Cuento ultra corto sobre la unión de dos travesías (la del lector y la del escritor) y como estas terminan formando una historia única, donde el lector pasa a ser parte fundamental de la historia, ya que es la razón de ser del personaje. No importa tu nombre, tu edad o tu sexo, en esta historia tienes tu lugar, bienvenido a ella.
Cuento ultra corto sobre la unión de dos travesías (la del lector y la del escritor) y como estas terminan formando una historia única, donde el lector pasa a ser parte fundamental de la historia, ya que es la razón de ser del personaje. No importa tu nombre, tu edad o tu sexo, en esta historia tienes tu lugar, bienvenido a ella.
Cuento ultra corto sobre la unión de dos travesías (la del lector y la del escritor) y como estas terminan formando una historia única, donde el lector pasa a ser parte fundamental de la historia, ya que es la razón de ser del personaje. No importa tu nombre, tu edad o tu sexo, en esta historia tienes tu lugar, bienvenido a ella.
He encontrado cientos de lunas en esta noche, cada una en un diferente cielo y cada uno de estos cielos entre diferentes tempestades de mi alma. Suspiro entre las locuras que me dejan sin aliento. Ahora estoy abandonado al silencio. Esta soledad es como un clido abrazo hacia las nubes; tan lejano, tan perceptible.
Escribo estas lneas mientras mi boca seca recibe la caricia de aquel licor aejado en las repisas. Poco a poco mi cuerpo se pierde en esa neblina que recibe por nombre embriaguez. No me importa. Sigo sacando palabras de mi mente.
He decidido dejar a un lado el lpiz y el papel. Tengo que levantarme, mover mi frgil esqueleto hacia algn lugar. Me acompaa siempre, mi fiel pensamiento, ms fiel incluso, que cualquier garabato vivo en alguna hoja inerte.
Qu difcil es caminar cuando no se sabe a dnde ir, pero es ms difcil saber a dnde ir, cuando no se tiene nimo de caminar. S! Lo s! Divago entre pensamientos y tpicos, pero esta andanza sabe tan bien acompaada de palabras, sentimientos y una que otra sonrisa hipcrita.
Salgo a pasos contados. El cielo parece estar esperndome con sus brazos grises. Me sonre mientras sus lgrimas besan mi piel y yo solo maldigo mi suerte. No hace mucho tiempo que empec a sentirme aislado del mundo, al menos ms que de lo de costumbre. Es como si nadie me viera. Nunca le he agradado a las personas pero ahora, ni me quieren, ni me odian. En fin! Supongo que todos tenemos una tormenta dentro que nos exilia de las miradas ajenas.
Vaya que las calamidades vienen envueltas en carne y entraas! Si tan solo pudieras ver a ese hombre; tirado sobre el suelo junto a su automvil, tan tranquilo como una pintura, tan triste como este cielo que me cobija. Hay muchas personas a su alrededor, no me detengo a preguntar por lo acontecido, sea cual sea la razn, el final siempre es el mismo.
Entre los terrenos de lo inhumano, considero que la indiferencia es la madre de todas las infamias. Quiero que me importe cada cosa hiriente que mis ojos tienen la mala suerte de observar, pero querer no basta, tampoco pararse ah a fingir inters cuando en realidad el morbo es la razn de su presencia.
Ahora no puedo dejar de sentirme atado a este momento. Hasta hace unas horas me encontraba exiliado del mundo y sus contradicciones, escribiendo lo que senta con gran inquietud. Inevitablemente se ha entrometido en mis pensamientos la vida de alguien ms y seguramente, no ser la nica. Este corto camino ya tiene la esencia de otra persona, por muy olvidado que llegue a estar ese hombre en los prximos minutos.
Alguna vez escuch que cuando caminas, lo haces por la vida, cuando piensas, lo haces en ella e inevitablemente las personas sern parte de tus actos, incluso de tus pensamientos. Ahora entiendo; he podido evitar a tantas personas, estando ah, solitario en mi enmohecida habitacin, escribiendo los detalles de mis instantes. Pero ahora que he salido, mis prioridades han cambiado. Camino a la espera de encontrarme con otro conjunto de palabras que tambin cuenten una historia o por lo menos una resea breve. Al menos para m ese el costo que tengo que pagar por salir de mi idlico encierro.
Pero, basta de m! si he de pagar estas andanzas con imgenes ajenas, he de contarte para que sufras conmigo.
Recorro imagen tras imagen pero el mundo parece solitario. A dnde se fue el pintor? An le falta terminar esta vida; la ha dejado incompleta.
Nada interesante en los ltimos minutos, mis pies se sienten algo cansados, pero es normal, ya no soy un jovencito. En todos lados sigo buscando historias o al menos una frase encarnada en el efmero acto de una persona, pero hay nada!
No puedo evitar pensar que hay alguien est moviendo los hilos de las tempestades y los placeres; hace unos cuantos instantes, estaba reacio a vivir a travs de la vida de los caminantes fugaces que emanan de mi travesa y ahora que he estado dispuesto a hacerlo, pareciera que alguien los borr de mi historia o que simplemente al escribirla, pone todo esto mientras espera a que se le ocurra algo interesante.
Basta una vez ms de m! encontrar una buena imagen, antes de que a mi ventrlocuo se le termine el acto.
Calles vacas y sin color, no muy diferentes al panorama de mi corazn. He caminado decenas de palabras y todas redundan en una bsqueda, en un anhelo. Mi fiel compaero que entre estas palabras has aprendido a conocerme un poco, me temo que ha llegado la hora de volver a casa.
Pudieras pensar que te he hecho perder el tiempo, pero gracias a tus ojos implcitos en este recorrido, la soledad no me ha mordido. Ahora volvamos a casa y ah podrs acompaarme mientras mi vida se desvanece en esas cuatro paredes.
Regreso sobre el mismo camino pero todo parece ms solitario y diferente. Cada vez me cuesta ms trabajo reconocer los lugares por los que pas. El nico que sigue ah es aquel hombre sombro y solitario, tirado sobre el asfalto. Lo han dejado solo. Quiero acercarme a verlo, pero algo me dice que me aleje.
Tomo un poco de aire y trato de controlar el temblor entre mis piernas. Estoy cerca de la escena, empiezo a oler la sangre y el caucho quemado.
Aqu estoy, pero me he equivocado! No hay nadie, solo un espejo tirado. Por eso todos se habrn ido? Les habr asustado ver que ellos eran los accidentados? Al fin y al cabo todos estaremos con ese mismo semblante algn da.
Mi reflejo se ve un poco gris. Hago muecas pero parece que no se mueve. Soy yo en el espejo, pero no refleja mi alma.
Vindolo ms a detalle, no se parece a m. Se ve ms viejo y ms acabado. Tiene una peculiar sonrisa que yo nunca tuve, ni siquiera en mis momentos ms felices.
Pero, quin me est jugando esta vil broma! Ese reflejo tiene los zapatos, el pantaln, la camisa y el reloj con los que sal hace un da. Se parece a m pero no soy yo. Cuanto ms lo observo, ms me siento dbil. Entonces dejar de observarlo y me marchar, olvidar que esto pas.
Mis pies se sienten aun ms pesados. No puedo caminar, no tengo fuerza en las piernas, quiero huir de esta pesadilla pero es imposible. Ahora estoy aqu, recostado sobre el asfalto. Al menos tengo a mi reflejo hacindome compaa, aunque parece que poco a poco se va desvaneciendo me he quedado solo.
Ahora recuerdo que tena un auto similar al que yace destrozado junto a m, recuerdo que me dolan las costillas y no senta las piernas. Solo falta resolver la incgnita de esta sonrisa con la que me estoy yendo, puesto que sonrer no es algo que haya hecho frecuentemente a lo largo de toda mi vida y menos en estos momentos tan agonizantes.
Ya record! Sonro porque al fin tengo entre mi memoria la historia que tanto buscaba y que t como mi fiel compaero de estas palabras, merecas. Sin duda no era el final que esperaba pero te agradezco todo este tiempo y sobre todo que me hayas trado de vuelta para poder irme en paz; no he muerto en soledad.
La Carta A García Es La Reflexión Que Se Hace de La Entrega de Una Carta Que Envía El Presidente de La Unión Americana A General Calixto García Con Un Personaje Llamado ROWAN