You are on page 1of 1

El miedo a hablar en público

Ejercicio 1

Si es muy tímido, propóngase algunas metas pequeñas y cúmplalas. Por ejemplo: A) Entre a un local a probarse una prenda que no
comprará. B) Entable una breve conversación con un desconocido (puede ser un compañero de viaje, un vendedor de algo, alguien que
mira un escaparate, etcétera).

Ejercicio 2

Piense en un tema que conoce profundamente y con el que se sentiría más cómodo si tuviera que exponerlo en público. Puede hablar
acerca de su mascota, su trabajo, su hobby, lo que sea. Anote algunas ideas. Si tiene conexión a Internet, bus- que alguna anécdota
relacionada con ese tema; si no, repase si no conoce alguna... o invéntela. Luego pídale ayuda a un amigo o familiar y exponga no más
de cinco minutos ese tema, como si lo estuviese haciendo en público.

Ejercicio 3

Seleccione algún programa de televisión en el que sepa que intervendrá alguien con mucha facilidad de palabra. Si puede, grábelo. Mírelo críticamente: ¿dijo cosas
sorprendentes? ¿Ofreció muchos datos? ¿Se mostraba tenso o relajado? La mayoría de las exposiciones de este tipo no tienen revelaciones fundamentales para la humanidad,
de modo que ¡no se exija más de lo necesario!

Ejercicio 4

Propóngase por un día: sonreír a todos amigablemente; saludar con cordialidad y entusiasmo; no emitir juicios negativos; aceptar los pequeños contratiempos como hechos de los
que puede sacar una experiencia positiva; dar las gracias a empleados, servidores, personas que hacen algo por usted, aunque sea cederle el paso en una acera. Al cabo del día,
repase mentalmente: ¿no se siente mejor? Aumentará su autoestima, pero más que eso: la cordialidad engendra cordialidad, la simpatía genera simpatía, los buenos
pensamientos tienen su recompensa. Una recompensa que no es sólo individual, sino que estará contribuyendo a formar una sociedad más hospitalaria.

Ejercicio 6

Aprenda a controlar sus indicios de ansiedad: fíjese si no tiende a levantar los hombros. Si lo hace, cada vez que lo verifique, comience a bajarlos lentamente. Otra área corporal
que solemos tensar es la del rostro: afloje el entrecejo, no apriete las mandíbulas. Su cuerpo comprenderá estos “mensajes”, y la tensión interna irá cediendo.

Ejercicio 7

Hable con alguien de su confianza que lo conozca bien. Dígale francamente cuáles son los aspectos que usted considera negativos en sí mismo. Pregúntele qué opina de eso.
Probablemente se sorprenderá, pues lo que para usted puede ser un drama, par el otro podría significar un aspecto poco importante.

You might also like