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CONOCIMIENTO OBJETIVO
“Lo que salva es dar un paso. Otro paso más. Siempre el mismo
paso que se vuelve a dar…”
“Lo que hice, te lo juro, ningún animal lo hubiera hecho”. Esa frase,
la más noble que yo conozca, esa frase que sitúa al hombre, que
honra, que restablece las verdaderas jerarquías me volvía a la
memoria. Finalmente te adormeciste, con la conciencia abolida, pero
de ese cuerpo desmantelado, arrugado, quemado, ella iba a renacer al
despertar para dominar, nuevamente, a ese cuerpo. El cuerpo,
entonces, no es sino un buen útil”.
INTRODUCCION...........................................................................1
CAPÍTULO I:
RELACION SUJETO-OBJETO EN EL TRABAJO SOCIAL.
PROCESO DE CONOCIMIENTO...............................................9
RELACION HOMBRE-NATURALEZA Y TRABAJO SOCIAL.................................................................9
TRABAJO SOCIAL Y CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD................................................................16
PROCESO DE CONOCIMIENTO Y TRABAJO SOCIAL.........................................................................24
RELACION DE SUJETOS EN EL PROCESO DE CONOCIMIENTO......................................................28
CAPITULO II:
METODOLOGIA EN EL TRABAJO SOCIAL........................41
UNIDAD DE TEORIA Y PRACTICA.........................................................................................................41
PREMISAS METODOLOGICAS DEL TRABAJO SOCIAL.....................................................................47
DOS CONTENIDOS METODOLOGICOS ESENCIALES........................................................................51
ESPECIFICIDAD DEL TRABAJO SOCIAL...............................................................................................57
PRAXIS SOCIAL, CONOCIMIENTO Y TRANSFORMACION DEL OBJETO......................................64
METODOLOGIA GENERAL DEL TRABAJO SOCIAL:
ORDENAMIENTO LOGICO DE PROCESOS COGNOSCITIVOS..........................................................69
CAPÍTULO III:
RELACION TEORÍA-MÉTODO EN EL TRABAJO SOCIAL.
.........................................................................................................82
SIGNIFICADO TEÓRICO-METODOLÓGICO DE LAS CATEGORIAS...................................................82
LA COMUNICACION RACIONAL: CATEGORIA DEL TRABAJO SOCIAL.......................................90
COMUNICACIÓN RACIONAL: VÍNCULO PROFESIONAL NECESARIO..................................................................................99
COMUNICACIÓN RACIONAL Y CONOCIMIENTO.......................................................................................................113
CAPÍTULO IV:
RELACIÓN TEORÍA-MÉTODO EN EL TRABAJO SOCIAL.
.......................................................................................................124
TOTALIDAD CONCRETA.
CONCEPTO Y SIGNIFICADO PARA EL TRABAJO SOCIAL..............................................................124
OBJETO DEL TRABAJO SOCIAL: UNIDAD DE CONTRARIOS.........................................................133
CAPÍTULO V:
INSTITUCIONES Y TRABAJO SOCIAL...............................139
UNA CONTRADICCION SIGNIFICATIVA............................................................................................139
INSTITUCIONES Y CONOCIMIENTO DE PROCESOS SOCIALES....................................................147
INSTITUCIONES Y PROCESO DE TRABAJO SOCIAL........................................................................154
BIBLIOGRAFIA.........................................................................161
INTRODUCCION
1
los seres humanos resolver las situaciones a que son sometidos en las
sociedades en que viven.
2
apoya esencialmente en la elaboración de un conocimiento objetivo acerca de
las situaciones concretas en que se debaten las personas. Más específicamente,
la necesidad social de disponer de una posibilidad de análisis de la realidad
que permita comprenderla apropiando un conocimiento que enriquezca el
pensamiento existente, a fin de encontrar las explicaciones y soluciones para
transformar las situaciones humanas específicas.
Nos parece que existe una relación directa entre el respeto a la dignidad de las
personas y el desarrollo del conocimiento, que lleva a reconocer su capacidad
de pensar y conocer más allá de las necesidades y problemas en que se
debaten. Conocer y transformar es un movimiento que involucra tanto al
profesional de trabajo social como a las personas que atiende, por lo cual esta
relación trasciende el concepto educativo de que el desarrollo de ese vínculo
incide y modifica a ambos.
3
conocimiento se limita a una instancia específica e inicial, que podrá arrojar
luz a la acción práctica del profesional.
4
para desarrollar el proceso de abstracción de sus situaciones humanas
concretas.
5
Desde esta concepción de trabajo social que acabamos de exponer,
consideramos que nuestra profesión se va conformando más bien como una
disciplina de contenido científico acerca del conocimiento objetivo de
situaciones humanas concretas, conscientemente realizadas en un marco social
históricamente determinado.
6
de trabajo, poseen una existencia independiente y por lo tanto pueden ser
conocidas objetiva y racionalmente por el profesional de trabajo social.
7
investigación bajo la orientación del Prof. Enrique Di Carlo, desde la Cátedra
de Etica de la Escuela Universitaria de Servicio Social, Uruguay, 1968. Mi
agradecimiento, a los colegas y a profesionales de otras disciplinas que
generosamente se prestaron para leer los originales de este libro. Sus
opiniones, sin duda, fueron una contribución decisiva para la elaboración más
precisa de muchos conceptos aquí expresados.
8
CAPÍTULO I:
RELACION SUJETO-OBJETO EN EL TRABAJO
SOCIAL. PROCESO DE CONOCIMIENTO.
9
El conocimiento del mundo circundante que el hombre fue elaborando, le
permitió además orientar su actividad práctica para sacar provecho de los
bienes de la naturaleza y para el desarrollo de los procesos sociales.
Asimismo, permitió la elaboración de los datos de la realidad, desde la
observación activa de ésta al pensamiento abstracto y desde éste a la práctica
social.
10
comprensiones, las personas participan en el proceso de conocimiento para
avanzar hacia la transformación de la realidad. Esto equivale a apropiarse de
los procesos integrados y articulados al desarrollo de toda situación humana
que por medio de su comprensión se trata de objetivar. Los nexos entre estos
contenidos con sus vínculos humanos y materiales, no aparecen en la
expresión superficial de la situación humana en cuestión, sino en la
profundidad esencial de los procesos que la constituyen. Esta dificultad para
lograr el conocimiento de la realidad, también muestra la exigencia que el
trabajo profesional debe superar, así como la necesidad de un análisis objetivo
de las situaciones humanas que hace posible comprender su especificidad. Es
decir, que no es suficiente con establecer un vínculo humano positivo, ni
realizar una lúcida descripción de la realidad que otros sufren. Se requiere
desarrollar un vínculo de comunicación humana racional, en la cual poner en
juego el esfuerzo de comprensión que se requiere para acceder al
conocimiento esencial de la realidad, involucrándose el profesional con las
personas para apropiarse con ellas de las esencialidades inherentes a la
situación humana: explicarla y avanzar hacia su progresiva transformación.
Cada realidad específica constitutiva del objeto de trabajo, posee sus
peculiaridades que están sometidas a un ordenamiento propio y diferente, a
otras realidades que al ser identificados mediante el análisis, permite acceder
al conocimiento de su esencia; es decir a los contenidos determinantes de su
existencia.
11
niega la posibilidad de conocer e incidir en las situaciones humanas concretas,
por lo cual éstas se consideran más bien realidades humanas inmutables cuyo
cambio radica más en la decisión voluntarista de las personas que de su
análisis objetivo. Desde este enfoque la labor profesional ve limitada su
incidencia, tanto para el conocimiento objetivo, por la dependencia respecto
de la subjetividad de las decisiones humanas, como en la alternativa de lograr
una transformación objetiva de las situaciones sociales. “Para el relativismo
consecuente no existe verdad objetiva: hay muchas verdades, la del
proletariado, la de la burguesía, la de los conservadores, la de los
revolucionarios cada una de ellas igualmente verdadera o falsa. Se cae así en
la célebre noche relativista donde todos los gatos son pardos, y se termina por
negar la posibilidad de un conocimiento objetivo”1 .
1
“Sobre el método Marxista”. Michel Löwy, Alain Brossat y otros. Colección Enlace,
Grijalbo, 1986.
12
En ese marco de actividad humana que da lugar a las transformaciones
sociales y de igualdad, es a nuestro juicio, donde se inserta el trabajo social
como un instrumento mediador que impulsa la producción de cambios
positivos con relación a situaciones humanas específicas.
13
humana individual o colectiva, realizándose a través del que anteriormente
denominamos proceso específico de trabajo social que se inicia en la atención
de las situaciones concretas, para acceder a su conocimiento y crear las
condiciones para su transformación.
14
de objetividad; desde la cual, no puede diferenciarse de su situación humana
concreta, viendo limitada su capacidad de vínculo con los objetos y demás
seres humanos generando un sistema de relaciones distorsionadas que limitan
la solución de los problemas y su desarrollo como personas.
15
como de la capacidad de controlar y prever los acontecimientos humanos y los
procesos a que dan lugar.
16
que los sujetos individuales o colectivos llevan a cabo su vínculo con la
realidad, con la mencionada insuficiencia de sus expresiones conscientes y
conductas con que realizan ese vínculo. Su comprensión se puede llevar a
cabo retomando su capacidad creadora y desarrollando el sistema de vínculos
sociales construidos. Se requiere de la comprensión de las situaciones
humanas para volver a orientar los aspectos de la vida social, mediante la
verbalización y reflexión crítica de los contenidos más esenciales
favoreciendo la conciencia de los procesos en que los hombres se debaten con
la realidad.
17
específica. Se corre el riesgo de una aplicación a ciegas de técnicas, cuyo
resultado será incierto y más bien sujeto a la casualidad, buena suerte o a la
confianza e intuición del profesional.
18
medida que en ella se ubican valores y comprensiones permitiendo someterlos
a análisis a fin de penetrar en los contenidos esenciales de la realidad. El
vínculo con el trabajador social contribuye a que las personas, inmersas en una
situación concreta problemática y conflictiva, se asuman como sujetos de
conocimiento y seres activos capaces de transformarla. El proceso de
conocimiento iniciado con el relato y la reflexión en común, permite avanzar
con la mediación del trabajador social, hacia su objetivación a fin de alcanzar
su mayor comprensión.
19
identificado los contenidos esenciales de la contradicción sujeto-realidad y
construido una nueva síntesis explicativa de esa realidad, desde la cual
elaborar soluciones capaces de mejorar las condiciones de existencia. Así,
cuando un grupo de productores nos consulta acerca de una idea de proyecto
productivo que puede cambiar sus condiciones de vida, necesitamos
desarrollar con ellos un proceso de conocimiento desde la interpretación que
han realizado de su situación actual y de su interés y posibilidades de
mejorarla, para empezar a comprender el por qué de la propuesta, Sin este
punto de partida, es decir desde el pensamiento desarrollado por esos sujetos
en tanto productores, sólo nos queda ofrecer una opinión técnica efectuada sin
considerar los motivos que la originaron, y tampoco atendiendo a las
posibilidades reales de llevarla a cabo con éxito. Así sucede, que se toman
más en cuenta los objetivos del marco institucional en que labora el trabajador
social que las opiniones de los productores en torno al proyecto, no atendiendo
suficientemente a la expectativa de nuevas condiciones de vida y haciendo que
el proyecto en cambio sea una nueva fuente de fracasos y conflictos.
20
invasión que los problemas provocan en la personalidad dificultando la
comprensión y acción. Pero es posible revertir esta situación mediante el
vínculo entre el sujeto profesional y los sujetos de la realidad, abriendo la
alternativa de desarrollar un proceso de comprensiones, para transformar
condiciones vitales de existencia.
21
objetiva de éste en el pensamiento; lo cual implica la posibilidad del cambio
del individuo y la transformación de su situación específica.
22
desarrollar un conocimiento más objetivo. Se incorporan con el trabajador
social a la búsqueda de comprensiones separándose de los contenidos de su
situación desde su análisis, realizando la necesaria toma de distancia de la
propia realidad a fin de considerar los acontecimientos, respuestas elaboradas
y diversos contenidos de la realidad, desde los cuales elabora conocimiento.
La relación entre el sujeto profesional y los sujetos de la situación humana
(sujeto-sujeto) es una praxis social de comunicación racional, apoyada en el
análisis de los contenidos de su experiencia acumulada para la reelaboración
como conocimiento objetivo. El desdoblamiento del objeto de trabajo social
en personas y su realidad (sujeto-realidad) a partir del establecimiento del
vínculo de comunicación racional para comprender la realidad con la que se
debate, es lo que abre la alternativa para la apropiación de esa realidad por el
pensamiento entre ambos sujetos (trabajador social-personas).
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Podríamos señalar que desde esa crítica al papel del trabajo social en las
instituciones, más bien se alienta un fatalismo social en cuanto las
instituciones responden a una variedad de intereses en cuyo marco, todas las
profesiones responden al mismo esquema de posibilidades y limitaciones. La
preocupación debe pasar, más bien por la concepción acerca del conocimiento
de la realidad, por la cual, o bien se parte de la imposibilidad de concebirlo
como verdad objetiva, separando pensamiento y acción. O bien, de que es
posible conocer objetivamente la realidad, reconociéndola como determinante
de los procesos de toma de conciencia y partiendo de la unidad indisoluble
entre pensamiento y acción (teoría y práctica), abriendo así el camino para las
transformaciones de la realidad.
24
resolverá por el camino del análisis, lo cual requiere una toma de distancia de
la realidad.
2
“Principios de Lógica Dialéctica”. Rossental, Ed. Pueblos Unidos.
25
A su vez, no basta con caracterizar un objeto de trabajo por alguna de sus
partes constitutivas, ni siquiera por la que parezca la más representativa del
fenómeno. Es necesario avanzar por el análisis hacia la identificación de todas
sus partes constitutivas y descubrir las relaciones entre éstas, lo cual permitirá
establecer cómo están determinadas y qué papel juegan en su peculiar sistema
de contradicciones. Esta concepción acerca de la integralidad de los
fenómenos hace posible además establecer su carácter, identificando sus
peculiaridades y elementos diferenciales respecto de otro objeto de trabajo.
Las partes constitutivas de éste, pueden ser similares en el análisis genérico y
en este sentido identificar aspectos similares en una familia (alcoholismo,
pérdida de trabajo, separación de los padres, mala conducta de los hijos, etc.),
en un grupo (liderazgo autoritario, falta de comunicación interna,
enfrentamiento entre sus miembros, etc.) o bien en una cooperativa
(problemas de mercado y producción, distanciamiento entre directivos y
socios, etc.). Sin embargo, en la familia, grupo o cooperativa que presenten
ese tipo de problemas, será necesario conocer cómo están relacionados entre
sí, cuáles son sus contenidos determinantes y cómo están interrelacionados
para estar en condiciones de identificar la forma peculiar en que están
estructurados. Será a partir del análisis que se comprenderán sus contenidos y
las relaciones entre sus partes, lo que permitirá establecer qué es lo específico
del objeto de trabajo, que lo caracteriza y diferencia de otro fenómeno con
contenidos similares. De esa especificidad, es de donde podrán emerger las
soluciones y consolidar su proceso de transformación, es decir, de establecer
las diferencias y no las similitudes, se hará posible realizar también un
esfuerzo de síntesis del conocimiento logrado, a fin de recomponer al objeto
como una totalidad estructurada y dinámica pero ahora comprendida.
26
El proceso de conocimiento implica un esfuerzo analítico por el cual se
alcanza la identificación de las partes del todo que constituye el fenómeno,
pero a su vez en este esfuerzo cognoscitivo se quebranta la integralidad de éste
concreto. Cuando, por ejemplo, se atiende una familia, la primera abstracción
es su separación de la sociedad como fenómeno concreto, posteriormente se
proceda a identificar sus problemas y sus formas de relacionarse que permitirá
a su vez caracterizarla como objeto de trabajo. Este proceso de abstracción se
lleva a cabo porque los contenidos y partes constitutivas de esa unidad que es
el objeto, tienen también existencia concreta: con relación a la familia, ésta
posee existencia concreta respecto de la sociedad, al igual que las partes que la
integran (la relación de los padres, sus formas de vínculo con los hijos, la
conducta de estos, etc.) lo tienen de ésta. Es decir, que todo fenómeno tiene
simultáneamente existencia concreta y abstracta, dependiendo su diferencia
del lugar que ocupen respecto del proceso de conocimiento, estableciéndose
como referencia lo identificado como objeto de análisis o las partes que lo
integran.
27
familia. Un concreto para conocerlo, debe someterse a un proceso de
abstracción por medio del análisis, pero a partir de ese conocimiento que
implica la identificación interna de sus partes, relaciones, nexos y
contradicciones es apropiado en su integralidad y movimiento interno,
constituyéndose en una unidad conocida para las personas que actuarán en
ella, por el conocimiento adquirido de esa realidad. Por este proceso de
abstracción apoyado en la actividad analítica del pensamiento,
conceptualizamos el objeto de trabajo reproduciéndolo en la conciencia.
28
consecuentemente, favorecer su transformación. Las expresiones internas del
objeto de trabajo no pueden conocerse directamente, sino que esto se obtiene
en forma indirecta y en base a las abstracciones representadas en conceptos,
problemas, hipótesis, etc. Por esta vía indirecta se accede al conocimiento de
la esencia interna del fenómeno, para apropiárselo como una totalidad
representada en la unidad de sus manifestaciones externas e internas.
A nuestro juicio, esta fase del análisis es recorrida en el trabajo social, incluso
en sus diferentes enfoques teóricos. Se observa particularmente, en aquellas
concepciones profesionales más preocupadas por superar el trabajo intuitivo,
poniendo un acento muy gravitante en los aspectos lógico-formales, a los que
considera esenciales para la labor del trabajador social. Este esfuerzo de
abstracción basado en el proceso analítico, permite acceder a un nivel de
conocimiento aun insuficiente y no integral del objeto, ya que hace posible la
identificación de las partes que lo constituyen. A veces incluso, atendiendo
sólo a aspectos muy particulares del objeto, como las llamadas necesidades
materiales, lo cual ha conducido a una criticable —por insuficiente— acción
asistencialista. Habiendo provocado en su momento, una fuerte reacción entre
29
los trabajadores sociales y llevado a un rechazo de la asistencia y el trabajo
institucional, siendo su principal víctima el trabajo social de casos.
30
Sin embargo, la relación entre sujetos, debe servir para que emerjan los
contenidos esenciales y específicos de la situación humana y con la mediación
del trabajador social, acceder a su comprensión con los necesarios apoyos
lógico-formales, a fin de garantizar su objetividad. De esta manera, métodos y
técnicas se ponen al servicio del conocimiento concreto de la realidad y para
que afloren nuevos contenidos.
31
propiedades y facetas de la cosa, lo capital, lo esencial, que constituye la “base
genética” de los mismos. Sin una desmembración semejante, no es posible
alcanzar el objetivo señalado; ahora bien, el examen analítico del objeto no
sólo no le deja sin vida, sino que, por el contrario, constituye el procedimiento
—y es el único— que nos lleva al conocimiento del objeto en lo que tiene de
“vital”3 .
32
comprensión es decisiva para descifrar procesos y conductas posteriores. La
identificación por medio del análisis de esos contenidos y procesos permite
elaborar un conjunto de comprensiones respecto de la forma en que aquellas
partes y sus procesos se han integrado.
33
Estos núcleos problemáticos esenciales se constituyen a su vez en el punto de
partida para acceder a las comprensiones más complejas, que permiten
reproducir en la conciencia la imagen más representativa de la situación
humana concreta de la cual se partió. Se descubren a través del análisis y
mediante un proceso de comunicación racional con las personas,
caracterizados como aquel contenido más elemental pero determinante del
desarrollo posterior de toda la situación y que partiendo de él permite
reconstruirla en sus detalles. La identificación de estos núcleos problemáticos
es por lo tanto un producto del proceso de conocimiento generado en la
relación profesional, cuando se ha avanzado en el proceso de diferenciación de
las personas respecto de su realidad específica. Trataremos de aclarar más este
concepto con un ejemplo:
Madre casada durante 8 años, separada desde hace tres, tiene dos hijos; uno de
8 años para el cual debió solicitar internación en una institución pública por
motivos económicos. Posteriormente, la trabajadora social de la institución
colaboró en lograr un hogar de adopción para el menor, en el cual vive desde
hace un año. La hermana del niño presentaba retardo mental, lo cual afectaba
el comportamiento de éste llegando a una somatización que le hizo sufrir
problemas digestivos. El padre de los menores, se fue del país después de la
separación quedando sola la mujer con sus hijos; ahora regresó y está
dispuesto a colaborar. El niño se recuperó de sus problemas digestivos y
mantiene muy buena relación afectiva con la familia de adopción. La madre lo
visita cada 20 días.
34
apariencia originado en el apoyo económico que la familia recibe de la
institución. La trabajadora social manifestó a la señora, que visitaba seguido el
nuevo hogar del niño porque previó que “ocurriría un encariñamiento familia-
niño”. A su vez, reconoce en la madre una mujer preocupada por sus hijos
habiendo elaborado un informe favorable a ésta. La madre opina que si bien
no lo pudo cuidar directamente, procuró que su hijo estuviera bien atendido y
con una familia que le tuviera afecto. Ahora cree que la familia lo que desea es
seguir cobrando el apoyo económico institucional y que no es por motivos
afectivos que habría hecho la solicitud de adopción. No obstante, expresa que
también los hijos (3) de la familia trabajan y le compran cosas al niño por lo
que tiene todo lo necesario. Su decisión igualmente será la de buscar una
solución legal “si insisten en la adopción”, ya que aun no está en condiciones
de mantener y cuidar a su hijo.
Por el relato que la madre realiza del papel desempeñado por la trabajadora
social, ésta no realizó un análisis del proceso de separación y adopción, ni del
sistema de contradicciones que caracteriza esas relaciones; sino que más bien
parece haber atinado únicamente a interponer su preocupación ante la
afectividad que probablemente sería desarrollada entre el niño y la familia de
adopción. Preocupación que no estaría originada en un análisis de la situación
específica, sino en una apreciación subjetiva de ésta. En cambio, lo que
objetivamente ocurrió fue una acción de la madre en busca de soluciones para
su hijo y respecto de éste, una solución aceptablemente resuelta de su
situación y a partir de lo cual, las nuevas relaciones padres-hijo que se han
establecido por la convivencia con la familia de adopción, requieren ser
analizadas a la luz de la nueva realidad. Es decir, desde la comprensión de sus
contenidos concretos y no mediante formalidades que terminarían por incidir
35
negativamente en todos los sujetos involucrados en la situación. Los tres
padres (los de adopción y la madre) que constituyen la nueva situación
paterna, son el producto natural del proceso desarrollado, de carácter no
antagónico y formando parte inseparable de la experiencia vital del niño.
36
Partiendo de la decisión de la madre, tomada en circunstancias de fuertes
dificultades económicas y en la búsqueda de condiciones de vida para su hijo,
la señora decide primero internarlo y luego aceptar una familia adoptiva. No
se trata de juzgar lo que pudo o debió hacer, lo cierto es que esta persona en
esas circunstancias actuó de la manera señalada, pensando en su hijo y
seguramente, considerando que en tanto cambiaran sus condiciones, podría
recuperarlo volviendo a la situación inicial. Pero las realidades humanas
concretas son altamente cambiantes y dinámicas, por lo que su decisión dio
lugar a una nueva realidad familiar.
37
ambas partes, como una nueva realidad concreta que se comprenda y asuma
en sus nuevas especificidades.
38
Lo complejo de este proceso se representa en la posibilidad real, de reproducir
la realidad objetiva por el pensamiento como unidad concreta integrada; lo
cual permite descubrir toda la riqueza de conocimiento oculta en la situación
específica al captar al objeto de trabajo en su propio movimiento.
Es decir, que esta etapa del proceso de conocimiento del fenómeno no consiste
en un acoplamiento mecánico de las partes que lo integran para constituir una
unidad. No consiste en identificar, por ejemplo, el sistema de roles familiares,
acontecimientos de su existencia, etc., para luego intentar en base a una
hipótesis reconstruir la realidad en la que esa familia se debate.
Esta etapa hacia el conocimiento integral del objeto, representa también una
mayor madurez de los sujetos humanos con los cuales se trabaja. Es decir, la
relación inicial entre sujetos de conocimiento se apoya en el análisis de la
39
realidad, llevándose a cabo a través de él un primer esfuerzo de diferenciación
del sujeto respecto de su situación específica. El segundo esfuerzo, significa la
apropiación del objeto de manera integral por el conocimiento, ya no a través
del análisis sino de la síntesis que permite desarrollar la unidad en la
multiplicidad esencial de los contenidos del objeto.
40
CAPITULO II:
METODOLOGIA EN EL TRABAJO SOCIAL.
41
sociales que las generaron, sin que los seres humanos en ellas puedan por sí
mismos tomar decisiones orientadas a cambiar su realidad inmediata. Desde
esta perspectiva, se pierde de vista el papel del sujeto no sólo para el
conocimiento de su situación específica, sino que el sujeto es subsumido en su
realidad atribuyéndose a sus condiciones de existencia una preeminencia tal
que todo cambio en la situación específica dependerá de cambios en la
realidad más general, corriéndose el riesgo de la ideologización (A. Tecla) del
cambio abandonando la posibilidad del conocimiento objetivo para su
transformación, aun en el marco de las alternativas que ofrezca el nivel de
desarrollo social alcanzado.
42
sociales, éste no es suficiente por sí mismo para el conocimiento objetivo de la
realidad.
43
La separación formal de sujeto y realidad, lleva también a la separación de esa
unidad contradictoria respecto de la realidad social más amplia y a la
incomprensión de este vínculo, de manera que las situaciones específicas se
tratarán de resolver aisladas de las realidades sociales que las condicionan y
que las han originado.
4
“Metodología en las Ciencias Sociales”, Tecla Jiménez, Alfredo; Ed. Taller Abierto,
México.
44
otorgar a la actividad consciente de las personas un significado de utilidad
meramente informativa para el profesional, conduce a considerar que la
elaboración teórica de las personas, es decir el pensamiento que condujo sus
actos, es una actividad paralela sin incidencia decisiva más que como recurso
instrumental. Tampoco es suficiente considerar a la práctica social humana
como actividad social expresada en un “conjunto de actos” realizados en la
relación sujeto-objeto, ya que en realidad es siempre una unidad de
pensamiento y acción con una estructura y dinamismo propio, sin cuya
comprensión no es posible su transformación y la del hombre mismo.
45
elaboraciones ideales para incidir en ellos. De acuerdo con Kopnin5: “Los
positivistas modernos subrayan insistentemente la tesis de que existen dos
mundos: el mundo del experimento corriente, de las cosas y los procesos, con
el cual se enfrenta el hombre en su vida cotidiana (su medio ambiente, la
naturaleza), y el mundo científico, donde estos mismos procesos y objetos se
manifiestan de un modo completamente distinto, que nada tiene de común con
las representaciones que se tienen habitualmente acerca de ellos”.
Ahora bien, el método como expresión del proceso lógico del pensamiento,
contribuye a objetivar el conocimiento y avanzar en la apropiación y
transformación de la realidad por los hombres que participan en este proceso.
Pero como expresión de esa actividad, el método tendrá que reflejar
contenidos teóricos que permitan conocer objetivamente la realidad, siendo
por la adecuada correlación entre la teoría y el método, que la realidad se
podrá abordar objetivamente. La “perspectiva operacional” que algunos
autores defienden —a nuestro entender— conduce a una sobrevaloración de lo
metodológico sobre lo teórico. Aun poniendo toda la confianza en respetar la
unidad de teoría y práctica, esa propuesta conduce a considerar al método
como garantía no del conocimiento sino de determinadas acciones no
orientadas por el conocimiento como condición para el cambio ni por teorías
existentes desde las cuales comenzar a entender lo que sucede. Al considerarse
en estas concepciones operativas a la acción práctica como la esencia del
trabajo social y al método la garantía de las acciones emprendidas, se corre el
riesgo de que la teoría se pierda en la relación unitaria teórico-práctica. Lo que
se expresa por parte de algunos autores, como preocupación por cumplir con
esa condición necesaria (unidad de teoría y práctica) en realidad se reduciría a
5
“Lógica Dialéctica”, P.V. Kopnin; Ed. Grijalbo
46
una operatividad profesional que privilegia la relación método-práctica,
abandonando a la teoría disponible como factor decisivo para la identificación
y comprensión objetiva de los fenómenos sociales.
Desde esta especificidad del trabajo social, plantearemos las premisas en que
se puede desarrollar su metodología:
47
d). La comprensión y realización de este conocimiento como transformación
del objeto de trabajo, depende de su objetivación a través de la unidad del
proceso histórico y lógico, relativo a la situación humana concreta.
48
las posibilidades de una elaboración en común con los sujetos, en un esfuerzo
por conocer esa realidad para intentar juntos su transformación.
49
profundizar en el conocimiento de la situación específica, mediante la
participación activa del trabajador social y los demás sujetos de la situación
humana.
50
cambios significativos en la situación específica en la medida que se la va
comprendiendo por el trabajador social.
a) Reconocer que los sujetos de las situaciones humanas que atiende son
sujetos históricos de conocimiento, ya que se aborda un objeto de trabajo
constituido por personas que individual o colectivamente se hallan en debate
con una realidad específica, caracterizada por una síntesis de necesidades y
problemas. Esta situación específica en la que se debaten, requiere de atención
y conocimiento especializado para su objetivación y cambio.
51
alternativa de cambio y nuestro saber se vuelve inútil. Se reducen las
posibilidades de conocimiento de la realidad y particularmente para el
trabajador social, se limita la alternativa de apropiación objetiva de la realidad
para su transformación.
52
trabajo hacia la sociedad civil para servir a los intereses populares, en
particular, desde movimientos sociales.
53
labor se verá limitada y no se podrá cumplir con lo que se espera del saber
profesional; sin embargo, muchas veces éste se reduce a un “saber convencer”
o a un “saber organizar”. Se argumenta a veces, que las otras profesiones
parten de un conocimiento claramente identificable socialmente y que ésto
favorece su labor independiente, mientras el trabajador social se identifica con
un hacer técnico-práctico. Probablemente, entonces, la clave esté en disponer
de un conocimiento identificable que oriente el hacer; es decir, disponer de un
conocimiento objetivo acerca del objeto profesional específico, sin que esto
signifique un dejar de realizar su actividad propia.
El trabajador social con frecuencia establece una relación con las personas
involucradas en la situación específica que no se orienta a una elaboración de
su conocimiento objetivo, sino que en realidad las considera sujetos con
necesidades. O sea, que la situación humana concreta como unidad dialéctica
de sujeto-objeto, no se aborda desde un saber adquirido que se desarrolla con
los otros sujetos. Más bien se hace desde un accionar práctico que refiere más
a un “saber qué hacer” pragmático, que a conocer la situación con las personas
para determinar su especificidad y esencialidad hacia el proceso de
transformación.
Este conocer con los otros, requiere a su vez de un vínculo objetivo con el
objeto. En este sentido, no es lo mismo por ejemplo, relacionarse en tanto
objeto de trabajo social, con una población de las denominadas “marginadas”,
concibiéndola exclusivamente como un comportamiento psicosocial y
cultural, o caracterizándola como un sector de la sociedad que no pudo
acompañar el proceso de modernización, que definirla como población
trabajadora. Es decir, como fuerza de trabajo disponible para seguir siendo
54
explotada y reproducida en las peores (pero beneficiosa para el capital)
condiciones sociales. Desde una u otra selección de categorías, se define tanto
la preocupación por el conocimiento objetivo como el compromiso ideológico
del trabajador social respecto de esos sectores de población.
7
Kopnin. Op. Cit.
55
No es lo mismo partir de un conocimiento objetivo de la realidad social, que
de una mistificación de ésta. Así, volviendo a nuestro ejemplo, utilizar la
categoría de fuerza de trabajo para definir a la población “marginada”, permite
comprenderla no sólo en su composición social sino también en su
participación en el proceso de la producción, así como apoyar su inserción en
los probables procesos de transformación. No se tratará entonces, de una
población abstracta, sino real, concreta, con un contenido más objetivo, desde
el cual, generar la posibilidad de una relación entre sujetos para la apropiación
objetiva de esa realidad humana y abordarla como objeto de trabajo social.
Esto significa asumir verdaderamente un compromiso ideológico desde la
definición del objeto, identificando nuestra labor profesional con la verdad
objetiva respecto de esos procesos sociales, que involucran a amplios sectores
populares.
56
constituya en un instrumento para la toma de conciencia acerca de los
contenidos que integran las situaciones humanas, en las que se debaten para
resolver no sólo su subsistencia sino el derecho a una vida mejor. El trabajo
social es una profesión que abre la alternativa de realizar la construcción de
mejores condiciones de vida, para lo cual establece una relación con los
sujetos individuales o colectivos para conocer qué es lo que les está pasando y
cómo lo pueden superar.
57
su atención, a fin de articularlo con el proceso de conocimiento y
transformación.
58
tropezar con la dialéctica del sujeto y del objeto. La verdad es algo subjetivo
que sobrepasa por su contenido la esfera del sujeto para entrar en la esfera del
objeto. El conocimiento es verídico sólo cuando tiene contenido objetivo. Por
ello no puede haber ninguna otra verdad que la objetiva”.8
59
urbanos, no puede someterse a la crítica de quienes ven en el trabajo social un
instrumento al servicio del status-quo de la sociedad. Y si así ocurriera, lo que
estas visiones mostrarían es su negativa a generar perspectivas de cambio en
las condiciones sociales de los grupos humanos, orientando su trabajo
profesional al sometimiento de las condiciones de vida existentes a las
realidades impuestas por gobiernos conservadores, en la medida que esas
iniciativas exigen a éstos modificar sus políticas de financiamiento; políticas
que en general, van dirigidas a los grupos con poder económico. Son estos
grupos los que en realidad someten a sus intereses particulares toda iniciativa
de inversión a favor de los sectores populares exigiendo garantías con que
estos sectores no cuentan, o bien no pudiendo beneficiarse por no reunir las
condiciones para ser sujetos de crédito; por lo cual ven postergadas sus
aspiraciones de desarrollo productivo y el mejoramiento de sus condiciones de
existencia que supere la situación inicial.
60
consciente, expresando el ámbito específico del alcance de su conocimiento
que considera el proceso concreto seguido por los sujetos en la situación para
comprenderlo en su peculiaridad. La transformación se realiza desde esta
apropiación de la realidad, en la cual adquieren significación las expresiones
(psicológicas, antropológicas, etc.) de los sujetos involucrados.
Más adelante ampliaremos estos conceptos, por ahora tengamos en cuenta que
esa unidad de procesos (histórico y lógico) adquiere valor metodológico, para
61
resolver las relaciones entre el conocimiento del desarrollo del objeto y su
estructura lógica.
62
lógico más preciso para conocer el objeto de trabajo. Es decir, que en un
sentido más amplio, el campo se constituirá en objeto de estudio del trabajo
social, a fin de elaborar a este nivel nuevas abstracciones que amplíen el
marco teórico para una praxis profesional más objetiva. Así, los problemas de
una cooperativa se atenderán desde su actividad específica constituyéndose en
objeto de trabajo, pero también se deberá conocer el campo cooperativo que
aportará por ejemplo, el conocimiento de su relación con las políticas
económicas y el comportamiento de las ramas productivas. Por otra parte, los
campos se subdividen y generan especializaciones dentro de ellos
(cooperativismo de vivienda, producción, consumo, etc.) que probablemente
también requerirán de adecuaciones metodológicas ya que no se organiza
igual la producción y el mercado de bienes que el de servicios. El campo de
trabajo exige una acumulación y especialización de conocimiento para ejercer
la labor profesional, para a su vez elaborar la forma metodológica más
adecuada a los contenidos del objeto de trabajo, hasta constituirse mediante el
desarrollo teórico-práctico en una rama del saber propio del trabajo social
como disciplina científica.
63
La atención de necesidades y problemas, es una función específica que lleva a
cabo el trabajador social y desde ésta, avanza en el análisis objetivo de la
realidad, a fin de estar en condiciones de realizar ese conocimiento mediante
soluciones concretas para superar necesidades y problemas, en el marco de las
posibilidades del desarrollo social. Podríamos agregar que este marco se
constituye a la vez en un desafío y un compromiso para los trabajadores
sociales, que los llevará a apoyar y alentar la participación social tanto en la
denuncia de las insuficiencias y carencias, como para la elaboración de
propuestas que reflejen los intereses populares.
64
resolver sus necesidades, fue la adquisición de conocimientos que hicieron
posible una renovada participación sobre los procesos del universo;
satisfaciendo necesidades y generando nuevas que contribuyeron a enriquecer
su existencia.
65
marco teórico que le permite determinar con mayor objetividad, las
peculiaridades y características del objeto de trabajo. Pero este saber acerca
del objeto además de permitirle decidir cómo actuar, le sirve para relacionarse
con los sujetos de la situación y comenzar a entender qué le pasa y a
comprender sus necesidades y problemas, así como identificar los procesos en
que están involucrados los sujetos y el trabajador social mismo.
66
premisa, por un lado la coincidencia, la unidad de la idea y del objeto y, por
otro, la contradicción entre ambos. La idea no coincide plenamente con el
objeto no sólo porque no lo refleja por completo, sino porque contiene como
meta la imagen ideal del nuevo objeto, que como tal no existe aún en la vida
real (el objeto anterior lleva implícita únicamente su posibilidad efectiva).
Pues bien, esta contradicción entre la idea y el objeto, que existe en el marco
de una determinada unidad entre ellos, sirve de premisa teórica para la
transformación práctica del objeto; diríase que establece diferencias entre el
objeto que existe y el que debe ser y orienta hacia la realización del que debe
ser”. Agrega luego: “La idea hace conocer al sujeto la imperfección del objeto
y de este modo argumenta teóricamente la necesidad de su cambio”.9
67
La transformación del objeto de trabajo social queda determinada por la
relación entre lo objetivo y lo subjetivo, ya que inicialmente la realidad se
subjetiviza a través de la idea que se elabora. Mediante la práctica humana la
idea se realiza en la realidad a través del proceso de su transformación; o sea
que lo subjetivo se cambia a una realidad objetiva, representada en la
realización de la idea. Este proceso permite a su vez, vincular definitivamente
el sujeto al objeto a través de su conocimiento que ejerce en la realidad
transformándola. De esta manera, los sujetos se independizan de la realidad al
comprenderla y pueden actuar con mayor objetividad.
68
la solución del problema, abriendo nuevas alternativas para avanzar en el
proceso de transformación del objeto.
69
poseen su especificidad pero al mismo tiempo una forma necesaria de
condicionarse. De esta manera, la apropiación del objeto por los sujetos a
través del pensamiento, requiere de las teorías que dan cuenta de él, tanto las
más generales como las relativas al conocimiento más específico al objeto de
trabajo. Así como las teorías más generales lo reflejarán en sus contenidos y
condicionamientos más universales, también se planteará la necesidad de
contar con el dominio de teorías que permitan dar cuenta de particularidades
del objeto de trabajo, expresando contenidos esenciales del objeto a un nivel
de mayor especificidad.
70
situaciones humanas específicas, que favorezca su transformación mediante la
actividad objetiva de los sujetos en ella. Es decir, que el método permite
articular la participación de los sujetos en el desarrollo del conocimiento con
la transformación de necesidades y problemas, relativos a la situación humana.
El objetivo de transformar el objeto de trabajo, abarca tanto las posibilidades
de realizar las soluciones concretas que la situación humana reclama, como la
actuación objetiva de las personas en la realidad específica.
El método de trabajo social se establece desde una praxis social que tiene su
origen en una relación específica entre sujetos para apropiarse del
conocimiento teórico y empírico disponible, para avanzar hacia un
conocimiento objetivo que implica la transformación de la realidad específica.
El método tendrá entonces que permitir el desarrollo de un proceso de
conocimiento para que las personas se apropien de la realidad, analizando el
proceso histórico y estructura lógica de la situación humana como objeto de
trabajo. El esfuerzo indagatorio implica una relación del profesional con los
sujetos, a fin de iniciar un esfuerzo mutuo para la atención y conocimiento de
las necesidades y problemas.
71
Según lo expresan las autoras de “Un enfoque operativo de la metodología del
trabajo social”:10 “Las etapas o momentos de la estructura metodológica no
mantienen una secuencia rígida sino que se dan entremezcladas y
paralelamente. El conocimiento se logra a través de la acción, ésta se funda en
el conocimiento, la evaluación se da en forma permanente y todas las etapas
son teórico-prácticas”. Los conceptos de “entremezclada” y “paralelamente”,
no parecen obedecer a una concepción dinámica sino más bien a una ausencia
de estructuración lógica de la metodología, que a su vez las lleva a afirmar que
“todas las etapas son teórico-prácticas”, cuando esta relación no es relativa a
una etapa sino a una concepción teórica que orienta el trabajo científico.
A su vez, los análisis más lúcidos de aquellos teóricos de trabajo social que
defienden la vocación operacional de la profesión y la definen como una
técnica social, sostienen que el método de trabajo es tanto un medio para
conocer como para transformar y que, los problemas que aborda son a la vez
10
Alwin de Barros, Jiménez de Barros y Quezada de Greppi. Ed. Humanitas. 1982
72
cognoscitivos y prácticos. Sin embargo, cuando se refieren al método como un
proceso (y podemos suponer que también de conocimiento), si bien plantean
que su vitalidad está en la dinámica con que se relacionan sus contenidos,
agregan que dada la variedad de factores que influyen en el objeto estos no se
pueden detectar y concluyen entre otros conceptos: en que nunca se podrá
obtener una imagen completa del proceso, por lo que no es posible
reproducirlo en su totalidad ni determinar cómo sus contenidos se
interrelacionan.
73
apropiarnos de ella mediante el análisis y la síntesis; ya que este proceso de
abstracción lo que obtiene de la realidad es su imagen racional.
74
ni deformada, sino que será racional en la medida en que podremos reproducir
la totalidad al descubrir cómo se relacionan sus elementos constitutivos. Pero
además, la actividad práctica del reflexionar sobre la realidad y la validación
de las nuevas construcciones del pensamiento sobre ella a través de la
actividad humana consciente, hace que las personas transformen la situación
humana en la que se debaten y se transformen a sí mismos.
Es decir, más que una estructura de etapas o fases, a nuestro juicio el método
general del trabajo social en su evolución actual hacia una disciplina
científica, tiene que expresarse en un ordenamiento lógico de procesos
cognoscitivos, desarrollado en base a la comunicación racional entre
trabajador social y sujetos individuales o colectivos. Este ordenamiento y esta
relación profesional hacen posible utilizar todo el conocimiento teórico y
metodológico disponible, tanto en la profesión como en las ciencias sociales,
para el conocimiento del objeto de trabajo. En el presente capítulo se aborda la
metodología propuesta, dejando para el próximo el análisis de la importancia
metodológica de la comunicación racional para el trabajo social.
75
para determinar técnicamente qué les pasa y qué hacer con los sujetos
individuales o colectivos que se debaten en una determinada situación
humana. Sino que desde una relación de comunicación racional, comenzar a
conocer juntos para avanzar en una formulación diagnóstica de la situación
específica haciendo posible su apropiación en la conciencia a través del
pensamiento. Es decir, desarrollando un proceso de abstracción apoyado en el
análisis crítico— para luego elaborar una síntesis cognoscitiva de esa realidad,
a fin de establecer la necesaria distancia respecto de ésta, para su objetivación
y transformación.
76
diferenciación e independización de las personas involucradas en la situación
humana específica. Es decir, en la posibilidad de retomar un andar objetivo en
la realidad, sin que la subjetividad de sus elaboraciones se constituyan en una
limitante para sus búsquedas y acciones conscientes.
77
Ahora bien, la peculiaridad de todo objeto social de contener a las personas y
la especificidad para el trabajo social de representar una síntesis de contenidos
diversos, plantea que el vínculo de comunicación racional se establezca desde
el momento de su atención en donde encuentra mejor desplegados los
contenidos contradictorios y esenciales de la situación humana. Desde esta
atención inicial (caótica y subjetiva) comienza, de acuerdo a lo ya expuesto, el
proceso de conocimiento mediante el análisis de la formación y desarrollo del
objeto, a fin de reproducirlo en la conciencia de los sujetos (profesional y
personas) por el pensamiento.
78
vínculo de comunicación racional entre el sujeto profesional y los sujetos
individuales o colectivos, estimula una relación humana que propicia el
desdoblamiento del objeto en sus dos contenidos esenciales: las personas en
debate y los contenidos de la realidad específica. Este proceso que
denominamos de desdoblamiento del objeto, se lleva a cabo en la medida que
se establece la relación profesional con las personas, iniciándose así el proceso
de conocimiento mediante la reflexión crítica acerca de la situación humana
concreta.
79
trabajo que abran el camino a las que denominaremos hipótesis específicas, a
fin de acceder a la apropiación de conocimientos nuevos.
Este nivel de penetración del objeto por los sujetos de la situación humana,
revela también que se desarrolla un tercer que denominamos proceso de
diferenciación e independización de las personas respecto de la situación en
que se debaten. Este proceso es el que permite la reincorporación de las
personas a la realidad, al recobrar la objetividad de su actividad humana. No
se trata entonces únicamente, de una independencia respecto del trabajador
social como se ha planteado tradicionalmente, sino respecto de la propia
realidad específica. Este proceso se inicia en el esfuerzo de reflexión crítica y
se consolida en la elaboración sintética de la situación humana, que permite
reproducirla de manera integral en la conciencia de las personas; es decir, la
identificación de la racionalidad de los procesos constitutivos de la situación
humana. La comprensión de la realidad permite a las personas retomar
paulatinamente su actividad objetiva, lo cual supone no sólo la transformación
de aquella sino también la del vínculo establecido por las personas respecto de
su situación inicial y que motivó la intervención del trabajador social. Este
desarrollo de la capacidad de objetivar la realidad es lo cual a nuestro juicio,
representa el objetivo esencial de la profesión de trabajo social. En este
sentido, el nuevo conocimiento significa la reelaboración de ideas y la
reconstrucción del vínculo establecido entre los sujetos humanos y su
situación específica. Es decir, comprensión y revaloración de la situación
humana por los sujetos, así como reconstrucción del objeto de trabajo a partir
del descubrimiento de sus procesos esenciales. La relación de sujetos se
redefine respecto del objeto de trabajo que a partir del conocimiento adquirido
80
es posible delimitarlo con mayor precisión, buscando la transformación de la
realidad.
En este marco, el diagnóstico posee un valor esencial tanto para la relación del
profesional con los sujetos al ser elaborado a través del vínculo con estos
como por su aporte específico para establecer una forma adecuada de atención
y comprensión del objeto. En realidad representa un momento decisivo para el
conocimiento del objeto y cuya certidumbre no puede depender
exclusivamente de la experiencia del trabajador social. Su elaboración se lleva
a cabo al desarrollarse el proceso específico de atención-conocimiento-
transformación, como instancia de conocimiento y punto de partida para
resolver el vínculo de comunicación racional y desarrollar un proceso de
conocimiento aun más amplio, en el cual identificar los núcleos problemáticos
principales, a medida que se avanza en el esfuerzo de reflexión crítica acerca
de la situación humana y se abre la posibilidad de construir su síntesis
comprensiva del objeto.
81
CAPÍTULO III:
RELACION TEORÍA-MÉTODO EN EL TRABAJO
SOCIAL.
82
sociales: como personalidad activa y creadora. Esta peculiaridad de contener
al sujeto, se presenta como unidad contradictoria de sujeto-realidad e implica,
la participación activa de las personas para el conocimiento y transformación
de la realidad.
11
“Introducción a la Lógica Dialéctica”. Eli de Gortari. Ed. Grijalbo. México.
83
Específicamente, en el trabajo social se busca apoyar el éxito de la gestión
profesional desde un esfuerzo de reflexión con las personas, para el desarrollo
de un pensamiento en común y de esta manera ir conociendo las condiciones,
alternativas y posibilidades de acción. Es decir, se busca desarrollar una
reflexión crítica que permita disponer del conocimiento elaborado en la
relación de comunicación racional y descubrir las formas de aplicar ese
conocimiento para cambiar la situación. El accionar consciente representa
también la contrastación en la realidad del conocimiento elaborado, o sea la
obtención de un conocimiento más profundo que contribuye a su vez a la
ampliación y profundización del existente.
84
Pues bien, a los conceptos que desempeñan la función que venimos relatando
se les denomina categorías”.12
85
práctica se sobrevalora en relación a la teoría y en última instancia, se pone al
descubierto nuevamente la separación entre la teoría y la acción. Esta
interpretación del trabajo social no es casual, sino que se vincula directamente
al problema fundamental de la filosofía, las relaciones entre el pensar y el ser
determinantes para el proceso de conocimiento. Estas concepciones teóricas
no parten de la necesaria unidad sino de la separación, entre ambos opuestos y
consideran como punto de partida del conocimiento humano a la conciencia y
no al ser.
86
conocerlos para poder transformar esa situación. Quedarse únicamente en la
preocupación por la aplicación de técnicas, representa apropiarse sólo de una
parte del conocimiento científico.
87
tiene primordial significación para el éxito de la actividad práctica. El valor
práctico de las categorías radica en que el hombre, gracias a ellas, domina los
procesos más sutiles, imprescindibles para poder dirigir las fuerzas de la
naturaleza y la sociedad”.14
Las categorías son útiles en tanto permiten orientar la labor práctica, pero en la
medida que favorecen la comprensión de la realidad a partir del análisis de la
situación concreta y nunca, como sustituto de este análisis.
88
pertenece y la sociedad en su conjunto. Será necesario definir en relación al
objeto, cuáles son las categorías explicativas de los procesos sociales
generales de la sociedad y aquellas que permitan dar cuenta más directamente
de la integralidad de nuestro objeto. Expresa de Gortari: “Y, aún dentro de los
límites de una disciplina determinada, sus categorías propias presentan
variaciones definidas en cada una de sus ramas componentes. Así cada una de
las divisiones de la ciencia posee sus categorías peculiares dentro de su
dominio, y ellas la definen conjuntamente por completo. Pero, al mismo
tiempo, las categorías generales se determinan en el desarrollo de las
investigaciones específicas de toda ciencia y de cada una de sus ramas y, por
lo tanto, su determinación está condicionada por las caracterizaciones
particulares que adopta en los distintos dominios científicos”.15
15
De Gortari, E. Op. Cit.
89
A continuación consideraremos una categoría específica del trabajo social,
producto de la labor teórico-práctica realizada en el transcurso del desarrollo
histórico de nuestra profesión y en su proceso actual de consolidación como
disciplina científica. Esta categoría es la que se ha utilizado en el análisis
anterior con la denominación de comunicación racional y que se ha construido
desde fines de los años sesenta, en un esfuerzo de investigación
interdisciplinaria y de posterior elaboración teórica.
90
del mencionado concepto y de la investigación misma, en el libro del mismo
autor: “Perspectivas en la conducción de grupos” (Ed. Guillaumet, 1969). Más
recientemente (1996) el Equipo de Investigación en Epistemología y
Metodología del Trabajo Social (E.I.E.M.) que actualmente dirige el Prof. Di
Carlo en la Universidad Nacional de Mar del Plata, publicó el libro “Trabajo
social profesional: el método de la comunicación racional”; en el cual además
de realizarse un profundo análisis de las bases teóricas del concepto y del
proceso de su desarrollo en el trabajo social, se presentan elaboraciones que lo
enriquecen y permiten observar su evolución teórico-metodológica.
91
Por lo expresado, se consideró oportuno incluir en este capítulo —con algunos
ajustes de redacción y conceptuales— nuestro trabajo incluido en la sección
“Aportes” de la antes mencionada publicación del E.I.E.M., bajo el título:
“Construcción del objeto y comunicación racional”.
92
producir y transformar la realidad, a su vez la responsabilidad social de los
profesionales de trabajo social exigió otra capacitación, pero más
esencialmente de un vínculo de comunicación humana para la comprensión de
las situaciones objeto de trabajo social. Fue necesario conocer más acerca de
las personas y de la sociedad y también se abrió paso una forma de
responsabilidad profesional ante los problemas sociales, orientada a la
denuncia de las situaciones humanas; identificándose a las personas con
problemas en un plano de atención respetuosa de su calidad humana, como
seres responsables y con capacidad de participación en los problemas a
resolver.
Sin embargo, los orígenes caritativos y filantrópicos así como el desarrollo del
trabajo social en tanto estudio institucionalizado pero vinculado estrechamente
a la medicina y en buena medida al derecho, retrasó —a nuestro juicio— el
desarrollo del vínculo entre el sujeto profesional y las personas, a las que
designamos como nuestros asistidos o clientes. Es decir, que los avances en el
conocimiento más objetivo de la realidad social favorecieron la relación
sujeto-objeto sobre bases también más objetivas, a partir de una apropiación
de conocimientos por el profesional desde los cuales se estableció el vínculo
con los asistidos o clientes. No obstante, este vínculo desde el conocimiento
del trabajador social, se comenzó a considerar insuficiente en la misma
medida en que fue creciendo la conciencia de la magnitud de los problemas a
atender, particularmente con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, el
desarrollo a gran escala de programas de reconstrucción y la generalización de
políticas desarrollistas de bienestar, plantearon la necesidad de una amplia
participación de las personas.
93
Esta toma de conciencia de las necesidades humanas sobre un nuevo marco
interpretativo, se realizó en un mundo de mayor participación por la incidencia
de ideologías de cambio social, por los procesos de descolonización, por un
fuerte desarrollo de las fuerzas productivas a nivel mundial y nuevas formas
de comunicación humana. El mundo se amplió con el surgimiento de nuevas y
mejor estructuradas sociedades y la ampliación de las nuevas formas de
comunicación; a su vez mejoraron las condiciones de vida en un marco de
mayor exigencia social para alcanzar diferentes soluciones a los problemas de
la sociedad, sobre la base de su conocimiento ampliado y de formas más
participativas de organización social.
94
No sólo quedó asimilada al trabajo social una modalidad médica16 que
requiere del paciente alguna información para elaborar el diagnóstico y
plantear el tratamiento a seguir, sino que cuando la profesión se abrió más al
conocimiento de las ciencias sociales se relacionó con el objeto de trabajo
desde el mismo encuadre que lo hacen los científicos sociales. Es decir,
abordando el conocimiento del objeto de estudio a distancia, como un objeto
fijo y distante, apoyado en la autoridad del conocimiento adquirido —aun por
aquellos estudiosos que lo abordan desde una concepción teórica dinámica—
en cierto sentido, como si fuera posible conocer a las personas y realidades
integrantes del objeto, sin entrar en una forma de comunicación que permita
reflexionar juntos sobre la realidad que deseamos conocer y transformar.
En realidad se trata de un objeto vivo con una historia cuyos actos poseen
significación por constituir la realización del pensamiento humano, que
contiene una intencionalidad y un propósito, lo cual necesitamos aprehender
en la conciencia, si aceptamos que la esencia del trabajo social consiste en la
apropiación de un conocimiento objetivo de la realidad a fin de avanzar hacia
el cambio positivo de las condiciones de existencia.
95
innegables, parecen aun insuficientes. El conocimiento de los sujetos que
forman parte del objeto de trabajo social, se continúa realizando desde una
forma de comunicación que privilegia un tipo de vínculo utilitario y de
autoridad que determina una labor profesional que deja fuera a las personas,
en cuanto en última instancia todo sigue dependiendo del saber elaborado
profesionalmente en el cual el otro cuenta por la información de que dispone
(informante calificado en el mejor de los casos) y porque debe ser convencido
de que su actuación tiene que ser modificada para su mejor integración o
adaptación a la vida social. En consecuencia, las personas no cuentan por su
pensamiento sino por una necesidad social de adecuación a la realidad ante un
objeto de trabajo que preocupa socialmente, lo cual autorizaría a actuar al
profesional.
96
no es la misma relación que se establece entre el sujeto y el objeto en las
ciencias naturales que en las ciencias sociales, ya que la naturaleza y carácter
del objeto es diferente. A su vez, la relación sujeto-objeto no se resuelve de la
misma manera en las diferentes ciencias sociales; particularmente en trabajo
social, la naturaleza y características específicas del objeto de estudio obligan
a una forma de relación peculiar entre el sujeto profesional y el objeto de
atención, en la cual deben tomarse en cuenta los siguientes aspectos:
97
Por su valor teórico y metodológico la consideramos una categoría específica
del trabajo social, ya que concentra toda la experiencia histórica del vínculo
profesional elaborado objetivamente en el esfuerzo de innumerables teóricos
de nuestra profesión, mostrando el desarrollo de este concepto en tanto
búsqueda de una relación profesional con las personas para conocer
objetivamente la realidad y aspirar a su transformación. Cuando afirmamos su
valor metodológico, lo basamos en que es en base a esta forma de
comunicación que los trabajadores sociales pueden generar un proceso de
conocimiento que trascienda la comunicación humana cotidiana, para
incorporarle la de producir un conocimiento que se apropie y descubra la
racionalidad interna y peculiar de lo que constituye el objeto de trabajo social.
98
de comunicación en cuyo marco se pueda resolver un proceso de
conocimiento de los actos humanos realizados. En definitiva, la relación
dialéctica entre la percepción exterior del acto humano y la penetración a su
interioridad esencial, se resuelve en un vínculo de comunicación racional que
hace posible la reflexión en común, para conocer el pensamiento existente en
el acto humano permitiendo su apropiación como verdad objetiva.
99
realización de los actos humanos. Mediante ese vínculo de comunicación que
permite la apropiación de la racionalidad del pensamiento elaborado, se
pueden identificar las ideas que orientaron las acciones realizadas y la propia
racionalidad con que se constituyeron los acontecimientos humanos, al interior
del objeto de trabajo.
100
Los contenidos esenciales a recuperar a partir de los actos que constituyen la
situación específica, están representados en los conceptos y juicios propios del
pensamiento que los sujetos ejercieron para realizar esos actos y a partir de lo
cual cobran sentido; se vuelven comprensibles y en esta medida
transformables. Si este constituye el contenido fundamental a recuperar,
podemos aceptar que necesitará de un marco adecuado para la reflexión
crítica. O sea, una relación entre el profesional de trabajo social y los sujetos
de la situación, caracterizada por una comunicación racional de los relatos y
procesos de análisis y síntesis que permitirán realizar la apropiación de la
situación humana concreta como conocimiento objetivo. Sin esta forma de
comunicación no parece posible realizar el proceso de conocimiento de la
realidad, ya que no se trata de conocer hechos sino su racionalidad específica.
Representa apropiación del pensamiento de los sujetos humanos y más
esencialmente, reproducción de la realidad en la conciencia de los sujetos en
situación de comunicación racional.
101
peculiar en cuanto a una disminución o pérdida de objetividad en sus
conceptualizaciones respecto de los actos que realiza, por lo que puede
necesitar de la atención profesional de un trabajador social a fin de recuperar,
mediante un proceso reflexivo para la atención de sus necesidades, los niveles
de objetividad en las acciones que realiza.
102
significativos, se abre al conocimiento de estos actos desde la búsqueda de la
apropiación del pensamiento de los sujetos humanos a través de la
comunicación racional. No hay comunicación racional sin desarrollo de
conocimiento, por lo que esta forma de vínculo además de apoyarse en un
“nosotros” característico de la época contemporánea, implica que el acento de
la acción profesional está puesto en el conocimiento del pensamiento de las
personas que atiende. Pero este conocimiento no es sólo para él como
profesional, sino que al reproducirlo en la conciencia junto con los sujetos,
ambos se apropian tanto del pensamiento ejercido como del acto realizado en
una toma de conciencia que abre el camino a la transformación. Esta se va
realizando en el proceso de reelaboración de aquél pensamiento, en el
descubrimiento de la racionalidad de su ejecución, recobrando un andar
objetivo sobre la realidad y generando así nuevos actos que permitan
resolverla.
103
desarrollada en un mundo donde cada vez con mayor firmeza comienza a
predominar un mayor respeto por lo que las personas sienten y piensan.
La tesis que nos guía es que el trabajo social significa apropiación del
pensamiento de los sujetos, a fin de identificar la racionalidad peculiar
existente en los actos humanos constitutivos de la situación específica sin lo
cual no es posible su transformación. De ahí la importancia de esta categoría
que orienta teórica y metodológicamente la relación profesional que realizada
desde un vínculo de comunicación racional, abre la posibilidad de reflexionar
en común y críticamente con las personas.
104
En la medida en que los actos humanos son comprendidos en la relación
profesional-sujetos, se genera una nueva conciencia de las acciones realizadas.
En este sentido, la identificación del pensamiento que orientó a los sujetos
humanos en la búsqueda de soluciones, se puede lograr en tanto pensamiento
realizado. Separar el acto (pensamiento realizado) del pensamiento que lo
orientó, vuelve al acto un hecho en sí mismo incomprensible para el
profesional de trabajo social, pero también para las personas que lo
considerarán como ajenos a su realidad. Las situaciones específicas de trabajo
social pueden contener acontecimientos similares por su apariencia exterior
por lo cual conociendo la racionalidad interna de sus procesos y relaciones
internas, se los podrá identificar y diferenciar a fin de abordar las formas
específicas de solución. Las personas en tanto constructoras de los
acontecimientos humanos, son a su vez en buena medida, las responsables de
la intencionalidad y propósito de su realización. Desde esta capacidad de
construcción consciente reconocida en las personas participantes, la
comprensión de su pensamiento representa un contenido que identificado
permite comprender sus realizaciones. Cuando en la relación profesional de
trabajo social, se establece un vínculo de subordinación respecto del
profesional, los actos humanos aparecen como despojados de pensamiento y
ajenos a quienes los realizó. Más cercanos a objetos arqueológicos pero sin
arqueología, ya que esta ciencia sabe que en cada objeto existe un propósito
que refleja el pensamiento de quien lo ejecutó. El trabajo social debe ver en su
objeto profesional una realización con propósito, es decir acciones humanas y
pensamientos que necesitan ser recuperados mediante un proceso de
abstracción.
105
Los sujetos humanos ponen en juego conceptos y conductas éticas en el
desarrollo de sus acciones, que se deben aprehender para estar en condiciones
de transformarlas y contribuir a mejorar a su vez las condiciones de la
existencia en sociedad. Cuando el trabajador social aprehende el acto como
exterioridad, es decir sin penetrar en el pensamiento de los sujetos que lo
realizaron, su labor se inclina más a un arte para manejar la situación en que
los sujetos están involucrados. En realidad lo que se requiere es un esfuerzo
científico, para la apropiación de ese pensamiento singular y comprender la
realidad. Esto es lo que permite su identificación sin confundirla con otras
similares, descubriendo lo diferente y creando las condiciones para conocer su
peculiaridad.
106
determinados sujetos, y desde esta objetivación reconstruyen juntos los nexos
causales, relaciones y procesos; es decir la racionalidad contenida en la
situación humana concreta.
107
comunicación racional. Esta relación para el conocimiento en común, permite
al profesional acceder a los contenidos de la situación humana percibiéndose
su trabajo a través del compromiso que desarrolla con las personas para
conocer cómo piensan y qué valores los orientan. A su vez, los sujetos
humanos protagonistas y constructores de esas situaciones, desarrollan un
vínculo de confianza con el trabajador social al identificarlo como alguien que
pone en juego su experiencia y conocimientos, en el esfuerzo en común por
aprehender la realidad con mayor objetividad y abrir el camino para mejores
soluciones.
108
abrir paso a la posibilidad de recobrar la objetividad para mejor resolver la
realidad. En este marco cobra sentido también, la atención de las necesidades
inmediatas y el reencuentro con un pensar y un sentir que favorece el andar
objetivo de las personas. Es este andar objetivo –o sea la realización del
proceso de diferenciación e independencia de los seres humanos, respecto de
sus situaciones específicas— el sentido esencial que a nuestro juicio posee el
concepto de transformación, en cuanto refleja más claramente la finalidad
principal del trabajo profesional, al buscar que las personas desarrollen una
mayor capacidad para resolver sus problemas. Así, la transformación se refiere
básicamente al tránsito del estado de pérdida de objetividad para resolver la
realidad, al estado por el cual se realiza la recuperación de ésta durante el
mencionado proceso de diferenciación e independencia, a través de la
abstracción.
109
Cuando se afirma que conocer es ya realizar la transformación de la realidad,
está señalándose que se accede a los niveles necesarios de objetividad del
pensamiento ejercido. Pero tendrá que tomarse en cuenta también, que las
personas no sólo se apropian de una recreación de ese pensamiento, sino de la
capacidad de objetivación de la realidad lo cual abre la alternativa de
soluciones más productivas para su vida. Este concepto de transformación de
la situación, no significa que necesariamente el profesional tenga que asumir
la responsabilidad de cambiar las condiciones de la realidad, ya que éstas son
determinadas por el desarrollo social alcanzado y a su vez, porque depende de
la decisión de los sujetos humanos en cuanto desarrollo de su conciencia
posible de cambio de la situación. Es esta conciencia posible, es decir la
medida del cambio que los sujetos individuales o colectivos están dispuestos a
realizar, la que va a determinar la propia labor profesional; siendo en relación
a ella que se podrá avanzar y en cuyo marco, se elaborarán las soluciones para
el cambio progresivo de la situación humana. “Por lo tanto, es dentro del
marco de la conciencia posible de los grupos particulares y del máximo de
adecuación a la realidad de que su conciencia es capaz, donde es preciso
plantear el problema de su conciencia real y de las razones por las cuales ésta
queda retrasada respecto de la primera”.17
17
Para la ampliación de este concepto ver: “Marxismo y Ciencias Humanas”, Lucien
Goldman. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, 1975.
110
apropiación del pensamiento y la acción que los sujetos humanos van
realizando para mejorar sus condiciones de vida.
111
realidad es imponiéndose esos límites que se restringen las alternativas para
lograr una relación de comunicación racional con los sujetos.
En primer lugar, no se trata de buscar un vínculo afectivo con los sujetos, sino
de establecer una comunicación humana racional para comprender juntos la
realidad. La distancia necesaria con el objeto para el conocimiento objetivo,
no se establece respecto de los afectos sino que tiene que ver con el desarrollo
del proceso de abstracción de la realidad, a través del cual se realiza el análisis
y la síntesis. En segundo lugar, para que esto se realice en la relación con el
profesional, la actitud de éste debe caracterizarse por una capacidad de
escuchar al otro y de estar interesado realmente en su situación. Esto plantea la
necesidad de un vínculo cercano, donde los afectos se van a expresar en el
marco de ese interés profesional y en un trato humano con los sujetos. El
vínculo se plantea en términos de conocimiento y no para generar un proceso
afectivo. El afecto hacia el profesional se desarrolla en la medida que los
sujetos ven en él, un ser interesado por comprender y atender sus problemas y
necesidades. La confianza en el trabajador social no se establece por el interés
de éste en elaborar una relación afectiva con las personas para que le cuenten
qué les sucede, o desde una actitud distante donde lo afectivo no cuenta y debe
reprimirse. El verdadero vínculo profesional se gana en el esfuerzo realizado
en común con las personas, para descubrir desde la subjetividad manifestada
por los sujetos y propia de la situación humana a transformar los contenidos
objetivos, planteando problemas y estableciendo hipótesis que favorezcan la
apropiación de ese conocimiento. En realidad lo que une al sujeto con el
objeto, es la búsqueda de la objetividad del conocimiento.
112
El ejercicio del trabajo social representa la recuperación por los sujetos de su
capacidad de objetivar la realidad, lo cual tiene que ver con la atención de
necesidades inmediatas y la recuperación crítica del pensamiento ejercido en
la situación humana. Esto se realiza a través de un vínculo de comunicación
racional entre los sujetos, a fin de que éstos se apropien del conocimiento y se
creen las condiciones de objetividad para realizar las soluciones que
transformen definitivamente la situación.
113
Por un lado, no se requiere reproducir el desarrollo histórico del objeto en
todos sus detalles para comprenderlo, pero para esto se debe realizar un
proceso de abstracción lógica que permita la apropiación de sus contenidos
esenciales, a través de lo cual identificar la sucesión de cambios realizados.
Por otra parte, para descubrir los contenidos esenciales del objeto se requiere
reproducir el proceso histórico de su desarrollo. Esta unidad contradictoria de
lo histórico y lo lógico permite el avance hacia los contenidos esenciales, pero
a su vez para superar dicha contradicción es necesario iniciar un proceso de
abstracción partiendo de la forma en que se presenta el objeto, su situación
actual, siendo en ella que aparecen expuestos de manera más detallados los
contenidos más significativos y reflejan a cierto nivel, el proceso de desarrollo
seguido por el objeto. La reproducción lógica en el pensamiento no es
suficiente, sino que se requiere conocer la historia del objeto como fenómeno.
No basta con realizar un proceso lógico de conocimiento acerca del desarrollo
seguido por el objeto, pues es necesario explicar también el proceso histórico
de manera integral; no sólo en sus contenidos esenciales sino aun en sus
detalles significativos, a fin de hacer posible que la historia del objeto
aparezca ante nuestra conciencia en toda su plenitud. A través del análisis de
la realidad como se nos plantea, se puede elaborar una teoría del objeto que
ayude a su comprensión definitiva, pero para lograrlo es preciso reproducir su
historia de manera comprensible en la conciencia. Comprenderlo no significa
regresar a los conceptos iniciales de los cuales se partió en el proceso lógico,
sino que apoyados en su unidad con el proceso histórico es posible
reelaborarlos y crear conceptos nuevos como productos del estudio, a través
de los procesos lógicos del análisis y la síntesis a que sometemos al objeto. La
teoría a la que se llega es más desarrollada de la que se parte, como
114
consecuencia de la penetración del conocimiento en la esencia del objeto y en
su historia reconstruida.
En realidad sucede que el análisis del objeto puede efectuarse tanto desde su
estado actual avanzando desde sus evidencias más desarrolladas hacia los
contenidos esenciales que permiten recrear su proceso histórico, o bien si su
forma presente no está suficientemente desarrollada analizar el proceso
histórico identificando su origen, etapas evolutivas y realidad actual. En el
primer caso el énfasis se pondrá en el procedimiento lógico, apropiándonos de
la realidad desde las abstracciones que el pensamiento va elaborando en
nuestra conciencia; en el segundo caso, se analiza el desarrollo histórico
concreto y se lo expone bajo forma histórica de conocimiento. En cualquiera
de las dos posibilidades se mantiene la unidad y una relativa independencia de
los procedimientos lógico e histórico, pues mientras el primero pierde fuerza
cognoscitiva si se aleja de los hechos reales, el segundo podría quedar
reducido a la identificación de un conjunto de acontecimientos si no estuviera
determinado por el objetivo de llevar a cabo su comprensión sujeta a procesos
formales que garanticen su objetividad.
115
En la profesión de trabajo social, la relación unitaria de los procedimientos
lógicos e históricos se realiza a través de la comunicación racional entre el
profesional y las personas, para asumir el proceso de conocimiento que abra la
alternativa de elaborar conceptos nuevos acerca de la realidad y avanzar hacia
su transformación; adquiriendo el conocimiento de aquellos procesos que
permiten articular todo el desarrollo de la situación humana concreta y
específica de trabajo social. El conocimiento de esa situación que se inicia con
la atención a las personas, no se ubica en una conceptualización superficial,
sino en la profundidad de sus procesos contradictorios, nexos causales y
vínculos humanos. La dificultad para conocer la realidad que le plantea al
trabajador social, requiere desarrollar un vínculo de comunicación humana
racional entre el sujeto profesional y los sujetos de la situación concreta, para
desarrollar juntos los procesos lógicos de conocimiento y acceder a los
contenidos más esenciales de la realidad. El objeto de trabajo social es una
situación específica, que debe ser comprendida en su peculiaridad por el
profesional y las personas involucrados para descubrir su ordenamiento propio
y diferente de otras realidades.
116
o colectivos, lo es respecto del proceso de abstracción a desarrollar también
por estos sujetos para que se apropien del conocimiento objetivo de la
situación. La nueva realidad a que se comienza a acceder, no lo es sólo en la
adquisición de capacidades en las personas para una percepción más objetiva
de la realidad en que se debaten. Estas capacidades contribuyen a su vez, a
modificar el grado de indiferenciación que caracteriza su debate con la
realidad, generada en una pérdida de objetividad, lo cual las vuelve
dependientes de los acontecimientos. Es decir que la objetividad se comienza
a recobrar a partir de la relación entre el sujeto profesional y los sujetos de la
situación específica de trabajo social, en la búsqueda en común y desde sus
diferentes niveles de objetividad del conocimiento.
117
objetivamente abre también la alternativa de su transformación, lo contrario
representa aceptar la existencia humana como inmutable y la labor profesional
limitada a apoyar procesos de adaptación social.
118
elaboradas no pueden reflejar al objeto de trabajo social en su totalidad por la
vastedad de contenidos que lo constituyen, su significación nace de hacer
posible su comprensión; pero además permiten determinar cuales son sus
carencias e insuficiencias y la elaboración de comprensiones que se pueden
incorporar al objeto. Esto es posible si se considera al objeto en su
movimiento interno, en lo específico de su situación concreta y en la
interrelación con otras realidades. A partir de su comprensión se pueden
identificar las alternativas de transformación que contiene y de las cuales, los
sujetos se pueden apropiar a medida que avanza el proceso de conocimiento.
119
religiosos, etc.) por lo que sin identificar esta especificidad del objeto —sus
peculiaridades— no se habrá descubierto un conocimiento nuevo del objeto,
determinado por las peculiaridades de su realidad y los sujetos que la
construyeron.
La especificidad del objeto de trabajo social implica que debe ser reproducido
en la conciencia de los sujetos por el pensamiento, lo cual se lleva a cabo al
desarrollarse lo que se había planteado como el proceso específico de
atención-conocimiento-transformación, realizado en el marco de la
comunicación racional. El trabajo social reconoce la necesidad de atender las
situaciones humanas, no sólo por lo que éstas tienen de carencias
significativas para las personas, sino porque atendiéndolas puede iniciar con
ellas su conocimiento. Es decir, que la categoría de comunicación racional
proporciona también el instrumento metodológico esencial para realizar el
proceso específico de conocimiento en la profesión (atención-conocimiento-
120
transformación) a fin de identificar la peculiaridad de la síntesis del objeto de
trabajo.
121
Especificidad esta última, que remite a su capacidad adquirida para atender
situaciones humanas concretas como función y responsabilidad socialmente
asumidas. Se podría agregar, que es desde esta función y responsabilidad que
también se le otorga al profesional la atribución de intervenir en esas
situaciones humanas.
122
generales y particulares del campo de trabajo social, no es una peculiaridad
del trabajo social, sino una exigencia relativa a las necesidades de
conocimiento de toda disciplina científica para desarrollar su labor objetiva
para la reproducción de su objeto. Los métodos específicos, son elaborados
por las respectivas ciencias en el proceso histórico de su evolución, y en este
proceso se va definiendo más precisamente como disciplina científica.
123
CAPÍTULO IV:
RELACIÓN TEORÍA-MÉTODO EN EL TRABAJO
SOCIAL.
TOTALIDAD CONCRETA.
CONCEPTO Y SIGNIFICADO PARA EL TRABAJO SOCIAL.
124
subjetivos a partir de lo cual vamos descubriendo su pensamiento y la forma
que este adoptó en la situación humana de trabajo social que constituye una
totalidad concreta. La representación final que alcancemos partiendo del
proceso de análisis a que la sometemos, permitirá acceder a una totalidad
comprendida y explicada en la multiplicidad de sus determinaciones y
vinculaciones internas, es decir una unidad con una estructura propia en la
cual sus partes constitutivas cobran sentido y se explican mediante el
conocimiento de ellas y de las formas en que interactúan.
125
realidad material que no depende de la sensibilidad, ni de la conciencia, ni del
pensamiento cognoscente. Así, la noción primordial de objetividad se
encuentra en el reconocimiento de la existencia del universo, de modo
independiente al conocimiento, e incluyendo al hombre como parte integrante
del propio universo; ya que, hasta la misma objetividad del conocimiento tiene
su fundamento en la objetividad de la existencia.18
18
De Gortari, E. Op. Cit.
19
“Dialéctica de lo concreto”. Kosik, Karel. Grijalbo, Colección Enlace. México.
126
un todo estructurado en vías de desarrollo y autocreación, y el punto de vista
según el cual el conocimiento humano puede o no puede alcanzar la
“totalidad” de los diversos aspectos y hechos, propiedades, cosas, relaciones y
procesos de la realidad”. Pero, a su vez, señala Kosik: “... la totalidad no
significa todos los hechos. Totalidad significa: realidad como un todo
estructurado y dialéctico, en el cual puede ser comprendido racionalmente
cualquier hecho. Reunir todos los hechos (juntos) no constituyen aún la
totalidad. Los hechos son conocimiento de la realidad si son comprendidos
como hechos de un todo dialéctico, esto es, si no son átomos inmutables,
indivisibles e inderivables cuya conjunción constituye la realidad, sino que
son concebidos como partes estructurales de un todo. Lo concreto, o sea la
totalidad, no es por tanto, todos los hechos, el conjunto de ellos, el
agrupamiento de todos los aspectos, cosas y relaciones, ya que en este
agrupamiento falta lo esencial: la totalidad y la concreción. Sin la
comprensión de que la realidad es totalidad concreta que se convierte en
estructura significativa para cada hecho o conjunto de hechos, el conocimiento
de la realidad concreta no pasa de ser algo místico, o la incognoscible cosa en
sí”.20
127
comprensión objetiva de la realidad, sino a una identificación de partes y
hechos que se consideran subjetivamente significativos para abordar la
realidad.
El todo se expresa como “que todo está relacionado con todo”, pero no como
realidad estructurada cuya apariencia caótica debe trascenderse para explicar
su esencia. Desde este punto de vista, la reducción del trabajo social al empleo
de técnicas resulta una exigencia natural para intentar dominar
pragmáticamente, el “caos” de la realidad. Programar para ejecutar y evaluar,
no es lo mismo que elaborar un plan de trabajo a partir de una comprensión de
la realidad: significa más bien anteponer una técnica a un proceso de
conocimiento.
128
hacia la objetividad: conociéndola en su estructura interna para transformarla.
Negar esta posibilidad de conocimiento de la realidad es, en consecuencia,
negar la posibilidad de su transformación.
129
Ahora bien, formar parte de una totalidad significa que ellas estarán regidas
por los contenidos contradictorios de la totalidad específica a la que pertenece,
pero a su vez esa totalidad de pertenencia está regida por las contradicciones
de la realidad social más amplia a la cual pertenece. Es así, que las
contradicciones entre los contenidos de la totalidad de pertenencia –el objeto
de trabajo social y las partes que lo constituyen- por un lado determinan las
características de su existencia en la realidad social pero además, inciden en el
dinamismo de su desarrollo. A su vez, los contenidos de las partes integrantes
de la totalidad están regidos por sus propias contradicciones y determinados
por la totalidad a la que pertenecen.
130
producción abre la posibilidad de otra más precisa identifcando su estructura
de funcionamiento de la cual derivan en gran medida sus partes constitutivas y
que permiten caracterizarla por su forma socializada de funcionamiento
interno. En tanto totalidad concreta, cada cooperativa de producción estará
entonces regida por contenidos contradictorios que afectan el eficiente
funcionamiento de sus partes esenciales, las que estarán sometidas a sus
propios contenidos contradictorios. Así, cuando se plantea que la cooperativa
no ha resuelto bien sus formas de participación en las decisiones, su
organización productiva o administrativa, etc, se está aludiendo al inadecuado
funcionamiento de sus partes, a partir de una selección de contenidos
identificados en su funcionamiento y que pueden ser jerarquizados por su
incidencia contradictoria, ordenándolos a su vez en el marco del proceso
histórico y lógico seguido por la cooperativa en su desarrollo y conocimiento.
El descubrimiento de los contenidos contradictorios más significativos de la
realidad cooperativa que asesoramos, contribuirá a determinar cómo se
comportan en esa totalidad concreta los problemas específicos de su
funcionamiento y organización.
131
procesos y crea las condiciones para su superación. Mediante su coocimientoi
se observa cómo se van abandonando algunos contenidos y comienzan a
cobrar mayor significación aquellos que perfilan la nueva situación que se
construye, es decir aquellos contenidos que aun con escasa estructura u
ocultos en la red de problemas contribuyeron, junto con los nuevos contenidos
elaborados, a impulsar los cambios.
132
OBJETO DEL TRABAJO SOCIAL: UNIDAD DE CONTRARIOS.
133
resolver el antagonismo inicial, sucede a su vez un cambio sustancial en la
relación padres-hijo, culminando el proceso en el surgimiento de una nueva
situación para el menor y sus padres en el marco de las relaciones que se
generen en el hogar de adopción y la necesidad de elaborar un nuevo sistema
de vínculos.
134
nexos e interacciones de esas partes contradictorias que en su desarrollo han
transformado la realidad, determinando el sistema de nexos e interdependencia
hasta la modificación cualitativa de la situación concreta.
135
su realidad, poniendo a prueba su capacidad de pensar para decidir e incidir en
ese proceso de desarrollo que es su vida misma, mientras que ese esfuerzo de
conocimiento representa la elaboración de uno nuevo acerca de la realidad.
136
Pero es a través del proceso de síntesis que se obtiene el conocimiento e
incorporándose los contenidos positivos existentes, reelaborados a partir de la
calidad de la nueva situación alcanzada. La incorporación del niño al hogar de
adopción es representativa de esta situación nueva, al exigir otro sistema de
relaciones y vínculos diferentes al inicial que requiere una nueva relación
entre el pensamiento elaborado y la acción ejercida, lo cual determinará los
contenidos de la nueva realidad producida.
137
La no percepción de tales contenidos, su pasaje inadvertido, puede limitar e
impedir su incorporación al proceso y en consecuencia, establecer una
frecuencia de cambios no articulados conscientemente. La insuficiente
conciencia de los cambios ocurridos dificulta el acceso a la nueva situación.
Su señalamiento o apreciación oportuna, implica la posibilidad de consolidar
el cambio, realizándolo conscientemente en la nueva realidad.
138
CAPÍTULO V:
INSTITUCIONES Y TRABAJO SOCIAL
Por un lado, los denominados servicios sociales son la expresión de las luchas
populares, pero por otro el Estado para realizarlos en la sociedad, se apropia
de esos servicios sociales intrumentalizándolos como una forma de consolidar
el dominio de una clase sobre otra. Es decir, que en este contexto y aun
reconociendo que esos servicios surgieron de esas luchas, la función del
trabajador social no se constituiría en una forma de ejercer lo conquistado por
los sectores populares, sino que estaría sometido a una labor de agente
instrumentalizador de los intereses de la clase en el poder. Desde esta
concepción —sumamente ideologizada— no interesa tanto el valor concreto
del servicio institucional brindado pública o privadamente, en cuanto a qué
necesidades y problemas atiende, sino que se lo analiza desde su papel formal-
institucional a lo que coincidentemente parece también reducirlo el Estado. En
22
“Relaciones Sociales y Trabajo Social”. Lamamoto, Marilda y de Carvalho, Raúl. Ed.
CELATS. Perú, Lima, 1984.
139
consecuencia, el análisis del papel del trabajador social no puede tener otra
conclusión que la de considerarlo un agente útil a la expansión de los intereses
políticos dominantes, en el marco de una sociedad con antagonismos sociales.
Es así que, mientras los contenidos de los servicios han sido conquistados en
el marco de las luchas sociales, su representación formal-institucional es la
expresión de la manera en que los contenidos de los servicio son realizados en
la sociedad. Ambos aspectos de la contradicción constituyen, sin embargo,
una unidad representativa del servicio para la atención concreta de
necesidades y problemas; en la cual inciden tanto las clases populares con las
exigencias de respuestas a las necesidades sociales y el propio Estado. No
obstante, si se parte de reconocer la incidencia de las organizaciones y luchas
sociales en la constitución de las instituciones públicas y privadas, no parece
congruente negar la significación del aporte de la profesión de trabajo social
para atender mejor las necesidades sociales.
140
profesión surgió en el marco histórico del respeto a las personas como
ciudadanos, es decir sujetos de derechos y obligaciones, existiendo entre los
primeros el de disponer de medios que mejoren las condiciones de vida en
sociedad. Así, la lucha por la vivienda, la atención de la salud pública, las
diversas formas de comunicación humana, la alimentación y educación
pública, entre otras, además de necesidades representan valores en sí mismos
en cuanto determinan una calidad de la cual los ciudadanos tienen derecho a
gozar.
Resulta decisivo para la vida en sociedad que tanto las familias pertenecientes
a los sectores populares como las que gozan de mejores condiciones de vida,
que se atiendan con eficiencia los problemas de drogadicción, de los niños
abandonados o maltratados, la situación de los hijos de padres separados que
se los disputan en un juzgado, se asesoren cooperativas, se investiguen o se
elaboren proyectos que contribuyan a mejorar tanto la produción de bienes o
servicios como la vida de los trabajadores y sus familias : situaciones humanas
141
de atención específica de trabajadores sociales, compartiendo conocimientos y
funciones concretas con otros profesionales vinculados al campo de trabajo.
142
En consecuencia, el trabajo social se orienta a favorecer la atención objetiva
de las necesidades humanas mediante la participación de los sujetos como
constructores históricos de la sociedad, cuando no lo hace caen en el
asistencialismo es decir, en una búsqueda a ciegas de soluciones sin pasar por
el conocimiento de la realidad que abre la comunicación racional con las
personas. Desde esta participación consciente y unicamente desde ella,
contribuye a articular en las instituciones, la atención y trato a los sujetos con
las políticas institucionales; a fin de elaborar las soluciones programáticas y
personalizadas que favorezcan la realización de los cambios en las situaciones
humanas específicas.
143
formal del concepto de respeto y por tanto se le debe atender: ambas formas
de establecer el vínculo entre sujetos son insuficientes, en cuanto representan
una ubicación profesional del trabajador social que no toma en cuenta la
necesidad de generar un conocimiento nuevo ya que en realidad es solamente
el trabajador social, quien desarrolla un proceso de conocimiento pero sin las
personas. Si bien este conocimiento puede constituir un aporte para las
personas que atiende, lo que hemos denominado conocimiento nuevo
elaborado a partir de datos obtenidos en reuniones grupales o entrevistas con
las personas, requiere de su participación para involucrarse en el proceso de
conocimiento. En consecuencia, los sujetos humanos deben intervenir en esa
elaboración de conocimiento que se construye desde su experiencia y
opiniones no ateniéndose exclusivamente a la “opinión autorizada” del
trabajador social. Asimismo, ese conocimiento elaborado, en la medida que se
asume asume como alternativa de cambio para realizarla en su propia
existencia, permite que ese conocimiento se someta a prueba en la medida que
favorezca una relación objetiva con la realidad en que se debate. Es decir, que
en un marco institucional de actuación profesional, el conocimiento elaborado
determinará una más eficiente aplicación del programa institucional
contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de las personas.
144
En esta perspectiva, la ubicación del profesional en la institución a partir del
conocimiento objetivo elaborado desde las situaciones humanas específicas,
debe abrir la alternativa de incidir en los programas y normatividades
institucionalespara la aplicación de sus políticas e incluso, realizar los
planteamientos que correspondan para mejorar o crear nuevos servicios a fin
de alcanzar aquellos fines.
En este sentido, el papel del trabajador social en las instituciones no puede ser
el de un transmisor pasivo de sus objetivos y normas, sino que a partir del
conocimiento empírico y teórico que ha producido, está en condiciones de
elaborar propuestas que mejoren o reformen el funcionamiento institucional;
con el objetivo de que los programas de bienestar social no sólo satisfagan
necesidades sino el desarrollo de la persona humana.
Cabe mencionar a su vez, que desde el punto de vista de las personas que
atendemos las respuestas que obtengan para su bienestar social no generan
(más allá de la peculiaridad de la relación) una dependencia institucional o
hacia el trabajador social, ya que se realizará a partir de un proceso de
comprensiones desde el cual se lleva a cabo el vínculo con el programa
institucional y en el cual, las personas participaron directamente
incrementando su conocimiento de la realidad y asumiendo los cambios que la
fueron modificando.
145
valor del esfuerzo personal para superar las circunstancias socioeconómicas
adversas. En realidad sabemos que son las limitantes a aquellos programas e
instituciones —a través de las cuales se instrumentan las políticas sociales del
estado— las que impiden la diversificación y expansión de sus beneficios a los
sectores de la sociedad que más lo necesitan, convirtiéndose en un factor más
para sostener la desigualdad de oportunidades.
146
ejemplo a soluciones tecnológicas para instrumentar conocimientos
científicos, o bien a soluciones organizativas influidas por aspectos culturales
relativos a tradiciones y costumbres,que invitan a un ejercicio del compromiso
profesional por denunciar y mejorar esas carencias.
No obstante las limitaciones con que las instituciones atienden las necesidades
de reproducción de la población —en particular para la de más bajos ingresos
— cabe tomar especialmente en cuenta, que sus servicios son incorporados
por estos sectores de población a sus condiciones de subsistencia. Cualquier
proceso transformador de los programas y servicios de bienestar, tendrá que
partir de la atención y conocimiento de esas condiciones de subsistencia. Esto
requiere una metodología del trabajo social, que permita la apropiación de lo
que propusimos como proceso de trabajo social (atención, conocimiento y
transformación) por los sujetos individuales o colectivos, a fin de generar un
mejor trato y atención institucional.
147
transformación del objeto de trabajo social. “No se trata de elaborar simples
discursos ideológicos sino de reflejar en forma objetiva la realidad concreta.
El estudio de cualquier fenómeno social que no tome en consideración la
estructura económica de las formaciones sociales concretas no obtendrá otra
cosa que resultados unilaterales, representaciones mecanicistas, que en lugar
de aclarar los procesos los deforme y los empañe23“.
23
“Enfermedad y Clase Obrera”. Tecla Jiménez, Alfredo. Instituto Politécnico Nacional.
México, 1982.
148
actividad productiva y las propias condiciones de vida. En este sentido, los
procesos de transformación del campesinado en asalariado rural o el
surgimiento de corrientes migratorias campo-ciudad reflejan los cambios a
que se ven sometidas esas poblaciones. Contribuyendo de manera
determinante a modificar sustancialmente su modo y formas de vida, tanto en
los centros de población rurales como en los nuevos lugares de destino
(urbano) de esa fuerza de trabajo. Claro está que esos procesos de
transformación no se generan únicamente en los centros de población, sino
que sobre él ejercen un papel determinante los procesos de concentración de la
producción generada por la industrialización en los centros urbanos, desde los
cuales penetra los poblados rurales transformando sus estructuras económicas
y sociales para adaptarlas a las necesidades del capital en su proceso de
acumulación.
149
La denominada población “marginada” es un producto de la actividad del
capital, siendo en realidad un resultado necesario al propio proceso de
acumulación de capital, contribuyendo a su realización. Una de las formas de
contribución es la posibilidad de regular los salarios mediante el control del
mercado de trabajo de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda. Por lo cual, a
mayor oferta de fuerza de trabajo menor salario, como consecuencia de
excedente de asalariados que compiten por un puesto de trabajo acrecentando
la oferta y poniendo así, a disposición del capital, una masa de trabajadores
ávidos de trabajar para sobrevivir.
150
desocupación. El proceso de acumulación de capital no cesa de realizarse aún
en un marco de crisis económica, pero se afecta gravemente la posibilidad de
reproducción de la fuerza de trabajo al tiempo que se acrecientan los procesos
de concentración de la riqueza. A su vez, la calidad de vida por el deterioro de
las condiciones de ésta (alimentación, salud, educación, vivienda, etc.) ambas
determinadas a su vez por las condiciones de trabajo y generadas, en un
contexto de explotación y sobreexplotación. Pero además, se modifican las
formas de vida: cambian los valores y normas de convivencia a nivel
individual y social; se observan transformaciones en las relaciones,
composición y conductas familiares; se incrementan y amplían las formas de
participación laboral de las mujeres; se generan nuevas necesidades en el
cuidado de los menores, etc.
Acaba por transformarse todo el modo de vida (rural o urbano) de las familias
de este amplio sector de población, en un proceso que no sólo se refleja en el
avance de condiciones de vida pauperizadas y hasta de degradación, sino de
modificación profunda de formas arraigadas de vida familiar y social.
151
integrados a las diversas actividades del sector informal de la economía. Una
población cuya característica común es la de ser fuerza de trabajo en situación
de necesidad extrema y cuya actividad productiva depende, en forma total o
parcial, de la recolección de basura. Se realiza con participación
predominante, pero no exclusiva, del padre de familia e hijos varones mayores
e incorpora en la etapa de clasificación al conjunto de la fuerza de trabajo
familiar constituida por la madre, hijas e hijos menores y otras personas que
vivan bajo el mismo techo. La venta del material clasificado queda
generalmente en manos del padre, madre o de quien ejerza el papel de “jefe de
familia”.
152
reproducción biológica para las necesidades de fuerza de trabajo, que el
capital requiere24.
24
Resumen de conclusiones de la investigación de campo, realizada en colaboración con
estudiantes del Taller “A” de Teoría y Práctica en la Escuela Universitaria de Servicio Social. Uruguay,
1989.
153
condiciones de vida que favorezcan la b{usqueda de soluciones, a un nivel de
subsistencia, de sus necesidades y problemas.
154
que permitan elaborar un planteamiento transformador de las condiciones de
vida.
155
opiniones que identifican la labor profesional en las instituciones, como
contribución al mantenimiento del statu-quo de la sociedad. En realidad,
reducirla a esta expresión, significa limitar las posibilidades de elaboración de
conocimiento objetivo con los sujetos y haber relegado a éstos a la condición
de objeto del trabajo social.
156
cambios sociales, estando entre sus posibilidades la de incidir en la vida de las
instituciones. En este marco, vale la pena reiterar el concepto de que sin la
participación de los sujetos no habrá conocimiento ni alternativa de cambios,
eliminándose la posibilidad de la apropiación objetiva de la realidad.
157
La práctica social consciente de los sujetos es condición metodológica
ineludible, ya que permite articular el proceso de conocimiento con la atención
de necesidades y problemas. Articulación que implica a su vez, la apropiación
del proceso específico de trabajo social por los sujetos haciendo posible el
desarrollo del trabajo profesional.
En este sentido, vale tomar en cuenta la significación que posee el vínculo del
proceso y método de trabajo profesional, con las políticas sociales e
institucionales y la forma de trato respecto de los sujetos beneficiarios.
Consideramos que la viabilidad de ese vínculo por el tipo específico de
intervención de los profesionales del trabajo social en las instituciones, estará
caracterizado por la elaboración de respuestas apoyadas en el conocimiento
objetivo y práctica social consciente, para sustentar tanto las formas de trato al
sujeto beneficiario como para adecuar y mejorar la calidad del servicio.
158
Al trabajo social se le reconoce como poseedor de un conocimiento relativo a
la atención de situaciones humanas en su especificidad concreta, es decir que
se le reconoce un espacio de actuación específico, que no le atañe a otras
profesiones, representando un conocimiento necesario para la transformación
de esas realidades. No es pues un auxiliar del saber de otras profesiones, sino
que representa un faltante de conocimiento para éstas, que lo necesitan y
requieren para su propia realización, en tanto aportación específica y objetiva.
159
En consecuencia, esa interpretación del papel de las instituciones refleja más
bien un enfoque desde el cual, el servicio parece encontrar una contraparte
pasiva e incapaz de comprender la significación de su participación en la
defensa e instrumentación de sus derechos. Es decir, como si los servicios
representaran únicamente una muestra ideológica del papel del Estado, al cual
las clases populares se someten sin capacidad crítica alguna. De igual modo
los profesionales del trabajo social en esa concepción, parecen no tener otra
opción que sucumbir a las insuficiencias y carencias del servicio sirviendoesto
para descalificar a ambos, negando entonces cualquier posibilidad de incidir
proponiendo cambios.
160
BIBLIOGRAFIA
161
Foucault, Michel El Nacimiento de la Clinica
Ed. Siglo XXI. 1989.
162
Toranzo, Carlos Notas Sobre la Teoría de la Marginalidad
Social. Revista”Historia y Sociedad”, No. 13.
163