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Tes ultura 10S rie Estudi Ce Teatralidades de Ia memoria: Rituales de reconciliacién en el Chile de Ia transicién ‘ Alicia del Campo ¢s antropdloga (Universidad de Chile), doctora en. ‘iteratura (Universidad de California, Irvine), Profesora titular en el Departamen- to de Lengua y Literaturas Roman- ces, Alemanas y Rusis, de Califomia State University, Long Beach, Sub- director del Programa ce Estudios Latinoamericano de esa misma uni- verschd. Es co-editora del libro Discursos tea- ‘ales era Jes vumnbvales det siglo XE Edi ones de Gestos, Irvine, 2001. Ac- tualmente, junto a Lola Proaiio- Ger, tia el leo Trasesas de per y campos ele batalla: VIT Encuenino de Miujeres de Pheramérica en las Artes: Eseéiticas. Madr (Pundaci6n Autor) y un niimero especial de Latin American Perspectives. “Memoria y Cultura Popular” junto a Arturo Arias (Universidad de Redlands). Es miembro permanente del Colectivo Editorial de la Revista Latin Ainerican Perstecive (Universi de Califo. | nia, Riverside) y hha sido Assistant Fito de Reta Gest teora y pic- | tica de Teatro Hispeinico desde 1995 tnt Er etm Su of (Universidad de Califomia, Irvine}. IDEOLOGIES & LITERATURE Mosquito Comunicaciones: UNIVERSITY OF MINNESOTA Cc ‘Teatralidades de la memoria Rituales de reconciliacién en el Chile de la transicién Directore: Cristian Cottet, Mosquito Comunicaciones Hernan Vidal, Institute for the Study of Ideologies | and Literature, University of Minnesota Comité Consultor: Luis Ramos-Garcia, University of Minnesota Anthony N. Zahareas, University of Minnesota John Beverley, University of Pittsburgh Sara Castro-Klaren, Johns Hopkins University Roman de la Campa, State University of New York, Stoney Brook | Beatriz Gonzalez Stephan, Houston University James Iffland, Boston University Mabel Moraiia, University of Pittsburgh Meana Rodriguez, Ohio State University Javier Sanjinés, University of Michigan | Comité de Evaluacié Alicia del Campo Teatralidades de la memoria Rituales de reconciliacién en el Chile de Ia tiansicién the Study of & fe Uirerarune a UNIVERSITY OF MINNESOTA, = Serie Estudios Culturales Teatralidades de la memoria © Alicia del Campo ‘© Mosquito Gomunicaciones, para la presente edicién © Alvaro Hoppe, fotografia de portada Fotografias del Capitulo 2 corresponden al libro "Por la paz de Chile", autorizadas por Fundacion Salvador Allende para esta ppublicacién: © Blr Rojas, foto 1 © Eli Rojas, foto 2. © Alvaro Hoppe, foto 3. © Alejandro Mendoza, foto 4 © Costa Gavras, foto 5 © Alejandro Hoppe, foto 6 © Alejandro Hoppe, foto 7. Primera edicién: Septiembre 2.004 Reg, Propiedad intelectual N®: 135.057 US.B.N.: 956-265-145-2 Impreso en los Talleres Graficos de MOSQUITO COMUNICACIONES: SANTIAGO DE CHILE Derechos exclusives reservados para todos los paises. Este libro, como totalidad, no puede ser reproducido, transmitido ‘0 almacenado, sea por procedimientos mecanicos, Optics © Quimicos, incluida la portada, sin autorizacién del autor © el editor ‘Se autoriza citalo, indicando la fuente, A mis padres Alicia y Enrrique, narradores de memories y usopias. A Camila y Matias, mi norte A la memoria de Hugo Riveros y la de aquellos con los que ain tenemos esta cteuda. A los que se resisten a olvidar indice Intropuccion 1 Marco Historico-Conceptuat, ‘Teatralidad y articulacién de imaginarios sociales Teatralidad, identidad nacional y memoria histrica El escenario de la transicién democritica: Coordenadas de la paz civil 2 Cureo De recano, cuERPO DEL reRDON LA TEATRALIDAD POLITICA DEL FUNERAL OFICIAL De SALVADOR ALLENDE 3 Teatkaunap wearifica: Jaime Guzman, CORDERO SACRIFICIAL DE LA RECONCILIACION NACIONAL 4 Coxctusiones 5 Broiocratia 7 38 98 161 21 241 Alicia del Campo Agradecimientos Quisiera expresar mi gratitud a todos quienes, en Minneapolis, Irvine y Santiago, han contribuido a la publicacién de este libro. Agradezco muy especialmente el constante apo- yo, didlogo, eriticas y amistad que me brindara Hernan Vidal, cuyas propuestas tedricas en relacién a la literatura y los Derechos Humanos constituye la base fundamental de la mira- da que este libro contiene y por la posibilidad de desarrollar un encuentro entre la antropologia y la critica literaria vista como tuna arqueologia de proyectos sociales, en ta que el critico se siti en un productivo dilogo con Ia sociedad que le preocupa, A Juan Villegas, director de mi tesis doctoral, por su constante apoyo y su aguda manera de generar los caminos que me permitieron Hevar a cabo el proyecto que diera origen a este libro. Sus valiosas contribuciones metodoldgicas y tedricas a los studios teatrales conformaron la matriz de este trabajo. Espe- cialmente agradezco a Mark y a mis hijos Camila y Matias por su carifio, paciencia y comprensién en este largo proceso. Agradezco el apoyo académico y oportunidades que me brindara la Universidad de California, Irvine, los profesores del Departamento de Espafiol y Portugués, en especial Ana Paula Ferreira, Maria Herrera Sobek y @ Jacques Derrida por sus ‘generosos y valiosos comentarios a una versién inicial de este estudio. Agradezco especialmente a Lucia Guerra-Cunningham su constante apoyo en el proceso de publicacién de este ma- nuscrito y a mis colegas del Irvine Hispanic Theater Research Group, dirigido por Juan Villegas, especialmente a mis amigos Teatralidades de fa memoria en Chile Lola Proafio-Gémez, Gustavo Geirola, Silvia Pellarolo y Mario Rojas por el constante didlogo respecto de estos temas. A. Johannes Birringuer por su estimulo y apoyo durante mi estadia fen Norwich, Inglaterra, mientras escribia gran parte de este manuscrito gracias la Beca Presidencial, una de las varias que me otorgara la Universidad de California facilitando la investi- gacién y el trabajo de campo. Agradezco ademés el apoyo de mis colegas de la Universidad del Estado de California, Long, Beach: James Green, Rosie Hernandez, Claire Martin, Clorinda Donato y Jill Pinkney-Pastrana, por su constante aliento en el proceso de finalizacién. ‘A mis amigos en Chile, Fabiola Letelier del Solar, Atilio y Marisol Quintana, Patricia May Urata, Soledad Saavedra, por su apoyo, contactos, materiales, criticas y sugerencias en las diversas estadias de investigacién en Chile que conforman la base etnografica de este estudio. A todas las organizaciones que generosamente me ofrecieron su documentacién, archivos fotografias y testimonios: Memch, Codepu, Fundacién Salvador Allende, Fundacién Jaime Guzman. Agradezco ademés el apo- yo del Archivo Fotogritfico de la Biblioteca Nacional de Chile ‘por facil itarme las fotografias de periédicos y revistas esencia~ les a este andlisis, a la Fundacién Salvador Allende y especial- mente a Patricia Espejo por permitimos reproducir algunas imagenes del libro Por la Paz de Chile, publicado por la Fun- dacién. Este trabajo no hubiese sido posible sin ta inicial acogida del programa de MA de la Universidad de Minnesota y Hernan Vidal. Creo que fue alli, con mis viejos amigos y colegas, Gustavo Remedi y Mario Cesareo, donde comenzé este reco- rrido nostalgico por la memoria, aquella tarde en que pintéba- ‘mos afanosamente ~en la sala mas grande que encontramos— una gigante reproduccién de una carétula del Quilapayiin, que serviria de telén de fondo al concierto organizado por el Minnesota New Song Committee. Es desde esa necesidad de reconexién que este trabajo 10 Alicia det Campo espera poder contribuir 2 Ia reflexién sobre la memoria y los olvidos de la transicién, en deuda con el dolor, el silencio y la au sencia de los que en definitiva han quedado excluidos de las naxrativas con las que contamos, sacralizamos, reinterpretamos © redimimos su historia " Teatralidades de la memoria en Chile Introduccién Este libro busca contribuir a las reflexiones sobre los modos en que se articulan los discursos sobre la memoria his- trica y la identidad nacional en el momento en que se inicia el proceso de democratizacién a partir del primer gobierno de transicién en Chile. El carécter espectacular que adquiere esta rearticulacién del sentido de la nacién nos leva a pensar en la necesidad de ampliar los parametros investigativos de los estu- dios teatrales para, desde una mirada analitica a la puesta en escena de la memoria, aportar lecturas de estos discursos que hagan posible exponer las tensiones fundamentales que su es- pectacularidad busca sellar. En esta tarea, la mirada antropo- logica aunada a la mirada teatral constituyen las bases funda- mentales de un modelo analitico que se ofrece como paradigma metodolégico para el estudio de las formas en que se transan simbdlicamente el sentido y significacién de la historia y el quehacer social, a partir de una multiplicidad de discursos ins- critos en las teatralidades sociales de rituales y ceremonias piblicas que sirven de espacio de lucha ideolégica a los diver- sos sectores de la comunidad nacional que buscan proponer propias y legitimas interpretaciones de la historia reciente. Ete trabajo surge de la necesidad de entender el modo en que Ia sociedad chilena se re-encuentra con su memoria histérica tras los diecisiete aflos de dictadura militar que siguie- ran al derrocamiento de Salvador Allende. Este momento con- figuré un desafio para todos los sectores de la comunidad nacional en la medida en que su inicio confrontaba a los chi- 12 Alicia det Campo leno»s con la necesidad de reconocer, re-interpretar y reapropiar el pasado reciente para poder, desde alli articular nuevas pro- puestas que definieran el futuro nacional. Este proceso de redemocratizacién conlleva la necesidad de restablecer el modelo democritico y los valores fundamen- taless sobre los cuales se habia apoyado hasta ese momento la concepsién de Ia chilenidad como una comunidad diversa y pluralist, heredera de una larga tradicién democratica. La grave ruptura que signifieé para la convivencia social el Golpe de Estado de 1973, la detencién, tortura, ejecucién, y desaparecimiento de ciudadanos, deja a la sociedad chilena en una situacién de profunda crisis moral. La paulatina revelacién de estos hechos, especialmente en los primeros seis meses de retorno democratico, conlleva para los diversos sectores de la comunidad nacional la necesidad de redefinir los parametros dentro de los cuales ha de ser definida la cultura nacional en el marco de una sociedad post-traumética y de post-guerra. El proceso de redemocratizacién iniciado formalmente en 1990 con las primeras elecciones presidenciales democréticas desde 1970, conlleva las limitaciones heredadas del modo en se transara la transicién con los sectores militares. El primer aio del gobierno de transicién constituye el momento en que que- darn definidos los derroteros y limites de la gestién redemo- cratizadora y en que se habrin de delinear los parémetros ideolégicos dentro de tos cuales quedaré situado el pasado reciente y la posibilidades de accién a futura respecto de las politicas represivas que se instaurasen durante la dictadura militar. Podemos decir que este primer afio conforma un mo- mento de crisis en varios sentidos para la definicién de la na- cidn: existe la necesidad de confrontar la verdad respecto de las ntumerosas violaciones a los derechos humanos por parte de los agentes del Régimen militar, las condiciones en el ejecutivo y legislativo no corresponden a los de un Estado plenamente democratico (hay una serie de “legados’ antidemocraticos -téci- 13 Tearralidades de la memoria en Chile tamennte aceptados por las negociaciones con os militares en busca de una salida democratien— aun vigentes y que delinean aque Ho que Brian Loveman ha denominado como un estado de “military guardianship* (Loveman 1994); las organizaciones en deferisa de los Derechos Humanos conforman un sector de fuerte presién sobre el Estado en sus demandas de justicia y Teparacién frente a los crimenes cometidos: el gobierno de la Concertacién requiere definir la continuidad econémica del modelo neoliberal dentro de un marco de mayor participacién demoeritica; la nacién como un todo debe confrontar estas ‘verd ades’ que ahora comienzan a emerger con mas fuerza en distimntas instancias y a través de diversos medios. La television y la prensa van gradualmente haciendo visible el rostro velado de la dictadura: las easas de tortura, las tumbas clandestinas, los enterramientos ilegales, los campos de concentracién. Los testimonios de las victimas van adquiriendo un rostro mas visi- ble, una voz mas audible que aquella que tuviesen en los afios previos, restringidas ~como estaban- a los ambitos de alianza con la lucha antidictatorial ‘Asi, poco a poco, ciudadanos que antes habian escogido cerrar sus ojos frente a las denuncias, ven desfilar frente a ellos el especticulo de un Chile deformado en las muecas de horror de cientos de restos dseos sin nombre ni apellido, El caricter paradigmatico de este momento obliga a que los diversos sectores politicos que conforman esta comunidad nacional busquen activamente modos retéricos y simbélicos de articular interpretaciones del pasado reciente que les permitan legitimar el accionar de sus propias instituciones politicas. Asi, desde diversas instancias discursivas y précticas sociales se gestan narrativas que buscan configurarse en versiones oficia~ les de Ia historia o en expresiones legitimas de la memoria colectiva, Toda articulacién de la memoria historica implica nece sariamaente una elaboracién discursiva oficial en que la historia reciente de la nacién ha de ser enmarcada en términos de la 4 ideclogia que sustentan los sectores dominantes y que busca constituirse en el aval simbélico de las transformaciones polit cas y sociales del proceso de transicién democrética, en un contexto en que la postulacién de un discurso hegeménico aparece como una necesidad clave para la estabilidad social que se pretende conquistar. Desde el Estado, la continuidad del proceso de redemo- cratizacién depende precisamente de lograr la pacificacién efectiva de las tensiones que generaran inicialmente ef Goipe de Estado que da origen a la dictadura militar, tanto como de neutralizar las insistentes demandas de aquellos que suftieron, en carne propia o en sus familiares y companeros, la violacién de sus derechos fundamentales como seres humanos. La for- mula que resume simbélicamente la propuesta del Estado, la de fa reconciliacién nacional, se apoya en una serie de gestos teatrales que buscan consolidar un discurso hegeménico que permita la continuidad pacifica del modelo econémico neoliberal instaurado por la dictadura. El imaginario eristiano juega un rol clave en a instaura- cién de este modelo interpretativo en tanto permea los discur- 808 que, tanto desde el Estado de transicién como desde los grupos de derechos humanos, buscan reivindicar su propia narrativa, En este primer aio, dos figuras icénicas parecen funcionar como claros paradigmas de la lucha por el sentido de la transicién: Salvador Allende y Jaime Guzman, como queda de manifiesto en los rituales asociados a sus muertes. El fune- ral oficial de Salvador Allende se ofrece como un sitio paradig- ‘miitico de la lucha por el sentido del Golpe de Estado, al tiempo que st: cuerpo aparece como Ia materialidad sobre cuya resigni ficacidn se hace posible refundar el sentido de lo chileno como nacién democritica. En la recuperacién del cuerpo de Allende se sellan las heridas del pasado y se redime a la nacién del peeado original. El asesinato de Jaime Guzman por otra parte, obliga al estado de transicién @ poner en escena una teatralidad politica de preocupacién que le sirve como el gran 15 Teatralidades de la memoria en Chile xgesto simbdlico que permitira precisamente enterrar las deman- das de justicia social que exige el conocimiento piblico de los abusos cometidos por la dictadura. ya denunciados en extenso detalle en el Informe Rettig, apenas un mes antes de este asesinato, Es a través del andlisis de estas teatralidades que espe- ramos poder seftalar con claridad los pardmetros de sentido sobre los cuales se articula el modelo cultural de la transicién. Con ello buscamos de este modo poder definir los ejes simbé- licos sobre los que se sustenta este modelo como necesario correlato al modelo econdmico y social al que se busca dar continuidad. El modelo cultural de la transicién aparece en principio como un proyecto de pacificacién nacional que expo- ne la memoria —la historia oculta— sin hacerse realmente cargo de las preguntas fundamentales que yacen tras las demandas de los familiares de las vietimas. De este modo, el cuerpo sacrificial de Salvador Allende y el de Jaime Guzman se exhi- ben a la luz piblica con una sobredimensionalidad que logra hacer de ellos figuras ejemplares que parecieran obliterar la horrorosa ausencia de! cuerpo de los desaparecidos y con ello el perdido sentido de civilidad de la nacién, Definimos aqui como civilizacién a una comunidad que pone al servicio de todos suis miembros los maximos nivetes de acumulacién cultu- ral, simbélica y material, para la consecucién de la felicidad de sus miembros como utopia que guia su accién histérica, El proceso de redemocratizacién en Chile se inserta ademas en el marco mayor de otros procesos de redemocra- tizacién en América Latina a consecuencia de los periodos represivos que se instaurasen en Brasil, Argentina y Uruguay en los afios 60's y 70°s. Estos procesos comienzan en 1964 con el derrocamiento de Joao Goulart en Brasil y la instauracién de la dictadura militar brasilefia y se continua con los regimenes totalitarios que se gestan en Argentina y Uruguay como pro- ducto de las diversas formas de alianza que se conforman entre los sectores conservadores de las oligarquias latinoamericanas, 16 Alicia del C moo los_intereses del estado norteamericano y sus estrategias de control de América Latina materializados en politicas de inter- vencién imperialista. Ello se da en el marco de la guerra fria y de la amenaza vista en 1a Revolucién Cubana como modelo de transformacién social cuya expansién a América Latina poncria en peligro los intereses econémicos y politicos que mantiene en la regién. El temprano aborto de gobiernos que buscaban transformaciones radicales del modelo socioeconémi- co dependendista, surge como parte de la politica de control frente a la amenaza que significa para los Estados Unidos esta exportabilidad de la revolucién cubana, generando una politica continental en que desarrolla diversas estrategias de control a través de sus servicios de inteligencia y sus aparatos militares, que van desde el financiamiento de movimientos opositores (Chile), subvencién de huelgas gremiales para paralizar los gobiernos de tendencias de izquierda, creacién y apoyo de grupos paramilitares (por ejemplo, los contras en Nicaragua), apoyo militar a los regimenes militares represivos que permitan aniquilar la posibles formas de resistencia emergentes, hasta el entrenamiento de personal militar latinoamericano en la Escuela de las Américas. ‘Como producto de este proceso de transformaciones se da la emergencia y consolidacién de partidos politicos y movi- mientos revolucionarios que desde diversas lineas de pensa- miento de tendencia marxistas y marxistas cristianas buscan articular modos de acceso al poder por la via democratica, tanto como por la via armada, con miras a una transformacién radical de las condiciones sociales y politicas que perpetiian profundas y graves diferencias de clase en América Latina, con apoyo en oligarquias nacionales que sirven los intereses econémicos de capitalismo transnacional. La alianza de los Estados Unidos con las oligarquias locales se hace evidente como politica sistematica a partir de la creacién de la Escuela de las Américas, destinada al entrenamiento de cuadros milita- res capaces de ejercer funciones represoras en las comunida- 7 Teatralidades de la memoria en Chile des locales en el marco de la Guerra de baja intensidad. Claros ejemp los de estos sistemas de represién concertada son el caso Letelier, el caso Horman y la operacién Céndor. Considerando o planteado hasta aqui es posible argu- mentar, sin demasiado riesgo, que la transicién democratica en Chile se da en el marco de una crisis generalizada que afecta diversos niveles de lo nacional: la crisis de la democracia como modelo sostenible, la crisis del Estado en tanto posible garante de la Libertad y la justicia en un marco plenamente democratico (nos encontramos con un Estado limitado en sus funciones y sujeto a la necesidad de consenso al interior de la diversidad de partidos que conforman la Concertacién Nacional), crisis de la izquierda chilena en tanto se sale de un proceso fracasado y en tanto debe resituarse frente a la crisis politica que corresponde al desmoronamiento del bloque socialista para la izquierda inter- nacional 'nsuma, podriamos hablar de una crisis de la cultura nacional que ha de redefinirse frente al marasmo de su propio pasado y encontrar puntos de unidn que permitan sellar la pro- fundas divisiones que gestara este proceso, para poder, desde el espacio historico y simbélico de la transicién, establecer una nueva propuesta de cultura nacional capaz de generar hegemo- nia en cuanto a esta tan ansiada unidad nacional en la diversidad, En este marco critico, se hace también necesario replan- tearse el rol de las ciencias sociales y las humanidades en torno a lo que puede ser su contribucién al esclarecimiento de los pardmetros de esta crisis. Si bien, desde el siglo XIX los inte- lectuales latinoamericanos lograron, desde su produccién litera- ria, contribuir a la construccién simbélica de la cultura nacional y ala creacién de narrativas de identidad nacional que en su ‘momento aportaron las claves simbélicas que diseflaban el marco general de los procesos econdmicos, sociales y cultura- les sobre los que se constituyeron las nuevas naciones -el paradigmna barbarie y civilizacién, por ejemplo-, es posible plan- tear que en el contexto al que nos referimos, los discursos 18 Alicia del Campo litexarios quedan, cada vez mas, sujetos a las elites letradas y dejean de tener una gravitacién importante en cuanto a los moclos en que los miembros de nuestras sociedades definen 0 busean definir sus identidades culturales y los parémetros den- tro de los cuales se insertan en el marco de la cultura nacional. Es a partir de ello que John Beverley ha hablado de a crisis de 1a literatura y la critica (1993) y que Hernan Vidal ~en un marco mis restringido— ha visto sintomatizado en la crisis del teatro como institucién (1992). Frente a ello, el desafio que se presenta a la critica literaria es el de rearticular su instrumental te6rico y metodolégico para poder buscar en otros espacios la produccién discursiva que hoy en dia asume la tarea de articu- lacién metaférica de la cultura nacional que otrora acapararan la literatura y los discursos de los sectores letrados. En el contexto de la redemocratizacién en Chile, uno de estos intersticios esta dado, a mi juicio, por una multiplicidad de manifestaciones rituales y ceremoniales en cuya puesta en escena se van a inscribir, en situacién de negociacién discur- siva, las diversas interpretaciones de la historia reciente entran- do en relaciones de tensién y negociacién con modelos que, desde diversos intereses, buscan legitimar propuestas alternativas. En este marco, la antropologia simbdlica aparece como la herramienta mas adecuada para abordar el modo en que se articula esta crisis. El alto caracter espectacular que adquiere la gestion del estado de transicién nos exige buscar en las herramaientas de la investigacién teatral la posibilidad metodols- gica de abordar estos discursos en su componente espectacu- lar, en tanto construyen significados @ partir de estrategias dramaticas y puestas en escena en diversas instancias y espa- cios de la esfera piiblica cotidiana. En abril de 1991, un pequefio colectivo de artistas e in- telectuaies se reunié para organizar, en Santiago y desde sus diversos oficios, un acto simbélico que pudiera servir como espacio de reconocimiento y reencuentro de una fragmentada ‘comunidad nacional y de gesto que acogiese la memoria de las 19 victimas de la dictadura militar y, en especial, de los ejecutados en el Estadio Chile, durante las primeras semanas posteriores al Golpe de Estado de 1973 La oportunidad de ser parte de ese acto, de colaborar con las actividades culturales gestadas en Estados Unidos para su organizacién y el poder viajar a Santiago a participar de este evento, fue el germen de las reflexiones que en este libro busco proponer en torno al tema de la memoria histérica en el con- texto de la transicién democratica. Este ritual de purificacién y limpieza del Estadio Chile, llamado Canto Libre, hizo evidente para mi la necesidad de muchos ciudadanos de que su dolor y pérdida personal fuesen reconocidos colectivamente por la sociedad chilena, De algin modo toda reparacién debja pasar por el necesario reconocimiento social que validara y diera sentido al sacrificio de las victimas. Este confrontar la memoria histérica exigia la pregunta por el sentido de lo nacional y por las bases sobre fas cuales la historia y el sentido de la civiliza- cién quedarian definidos. Como adolescente chilena, el periodo de la Unidad Popu- lar signifies para mi un momento de gran florecimiento cultural, participé en trabajos voluntarios, talleres teatrales y en progra- mas que buscaban trasladar los escenarios teatrales a escuelas de poblaciones marginales en que muchas veces una improvi- sada yuxtaposicién de pupitres de madera transformaba en minutos un patio de escuela en un escenario teatral. Alli los nifios subian al escenario en plena actuacién transforméndose en espontineos actores y apropiando asi sus escenarios. El escenario arménico, solidario, de miiltiples encuentros que para mi constituia ese momento desde mi propia participacién se transformé radicalmente el 1 de septiembre de 1973. El Golpe de Estado significé, en mi cotidianeidad, un brusco corte con aquella posibilidad de contribuir orgénicamente a la construc- cién de una comunidad solidaria. La nostalgia de una colecti- vidad conectada a valores humanos sea quizés uno de los sen- timiento s que guian este trabajo: la necesidad de reconstituir 20 Alicia del Campo esa comunidad con sentido y de poder desarrollar una practica pro fesional orgénica, en didlogo con y en relacién a una comu- nidad cultural Este establecer una prictica profesional conectada a las, pro blemiticas sociales relevantes se funda en la capacidad para incorporar metodologias y estrategias que nos permitan abordar el modo en que los diferentes sectores ~ttnicos, de género y de

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