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“Aunque acostumbradas la distancia socal yen mucho, alae vventaja de lor lugares protegidos la modiffexcion del espacio so- Thal waje consige consecuencias imporsantes para las clases alas, En terminos de socallzneién y soctabiided, En exte sentido, no Femulte unportaite consignar ta existeneia de nuevas itervencio- peu privecas sobre lo socal, en el marco de lagran asimetrta. Fistattima tematiea Introduj la necesidad de pensar alge rade Ine dimensiones de lasoeabilidad homoyénea ylos nsievos Copatios de socializaciin, que comparten tanto los anuguos Co- {no log secien llegedos ala elite. En realidad, en el perfodo se Conatats Ia emergencia de un estilo de vida, tendiente a la ho- fmogencidad social, elemento que de aqut en mas la elite com Parra —-con matices, como veremos en el proximo capiculo— Opn otros sectores sociales, no sdlo con las clases medias atas, Sino tambigm con una franja exitom de las clases medias. Fin nenic, buscamos dar cuenta de las marcas de distincién, en Tos nuevos estilor de vies, vinbles en Tas referencias al “rurale tho ldiico™ coma simbote dela corsagracion socal "Ea fin, si el wiunfo del neoliberallsmo se apoyd en la pro- mocién de modelos de chudadania rextringies, centrados en la Figura del consunides y el propietario, entonces fueron clerta- zmenie los sectores dominantes los que astmieron de manera cxacerbada ambas figuras, mediante el consumo desmedido y [aprivausacion de lo social. Pues si ln lesa, la fivolidad y el ex- Colo, en su version elie, iustraban Is consagracion de la figue fade! consumidar, Ia difusidn por momentos frenética de de. {crminadios estilos de vida coma el desarrollado durante los 90 (tn lnm amines bastion privados, refugio de los Marmaddos “a> adores” del modelo terminsrian por consagrar expandir In'igura del “ciudadane propietario" CapiruLo 5 i LA FRAGMENTACION DE LAS GLASES MEDIAS es ms cin sorte ee ares doen un er cent scat de ron pu emp Sree pubes in cons dosage se ple ert oc alta deer mura mre nyu ert iff prefs homie 9 a ho hen sual ans carge on micon ean moe eel nit an ston pe ar ecber ‘tein rn uso tga eve cong. Amroa Laine te prague (863) i pl dr prt gen de acai locos liga onc tational trina ae a ee yi tama el met ermal oy see sutefimacnsftet sen “a wlima comport, candor ahora races ye “iin mon cs he enor eg Hissoricamente, en nuestro pats las clases medias fueron con- pesto de vuros paises Intinousnerieanos y un factor eseneial en RisSucesivos modelos de integraeidn social, tanto del oligar- quicoconservador, como del nacionalpopular Sin embargo, rerisis de lor 80 y cl pasaje a un nuevo modelo de acumuls- isn, en los 90, rerminaron por desmontar el anterior mode Toue imegracién, echando por terra la repeesentacion de una Clase media fuerte y, hasta cierto punto, culturalmente homo- {genea, asociada al progreso y la movilidad social ascendente, {Ett nueva situacion esta ligada a In instalacion de una doble Iggics de polarizacion y fragmentacin en el interior de las cl ses medias, visible ne 4Sio en la dlsminucién drdatiea de a Hae thada-sclase media pies, sino sobre todo en ia brecha cada ‘ez mds pronuciada entre lo lamados “ganadtores"y los “per Sedores del modelo. Tr entrada en wa sociedad excluyente tajo comsigo una fuerte refarmutacian de la daléeticn entre estructura y strate: iu en el interior de ls fragmentadas clases medias. Ahora bien, Entes de anaiizar et modo como ia reformulaei6n de las paucas ‘Oz inelusign yexelusién social impacto en las diferentes franjas de fan clases mestas, tanto en erminos ce prctlcns, esdlos de vida y modelos de sociattzacion, nom detendremos, como en el capitulo Anterior, en la presenacién de algunos de nus ranges historicos mis importance, [RASOS GENERALES DE LAS CLASES MEDIAS Podtriamos resumir las caractersticas de las clases medias, tal como estas han sido tematieados por gran parte de las clon ‘iar sociales, en cuatro rasyos mayores” En primer lugar, radicionnlmente la eategorfa “clases me digs” haesignado in vasto eonglomerado sodtal, con fronterss ‘iftsany esto es una entegoria intermedia cuya debilidad conge- ‘nia estribarta en su misina posiein extraetaral un tercer actor fn peso expecifico propio, situndo entre los dos grandes agen {es sociales y politeos ae fa sociedad moderna: a burguesia ¥ lis clases abajacioras Eva debilidad estructural explicaria to sus comportamientos politicos come tus rasgor cultural, Por un lado, desde el punto de vista poliico, sus aificultades en esarrollar tna eoncienela de clase natOnoma te verian refle- Jdas en tina voencion histOriea por Iss allanzas. Por otro lado, ‘desde cl punta de vist cultura, fos clases medioe te verfan thie tradas por el desarrallo de concucras imitativas respecto de los patrones cultursies propios de Ins clases superiores. Por Ultimo, Eeconsolidacién de estas pautas culturates mo arin mss qui fe citar la instrumentallzacion polities de Ina clases sedis por parte de Ia burgwesis. ‘De manera mas especifica, Is aclopeién de pautas de con- dducta proplas de las clases superiores expresarfa la disociacion cos centre el grupe de pertenenciay ol grape de referencia. Estos concep fon intraductdos por el funcionaliemo norteamerieano, Heme por objeto el ansiisis de las formas de agrupamiento y de cone Eticeldn de las valoraciones y aetieudes politica: de los aeeto. Fes medios. El grupo de efencia sive de parmetto a los indive ‘Guos para valorarse sf mismos, oa is actividades, sin que sea is pertenencia a ellos. En consecuencia, el grado de Sausfaecién o insatsfaceidn que se experimenta con el estanus epende mds del grupo que se tome como referencia que de tin criteria general represencativo de ta estructura social global (Hiyman:1968; Mercon:1983), "Ea resumen, la debilidad estructural es la base de tas did- ‘cultasies anaes que encierrs ia entegoria “elaues media" Lo ual aparece rellejdo tanto en termines politicos, mediante Eonfarmacién de tina mentalidad conservicora y reaccionaria {respecto dle lor sectores populares), como en terminos cull fen a teaver del desarrollo de una culeura mimétieay los con ‘sums ostentosos (Fespecto de las clases alts). ‘En segundo lugar otro de los rasgos mayores de Ine elazes medias ha tdo fa heverogeneidad social y ocupacional. Desde Cleomienza, el eriterio de diferenciacion mas eldsieo para e3- facterioar a ine clases medias ha hecho hineapig en el proceso fe trabajo coma variable. a partr de la ditineion entre taba jo"manual” y no manual, que luego adopearta el nombre de {Wabaladores de “euello azul” y “cuello blaneo", Sin embargo. el tipo de capacidad y calificacion que se olrece en et mercado ‘conusnuye un eriterio de diferenclacién determinante que pro- Blemacioa, deacle el eomienao, In eateqorta minma de lor “eve jos bianicos" (Weight Mills1961). As, los disuintos andlisis con- euerdan en que el sostenido crecimiento del sector de cuello, blanco durante el siglo wx tendo a complejizar y a ampliar las reducidar thmensiones que la clase media (pequeta Du uesia basada en la propiedad) posefa. Ademés, esta caracte- Fist fndamental contribuiria s abrir In brecha respecto de tras seetores sociales, por ejemplo, los rabajadores fabriles, pure mientras estos Gltanes se earacterizarian por un imporean: fe grarlo de hamogeneidad, dentro de las ocupaciones de cue- Io blanco encontrarfamos na ereciente diferenciacion, que va desde las tareas de rutina administratva, la mayor dotacién de beneffcios marginales (pensiones yseguros), hasta mayores opor- imdaddes de promocion p alta grado de pardelpacion femeni- fnaen elemplea Bn tercer lugay desde sas orfgenes, una de las nosas consti tutivas de In identidad de las clages medias ha sido la movilidad Social ascendente, Esto ha comtribuldo a aumentar Ia impor- {aneia de la edlucncion como canal prvilegiade para el ascenso Jia reproduceicn social Mss nin, wadiclonalmente la conflan- Ya 'en Ia movlidad social ascendence ha sido acompatiads de Gna visiGn optimisin del progreso rocial, que se refieja en la Mdopeion de un deterininado modelo de familia, por medio del ‘al gst es concebicla como un espacio cn el cual se producen {fs condiciones para in moviidad social de sus miembros. ‘Por ima, laa clases medise aparecen definidas posicvae mente port saparidad de consume, y como consecuencta, por el Eeceso fun determinado esulo de vida, earscterizado por un nodelovtipo, en el exal se conjugan, para sinteUzarlo de mane: Facequemicia, la aspiracign resdenelal (la vivienda propia), Posetién del avtomenly ix posibilidad del esparcimiento, De Ega manera, como habrvan de mostrar aumerosos trabajos, las Silerenciss entre las clases rabajadoras y Ins clases medias ex: Ccuesian el propio proceso de abajo, manifestindose tambien Cn euros dmbitony practices, como per ejemplo el agrapamien- olen sonas ee reridencia homogénea (Ciddens:1991, p. 216) y Informacion de grupos de esatus En sume, ia debiidad estructural estarfa en el origen de luna serie de earncteristiens mas bien negativas, como la ments lidad polities conservadora y el mimetiamo cultural: a ereciente hheterogeneidad social y ocupacional daria euenta de la impos Dilidad Se unificar sus tatereses de clase yal mismo tiempo, de In consolidacion de un incividwalismo exacerbado, orientado s 1g maxialeneidn de los intereses particulares; toro ello explien- fia la Dsqueda de In movilidad ascendente como rasgo consti. futivo de las clases medias, Por timo, la definicion a través del Consumo y de lor estilor de vida desembocaria en la formacién. fe grupos de estacus En consonancin con alguno de los rasges descriptos mis arriba, para un sector de Ta lterstara soclologiea as eases me ‘ins iran definiéndose como “clases de servicios” Esta catego- rimeién, desarvollada a comienzos de los 80 por Goldthorpe {id0s). se apoya en el fuerte imeremento registzado en el sector (ethos, Phra el auton que retoma Ia nocion acuaada por el SGitromarisia Karl Renner Is clase de servicios se distingue de a rce obreva por realiear un trabajo no productvo, aunque la biferencia mas basiea se ve reflejada en la calidad del empleo. Gn clecio, se wata de un trabajo donde se ejerce autoridad (die Fe. Gyon) bien se controla informacion privilegiada (expertor, ‘Sofesionales). Asi este tipo de trabajo otonga clerto margen Be discrecionalidad y autonomia al empleado, pero la contra- partida resultante de esta situacién es el compromise moral del Peajador con la organizacén, dentro de um sistema claramen- (Ctatructurado en sarno a recompensns ysanciones, "En este sentido, Ia enteada en una ecorcomia de servicios cecminé por confirms la importancia de tal categorizacion, ast Smo aghege otras dimensiones 4 esta definicidm, tal como apa- eco en fos textos de Scot Lash y John Urry (1996), John Sava- Je 11989) y Gosta Esping Andersen (1997). Estos autores apun~ Sg describir la nueva estructura socio-ocupacional —euya heterogeneidad se hace visible en la Iragmentacion cada vez Binyor fe Ins clases medias de servicios, mediante el empobreci- Inicneo de cietios sectores—y Ia emengencia de un muevo pro- Ietariado de servicios, lignda a sareas poco caificadas, verdade- ros bervidores dela clase de servicios en euestion" ‘Ato largo del sighs xx, cv setae he su dinamisme 7 au lan modernizador, las cinses medias lanoamericanas se consti jeron ch un agente central en el proceso de desarrollo, Para (isin Touraine (1988), esta cemtralidad se explica por dos ra jgos mayores: en primer lugar, se debe a la preocupacién que Re ciaacs medias manifiestan por la eclucacion. Asi, stas se de- nen ante tode como una clare edueada, con niveles medios y nediowaltos de instrucci6n. A si vex, la edueacign se constitu yoenel instrumento por excelencia de la movilidad social as Cendente, asf como en el eritenio distintvo respecto de Ins ‘tras clasts sociales. Elarquetipo de dichas clases medias urba- nas, dinémicas y modernizadoras, serfa el pequeso propiet Ho nel comerciante, o, especialmente Is profesiones asalaris das empleadas en el sector publica (Jos maestros y profesores). El segundo rasgo se halla inirinsecamente ligado al anterior, pues fa expansion de las clases medias urbanas esta vinculads Al desarrollo del Estado, En efecto, en América Latina, Ine el fet medias se expandicron sobre todo en los paises donde el Estado intervino activamente como productor de bienes yser- vietos, en el marco del regimen de industrializacion sustitutivn, ‘Tocaria ala version Intinoamerieana del Estado Social, esto er, al modelo nacional-popular, consumar esta suerte de paradig: ‘ma, contribuyendo asia la concolidacion de vartas franjas de Funcionarios y de profesionales ligados ala administracion pie billea, af com alos servicios dela educacion y de la salud. Sin embargo, éste fue precisamente el modelo que entrs em crisis 4 parr de los aftr 80 y, paricwlarmente, durante los 90, con Ta'aplicacién de polficas de juste fiscal y de reduecion del Es: lade. Por ultimo, ex necesrio destacar que estos dor Tsrg00 ‘parecen més actntuades en paises como Argentina, Urugtsy y'Costa Rica, donde las clases medias estvieron efecdvamente Gnel"centro” de Is sociedad. Hay, sin duda, un sinnumero de interpretaciones respecto dle las clases medias argentinas. Todas elles coineiden ea ate mar tanto su centrafidad coma el rol integrader que durante Casi un siglo desempentaron en Is sociedad Ast, por eneimma de Ia heterogeneidad socioestructuralo de las asimettas geogral as, el “modelo argentino” parecia hacer referencia a dos com ponentes mayores! por un indo, el progrero y Iz movilidad 20. ial ascendente; por el otro, una eieria homageneidad racial y culuural. Ambor tpicos encontrarian st enesmnacion mls aco bbada en jas clases medias urbanas, educadas, dinmicas y mo- ernizadoras yen gran medida, de origen inenigrante Recordemos que en 1947, a clases medias irbanas (tanto elsector asalarlade como el auténomo) ya constitufan e1 40,55 fe fa fuerza de trabajo total: en 1960, el 49,7%: en 1970, el ‘4,9% yen 1980, el 47,4%8 (Torrado:1992), Sin embargo, hacia los afios 50, las primeras tectaras politcas y sociolégieas dejan ban traslucir una honda decepeién al considerar que las clases medias argentinas habjan asuinido de manera incompleta el aa sol madernieador lo que se sumaba, suerte de constante, una Conteion polities conservadora, Ciertamente, In educsclSn, en [into eanal privilegiado para in movilidad social ascendeate, ‘er un raago constitutivo de la kdentidad de las clases medias, Pero, deace cl punto de vista cultural, éstas parecfan earacter zEnrse por condueas que imitaban los patrones culturales pro- pics de lag clases supertores,valbles en el consumo ostentososo {Sebrei:1960); conductas eoncebidas, al mismo tiempo, como es tiniegine de diferenciacion con respecto alas clases populares. Dicho proceso tendria su expresign mayor partir de 1945, €po- Caen lx eual gran parte de las clases medias acertuatia las esta (Sagi de dstanciamiento hasta cl paroxismo, adopeando un an Perecin embargo, ex necesario tener en cuenta que, desde una perapectiva eeondmiea, Is accion de gobierno del primer pero blsmo (1946-1955) no adlo benefieié dlrectamente a vastos sec- {ores de la clase trabajadora, sino tambien a amplios sectores Imedios, mediante el impulse al aector ualariado, dependicnte dei Exeado, hecho que encontrarfa una contimiaciéa ¢ lncre- Ineua en la politica ele tas administraciones porteriores. De ata maners, a partir de los alos 60, los estratos medios se con ‘erdrian en los principales proveedores de una demands de ppucstos gerenclales, buroeraticos y administrativos, promovid por el modelo sustiwitivo. Lo dicho encuentra un correlato en Elpeso cada ver mayor que irfan adquirienda les sectores asala- Fsdos por sobre el sector autonome dentro del conjunto de Iss ‘clases medias lo cual confirmaria la consolidacion de wna clase media de servicios, igada a! Estado (empleo pablico) ¥ a los fervicios sociales publicos y privados (educacion, salud). Ast ‘cntre 1960 y 1970, el total de Is clase media sutsnoma pasaela del 14,5% a 11,896, mientras que la clase media asalarieda au mentaria, en exe mismo periodo del 28.4% al $8,1% (Torre 449:1992, p. 72). Como explicar, entonees, el antiperonismo militante de las clases medias argentinas? En realidad, el peronismo lesio- 136 alas clases medias através de sus pautae de eomportamiento ‘Yeus mordelos cultarsies. Ac, fueron sus raagos plebeyos © icone Slastar (estigmatisades como formas de “barbarie™ e "incu fr) Tos que mis fasdiaban y afectaban la tanquilidad de las lates medias, més que nunca identificadas con los patrones ext rales yesteticos de Ia cultura oficial, eon el "buen gusto”, com la Cultura decente™ Por aur lado, fa oposicién de ls clases medias evio acentuada por el eardeter autoritario que romd el régime Deronista respecto del mundo reconoeido de fa cultura, Como Rodda de reconocerel propio Arturo Jauretche (1967, p- 216). peronisma cometié “indiseuibles torpezs con respecto a fas Eisres medias, pues no asa alect6 sus pautas culcuraes, sino que fesmego una inclusion simboliea dentro del dscurso politico of Gal, En consecuencia, en in contexto de polarizacion pollen Entre peronlsme y antiperonisio, Ia clases medias optaron por CTrechazo y desprecio hacia ls sectores populares “Asimismo, un factor determinante de esta polarizaci6n fue tambien la accleracion dela ldgies socal igualitaria, producto cla politica eeonsimica y social del primer peronismo, que de- Semboearfa en una reduceidn de las distancias econdmicas en tre las clases medias y las clases populares. En suma, el eardcter plebeyo y fa logiea igualtaria que el peronismo impulso desde Ei Esiada, generaron en las claves medias ia mecesidad de pro- Guciry relorear la distancia cultural ysimbolica, por medio de huevos mecanismosy estrategine de dlferenciacién socal "Hacis los 60, ef proceso de modernizacién cultural produ ‘cambios importantes, que tavolucrnron diferentes dimensiones Gv la vida social, Al igual que en otra sociedades, In Argentina, {sistig entoncesa un perfodo de hondas transformaciones de Iss Doulas culturaies e ideoldgiens de las clases medias, que abarca- Pian numerosor sspector de la Vida cotidiana: desde nuevos Invite de conmume saparciatmente wsentadon al aeetorjuvent, [pasande por cambios importantes en la moral sexual y en el rol Eo is mujer, por la divulgacian del psicoandlisis y el euestionae fmiento de modeler familiares y excolares Uadicionales, hasta la irrupeton de las vanguardias y ta experimentacion artic, En ‘cfnitva, se eatabs del surgimiento de una"nueva clase media", ‘yo thas especiico aparecta inuTnsecamente asociado a nUe- ‘Nonvalores, nuevas practicas de consumo yest de vida. “acia fines dea década, esta apertura eultaral comenzs a articularse con ia exigencia del compromise polftico, que vi Tumbraba In posibilidad de articulacion con Tos seciores po- ulares (Torti1099). Finalmente, como no dejaba de advercir 36 - ta literatura politica dela época, luego de décadas de desencucn- eee gullansa entre los seerores mediosy los sectores populares ros. aba realy posible, gracias a Ia peronizacion de la juven- «de los sectores inelcetuales, en gran parte procedestes de id ie. medias anulperonisias En consecuencia, aunque fuer se eroie mareada por el autoriarismne pollieo, Ia década del 60 teehin cuda la epaca de oro de las clases medias, pues estas SERED de afrmar une clerta autonomfa cultural respecto de Tektites dominances (renegando aef del Hamado “mimetismo Bharat), al tempo que burearfan una artculacion politica ces seceores populares peronistns. Como nunca en OUrD pe= $Polio as clases medias habrfan de desarrollar wna gran com Tans en tu capacidad de accion historica ‘Sin embargo, este climax de época fue seguido de wn gran dectve, visible on la tragedia polfdiea de los anes 70 y. ego, er iSiagmentacion y empobrecimiento de los 80 y 10s 90. Ciersa- Bente. el golpe de Estado de 1976 significd la puesta en aceién Bobs hucto movele que apuintaba tanto a arepresion de los sKetoren movilizador, como aun nuevo modelo de acumula- Eign cconomica. La reconfiguracion de la sociedad argentina Cuba on marcha, aun a las ransformaciones de los diferentes Sietoren sociales recién se rormarian visiblee ala slida de a die~ taetsea malta. HAGIA LA HETEROGENEIDAD ¥ LA FOLARIZACION SOCIAL, Durante mucho tiempo, ef modelo de integracién social cexistome ch la Argentina se sent en la gfirmacion de eva re BESS) espacios de socallzacton miztos, que apuntaban a ii mcncls cote distinios sectores sociales. El mareo propicio pars tal modelo de integracion mista eran los espacios publicos, Biipimegracign social e mdividual es proceso que artcula re- Iclones horisontales (en el interior de un grape social), com Ts dot vericales (con otros grupos dela estructura vocial), median weuUlferentes marcos de rocallzacién, es necesario reconocer (Gut la chudad aportaba na pocos de exos espacios plblicos, en- eels I plaza In esquina del barrio o los patios de un colegio at Eneado, Estos lugazes pblices provetan al individuo de wna orientacién doble: hacla adentro y hacia aftera de su grupo Social aparecian como contextos propicios para un =beiait acion mivta y exitona. Pese a mus deiciencias y notaries dis. Fincionamienton, ate modelo de la mistsra social continu siendo dominante dentro del congiomerado general de las tases medias hasta mediation de Ton 80. “Ahora bien, partir de Tos 90, la entrada en wna sociedad ‘excuyente dee por ia bora eta representacion Iateyradors de Ia soctedad argentina, contsda ext In primacin de fo publics. Gon una virulencts muna visa, la cts dindmniea exchuyemic puto al descublerto wn novorio distanclamlento en el inverlor fnismo de Tas clases medias, producto de la transformation de Tas pautas de movlidad social ascenlentey descendent Dichas twantsformaciones terminaron de abrir una gran brecha eh la so. Sledad argentina scontuane los proceso de polarsacion vu berabilidad social En plena turbulencia de extow process y Frente ala conformacign de un nuevo campo de hierass social, los sectores medies irfan estrechndose, empujados por una fuerte corriente de moviidad social deseendenter en seco de Jn volnerabilidad, otra franjas tatarian de mantener sus pos cones sociales; mientras que, por dlimo, un contingente me. hor earacterzade por uns mejor ariclacion com las nuevas es {ructuras del modlclo, se verla beneficlalo pore! ascenso social Sin embargo, deade una perspectiva nst6riea, lo que Pr mero impacia es ia dimensin colectiva del proceso de movil iad focal descendente, que rojé del lad de los “perdede- fee" vastos grupos sociales entre los cuales hay que incluie empleadosy profesional ligados al sceor pablice, cuentapron Pists, pequetios comerciantes, en fim, medians y pequenos prodhictores agrarios (In clase media autnoma), Tambien et Elerio que otras (ranjas de fs cles medias, como empleados Profesionales ligados los arvicios sociales ya los nucvor serve ‘ios de consumo (acto, exparcimiento, publicidad), gracias 3 fs ealificaciones, tendicron a conservar sus posiciones. Por ir timo, aunque comparativamente minoritarios, en elcostad de Jon"ganadores" de as clases medias ae fueron situando diversos grupos vociales, compueston por personal ealficad, profes: Sales, intermediariosentratégicos!ssocladow al smbico privade, en gran parte vinculadoss los nuevos servicios, enfin, ua fay cod |jaque englobaria, por encima de las diferencia, tanto alos see {ores medios conmolidadios como alossectores en ascenso, ‘Deeesta manera, a entrada on tna sociedad excluyente re formulé la dinlectics entre extructuray extrategiasen el sen0 de I lates medias, Por un lado, al wastocaree us condiciones ob- Jetivas de existencia, Ine clases medias empobrecidas debieron {icsarrollar msevas estrategias de sobrevivencia, basadlas en la ttullmeiSn y porenciacidn de competencias cultaralesy sociales preeslstencer, para volver a vineularae con el mundo social. Un forzade trabajo de reincluslén que conilevaria tanto um dro. Sprendizaje como un discurso amargo robre las razones dest ‘Sipulsin del colectivo de las clases medias. Por otro ado, para tin sector de las clases medias consolidaclssy en aacenso, las er Unurglas de inchasign en ol nueva modelo apuntaron auina Dis fnueda dela distancia, no silo respecto de los sectores popu Ris sino de las propias clases medias empobrecidas, mediante ieonsume sintunri y tox nevosexuilos devida basados en la se hidad privada. Por Sltumo, aunque sensiblemente afectadas sae el punto de vista cuanetative Ins franjar medias de las cla Sermedias habrian de acentaar como eatrtegia de afiemacion [a inchisién por medio de los consumos ya relacién con fa cultura eqPORRECIMIENTO ¥ MULTIPLICACION DE ESTRATEGIAS Hemos dicho ya que et proceso de movilidad social descen. dente asuimid una dimension colectva que arrojé del lado de Jor "perdedores" grupos sociales que formaban parte de Ins Chases medias asalaclads y autonoma: Iranjar de empleados, tec hnleos y prolesionales del Ambito pablico, ligados a Ia adminis tracidn, la edtieacion y a sud: cuentapropisias, empresarios y comercianter colocades en posicién de desiguatdad ante 1a Strolladora apertura. las importaciones yisentrada de nuevas formas de comercializacion; propletarios rurales cuyo destino Sparecialigadlo a econamisa reyionales,y cuyar estategias de produccign eran consideradas poco dindmieas 0 “inviables" ‘La segmentacidn social fue consolidande una fractura in- tracinse que os necenrig leer en dos Uempos diferentes: a fines de los aos 80, el proceso de empobrecimienta de clertas fan- Jas de Is clases medias estuvo vinewlado a la inflacién y, claro ‘sti, ala hiperinflacién, esto a, al deteriore salarialyla pérdida Ge poder adquisitv, Adimismo, tanto Ia degradacidn de los sex- Melos pablices (educacin, salud, seguridad) como la privaiaa- ign de los servicios basicas, contribuyeron fuertemente al em- pobrecimiento de los sectares medios, en un contexto signado or la precarizacién laboral y ln nestbilidad, Esta conjuncion Se faecores traeria aparcjada una transformacion de las cond Clones de vida, un hecho que in sociologta se encargarfa de des. ‘ribirIniclaimente en términos de "diversidad de icuactones™ fn el interior mismo de la clases medias, a partir del reconoci- lento de “Ia heterogenciiad social de las pobrezas” (Murry Feldman:1002), Sin embango, a heterogencidad fue acomps- ada también por una fuerte polarizacion social En efecto, fas fstzdiaticas indian quc los ingresos de todas las categorias ocu: pacionales cayeron de manera sensible. Por tlumo, dentro de Seda categoria se incrementd la distancia entre fos ingresos mie ‘levados y los mie cercanos al plo salarial. Por ende. la nueva pobreza fue azomando como un univereo heterogeneo que ret hiria a los “perdedores" de cada categoria profesional (Kester Y Di Virgiio:2003). La cafes social produjo tambien el ingreso Ue las mujeres al mundo publico, aun sila mayorfa termine por obtener pequehos empleos, snichos de ellos domictiaries o precarizados (Feij60:1992), ‘Ea resumen, la fractura intraciase se hizo mayor a medla- dos de los 90, cuando el empobrecimiento pasé a vincularse no ‘6lo a la pérdida de poder adqulsitivo, sino también al deserm- pleo;en fin, cuando empezs a observarse una suerte de “"repro- Succion ampliada” de las diferencias intraclase, viibles en los testlos de vida, los modelos de voclallzacion y las formas de 50- Chabilidad. En efecto, para diferentes aectores empobrecidlos y fn contraposicidn con otros estratos de las clases medias y me ‘Giaraltas, i instalaein en una zona de wilnerabilidad © esto. billdad termine por conmumar wn histo, una distancia mayor ‘que es neceratic comprender en termince de reduccién de ‘portunidades de vida. El hecho es, pues, deble. Por un lado, la [ractura social provocé un debiliamiento, si no la rupeura, de los lazos culturales y sociales existentes entre los diversos estr= tos de la antigua clase media, Por el oto, sin soslayarel hecho IS ge existe franjs de os sectores meds que aun en plena itenabltdadconserviron ns psciones tn tendencla mae ge eee del period indica sna fuerte polarizacion social *ahorn bien, existe una ria Hteratura consagrada al estudio det empobreciiniento de los sectores imedios. No olvidemos ct ou primers eoudios, como el de Alberto Minujin y Gar {Mer Rebter (199s), otrccleron verdaderos relatos emograficos Bo ches “calda",y ayudaron a descorrerel velo que todavia co SSeraba una pobreza vergonzante, definida como “doméstica wegetpucraad adentro™ Asimismo, esta mueos podrease caracte- Sunba! por se en términos urbanos, mas dfn y diapers. ED Elgunor estos, como el de ls jubllados,euyo empobrecimiento Sit Glumas décadas ha sido de una notoriedad incontestable, ‘Gis podtan ettar residiendo en barrios de clases medias y aun SoG kotmmediavaitan Sin cmoargo, en otras situaciones, el enr foureciniente también estuwe en el origen de wna sere de ox iniones que condujeron, tarde o temprano, a una relocalsa ‘gn urbana. Astismo, no ex menos certo que muchos barton iclsiatas, con una imporeante presencia de sectores medion, Penocieron un fuerte deserioro. La nueva pobreza adaptari, fue, auevas dimensiones urbanas. “Aa, loa primeros trabajos sociologlcos nos ayudaron a com. prendey el eardcierinterscial” 0 “hibrido” de fa nueva pobre- eregue daba cuenta de sanidades osemejanzas con lossectores Ricdiss comolldados on variables tales como el nivel educauvo Sis composteion de la familia menos numerosa que lade lox flamadon spobres estructurales"—; pero, aa vee, revelaban Co care Re tsconimidad com lov pobres eetructarales” cn ter Stinos de ingresos, caracteriticas dct empleo (ubemplco) ¥ Tuscncla de Cobertura social. Siguiendo a Kessler y Di Virgilio. Teeandemos que los pobres por ingresos representaban el 3.2% ‘Ssiupeblacign en 1900, Sinembargo,a fines de ia década dei90, Stastige de la poblacién —-reunida on o118,0% de los hogares, Sequin cits det Indec-~no peretbfan ingresos suficientes para sekeder a fa canasta bisiea de bienes servicios. Er los partcos Sei Gran Buenor Aires, donde residen aproximadamente 8 mie Tones de personas, In pobreza erecié en un 67%, porcentale dentro del cual se stam tos ex integrantes de las clases medias, sto cs, los nuevos pobres, quenesse incrementaron en un 8888% (Bessie y bt Virgiio:2003) Desde un punto de visa genera, la experiencia del empo- brecimienso fe traumtien, en ia merida en que éta pure de maniliesto el colapso de lor marcos sociales que structuraben Ia identi de los sujeros yoriemtaban sas protean Ast tos primeras testimonios de las clases medias empobrecidas daban Senta de este tastocamlento del mundo conoeide y famllian {ute coloca a los sujetos en ina situacion de"tesnaturaliencton? fon respecto de i posicion (Kessler 2000). Est experiencia de desnatralzacin, esta trdgiea“deshencionatizacon™ (eliar1 906), Vitas1999, p. 249.251). Por timo, bien vale la pena subrayar tl cardcter transversal (cases populares y clases medias) de sta mises, que engloba una retriea ambigua y contestataria Bastante despolidzada (donde se unen el rechazo a los polit. ‘ony tina aetinid antisites), ae como estilos rockeros my Sisimitesenere ‘iferente cr el caso de los riunos “ballanteros” (cumbia, ccuarteto, “cumbia villera”, entre ottos), eyes modos de apro. piaci6n, depende del sector social de que se tate. Los sectores Imedioe (o, excepeionaimente, los sectores alts) saclen real Zar una apropiacion de segundo grado, que lleva implicito un Feconocimiento (el cardeter festvo de a musica ligado —si- Pulestamente—asu origen plebeyo) y ala ver, una toma de dix Exncia, donde persists ef reflejo cstigmatiandor (eu cardeter de ‘isica vllera, propia dela las misria), ‘Una atencian especial merece el fenémeno de la “cumbia vitlera’, genero surgido a fines de Tos 90, en el Conurbano Bo- hacrente. La “cumbia ville ern ritmo popular urbane que Fegistra una influcncia de la cumbia colomblana y del regper muy especialmente, del rap —una de fas expresiones mas in: Portantes de la cultura urbana de los secwores excluldos en las sociedades actuales—, Segin Elsa Martin (2002, p. 26), su irrup- ‘len reciente, seguida de una gran mediatizacién, ha generado Giterenees lecturas; desde aquellos que Ia consideran un disewe. fe de los marginales prontamente absurbido por el mereado,o tins expresign de Inecadencis moral y culeural del pais", has faaquellos otros que romandzan laactitud de rebeldia que con eva en eondnuidad con el rock chabon 0 barral ‘Desde esta perspectivs, In “cumbia vllera” —pese a su co récter no slo populse sino marcadamente plebeyo— no pice Geter interpretada como un movimiento de reristencia cults. fal, esto ea, como una expresién de los sentimientos. de Injusticia y desigualdad de parte de los sectores subalternos, Cierto es que vehiculiza temas 0 topicos propios de las clases su- Daleernary sin embargo, sende = neutralizr'su potencialidad al exsltar un modo de vida que, como afirma Miguel Brenner (001), concuce alegitimar Is exclusion y la marginalidad En teste sentido, se earscteriza por un discurso que consttuye un nosotros” negativ, termina por vaciar de significado el recls- ‘Analicemos algunos de los ¢Spicos centrales de la “cumbia vitlera” Et primera de clios se refiere ala mujer, la cual apare- ce constantemente denigrada y ridiculizada, sobre todo en el plano sexual. La virulencia de estos ataques, lejos de ser casual Femite a complejos procesos sociales: nor referimos, por un lado, al fuerte trastocamiento del wniverso. masculina, cuy {dentidad estaba anclada en el trabajo j en el Feconocimiento de tu rol como proveedor principal: por ou lado, a la emer bencia y afirmacion de un promgonismo femenino, como lo Stestiguan los movimientos sociales existentes, no solo en Ta Ar gentina, sino en owas regiones de Ia periferiaglobalizada. Este Soble fendmeno nos sya n entender entonces por qué en la Sima década, dentro del fragmentado espacio popula se han igenerado expresiones musictles sexistas, que contienen cle- ‘mentas de tna inerefble vslencia verbal contra Ia rower. Mis fin, Ins referencias quc aparecen en fas letras de la “curnbia ve Hera” apuntan a denigrar y ridiculizar Ia creclente autonomia (Gexual) de Ia mujer, preciuamente en un momento en el cual es notoria su mayor partcipacién —y autonom(a—en eleampo Sodialy pollico, En un extrem, aunque realizado en tono fest- 10 wo, este proceso dle impugnacién de la mujer refleja I ersis del Uiverso masculino yu imposibilidad de salir del vieja contex- (oy,por ende, de redelinw posidvamente ia sinacion.® En fn, 2a Emagen negativa de In mujer aparece como la contracara Goan proceso de desestracturscisn y crisis del imaginario Imasculina; algo que, necesario es decir, esta lejos de wer privax Tho del caso argentina, pues tambien conattuye un elemento, Seniebrador de otras expresiones de la eultura urbana popular Yeomo sucede con el =p). TE segundo tapico que aparece en Ja “cumbia villera”es el repudio a la policts, el que, coma hemos dicho, es un pico Constitnivo de la juvenad argendina. Asf,aun sien Ta "cumbia, Gilera” muchas dé las referencine se inaertan en un esquema de Dposicign concreto (Iadrones/poliefas), su sola mencion ten= Gea evocar una vivencia mas amplia, referida ala persecucl6n y Sspresion que sulzen los ovens Sin embargo, diferencia del Gxcareo propio de lar orgentraciones de derechos humanos (novimientas en contra de Ia violencia policlal) o de otras or genizacionestociales (como Hutj.0. os diferentes agrupacio- fer pigucteras), donde el talante antrrepresivo aparece polit- wade yon perspectiva histériea (la selacion entre Ta altima Gletadura militar y ef aparsto policial), la interpelacicn sm firrepresiva propia de Incumbla villera” no hace mis que di futrsu povencial aneagGnico, en Ia medida en que ésa se inserts fn un discurso de exaltacin de tun mode de vida (el descontrol, In'droga, el delito), mediante la airmaciGn fesuvay plebeys del (or excluida", erietaligndo 8 través de las imagenes estereotipar (as Grestinmnatizantes) del “sllero”o el"pibe corto" {Eavresumen, lor jovenes de los sectores populares apa- recen como la lustracian més xeabada de un conjunto de Pro- Cesos: por una parte, devienen los destinatarios privilegiados Uclmutvo modelo de Felaciones laborales (mis flexibles, com po- Cos vestigios de un pasado de integracién social y labora) pot ou parte, aparecen como In expresion por antonomasia fel Spoblacign sobrante” (In clase peligrosa). Entre esos dos polos que definen tanto ol limite de la insereldn come el hori Zante de la exelustén, se van eonfigurando los nuevos marcos Ge relerencia de Ine conductas juveniles, donde conviven de- Sorganizadamente ya veces en tensién, diferentes principios y valores: Ia naturalizacién de fa situncisa alterna con el talante AnUrrepresivo el rechazo alos politicos, con una actitud ant ‘Hstema, pocas veces politzada; In coneiencia del horizonte de precariedad durarera, con una necesidad de desconcrol de las Emociones las sensaciones IAS MUTACION ORGANIZACIONAL: Como ha sido dicho tantas veces, en Ia Argentina, el nuevo régimen de acumulacion termin6 de liquidar i estracturasa. {tal aneerion que ofrecia-~acrencias mediante, proreccion social, estabildad Iaboral y derechos sociales, Durante este pe- Fodo'de grandes metaciones, a sociedad argentina no conts on centres de formscion 9 reconversin labors), al tempo ‘Que fate nowble la susencis ds polieas estataes en la mate: 1a, todos mecanismos que hubleran compensaclo, on pare, los ‘fecios de las progresivas medidas de fecibilizacion taboral © Jos despidos masivos que acompafiaron a los procesos de priv tizncién y de reconversin de empresaa.en el nuevo contexto de Apertura comercial. Asimiamo, ecordemios que os grandes sin- leatos nuclesdos en Ia Confederacion General del Trabajo (cor) no se opuleron 2 Ins refortaa, que vrtualmente mist ban sus bases de afillacién, sino que negociaron con el gobler nol supervivencia material ypoliea yoptaron por readecuar Por otro lado, la reder de reiprocidad y las organtzacio- nes de base cxistentes, ontentadas ala gestion dle las necesida: ‘des mis bisieas, fueron clertamente insuficientes. En realidad, el conjunto de redes y organtaciones teritoraies preexisten- tes remitian tanto-s i accion del Partido Jusicialistn como a Fintoria de los movimienton de suentamioatn En efecto, en primer higns el Partido Justicialista, desde sus corigencs movimientista, se caracteize por Gesarrolia y sont ‘er una multiplcided de organtsacioncs heterogenens Aertro {el mundo popular. Aun durante lor 00, esa vasa “organs ign informal” estaba consttuida por una densa coleccion le Fedes personales, que operaban desde los sindieato, los clube, aca las ONG y, con frecuencia, desde la casa de los milltantes (Levis- Ky:2001, p. 8) Hans reder cesnrrollaban varias sctividader, desde ts expecifieamente poliicas, hasta las sociales y recreativas. Ea segundo lugar, el proceso de tomas de terras que se desarrolla- Ton desde fines de la dietadura militar fue originando tambien. tin conjunto de organizaciones territoriales, soctadas a la lu ‘ha por lt propiedad de la terra ya la organizaci6n de la vida Sel barrio alrededor de ios serviios basicos (calles agua, ener fiaclecttca, In ssla desalud, entre otres) (Merklen:3000), Como fn otros patses de América Ladna, estas acclones fueron conso- idando un modelo de accion territorial, tipico de toe mov rlentos sociales urbanos, cuyas demandas estarin orientadas Bindamencalmente hacia el Enado. "Ahora bien, el reconocimiento de una cierta continuldad po nos exime de analizarIas rupturas regisradas en el mundo populary sus formas organizacionates, del que slo una vision Inde abareadora de la problemsuca (relativa tanto a las wane Formaciones de Ios sectores populares, como a los vinculos en- tre las esferas micro y macrosoctal), puede dar cuenta acabad mente. En efecto, a parr de 1987, ao en que Antonio (Gafiero asumi6 la gobernaciGn de la provincia de Buenos Aires, hasta el presente, los diferentes goblernos (en su mayorfa de signo justicialista) fueron multspiieando Ie formas de interven: Sign mis expecificamente politicas on cl mundo popular, que ‘encontrarian i expansion durante el gobierno de Menem. Lor primeros ensayos de asistencia alimentaria de los 80 fueron Seguidos por una politica mas sitematica de ayuda social, que Inelufs ia salud ya infancia. Asimiemo, no hay que olvidar gue entre 1001 y 1097, en la medida en que el paiaje urbana fue perdiendo sts rasgos tradiclonales, hasta convertirse en ua verdadero cementerio de industrias y pequefios comercios, la Doles en lor barrios tencio a zecluirse en su dimension mae Slstencial, despojéndose de sus lazov tanto con In milltancis politien como con el mundo sindical. Las razones de tal ine Hexion son variadas y complejas el teldn de fondo es, sin duda, cluiunfo del peronismo en su version neoliberal. En este senti= fo, la inflesign debe explicarse tambien ala tur de los cambios Impuestos por el nuevo modelo de gerticn. ‘Ea la primera parte de este libro, cuando abordamos los a rasgos mayores del madelo de dominacign politica, hicimos re Ferencin 2 un modo de *hacer politica” vinculado al discurso heoliberal y el mandasto de los organismos muliacerales, ele mento central de ua nuevo modelo de gestion. Ese modelo se basa en tres presupuertos centres: la divsién del trabajo polte luce por medio dela profesionalizacin de las funciones, Is po- lislea de descentraliaacion administrativa y la focalizacion de In ayuda social. Extor tes jes de Ia politica neoliberal fueron Ta ‘lave para in reformulaeion desde el Estado de la relaci6n con tas organiznciones tociales, peronistae y no peronistas, Asy el passje de fa fibriea al barrio se fue consolidando a través de la Rriculacién entre descentralizcién administrativa, politicas {Sbelales focalizadasy organizaciones comunitarias, lo cual trajo Consigo una reorientation de lis orgasizaciones locales. "En efecto, las nucyas estrategias de intervenci6n tersito- rial fueron produciendo un entramado social en el cual se ine Heraron. Ins organizaciones" comunitariss, »fuercemente Gependientes de la ayuda del Estado. En este nuevo contexto, fuchas arganizaciones, embriones de movimientos wociales tirbanos, terminaron por perder su potencial politico osu or inaria vocscion por la autonomta,subsumidas o neutralizadas por el mucvo estilo de gestiin. En rigor de verdad, muy pocas Sryanizaciones contaban con los instrumentos| necesarios Como para insertarse dentro del nuevo campo politico-socil preservando wn espacio de relatva autonomfa y una idendida Propis: Como scfisia Pablo Forni (2001), una mirada retro ecliva muestra que las organizaciones comunitarias que lo- Gearon sobrevivir en un contevincle hegemonta del peronisme Sal mismo tempo, de precariedad y escasez de recursos, lo hie Gieron gracias a que establecieron Iazos con fundaciones y Osc, y/o porque tendieron a articularse en redes, junto con ‘otras Otganteationes comuinitarias TE impacto de\este nueve modelo de dominacisn politica no fue menor, tal eomo aparece lastrado por el movimiento vi Tero, cuye ethos estaba vinalado de manera indisoluble a la ba- ‘cha por las terrae, Como a seo analizado por Sabina Frederic paral easo de Lomas de Zamor, en la provincia de Buenos A Fes. a partir de 1990, In polities local se abocs a cuestionar la movilizacion, instrumento y base de la accién del movimiento - | | sitlero en su relacién con ef gobierno local, como mecanismo de construccién de Ia polite (Fréderie!2004, p- 101). Ast Ia Shem politics local produjo hondas tansformaciones: por un Indo, impulaé la conolidacion de una clase poltiea mas dife- fenciada en e] Ambit loral (una elite de gestores). respecto de for vecinos y Ios villeros: por otro Indo, promovio una pueva T= iende mediadar, el "miltante social" delos barrios. Siempre Gfguiendo a Sabina Préderie, esta nueva division del trabajo ter Eline por ampliar 7 reproducir log efector desmovilizadorest asi inlontrar que el abajo especificamente politico queda- ipa en manos de “Ios profesionales", instalados en el municipio, Ir accion del nuevo “milltante social de cardeter asistencial, (Guedaba pricticamente encapsulada en el terrtorio. ‘Sin embargo, "desde arriba" In politica de focalizaci6n fue acompafiada también por ua “recentalizacién” de la ayuda Social como lo ejempliican los aN diserecionalmente cistr- Duidos desde las ofieinas del Ministerio del Interior alas dife- emtes provineinsy elyn olvidado Fondo de Reparacién Hist6ri- Gaidet Conurbano Bonserense (Fuicn). Recordemos que los ondos de inversion social en América Latina surgieron como {ina eoteategia compensatoria a lo que dio en denominarse “Tas Consecuenciaa soclales negadivas del juste estructural” (Chix far Danan y File:2000). Es en este contexto donde fue creado (on 1900 el atc, dad ia insufielencia de los recursos de copar- icipacion federal para afrontar Ins necesidades del Conurba- no, cuya poblacion presents indices muy bajos de cobertura de Sctvicios publicos y una alta proporeién con necesidacdes bisi- ‘Gv insatistechas (Chiara, Danani y File:2000, p. 282) El proyecto fue convertide en ley cinco meses despues de ‘que Eduardo Duhalde arumiera como gobernador de ta pro- ineia de Buenos Aires, eave vigencla hasta diciembre de 1097, La ley decretaba que el 10% de In recatidacion del impuesto {las danancias sea destinado al fondo de Bnanclamiento de programas sociales en cl Contrbano Bonacrense. Igualmentey Er Qposician de algunos gobernadores hizo que este porcenta- Je thera sustitside por sina suma fija de 650 millones de pe os/dslares, equivalente al 10% de In recaudacion toul. Estos Fondos, controlados por un ente autgnomo, dependiente di reetamente del gobernador, se desunaron a la realizacion de Ts cobras publicas, Asf, durante este perfodo, el ica se convinss hel principal productor de intervenciones sociales on Ia Re {gdm Metropolitana de Buenos Aires, con un fuerte impacto so. Ete Int condiciones de vida dle os secrores populares, si corn sobre la reorganisacion de Ins relaciones pollens eaneo en cl Smbito provinelal como en el munieipa ‘En efecto, dese el punta de vista politico, el FACR perm si6.a Duhalde afansarsyliderssgo a parts del dseiplinamiento ‘la reorganizacion de las relaciones polidcas en la provincia, {La personalizacign y monopolizacign del gasto socal contrib yo tambien a cimentar su popularidad y sobre todo, a impulsar fa de su esposa, Hilda Duhalde, quien a partir de 1993 y desde ‘lentonces Congreso Provincial dela Mujer, ue saumniendo com: petencias del area de prograinas sociales del ente, cargo de is Folaciones con las organiaciones intermeding, ni como cela ges {86a del fnanciamiento iniciados por éstas (Chisrs, Danan y File2000, pp. 247-243). Sin duda, estos esfuerzos tuvieron corolario a mediados de los 90, con la creacion de una Fed de Smansaneras” (Plan Vid), que prodiyjo tna reorganiescién dels politica en Funcién del mediador barrial, cuyo aleance en tr ninos de “red de resolucion de problemas’, tanto como su eft facia simbolica (la identiicacion €on un eso “eviusta") ue ana. Iizada sobre todo por javier Auyero (1997) “En otras palabras, el Partido Juticialinta, desde la distintas lnstancias del Estado (nacional, provincial, municipal), tanto orintermedio de Ins niievasextruscturas de gestién (descents. eacton y nueva disisign del trabajo politico), como de los vie- jos” estilos convalizadas, comands Is reoricneacion organi Clonal del mundo popular. Ast, was la evlsis del mundo de los trabajadores urbanos fue asomando eada vez mas un mundo Garacterizado por redes y organisaciones territorisles, atrave- Sado por nuevas formas de “dlicnteliama afectivo™, Por clien telismo afectivo entendemos un tipo de relacién que express In convergencia aleatoria enere la dimensién utlltara de fa por Mica, generalmente reforeada por In omnipresencia de ders: das dirigidas hacia las insttuciones pollens, y In dimension Afectiva, manifiesta en las diferentes modalidades de idendi™ facion con los ideres Fl elienteliamo afeetivo se fue conv endo en una manera reladvamente estable de definicion del ee vinculo police “desde abajo" en el periods pospopulista. Mis SENSE tunf6 sit donde al peroniemo Bre debilitindose SS marco de interpretacion de In wd polities Ysocial es de eee partir del abardione de polcas pablicns integradoras, SSiaciendoce cada ver mass ln arieuiaeion entre sm conjun” de poliiess sociales alstenciales que invocaban una vision Eoasehaual o'no confictva de lx pelsiea, yun confunto de SRacla simboleas que interpelabat los origenes familiares Ia {Gaulcion toca, nu agen de Ia lenin, res smplemente, Srresnerde de que “lon oxros son peores" En reatimen, trabajosamente, en medio de la isi y la de- saparicion de Ins inateuctones pleas de a sociedad stars es {Siredes tertuoriacr se fteron densicando y otencando cada (ter mds su gestion de tas necestdades basic, conigurando Uc manera lntipionte tor eontornon de un nueva proletariago, Iuluforme y heterogence, carcteriendo por la autoorganizn: Sn comunisaria Las mataciones de! mundo popular urbano ocurridas di rante los 90 conllonven nunca wha transformacton del pero” Blsmo, no solo en el nvel organiaacional, sino en el plano dela Sabjevided. En rigor la tansformacion del peromarma en fs see- ‘ores populates encuentra tres grandes inflesiones: una primera Sciproduce durante Ia ctapa ini del goblerno de Menem {isb-1998),y aparece ssociada al ebiliamiento del peronismo én términos soctoculturales; una segunda fnflexion arranea en $b06/07y cack divectumente vinewiads al desarrollo de formas de (auto) organtzacion de lo social y nueva figuras dela milan: Sh terror, por cra dey confronts co a race dl Pardo peronlea, Bor titimo, ona tercora inflen se produce Thru de 2002, como proscto dela masfeacion de los planes focalesen elempobrecido mundo popular. Tia primers haftexion ede indole sociowltural y presenta dos tepecion indinamente ligados 0] dbiliamienta del pero- ‘Stmo.en terminor idendearesy In difssign de culeuras alterna tian, que comdueina ala multipleseidn de los grupos de perte- rnencia. La primera brecha sockoculeural aparece manifesta en Indifeuliad de transmnisin del peronismo en el marco familiar, fgue remige tanto alas consecuenclas sociales que tend el vs ‘Rje neoliberal det Passio Justilalista, al lempo que nos ad- rw sobre la importancia creciente de otros ejes de construc Un identiaria, Ya hemos hecho referencia al debilitamienta Gens identidades definidas en torno al wabajo ya polities, ya Iareorganizacion de la dentidad alrededor de otros e)es, como tlconstmo, Es efecto, me ala de la socializacion ain observe bie'en el nivel electoral, s mediados de los 90 se fue diseniando tineorte claro que semite tanto al desapego creciente de los}6- nes hacia Ie politica como al hecho de que el peronismo dejs Ueser, para ellen, el ncleo de wna vivencia social A su vez, este procest de debilitamiento del peronismo en la cultara popular Eoimeide con el fuerte avance de la industria cultural en un ‘merendo cada vex més globallzado, Por oire lado, la segunda brecha, también de orden socio- ‘cultural, ue introducida por las religiones alternativas. Esto se Somprende mejor sh tenemas en cuenta que, durante mucho Elempo, la hegemonta del peronismo en los scetores populares Sc tadujo en una suerte de homogenelzacién polfico-cultural, Cxpresnda en lasubordinacién y, en el limite, en ta deslegiima Eida de otras practicas ocreenclss populares. Ademas, recorde- nos que, desde sus origenes, el peroniamo estuvo estrechamen- te'asocindo a los valores de Tn cultura catéica, mis alld de Tos ‘Guros enfrentamientos entre Iglesia y Estado registrados en. Ins postrimerias del segundo gobierno de Peron. A fines de los hd2 00, arta, luge ie] Coneee Uasieano Tl In eonwergencla Shire peroninma y eatolicamo ze expresaria tambien a través {elas nuevas tondencias, desde el Movimiento de Sacerdotes del ‘Tercer Mundo hasta In Teologta de Ia Liberacién lacinoameri- Gana, Durante los 70, esta ardieulscign enue peronismo pop lary Teotogia de la Liberacién fue visible en las experiencias de las Comunidades Eelesales de Base (CES), asf como en el pero- pismo revolucionario. La maxima. expresion de esta Convergencia entre catlicismo y TevoluciGn fue el sacerdote Gantos Bajiea —asesinada en 1975 por la Tviple A (Alianza An- ‘Scomunista Argentina }—, ewya accion social estaba ligada al {movimiento villera dela chidad de Buenas Aires. Te | Acstaescalada represiva, desarrollada en ct nivel continen- Tos diferentes gobiernos auoritarios que se instalaron 10 Re vegign le siguio una fuerte embesdida insutuclonal, evar gn IBS por el Vaticano, En efecto, In Teologia de la Libe- Go toms camncterizada por st “opeln por los pobres", fue sis- aergicamente persegeida y nia principales tedlogos fueron [Gmistinadon durante el pontiierdo de Juan Pablo Ht. Amen se gfaren ie Argentina, fa polities insiticlonal det Vateano oe seidis con fa llegada de Menem al poder. Aun asf,no es ca. ceufgua en los 80 y 80, en un panorama que mostraba aI vere “iaje necliberal del peronismo y Is Negemonta de las corrien- WOR Srtodonas dentro de a iglesia Gatdica ls xb apoyaran {ftonesibuyeram ala emergencia de nevas organizaciones 5o- ston conraidasa distancia del peronismo neoliberal suse fructursscentelares ‘Ahora bien, lo nocorio durante fs 90, fue el vertiginoso cre cimiento de ns Feligiones pentecosialesycrangelisas dentro de (eascttoves populate, ta cual quebro In iusian del monopolio ‘Seto popular por parte del peronismo, estrechamnente arociado STesuttdime Mis aun, en fx Argentina. en Ia medida en que cl Seranismo tha perdiengo la eapacidad de ensammblar la expe- Rencla popular en una sols eulara polis, expulsando Tos ele- Tmentos renovadores (Ci), ls nuevas religiones fueron const- tyencio otros focos de pregnancia signilicauva. Dichos cambios socioculearales, suerte de resquebraja smientog de brechas densro del peronisme popula dan cuenta Tonos dln del muundo peronisia que de su mutacton, al Tempo que ponen en evidenels Iz heterogeneidad ereciente eTRande popular. sin embargo, ntiainterpetacion de ass {Jorence, sedveldos por lar nuevas imagenes del consumo, nila ‘Eipunoion de lasreigiones ovimientosigifiearon un evestion ‘iniento mayor del perontsmo en terminos politicos. Lo ris: tho sucedia con eluniverso abigarrado de las religiones, ya que, Como sefalan algunos estadios (Seman:2000), existe una afini- Ghd electiva ent ol enpus docesnario de aquéllasy les supues- {en calturales de los grapos populares. No por castalidad hos de los/as pastores/as poscen antecedentes de trabajo territorial dentro del paeio peronisa. Por oto lat lees des- {ie el presente, a expansion de as atcvas religiones revelaba w tuna suerte de paradoja: pues sla rligiones movimiento apa: Fecian como portadores de ls posibilidad de recomponet e lato social como lazo comunltafo, frente al avance de una ci- namics privatzadora y sus previsles consecuencias dagregy Soras para la solidaritad social, no es menos clerio que elas ‘natraban una determinada vaion de lo comunitario que mpi cabs una resignfieacion desde la esfera privada, despojada de ‘tha dimensidn espectficamente poll. En otras palabras, est ‘eva resignificacion del lazo social desde fo privado no ents: bs en contradiecion com las prieticas politieas del peronisma, ‘Esuas podtan comvivie mis ain, aricularse eon la cultura pole tica peronista ‘No aucederia 1o mismo respecto de“ia segunda inflexion”, que desbord6 clarsimence ia esfera culturabreligions, par i: Strtarse en cl registro organiaacionalpolfico, Esta spareee jemplificada por cl surgimiento y expansion de las organisa: Glones piquetzras, muchas de elias definidss por fucra'y mas an, en confrontacion con fas estructuras wadicionalcs del Partido Justicialisa. Sin embargo, lo més importante no es tan- to que las nuevas organizaciones confronten o negocien con el petonismo, sino laa condiciones —lor supuestor desde Tos Eales se encabladicha relacion, pues aceiGn de las organizcion nes piquetcras tivo come punto de partida la resighificacion politica de ia militancin socio-erritorial precxistente. Pero, tina vee dicho esto, uno podria preguntarse cuales som ios re ios novedoros de esta militanciaterricoral, ligada alas organ Zaciones de desocupados, habida cuenta de Ta tradiclon orgs finda existentes en lor seentamientos, asf como de In hiinriea presencia del peronismo en lor barrios. ‘Tratemos putes, de responder por partes esta pregunta, ‘Recordemos que, pese a que la militancia socio-territoral twvo un clerto desarrollo durante los movilisados afios 60 9 70, Sabre todo, sociado al trabajo de bare realizado por sacerdor {es tercermundistasy militantes catlicos de clase medio ert Adoptard nuevos raagos a partir de lor altos 80 y mas claramen te, durante loa 90, a rats det agravamniento de las condiciones de vida de tos sectores populares ss deaconenian con cl mundo Sel abajo formal, De cata manera, en el marco de wna mate Social mas comunitaria, el abajo territorial fue adquiriendo una cierta “autonomfa relatva” respecto de los sindicatos y la mniltancla politica tradicional. Sin embargo, las nuivas estrc- furts de geste desarrolladas alo largo de fos 90 apuntaron jeformular la relacién con las organizaciones populares pre- Enintentes, ytendieron a defini el grad o los limives de ean ae (Gnomfa relativa", em el mareo de tna militancia local, de Upo Social y deliberadamente despolitizada. Ya hemos senalado, st fuiendo a Sabina Frederic, como el dicurso offeal, mediante E’puestaen marcha de la nueva polities social foalizada, apure t= proyectar la idea de que el nuevo "miliante social” ofrecta {in perfil mas profesional, menos “contaminado” por el misndo de ia politica. As, el predominio de las mujeres no era casual, fomo bien To Hustran las “manzaneras", inedladoras del Plan Vida, que dependia directamente de Hilda Duhalde. Mae sim ple, x diferencia del militante poli de las décadas pasadas, la fuievs figura del militance social tenfa la ventaja de presentar tin perfil“despolitizado” y, por ende, menos problematico, com tlickin sine gua non en un contexto de eransformaciones del pe- fonismo desde nrriba y de ereciente empobrecimicnto dese abajo. Clerto es que esta despoliizacion y encapsulamiento dela inilltancia en los barrios no extaba exenta de tensions, Cada ta to, agin hecho drsmitico que oeurria en los barrios permits {gue los "antiguos” militantes polices peronistas svomaran el fostro, desaflantes, reivindicando la memoria de las luchas y lsentido mismo de la prictca politica.” “Armediados de la década del 90, y pese a los exfuerzos del Partido Justicialista por “encapsulat” a expresion ex de Mar cela Woods (1998)—~ a accion politica en los barrios, esta din ‘mica territorial estar en el origen de un nuevo was miltante, ue tended por protagonisias 4 las incipientes orgenizaciones ‘Se desocupatdos. En el origen de esa brecha plies cobra rele: sancia el eareter abusivamente clientelar y manipulador del peronismo, ast como la escasez de recursos, en un contexto de Grud descolectiviacign y pauperizacion masiva de lor sectores populares. En este escenario, et cllentelismo afectivo se fue {ansformando y, sl mismo tempo, encontrando obstéculos, strapado en una dindmica paradgjica que muestra la conviven- la entre un sistema cllontelar multiple, que tenis a impulsar fas conducts oportunisiasy un discurso andelientelar que co menzaba a difundirse en el Smbito barrial y que apuntaba at Partido Justcialista, En e1 marco de esta nueva situacion, en la ual la extensin dela crisis no constituye un dato menor, y en Gn escenario atravesado por las nuevas movilizciones que se producian on el interior del pais (los prismeros piquetes ¥ puc Bladas de las localidades petroteras), la figura del milleante so- ial, dependiente del aparsto del Partido justicialisa, terming por mostrar sus limites. Finalmente, In redefinicin activa de la situacién vendria de la mano de miltantes de ia iaquierda (ex delegados sindlcn iesy dirigentes de asentamientos). por fuera del Partido Jus. ‘dealisiat!- Fueron clos quienes encaberaron las primeras snar- Chas, junto con las mujeres (esposas 0 jefus de hogan, algunas clad cuales provenian de la milieancta social, impulsada por el Partido Justiciaista em los 90, desde las muevas estructatas de festion estatal, De esta manera, a partir de 1997, en especial, e1 EStrtonio del Conurbano Bonaerense, sede de las primerss or anizaciones de desocupados, a fue erigiendo en un escenario Ee controntacién ja la ver, de reconocimiento y negociacion, Con los pumteros barriales del Partido Jusilalistay las nuevas Estructuras de gestion del Estado, en sus diferentes instancias (Gnunicipal, provincial, nacional). En fn, mas alli de sus dite fentes alincamientos polisicos y sindicales, as organizaciones Van a reconocer como fuente originaria el “trabajo terrivorial”, Rsentado wobre un modelo de represeatacién que algunos sine fetzardn en a igura del "delegado de bese" y otros del “dirk gente comunitario” o simplemente "referente territorial”. ‘En un doble registro, que sefaln 2 In vez lineas de conti puidad y de ruptura la accion barra ligada ala gestion de las hecesidades basicat se ira dotando de (nuevos) registros de Sgnifieacion, esta ver especificamente politicos. Continuldsd porque, en definitiva, la militancia social (mpulsada en los 80, Elsde las nucras estructuras de gern) va a consumir —atin nia actualidad—una buena parte de la energia de las agrupa- ‘Sones, Na es rara, entonces, que en el marco de una paupert {clon ereciente de los seciores populares, la tarea aslstencial Feclame urgencia y, mie atin, acelén inmediata, visible en 1a Contealidad que cobran el camedor, Ia salita de salud y Ta pana- ‘Geris comunitaria, Rupura: pues Ia poltizacién del modelo de smervenciGn territorial tendri como corolario la emengencia ane siciltanes sempliica por formas de org Be eae acon clang, cas ares mayors Sorin isc Poa Ya\Sanoorgenanciny at como una importa 1 ntica somes narnia durante or nfs 9, el peonisme, en taney Ione plies dee icra sectors populace aa Pelton socal w desdiba acelarasamente, a are eo itrntes orgasisaclonestertriale, a une de aoe a cade aed cece, vhiclioanfuercsapelcio ae ara ylalucha,Asionive 1997 9008 coun ae be agzhleaclons Se po termi ainque no eg wae evar iathogemont del porte, paso om cadena 2 ease deceit de a aiacion ene poromsmo yet mare 3e fae sare cinbien I posinlidad des poideacion defo 3o PoP wns ests nueva experiencintevaaspropiar) aac eh apetclones mie Plcboyan del mundo Popear an cuales rronante de ettas Epocs como exprcnin aut Sibcin gente desis Sit berg Is posterior evolcln de las orgaizaciones de daseceS ee jenni enon gins que totale SASS i teh doblereguto Se a comtntad y Ta ‘peur Uns nueva etapa se abrio st con a masifeacln de os Tyee iter pare 2008, En efecto, tadependientemen- ne ohrmacide de ln smengents ce uray pracems pol seat reer ude eae lite conmgrada sxaceia elec: Se tee sct minimis al impacte que ta nueva pelea 22s eplementads luego dela cise de 80012009 ha tendo aera nk poptiat Recxdenn ues parr ao ce etado i gubieens coral tno un nao progr tee ep jcany fetes de Hagar queen marzo de 2008 Behe Sopun fauinactones afar, 21501 000 desocupe- Zp UeznoSo0s) Es importante setalar que aslo ceres el oh se etoe piace son ceciment contrlados ports org mobcicnes peers Soe a iY aevos planes conleaton wh formes snlests de le mute sstental de modelo necliber Por una rane i sccga te abidine compensation (planer eda) Paral nach contuldnd cots poids senor pt donde a Hjar su “inclusién” como excluidor. Esto se ve comple. nentado con el otorgamlento de subsidies para los empren- Eimientos productivos (orientados a ia sutoconstracciGn y yequetar unidades de produccion), que exige Ia autoorgant Exelon de los pobres, lo cual complejion y transforma ait el tnodelo de ciudadanfaasistenctal-participativo que el neolibe- Falsmo reserva los excluidos En definuiva, darante los 90 en plena reforma neoliberat, tn persstencia del peronismo “desde abajo" fue scompariads, {Ge grandes tranaformaciones,Vaciado de sun contenidos fanla- onslen, ate dejé de ser una contraculturapolileaypas6 3 ex: presar una logica de dominacion, azentada casi exclusivamente En'las mutuipicadas formar ee cliomtelismo afectiva. Em este ‘Rod coer ns organizes de denocupadon ees de Sb una brecha en cite tanslormado mundo populan por {sera del peronismo, cornantdo posible que emergieran nutas peicticas pllieas 3 través de ln resgnificacin de la militant Territorial, cuyon cles serian precisamente a critica al clientes tmoy in afirmacion de i cighisad. Sin embargo, durante el go- Bleemo provisional de Duhalde (2002 2005) yheogo, con Nestor Kirchner (2003), el peronismo retomé Ia iiciatva en ta tarea hada fel de recomponer las relaciones con los sectores pops Inver, con la idea de "recuperar” yal mismo tempo, cerrar ipacio ablerto por las nucas organizaciones termoriales. Pe faeojieamente, In crisis de 2001 otorgéal peronismo una nueva oportunidad historia, pues le permits dar un enorme salto 3 Parc de In masifescion de los planes sistencales, Por otro Edo, exte procera ac vio forealecito por ia inémica de repero- niuscign de importantes cryaninaclones piquctorss (Feder fin de Tierra y Viienda, Barrios de Pie), caracterizadas por fina fuerte mates populist, En fin, una vermis, ecordemor que el pasa que va “de Ia uunidad basiea al comedor comunitario” (Grimaon-3008) arran ‘Siem or 80, con ioe primeros planes sociales que instar cl go> lcmo peronista en a provincia de Buenos Aires, yen el nivel hcional, cl gobierno de Alfonsin; pero éstosforman parte de tina poffica mda sstemtiea alo largo de los 90, y fnaimente, tntran en una nueva ctapa en el aio 2008, 9 partir de ia masif facign de los planes sociales, realizada bajo el gobierno de ce DDuhalde y reconfirmada por Kirchner. En este nuevo excena- or tos cligpositivos del clientelisme afectiva se potenciaron y, 2 Pied se tansiormaran, asegurando asi la reproduccion del beronismo sdesde abajo". Ast elvidadas Ia promesa de univer PEimucton de los planes y, at mismo tiempo, eanalizada polities ‘Riente laifusign populsta” que iustran deverminados sectores Grpanizados, el peronismo fogrs, una vex mds, legitimar su vin Clo con los sectores populares. Nunca esti de mas recordar cisin necesario resulta com texuualisar y comparar los efectos de las nuevas poltucas neoli= berales en diferentes paises le América Latina. Con esto que Pemes decir que, pes “a los aires de familia” (Torre:1998), el Impacto que a iplantacién del modelo neoliberal avo sobre el munde popular Intinoamerieano, tan mareado por la ex sencia populists, esta lejos de rer el mismo en todos lados. En Bolivia, donde exiais un movimiento obrero combativo ¥ ppersisten extracturas comunitariss fuertes, la resistencia popu Evtiue importante. Mae ain, durante los 90, el neoliberalismo Fevitaliza elementor comunitarios preexistentes, que termi fron por ser tepolitisados, para formar parte de un proyecto Shugenico respecto del modelo de acumulacién vigente. En. Chile, en cambio, el modelo acollberal —considerado “exi- foro" en terminos generales— termind por iquidar y neutra- Maar los fuertes elementos comunturios presentes en eierias ‘caperienciss poliieas, que durante los 80 habfan sido conside~ Gauss como portacoras de elementos aniagénicos 0 alternati= vor (el caso del movimiento de pobladres) ‘En ln Argentina, a reconfiguracion de la matriz popular en términos territoriales/comunsiarios aparecio como una exi- [gencia—y una creaeidn, ala ver desde arriba y desde abajo— Para contener el conflcto social, frente a la destruccidn det fhundo obrere popuilar, En medio de earnbios de todo orden, el Chose as clases popuilares,ligado a la lucha sindieal yla coma Ge crm slr tn impacto mayor, en virtad de su vinculo es trechoc inclucible con el Partido Justicalista que, desde los di- Terentes niveles del Estado, seria el encargado de Mlevar a cabo is Jas lamadas reformas estructurales.Asf a fines de os 90, a nueva imatrie popular indica nto el declive del mando obrero (In dit Cults de constr un "nosotroe" clesde la exfera del abajo). eo. imo la emergencia de un conjunta heterogenco de organizx. Clones territories que poco tienen que ver eon el munda de fos {ntagjaciores urbanos que se extenclia entre los afios 40 10s 70. fcho mis con el muunde comunitario de los pabres urbanos, at Igual que en owes pases de América Latina. Dichas organisaciones comenzaron a desarrollarse en los 80, pero registraron una nuevo impulso durante laersis hipet= infincionaria del 89, sl empo que sufrieron una fuerte feo. Hentacign durante ios 90, cuanda se implement6 un nuevo modelo de gestion, En fin,aqulias se tormaron defnitvamen- te visibles luego de fa gran crisis de 2001. Bn la actualidad, este nuevo tsjido territorial, euyos contormos azoman s partir dela ‘multiplicidad de Ine reces de sobrevivencia y la experiencia de In tegregacidn socioespacial, abarea un conjunto muy vasto ¥ heterogenco de onganizaciones, desde Ove fuertemente di fnles (eogun los rubrosy el caricter de ellas); organizaciones Feligiosas, en su gran mayoria jerarqulcas y vertealistas: dif Fentes agrupaciones piqueterss, que realizan un abajo de Drganisacion territorin, ala vex souial y polfdeo; en fin, come- lores y socledades de fomento, muchor de elles fuertemente Vinculadar al poder politico, Sin embargo, mds alld del carde- ter politico o despolitizado de la accl6n, del alcance innovador o meramente reproductvo de las organizaciones, ef nuevo ‘modelo coloca en el centro Ia Fgura del militante social, me- ‘cuyo conccimiento, en toda su extensign y complejidad, e5 todavia una tarea pendiente." "En fuma, cn el marco de este proceso de reconfigueacién territorial, surge un nuevo proletartado, multiforme, plebeyo ¥ heterogeno, que no slo exel asiento de practicas Tigadas al asi tenelalismo yal cllentellsmo afectivo, promovidas centralizada © descentralizadsmente desde diferentes instanclas y organiza- Clones, ana tambien e) farus de nucvas formas de resistencia y précticas poltieas. TERCERA PARTE La ACCION COLECTIV: DE LA CRISIS A LAS NUEVAS FORMAS DE, RESISTENCIA AL MODELO NEOLIBERAL

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