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enla Santiago Wallace Invoduecién Inicialmente es necesario reconocer los profundos cambios que se estin operan- do como consecuencia de Ia crisis del modelo de acumulacién tylorista-fordis- ta, La necesidad de los capitalistas por re- componer la tasa de ganancia han prody- ido transformaciones cualitativas en tas tecnologias en so (tanto materiales cuan- to inmateriales). Asi, se produjo el pasaje de un esquema de produccién rigido y masive, centrado en una economia de oferta, hacia moclelos avis flexibles, de di- ferenciacia de productos, con mercados segmentados y donde la demanda estaria jugando un rol central en la construcciéa de las estrategias empresariales. A pesar de ello, en la mayorfa de los casos (fundamentalmente en la zona sur del Gran Buenos Aires) se observa Ia util zacién combinada de nuevos y viejos m todos de gestién frente a la crisis aunque preponderan los tiltimos. A la vez, los cum- bios no han afectide del mismo modo a las unidades productivas produciendo un entramado heterogéneo. A nivel de la relacidn luborai, la etapa se caracteriza por la experimentacién de noviembre de 1997 Trabajo y subjetividad. Las transformaciones nificacion del trabajo" nuevas formas de control del trabajo con la finalidsd de lograr un compromiso ba- sado en la implicacién de los trabajadores con el producto y con la empresa, a pesar de lo cucl esta pretendida modalidad no desplaza el conflicto inherente 2 Ia sela- cién capial/trabajo. Una muestra interesante de lo que esti sucedienco en la zona es el resultado de un Informe elaborado a partir de cursos y talleres destinacios 1 delegados de In UOM Quilmes de 1994 (50 delegados pertene- Gientes a 28 empresas de la zona), Una sintesis det mismo (G. Chaves, 1994) que podria constituir una muestra de fo que ocurre en el campo de la gestién empre- saria, en In organizacién de la produccién, en Ia organizacion del trabajo y en las re snes obrero-empresario y obrero sin uiente: dicalizado-empresario, seria la si a) Bi disctrso empresario ha cambiado, Los delegatos refieren una terminologia que los trabajadores escuchan y enfien- tan cofdianamente en la discusién con las emoresis y cuyo significado recién van desentrafiando y reconstruyendo. Gircules de calidad, incertidumbre de Jos mercados, just in time, capacitacion, "Este tious ha sido publicada en Actas de fa Il Joraadas de Antopologia do la Cuencs det Plata, Vol. Vi, 287 Santiago Wallace ritmos, tiempos muertos, puntd-cero, flexibilizaci6n horaria, reconversi6n, costos laborales, polivalencia, etc. No fs una cuestion sélo discursiva. Los empresarios estin implementando cam- bios en cada una de las empresas y tam- bién seccién por seccién, no en toda la industria al mismo tiempo. b) Los cambios son justificados por los cempresarios ante los trabajadores como resultado de exigencias externas, no como producto de st propio interés. Ia fisndamentacién csgrimida lo es en razoniés técnitas y en las leyes del mer- ado, Sus actos se presentan como re- sultado de la aplicacin de fa racionali- dad cientiico-téenica ©) los cambios aparecen mis extendidos cn las tecnologia bandas, es decir los rmedios inmateriaes de gestién que con- tebuyen a optimiza la organizaci6n en Su conjunto, mientras la incorporacion de nuevas tecnologias duras, 0 sea, Ios onocimientos incorporados a los equ- pos tanto los de base mecéinica como fos que incorporan la microclectrénica son infimos. Por ende Ia inversién es menor. 1a mayoria de las empresas se anejan mediante communicados, cas, revistas, reuniones, cartelerss, cursos, etc. ¥ organizan actividades recreativas fiestas, regalos, concursos, En todas han Jogrado introducir, en mayor © menor grado, distintas formas de polivalencia (© multifuncionalidad. Bn las més gran- des se ensayan formas de trabajo en grupo. Calidad Total y Circulos de Cali- dad no existen en funcionamiento en ninguna empresa aunque hay algunas ‘experiencias piloto. Se propone acom paar estas iniciativas organizacionales con Ia generacién de un “cambio cul- 258 tural" que aspira a que los trabajadores resuelvan sus problemas laborales en forma individual tratando directamente con la empresa, rompiendo con. Ia ta dicién. que los metalirgicos observan de dirigir sus demandas primero al de- Jegado luego a la Comisién Intema y por ditimo al Sindicato si no se logra | solucién. La idea empresatia es termi: nar con lo que denominan la cultura del tnosotros” y “ellos* para que el em: pleado se identifique com “su” empresa | Yy se sienta “parte de la gran familia’. 3 Por otra parte, y esto es fundamental, el cambio cultural intenta comprome- tes, implicar al trabajador con nuevas responsabilidades: controlar la calidad, crear mejoras continuas que reduzcan costos, mantener y reparar maquinas y equipos, es decir que se hagan cargo del buen funcionamiento de Ia produc ign en su conjunto. Se apela a la erea- tividad, el conacimiento y pbreras, ya no sélo a su fuerza y habili- dad manual. Sefalo particularmes cuestién pues constituye un cambio radical en la concepeidin del trabajo as lariado, en el modo de representarse a Tos obreros frente a las méiqui pecto de lis viejas representaciones mecanicistas que concebian el trabajo humano como trabajo mectinico (mec nizado y mecanizante). Esis represe! taciones son o resultan hoy inapropindas para operar sobre los tribajadores ante las exigencias de un entomno de las em- presis que demanda flexibilidad pro- uctiva y eficiencia en términos de ca lidad y productividad. En sintesis, el pasaje de ta concepcién taylorista res- pecto del control de los obreros expre- sada en una desconfianza radical acta te esta "Yabo ysubetvdad. Las tarstormaciones en la slgnificacin dol vabej” cl trabajo humano (son vagos) a nue- vas concepciones del trabajo humiano, Ante los cambios cualitativos en un mundo uniformemente capitalista, la logica de reproduccién de! capital re- ‘ueva las formas de utilizacién y con- trol de la fuerza de trabsjo partiendo del reconocimiento de la capacidad re flexiva, de la inventiva det trabajador como fuente de creacién de valor. Es decir que plantea como objetivo prio- sitario de la organizacién capitalista ta necesidad de implicar al personal con la tarea que realiza, con el producto que pasa por sts manos, con Ia empresa en la que trabaja (R. Rosendo, 1995). Un tabajador poscedor de un saber-ser, saber-hacer dificilmente formalizable que no solo se aplica a la ejecucién de sus areas, sino que es parte del con- rol general de ta produccién y de la calidad (R Rosendo, op. cit). Estas buisquecas de “cambios cultura- les" y en la organizacion del trabajo se ‘manifiestan asimismo en los requisitos que definen algunas empresas para tomar aue- vos empleados. Una gran empresa auto- motriz, asentada hace poco tiempo en lt Zona -por eso ha solicitaclo personal lecciona el siguiente perfil: 1. No mayor de 23 aflos. 2. Estudios secundatios técni- cos completos. 3. Sin experiencia labora ) En casi todas Jas empresas se ha redu- cido personal. ©) En fos titimos afos ha habido un fuer- te aumento en la productividad del tra bajo, tanto en términos absolutos cuan- to telativos. El aumento promedio os- cila en el 30%, logrado basicamente ‘mediante la intensificacién de los rtmos, Ro mediante la incorporacién de nue- vas tecnologias. No hs habido aumento de satarios a pe= sar del incremento en Ia produetividad sefialado. £8) Los tabajadores demandan capacitaci6n, las empresas en muy pocos casos han desarollado actividades de este tipo, y las que fo han hecho los han referido al objetivo del “cambio cultural” 1h) La respuesta def Sinclicato es evaluada como insuficiente. Los sindicatos argen- tinos formados en una etapa de cienta expansién industrial, con convenios colectivos de aleance nacional por rama de Ie produceién, fueron duchos en la ictica de enfrentar y negociar. Esas herramientas parecen haber perimido, 1a ofensiva patronal no se reduce a un cambio en las metodologias de enfren- tamiento; es un cambio en el propio. 10 de la dlisputa, El sindicalismo 6 para discutir el precio de la Fuerza de tabajo, no como se la utiliza, El desconcierto sindical tiene una aris. ta politica innegable: su relacién con el Peronismo y el Estado (protector, me- diador o garante legal). El estilo de con- uceién sindical propio de la otganiza- ci6n tcyloristafordista no resulta ade- ‘cuado zara paliar los efectos de fa trans- formacién por ineficacia de las estrate- gis de confrontacién/negociacién. $a t6rico respaldo en ellos se ha que- brado, Ambos han implantado

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