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FUXDA~IENTOS DE UKA P O L I T I C A
LA REFORAIA AGRARIA
Esto nos lleva inflexiblemente a la conclusión que en los próxi-
mos aiios debemos afrontar el problema agrario. Seguir ignorándolo,
e3 ceguera irresponsable.
Pero no se aborda esta cuestión con el fácil expediente de
aumentar el crédito de una manera indefinida. Pensar que l a agri-
cu!tura va a producir más porque se emiten más billetes constituye
una burla; sería tan sencillo como afirmar que la tierra produciría
rii reliicióii c u i laa prensas eii!iaoras dr billetes.
La verdad es que hemos descuidado por años las obras dcsti-
nadas a aumentar las superficies útiles de riego; por falta de direc-
ción y u n falso concepto de la propiedad, hemos tolerado que se
agoten tierras Iiasta dejarlas, exliaustas, la erosión ha destniido
provincias enteras ante l a mirada impasible de !os gobiernos; se h a
permitido, en una proporción increíble, que el crédito se haya
utilizado al capriclio de los que lo obtenían, destinándose n o al
campo, sino a inversiones o gastos suntuarios; y en cambio no ha
habido crédito verdadero a plazos t interes convenientes, para el
que realmente lo necesita; ni abonos, ni máquinas suficientes, ni
empleo adecuado de técnica, que sólo por excepción zlgunos agri-
cultores progresistas eniplean. Hemos olvidado y esto es fundamen-
tal que sin transportes: caminos principalmente, ferrocarriles y
puertos, no hay posibilidad de movilizar y aprovecliar nuevas tie-
rras que no tienen manera de llegar a los centros de consumo. I '
10 que es peor, hemos mantenido un régimen social en el campo
chileno que ha significado el atraso cultural y !a carencia absoluta
de educación'técnica para el campesinado, el que se encuentra sin
poder adquisitivo real, con bajos sálarios, sin esperanza de acceso
a l a propiedad, que debieran difundir los que se dicen defemores
de ese derecho, y se ha omitido forriiar un espiritu cooperativo, fun-
damental en la agricultura moderna, que debe coordinar y aprove-
char toda la superficie Útil, basado en el principio que la tierra es
un bien destinado a servir a la comunidad de todos los hombres
que viven de ella.
Este atraso social de una cuota tan elevada de nuestra pobla-
ción, -al margen de los beneficios de los sector~sobreros que han
hecho una etapa en la industria, no sólo es injusto sino que gravita
en el propio desarrollo económico al restar un vasto sector sin poder
adquisitivo, al mercado que esas industrias requieren para abaratar
sus costos y mejorar su calidad.
Esta reforma tCcnica y social, deberá eniprenderse para que
el país pueda comer, equilibrar su desarrollo y sentai la verdadera
base de un orden social que se defienda por la familia y el hombre
(pie está11 incorporados a él conio sujetos y no conio uiia especie
de siervos, cuyo despertar será el trastorno, si a tiempo no se le dan
las oportunidades legitimas.
. : Sabemos que solo plantear este problema d~spiertaresistencias
y recelos enconados; pero será necesario tener la decisión de llevar
adelante este plan, pues de él d~pendeel futuro de nuestra evolu-
ción social y estabilidad económica.
No podemos olvidar que los Estados Unidos de Norte América,
por boca .de su Je.fe del Departamento de Estado, plantearon en las
Naciones Unidas ante 63 naciones, la resolución estableciendo la
imperiosa iiecesidad de ir a uiia reforma agraria en los países no
desarrollados y en especial en .ln~éricaLatina, que fué apoyada por
todas las naciones allí presentes y sustentada por unánimes infor-
mes técnicos.
Esta reso!ución establecía que no era posible pensar en una
estabilidad económica p social, ni en el desarrollo de las industrias
si mantenía en forma atrasada de explotación y propiedad agrícolas,
y que era condición para su progreso futuro el realizar esta refor-
ma que nosotros nos liemos negado siquiera a iniciar.
L a resolución que aprobaron unánimemente las Naciones Uni-
das, inipulsadas a ello por países conio los Estados Unidos, Gran
Bretaña y otros, dicc en sus considerandos: "Que las condicicnes
agrarias que persisten en niuchos países y territorios insuficiente-
mente desarrollados, constituyen un obstáculo en su desarrollo eco-
iiómico, porque tales condiciones son una causa importante dr la
baja productividad agrícola y de los bajos niveles de vida de las
poblaciones de esos países y territorios", y agrega, "que deben to-
marse medidas inmediatas para estudiar el grado en que las con-
diciones agrarias existentrs se oponen al desarrollo económico ' d e
los países insuficientemente desarrollados". En sus recomendacio-
nes establece que: "Un análisis del grado en que, en los países y
territorios insuficientemente desarro!lados, formas de estructura
agraria poco satisfactoria y, en particular, los regímenes de propie-
dad rural impiden el desenvolvimiento económico, y de este modo,
deprimen el nivel de vida, especialmentr de los trabajadores agríco-
las y colonos de los pequeños y medianos propietarios rurales", para
terminar propiciando la llin~planlació~i de refornias agrarias ade-
cuadas y el fomento d r un régimen de propiedad y e,u~lotaciónfa-
niiliar de las tierras, y de explotaciones agrícolas cooperativas, así
como de otras medidas destinadas a favorecer el seguro disfrute de
la posesión de las tierras y cl bienestar de los trabajadores y colo-
nos agrícolas, y de los pequeños y medianos propietarios rurales".
En l a última reunión de Ginebra de este año a petición de la
unaniniidad de las naciones adheridas d Secretariado General pre-
sentó un extenso informe que concluye así: "E! análisis que ante-
cede, demuestra que en muclios países, la estructura agraria y, en
particular c-1 régimen de tenencia de tierras, impiden mejorar las
coiidiciones de vida de los pequeños agricultores y de los trabaja-
dores agrícolas obtruyen el desarrollo económico". Y el Delegado
>?
Esto será un elemento vital para que podamos luchar con efi-
- r
cacia y superar la rri5i.s que 1;i inflación acarrea.
Si todo esle plan que esbozamos tiene un significado es sobre
el fundamento de una política social 'definida.
. Es necesario reconocer el Iieclio que a travSs de gremios sin-
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POSICION D E L SOCIAL-CRISTI.4NISR40
Para servir una política de este estilo es que llegamos a la
Convención; pero a través de ella o de cualqiliera otra forma, segui-
remos lucliando por estas ideas que hoy sólo podemos enunciar en
el limitado espacio de esta audición.
Vamos a ella con In lealtad que siempre ponemos en nuestros
actos y estamos ciertos de una lealtad recíproca.
Crecmosque debilitar este frente, no es servir a los trahajado-
res, ni servir al país. Por encima de las convt-niencias de partido
y del sentimiento de nuestros amigos que querrían una posición
integral, cualquiera que fueran las consecuencias, está el pueblo,
a quién no ayudan los que lo ilusionan desmesuradamente, sin po-
sibilidad alguna, de servirlo en el presente, cuando es necesario
asuniir responsabilidades concretas. Pero también vamos reafirman-
do nuestra conducta y nuestros objetivos finales. En esta hora todos
los partidos de Chile han presentado ante el país su posición. N o
creíanios posible que el social-cristianismo, representado en Chile,
por nosotros y por otros con igual sinceridad, pudiera guardar
silencio.
Teneiiios el convenciniiento profundo que e3ta fuerza unifica-
da representa realniente una suiiia superior a los 150.000 votos si
ella es debidaiiientc expresada, pues iio sólo está en los partidos,
sino en Iioinbrei y mujeres independientes que esperan.
Representa ella, inás que una f u ~ r z aeleclor:il, lo que es secun-
dario, una grande vigorosa fuerza de conteriido moral, capaz de
al~rirancho surco en cl alma de la nación.
Representa una posibilidad cierta de iii~ertad verdadera y ple-
na viyencia del régiiiieii deiiiocrático.
Representa la voluntad de defender y elevar positiva y real-
mente la condición del ~~roletariado y la clase media. porque ésa
es sil misión y su razón profunda de ser.
Representa una garantía para los que trabajan con espíritu
de empresa y dirigen la economín. con sentido humano y reconccen
la imperiosa necesidad de darle a los tral~aj~idores una participa-
ción en el esfuerzo y en la utilidad.
Estamos cierto que hombres de otros partidos que han colabo-
rado con nosotros, pueden reconocer este Iiecho, y el espíritu amplio
y no sectario, que nos anima.
Es por eso que mirando la dura realidad presente, que seria
torpe ocultar, tenemos üii optiinismo realista y por ello poderoso,
de que una encendida ft, como la nuestra pueda ser hoy una han-
dera para crear una movilización de energías humanas capaces de
darle a Chile hienc-st~ir,pnz y libertad.