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11 La antropologia, la sociologia y otras disciplinas dudosas Cuando usamos el término «disciplinase nos referimos, en realidad, a tres cosas al mismo tiempo. En primer lugar, a categorias intelectuales, nodose de afirmar que existe un campo de estudio definido con algo pa- recido’a limites, aunque sean controvertidos o borrosos, y con modali- ades de investigacion aceptadas como legitimas. En este sentido, las disciplinas son constructos sociales cuyos origenes pueden rastrearse cn el istema hist6rieo en el que cobraron forma y cuya definicién que ‘con frecuencia se enuncia como eterna puede cambiar con el tiempo. En segundo lugar, las disciplinas son estructuras institucionales aque han ido adoptando una forma cada ver més elaborada desde els lo xix. Las universidades se dividen en departamentos que llevan Bombres disciplinares, los titulos universitarios corresponden a disci- plinas especificas y los profesores tienen cargos que también com prenden el nombre de la disciplina a la que se dedican, Las divisiones de las bibliotecas, los catalogs editoriales y los anaqueles de las libre tas, las distinciones, los premios y las conferencias, y las asociaciones {de estudiosos también responden a esa divisién en diseiplinas. En su dimensi6n institucional, las disciplinas son omnipresentes. Por tiltimo, las disciplinas son también una culeura. Habitualmen- te, los académicos que dicen pertenecer aun grupo disciplinar compar- ten con los otros miembros del grupo experiencias y contactos: han leido los mismos textos «clisicos»; participan de los mismos debates tradicionales, que a menudo son distintos de los de las disciplinas lin- Ma FE EEE HE EEE REEEEE EERE EEE EH eee cee antes; tienen un mismo estilo y reciben recompensas i ben ea culture puede modificsrte con el emo Sas be e- ise hace un corte temporal de un periodo determinade, se spre cian modos de presentacién que son valorados por los ‘miembros d ‘una discipline y no por los de ovr. Para ilustear lo antedicho con un empl senile aos histories es ns dar mt importan. cia a las fuentes primarias que a las secundariasy, en consecven Toran en muchorel trabajo de archivo, que et ura actividad menos ox pee eect eg lecrar datos de archivo, su trabajo no gozaré de gran acepracién en = Sibi csi, Ess studs son prejuiios cultures difces de isa en plano fell pero muy arigados en mundo rea Y ya que lo que aqut presento es una sere de ide ue descents dees ouiges atetae te eemeee menzar con lo que coasidero (aunque quiz me equivoque) un prj cio de la antropologia. Al igual que entre los historiadores pero a dife- rencia de todas las ouras ciencias sociales, en antrapologia se considera adecuado comenzar un anilisis narrando anécdots, fragmentos del tmundo que res linvsigadorY dado gu eleongeso de nope logia donde preserté originalmente estos temas se realiz6 en honor de Sidney W. Mintz, comenzaré con una anéedota del propio Mintz peo 2 gu #8 fds el Cento Femand Baudel 197 ivi intz a Binghamton para que dictara un seminario para nuestro cuer- po docente que se condijera con nuestras ideas, y él accedi6. Pero tome dete al'y le suger’ un tulo par el seripari «Eran prole tatios os eselavos de las plantaciones?>, Con toda gentileza, acepts rai titulo y preparé una charla apropiada, que luego publicamos en nuestra revista." Mintz analiz6 los distintos procesos sucesivos relaci rados con el trabajo en las plantaciones del Caribe ao largo de varios siglos y excrbié un ariculo minucioso y reflexivo sobre las limsaci nes de as definiciones tradicional de los términos wescavor y «plan- taciSn», que siempre aparecian definidos «por separado». Sin embar- 0, su respuesta ala pregunta del titulo fue tentativa Quiero llamar Ia atenciSn respecto de dos cosss. En primer lugar, lo que yo hice fue violar una norma bastante fuerte en la academia: uno puede suger aun estudio ivitado de qu habla, peo 0 ve con buenos ojos que se le dicte el titulo direct - to, lo hie con toda deliberaciSn, porque phrrsptany el nara va respuesta a mi pregunta. Segundo, la pregun - cea Miner bo de la pes guts hacen fs anopogy siquiera de las que los antropélogos plantean dentro de su distiplina. 102 De hecho, es casi imposible imaginar a Malinowski o a Lucy Mair res- pondiendo a un interrogante de este tipo. Ya era bastante extraflo que Broce de Mintz considerara que el estudio de la esclavitud en las plan- faciones correspondiera a la antropologia, pero utilizar el témino “proletari» en relaci6n con las plansaciones era ir demasiado lejos, porque se trata de una expresiGn que normalmente no aparece en los roms canénicos de la disciplina. La usan los economistas (algunos tconomistas), los historiadores, y quiz4 los socilogos; pero los antro~ pélogos, no, Emplear el termino en el contexto que yo le propuse & Mintz era cruzar el limite que separaba a Occidente del resto del mun- do y, si bien hoy ese limite parece haber perdido en cierta medida su preponderancia dentro de I comunidad de los antropélogos (aunaue fo estoy tan seguro de que esa as), en 1977 eso no estaba ni cerca de ocurrit. La segunda anéedota que voy a relatar es més breve. Se refiere a Hugh Gusterson, profesor de antropologia en el Massachusers Insti- tute of Technology. En una entrevista para The New York Times, Gus- ferson responde a la pregunta de cmo habia legado al escudio de las tradiciones y costumbres de los cientficos dedicados a las armas nu- “leares, El final de esa respuesta es: «En 1984, no era comin hacer tra bajo de campo dentro de la propia cultura. Si se lo hacia era siempre maurando hacia abajo: los tesidentes en guetos, las madres que reciben ayuda social del Estado, y otros grupos similares. Hoy en dia, se ba abierto un campo que crece a toda velocidad: la antropologia de la ciencia» (Dreifus, 2002). La tercera anécdota concierne a un historiador. En una resefiade un libro de Richard D. E. Benton sobre la violencia en la vida politica pa risina entre los afios 1789 y 1945, recientemente publicado, David A. Bell, de la Johns Hopkins University, le hace la siguiente critica: «Al adoptar Ia postura de un antropélogo ~es decir lade un cienifco que Se queda aun costado tomando apuntes mientras ls nativos que estu- dda se matan entce si salvajemente- (Burton) cae en la trampa en la que yya cayeron muchos otros: no voma en serio las razones por las cuales Tos sjetos que son su objeto de estudio creen que deben luchar y mo- ri» (Bell, 2002: 19). ‘Sempre es sevelador enterarse de c6mo lo ven ano los colegas de los departamentos vecinos, aunque puede llegar 2 ser desconcertante, No vay 2 tomar partido respecto de estas erticas intetinas, pero es Claro que Bell se refiere alas distinta tonalidades culturaes de cada Comunidad, la de los antropélogos y la de los historiadores. No hace Snucho tiempo, la cuestiGn de que los antropSlogos estén «2 un costa- do tomando apuntes mientras los nativos que estudia{n] se maran en- 18 tre si salvajememte» ha sido objeto de un debate can ‘Asociaign Antopologica Norteamericana que se pay eri "scope or meds de comuniicisn ene limbo lene venlizs santos qu he carro srefeen a disciginay tata diciphins Cuil debe eeu obo de ido? Como de, via abordarl? lmportan las ineasdivisoras?Y ses a, zpare que y.zaaquiéa Voy ade enclro ial policion: Hay Weseun vases frmemene La primer x que a consrucin so ee lscplinas como esferasinelectuales ha durado mis que ls fines gue ledtrn rgen oy no sno un solo par el ae lectual serio. En segundo lugar, el marco institucional de la disciplinas es extremadamente fuerte, aunque también es cierto que aie ae tse as exrucurs generals del sabes gies que pore memes solo pnden ver queses se proponenbesalsy que hae us 0 deze as insitcines acamizs sea mucho mi endble deo ae ls miembros de es insucons se imaginan, Pos iio, ada ua elas culeuras disciplinares tiene una riqueza que debe cosecharse, se parando la paja del wigo, y sumarse a los aportes de otras disci linas par feconsti ls nas socials, continucin pee neue ‘uno de estos enunciados, i La justificacién intelectual de las disciplinas Entre los afios 1993 y 1995, presidi la Comision Gulbenkic s 95, presi : kan esugucn dela Ci Soils y como tod rae bie bene wa fre ge eS Abi lar es ie si cae em 1996). Enel capitulo 1 del informe nos ocupamos de ee nae nm historica de las ciencias sociales, desde el siglo xvi as 145 enplieamos qu sas inleries ds isis q abian sobrevivido (porque los nombres de las disciplinas deber ensrsecome productos sobrvivientes de un proceso de cumulacion ave orn mis Sen sah) eran en torno de tres tjes: la aposi- n ¢ asado istoria) y e] present noma i policy Is socoloa stinonis Oeste (scot ncpls a mencionaiss-c rst del mando (a ancapolagiay los extudios riz) ya enracucin del preset momento cident are odor dela sinc bul ese mercado (xen) el Estado h dena olen yl soidad civil (la sociologja). : aoe silo 2, es facil ver las limitaciones de estos ejesy, de he- ce, en ls limos 30 aos del siglo pasado, muchos clentistas socia- omenzaron a ignorarlos en la préctica. Mis ain, hubo quienes 146 tentaron redefinit las premisasintelectuales de las dstinas disciplines tentatokp en cuenta la realidad y transformar lo que podria conscerar~ ae mision académica en actividades disciplinares legitimas. Pero podemos estar seguros de que, en la década de 1950, cuando yo me fe- Gib, los limites srazados en el siglo XTX seguian firmes y hasta se los de- fendia con vehemencia dentro de cada una de las disciplinas. Qué fue To que sucedi6? La respuesta es muy seni: ¢ mundo earths, Eetades Unidos se convirtid en una potencia hegemSnics co respontabilidades de alcance mundial; elTereer Mondo se wansformé cero fuerza politica, y la educaci6n universtaria se extendié masivs= cae ered el mundo, con el consiguiense aumento masivo en It seed de cienistas sociales que levaban 2 cabo sus inwestigaciones J publicaban sus tabajos. Las dos primeras transformaciones volvie- acrvcnble la diatneiéa entre dsciplinas que se ocupan de Occi- dente y disciplinas que centran sus estodies en ‘el resto del mundo, y la sen ondlujoa una busqueda de originalidad ene trabajo cientfico medio de a intromision y el ruce de fronterasdicipnares Hoy ro ae talos de las ponensas que se leen en los congresos anuales Shyanizados por las asocaciones de cintstas sociles son cash idénti- arrivals diferencia de que, delante de la misma frase nominal, sPa- 02 co anes eanteopologia de>, «sociologia de» o historia den ‘Son de verdad distintas esas ponencias que se len en los congte~ sos? Hasta cierto punto, si, si tenemos en cuenta Jos aspectos de la sultucae disciplinar. Pero, en realidad, se parecen mas de Jo que po- SFiamos inaginar, yun cientsta social que viniera a esadiarnes Marte bien podria preguntarse si las diferencias existentes justifican las ‘iopatte Bar eso, me gustaria explora Ia siguiente idea quienes pongamos que fundimos todas las discplinas sociales 69 une facultad egantesea 2 1a que podemos llamar «Facultad de Ciersias Sociales Sraerete. La psicologia no. quedariainelvida en esa facultad, por ceeetos: porgue el nivel de andisis con eh que taba es bien dis- tinto y porque hoy en dia la mayoria de los psilogor (aunas 20 ere ppeterirtan que su discipina quedara dentro de las clencis iow legicas y no dentro de las sociales. ¥, a mi joicioy tienen razén, consi- derando el tipo de trabajo que realizan. “Ahora bien, cuando el hada madrina se vaya dela facultad y nos en- Conners con el milagro, senticernos que [a nueva estructura es ema Siado grande y perada para nosotros. A muchos, quizis 34 mayoria, ya nos parece que los departamentos que existen ‘son algo difusos. Fu- eee agravara et problema considerablemente, porque tod0s se aaa fo que ocureria: se armarsin gruplls entre os que s sinkssa peer mods juntos y, tarde o temprano, habria nuevas subdlivisiones ws ¥, quiza, nuevos departameutos, probablemente con nom distinos de los que enen ahora Eso fue lo que suscdié conn aa mayoria de las universidades, la zoologia y la botinica se ume un departaniento comin, el de biologia, entre 1945 y 1955. Hoy ela partamiento de biologia se divide en muchas, muchisimas, orirtache, 1es, pero ninguna se llama ebotinica» ni «zoologias. ¢Cuales son las verdaderas lineas divisoras intelecruales que rigen Jas ciencias sociales en la actualidad? Existen tres grupos de academic, Uno de ellos es el de los cientistas que todavia adhieren a la eiien oh sién nomotética y pretenden elaborarleyes sobre la conducta social dc fs mayor senenidad posible, por medio de estudios cuasi-experimen. s y con datos tan cuantitatives como sea posible que puedan repro ducts. En la sctalidad, son el grupo domimanteeniocdopurarne nce de economia (al menos en Estados Unidos, pero no solo all), cade vos més, en los de ciencia politica; son fuertes en sociologia y geogratt, también estin presentes, aunque en mucho menor medida en histor y antropologfa, Los cientistas de este grupo comparten una buena cane Sia de premises y hasta de prefrensasmetodligis, como widualismo, Cuchichean unos con ots, y les encantar setae 1 con otros, y les encantaria poder El segundo grupo es heredero de la tradici6n idiogréfica en mas un sentido. Sus miembros prefieren estudiar lopartlar slo acess te, pero no se trata de una cuestidn de escala: si bien es cierto que mu- chos de ellos se dedican a fendmenos pequefos, algunos se aventuran con fenémenos grandes. Lo que los distingue es que se les ponen los pelos de punta cuando se menciona la palabra des des eduentvas (los decans y rectores wnversiarios y, en muchos nisee, los ministros de educaci6n) no consiste en mantener la estructy" paises Pena de disciplinas separadas sino en proporcionar a la socie- ‘Jud I mejor organizacin posible para la producsin y reproduccipn dae ese Gu eeabaj es tanto politico como inteleceual, Casi rodas las autoridades educativas son €x académicos que ya no estan en. condicio- sare producir nuevos trabajos serios © ue Ya no pueden compet aes ee erebajos de otros, i siquiera dentro de su campo de especial cecion, Con los afios, se han ido alejando de las organizaciones discipli- aac pobermaban st actividad, inclsto si todavia estan en edd de ppertenecer a los grupos poderosos dentro de ellas. Desde el punto de vista de las autoridades, las ciencias sociales no son pracsamiente un motivo de felicidad: no generan dinero para 12 aoe eredad, como silo hacen las cienias fisicas y biol6gicas, ya no B- aaivge la egicmidad que tenian en su época de esplendor, ls dscip'- mae se superponen,y no pasa una semana sin que entre un invesigndor fen su despacho para soliciter la creacién de un nuevo conkr® de escu- dios (casi siempre denominado sinterdisciplinario») 0 la aprobacién So ore vo plan de estudios, 0 el establecimiento de un nuevo depar- cere © ses que, mientras se cuestionan Ia cantidad de planes de es- tudio ya existentes, reciben el asedio de nuevos pedidos. Y, como si se ea poco, muchos de ls solcitantesjuegan el doble uego de ac- uar en respuesta a ofertas externas a la instituci6n, de modo que mis aoa ee ven las atoridades se ven obligadas a ceder y aprobar la eres- dean vem epiiclo ms en la carta astondmica de las ciencas sociales, oe o esto se suman las prcocupaciones econdmicas Ge largo pla- go. Brasbido que los fondos destinados a la educacin varian de ao 2 weer je acuerdo con los avaares burstiles, Pero el cema no termina alls Entre 1945 y 1970, el sistema universitario se ‘expandié a la veloci- aukde la luz, y esa era una época enla que el murtdo nadaba en fa pu reese gue algunos denominamos primera fase de Kondratieff Ese per 108 tiodo terminé alrededor de 1970, y de lor de 1970, y desde enton guna fue de Ronde na quel capsid sae ae ria Vo, pero la universitaria no, como consecuencia de la presian ng oe Siete aor need pe Sinner pretend igrenar na univers porque cc gue site i mas oportunidades en la vida, y los gobier SS dal ‘mundo respiran aliviados pc j6venesnoingeariatolarien Jorque esos jvenes no ingresaria rodave «l mercado laboral, dads I cantidad comparscivanents wey oe bajadores adultos. eee La combinaciéa de es0s dos factores, md is ¢ esos dos factores, mas alumnos y menos din ~ auivale ‘una crisis crénica con la que todos es Y no hay razones para suponer que las limitaciones econémicas va 7 sapuecer. Es cierto que puede producirse ots primera fase, pero también es cierto que el sistema univestario mundial segurd expan. digndose. La gente vive mis y, por lo tanto, trabaja mis de modo que autoridades de nuestro sistema-mundo harin lo imposible foe imantene slo jenes fuera del meteado labora. Retenetos deneo sistema uniiversitario es 6 i as OSE eae oes arioes una solucién social genuina, pero muy eos, ¢Qué harfamos en el lugar de las autoridades universit : 2 [es univ 2 aos a forma de jst as ried. Una posbiidad seria haces noe los profetoresdiern cursos cada vez mis nmeroson. Eso eso que yo lamo la scundarizacia de as universiades, un proceso que avant ore agigantados y que obliga a los docentes Prestigiosos a buse: : relupo en ota pace (en istiaciones de invesgaién permanente o Is sodas el proces oe a ctprstones) Pr js autoridades, lpr leva pérdidas en prestigio y gananci: oo imposible un departments, Por qué na Side hecho a nen, ning ensefia lo suficiente y la situacién es confusa para los alumnos. Un nuevo department, con un nombre a sve lamacal atencin de los alumnos y perma un ahoro si ileal, Yo Podriaconsiderarse hasta audaz desde ol punto de vista intelectual ‘si cuando digo quel exrucrura de disipins ten gets que pr oe Iitervencion dels auoridades ela primera ge vez, las autoridades pueden hacer ‘un b jo de reorga 2 n hacer un buen trabajo de reorgani- zasion ‘Yo tengo dos temores, sin embargo. El aoe a pit se guies tn por euestionsspreipuessias gue por cers intcleceen PaPiés de todo, no cobran para desir ul esla mejor forma de de- fiir a labor de los académicos, sino para contratar profesores con el Benerar un producto que sa stl la sociedad. Puede ser que las 130 que se consideran las mejores universidades del mundo mantengan agrupaciones de élite que respondan a una justficacién puramente in~ telectual de largo plazo, pero nunca habré en ellas pucstos de trabajo suficientes para todos los profesores de lengua y cultura acadia. Y el problema con las decisiones que se toman por razones de presupuesto ts que estin regidas por la moda del momento o por las necesidades de los alumnos segiin las entienden sus potenciales empleadores. Mi segundo temor es que las reformas iniciadas por las autoridades sean distintas en cada lugar, teniendo en cuenta que las circunstancias son diferentes en cada tincdn del mundo y que las autoridades no res- ponden a una organizacién transnacional fuerte como la de los acadé- icos de una misma disciplina. La consecuencia podria ser la disper- sin del trabajo intelectual en el nivel mundial, y eso podria atentar ‘contra el surgimiento de instituciones que facilitaran la creacién y pre- servacién de comunidades académices internacionales. Es probable que mis temores sean infundados ¢ injustos para con las autoridades, sobre todo si consideramos que los académicos y pro- fesores no estan en condiciones de hacer algo mucho mejor. Lo funda- mental es que nos dirigimos a un periodo de caos en la estructura’ de las disciplinas y, si bien es cierto que del caos siempre surge un orden (para hacerme eco de las palabras de Prigogine), el resultado es siem- pre incierto (para tomar otra frase recurrente de Prigogine). No saldre- ‘mos ilesos si no observamos con lucidez lo que esta ocurriendo. La cosecha del cultivo de las ciencias sociales "Aqui entramos en terreno pantanoso, para el que elijo una metéfora agricola referida a la variedad de frutos dela tierra que pueden combi- arse y teansformarse para ofrecernos productos que nos son de suma tilidad (alimentos, vestimenta y todo lo que necesitamos para Ia vida ‘cotidiana) y que serin mejores © peores segiin cémo los transforme- mos, siempre dentro de los limites impuestos por las propiedades del suelo de cultivo. Quizd sea mejor recurrir a una metéfora pietérica y pensar en un pinror que mezcla colores para realizar un cuadeo. Asi podremos pre~ eentar nuestros colores preferidas, las combinaciones que resultarian nds interesantes o més hermosas, y el estilo que dard al euadro un di- Sefio mis significativo. La metéfora del pintor parece dar la idea de un Sujeto que estélimitado por la realidad exterior, sobre la que tiene po- fo control o ninguno, pero ¢s més auténomo que el agricultor. De to- dos modos, no quiero perderme en metéforas sino mostrar mi falta de BI certezas respecto de e6mo expresar la agentividad o de cus cxnenas ntividad o de cusnto b: gemtvidad real cuando se analiza el fro de as ecis perl “Tomaremas, entonces, una serie de prejuicios culturales que fun: cionan mejor que otras alternativas sobre los mismos fenémenos y gut, en conan, eri como basamento par rconsti de M hipotética el edifico de lo que denomino ciencias sociales istoricas Comencemos por el nombre elegido para denominar este nuevo an taco discipline. Noes posible efrine al mundo ral on tind Jos qu o exten eons con acini con est me fe a : Spunsea delac (el aramaea veal 9 wee lesan coes (aunque fede pare), Cada ua des palabras qué usamos cond ablamosocact. jimos lleva deteas tna teoria y un gran relato, y no hay forma de esca- Pee 0 por mich quo intntemos, Por eur lado, el mundo no ede analizarse y describirse si situarse en la historia y con vito dc que tds realidad forma pare den conto duecamba J evolucionscontinuamene, de modo que lo que se afirma como ver- dadero deja de el ene mismo insane eng so enunciE]po- ieee de las ciencias ee uit también de las ciencias inset 3s, pero no nos ocuparemos de ello ahor2~es que deben reconeiliar la bisquede de contiuidades eseuturles iter en pees @ cage fo nombre qu ns ust) cn el cambio iio perma- nen Ee dec queue enon modc desl ole, ave permit ajar es contain inherent al proceso de conoc Plantear las cosas de esta ma sas de inera es una forma de ili Se er iio por considera que extamos conderados a adopter abs sn todo momento ¥ en todas las circunstancias. Hoy en dia, muchos Sree sociales, o tal vez la mayoria, se seatirfan incémodos con ¢s- Seiad on rand, pero qu nla i uur cons gu han sacalizade durame mucho tempo, Peo se sabe ues clas pu cambiar, que de hecho cambian, que son maleables, aunque el pro- eso cueste. Personalmente, confio en que dentro de 50 afos, en un ae de antropologia en honor de Sidney W. Mintz (aunque es po- Zlegue sting anropsloghe yao fg en loeb een seh Anfang ata atau neces qe ale 2Qué tipo de trabajo hariamos en una cultura asi i 0 ¢ nu ra asi? En wf ety ee een na ct Ea mei que para mi es el defecto epidémico de las ciencias sociales tal como las conocemos en Ia actualidad. Mucho de lo que se hace en investigacion consis en elaborar explicaciones de alguna variable dependiente sin 132 demostrar empiricamente que lo que hay que explicar es real. Es facil Seponer que una proposicién crefble es real- Contr eso, Ranke ins fig en que la historia debia ocuparse solo de wie es eigentlich geweren $e & bace ya medio siglo, Paul Lazarsfeld (1949) demostr6 que los be eg obvios dejan de ser obvios cuando se pasa al plano de Ia eviden ie empiric. Y los primeros etnégrafos debieron enfrentarseaimége- cede conductas extrafas, supuestamente salvajes, que se veian muy UPscinta a e las observaba de cerca, Ranke us6 su advertencia para a gamentar a favor de proporcionar material de archivo come cevidencia aehistoriogratia, Lazarsild, para demostrar la utilidad de las encues- de opinién. ¥ los primeros etadgrafos, para mostar ls venaias de ta observacign partiipante. Asi, parece que las soluciones propuestas facron muchas. y todas tienen sus limitaciones, pero lo importante es aque mis de un clentista, y de ambitos distintos, advirtié el problems. ‘Sin an enunciado sobre una variable dependiente con una demos tracién empitica razonable, no puede haber andlisis. Eso no implia ‘que el postulado tenga que ser correcto, ya que ‘nunca hay kechos de- decree ningin po. Pero entre un hecho definitive y una realidad ‘que se presupone pero nunca se demostr6 hay un buen trecho, y 69 69 we po hienen que trabajar las ciencas sociales histéricas: en el univer~ sede lo que es probable que realmente haya sucedi en el mundo. P> raello, los modelos deductives son inadecuados. E! saber compartido fs, en el mejor de los casos, usa fuente de ideas que pueden llegar a ser ccurectas pero que son en si mismas objeto de estudio, Por 0, ditra- aloe campo (en el sentido més lato y mas amplio que podamos dat al vermino) €s nuestra eterna responsabilidad. Una vez que tengams qué explicar, necesitaremos conceptos, vatiables y métodos para expli- a oP obre conceptos, variables y tétodos Ya hemos discutido bas- fante_a los gritos y, en términos generale, sin demasiados irutos vt dos ueamos conceptos. Sino, nadie podria decir nada. Todos te- nemos on la mente un eosjunto de conceptos que hemos ido adqui- meme desde la infancia. Algunos, como , on ecficos y parecen «cultose. Hay quienct los euestionan, pevo wos aeciisocan todo el tiempo. En ese sentido, es bueno recordar laadver- tencia de Lucien Febvre (1962: 481): «nunca es una pérdida de tiempo cecribir la historia de una palabra», comentario que hizo a propésito SEincepto de civizacign. Esa verdad elemental, que durante mucho tlrmpo hemos pasado por ako, es lo que quienes se dedicans le de- construccién han pretendido reinventar. En Alemania, existe un Ar hie flr Begrffgeschichte cuya existencia muchos cientsts sociales 13 desconacen, 0, en caso de conocerlo, no lo consultan i ex , no lo consultan porque conside- fan qu 5 uetones son paral isnos ls hivoradre dee De la misma manera, la gran mayoria de los ciemtistas soi sas variantes de un fendmeno tiende a ser una suerte de empirismo ci 7 fo sn gringo er. at mofo won forma de ar Pee ipio de orden en esa «confusi6n floreciente y bulliciosa» realidad, de hecho sos bipéess caer impliias, Su tidad ae de vara, pero dejan de ser titles en el preciso instante enel que sus ca tegorias se multipli in sin necesidad, habitualmente mis alla de tres o cuatro, Esto indica que es necesrio que los cientstas sociales exami- net ss prem loins pices com aad yt tuna vez, y que las discutan, En la actualidad, a Begrfigeschic sey gu das Bac oppht la angular dela investigacién ni parte necesaria de los planes de estudio de. bed ao de: grado. En aa Spo de evestiones, el cientificismo tie- ‘ne como consecuencia actitudes clars no cientificas, que esto pata inadvertido. cme eae eta ‘Cuando pasamos a las variables, otra vex debernos establecer verdades muy sencillas. © para seguir con a eae eee eeu esc gue los prejuicios de unos pocos se incorporen en la prictica de todos. En primer lugar, voy a defender el tiempo pasado. Casi todos ls enuniados dela ceca eben haces n tempo pasado, For rmularlos en tiempo presente equivale a suponer !a univ existencia de una realidad everna. El iguetsases eee tial. Todo lo que sucedis ayer acuris en el pasado y, en consecuen- cia, las generalizaciones sobre lo sucedido ayer son generalizaciones sole pasado, Quizes ofenda algunos anropelogos (exe e imos0 «presente antropoldgico») y ala mayoria de los economistas y sociélogos de las corrientes dominantes, pero escribir y hablar en pa- Sado sirve para ecordarnos que nests anilisis enen cardcterhistd- coy qu deems ser prudent ne] plano etc fambién voy a ender el plural. La mayorfa de on enuntan tn pln eisaiont ele, economia le, tcuctueas del saber, y la lista continGa. No es que no se pueda definie una palabra y decir que lo que no concuerda con esa definiciba no en- tra dentro de la descripeién del término en cuestién. Pero, como bien tabemos casi todos los trminos que se refieren a conceptos se definen de vias mars incluso de muchs mene Y noc uy el par debate académico excuir las dscrepancias procediendo por deduc- cidn a partir de la propia definicién, Sin embargo, gran parte del traba- be jo académico se hace asi, y lo Junto con el pasado y el pl «que no responde a ese esquema es obje- 7 de sancidn, Lo que no se encuadra dentro de una definici6n acota- dase tilda de periodismo, eclecticism 0 desviacidn de Ia verdad. ural, quiero defender también la culeura de las vemporalidades maltiples, las espacialidadades miliples y los tmiltplesexpacios-tiempos. El Methodenstet dominante en ciencat “xx ha producide una polarizacién de la sociales desde fines del siglo comunidad cientifica como si fuese un c dos estamos obligados a legis een el otto es falso, irrelevante o peor que to. Este conflicto impuesto aque ademés nos ha llevado a ye la mis inaportante: la longue rio para comprender que la prender cémo ve la realidad en cada una 'ampo de batalla en el que to- un bando y considerar que lo que se ha- o que se hace en el nues- ino solo ha sido contraproducente, sino ignorar que existen otras temporalidades J ouas expacialidades que son muy importantes, etre las que se inc durée de Braudel, ol concepto necesa- realidad es al mismo tiempo sistémica ¢ rotavica Si vamos a hacer ciencias sociales histéricas, es preciso com- de las posibles temporali- segesy eapacialidades. ¥ eso es necesaio tanto silo que vamos a ana- fea, coun tema macro, como la historia del sistema-mmondo modcéno, ‘oun tema micro, como la introduccién ‘deun elemento nuevo en la vi- dade una aldea remota. ‘Ms alla de oudl sea el cema de investi ser mucho més fluidos para poder pasat ‘nos gusta llamar economia a tun instante de lado elementos para estudiar varia gacién, los anilisis tienen que de una esfera a oa, de lo que To que Ilamamos sistema de gobierno, 0 2 Jo que llamamos sociedad o cultura. No hay ceteris paribus posible, porque las ouras condiciones nunca quedan igual. Es posible dejae por bles inmediatas, dado que puede resultarnos dificil hablar de todo ala vez. Lo que no es po> sides creer que las variables que dejamos de lado no inciden en Jas Ggue estamos orudiando. Las ciencias dela compleidad enseian ques ai Gon una alteracién imperceptible en las condiciones iniciales, ek producto final puede ser radicalmente diferente, de las ecuaciones utilizadas. Y asi, esto nos teva a ka fas. Cuando yo estudiaba, abismal entre metodologia vane mindscula, La segunda es el conjunto de técnicas p: izamos durante la investigacién y que en mis allé de la validez ‘evestién de los métodos y las metodolo- ime ensefiaron que habia una diferencia ‘con «me maysiscula y metodologia con ricticas que el pasado se usaban para sopra fiscintas diseiplinas:simulacién, encuestas de opinin, Ob- servaci6n partieipante y otras. La Gnica actitad que puede adopstrst con em» mindseula ¢s la heterogencidad, respecto de la metodologia ya que no se trata mas que de mé&todos para estimar © capt rar la reali- Bs dad Tine dint valor elativo cand lent ene formas en que mondo I ef encontrar logue oe s3.No et cierto que unos sean intrinsecamente mejores is ga tapos es vera que algunos emas 0 zons de invesigacin estén indcublest nds aun método determimdo, Toot os lent. feos necesian rds ls métodos porque das os métdos ienen vers y devon, Pr los invesgadors ent bueno fi ge conla mayor cantded de métodoe posible, ¥ como Tor. ge dese cpl he efocdo le remata lu pie culea- tales invite dar eos prejiios de lado. Nos hari mucho mis _Sihamburg. le cuestn de fondo cones ls metodo sn may sea Por eemplo fa peguna sores debemos wear de os coaitatioso cuantitativo, Ea ete eso ata des pe ted celeciesmo ono, Sino de ber qu tipo de datos son vidos. Yo Bropongo une sencils eplas tomadas de la eabidutia populat Es c dene qu cai tods nuestros enncados on cumienied soa a inlsimos més que palabras como «mds» o «importante» en 84 for in Sieve lelmes cticne Bopelnge oe cb entérminos cuanttatives. De eo se sigue qua ss pues cor sec cote Pao oo incluye una advertencia que no hay Neb ee fuetiarsimmecnsteootantens Dome vit aan impure porque ahi la luz es mejor. in embargo, el asunto no rermina all, Un matemitico i en la aceualidad nos adviere: El método coaledvoine @ hn mare ei cde los métodos cuantitativos. Puede introducit grandes sr ee en el caso de la dinimica de los fluidos. Y tiene una venuaja enorme cog respecto vai: I said (Ehelasd, a ). La contradice uno de los principales argumentos de las cept sce for dela cnnificain:suabidado ead laciona con lo que yo lamaria una cuantificacin cian elo ua ineenigeigaya cad nana cape saz por toe modelo eng unload de pl lidad los dates son femes, Debeulaase ca lial dl proceso y no. cote, gure momen propio pe liar mde des : tivos, como la etnografia, puesto que esas (6 ss f esas técnicas per- sien desenzaarcesones compl (00 bay stacin soci que sex compli) y eporar as reaioes caus extents . gilts uals son simples os cuanttativos, no. La simpli- cian emg, bjiv fal del poi ein 20 le partida, Por supuesto, también es posible ermpeasr extable- 156 siendo coreaciones estadistias: la compleizacin forma parte de la sic ciers del juego, ¥ decir scala ver mas complejo» no nests arse equivale a decir «cada vez més narrativor, Tambieh puede que- rae au deberiamos decir que mds bien quiere decir ecuacio- ees complicadss, con mis ¥ mis Variables controladas. “Sole en este nivel de compleidad selativa podemss bacer verdade- sas comparaciones, comparaciones ef las que los térmings n6 588 la se eo lo extrano, fo complicado o lo exético que se analna Y lo Gque se supone es la verdadera situacion que onocemos bien. Arnold Fees soPiino de los primeros sociSlogos en estudiar lo que #” % Epoca se Senomind «paises subdesarrolladosy soli cont la anéodo- ere que fuera adonde fuera a dar alguna cooferencis ‘sobre los patro~ Ta a eacrllo hallados en su trabajo, siempre habia alguien os le tetrucaba «Peco es0 no es ast en Pago Pago. Podia set cierto 0 no que fo que Feldman analizaba no se aplicata2 Pago Paso, Poe cual es la fr objecidn? El critico de Feldman podia tenes I in- Is existencia de esos patrones, o negar Ia ‘existencia de patrones en general. Pero, en ese 480, ‘qué sentido tiene ir a estu- der io que sucede en Pago Pago? Somos cazadoscs de mariposas? También podia ser que el critico de Feldman se propusiera mostrar Ge las formulas del socidlogo eran demasiado simples y que, para ser gu aS Jebian complefizarse. © quiza solo tenis Is sensaciOn de que Meet sanizalores de la conferencia tendrian que haber, convocados aly no a Feldman. La critica es und hetramienta crucial de las ciencias ay tes hisurieas, pero no la ertica hecha atontssY 2 locz Fao ri yuclve a aera la cuestion de los relatos. ¢A aién 90 Ie gustan los relatos? Som formas comprensibles atractivas, ¥ por ello EP les, de comupicar tna vsiéa de fa realidad. Por supurstoy has- acini, eae eociones diferencale son una forma de rls, 200° {jue seguramente no la que masse dishruta: En los ‘ltimos afos, los BAe eB fueron blanco del ataque de otros narradlores, Ws Jialcan 2 los microrrelatos y Por eso opinan que lo tier? © ‘superior alo macro. Pero, claro -est4, lo micro es un ‘escenario donde se muestra io amcroy y no puede comprenderse sino con referencia 0 t. En el to aero tos relatos son macrorrcatos, de modo que la nica Pre pana posible ess un macrortelato ex defendible 0 poy ‘La vcuisura de las ciencias sociales historicas que yo imagino no se pone alas teorizaciones ni as wos, pero 96 mUests ceautelosa an- oe jerres prematuros. De hecho, su prinpal caracerstt seria la serplcad de datos, de métodosy de velaciones con ol rs0 del rnundo dat vaber. Lo que mis la ayodaria a erecer seria la produccién de and- et ater oc cl ga cima ge debate esépuico pero colrante, POF importancia de tencién de negat “7 Puesto, estoy presuponiendo que en | = : id los préximos 50 afi asl divorcio reciente (viene solo dos silos) entre la concise, dpsofia es decir entre las lamadas dos cults, y que mmrenicnr nes # fatmino de construccién de una tnica epistemologia ‘para todo ed Saber. En este escenario, una ciencia social recargada, que Sea tanto sree at fome historic, podeéproporciomar dl vncle ods, mental entre lo que hoy llamamos ciencias naturales y humensdre La aventura de las ciencia sociales histone eve ease 158 Reconocimientos Los trabajos incluidos en esta abra fueron publicados por primera vez en las siguientes publicaciones, Capitulo 1, For science, against scientism: the dilemmas of contempo- rary knowledge production, publicado en Partha Nath Mukherji (comp), Methodology in Social Research: Dilemmas and Perspectives, pp. 87-92. Copyright © Partha Nath Mukherji 2000. Todos los derechos reservados. Reproducido con el permiso de los tenedores de los dere- chos y la editorial, Sage Publications India Pvt. Ltd., Nueva Delhi, India. Capitulo 2, Social sciences in the twenty-first century, publicado en Ali Kazancigil y D. Makinson (comps), World Social Science Report, 1999, pp. 42-49. Copyright © 1999 Unesco. Reproducido con el permiso de Unesco. Capitulo 3, The end of certainties in the social sciences, publicado en Scienza e Storia, ntim. 13, 2000: 17-29. Gentileza de Giampiero Bozzo- lato, Cisse (Centro Internazionale di Storia delle Nozione e della Mi- sura dello Spazio e del Tempo). Capitulo 4, Braudel andl interscience: a preacher to empty pews?, pu- blicado en Review, vol. 24, nim. 1, 2001: 3-12, Gentileza de Review Capitulo 5, Time and duration: the unexsluded middle, or reflections ‘on Braudel and Prigogine. Reproducido con el permiso de Sage Publi- cations Ltd, de Time and duration: the unexcluded middle, en Thesis 19

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