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LA MUJER ENCORVADA

Y un da, all tambin en medio de todo eso, se encontraba esta mujer a la que la escritura e refiere
como ENCORVADA y desde hacia 18 aos. Aquella mujer que se esforzaba en ir a la sinagoga, yo
quiero pensar que la conocan y a la misma vez la ignoraban. Entraba y sala cada da del lugar de
adoracin como entr, sintindose enferma y sin solucin alguna aparentemente ENCORVADA! Los
fariseos estaban ms interesados en sus discusiones teolgicas que en la necesidad, el dolor y el espritu
de enfermedad que dominaba a esta mujer desde hacia dieciocho aos.
Ocurrir lo mismo en nuestras iglesias hoy da? Mientras discutimos teologa, estilos de adoracin,
mtodos y tradiciones, los ENCORVADOS ENTRAN Y SALEN POR AOS Y NADIE LOS
LIBERA!!!!, si es que acaso nos damos cuenta. Los fariseos no tenan poder y autoridad porque
tambin estaban encorvados aunque no se dieran cuenta, estaban encorvados espiritualmente,
dominados por un espritu de religiosidad, de legalismo, de orgullo, de justicia propia, de obras
muertas.
Cmo pretendemos que un atado pueda liberar a otro? Cmo un ciego puede dirigir a otro ciego?
Las sinagogas se llenaban cada sbado, como se llenan las iglesias los domingos hoy da, se escuchaba
un sermn elocuente o una enseanza poderosa pero SIN GLORIA DE DIOS, SIN MILAGROS, SIN
LIBERACIN, SIN DENUNCIA CONTRA EL DIABLO Y SUS OPRESIONES, SIN
DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL. Podemos hacer lo mismo hoy, venir fielmente y religiosamente,
cantar y adorar pero ocultando el pecado, las ataduras y an demonios en medio de nuestra reunin.
Muchas veces se cree que venir a la iglesia es meramente para escuchar cosas bonitas que nos ayuden a
vivir ricamente, donde solamente es apapacho y cariitos, pero no, y gracias a Dios por ello, ya que es
importantsimo saber las artimaas de Satans y gritarle al mundo que tenemos mejores opciones que
seguir atados a ese ser que lo nico que quiere es nuestra perdicin y destruccin.
La Presencia de Dios en la iglesia no cubre el pecado. Un aumento en la adoracin no impide el juicio
de Dios cuando hay corrupcin. Podemos aumentar el volumen de nuestra msica, predicar ms alto y
gritar ms tiempo, pero si estamos escondiendo pecado, la gloria de Dios no va a descansar en ese lugar

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