11 de noviembre 2014

Josu Yasser Molina Loyola

Como hombre de talento y de alta estima pblica, se eligi a Pericles para dar un discurso que
recordara a los muertos que cayeron en alguna batalla al final del primer ao de la guerra del
Peloponeso. Sobre una tribuna elevada ms arriba del sepulcro, el hijo de Jantipo pronunci
unas palabras frente a los familiares de los fallecidos. En su discurso comienza por negarse a
orar por los muertos de la ciudad para smplemente honrarlos hablando de ellos en ese acto.
Primero, recuerda a los antepasados que les dieron un pas libre gracias a su valor y trabajo.
Demuestra ante el pblico las cualidades de su tierra y su sistema de gobierno, para despus
hablar de sus muertos.
Pericles habla sobre el rgimen de gobierno, sobre la democracia y su cualidad peculiar
de no depender de un gobierno de pocos, sino de la mayora. Los hombres son iguales, y cada
uno tiene vala y estima del pueblo por sus acciones en beneficio de la ciudad, por sus mritos
y honrads, no tanto por su clase social. El ciudadano no estorba los asuntos pblicos ni
privados por simple respeto al deber ajeno.
La ciudad es por la que se sacrificaron los ya muertos. Ninguno de ellos flaque
poniendo delante el goce de la riqueza que lea estaba reservado, consideraron ms deseable
que esas cosas, el castigo del enemigo; sostivieron la lucha al precio de la vida, y en un breve
instante al azar, en la culminacin de su gloria y no de su miedo, murieron. Dieron sus vidas
por el inters comn; se hicieron de gloria perpetua. Tuvieron los honores que todos, en su
parte til de la vida, desean.