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Guy Debord y la televisin

Para Debord la televisin ofrece un manual de instrucciones sobre cmo vivir


normalmente pero su esencia no se encontrar en sus contenidos sino en la red de
relaciones en la cual ella opera y en su eficacia para organizar el campo de visin
humana, el rgimen de visibilidad de nuestras prcticas cotidianas. La televisin
est incorporada en un juego de estrategias que regula el trfico simblico de la
poblacin. No regula opiniones y perspectivas visuales, establece agendas, no dice
qu es lo que hay que decir o visionar sino qu es lo decible y lo visible, sobre lo
que hay que decir o mostrar algo. Es un dispositivo biopoltico ya que su blanco
son las poblaciones-audiencias sobre las que acta performativamente delimitando
el alcance de nuestra experiencia, sus lmites, sus bordes, sus fronteras, dentro de
las cuales somos ms o menos libres de opinar, hacer o ver; esa libertad condicional
no depende de la televisin sino de los dispositivos disciplinarios que operan en red
con ella. El sntoma de nuestra poca consiste en que estamos siendo observados
todo el tiempo an cuando creamos que somos nosotros los observadores: la
televisin nos observa en la misma medida en que la observamos.

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