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Cuentan que un hombre subi a un avin para viajar a Nueva York.

Padeca de ansiedad y le daba


mucho miedo volar. Tom varias pastillas relajantes y procur descansar un poco. En esto un nio
de unos 10 aos entr buscando su asiento y se sent justo a su lado. El nio era muy educado, lo
salud y se puso a colorear en su libro de pintar. El nio no present rasgos de ansiedad ni
nerviosismo al despegar el avin. El vuelo no fue nada tranquilo, hubo varias tormentas y mucha
turbulencia. En un momento dado hubo una sacudida muy fuerte en el avin, y aunque todos los
pasajeros estaban muy nerviosos, el nio mantuvo su calma y serenidad en todo momento.
Cmo lo haca?, Por qu su calma? Se preguntaba aquel hombre.
Ya al final del vuelo, intrigado, le pregunt: "Nio: no has tenido miedo?". "No seor" - contest
el nio - y mirando su libro de pintar le dijo: "Mi padre es el piloto".

Hay tiempos en nuestra vida que los sucesos nos sacuden un poco y nos encontramos en
turbulencia. No vemos terreno slido y nuestros pies no pisan lugar seguro. No tenemos dnde
agarrarnos, y no nos sentimos seguros. En esos momentos hay que recordar que nuestro Padre
Celestial es nuestro piloto. A pesar de las circunstancias, nuestras vidas estn puestas en el
creador del cielo y la tierra.
Esa es la fe, la que nos alienta y nos da confianza en los momentos difciles. Dmosle gracias a Dios
por la fe que nos ha regalado y pidmosle que nos la conserve y se la d a aquellos que pasan por
momentos de prueba...

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