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8 principios para un ambiente heroico

En la gestión empresarial se requiere de liderazgo con impacto individual, lo que se conoce


como auto liderazgo, e impacto familiar con la capacidad de motivar, impulsar y mantener
las voluntades en el equipo de trabajo para que la organización logre alcanzar sus metas y
objetivos en el tiempo determinado con la eficacia y eficiencia necesaria.
Ser una figura destacada en un equipo de trabajo o en una organización nos puede colocar en
una situación ambigua que no es muy querida por algunos. De un lado la admiración de unos
y la envidia y desprestigio de otros, tal cual como en las películas, que existe un héroe y un
villano.
La persona que se capaz de inspirar a otros para surgir en la vida y/o en la organización es
la apropiada para convertirse en líder con el compendio de cualidades que se adquieren y se
trabajan. Como primer principio la transparencia y la sinceridad se convierten en verdad. En un
mundo altamente competitivo a veces la ética pasa a un segundo plano, pero a la larga la gente
después de todo da media vuelta para mirar esos valores cuando ya no puede ser participe de
recibir ese trato sincero y verdadero.
Hablar con los demás con la verdad es sinónimo de nunca ocultar la verdad que se traduce
como realidad, interpretarla a veces suele ser complejo y complicado, ¿Cómo ha de ser
aceptarla y cambiarla? Los que logran entender esta labor en la vida son lo verdaderos lideres
que necesitan nuestras organizaciones.
Como segundo, la confianza, es un mundo donde esto pocos pueden tener en algo o en alguien
como lideres debemos inspirar y dar confianza porque es un valor de vital importancia en
el mundo de los negocios y las empresas. Administrar recursos es una parte donde alguien
deposita su confianza en nosotros, pero depende de nosotros no defraudar esa confianza. En el
trato hacia los demás debe ser alimentada por hechos y conceptos para definir preceptos que la
gente seguramente aplicara en sus vidas.
En un tercer lugar, por darle un orden a las ideas y no por decir que una es mas importante que
otra orientar sin egoísmos. A veces como lideres creemos que estamos en una competencia con
los demás y pueda que nos sintamos amenazados de ser destituidos por alguien supuestamente
inferior a nosotros. Pero no es cierto, en el liderazgo debemos guiar a los demás inicialmente
hacia la consecución del horizonte institucional y luego hacia metas familiares o personales.
Compartir es la única satisfacción que se llevara el ser humano después de haber acabado su
paso por esta vida.
Un cuarto principio: ser receptivo a nuevas ideas sin importar su procedencia. El personal que
hace parte de nuestros equipos de trabajo convierte el trabajo en algo dinámico y participativo,
en ellos hay nuevas y buenas ideas, como dice un proverbio: en la multitud de concejeros hay
sabiduría. Por personas prepotentes que creen que uno tiene que actuar conforme a sus ideas
hace del concepto “recibir ideas” algo no muy bien recibido pero hay veces que gente absurda
dice cosas sabias, increíble pero cierto. Ser receptivo a estas nuevas ideas no quiere decir que
debemos hacer lo que ellos dicen. Pensar y rescatar lo bueno que hay en esas ideas puede nutrir
nuestra visión.
En un quinto puesto tomar riesgos en bien de la organización es algo fantástico pero hay que
planearlo bien, he visto casos de personas que cambian sus trabajos por ir a una compañía
donde les ofrecen otras perspectivas y resultan terminando sin nada de lo que ellos se
imaginaban haciéndolos sentir frustrados.
Los riesgos se corren y cuando apuntan al mejoramiento de la organización es bueno sin dejar
de incluir a nuestra familia en ese conjunto de riesgos que se toman.
Conceder crédito a quien le corresponde es un sexto principio. En las organizaciones se
requiere que se deposite confianza de información y de recursos a las personas y es útil tener
en el equipo de trabajo a personas que sepan corresponder a esa confianza. Esto causara
acercamiento en la relación de los componentes del equipo. Causando influencia que puede
ser usada en el bien de la organización.
Otro principio fundamental en un séptimo lugar es no tocar dinero deshonesto, la confianza
que nos hemos ganado de otras personas y un acto deshonesto pone en tela de juicio la
reputación que pueda tener esa persona pues dirá: ¿Si eso hizo con la empresa, que tantos
alcances tendrá con mi confianza? De seguro que esto generar inseguridad y llegara a afectar
la comunicación haciendo del ambiente algo confuso, contradictorio e insoportable.
Poner los intereses de los demás antes que los nuestros se traduce como: los intereses de el o
de ella son mas importantes que los míos siempre y cuando la organización no se vea afectada.
Si puedo cubrir su puesto de trabajo en caso de que alguien lo necesite y lo puedo hacer. Lo
hare.
Este conjunto de principios hace de nosotros unos líderes con altas escrupulosidades capaces
de motivar y concientizar a nuestros colaboradores para que nuestras organizaciones cumplan
sus objetivos.

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