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HORTALIZAS ENELJARDIN Zanahorias, tomates o lechugas siempre saben mejor cuando proceden de nuestro propio huerto del jardin. Y noes necesaria mucha quimica para obtener buenas cosechas. Este libro ofrece los conocimientos necesarios para cultivar con éxito diversas hortalizas y muchas sugerencias para el trabajo practico en el huerto de la casa. Entre otras cosas, el lector hallara: Indicaciones sobre el cultivo de mas de 60 especies de hortalizas. Consejos sobre cuidados especiales y datos sobre la cosecha. Cuadro general con los tiempos de siembra y plantacién, la mejor distancia entre hileras y la duracién del cultivo de todas las hortalizas. Informacién sobre planificacién de cultivos, preparacién de bancales, y cultivo de plantas en semilleros. ISBN B4~329-197 0-5 9 | | [No se permite la reproducciéa total o parcial de este libro, nie registro en un sistema infor: itico, nila transmisi6n bajo cualquier forma o a través de cualquier medio, ya sea electro nico, mecinico, por fotocopia, por grabaciéa o por otros mnéeodos, sin el permiso previo y por escrito de los ttulares del capyrighr. Asesoramiento: Lluis Abad, técnico especialista en jardineria Disefio de cubierta: Victor Viano ‘Titulo original: Gesundes Gemiise. Aus dem eigenen Garten ‘Traduccin: Llufs Miralles de Imperial © by Falken Verlag GmbH, 65527 Niedernhausen/Ts. © Grupo Editorial Ceac, $.A., 1999 Para la presente versién y edici6n en lengua castellana Libros Cipula es marca registrada por Grupo Editorial Ceac, S.A. ISBN: 84-329-1970-5 Depésito legal: B. 218-1999 Bigsa, Industria Gréfica Impreso en Espatia - Printed in Spain Grupo Editorial Ceac, S.A. Pert, 164 - 08020 Barcelona Internet: huip://www.ceacedit.com 109 Una fuente de salud en el jardin. . Calidad y sabor.........2++ Ventajas e inconvenientes del huerto . Condiciones para el cultivo delhuerto.... 00.02.0005 La superficie... ... . Lasituacién...... El suelo y su cuidado . . Planificacién de cultivos Formas especiales de cultivo. . . . El bancal en colina . . . El bancal elevado Verduras de invernadero . La practica del cultivo. 29 Preparacién del bancal . ao 39 Cultivo de plantas de semillero. ... 30 Eel srasplante) 0.7 35 Sass! 8 Abonado y mejora del suelo... . . 34 Compost y cobertera . . 38 Otros cuidados . 2. 2 gs. 41 Proteccién de las hortalizas ... . . 43 Animales auxiliares y formas de prevencion. .........4% 43 Pardsitos frecuentes de las hortalizas . 44 Enfermedades mas comunes de las hostalizes. cies oo etek’ 47 Almacenaje y conservacién. . . . . 50 Sétanos y otros locales de almacenaje . 50 Silo enterrado y pozo de almacenaje . 50 Fermentacién con acido lictico ... 51 Cultivo de especies de hortalizas MEMMOMOS 535.8 sous eee | SZ Lechugasy hortalizasdehoja .... 52 Lechuga ie Lechuga francesa. . . 53 Lechuga de hoja redonda . .. .. 54 Lechuga de ensalada . 54 Lechuga romana. . . 54 Escarola. . . 54 Achicoria . . 56 Radicchio. . ae 56 Achicoria de pilén . . 57 Diente de leon . 57 Milamores . 58 Berro... . 58 Bipitiaca <<.i-eapiedi nie cia 59 Espinaca de Nueva Zelanda.... 60 Acelga. . . . mes ... 60 Legumbres .... 82 Armuelle . . 61 Judia de mata. . 82 Coles. . 61 Judia de enrame . . 83 Repollo 62 Haba...... 84 Col lombarda 63 Haba de soja . . 85 Col rizada. . . . 63 Guisante .... 86 Col comin . 63 Hortalizas de fruto . 87 Coliflor. . . 64 Tomate..... 87 Brécoli . . 64 Pimiento .. . . 89 Col de Brusel: 65 Berenjena. . . . 90 Col china. . 66 Pepino..... 1 Pak Choi. . . 66 Calabaza .... 92 Colinabo 66 Calabacin 92 Hortalizas con érganos de reserva... 67 Melén. ..... 93 Rabanito - apes stan 67 Maiz dulce . . . 94 Rabano. . 68 Zanahoria. . 69 Chirivia. . . 69 Perejil de raiz.. .. . . 70 Apio de tubérculo . . . aut Hinojo de tubérculo. =... - - 2 Escorzonctaayst+ ie so 2) 72 Remolacha colorada 74 Nabo blanco sss se transformé, mediante una construccién externa esta- bilizadora, en el bancal elevado. Las plan- taciones elevadas no son nada nuevo: s6lo hay que pensar en las plantaciones para proteger del ruido y preservar la intimi- dad que hoy en dia se utilizan con fre- cuencia en la construcci6n, en las ciuda- des y en el campo. Actualmente, el bancal en colina y el bancal elevado ocupan un lugar fijo, aunque no destacado, tanto en los huertos de los jardines como en las instalaciones de experimentaci6n de jardi- neria. Ninguno de ellos constituye un sus- titutivo del cultivo en bancal plano co- rriente, sin embargo, son recomendables como alternativa en lugares donde las condiciones lo requieran: bancales eleva dos, por ejemplo, cuando resulta dificil agacharse y ademas la preparacién del huerto supone mucho esfuerzo. Las dos formas de cultivo tienen ventajas, pero también, inconvenientes. La construcci6n de los bancales resulta un trabajo duro y necesita su tiempo, so- bre todo en el caso'del bancal elevado. En caso de que los materiales de relleno no se generen en el propio jardin, habra que recurrir a los vecinos y, eventualmente, también al instituto municipal de jardi- neria. 20 El bancal en colina Esta forma de cultivo no es nueva ni tie- ne nada de sensacional desde el punto de vista funcional, pues, en principio, la «colina fértil» no es mas que un montén de com- post muy grande. Cuando, algunos aiios después de la Segunda Guerra Mundial, se retomé y se desarroll6 esta idea, se publica- ron finalmente los resultados positivos y se transmiticron a los aficionados a la jardine- ria amantes de la experimentacién. El ban- cal en colina coseché gran éxito, se conside- r6 como la solucién a todos los problemas de cultivo y pronto conquisté muchos jardi- nes. Actualmente, la euforia se ha reducido a un bancal en colina con 6 afios de vida y ha dado paso a un tratamiento prictico de este concepto de cultivo. Realizacién del bancal en colina El] momento mas adecuado para hacer el montaje del bancal en colina es el otofio, porque entonces se puede obtener mucho material orgdnico del jardin que se necesi- tara después para el nicleo «duro» del bancal. En primer lugar, se abre una zanja con la profundidad de una laya, 1,50 a 1,60 m de anchura y la longitud que se desee, aun- que la experiencia aconseja que no sea in- ferior a 4 m. En algunos casos, las plantas se aprietan demasiado en la zona de unién de los costados y las caras estrechas, y la funcién del bancal —produccién elevada con una superficie de base pequefia— se pierde. Las capas A continuacién, esta zanja se lena con material organico grueso que se pudre con dificultad, como recortes de lefia y del seto, partes lefiosas de las matas y ramas secas, todo cortado con una longitud de 40 cm aproximadamente. Se debe trabajar de modo que entre este micleo y el borde del hoyo todavia queden 50 cm libres, ya que el grosor del monticulo aumentaré con cada nueva capa. Cuando se ha aleanzado una al- tura de 40 a 50 cm, se apisona todo bien y se coloca la siguiente capa, constituida por pa- nes de césped con las raices hacia arriba. Como alternativa —jquién tiene siem- pre panes de césped a punto!— se puede utilizar hierba cortada, paja cortada o dese- chos de jardin con tierra mezclada de unos 15 cm de grosor. EI siguiente paso consiste en colocar una capa de 20 cm de follaje himedo; también en este caso existe un material sustitutivo: paja bien humedecida. Llegado a este pun- to, la forma semicircular de la colina ya de- beria ser reconocible. Sino es asi, se tendran que realizar correcciones en la pila. La construcci6n interior del bancal con- cluye con una capa de 15 cm de grosor de compost grueso no cribado. El conjunto se cubre con una mezcla de buena tierra de jardin y compost maduro, también de 15 cm de grosor, que forma, junto con el com- post que se encuentra debajo, el suelo don- de creceran las raices de los cultivos. Duraci6n limitada Debido al proceso de putrefaccién que, segun la temperatura exterior existente, se pone en marcha de forma paulatina en el in- terior del bancal, surge calor, que favorece el crecimiento de las plantas y permite un inicio algo mas temprano en primavera de lo que es posible en un bancal normal. Cuanto mas se descompone el material en el curso del tiempo, mas plana se hace la curva de temperatura y mas se desploma el monticulo sobre sf mismo, hasta que, apro- ximadamente después de 6 aiios, casi ha de- saparecido por completo. Lo que queda es una capa gruesa de tierra rica en humus. Utilidad del bancal en colina Como se puede sembrar y plantar en todo el contorno de! monticulo, la superficie productiva es mayor que la superficie de base, lo que supone un ahorro de espacio. Debido al desarrollo de calor y a la bue- Tierra de jardin y compost fino Compost grueso Follaje Panes de césped Material lefioso grueso ‘Tela metdlica Surco para riego Representacién esquemética de un bancal en colina. La tela metdlica lo protege de los topos, pero s6lo hasta cierto punto, ya que éstos pueden penetrar también por los laterales. 21 na permeabilidad del suelo, que al mismo tiempo permite que el oxigeno llegue a las raices en proporciones generosas, los culti- vos se desarrollan especialmente bien y cre- cen muy sanos, lo que, tal como resaltan los practicantes del bancal en colina, también repercute positivamente en el sabor. Ademis, los periodos frios de Iluvia en verano no causan tantos problemas a las plantas del monticulo como a las de los bancales planos. En resumen, los bancales en colina tienen las siguientes ventajas € inconvenientes. Ventajas * Empleo éptimo de la superficie total de cultivo con ahorro de espacio. * Adelanto del cultivo, y de la cosecha, de- bido al calor que desarrolla. EI bancal en colina es apropiado para la plantacién de cultivos mixtos. 22 * El crecimiento rapido facilita la realiza- cién de una serie de cultivos con una eleccién correcta de las clases. * Apenas necesita abonado. * Elevada produccién en relacién con la superficie de base. * Trabajo cémodo en la zona superior. * No hace falta remover la tierra ni espon- jarla en profundidad Inconvenientes * Elevado excedente de nutri entes debido a la putrefaccién en los dos primeros aftos. Por eso, en ese periodo es conveniente cultivar grandes consumidores, como to- mates, pepinos, calabacines, apios y pue- rros, y evitar las especies de hortalizas que tienen tendencia a concentrar nitratos, por ejemplo, las lechugas, espinacas, pe- rejil y remolachas coloradas. * Lavado de la simiente ocasionado por las Iluvias; en los dos primeros afios, has- ta que el bancal se ha hundido un poco y las capas se han estabilizado, es preferi- ble utilizar pléntulas. Peligro de desecacién rapida, porque el agua de lluvia y de riego se escurre hacia abajo, pero la humedad del suelo no puede ascender a través del material poco apretado del nticleo; una regata que recorra horizontalmente el centro de la cresta ayuda a solucionar este pro- blema, y el riego por goteo lo elimina por completo. © Elataque de ratones y topos a través de los flancos desprotegidos es casi inevitable. El bancal elevado Basicamente se trata de un bancal en colina con una construccién que lo en- marca. Pero para la capa inferior que se coloca en el hoyo de 40 a 50 cm de pro- fundidad, se emplea un material atin mas grueso que en el bancal en colina, hasta troncos y maderos cortados con la sierra y, si se desea, se pueden echar también periddicos viejos y trozos de cartén. A continuacién, sobre una base de restos de plantas de 20 em de grosor se coloca una capa de 15-20 cm de altura de compost semimaduro, follaje 0 paja. La cubierta fi- nal est formada por una mezcla de tierra de jardin y tierra de compost de unos 15 cm de altura. Medidas Como en el caso del bancal en colina, la longitud del bancal elevado también ¢s ili- mitada, pero la anchura deberia ser la de un bancal plano convencional (1,20 m de medida interna) para que se pueda alcanzar con comodidad el centro desde ambos la- dos. La altura recomendable es de 80 em. El material del revestimiento Cualquier material que sea suficiente- mente estable para proporcionar un mar- co firme para el contenido dispuesto en capas es apropiado para el revestimiento del bancal: barras de madera tratadas contra la humedad, maderos, traviesas de ferrocarril, ladrillos 0 bloques huecos para la construccién, traviesas de hormi- gon, etc. Seguin la longitud del bancal y el material de revestimiento, se tendran que colocar refuerzos 0 postes de soporte adi- cionales. El bancal elevado como invernadero Gracias a su forma de construccién, es- table y rectangular, el bancal elevado se puede transformar en un invernadero mé- vil con un poco de habilidad manual, do- téndolo de una cubierta de limina de plas- tico que se pueda retirar con rapidez. Entonces, se podran cultivar hortalizas tempranas antes que al aire libre y las tar- dias pueden permanecer fuera durante mis tiempo y madurar totalmente. La proteccién contra los ratones Al contrario que los bancales en colina, el bancal elevado se puede proteger de una forma muy efectiva contra la visita de los ratones de campo y los topos. En pri- mer lugar, hay que tapar bien las grietas para evitar una entrada desde los latera- les, y en segundo, una tela metilica de malla fina serviré como proteccién frente a los visitantes indeseables si, después de abrir el hoyo en el bancal, se coloca sobre la base y se estira hacia arriba hasta el ini- cio del revestimiento que delimita el ban- cal. Esta proteccién contra los ratones es muy recomendable, porque los animales, una vez se han instalado en el cilido y confortable bancal y tienen ante sus nari- ces la mesa puesta, pueden acabar con todo el esfuerzo de construccién del ban- cal y con la esperada cosecha. 23 Verduras de invernadero Antes, la almaciga se calentaba con abo- no de los establos para hacer mis ficil el cultivo de las hortalizas. Este sistema, am- pliamente utilizado por los horticultores, sigue siendo util hoy, aunque la «cama de estiércol» ha dado paso a la calefaccién de suelo. Gracias a la técnica moderna, los in- vernaderos han experimentado tantas me- joras para facilitar el cultivo, que el jardi- nero aficionado ya puede cultivar verduras en él casi como un profesional. A esto hay que afiadir la aparicin de los productos de la industria del plastico, laminas de plisti- co de todo tipo y para toda clase de funcio- nes, pesos ligeros finisimos de fibra arti cial con ventajas especiales. La almaciga Existen almacigas en distintas versio- nes, con diferentes medidas y precios, pero la construcci6n personal de un ban- cal mas grande siempre resultaré mas econémica y no es demasiado complica- da, especialmente si se pueden utilizar ventanas procedentes de la rehabilitacién de una casa antigua. Incluso si el bancal se emplea s6lo como una «cama fria», es de- cir, sin calefaccién, se pueden cultivar verduras poco sensibles al frio hasta 4 se- manas antes de lo que seria posible al aire libre. Y del mismo modo se alarga el cul- tivo hasta finales de otofio. Una cubierta de lamina no tejida —tipo geotextil— adicional, que deje pasar la luz y el agua, alargar4 el periodo de empleo o protege- ra frente a la irrupcién inesperada del frio. La alméciga tiene una importancia ¢s- pecial para el cultivo de verduras que nece- sitan calor, como pepinos, melones, beren- jenas, pimientos y tomates. En las especies que crecen muy altas, hay que retirar las 24 Para el cultivo de plintulas, un pequerio invernadero ofrece muchas posibilidades. ventanas en cuanto las plantas tropiezan con el cristal 0 colocarlas levantadas sobre listones fuertes hincados en el suclo. Ade- més, un bancal de este tipo es particular- mente apropiado para el cultivo de plintu- las, y en otoiio e invierno, puede utilizarse como almacén para coles y hortalizas de raiz carnosa si se amontonan hojas en los lados y se tapan las ventanas con esteras de cafia o de paja. El invernadere En este sector, la variedad de modelos es enorme, pero dentro de esa gama, las construcciones de marcos metilicos lige- ros con tejado a dos aguas sélo presentan diferencias en los detalles. Junto a los no tan usuales, y en especial para el cultivo de verduras més bien poco pricticos, pabello- nes poligonales, se pueden encontrar tam- bién invernaderos adosados con techo de una sola vertiente. Estas instalaciones es- tin pensadas para el cultivo junto a una de las paredes del edificio, y son absoluta- mente recomendables debido al ahorro de calefaccién, en particular cuando ademas falta espacio en el jardin. E] tipo de cubierta generalmente pue- de ser elegido por el cliente. Hay que dis- tinguir entre: * Vidrio brillante de jardin totalmente transparente. Vidrio claro de jardin con superficie tra- mada, que no permite que se vea a través pero produce una luz difusa favorable para el cultivo de plantas. Acristalado aislante de doble vidrio, que no es barato y tiene un peso considera ble; si se rompe una de estas lunas, susti- tuirla sale caro. Placas de doble o triple cémara, forma- das por placas de plexiglés unidas me- diante traviesas; permiten una aporta- cién de luz suficiente, proporcionan un buen aislamiento térmico y pesan poco. Acristalado combinado, en el que se eli- gen materiales distintos para la cons- truccién del techo y los laterales. Hay que tener en cuenta que como en nuestro pais la cantidad de luz. para cultivar hortalizas es mas que suficiente, incluso excesiva, son preferibles los materiales transhicidos a los transparentes, para no tener que afiadir un sombreado. . El invernadero de lémina de plastico Desde hace muchos aiios, se utiliza una forma especial de invernadero de lémina de plastico muy adecuado para el cultivo de hortalizas. Los fabricantes dan cuatro aiios de garantia para sus modelos de limi- na de plistico para jardineria de polietileno estabilizada para los rayos ultravioletas, pero calculan una duracién de 6 a 8 afios. La construccién de sostén esta constituida por tubos de acero galvanizados, lo que no s6lo proporciona ligereza a los invernade- ros, sino también una gran estabilidad. Y en las primeras semanas de la primavera y del otofio, se puede conseguir un aisla- miento adicional mediante la colocacién de la llamada lamina de cojin de aire, que también se puede instalar como material aislante en los invernaderos. También los invernaderos de limina deben tener ventilacion. Sugerencias Unos breves consejos para el cultivo de hortalizas en invernaderos de vidrio 0 de lémina de plastico: * El lugar debe ser tan soleado como sea posible y no ha de estar demasiado aleja- do de la vivienda; hay que dar preferen- cia a la orientacién norte-sur, ya que proporciona un aprovechamiento épti- mo de la luz. Es indispensable que existan posibilida- des de aireaci6n suficientes, como ven- tanas laterales o en el techo, pero se pue- de prescindir de las instalaciones de sombreado para empleo exclusivo en el cultivo de hortalizas; también se puede montar un elevador automitico de ven- tanas muy practico. 25 © Siel invernadero debe tener calefaccién, es necesario que el aislamiento térmico sea el mejor posible. {No compre ningiin minimodelo! Una vez en funcionamiento y después de las primeras experiencias, cualquier invernadero le parecera demasiado pe- quefio para todo lo que querrd colocar enél. * Todos los fabricantes ofrecen como ex- tras estantes encajables y colgantes, siste- mas de riego y de aireacién o ventilaciGn, calefacciones para invernadero, aparatos suplementarios controlados eléctrica o electrénicamente y muchas otras cosas. Al empezar a trabajar en el invernadero, es preferible que adquiera sdlo lo que le pa- rezca realmente necesario. Con el tiem- po, descubriré sin dificultad por si mismo qué tipo de complementos técnicos le pueden ser de utilidad. En el exterior, todo estd pelado todavia; pero en el invernadero, bortalizas como los rabanitos, Jas lechugas y las espinacas ya prometen una cosecha inmediata. Lamina de plistico Estos materiales se aplicaron primero en la agricultura y muy pronto se introdu- jeron también en los jardines domésticos. Si se busca un adelanto de las cosechas y proteccién contra el frio, los huertos del jardin resultan ya inconcebibles sin estas laminas de polictileno (PE), que, debido a la radiacién solar ultravioleta, tienen una duracién limitada. De todos modos, se puede prolongar su empleo si, una vez. usa- dos, los rollos se guardan limpios en una habitacién oscura. Tiineles de lémina Los tineles de lamina, que, segiin las necesidades, se montan en cualquier lugar del jardin o se sitéan sobre cultivos ya exis- tentes, han demostrado ser muy practicos. Existen diferentes modelos a la venta, pero en cualquier lugar del jardin. Tiineles de limina de distintos tamanos se pueden instalar con facilidad tampoco el montaje personal, con algunos listones de madera sobre los que se tensa la lamina, plantea ningin problema. Lo tini- co importante es que la construccién se realice de tal modo que en todo momento quede garantizada una ventilacion sufi- ciente. Entonces, el tinel puede permane- cer sobre las plantas a lo largo de toda la duraci6n del cultivo. Cubierta plana Al contrario que los tiineles, las cubiertas de plistico planas deben ser retiradas de los cultivos cuando las temperaturas. diurnas empiezan a ser mas elevadas. Aunque las épocas de siembra o plantacién se corres- ponden con las del cultivo no protegido, la 27 temperatura mas elevada del suelo bajo la cu- bierta, unida a la humedad del aire, favorece la germinacién y arraigue de las plantas. Esta humedad del aire clevada impide que las de- licadas plantitas de semillero puedan resultar dafiadas por la radiacién solar y, por ese mo- tivo, en primavera hay que procurar, me- diante un riego suficiente, que el suelo siem- pre esté hiimedo. Retire los rollas sélo cuando el ciclo esté cubierto, para que los cultivos no sufran ningtin shock solar. Las liminas y sus funciones En las tiendas se pueden adquirir las si- guientes laminas de plistico especiales para jardineria, que son las Gnicas que de- bern utilizarse en el huerto: Lamina transparente agujereada, de PE, con 500 agujeros por m’ aproximada- mente. Como no es suficientemente per- meable para la Iluvia y el agua de riego, se debe recoger el rollo para que reciba el agua. Lamina de crecimiento, también de PE, con 30.000 ranuras por m?, La lamina es empujada hacia arriba por las plantas que crecen, con lo que las ranuras se van ensanchando y cada vez dejan pasar mas luz y mas agua. Por eso este material pue- de permanecer més tiempo sobre los culti- vos que la limina agujereada. Lamina de cobertera, de PE tefiido de negro. Sirve como cubrimiento del suelo en los cultivos de fresas, pepinos, calabacines, berenjenas, pimientos y tomates; asf la tie- ra situada por debajo se calienta més depri- sa y no se embarra, la humedad permanece durante mis tiempo y se reduce la aparicién de malas hierbas. Para plantar, se hacen en Ia lémina, en los lugares previstos, cortes en cruz a través de los cuales se riega y se abo- na; si es necesario, con abono liquido. La li- mina de cobertera permite un adelanto de la cosecha y, en ocasiones, un aumento consi- derable de la produccién. 28 Lamina no tejida de fibra Ya nos hemos referido anteriormente a las caracteristicas de este tejido plistico: permeabilidad al agua, a la luz y al aire, y peso extraordinariamente reducido. A esto hay que afiadir su resistencia a las incle- mencias del tiempo ya la putrefaccién, que contribuye de forma sustancial a una ma- yor duracién del material. La influencia beneficiosa para los cultivos de hortalizas que crecen bajo este material iguala a la de Ja limina de plistico, pero tiene una venta- ja decisiva con respecto a ésta: cuando hie- la, la humedad que se encuentra en el teji- do se congela y se forma una finisima pelicula protectora que resguarda a las plantas del frio; de este modo, pueden so- portar temperaturas de hasta siete grados bajo cero. Debido a su ligereza y a su per- meabilidad, dicho material puede perma- necer més tiempo sobre los cultivos, y en especies bajas, como las lechugas y los ra- banitos, incluso hasta la recoleccién. La liémnina no tejida tiene la gran ventaja de que deja pasar el agua y el aire; ademéds, ofrece cierta proteccin contra las beladas. Cuando se hojean viejos libros y revis- tas de jardinerfa, se puede observar que con respecto al cultivo de hortalizas en el jardin de la casa no han cambiado muchas cosas. Aunque si es cierto que algunas se han hecho mas sencillas, ya que el merca- do ofrece actualmente una amplia gama de recursos y aparatos que antes no exis- tia. Tampoco la adquisicién de semillas y plantas de semillero, que en otros tiem- pos era un auténtico problema que sélo se resolvia, hasta cierto punto, mediante el intercambio con los vecinos 0 con la pro- pia cosecha de semillas, plantea hoy difi- cultades. Y a esto hay que afiadir los éxi- tos de la seleccién de cultivos, que nos proporciona clases cada vez més resis- tentes a las enfermedades y una gran va- riedad de novedad=: o de viejos cultivos mejorados. Preparacién del bancal Si te6ricamente el bancal de verduras puede tener cualquier forma que se desee —oval, poligonal, cuadrado, en forma de estrella o con cualquier disefio que pueda encontrarse dentro de un jardin orna- mental—, en la practica, se han manteni- do los rectangulares, con bancales sepa- rados entre si por un sendero de 30 cm de ancho. La longitud depende del espa- cio disponible y de la distribucién pla- neada, y la anchura no deberia superar los 1,20 m, porque el centro del bancal debe ser accesible a las manos desde ambos la- dos. Para que los bordes no sean sinuo- sos y oblicuos, y como orientacién es mejor tender un cordel al apisonar el sendero. El efecto de las heladas Mientras que los bancales se preparan en primavera, inmediatamente antes del primer cultivo, el trabajo en los suelos pe- sados se debe realizar ya en el otofio. En esta época, hay que remover la tierra a la profundidad de la laya como tinica posibi- lidad de conseguir un suelo esponjado y desmenuzable apto para el cultivo de hor- talizas, y, en este sentido, las heladas pro- porcionan una ayuda valiosa provocando la rotura de los terrones gruesos que han quedado intactos. El encendido debate que se plantea a veces sobre la necesidad de remover la tierra no tiene, por consi- guiente, raz6n de ser cuando se trata de suelos pesados con gran proporcién de ar- cilla. Como este tema a menudo se discute més bien de forma emocional en lugar de ofrecer una exposicién fandamentada, a continuacién haremos unas observaciones al respecto. E| suelo vive Un jardinero que cuide su suelo ¢ intente transformarlo, mediante un tra- bajo al principio duro y laborioso, en un suelo fértil, rico en humus, desmenuza- ble y bien aireado, a largo plazo obtendra mis satisfacciones con sus verduras que el vecino que trabaja con cémodos abo- nos minerales. No les falta raz6n a los jardineros biolégicos y naturales cuando ven al suelo como un organismo vivo, cu- yas funciones y estados hay que preser- var. Pues, cada pufiado de buena tierra de jardin acoge millones de seres vivos en forma de microorganismos, a los que se unen todavia en el bancal fértil del huer- to otros mds organizados, como ciem- piés, cochinillas de humedad, larvas de cole6pteros y, naturalmente, lombrices. 29 Por regla general, sélo es imprescindible Jevantar la tierra en suelos pesados y muy compactos; en este caso, las heladas son una ayuda para el trabajo del borticultor. Todos ellos contribuyen a su manera a que las materias orgénicas que se encuen- tran en la capa superior de la tierra se descompongan y se transformen en sus- tancias nutritivas para las plantas. Este tipo de suelos fértiles, ricos en hu- mus, son también necesariamente espon- josos y permeables. :Por qué tendria, pues, que realizar todavia el pesado trabajo de remover la tierra? ¢Por qué transportar con la laya toda la masa que produce inin- terrumpidamente sustancias nutrientes a capas profundas, donde no sirve para nada y donde, debido a la falta de oxigeno, pronto se convertird en materia mas 0 me- nos muerta? Para decirlo de una forma implificada, se trata mas bien de «alimen- tar» al innumerable tropel de seres vivos del suelo con materiales orginicos para que ellos, por su parte, fabriquen alimento para las plantas. Fste es el sentido de cual- quier abonado natural, y la recomendacién es remover la tierra s6lo cuando un terreno pesado, compactado, que se encharca y es pobre en oxigeno, lo requiere. En cambio, es verdad que un suelo sin trabajar también tiene mis facilidad para perder agua, ya que, con el tiempo, la tierra forma canales ascendentes continuos por Jos que la evaporacién puede ser muy alta. 30 Cultivo de plantas de semillero Las plantas que requieren calor, como tomates, pepinos, melones, calabacines, pimientos o berenjenas, s6lo pueden Ile- varse al aire libre a partir de mediados de abril. En lugares muy frios, una siembra directa en el bancal no dejaria madurar los frutos, de modo que se tienen que comprar pléntulas en la tienda de jardine- rfa, en el mercado semanal o cultivarlas uno mismo con calor a partir de las semi- las. Para ello es apropiado un lugar con luz pero que no esté expuesto directa- mente al sol de primavera, sobre el alfé zar de la ventana o en un invernadero cli- matizado (12-14 °C). Para el cultivo de plintulas resultan Litiles unos cajones de cultivo con calefac- cién en el suelo y una campana como tapa que también se puede colocar en lugares frios. La guarderia de las plantas Para sembrar, lo mejor es utilizar ban- dejas planas de plastico, especiales para siembra que estén a la venta en las tiendas de jardineria, asi como tierra de cultivo preparada, Naturalmente, pueden em- plearse otros recipientes 0 pequeiias mace- tas de plastico para flores, pero, por moti vos de espacio, deberian ser rectangulares. Si uno mismo quiere mezclar el sustrato, deberd coger turba, arena y tierra fina de jardin a partes iguales. En cualquier caso, el semillero debera estar ligeramente hiimedo, y después se tendra que ir mojando con el pulverizador para flores, porque la humedad es tan im- portante para la germinacién como el calor y —tras el nacimiento de las primeras pun- tas verdes— la luz. Los granos de simiente mayores, por ejemplo, de pepinos, calabacines, calaba- zas 0 judias (judias de plantacién), tam- bién se pueden colocar directamente en El repicado: ee que se bayan formado Jas primeras hojitas por encima de los cotiledones, se sacan las plantulas con cnidado. Luego, se colocan individualmente en macetas con cuidado de no doblar las raices. A continuacién, se presiona con precauciin y se bumedece la tierra. macetas pequefias. Las macetas de turba prensada, de turba 0 de cartén que se ven- den en las tiendas, son especialmente practicas, porque después se pueden po- ner en el suelo del jardin con las plintulas, y por lo tanto, las raices no se dafian en el trasplante. En todos los cultivos es reco- mendable el cubrimiento con lamina de plistico o vidrio, para mantener la hume- dad del ambiente; pero cuando las plantu- las ya han brotado, también necesitan ventilacién. Repicado No suele pasar mucho tiempo hasta que las plantitas, demasiado apretadas, se tie- nen que repicar. No haga este importante trabajo con precipitacién; piense que las plintulas podrian sufrir daitos si las sujeta por la punta con los dedos. El momento adecuado para el repicado es cuando, des- pués de la aparicion de las hojas embriona- rias, se forman las primeras hojas «auténti- cas» y las pléntulas se pueden sujetar bien. Entonces, se colocan individualmente en macetas pequefias y se protegen con una cubierta que permita la renovacion del aire. Sélo cuando se inicie un crecimiento vi- sible, se retirard la proteccién de vidrio 0 de lamina de plistico, para que los cultivos se acostumbren lentamente al ambiente y se endurezcan, y asi puedan adaptarse al tras- plante al aire libre. Siembra directa al aire libre En muchas especies de hortalizas ro- bustas no vale la pena realizar el trabajo de cultivo en semillero, es mejor sembrar directamente en un bancal al aire libre bien preparado, es decir, con tierra es- ponjosa y de grano fino. Entre estas hor- talizas se encuentran espinacas y mila- mores, zanahorias, rabanitos y rabanos, 31 judias y guisantes, cebollas de siembra y lechugas de ensalada y de hoja redonda. Las primeras siembras al aire libre, por regla general, pueden hacerse a partir de febrero o marzo, y para especies que quie- ren calor, como las judias de enrame, las fechas son las que hemos mencionado an- tes, es decir, a partir de mediados de mayo, abril o inlcuso antes en climas muy tem- plados. La siembra en hileras siempre es pre- ferible a la siembra a voleo, incluso en el caso del milamores. Las semillas que se lanzan con impulso en la siembra a voleo a menudo Ilegan al suelo a diferentes profundidades y, por lo tanto, también germinan irregularmente; ademas, los trabajos de escardado y de azadonado se dificultan, ya que a veces las plantas estan demasiado apretadas en pequefias islas, mientras que otras zonas estan casi va- cias. Pero también en la siembra en hile- ras las semillas se deberian dejar fina- mente. Sino se hace de ese modo, incluso un jardinero experimentado tendré gran- des dificultades para hacer el entresaca- do, es decir, para aclarar las hileras con la distancia final prescrita entre las plantas. Para la mayoria de las semillas, una pro- fundidad de 2-3 cm es la mas adecuada, porque asi no estan tan expuestas al cam- bio de sequedad a humedad y es dificil que las arrastre el agua. Las semillas mas grandes se pueden plantar a mayor pro- fundidad, pero tratando de no superar los 5 cm; la excepcién la constituyen las ju- dias y los pepinos, que siendo también se- millas grandes se colocan a un nivel su- perficial. Ademds, con las judias se ha adoptado el método de siembra en hoyo © en nido, en la que las semillas se colo- can en cayidades con 4-6 unidades en cada una. 32 Siembra de judias en hoyos. Presentaciones de la simiente Ademas de las conocidas bolsitas con las semillas sueltas, en el comercio se ofrecen también otras presentaciones que tratan de facilitar la manipulacién de la simiente. Los productos de este tipo son necesaria- mente mas caros que los envases con gra- nos sueltos, pero, sin duda, el aumento de precio vale la pena. Simiente calibrada En este caso, las semillas se han criba- do varias veces para conseguir un tamaiio unitario, es decir, los granos més peque- fios y, posiblemente, menos potentes han pasado a través de la trama y se han elimi nado. De esta forma, se consigue un i cio uniforme. Simiente encapsulada Las semillas se presentan envueltas por una pasta organica, y por eso tienen un ta- maiio homogéneo. Esto facilita la coloca~ ci6n de unos granos individuales que origi- nalmente eran muy pequeiios, y ahorra 0 simplifica el aclarado. Cintas de simiente y alfombras de simiente El papel especial al que las semillas se han soldado con la distancia correcta entre ellas se pudre luego en el suelo, de modo que las plantas pueden crecer sin proble- mas. Las cintas y alfombras se colocan di- rectamente en surcos 0 sobre el bancal, cubiertas por 1 cm de tierra aproximada- mente, y se riegan. El entresacado no es necesario. Quick sticks Estas tiras de cartén parecidas a una cerilla en cuyo extremo esté fijado un gra- no de semilla son un descubrimiento in- glés. Como la profundidad de siembra esté marcada en las tiras y cada grano in- dividual se coloca en el suelo a la distanc correcta, es posible realizar una siembra muy precisa, y el entresacado posterior tampoco ¢s necesario. Sin embargo, este procedimiento es practico sélo para pe- quefias cantidades. Siembra con quick-sticks. El trasplante Los tomates, pepinos, etc., es decir, la mayorfa de las hortalizas de fruto, como ya hemos mencionado, se plantan al aire libre a partir de mediados de abril. Y las plantitas de coles y lechugas tempranas, por ejemplo, se pueden plantar ya en fe- brero © marzo, siempre que el suelo no esté demasiado mojado para preparar los bancales. Tanto si se trata de plantulas compradas en la tienda o de plantulas cul- tivadas por uno mismo, el desarrollo es siempre menos problemético y mejor si las plantitas se colocan en el suelo con todo el cepellén, en lugar de hacerlo con las rafces sueltas. A menudo, en los primeros ensayos de cultivo resultan més plantitas de las que puede acoger el bancal, porque se tiene tendencia a sembrar o repicar demasiado. Sin embargo, las distancias entre hileras recomendadas (véase capitulo «Cultivo las especies de hortalizas individuales») se deben mantener; en caso contrario se co- rre el peligro de cosechar muy poco o ejemplares poco vistosos, porque las plantas compiten por el espacio y los nu- trientes. En la plantacién en hileras corriente, las plintulas de cada hilera estén juntas; en la plantacién en asociacién, en cambio, estin desplazadas en la tierra unas con res- pecto a otras, de modo que las plantulas de una hilera estén centradas entre las de las dos hileras vecinas. Esto tiene la ventaja de que se pueden apretar un poco mas las hi- leras sin que la distancia entre las plantas se reduzca, y sobre todo se practica en verdu- ras como las coles, que necesitan mucho espacio. Al igual que en la siembra, previamente se ha de esponjar bien el bancal y mejorar el suelo con compost maduro si es necesa- rio. Si se planta con las raices sueltas, el agujero para plantar debe tener espacio su- ficiente para que los delicados érganos de alimentacién puedan introducirse en toda su longitud y anchura sin doblarse. Elija un dfa cubierto o las tiltimas horas de la tarde para plantar; las plantulas mas o menos de- licadas todavia no soportan bien el pleno sol. Es imprescindible regar los cultivos por encima con regadera, porque asi, al mismo tiempo, se tapan posibles huecos en la zona de la raiz. En plantas jvenes muy fuertes, el riego se efectia con cuida- do sin regadera. 33 Abonado y mejora del suelo También cl inexperto en la materia sabe que todos los seres vivos necesitan determinadas sustancias nutritivas para subsistir. Las plantas necesitan, sobre todo, nitrégeno, cuyo simbolo quimico es N, fosforo (P), potasio (K) y magnesio (Mg). La cal o el calcio (Ca) esta sufi- cientemente representado en la mayoria de los suelos, pero tiene una funcién de mejorador de los suelos, porque promueve su estructuracién, neutraliza el exceso de dcidos y desintegra las sustancias nutriti- vas que se encuentran en la tierra, es decir, las hace asimilables para las plantas. A es- tos componentes se afiaden los oligocle- mentos, 0 elementos traza, como hierro, boro, cobre © manganeso, que en peque- fias cantidades (traza) son importantes para la alimentacién de las plantas. Dado que en los jardines, sobre todo en los que estin bien preparados con compost, rara- mente existe un déficit de estos elementos, no suele ser necesario un abonado especial con oligoelementos. Abonos orginicos Se diferencian de los abonos minerales, llamados también «abonos artificiales», en que las sustancias nutritivas se presen- tan combinadas en forma natural. Aparte del compost de jardin y del estiércol de es- tablo o el estiércol Iiquido, también exis ten otros abonos comercializados de este tipo, como la harina de sangre, de huesos ode cuerno, el auténtico guano proceden- te de los depésitos de excrementos de pa- jaros marinos, ricino triturado, estiércol seco de vacuno o de aves de corral, y algu- nos otros. Con cada cosecha, se retiran sustancias nutritivas del suelo; por es0, a largo plazo, el abonado resulta imprescindible para mantener el nivel de nutrientes 34 El abono verde también se incluye den- tro de este concepto y, en sentido amplio, también la cobertera, porque el cubri- miento con materiales orgénicos, al pu- drirse, cede sustancias nutritivas al suelo. Por regla general, los abonos orgénicos aumentan de forma paulatina, pero luego se mantienen durante mucho tiempo, porque antes deben ser transformados en sustan- cias que, previamente elaboradas por los seres vivos del suelo, sean asimilables para las plantas. Como desde los microorganis- mos que viven en la tierra, y la hacen des- menuzable y fértil, hasta la lombriz de tie- rra necesitan un aporte constante de sustancias orginicas para entrar en activi- dad y mantenerse activos, el abonado na- tural supone también un tratamiento de mejora del suelo. Debido a que la proporcién de nitrége- no, fésforo y potasio presente en las sus- tancias de base orgénicas individuales no es homogénea, los abonos naturales comer- cializados suelen ser mezclas que aseguran un suministro de todos los componentes necesarios. Las virutas de sangre y de cuer- no, por ejemplo, son muy ricas en nitrége- no, pero no contienen fésforo ni potasio, mientras que la harina de huesos tiene un contenido de nitrégeno relativamente bajo y, en cambio, presenta un porcentaje ele- vado de fésforo. La afirmacién de que las sobredosifica- ciones en la aportacién de abono son prac- ticamente imposibles con sustancias orgé- nicas puras es valida para el compost maduro y los abonos comercializados, pero no para el estiércol animal fresco. En este caso, se pueden producir perfectamente so- bredosificaciones, y sobre todo, dafios por corrosién, especialmente con el estiércol de gallina, con un gran contenido de nitré- geno, fésforo, potasio y calcio. Con los productos secos comercializados no existe tanto riesgo. El camino més seguro para aprovechar el estiércol de establo es el compostaje. Abonos orgénico-minerales Se trata de una mezcla de abonos orgé- nicos y de sales fertilizantes minerales, so- bre todo de potasio, que falta en los abonos orgénicos puros. Como el abono basado exclusivamente en sustancias naturales s6lo empieza a actuar cuando el suelo, con los microorganismos que viven en él, se ha calentado, las combinaciones de sustancias nutrientes orginico-minerales pueden ser ventajosas particularmente para los culti- vos tempranos. La funcién de las sales fer- tilizantes solubles en agua, que las plantas utilizan enseguida, es asumida y continua- da més tarde por los componentes orgini- cos del producto. Abonos minerales Estas sales de abonado fabricadas in- dustrialmente y solubles en agua ofrecen la ventaja de que no tienen que ser transfor- madas primero, como las sustancias orga- nicas, en sustancias nutritivas que puedan ser asimiladas por las plantas, sino que in- mediatamente después de aportarlas estan a disposicién de las raices. Sin embargo, esto también implica que se deben seguir de forma bastante estricta las indicaciones del fabricante para evitar un abonado ex- cesivo, En el huerto, se utilizarén sobre todo abonos completos, que contienen una mezcla equilibrada de N, Py K, y ge- neralmente también de magnesio (Mg) y oligoclementos, por eso se designan por el nombre de abonos NPK. Para trabajar con abonos individuales que contienen s6lo nitrégeno, potasio 0 fosforo, se nece- sita un buen conocimiento de la alimenta- cién de las plantas, de sus posibilidades de asimilacién y de sus necesidades de nu- trientes; pero, sobre todo, debe realizarse un anilisis preciso del suelo que permita ver cuales son los déficit o los excesos de nutrientes, 35 El efecto de los nutrientes individuales La importancia del efecto combinado de los principales nutrientes individuales para la vida de las plantas se pone de manifiesto cuando se conoce su forma de actuar. El ni- trégeno se necesita para el crecimiento de las hojas y del tallo y para la formacién de uniones protefnicas. Un exceso de nitrége- no esponja los tejidos; las plantas pierden es- tabilidad y son propensas a ser atacadas por las enfermedades y los parasitos. El fésforo, en cambio, es decisivo para la formacién de flores y frutos, y por eso predomina en los abonos completos para flores. El potasio, finalmente, regula el contenido de agua de las plantas, refuerza el tejido y esta involucrado en la forma- cidn de hidratos de carbono. Como la ne- cesidad que tienen las plantas de los tres fertilizantes individuales no es uniforme, al jardinero aficionado le resultarfa exce- sivamente complicado preparar bien las mezclas. Plantas y suelo Si tenemos a nuestra disposicién una gran variedad de abonos minerales prepa- rados en los que s6lo varian las proporcio- nes de las principales sustancias nutrientes,

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