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Actas de Lengua y Literatura Mapuche 5, 1992; 71-84 Universidad de La Frontera, EL MODELO DE PARENTESCO MAPUCIIE Y LA ENUNCIACION Lidia Bruno. Mirta Serafini EL objetivo ce este trabajo es dar cuenta del use de los términos del parentesco mapuche, en el marc de la Enunciacitin. Asumimos ef concepto de Enunciacién en sentido amplio. Consideramos que a partir del momentu en que el hablante se “apropia” de la lengua ¢ instaura su "Yo", instaura también al destinatario, quien, per su parte, no ejerce una aetitud pasiva, sino que forma parte de todo el proceso y junto con ef hablante crean la situaciéin comunicativa. Asi reconocemos como componentes de la enunciacidn: «al locutor, «al destinatarie, y En este trabajo también nos dedicaremos a analizar este ultimo uso. Deslindaremos cuales son las variables pertinentes que se encuentran en el proceso de la enunciacién, cuando el hablante se refiere, por un lado, al "Yo", donde fija las coordenadas espacio-temporales y se embarca en el discurso, y por otro lado, cuando se refiere al “otro” (segunda y tercera persona del singular). Presentamos aqui, tres tipos de relaciones: Dentro de los parientes reales: = filiacién y ~ abuelos-nietos Entre los parientes afines: ros-yernos/aueras, 1.- Relacion de filiacion: padres-hijos El rol de ser padre, madre o hijo, en tada cultura determina un poder hacer especifico y sistematico en situaciones sociales concretas, consti tuyendo asi una pertenencia reciproca entre los miembros que cumplen uno u otro rol. Bateson sostiene que las relaciones progenitor /nifio constituyen las fuentes primarias donde posiblemente encuentra sus origenes todo comportamiento? Dentro de la sociedad mapuche, esta interaccidn comunicativa se establece con el fuerte dominio de la patrilinealidad. En el cuadro 1 se sistematizan las variables que entran en juego cuando el progenitor/a utiliza el término para referirse a su hijo/a. (1* persona singular) o para referirse a los hijos del “otro”. (2. y 34. persona singular). 2 ssid bien, papa’) Mi mamd es buena, Las relacinnes parentales som rel predicados diddices: “ser pase de.” “ser yerno de..." et Dada una reluciin hinaris, que se simboliza (xRy), se deneming referente al primer miembro de Lu relacidn (x), y relate al segundo (y} En Mluan es hijo de . Juan ex referente y Pedr reluto de la relacidin “ser hijo de.” Se lama daminiw de uma relacidin a la clase de vefercutes de Ja misma; y eo dominio, a la elase de todos sus relatos. (ef Barreiro, T.) Bateson. Grego: spirit. vol I. social. GEDISA, 1987 snes Binarias que pertenecen al grade de los “Contact cultural ee sehismogenese” en Vet Seuil, 1977. pp. 77-78 Citado por Verin, s une évologie de 1 » La semiasis 4 Actas de Lengua y Literatura Mapuche, 1982 kofi/pafeA x primera -| awe votam y fawe tercera Le Tw] x % kofiipahen | x x segunda eo x x x votam Seguin lo esquematizada, podemos decir que en el habla de la mujer no se diferencian los términos para marcar la filiacidn entre un referente femenino y uno masculine. Tanto la hija como el hijo reciben de su madre la misma forma lingitistica como denominacién. En cambio, en el habla del hombre, encontramos dos términos diferentes, segtin se refiera a su hijo o a su hija. El sexo del focutor, entonces, es el que determina coma Iamarlos, y en el caso de que el locutor sea masculino, también es relevante el sexo del referente. En la situacién dialégica en que un locutor se refiere al hijo o hija del “otro”, prima siempre el lazo existencial que vincula a ambos miembros de ia relaciGn: si su interlocutor es masculino, deberd referirse a su hijo,/a con las designaciones propias del habla varén; si, en cambio, interacciona con un destinatario femenino, utilizara la forma seleccionada para un hablante mujer. Lo mismo ocurre cuando el referir se hace para una tercera persona, {relato). El sexo de la persona aludida en el discurso es el que fija Ja denominacidn. Por ejemplo, cuando se dice: /kom kamelekaimin tami pu panen?/é no importa quién es el locutor, si que esté interaccionando con un destinatario femenino o esté refiriendo a los hijos de una tercera persona femenina. Por el contrario, si ese locutor, sea cual sea su sexo, se relaciona © {Céimo estin los hijitos? (a la madre) En el habla femenina, aparecen usadas para referir a sus hijos las formas/pafen y fkofi/, Segdn Florinda Beltrin, “es to mismo”. Sin embargo, en nuestras observaciones sobre el uso de estas dos formas, detectamos que, la primera denominaci6n se reficre a lox nifos pequefiox, mientras que La otra lo hace prara Jos hijos mais grandes, Lidia Bruno y Mirta Serafini /121 modelo de parentesee mapuche 78 con un destinatario mascutino, o se refiere a los hijos de un hombre, el sexo de éste es el que impone la distinci6n: utilizaré /Aawe/ si se refiere a la hija, o /votam/, si al hijo. En otras palabras, tenemos en el caso de fa filiacién la posibilidad de referirse a los hijos propios o del otro, cuanda los interlocutores son de igual o distinto sexo, seggin los siguientes pardmmetros: Hijos propios, igual o distinto sexo, forma lingiistica determinada por el sexe) del locutor, y del referente, cuando es pertinente. Hijos de! otro, igual o distinto sexo, forma lingiiistica determinada por el sexo del destinatario o relato del referente. En el cuadro 2 se sintetiza lo dicho anteriormente: Se refiere a Hijo/a__det Locutor Dest/Relato “otro” fpaneAr ivotam / ihawel Ipanet | pahent Jvotam / ‘flawed | /votam / | /pahenl | /pahefs Guadro 2 Como nes propusimes al comienzo del trabajo, este anélisis nos permitié deslindar algunos de los datos 0 elementos que el hablante/oyente debe mangjar para hacer uso de este sistema semistico. Consideramas que el elemento primordial que prevalece en las denominaciones de filiacién es el lazo existencial que se conforma entre el/la progenitor/a y sus hijos, De elle resulta que, al hacer referencia en el discurso, sea ese lazo el que predamina, acompanado por la variable sexo, cuando ésta es relevante, Al referirse al hijo del otro, también predomina el lazo existencial, de ahi que se dejen de lade las caracteristicas del locutor, las que si son pertinentes cuanda se refiere a su propio hije/a. (cf cuadros 1 y 2) Ejemplos: Un locutor masculino al referirse a las hijas de un relate femenino dice: /epu domo koni ka gej/? (Pedro) mientras que un locutor femenino y destinatario / relate mascutino dice: #tati makua pej tami votam/4 (Domi ne dos bijax mujeres 8 Ty hijo mira exte poncho. 76 Actas de Lengua y Literatura Mapuche, 1992 2- Relacién de “abuelos-nietos”. Esta segunda relacidn se caracteriza por presentar una forma lingiifstica tinica para los dos sujetos que la configuran. Las variables que intervienen son: a) sexo del emisor o del receptor, segiin sea abuelo/a o nieto/a, (siempre la variable de sexo la contiene la generacidn de los mayores). b) via de descendencia o ascendencia materna o patema Se da, asf, el caso de una relaci6n biclireccional en la que juegan de modo diverso una combinacién de dos variables: las ya indicadas en a) y b). Esto se visualizara con més claridad en el cuadro 3. Para una mayor comprensién, hemos considerado aqui las variables pertinentes para las designaciones en el uso vocativo, dada la complejidad de sus combinaciones. Designac. Locutor Dest/Relato Descendencia | Ascendencia M F M F_| PAT. ityetfes [x £ x nisto/a liyetfer | x abuelo Tijutful nietofa dtfutfud x abuela flakul x nieto/a Alakul x abuelo fkukuf nietofa fuku/ x abuela Cuadro 3 En el modelo de la enunciacién hemos trabajado, igualmente, con las personas del discurso y con la alternativa a referir: ~abuelos-nietos, - del “yo” y abuelos-nietos, - det “otro” Se utiliza la misma metocologia de trabajo presentada para la jacién. El esquema 4 explicita estas posibilidades. Lidia Bruno y Mirta Serafini / El modelo de parentesco mapuche 7 nac. | Locutor 1A. Pers. Pepe peed PAT ua itfetfe/ ftfetful tlaku/ flakul Afetfe / Afetfes fifutfur tkukul fkukut ‘Cuaaro 4 Como conclusién parcial de los elementos que juegan en esta relaciGn, vemos que: -en cuanto a la primera persona, la palabra/tfetfe/ puede designar al abuelo materno o a los hijos de la hija. En ambos casos, el sexo del destinatario es indiferente. Cuando el término se usa para designar a los nietos, es pertinente el sexo del locutor. Sélo el abuelo utiliza este término para designar a sus nietos. Pero, ademas, esta variable (sexa) va acompariada de la linea de descendencia, en este caso, son los “hijos de la hija”. El sexo del referente no es pertinente. Se les Hama igual al nieto o a la nieta. Cuando /tfetfe/ designa al abuelo, las variables relevantes, en cambio, son: el sexo del referente y la linea de ascendencia, es el “padre de la madre”. Vemos entonces que para la generacion de los “nietos”, a fin de designar a las “abuelos”, las variables pertinentes son: - Sexo del referente (generacién de los mayores) - Linea de ascendencia Para la generacién de los “abuelos”, las variables que cuentan en la designacién de sus “nietos” son: 78 Actas de Lengua y Literatura Mapuche, 1992 - Sexo del locutor (generacién de los mayores) + Linea de descendencia Veamos qué pasa ahora, cuando el locutor, en el diseurso, se refiere aestos términos en relacidn can la segunda y tercera persona, destinatario y relato. Sigamos con nuestro ejemplo /tfetfe/. En el caso en que se refiera a los “nietos”, lo que juega es: - Sexo del destinatario o del relato - Linea de descendencia Si, por el contrario, designa ef “abuelo”, lo que importa es: - Sexo del referente y + Linea de ascendencia Lo mismo se observa para las demas formas lingiifsticas: /laku/, /kuku/ y /tfutfu/, De todo lo expuestu, resulta que cada abuelo recibe para si una designacién; en cambio, cada nieto recibe cuatro, segtin quien sea el abuelo/a que lo Hame 0 refiera. Es importante destacar que en el uso de estos vocablos interviene, para desambiguar la designacién, otra variable: la edad de los participantes de la enuneiacién, en ef uso de vocativo, o de las personas referidas en el discurso, en el uso no voeativo. Esta variable, que no ha sido tenida en cuenta en nuestra anterior comunicacidn, reafirma la hipOtesis de anclaje de estos vocablos al momento del “acto de habla” concreto Con respecto al discurso referida, y homologando con la anterior relacién examinada, prima o prevalece también el lazo existencial entre Jas personas involucradas en el cliscurso. Los casos hasta aqui tratados entran dentro de lo que para el derecho canénico se denomina relaciones de “consanguinidad”, aunque habria que indagar con mayor profundidad, si los parientes por linea materna son considerados asi por el puebla mapuche, dada la patrilinealidad, propia de este modelo de parentesco. 3. Relacién de suegros-yerno/nuera. Una clara relacién de afinidad la constituye la que se establece entre los padres y los respectivos esposos de sus hijes. A esta relacién nos abocaremos de inmediato. También en estos casos se designa la relacion, sin individualizar a cada uno de los extremos. En el cuadro 5 se indican cuales son las variables pertinentes en cada caso Encontramos, como en el caso de los “abuelos-nietos”, una relacion bidireccional, donde juegan como variables pertinentes el sexo del locutor y del destinatario. En efecto, yi el término se usa para designar a la “madre Lidia Brno y Mirta Serafini / Et modelo de parentesco mapuche wig ”, el varén la llamard /Aaha/, la mujer /qanan/, mientras que si se quiere designar a} “padre de...”, el varén dird fifedkuj/, y la mujer, en cambio, /pefimo/. Lo mismo ocurre para la relacién inversa. (Ver cuadro 5). fhenal i suegra tharat x jAfadkuyt x suegra | ‘tfadkujét L ygtne._ } iqaqen/ suegra Iqagent fuera ipahimor suegre /pafhmof nuera Cuadro 5 ‘Cada miembro de Is relacién recibe dos designaciones, segan el iocutor sea o no de su mismo sexe. igual sexo distinto sexe Asi “ser madre de. /yagen/ fake ser padre de... Atfedkuj/ {pete "ser esposa de..." /gagen/ /pefrna/ “ser espaso de... ftfedkuj/ (haha Aqui, como en el case anterior, puede desambiguar la variable edad, que también, como la de sexo, es deictica. Sin embargo, si comparamos esta relacién de afinidad con ia de “abuelos-nietos", veremos que en esta iltima la variable sexo era contenida por la “generacién de los mayores”, mientras que en la de “suegros-yerno/nuera” el sexo juega, diddicamente, por oposicidin: - igual sexo -distints sexo. En el cuadro 5 se deslindaron las variables que son pertinentes para 80 Actas de Lengua y Literatura Mapuche, 1992 designar a ios miembros de esta relacién. Veamos ahora qué ocurre cuando: se usan en la enunciacién. Como en los casos anteriores, en Ia siluacion dialégica, el locuter puede emplear el termine en uso vocative y ao voeative. En este ultimo caso, puede hacerlo hablando de {a relacién respecte del "Yo", del “destinatario" y del “ , os, entonces, cudles son las variables que entran en juego. En ol cuadiroé se presenta ef esquema que las describe: Reterente ffedku ftfedkuj? inaneni Inaneni /pefime! ipefimo/ Mahal Maral htfedkuj! itfedkui/ /nanen! Inanen/ Ipeimo! fpefiimos Cuadro 6 1* Relaciones de afinidad en relaciGn con la hija 2* Relaciones de afinidad en relacion con el hijo. En ambos casos se respetd el ordenamiento del cuadro 5, Cuando ef locutor se refiere a los “propios”, las variables pertinentes son: - sexo del locutor = sexo del referente Cuando se refiere a la relacidn de los “atros”, las variables son: Lidia Bruno y Mirta Serafini / El modelo de parentesco mapuche a1 - Sexo del destinatario o relato - Sexo del referente Lo que prevalece, nuevamente, es el lazo existencial que une a los miembros de la relacion: “ser madre/padre de...” 0 “ser esposo/a de la hija/o”. Para concluir: Nuestro objetivo fue dar cuenta de los términos de parentesca mapuche, en el marco de la Enunciacion. Citamos como antecedente, que este sistema contiene variables deicticas de diversa indole en el uso vocativo: - Deixis propiamente dicha, ejemplo: /tfao/ - Deixis socio-cultural (patrilinealidad, matrimonio de primos cruzados, ley del sororato, poliginia,ete.) ejemplo: /auke/. En el presente trabajo se investigd, también, el uso vacativo, y se transité por las distintas personas del discurso en singular. Se analizaron dos tipos de relaciones: 1 filiacion A-consanguineas 2 abuelos - nietos B -afines suenos - yerno/ nuera Con respecto a Aq, el habla de la mujer no diferencia cuando se trata de hijos propios (paiei/ - /kofii/). En el caso de que se refiera a los hijos del destinatario/relato, lo que prima es el lazo existencial existente entre ellos y, por lo tanto, la denominaci6n por ellos usada En el habla del hombre, éste si usa dos formas segun el sexo de sus hijos (/fiawe/ o /votam/). Mientras que se repite, al mencionar a los hijos del “otro”, la misma caracteristica anterior: es el lazo existencial y la denominacién que usa el destinataria/ relato, la que el hombre refiere. En este andlisis, tal vez, sea aventurado conjeturar que, ademas de la variable sexo y el componente existencial, sea la patrilinealidad la que juega en las denominaciones. Sin embargo, consideramos que esta particularidad del sistema de parentesco mapuche es una contundente impronta en la mayoria de las relaciones estudiadas. Resumiendo, en la filiacién, dentro de la Enunciaciin, en uso apelativo 0 no, intervienen: - sexo locutor + sexo del referente (habla del varén-patrilinealidad); - lazo existencial. En cuanto a Ag, relacion de “abuelos-nietos", deslindamos, en primer lugar, una dnica forma que designa la relacién bidireccional; en 82 Actas de Lengua y Literatura Mapuche, 1992 segundo lugar: + sexo (variable relacionada con la generacién de los mayores). Mientras que la variable de sexo es reconocida ampliamente en la bibliografia como categoria deictica, esta especificacién: (yeneraci6n de los mayores) es conceptualizada por nosotros como variable socio-cultural -via de ascendencia-descendencia materna o paterne, (deixis socio-cultural). - edad {variable deictica) - lazo existencial (en el discurso referido). La dltima relacién estudiada, By, es la de “suegros-yerno/nuera”, donde pueden mencionarse los siguientes componentes: - sexo (relacian diddica, segtin sea de igual o distinto sexo que el locutor). -lazo existencial (en el discurso referido). Comparte con la relacién de “abuelos-nietos” el hecho de presentar una dnica farma que designa la relacidn bidireccionalmente. Para terminar, los deslindes efectuados podrdn aportar, seguramente, para la formulacién de las reglas que den cuenta de !a competencia comuricativa del hablante-oyente de esta comunids habla. Sin duda, un paso posterior deberd consistir en ubicar cada componente elucidado dentro del marce que le competa (lingiifstico cultural, ideolégico). No obstante, sentimos que un objeto de estudio tan complejo y tan decidor de la cosmovisiGn de este pueblo, merece Ia discusién. y el aporte de éste y otros enfoques. Bibliografia ARDENER, £. y otros. Antrapologia social y lenguaje. Buenos Aires, Paidos, 1976. AUGUSTA, Félix de. Gramatica Araucana. Valdivia. Imprenta Central, 1903 Yehoshua, “Expresiones indicadoras”., Thomas More on, (com.) Seméntica filoséfica: problemas y discusiones, Bs. As., Siglo Veintiuno, 1973. BARREIRO, Telma. Logica dindmica. Buenos Aires, Kapelusz, 1969. Lidia Bruno y Miria Serafini / Et modelo de parentesco mapuche 83 BATESON, G. Pasos hacia una ecologia de la mente. Buenos Aires, Carlos Lohlé, 1976. BENIGAR, Juan. “Rogativas araucanas”, P Araucana Argentina, Tomo 2, Buenos Ai er Congreso del Area ;, 1963. BENVENISTE, Emile. 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