intereses de diversos sectores de la burguesia que (4) Victor Brodersohn - Consideraciones sobre el cardcter dependiente de la burguesia industrial chi- lene, Santiago de Chile, CESO, 1969, p. 3. explica por qué la respuesta de un sec- tor en particular —como lo fue el de los propietarios de tierras— a una situacién determinada, fue su: ‘ible de servir de modelo de vai lia para toda la clase dominante en su conjunto. Todo a lo largo de su historia, el gru- po hegeménico ha debido afrontar, en numerosas ocasiones, la een de Hes sectores progresistas. Segtin los casos respondido endureciendo su posicién, o al contrario, imitando el proyecto del ad- versario, para tentar de recuperar los elementos que le eran favorables en las politicas aplicadas. En 1891 rehus6 la politica del Presi- dente Balmaceda que buscaba limitar la expansién econdmica de enclave im- perialista, y que fue forzado a suicidar- se. La clase dominante +hizo asi abortar un proyecto de reyolucién burguesa. En los aiios 30, en la época del Fren- te Popular —coalicién en la que partici- paban los partidos obreros— era aquella la que imponia las leyes represivas con- a. aby siadiealaina, camipesino y es ella también la que se unié enseguida con el régimen que estaba en el r, tra tando asi de echar mano a las empre- sas de Estado creadas bajo el Frente Popular, para acelerar el desarrollo in- dustrial y contener la presién de los sec- tores medios y populares. En 1920, cuando las clases medias, producto del desarrollo econémico de las tiltimas décadas, reclamaron la de- mocratizacién del sistema, la extensién del sufragio, y un mayor acceso a la educacién y al empleo, es la misma cla- se dominante, sin embargo, la que les respondié abriendo el ciclo populista con Arturo Alessandri. Ademis de todas estas tentativas, la burguesia chilena demostré su flexibili- dad al tratar de encontrar nuevas for- mas que permitieran conciliar los inte- reses de diversos sectores en los limites de su democracia formal, sin jamds per- der una onza de su ler. Fue necesa- rio esperar la época del régimen demé- crata-cristiano, para asistir, en el seno de la clase dominante, a una seria pues- ta en cuestién de sus métodos de resis- tencia a las presiones de los sectores medios y populares. La Reforma Agraria del Presidente Jorge Alessandri habia ya provocado ciertos choques entre los terratenientes del sur del pais, y la Sociedad Nacional de Agricultura (S.N.A.). Los efectos del proyecto de reforma agraria del go- bierno demécrata-cristiano debian ir —a pesar de él— mucho mis lejos. Cierta- mente, la administracién en el poder aplico esta ley muy lentamente: en 1970, 18,5% de la tierra irrigada y alre- dedor del 8% de la tierra no irrigada habia sido expropiada. Pero la promul- gacién de la nueva ley —alcanzada por la presién creciente de los campesinos — fue suficiente para quebrantar la co- herencia ideolégica del sector agricola de la clase dominante. Siendo este sector de la economia el tinico afectado por una reforma que “co- rria el riesgo” de tornarse estructural ba- jo la presion campesina, secundada por los partidos populares; fue en torno a él y a la reforma agraria, que se movilizé en gran parte la oposicién de la clase dominante al régimen demécrata-cristia~ no. Para sefialar simplemente a modo de indice grafico, entre 1965 y 1966, el dia- tio El Mercurio publicé un total de 245 editoriales sobre la situacién en el cam- po (reforma agraria, sindicalismo cam- pesino, expropiacién, etc.). En el coti- diano “Diario Hustrado”, érgano del Par- tido Nacional, esta cifra se eleva en los mismos afios a mas de 360 editoriales del mismo tipo; es decir que como pro- medio, un editorial por dia era consa- grado a los problemas de la clase do- minante en esta zona de la economia. Frente a la organizacién de Ja lucha de clases en el campo, la clase dominan- te respontdié reestructurando sus orga- nizaciones de clase pata el dominio agrario. Y este modelo de resistencia se conyirtié en la plataforma de un esque- ma de accién y de una ideologia em- brionarias, que debian servir algunos afios mas tarde para combatir —codo a codo con la Democracia Cristiana, esta vez— el Gobierno Popular. Primera vez WV en su vida, para responder al reformis- mo de Frei, que la clase dominante co- menzé a hablar de “gremialismo” y de “accibn en la base”. {Donde estaba la organizacién de la dase dominante cuando la Democracia Cristiana tomé a su cargo el Gobierno en 1964? © Las primeras organizaciones patrona- les Durante largo tiempo, la tnica orga- nizacién patronal —el tinico gremio que existia en el pais— era la Sociedad Na- cional de Agricultura. Fundada en 1838 en la época de un comerciante enrique- cido, Diego Portales (padre del fascis- mo chileno de hoy (—5—), se consolidé definitivamente en 1869. Durante casi 150 afios aquella debié ser el tinico ins- trumento reconocido de defensa de los intereses de la clase dominante. Desde su comienzo, intimamente li- gado a los partidos liberal y_conserva- dor (los cuales bajo Frei se fusionaron en una sola formacién politica Hamada Partido Nacional), la S.N.A. reagrupé a su alrededor no sélo a los grandes ha- cendados sino también a los hombres de la banca, de la industria y del comer- cio. No era mas que una consecuencia y una prueba mis de la imbricacién de los diversos sectores de la clase domi- nante chilena. Entre 1830 y 1930, de 46 presidentes, vicepresidentes y directo- res de esta institucién, se pueden enu- merar 18 senadores, 34 diputados, 29 ministros u hombres de Estado, 15 di- rectores de banco, 16 directores de in- dustria, comercio y minas; 6 directores de diarios y 5 personalidades del mun- do universitario, cuyos cargos diferen- tes, evidentemente se acumulaban. En 1883, bajo el impulso de la S.N.A. se fundaron otros dos gremios de la cla- se dominante: la Sociedad de Fomento Fabril SOFOFA, que reagrupabe a los industriales, y la Sociedad Nacional de Minerta, SONAMI en torno a la cual se aglutinaron los propietarios de las mi- nas. Recién en los afios treinta se ve formarse el primer frente comin reco- nocido de la clase dominante bajo la égida de la Conféderacién de la Produc- cién y del Comercio, que no era_ mas que la suma de SNA-SOFOFA-SONA- MI, a 4a cual se agregé en 1934 la Ca- mara de Comercio (grandes comercian- tes) y en 1951 la Camara de la Cons- truccién (empresarios de la construc- cién. Sin embargo, el frente constituido en 1930 para resistir el ascenso de las clases medias jugé un papel muy secun- dario, y cada uno de sus miembros se desempefié independientemente hasta que aparecié el “peligro totalitario” del régimen del Presidente Allende. La SNA no podia desmentir su voca- cién de vanguardia de Ja organizacién de la clase dominante. Fue ella la que fundé el primer gremio, fue ella la que primero que nadie lanzé la consigna de reestructuracién de las organizaciones patronales; fue también ella, quien, des- de las primeras horas del golpe de es- tado del 11 de setiembre, recibié Ia mi- sién dela Junta de planificar el conte- nido de las informaciones difundidas por los medios de comunicacién de ma- sas centralizados (radio, TV, prensa) con el fin de impulsar la represin. Y todo esto, después de haber incitado a la sedicién, durante todo el periodo de gobierno popular, desde lo alto de su cadena radiofénica (Radio Agricultura) una de las emisoras mAs potentes de Chile que tiene como presidente de su cansejo al jefe de la SOFOFA. Pero antes de ir més lejos, tratemos de resumir en qué consistid esta famo- sa reestructuracién del gremio bajo Frei. © La reestructuracién del gremio bajo Frei Un primer hecho nos Tama la aten- cién y aclara la importancia del salto efectuado. En 1965 la SNA contaba con 1,834 miembros. En 1969 este ntimero (5) Acto simbélico de le clase dominante chilena, realizado por su, braze armado en las primeras horas del golpe de Estado: la junta rebautizé el Edificio Gabriela Mistral (ex-palacio de la UNCTAD), Ia poetisa de filiacién demécrata-cristiana, y le puso el nombre de Diego Portales. 12 se habia elevado a 4.500. En el mismo tiempo, el ntimero de afiliados a los sin- dicatos oe earns es ae = ici ion: los heck ge wy ane la, SNA— pasé de 1.917 a 9.803. Este flujo de los agricultores hacia las organizaciones patronales deja entrever la importancia de una presién de la “ba- se” sobre las organizaciones de defensa de sus intereses. Antes de 1965, durante cerca de 60 aiios, frente a cada amenaza coyuntural, la SNA habja lanzado nume- rosos lamados a estrechar filas. entre agricultores. Pero ninguno habia desem- bocado en un proyecto de organizacién permanente de solidaridad, ni entre los agricultores, ni en los otros sectores de la economia (6). Durante los 6 afios de gobierno de Frei, la SNA agit6 su base, se moderni- 26 y se democratizé: ensanché su mar- co social de reclutamiento de sus miem- bros, abriéndose a los propietarios de superticies medianas y descentralizando- se integrando en el Consejo Director re- presentantes de cada una de las asocia- ciones de agricultores y reemplazando los hombres “tradicionales” de su direc- torio por hombres jévenes —agriculto- res “eficaces y progresistas"— que le dieran un muevo impulso. En el curso de este periodo la ideo- logia de la SNA se moderniz6 igual- mente. Hasta ese entonces con fuerte predominancia juridico-politica, tendio ‘a refugiarse en el campo econémico. Al programa que ella calificaba de “po- litico” de la Democracia Cristiana, opu- so el programa del tecnécrata que man- daba al mundo de las utopias la nece- sidad de cambiar las estructuras de la propiedad de los bienes de produccién y que pone todas sus esperanzas en la aplicacién de la ciencia y de la tecnolo- gia. A diferencia de ciertas clases do- minantes de otros paises de América La- tina, ella no se oponia a la revision del principio de propiedad privada, acep- tando hacer una distincién entre propie- tario eficaz y propietario ineficaz, en nombre de su_racionalidad econdmica. Esta formacion de la ideologia tec- nocratica debia legar a su madurez po- litica, definitiva con el programa electo- ral de Jorge Alessandri, quién de hecho, no contento de celebrar de manera uni- voca el poder dado a la ciencia y a la tecnologia para modernizar las estruc- turas del apaltylanee poerins ra vez i consigna fin de las y desaparicion de los partidos Esta ideologia tecnocratica abrazé sin embargo una forma particular transfor- mandose en gremialismo. gCuales son los postulados de esta ideologia gremialista? La clase dominan- te las formula por medio de ecuaciones y antinomias _relativamente _ simples? ‘Veamos lo que fue su contenido en este periodo de la resistencia a la primera reforma agraria (1958-1964; 1964-1970). © Un movimiento “independiente” y “apolitico” El gremialismo se presenta asi mismo como un movimiento apolitico, circunscrito a la defensa te ie intereses econdmicos de sus adictos. “No vale la pena comentar los argumentos demagégicos que han queridoatribuir a nuestra unién de agricultores propési- tos politicos y atin tendientes a pertur- bar el orden pubblico. Nosotros represen- tamos un sector de la produccion que no tiene actividad politica. Nosotros tra- bajamos como gremio...”; “Unidad ¢por qué? Queremos ser claros y preci- sos. No buscamos constituir una nueva fuerza para un enfrentamiento politico con el gobierno. Eso no es de nuestra competencia. Se trataria de un grave error que desfiguraria el sentido gremial de nuestras asociaciones...” (7). El proyecto gremial es restaurar la primacia de lo econémico sobre lo po- litico, encarnado por los. partidos. El proceso de cambios que. pregona es una (6) Leamos uno de esos llamados lanzados en 1933: “La legislacién secial conduciré al pais la ving; los ppropistarios de la tierra, los fituciones: ‘etc, deben reunirse en la unién de las ins fatal”. industriales, ¥ dejeremos de descender la pendiente (7) Boletin de la SNA “El campesinc”, 1965-1969. 13 modernizacion realizada segin las nor- mas técnicas y no politicas. La reforma agraria propuesta renece a la esfera politica, es un instrumento de demago- gia, no hace mas que expandir la agita- cida social, obedece a los intereses de los partidos, no obtendr4 otros frutos que el hambre y el caos. Brevemente, ella traera el desorden. Por el contrario una reforma agraria concebida segtin las normas del orden y de la racionalidad econémica, debera contentarse con reformar la empresa y a explotacién agricolas, buscaré la cf cacia econémica, y asi ella estaré de acuerdo con los intereses nacionales (y no mas solamente de los partidos). La tinica participacién concebible, en este marco, para los campesinos, no podria eee eee los “beneficios”. El respeto a estas disposi- ciones traeran tranquilidad y orden a todo el pais. Para imponer el proyecto protenrlida mente técnico de reforma agraria, y trarrestar el proyecto politico del aver. sario, es necesario poder contar con or- ganizaciones democraticas donde no exista ninguna fosa entre representan- tes y representados. “Una de las criticas importantes dir a las organizaciones gre- iene agrupan tanto a los tra- bajadores como a los empresarios, es que éstas no reflejan las aspira- ciones 0 inquietudes de aquellos a quienes repre representa”. en marzo 1970 en la re- eigngnen done aha ficative de “Accién en la Base”. “Renovar nuestra organizacién, impregnarnos de un concepto mo- derno de empresa y suavizar nues- tros contactos con los agricultores, con la finalidad de obtener una re- presentatividad mds grande y més auténtica”. Ibid, abril 1970. (8) Boletin de la SNA, “El Campesino”, 1965. (9) Ya hemos analizado el nacimiento © La participacion Al modelo participacionista de la De- mocracia Cristiana, la cual habla tam- bién de integracién de las clases y ofre- ce a al pueblo una participacién en la so- existente =sin poder darle con- ‘un como consecuencia de sus am- bigiiedades— la clase dominante respon- de ofreciendo a sus miembros la parti- cipacién en sus organizaciones de cla- se. El circuito semantico del integracio- nismo demécrata-cristiano alimenta la reformulacién de la solidaridad econé- mica de la clase dominante; le permite revocar la fachada de su ideologia de dominacién. La colaboracién de clases es ‘ible. Solamente la politica, los partidos, los agitadores han desviado al campesino de la comunidad natural que debe exis- tir entre sino y patron. “Nuestra accién gremial es clara y definida. Nos sentimos E'cfatiinete solidarios con quie- nes de una manera u otra estan ligados a la tierra, ya sean obreros agricolas, propietarios, ‘chacareros 0 miembros de cooperativas” (8). Bajo Frei, la practica y la ideologia de este gremialismo embrionario practi- camente no desbordé la esfera de la agricultura. En el unico otro lugar don- de se abrid un camino fue en el sector universitario. En respuesta al movimien- to estudiantil, a las ocupaciones de las Universidades y a la reforma que que- braba Ja estructura de poder vertical en la ensefianza s » la derecha uni- versitaria propuso un modelo de parti- cipacién gremialista, desde 1968. Aqui encontramos las mismas dicotomias que en el gremialismo agrario: se trata de restaurar el reino de lo académico y de Ja ciencia frente a los estudiantes que se han transformado “en grupo de presién utilizable para practicas politico-revo- lucionarias” (9). Se trata de restaurar Ja comunidad universitaria, ahi donde los agitadores han implantado un mo- estudiantil en “Los medios de comunicacién del gremialisme de masas. La ideologia de la prensa liberal en Chile”. Cuadernos de la Reolidad Nacional, San- tiage de Chile, 3 de marzo de 1970. 14 delo, anarquista demagéeico, politique: ro, de falsa participac Nos queda ver qué grupo se encarga LA “LINEA DE MASAS” DE Hasta junio de 1971 el gobierno po- pular tiene frente a él una oposicién compuesta, disminuida por su derrota electoral y por la frustracién del golpe de Estado. Entre junio 1971 (fecha del asesina- to de Pérez Zujovic) y marzo de 1972, la oposicién se unifica y logra mantener un frente unido aparentemente dirigido por la Democracia Cristiana. Aunque adepta a una politica de agitacién dife- rente de la del frente, la organizacién Patria y Libertad colabora estrecha- mente con él y enmarca las manifest: ciones de masas que realizan los mil tantes de la Juventud Demécrata-Cris- tiana o el Frente Patriético de Mujeres. Es la época en que la oposicién toda- via cree en el caracter minoritario de la U.P. y en la posibilidad de recuperar el poder sin ruptura, donde la derecha uti- liza principalmente —no abandonando jamas el frente de masas, sin embargo— Jos instrumentos clisicos de la democra- cia burguesa: su Parlamento, sus parti- dos, sus tribunales, su Contraloria (10), su aparato ideolégico de comunicacién de masas, ete., para luchar contra el go- gierno popular. ‘A partir de abril de 1972 una nueva crisis de direccién afecta a la derecha: el trabajo politico de los partidos se clina hacia los organizaciones gremiales. En junio de 1972, el Partido Nacional y la tendencia freista de la DC —sin po- nerse, empero, de acuerdo con respecto al hombre providencial, a lo cual por otra parte, nunca Megaron— deciden, a la vez expresa y tacitamente recurrir a la tactica del movimiento de masas y de Ja puesta en marcha de esta ideolo- gia, que emana de una practica de resis- tencia concreta. Retornaremos més ade- lante sobre esta cuestion. LA BURGUESIA — 1970-1973 abren el frente gremialista (el cual co- menzaron a estructurar en los primeros meses de gobierno de Allende). La primera gran accién de enverga- dura nacional de esta nueva fase de la ofensiva de la derecha toma forma de huelga patronal de octubre de 1972. Por su lado, Patria y Libertad, desde abril del mismo afio, retoma aparente- mente su libertad de movimiento y co- mienza a difundir su programa naciona- lista por una nueva sociedad. Se lanza- ra més tarde por la tactica terrorista, con el apoyo tacito del Partido Nacional el cual se acicala todavia con los ador nos de la ideologia liberal. La segunda accién general de masas se desarrolla diez meses mis tarde, d2s- pués del Tancazo (golpe de Estado frus- trado del 29 de junio de 1973, que se esperaba que se revelara como la repe- ticién general del putsch). Esta vez, la accién esti perfectamente coordinada con las operaciones de los comandos de la extrema derecha. El Movimiento de masas que habia inaugurado el conglo- merado DC-Partido Nacional, tendia ya durante los dos meses precedentes ‘al putsch, a ser la propiedad exclusiva de la extrema de deretlin Las direcciones de los gremios se re- velaban mas de acuerdo con el Partido Nacional y Patria y Libertad que con la Democracia Cristiana de derecha que todavia crea en el golpe constitucional © “golpe blanco”. El gremialismo —ex- presién de la linea de masas de la cla- se ‘histéricamente dominante— comen- zaba a triunfar sobre aquello que ha- bian Mamado “participacionismo”, ex- (10) Control general: s0 trata de un organismo presidide por un contralor general nombrado de por vida, dedicado en teoria ol control fiscal de las operaciones del Estado, pero convertide poco @ poco en un Estado en ol Estado. Ver A. Novoa Monreal “Chile difficile chemin de lo legolité”. Politique avjourd ‘hui, 19733, p. 78 qq (NDR). 15 presién de la linea de masas de los sec- tores medios ligados a la D.C. La tierra de nadie que separaba la clase dominan- te de las clases populares, y que la uto- pia de la D.C. habia tratado de ocupar después de mis de ocho aiios, habia efectivamente desaparécido desde ‘hacia’ mucho tiempo. Para los partidarios sin- cexos de una tercera posicién, el putsch fue un llamamiento un brusco de esa realidad. Era demasiado tarde para indignarse y denunciar la manipulacién del centro por la derecha. La D.C. ha. bia dado tiempo a la clase dominante para rearmarse y habia servido de ante- cimara para su fascismo. Trataremos de cracterizar los grandes rasgos de esta linea de masas. @ Una idea en accién La ideologia gremialista es aquella que hemos visto surgir alrededor de 1965. Pero, esta vez, ha tomado cuerpo definitivamente y quiere ser una alter- nativa conceptual y practica al marxis- me del régimen popular. Sin embargo, todavia aqui, se impone una aclaracion: a diferencia de Patria y Libertad, que desde comienzos de 1972 publica sin ver- giienza el caracter fascista del gremialis- mo y su ambicién de construir una nue- va Sociedad bajo su égida, la nea de masas de la burguesfa no pretende y no se define ptiblicamente mas que como un método de accién para exigir una rectificacién de las acciones del go- bierno popular. Una vez desencadenada la segunda huelga nacional —agosto-setiembre de 1973— recién el discurso gremialista proveniente de la linea de masas ser& mas explicito y dard un paso, al propo- ner a sus masas una reforma global de la sociedad chilena enferma con el can- cer marxista, desplazando y desbordan- do asi el discurso equivoco del freismo. En ese momento, el discurso gremialis- ta esté pronto para ser transmitido a los militares, quienes mds tarde, haran de aquél, la armadura de la nueva Consti- tucién. Entonces, veamos primero brevemen- eee wert bide cote ideologia gremialista en accion, retomando los tér- minos de su propia retérica (11). El’ poder gremial va ‘mas alld de la concepcién marxista de la lucha de cla- ses, Porque él agrupa a los individuos no teniendo en cuenta su condicién de patron o asalariado, sino la profesion y la actividad que ellos ejercen. Pone en jaque las definiciones marxistas-leninis- tas sobre lo que se debe entender: por “pueblo”, “burguesia”, “explotadores” e “imperialismo”. Citemos este trozo de antologia aparecido en El Mercurio del 22 de octubre de 1972: “Han participado en la huelga: camioneros, modestos comerciantes, artesanos y pequenos ladaoeier obreros campesinos, enypleados, téc- nicos y profesionales, entre otros. La composicién social de los gre- mios no puede ser calificada de bur- xuesd, ni de obrera, ni de campe- sina, Diversas condiciones sociales se han unido en este movimiento porque era la actividad 0 especia- lidad propia del individuo lo que prevalecia, y no tna clasificacién artificial en virtud del binomio ex- plotadores/explotados”. © todavia este otro parrafo publicado ocho dias més tarde: “Algunos sectores de la Unidad Popular (...) piensan que es una huelga de la burguesta, de los jefes de empresa, de los patrones. Segtin su 6ptica marxista, ellos sueiian to- davia con el mundo del capitalis- 1p, inaltelA sige, ponedas ahiaie conociéd su maestro y le hizo pen- sar: algunos ricos explotadores y una multitud de Esa no es la realidad chilena de hoy. Desde hace muchos afios, aqui se practica una enérgica redistribu- (11) Resumen de un estudio en curso de los textos sobre el poder gremial aparecidos on El Mer- curio en el correr del mes de octubre de 1972. cidn de la renta, La clase superior tradicional se confunde con la pe- quefia burguesia, muchos obreros forman parte de la clase burguesa y lo mismo los campesinos tienden @ aburguesarse”. El poder gremial surgié espontanea- mente a partir de los gremios como una respuesta “profundamente chilena” de sus adherentes, que no viene sino después que ellos agotaron el recurso en todas las instancias politicas y adminis- trativas para resolver los problemas pro- pios de su actividad y profesién: escasez de abastecimiento, de piezas de recam- bio, de equipamiento hospitalario... pe- ro también el sectarismo, la falta de res- peto a la jerarquia en el trabajo. El poder gremial es una nueva forma de solidaridad entre todos los sectores sociales, mas allé de las divergencias doctrinales. “Debemos sefialar” —se po- dia leer en El Mercurio “que los ex- presidentes Alessandri y Frei han visita- do a los dirigentes gremiales prisione- ros. Esas dos figuras reunen alrededor de ellas a la inmensa mayoria nacional. Su Eee de apoyo al movimiento gre- ial revela el cardcter justiciero y de- mocratico de ese movimiento”. Ahora falta ver cémo esa ideologia gremialista —en la medida en que ella explicita su proyecto de reforma social y no se conforma solamente con ser un conjunto de consignas movilizadoras— concibe las estructuras del “orden nue- vo”. Los acewe de Patria y Libertad se han ericargado de exponer amplia- mente este proyecto. Pero preferimos re- servar este andlisis para el ultimo capi- tulo de este estudio. Como lo hemos visto, el gremialismo nace de una respuesta de la clase domi- nante chilena a la practica de su enemi- go de clase. Sin embargo, esta respuesta esta lejos de ser metabdlica. Lejos de surgir espontaneamente de ese cuerpo social, ella tiene sus idelogos que la ins- piraron y que, sobre todo se esforzaron de conceptualizarla a partir de la prac- tica de la lucha de clases tal como se ex- presa en la realidad concreta de Chile. Podemos identificar dos fuentes funda- mentales en la gestacién de esta ideo- logia: en primer lugar el imperialismo norteamericano y sus modelos de sindi- catos libres; en segundo lugar los repre- sentantes criollos de la fa caté- lica integracionista, que giran alrededor del OPUS DEI. © Los tratos de la Ideologia Gremialista: Del “Sindicalismo Libre”... Después de la Segunda Guerra Mun- dial, ‘el im 10 norteamericano traté de introducirse en el sector sindi- cal én América Latina. El fin aducido era “apoyar y reforzar el contingente de trabajadores democraticos”. Para esto contaba con sus organismos a la vez generales y ializados. Em ldo Estados’ Usidée! aceinga " del Departamento de Estado, la CLA. y otros servicios de informacién, existe so- bre todo la AFL-CIO (Federacién Ame- ricana del Trabajo - Confederacién de Sirdicatos Obreros) cuyas tesis sobre el “sindicalismo de empresa” son muy co- nocidas. Su primer instrumento para América Latina fue la ORIT (Organi- zacién Regional Interamericana de Tra- bajadores) fundada en 1951 para “com- batir la penetracién comunista. en el movimiento obrero latinoamericano”. Es- ta organizacién cuenta actualmente con 25 millones de adherentes, de las cuales todas las grandes confederaciones de América Latina, excepto las de Argenti- na, Chile, Bolivia, R. Dominicana, Ecua- dor y Uruguay. Sin embargo, este instrumento, inspi- rado por una concepcién rigida de la guerra fria, se revelé répidamente ina- decuado y descubrié demasiado rapido su ligazén con el Departamento de Es- tado, apoyando abiertamente los gol- pes de estado de Guatemala y de Bra- sil; la invasién de la Repiblica Domi- nicana, etc. En 1961, en los comienzos de la era de la Alianza para el Progreso, se consti- tuy6 el IADSL (Instituto Americano pa- ra el Desarrollo del Sindicalismo Libre). Segiin los términos de sus propios libre- tos de propaganda, se trataba de “utili- zar los talentos y las experiencias del 7 movimiento obrero norteamericano para combatir el peligro continental que re- presenta’ el castrismo”. En 1962, a tra- vés de los sindicatos ‘demécrata-cristia- nos, ec! IADSL traté de dividir la C.U.T. (Coutral Unica de reieiaee Chile) donde predominaban los jos popu- lares, promoviendo el paralelismo sindi- - \Siw embargo, en’ 1966 la D.C, rom- oficialmente® sus rélaciones con la Oni y el IADSL. pero permitié de todas maneras a al de sus militan- tes (entre otros, el Ministro de Traba- jo) continuar en su cargo en el Consejo Director del IADSL, A partir de ese momento el imperia- lismo intensificé su trabajo junto a las asociaciones de tipo profesional, sin de- jar de lado por lo mismo, a los otros sec- tores de trabajadores. En el curso de los ultimos afios trabajé sobre todo con la ANSCO (Asociacién Nacional de los Supervisores de Cobre), y como en toda América Latina en ese periodo, con los sindicatos de transporte (12). No es simple ‘coincidencia que la ANSCO tomé la iniciativa de formar el 5 de mayo de 1971 el primer frente pro- fesional contra la U.P., a partir de las reivindicaciones de los supervisores de cobre que acababan de perder su salario en délares. Ese frente llamado CU- PROCH (Confederacién Unica de Pro- fesionales de Chile) y que participé di- rectamente en la tiltima huelga de la conspiracion del cobre, fue impulsado por Julio Bazan, de filiacion’ D.C., anti- guo abogado de la Corporavién del Co- bre, y sobre todo antiguo responsable de las relaciones sindicales internaciona- les de la D.C., ademés de antiguo repre- sentante de UNIAPAC (Asociacién pa- tronal catdlica ). Tamipoco es cuestién del azar el he- cho de que la Confederacién de Propie- tarios de Camiones de Leén Vilarin se transformé en detonador de las huelgas patronales de octubre de 1972 y agosto del 73 y que sirviera de intermediario a la CIA para financiar el movimiento. En octubre de 1972, se invirtieron en Chile doscientos millones de délares. Es- ta afluencia de moneda, extranjera hizo ademas bajar la tasa de cambio en el mercado negro en un 30 %. Cada ca- mionero en huelga recibia un sobre con 5.000. escudos (alrededor de 160 déla- res al cambio oficial 0 40 délares en el mercado negro) por camién y por dia. © El Opus Dei Sin embargo, el verdadero idedlogo del gremialismo chileno, aquel que lo formula y es capaz de hacer de él una doctrina que releve al socialismo, hay que buscarlo en un grupo de catélicos de extrema derecha: el OPUS DEI crio- Ilo. Las necesidades de Ja coyuntura ofrecian en efecto, un terreno de elec- cién a la ideologia de ese grupo: ideo- logia paradojal, ‘hasta _contradictoria, pues es a la vez modernista e integra- cionista, Tgual que en Espaiia, su ma- dre Patria, antes de ser un grupo reli- gioso, este agrupamiento, llamado tam- bién “Santa Mafia” es una casta de tec- nécratas —ligados intimamente al capi- talismo monopolista. y dependiente— que se autodefinen. como modernizado- res. Modernizadores de la economia y de Ja politica, pero —sobre todo— no de su base dogmiticamente religiosa. Son fer- vientes del poder técnico-profesional: el nuevo politicastro es el experto. Como escribe un miembro eminente de ese ins- tituto secular espafiol, autor de un libro significativo titulado “El Crepasculo de las ideologias”: “Son los juristas, los socidlogos, los economistas, ingenieros que re- emplazan al Principe en la tarea de elaboracién de la mayor parte de las decisiones gubernamentales conere- tas”. (12) Sobre una forma de penetracién norteamericana en los sindicatos del transporte, ver las revela- cignes contonides “Hearing before the comittee in Foreign Relations US Senate” 92° Congreso, $9 Senin 20,21 y 23 de merzo de 1972. US Government Ofte, | Washinghon, 72: Aver. Printing te de eros debates se denunciaron las moniobras del Departamento de Estado en los sindicatos Poroguay y México. locales de transportes en Ecuador, y O atin mas: “La mejor manera de ‘realizar el orden, la justicia, el desarrollo ma- terial y cultural en una coyuntura concreta, no la hace ningtin decreto soberano, ningtin voto mayoritario, sino las ciencias econémicas y po- liticas” (13). © La “Santa Mafia” Presentes por doquier y a la vez en- ningin lado, uno encuentra a los miem- bros del OPUS DEI entre los dirigentes de Patria y Libertad, del Partido Nacio- nal, en la Armada, en la Iglesia (a: ti- tulo anecdético, el jefe de la policia po- litica bajo Frei, uno de los adversarios mis encarnecidos del MIR en la clan- destinidad, no era sino uno de los miem- bros mas eminentes del OPUS DEI). Pero una cosa es cierta: no se les en- cuentra jamds en’ la D.C. —salvo para realizar alli un trabajo de. infiltracién a quien consagran un odio violento, atin si ellos deben aliarse a esos cristianos renegados, esos Kerensky, que han per- itido que el marxismo penetrara la Cristiandad. Nada. mas explicable que esta aversion, ya que la D.C. después de todo, traté de erigirse en alternativa, ciertamente ambigua, dentro del mismo seno de la Iglesia Catdlica frente al in- tegfacionismo de los sectores que ali- mentan al OPUS DEI o sus suceddneos. Este grupo casi invisible, siguié paso a paso la formacién de esta “nueva ideo- logia gremialista”, donde se encuentran las reminiscencias del viejo _corporati- vismo. Se le encuentra primero detras de la Sociedad Nacional de Agricultura en el tiempo de la reforma agraria freis- ta, Es un antiguo ministro de Alessan- dri y jefe del OPUS DEI chileno quien propuso a los propietarios de tierras —cuya imaginacién no es su mayor vir- tud— la tactica gremialista y les infun- dio los fundamentos doctrinales. En la misma época. los asesores del OPUS DEI presiden la creacién del mo- vimiento estudiantil gremialista. en la Universidad Catélica de Chile y en al- gunas universidades de provineias. Des- de los primeros meses de gobierno po- pular son esos socidlogos los que toman la programacién editorial de El. Mercu- rio y lanzan directamente pero. nunca abiertamente, otros, organos de informa- cion, (principalmente, “Qué Pasa”, el tinico semanario, de andlisis politico en manos de la derecha no D.C.). El OPUS DEL suministré asimismo medios finan- cieros y periodistas (entre otros Jaime Guzman, uno de los expertos juristas en- cargados de redactar la nueva Constitu- cién del General Leigh Guzman) a la tinica cadena de, T.V. de oposicién (ca- dena de Ja Universidad. Catélica de Ohi- Ie) ,en, sus) campatias,sediciosas contra la UP En la famosa reunién del complot del “pastel de choclo” en marzo de 1972, donde los grupos de oposicin discuten la adopcién de una politica de masas, estaban presentes al menos tres de los principales id del OPUS DEI. La semana lente al golpe, es atin un miembro del OPUS DEI de Chile quien es eneargado de vender en el mercado internacional y por cuenta de esta institucién, una cantidad de oro tal en el mercado: de este metal pre- cioso nunca tuvo parangén, debiendo bajar su cotizacién. Y como veremos, es el Gnico grupo que, mientras la D.C. desaparece del panorama de los milita- res, es su: le de aportar al fascis- mo naciente, no el apoyo de las masas, sino un conjunto de doctrinas y un cuerpo de expertos que legitimen su po- litica _anti-marxista de “reconstruccién democratica”. Sin embargo, los miembros del OPUS DEI no son numerosos. Forman una éli- te que “se pega” al poder, por la tradi- cién de su ascendencia aristocratica o por su especialidad. En Chile, en los wil- timos aiios, el OPUS DEI se ha rodea- do de jévenes economistas, de jovenes socidlogos e ingenieros salidos en linea (13) Sobre este tema ver la obra critica de Jesés Infante: “La prodigiosa aventura del OPUS DEI: génesis y desarrollo de la Senta Mafia, Paris, Ruede Ibérico, 1970. 19 recta de las universidades “liberal- manchesterianas” de Chicago u otras del mismo estilo. A continuacién del viraje a la dere- cha de la D.C., el OPUS DEI redoblé su trabajo de proselitismo entre los uni- versitarios y profesionales de ese parti- do, ya desprovisto de credo doctrinal. Pero a pesar de su réducido némero, es el imico grupo que, durante todo el periodo de Frei y Allende remonté sis- tematicamente la historia en contra-co- rriente. Asimilando la practica de resis- tencia de la clase dominante, traté de construir un modelo politico que susti- tuiria él reformismo social-cristiano, de- rribaria el régimen marxista e instaura- ria un nuevo tipo de democracia. De hecho, volver al antiguo suefio de la re- forma constitucional de Alessandri, su- mmindale a esto Ta reagan ears presion! A una ja historicamente, con sus fuerzas agota- das, al fascismo devastador y primar: de los militares, parece que ‘a (OPUS DEI) les aportara —como en Espaiia— algo con qué Henar su vacio. Todo este trabajo, el OPUS DEI lo realiza en el interior de los partidos, pe- ro sobre todo fuera de ellos, ® Los Frentes Gremiales Para lanzar sus acciones de masas, la derecha contaba, desde la Hegada de Allende al , con estos gremios tradicionales, incondicionalmente al ser- vicio de los intereses de Ja clase domi- nante: la SNA, la SOFOFA, la SONA- MI, la Camara de Comercio y la Cma- ra de la Construceién, reunidas en el frente de la Confederacién del Comer- cio y de la Produccién. De la misma manera que la SNA de- claré Ja guerra a la reforma agraria de Ja D.C, modernizando su ideologia y su organizacién de clase, Ja SOFOFA, or- ganismo que reunia los grandes indus- triales y que era el gremio més afecta- do por la constitucién del sector estati- zado de la industria, se unié a la SNA en su lucha contra las fuerzas progre- sistas, haciendo alarde de un moder- nismo econémico nuevo. 20 “De la misma manera que mu- chos revolucionarios trabajaban mo- vidos por una inquietud auténtica, nosotros tenemos la obligacién, co- mo hombres de empresa pricada, de presentar nuestra propia revolu- cidn”. Esta declaracién data de junio de 1971, época en la cual la burguesia es- taba convencida todavia de recuperar el gobierno popular por intermedio de los instrumentos de su democracia. Pero esta “revolucién” no se realizé en la em- presa: se realiz6 directamente en la ca- Ne. En enero de 1973 el presidente de la SOFOFA subrayaba: “Las perspectivas que abrid1972 para la accion gremial en gran es- cata son un fendmeno eee a la vex que extraordinario y manente, para el futuro de “chile (...). Tenemos una tarea urgente € ineluctable para el futuro inme- diato: debemos ayudar con toda nuestra energia al triunfo anti-mar- xista”. Fuera de dos huelgas generales, la SOFOFA con los otros gremios patro- nales, no perdié nunca el control del frente contrarreyolucionario. ® Los Gremios de Pequefos Patrones A estos frentes patronales se agrega- ron los gremios de pequefios propieta- rios. Sobre todo dos, acompafiaron a la burguesia en todas sus aventuras sedi- ciosas y se pusieron a su disposicién, transformindose, de alguna manera, en sus militantes de base, sus comandos, sus agitadores semi-profesionales. Estos fueron, por un lado, la Confederacién de Propietarios ‘de Camiones, fun- dada 17 afios antes y la Confederacién del Comercio Detallista y de la Pequefia Industria, fundada bajo el régimen de- mécrata-cristiano (uno de los tnicos gremios controlados por la D.C.). Paradojalmente, frente al gobierno popular, la Camara de Comercio, que durante décadas habia protegido siem- pre los intereses de los grandes comer- ntes y la Confederacién del Comer- cio detallista se unieron y fundaron a fines de 1971 el Frente Nacional de Sector Privado (FRENAP) para luchar contra la estatizacion. En el interior de las organizaciones profesionales debia el cambio mas importante. Antes del gobierno po- pular, la historia chilena “no conoce ningdn frente séenico-profesianal Exis- ten ciertamente los colegios de médicos, de abogados, ete... pero nunca dieron prueba de solidaridad activa. En la tarea de resistencia civica de la reaccién, a partir de las reivindica- ciones de los supervisores del cobre, se crea en mayo de 1971 la Confederacién Unica de Profesionales de Chile (CU- PROCH) que tiende a reagrupar a to- dos los profesionales, sin distincién de actividad. La Confederacién de Cole- gios Profesionales que reagrupa, a par- tir de junio de 1972 todos los colegios legalmente reconocidos de médicos, abo- gados, dentistas, ingenieros, contadores, psicélogos, enfermeras, etc., viene a aca- bar esta primera organizacion. En la vispera del golpe de Estado, el Frente Nacional de Profesionales —que reagrupa las dos organizaciones citadas anteriormente— habian logrado reunir alrededor de mas de 114 organizaciones profesionales. La explicacién de ese rea- grupamiento es dada claramente por uno de sus dirigentes, miembro ‘del Go- legio de Abogados: “La necesidad de esos organis- mos profesionales surgié con el go- bierno de la U.P. que a la creacién de este tipo organis- ‘mos, que son organismos de gue- rra, de guerra anti marxista. Esta- mos en un estado de guerra inter- na, y hemos sido agretlidoe por el régimen marxista”. Durante los aa de accién de masas generalizada, todos esos gremios, todas esas organizaciones se ubicaron bajo una autoridad tinica: el Comando de Accién Gremial. eCual era la fuerza de la Izquierda en esas organizaciones de pequefios pro- pietarios y profesionales? Esto varia mucho. Por ejemplo, el Consejo de Ar- quitectos tenia una direccién de Izquier- da; la de los Ingenieros y Abogados es- taba tan a la derecha que sus dirigentes estaban presentes en la reunién que fijé la politica de masas de la burguesia. No es exagerado afirmar que en pro- medio entre el 60 % y el 15 % de los miembros de los cuerpos profesionales estaban contra el gobierno popular. No es necesario recordar que en la huelga de la Conspiracién, el Colegio de Médicos fue uno de los elementos de peso para el agravamiento de la crisis. Por primera vez en Chile, renegando todos sus principios de ontologia profe- sional, los médicos abandonaron sus puestos en los hospitales, sin cesar cier- tamente de ejercer su actividad en sus consultorios privados. Entre los pequefios propietarios, para retomar el ejemplo de los camioneros, la Confederacién controlaba 25.000 ca- miones de los 52.000 existentes en el pais. Pero es necesario agregar que los 3.500 camiones de carga (de 12 a 24 to- neladas) estaban todos bajo el control de la Confederacién y de las grandes empresas monopolistas de transportes, que coexistian en la organizacién con el pequefio propietario de un camién de antes de la guerra. Durante la huelga de octubre Tos camioneros disidentes trataron de fundar su propio movimien- to (MOPARE); y esto a pesar de las acciones de gangsterismo al estilo de Hoffa (14) realizadas por la Confedera- cién y sus aliados de Patria y Libertad. También en octubre nacié el Frente Pa- tridtico de Profesionales, traté de agrupar a los profesionales de izquierda. © Agitacién en la Base Si bien es cierto que la espina dorsal de la lucha de masas de la burguesia fue el poder gremial en su rama patro- nal —técnico profesional— no es menos (14) Gongiter que sirigié large viempo al sindcato nerteamaricane de les camioneros. Praccabe se intimacién. teméticamente el chantaje y la 21 cierto que existian otras formas de ac- cién de masas, también importantes, en la resistencia civica. Las citas de El Mercurio reproducidas a la cabeza de sus notas son un testimonio. Las juntas de vecinos, las asociaciones femeninas, las federaciones de estudiantes, etc., to- das estas organizaciones permitieron a los diversos sectores de la poblacién mo- vilizarse politicamente a partir de su practica cotidiana, en sus lugares de tra- bajo, de recreo, de abastecimiento. Es asi que las juntas de vecinos, con- troladas en gran parte por la derecha, y las asociaciones femeninas locales, se opusieron a las JAP (organismos de base para el control del abastecimiento y_ de los precios, establecidos por la Unidad Popular a partir de 1972). Al proyecto de reforma del sistema de en- sefianza secundaria se le opusieron los centros de alumnos y las federaciones de estudiantes. La Derecha traté de no de- jar al margen de la movilizacién per- manente ningtin sector donde ella se pudiera introducir, Durante las huelgas generales, su Iinea de accién era cier- tamente, que el gremio movilizara al “pueblo”, pero durante los largos inter- valos que separaban las acciones gene- rales, los otros frentes determinaban su propia dindmica segiin las circunstan- cias y los sucesos cotidianos de la lucha de clases. Para poner en marcha sus acciones de masas, la burguesia debié modificar sus modelos de dominacién ideolégica. Sus diarios, sus radios, su television, breve- mente, el aparato ideolégico de Est: do, llamado “medios de informacién”, sufrieron un cambio importante. La burguesia “leninista” retomé el esquema leninista de organizacién de la prensa y transformé sus medios de in- formacién en “agitadores y organizado- res colectivos”. Ella cesé de emitir los mensajes genéricos de su cultura de ma- sas y abrié en todos sus érganos de prensa ribricas de “frentes sociales” que reunian todas las informaciones de las actividades concretas de los diferen- tes sectores de la resistencia civica. Rompié asi con su tradicién mercan- 22 til y competitiva de transmisién vertical de sus mensajes y con la funcién de des- organizacién de su publico; verticalidad y desorganizacin que caracterizan sus modelos de comunicacién cuando ella posee todo el poder. Este cambio en sus modelos de comunicacién, no es, por otra parte, sino un ejemplo de la mane ra como la burguesia utilizé la super- estructura del Estado en la lucha poli- tica cotidiana. No le bastaba manipular esta Superestructura desde lo alto de su balcén de clase dominante; estaba obli- gada'a hacerla descender al nivel de la calle para utilizarla en la tarea de agita- cion de las masas y transformar a estas ultimas en partidarias activas del Esta- do burgués. Masas que de alli en ade- Jante se sentian comprometidas en la defensa de la justicia, de la escuela, de la libertad de prensa, de Ja constitu- cién, ete... Es cierto que no se defendia ya la justicia burguesa en general, se defendia —contra los tribunales popula- res en gestacion— el privilegio del juez de ser el tmico que administre la justi- cia; y asi, se defendian mds generalmen- te las prerrogativas de cada una de las otras categorias profesionales. Ya no se defendia la libertad de prensa en si mis- ma, sino que se defendia —contra la apa- ricién de corresponsales y diarios obre- ros en las organizaciones de masas— el privilegio profesional del periodista de ser el tinico que se ocupe de la infor- macién, de ser “objetivo”. © Uni labra manipulada En esta estrategia de “politizacién de las masas”, la clase dominante dio a los sectores mds heterogéneos una palabra manipulada: prest6 una voz a la “mayo- ria silenciosa” para transformarla en una “masa sediciosa”, haciéndole creer que esta voz le pertenecia realmente, que Ja sedicién en la cual se lanzaba res- pondia a sus propios intereses. En una palabra, le hizo creer que ella misma es- taba decidiendo su destino. Apoyando- se en motivaciones individualistas que comportan en si mismas, en sus perio- dos de ofensiva una dimensién unifica- dora, Ia burguesia logré hacer la unién con su “base”, movilizarla a partir de estimulos profundamente desmoviliza- dores en si. mismos. Quizds el ejemplo mas ilustrativo es en el momento de las famosas. “manifestaciones de las cacero- Jas” en que las mujeres salieron a la ca- lle, en nombre de su liberacién politica, blandiendo el signo mas puro de su ex- plotacién ancestral: una cacerola... La sia les ofrecia su frazada de libertad y su inercia vestida de activismo. Esta estrategia tuvo como resultado el politizar todos los sectores de la vida cotidiana (15). La lucha ideolégica tomé entonces dimensiones decisivas. La burguesia ob- seryé al pie de la letra la consigna, de Mao: “Para derribar el poder politico, siempre es necesario crear antes que na- da la opinién piblica y trabajar en el terreno ideolégico. Asi proceden las cla- ses revolucionarias, pero también — las contrarrevolucionarias”. En esta empresa, la burguesia fue se- cundada directamente por el imy mo. Este ultimo se encargé de las cam- pafias internacionales de difamacién contra la Unidad Popular. Lo hizo a tra- vés de los organismos internacionales es- pecializados que retinen a los propieta- tios de los medios de comunicacién de masas norteamericanos y latinoamerica- nos: la Sociedad Inter-Americana de Prensa, que retine desde el Christian Science Monitor hasta El Mercurio (en 1969 el Presidente de esta Sociedad era el Presidente del Consejo de Administra- eién de El Mercurio). Pero este trabajo de orquestacién fue mucho mis lejos y Ja burguesia demostré que su linea de masas no podia ser sino una linea de masas fundada en la conciencia falsa y en la manipulacién. Las agencias de publicidad norteame- ricanas —las mismas que planifican a ni- vel mundial la propagacién del mito del “milagro brasilero”— como la Mc Cann, (15) Para un anélsis del comportamiento de las fuerzas de izq curso de los tres efios de gobierno de la U. P. ver fen ol proceso de liberacién”, Buenos Aires, Siglo XXI, 1973. (16) Extractos de este plan han side publicados en la revista CHILE HOY de Estado on moses de julio y agosto de 1973. Erickson, la Marplan, erigieron el plan de ataque contra las acciones Ievadas a cabo por la U. P, Citemos por ejem- plo la campaiia publicitaria lanzada por la SOFOFA para convencer a la pobla- cién de los maleficios de la estatizacion. En un informe confidencial, la Marplan escribia: “Es necesario demoler la imagen del Estado-patrén; es necesario es- timular el sentido de propiedad en- tre los trabajadores, sentido que se ha manifestado entre los_campesi- nos, pero que, entre los obreros in- dustriales es todavia, por razones evidentes, demasiado débil” (16). Todos los medios eran buenos: la cam- paiia comprendia la proyeccién de films en todos los cines del pais y copias en 16 mm para reuniones en las callampas, en las juntas de vecinos, en las asocia- ciones femeninas ‘para —siempre segtin los términos de la Marplan— “promover el interés y estimular a la masa a ex- presar sus ideas con toda libertad. Estas opiniones deberdn ser registradas en ban- da magnetofénica, y las mejores, las mas inteligentes, las mas valientes, las mas claras, debern ser utilizadas publicita- riamente: no debemos olvidar en nin- gin momento que debemos hacer oit la voz del pueblo”. Esta “penetraci6n de la masa” debia hacerse difundiendo octavillas y foto- novelas” gracias a las cuales, con la par- ticipacién de artistas distinguidos del Teatro Nacional, de la radio, de la can- cién, etc..., se pueden contar historias muy populares que posean un impacto dramatico, y contengan el mensaje de nuestra campafia, de manera que asi, gracias a este medio tan popular, este mensaje se graba firmemente en el es- piritu de la gente de las capas mas ba- jas, socio-culturalmente hablando”. En el momento en que la clase domi- nante entrevié la posibilidad de perder la calle, que la izquierda habia abando- nado en los primeros tiempos (“en el transcurso del primer afio, los reaccio- narios aprendieron mds répidamente que las masas” decia Fidel Castro durante ita a Chile), colg6 los habitos de- mocraticos de su linea de masas y abrié las puertas a los militares. Se dio cuen- ta que, sin la Armada, y frente a la cre- ciente linea de masas de las fuerzas populares, su propia Tinea se revelaba de hecho como un “tigre de papel”. EL GOLPE DE LOS GENERALES GREMIALISTAS El dia del golpe fue para la clase do- minante chilena el dia de los reencuen- tros. Generales y gremios se felicitaron mutuamente y cada uno elogié la ac- cién inteligente y patriética del otro. “El movimiento militar” declaraba el General de Aviacién Leigh Guzman, “se ha convertido en el intérprete de la ma- yoria absoluta del pais que, después de mas de un afio nos pedia poner térmi- no al caos” (17). Rindiendo homenaje a la “decisién trascendental e histérica” de las fuerzas armadas profesionales, el Presidente de la Confederacién de la Produccién y del Comercio se atribuia, con el consen- timiento tacito de los militares, una par- te de la victoria: “Lo que pasa actu mente demuestra que el gremialismo es una fuerza invencible que ha sobrepa- sado todos los obstaculos, los prejuici el miedo y la pusilanimidad politica” (18). Este mismo personaje, cuyo her- mano es sub-director del Mercurio, ya habfa declarado: “Nuestro movimiento fue la eleccién también cumplieron una misién, pe~ ro creo que no estaban pre} para un ataque ional contra el marxismo. Evidentemente, un buen discurso, una declaracién, un pro- yecto o una ley tienen mucho efec- to en un estado de Derecho. Pero, como nosotros estébamos en plena ley de la jungla era necesario en- contrar otra via para afrontar el problema” (19). EI tinico que, desde los primeros mo- mentos, se encontré completamente per- plejo y también livido de rabia y de miedo fue el lider de lo que debia ser el Golpe Blanco, Eduardo Frei, quien veia volarse su presa en el momento en que 61 creia que la iba aprender. Los servicios de informacién del Pentigono y de las fuerzas armadas americanas, en perfecta coordinacién con la CIA que preparaba el “golpe constitucionalista” habian decidido intervenir verticalmen- te y abandonar esta solucién legalista, del cual el sector freista era parte ad- herente, por las sugerencias de los agen tes dobles de la misma CIA. En lo sucesivo Frei debié contentar- se con el rol de lacayo, en su propio pais, y la anéedota humillante que vivid el segundo dia después del golpe es mas simbélica: cuando fue a indagar por la suerte de algunos sacerdotes de- tenidos en la Escuela Militar un Coro- nel le pidié su identificacién. Las pro- testas de Frei (“todo el mundo me co- noce, soy el Presidente del Senado. ..”) recibieron esta respuesta: “No hay més Senado, por lo tanto no hay més Presi- dente; el vehiculo que Ud. esta ocupan- do es propiedad del Estado, se lo con- fiscamos”. Y Frei fue devuelto a su ca- sa en un jeep coriducido por un simple caporal... Ya impotente, debid asistir a la pulverizacién de su clientela, de la cual una parte ya estaba pronta a unir- se al fascismo y la otra —desalentada tanto por las actuaciones de la D. C. (te Tescer, de tearm Sones, Chile, 23-9.1973. (9) Et Mercurie, 209-1973. 24 — BIBLIOGRAFICAS — LIBRERIA SUPERIOR EDITORA © OBRAS RECIBIDAS — El derecho a la intimidad y los me- dios de comunicaciones de masas: Jorge Carranza. Ed. Revista del No- tariado. Bs. Aires. 1974. _ versos: Valerio Depiante. Edi- cién privada. 1973 — Cardcter politico de la misién de Je- Ignacio Ellacuria. Ed. Miec-Jeci (secretariado. latinoamericano). Lima. 1974. Los primeros brotes: Carlos Romera. Ed. del autor. San Juan. 1974. Teologia de la liberacién y ética: (caminos de liberacién latinoamerica- na Il). Enrique Dussel. Ed. Latinoa- mérica libros S. R. L. Bs. Aires. 1974. © REVISTAS — Mapuche: N? 6-7. Responsables: Car- los Nieto y otros. Bs. . 1974. — Cuadrante (N.O.A.) Revista del Cen- tro de Estudios Regionales. Tucumén. 1974. — Los libros: N° 37. Consejo de Redac- cién: C. Altamirano, R. Piglia y B. Sarlo, Buenos Aires. 1974. —tatinoamérica N® 1 (Noviembre 1973). Agotada. —tLatinoamérica N? 2 (Diciembre 1973). Latinoamérica N° 3 (Abril 1974). —atinoamérica N° 4 (Agosto 1974). —tatinoamérica N® 5-6 (Diciembre 1974). CUADERNOS: —£1 taller de expresién libre: Lic. Adriana de Risemberg. —La cvestion judia vista desde el Tercer Mundo: Dr. Marcos Agui- nis. (Tercera edicién) DISTRIBUCION: Obras de Juan Filloy: —Yo, yo y yo (Maccié Hos. Edit.). —Ignitus (Maccid Hnos. Edit.). —tLes Ochoa (Maccié Hnos. Edit.). —Usaland (Maccié Hnos.. Edit.) Vil y Vil (Maccié, Hnos. Edit). En prensa. El dia en que el pueblo reventé de de angustia: Antonio Tello El tiempo y la aventura: Juan Flo- riani. Del dlbum de la abuela: Chaiii-tao. En prensa: Ajios y perjuicios - Antologia: Os- valdo Guevara (Coedicién: Direc- cién Municipal de Cultura - Li- breria Superior Editora). Libreria Superior Editora Constitucién 730 Tel. 26492 Rio Cuarto (Cba.) QOisnannaaaasaaganaad ate as UN VALIOSO APORTE A LA NUEVA CUENTISTICA ARGENTINA (eaquin T. Bustamante) ‘Oscar Maldonado Carulla Editado por Distribucién Nacional LV16 RADIO RIO CUARTO EDITORIAL PLUS ULTRA y FUNDACION BISET Viamonte 1758, Buenos Aires BON UM PRESENTA: ENFOQUES LATINOAMERICANOS © HACIA UNA FILOSOFIA DE LA LIBERACION LATINOAMERICANA ARDILES, ASSMAN, CASSAUIA, CERUTTI, CULLEN, DE ZAN, DUSSEL, FORNARI, GUMLOT, KINEN, KUSCH, PRO, DE LA RIEGA, ROIG, SCANNONE. lotinearmericane, sumide morgineda © ineorperede en Por los centros de poder del mundo’ ‘© AMERICA LATINA: FILOSOFIA Y LIBERACION SALAZAR BONDY, ZEA, TERAN DUTARI, SCHWARTZMANN. Le mejor presentacién de este libro os la lectura de tos titulo de los cuatro ponencios que lo com- ponen: Filosofia. de la dominacién y Filosofia de lo liberacién; lo filoostia, latinoamerics i Fio"de Ia. liberacign; presencia del’ pensamiento. cristiano en la filosotia y universalidad de Ia experiencia 'y la filesofia omericane ... © LA PROBLEMATICA DE LA CULTURA EN LATINOAMERICA A. PARISI ‘, marginada © ignorada por “élites ilue ‘gue han’ servide de marco condicienante a le de- ‘Esto. obra. se enriquece con un EN Donte enol gue. 0 fone ‘cultura “necionel y “culture 7 m8 9 © OTRA ESCUELA EN AMERICA LATINA APEFA. (Asociacién pore la formacién de las Escuelas de la Familia Agricola). Un enfoque nuevo de la educacién, sxperimentads, especicimente en zoncs autores ereen en la capecidad educadora dela vide y pretenden superar les estructures y programas educacioneles tradicionales © DEPENDENCIA CULTURAL Y CREACION DE CULTURA EN AMERICA LATINA WWACH, MELIA, ROA BASTOS, DUSSEL, GERA. eneacign, deta cuarta, SCMANA ACADEMICA, organ de le Universidad del ‘Salveder, i ica Latina; ® HACIA UN NUEVO HUMANISMO (Argentina - 19 ol 23 de septiembre ~ 1973). Murgie, Adar © AMERICA PROFUNDA R. KUSCH. Aporeceré préximamente. BONUM Maipé 859 Tel. 392-9763 Buenos Aires COMENTARIOS © MAPUCHE, revista literaria. Editada por Todamérica - Castelar (Bs. As.). Que lo gris, la tristeza y toda la gama de on ‘gustias es pasto ‘enemige del Pueblo, po- ‘Mapuche”. Porque to: do on ella trasunta alegria y humor al servicio la liberacién, porque nada es encarada con la “se- tiedad” y coremenia de los que nada decir, “Mapuche” ¥ sincera, esponténea y simple, como el gesto ané- Con la colaboracién de escritores, postas, hu- moristas, plésticos que sienten la realidad de un pois, “Mapuche” se ha ganado un lugarcito on ‘l frente, @ pure trabajo només. © BARRILETE, revista literaria. Editade por Editorial Barrilete. (Bs. As.). ‘Con la direccién de Roberto Santoro, Alberto Costa y Carlos Patio, importantes y muchas veces silenciados poetas argentines, vuelve “Barrilete’ lege de un largo periode de ausencia. Su sola presentacién implica una experiencia al lee for, ya que encuentra todo e! material —poesia, euentes, monografias, comentarios, ete.— sueltos ‘on el interior de un sobre. Esta caracteristica torial —gparentemente incémoda— permite, no obs- fante, que los distintos elementos que contione puedan ser utilizades individualmente © incluso, ‘el caso de les poemas, darles una circulacién y una dinémica “boletinesea”, para que cumplen su fun- cién de ganar la calle y las barricades de lucha. En este sontide “Barrilote” constituye un aporte 1 la causa de la liboracién nacional y latinoame- ricana, partiendo de la consigna de que “el hecho cultural por oxcelencia es la revolucién”. Conse- eventemente, rupo generador de “Barrilet ropane la formacién de un Frente Unica do Tr Ja Cultura con Ia finolidad de pre- sentar una lucha cohesionada por las reivindicacio- nes gremiales del sector, haste ahora impunemen- te explotados por editores, revistas, diarios, ro- dios, TV, marchantes, efc., dando lugar a la promo- cionada bohemia, cuando en realidad se trata desocupacién. Tal Hamad implica, p 1a convocatoria @ todos los intelec- we “tienen un papel importante en las lu- ‘pueblo, en tanto sirven como intérpretes y vehicules de exprosién de sus necesidades”, po- t sarrollar “todas las condiciones ne- cosarias para el logro de una cultura y un arte Propios, nacional, pop dos sus aspectos”. © CUADRANTE, revista del Noroeste Argentino. Editada por el Centro de Estudios Regionales de Tucumén. El ndmoro 1 de “Cuadrante” constituye una in- teresante muestra del quehacer cultural de la re- gién, a través de un prolijo trabajo realizado por reconocides estudiosos nortefos. Tal vox sean esos trabajos pres mejor expresan los contenides de su de principios. Es osi que, nos encontram: primer némero con articulos tan importantes como “Notas sobre la regién como teoria y como praxis ‘en ol Noroeste Argentino”, confeccionadas por Gas- or Risco Fernéndez, “El concepto de regién y su plicacién en el NOA” ete,, que reflejan el intento forzado de dar forma y canalizar el hecho cultural a la vex que _comprender sus diversas manifestaciones significaciones. Considerames importante la transcripcién de “Declaracién de principios” porai presor las intenciones del “Centro de Estu gionales”, sus puntos dan ciertas pavtas jo que pueden sor tenidas en cuenta por otros fnucleamientos regional “El Centro de Estudios Regionales es un grupo intordisciplinario © independiente reunido sobre las bases de ciertes preocupaciones compartida:. Son cllas las 1 — Concioncia de pertenecer @ una realidad histérico-cultural de vigorosos rasgos, hoy morgi- ‘quehacer nacional, y de la situacién de dopendencia con respocto a una metrépolis que ig- nora a la regién y le impone sus pavias on de- trimento de su identidad. ma el desconcierto que la actual crisis jundide en todas las activid incluso las del pensamiento. hoy lo que fue copaz en el pa- ado en términos de talento, iniciative, liderazgo y normas de cultura. 5 — Le falta de cohesin entre fos hombres més copaces de nuestro medio, que se traduce en la~ bores dispares, esfuerzos fallides y desalionto on la empresa intelectual. El tiempo y la aventura (cventos), de Juan Floriani - Edit. Mac-

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