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MUSICO

DE LA CORTE
FELIPE MONCADA MIJIC

Ilustraciones de Pablo Valdés


Felipe Moncada Mijic ©
Editorial FUGA ©
Derechos reservados ©
Primera Edición Ilustrada 2008

La escritura de este libro ha sido posible gracias al aporte del


Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

Impreso en Valparaíso, Chile


en Editorial FUGA

E-Books fuga
Nº1
7

Campanas en el Puente

Dios sopló e hizo el mundo


mira si hubiera soplado Louis
Julio Cortázar

Con trescientas ochenta campanas


compuse un palíndroma musical

si caminas en un sentido oyes una melodía


si caminas en el otro una melodía distinta

costó muchos viajes en avión


imaginar una partitura reversible: una casa de putas
a cuerda
un piano que cruza un río. Al ser necesario

compuse una garza que al batir


desordena las ideas de los peces

pero si las ideas son lunas o lupanares


el río se quiebra en las campanas.

MÚSICO DE LA CORTE FELIPE MONCADA MIJIC


8

Tímpano de las Ánimas

Con cuatrocientos años de repertorio


me convertí en Bethoven muchas veces

como interprete necesito de los aplausos


pero como compositor necesito de los intérpretes
cuatrocientos Mozart a la vez y olvido

mi teoría musical son antipartículas


disparadas por dios africano al azar

ni partitura ni memoria: solo vaivén


y electricidad en el tímpano de las ánimas.

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9

Orquesta Neolítica

No importa tocar una débil flauta


si se impone a la trompeta de muchos
Marcial

Con semillas de concha marina


hice la maraca de un dios arcaico

pensé:

como tocaríamos un violín si fuera un dios


una criatura supernatural
una orquesta neolítica para volver al principio.

No hay melodía ni acorde


tampoco hay ritual
la pieza se llama parva de pájaros:

volaban espiral durante años


no sé si por hambre o calentura

y los quedé viendo


hasta que comprendí lo que hacían:

volaban por volar

entonces colgué marimbas del plumaje

MÚSICO DE LA CORTE FELIPE MONCADA MIJIC


10

y me senté a escribir con mi portátil

pero el vuelo desgranó al mecanismo


y comenzó a caer el dios en gotas

así que di por concluido el experimento.

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13

Tímpano de la Santería

La multipercusión es mi arma:

siete gongs de origen chino


completamente fuera de este mundo

el deseo es conectar música étnica


con pulsaciones de galaxias Bach

con los yoruba jazz tocar una teología


de esclavos en la pista cristiana.

Una manera de oír esto


es imaginar arquitectura de termitas

Changó maravilloso
vibráfono eléctrico en mi computador

así percuto el tímpano de la santería


así me persigno contra la falta de fortuna.

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14

Lo Tradicional, lo Innovador

Mi bella máquina de escribir que suena al final de cada línea


y es tan rápida como un aire de Jazz.
Blaise Cendrars

Lo innovador: colgar ropa de un alambre.


Lo tradicional: construcciones licuadas
por la lluvia nuclear.

Concluyamos la línea de manera


que lo mejor quede vibrando.

Lo innovador: el zumbido de los cables


en suite de alta tensión.

Lo tradicional: cuervos en los cables


azules por la demora
hasta que arda un sol hermafrodita.

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15

Toqué Fracturas al Caer

Oyes la música del terremoto


en un pie, sobre puente de vidrio

ondas y fracturas despiertan


cuando el acantilado abre su relámpago

ahí tomas la maraca


(como la cabeza de un dios fantástico)
y tocas al caer para desenredar la grieta
al revés del sismo

fracturas alfa y ondas beta se duermen


para volver al puente sobre acantilados.

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16

En el Sismógrafo un Disco de Vinilo

Apenas me nombraron astrónomo imperial


quise establecer la geometría mística de los cielos:

los cuadrados de los tiempos empleados


eran las órbitas de la reina y el rey

compuse un glaciar con un compás:

actrices porno, duques y duquesas


jalaban estrellas como condenados

y en el sismógrafo un disco de vinilo


enloquecía la esperma de los obispos

mandé a colocar un espejo en la Luna


zodiacal, boreal y ecuatorial

en él nos veíamos desnudos, cada vez


que un planeta se desprendía de su órbita:

él multiplicó el exceso
y toda composición duraba la mitad del aerolito
y el doble del cuadrado de la menguante.

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19

Como Gemían la Diuca y su Juguete

Estrellado en mi clavicordio
puse droga en lengua pentagónica

una suite cortesana, melódica y banal


para la orgía del duque y la diuca
revolcados en plumas de ganso

un violín en cuatro partes iguales


alcanzó a medir la caída del meteoro

la diuca y su juguete gemían contralto


esperando que acabara
pero la cuerda rota esperó por mí, alcaloide

pues quería un final de espejos rotos


un bombazo en las cortinas del ruido.

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20

Primer Encargo

Sin carácter no podrás tocar ese instrumento


o ejecutar música que sea digna de las odas.
Ezra pound

Dijo el archiobispo austriaco:

compone una opereta


llamada “el vendedor de pájaros”

En mi clavicordio
máquina de volar eclipses
instalé un reloj de agua y nonato
un colibrí:

el teclado es un plano inclinado


donde resbala el pájaro mosca

y el reflejo de las plumas


es un disparo al sexo del obispo

pero fue necesario seguir


olvidar toda parábola de maestros

pues pájaro y reloj atravesaron al duque


para que soprano cantara lo que sigue:

mato tres pájaros de un tiro


cuatro si es posible
aunque picaflor espiral
se funda en las tripas de un violín.

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21

¡Oh my Good!

Después de todo
cualquier melodía es una conjetura
y aunque no finjo hipótesis
dejo que la nutación pierda brújula
para componer una rutina de planetas.

Ya lo sé: Dios no es tarado


ni compone arrojando dados
como charlatán de feria.

Toda órbita debe ser cilíndrica y musical


la sustancia primordial es lo indefinido

o nada.

¡Oh my Good!
que pequeño y sin importancia, toca,

hasta que las campanas


incrusten su médula en el aire.

Monto mi clavicordio a pedales


y cruzo el pentagrama de la sordera.

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22

El Análisis de la Obra, es la Obra

Aparecí en peyote a mitad de la escena

el público era la obra


yo, el único espectador:

de un balazo partí la caja del clavicordio


de otro balazo
hice un péndulo de los candelabros

la obra empezó a fluir hacia el escape


y cada salida de proyectil
era un silencio al vértigo de la estampida.

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25

Segundo Encargo

Conseguí una pianola en demolición


y agujas de tinta de sismógrafo:

la suma fue una escena de celos


donde duque y diuca
se hubieran matado de ser posible
y de no ser por la servidumbre
siempre atenta a todo tipo de rumores.

Le di cuerda
a la pianola
al engranaje
y a la catástrofe

pero la escena se vio interrumpida


por las archiputas de palacio
y la tensión disminuyó a cero.

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26

La Dama de la Cuerda

Tensé una cuerda


del extremo del cuarto de pornodoncella
hasta la capilla donde cardenal
lanza puñados de azúcar al fuego.

Cada vez que una libélula de jardín


toca la cuerda con las alas
la vibración hace gemir a la dama
y purpurado yerra la traza de su compás.

Cada vez que la cuerda ondula


ya sea por el otoño, la servidumbre
o el error:

se tocan siete veces las campanas


y crujen los catres de palacio
como cronómetro incrustado a la fe.

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27

Historia de Amor
Entre los Agujeros de la Flauta
y los Dedos del Pianista

Neobarroco y neodadá
tensan el musical antibíblico
uniendo el final de la cuerda
al núcleo del terremoto.

Jotes, galanas, putos y doncellas


mueven las manos en el jardín
de tal manera
que dirigen una orquesta imaginaria.

Yo espero mi turno
para soplar una flauta de termitas
una escopeta de lujo
una cerbatana para clavar el hipocentro.

Más ahí aparece un teórico de palacio


y dice:

Consideremos que neodadá


se comporta con densidad
sodomítica, de tal manera
que neobarroco se abanica
con la frecuencia del protón.

Consideremos también
que cualquier melodía
caerá tarde o temprano
cambiando el curso de la tragedia.

Eso dijo y cambió la cosa


pues payaso y payasa no se vieron más
vacía para siempre la flauta horaria.

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28

Flauta de Hueso

Ese árbol / tiene un violín adentro.


Oscar Hahn

En hueso de prisionero
tallé un par de lunas menguantes
la constelación de la zorra
y los agujeros del mes.

Es cosa de soplar
o de poner horizontalmente
a los gemidos de la servidumbre
para que flauta diga lo que tiene que decir
de manera completamente autónoma

y si le doy cuerda
es solo por despistar a los gendarmes
pasatiempo, solamente
para ver crujir los engranajes del aire.

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31

Cada Colisión Emite Silencio

El instrumento es una mesa de pool


que hace bostezar a las concubinas.

Cada colisión emite un silencio


y cada impacto de bola es una idea sin raíz:

una semana hacia la derecha


dos días hacia la izquierda.

Mientras un gong
destroza los vitrales del sismo
un martillo golpea las cuerdas

y en el tiempo que un escarabajo


se crea en el aire y cae a la mesa

vibran tan rápido las bolas del címbalo


que un colibrí pierde el conocimiento.

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32

Patadas a una Pianola

Entre lo determinado y lo aleatorio


habían tantas ideas
que preferí la mente en blanco.

Al gendarme le gustó el juego


y me permitió asomar a la ventana
dos veces al día:

ahí podía ver una cancha de cemento


y jugadores de cuerpo rotacional
dando patadas a una pianola

en las partituras colgaban su ropa mojada


y cada gota al caer
era una grabación en cinta magnética
realizada en tiempo real
y traducida al arameo
por la novia del gendarme y su gato.

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33

Solista del Odio

La niña me dijo: con tu poesía


no vas a llegar a ninguna parte,
a ver si puedes meter
al tiempo en la caja de un piano.

Me costó algunos golpes


pero la convencí
de ser pececito azul entre las cuerdas

ahora pulsa los martillos del odio


y mueve su colita para desplazarse
al compás de las burbujas.

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34

La Orquesta Cayó por el Barranco

No quería usar violencia


pero estaba yendo demasiado lejos:

comenzó a mover las manos


y la orquesta cayó por el barranco
perdiendo cada cual el rumbo a su manera.

No quería salvar a nadie


pero tomé un candelabro
y lo quebré tres veces en el espinazo
una por cada mancha solar, le dije

y hubiera seguido la fiesta


pero las botillería de la comarca
estaban de duelo por la muerte del gran pez

tomando cada cual el rumbo escrito

en las estrellas
la luna
o las manchas en la muralla.

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37

Los Dedos del Pianista


Recuerdan a los Agujeros de la Flauta

Ella era el vibráfono:

la pulsaba entre las piernas


y respondía con un círculo en el aire.

Droga de vez en cuando


sexo de vez en cuando
mucha nada y poca santidad.

En su memoria
colgué a pendular su calzón de un hilo.

Cada vez que los vientos subterráneos


soplaban un terremoto
el péndulo escribía una fuga en la troposfera.

Cada vez que ondas de placer subían al catre


su calzón se dividía en coleópteros azules.

Hay poco más que decir


ella tomó el camino del arte
yo la indigencia pura

éramos dos cuerdas paralelas


círculos en el cielo de una laguna.

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38

Muros Repiten las Voces

Seis óperas, tres sinfonías


cuatro conciertos para piano
una cañería nocturna y sonora:

video instalación
proyectada en el baño de una cantina:

cuatro muros repiten


las voces de una familia

eso duele: las voces de una familia

las óperas, cuartetos, sinfonías y cantatas


se van por la cañería.

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39

Una Eternidad a Cuerda

Una máquina de móbile perpetuo


una bicicleta que tensa las vocales:

al pedalear
el paisaje deja caer un otoño a gotas

y el acuarelista de los parques


derrama una gota de violencia

una eternidad a cuerdas


le da movimiento a la pianola

al zumbar el arco
un millón de abejas nublan el pensamiento

es cosa de mantener el equilibrio


o de caer definitivamente

sin dudar ningún momento


se debe torcer el hilo del tiempo

ya que al cortarse
un gendarme grita desde el patio

y la idea vuelve a su ladrillo original.

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40

La Presencia del Emperador

Mientras doy cuerda al clavijero


ella gime una sonatina en calzones

mientras me da cuerda en la mesa


choco en los muros como bola de pool

solamente me entrego (dijo)


si demuestras la existencia del silencio

elegí un cementerio en la costa


y puse un par de nubes en la pecera

varios días sin comer me dieron la pista:


debía caminar en espirales
respirando lo mínimo posible

entonces la nube comenzó a vibrar


penetrando cada milímetro de pasto

y se logró silencio por vez primera


cosa que luego se volvió rutina.

La presencia del emperador la volvió ligera


violenta por coquetería y por misterio
luego se recostó en la nube, y por vez primera

fue lo antagónico del silencio


contorsión que luego se volvió rutina.

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43

De Tanto Sauce con Hebras de Oro

En un piano bajo del agua


tuve que morir durante horas
para improvisar La Sonatina de la Perra:

de tanto aullar caímos al vacío mutuo


verticales y sin peso

y de tanto sauce con hebras de oro


fuimos de pronto el tronco erecto
y la proa de un torcido contra el cielo

las cuerdas cortaron un caracol


y fue suficiente
para desatar el descontrol y la mordedura:

hebras de piano que propagan éxtasis


en los cuatro mil puntos cardenales
con la exactitud del uranio
y las fogatas de los campesinos.

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44

Antes que Floten los Peces

Cruzamos un páramo de poliedros:

por cada sauce chino


cuatro poetas envejecen al azar

una vertiente silba en honor de las violetas muertas


y la partitura cambia de color
según la luz que un tordo picotea de la corteza

dos caballos recién nacidos del aire


borran los senderos a su paso

éramos dos luces en la tarde anónima


latigazos de una llama
que de no tener silueta
obtiene todas las formas posibles.

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45

La Mudez del Colibrí

El exceso fue mi condena


tumba de trece aristas regulares

pretendí hacer del exceso un instrumento


cóncavo y de agua petrificada
así oír el propio latido y sus fracciones

una brújula de tres polos el pensamiento


un golpe a la derecha y arrepentido
lo mismo hacia la izquierda

quería dejar un pulso vibrando


en la memoria de los haraganes

como consuelo conseguí la mudez del colibrí


y una tarde donde flotan los peces.

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46

Partituras del Azar

Desistí ser el instrumento bipolar


que calibra el otoño de las hembras

ahora leo las partituras del azar:

gotas suspendidas en la ventana


humo que podría ser
todos los caracoles posibles.

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49

Por Cada Golpe un Gorjeo

Una muñequita solemne toca sin retorno

sus dedos pulsan varillas de bronce


y cada golpe produce un gorjeo del cerezo

esa es la exactitud de la novia:


pájaros al azar y mordedura

una tarde que pendulaban los aromos


se aburrió de mi torpe sonatina
y cambió su favor a los amigos del archipaco:

vástagos de un árbol de once varas


antenas que desvían el magnetismo
a la vibración de sus piernas.

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50

Beda el Considerado

Perdido en los jardines de palacio


ayudé a Beda, el venerable
a cortar cañas con el arco de una viola.

Mientras el duque
alimenta sus cocodrilas en la piscina

el exceso se palpa
en las contorsiones de las peucas

en cambio, en los claros del jardín


Beda, el considerado

une trozos de caña con hojas de canabis


y sopla el humo de los siete colores.

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51

Corrí Muerto de Miedo

Entré a su cámara de niebla


con la velocidad que los timbales
logran retroceder la primavera

los besos de ella se adherían


con la insistencia de la llovizna
y la furia de las palomas

corrí muerto de miedo hacia el final de la pieza


cuando la vibración de los platillos
hizo chocar mi boca contra los muros

entonces fui el ciruelo lleno de polen


novio de las mañanas que florecen al revés.

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52

Mi Propia Banda

Dos peucas aprietan el trombón con las piernas


cortando la respiración del bronce

un temporal de partículas parte las cajas


para que la comarca baile al compás:

archipacos, gendarmes y galanas forman un tren


que se balancea con la borrachera del reloj

putidoncellas, concejales y dueños de botillería


asan el último ganso en una cocinilla a gas

luciérnagas funden una estrella de utilería


mientras la luz nace de botellas de vino

la oscuridad en cambio, la lleva cada cual a su manera


usando máscara de gorila, payaso, o técnico de sonido.

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55

No es la Mudez Cobardía

Estoy borracho, quiero dormir, es mejor que te vayas


mañana al alba, si quieres, vuelves con tu laúd.
Li Tai Po

Por tocar la suite de la cuerda rota


un vecino me ofreció la muerte, o bien
un aluvión de combos en el hocico

yo permanecí mudo
pensando en el ritmo de las olas, al fin:
toda violencia engendra violencia

así que soñé la suite número setenta


alejado de los fármacos y el exceso

le juré un acabo de mundo y cerré la ventana


pues todo secreto lo dicta el silencio o es chicharra:

no es la mudez cobardía, pensé


cuando ya las sirenas empezaban a ulular
despertando a los pájaros de su trance.

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56

Una Pianista de Noventa Años

Por ser un hombre de papel


fui condenado a permanecer en el centro
de una cama redonda

allí se desnudaba de vez en cuando


la dueña de la pensión:

una pianista de noventa años


que daba cuerda a una máquina de escribir
oculta en el ropero

yo leía la escritura en mi lomo


como el tordo su destello en el agua

a veces me visitaban las ideas


en forma de polillas, conejos o alacranes

una tarde la pianista


(vuelta adolescente durante el sueño)

clavó sus dedos en la máquina hasta el desmayo


y fui yo el papel donde se tumbó su biografía.

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57

Derrocado el Duque

Una vez derrocado el duque por la gula


fui nombrado director del Museo de la Tortura

puse todo el miedo al interior de una botella


y esta en una espineta de plomo
que mandé al fondo del mar
contra la mordedura del pez batalla

coloqué además cuerdas a la parrilla


que un coronel en retiro
manipula según la dirección de las musas

en la silla del dolor mandé a escribir en oro


la ecuación de la luz
y la partitura de la música del éter

pues de tanto Chile soñado a palos


aprendí la historia por métodos directos.

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58

Una Hembra de Acuarela

Demasiada poesía
desde el circo iris hasta el culo pianista de la vecina.
Vicente Huidobro

Cuarto regimiento de infantería Yungay


ahora Casa de la Cultura de Chillán

al pianoforte una hembra del siglo XIX


desnuda de torso y de acuarela
toca solamente para turbar al capitán

en los pétalos pezones una gota de leche


cae según la ley de las ventanas

y todo el temblor de la caja de roble


se acumula en su ombligo nacarado

como es la secretaria del recinto


busca las teclas que den con la idea

pero todo movimiento


hace caer los pétalos en su falda.

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61

Bicicleta de los Vientos

En bicicleta de guerra
puesta en el aire por un escultor vecino

y unida mediante fuelles al mimbral:

hago perder el rumbo al cielo migratorio

con solo pedalear


el viento abandona su caracol de río
y la pradera sigue un vaivén de yuyos:

un vendaval de utilería
que hace golpear los portones a la intemperie.

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62

Ni Jueves ni con Aguacero

Favorecido con la beca


por la jurado Perpetua del Socorro

calculé hasta el día de mi muerte


ni jueves como hoy ni con aguacero
sino un día sin semana hecho de piedras

hasta su cumplimiento juré fabricar


instrumentos con la silueta femenina
o catapultas de bambú para lidiar con los vecinos

y en caso que alguna pájara


cruzara los días en diagonal

se daría fin a la beca con la bendición del notario


quedando cualquier artefacto construido
en poder de los tribunales y su parentela.

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63

Si Hubiesen Jalado la Niebla

Me propuse fabricar un órgano


con varios miles de tubos de cerveza

enumerado cada una de ellos


con el nombre de una galaxia o una concubina

el número no es un simple capricho


ya que su cifra en años es la que distamos

de la transfiguración del cristo en un cometa

y se hubiesen colgado del palacio La Moneda


si algún jurado de la corte
hubiera jalado conmigo de la niebla del eriazo

o si los cartoneros de la comarca


hubieran subido de un salto al carro de la victoria.

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64

Geómetra de la Banda

Se mandó a tatuar el signo peso


con un artesano del canal:

de ahí que nuestra bandera


fue por un tiempo
su polera con manchas de sangre

luego se marchó
para ser solista de la banda del regimiento:

sopla una flauta de PVC


o la corneta del capitán
mandó a decir con la sobrina de la tuba

prefiero vivir en la voladura de la flauta


que soplar un tiro de revólver -respondí-

tengo demasiado años para morir


así que fuera de acá, mi destino es un aro de luz
y no una estrella en la camisa.

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67

Con Truco Aprendido en el Presidio

Con su armónica de plata vieja


y la dentadura de los vagabundos

el cantor cañero guarda un sol de mediodía


una guitarra color iguana
y la memoria de todas las canciones

con truco aprendido en el presidio


hace volar codornices de un silbo

y con las grietas de la tierra en la frente


saca una voz templada en pipa de roble

es un bardo ciego de cuerdas de lata


cuando con su voz de temblor en lo oscuro
grazna, para despertar a los vagos del camino.

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68

Un Grillo de Faro de las Almas

Por decir un par de palabras eróticas


me propuso tomar la postura de la garza

tarde, clavado en ella, di cuenta del error:

no estoy para fantasías mecánicas


así que vuelve mi sombra a su bajo perfil

olvida mi poesía de ruleta rusa


y tu silueta de pornografía casera, es tarde,

ya todas las aves doblaron la curva de la Luna


y no queda más que un grillo de faro de las almas.

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69

La Sentencia del Maestro

¡Hermosa es la música del vacío!


pero mejor se oye el lamento de los monos negros.
Li Tai Po

Un pensamiento negro cayó de la fronda


al agua de los gansos bajo la higuera:

olvida el difunto y la herida


escucha en cambio el ir y venir del gorjeo vacío

la sentencia del maestro se clavó en la herida


despertó al difunto
y subió hasta la copa de la higuera

escucha el vacío del mundo


de lo contrario se un espejo roto por la fea.

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70

Guardo mi Teoría de Cascabeles

Me largo al fondo de los clavicordios en celo


de una vez y para siempre

pues la música no concluye mañana


ni el día de la muerte de la golondrina

y este andar por los bares de ultracielo


no termina con mi aparición de torpe
bailarín en las colmenas del humo

vacío de planes y propósito pongo el oído


en el caracol de la galaxia:

el maestro silencio guarda su teoría de cascabeles


su arma es la luz de la marimba y su blindaje
ya que la única palabra es un espejo
en colisión con la lengua del humo, quieto,
pues la claridad no tiene antecesores.

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73

Índice de poemas

Campanas en el puente 7
Tímpano de las ánimas 8
Orquesta neolítica 9
Tímpano de la santería 13
Lo tradicional, lo innovador 14
Toqué fracturas al caer 15
En el sismógrafo un disco de vinilo 16
Como gemían la diuca y su juguete 19
Primer encargo 20
¡Oh my good! 21
El análisis de la obra, es la obra 22
Segundo encargo 25
La dama de la cuerda 26
Historia de amor entre los agujeros
de la flauta y los dedos del pianista 27
Flauta de hueso 28
Cada colisión emite un silencio 31
Patadas a una pianola 32
Solista del odio 33
La orquesta cayó por el barranco 34
Los dedos del pianista recuerdan
los agujeros de la flauta 37

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74

Muros repiten las voces 38


Una eternidad a cuerda 39
La presencia del emperador 40
De tanto sauce con hebras de oro 43
Antes que floten los peces 44
La mudez del colibrí 45
Partituras del azar 46
Por cada golpe un gorjeo 49
Beda el considerado 50
Corrí muerto de miedo 51
Mi propia banda 52
No es la mudez cobardía 55
Una pianista de noventa años 56
Derrocado el duque 57
Una hembra de acuarela 58
Bicicleta de los vientos 61
Ni jueves ni con aguacero 62
Si hubiesen jalado la niebla 63
Geómetra de la banda 64
Con truco aprendido en el presidio 67
Un grillo de faro de las almas 68
La sentencia del maestro 69
Guardo mi teoría de cascabeles 70

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Indice de ilustraciones

Portada: Neobarroco y Neodadá.

Perdido en jardines de palacio 5

Un violín en tres partes iguales 11

Cuatrocientos Mozart a la vez y olvido 17

Hasta que arda el Sol hermafrodita 23

Debía caminar en espirales


respirando lo mínimo posible 29

En suite de alta tensión 35

Droga en lengua pentagónica 41

Así percuto el tímpano de la santería 47

Vástago de un árbol de once varas 53

Cruzamos un páramo de poliedros 59

Máquina de volar eclipses 65

Ahora leo las partituras del azar 71

Contraportada: Dos peucas aprietan


el trombón con las piernas.

Fondo de esta solapa: Esta no es


una solapa.

Ilustrador Pablo Valdés


colección

e-books

FUGA

2008

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