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ENRIQUE GONZALBZ ROJO Teoria cientifica de la historia ow EDITORIAL DIOGENES, S. 1 MEXICO ‘TEORIA CIENTIFICA DE LA HISTORIA Primera edi 1s diciembre de 1977 © Editorial Didgenes, S.A. ‘Arteaga y Salezar 21 Contadero-Cuajimalp México 18, D. F Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico PROLOGO Las dos grandes seeciones en que puede dividiree la presente Teoria cientfica Je ln historia conllevan una cirta desigualdad, tun cierto contrate que salta a Ia vista tanto en lo que se refiere @ la diferencia de la una respecto a la otra, cuanto a la heteroge- neidad que presenta cada unt por separado. Expliquemos por ‘qué. El texto fue planeado originalmente para cumplir un conte promiso (que contra el autor con la Academia del método histé- Fico-cocial del Plantel Vallejo del CCH) por medio del cual se lligaba a eseribi un libro de toria de la historia que stisfaciese las necesidades pedagogicas del euarto semestre del estudio de historia ental instituctn. Para realizar tal cosa, el que esto scr bie se asd en el programa de teoria de la historia entonces vigente fen el CCH intento levar a cabo la obra sobre a base de conver- tir en capitulos del libro los diferentes puntos del temario. De ahi {que la presente obra esté dividida en cinco grandes capitulos: los tres primerot pertenecen a la primera seccion (y son fandamen- Lalmente tedricos) y los dos altimos comresponden a la segunda seccidn (y son ecencialmente historicos). La primera parte, la secciSn tedrca, se haya constituida, en efecto, por tres capitulo: dos que no ton especialmente grandes (“Introduccion filos6tiea”™ yy “Concepto de Ia historia") y uno bastante amplio ("El maters lismo histdrico como ciencia de la historia”). La segunda parte se encuentra conformada por dos capitulos: una “Breve resefia de la geatacin de la ciencia de ls historia” y unas “Conelusiones” (que lo son, como se comprende, no s6lo de la “Breve resefia” sino de toda Ia obra). [A medida que el autor Sue redactando esta Teorta cizntifiea de la historia, el plan original se fue modifieando sensiblemente con. fl objeto de hacer posible, de acuerdo con las inguietudes y ‘descos del autor, no sblo la exposicion didactica de las tes mis ‘conocidas del marxiemo-leninismo, sino también de su desareola, critica inclrsive, en algunas ocasiones, si el planteamiento de los 7 “epigonos” lo exigiera, de su desplazamiento y ta es Ia azn por ls eusi hay eapitalos que resul- tan, creemos, relativamente sencillos y accesibles, mientras otro ‘aquellos en que el propésito de profundizacion y enriqu ‘uiento son més palpables— ofrecen alguns dificultad y es proba- ble que resulten de lecture més lenta y pesada: los dos primeros tulos del libro se presentan, nos parece, como francamente ‘coquibles, en tanto que el tercero, mas complicado y novedoso, s muestra, si no hermético, sf con algunas dificultades de com ensign derivadas del asunto y la forma critict de abordarlo. Dificultades que, pensamos, de ninguna manera configuran, sin embargo, un texto impenetrable o inaccesible. La desigualdad de que hablibamos no tiene, adem, sélo ésta razon de ter. La misma indole del asunto tratado nos ha cond ‘do a veces a realizar el texto eon la heterogeneidad mencionada Fete es el caso, sobre todo, de la segunda part, la seccién een- ialmente historiea, en que algunos estudios monogrificos no som, ni pretenden ser, estudios originales y profundos, sino Gnicamente | presentacién ‘de algunas de las ‘esis medulares de tal o cual ite de la teoria de la historia, con el objeto de desple Fla hase conceptual, teéricerhistoriea’ que nos permita respon: ‘ler, en In conclusién final, a las preguntas zqué le debe el mate- smo historico, como cieneia de lx historia que es, s los grandes '¥ jobmo ee sitia frente las tesis rectificnci cenréneas oli a estructura de este libro no et sin embargo, rbitraria. No ‘uemos querido emplear, en la exposicion de estas paginas, el me todo histérico —que frecuentemente deviene historicista— consis. tents en ir, desde el principio, de la prehistoria de una eiencia ala historia de la misma. Mas que ic del pasado de la ciencia al pre- tente de la misma, con el objeto de ikuminar el émbito tedrico de ta, hemos preferido invertir las cosa: i del presente de la cien cia al pretérito de ella para esclarecer el significado, la trascen ddencia y la repercusion de esta altima en el presente de la cena (en nuestro caso: del materialiemo histori). Este es el motivo ppor el cual, hecha la salvedad de los dos primeros eapitulos que funcionan como introdueciones al tema, la interpretacidn mate Pialista de la historia se expone antes, en el capitulo tercero, que 8 Ia breve reseRiahistrica de sus antecedentes, que aparecen en el ‘capitulo cuarto. En nuestro opiscalo Para leer a Althussor de ‘mos, en relaciin con esto, que para responder a la. pregunta Qué le debe Marx a Hegel? , es precio saber ya quign es Marx, Cuil su aportacion, sw iencia, su filosofia” (Bd. Disgenes, 1974, p. 13). Pero no hemos deseado emplear solamente el método estructural —iniciar el andlisis de la ciencts de la historia, de su todo orgénico para después y solo después exarninar sus antece. dentes— sino también, una ver que se ha hecho lo anterior, echar ‘mano del método histérico, para lo eval hemos redactado unas ““Conclusiones” de la obra, desde luego insaficientes, que no son ‘otra cosa que el remate histirieo-conceptual de la “Breve reseha Es importante destacar que entre el tercer capitulo (“El materia lismo histérico como cleneia de la historia") y el Giltimo (las “Conclusiones”) hay, mis que una diferencia de contenido, una diferencia de forma. fn el capitulo tercero se pretende exponer la ‘estructura definitoria del materialismo historico, sus conceptos 08, au cuerpo docteinario esencial. En las “‘Conclusiones” se intenta exponer, en cambio, qué le debe la teorfacientficn de la historia a su prehistora ideoldgica. ELhilo conductor que vincala el tercero y cuarto capitulos es, por eonsiguiente, #l método estructural porque se parte de la eteneiz consituide para enter der el proceso historic que le srvid de antecedente. En nuestro escrito Para leor @ Althusser deciamos, pot eso: “EL marxismo debe diferenciarse del hegelianismo para constiturse. Pero una vex constituido, debe volver a Hegel para examinar su significa. idm historia, su llevar la filosofia (aim idealista) a los bordes de 4a Filosofia” (ibid, p. 1314). El hilo conductor que, en cambio, relaciona el cuarto y quinto eapitulos es el metodo historico por ‘que parte del proceso historico, desde Herodoto y Tucfdides, que Aesemboca en la constitucion de la nueva ciencia. Creemos que este “ir y venir”, esta sintesis del metodo estructural y el metodo historic, pone en guardia contra las exageraciones.de uno o de ‘tro método, exageraciones que pueden conducirnoe a las desvia- ciones ideoldgicas consabidas del estructuralismo y del histor [No silo es preciso reeonocer Io rudimentario, lo poco original y profundo, de algunas de las monografias que componen la 9 “Breve resena”, sino que es indispensable destacar —como un ejemplo de lo limitado del texto— por lo menos dos ausencias signficativas: la de Montesquieu y ln de Rousseau. Carecemos en realidad de una jostficacion seri Iistoray dela ciencia de i politica, Tal vex al encenve tana aie palatinamente fue adguiiendo la bra nos ho dese de sina exposicion que, une ver terminado lle 0 rele soa una omiin que perjuica sriamente el contenido del mien, Adem de lo anterior, otra fila del capita en tution eno poner de reve ln poktmica entre lu tontractuaitas (Hobbes, Locke, Rousseau) y los no coniratuatistas (Vico, Montonqusd) tra mila deo dstaar a nflencla dl Iumavimo rss sobre el joven Mary ys tei de a enajenacisn; uns wnpendone Le: la deo mostat el confit entre el sabi el legiador en €l sistema de pensmientoideoligco de Montesquieu, one to he tratadlo Louis Althusser en Montesquieu. La potique ot Histone (Presses Universitaires de. France, Paris, 1059); otra nomenon importante: lade no destacar en ls tesis de Magenta sae tirtud la fortuna un antecedente, presto al prpio Spinoee de tun tratamiento alctico yay aun un tanto petivesingcae Yespontineo, de ls norton de libertad como conocimicate del neeesidad; otra no menon seria: eno haber realizado un seuaio tnonografico de peronalises heroics tan inportatee como Bossuct, Gibhon, Moeser, Lamprethty etes te Be fin son tontas tan notorias las suena de ete Heo que debe subrayar que, més que una obra completa soe lator cet. fad histor se ata tan slo de na Itoducin ae una introdvecon, yor oto lado que enge por pronto, fe cont: 2's apn deh tetas Mucha Se at rmaciones contentas en el capil tercero, weir, des tun mayor dessllo un fundamentacon mas gatos, una ate zacion mis pormenorzada, Lo dicho sobre la petodesiba fies, sobre el modo de prodiciinsstco, wheel bertad necdiad, ete es todas hice inufccate. 1) Ample profundizacién de las monografias Hace falta, por compl, wa samen del contexto hintrco (econdmicoocih que sve de marco ‘en el ual se genera la grandes concepeione hisoriogs 10 fics, No basta evidentemente, con lo dicho sobre Herodatos “Tuciiden,San Agustin, ete Cada uno de estos autores debe ser a tins pam sti pot que anaes gro toe de penaemiento'y los vinclon que guard tanto con su contexto lorico cunnto'cou a ciencide histor geatada con poste tirided,«) Un eseareiniento mayor dels relaiones que gua ts el materia histrico cone! msterilisno daletco 0, par everalizar mis sto, las iencian particulars con la lost Detengimonos en el itimo punto. fn le imposiitidad deta: tar con la debi profundidad ef ten del nateralisno dileteo, a hacer referencia al menom al horizonte filosotieo eee mute eta teorfa de la hioria marta pose tres enernigon el delim, conta el que oe levanta interpreta material pimado del se solr le oncienci; I mrtefisicn, contra la que se yee inter [etacin daca la uniad y haha de conrariony todo Toque {Mo implica, yeh por ae amar, dilectiomo, a que se opone, ‘lento del marco, cl pensamient estructural, Yate sabe que ‘nateraiomo sin’ dati como el de Vogt, Moleschot, Bichner~ cx metffco,y une dialectics sin materatiamo ee lists, Yo w sabe, ualmente, que l mateo metafisio 00 no puede ser satemsticomente materials, sino que implcn fest epiriualistas, y se sabe, por iltimo, que una diletcn idealist tampoco ex tampoco puede sr stematicamentedilee = sino que conleva iperviencas mafia. Pero convene sade que'un no dilstico™ que no se estructural Te datimon,repirese en eto: vtrctunlie-- ea deci,

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