Cada casa en Jerusaln tena su cisterna para recolectar agua de lluvia.
sin duda como recuerdos de las casas de la familia de Jess, pero ni de stas ni del resto de la poblacin nada se ha hallado, salvo las infraestructuras de las mismas, como silos, bodegas, despensas, excavadas en la roca, as como lagares, aljibes y prensas de aceite. En el interior de tales EStructuras subterrneas han aparecido algunos objetos pertene- cientes al ajuar de las casas, como restos de vajilla, molinos de mano, etc. Sobre ellas se levantara la construccin de fbrica del casero, que sera muy sencilla, probablemente de manipos- tera con cubierta vegetal. Estas casas deban tener sus huertos contiguos, as como cobertizos para aperos de labranza, y se extendan sobre la loma del centro de la actual ciudad en una superficie no mucho mayor de 2 ha. No sabemos si el barran- co, por donde quisieron despear a Jess (Le 4, 29), era alguno de los que rodeaban la loma (hoy dentro de la ciudad), o, ya ms lejos, la colina de Jebel el-Qafzeh, que domina el valle, segn afirma una tradicin. Tampoco se ha localizado con cer- teza la sinagoga en la que habl Jess, que sera construccin algo ms noble que las dems, pero en todo caso muy modes- ta, como corresponde a una aldea.