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YO error TU essen ‘Sin embargo, muchos nifios pierden mucho tiempo a causa del conflicto que surge entre Jos datos del Padre y lo que ven en la realidad. Su problema més perturbador es que no comprenden por qué el Padre posee tal dominio sobre ellos, Cuando la verdad llama a la puerta del Padre, éste dice: «Bueno, vamos a razonar juntos». El nifio cuyo padre cesté en la cfrcel y cuya madre roba para poder mantenerle tiene una poderosa grabacién en su Padre: «Nunca debes confiar en un policial». Si, por azar, conoce a un policia simpético, su Adulto ‘ordena todos los datos relativos a ese amable individuo, que organiza un partido de fatthol en la finca adyacente, invita a toda la pandilla a comer mafz tos- ‘muestra amistoso y habla en vor. baja. Al nifio aqui se le plantea um conflicto: lo que ve en la realidad es dife- rente de lo que le han ensefiado. El Padre le dice una cosa, y el Adulto otra, Durante la etapa en que su seguridad depende de sus padres, por muy pobre que pueda ser esta seguridad, probablemente aceptaré el veredicto de sus pro- genitores| segin el cual los policias son malos. De esa forma los prejuicios. Para el nifio puede resultar mas en una mentira que dar crédito a sus propios 1 Padre amenaza de tal manera al Nifo (a través de lin didlogo interior ininterrumpido) que el Adulto abandond y deja de investigar las éreas de conflicto. Por lo tanto, la proposicién «los policfas son malos» aparece como una 1d. A eso lo lamamos la contaminacién del Adulto, fenémenp aque se examinaré en el capitulo 6. 3 LAS CUATRO ACTITUDES VITALES Porque la tristeza como humor legitimo consiste en el hecho de que honradamente y sin engaito se refleje de manera puramente humana cen lo que ha de ser un nit. SOREN KIERKEGAARD Ya a muy temprana edad, el nifio llega a esta conclu- sin: «Estoy maby. Y también a esta otra conchusién acerca de sus padres: «Vosotros estiis bien». Esto es lo primero que advierte en sti esfuerzo —que duraré toda la vida— por comprenderse’a sf mismo y entender el mundo en el que vive. Esta actitud —10 ESToY MAL, TU ESTAS BIEN — es forma indeleble e influird en todo lo que haga. Por el hecho de tratarse de una decisién podré cambiarla por una nueva. Pero no sin que antes la haya comprendido. Para apoyar estas afirmaciones me he propuesto real zar en la primera parte de este capstulo un andlisis de las si- taciones del recién nacido, del nifio pequefio y del nifio ya E mayor, tanto en Jos afios preverbales como en los verbales. ‘ n YO sor een, TU rhs Muchas personas insisten en que tuvieron tna «infancia feliz» y que jamés llegaron a la conchusién: «Yo estoy mal, té estis bien». Por mi parte, estoy convencido de que todo 0 Hlega a ella, aunque su infancia sea feliz, En primer Jugar, analizaré cémo es su Hegada a la vida y mostraré que los acontecimientos de su nacimiento y su primera ctapa de vida se graban en su mente, aunque no los recuerde. A propésito de esto, debemos recordar que Penfield llegé a la conclasién de que el cerebro realiza tres funcio- nes: primera, grabacidns segunda, recuerdo, y tercera, nue- | vavivencia, No podemos recordar la primera etapa de nues- ta vida, pero es evidente que podemos volver a vivir —y, de hecho, lo hacemos— las primeras experiencias cuando regresamos al «estado de sentimiento» del nitio recién nacido, Pesto que el recién nacido no emplea palabras, sus jtan a sensaciones, sentimientos y, tal vez, vagas y arcaicas fantasias. Expresa sus sentimientos a través del llanto © por medio de diferentes movimientes corpora- les que pueden revelarintranquilidad o bienestar Ss sen- maori un nineties orp ca en qué fueron grabadas el nifio no disponta del uso de la palabra, a ae de vez en cuando durante el suefio, en su vida posterior. Veamgs un ejemplo. Una paciente me hablé de un suesio que he le habia repetido durante toda su vida. Cada vez que lo fenfa, despertaba en estado de pico, jadeando y con faeries palpitaciones, Se esforzaba por describir su suche, pezp no encontraba las palabras necesarias para hacerlo, En} una de las ocasiones en que intent6 explicatlo dijo que s sentia como una «mindscula partfcula, un Las cuatro actitudes viales Pequetio punto, y que unas cosas grandes, enormes, esféri- 8 y c6smicas giraban a mi alrededor, formando grandes spirales, aumentando progresivamente de tamaio, amena- zando con absorberme, hasta que sent perderme en aque- lla cosa vasta y enorme». Aunque su relato iba acompafiado de una observacién acerca de la pérdida de su identidad, la naturaleza de aquel pénico extremo parecta indicar que tia tratarse del miedo a perder la vida, como reaceién igica primaria a la amenaza de muerte Un tiempo después volvié a hablar del mismo sueiio, Era la primera vez que lo habia tenido en un afio. Se encon- ‘traba de viaje con su marido y ambos habian comido en un restaurante algo alejado, en un ambiente de gran calidad, muy superior a la de la comida que se servia en él. Cuando egresaron al hotel, la paciente se encontré algo indispues- tay decidié echar una siesta. Pronto se durmié, pero tard6 en despertar presa del pénico, a causa de aque Imo sueFio. Sentfa también un agudo dolor de estémago, que In obligaba «a doblarse sobre s{ misma, a causa del dolor». No le habia ocurrido recientemente nada que justi- ficara su ansiedad,y el suetio gencrador de pinico parecta estar én Gerta manera relacionado con aquel dolor agudo. El suefio continuaba siendo indescriptible, pero esta ver Ja paciente Prudo informar de otra sensacién: la sensacién de ahogo, Ciertas averiguaciones acerca de la madre de la pacien- | ‘© permitieron atribuir un posible origen a aquel suefio, Su madre, una mujer corpulenta, habfa amamantado a sus jos, y habja sostenido firmemente que no exist ningin | Problema que no se resolviera comiendo. Para clla, cuidar bien de un nifio consistia en atiborrarle de comida, Por otra ® YO stor wo TU esAs en parte, era una mujer agresiva y dominant. Deducimos (es lo tinico que podemos hacer) que aquel suefio tenia su ori- gen en la época en que Ta paciente todavia no sabia hablar, puesto que era incapaz de deseribirlo. La asociacién del suefio con el dolor de estémago sugeria cierta relacién con alguna experiencia géstrica ocurrida durante a primera infancia. Es probable que, cuando era lactante y se sentia harta, su made insistiera en darle el pecho a pesar de que estaba llena, Posiblemente, la nifia experimentaba en esas ‘ocasiones alguna sensacién de pesadez, ahogo y dolores de vientre. El contenido del suefio (la pequeiia particula absor~ bida por aquellas cosas enormes y césmicas) p reproduccién de la sensacién que la criatura tenia de su situacién, en Ja que se veia como un pequefio punto absor- bido por aquellas cosas enormes y redondas, los senos de su madre, o tal vez la imponente presencia de la propia madre, Este tipo de sueiio nos lleva a apoyar el supuesto de que nuestras primeras experiencias, a pesar de ser inefa~ bles, quedaron grabadas en nuestro interior y se reprodu- cen ene pfesente. Otro hecho que indica que ls vivencias se gaban ep nosotros desde nuestro nacimiento es a reten- cién de lo} datos aprendidos. Las reacciones del recién nacido a ik estimulos externos, aunque al principio son instintivas, pronto reflejan una experiencia condicionada aprendida (o grabada). Por ejemplo, el pequefio aprende a mirar en laldireccién en que oye los pasos de su madre. Si todas las experiencias y sentimientos se graban, podemos comprender el pinico, la ira 0 el miedo extremos que sen- ertas situaciones como una nueva vivencia del al de pénico, ira o miedo que sentimos de % Las eustro actiudes viales nifios. Podemos interpretarlo como una reproduccién de la grabacién original. Para comprender la importancia de esto conviene ana- lizar la i6n del nifio. Con referencia a la figura 7, ‘observamos uma linea que representa el periodo de tiempo que va desde el momento de la concepcién hasta los cinco aiios. El primer tramo corresponde a los nueve meses que transcurren desde la concepcién hasta el nacimiento. Durante estos nueve meses se produce una iniciacién ala vida dentro del medio més perfecto que el ser humano puede llegar a experimentar jamés. A este modo de vida lo. denominamos «estado de intimidad si iticar Después, en el momento del nacimiento biol6gico, el pequefio ser, en pocas horas, es empujado aun terrible es- tado de contraste en el que se halla expuesto a sensaciones Crops) (Reepracte) Nec igo reios) acini soca (Gesu06) f Figura 7. Nacimiento YO sstor me TU esis extraias, y sin duda terrorficas, de frfo, aspereza, presin, rruidos, falta de apoyo, excesiva iluminacién, separacién y abandono. El recién nacido se encuentra, durante un eae perfodo de tiempo, dividido, apartado, separado y pera de toda relacién, Las numerosas teorias sobre Carne lel vacimfento concen en frm qu los entimients pro- diucidos por este acontecimiento se graban en el cerebro y permanecen de alguna manera en él. Esta hipétesis espe Jada por el gran mimero de suefios recurrentes del tipo «tubo de desagtie» que tantos individuos experinentan on situaciones de tensin extrema. Los pacientes rel = suefios en Jos que se ve arrastrdos, desde uma masa de agua relativamente tranquila, al interior de um desagie. Experimentan sensaciones de presin y ee sensacién se sufre también en los casos de claustrofobia. niffo al nacer se ve inundado de estimulos abrumadores y desagradables, y, segin Freud, estos sentimientos que expe- rimenta le proporcionaran un modelo para todas sus ansic- les posteriores. : i ee ‘tiempo, un salvador se presenta ante elrecién nacido, Se trata de otro ser humano que lo toma en braze, lo envuelvelen célidas véstiduras, lo sostiene e inicia eb ges de la «carician. Este es el punto del = figura 7). Se trata de la primera infor- ae a que la vida ade fuera» no es del todo ma. Es una reconciliaion, una restauracin de a intimidad, gue pone en marcha su voluntad de vivir. Sin itd morira, sino fisicamente, sf psicolégicamente. 7. Sigmund Fraud, Hommung, Symptom und Angst, nterationaler Paychoa- | nalischer Vefeg, Viena, 1926. as cuntro actinudes vices La muerte fisica provocada por una cond: se procucfa a menudo, en otros tiempos, en los hospicios donde los nifios no tenian esas caricias iniciales, No habia ninguna causa fisica que explicara aquellas defun. iones, excepto la falta del estimulo esencial Esta dolorosa alternancia de sensaciones placenteras y desagradables mantiene al nifio en un estado de desequili- brio constante. Durante los dos primeros afios de vida no pose herramientas conceptuales para pensar —pala- bras—, para elaborar una explicacién de su incierta condi n su mundo. Sin embargo, registra continuamente los Sentimientos que surgen de las relaciones entre él y los demas, primordialmente la madre, y esos sentimientos se telacionan directamente con las caricas fsicas y la ausenicia de éstas. La estimacién que el nifio puede hacer de sf mis ‘mo es insegura ¢ incicrta, porque sus sentimientos buenos son transitorios y se sustituyen de continuo por sentimien- tos malos. Finalmente, esa incertidumbre le convence de que él esté mal. 2En qué momento llega cl nifio a alcanzar | | posicién: «Yo estoy mal, ti estis bien»? Piaget,’ basdndose en minuciosas observaciones de tantes y nifios un poco mayores, sostiene que el desarrollo dela causalidad se inicia en los primeros meses de vida, y se adquicre totalmente a finales del segundo aio. Dicho de E otro modo, los datos, bajo la forma de un batiburrillo de impresiones, empiczan a acumularse de un modo secuen- Ctl hasta el punto de que se hace posible una posicién pre~ verbal © conclusién. Piaget dice: «En el curso de los dos PRET Piogel. The construction of realty i the chitd (Nueva York Basic Books, #1958), ~ YO sstor me TU eis He primeros afios de vida, la evolucién de la inteligencia sen- sorial y motriz, asf como la claboracién correlativa del uni- verso, parecen conducir a un estado de equilibrio lindante con el pensamiento racionale. Por mi parte, creo que ese estado de equilibrio, evidente a finales del segundo afio de vida o durante el tercero, es un producto de la conclusién del niio acerca de sf mismo y de los demés: su posicién vital. Una vez decidida su posici6n, ya tiene algo sélido con Jo que trabajar, una base para poder prever cosas. Piaget sostiene que, en esos primeros procesos mental capaces de «conocer o formular verdades» limitan a desear el &xito 0 la adaptacién préctica: «Si yo no estoy bien y ti estis bien, Zqué puedo hacer yo para que ti, que eres una persona que esté bien, seas bueno conmigo, que soy una persona que esté mal?». Esta posicién puede pare- cer poco favorable, pero para el nifio es una impresién cier- ta, y es mejor que nada. De abi el estado de equilibrio. El Adulto que hay en el nifio ha Togrado su primer triunfo al «dar sentido a la vida», resolviendo lo que Adler Ilamaba «el problema bentral de la vida» —Ia actitud hacia los demés— ylo que Sullivan designaba como «las actitudes del yo que ¢l individdo levaré siempre consigo». Una fle las formulaciones mis claras acerca del desa- rrollo de eee es la expuesta por Kubie: de tarde] a menudo se establece una posiciéa emocional central... ida, a veces en los primeros meses y otras veces més ' puede formular una deduccién segura: al principio Un Hecho clinico que ya es evidente es que, una vez establecida la posicién emoctonal central al principio de la Las cuave actioudes viales vida, ésta se convierte en Ja posicién afectiva sore a cual el individuo tenderd a volver autométicamente durante el resto de sus puede constituir la mayor salvaguarda 0 miento de una posicién emocional central puede ser una de Jas primeras generalidades en la evohuci6n del proceso neurd- tico humano, puesto que puede iniciarse incluso en la épo- posicién emocional central sea dolorosa, el individuo pue- de pasarse toda la vida defendiéndose contra rriendo una y otra vez a trucos consci ‘cuyo ‘nico objetivo es rehuir esa posicién central doloro- sa [las cursivas son mas). intea después la cuestién de si esas posiciones son 0 no alferables en Jos afios posteriores de la dl individuo, Yo creo que silo son. A pesar de que las prime- ras experiencias que dieron lugar a esa posiciSn no se pueden borrar, pienso que las primeras posiciones pueden cambiarsc. Lo que una vez fue decidido puede dejar de decidirse. EL anélisis conciliatorio elabora Ja siguiente clasifica- cidn de las cuatro posiciones vitales posibles respecto a uno mismo y los demas: 1. Yo estoy mal, td estas bien, 4. Yo estoy bien, ti estés bien. 3S. Katio, «The Neurotic Process asthe Focus of Physiol Pycheanayc Research, Jouma of Mortal Sounoe a OKT YO sor way, TU rhs en Antes de examinar cada una de estas posiciones, deseo realizar unas cuantas observaciones generales acerca de allas. Yo creo que, al final del segundo afo de vida o duran- te el tercero, el nifio se ha decidido ya por una de las tres primeras posiciones. La {6rmula «yo estoy mal, td estas bien» es la primera decision provisional basada en la expe- riencia del primer aio de vida. Hacia al final del segundo afio, esta posicién se confirma y se estabiliza 0 deja paso a la posicién dos o tres: «yo estoy mal, td estés mal» 0 «jo estoy bien, ti estas mab», Una vez. que cl ntio ha llegado hasta aquf, se mantendré en la posicién elegida, y ésta gobernaré todo lo que hace. Permaneceré con él durante el resto de su vida, a menos que, més tarde, pase de mancra consciente a la cuarta posicién. Sin embargo, las personas no cambian de posicién con tanta facilidad, En las tres pri- rmeras, la decisin se basa totalmente en las «caricias» 0 en Ia ausencia de éstas; son no verbales. Se trata de conclusio- nes, no explicaciones. Pero son algo més que respuestas das: son To que Piaget denomin6 elaboraciones intelectyales en la construccién de Ja causalidad. En otras palabras, son un producto de la ordenacién de datos por parte det Adulto que hay en el nifio pequefio. YO ESTOY MAL, TU ESTAS BIEN, {Esta es la posicién universal de la primera infancia; se trata de|una conclusién Idgica del nifio por su situacién dorante|su nacimiento y su infancia, Existe algo bueno en. esta posicién gracias a la presencia de las «caticias». Todo Las cuatro actinides witales nif es acariciado durante el primer afio de su vida simple- mente por el hecho de que hay que tomarlo en brazos para cuidar de él. Pero hay también un clemento malo, y es la conclusién a la que llega sobre s{ mismo, Creo que es evi- dente que la abrumadora acumulacién de sentimientos alos en el nifio hace que resulte légica (sobre la base de su evidencia) esta mala conclusién sobre sf mismo. Al aplicar él andlisis conciliatorio tanto a personas enfermas como a sanas, he obtenido una reaccién general de «ieso es!» cada vez que he explicado el origen del Nifio que no esta bien, Creo que el reconocimiento del Nifio que no esté bi existe en cada uno de nosotros, es la nica manera compa- siva, y por tanto curativa, de analizar los «juegos». Consi- derandoyla universalidad de los juegos, la universalidad del «70 toy mab» es una deduccién razonable. La ruptura de Adler con Freud se produjo acerca de, este punto: no era el sexo lo que se hallaba en la base de la Jucha del hombre ef la vida, sino més bien los sentimientos de inferioridad, 0 malos, que surgfan con caricter universal. | Adler sostenta que el nifo, a causa de su pequefia estatura y de su vulnerabilidad, se considera inevitablemente inferior en relacién con las figuras adultas que le rodean, Harry Stack Sullivan, con quien estudié durante los cinco afios que precedieron a su muerte, fue enormemente Adler, y a mi, a su vez, me influyé en gran medida Sullivan, ‘aya principal aportacién al pensamiento psicoanalitico fue elconcepto de las relaciones interpersonales, transacciones 0 conciliaciones, afirmaba que el nifio elabora una cstimacién de si mismo sobre la base de las apreciaciones de los demés, alo que 4 llamaba «las apreciaciones reflejas». Decia: , 8 YO soy Be TU eis wen ELnifio carece del método y la experiencia necesarios para 10} asf pues, sélo puc- elaborar un retrato exacto de si de guiarse por ls reacciones de los dems ante él, No tie- ne, casi, motivos para poner en tela de juicto esas aprecia- ciones,¥, en todo caso, es demasiado vulnerable para desa- fiarlas o rebelarse contra ellas. “Acepta pasivamente los primeros juicios, que le son comunicados de un mode cenfitico a través de palabras, gestos y acciones durante este perlodo. Y asf, las actitudes sobre el yo aprendidas en los primeros tiempos de vida son siempre arrastradas por el luo, dejndo cierto margen para a influencia de cr- cunstancias ambientales extraordinarias y para modifica ciones a causa de experiencias posteriores." En esta primera posici6n la persona se siente a meroed de los demés, Siente una gran necesidad de caricias, 0 de ser reconocida, que es la versién psicolégica de las primeras caricias fisicas. En esta posici6n, existe también un clemen- to de esperanzaporque hay una fuente de caricias —ti ests bienk—, aunque éstas no sean constantes. EI Adulto tiene una base sobre la que trabajar: 2qué debo hacer para ganar sus faricias 0 su aprobaci6n? De esta manera, cl indi- vidu pues intentar dos formas de vt esta postin. La plimera consiste en vivir un guién de vida'* que confirme que estoy mal. El guidn lo «escribe» inconscien- 1a dosobi ls proras dedsones 2 concern, seve co debe vio propa ie. ny cortapn ego Vtor eae ec, sear He, iva Grote Karpany Sse, xn ea Svein angen os as or ne Las cantro actnudes viales temente el Nifio, y puede induciele a llevar una vida retira- da, ya que le resulta demasiado doloroso convivir con gen- te que esti bien, Estas personas pueden buscar las caricias a través de una ficcién y lanzarse a una complicada «vida de deseo» compuesta de «sir y de «cuando yo». El guién de ‘fra persona puede suscitar un comportamiento provoca~ dor hasta el punto de que los demés se vuelvan contra é (caricias negativas), con lo cual se demuestra una vez més que estoy mal. Fste es el caso del «nifio malo». 1Ya que decis J que soy malo, seré malo! Puede pasarse la vida dando pata- | das, escupiendo y arafiando, y lograr as{ una integridad frau- dulenta en la cual, sin embargo, al menos existe una cons- tante con la que puede contar: «yo estoy mal, ti estés bien». Esto tiene cierto sentido, aunque muy triste: se mantiene la integridad de la posicién, pero Hleva a la desesperacién. La _ Tesolucién final de esta posicién es el abandono (institucio- » nalizacién) o el suicidio. Una manera més corriente de «vivir» esta posicién es recurrir a un contraguidn (también de modo inconsciente), on una divisa prestada det Padre: puedes estar bien, si. Esta persona busca amigos y asociados que tengan un Padre F grande porque necesita grandes caricias, y cuanto mayor es Fl Padre mejor acariciard, (Las caricias positivas sdlo pueden proceder de individuos que estén bien, y cl Padre est bien, como lo estuvo desde el principio.) Este tipo de personas se tran siempre dispuestas a complacer, llenas de volun- fady deseosas de satisfacer las peticiones de los demés. Algunos de nuestros mejores hombres (y mujeres) estén donde estén gracias a esos esfuerzos por obtener la aproba- én de los dems. Sin embargo, se obligan a llevar una vida YO erov Be TU e745 MeN de exalar montafas y cada vez que legan ala cumbre de una seencuentran frente a otra. El yo estoy mal escibe el guién el testis bien (yo quiero ser como tt) esrbe el contraguién. embargo, ni primero ni el segundo consguen crear felicidad o una sensacién de valor perdurable, ya que la posi- cin no ha cambiado: «Haga lo que haga, sigo estando mab», Una vez que la posicion es descubierta y cambiads, los Jogros y las habilidades resultantes del contraguién pueden ser de suma utilidad cuando la persona construye un plan de vida nueva y consciente con el Adulto. YO ESTOY MAL, TU ESTAS MAL Si todos los nifios que sobreviven a la infancia legan inicialmente a la conclusién «jo estoy mal, ti estés bien», 2e6mo se llega ala segunda posicion, «yo estoy mal, testis mab? Qué ha ocurrido con el «ta estés bien»? Qué ha do con ‘iger las caricias?. Hacialel final del primer afio de vida, al beat sucede algo muy Importante: camina, Ya no es necesario que lo tomen ox pre si madre es una persona fria, poco dada a acaficiar a los nifios, si slo le acariciaba durante el primer afio porque no tenfa més remedio que hacerlo, el hecho de haber aprendido a andar significa que ya han pasi- do sus dia de Nifio pequelo, Las carcias cesan por oe .. Por| otra parte, Jos castigos son més severos y fr san ater peer rere cama, de i cosas, ,ademés, no se esté quieto. También se hace dafio a si mismo con mayor frecuencia, ya que su Las cuatro actnades viales movilidad le hace tropezar con obsticulos 0 caer por las ‘escaleras. La vida, que en el primer afio ofrecié algin que otro consuelo, ahora no ofrece nada. Las caricias han desapare- ido, Si ese estado de abandono y dificultades se prolonga durante el segundo aiio de vida, el nifio Mega a la conchusién #99 no estoy bien, ti no ests bien». En esta posicién, el Adulto deja de desarrollarse, dado que una de sus fanciones primordiales —conseguir caricias— ya no tiene sentido Puesto que no existe ninguna fuente de caricias, En esta Posicin, la persona abandona. No hay esperanza, Simple- F mente pasa por la vida y finalmente, puede llegar a acabar en una institucién mental, en un estado de extrema recht- si6n, con un comportamiento regresivo que refleja un deseo vago y arcaico de'volver a su vida del primer afio, cuando recibié las inicas caricias por el hecho de ser un nifio al que habja que tomar en brazos y dar de comer. Es dificil imaginar que un individuo pase toda su vida sin recibir una caricia. Incluso quienes tuvieron una madre que odiaba estas muestras de carifio, sin duda encontraron 4 otras personas capaces de compadecerse de ellos en esa situacién y que los acariciaron, Sin embargo, una vez que ‘una posicién es adoptada, todas las experiencias se inter- Pretan de una manera selectiva y capciosa, con el fin de | apoyarla. Situna persona llega ala conclusién de que ti estés 4a todas las dems personas, y rechazaré sus _ saricias, por muy sinceras que éstas puedan ser. Original- ‘mente, hallé cierta forma de integridad, o cierta coherencia, [su primera conclusi6n, y por eso ls nuevas experiencias no spueden quebrantar esta posicién tan ficilmente. Ahé radica , @ YO sor Be TU evs wen el cardcter determinante de las posiciones. Ademés, quien adopta esta posicién deja de hacer uso de su Adulto en sus relaciones con los demés. Por consi miento, es dificil legar a su Adulto, sobre todo si se tiene en cuenta que, para esta persona, el terapeuta también entra cen la categoria del «tti ests mal» Hay un solo estado patolégico en que la pe estoy mal, ti estés mab» puede ser Ia posi tuna secundaria. Se trata de la coné que no ha nacido psicolégicamente. El autismo infantil sur- ‘ge como una reaccién del organismo no maduro ante la yla angustia catastroficas de un mundo exterior en el que no hay ninguna caricia que llegue hasta él. El nitio autista es el que, en las primeras y criticas semanas de su o se sintié salvado o rescatado, Es como si «no hubie~ se encontrado a nadie alli», después de su desastrosa expul: si6n hacia la vida, Schopler* llega a la conclusién de que el autismo es el resultado de la combinacién de un factor Fisiolégico con | tuna falta de caricias, El factor fisiolégico puede ser una gran barrera ante los estimulos, hasta el punto de que el nifio no ega a registrar las caricias que recibe. Es posible que no se vea totalménte privado de ellas, pero sf de la sensac as,lo de la «acumulacién» de estas sensaciones, Entonces, fos padres lo verén como un nifio que no reac- ciona (no Ip gusta que lo deja de ha¢erle caricias porque se lega a la conclusién de | le Autism and Receptor Processes, Archives of | (as cuatro actieudesvitales ‘ue eno le gusta que lo tomen en brazoss, Es posible que \unas caricias vigorosas hubieran logrado superar la barrera, En cierta ocasién observé a un nifio autista de once atios, que no hablaba, y que parecfa expresar su posicién de ‘9 estoy mal, ti ests mal» pegando fuertes y repetidos Puiietazos contra su tutor y, después, contra su propia cabe- _ como si estuviera interpretando su concepcién de la vida: «TS estés mal y yo estoy mal. Hay que aplasta alos dos», “YO ESTOY BIEN, TU ESTAS MAL : a quien sus padres tratan brutalmente de un j_ modo persistente y prolongado abandonaré su posicin ini. cial en la que juzgaba que aquéllos estaban bien, y pasaré a Is tercera posicién, o posicion eximinal: «yo estoy bien, ti f estis mal». En esta posicién hay un elemento de bonded, ero dde dénde procede? Dénde esti la fuente de las cari. ‘Glas si ti estés mal? ‘Teniendo en cuenta que la posicién se decide en el segundo o tercer afio de vida, ésta es una cuestién dificil de ontestar, Si el nitio de dos afios Il Yo creo que este tipo de «autocaricias» se produce Nando el ni estd convaleciente de heridas graves y dolo- sas, como las que reciben algunos a quienes en el barrio se los conoce como «el pobte mértir». Son nifios que tben fuertes palizas de sus padres, hasta romperles Jos 8 YO enor amy TH esos hhuesos y desgarrarles la piel. Quien e haya roto un hueso 0 sufrido ese tipo de heridas sabré el dolor que producen. En Jos nifios que reciben palizas de sus padres son frecuentes estas dolorosas heridas, como costillas rota, ifiones magu- llados o fracturas de créneo. 2Cémo se siente un chiquillo ante el dolor insoportable de unas costilas rotas o la vio- Tentajaqueca prodcida por la entrada de sangre en el iqui- do espinal? Y cada hora, cinco nifios de Estados Unidos reciben heridas de este tipo a manos de sus padres, Creo que, precisamente, cuando este nifio maltratado esté convaleciente, en cierto modo, se lame’las heridas al cexperimentar una sensacién de bienestar consigo mis sola, aunque s6lo sea por comparacién con el agudo dolor aque ha sufrido recientemente. Es como si dijera: «Estaré perfectamente si me dejsis en paz. Solo estoy muy bie» Cuando los brutales padres aparecen de nuevo, se encoge, hotrorizado, temiendo que vuelvan a pegarle. «iMe hacéis dafiol [Sois malos! Yo soy bueno, vosotros sois malos.» La historid de los primeros afios de vida de muchos psicépatas crimingles, que ocupan esta posicién, revela esta clase de rmalos tratosfisicos graves niffo ha experimentado la brutalidad, pero tam- bign lajsupervivencia. Lo que le ha ocurrido una vez puede volverl? a ocurri «He sobrevivido. Sobreviviré.» Se niega a abandpar ‘A medida que va creciendo, empieza a devolver Jos golbes. Ha visto la durezay sabe ser duro; tiene permi- so (de ba Padre) para ser duro y cruel. El odio le mantiene, aunqu¢ también puede haber aprendido a disimularlo bajo tuna miscara de cortesfa, Caryl Chessman dijo: «No hay | | | quien acaricia. Sin embargo, en esta posi | las personas buenas. Por consiguiente, no hay caricias bue- Las cuatro activudesviales nada que sostenga mds que el odio; cualquier cosa es mejor que tener miedo». Para ese nifio, la posicién «yo estoy bien, ti ests mals es una decisién salvadora. La tragedia, para él y para la sociedad, radica en que anda por la vida negindose a mirar hacia dentro. Es incapaz de ser objetivo en lo referente a su implicacién con lo que le ocurre. Siempre es «culpa de ellos». De «todos ellos». Los eriminales incorregibles ocu- . Son personas inconscientes, «sin con- como por aquellas que «fracasan» es la de «yo estoy mal, ti estas bien». El método mAs corriente para enfrentarse a esta posicién son los juegos. Berne define un juego como una serie sin interrupcién de conciliaciones posteriores complementarias que se dirigen hacia un resultado perfec- tamente definido y previsible. Descriptivamente, se trata de un juego de conciliaciones, a menudo repetidas, super- ficialmente plausibles, con una motivacién oculta; 0, en otras palabras, una serie de movimientos con una trampa 0 struco».® Yo.creo que todos los «juegos» tienen su origen en el simp momenténeo que ayude a soportar el terrible peso del estoy mab», Es importante tener presente lo que significa la posi- Gi6n «yo estoy mal, té estés bien» para un nifio de tres aios. | by maby significa: slo mido sesenta centimetros, estoy indefenso, soy frégil, estoy sucio, no hago nada bien, soy toxpe y no tengo palabras para hacerte comprender todo lo que se siente en mi posicién. «Ti estés bien» signi- | fica: mides metro ochenta, eres fuerte, siempre tienes rarén, conoces todas las respuesta, eres elegante, tienes un poder de vida y muerte sobre mi, puedes pegarme y hacer- me dafio y sigues estando bien, Elnifg agradece cualquier liso ante esta njusta situa- i6n, Un plato més lleno de crema, empujar para ser el pri- mero en ma cola, butlarse de los errores de la hermana, pegar al hefmano menor, dar un puntapié al gato o tener mis juguetds proporcionan wn alivio momenténeo aunque | vaya seguidd de un desastre, como recibir una palza de los padres, un golpe del hermano menor, un araiiazo del gato 0 descubrir que otro tiene més juguetes todavia. People Play (Nueva York: Grove Press, 1964) . 48, ” Las cuntro actinides viales {as personas mayores realizan variaciones més 0 ‘menos complicadas de este mi ‘asa mejor y més grande que mengano o, P alardes de modestia; g08 como una «solucién» que produce suma a la desdicha original y confirma ro tiene como objetivo demostrar que la inica Fehacerse, o de pasar a estar bien, aclarar las circunstancias de nuestra infancia sy lea hs ubyacentes a | 2} tres primeras posiciones, que > son perpetuadas por el | comportamiento actual, Rertamiento actual, almente, €5 importante comprender que el «yo Sttoy bien, td estés bien» es una posicién y no un seni. Bieulo, Las grabaciones del sestoy mal» que hay en el Niflo ‘Pueden borrarse con tuna decisiGn tomada en el presente, : ‘que tenga una base racio- a vivido muchos afios siguiendo Tas de un Adulto emancipado posee una gran coleccié 95 YO stores TU eis cexperiencias pasadas de este tipo y puede decir con seguri- dad: «Sé que esto funciona». El «yo estoy bien, ti estés bien» funciona porque no se espera de él una alegria o una lad inmediatas. En cierta ocasién, una joven divorciada de uno de mis grupos se lamentaba enojada: «iUsted y su maldito truco del estoy bien! Anoche fui a una fiesta y decidf ser lo més amable posible, y también decidi que todos los asistentes estaban bien. Me acerqué a una mujer que conozco y le dije: “2Por qué no viene a tomar café alguna vez. conmigo?”, y la mujer me dejé hundida cuando me dijo: “Me encantaria, pero comprendera que no todo el mundo tiene tiempo para andar de visita y de chéchara como usted”. iEso no sirve para nadab Las tormentas personales o sociales no van a cesar de inmediato por el hecho de que hayamos adoptado una nue- va posicién. El Nifio exige resultados inmediatos, como el café instantineo, los barquillos al minuto o el alivio contra la acider de estémago. No podemos garantizar que, por el hecho de fadoptar la posicién «yo estoy bien, ti estés bien», se experitnenten inmediatamente buenos sentimientos. De- bbemos ser sensibles a la presencia de las vieja grabaciones; pero podemos decidir apagar el «magnet6fono» cuando las 1¢ reproduce socavan la fe que tenemos ea lo de vida que, con el tiempo, aportaré nuevos felicidad a nuestra vida, El Adulto puede, tam- bién, 1 las respuestas del Nifio en los demis y decidir ng reaccionar de la misma manera, En el proximo capitulo se hablara del cambio que esto supone, yee cémo ese cambio es posible. | % 4 PODEMOS CAMBIAR Todos los hombres se jactan

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