En la primera parte de El ser y la nada Sartre advierte que el ser del hombre ha

perpetrado una delicada y sutil abolladura en el seno del ser mismo a raz de las
conductas que, el ser del hombre como realidad humana en el mundo, reflejan y develan
una negacin constante de las estructuras del ser. Esto es delicado en el sentido de que
el ser termina nihilizado a ser lo que no-es y a no-ser lo que-es por esa nada de no-ser
que brota desde su interior mismo, y sutil porque aunque el ser humano se esfuerza por
protegerse o tomar medidas preventivas de antemano ante cualquier riesgo que traiga
consigo la perdida de los lmites indivisibles del ser, el no-ser de la nada socava poco a
poco sin que nadie lo espere esas barreras y previsiones.