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Ética y Gobernanza

Hermann Alvino
Hermann Alvino es especialista en Ingeniería Metalúrgica y Sistemas de
Información. Desde 1974 ha sido profesor universitario y ha tenido una extensa
actividad pública como ejecutivo de alto nivel en empresas del Estado y como
dirigente gremial desde organismos éticos y disciplinarios. En el campo privado
se ha desempeñado como consultor de sistemas empresariales.

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Indice

I- Introducción a la discusión Ética .........................................................................2


I.1- Definición y contexto de la Ética ......................................................................2
I.2- Ética e Historia ..................................................................................................7
I.3- Ética y Política ................................................................................................11
I.4- Ética y Gobernanza .........................................................................................14

II- Conceptos básicos.............................................................................................19


II.1- La Ética como marco en las organizaciones humanas...................................19
II.2- Las clases de Ética .........................................................................................21
II. 3- Los valores ....................................................................................................24
II. 4- Los Principios ...............................................................................................27
II. 5- Dilemas y tentaciones ...................................................................................28
II. 6- Los Conflictos de Intereses...........................................................................28
II. 7- La Ética y el Derecho ...................................................................................34
II.8- La conducta humana ......................................................................................35

III- Métodos para establecer juicios y tomar decisiones .......................................39


III. 1- La vía empírica ............................................................................................41
III. 2- El Principio del Doble Efecto ......................................................................46

IV- La Ética personal.............................................................................................49

V- Importancia de la Ética en las organizaciones..................................................52


V.1- Los Códigos de Ética y de Conducta en las corporaciones, públicas y
privadas. .................................................................................................................52

VI- La Ética e n el ámbito de acción privada .........................................................60


VI-1. La empresa privada como agente moral.......................................................60
VI-2. Recientes políticas de Estado .......................................................................64
VI-3. Importancia de los profesionales y técnicos .................................................64
VI-4. La corrupción en la empresa privada ...........................................................65
VI-5. Los ámbitos de acción privada .....................................................................66
VI-6. Evolución de los códigos de Ética ...............................................................68

VII- La Ética en la Gerencia Pública .....................................................................70


VII. 1- Corrupción Administrativa ........................................................................70
VII. 2- Códigos de Ética en el Sector Público .......................................................73
VII. 3- Los costes de la democracia .......................................................................77

VIII- Etica y Gobernanza.......................................................................................79

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I- Introducción a la discusión Ética

I.1- Definición y contexto de la Ética

Este libro trata sobre la Ética, como elemento que condiciona el comportamiento
de cada persona dentro de los diversos roles que asume de acuerdo a sus
actividades, esto es, como individuo y hacia sí misma, y como integrante de la
sociedad, actuando como miembro de una familia, de una empresa, de un equipo
de gobierno, o de una organización social.

La Ética, como se comentará a lo largo del texto, ofrece las bases y métodos para
explicar y juzgar tanto este comportamiento como sus consecuencias.

Comencemos esta introducción a la Ética presentando un caso de estudio derivado


de un texto de los Evangelios y cuya actualidad está a la vista:

Caso de Estudio 1. El Trabajo en el Evangelio.

(...Mateo 20)

Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió
por la mañana a ajustar obreros para su viña.

Y habiéndose concertado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.

Y saliendo cerca de la hora de las tres, vio otros que estaban en la plaza, ociosos;

Y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que fuere justo. Y ellos
fueron.

Salió otra vez cerca de las horas sexta y nona, e hizo lo mismo.

Y saliendo cerca de la hora undécima, halló otros que estaban ociosos; y díceles:
¿Por qué estáis aquí todo el día ociosos?

Dícenle: Porque nadie nos ha ajustado. Díceles: Id también vosotros a la viña, y


recibiréis lo que fuere justo.

Y cuando fue la tarde del día, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a
los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los
primeros.

Y viniendo los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un
denario.

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Y viniendo también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero
también ellos recibieron cada uno un denario.

Y tomándolo, murmuraban contra el padre de la familia,

Diciendo: Estos postreros sólo han trabajado una hora, y los has hecho iguales a
nosotros, que hemos llevado la carga y el calor del día.

Y él respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no te


concertaste conmigo por un denario?

Toma lo que es tuyo, y vete; mas quiero dar a este postrero, como á ti.

¿No me es lícito a mi hacer lo que quiero con lo mío? o ¿es malo tu ojo, porque
yo soy bueno?
....
Así los primeros serán postreros, y los postreros primeros: porque muchos son
llamados, mas pocos escogidos.

(.....)

Este texto puede leerse de varias formas; a la luz de la legalidad, en la cual la


legislación laboral estipula que, para el mismo tipo de trabajo, corresponde el
mismo salario; o se puede interpretar que la paga debe ser proporcional a las horas
trabajadas; puede decirse también que es mejor que todos trabajen con una paga
promedio a que haya algunos con buenos ingresos y otros que permanezcan
desempleados. Puede decirse también que cada cual hace con su dinero y con el
uso de su propiedad lo que mejor le parezca, abriendo así las puertas a la
discusión acerca del rol social de la propiedad y de la iniciativa privada.

Todas estas interpretaciones tienen una vertiente que proviene de la Ética. Esta
disciplina indaga acerca de lo que es correcto de lo que no lo es. Pero el problema
comienza con la definición misma de lo que se entiende como correcto, puesto
que su significado puede ser distinto a lo que normalmente se considera justo,
adecuado, conveniente, socialmente aceptado, legal, y depende de lo que cada
uno piense, de sus creencias, circunstancias, y cultura.

Por ello, este enfoque hacia el proceder correctamente, solo será efectivo luego de
haber establecido ciertos principios que deberán ser compartidos por la sociedad,
y que le darán contenido a esa palabra.

Diariamente el ser humano se enfrenta a realidades que obligan a pensar sobre


cómo proceder de acuerdo a su conciencia y principios, de acuerdo al contexto
legal, al código de comportamiento de la empresa donde se trabaja, o a los
intereses inmediatos que pueda tener. El vínculo con la Ética es ineludible.

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Un caso de estudio que refleja lo anterior se puede reflejar en el conflicto de un
profesional:

Caso de Estudio 2. La lealtad al patrón y las convicciones personales.

Supongamos que un ingeniero que trabaja en cierta posición de responsabilidad


en el diseño de políticas urbanísticas de un ayuntamiento, se haya opuesto con
tenacidad durante su gestión a un cambio de zonificación y de política urbanística,
que significaría edificar grandes complejos habitacionales en un área recreativa,
que a su vez sirve de pulmón vegetal dentro del ámbito geográfico del municipio,
y que ésta oposición ha sido fundamentada reiterativamente con informes técnicos
que, a juicio del ingeniero, se corresponden con lo que él y sus unidades de apoyo
consideran lo correcto y adecuado.

Supongamos ahora que, en un cambio posterior de administración en el gobierno


municipal, y durante esta nueva gestión, en acuerdo entre la alcaldía y el
respectivo gobierno municipal, se cambia dicha zonificación y que, por un
conjunto de coincidencias, la empresa del sector privado para la cual trabaja ahora
el ingeniero lo nombra a él coordinador de las obras en ese sector.

¿Cómo debe plantearse el ingeniero este problema? ¿Le debe lealtad a la empresa
para la cual trabaja, que implica la conservación del empleo y por ello la
salvaguarda de su familia, o debe anteponer el criterio del cual está convencido y
por el que luchó mientras era ingeniero al servicio del ayuntamiento?

Estas realidades se le presentan frecuentemente a un funcionario, o en la rutina


diaria en la que un empleado privado se desempeña, y en todo momento de
nuestras vidas como personas y ciudadanos, por lo que de la respuesta que demos
en cada caso condicionará nuestra línea de conducta, y los efectos sociales que
ésta pueda tener, de acuerdo al papel y responsabilidad de cada uno en
determinado momento y contexto.

Todo problema ético es importante, ya que se deriva directamente de la naturaleza


humana; pero los alcances de cada problema no son necesariamente los mismos,
ya que los cursos de acción de quienes tienen responsabilidades colectivas, tanto
en el ámbito público como en el privado, tendrán efectos mucho más amplios con
relación a cierta decisión que pueda tomarse en un entorno familiar.

Una situación directamente relacionada con el Bien Común se refleja en el


siguiente caso de estudio:

Caso de Estudio 3. Bienestar de industria agropecuaria y Bien Común.

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Luego de una estación con buen clima se han producido cosechas masivas de
ciertos rubros agrícolas, generando así grandes excedentes ¿es lícito quemar los
excedentes para mantener los precios y preservar a futuro la salud de la industria
agropecuaria en lugar de repartir los excedentes a los más necesitados?

La Ética consiste entonces en descubrir métodos para el manejo de estas


preguntas, la indagación acerca del cómo abordarlas, cómo establecer opiniones
sobre los conflictos que ellas plantean, qué curso de comportamiento se puede
seguir, cómo armonizar nuestra conciencia con una visión razonada de cada
situación, cuáles son los mecanismos de raciocinio y el lenguaje utilizado para la
justificación de los principios establecidos.

La Ética está relacionada directamente con la realidad, lo cual hace que sea una
disciplina de tipo práctico; la realidad es cambiante y las acciones humanas
generan muchas interpretaciones; de allí la dificultad para establecer una base
común de entendimiento para un juicio ético; el explorar las bases que generan
estas múltiples lecturas y los métodos para llegar a conclusiones compartidas es
también objeto de estas notas. En la Figura 1 muestra la interrelación entre estos
elementos.

La Etica se ocupa de lo que es correcto hacer


La Etica está presente en distintos planos de acuerdo a nuestro rol como personas
en la sociedad: personal, familiar, afectivo, profesional, privado público,
gerencial,...

Principios
Compartidos Deben establecerse ciertos principios que
serán compartidos por la sociedad
Valores

La Etica es una disciplina práctica y por ello dinámica.

Las acciones humanas generan muchas interpretaciones, de allí la dificultad de


establecer una base común de entendimiento para un juicio ético.

Figura 1. Definición, ámbito y características de la Ética.

Poseer un marco ético de conducta es una necesidad tanto para el ciudadano como
para el dirigente, ya que todos somos agentes de cambio. Por ello, toda
capacitación en esta materia debe cumplir con ciertos objetivos, a saber:

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- Estimular la imaginación para el razonamiento frente a conflictos éticos

- Reconocer cuando se plantea un conflicto ético

- Desarrollar herramientas analíticas para establecer juicios

- Desarrollar herramientas para desempeñarse en situaciones de ambigüedad y


falta de consenso

Estas experiencias de capacitación, basadas en una intensa reflexión personal, y


generando muchas veces más preguntas que respuestas, pueden ser un factor clave
de éxito profesional y de vida, al actuar en consonancia y consistentemente con
principios éticos, que además de ser los que nos conforman como verdaderos
ciudadanos, son compartidos por toda la sociedad en la que vivimos.

Se desea así realizar una exploración acerca de la Ética presentando casos reales,
de la rutina diaria, de los que cada uno puede extraer lecciones útiles y pautas de
comportamiento hacia nuestro entorno inmediato, en virtud de haber sido muy
probable el haberlos vivido directamente o de cerca. La Figura 2 resume este
objetivo; nótese la relación y diferenciación entre la Ética y el Derecho, que se
comentará en detalle más adelante.

Roles y Situaciones Etica


Planos de Actuación:
Personal Principios
Cómo actuar: Compartidos
Afectivo
Correctamente
Familiar Valores
Justamente
Laboral
Público Legalmente Derecho
...

Impacto: Marco Legal


Personal
Externo

Figura 2. Contexto social para una definición de Ética.

Se trata así de despertar el interés por un continuo entrenamiento personal,


enfocando adecuadamente los casos que se vayan presentando o los que se tenga
oportunidad de conocer u observar. Las herramientas de análisis en sí no son

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complejas, y su uso inteligente permite establecer rápidamente una referencia
conceptual y moral para establecer un determinado juicio. La carencia de
conocimientos formales o integrales de Filosofía no debe impedir el desarrollo de
conceptos e instrumentos analíticos para saber reconocer conflictos éticos, poder
establecer juicios, y, sobre todo, actuar.

Todo integrante de una organización humana debe posicionarse moralmente


frente a su realidad cotidiana, con conceptos e instrumentos éticos, para que pueda
establecer juicios acerca de su conducta y su entorno, para poder prevenir y
corregir situaciones potencialmente, o de hecho, perjudiciales.

La complejidad nace en el reconocimiento mismo de los conflictos morales que


puedan presentarse, y en la precisión de los hechos y los conceptos que de ellos
cada uno tenga, así como del contexto en el cual se desenvuelve determinada
conducta, y cuáles son los conflictos de principios y de intereses presentes. La
dificultad continúa al establecer juicios con base en una escala de valores
coherentes entre sí y a lo largo del tiempo, así como la evaluación final del juicio
por parte de nuestra conciencia.

En esta tensión se desenvuelve quien gobierna y dirige grupos humanos; su visión


dependerá de la manera como su propia vivencia le haya marcado el espíritu: su
formación, educación, familia, entorno social y experiencias.

Pero esta tensión también existe para el ciudadano corriente que no se desempeña
en responsabilidades públicas –salvo a través de sus deberes y derechos cívicos-
al presentársele conflictos en los que su interés inmediato y personal puede
contrastar con el de su entorno; así es normal ya la repetida y consciente violación
de las normas elementales en la conducción de coches, con miles de muertos,
heridos e incapacitados permanentes, a pesar de disponer de mejores vías, coches
más seguros (y veloces) y leyes más duras; o el maltrato a los niños y más
ampliamente el maltrato de género; el trabajo infantil y esclavo, el maltrato a las
infraestructuras propias y ajenas; y en general una visión de la vida a corto plazo.

Todas estas acciones son realizadas en su gran mayoría de forma consciente,


racional, a sabiendas de los riesgos personales propios y ajenos, además de las
consecuencias legales; riesgos que además pueden aceptarse o desdeñarse; y son
acciones que realiza cada individuo, con base en sus escogencias.

I.2- Ética e Historia

Los testimonios escritos acerca de la reflexión Ética se remontan desde el inicio


mismo de las primeras civilizaciones, egipcias, sumerias, y las numerosas culturas
asiáticas. -por ejemplo, el código de Hammurabí y el Viejo Testamento-. En
Atenas, Sócrates, con su indicación de conocerse a uno mismo, de hecho
planteaba un problema ético; Platón buscaba la virtud por medio de su
conocimiento pleno; Aristóteles planteó la polémica al afirmar que la virtud no se

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alcanzaba pensando en ella sino practicándola. Y así a lo largo de los siglos hasta
el presente, pasando por toda la gama de religiones, doctrinas, e ideologías,
humanistas y materialistas, que han conformado el mundo actual, con nuevas
tensiones y los mismos viejos problemas: Cristianismo, Islam, Hinduismo
Confucionismo, Taoísmo, Shintoismo, creencias africanas, amerindias y
polinesias, liberalismo, marxismo, etc.

No es objeto de este trabajo repasar la historia del pensamiento ético ni explorar


las líneas de pensamiento que han orientado a la humanidad, aunque debe
recordarse que este ejercicio es un soporte muy útil para adquirir perspectiva y
para ayudar a ubicarse en un proceso racional de toma de decisiones. De un paseo
por cada cultura resalta que en todas ellas existen los mismos problemas, sin
embargo los abordan de manera distinta, en virtud de la diferencia en la
concepción de la persona humana y su valor, en términos no solamente absolutos,
sino con referencia a sus sociedades específicas, y al valor que se le asigna a la
vida misma de cada individuo. Esta suerte de relativismo cultural debe tomarse en
cuenta para comprender y actuar en contextos socioculturales muy diferentes
entre sí.

Este mismo relativismo cultural es lo que explica las razones por las que las
relaciones sociales básicas entre los componentes de una sociedad no se
establecen universalmente de la misma manera, de forma que la explicación y
justificación, al igual que los factores motivantes y valores que impulsan las
decisiones de sus individuos, se corresponderán a su contexto social y cultural,
que a la vez es producto de una historia, de una dinámica económica, religiosa,
filosófica, de poder o dependencia, etc.

Existe una permanente tensión entre la religiosidad, con su carga de valores


específicos, y esquemas de comportamiento dados por los representantes del dios
respectivo, frente a un concepto de ética y libertad de escogencia cuyos orígenes
se atribuyen totalmente al ser humano; no es sencillo encontrar bases mínimas
comunes entre estas dos visiones de la persona y el mundo, en primer lugar por la
evidente dificultad de unos u otros en aceptar conceptos tales como Dios y
trascendencia, o materialismo; y en segundo lugar, debido a los problemas que
surgen dentro de cada uno de estos polo s, por una parte por la diversidad
religiosa, por no mencionar odios que duran milenios, y por otra por la diversidad
filosófica.

Esta diversidad filosófica, materialista, es útil para comentar las tensiones


derivadas para explicar el proceso de hominización, o de formación de la
conciencia, y de los patrones de comportamiento; es esta dinámica se enfrenta una
corriente que atribuye el comportamiento humano, y por ello la forma de concebir
la sociedad y su interacción dentro de ella, al factor genético, al otro extremo que
hace derivar este comportamiento del factor ambiental.

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Existen por ello escuelas de pensamiento que desarrollan conceptos de psicología
cognitiva y neurociencia, y, como contraste, toda la gama de escuelas humanistas
que entretejen argumentos, estudios de comportamiento y topologías anatómicas,
para abordar el nacimiento de un ser humano con la mente en blanco, sosteniendo
en un caso la importancia de los procesos de conexiones neuronales, y en otro la
del ambiente exterior.

Diversas cosmovisiones, entonces, entre religiosos y ateos; además de las


diferencias dentro de ambos grupos por la gran diversidad de creencias y escuelas
de pensamiento, hacen difícil tanto la construcción de un sistema de referencia de
valores como la posibilidad de poder compartirlo.

Pero no es solo el desarrollo de la reflexión Ética en sí misma, a lo largo de la


historia humana, lo que le ha dado su forma actual dentro del proceso de
crecimiento de la Filosofía, ya que también ha sido decisiva la influencia de otras
disciplinas.

Por ejemplo, para un antropólogo, determinada realidad puede ser un insumo para
su visión del hombre, para un psicólogo puede servir para explicar cómo funciona
la mente humana en ciertas circunstancias, para un historiador su uso podría
describir el desarrollo de las diversas formas de poder, para un economista dicho
insumo podría servir para calcular una relación costo-beneficio y la equidad que
de ella pueda derivarse.

Para un teólogo, cierta realidad da pié para explicar el origen divino de la virtud, y
para un filósofo ateo, dicha realidad puede servir como base de explicación del
origen intrínsecamente humano de la virtud; mientras que para un sociólogo, son
componentes para describir las formas que adopta cierta organización humana. La
Ética debe estudiarse entonces a la luz de la naturaleza humana en la amplia
variedad de sus manifestaciones e interpretaciones. Ver Figura 3.

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La Etica como parte de la Filosofía
se ha desarrollado a lo largo de
milenios de reflexión

Filosofía, Psicología
Historia del Pensamiento Sociología
Antropología
Biología
Siglo XX-XXI: Religi ón
Estructuras Sociales Ciencias
Liberalismo ....
Socialismo
Socialdemocracia
Humanismo Cristiano
Valores y Principios compartidos por la
Islam
sociedad
Nacionalismo
Comunismo
....

Figura 3. Influencias del pensamiento humano en la concepción de una Ética.

Se debe así establecer una referencia para continuar, que para nuestros efectos,
ésta se deriva de la historia de Occidente, con su concepto de sistema de
libertades y sus imperfecciones al ponerlos en práctica (Figura 4), y sobre la cual
se va estableciendo el respectivo andamiaje conceptual.

Esta ineludible presencia de un sistema socio-histórico de referencia será


necesario recordarla cuando se actúa en contextos que son explícita o
implícitamente no democráticos (a la luz del pensamiento occidental) o
históricamente diferentes, y obligará a replantearse en profundidad cuáles son los
esquemas que se derivan de tales contextos, tan dispares de Occidente, para
establecer los canales para una comunicación recíproca, que constituyen elemento
indispensable para comprender.

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Enfoque Occidental-Liberal

Sistema Democrático
Sistema de Libertades
Estado de Derecho
Existencia del Estado como ente regulador y compensatorio
Existencia del Sector Privado, mercado y competencia
Sociedad Civil, organizaciones sociales, pol íticas, económicas

Figura 4. Referencia socio-histórica para la Ética.

I.3- Ética y Política

No podemos precisar, sin un amplio debate, y seguramente con conclusiones


encontradas, si el actual estado de cosas en el mundo es producto de modelos
políticos incorrectos o de conductas indecentes. Pero sí parece claro que la
superación de la actual realidad planetaria solamente será posible con ambos
elementos jugando un rol igualmente importante, y en positivo. Ambos por sí
mismos son necesarios, pero ninguno por separado es suficiente.

Es la sinergia de ideas y comportamiento lo que hace posible un cambio social, y


quienes viven esa sinergia se convierten en agentes de cambio, esto es, en líderes.

Para quienes se desempeñan en cargos directivos o de gobierno, existen términos


que definen problemas y realidades que necesariamente se deberán manejar en
algún momento de la historia de su sociedad, y no propiamente desde el punto de
vista contemplativo o académico, sino para actuar, sea legislando, reprimiendo,
previniendo, o conciliando. Estos criterios son igualmente válidos para quienes se
desempeñan en la actividad privada en sus innumerables facetas. Ambos campos
son parte de la Política, en su sentido más amplio y realista.

Así, la gerencia privada y la pública se relacionan con la gobernanza de las


organizaciones humanas a través de la Ética y deben enfrentarse a términos y
realidades derivadas de éstos tales como el soborno, el genocidio, la eutanasia, el
aborto, la libertad de culto, el asesinato, el suicidio, la defensa, los transplantes, la
clonación, el secreto profesional, la igualdad, la revolución, el racismo, la huelga,

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la libertad de conciencia, la justicia económica y social, la seguridad social, la
calidad de vida, la educación, la lealtad corporativa, creación y preservación de
empleo, preservación del ambiente, desarrollo de infraestructura, colapso del
sistema de justicia, hacinamiento en las cárceles, seguridad frente al terrorismo,
etcétera.

Abordar con éxito estos temas exige no solamente talento, sino respaldo popular,
y éste se obtiene, cuando, entre otras virtudes, se posee integridad personal, para
generar respeto y credibilidad, al margen de que se compartan sus ideas

Estando la Ética naturalmente asociada a las acciones humanas, y siendo parte


además de la Filosofía, podremos entender esta última no como un conjunto de
teorías, sino como una práctica de vida, como una actividad de inmediata relación
con la realidad que exige creatividad, integridad personal, en términos de
consistencia o coherencia, y visión de conjunto, en el entendido que esta actividad
no se realiza como ejercicio ocioso sino que se utiliza para resolver problemas, y
que su vivencia, además, enriquece espiritualmente a la persona, motivándola a
superarse.

La importancia de la Ética como norma de conducta sustentada por un conjunto


de valores se hace así evidente tanto en el ámbito privado como el público. Un
elemento fundamental de los problemas presentados en el progreso de cada
sociedad, tanto desde el punto de vista del desarrollo del sector privado como para
la gobernanza del Estado en sus diferentes niveles, tiene como causa
comportamientos que se alejan de los valores que puedan haberse establecido para
el logro de lo que se haya definido como Bien Común, causando significativas
pérdidas al Estado, al sector privado y a la calidad de vida del ciudadano.

Durante el siglo XX se ha avanzado, aunque falta mucho camino todavía, en


conceptos tales como justicia social y justicia económica, que gravitan en el
ejercicio de la función pública y privada, contribuyendo además en el desarrollo
de normativas muy precisas.

La imperfección de la justicia económica se evidencia en la relación de acceso del


hombre a recursos que no son suficientes para todos o que en todo caso no se
reparten equitativamente; de esta relación se derivan distintas interpretaciones:
igual reparto para todos por tener derecho a ello desde el nacimiento, reparto
diferente de acuerdo al aporte de cada uno a la sociedad, o igualdad de
oportunidades para tener acceso a los recursos. Un modelo social que establezca
qué clase de justicia económica debe prevalecer es, de hecho, un modelo ético.

De igual forma, la justicia social se deriva, entre otras fuentes, de la existencia del
Estado como ente compensador en la aplicación de los imperfectos conceptos y
procesos derivados de la búsqueda de la justicia económica. Su perfil es también
imperfecto.

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Al margen de las ideologías que sustentan cada teoría de justicia económica o
social, el avanzar en su concepción y aplicación será un elemento indispensable
en la felicidad humana en los tiempos por venir, cuya actualidad vive un aumento
de la población que amenaza seriamente la biodiversidad y la salud del planeta,
sea por los recursos necesarios para sustentarla, sea por los patrones de consumo
establecidos por Occidente, y por el impacto de la tecnología en obtener dichos
insumos.

Independientemente del modelo socioeconómico que se diseñe o adopte, también


es claro que las desviaciones de la Ética, son un factor que mantiene el atraso, la
pobreza y el subdesarrollo. Estas desviaciones son conocidas: la corrupción
administrativa, la usurpación de la voluntad ciudadana, la indiferencia, desidia, o
complicidad para legislar, regular y gobernar, creando por un aparte un ambiente
de impunidad, y por otra de desesperanza por parte del ciudadano, que espera que
sus gobernantes sean una referencia y ejemplo como personas y como
administradores.

En el campo corporativo privado, estas desviaciones se traducen en los repetidos


fraudes, producto de artimañas contables, a conciencia de que accionistas y
ahorristas pierden dinero y tiempo irrecuperables, como en el caso de las
pensiones que desaparecen dejando vulnerables a gente que se halla en el umbral
de la tercera edad. Como consecuencia se genera una crisis de confianza frente a
la cual la reacción más fácil es incrementar los niveles de escepticismo y cinismo
personal, con lo cual es de suponer que las acciones derivadas acentuarán la
desconsideración por el prójimo creando a su vez más desconfianza.

Caso de Estudio 4. Medios, corporaciones y financiamiento de campañas.

Dada la importancia de los medios de comunicación en una sociedad de


información global como la actual, se comprenden las razones que justifican la
existencia de un necesario y delicado equilibrio entre la rentabilidad de las
operaciones, y la calidad y objetividad de la información. Los medios no estadales
obviamente son de propiedad privada, y su misión es ganar dinero, hasta allí nada
no hay inconveniente.

Pero los medios, por definición, no solamente son empresas destinadas al


marketing y publicidad, sino que son entidades que deben ofrecer una visión
equilibrada de la realidad, mediante informativos, opiniones, entretenimientos,
publicidad, deportes, etcétera.

El problema surge cuando se convierten referencia informativa y cultural única,


sin pluralismo, como por ejemplo cuando los medios televisivos, radiales, y
escritos tienen los mismos propietarios, y éstos, a su vez, poseen diversas
empresas ajenas al negocio mismo de la comunicación social, con lo cual, los

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medios bajo su control se convierten en canales de expresión de sus intereses
empresariales.

Es legítimo para una empresa intentar influir legalmente en la agenda política a


favor de sus intereses, esto es, para ganar más dinero, y existen instancias
institucionales para expresar sus puntos de vista en la conformación de dicha
agenda. La zona gris comienza cuando se utilizan los medios de comunicación de
su propiedad para influir en la agenda, ya que convierte al medio en un
instrumento de marketing, dejando así de ser un medio de comunicación
propiamente dicho.

Esto ha hecho que la influencia de los medios condicionados por estos intereses
haya sobrepasado las intenciones iniciales de influir en la agenda política, ya que
el ciudadano se ve abordado por sutilezas que a la larga conjugan la libertad de
expresión con ciertos intereses particulares, sin posibilidad de disponer de fuentes
alternas de información u opinión.

La situación se vuelve más compleja en entornos democráticos cuya legislación


establece que la actividad política –partidos, organizaciones sociales, y
candidatos- debe financiarse fundamentalmente con medios no estadales, ya que
las corporaciones, que de hecho son las entidades que financian legal y
legítimamente a las actividades políticas, al estar relacionadas en la propiedad de
algunos medios, pueden caer en la tentación de proyectar de diversa forma, tanto
en tiempos de cobertura como en contenidos, a los candidatos que se
correspondan con sus intereses.

I.4- Ética y Gobernanza

El gobernante, para bien, es por definición un agente de cambio que se desempeña


simultáneamente en varios planos: el individual, el colectivo de ámbito privado, o
el colectivo de ámbito público, y tiene el deber de lograr que Política, Economía y
Ética sean compatibles.

Gobernar es decidir; las decisiones tienen un impacto económico y social tan


profundo que es indispensable racionalizar el proceso para alcanzar los objetivos
con los recursos a disposición.

La Gobernanza se compone de un conjunto de condiciones y acciones dentro de


un determinado colectivo humano que permiten el logro de ciertas metas; esta
definición tan amplia y general la presentamos para indicar que la Gobernanza
abarca tanto el campo institucional público como el privado. La Ética contribuye
a crear un marco, tanto para la acción, como para la definición de los objetivos

La codicia humana y sus consecuencias siempre han sido objeto de estudio, sea
para comprender la naturaleza humana o por valorar sus consecuencias en el

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entorno de actuación. El comportamiento humano, para bien o para mal, siempre
ha sido el mismo a lo largo de los tiempos, por lo que desde la antigüedad ha
existido documentación que lo describe, de la que se concluye que no parece
haber habido ciclos con mayor o menor intensidad en la calidad de este
comportamiento, sino períodos con diversas posibilidades para desarrollarlo.

Los fraudes financieros con sus correspondientes escándalos y consecuencias


sociales ocurridos durante los últimos 10 años son ya caso de estudio, en especial
por sus repercusiones globales, ya no solamente socio -económicas sino
ecológicas. Hubo la oportunidad de ganar dinero ilícitamente en entornos de
transición cultural, económica y tecnológica, en los que los controles
administrativos o contables no funcionaron o no se consideraron.

La variedad de actividades ilegales y antiéticas es muy amplia: manejo de


información confidencial de tipo financiero para vender acciones antes de su
devaluación; comercio de armas para la defensa nacional, el terrorismo o bandas
de narcotraficantes; robo o filtración de informaciones de alta sensibilidad
política; financiamiento ilegal de actividades políticas previo o posterior a
otorgamiento amañado de contratos de obras públicas; pagos fuera de la
estructura de costes como comisiones por favorecer o agilizar préstamos, o
diversas transacciones financieras; malversación de dineros públicos o privados
en actividades de beneficio o lucro personal; pago de comisiones para operaciones
comerciales, o tan diversas como la deforestación masiva y eliminación de
biodiversidad, etcétera.

Se comprende que la frecuencia con que ocurren estos problemas y el profundo


impacto que generan en la sociedad, hace que la gestión en la prevención, o en el
manejo de la crisis una vez ocurrida, debe recurrir al mejor talento, el cual debe a
su vez estar sustentado por un entrenamiento muy bien enfocado.

Se parte de la idea que el problema de la Gobernanza es más de tipo estructural


que de coyuntura, por lo que debe abordarse resolviendo los elementos que lo
componen.

Con relación al Sector Público, algunos de estos elementos son: el disponer de


funcionarios capaces y preparados, con un nivel de motivación alto, que puede
derivarse de la naturaleza misma de su trabajo, del entorno, de la estabilidad
laboral, del concepto que tenga la ciudadanía del funcionario, o del ver
concretados en un plazo razonable los resultados de su trabajo.

Otro elemento es la cultura política, que, dentro de un determinado sistema


permite negociar y llegar a condiciones para actuar y poner en práctica las
políticas. Dentro de este elemento debe resaltarse la interacción entre los
diferentes niveles de gobierno central y descentralizado, nacional, regional,
provincial o local.

15
Destaca así mismo como factor de Gobernanza, la comunicación política, para
establecer un terreno común de entendimiento entre el ciudadano y el gobernante.
Así mismo el nivel general de madurez política y de educación de la población
que permita su interés y efectiva participación en los asuntos públicos.

Debe mencionarse también el nivel de endeudamiento del país y su fuerza


negociadora en el contexto internacional. Gobernanza es sinónimo de recursos,
éstos la condicionan y la obligan a tomar la forma adecuada, o inevitable, para
asegurar la continuidad de las instituciones y su acción pública.

De esta forma se pueden ir enumerando muchos elementos que conforman el


mosaico de la Gobernanza; éstos pueden ser muy diferentes pero todos convergen
hacia una relación entre la inversión realizada y los resultados obtenidos, siendo
la inversión no solamente de tipo económico, sino como suma del esfuerzo
colectivo en todos sus ámbitos de actividad.

Un ejemplo de dicha relación lo constituye el evaluar la calidad de un servicio


público, como puede ser la recolección de basura. Se puede tener una alta
eficiencia en todo el ciclo de actividad y aun así tener una ciudad sucia. Ello
puede deberse a que la población no está educada para ello, o simplemente
porque, si bien los recursos se usan muy eficientemente, éstos son insuficientes.

La relación entre inversión y resultados sigue siendo una referencia básica, por lo
que quien ordena disponer de los recursos debe estar informado del alcance de sus
decisiones. Es aquí donde la Ética entra como elemento de gobernanza para su
primer aporte, en términos de dotar al gobernante de un método, que dentro del
marco legal vigente, le permita decidir lo que considera correcto o justo hacer, lo
cual puede estar o no en contraposición con la oferta electoral, con límites de
endeudamiento determinados, y con conflictos de intereses de variada índole.

Se trata así de darle a quien debe tomar decisiones, de un elemento adicional


como referencia, y de crear un entorno en el cual las decisiones se generan con un
máximo de información representativa. El saber a conciencia los intereses que
afecta, el grado de justicia o injusticia de las decisiones dentro de lo inevitable de
tener que decidir como parte básica del acto de gobernar, y en general, el tener
una perspectiva de su ámbito de acción política, pueden constituir un elemento de
avance en un proceso de Gobernanza orientado al Bien Común.

Continuando en el tema político, la Ética y la conveniencia electoral no son


necesariamente opuestos, pero pueden serlo. Como casos extremos, pero reales, se
pueden tomar decisiones en contra de la voluntad popular si realmente se está
convencido que es lo mejor para todos, y el ciudadano adoptará su propia
responsabilidad en las elecciones siguientes; y se puede gobernar a favor de la
voluntad popular, a sabiendas que a mediano plazo el nivel de vida empeorará por
causa de esas decisiones populares. Estos casos extremos ilustran la importancia
de disponer de gobernantes equilibrados e íntegros. Por lo demás, la situación

16
misma de pobreza, en los países que agrupan la mayor parte de población del
planeta habla por sí sola.

La Gobernanza se compone entonces de varios elementos, entre los cuales


destacan los asociados a los actores que gestionan el proceso en determinado
momento o etapa histórica, y al contexto mismo.

Con relación a los actores, destaca la visión que, como agentes de cambio, puedan
tener de un proceso, así como el programa que han concebido para actuar sobre la
realidad; su liderazgo sobre los colaboradores y sobre la población; los recursos
humanos comprometidos; la integridad personal de cada uno, su compromiso
ético y su conocimiento de la Ética como instrumento conceptual y de actuación;
y su preparación profesional unida a su sensibilidad social.

El contexto se compone a su vez de: la legitimidad misma de los actores; de la


infraestructura que como país o empresa éstos disponen como sustrato de
actuación, tanto en recursos humanos capacitados, como en recursos financieros y
materiales; la credibilidad otorgada por el entorno a los actores; las alianzas que
son capaces de concretar para mantener compatibles programas y visiones
dispares; los consensos que puedan crear en determinadas coyunturas; la
población y su grado de educación, nivel socioeconómico, así como su conciencia
cívica; las instituciones y su fortaleza y funcionamiento, y su permeabilidad al
cambio y a las presiones.

Vemos que la Ética, aun siendo un elemento necesario en la Gobernanza, no es el


único, y considerado dentro del conjunto de factores hasta podría parecer que no
es el más importante, sin embargo es el que contribuye decisivamente a que los
recursos sean utilizados para lo que fueron destinados, constituyendo éste su
segundo aporte importante: gestión adecuada de costes, ya que las malversaciones
de los gobernantes las pagan los ciudadanos con sus impuestos, y las del sector
privado los mismos ciudadanos, como consumidores, en especial en actividades
de cartel u oligopolio, al trasladar costes adicionales al precio final de los
productos.

La Ética, junto a un inteligente, realista y eficaz marco jurídico, intenta minimizar


la corrupción en los gobiernos, o el fraude en la empresa privada; siendo la
primera una importante causa en lo ineficaz de los programas de ayuda, o de los
procesos mismos de desarrollo, y lo segundo la causa de quiebra de empresas con
masivas consecuencias sociales, tales como pérdida de ahorros de toda una vida, o
serias repercusiones en los mercados internacionales. Por otra parte, la
credibilidad y confianza del Ciudadano en sus dirigentes, y en el sistema
sociopolítico en general se fortalece éstos, siguiendo pautas éticas, tanto de
comportamiento como de concepción de políticas, presentan ante la sociedad sus
respectivos modelos programáticos. Todo ello se resume en la Figura 5.

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Ciudadadano Ética

Mayor credibilidad Desarrollo de marcos


conceptuales

Desarrollo de marcos de
Política acción

Agregar intereses
Equilibrio entre retos y
Mayor rendimiento de realidades
los recursos
Promueve la rectitud y
Articularlos con
honestidad de cada empleado
sentido de la
y gerente, público o privado
realidad

Minimiza
Corrupción pública
Fraude privado

Figura 5. Aportes de la Ética al proceso de Gobernanza.

18
II- Conceptos básicos

II.1- La Ética como marco en las organizaciones humanas

Las organizaciones humanas son un complejo tejido de relaciones


interdependientes; tanto en el sector público como en el privado -con fines
lucrativos, altruistas, o de gobierno- existe una enorme variedad de relaciones y
dependencias entre clientes, productores, distribuidores, electores, elegidos,
gerentes, empleados, obreros, etc. Ello opera además en un ambiente físico -el
medio ambiente- con el cual de hecho todos nos relacionamos para respirar y
alimentarnos.

Las organizaciones humanas son consecuencia del carácter social del ser humano,
y los subproductos de ellas condicionan tanto el bienestar de sus integrantes como
el deterioro en sus condiciones de vida.

Debido a la presión de la rutina diaria, se tiene poco tiempo para reflexionar sobre
lo que está en juego, a veces en conflicto con nuestros ideales; cuando se es
pagado por seguir políticas y acciones, o para cumplir metas corporativas, el
seguir los que indica la conciencia personal no necesariamente es un camino
sencillo.

El primer problema nace desde el mismo comienzo de toda reflexión Ética. ¿Qué
es lo correcto? Si el bienestar de todos es la suma de los bienestares individuales
se recorre un camino y se obtienen ciertas respuestas, con sus marcos ideológicos
y jurídicos. Pero si se define el bienestar colectivo como algo más que la suma de
los individuales, el camino a recorrer y las respuestas serán distintas.

En vista de que todo razonamiento ulterior dependerá de la cosmovisión que se


adopte, es en este momento que deberán establecerse ciertos límites,
estableciendo como marco la existencia de una sociedad que se da a sí misma la
existencia del Estado, que desarrolla estructuras e instituciones de acción directa
sobre esa sociedad -Sector Público, por convención- y se permite organizarse
privadamente -Sector Privado- como ella lo crea conveniente de acuerdo a ciertas
reglas sociales y económicas, producto de su propia cultura.

Dentro de nuestro marco debemos definir al Estado; éste puede ser un simple
árbitro, sin función social, que asegura se cumplan ciertas reglas por parte de los
actores privados, tales como el que en la actividad económica, el mercado mismo
se autoregule; o podría adoptar funciones o competencias tales como el
monopolio de la educación, la salud, la defensa, el reparto parcial de la riqueza
generada por la sociedad a través de la recaudación de impuestos.

A estos grandes lineamientos se suman ciertas variantes, en especial a raíz de la


consolidación de la aldea global, tales como los problemas demográficos y de
escasez de recursos, que intentan, por ejemplo, reformular el Estado para que siga

19
siendo económicamente viable, pero que a su vez continúe atendiendo a la
creciente demanda sanitaria y de servicios varios. Ello ha dado lugar a modelos de
descentralización y transferencia de competencias a gobiernos locales,
desregulación de ciertas actividades para potenciar su producción en el ámbito
privado, y reformulación del concepto de federalismo.

Por otra parte, al existir y operar el sector privado, se abre la existencia de dos
conceptos dentro de nuestro marco: el mercado y la competencia. Como el
análisis ético de nuestra sociedad debe abarcar tanto a la función pública como a
la privada, vemos entonces como comienzan a interactuar lo político, lo social y
lo económico en nuestra organización humana.

Un caso de estudio frecuente es el conflicto entre la venta y los medios para


lograrla:

Caso de Estudio 5. Pagos por servicios o acceso a oportunidades de


negocio (I).

Un gerente de ventas de una empresa privada, para concretar la venta de uno de


sus productos a un cliente (privado) o a una oficina del Estado es obligado a pagar
cierta comisión fuera de las reglas establecidas sea en las condiciones de licitación
como en el respectivo contrato de suministros.

El deber del gerente es vender para generar ganancias a su empresa, con lo cual
ésta progresa y por ello la sociedad en general. La comisión puede definirse como
soborno si es planteada por el vendedor al ofrecer dinero o prebendas para que su
producto sea el escogido entre los otros de la competencia; pero se define como
extorsión si la plantea el comprador como condición para concretar la operación.
En cualquier caso el pago incrementa los costes del producto, lo cual significará a
la larga un mayor precio de venta hacia el consumidor privado, o un mayor
impuesto al ciudadano.

El vendedor puede refugiarse en el concepto de extorsión para justificar


éticamente el pago, dada su obligación de buscar mercado para el progreso para
su empresa y el bienestar general. Pero ese bienestar general no se consigue, dado
el inevitable incremento en los costes del producto, puesto que de alguna parte
debe generarse el dinero del pago de comisión, y esta fuente es el consumidor o el
contribuyente. Las prácticas del soborno y extorsión incumplen además una regla
de juego, cual es la libre competencia dentro de la mejor productividad de cada
actor. Vemos así que el generar ganancias a secas no es suficiente en una
economía de mercado para justificarlo dentro de un análisis ético.

A esto naturalmente se suma el hecho de enriquecimiento del funcionario con


dinero ajeno, que, además de antiético, es ilegal.

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Se abre así la discusión acerca de la naturaleza de la empresa privada, su misión
de generar ganancias compitiendo en el mercado, para obtener y mantener una
cuota de éste para beneficio de quienes integran la empresa -accionistas o
propietarios, y empleados, más los distribuidores y proveedores- más los
beneficios directos que extrae todo el entorno social y económico que abarca las
familias de los empleados y contratistas, las instituciones de crédito, e
indirectamente los consumidores.

Ineludiblemente la empresa pasa a ser un actor social y moral de la sociedad. Por


ejemplo, el que la productividad pueda ser consecuencia de tener una mejor
tecnología o mejor organización, o por implicar trabajo infantil o salarios
suficientes solo para sobrevivir, plantea entonces otro elemento, como es la
justicia social aplicada a las condiciones de vida de los trabajadores.

Como se puede apreciar, los contextos de la actividad humana generan diferentes


lecturas y los juicios no son sencillos ni inmediatos.

II.2- Las clases de Ética

La complejidad de la realidad evidencia la interrelación de factores que se van


insertando a medida que la sociedad así lo impone. Estos factores se comentarán
más adelante y se llamarán valores. Sin embargo, debe recordarse que la
importancia que se le da a estos factores es producto del consenso social.

El consenso social es la base de cualquier sistema de convivencia permanente, y


por ello, de los sistemas políticos derivados para regular las interacciones
humanas; si ello no fuese así entonces cada actor, persona u organización podría
utilizar los factores a su discreción y conveniencia dando lugar así a un
Relativismo Ético, con el cual la convivencia sería dentro de marcos casuísticos o
de acuerdo a quien tenga la fuerza pura y simple para imponer su criterio. Lo cual,
dicho sea de paso, no ha sido infrecuente en la historia humana.

El Relativismo Ético permite que cada persona o sociedad tenga su escala de


valores arbitraria (relativismo ético individual o cultural), con la cual no se puede
estar en desacuerdo porque cualquier escala puede ser válida. De ser válida esta
relatividad, la Ética como tal no sería posible dando lugar a la casuística del
poder.

Nótese que el Relativismo Ético no es sinónimo de convivencia o tolerancia entre


diferentes maneras de ver la vida, sino que cada persona o segmento social se
considera con una visón que no contempla al entorno, esto es, al resto de la
sociedad.

21
Lo opuesto al relativismo ético es el Absolutismo Ético, que plantea principios
inmanentes, de aplicación absoluta: no se debe mentir, aunque en contextos de
persecución política (por ejemplo) ello le pueda costar la vida a mucha gente; una
empresa con problemas económicos no podría disminuir los ingresos para
trabajadores y ejecutivos para intentar recuperarse porque un salario bajo es
injusto; etc. En otras palabras, la aplicación unidimensional de determinados
principios.

Se podría evadir esta dualidad relativista-absolutista definiendo que lo correcto


de determinada acción dependerá si sus consecuencias son buenas, al margen de
valores o medios considerados. Esto conduce a la Ética Consecuencialista. Sin
embargo, lo bueno para unos puede ser malo para otros, dependiendo cual bando
aplica el principio.

Una variante puede ser la Ética Utilitarista, como ética de las mayorías, buscando
el mayor bienestar para el mayor número de personas, prescindiendo de la
minorías, aplicando conceptos como el mal menor, aunque comparar a cuantos se
beneficia y perjudica, en una suerte de democracia ética no parece una solución
consistente.

Podríamos definir lo correcto de una acción o conducta no solo por sus


consecuencias sino por el grado en que satisface cierta demanda o necesidad de
justicia, por ejemplo repartir dinero a los pobres, eliminando los ricos, o con el
linchamiento popular de un violador. Esto tampoco serviría así a secas, ya que a
esa justicia debe añadírsele el respeto de los derechos del conjunto de la sociedad
y para cada uno de sus individuos para aproximarnos a una Ética Deontológica,
donde se presentan reglas o códigos de conducta que constriñen o estimulan
nuestra actuación de acuerdo a postulados expresados en códigos.

Puede notarse así la dificultad de establecer una Ética válida y compartida, a pesar
de que la experiencia y el raciocinio indican que es necesario tenerla.

Dependiendo de la concepción que se tenga del ser humano, la fuente de la virtud


para el actuar éticamente se atribuirá e éste o a una fuente externa a él.

Al igual que las teorías políticas sustentadas en la democracia fijan la fuente de


legitimidad de los gobernantes en el ciudadano (y por ello en el elector), y las
teorías totalitarias la fijan en el partido, o en la fuente divina para los monarcas,
existen Éticas llamadas Autónomas, que fijan en el hombre mismo el sujeto y
sentido de lo ético, y Éticas Heterónomas, que los fijan externamente al hombre,
como lo son las Éticas Teológicas (Dios), Utilitaristas (utilidad concreta del
hombre), Eudomonistas (la felicidad del hombre), los Hedonistas (el placer del
sujeto). También se pueden dividir las Éticas en Teleológicas (consecuencias de
los actos) y Deontológicas (criterios que regulan los actos).

22
Existen entonces varias clasificaciones de Ética, de acuerdo con la escuela y los
autores; la lectura de varios textos de historia del pensamiento ético así como de
sus diversos desarrollos y sistemas de referencia para normar el comportamiento
humano, contribuye a adquirir perspectiva y visión de conjunto de las diversas
interpretaciones. Con todo, ello parece insuficiente para disponer de herramientas
de decisión en la rutina diaria de trabajo, familia, gobierno, o empresa.

Las decisiones en el quehacer humano y el juicio ético sobre éstas están sujetas a
variables tales como la conciencia, las circunstancias espirituales y el entorno.
Todas ellas son muy difíciles de cuantificar o catalogar; a lo sumo, pueden servir
de referencia o precedente para ayudar a abordar la conducta futura.

Desafortunadamente, los principios éticos no necesariamente pueden ser


aplicados lineal o unidimensionalmente, ya que en el análisis de un determinado
contexto, se descubre que principios igualmente válidos y nobles, que podrían
aplicarse separadamente, están en conflicto entre sí. Caso típico de un abogado
defensor que debe manejarse entre el principio de la lealtad a su cliente y el
principio de encontrar y defender la verdad. La sociedad, al darse un marco
jurídico, acepta en este caso que la verdad procesal sirva como instrumento para
superar dicho conflicto. Lo anterior se resume en la Figura 6.

Es necesario disponer de una referencia compartida para manejar conflictos eticos.

Valores y Principios compartidos por la


sociedad.

Donde está la fuente de virtud?


Externa al ser humano.
Interna al ser humano.

Inutilidad del relativismo ético individual o cultural


Limitaciones del absolutismo moral. Eticas Deontol ógicas
Simplificación del utilitarismo y del consecuencialismo. Eticas
Teleol ógicas.

Principios igualmente válidos y nobles, que podrían aplicarse


individualmente, están en conflicto entre sí.

Figura 6. Componentes para una Ética compartida.

Es debido a esta realidad que se introduce el concepto de Ética Práctica, o Ética


Aplicada, como vínculo entre los conceptos rigurosamente académicos del
pensamiento ético y la realidad concreta de todo ser humano.

23
La Ética Aplicada se ocupa así de estudiar los mecanismos de resolución de
conflictos frente a temas muy específicos. Estos temas o realidades no solamente
se consideran importantes porque dividen netamente a la sociedad, sino por los
valores que están involucrados para acometer su estudio, en contraste con otros
temas, también de gran relevancia social, que también crean sectores de opinión
netamente diferenciados, pero que no involucran estricta o directamente a valores
éticos. Estos últimos no son objeto de trabajo de la Ética Aplicada sino del
Derecho o de la Política.

Por otra parte, la destreza en el manejo instrumental de técnicas para resolver


conflictos entre principios, debe incluir la habilidad en reconocer dentro de una
realidad cuando existe un conflicto ético. Un directivo de empresa, por ejemplo,
puede ser un buen ciudadano y tener un comportamiento familiar ejemplar, y sin
embargo carecer de la perspectiva para reconocer la presencia de un conflicto
ético en el ámbito de alguna decisión que toma en su trabajo.

De ejemplos como el anterior se resalta el que, de alguna manera, todos nos


relacionamos con las instituciones, sea ésta el ámbito de trabajo, religioso, o de
voluntariado. De forma tal que nuestras decisiones y acciones frente a conflictos,
no solamente nos afectan como individuos aislados, sino que tienen impacto
directo en nuestro entorno. Y los conflictos no solamente se presentan en nuestra
conciencia, sino que son encarnados por personas que actúan en consecuencia.

Surge así la necesidad de establecer mecanismos de decisión que permitan


trabajar sobre el conjunto de reglas que ayuden a decidir. Ejemplo de ello son los
comités de ética en las empresas y en las asociaciones profesionales y
empresariales. Esto obliga también a disponer de canales de participación para
que los códigos de conducta puedan continuamente ser actualizados y no perder
su contacto con las realidades de cada ámbito; de allí el carácter multidisciplinario
de la Ética Aplicada.

II. 3- Los valores

Siendo la Ética la rama de la Filosofía que estudia las obligaciones del hombre y
nos aporta elementos para una forma de conducta, vemos que se nos manifiesta de
dos formas, a través de normas concretas (Deontología) y a través de valores que
sustentan esas normas (Axiología). Las normas pueden verse reflejadas, por
ejemplo, en los códigos de Ética que todo gremio fija para quienes lo integran, en
los mandamientos de la Iglesia, en los códigos de algunos grandes conglomerados
privados para orientar a sus trabajadores, en las normas que enmarcan la conducta
de funcionarios públicos.

Estas normas se sustentan en criterios que la sociedad se impone y que los ordena
según la jerarquía que ella considera conveniente. Por ejemplo, en cierta sociedad
el derecho a la vida puede ser superior a la libertad económica, en otro contexto
social la libertad puede ser superior al cuidado del ambiente. Estos criterios,

24
denominados valores, requieren de ciertos comentarios previos para comprender
su verdadera definición.

Comencemos con un ejemplo, el teorema de Pitágoras:

Caso de Estudio 6.

En un triángulo rectángulo (o sea, de los tres lados, dos de ellos están entre sí en
ángulo recto, por lo que es imposible tener tres lados iguales), el cuadrado de la
longitud de la hipotenusa (el lado más largo) es igual a la suma de los cuadrados
de las longitudes de los otros dos lados. Antes que Pitágoras lo descubriera o lo
expresase en términos rigurosos ¿era el teorema válido?

Otro ejemplo con la astronomía:

Caso de Estudio 7.

Antes de descubrir que la Tierra gira alrededor del Sol, ¿giraba ésta alrededor del
Sol?

Con la presentación de estos dos ejemplos se pretende abordar la naturaleza de los


valores. El primer ejemplo es un caso de razonamiento humano. Tal vez el primer
triángulo rectángulo lo vio el hombre en alguna manifestación natural, pero las
leyes que lo rigen las fue descubriendo a través del raciocinio, puesto que las
herramientas de demostración eran y son conceptuales.

En el caso de la Tierra y el Sol, demostrarlo también fue producto del raciocinio,


pero las herramientas eran - y son- las evidencias físicas (sombras en eclipses, o
periodicidad de ciertas apariciones planetarias). Ambas cosas parecen evidentes
una vez que se saben, pero nunca se podría decir, en especial en el caso de la
Tierra, que no eran ciertas o no existían antes de saberlo o descubrirlo.

Los valores no son cosas, la dignidad humana no tiene forma, pero la


manifestamos con el comportamiento de muchas maneras, y el concepto de
verdad no es tangible físicamente. Pero los valores existen, puesto que los usamos
para sustentar nuestras normas. No podemos decir que son subjetivos puesto que
el concepto de belleza no está sujeto a cómo percibe cada uno la belleza.

Esto es, los valores existen, pero no son, y la Filosofía resuelve esta contradicción
estableciendo que los valores ni son, ni no son, sino que valen, siendo por ello una
cualidad que se adhiere a un concepto, cosa o comportamiento. Ver Figura 7.

25
Los valores no son objetos

La dignidad humana no tiene forma

El concepto de verdad no es tangible físicamente

Pero los valores existen y los usamos para sustentar nuestras normas.

Los valores representan una cualidad que se adhiere

Los valores no son explícitos per sé, sino que se descubren por la reflexión

Figura 7. Características de los Valores.

Por otro lado, al igual que los casos presentados, una sociedad descubre el
concepto de lo bello a través de sucesivas aproximaciones, desde los petroglifos,
por ejemplo para iniciarse en la estética, pero este concepto ya existía antes de
descubrirlo. De manera que podemos establecer que los valores, que son
independientes del tiempo, se descubren.

Una vez descubiertos, la sociedad los incorpora a su dinámica, y la forma de


incorporación, jerarquización y uso dependerá del tipo de sociedad misma. La
noción de valor no cambia, es absoluta, puesto que lo bello ni puede partirse en
cantidades ni puede definirse por matices; lo que cambia es su contenido, sujeto al
relativismo histórico, de allí el peligro del Relativismo Ético..

Los valores para operar mejor con ellos, los podemos jerarquizar en estéticos,
lógicos, útiles, religiosos, o éticos, y para cada valor se tiene su opuesto, esto es,
un contravalor.

Son los valores entonces los que nos permiten construir una Ética como cuerpo
sistematizado de conocimientos ampliándose progresivamente, a medida que se
descubren, y que a través de la razón se manifiesta en códigos de conducta.

Todo ello responde a ciclos históricos en los que prevalece cierta civilización con
su determinada Ética y creencias religiosas, para luego ser sustituida por otra
civilización y repetir todo el ciclo; no está claro si después de los milenios de
historia documentada la Ética actual se coloca en un nivel que podríamos llamar
superior con relación al pasado; ha desaparecido la esclavitud declarada, pero

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existe la explotación extrema; las guerras de conquistas siguen latentes y si no se
desarrollan es gracias a ciertos mecanismos de contención que pueden fallar en
cualquier momento; disponer de armas capaces de extinguir la raza humana y
probablemente la vida del planeta no es un avance ético, en especial si, por una
parte, se recuerda el grado de ignorancia histórica de quienes tienen la llave de los
disparadores, y por otra, los recursos económicos que significa esa tecnología, que
bien servirían para desarrollar otras áreas tales como la de medicamentos,
infraestructura o educación.

II. 4- Los Principios

Algunos de los principios que aparecen con más frecuencia en los conflictos
éticos son:

Honestidad, no engañar.

Legalidad, comportarse con apego a la Ley.

No perjudicar a los demás, ni física ni espiritualmente.

Subsidiariedad, asistir al prójimo cuando alguien no es capaz de alcanzar un


objetivo por sí solo.

Benevolencia, ayudar al necesitado.

Libertad, de una persona sobre sus ideas y acciones, así como sobre su cuerpo.

Principio de Derechos Humanos básicos: derecho a la vida, expresión, seguridad.

Principio de Justicia, para recibir compensación con relación a un daño recibido,


para el reparto justo de riqueza o beneficios.

Bien Común, con relación a las consecuencias para la sociedad de una


determinada acción o decisión

Bien Individual, con relación a las consecuencias de una decisión o acción sobre
un determinado individuo.

Integridad, coherencia en las actuaciones en los diversos planos sociales de


desempeño.

Lealtad, con relación a una causa, persona, colectivo.

Responsabilidad, para asumir las consecuencias de los actos.

Equidad, para comportarse con equilibrio con relación al prójimo.

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El contexto que impregna cada circunstancia, es lo que dificulta que los principios
a aplicar sean, consistentes en sí mismos, consistentes entre sí, y consistentes en el
tiempo. La contradicción es el factor siempre presente.

II. 5- Dilemas y tentaciones

Los dilemas son la expresión de las contradicciones mencionadas anteriormente,


su efecto es la pérdida de perspectiva, y se superan mediante métodos de
razonamiento determinado, que se comentarán más adelante.

Los dilemas contrastan dos principios válidos y aceptados como ciertos o


correctos, por ejemplo, no decir la verdad para salvar una vida, o salvar una de
dos vidas en un naufragio.

Las tentaciones son mucho más sencillas de identificar, pero igualmente difíciles
de superar, ya que muchas veces está en juego alguna satisfacción personal, sea
material o espiritual. Las tentaciones contrastan un principio ético con algo que no
lo es: mentir para obtener ciertos beneficios, faltar al trabajo por ir a pasear.

Ejemplos clásicos y vigentes son el contraste entre Verdad y Lealtad, Individuo y


Colectividad, Importante y Urgente, Inmediatismo y Largo Plazo, Legalidad y
Justicia, que nos afectan como individuos y miembros de cuerpos colegiados de
gobierno en ámbitos privado y público, frente a la familia, comunidad, grupos de
interés, individuos en particular, clientes, asociados, y en todo lo relativo a
nuestro entorno de actuación.

II. 6- Los Conflictos de Intereses

El conflicto de intereses es, junto a los ya mencionados contrastes entre


principios, un factor clave para reconocer posibles contradicciones éticas y trazar
así una norma de conducta. Se define como una situación en la cual una persona,
profesional, empleado privado, funcionario público, así como todo responsable de
administrar justicia, tiene intereses particulares en dicha situación lo
suficientemente importantes como para, tanto objetivamente como en opinión de
terceros, impedirle ejercer su responsabilidad con imparcialidad.

En esta definición aparecen ciertos términos que deben aclararse. En primer lugar
el término “intereses particulares” ; éstos son privados o personales y no son
malos de por sí, al contrario, pueden representar el espíritu de superación de cada
uno. El problema surge cuando se está en determinado contexto –por ejemplo el
financiero, o condicionado por relaciones que pueden ser de amistad, afecto o
lealtad con alguna persona, o relaciones de aversión u odio hacia alguien- en el
cual esos intereses privados o personales pueden interferir en la conducta a seguir.

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El término “suficientemente importantes” dependerá del tipo de relación que se
tenga con las partes cuyos intereses podrían entrar en conflicto que casi siempre
significa representar o cuidar dichos intereses

El término “responsabilidad“ dependerá del contexto donde se desenvuelva la


persona. Si es funcionario público, o juez, su actuación deberá ser de acuerdo a
ciertas normas establecidas para su posición. Si se es empresario o profesional en
libre ejercicio, se tendrán determinados compromisos con los clientes o con los
empleados. La misión de cada uno será entonces el ejercicio independiente y
objetivo de su respectiva responsabilidad.

Las consecuencias inmediatas por actuar condicionado por conflictos de intereses


puede ser el tráfico de influencias, para favorecer a un familiar o amigo para optar
a un cargo sin estar, o estando, preparado; el ejercer la representación de una
persona o institución frente a otra con la cual también se tiene algún tipo de
relación importante o de dependencia, y así cualquier conducta que impida actuar
con equidad, deteriorando la confianza en las relaciones y, si se es profesional,
degradando la profesión.

Los conflictos de intereses deben evitarse, por ello es importante detectar a


tiempo un aparente o potencial conflicto de esta naturaleza, e impedir que cobre
forma, así como es indispensable actuar de inmediato cuando de hecho se está
involucrado en dicho conflicto.

Ejemplos de situaciones en esta materia se presentan con mucha frecuencia. Se


puede intentar una clasificación de tipos de situaciones, potenciales, aparentes o
reales:

1- Ser parte del conflicto:

Si se ocupa una alta posición de decisión gubernamental, y si no se supera el


conflicto, se puede terminar influyendo desde el alto cargo de gobierno para
otorgar un contrato de compra o de obras para una empresa con la cual se está
relacionado. Este caso es diferente al soborno puesto que en esta situación el
funcionario puede o no ser accionista de la empresa y puede o no beneficiarse
directamente. Este es un conflicto entre lo conveniente para la entidad de
gobierno o el ciudadano, y el entorno personal del funcionario.

2- Aceptar prebendas, en dinero, o en especies:

Funcionarios públicos o privados que aceptan prebendas para comprar


determinado producto a determinado proveedor. Nótese que no se trata solo de la
extorsión premeditada ni del soborno buscado. Posiblemente el producto de dicho
proveedor es el mejor y el más barato. Se plantea el conflicto que al aceptar la
prebenda, aunque ésta sea insignificante, o se establezca bajo un gesto de cortesía
como puede ser una invitación a comer, se fomentan las condiciones que impiden

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la selección objetiva dentro de un conjunto de varias empresas, además de
condicionar toda actuación futura, que incluye tanto las decisiones como las
relaciones mismas con todo el entorno, sean las empresas o los mismos colegas de
trabajo.

3- Tráfico de influencias:

Cuando se solicita prebenda para usar la influencia y favorecer deslealmente –con


relación a la competencia- determinados intereses. Aquí se plantea el interés
personal -lucro- en contraposición al deber como funcionario.

4- Usar los recursos del empleo para intereses particulares:

Esto es, los equipos y materiales de trabajo, que pertenecen al empleador o


propietario de la empresa. No se pueden robar los lápices de la oficina, ni lo
sacapuntas, ni reproducir fotocopias de una novela o libro de texto, ni usar el
teléfono de la oficina, pública o privada, para hacer campaña electoral, para hacer
negocios particulares. Ni hablar de los insumos hospitalarios, cuya escasez sí
condiciona el poder salvar vidas, o en cualquier otro ámbito laboral

Es un conflicto entre la lealtad a la organización para que cual se labora y el no


gastar recursos propios para actividades personales. Por lo demás, si además se
tienen funciones de supervisión de personal, deberá tenerse en cuenta este factor
de integridad para generar el respeto debido.

Desde hace algunos años se tiene otro delito ético: utilizar el software, cuya
licencia pertenece a la empresa para la que se trabaja, para realizar trabajos
particulares. Ello es la variante de la vieja máquina de escribir y la fotocopiadora
de la oficina.

5- Uso de información confidencial:

Es un tema igualmente muy variado; la información confidencial puede tenerse


por vía lícita o ilícita. Por ejemplo, casualmente se puede saber, por ser asesor en
un ayuntamiento, que se cambiará una zonificación. Si por otro lado se es asesor
de una empresa de bienes raíces o una constructora, puede haber conflicto de
intereses. Si se tiene relación con proveedores en el exterior de cierto rubro, y se
es asesor de un ministerio de comercio, y por ello saber con mucha anticipación
que se levantará la prohibición de importación para determinado producto, o un
cambio de arancel, puede haber conflicto de intereses. Estas son circunstancias
muy comunes cuyo posicionamiento dependerá de cada uno, y del marco legal
vigente.

6- Trabajar en varios empleos:

30
Es una variante del anterior, donde las consultorías cuyo tiempo de dedicación es
integral para cada caso, por esta razón no se realizan adecuadamente. O ir
montando una estructura de negocios que competirá a futuro con el actual
empleador.

7- La actividad posterior a cierto empleo:

Contratistas para obras en grandes empresas o en altas instancias del Estado que
previamente han sido miembros de las directivas de éstas.

El resolver el conflicto de intereses y actuar en consecuencia significa


responderse algunas preguntas:

- ¿Interfiere esta actividad o relación en la justicia e imparcialidad de la conducta


o juicio, en la confianza de las partes con la que se tiene relación?

- ¿Es la situación relevante para las partes involucradas?

- Si se asume el papel de una de esas partes, potencial o actualmente involucradas


¿Qué opinión se tendría de estos hechos?

El resultado de informar a los interesados directamente en determinada situación


puede implicar el retiro personal de la misma. Éticamente esto significa el retiro
real y no solo aparente aunque este último se ajuste a lo legal.

El detectar estos conflictos y reconocerlos en su justa dimensión no es siempre


sencillo ya que los intereses personales o privados que pueden ofuscar desde el
mismo inicio. Por ello es útil consultar a amigos y colegas para comprobar si hay
conflicto y cómo actuar. Ver Figura 8.

31
Existen intereses particulares que, en cierta situación, son lo suficientemente
importantes para impedir el ejercer determinada responsabilidad con imparcialidad.

Problema Causas
1- Ser parte del conflicto

definición de frases tales como: 1- Ser parte del conflicto

3- Tráfico de influencias
“intereses particulares”
5- Aceptar dinero, obsequios
“suficientemente importantes”
2- Uso de información confidencial
“responsabilidad“

4- Trabajar en varios empleos

6- Usar los recursos del empleo


para fines particulares

Figura 8. Conflictos de Intereses.

Pero una vez detectado el conflicto debe actuarse, apartándose de la situación de


una vez o informando a todos los involucrados y posibles afectados sobre los
intereses particulares que pueden influir. Con ello se preserva la confianza,
elemento indispensable en toda actividad profesional sea privada o pública.

Caso de Estudio 8- de Conflicto de Intereses relativo a una persona.

Un funcionario se desempeña como empleado de confianza en cierta gerencia. A


través del ejercicio de su responsabilidad, él tiene acceso al manejo de las
finanzas de manera tal que la información que se someterá a la respectiva unidad
contralora, puede ser manipulada y presentada sin que aparezcan irregularidades
hasta el mediano plazo. El funcionario tiene un hijo de corta edad que padece de
una enfermedad crónica de costoso tratamiento.

Para solventar parcialmente los costes del tratamiento de su hijo, altera


periódicamente las cuentas (por ejemplo el manejo del fondo rotatorio con
facturas falsas) y así puede extraer regularmente pequeñas cantidades de dinero,
las cuales son significativas para el pago del tratamiento, pero no lo son dentro de
la escala de negocios de su unidad.

Esta situación, penada por la ley como estafa con las consiguientes consecuencias
penales, se prolonga en el tiempo sin ser descubierta. El funcionario tiene la
intención de reponer en el futuro las cantidades sustraídas.

32
La actuación del funcionario es conocida por un colega compañero de trabajo
quien es amigo íntimo del mismo y de su familia, y, a su vez tiene compromiso
profundo con la gestión -de la empresa o del gobierno, según estemos en el sector
privado o público- con relación a su desarrollo y ascenso como profesional.

¿Qué debería hacer este colega?. Desde su perspectiva, ésta es una situación que
presenta el dilema de la amistad frente a la lealtad corporativa, y el contraste entre
saber que hay un manejo intencional con dolo y saber que la denuncia puede
implicar cárcel agravando más aun la situación familiar del amigo.

Caso de Estudio 9- de Conflicto de Intereses relativo a instituciones.

Uno de los accionistas importantes de una empresa distribuidora de ciertas líneas


de producto posee también un importante paquete accionario en otra empresa
distribuidora, que, a su vez está relacionada con un fabricante rival de los
productos mencionados. Sin embargo las cantidades accionarias no están dentro
del rango que la Ley pueda considerar perjudicial para la competencia.

¿Cómo puede actuar este inversionista en las respectivas asambleas de empresas


en las cuales entre otras cosas se establece la estrategia frente al competidor?

Casos de conflictos de intereses pueden plantearse también con los llamados


miembros independientes de los consejos directivos de empresas, en las
circunstancias en que su independencia no es completa; o en firmas auditoras,
cuya independencia está en parte condicionada por propiedad accionaria de las
empresas que auditan.

Otra circunstancia reciente se relaciona con el estallido de la burbuja tecnológica,


muchos ciudadanos tenían (y aún poseen) acciones de empresas relacionadas con
las tecnologías informática y de comunicaciones, y saben que el éxito para
mantenerse a flote consiste en parte en disminuir drásticamente costes de
operación.

El problema es que dicha disminución significa desempleo, que afecta a parte de


los mismos accionistas, sea porque ellos mismos, o algún familiar, trabajan en
dichas empresas; y que su deseo de mantener el empleo afecta el desarrollo a
futuro de la corporación, o sea de la rentabilidad de sus acciones.

La relación en entre todos los tópicos anteriores se resume en la Figura 9.

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Referencia Compartida significa:

Descubrir los Valores y desarrollar conjuntamente


su significado

Dignidad Verdad
Belleza Armonía ...

Establecer Principios

Honestidad Benevolencia
Legalidad Subsidiariedad
Libertad Derecho Humano
Justicia Bien Individual y Común ...

Establecer Códigos de Conducta y Mecanismos de Decisión

Profesionales Individuales
Religiosos Cívicos ...

Figura 9. Secuencia para establecer Líneas de Conducta.

II. 7- La Ética y el Derecho

Los efectos de la conducta de todo individuo tienen impacto en la sociedad, y es


ahí donde interviene el Derecho. Por ello es útil conocer las diferencias entre la
Ética y el Derecho, puesto que existen actos que pueden ser éticamente lícitos
pero ilegales a la luz del Derecho, y actos ajustados a la Ley pero éticamente
reprochables, además de los actos ética y jurídicamente compatibles, y los actos
inmorales revestidos además de ilegalidad.

Casos de estudio pueden ser el mentir para salvar una vida, robar en el extremo de
desesperación para comer, cartelizar los precios, explotar inmigrantes con o sin
papeles.

La Ética es, por así decirlo, unilateral, es el individuo quien a través de su libertad
de conciencia, escoge su conducta entre varias opciones; él define su conducta
con relación a lo que considera su deber moral. El Derecho es bilateral,
contrapone acciones entre sujetos, constriñe, y crea un ámbito de influencia que
protege, garantiza o tutela.

Es en estos dos planos que un individuo o una organización humana deben regular
su conducta. Sin embargo, por ser externo a la persona, el Derecho, traducido en
leyes, debe dotar a éstas de ciertas condiciones:

- Poseer un sujeto, esto es, el que posee el derecho

34
- Poseer un término, o sea se indica quienes están obligados a respetar o cumplir
un derecho

- Poseer una materia, aquello a que se tiene derecho

- Poseer un título, la razón en cuya virtud el sujeto tiene derecho a dicha materia

- Existir un mandato, la Ley no es optativa

- Existir una razón, la Ley debe ser consistente, no arbitraria

- Tener orientación al Bien Común, y no a un bien particular

- Promulgarse, y además divulgarse

- Provenir de la autoridad legitima.

Lo anterior se resume en la Figura 10.

La Etica es unilateral

Es el individuo quien a través de su libertad de conciencia, escoge su


conducta entre varias opciones; él define su conducta en relación a lo que
considera su deber moral.

El Derecho es bilateral

Se contraponen acciones entre sujetos, constriñe, y crea un ámbito de


influencia que protege, garantiza o tutela.

- Posee un sujeto - Proviene de la autoridad legitima


- Posee una materia - Posee un título
- Existe un mandato - Existe una razón
- Orientado al Bien Común - Promulgado y divulgado
- Posee un t érmino

Figura 10. Diferencias entre Ética y Derecho.

El ciudadano, el gerente y el gobernante deben conocer esta distinción entre Ética


y Derecho y estar continuamente reflexionando y actualizándose en estos dos
ámbitos.

II.8- La conducta humana

35
Puesto que la Ética se ocupa del quehacer humano, debemos tocar lo relativo a los
actos del hombre. Para poder juzgar la conducta se deben establecer algunas
características de ésta que, justamente, la hacen humana y no instintiva.

Desde el desarrollo del cortex cerebral que nos caracteriza como especie, y
nuestra creencia en que, al reflexionar acerca de cada uno de nosotros, poseemos
conciencia, nuestros actos (conscientes) se diferencian de los de las otras especies
en que éstos pueden ser objeto de juicio por parte nuestra. Características
típicamente humanas, hasta donde se sepa en la actualidad, son el sentido del
humor, o la certeza de la muerte.

Fuera del plano vegetativo, el ser humano puede escoger sus deseos con libertad,
puede establecer la intención de satisfacerlos, es capaz de discernir los medios
para su actuación, puede dar su consentimiento para usar determinado medio y
dispone de la libertad par actuar en consecuencia.

Cada fase previa al acto, y el acto mismo, se revisten así de una voluntad por parte
de quien actúa, y de un consentimiento en seguir un curso de pensamiento y
acción. El optar y dar consentimiento supone conocimiento del fin y del medio. Y
la libertad que se tiene dentro de este proceso crea la responsabilidad por su
conducta.

Establecida esta línea de ideas se comprende que la responsabilidad de extraer una


billetera ajena en un autobús no es de la mano, sino de la persona que la utiliza
para cometer el robo; y si se le dispara intencionalmente a otra persona, no son la
bala ni el percutor los responsables, sino quien acciona el arma.

En el ejemplo anterior se habla de disparar intencionalmente, esto es, con pleno


conocimiento y libertad para realizar el acto. El hacerlo sin intención no lo exime
ante la Ley, puesto que el efecto final es el mismo, pero el juicio ético ya no sería
con relación a una intención de causar daño a alguien con un arma de fuego, sino
con relación a un acto irresponsable, como podría ser el manipular un arma sin
entrenamiento o conocimiento de su peligrosidad.

Es así, que la responsabilidad de un individuo existe cuando el acto, los motivos,


el fin, los medios y circunstancias, están perfectamente bajo su esfera de
conocimiento y libertad de dominar a su voluntad estos elementos.

La responsabilidad tiene a su vez unos elementos modificadores que pueden ser


atenuantes o agravantes. Actuar sin saber que no se tiene pleno conocimiento o
control, es un atenuante, pero si se sabe de antemano es un comportamiento
temerario, o sea, u agravante.

Una política agrícola, o una obra de ingeniería pueden fallar por un desastre
climático o una inundación fuera de todo pronóstico conocido; de antemano se
sabe que hay ciertas circunstancias que no se pueden controlar, pero ello no

36
constituye un agravante; correspondería a los especialistas determinar si los
factores de seguridad de una obra estaban dentro de los rangos comúnmente
aceptados y normalizados para hacer frente a ciertas condiciones poco frecuentes,
y eventualmente establecer responsabilidades.

Pero si un gerente público sabe que en su formación básica existe poco


conocimiento de ciertas leyes, como por ejemplo la ley que regula los
procedimientos del manejo del dinero público a través de un ente contralor, o de
la ley que tipifica los delitos de que se derivan de un manejo doloso, y aun así
acepta continuar ejerciendo esas responsabilidades; o si un ingeniero se dispone a
realizar un proyecto cuya complejidad él sabe que rebasa su conocimiento o
experiencia; o un abogado se dispone a defender a un ciudadano sabiendo que no
tiene experiencia en cierta área del derecho, entonces estamos frente a actuaciones
temerarias y con pleno conocimiento de tal temeridad, y ello sí constituye un
agravante en el establecimiento de sus respectivas responsabilidades.

Los atenuantes de la responsabilidad son muy variados; la ignorancia acerca de la


ignorancia misma, o el miedo interior o impuesto por un régimen totalitario que se
traduce en uso de la fuerza, con la que podría obligarse a una persona a actuar
contra su conciencia. Se tienen ciertos hábitos, como la adicción a una droga que
traslada el juicio ético en dos direcciones, la primera -con atenuantes- frente al
acto realizado bajo los efectos de la droga, la segunda frente al hecho mismo de
drogarse, lo cual puede ser por dependencia inevitable pero con voluntad de
liberarse (atenuante), o con dependencia y placer en ella (agravante).

Otros ejemplos pueden ser: al mentir para salvar a una vida como puede ser el
caso de esconder al perseguido político, existe un atenuante al juzgar el acto
mismo de mentir; delatar a un terrorista puede ser premiado y agradecido por la
sociedad, pero si la delación se hace por venganza personal el juicio ético es muy
diferente.

De lo anterior resalta la importancia de conocer a fondo todos los elementos que


impulsan y se derivan de una conducta así como del contexto para establecer
cabalmente juicios éticos. Ver Figura 11.

37
La conducta humana, para ser juzgada debe ser:

Libre

Optar por un curso de acción

Responsable

Conocer:

Fines

Medios

Elementos modificadores

Estar informada

Conocer alternativas

Figura 11. Componentes para el juicio al comportamiento humano.

38
III- Métodos para establecer juicios y tomar decisiones

Hay varias maneras para posicionarse frente a un conflicto ético, para establecer
juicios acerca de la conducta ajena, y para fijar patrones de conducta personal.

Cada persona puede y debe fijar su propia línea de razonamiento y establecer su


vínculo con la Ética compartida por su sociedad; esta línea dependerá de la
formación de cada ciudadano, de su religión, de su vivencia y actitud ante la vida,
sus semejantes, el ambiente, su actividad o profesión, y la responsabilidad que le
toque ejercer.

En el capítulo anterior se resaltó la importancia de los actos humanos y los


requisitos que deben cumplir para ser calificados como tales; la libertad para
recopilar la información, para desglosarla en el orden de importancia que cada
uno considere apropiado; la búsqueda de todos los elementos que, en lo posible,
nos aseguren a conciencia que se tiene un pleno conocimiento de determinada
situación; la libertad de elegir un determinado patrón de conducta y la
responsabilidad implícita que ello significa para cada acto, dentro de los posibles
modificadores de la misma que puedan existir.

La existencia de esos modificadores obviamente significa que todo acto humano


se desarrolla dentro de un contexto determinado. Este contexto puede existir
dentro de cada conciencia o a través de condiciones externas, por lo que dentro de
cualquier método que se elija para establecer una línea de razonamiento, el
contexto es un elemento importante para reconocer conflictos éticos y establecer
juicios.

La Ética es una actividad práctica que conlleva crítica e introspección, y que


intenta establecer bases comunes para desarrollar juicios éticos. Estos juicios, para
ser aceptados por un colectivo humano deben derivarse de dichas bases comunes,
lo cual implica un razonamiento basado en lo que la Lógica define como
Argumento. La Lógica se ocupa así de los principios que validan o no un
determinado argumento.

Un argumento debe contener premisas y conclusión. Las premisas expresan las


bases sobre los que descansa la conclusión.

El cualificar un argumento consiste en evaluar el grado de validez con el cual las


premisas sustentan una determinada conclusión; ello puede realizarse por vía
deductiva o inductiva.

La deducción va de lo general a lo particular e implica que un argumento es


válido, cuando asumiendo como verdaderas las premisas, la conclusión es
verdadera y no puede ser falsa; pero ser válida no significa necesariamente que
ésta sea real (los argumentos que se desarrollan sobre el plano de lo no existente
dan lugar a los razonamientos hipotéticos). Se trata así de ir descartando o

39
aceptando premisas de acuerdo al cumplimiento de condiciones inequívocamente
expresadas.

La inducción pasa de lo particular a lo general. Al aplicar algunos métodos


sugeridos más adelante se verá que la Ética, al intentar actuar sobre hechos, es
básicamente deductiva ya que cada premisa se asocia a hechos. En la inducción,
al pasar de lo particular a lo general las premisas se asocian con posibilidades de
ocurrencia futuras, lo cual también puede ser útil para determinados análisis.

Un razonamiento (lógico) que extraiga una conclusión al desarrollarse en el


campo de la Ética se denomina razonamiento ético, y su conclusión pasa a ser el
juicio ético. Las premisas de los argumentos pasan a ser los principios normativos
compartidos y los hechos conocidos.

Analizar una realidad implica una interacción entre varios principios y hechos,
con lo que cobra importancia el problema de ser consistente, esto es, llegar al
mismo juicio ético en situaciones similares, o introducir los mismos principios
para hechos que se consideren equivalentes entre sí. Además, para que exista un
juicio ético, las premisas necesariamente deben contener principios y no
solamente hechos, ya que de lo contrario se corre el riesgo de razonar sobre
falacias.

Algunas veces los razonamientos parecen válidos, sin embargo puede darse el
caso que la mezcla de premisas dé lugar a falacias, a falsos dilemas, a juicios que
no se corresponden con el contexto estudiado. Existen numerosos textos que
abordan el estudio de las falacias; solo mencionaremos algunas cuya vivencia
diaria es muy común.

Por ejemplo, el que se justifique lo que muchos hacen no significa que esa acción
sea correcta (por ejemplo correr a más velocidad de lo permitido porque la
mayoría lo hace), correspondiéndose este caso a la llamada falacia de
convencionalismo moral; el recurrir a un vacío legal o normativo para justificar la
legitimidad de una acción (recordemos la diferencia entre Ética y Derecho); el
recurrir a la Ley para justificar ciertas acciones (reprimir disidentes políticos en
una dictadura).

Hay falacias que se construyen sobre premisas falsas o irrelevantes, como en los
casos de racismo y homosexualidad; o la descripción de características de un feto
luego de cierto período de gestación, pero sin asignarle entidad moral para usar
esas premisas, tanto para apoyar como condenar el aborto; otras que se sustentan
actuando sobre el interlocutor acusándolo de hacer lo mismo o peor.

Las falacias, al igual que los conflictos de intereses y dilemas, distorsionan por
completo un juicio ético, por lo que su detección es indispensable.

40
Por otra parte, la misma imperfección del lenguaje humano nos crea un problema
adicional para estructurar una base de principios compartidos, ya que de alguna
manera también hay que disponer de una base común de significados que se
asignan a las palabras, y a las frases. Este factor está siempre presente. Ver Figura
12.

El contexto, dificulta que los principios seleccionados a aplicar sean:

Consistentes en sí mismos

Consistentes entre sí, mismas conclusiones para hechos equivalentes

Consistentes en el tiempo, mismos principios para hechos equivalentes

Falacias o falsos dilemas.


Juicios que no se corresponden con el contexto estudiado

Acción legitimada por la mayoría, argumentum ad populum

Acción no ilegitimada debido a vacío legal o conceptual

Premisa no válida o irrelevante, non sequitur

...

Conflictos de intereses

Figura 12. Problemas concurrentes para establecer juicios éticos.

A continuación se propondrán dos maneras de abordar un conflicto ético. La


primera se deriva de la experiencia empírica, la segunda de una rigurosa
secuencia de postulados racionales.

III. 1- La vía empírica

Esta forma de abordar un problema Ético consiste en seguir una determinada


secuencia de actividades:

1. La recopilación de la información acerca de determinado hecho.

2. El establecimiento de un acuerdo acerca de la definición sobre el hecho:


identificar el hecho.

3. La definición de los valores que están en juego.

4. El establecimiento de un acuerdo acerca de cuáles son los principios a aplicar.

5. El establecimiento de un acuerdo acerca de la forma de aplicación misma de los


principios.

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6. La resolución de dilemas: detección de falacias, conflictos de intereses y la
consideración de la normativa legal

7. El establecimiento de escenarios de acción y sus consecuencias: los costes y


beneficio de actuar, o no actuar.

8. La aplicación a uno mismo del juicio producido.

9. La decisión sobre el curso de acciones a tomar.

10. La actuación propiamente dicha.

Como ejemplo de dificultad en establecer definiciones y principios compartidos


se presenta el siguiente caso:

Caso de Estudio 10. Aborto voluntario.

En el aborto voluntario, nótese que dicha voluntad significa la intención y la


actuación para interrumpir prematuramente el desarrollo normal de un feto.
Nótese también que definir feto como “ser humano en gestación” no significa lo
mismo que “gestación de un ser humano” puesto que en el segundo caso,
interrumpir la gestación se interpretaría como que aún no hay ser humano
propiamente dicho.

El hecho es que se interrumpe el embarazo; sin embargo, el segundo paso de la


secuencia establecida en este método empírico, será decisivo para aplicar
principios éticos -y eventualmente legislar sobre la materia- puesto que el
considerar el feto humano como equivalente al ser humano ya nacido -esto es,
fuera de la madre- y por ello con todos sus derechos humanos entre los cuales está
el derecho a la vida, a la alimentación, seguridad, etc. conduce a caminos muy
diferentes a convenir que dicho feto no es todavía un ser humano.

Son estas convenciones las que conducen a legislaciones diferentes. Pensemos en


la dificultad de establecer una convención en este caso, en el cual la componente
religiosa es cercana o inmediata, y es parte de la concepción misma de cualquier
definición.

Por otro lado, la relación de hechos relevantes dependerá de las convenciones


existentes. Entre lo relevante de cada caso debe establecerse quienes son las
partes involucradas, cuales son sus relaciones, cuáles valores o principios están en
juego. Qué intereses están en el caso, cuáles son los daños y beneficios para cada
parte, tangibles e intangibles, lo cual incluye lo emotivo.

42
Resalta así la importancia del acopio de datos y del esfuerzo en establecer las
convenciones como pasos indispensables para abordar juicios. Los datos
incompletos impedirán la evaluación integral del problema. Las convenciones
fuera de contexto o fijadas sin criterio compartido, o aceptado socialmente, o de
acuerdo al arbitrio personal, conducen a la existencia de prejuicios, lo cual
invalida la aplicación con equidad de cualquier principio.

Esta consistencia dependerá de la solidez de los principios, de las acciones


realizadas en casos similares precedentes, y en especial de dos términos con
varias ramificaciones, como son los de conflictos entre principios y conflictos de
intereses.

Los conflictos entre principios se pueden resaltar en algunos ejemplos:

Caso de Estudio 11. Pagos por servicios o acceso a oportunidades de negocio


(II): comisión, soborno y extorsión.

Una empresa vende ciertos productos o materias primas al Estado o a otro grupo
privado. Para poder concretar la venta se debe pagar una determinada cantidad al
funcionario o empleado que toma la decisión, que llamaremos “comisión” por los
momentos. Se asume que el producto es de la mejor calidad y de costo
competitivo en el mercado.

Para los efectos del ejemplo establezcamos juicios éticos para la empresa, no para
el funcionario o empleado. Al producirse el pago al empleado nace un hecho: se
produjo un pago para poder concretar la venta (paso 1).

¿Cómo l amar ese pago? (paso 2). A primera vista se puede definir como soborno,
esto es, la empresa paga para tener mayor oportunidad de vender con relación a
sus competidores. El soborno es el pago que se efectúa justamente para eliminar
competidores y desde la óptica del mercado es ilegal. Además, la Ley hace del
soborno un delito con base en muchos argumentos: el que un funcionario sea
pagado por el Estado por efectuar un determinado trabajo, en el cual no puede
percibir otros ingresos, ni mucho menos aquellos que constriñan su objetividad y
equidad, etc.

El soborno, por supuesto, no existe solamente en el caso de interacción entre


actores públicos y privados, sino que éste también es posible dentro de esos
mismos ámbitos. Pero su definición a veces es elusiva: por ejemplo si
comparamos el ofrecer un pago a alguien ya en fila para comprar entradas de una
espectáculo, con el pagar a una secretaria para saltarnos la fila de espera en un
consultorio médico u oficina de atención al cliente de naturaleza privada.

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Nótese que no hay ningún impedimento legal para ello. En el caso de la compra
de entradas, el problema ético es con relación al resto de la gente que está
esperando, ya que es injusto que unos hagan la fila y otros no; asumamos además
que las entradas son para uso personal y no para reventa. Una variante para este
caso sería el pedir comprar entradas como un favor, sin nada a cambio;
curiosamente el razonamiento ético es exactamente el mismo, pero al no haber
dinero como pago de por medio para la diligencia, se tiende más a aceptarlo.

En el caso de la secretaria de la oficina de atención al cliente, o del consultorio


médico, ésta obtiene un beneficio a cambio de otorgar un privilegio. Cabría
preguntarse si es a ella a quien le corresponde otorgarlo, y la respuesta es clara: no
es su atribución, ya que se ha establecido que la atención es en orden de llegada, y
se estaría apropiando de un dinero que no es suyo.

Pero este juicio sería diferente si quien solicita el pago para ser atendido antes
fuese el médico mismo, o el propietario de la empresa. Sería poco elegante, pero
estrictamente hablando ese pago puede enmarcarse como una manifestación más
del mercado: quien paga más obtiene más; pero en este caso hay un cambiar la
norma aceptada del orden de llegada para ser atendido.

Volviendo al punto de vista de la empresa del caso de estudio, que sería aplicable
también a los que esperan en el consultorio y a los clientes que esperan para
realizar cierto trámite: el pago puede definirse como una extorsión. La extorsión
entonces es el pago que se exige a alguien para situarla en una posición de
privilegio sobre otros, e inclusive por algo al que éste de antemano ya tiene
derecho, como puede ser el permitírsele competir libremente y en igualdad de
oportunidades para vender.

La empresa puede argumentar que si no paga no vende, que si no paga ni siquiera


se le permite competir; y puede argumentar que la extorsión es una práctica
establecida y ya aceptada como normal.

Nótese que en el caso de la empresa, para ambos enfoques el pago es ilegal, se


trata aquí de establecer un juicio ético. El conflicto entre principios se produce de
acuerdo a cómo se defina el pago. Si se define como soborno no hay conflicto de
principios y el juicio es directo: la empresa juega con reglas no aceptadas por la
Ética comercial.

Pero si se define como extorsión, el que el fin no justifique los medios contrasta
con el hecho de que la empresa argumente que debe sobrevivir y rendirle cuentas
favorables a sus accionistas, y que, siendo el pago una práctica establecida
culturalmente, debe privar el principio del bienestar de la empresa, la
conservación de empleos y su impacto beneficioso para la comunidad; en otras
palabras, el principio de no aceptar la extorsión se enfrenta, de acuerdo a la
empresa, al progreso de la comunidad.

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Esta argumentación conduce a un falso conflicto; nadie pone en duda la
importancia de la empresa para la comunidad, pero que el progreso se fundamente
en prácticas antiéticas, y de paso ilegales, es un asunto completamente distinto.
En este caso la situación se hace compleja; recuérdese que se trata de juicios
éticos, supóngase incluso que no hay rastro de estos pagos para los efectos de
establecer responsabilidades legales.

La salida a situaciones de esta naturaleza es la acción conjunta de todas las


empresas en acordar no competir deslealmente, y la voluntad efectiva del Estado
en implantar controles estrictos y una legislación firme. Sin duda que no es un
asunto sencillo.

Los conflictos entre principios que se consideran equivalentes, deben referirse a


un plano en los que se ubican principios que se consideren superiores, entre los
que se destacan la preservación del Bien Común o la preservación de la vida de
una persona.

En nuestro ejemplo, cualquier pago fuera de la estructura normal de costes y de


las reglas del mercado atenta contra el Bien Común, puesto que se le carga al
poder adquisitivo del ciudadano o a sus impuestos.

Un ejemplo de conflicto de un principio con el concepto de Bien Común se


evidencia en la existencia de determinada empresa que contamina el ambiente -
supongamos que las aguas de un río- o que fabrica fuegos artificiales para
venderlos indiscriminadamente. El cierre de esta última, o la corrección del
proceso tecnológico de la primera no pueden evadirse con el argumento del
desempleo que produce un cierre, o un aumento de costes por una planta de
tratamiento de agua, que deben compensarse con despidos perjudicando a las
comunidades que se desarrollan colateralmente a esas empresas.

En estos casos, el Bien Común se traduce en salvar la mano de un niño incauto y


conservar la pureza del agua, ya que ésta es patrimonio de todos. Al final, el
ciudadano como consumidor, deberá asumir su papel y comprar con sentido de
responsabilidad y compromiso.

El caso comentado con relación al mentir para salvar una vida es un típico
conflicto entre un principio ético determinado -la mentira es mala, sea
conceptualmente para el individuo como para la sociedad- y un principio ético
considerado como “superior”, la salvaguarda de la vida humana.

En ciertos casos, el conflicto entre principios se debe resolver por medio de una
transacción, esto es, escoger el mal menor. Nuevamente surge el término
“contexto” que puede imponer en determinadas situaciones con realidades
ineludibles que impiden la aplicación inmediata de un principio que es el ideal o
adecuado.

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En el caso de la corrupción en el Estado, éste no puede dejar de comprar sus
insumos, ni tampoco puede erradicar las malas prácticas en un solo día. Por ello la
justificación de escoger una opción llamada como el “mal menor”, para que se
pueda justificar éticamente, debe cumplir ciertos requisitos: demostrar que es
inevitable por el momento, tener la voluntad de cambiar la situación en cierto
plazo, de manera que al situación no se vuelva permanente, diseñar el proceso que
efectivamente conduzca a la situación ideal que cumpla con el principio que,
siendo el superior, no pudo cumplirse a cabalidad o plenitud.

La satisfacción de haber juzgado o actuado a conciencia, es una prueba


estrictamente personal, y una persona, en lo que habitualmente se define como en
posesión de todas sus facultades, difícilmente puede engañarse a sí misma. La
consistencia del juicio ético con la normativa legal, es el estado óptimo una vez
cumplidos con éxito los pasos anteriores.

Otro problema se plantea cuando el juicio es sólido y satisface la conciencia, pero


el marco jurídico no permite su puesta en práctica. Estas situaciones de injusticia
ocurren con frecuencia y muchas veces es parte de la disonancia entre Ética y
Derecho. Debe tenerse presente que la variedad de casos que se puedan presentar
es igual a la inextinguible gama de conductas y formas de asociación humanas

III. 2- El Principio del Doble Efecto

Consiste en cuatro condiciones a través de las cuales todo acto debe ser analizado
para descubrir si es o no éticamente permisible:

1- El acto a realizar ha de ser bueno en sí o, al menos, indiferente

2- El bien perseguido no ha de ser obtenido por virtud del efecto malo

3- El efecto malo no ha de perseguirse por sí mismo, sino que solo puede


permitirse

4- Ha de haber una razón proporcionalmente grave para producir el efecto malo.

Caso de Estudio 12. Robo por necesidad.

Un empleado sustrae dinero de la empresa en la que trabaja. Lo hace por comprar


comida o medicinas para su familia.

La primera condición no se cumple puesto que el acto en sí es malo, como es el


robar dinero. El segundo postulado indica que alimentar a la familia o curar uno
de sus miembros no puede ser a costa de un robo. De acuerdo al tercer postulado
el efecto malo del robo podría ser el despido o la cárcel, lo cual no es buscado por

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quien lo provoca. El cuarto postulado implica que, para el empleado, su familia es
una razón suficientemente grave como para arriesgar despido o cárcel.

Caso de Estudio 13. Intencionalidad.

Un bombero entra en una casa en llamas para salvar vidas.

Al salvar vidas de una casa en llamas se produce un acto bueno, cuyo efecto malo,
como lo es la posible pérdida de vida del bombero mismo no se desea, pero, en
caso de producirse, sería por una razón proporcionalmente importante como es la
de salvar otras vidas. Debe notarse sin embargo que si alguien incendia a
propósito una casa para luego salvar vidas y buscar reconocimiento incumple el
postulado Nº 2; y si un bombero tiene instinto suicida, y su trabajo es un excelente
medio para cumplir sus objetivos, su acción incumple el postulado Nº 3.

Caso de estudio 14. Compra de votos.

Un dirigente político que reparte su dinero o prebendas a electores necesitados.

Se podría pensar que realiza un acto bueno (Nº 1). Pero si ello es para inducirlos a
votar por un candidato indigno, lo cual sería el efecto malo que se busca
intencionalmente, se incumple el postulado Nº 3. Nótese que con relación al 2º
postulado, el bien perseguido no sería consecuencia del efecto malo sino al revés.

Del ejemplo anterior puede derivarse una variante como lo es la compra de votos,
repartiendo riqueza entre los necesitados para votar por el todos están de acuerdo
es el mejor candidato y que sería un magnífico gobernante.

En este caso debe definirse qué significa el mejor; supongamos que sea el mejor
gerente y que además posee gran sensibilidad social; debe además comprobarse si
el candidato sabe de la compra de votos. Si lo sabe entonces no es el mejor, ni
como gerente, puesto que no podrá ejercer a plenitud la defensa de los intereses
del Estado y la comunidad, además de que debería conocer quiénes son sus
colaboradores y cómo están realizando su campaña, ni como persona, puesto que
se muestra como en realidad no es.

Todos esos juicios se agravan cuando ya no se trata de dinero particular, sino de


dinero público.

Cabe recordar el concepto de “mal menor” y matizar este ejemplo con un


candidato alterno, cuya impreparación o intenciones serían terribles para todos en
caso de ganar. Nuevamente, la única salida al problema es contar con una

47
comunidad que ejerza responsablemente su derecho de escogencia; pero ello por
supuesto no es sencillo, en especial en entornos de mucha pobreza e ignorancia,
por haber sido incapaz el mismo sistema político de crear unas bases cívicas que
permitan que la comunidad ejerza sus derechos a plenitud.

Este método nos indica que es prácticamente imposible vivir normalmente y


actuar de manera que ninguno de nuestros actos produzca cierto daño, aun sin
tener la intención como tal. Pero, el Principio del Doble Efecto permite justificar
éticamente el que un cirujano salve una vida aunque cause dolor físico, que un
policía arriesgue su vida en una operación de persecución al maleante, o que una
sociedad entera se someta a enormes sacrificios (compartidos) para salvar la
patria frente a una catástrofe natural o a una invasión.

La Figura 13 resume el uso de ambos principios.

La Etica Práctica, o Etica Aplicada es vínculo entre los conceptos


rigurosamente académicos del pensamiento ético y la realidad concreta de
todo ser humano para definir:

Temas de conflicto

Relevancia moral
Impacto social
Métodos de análisis

Inductivo Empírico

Deductivo Doble Efecto

Mecanismos de decisión

Individual
Colectivo

Figura 13. Elementos para elaborar una Ética Practica.

48
IV- La Ética personal

Las propuestas anteriores intentan así poner en perspectiva los casos que se
puedan presentar, y que en su naturaleza y desarrollo pongan en juego valores
éticos. Existen muchos métodos de toma de decisiones gerenciales, no así para la
resolución de conflictos propiamente éticos. Muchas veces no se puede, o no se
sabe, reconocer a primera vista un conflicto de este tipo, pero se va haciendo
evidente a medida que se hace un esfuerzo de reflexión acerca del problema
particular.

Por ello y, al margen de aprender a utilizar los instrumentos propuestos, se debe


seguir una ruta segura, como lo es la continua reflexión y el esfuerzo de
mejoramiento personal, basado en principios comunes a todas las culturas y
religiones que se articulan en un principio rector como lo es el Bien Común.

Se puede realizar un esfuerzo de clasificación de estos principios, para ello se


proponen tres categorías:

1- Principios de Ética Personal.

Son los que se desean inculcar en la familia, a los hijos, los que se esperan del
mismo prójimo con relación a uno mismo, como son la honestidad, la palabra
mantenida, el deseo del bienestar colectivo, el respeto a la persona humana y su
autonomía, la confianza en los demás, la equidad y justicia, la benevolencia, la
intención de no perjudicar, la intención de no aprovecharse de nadie.

Estos principios nos impulsan a tomar decisiones o acciones muy personales, y


estructuran nuestra integridad ética, o moral, como personas. Es esta integridad lo
que nos posiciona activamente al lado de lo que estimamos justo o correcto y
frente a lo opuesto a ello, aun a costa de la opinión de la mayoría en nuestro
entorno familiar, social y laboral.

2- Principios de Ética Profesional.

Son los que se adoptan dentro de cada responsabilidad laboral y profesional del
individuo, y están reflejados en los códigos de Ética de cada actividad. Algunos
de ellos son la imparcialidad, la objetividad, el respeto por la profesión, la
confidencialidad, el mejoramiento continuo, o la competencia leal.

La aplicación de estos principios tiene efectos inmediatos sobre nuestro entorno:


tarifas cobradas por nuestros servicios, servicios de postventa al cliente, conflictos
de intereses derivados de propaganda engañosa, decisiones médicas sobre si
operar o no. Ello obliga a un intenso procesos de actualización de la profesión u
oficio por el continuo aumento de la complejidad de ejercerlos en la sociedad
contemporánea.

49
Casos interesantes son los relacionados con la medicina y la biotecnología, ya que
sus avances obligan a nuevas interpretaciones de muchos aspectos de la vida, la
curación, la familia, y la muerte.

Actualmente la definición de muerte y vida, así como las fronteras que al s separan
no son tan simples, porque actividades ya normales, como el donar órganos, han
hecho evolucionar dichos conceptos; ahora, por ejemplo, puede hablarse de
muerte cardíaca, o muerte cerebral, entendiendo que la persona, como un todo, no
existe más, pero su estructura física, salvo los órganos afectados está disponible
para uso adicional por parte de otros si así se ha dispuesto previamente.

La investigación con células madre es otro ejemplo de cómo diversas sociedades


intentan conciliar un progreso técnico orientado a aumentar los años y la calidad
de vida, con sus modelos religiosos y éticos. Por ejemplo, la salvaguarda de la
sangre del cordón umbilical para el futuro, proceso en el que el niño es el
propietario, pero la potestad la tienen los padres, hasta la mayoría de edad del
hijo. Pareciera aceptable utilizar esta sangre para salvar otro hijo, y que el hecho
de que su propietario requiera, por alguna razón en dicho futuro, de su propia
sangre cuando ésta ya ha sido donada, no invalida lo anterior.

Una variante es el gestar un hijo cuyo embrión ha sido seleccionado entre varios
para evitar cierta enfermedad, y poder así utilizar el cordón umbilical, o células de
médula ósea, para transplantarlas a un hermano mayor afectado una alguna
enfermedad específica, rara, que implique muerte segura a corto plazo, gran
sufrimiento, o calidad de vida y oportunidades de desarrollo físico y mental nulas.

Por otra parte, el disponer de bancos públicos de sustancias donadas plantea


varios problemas con la privacidad. Si se es anónimo no será fácil encontrar
sustancias compatibles en el futuro en caso de necesidad, pero si se dejan datos,
en el futuro algún receptor podría contactar al donante para solicitar, por ejemplo,
células de médula ósea. Una solución de compromiso es destruir la información
luego de algunos años.

50
3- Principios de Ética Integral

Son los que se relacionan con la justicia social, la responsabilidad social, y la


defensa del ambiente. Nótese que la categorización progresiva de lo personal a lo
colectivo no necesariamente significa que la categoría siguiente sustituye a la
anterior.

Todo ello se resume en la Figura 14.

Juicio ético Una Etica Personal y un mapa de Valores

Compara entre:
1- Principios de Etica Personal
Acción 2- Principios de Etica Profesional

Código de Conducta 3- Principios de Etica Integral

Contiene Lógica para Induccción


validar los argumentos
Deducción

Argumentos
Principios
Premisas
Hechos
Conclusión

Figura 14. Componentes para una Ética personal.

51
V- Importancia de la Ética en las organizaciones

Toda organización humana, pública o privada posee una cultura corporativa, la


cual se va formando en el tiempo, y se expresa o codificarla en normas internas; la
evolución cultural de las empresas, intentando dirigir la conducta de los
empleados hacia valores tales como lealtad y honestidad se ha diversificando
durante décadas, para tomar en cuenta al cliente, al entorno social y ambiental.

Por ello, al repasar los diversos códigos empresariales se evidencia una evolución
en positivo hacia principios de ética integral. Los primeros códigos se enfocaban
básicamente en los empleados, sin considerar la variedad de actores que se
relacionan con una empresa; en este sentido, se insistía en preservar la reputación
corporativa, promoviendo prácticas de comportamiento ejemplar de los
empleados orientadas a prevenir conflictos de intereses y actitudes que atentasen
contra la libre competencia.

Por otro lado, la consolidación del estado de bienestar en las sociedades


industrializadas, ha ido paralela a la acción sindical orientada a preservar derechos
de los empleados, lo cual influyó en los diversos códigos de ética, relacionando,
en el plano ético, los deberes con los derechos, y abriendo a su vez la entrada para
introducir normas éticas relacionadas con la relación con los clientes y
proveedores, que se relacionan con la intención de prestar servicios integrales de
calidad, y de respetar las reglas comerciales no solamente dentro del plano legal
sino del ético.

Este proceso de progresiva incorporación de agentes y factores relacionados con


la actividad empresarial evolucionó sucesivamente al introducir principios de
Ética Integral, por lo que actualmente los códigos de ética corporativos expresan
la actitud que cada empresa tiene hacia el medio ambiente, o hacia las prácticas
administrativas y políticas, corruptas o irregulares, que se imponen en ciertos
países, que conllevan a sobornos o violaciones de los derechos humanos.

V.1- Los Códigos de Ética y de Conducta en las corporaciones, públicas y


privadas.

Toda corporación está consciente de la importancia de desarrollar una cultura


corporativa basada en la Ética, y de las dificultades en disponer de una agenda de
trabajo para implantarla y desarrollarla con una vivencia permanente de cada uno
de sus integrantes.

En este sentido, el liderazgo de la alta dirección y su visión serán fundamentales,


promoviendo la integridad y el profesionalismo, y asociándolos a un sistema de
reconocimiento (económico y administrativo), así como recordando que toda
decisión de gerencia tiene una dimensión ética, para actuar adecuada y
oportunamente. El apoyo de la alta gerencia, dando además el ejemplo necesario a

52
un proceso de esta índole, es el primer paso para establecer una cultura ética
empresarial.

El proceso que culmine en códigos de ética o de conducta corporativa debe


identificar inequívocamente los valores de la empresa, involucrando a todos sus
agentes internos y externos y expresarlos en términos tales como calidad,
profesionalismo, satisfacción, equidad, privacidad, cortesía, respeto, autonomía,
consistencia, confiabilidad, excelencia. Al igual que la visión compartida por
todos, el compartir estos términos y su significado abarca todos los niveles
laborales de la empresa.

Es útil introducir así la diferencia que algunos autores hacen entre un código de
ética y otro de conducta, otorgándole al primero una dimensión estrictamente
personal y al segundo una componente impuesta por la empresa, mediante reglas
de comportamiento que deben ser obedecidas. Es de suponer que ambas maneras
de intentar canalizar el comportamiento de los integrantes de una colectividad,
deberían sostenerse sobre una base común de principios y valores.

Los códigos de conducta o de ética serán así una expresión natural de la visión y
valores de la empresa. Su expresión deberá ser lo más clara posible, minimizando
las ambigüedades, estableciendo lo que no es aceptable ni tolerable, y lo que se
considera deber de cada integrante de la empresa. Por ejemplo: emplear el mejor
de los esfuerzos en el desarrollo de su labor; ser imparcial en el trato de clientes;
no utilizar recursos de la empresa en beneficio personal; participar a los canales
establecidos al efecto los comportamientos fraudulentos que puedan detectar.

Complementario a ello se introducirán los procedimientos que impulsen y


estimulen comportamientos acordes con el marco establecido, y aparten quienes
no lo comparten. En esto la equidad, justicia y consistencia juegan un rol
indispensable. Los cursos y vivencias periódicas son también elementos
renovadores y estabilizadores de la cultura corporativa, así como revisiones
periódicas por parte de la alta gerencia.

La ética en una empresa es un proceso en el cual se asocian valores y


comportamientos. El resultado debe ser promover ciertos comportamientos y no
tolerar otros, inculcando un sentido de responsabilidad individual por encima del
colectivo o de lo que hacen los demás.

Por ser un proceso permanente se requiere entonces de un seguimiento constante,


con comités que elaboren contenidos de cursos, revisen las normas a la luz de
realidades que vayan surgiendo. La complejidad de todo ello le da así a la Ética
un carácter de programa corporativo y elemento fundamental en el diseño y
desarrollo de su actividad.

Esta dimensión potencia la satisfacción de todos sus integrantes en pertenecer a la


misma familia de empresa para contribuir a su crecimiento, profundiza el espíritu

53
de equipo necesario cuando se produce una crisis, minimiza los dilemas y
conflictos de intereses y beneficia la productividad de todos. Así mismo la imagen
de la empresa se beneficia por su objetivo y sano aporte al entorno social. Ver
Figura 15.

En toda organización, los códigos de conducta de sus integrantes se corresponden


con los valores mismos de la organización

Organización-Empresa

Visión, Misión Valores Corporativos

Objetivos Códigos de conducta

Figura 15. Códigos de Ética como producto de la cultura empresarial.

El reto no es sencillo, ya que los problemas internos de las empresas no


necesariamente disminuyen con códigos de conducta; por ello, la frecuencia y los
montos de fraudes internos siguen siendo preocupantes.

Una línea de investigación creciente consiste en explorar a fondo si esta realidad


rompe los efectos beneficiosos que en teoría se obtienen implantando esta clase de
cultura corporativa, o si el proceso mismo de diseño, implantación y desarrollo ha
tenido fallas importantes, comenzando por el nivel ejecutivo, o el diseño mismo
de los códigos que, eventualmente, no pueden ofrecer respuestas para cada
situación, o su aplicación sea particularmente difícil.

Claramente la correcta alineación de todos los recursos, humanos internos y


externos, del entorno de una empresa, es un factor clave para tener éxito, junto a
unos contenidos realistas. Cada integrante de la organización debe conocer sus
deberes y derechos, y saber qué le espera, legal y administrativamente en cada
opción que tome; ver Figura 16. Por ello el proceso de crear, implantar y difundir
una cultura ética debe ser compartido y trasparente, con el indispensable liderazgo
ejecutivo como agente de cambio.

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Tipo de Falta Sanción Autoridad

Comportamiento Disciplinaria Empresa, Comité Ético


inadecuado del Gremio Profesional

Comportamiento Disciplinaria, despido Empresa, Comité Ético


antiético del Gremio Profesional

Comportamiento ilegal Demanda legal y Tribunales de Justicia


eventual multa, condena

Figura 16. Relación entre los elementos que integran un Código de Ética.

Pero estos elementos hay que ponerlos en perspectiva para que sean eficaces. Por
ejemplo, las faltas que se tipifican deben corresponderse a la realidad
respondiendo un conjunto de preguntas:

- Cuáles faltas o problemas son estructurales, con patrones de ocurrencia, y


cuáles son casuísticos.

- Cómo prevenirlos con programas de formación e información.

- Cuáles fueron los mecanismos utilizados o que la hicieron posible.

- Cómo fue detectada.

- Si fue reportada de inmediato al descubrirse o luego de cierto período.

- Si el reporte fue atendido de inmediato o al cabo de cierto tiempo y si este


tiempo contribuyó a empeorar la situación en el área específica (operativa,
financiera, humana).

- Qué tratamiento obtuvieron por parte de la gerencia y los colegas las personas
que detectaron o reportaron la falta.

De igual forma, los niveles de tolerancia y el impacto que cierta falta puede tener
en la empresa, definen los tipos de sanción que se consideren adecuados, justos y

55
oportunos. Lo mismo puede decirse para establecer las unidades responsables de
aplicar la sanción y realizar el correspondiente seguimiento a los involucrados.

Los comentarios acerca del desarrollo de la Ética en los sectores privado y


público se realizarán en los capítulos siguientes; sin embargo, es oportuno en esta
parte realizar algunos comentarios acerca del alcance y las consecuencias de un
mal manejo de los conflictos éticos en dichos sectores. Un buen ejemplo de ello lo
constituyen las crisis que periódica o inesperadamente puede sufrir alguna
institución.

Las crisis empresariales obedecen a muchas causas, y, entre las más resaltantes,
están las conductas que se desvían de las normas éticas, y que muchas veces se
corresponden con prácticas financieras ilegales.

Ejemplos recientes se tienen en el ámbito privado, con empresas operando y


desviando dinero durante años sin evidenciarlo gracias a contabilidades alteradas
mediante complicidad de ejecutivos y firmas contratadas, supuestamente
encargadas de auditar fidedignamente. Un dinero que, en unos casos, fue invertido
con éxito en otras actividades con beneficio para los tramposos, pero que otras
veces simplemente se lo gastaron, o se perdió en negocios varios.

En el sector público abundan ejemplos; quiebras de empresas del Estado, fraudes


realizados periódicamente tanto por funcionarios menores como de alto nivel, con
los subsiguientes escándalos.

No siempre se llegan a detectar los responsables, ni a capturarlos para juzgarlos, y


aun con ello a veces ni siquiera es posible un castigo, o una condena. Pero si las
consecuencias a veces no llegan a los autores de estas faltas o delitos, de seguro sí
afectan a las empresas, que quiebran, o al Estado y sus instituciones, al no poder
cumplir su misión a plenitud y tener que reponer los daños con inmediato efecto
sobre los presupuestos públicos. Y, por supuesto, de seguro afectan a la gente, al
accionista, al ciudadano, haciéndole perder los ahorros de toda una vida (pensión
incluida), o privándolos de infraestructuras y servicios tales como salud, justicia,
o educación y rebajando la calidad de vida.

La diferencia entre una crisis en el sector privado y público, es que en el primer


caso la empresa desaparece, con efectos económicos nefastos, pero en el segundo
caso el Estado no desaparece, y debe resolver este aspecto fundamental de la
gobernanza si se desea que el país conquiste y mantenga una calidad de vida
aceptable.

Dejando aparte este tipo de crisis, asociadas fundamentalmente con manejos


fraudulentos de dinero, se debe recordar que hay otras crisis igualmente graves,
que pueden tener basamento en comportamiento ilegal y antiético no relacionado
con las finanzas. Estas crisis igualmente provocan una interrupción de la actividad
normal de cierta empresa.

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Esta interrupción puede ser por la súbita falta de un suplidor de materias primas,
por la salida de cierto personal de alto nivel, o debida la ocurrencia de cambios
rápidos en el contexto económico externo, a la manufactura de un producto que al
cierto tiempo se revela como defectuoso, por alguna catástrofe natural que obliga
a cerrar operaciones, etc. En el sector público, por ejemplo, la desconfianza en
alguna de las instituciones fundamentales, la incompetencia en la prestación de
ciertos servicios, la débil reacción frente a algunos delitos ha creado crisis de
gobernanza basada no solamente en la incompetencia de quienes gobiernan sino
en indiferencia del ciudadano.

Ejemplos de crisis empresariales pueden ser: un accidente de aviación, las


demandas de los estados federados de USA hacia las compañías tabacaleras, una
masiva crisis de la banca privada, efectos secundarios de un fármaco, diseño
defectuoso de alguna pieza de un coche que es causa de numerosos accidentes,
sequías o lluvias prolongadas.

Las crisis son entonces técnicas, económicas, políticas, sociales. Pueden ser
estacionales, estructurales, coyunturales, súbitas, puntuales, integrales. La gran
mayoría de las crisis se desarrollan rápidamente y pueden deteriorar casi al
instante el prestigio de una empresa, o su viabilidad, paralelamente a intensos
movimientos sociales: escape de una catástrofe, retiro masivo de ahorros,
saqueos, venta masiva de acciones, con las secuelas de desempleo, o el colapso de
algún sector de la economía,

Es por ello que al asomarse la crisis, la alta gerencia procura controlar el flujo de
información, tanto para que refleje la exactitud de los hechos, o para manipular
dicha información. La gerencia de la crisis es así una actividad fundamental y las
relaciones públicas podrán establecer de inmediato canales de cooperación con los
medios de comunicación y las diversas instituciones de la sociedad, para que el
público se informe a cabalidad de las causas y los correctivos que se estén
poniendo en práctica.

Al estallar una crisis debe saberse que, para recuperar el prestigio o la confianza
interna y externa, el tiempo es escaso, y se debe actuar adecuadamente ya que la
probabilidad para una segunda oportunidad es incierta.

La gran mayoría de las crisis ofrecen síntomas a lo largo de un proceso que puede
ser muy corto o prolongado; está en la gerencia el detectar estos síntomas
mediante controles administrativos, uso adecuado de tecnología y herramientas
analíticas, y actuar a tiempo.

Las crisis pueden ocurrir por acción criminal, como podría ser un sabotaje o un
fraude masivo; o por errores de los empleados, pero si bien las causas de índole
natural y humana de las crisis son muy variadas, el rol de la gerencia
generalmente ha sido decisivo, y ese rol es evaluable a la luz de la Ética.

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Una empresa puede así entrar en un proceso de crisis cuando se producen
catástrofes naturales, accidentes industriales con víctimas o daño ambiental,
delitos de cuello blanco, fraudes, demandas legales contra la empresa, hostilidad o
violencia en el trabajo, mal diseño del proceso de negocios, mala calidad del
producto, disputas laborales, mala gerencia, fuga de información, despidos de
altos ejecutivos, denuncias de personas o de los medios de comunicación.

Prescindiendo de las catástrofes naturales, la mala gerencia es la que gravita sobre


todas las demás, sea por imprevisión -de buena o mala fe-, sea por negligencia e
impreparación, o intención de causar daño. El comportamiento de una gerencia
ineficaz, ineficiente, inoportuna, sea bien o mal intencionada está sujeto a un
juicio ético.

Otro interesante, y a veces doloroso, proceso de crisis motivado a la


competitividad requerida, ha ocurrido cuando las empresas se han reorganizado,
reestructurándose de forma tal que despidos masivos por contratar algunas de sus
actividades a empresas alternas de servicios e intentar así e}reducir costes. Este
proceso, de largo alcance para el Estado y el sector público, causa innegables
problemas de lealtad empresarial o corporativa, al sembrar en el empleado la
sensación de provisionalidad y de que se puede prescindir de él.

Esta disminución de lealtad, debe evitarse a través del consenso entre los actores
internos y externos para un diseño gradual de acciones, ofreciendo alternativas al
empleo, capacitando para otros oficios, invirtiendo en la gente. Todo ello unido a
un trabajo en profundidad para establecer una cultura ética compartida.

De no lograrse, las organizaciones laborales pedirán lo que no se puede cumplir,


cada empleado dosificará su productividad, la alta gerencia tenderá a ser
negligente y a aprovecharse al máximo de la empresa, y comenzarán a aparecer
casos de discriminación en la escala de méritos para el desarrollo personal en la
empresa, casos de acoso personal, y en general de una descomposición cuya
tendencia será costosa y difícil de revertir.

Caso de Estudio 15. Reforma del Estado.

El proceso de redimensionamiento del Estado en el mundo en desarrollo se puede


resumir en tres fases. En primer lugar la implantación de nuevas reglas de juego,
que implican un nuevo rol de la provincia y los municipios traducido en
competencias de gobierno, así como nuevas reglas para legitimar la autoridad
respectiva, por medio de elecciones uninominales para integrar gran parte de los
niveles de dichos gobiernos.

58
Tanto las competencias como las reglas electorales están por lo demás en continua
evolución; se intenta así revertir la tendencia de centralismo total en materia
económica y política, y repartir competencias de gobierno con la provincia, las
comunidades y municipios.

Las razones para este proceso han sido muy variadas, en lo político (tal como la
exigencia de una sociedad gradualmente más compleja de tener órganos de
gobierno más cercanos en ciertas competencias), económicas (el creciente gasto
público central, que hace inviable un Estado a largo plazo), sociales (la diversidad
creciente del tejido social, que obliga a flexibilizar las instituciones para atender
demandas muy específicas).

El proceso ha vivido en cada caso un desarrollo muy complejo de negociaciones


entre el nivel central y la provincia, y una intensa labor legislativa nacional y local
para adecuar el marco legal a estas nuevas realidades.

Una segunda fase la constituye la capacitación de la gerencia de provincia, que se


refleja en el esfuerzo colectivo y continuo de instituciones públicas y privadas en
ofrecer y contribuir a financiar cursos y asesorías para mejorar la eficacia y
eficiencia de todos los que tienen alguna responsabilidad, desde el nivel obrero
hasta la alta gerencia.

Una tercera fase es la continuidad administrativa, en primer lugar para


profundizar los dos procesos anteriores; en segundo lugar para asegurar que pueda
ser desarrollado a lo largo del tiempo y de diferentes administraciones el proyecto
de Estado descentralizado, y con expresiones y competencias nacionales y
provinciales muy definidas, que se vayan perfilando en cada caso, con sus
propuestas generales, transferencias específicas, recursos y proyectos para obras y
servicios. Y en tercer lugar, para profundizar las bases de estabilidad laboral del
personal que, dentro del concepto de carrera administrativa, se desempeña y
deberá continuar dentro de las futuras administraciones.

Estos cambios de cultura administrativa generan nuevas responsabilidades para el


funcionario, como producto de las nuevas competencias administrativas, haciendo
muy complejo el diseño de códigos de ética y de conducta en todos los niveles de
la Administración.

La evolución comentada para el Estado tiene su equivalente en las empresas


multinacionales, cuando comenzaron sus respectivos procesos de
internacionalización y adaptación a diversos contextos legales y culturales,
debiendo de alguna manera armonizar los objetivos y visiones de accionistas y
propietarios, con ejecutivos, empleados, cliente, proveedores, distribuidores y
sectores públicos de muy diversa procedencia, dentro de una carrera hacia la
competitividad que la mundialización de la economía ha generado.

59
VI- La Ética en el ámbito de acción privada

VI-1. La empresa privada como agente moral

Comencemos a abordar este tema comentando la naturaleza y rol de la empresa


privada en la sociedad. Su objetivo fundamental, o su único objetivo en una
perspectiva radicalmente liberal, es generar beneficios económicos a sus
propietarios, el rol del Estado debe ser mínimo o nulo, y la mano invisible del
mercado se encarga de dirigir el mercado, la demanda, y la oferta.

En este esquema, el bienestar general es la suma de los bienestares de cada


individuo; y la función, si se quiere “social”, de la empresa privada es incrementar
al máximo sus beneficios. No existe otra actividad ni función en la empresa que
aumentar beneficios. Cualquier desviación implica costes de operaciones, o
egresos, que se pueden interpretar como el equivalente a un impuesto, ya que,
para mantener el nivel de beneficios con igual producción, deberán aumentarse
los precios al consumidor.

En esta línea de ideas, el único que puede realizar la función social es el Estado,
quien además, es considerado un mal necesario, tolerando su rol de árbitro para
asegurar las condiciones de libre mercado.

La principal diferencia conceptual entre la empresa privada y la pública durante


muchos años fue la propiedad. A la posesión del capital de la empresa por un
número reducido de ciudadanos se le unía su control gerencial y administrativo de
la empresa. Durante el siglo XX la empresa privada ha requerido crecer de tal
manera, a través de emisiones masivas de acciones para captar capital, que la
propiedad y la gestión de la misma ya no está en pocas manos sino en miles o
millones de accionistas.

Ello ha profundizado la influencia de la empresa privada en la comunidad en


todos los aspectos de su vida; si a ello se le añade la contribución de la empresa al
producto bruto nacional y su impacto en el medio ambiente, se evidencia la
necesidad de reflexionar acerca del rol del sector privado en la sociedad y su
análisis desde una óptica Ética.

Como se sabe, las luchas sociales que se iniciaron a mediados del siglo XIX
frente a realidades tales como las condiciones peligrosas de trabajo, el trabajo
infantil, los horarios de más de 16 horas al día, y que se fueron canalizando a
través de fenómenos políticos e ideológicos como lo son el marxismo, la doctrina
social de la Iglesia, o el socialismo, resaltaron el hecho que esa visión y rol de la
empresa privada carecían de una componente ética, cuyo perfil depende de la
ideología adoptada, pero que en cualquier caso, la conclusión era que la empresa
privada no solamente era una entidad económica sino un ente social.

60
La empresa privada evoluciona como producto de muchos factores, las conquistas
sindicales, el ascenso del Estado moderno y la tecnología. Al existir miles o
millones de tenedores de acciones la empresa privada irradia su influencia en toda
la sociedad y de hecho pasa a ser “pública”. Cuando la empresa avanza y progresa
se genera bienestar en la comunidad, pero cuando la empresa tiene dificultades, o
quiebra, porque fracasa la función gerencial, las consecuencias son profundas:
desempleo masivo, ahorristas que lo pierden todo súbitamente.

Por ello, la visión unidimensional del rol de la empresa ha sido cuestionada y


cambiada radicalmente. Pareciera aceptado por el mundo de hoy que la empresa
debe buscar beneficios e incrementarlos, pero no de cualquier manera ni por
cualquier medio. La empresa privada deja de ser así un ente estrictamente
económico y, si se considera que es la sociedad misma la que acepta y permite la
existencia y funcionamiento del sector privado, éste entonces y desde su origen
mismo se puede considerar como una entidad social que debe interactuar en todos
los planos de la vida de una colectividad, compartiendo beneficios y sacrificios.

Si se analiza a la empresa privada por lo que hace, esto es, trazar estrategias, tiene
objetivos, metas, procesos de escogencia, códigos de comportamiento, etc., ésta
puede tratarse como a una persona, y al igual que ella, es responsable por sus
actos, por ser un agente moral con responsabilidad social. Esta visión le da a la
empresa privada fuerza moral desde su definición misma.

En el sector privado se puede ser simplemente propietario, con o sin


responsabilidades administrativas, gerente, empleado, obrero. El sector privado
desborda numéricamente al sector público en personas involucradas, en aporte al
producto territorial bruto, esto es, en riqueza producida, y en creatividad e
innovación.

Darle a la empresa privada el carácter de agente moral permite considerarlo como


un factor constructivo para el Bien Común, y no como un ente extraño. Este es un
debate permanente, donde el término “conflicto de intereses” en su acepción más
amplia cobra importancia por la compleja interrelación entre los accionistas-
propietarios, los gerentes y administradores, el Estado y los gobiernos, y la
sociedad en general. La empresa actúa entonces sobre el entorno mediante
acciones que se enmarcan dentro de la definición de responsabilidad social
corporativa.

De manera que el sector privado aportará al Bien Común de acuerdo a cómo


ejerza su función social, su presencia en la comunidad, sus programas de
capacitación, el mejoramiento socioeconómico, el impacto en el medio ambiente.
La gerencia y los empleados ya no tienden a seguir únicamente los intereses de
los propietarios o accionistas, sino que debe poner este interés en el contexto
integral de la sociedad. Por ejemplo vender un producto muy rentable, pero
peligroso para el ambiente o potencialmente peligroso sin la debida información

61
para el consumidor, pasa a ser un elemento de debate permanente para la gerencia
moderna.

La relación con sus trabajadores desborda así lo salarial y entra en lo relacionado


con las condiciones laborales, sean éstas físicas, de seguridad e higiene industrial,
de control de riesgos, o en la libertad de disentir y sugerir formas alternas para
llevar a cabo cierta operación, del derecho a capacitarse para incrementar no
solamente la productividad sino la satisfacción personal.

El deber de obedecer órdenes o lineamientos y el concepto de lealtad hacia la


empresa y su gerencia, se deben armonizar con el deber de reportar internamente
ilegalidades o irregularidades y, de no haber correctivos, con el poder recurrir a
agentes externos (sindicato, gobierno, medios de comunicación, gremios
asociados) resolviendo así un conflicto ético entre la confidencialidad y un interés
público más general.

El uso irracional de los recursos no renovables, la tala sin reposición, la


desertificación, el poner en peligro la variedad de las especies, la masiva y
profunda contaminación del planeta, obligan a los gobiernos a introducir
regulaciones a las operaciones o al uso limitado de ciertas tecnologías, lo cual
desde el punto de vista de la rentabilidad no necesariamente se corresponde con la
relación matemática costes-beneficios, pero, visto el planeta a futuro con sus
especies, incluida la humana, es claro que la rentabilidad es un valor muy inferior
a la supervivencia misma o a una vida relativamente satisfactoria.

El sector privado debe comprender que es el motor de la sociedad y que su


responsabilidad en su progreso es decisiva, por lo que la rentabilidad de las
inversiones debe acompañarse con la sensibilidad hacia el entorno, hacia el Bien
Común y la justicia social.

El beneficio de la empresa y su inversión social constituyen fuente permanente de


dilema; cuando no se invierte totalmente en actividades productivas no
necesariamente se está perjudicando al accionista o beneficiando al ciudadano.
Por otra parte una inversión social como puede ser becas de estudio,
infraestructura escolar o deportiva con estímulos impositivos puede beneficiar a
ambos.

Surgen de inmediato realidades chocantes como la negación de empresas a


fabricar, ya no investigar, medicamentos genéricos para el combate del SIDA; o a
gastar en ostentaciones e imágenes corporativas en vez de contribuir más a
subsidiar al sector débil de la población, aunque sea ayudando en su formación o
información.

Una pandemia anularía toda riqueza, ya que ésta no sirve de nada si se está
muerto, o un planeta en el límite de sus posibilidades tampoco nos será útil.

62
En general entonces puede decirse que la ética empresarial atañe a los efectos
internos a una empresa y a su influencia en su entorno social. La misión y política
empresarial deben entonces apuntar hacia unas operaciones rentables, que
beneficien a sus agentes económicos en el sentido más amplio, manteniendo un
alto nivel de calidad de sus productos y servicios y promoviéndolos mediante
acciones de marketing fidedignas, manteniendo un ambiente laboral físicamente
sano y espiritualmente estimulante, contribuyendo a un manejo racional de los
impactos ambientales, realizando negocios en un entorno de competencia.

En este sentido el esfuerzo de implantar y actualizar periódicamente códigos


éticos dentro de las empresas y por rama de actividad y su difusión a la sociedad
por parte de las organizaciones empresariales es un aporte importante en esta
dirección.

Caso de Estudio 16. Tráfico de influencias en la empresa privada.

Imaginemos una empresa privada de considerable volumen de operaciones y por


ello con un movimiento financiero también de grandes proporciones que la
obligan a trabajar con numerosos bancos y sus sucursales en diferentes lugares del
país.

El responsable de las finanzas corporativas dirige la política en esa área de la


empresa y, dada la competencia entre bancos, él puede escoger el que mejor le
convenga a la empresa por las tasas de interés, servicios financieros, ubicación
geográfica, rapidez de las operaciones, atención general, etc.

Pero junto a esas variables para evaluar en igualdad de condiciones a los posibles
bancos, existe otro dato como es el que el funcionario se ha desempeñado
previamente en uno de esos bancos en una responsabilidad similar a la actual.
Podemos suponer que su salida causó malas relaciones permanentes con ese
banco o al revés, que su salida del banco e incorporación a la empresa fue
promovida por el banco mismo a través de una determinada red de relaciones.

Podemos prescindir de las dos suposiciones anteriores y construir una tercera: el


que el funcionario busca beneficios escogiendo un banco determinado para
asignarle la mayoría de las operaciones financieras de la empresa.

63
VI-2. Recientes políticas de Estado

Esta creciente importancia del sector privado sobre la sociedad, y en consecuencia


la mayor importancia de su papel como agente moral, en los últimos años se ha
expandido además por las políticas públicas de excesiva desregularización, que
han significado a veces que no haya organismo regulador en absoluto, que la
autorregulación, por parte del mercado mismo, no ha sido realista, creando de
hecho oligopolios a escala global, como sustitutos del Estado que todo lo
abarcaba, siendo el ciudadano hoy días más cliente que ciudadano

A ello se le suman reformas fiscales, cuyos efectos al final benefician a los más
ricos, frente a miles de millones de pobres, con el argumento de dejar riqueza
líquida para su reinversión, lo cual ocurre parcialmente, y políticas de déficit cero
que han mermado la red de protección social; por lo que hay países en los que si
se requiere un servicio médico con un mínimo de calidad y seguridad, se deberá
recurrir al servicio privado, con lo cual, para poder costearlo, hay que estar
asegurado, por supuesto, con una póliza de una empresa privada.

El sector privado entonces cada día profundiza su influencia social hasta


prácticamente equipararse más a la del Estado mismo: existen multinacionales
que mueven cifras similares o mayores al producto interno bruto de varios países.
Los gerentes privados de hecho tienen un enorme poder sobre entornos nacionales
e internacionales.

Por ello no puede escapar al análisis, la tensión que se produce entre el rol cada
vez más activo del sector privado en la comunidad, y las realidades externas que,
en estos tiempos, se llaman globalización, competencia de países con mano de
obra barata, y de países con tecnologías de capital intensivo.

VI-3. Importancia de los profesionales y técnicos

La empresa privada, al igual que toda organización humana no es una abstracción,


y el cumplir con su misión social, misión ésta probada en su necesidad y
legitimada por la misma sociedad, depende de quienes la integran.

Cobra así importancia la organización gremial que toda sociedad se otorga; las
diferentes asociaciones, en especial los profesionales y técnicos tienen un papel
preponderante en este proceso, en lo que respecta al diseño y aplicación de
Códigos de Ética Profesionales, contribuyendo a crear una la adecuada cultura en
el ejercicio de la profesión; este papel, como se ha comentado, se desarrolla
fundamentalmente en el ámbito privado.

El rol de los gremios es por ello importante en la continua reflexión acerca de


estos problemas, en una suerte de metaética o axiología relacionada directamente
con la teoría de los valores, y en la Ética Normativa o Deontología, relacionada
con una teoría de las obligaciones.

64
Como ciudadanos, el profesional y el técnico deben siempre tener presente que
sus actos pueden contribuir al bienestar general pero que también pueden causar
perjuicio físico, económico o moral a su entorno. Por ello, los gremios, en acción
conjunta con el sector privado, deben cuidar del mejoramiento continuo de sus
recursos humanos teniendo en cuenta, en primer lugar, que ellos son personas y
ciudadanos, y que los valores a implantar y desarrollar tienen que ver con el
sentido de la vida, el carácter social de la persona y el carácter social de su
trabajo.

Como profesional, tanto dentro del ejercicio privado y público, debe cuidarse la
integridad personal, la subordinación de la profesión a la Ética, la continua
formación profesional, la obligación de trabajar aportando lo mejor de uno
mismo, el actuar con justicia y equidad dentro de las limitaciones de cada uno,
promover el respecto por su profesión, emitir opiniones técnicas sustentadas,
cooperar con sus colegas, seguir los códigos técnicos y respetar la Ley.

Debe resaltarse además que la empresa privada es la fuente de recursos humanos


de Estado, por la continua migración de personal desde y hacia ambos sectores,
migración que se produce por cambios políticos o simplemente por la búsqueda
de oportunidades de desarrollo profesional. Esto es un elemento común de ambos
sectores: el tener siempre una base común de recursos humanos a la cual acudir,
por lo que implantar la vocación de servicio, o la vocación de enriquecerse pura y
simple, condicionará el entorno laboral que se tendrá a futuro.

VI-4. La corrupción en la empresa privada

Otro conjunto de elementos para el debate lo constituye el rol de la empresa


privada en el proceso de la corrupción administrativa. Ya se apuntó anteriormente
la importancia de la Ética en el comportamiento humano dentro de la empresa, y
las consecuencias negativas que se reflejan en las pérdidas enormes que se pueden
causar.

Los fraudes dentro del sector privado, y la corrupción que pueda existir, están
sujetos a los controles que cada empresa puede y desea imponer, además de los
respectivos controles legales. El monto en pérdidas que estos malos
comportamientos le causan a cada empresa y que a veces se trasladan al
consumidor a título de compensación son objeto frecuente de debate.

Con relación al proceso de corrupción en la interacción privado-estadal es claro


que ambos protagonistas tienen igual responsabilidad. La diferencia en este caso
es que los controles corren a cargo del Estado, y si éste es débil o vive tiempos de
confusión, el proceso simplemente no se controla.

Vemos como en ambos casos, la empresa privada tiene una responsabilidad


ineludible en materia de formación y actuación del funcionario público y privado.

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En cualquier modalidad de economía occidental donde funcione el mercado, la
práctica de mentir, sobornar y negociar simulando condiciones que no son reales
o comprobables, atenta contra la libre empresa, contra la igualdad de
oportunidades y se traduce a la larga en una carga económica adicional para el
ciudadano, por no decir en un servicio o producto de peor calidad pudiendo haber
escogido uno mejor.

Estas prácticas desleales deben considerarse también en la actividad multinacional


de las empresas puesto que si en determinado país el soborno es normal, ello no
significa que para incursionar en ese mercado sea moralmente aceptable, para la
empresa o su país de origen, sumarse a dicha práctica. Si en un país no se respetan
los derechos humanos, o no existen derechos laborales, o si se pagan salarios que
malamente permiten la subsistencia, la empresa foránea que desea realizar
actividades comerciales allí, sabe perfectamente los límites de lo moralmente
aceptable para operar en dicho país.

VI-5. Los ámbitos de acción privada

Las áreas de influencia para una Ética empresarial, que por lo demás es Ética pura
y simple, son variadísimas, a continuación se asoman algunas:

- La Ética en los procesos de comunicación, el marketing, la publicidad hacia


sectores particularmente sensibles, la lealtad y transparencia en las políticas de
relaciones públicas, la libertad de expresión y las relaciones con los medios de
comunicación

- La Ética en la informática, los dilemas que se producen por el acceso masivo o


confidencial a cierta información, el derecho a la privacidad, la dependencia de la
tecnología de las computadoras, el fenómeno Internet, la protección de la
propiedad intelectual, los delitos por ordenador, la inteligencia artificial, la
robótica y el impacto en el empleo humano.

- La Ética y el ambiente, el equilibrio entre las demanda de la actividad


económica y el balance ecológico que abarca la variedad de las especies, la
conservación de suelos, aire y agua, recursos naturales no renovables, impactos
climáticos, etc.

- La Ética y los sistemas de seguridad social y la administración de la salud. Los


dilemas derivados de las enfermedades terminales y con sufrimiento, eutanasia,
relación médico y profesionales de la salud con el enfermo.

- La Ética y el urbanismo, los espacios a ser habitados, los espacios de recreación,


los servicios requeridos, la calidad integral de vida del habitante urbano.

- La Ética en la investigación y desarrollo, los límites de la ciencia, la


transparencia de la investigación científica y de sus resultados.

66
- La Ética en el medio financiero, bancos, mercados de valores, seguros.

- La Ética en la formación y educación privada

- La Ética en el trabajo, la satisfacción general en el trabajo, la alienación

- La Ética en actividades particulares como la fabricación de armamentos.

Ver Figura 17.

La empresa privada constituye junto al Estado el factor de creación de bienestar


La democratización de la propiedad y el impacto social de la gestión le otorgan un rol
moral ineludible

Empresa privada Etica Empresarial

medios de comunicación
Impacto Social y Económico
ciencia y tecnología
Agente moral
ambiente

economía y finanzas

...

Figura 17. Relación entre el ámbito de acción privada y la ética empresarial.

Por otro lado, el sector privado tiene un papel fundamental en la educación del
ciudadano, por ello la naturaleza de la propaganda y de la publicidad debe ser
objeto de análisis. Sin éstas no se podía promocionar ningún producto y no habría
ventas, de forma que no se discute su necesidad. Los problemas surgen cuando los
contenidos de los anuncios no ofrecen la perspectiva completa sobre el producto
promovido. Ejemplo de ello es la actividad de marketing.

Caso de Estudio 17. La publicidad de la industria del tabaco.

Se vende placer por fumar, sin informar claramente sus posibles efectos, como
ejemplo de ello bastan las propagandas del cine, donde esos posibles efectos se
presentan con letra muy pequeña y volumen mínimo.

67
En otras palabras, ¿cómo redimensionar el rol de los medios de comunicación
masiva de naturaleza privada?. Es claro que la violencia, algunos de los
contenidos de las novelas, el idioma mal utilizado, y cierto tipo de publicidad, no
contribuyen a un proyecto cívico de formación ciudadana.

Esto vale igualmente para los medios de comunicación en manos del Estado que,
aun recibiendo cuantiosos recursos públicos, tienen enormes déficits
presupuestarios por su mala administración, y, para intentar compensarlos,
recurren a los ingresos por ventas de espacios para publicidad, con lo cual se
compite deslealmente con el sector privado, y además se iguala la programación
por abajo, en busca de mayores índices de audiencia.

VI-6. Evolución de los códigos de Ética

Desde hace mucho tiempo las empresas tienen la obligación de acogerse a


prácticas administrativas y contables aceptadas y estandarizadas para minimizar la
posibilidad de engañar a los accionistas mediante trucos contables –la llamada
“contabilidad creativa”- haciendo aparecer gastos como inversiones, o gastos de
provisión a futuro, tales como compras o inversiones expuestos de manera lineal
cuando no lo serán, o hacer explícitas las amortizaciones y las pérdidas de valor
de los activos.

Aun así los escándalos financieros de la última década han demostrado que debe
avanzarse mucho más, ya no tanto en el tratamiento mismo de las faltas, con toda
la secuela de procesos legales, o en el manejo de la crisis financiera colectiva
subsiguiente, sino en la prevención misma, que es mucho más económica y menos
traumática para la sociedad.

Para ello se ha insistido mucho en la independencia de las empresas auditoras, y


en la obligación de que las directivas de las empresas se compongan con una
mayoría de consejeros independientes, para romper el círculo de los conflictos de
intereses.

Esto plantea a su vez la definición de independiente, y muchos problemas


derivados, tales como la dedicación del consejero o director a sus labores como
tal, la remuneración, cuál es el límite para que estos dos factores no rompan dicha
independencia, y cuáles deben ser las incompatibilidades con otras actividades,
qué hacer con personas que en el pasado estaban vinculadas a la empresa, y ,en
última instancia, cómo se designan los consejeros independientes. En cada país se
avanza decididamente en esta materia.

En el área financiera, además, hay actividades muy concretas para integrar y


coordinar políticas y actuaciones de los tres niveles de organismos reguladores:
empresas, comisión de valores y gobierno.

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En esta misma área de prevención, toda acción tendiente a reforzar el reporte de
prácticas ilegales es invaluable, ya que el rol detector, y la actividad en reportar
posibles prácticas ilegales o no éticas (whistle-blower) no siempre ha sido bien
visto ni socialmente aceptable ya que por un lado se le puede acusar de deslealtad,
y por otra parte se le puede acusar de no acudir a autoridades tales como la
Comisión de Valores para denunciar más allá del ámbito interno empresarial.

Otro problema es que los compañeros de trabajo se someten al dilema ético entre
la solidaridad laboral y la conservación del empleo, ya que incluso desde la
misma escuela este rol es visto con ambivalencia, por lo cual es un papel que
puede ser ingrato, además de peligroso.

Corresponde a cada institución reforzar este papel, y estimular la comunicación


para asegurar transparencia administrativa y mecanismos de denuncia.

69
VII- La Ética en la Gerencia Pública

VII. 1- Corrupción Administrativa

La Ética en el campo de la gestión pública se ha relacionado directamente con el


fenómeno de la corrupción dado el efecto inmediato que tienen los escándalos
relacionados con ésta en la opinión pública y en toda la sociedad en general.

Las consecuencias de la corrupción son ampliamente conocidas, su impacto


nacional e internacional se puede comentar desde varias perspectivas: la
puramente económica, demostrando el aumento del coste de cada transacción por
la aparición innecesaria e ilegítima de agentes intermediarios para completar un
flujo de operaciones; la óptica del desarrollo, en la que esos aumentos de costes,
unidos al despilfarro y desaparición de recursos se convierten en el principal
obstáculo para el desarrollo de los países que lo necesitan, causando además
atrasos e incumplimientos en los objetivos de los planes de ayuda internacional; o
desde el punto de vista ambiental, como un elemento importante (junto a la simple
ignorancia) para operaciones de profunda degradación física y de la biodiversidad
del planeta.

Dada el profundo impacto que la corrupción causa en todo sistema social, la


implantación de una cultura Ética en el ámbito público, al igual que en el privado,
rebasa el mismo hecho de introducir leyes y códigos éticos, y se relaciona
directamente con la actitud de lo que hoy se denomina sociedad civil.

De acuerdo a la fortaleza moral ciudadana unida a la de sus instituciones, la


corrupción se puede clasificar en tres tipos:

- La puntual, como oportunidad para que algún funcionario se lucre.

- La periódica, donde ya comienza a perfilarse una organización en la que


participan funcionarios en distintas capas de la estructura, políticos, empresarios,
instituciones.

- La corrupción sistemática, que merece comentario aparte por su vasta influencia


y dificultad para erradicarla, y por la sólida relación entre los gestores de las
instituciones del Estado y la empresa privada.

Existen entornos y hasta países donde una sola empresa privada o el Estado
mismo son las únicas fuentes de recursos, y por ello de empleo y movimiento
comercial; la lucha política no es entonces solamente programática para aplicar
acciones en mejoras de la sociedad, sino también para conquistar y mantener el
control de esos recursos, para eventual lucro personal.

Por otra parte, se tienen numerosos países con un concepto muy débil de
democracia y del rol contralor que debe asignársele a ciertas instituciones del

70
Estado, junto a una alternancia política condicionada a veces por los cambios
constitucionales que realizan quienes están en el poder; las elecciones, cuando se
producen, no son transparentes, sea por fraude electoral, o por el uso del dinero
público para condicionar la voluntad popular. A ello puede sumársele el factor de
las fuerzas armadas, siempre presente al evaluar en retrospectiva la historia volátil
de muchos países.

La corrupción, paradójicamente, inclusive puede ser un instrumento de estabilidad


institucional para mantener tranquilos tanto a ciertas fuerzas políticas civiles
como armadas, en la cual de alguna forma cada agente de la vida nacional obtiene
una parte. El ciudadano común no participa en este reparto sino cuando se le
requiere para relegitimar el estado de cosas mediante algún proceso electoral.

En ambientes así no es nada sencillo implantar una cultura ética, puesto que la
misma sociedad civil no tiene la fortaleza institucionalizada para iniciar un
proceso de control sobre los diversos agentes que conforman la vida nacional. Por
ello estos son procesos lentos, que se van asomando en la medida que en una que
otra institución empresarial, educativa, vecinal, etc., se vayan desarrollando y
extendiendo.

Desde la óptica de la institución pública propiamente tal, las estructuras de


gobierno y por lo tanto los funcionarios públicos, se desempeñan en una realidad
muy dinámica que va cambiando de acuerdo a hechos de alcance nacional, local,
estilos de gobierno, participación progresiva de la comunidad en los asuntos de
gobierno, cambios demográficos, factores económicos que condicionan los
ingresos y egresos, etcétera.

Estas realidades, en positivo, hacen que los gobiernos distantes de la comunidad


tiendan a desaparecer, para que la administración y sus responsables evolucionen
hacia un mayor grado de exposición ante esa comunidad y sus fuerzas
organizadas.

Por ello, la gestión de gobierno en el tiempo tiende a ser más transparente y sujeta
al juicio público inmediato, lo cual es catalizado, además, por el rol creciente de
los medios de comunicación nacionales y locales, que dedican personal y espacio
especializado en esta materia, de manera que los éxitos y fracasos adquieren gran
difusión.

Estos factores, unidos a los necesarios discursos electorales en materia


programática, han contribuido a elevar el grado de expectativa y por ello la
esperanza de una mayor calidad de vida, expectativas éstas que a su vez influyen
en los factores anteriores. Se va así implantando la necesidad de innovar en
materia de gerencia pública para poder satisfacer las necesidades de la comunidad
a través de un uso cada vez más eficaz y eficiente de los recursos humanos y
financieros con que se dispone en cada instancia de gobierno.

71
Comienza a producirse un interesante conflicto entre la obligatoriedad de cumplir
con sistemas de procedimientos administrativos, así como con leyes y
reglamentos vigentes, y formas alternas de gestionar que, aun pudiendo ser
innovadoras para abordar estas nuevas realidades, no necesariamente se
corresponden con el marco administrativo y jurídico existente.

Muchos esfuerzos para reorientar la acción de gobierno, y para implantar una


cultura ética, no han rendido por la falta de un plan integral de reforma
administrativa, por el desorden en la aplicación misma de cada subreforma, por lo
unilateral de la política sin involucrar a la comunidad, y algunas veces por lo
politizado del proceso.

Al igual que se resaltó la importancia del sector privado en la sociedad, el


gobierno -en especial el gobierno municipal- es el interlocutor natural de la
comunidad, por ello su organización es básica para cumplir su misión de mejorar
la calidad de vida del ciudadano. Cualquier intento de reforma administrativa y
procedimental debe entenderse como un proceso continuo, y participativo.

A su vez, legislar nacional y localmente debe armonizarse con el proyecto mismo


que se tenga de país. Las leyes, reglamentos, ordenanzas y regulaciones deben
suponer innovación, transferencia de autoridad, mejor gerencia, crecimiento
económico y control de calidad en el mismo proceso de concepción y control
legislativo.

Administrar de manera innovadora, implica una interacción inevitable entre la


cultura pública y la mentalidad privada. Muchas actitudes e iniciativas que pueden
calificarse positivamente para evaluar el desempeño de un empleado o gerente
privado pueden ser catalogadas como riesgosas o contrarias a la ley en el ámbito
público.

Ello puede evidenciarse, por ejemplo, en las formas de asociación o concesión del
municipio para la prestación de servicios interactuando con el sector privado, o en
el uso que el municipio realice con sus activos, o con las diversas formas de
privatización.

Todo esto puede generar conflictos de intereses que se añaden al delicado


equilibrio que debe mantenerse, con el marco legal actual, entre la aplicación de
controles de gestión y la fluidez de las operaciones.

El reto consiste entonces en tener un marco jurídico que permita la innovación, de


manera que se evite lo que muchas veces sucede en las actuales condiciones, esto
es, si se aplica la ley a ciegas se paralizan ciertas áreas que requieren dinamismo,
pero si se es laxo en su aplicación, se generan y desbordan irregularidades que
pueden conducir a la corrupción pura y simple.

72
Es en el diseño de un esquema de libertad y autonomía razonable para el
desempeño de una gerencia pública efectiva, donde cobra importancia la cultura
ética, acompañada de códigos de conducta internos y gremiales, así como de un
efectivo sistema de control de gestión, derivado de la transparencia con la que
dicho sistema esté dotado y de los canales que contenga para que la comunidad
organizada acceda ala información.

VII. 2- Códigos de Ética en el Sector Público

En este sentido se plantea un redimensionamiento del concepto de responsabilidad


administrativa como producto inevitable de la creciente y necesaria delegación en
los diferentes niveles de la gerencia; se plantea la reformulación de los conceptos
de lealtad de cada funcionario con relación al partido al que se pueda pertenecer, a
la institución pública para la cual trabaja, al programa de gobierno de la
administración en curso, al equipo de gobierno al cual está integrado, y a la
comunidad como destinataria de los logros de la gestión, y guardián de la fuente
de legitimidad de todo funcionario que la sirve.

Dada entonces la importancia de la Ética, dentro del dinamismo necesario del


gobierno, para evolucionar hacia un nuevo modelo de gestión pública, se debe ir
perfeccionando lo que puede definirse como infraestructura ética del Estado, en
sus ámbitos nacional, estadal y local, junto a su infraestructura física, humana,
financiera y de servicios, que permita fluidez, eficiencia y efectividad
administrativa, pero a la vez el funcionamiento de mecanismos de detección y
reporte de irregularidades así como para la resolución de los diversos conflictos
de intereses tanto para los funcionarios electos como para los designados. Ello
implica:

1- Reforzar valores, o si se quiere, retomar muchos de ellos que el tiempo y los


controles poco eficaces han dejado de lado.

2- Plantearse nuevas reglas para administrar, nuevos sistemas y procedimientos y


nuevos esquemas de transparencia administrativa, teniendo como referencia la
efectividad, la eficiencia, la viabilidad económica, etc.

3- Establecer códigos éticos internos y relacionarlos con los diferentes códigos de


conducta y Ética profesional.

Se trata así de dotar al Estado de un marco de referencia en el cual la conducta y


la conciencia de cada uno pueda orientarse con un mínimo de ambigüedades,
disponiendo de procesos y herramientas administrativas que estimulen la buena
conducta ética y regulen y aparten los comportamientos indeseables. Para ello se
requiere de:

1- Voluntad política, posturas y testimonios claros que aseguren a la comunidad el


deseo de cumplir con esos objetivos. Por ejemplo, cuando se presentan escándalos

73
administrativos, la voluntad política puede expresarse en primera instancia en la
represión para los responsables, pero la continuidad de esa voluntad dependerá de
la prevención, esto es, la implantación de la cultura ética.

2- Estructura jurídica efectiva y procesos administrativos que permitan


profundizar la interacción con las unidades contraloras. El marco juridico además
debe velar por la estabilidad laboral del funcionario y su apoliticidad en el
cumplimiento de sus funciones.

3- Procedimientos administrativos claros y prácticos, su reforma requiere


voluntad y sentido común para simplificar y cumplir la labor con transparencia
permitiendo además el control. Por ello deben revisarse los manuales, guías,
instructivos, etc.

4- Capacitación permanente de los funcionarios, para aprovechar su imaginación


y vivencia directa para el diseño de los procedimientos, para fomentar la actitud
adecuada frente a la Ley que no los lleve al temor a la misma, o a la búsqueda de
formas para evadirla, sino a su aprovechamiento integral para un mejor
desempeño.

5- Diseño inteligente de controles de gestión y de resultados medibles y


representativos; La basura se mide por kilos recogidos pero debe referirse a
consumos per cápita, la educación se mide por número de alumnos, pero debe
referirse a la calidad de los contenidos y si sirve para dotar de algún oficio a los
estudiantes; mantener en buen estado una carretera se mide por número de
reparaciones, pero la calidad debe referirse a la duración de la reparación; los
ingresos ordinarios del municipio deben referirse a valores constantes ajustados a
inflación, etcétera.

Es claro que la escala para medir una política social es diferente a la de seguridad
pública, la evaluación de la política financiera del Estado o de un municipio es
diferente a la de recursos humanos.

6- Involucrar a los diferentes gremios de profesionales y técnicos para la


implantación de una cultura ética que se sustente además en sus respectivos
códigos de Ética profesional.

7- Para los ámbitos locales, establecer canales directos con la comunidad, para
que viva este proceso junto al respectivo gobierno, y esté preparada cultural y
técnicamente para compartir positiva y constructivamente la transparencia
administrativa y el seguimiento a la gestión.

8- Establecer canales directos con los medios de comunicación a fin de que con
una inteligente política de relaciones públicas, estos medios informen, eduquen,
controlen, denuncien de manera constructiva, y puedan reflejar equilibradamente

74
la visión del gobierno y la de la comunidad para elevar el nivel cívico y de
análisis.

La conducta misma del funcionario público dependerá entonces no solamente de


su buena voluntad, sino de la capacitación, introduciendo técnicas que promuevan
la innovación, el mejor rendimiento para su satisfacción personal, y su capacidad
de análisis, para que éste pueda regular su conducta dentro del marco jurídico
vigente.

Es importante así comprender cuales son los fundamentos éticos de las leyes, en
especial las que conciernen a la administración misma del sector público, para
reforzar su apego a ellas y a sus valores, y para ser capaz, por ejemplo, de resolver
conflictos que pueden presentarse cuando se desea ser leal simultáneamente a la
comunidad, al ciudadano, al gobierno y al partido de gobierno. Nótese que se
habla de lealtad sana, indispensable en toda organización humana.

El funcionario público ejerce un servicio público, apegado a la legalidad, a la


neutralidad administrativa y política; él es responsable de sus actos en varias
instancias y ello se deriva de la competencia que posee, por lo que debe actuar
con integridad personal, confidencialidad, equidad y transparencia en sus actos.

La conducta de cada uno irá haciendo posible el avanzar con seguridad para que
la comunidad disponga de un mejor gobierno. Los retrocesos en la calidad de vida
y su directa relación con la corrupción son conocidos, además de una relación
igualmente directa con gobernantes ineptos.

En el ejercicio del gobierno de los estados y municipios, que constituyen


centenares de administraciones autónomas, siempre se vive con el riesgo o la
tentación para repetir muchos vicios del Estado central; se requiere por ello de
una inmensa voluntad para que el proceso de desarrollo del gobierno estadal y
local se canalice positivamente y se corrijan a tiempo las desviaciones, las cuales,
de tomar impulso, sería muy difícil de revertir.

Las reglas para los empleados públicos deben ser muy claras:

- Quien sirve a la comunidad debe recordar que ésta le ha confiado una


responsabilidad y el privilegio para servir a los demás.

- Debe ser leal a la Constitución y sus Leyes.

- No debe buscar beneficio económico particular que esté en conflicto con su


deber de funcionario ni con los recursos públicos a su disposición,

- Debe exigir de sí el mejor esfuerzo.

- Debe actuar imparcialmente.

75
- Debe cuidar y mantener la infraestructura.

- Debe actuar como buen ciudadano en cumplimiento de sus deberes.

- Debe denunciar las irregularidades que detecte en su entorno.

- Debe contribuir como agente de cambio y progreso social a mejorar los


procedimientos a su alcance.

Caso de Estudio 18. Conflicto de intereses entre la función pública y la


privada.

Supongamos un ayuntamiento en el cual uno de sus ediles es propietario de una


empresa de comercialización de alimentos, que opera en un área geográfica que
incluye el ámbito del municipio, y otro miembro del gobierno municipal es
accionista minoritario de una empresa privada de seguridad. El primero es además
el presidente de su empresa y tiene competencia directa en su administración, el
segundo edil es un simple accionista.

En la designación de los integrantes de los comités o comisiones permanentes de


trabajo del concejo municipal, al primer edil le asignan la comisión de
abastecimiento alimentario, al segundo le asignan la comisión de seguridad
ciudadana.

¿ Cómo influye el ser propietario o accionista minoritario? ¿Influye el ser


responsable administrativo directo de su propia empresa?

Si Usted fuese el director de la fracción política de esos concejales, ¿qué haría?

Suponga que existen claros conflictos de intereses en el ejercicio imparcial de las


respectivas presidencias y que Usted es el jefe de fracción de la primera minoría y
requiere de esos dos votos de otra fracción de alianza para aprobar (o improbar) la
memoria anual del alcalde.

Esos votos se le ofrecen a cambio de mantener esas presidencias, y ganar la


votación para aprobar (o improbar) la memoria es extremadamente importante
para el Bien Común en la comunidad, o que en todo caso, ésta es extremadamente
sensible al resultado de la votación. ¿Qué se puede hacer?

Añada ol s datos que considere necesarios para construir por completo el caso y
sus variantes. Imagínese que, como consecuencia de esa votación estará en juego
la estabilidad política del gobierno municipal, y que entre esos posibles efectos
está el apoyo de los dos concejales para conformar una mayoría inesperada y
calificada para abrir expediente al contralor del ayuntamiento para su remoción,

76
en virtud que éste es dirigente activo -miembro de la dirección política- de un
tercer partido de la alianza que no acepta esas comisiones para los dos concejales.

VII. 3- Los costes de la democracia

Existen muchos trabajos que han explorado la naturaleza de la corrupción, desde


el punto de vista tanto administrativo como sociológico. Es un fenómeno
realmente complejo, y cuando se le analiza desde una óptica individual, afloran
tópicos tales como el afán de lucro, la sensación de sentirse de paso con una
oportunidad única para resolverse la vida, la sensación de un poder discrecional
que tiende a aparecer como eterno, por encima, y, por ello, protegido de toda ley.

Cuando se le ve colectivamente surge el tema de utilizar el dinero y recursos


públicos para realizar todas las actividades que se consideren necesarias para
mantenerse en el poder, con versiones alteradas de la realidad tales como el que
mucha gente depende de dicho poder, o que hay que ganar a toda costa por el bien
del país.

Este problema puede parecer absurdo en entornos con una gran honestidad o
integridad cívica, pero en países con una alta debilidad institucional es muy
común, además se relaciona directamente con la misma posibilidad de realizar
fraude electoral en algún eslabón de la cadena de etapas de un proceso de
votación. Al desfalco público se le une así el uso de los recursos derivados para
alterar la voluntad popular.

Ello solo se combate con civismo e integridad, y que el ciudadano reaccione


cuando se le dé oportunidad, y desaloje del poder a los causantes de esa
vergüenza nacional. Para ello, el ciudadano no debe caer en la tentación de
medrar en la periferia del foco generador de dádivas para condicionar su voluntad,
pero en entornos de mucha pobreza es difícil. Y si es difícil lograr esa
fermentación de voluntad popular, imaginemos cuan complicado es intentarlo de
nuevo cuando los siguientes gobernantes estén cayendo en los mismos vicios.

Una manera colateral de combatir este problema, y al margen del civismo


colectivo, es mediante fuertes controles de la financiación de los partidos.

La democracia tiene sus costes, y siempre se traen a debate los mecanismos para
financiar a los partidos políticos dentro de países de libertades por encima de
ciertos estándares aceptados por organizaciones internacionales. Publicidad y
medios son cada vez más caros, aunque cabría ver si estos costes se corresponden
con los índices de inflación o se derivan de la explotación de un mercado cautivo.

El financiamiento de la actividad política es una necesidad; por una parte se tiene


al Estado financiando con presupuestos proporcionales a la votación de cada
partido, esto es, con dinero de los contribuyentes; y por otra se tiene el

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financiamiento privado. En el primer caso, el ciudadano rechaza financiar una
actividad política, que por lo demás es de progresivo desprestigio percibido, y por
otra se crean los grupos de interés para retribuir favores una vez en el poder.

Una línea de trabajo para abordar este problema son las fundaciones, como salida
institucional con cierto control por parte del Congreso, con lo cual el ciudadano
debe confiar en sus legisladores, y éstos no pueden traicionar esta confianza, de lo
contrario el problema es insoluble.

El tema de los recursos, para que la democracia se exprese a plenitud, muestra una
vez más la compleja relación entre la actividad humana en el sector público y el
privado, por ello, el reflexionar acerca de estos temas puede ser un primer paso
para revalorizar la política como instrumento social indispensable para el Bien
Común, y como referencia ejemplar para la actividad privada.

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VIII- Etica y Gobernanza.

Gobernar nunca ha sido sencillo, independientemente del grado de complejidad


de determinada sociedad y del conocimiento científico y técnico a disposición
para cada época. La adecuada y oportuna gestión de los factores que componen la
Gobernanza es lo que permite que ésta se desarrolle exitosamente, de acuerdo a
una métrica acordada para cada objetivo de gobierno. Esta complejidad se expresa
con claridad en los tiempos actuales, ya que paralelamente a realidades de
pobreza extrema y extendida, se tiene la consolidación de la Sociedad de la
Información o del Conocimiento, como producto de la explosión y convergencia
tecnológica, cuya expresión en comunicaciones e información ha permitido el
manejo de barreras temporales y geográficas, reduciéndolas al mínimo, creando
un mercado planetario con gestión en tiempo real.

Junto a nuevos paradigmas comerciales, de la Sociedad de la Información surgen


además esquemas personales, afectivos, familiares, de género, laborales,
educativos, complicando el proceso de Gobernanza, que debe desempeñarse en un
mundo de avanzada tecnológica, pero inmersa en sociedades con profundas
desigualdades que obligan a tener siempre presente que el Bien Común es el
objetivo de todo proceso de gobierno.

Lo que diferencia los tiempos actuales entonces es una dicotomía entre un


progreso tecnológico impensable hasta hace pocos años y un contexto compuesto
por una masiva pobreza extrema, con el consiguiente deterioro general de la
salud, aumento de criminalidad y deterioro general de la seguridad interna,
numerosas guerras sectorizadas pero imbricadas globalmente, algunas de ellas
causantes de hambrunas en áreas extensas, terrorismo, sea abonado por
inexistentes canales de desahogo social o por intereses de diversa índole, y un
profundo deterioro planetario en sus materias primas, clima, biodiversidad, agua,
suelo y aire.

El problema al que se enfrenta el gobernante no es solamente el revertir y


subsanar dichas realidades, sino hacerlo dentro de un modelo de desarrollo que no
liquide al planeta. De nada serviría superar la pobreza y dotar a todos de la
capacidad de consumo occidental-liberal si el precio es el colapso de todos los
ecosistemas que nos dan vida y sustento.

La acción política adecuada para minimizar el caos y la improvisación, no


solamente consiste en agregar intereses, sino en articularlos con sentido de la
realidad, intentando concretar las propias creencias dentro de las limitaciones
fácticas; y son las buenas políticas las que establecen el grado de felicidad de
individuos y sociedades, dentro de una razonable pobreza o limitaciones
socioeconómicas, mediante un concepto austero de la vida; de igual manera
sociedades muy prósperas, materialmente hablando, pueden ser sumamente
infelices, con serias disfuncionalidades como individuos y como colectivo,
recurriendo a escapes compensatorios de diversa índole.

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La Ética como tal ofrece las posibilidades para desarrollar marcos conceptuales y
de acción que permitan gestionar la interacción entre los retos y las realidades en
los que se desempeñan los procesos de Gobernanza.

La Ética es poco eficaz para corregir malas políticas, pero su aceptación como
elemento clave de gobierno permite, junto a los aportes mencionados a lo largo de
estas notas, promover la rectitud y honestidad de cada empleado y gerente,
público o privado, y con ello, contribuir a establecer y consolidar un elemento
indispensable para gobernar, como es la credibilidad ciudadana en el sistema y en
quienes intervienen en la gestión de las instituciones que lo componen; es esta
credibilidad, en especial en estos tiempos de transición e incertidumbre, la que
condiciona los consensos y la legitimidad de quienes dirigen las instituciones
diseñadas para actuar sobre su respectivo entorno, y la que impulsa los procesos
locales y globales para el logro del Bien Común.

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