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VIDA DE LA BEATA MARGARITA MARIA DE ALACOQUE, RELIGIOSA DE LA VISITACION DE SANTA MARIA, ORDEN DE SAN FAANCISCO DE SALES, DE QUIEN SE sirvid DIOS PABA ESTABLECER LA DEVOCION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS. POR I. G, LIBRER{A DE FRANCISCO ROSAL, HEREDERO DE JOSE GORGAS, calle de la Boria, "n° 19.4864. Es propiedad. Imp. del Beredero de José Gorgas, plaza de la Lana.—1864, BULA DE BEATIFICACION DE LA VENERABLE SIERVA DE DIOS MARGARITA MARVA ALACOQUE. PIO PAPA IX. Para perpétua memoria. Jestis autor y consumador de nuestra fe , que ani- mado de una extremada caridad tomé nuestra fragil naturaleza mortal, y se ofrecié inmaculado 4 Dios en el ara de la cruz para librarnos de Ja horrible escla— vitud del pecado , nada se propuso con mayor empe- fio que el encender de todos modos en el 4nimo de los hombres la Mama de la caridad que abrasaba su Corazon. Ya sabemos por el Evangelio que habia di- cho 4 sus discipulos: Yo he ventdo d poner fuego en la tierra; dy qué he de querer sino que arda? Y para mas avivar este fuego de la caridad quiso se instituyera y promoviese en la Iglesia la veneracion’ y culto de su Corazon santisimo. gQuién habr4, pues, tan duro y empedernido que no se mueva 4 amar aquel Corazon dulcisimo traspasado y herido con una lanza para que alli nuestro 4nimo tenga como un.asilo donde refa- giarse y defenderse de la invasion’ y asechanzas de los enemigos? 4 Quién no se moverd 4 honrar dili- gentemente 4 aquel sacratisimo Corazon de cuya he- rida salié agua y sangre, como fuente de nuestra vida y salud? Asf pues, para instituir y propagar lar- gamente entre los hombres este culto tan saludable y justo, nuestro Salvador se digné elegir 4 su venera- ble sierva Margarita Marfa Alacoque, religiosa her— mana del Orden de Ja Visitacion de la Bienaventurada Virgen Maria, la cual 41a verdad , tanto por la ino- cencia de vida como por la practica continua de todas las virtudes, se manifesté, con los auxilios de la divi- na gracia, digna de tan grande oficio y mision. Na- cida en el pueblo de Lanthecourt, didcesis de Autun, en Francia , de familia honrada, ya desde su nifiez descubrié genio décil y buenas costumbres mas de lo que correspondia 4 su corta edad ; por lo cual pudie- ron sus padres pronosticar , por indicios ciertos, lo que habia de ser en adelante. Todavia era muy nifia, cuando huyendo de los pasatiempos 4 que aquella tierna edad suele ser aficionada, se retiraba 4 las habitaciones mas ocultas de la casa , donde podia dar culto y venerar 4 Dios con menos ruido y distraccion.- Siendo ya algo mayor, esquivaba el trato de los hom- bres, y en nada encontraba, mayores delicias que en asistir' frecuentemente 4 los templos y alargar sus oraciones. por muchas horas. No tardé en consagrar & Dios , por medio de un voto, su virginidad; y hasta tal punto se propuso afligir su cuerpo , que pudieran sus ayunos , , disciplinas y otras asperezas servir como de espinas que preservasen la flor de su virginidad. Ademas de esto ofrecié un ejemplo ilustre de manse— —W— dumbre y humildad. Muerto su padre y agoviada su madre, ya por la edad, ya por una gran dolencia, los que cuidaban de su hacienda la trataron tan dura y Asperamente , que en muchas ocasiones la hicieron carecer hasta de las cosas necesarias para el vestido y alimento. Y sufrié por espacio de muchos afios tan grande dureza y humillacion con dnimo tranquilo, proponiéndose el ejemplo de los sufrimientos de Cris- to. A los nueve aiios de edad recibié por primera vez el Santisimo Sacramento de la Eucaristia , y fue tal el ardor de la caridad que reeibid de aquel manjar ce- lestial , que el divino fuego se vié brillar por su boca y por sus ojos. Encendida con igual caridad para su prdjimo , se afligia en gran manera al ver las infeli- ces turbas de nifios que cdsi abandonados de sus pa- dres se daban 4 los vicios , ignorantes de lo pertene— ciente 4 la salvacion eterna. Por eso los instruia con paciencia en los misterios de la fe, los formaba para la virtud, y aun tambien acostumbraba reservar para alimentarlos una buena parte de su sustento diario. Habiéndose escogido un Esposo celestial, rehusd constantemente enlaces opulentos é ilustres que le proporcionaba su madre, y determiné entrar en un claustro de Virgenes. sagradas para guardar alli con mas seguridad la fe prometida 4 su divino Esposo. Despues de pensar sobre esto con mucho detenimien- ‘to y de consultar con feryorosas oraciones la voluntad de Dios, se asocié 4 los veinte y tres aiios de edad 4 las hermanas religiosas de] Orden de la Visitacion de la Beatisima Virgen Maria, en la ciudad de Paray-le- Monial , dentro de los limites de la didcesis de Autun. — vi — Tal disposicion para la practica de la virtud y tan inocente vida mostré durante el Noviciado , que fue admitida pronto 4 la profesion de sus votos solemnes. Vidsela despues volar hacia la perfeccion de la disci- plina religiosa tan rapidamente , que fue mirada por sus hermanas consagradas 4 Dios como un modelo de todas las virtudes. Resplandecia en ella una humildad admirable , una prontitud singular en la obediencia, paciencia para soportar toda clase de molestias , di- ligentisima observancia de las reglas, aun de Jag mas insignificantes , una austeridad continua para morti- ficar su cuerpo y un deseo de orar sin interrupcion ; y tanto oraba de dia y de noche, que muchas veces libre del influjo de los sentidos, vié su dnimo inun— dado de Jos dones de la divina gracia. Tanta era su pena y tanta Ja llama de amor que la abragaba cuan- do consideraba los tormentos de Jesucristo , que las mas de.las veces desfallecia como si le faltaran las fuerzas. Habiendo cautivado por la excelencia de su virtud la admiracion de sus hermanas, se la encargé la direccion de las Novicias ; y ciertamente no podia encontrarse otra mas 4 propdsito que la venerable Margarita Marfa para desempefiar este cargo, y para guiar y afirmar con su ejemplo en el camino de la perfeccion 4 las jévenes encomendadas 4 su caritati- va solicitud y magisterio. Asi sucedié que en ocasion de encontrarse orando con gran fervor delante del augustisimo Sacramento de la Eucaristia , la fue sig- nificado por Cristo Nuestro Sefior que seria muy de su agrado el que se instituyese el culto de su sacratisimo Corazon, ardiendo con el fuego de la caridad para con el género humano, y que queria que ella cuidase de esto. Como era tan humilde se asusté de esto la ve- nerable Sierva de Dios , reputandose indigna de tan alta mision ; y con todo, para obedecer 4 la divina voluntad, y para satisfacer 4 su piadoso deseo de dis- ’ pertar el amor divino en los corazones de los hom~ bres, procuré cuanto pudo, asi entre las hermanas Religiosas de su convento como entre el mayor né- mero posible de hombres , el que aquel Corazon san- tisimo , residencia del divino amor, fuese reverencia- do y venerado con muestras de todo honor. Para esto tavo que sufrir muchas y graves molestias la venera-- ble Sierva de Dios , tuvo que superar much{simas di- ficultades ; sin embargo, ella jamas decay6 de dnimo, y apoydndose en la esperanza de los auxilios celes- tiales , insistié con tal constancia en promover este género de piedad , que con el favor de Ja divina gra- cia se ha aumentado y propagado muchisimo , no sin grande fruto de las almas. Ultimamente, deseando ya morir para volar 4 las nuncias celestiales del Corde~ Yo por lag cuales tanto suspiraba, consumida, no tanto por la enfermedad como por el ardor de la ca- tidad , terminé su carrera mortal el 47 de octubre del afio 1690. La opinion que ya habia prevalecido acer- ca de la santidad de la venerable Margarita Maria, tom6é mas incremento despues de su muerte, princi- palmente con la celebridad de los prodigios que se decian ocurridos con ‘la deprecacion de la venerable Sierva de Dios. Por Jo que en el aiio 1745 el Obispo _ de Autun procuré instruir el proceso de costumbre acerca de la vida y virtudes de la Venerable. Pero las —_—x— perturbaciones gravisimas que conmovieron 4 casi toda la Europa en los ultimos afios del siglo XVIIE impidieron que este proceso fuese sometido al juicio de la Santa Sede. Mas luego que se sosegé aquella tarbulentisima tempestad , se pidid el fallo de la Sede Apostdlica , y entablada en el Consejo de los Carde- nales de la santa romana Iglesia, encargados de velar por los sagrados Ritos, la cuestion acerca de las virtudes con que mas hubiese brillado la venerable Margarita , examinadas bien y por mucho tiempo to- das estas cosas , Nos declaramos que todas ellas fue- ron herdicas en décreto publicado el 23 de agosto del aiio 1846. Mas adelante se abrié proceso en el mismo Consejo de Cardenales acerca de los milagros con que se decia haber Dios comprobado la santidad de la venerable Margarita, y despues que aquellos mila— gros fueron comprobados, precediendo un severo exdmen, ya por los Consultores, ya por los Carde- nales, Nos, implorado antes el auxilio de la luz celes- tial , promulgamos acerca dela verdad de los mismos milagros una sentencia afirmativa e] dia 27 de abril del corriente afio 1864. Solo faltaba una cosa, el que se preguntara 4 los mismos Cardenales si podia pa- sarse con seguridad 4 decretar los honores de los Bienaventurados que estan en el cielo por la venera- ble Margarita; y los mismos, reunidos en nuestra presencia e] 14 de junio del corriente afio , respon- dieron undnimemente que se podia proceder con toda seguridad. Nos, en virtud de todo esto, implorada la divina asistencia , como es justo en asunto de tanta gravedad , decretamos el dia 24 de junio que pueden — xl — ” tributarse con toda seguridad , habiendo parecido asi 4 Nos , los honores de los Bienaventurados con todos los indultos , 4 la venerable Sierva de Dios, hasta que se celebre Ja solemne Canonizacion de la misma. Nos, promovidos con las suplicas de casi todos los Obispos de Francia y tambien de las hermanas religiosas del Orden de la Visitacion dela Bienaventurada Virgen Maria, segun el Consejo y con asentimiento de Nues- tros Venerables Hermanos los Cardenales de la santa romana Iglesia, encargados de entender en lo perte- neciente 4 los sagrados Ritos, con Nuestra autoridad Apostélica damos licencia para que la.misma vene- rable sierva de Dios Margarita Maria de Alacoque, se nombre en adelante con el dictado de Beata, y para que su cuerpo y reliquias se expongan 4 la ve— neracion publica de los fieles, pero sin que sea lleva- da en lag rogativas solemnes. Ademds concedemos con la misma autoridad el que de ella se rece Oficio y Misa de Comun de Virgenes con las oraciones propias aprobadas por Nos segun las Rubricas del Misal y Breviario Romano ; pero la celebracion de esta Misa y el rezo del Oficio deberd hacerse , segun esta Nues- tra concesion, tan solo en la didcesis de Autun, y en todos los templos de las casas do quiera que existan, en las cuales esté instituido el Orden religioso de las Monjas de la Visitacion de la Bienaventurada Virgen Maria el dia 47 de octubre por todos los fieles de Cristo , tanto seculares como regulares, que estén obligados al rezo de las horas Candénicas , y en cuan- to 4 las Misas por todos los Sacerdotes que acudan 4 los templos en los cuales se celebra la fiesta. Final- — xr — mente, concedemos que en el primer aiio despues de publicadas estas Letras se celebren los cultos solem— nes de la Beatificacion de la venerable sierva de Dios Margarita Maria de Alacoque en la didcesis y tem- plos mencionados, con Oficio y Misas de Rito doble mayor , y mandamos que esto se haga en el dia que asignen los Ordinarios , y despues que la misma so- lemnidad se haya celebrado en la Basilica Vaticana ; sin que sean.obstaculo las Constituciones y Ordena- ciones Apostélicas y dem4s en contrario. Queremos tambien que 4 los ejemplares de estas Letras, aun 4 los impresos , con tal que estén subscritos de mano del Secretario de la predicha Congregacion de sagra- dos Ritos, y selladas con el sello del Prefecto , se les dé enteramente el mismo crédito que, 4 vista de estas Letras, se daria 4 la significacion de nuestra voluntad. Dado en Castel-Gandolfo bajo el Anillo del Pescador el dia 19 de agosto del afio 4864 el décimo nono de . Nuestro Pontificado. 'N. Car. Paracciani Clarelli. NOS D. JOSE DE LORENZO Y ARAGONES, Preshitero, Doetor en Sagrados Cénones, Director del Real Monte de Piedad, Consejero Real de lus- truceion Publica, y Viearlo eeclesiastico de esta He- rélea Villa y su partido. Por la presente y por lo que & Nos toca, concede— mos licencia para que pueda imprimirse y publicarse da Vida de la Beata Margarita Maria de Alacoque, Religiosa de la Orden de la Visitacion de Marla, fundada por san Francisco de Sales ; mediante que de nuestra érden ha sido ecaminada y no contiene segun la censura cosa alguna contraria al dogma ca- télico y sana moral. Madrid diez y siete de setiembre de mil ochocientos sesenta y cuatro. Dr. Lorenzo. . Por mandado de S. S. Ido. Juan Moreno Gonzalez. Barcelona veinte y seis de setiembre de mil ocho— cientos sesenta y cuatro: Concedemos nuestra licen- cia para la impresion y publicacion de la Vida de la Beata Margarita Maria Alacoque, al igual que lo ha sido por el M. I. Sr. Vicario ecclesidstico de Madrid. El Vicario general, De Palau y Soler. DBDICALORLA AL SAGRADO CORAZON DE JESOS. ——o o—_—__ A Vos, Corazon dulcisimo y adorable de Jests, es debido como un tributo de justicia, gratitud y. amor, dedicaros el pequefio volimen de la vida admirable de vuestra inclita Esposa la Beata Margarita Maria de Ala- coque, siendo de mas valor, que el oro y las piedras preciosas; por contener la perfeccion consumada, 4 la cual adornasteis con las joyas inapreciables de. vuestros Singulares favores, y la vestisteis con la timica de la inocencia recamada con el oro de la caridad y matiza- da con todas las virtudes en grado herdico, como des- tinada por Vos 4 la sublime mision de descubrir al mundo la mina del cielo y de la tierra, que es vuesiro Sacratisimo Corazon, 4 fim de enriquecer al linage hu- mano de tan precioso tesoro, para el rescate de tantos caulivos por el pecado; y pues la elegisteis durante su vida, para ser el iris de paz entre Vos y los hombres, no dudamos sera nuestra protectora y mediadora en la mansion Bienaventurada, donde es saciada del torrente de aguas vivas que sale de ese pidlago divino de vues- tro Sagrado Corazon, de quien es depositaria en la tier- ta la Orden de la Visitacion, y os ofrece este corto ob- sequio la Comunidad del primer Monasterio de la Visi- tacion de santa Maria de Madrid, en union con todos los eslablecidos en Espafia. -PROROEO, La vida dela heroina de la gracia, la Beata Mar- garita Maria de Alacoque, es un modelo acabado que deben copiar las almas que aspiran & la mas alta perfeccion ; é igualmente se encontrara en ella doc- trina para toda clase de personas que desean cumplir con su respectivo estado ; y para animarse 4 practicar lo que el Seftor exija de ellas, & vista de los sacrifi- cios mas herdicos que la Beata llevé & cabo, con los que adquirié tantas victorias, siendo los trofeos de ellas muchas almas que gané & Jesucristo ; asi pudo decirse que robé 6 este divino Esposo el Corazon, y le hirié con el ojo de la mas sublime prdctica de la perfeecion y con los cabellos de toda suerte de virtu- des. Preciso era que la ataviase con tan extraordina- 2 — xv — ria santidad, destindndola entre millares de almas justas & ser el décil instrumento de sus altisimos de- signios, para descubrir el infinito tesoro, oculto hasta entonces, de la devocion 4 su Santisimo Corazon, co- mo un esfuerzo de su amor en los ultimos tiempos en que tanto se ha resfriado la ¢aridad de los fieles, que- riendo ostentar su misericordia por este medio, como se puede ver en las admirables revelaciones y favores que recibié Margarita de este Seftor, mostrdndola varias veces su divino Corazon, con las promesas y lernuras mas estupendas, para atraer 4 su amor é los corazones humanos. Y eligié 4 esta amada esposa para reparadora de las ofensas que recibia de los pe- cadores, satisfaciendo con toda especie de desagravios: por victima, para que se ofreciese d padecer y sacri- ficarse por ellos, mayormente por las personas que le estaban consagradas: por suplicante y mediadora, para impetrar 4 los hombres toda clase de bienes, in- eluso el rescate de las almas del purgatorio : por ce— ladora y promotora, para dar 4 conocer y extender esta devocion, y celar a toda costa los intereses de su gloria. La eligié asimismo por adoradora, asocidndo- la con los Serafines, para rendirle con ellos continuos homenajes y alabanzas : por discipula de su Corazon, gquertendo ensefarla por si mismo la mas elevada perfeccion, descubriéndola sus altos misterios. Y ul- timamente la sublimé 4 la dignidad de esposa predi— lecta, desposdndose con ella en exceso de su caridad — xx — de un modo inefable, introduciendo en su divino Co- razon el suyo, que le volvid abrasado de su puro amor, con otra multitud de gracias tan extraordina— rias que parecerian dificiles de creer, ano haber sido tan examinadas y probadas, niveldndose estas con las que han’ recibido las Santas mas favorecidas. Jgualmente la destind el SeRor para imitar su vida oculta, humillada y paciente, mientras vivid en este mundo, y la escondida que tiene en el Santisimo Sa- cramento, haciéndola participante de sus padecimien- tos, todo lo cual se verd en la historia de su admira— ble vida; por cuyos méritos le ha dado tambien parte en su gloria, sublimdndola 4 un grado superior en ella, y probando su santidad despues de su muerte con muchos milagros obtenidos por su intercesion : tiltimamente, pasados cerca de dos siglos, hemos vis- visto con extraordinario jubilo lo que tanto hemos de— seado, mayormente los adoradores del Sagrado Co— razon de Jesus, y con especialidad sus hermanas de la Visitacion , elevando al honor de los altares & esta alma privilegiada nuestro Santisimo Padre el Papa Pio LX, quien al principio de su Pontificado aprobs sus virtudes en grado herdico, y el veinte y cuatro de abril de 4864 tqualmente aprobé los tres milagros que deben preceder alas Beatificaciones, y asimismo el veinte y cuatro de junio del mismo azo did el de— cretoen san Jugn de Letran para que pudiera ser bea- tifcada, teniendo efecto esta solemntsima ecremonia ‘ en el Vaticano el domingo 48 de setiembre de 1864. Por la relacion de la vida que escribimos se descu— bre la particular proteccion de Dios sobre el instituto de la Visitacion, de cuyo seno saliéd la esclarecida Margarita de Alacoque, eligiendo & esta Orden para que fuese la cuna de la devocion 4 su Sagrado Cora—- zon, y los miembros de ella sus amantes adoradoras y promotoras. Desde el principio de su fundacion se han distin- guido algunas almas con gracias singulares relativas al divino Corazon. La primera fue la Madre Ana Margarita Climent, de la época de su santo Patriar— ca, revelandola que este Santo hacia su morada en el Corazon de Jestis ; y la efemplar hermana Ana Mag- dalena Remuzat, & quien igualmente favorecia el Se- for con extraordinarias gracias de su Corazon Sa— grado, siguié & nuestra Margarita Alacoque, reem— plazando 4 esta despues de su muerte, para que la tmitase en el celo y amor para promover su devocion, no faltando jamds en esta Orden amantes adoradoras que procuran cumplir con esta gloriosa mision, La sagrada Compania de Jests fue igualmente privilegiada de Jesucristo para promoverla, como se refiere en esta vida, revelando el Sefor & nuestra Beata Alacoque que le habia reservado la gracia de publicar el valor de este precioso tesoro, teniendo en él la facilidad de enriquecerse 4 si propia con todo género de bienes espirituales, asi como dar al sagra- — x1 — do ministerio de caridad, & que estén destinados sus hijos, la fuerza de atraer por este medio 4 los peca- dores mas obstinados ; cuya promesa debe igualmente alentar 4 todos los Sacerdotes y personas celosas de da salvacion de las almas, La presente vida de la Beata Margarita Maria de. Alacoque se ha sacado de la relacton que eseribié ella misma por obediencia, ast como de la que compuso el Ilmo. Sr. D. Juan José Languet, Obispo de Soissons ; mas solo se ha tomado de esta lo relativo 4 la vida de la expresada Sierva de Dios, en la que se halla insertado todo lo que ella escribié de mas inte- resante; nada hemos omitido absolutamente de lo con- cerniente los hechos de su vida ni de las extraordi~ narias gracias que el Seftor la concedid; solo hemos suprimido los billetes escritos 4 sus novicias, cuyas instrucciones se limitan 4 la direccion y necesidad de cada una; dejando las generales gue pueden ser titi- les d todos. Del mismo modo algunas cartas escritas a sus directores y superiores, cuya sustancia esta in- cluida en esta obra, se ha omitido copiarlas para no aumentar su volimen, y hacerla mas agradable al lector evitando repeticiones. VIDA DE LA BEATA MARGARITA MARIA DE ALACOQUE. PRIMERA PARTE. 2BnGo Su nacimiento, educacion y juventud. La Beata Margarita,Maria de Alacoque fue un prodigio de la gracia , en. quien ostentd el Sefior su poder y bondad, y una de las admirables obras de su amor hacia las criaturas ; favoreciéndola con es- peciales dones, mayormente el de dar 4 conocer la devocion del divinisimo y amorosisimo Corazon de . — % — Jess, habiéndola prevenido con bendiciones de su dulzura de un modo tan extraordinario, que se debe creer, por las sublimes virtudes que practicé en su mas tierna edad , llegaron & tener macho de mara— villoso. El amor extremo que siempre tuvo al des— precio de si misma , 4 vivir oculta y desconocida de todos , 1a hubieran hecho guardar un profundo si-— lencio de los grandes favores que recibia del cielo, si la desconfianza que tuvo de sus propias luces, y su perfecta sumision 4 los que la gobernaban, no la hubieran obligado 4 romper tan amable silencio, en cuya obediencia llegé 4 sentir una grande repug— nancia; y no pudiéndose vencer de otro modo, se obligé A ello con voto como se verA mas adelante. El dia de santa Maria Magdalena , 22 de julio del aiio de 4647, vino al mundo en Lanthecur, parro- quia de Veroure en la didécesis de Autun, en la parte de Borgofia Hamado el Condado de Charolois , la afortunada criatura , cuya vida vamos 4 referir , la cual debia imitar de Magdalena el ardiente amor 4 Jesucristo. © * ’ Su padre don Claudio de Alacoque era una perso- na recomendable por su piedad y bondad, mere- ciendo la confianza de la nobleza del pais, y la ad- ministracion de la justicia en la mayor parte de los sefiorios vecinos. Sus bienes eran correspondientes 4 su clase para vivir comodamente , y proveer 4 to- da su familia, no omitiendo socorrer con profusion — 23 — 4 los pobres, y su ejemplar conducta atrajo sobre su matrimonio con Madama Filiberta Lamyn las ben- diciones del cielo , teniendo de ella cuatro hijos y una hija, 1a cual es la heroina de la gracia, y el asunto de esta historia admirable. Fue bautizada el 25 de julio, dandola el nombre | de Margarita , por llamarse asi su madrina. No esperé Dios la sucesion de los afios para favo- recerla con dones extraordinarios : previno su razon inspirandola un grande temor al pecado antes de conocerle , 4 lo que ayudé la santa educacion que en 6u Nifiez recibié de los autores de su ser. Solo te- nia tres aiios y ya mostraba grande aversion al mal; el nombre solo de ofensa de Dios la horrorizaba, y de esta feliz disposicion se valian sus padres, para reprimir las pequejias vivacidades de Ja infancia, las que vencia tan pronto como oia ser del desagra- do de Dios. Un corazon tan puro, prevenido de la gracia, la inspiré el amor 4 la pureza, y 4 consagrar 4 Dios su castidad en una edad, que apenas conocia el nom- bre de las virtudes; asi es que 4 la de cuatro aiios decia al Sefior de un modo encantador: «Dios mio, «yO 08 consagro mi pureza, y hago voto de perpétua «castidad ; » el que renovaba en la santa Misa en el momento de la consagracion , sintiendo tan dulces emociones, que el discurso de los afios no los borré. En esta edad la llevé 4 su casa la sefiora su madri- — 6 — na, encargando 4 sus damas la instruccion de la nifia , la cual se incliné 4 la mas virluosa 4 pesar de ser la menos amable. Solo los primeros elementos de la doctrina cris— liana daban pabulo 4 sw espiritu, para ocaparse con Dios; el pensamiento de que est en todas partes, y ~ la real presencia de Jesucristo en el Sacramento del ~ Altar movian su corazon, impeliéndola 4 visitarle en el templo con la mayor frecuencia, y pasando de continuo dos horas en oracion: asistiendo al santo sacrificio de la Misa, lo hacia con postura tan humil- de y penitente , que hasta en el rigor del invierno estaba con las rodillas desnudas sobre la tierra. A este atractivo por Jesucristo, se unid otro por la soledad, privandose de los juegos de la niiiez, pa- ra tratar con su Dios, y al efecto se retiraba 4 un bosque 6 gruta, imitando 4 santa Teresa en el amor al reliro, y hubiera huido 4 un desierto , si no te- miera los peligros que en él la pudieran ocorrir. Uno de los primeros frutos de su fervor en tan tierna edad fue su devocion 4 Maria santisima , en cuyos misterios se ocupaba, recurriendo 4 ella como 4 su Madre, é hizo voto de ayunar los sabados en su honor, y rezar el oficio parvo de la Concepcion cuando supiese leer; y teniendo noticia de la devo- cion del Rosario, lo rezaba con gran fervor, besando el suelo en cada Ave Maria, Premié la santisima Virgen su devocion, y ella confiesa haberla librado —27— en este tiempo de tres grandes peligros, que no ex— plica. Todos admiraban los dones de Dios en esta nifia, quedando solo A ella desconocidos ; ‘ya era atraida & un modo de oracion admirable, y creia no saber te- nerla ; en ella exponia 4 su Dios sus deseos con vivo ardor , estando sedienta del bien que poseia. Su Ma- jestad la hizo participante de sus mas tiernas comu- nicaciones; instruyéndola por si mismo, la ordend se postrase humildemente en su presencia, y ado- . rarle exterior é interiormente con profundo aniqui- lamiento, pidiéndole misericordia y perdon de sus culpas, ocupandola en los santos misterios de su vi- da, quedando sus potencias tan abismadas en las vir- tudes divinas, que no la daban lugar 4 lag distrac- ciones tan ordinarias al espiritu humano. Aun no tenia Margarita ocho aiios cuando muridé su padre , dejando 4 su esposa con tantos apuros co- mo desconsuelo, hallandose oprimida de negocios domésticos; por cuya razon dejaba el cuidado de su hija , que entonces tenia 4 su lado, 4 una criada in- capaz de saberla instruir y corregir; y aunque Dios lo hacia por.si mismo, queria que segun el curso or- dinario concurriese su madre’ por los medios condu- - centes al logro.de una buena educacion , como lo ejecuté al fin poniendo 4 su hija en el convento de: religiosas de Santa Clara, en donde se reanimd su fervor, que habia algan tanto decaido. — 28 — Admirando Margarita la vida perfecta de estas religiosas, deseaba imitarlas, concibiendo desde en— tonces el designio de hacerse religiosa. Hallandola tan adelantada en discrecion , conocimiento y gra cia , sus maestras creyeron no deber diferirla el re— cibir-1a primera comunion , que hizo 4 la edad de nueve afios; y se puede imaginar cuales fueron en este solemne acto los favores y consuelos de esta al— ma santa, 4 quien Dios preparaba con gracias sin- gulares : su silencio , conversacion , y todo su exte— rior inspiraban, en cuantos la veian, veneracion 4 su persona, y amor 4 la yirtud. Las personas que la di- rigieron no dudaron que habia conservado siempre la inocencia bautismal , y uno de ellos , que la con- fesd genqgalmente, cinco 6 seis aiios antes de su pre- ciosa muerte , estuvo perplejo si se la mandaria es- cribir, para que se hiciese patente despues de ella la pureza extremada de su alma, y la santidad su- blime 4 que puede llegar la que escoge Dios para gobernarla y llenarla de bendiciones desde la cuna. No obstante tantas gracias y fervor, la pequeiia Margarita no estaba muerta 4 todo: su naturaleza la llevaba 4 los placeres, y, aunque habia concebido amor 4 la soledad , no nacia esto de humor melan- cblico , teniendo un caracter y espiritu alegre y pla- centero, que se llama feliz en el mundo; el cual la hubiera arrastrado acaso 4 él, si la gracia no hubie- se usado una especie dé imperio, y si Dios no la hu- — 29 — biera preparado con su providencia medios de des- asirse de las diversiones, de cuya dulzura empezaba 4 gustar, continuando en el atractivo 4 la oracion, y derramando amargura en los entretenimientos pro- pios de su edad , persiguiéndola, si se puede decir asi, la divina gracia con reprensiones y remordi- mientos interiores , siendo esto el fruto de su prime- ra comunion. Se valié tambien el Sefior de otro me- dio por un efecto de su misericordia, envidndola una penosa enfermedad, por la que separandola de todo, la dié & gustar una parte de los dolores de su pasion : esta fue dolorosisima y larga, principiando por reu- matismo y perlesia, que la tuvo cuatro aiios en el lecho del dolor, en el que experimenté cuanto la en- fermedad tiene de rigor; no podia andar , dormir, ni casi moverse, estando tan extenuada que los hue- sos herian la piel por todos lados. Dos afios perma— necié en el convento de este modo, y pensando su madre que sus cuidados la aliviarian, se la llevé consigo ; mas no consignid su deseo, permaneciendo otros dos con los mismos trabajos. Dios, que habia tenido sus fines en esta enfermedad, los tuvo tam- bien en sp curacion, y queria conociera ella, que uno y otro venian de su mano, y que 4 la santisima Virgen debiera su curacion; é ‘inspird 4 la niiia que se consagrase 4 esta celestial Reina, la que pronta- mente siguid este divino impulso, y la prometié que si la sanaba seria su hija, dedicandose 4 su servicio. — 30 — Fue oido este voto tan prontamente como convenia para que se conociese era su curacion toda del cielo. En pocos dias se repuso enteramente su salud , pero lo mas precioso fue la singular proteecion que expe- Timenté desde este instante de esta piadosa Madre, a quien se habia consagrado ya desde la infancia, agradando mucho su segundo voto 4 esta Sefiora, de la que recibié nuevos favores y comunicaciones so- brenaturales, y entre otras escribe 4 su director la siguiente: «La Virgen santisima se hizo desde en— «tonces Maestra de mi corazon, y mirandome como csuya me gobernaba como 4 quien la estaba consa— «grada; me ensefiaba 4 hacer la voluntad de Dios; cme reconvenia de mis faltas , y un dia que me ba— cbia sentado rezando el Rosario, se-presenté delante cde mi y me did esta reprension , que jamas se ha cborrado de mi memoria, aunque era entonces «muy nifia. Me admiro, hija mia, que me sirvas con «tanta negligencia.» La joven Margarita se aprove- ché de su curacion para volver 4 sus ejercicios es— pirituales , afiadiendo la mortificacion ; todo su gus- to era estar 4 la presencia de Dios , empleando en la oracion dos horas por la mafiana, y dos por la tarde, levantandose mas temprano, y acostandose mas tar- de para poderlo hacer, y aun pasaba alguna vez toda la noche en dulce contemplacion. Su fervor era mas ardiente en presencia del Santisimo Sacramen- to, y nada omitia para obtener permiso de ir & la —~_sx — iglesia , indemnizandose de la privacion de recibir con frecuencia el Pan de los Angeles, y decia que quisiera consumirse como los cirios que arden en los altares. Su mortificacion era lan admirable como su oracion, ayanaba tres veces 4 la semana, y aun se pasaba los dias sin comer , tomaba largas disci- plinas , los cilicios y cadenillas igualmente desgar- raban su inocente cuerpo, y solia dormir sobre el duro suelo. Advirliendo esto su madre, quiso impe- dirle tanto rigor, y dispuso acostarla consigo, lo que sinlié mucho; mas Dios la suplié con otros dolores, mayormente el de ulcerarsela las piernas, por lo que pudo conseguir volver 4 quedar sola en su apo- sento. Quiso su madre se la aplicasen medicinas, mas ella le expuso, que pues Dios la habia mandado ese mal, la curaria sin remedio humano. Ambas hi- cieron una novena, y al fin de ella se vid cumplida su prediccion , desapareciendo la enfermedad , por lo que dieron gracias al Seiior. Habiendo recobrado la salud, se olvidé pronto de sus promesas, y solo pensé en dejarse llevar de su inclinacion 4 seguir algunos placeres , aunque inocentes. Se la borraron algun tanto los favores que habia recibido , las cari- cias de sa madre y hermanos alimentaban su amor propio y vanidad, aunque nada hacia que fuese con- tra el decoro mas exacto, pareciendo 4 su familia edificante , y aun santa su conducta; mas su alma - ho estaba tan estrechamente unida con sa Dios. En — 32 —. esta época por dar gusto 4 sus hermanos asistié 4 un baile vestida de mascara, cuya falta lloré amarga— mente toda su vida. Dios que queria reinar solo en su corazon tan prevenido de sus gracias , la dispuso otro padecimiento bien costoso; permitid que su madre fuese despojada de su autoridad en su propia casa pasando 4 extrafios , los que prevaliéndose de esta situacion redujeron 4 la madre é hija 4 un duro cautiverio. Esto ultimo lo miraba como un medio de que se servia Dios para cumplir sus designios ; lo - mas sensible para ella era no tener libertad de fre— cuentar la iglesia & donde se sentia atraida para buscar su consuelo delante del Santisimo Sacramen- to; mas esle deseo era interpretado de que tenia otros fines muy diversos, y esta manera de juzgar despedazaba su corazon , que derramaba con lagri— mas 4 los piés del Sefior, permaneciendo & veces sin tomar alimento, y los pobres aldeanos sus vecinos Selo hacian tomar movidos 4 compasion: hubiera preferido mendigar 4 tomar cosa alguna de su casa, y cuando volvia 4 ella empezaba la bateria mas fuerte, haciéndola trabajar con las criadas y repren- diéndola , 4 lo que no contestaba una palabra; ja- mas se quejaba de estas personas que lamaba sus bienhechoras , ni aun con su madre, por temor de herir la caridad. El divino Salvador recompensd una paciencia tan herdica con gracias extraordinarias, dandola 4 conocer queria hacerse Sefior absoluto de . — 33 — su corazon y conformarla 4 su vida paciente , estan- do presente 4 su alma para que obrase como el mis- mo Sefior en medio de los crueles tormentos, impri- miendo en su espiritu la forma del Crucifijo, del Ecce-Homo , 6 de la cruz acuestas, causdndola tanta compasion al Sefior como amor al padecer , pare- ciéndola poco el suyo, y deseaba hacer cuantos ser~ vicios pudiera 4 las personas que se le proporciona— ban, La mas pesada de sus cruces fue la de no poder suavizar las de su madre ; la que en sus enfermeda— des no tenia otro apoyo que esta tierna jéven des— provista aun del necesario alimento. Llegaron los males de esta sefiora 4 ponerla en riesgo de la vida, y esta amante hija no tomaba ningun descanso por asistirla ; el unico remedio que la aplicaron fue una sangria, diciendo el cirujano que esta sefiora no po- dia sanar sino por milagro. Este se concedié & las oraciones de la joven Margarita, la que oyendo Misa un dia de la Circuncision, pidid con sencillez 4 nues- tro Sejior se dignase ser él mismo el Médico de su madre. Estaba aun en la oracion, cuando reventé de repente una postema que tenia en la mejilla , se puso la inexperta Margarita 4 curar la herida segun la parecid, y al poco tiempo tuvo el consuelo de ver- Ja enteramente sana. La persecucion referida fue moderada cuando lle- g6 4 los diez y ocho aiios, para exponerla & otros combates mas peligrosos 4 la pureza de su alma, y 3 — 3k — tal que esta jéven tan paciente y fervorosa en la ad- versidad , se vid expuesta 4 arriesgar su salvacion. Sus parientes la obligaban 4 contraer matrimonio, presentandose buenos pretendientes ; se recibian es- tos y varias personas, para hacerla tomar parte en los entretenimientos del mundo, y 4 esta tentacion se juntd otra mas fuerte, porque su madre que no ignoraba los votos que habia hecho, la rogaba ins— tantemente que no la abandonase en su ancianidad. No veia otro medio de salir de su cautividad que es— tableciendo en el mundo 4 su hija. Las instancias reiteradas de la madre empezaron 4 hacer impre— sion en ella, y 4 esta tentacion aiiadié el demonio otra mas delicada, representandole la vida religiosa como un estado tan santo que seria presuncion el querer abrazarlo, diciéndola interiormente , que se— ria la risa del mundo si no perseveraba, sugeriéndo- la pensamientos de desconfianza, y que si entraba en el claustro no tendria libertad para hacer peni- tencia ni obras de caridad. Entre tantos asaltos y dudas, no tenia una persona que la sostuviera y desvaneciera sus tentaciones. El primer efecto de ellas fue arrojar en su corazon dudas sobre el voto de castidad, pareciéndola que habiéndolo he- cho en tan tierna edad no la obligaba , siendo facil obtener una dispensa atendiendo 4 su necesidad. En esta circunstancia volvid otra vez & gustar del mun— do, que le agradaba, y este la solicitaba , siendo — 35 — digno de asombro , que utia doncella prevenida con tantas gracias y prodigios, abriese su corazon tan facilmente 4 las sugestiones del maligno espiritu: mas no se dejé 4 pesar de esto arrastrar 4 ninguna notable relajacion , y si ella misma’ no nos hubiera dado parte de su fragilidad y combates , todo se hu- biese ignorado. Se retiraba & veces 4 sus ejercicios de piedad, y mezclaba en las conversaciones mate— rias de cosas piadosas, prefiriendo en sus trajes lo mas sencillo y modesto. La joven Margarita confiesa que al ver sus recaidas las borré con sus lagrimas, y Dios celoso de su corazon la castigaba con repren— siones interiores. En esta vida de fluctuacion y de inconstancia, no pudiendo gozar de las dulzuras que causan los placeres del mundo, ni de los puros con- suelos del amor divino ; creyd aliviar su pena mor- lificando su cuerpo con penitencias excesivas ; se ci- fié la cintura con una cuerda Ilena de nudos, y la comprimié tan estrechamente que no comia, ni Tes- piraba sin dolor; apreté sus brazos con cadenas de hierro y entraron tanto en su carne, que no pudo quitarlas sin crneles dolores ; se acostaba sobre pa- los punzantes , y pasaba muchas noches sin dormir, ocupada en orar delante de un Crucifijo, acompa— fiando & sus oraciones sangrientas disciplinas. Mas no era esto lo que Dios la pedia, queria su voluntad y que siguiera el estado de perfeccion 4 que la la- maba. Una tarde despojandose de las joyas de que — 36 — se habia adornado con gusto , se la puso delante el Hijo de Dios en el doloroso estado de su cruel flage— lacion, acardenalado , desgarrado y ensangrentado, diciéndola que sus vanidades le habian puesto cual le veia , que perdia por su irresolucion el tiempo de que algun dia le pediria cuenta , dandole en rostro con sus ingratitudes. Estas reprensiones la pusieron en unaconfasion y dolor inexplicables, y la vista dolorosa del Salvador quedé impresa en su alma pa- ra toda su vida, lo cual descubre la bondad divina, y los convites de su gracia para que se le sacrifique con buen corazon lo que pide. Ella comprendia cuan injurioso era resistir 4 Dios, y se admiraba cé- mo no se abria el infierno y la tragaba ; sin embar- go, nose determinaba 4 romper de una vez las ca— denas con que estaba atada ; en fin, despues de tan- ta resistencia se determind seguir la voz del Sefior & toda costa ; feliz mudanza que se obré en la santa comunion en donde la hizo ver el Seiior que merecia ser preferido & todos aquellos amantes profanos que Ja pretendian, siendo el mas amable, poderoso y perfecto de todos los hombres. Sabe, le dijo, que si me haces esta injuria te abandono para siempre; mas si me fueres fiel, jamds te degaré , yo mismo se- ré tu fortaleza y tu victoria para triunfar de tus ene- migos ; excuso tu ignorancia porque no me conoces, pero si quieres seguirme te haré conocerme y me ma- nifestaré 4 tH. A esta gracia se siguié la resolucion perfecta de renunciar animosamente 4 todo otro es— tado , para cumplir la voz de Dios , y esta fue segui- da de una interior calma que hacia tiempo no expe— Timentaba , y todo lo que la aterraba en la vida Teligiosa se desvanecié para dar lugar 4 la confianza en la bondad de Dios. Jesucristo derraméd en el corazon de su esposa nuevas comunicaciones , la mostré en la oracion la hermosura de las virtudes de obediencia, castidad y pobreza , y que estos votos conducen 4 la verdadera santidad , dandola & conocer que queria hacer en ella un compuesto de misericordia y amor, dicién- dola: Te he.escogido para mi esposa, y nos prome- timos fidelidad cuando hictstes el voto de castidad, inspirandoteto antes que el mundo tuviese parte en tu corazon ; lo queria puro y sin mancha de alguna afi- cion terrestre, y, para conservdrmele tal, quitaba la malicia de tu voluntad ; para que no se manchase te deposité en el seno de-mi santisima Madre. Y ella efectivamente confiesa que esta Madre de misericor- dia fue su amparo y su proteccion , y que debid a esta Sefiora la generosa resolucion de consagrarse 4 Dios en la religion; se lo declaré resueltamente 4 su madre, la que ya no se atrevia 4 contradecirla. En esta época le aumentd el Sefior el disgusto por las vanidades del mundo, y cuando sentia algun atrac- tivo hacia él, la reprendia el Sefior, diciendo: éQuerrds tomar este placer? yo no tuve ninguno; — 38 — ves el estado en que me puse por salear tu alma y ganar tu corazon, quieres disputarme todavia este corazon que es mio? Las buenas obras 4 que se de- dicéd en esta época fueron el fruto de su fidelidad, sefialandose en una gran caridad para con el prdji— mo, parlicularmente con los pobres , cuyos trabajos la compadecian , y les distribuia lo que sus cortos medios la permitian , reuniendo 4 la vez las instruc- ciones espirituales, mayormente con los nifios aban- donados ¢ ignorantes , lo cual la ocasionaba algunos disgustos en la familia : igualmente asistia 4 los en— fermos , curando los males mas repugnantes , ven- ciendo mucho su natural, llegando 4 besar las la- gas; y premiaba el Sefior esta asistencia dando salud 4 los dolientes. Dios le inspird la practica de la obediencia, para prepararla 4 abrazar el estado religioso, sometién— dose aun 4 sus domésticos y sufriendo la autoridad que se tomaban, porque el Sefior queria la ejercitase en el grado mas sublime. Manifestando su resolucion 4 su familia, un tio suyo, que era su tutor, la llevé 4 Macon, donde tenia una prima 4 quien ella profe- saba particular afecto, y le ofrecia una buena pen— sion para que la acompaiiase ; las religiosas la soli- citaban asimismo con empeiio, mas ella les decia que solo buscaba 4 Dios, y que el tener conocidas y parientas en el Monasterio le parecia un impedi—- mento para que fuera perfecto su sacrificio, y una — 39 — secreta voz le decia: Yo no te guiero aqui, sino en Santa Maria; pero no se le permitia ver 4 aque- llas religiosas. «Una vez mirando, dice ella, un «cuadro del gran san Francisco de Sales, me pare- «cia echaba sobre mi una mirada paternal y tierna «llamandome hija, y desde este instante le miré co- «mo mi padre.» Pasando todo esto en el secreto de su corazon , no sabia como hacer para desembarazarse de la Comunidad de Ursulinas y de su prima que la manifestaban tanto carifio, y 4 no sostenerla Dios extraordinariamente , no hubiera .podido resistir 4 tanto empefio, por estar resuelta la Comunidad a abrir sus puertas 4 nuestra Margarita. En tales cir— cunstancias recibid la triste nueva de que su madre estaba en los ultimos momentos, y su hermano tam- bien gravemente enfermo, lo cual la obligé 4 poner- se inmediatamente en camino, 4 pesar de hallarse tambien enferma, creyendo que su propio mal pro- venia del] sentimiento de verse precisada 4 entrar en un conyento donde Dios no la HMamaba, y este suceso deshizo todas las pretensiones. La presencia de la hija fue la curacion de la madre , quedando 4 su la- do algun tiempo para Asistirla. En este afio de 4669 recibid el sacramento de la Confirmacion , y consiguid entonces la afiadiesen al nombre de Margarita el de Maria, para tener con este nombre nueva obligacion de honrar 4 la santi- sima Virgen. La efusion del Espiritu Santo aument6 — ho — su fervor y el deseo de consagrarse & Dios , miran— dose como una victima dispuesta al sacrificio, y con este 4nimo redoblé sus oraciones y austeridades, creciendo el deseo de agradar & Dios y de padecer. ‘ El Carnaval inmediato lo pasé en penitencia extre— ma; ayunaba 4 pan y agua dando 4 los pobres su alimento; tomaba todos los dias recias disciplinas hasta en las espaldas , en memoria de la flagelacion de su divino Esposo, continudndola toda la Cuares- ma; se liaba los dedos, y se clavaba en ellos agujas ; se afligia vivamente al pensar en los ultrajes que el Sefior recibe en este tiempo , creyendo los hombres que les es permitido entregarse 4 diversiones culpa- bles en el Carnaval. Era tan ardiente su deseo de imitar 4 Jesucristo en su vida paciente, que sus aus- leridades y contradicciones la parecian poco, y pos— trada delante de su crucifijo, le decia: «Amado Sal- «vador mio, ;qué venturosa seria yo si imprimie— craig en mi los dolores de vuestra pasion! » Esto es lo que yo pretendo hacer, le dijo el Sefior, si # no me resistes y correspondes por tu parte. Verémos en la serie de esta historia como cumplié su prome- sa. Lo mas penoso para ella era verse privada de la frecuente comunion : tal es el efecto del amor divino en un corazon abrasado de este mismo amor. Los dias que las personas con quienes vivia la permitian llegarse 4 la sagrada Mesa eran para ella del mayor consuelo , indemnizandola de todos sus padecimien— —H— tos, hallandose la vispera y el dia tan Ilena de Dios, y abstraida de toda otra cosa, que la costaba traba— joel atender & sus quehaceres. Tuvo escripulo del consuelo que sentia en la oracion y abslinencia , te- miendo hacer su propia voluntad, por lo que pedia al Sejior un director que la guiase y ensefiase 4 ha— cer oracion, sin conocer la tenia muy elevada. Ha- bia en este tiempo que celebrar un jubileo, y al efecto vino al pueblo un religioso de san Francisco para oir las confesiones. La jéven Margarita se pre- -paré para hacer la suya , y la hizo con gran fervor,. dolor y lagrimas por sus culpas, las que hubiera querido publicar ; pero la afligia no hallar en su al- ma, tantos pecados como pensaba haber cometido, y asi copid -todos los que encontré en los libros que trataban de esto, para confesarse de ellos. E] confe- sor conocié la sencillez de su penitente, y la obligdé a dejar estas falsas acusaciones , advertencia que fue para Margarita motivo de humillacion temiendo ha- ber ofendido 4 Dios, el cual la consold diciéndola, que todo lo perdonaba 4 una voluntad sin malicia. El buen religioso se aplicé 4 dirigir un alma tan fa— vorecida , le did avisos saludables sobre la oracion, y persuadié 4 su familia que no la impidiesen entrar en religion , cuyo consejo tuvo buenrefecto ; pero se inclinaban 4 que entrase Ursulina. La joven Marga— rita no se inquieté con estas tentativas, habiéndola asegurado Marfa santisima conseguiria lo que de- —~ 42 — seaba. No tenia noticias de Paray-le-Monial ni del Monasterio que alli hay, y en cuanto oyé hablar de esta casa, al instante pensd entrar en ella, y fué efectivamente con un hermano suyo 4 presentarse a las religiosas, y tan pronto como pisd el locutorio sintid el atractivo del Sefior que la dijo interiormen- te: Agu es donde te quiero. El gozo de haber halla- ” do despues de tantos trabajos y combates lo que de— seaba la inspiré tanta alegria , que algunas religio— sas quedaron sorprendidas, y temieron que aque] g0z0 naciese de ligereza 6 disipacion ; mas la Madre Margarita Gerdnima Hersan, que entonces era Su- periora, no lo juzgé ast por ser una persona de con- sumada virtud y prudencia; conocid al momento que Dios preparaba en esta pretendiente un tesoro para esta casa, y no sintié menos deseos de recibir 4 la joven Margarita que esta de ser admitida; mas fae necesario diferirlo por tener que hacer un viaje 4 su casa para arreglar sus negocios temporales: volvié, pues, 4 ella para recibir la bendicion y licen- cia de su madre. No podia reunirse 4 la vez tanto desconsuelo y dolor de una parte , ni tanta firmeza por la otra para esta separacion. Con un aire sereno se despedia de,todos, y parecié al fin trasportada de goz0, como una cautiva que sale de su esclavitnd, para entrar en casa de su esposo, gozar de su pre—- sencia y tomar parte en sus riquezas y en su gloria. Cuando llegé 4 entrar en el convento, hizo el demo- —~B— nio el ultimo esfuerzo para retardar su sacrificio ; la - joven Margarita se sintié interiormente apoderada de un vivo terror ; todo lo que la habian dicho otras veces para inspirarla desprecio por la Visitacion, se la representé , asi como Ja ternura natural de si se- ria la causa dela muerte de su madre; mas atrope— ll6 por todos estos vanos temores , diciendo: «Este «es el lugar de mi descanso por toda la eternidad.» SEGUNDA PARTE. OS go Su entrada en Ia religion, y las virtudes que practicé en el claustro. A 28 de mayo de 4674 entré la Beata Margarita Maria de Alacoque en el Monasterio de la Visitacion . de Santa Maria de Paray , teniendo veinte y tres afios, y la pusieron bajo la direccion de Sor Ana Francisca Forvan, maestra entonces de novicias, para que empezase su probacion; era esta una reli- . giosa de rara piedad, y muy instruida en las practi- cas y reglas de su religion, habiendo sido ya Supe— Tiora , teniendo particular talento para fortificar las almas y condacirlas 4 una virtud varonil. Bajo la direccion de tan habil maestra hizo nuestra preten- diente grandes progresos, inspirandola el Sefior que una casa religiosa es un lugar santo, y que las que la habitan deben Negar 4 ser verdaderamente san- —b— las, siendo preciso renunciarse 4 si mismas y sacri- ficarse sin reserva 4 la voluntad divina. Llamaban en este pais 4 las Visitandinas las Santas Marias ; Margarita tomaba este nombre 4 la letra, y creia que todas eran santas, y concibid que si no llegaba a serlo , faltaba 4 su vocacion , y esto la alentaba 4 vencer las repugnancias que se oponian 4 su per- feccion ; el divino Esposo la continuaba sus favores, y desde esta época todas las instrucciones que la da- ba se dirigian 4 mantenerla dependiente de la obe- diencia, ensefidndola 4 no tener otra regia que la voluntad de sus superioras. Los primeros dias de su entrada la dispertaba una voz, diciéndola estas palabras del salmo: Dilexisti justitiam , et odisti tniquitatem; propterea unait te Deus ; § estas: Audi, filia; 6 estas: Tt: has conocido tu senda y tw camino, 6 Jerusalen , el Sefor te guia- rd. Aunque no comprendia el latin ni el sentido de estas palabras, su ilustrada maestra, 4 la que ella daba cuenta, se las explicaba; 4 esta la suplicaba tambien la ensefiara 4 tener oracion, sin conocer era elevada 4 una alta contemplacion ; mas no atre- viéndose esta 4 poner mano en una pintura tan aca- bada, la ordend se puaiera delante de nuestro Sefior como un lienzo blanco delante de un pintor. La pre- tendiente no comprendié esto, pero sin replicar se puso delante del Santisimo Sacramento para hacer lo que se le habia ordenado ; en el momento en que — 66 — con simplicidad obedecia , la dijo su Amado: Ven, yo te lo enseftaré ; haciéndola conocer que aquel lienzo sin colores era su alma , en la que queria es— tampar la imagen de su vida paciente, la que se pasé en dolor, privacion y sacrificio, hasta su con- sumacion , cuya impresion grabaria en su alma des- pues de purificarla de todo afecto humano; al oir esto la parecié la despojaba y desprendia de todo, encendiéndola en un vivo amor y deseo de sufrir y padecer ; este deseo vehemente que no Ja dejaba en Teposo, pensando en los medios con que satisfaria su amor , la hacia suplicar 4 su maestra la concediera practicar las austeridades que con este fin imagina— ba, sometiéndose 4 su dictamen en esto y en todo, dandola con sencillez cuenta de las luces que recibia, oyéndola como al mismo Jesucristo, siendo el prin— cipio de esta entera confianza y sumision ciega el lemor que tenia de engafiarse; de aqui procedia que por mas ansias que tuviera de mortificarse y pade- cer, eran mayores las de someterse y obedecer. Traspasando su fervor un dia los limites de la obe- diencia en una disciplina, se la aparecié san Fran— cisco de Sales, y la dijo con severidad: «4 ¥ qué pien- «sas poder agradar 4 Dios pasando los limites de la cobediencia, que es el fundamento de esta Congre- «gacjon y no las austeridades? » Despues de tres meses de fervor y probacion , la joven Margarita tomd el habito el dia de san Luis, — 47 — afio 4674; da cuenta del trasporte y gozo de este dia ella misma: «Nuestro Sefior me hizo conocer, «dice , que este dia era el de nuestros desposorios «espirituales, que este empeiio le daba nuévo impe- «rio sobre mi, que yo contraia al mismo tiempo do- «blada obligacion de amarle con amor de preferen- «cia; me hizo despues comprender queria darme ¢4 gastar lo mas dulce de la suavidad de las cari- e«cias de su amor: efectivamente, estas caricias di- «vinas desde este instante fueron tan excesivas, que «me sacaban frecuentemente de mi misma, y me « ponian incapaz de las obras exteriores, y esto para «mi era materia de tan extrafia confusion, que no «osaba parecer delante de nadie.» Todas estas efa- siones sobrenaturales empezaron 4 notarse en la casa. El Sefior la dijo que le hiciese una soledad en su corazon, donde él la ensefiaria 4 amarle; 4 esta se retiraba ella siempre que las ocupaciones exteriores se lo permitian, y ademas del tiempo de oracion que Sefiala la regla, empleaba en ella todos los ratos que Jos otros ejercicios la dejaban libre ; estas oraciones donde gozaba en Dios de una quietud admirable la ocasionaban muchas cruces. Primeramente tenia grande temor de. que presen— tandose delante de Dios para tener oracion, segun el método que su maestra la habia‘ dado, no podia aplicarse 4 este, ocupandola Dios de su presencia, y — 8 — Hlenandola el alma la hacia incapaz de otra cosa ; otras veces las impresiones de amor y ternura la suspendian , y se veia como imposibilitada de ocu- parse en la presencia de Dios, y por tan extrafias mudanzas se quejaba amorosamente & su Amado, quien la dijo: Nacia su inguiefud de que se buscaba 4 st misma y tenia curiosidad , la que la ponia en pe- ligro de perderse sino la remediaba, que para fiyar st habitacion en una alma, queria un entendimiento sin curiosidad , un espiritu sin propio juicio, un jui- eto sin voluntad propia, y un corazon que no tiene ambicion de otro movimiento que los de su amor, y. afiadi6 , si yo te quisiera en mi presencia sorda, cie- ga y muda, gno deberias estar contenta? Comen— z6 el Sefior '& darle luces mas distintas de que Ia destinaba & padecer , y ser una imajen de su vida crucificada. El dia de los Difuntos se sintié muy pe- netrada de dolor, creyendo que habia abusado de los favores de Dios, asi en el uso de los Sacramen- tos como en la practica de la oracion , no viendo en si sino infidelidad , y deseando borrar las faltas de que se creia culpable, se ofrecié en holocausto y ex- piacion. Parece que nuestro Sefior acepto su sacri- ficio y la dijo: Acuérdate que quieres desposarte con un Dios crucificado, por esta causa es necesario que te conformes con él, despidiéndote de todos los place- res de lavida, porque no habré ya ninguno para t gue no le embaraze mi cruz. Despues la mostré su — 9 — santa humanidad enclavada en la craz por la salva- cion de los hombres , mandandola se crucificase en la que le preparaba. Esta sera-tan pesada, aiiadid, que si no estuviese sostenida con mi brazo omnipoten- te no la podrias resistir. La novicia daba cuenta 4 su maestra de todo, y aunque esta tan buena ¢ ilustrada conociese Ja mano de Dios, se consternaba temiendo se. apartase del espirita de su Institato : consult con la Saperiora, y ambas la manifestaron que si seguia estos caminos extraordinarios, no podria profesar, aconsejandola siguiera el método ordinario; ella mi- raba estas amenazas como la mayor desgracia, y te- mnia estaba ilusa , aunque no podia dejar de conover la voz de Dios ; mas no obstante obedecia con todo esfuerzo 4 cuanto se la ordenaba. La Superiora, para probar estos caminos , 1a puso de ayudante de una de las religiosas que tenia mas ocupaciones en la casa, encargandola no la dejase descansar, emplean- dola particularmente en el tiempo de la oracion; y cuando iba 4 pedir poder hacerla, 1a decian que ya la habia tenido trabajando , y despues para probar su fidelidad , tomaban ‘cuenta de ella , la que daba con simplicidad , manifestando sus sentimientos de esta manera: «Cuanto'mas se me contradice mi « amor, mas me inflama este unico Bien, aunque me caflijan noche y dia no le pueden quitar 4 mi alma; «si, cuanto mas dolor padezca , mas mi Dios se une «4 mi corazon.» No la probaban‘ menos ent la ihorti- & — 30 — ficacion: su amor al padecer la obligaba 4 pedir austeridades , se las negaban, y en so lugar la orde- naban otras mortificaciones mas sensibles, que practicaba sin demostrar la violencia que la costa— ban. Llamaba en su socorro 4 su Esposo. « Venid & «mi, Yos, que sois la causa de mi pena;» el Sefior la dijo interiormente : Reconoce gue no puedes hacer nada bueno sin mi, yo no deyaré de socorrerte, con tal que tengas fu nada y tu fragilidad abismada en mt fortaleza, Sintid particularmente el efecto de esta promesa en Ja violencia que tuvo que hacerse, teniendo una invencible repugnancia 4 comer que- so, la que era hereditaria en su familia y que su hermano previno 4 la Superiora 4 su entrada en la religion. Como procuraban humillarla, la daba su maestra en rostro con esta falta de alimento, y did la casualidad que sin reparar en ello se lo pusiesen un dia en la mesa como 4 las demas. Creyé debia vencerse , mas al ejecutarlo la faltaron las fuerzas y empezaba 4-desmayarse , y notandolo la impidieron continuar , aunque la maestra admiré gu fervor , la dijo, que se vencia por orgullo, y la prohibié em- prender en adelante esta practica sin su licencia. La novicia veia que efectivamente era falta de ani— mo, y paso tres dias ep reprenderse 4 si misma, y en esta aflicoion, postrada delante del Santisimo Sa- cramento, le decia-con lagrimas: «;Ay de mi! 3es «posible que todavia ha de haber alguna excepcion } —M — cen mi sacrificio, y que el holocausto no esté consu- «mado? si, Dios mio, es preciso vencerse 6 morir re- csuelta 4 no reservar cosa alguna al amor.» Pidid li- cencia 4 la maestra para probar de nuevo. Esta po- dria negarselo, porque bastaba para la perfeccion vencer la pasion que podemos dominar , pero no es preciso destruir las aversiones naturales en que ho hay pecado, mas contando con el valor de su novi- cia, la did permiso de seguir su impulso, y ella pro- siguié violentandose en tomar este alimento 4 pesar de lo mucho que sufrid su estomago, y al fin, te— miendo el detrimento de su salud , se la prohibié el continuar. Estos combates fueron recompensados del Sefior con tantos consuelos en la oracion, que en sus trasportes le decia : «Suspended, 6 Dios mio » estos «lorrentes que me abisman , 6 extended mi capaci— «dad para recibirlos.» En este mismo tiempo, consiguié otra victoria de si misma que no la cost menos combates : esto fue una amistad particular y afecto tierno 4 una herma- ha en quien creia ver mas virtud, y aunque estas se formen por principios piadosos y motivos santos, no obstante son contrarios 4 la perfeccion y caridad comun. La reprendid el Sefior esta amistad que cul- tivaba; mas sea que las inclinaciones del coraggn | son mas dificiles de vencer , 6 que Dios quisiese que la novicia con una victoria mas sefialada fuese for- taleeida contra una falta 4 que su natural tierno la — 52 — llevaba, fue menos fiel en esta ocasion, combatiendo con ella tres meses ; entretanto el Sefior la manifes- taba en la oracion que este afecto partia su corazon, y que él le queria entero, porque asi ponia embara- zos a sus gracias. Rompid al fin Margarita esta alian- za para siempre, pero no fue hasta que su divino Maestro reprendiéndola , la dijo, que no admitia di- vision, y que si no se retiraba de las criaturas su Majestad se apartaria de ella. Acercandose el tiempo de su profesion , se multi- plicaban las pruebas para ver si su obediencia y hu- mildad eran tan profundas como corresponden al buen espititu, pues donde se hallan estas virtudes en grado eminente se puede creer reina el espfritu de Dios. Llegaron hasta decirla que se creia no era para Ja Visitacion , donde se temen los caminos ex— traordinarios, por ser muy expuestos al engaiio. Sin alterarse por esto, fue Margarita sencillamente 4 de- cir a nuestro Sefior: «Y¥ bien, Dios mio, gseréis Vos «la causa de que me despidan de la religion?» 4 lo que la respondié el Sefior: Di é tu Supertora que no tema en recibirte, gue yo salgo por th, y que st me cree capaz de desempeftarte yo seré tu fiador ; y di- ciéndolo & su Superiora, esta la contexté: «Pues pen, di que para seguridad de sus promesas te ha- ga util a la Comunidad por la practica de todas sus cobservancias.» Margarita did cuenta & nuestro Se- fior del mandato de su Superiora, y el Sefior la dijo: — 53 — Bien, hija mia, yo te concedo todo eso, porque yo te haré mas titil 4 la religion que lo que ella piensa; mas de una manera que yo solo conozco ; yo ajustaré mis favores al esptritu de tu regla, 4 la voluntad de tus Superioras y & tu debilidad; ti tendrds por sos- pechoso todo lo que te apartare de la ezacta observan- cia de tu regla, yo quiero que la prefieras a todo otro ejercicio; ademas soy gustoso que prefieras la volun- tad de tu Supertora é la mia, cuando te prohibiesen hacer lo que yo te hubiere ordenado, dejandolas obrar lo que quisieren de todo, yo sabré hacer ejecutar mis designios, aun por los caminos que parezcan mas opuestos, reservandome el gobierno de tu interior, particularmente de tu corazon en quien fue estableci- do el imperio de mi amor , y jamds le cederé a otro. La Superiora y maestra quedaron muy salisfechas de esta seguridad, y los efectos siguieron 4 la promesa, no dudando que hablase la misma verdad, aseguran- dose mas con la paz que veian en la novicia entre tantas pruebas, y sa adhesion 4 las mas minimas in- sinuaciones de la obedienvia , la cual se proho por el suceso siguiente , el que se refiere para dar idea de esta virtud. Habia en la huerta una jumenta con su jumentille, que pusieron al ¢éuidado de las novicias, para que impidiesen entrasen en el lugar donde es— taba la verdura, esta orden la tomé para si Margari- ta, y la cumplié exactamente: ‘solo gastaba el tiempo preciso delante del Santisimo Sacramento é indispen- — $k — sables observancias de la regla; lo restante lo em— pleaba en correr tras estos animales, que les habian prohibido atarlos estando en esta ocupacion. Llegé el tiempo de sus ejercicios para prepararse 4 la profe— sion, y como no la dieron orden contraria, continnd con este cuidado, entreteniéndose con su Majestad y diciéndose & si misma: «Pues si buscando Saul las «jumentas hallé el reino de Israel, conviene que yo «adquiera el reino de los cielos corriendo tras de se- ° «mejantes animales;» cesé esta prueba uno 6 dos dias despues y la mandaron dar cuenta por escrito de su disposicion interior , sobre la cual dice: «Me challaba tan contenta en esta ocupacion, que no me «chubiera importado permanecer asi toda mi vida, mi «divino Esposo me hacia fiel compafila, como si es- «tuviera todo el dia en oracion delante del Santisimo, crecibiendo gracias tan singulares que jamas las ha- chia experimentado, dandome 4 conocer algo de los cmisterios de su pasion y muerte, siendo este un abis- «mo que no puedo declarar, sintiendo tanto amor 4 cla cruz, que no puedo vivir un momento sin pade— «cer, y esto en silencio, sin consuelo, alivie ni com- «pasion! Dichosa yo si pudiera morir bajo su peso, «oprimida de dolores y hugnillaciones: por las tardes «aunque muy fatigada de mis correrfas gozaba gran ‘paz, y solo tenia inquietud de no amar bastante 4 «mi Dios , cuyo pensamiento me agitaba toda la no- «che; una de estas no pudiendo reposar (porque ya . .—- 53 «padecia en silencio grandes enfermedades) y que- «riendo aliviarme mudando de postura, me dijo mi «divino Maestro: Cuando yo Hevaba mi cruz, no la «mudaba 4 otro lado para altviarme.» En el mismo escrito dice lo siguiente : « Todas las mafianas al des- «pertar siento 4 mi Dios presente , al que se une mi «corazon como 4 su principio y unica plenitud ; esta «vista me da una sed ardiente , y me parecen horas clos instantea ; ordinariamente voy 4 la oracion sin «mas preparacion sino la que Dios me da, presentan- ctandome como una enigrma languida delante de su «médico, que es todopoderoso, y sin el cual no puedo challar alivio, me pongo 4 sus piés como una hostia «viva, deseando ser inmolada y sacrificada, para con- «sumirme como un holocausto en las puras llamas Estas mortificaciones extraordinarias y herdicas en esta santa doncella son admirables , pero no tie- nen la sejial segura de santidad, ni deben servir de regla 4 los que aspiran 4 la perfeccion, pues puede mezclarse en ellos la vanidad y la ilusion, mayor- mente si son por propia eleccion ; mas en Margarita no habia este temor , pues amaba la humillacion y mortificacion de cualquier lado que viniera , y se afligia si notaba se compadecian de sus males. Es- _ 16 _ tando empleada en el pensionado sufriéd un panadizo en un dedo, y estuvo muchas semanas ocultandolo, y pasando muchas noches en vela por la fuerza del dolor ; una educanda se lo dijo 4 la Superiora, y ha- biéndola visto esta en tan mal estado, la reprendié por su silencio, 6 hizo la reconociese un cirajano que la hizo una incision hasta el hueso , cuya operacion sufrié sin hacer el menor movimiento, asi como las curaciones diarias y tan dolorosas, por lo que admira- do este decia: «Bueno es ser santos, pues la santidad «nos hace insensibles.» La Superiora la pidié cuenta de lo que pasaba en su interior en este y otros pa- decimientos que experimenté en este tiempo, 4 lo que manifests que los trabajos y penas eran su ma- yor placer, y que miraba como un castigo fuese pu- blicada cualquiera cruz que tuviese , por lo que so- lia ser Dios ofendido, lo que la afligia en extremo, y la hacia creer que todos tenian derecho para ven— garse de sus pecados y de los que era causa , y que tenia & gran dicha el no gozar caricias ni consuelos de las criaturas, sino cruces y humillaciones , supli- candola diera gracias al Sagrado Corazon de Jesus por tan precioso tesoro. La naturaleza se quiere complacer en ser Compadecida, mas no es esto lo que el puro amor permite. Esta santidad del amor la instaba & padecer de todos modos, en el cuerpo y en el alma, y cuando se disminuia este pan saluda- ble, dice , buscaba por otra parte la mortificacion, —-7— dandola su nataral sensibilidad materia para hacer sacrificios 4 su divino Esposo, quien la reprendia la menor falta que cometiese, constrifiéndola 4 que prac- ticase lo que la inspiraba por costoso que fuese & sus inclinaciones y natural, y siendo muy delicada en la limpieza, causandola nauseas las cosas contra- rias 4 esta, la reprendié el Sefior esta delicadeza, y esto tan faertemente que al limpiar una vez el vomi- to de una enferma , se vid impelida 4 hacerlo con la lengua, diciendo 4 Jesucristo, que si taviera mil cuer- pos y mil vidas, las sacrificaria por estarle sujeta, y hallé en esto tantas delicias que quisiera tener to- dos los dias semejantes ocasiones, y no tener otro tes- igo en sus vencimientos que 4 Dios. Por no ofender la delicadeza de los lectores, no se particularizan otras circunstancias en casos seme— jantes atestignados por sus Superioras, Hablaba extaticamente de Jesus paciente, dicien— do con santa Teresa , 6 padecer, 6 morir; siéndola como naturales estos sentimientos, repitiendo: «No «sé como una esposa de Jesus crucificado, puede no camar la crazy huirla, pues es huir al mismo tiem- «po de aquel Sefior que la llevd por nuestro amor, «y la hizo el objeto de sus deseos.» - En el mismo sentido que manifiesta 4 la Superiora su amor al padecer , y sus deseos de ser humillada, escribe varias cartas 4 un Padre de la Compaiifa de Jesiis en quien tenia su confianza, diciéndole entre — 728 — otras cosas: «Nada es capaz de agradarme en este «mundo, Padre mio, sino Ja cruz de mi divino Maes- «tro, mas una cruz toda semejante 4 la suya, pesada, «ignominiosa, sin consuelo ni alivio, contentandome «con no saber otro camino que el del Calvario, hasta «el ultimo suspiro de mi vida, por medio de las espi- «nas, los azotes, los clavos, y oprimida de toda suer- «tede miserias en el cuerpo espiritu, en el olvido y «el desprecio , pues lo uno no me puede agradar sin «lo otro. Dé V. R. gracias 4 mi soberano Maestro «porque me honra tan amorosa y preciosamente con «su cruz, no dejandome un solo instante sin padecer. «Pidale que no se ofenda, ni se aparte de mi, por el «mal uso que he hecho hasta ahora de una gracia tan «grande. Temo no obstante que estos deseos nazcan «de mi amor propio, 6 sean artificios del demonio, «para entretenerme con estos pensamientos vanos y «estériles; respondame V. R. lo que le parece.» © Esta humildad es muy notable y ensejia 4 las al- mas piadosas que no desconfian bastante de su fer— vor, imaginandose en la oracion dispuestas & pade- cerlo todo, y cuando se ofrece la ocasion se hallan desalentadas , viendo por experiencia su debilidad, que las humilla. . Las Superioras de grande virtud y prudencia pro- baron su espirita,, y conocieron que su camino era santo y obra de Dios. Sus enfermedades eran conti- nuas, y no solia hallar consuelo en varias de sus — 779 — hermanas , concediéndola Dios sus deseos de esta manera, de suerte, que si no por una especie de mi- lagro, hubiera sucumbido su naturaleza, y en efecto mauchos se admiraron en su vida. La Madre Greffier , que sucedié 4 la Madre Sau- Maise en su gobierno, aumenté aun mas las pruc- - bas ; la humillaba y contradecia en todas ocasiones, desaprobaba su devocion y conducta ; negandola las humillaciones que pedia, la mandaba otras mas cos- tosas. Se aumentaha el amor de Margarita 4 su Pre- lada 4 pesar de su severidad , recurriendo 4 ella co- mo si fuera acariciada, y escribiendo 4 la que la precedié , la decia: «Que Dios le habia dado una «verdadera madre, llena de caridad y bondad para «ella.» Temiendo la ilusion, dié cuenta por escrito & esta Superiora de cuanto la pasaba , y esta la con- testd que por regla general se uniera 4 Dios y no 4 sus favores, que el Sefior los da gratuitamente 4 quien quiere, mas no se dara 4 si mismo eternamen- te, sino al corazon que le ame en verdad, y que Je- sucristo que la afligia en todo, seria su consuelo y fortaleza , que nada veia para temer de su disposi cion interior , que padeciese y gozase en paz lo que Dios daba & su alma; que en cuanto 4 las mortifica— ciones que le pedia, se las concederia si tuviese mas salud, que pidiese al Sefior se la diese, 6 4 ella me—- nos ternura con sus males. Alguna vez la decia, porel peligro de la vanagloria y mantenerla en sus bajos . : — 8 — sentimientos, algunas palabras que la dejasen teme- rosa; pero la afiadia, que el Sefior tenia su gloria en dar las gracias 4 los miserables, que debia estar muy atenta 4 la practica de la humildad y 4 el deseo de ser menospreciada, y mientras se hallase con este - deseo en la parte superior de su alma, nada temiese. Esta misma Superiora refiere , que un dia, sacan- do agua de un pozo, se le cayé el cubo lleno, y vol— viendo 4 bajar con toda rapidez , hacia dar vueltas al mango de hierro, cuya maquina dié con grande fmpetu en la cabeza de Sor Margarita, que la arrojé en tierra é hizo sallar algunos dientes y parte de la mejilla como la mitad de un dedo, medio arranca- da, que salia de la boca con mucha sangre ; la her- mana se levanté, sin asustarse ni quejarse, solamen- te rogé & unas educandas testigos de este accidente, que acabasen de cortarle este pedazo de carne, pre- sentandoles 4 este efecto las tijeras; espantadas es— tas echaron 4 correr, y ella lo corté por si misma, como si fuera un pedazo de su ropa: un suceso tan extrafio, aumentado con una operacion tan mal he- cha, no pudo menos de causarle vivos dolores, reno- vandose cada vez que comia, y le quedé un dolor muy agudo en las sienes que la molestaba diaria— mente ; todo el alivio que tomaba era ir con licencia 4 dar un paseo al jardin, hasta que pasase el exceso del dolor , ya los padecia en la cabeza , mas se au- mentaron con este acontecimiento. . -—-s— Un dia , que llevaba una cosa de peso por la esca- lera , cayé con violencia y se hirié la cabeza contra la pared ; otra vez le cayé un madero en esta, y la lastimé considerablemente ; tercera vez se repitid esto mismo contra una viga , cuyos diversos acci- dentes la dejaron tan fuerte y continuo dolor, que otra persona menos mortificada lo tuviera por una verdadera enfermedad, pero ella no pedia ningun alivio, siguiendo el ordinario tenor de la Comunidad, y si alguna vez lo tomaba era de érden de la obe- diencia. La Madre Sanmaise, que la gobernd los primeros aiios de su vida religiosa , jamas la vid apartarse de hacer reinar en su espirita la mortifi- cacion, no concediendo 4 este ni 4 su cuerpo ningun placer; con tan grandisimo deseo de cruces , humi— llaciones y trabajos, se puede asegurar no hay nin- gun ambicioso mas ansioso de honores y riquezas que ella lo fue de Jo referido. Esta humildad es un asombro de la gracia. ’ Para prepararla el Sefior antes de los padecimien- ~ tos referidos, un dia al ir 4 comulgar se la represen- t6 la sagrada Hostia resplandeciente como el sol, cuyo resplandor no podia sufrir , vid al Sefior que teniendo una corona de espinas en la mano, se la puso en la cabeza , diciéndola: Hiya mia, recibe es- ta corona en sefal de la que te seré dada bien pres— to, para que te conformes conmigo. No comprendid el sentido de estas palabras; sino cuando recibié 6 — 82 — en la cabeza los golpes referidos; el efecto fae segun la prediccion, y sufriéd toda su vida, sintiendo su ca- beza coronada de espinas agudas, que le causaban excesivos dolores, no pudiendo a veces dormir ni reclinar la cabeza en la almohada; sus disposiciones interiores eran mas pasmosas que sus dolores. «Yo «Tindo infinitas gracias 4 mi Dios, decia , por los fa- «vores que hace 4 su miserable victima ; mas jay de «mi! estas deben ser inocentes, y yo soy pecadora : «confieso que soy mas deudora 4 mi soberano Esposo «de esta preciosa corona, que si me la huhiera dado «de diamantes de los mayores monarcas, la que me «pone en la necesidad de concurrir con el unico obje- «to de mi amor, que tampoco podia reclinar su cahe- «za en el lecho de la cruz, causandome esto gozos in- «comprensibles, haci¢ndome conforme con mi divino «Esposo, el que queria que por los mérilos de sa co— «rona uniese yo la mia, pidiendo 4 su Padre la con— «version de los pecadores y la humildad para mi mis- «ma, siéndole muy desagradable mi orgullo.» El cumplimiento de la promesa de Jesucristo prueba la verdad de esta gracia singular y los sen- timientos herdicos de un padecer tan continuo, que * solo Dios puede inspirar un amor tan generoso y tan superior 4 la naturaleza , no estando al alcance de esta hallar gozo en el padecer. La prescribid el Se- flor que estuviese en un acto continuo desacrificio, y al efecto le aumentaria la sensibilidad y repugnan- — 33 — cias naturales que experimentaba, y asi nada haria sino con violencia , aun en lag cosas mas indiferen- tes, lo que Margarita confesd haber experimentado & la letra; igualmente la did & conocer que no go- zaria en adelante dulzura alguna sino en las amar- guras y en la cruz, sufriendo un martirio continuo en todo lo que 4 otros causa placer , cnyas predic— ciones se cumplieron exactamente: y desde este ins- tante , el alimento y el descanso la hacian derramar lagrimas y el locutorio le era insoportable, asi pedia con instancia al Sefior la gracia de vencerse , dicién- dole: «;O Dios mio! qué caro me vendeis el pla— «cer.» Asi perfeccionaba Dios su obra en Margarita, para elevarla 4 los mas sublimes favores. Un dia, que hacia la lectura espiritual para contribuir 4 la relacion que se hace de ellas en la Comunidad des- pues de Visperas, se le aparecié su Amado y la dijo: Yo quiero hacer que leas en el libro de la vida en que se contiene la ciencia del amor ; y descubriéndola su Corazon sagrado herido por nuestra salvacion, vid en él estas palabras : Mi amor reina en la paciencia, triunfa en la humildad, goza en la unidad. Otra vez considerando 4 nuestro Sefior clavado en la cruz, consumando su vida entre dolores y humi- laciones, sintid grande deseo de padecer 4 su imita- cion, la parecié que nuestro Sefior la daba su cruz y decia : Recibe, hija mia, la cruz que te doy, planta la dentro de tu corazon y tenia siempre delante de tus . _ = 8k ojos, levdndola en tus brazos. Te hard sentir crueles tormentos desconocidos y continuos: un hambre sin hartura: una sed sin apagarse: un ardor sin refri- gerio. Ella no comprendié estas palabras y dijo 4 Dios como san Pablo: «Dios mio, dadme 4 conocer «lo que quereis que ejecute.» La contesté: Llevar mi cruz en tu corazon, es estar crucificada en todas las cosas. Llevarla entre tus brazos, es abrazar amo- rosamente cuanto te se ofreciese como la prenda mas preciosa que mi amor te puede dar en esta vida. La hambre continua serd de los trabajos, para honrar la que yo tenia de mi Eterno Padre. La sed serd de mi y de la salvacion de las almas, en memoria de la que yo padect en el drbol de la cruz. Todo esto se ve en lo que la did & conocer & poco de profesar. Dice en otra parte: «Un viernes, durante la santa «Misa, me senti con gran deseo de honrar los traba-" «jos de mi Dios crucificado , quien me dijo deseaba «que todos los viernes fuese yo cierto numero de ve- «ces entre el diay la noche 4 adorarle sobre el arbol «de la cruz, que es el trono de su misericordia, pos- «trandome humildemente 4 sus piés, poniéndome en «la disposicion que estaba la santisima Virgen al «tiempo de su pasion, ofreciendo estas santas dispo- «siciones al Eterno Padre con los trabajos de su Hijo, «para pedir la conversion de los corazones endure- «cidos ¢ infieles que resisten 4 la gracia; afiadié el «Sefior, que los que fuesen fieles en esta practica les «seria favorable en Ja hora dela muerte.» Esto en- sefia & las almas piadosas que pueden contribuir mucho a la salvacion de las almas , sus homenajes y oraciones & Jesus crucificado, reparando con sus mortificacionés las ofensas que recibe de sus cria— turas. Cuando el Seiior la gratificaba con dulzuras inefa- bles, se expresaba de esta suerte: «;0 amor mio! «yo sacrifico todos estos placeres , guardadlos para clas almas que os glorifican mejor que yo, que solo «quiero & Vos solo, y solo sobre la cruz.» Dice: «Una vez se me aparecié el unico amor de «mi alma, traia en una mano el retrato de una vida _ «la mas feliz que se pueda imaginar ‘para un alma «religiosa, pacifica , lena de consuelos interiores y cexteriores, salud perfecta, estimacion de las criatu- «rag, y otras cosas agradables 4 la naturaleza. En la «otra mano traia el retrato de una vida pobre, ab- «yecta, crucificada , con toda suerte de humillacio— «nes y menosprecios, padeciendo siempre en el «cuerpo y el espirita, y me dijo: Escoje, hija mia, cel que mas te agradare, te hard las mismas gracias .€en una como en otra eleccion ; yo me postré ado- «randole , y le contesté: 0 Sefior mio , nada quiero «sino 4 Vos y la eleccion que hiciereis para.mi; me «volvié & instar, y contesté segunda vez: Haced, «Dios mio, de mi 0 que mas 0s glorificare , sin mi- arar & mis intereses ; contentaos, y esto me basta. — %& — «Td has elegido la mejor parte con Maria, dijo el «Sefior , y jamds te serd quitada: yo seré tu herencia «para siempre. Ves aqui lo que he elegido para H, (y «me presento el retrato de crucifixion) para cum- cpliy mis designios y hacerte conforme 4 mi. La otra «vida de gozo y no de mérito es para la eternidad. «Yo acepté este retrato de muerte , besando la ma- «no del Sefior que me le presentaba, y aunque tem- «bl6 mi cuerpo, le abrazé con todo el afecto de mi «corazon , y apretandole en mi pecho le senti im- « preso en él, pareciéndome que era yo un compues- «to de cuanto le representaba. Me hallé tan trocada «que no me conocia; mas dejé el juicio de todo 4 «mi Superioré 4 quien nada ocultaba, ni omitia co- «sa alguna de cuanto me ordenaba.» A las personas mas virtuosas les es dificil una eleccion semejante, Dios solo puede hacer estos milagros , que tanto se admiran en esta vida. TERCERA PARTE. OBrnxGo- Los empleos de la Beata Margarita Ma- ria en la. Religion, las gracias ex- traordinarias que recibe y las contra- dicciones que experimenta. Los fervores que abrasaban el corazon de Marga- Tita , desde su profesion religiosa, no fueron pasaje~ ros y de algunos meses. La senda del justo, dice la Escritura , es semejante 4 la luz del medio dia, que sube y crece sin cesar hasta su perfeccion ; y asi su- cedié 4 nuestra ferviente religiosa , despues de su profesion la aplicaron segun costumbre a diversos oficios de la Comunidad , en los que hallé pronto con que contentar su amor al padecer; su prac— tica en cualquier empleo, si tenia libertad de es- coger, era tomarse lo mas penoso. Tenia 4 las ofi- cialas en el lugar de las Superioras, y las obedecia — 88 — ciegamente, aunque fuesen de su misma edad y an- tigiiedad, y lo mismo hacia con las ayudantas sus compafieras, persuadida que era la menor de todas y mas despreciable, y algunas se aprovechaban de estos sentimientos para tomar cierta autoridad sobre ella, miraba como preceptos sus menores insinua— ciones, practicando asi la sentencia del Apéstol: Su- jetaos & toda criatura por el amor de Dios. Aunque reinase la observancia en esta Comuni- dad, no es de extraiiar que hubiese diversidad de pareceres , lo que suele suceder en las corporacio— nes, teniendo cada una su modo de pensar, mayor— mente en cireunstancias que dan materia para ello, en las que el celo suele pasar los limites de la dis— crecion: de este numero eran algunas religiosas que el amor al espirita de su Instituto las hacia pensar no ser bueno el que guiaba 4 Margarita. El primer oficio que la dieron fue el de ayudanta de la enfermeria con una oficiala muy celosa por su empleo, sumamente activa, agotando su caridad en favor de las enfermas: su accion y humor demasiado vivos no podian acomodarse al modo pausado y fle- matico con que obraba Margarita; esta era la causa de hacerla continuas amonestaciones, no agradan- dola sus oraciones y recogimiento continuo. Esta nueva Marta tan solicita y embarazada como la del Evangelio, se quejaba de la tranquilidad y paz de Maria, creia que su ayudanta con su lentitud no — 89 — hacia bien las cosas y que 4 ella le quedaba el ma- yor trabajo, y asi cuando Margarita queria ir al co- ro no la dejaba tan prontamente, ocupdndola en otras cosas , y hacia que deshiciese lo hecho por no parecerla bien. Margarita guardaba silencio, sin ha- cer otra cosa que obedecer con sencillez, practican— do la paciencia con toda perfeccion, teniendo con- tra sf el mismo pensamiento que su oficiala. Despues de un afio de prueba en este empleo, la sefialaron segunda maestra de las seiioritas educan— das, sentia una antipatia natoral 4 las nifias y 4 los cuidados que estas requieren; mas no se supo sino largo tiempo despues por no dar sefial de ello, y so- lo por la Superiora al darla cuenta de su interior; su principal ocupacion en-este empleo fue inspirar la piedad en estos pequefios corazones, que ni el mundo ni el pecado habian aun engajiado, estudian- do traspasar 4 ellos algunas centellas del fiego divi- no que la abrasaba; hasta en sus recreaciones y juegos solia introducir sin serles importuna estos piadosos sentimientos. Gané su confianza por la dul- ce amistad que las manifestaba , y por servirlas y complacerlas.en cuanto creia justo, consolandolas y cuidandolas en sus enfermedades. Una de ellas tenia Una postema en un dedo de un pié que causaba hor- ror , diariamente la curaba Sor Margarita, y no po- ~ dia hacerlo sin vencer una gran repugnancia ; mas esperando una pronta curacion , chupé Ja llaga mu- chas veces, y hubiera continuado, si informada la Superiora, no se lo hubiera prohibido. Aunque aca~ riciase 4 las educandas y las cuidase con esmero, no dejaba de reprenderlas sus defectos, mas lo hacia con tanto agrado y prudencia, que lograba mucho mas con sa dulzura que Jo hubiera hecho con seve— Tidad y desagrado ; mas sus oraciones y stplicas al Sefior obtenian para estas nifias mil-bendiciones del cielo. La hicieron pasar por la mayor parte de los oficios de la casa ; 1a Superiora tenia en ella un gran refugio, pues si notando que otras tenian difi- cultad en desempefiar alguno, mudaba Margarita de un oficio 4 otro, sin que manifestase ninguna re~ pugnancia, practicando la maxima de san Francisco de Sales: Nada pedir, y nada rehusar ; si alguna in- clinacion 6 eleccion hubiera tenido , seria por el ofi- cio mas desechado y penoso ; la pusieron 4 pesar de sus enfermedades en el refectorio y despensa , y no obstante el trabajo que hay en ellos, hallé fuerzas y aliento para desempefiarlos por su amor & la cruz de Jesucristo y el deseo de ser victima de la caridad para con sus hermanas. En medio de cualquier ocupacion-no perdia su union intima con Dios , su oracion era continua , las comunicaciones intimas del Espfrita Santo lo eran ’ tambien. Con estas gracias tomaba fuerzas para cumplir exactamente todos los empleos ; Dios la ina- truia por si mismo en ellos, la reprendia sus faltas, — 4 — haciéndoselas notar , la ensefiaba & vencer sus re- pugnancias natarales. Un dia que se hallaba mas molestada de estas, nuestro Sefior la mostré su sa-- grado cuerpo cubierto de llagas, dandola en rostro por la dificultad que tenia en vencerse. «,Qué que- «reis, pues, que haga? dijo 4 su amado Esposo, «Margarita, mi natural es mas fuerte que yo. Mé- «tele, la dijo el Sefior , en la llaga de mi Corazon y challards la fortaleza para vencerte. O Dios mio, «exclamé trasporlada Margarita, entradme en vues- «tro Corazon tan adentro, cerrandole tan faerte— «mente que jamas salga de él.» Estas lecciones y Teprensiones eran muy continuas. Dios la hacia sen- tir las impresiones de su divina indignacion , de tal modo, que confesd no le era nada tan sensible y aflictivo como este sentimiento. Un dia , que se dejé Hevar por amor propio de algun disimulo 6 fingi- miento en la conversacion, la dijo su divino Maes~ tro: Sabe que yo soy Santo y ensefio la santidad. Soy puro y no sabré sufrir la menor mancha ; conviene, pues, gue obres con simplicidad de corazon en mi presencia, pues el menor disimulo me es desagrada— ble, yo te haré conocer, que si el exceso de mi amor me ha obligado d hacerme tu Maestro para ensefarte y formarte segun mis designios, no puedo sufrir la tibieza y flojedad , si soy dulce en tolerar fragilida— des, no seré menos severo y exacto en castigar tu fra- gilidad. ‘ — 2 -— ° Otra vez se dejd llevar de un ligero movimiento de vanidad, y la costh muchas lagrimas y reprensio- ‘nes de su divino Esposo. 70 polvo y ceniza! la dijo como airado: jqué tienes y de que te glorias? det misma eres nada y polvo , lo que no debes perder de vista, ni salir de la bajeza de este abismo. Dando ella cuenta 4 su Superiora de sus disposiciones inte— riores, la manifiesta que las faltas que el Sefior mas la reprendia y castigaba mas severamente eran las de respeto y atencion delante del Santisimo Sacra— mento, en particular durante la oracion y Oficio di- vino, las de rectitud , pureza de intencion y vana curiosidad , los pecados contra la caridad y humil- - dad, y sobre todo las desobediencias por la menor Tepugnancia 4 los Superiores, y la infidelidad 4 la Regla. Cuando cometia alguna de estas faltas, no ha- aba otro medio para contentarle , sino acusarse y pedir penitencia ; por esta humillacion solo volvia 4 entrar en la gracia de su divino Maestro. Penetrada entonces de su ira y santidad, se humillaba profan— damente ; las mas ligeras faltas eran para ella deli- tos atroces, & lo que contribuyé mucho un retrato que puso 4 su vista el Sefior, de cuando se estd en pecado aunque faere leve; ‘esta pintura la espanté de suerte que la dejé desfallecida ; ; pero al momento Dios la sostuvo; mas cuando sentia algon movimien- to de complacencia, la presentaba el Sefior aquella pintura cuya vista la era insoportable , inspirandola — 93 — tal édio contra si, que sila obediencia no la conta— viera , la hubiera satisfecho con las mayores auste— ridades ; de aqui nacia su gran paciencia y el gozo en las enfermedades y trabajos. Todo lo referido Jo manifiesta ella en sus escritos, asegurando, que hu- biera querido esconderse y sufrir terribles penas sin omitir los mayores tormentos y sacrificar mil vidas antes que sufrir tan terrible presencia , exclamando afligida : «; Cuan terrible es caer en las manos de «Dios vivo!» Si esta vista era tan terrible 4 una don- cella inocente, gqué sera para los réprobos en el dia del juicio , que vanamente pediran 4 los montes que caigan sobre ellos? Para imprimir en Margarita este horror 4 las fal- tas, la muestra el Sefior en si dos suertes de santi- dad, una de amor y otra de justicia ; la de amor es— ta Hena de uncion y consuelo; aunque tiene penas, son inefables y de gran contento, la cual inspira al alma tan gran deseo de estar unida 4 Dios, que no descansa ni de dia ni de noche ; el Esposo le descu- bre los tesoros que encierra y el amor infinito con que la previene , no obatante su poca corresponden- cia, la insta vivamente que le ame, que solo el mis- mo amor puede declarar lo que siente entonces esta alma ; por lo que mira 4 su santidad de justicia , es decia , un extraiio tormento el sentir sus impresio— nes, confesaba no hallar términos con que expresar- le, por ser la ira de Dios tan infinita como su amor, — % — la que se derrama como un torrente en el espfritu de la esposa infiel 4 quien se digna manifestarse: yo me precipitaria gustosa , dice, en todas las penas imaginables , antes que comparecer delante de esta ira de Dios con un solo pecado. Su santo Angel cus— todio que la favorecia frecuentemente con su sensi— ble presencia la ayudaba para que no cometiese’fal- ta alguna, 6 para castigarla si caia en ellas, la en— sefiaba 4 permanecer con el respeto debido delante de la Majestad divina presente en todo lugar, a mantenerse siempre con toda modestia y atencion. Le veia postrado delante de Dios, convidandola 4 es- tarse & ejemplo suyo en adoracion continua. Quiso un dia Margarita mezclarse en el casamiento de un pariente suyo, siendo esta la materia de la conver— sacion del locutorio ; su Angel la reprendid aspera— mente, haciéndola ver cuan indignos son estos asun- los de una persona religiosa, que es toda de Dios y no de su familia, amenazandola que si se mezclaba en estos negocios jamas la volveria & ver. Si Dios reprendia tan severamente 4 Margarita sus fallas, recompensaba con singulares gracias las virtudes herdicas que practicaba sin cesar ; mas es- tos favores eran otras tantas lecciones, y las seran tambien para los que las supieren , porque siempre estaban acompafiadas de alguna saludable instruc— cion, de las que todos podemos sacar frato para nuestra perfeccion. Esto movid en parte 4 su Supe- riora para mandarle las escribiese. Un dia de Todos Santos tenia su oracion sobre la gloria de los bienaventarados y Dios la hizo oir sen- siblemente estas misteriosas palabras. Nada man- - chado en Ia inocencia. Nada se pierde en la potencia. Nada pasa en este hermoso dia. Todo se consuma en el amor arriba. Estas palabras al principio la fue- ron un enigma, mas deapues de meditarlas y hu- millarse por éu.ignorancia , consiguid la declaracion de ellas. El Sefior la dié 4 entender que la pureza, que forma en los Santos en el cielo y 4 la que se debe aspirar con la inocencia de Ja vida, no sufre la menor mancha; que para merecer la primera, con- viene temer las menores faltas en la senda que con— duce 4 él, lo que contiene esta sentencia: Nada es manchado en la inocencia. Por estas palabras: Nada se pierde en la potencia, entendié que el poder infinito de Dios recoge todos los méritos y suspiros de los justos para darles en el cielo una recompensa infinita y digna de su magni- ficencia , que este motivo debe formar en el corazon de los Santos en la tierra un generoso abandono en Dios por todas fas cosas, y un sacrificio universal de todo consuelo humano , pues nada se pierde con un Dios tan poderoso que recompensa con el céntuplo lo que se pierde por su Majestad. Las otras palabras se entienden bastantemente y declaran el estado venturoso de los Santos , el amor extatico en que estan abismados, y la inmutabilidad — 9% — de Dios de quien participan. Todas estas palabras le sirvieron largo tiempo de meditacion; mas estas otras la hicieron conocer que estaba aun léjos de es- ta posesion, Es en vano que tu corazon suspire. por entrar como ti eres; pues 4 esto no se aspira sino por el camino de la cruz, clas que me hicieron com- cprender, dice, que me quedaba mucho que sufrir «durante mi vida: todo mi cuerpo-se extremeci6, «aunque nolo comprendi entonces como lo conoci «despues.» Poco despues Margarita fue molestada de ronque- ra, que la impedia cantar los salmos; lo sintid viva— mente y la librd el Sefior de este mal de un modo maravilloso. Dice, le era de gran pena no cantar las alabanzas divinas y creia fuese justo castigo de su negligencia , sirviéndola para su humillacion, y en la vigilia de la Visitacion hizo esfuerzos inttiles. Al primer verso del Te Deum se sintid penetrada def’ poder divino, al que se aplicaron todas sus faculta- des en espiritu de homenaje y adoracion ; precedid una luz como el sol que descansd en su seno; esla vista la hizo decir interiormente en silencio: «Se- «fior mio y Dios mio, ,qué exceso de amor abate asi «vuestra grandeza infinita?» El Sefior la respondio: Vengo, hija mia, & preguntarle, gpor qué me dices tan frecuentemente que no me acerque & UP? «Vos clo sabeis , contesté, Salvador mio, porque no soy «digna de acercarme 4 Vos y menos de que me to- . -—7— cqueis.» Sabe, me replicd , gue cuanto mas te reti- ras de esta suerte dentro de tu nada, mas se baja mi grandeza para hallarte. Temid si era el angel de tinieblas quien la hablaba asi; le hizo esta réplica : «Si sois Vos, Dios mio, haced que yo cante vuestras «alabanzas.> Entonces sintié su voz desembarazada y mas fuerte que nunca, y prosiguié los Maitines, sin que todas las caricias con que la honré sa bon- dad la hiciesen perder la atencion.al Oficio, mas sin- lié su interior poderosamente unido 4 esta divina presencia y ocupado en honrarle. La dijo el Seiior al fin: He querido probar el motivo porque rezabas mis alabanzas, pues que si hubieras estado un instan- te menos atenta, me habria retirado de H. Aqui se ve Ja hamilde desconfianza de Sor Margarita, y como estaba cuidadosa de los favores sobrenaturales que recibia de Dios. Segunda vez volvié & perder la voz y pidié al Se- ior el uso de ella y la respondid: Que esta no era suya sino de su Majestad, que solo se la habia vuel- fo para quitarla la inquietud sobre la ilusion que tenia y obligarla & confiar en él; mas que debia es- tar contenta, perdiendo 6 poseyendo el uso de su vos. Se aproveché de esta leccion y obré en ella grande indiferencia.en las disposiciones de la providencia divina, y decia no hallaba cosa mas provechosa al alma que este perfecto abandono en los brazos del Padre celestial. 7 —%s-— . Hemos referido cual fue desde sa infancia la de- vocion que tuvo 4 la santisima Virgen y su ternura y confianza en au proteccion ; la favorecié Dios mu- chas veces con singulares favores suyos. Un dia se le aparecié la Madre de Dios y la bizo el mismo favor que en otro tiempo 4 san Antonio de Padua, traia en su seno & su divino Hijo, se lo did 4 su fiel discipu— la, y la permitid acariciarle y tenerle en sus brazos; no es decible cual fae el trasporte de su corazon, necesario era tenerle abrasado como ella para ma— nifestar el gozo y ternura hacia esta Sefiora por este favor. Otras veces la daba lnces sobrenaturales del esta- do de santidad 6 de tibieza de otras siervas suyas que habia en el Monasterio, para obligarla Dios & que pidiese ,por ellas con fervor, y para insinuarla segun las ocasiones lo que era mag util 4 su perfec- cion. Un dia de su Asuncion la mostrd una como co- Tona de las religiosas que la seguian, con la que queria adornarse como con flores 4 los ojos de los cortesanos celestiales; mas queriendo levantarse hacia el cielo, la mayor parte se babian caido por estar asidas 4 la tierra, no habian quedado sino quince y de estas solo cinco estaban bastantemente puras y perfectas para ser recibidas en el nimero de las dignas esposas de su Hijo; esto le did & en- tender cuanto importa 4 una religiosa estar desasida de todo, y mas de si misma, para tener su conversa- — 99 — cion en el cielo. Otra vez la mostré bajo otro simbolo la santidad de estas cinco esposas; vid al Corazon sagrado de Jess como una fuente de agua viva, cinco arcaduces conducian estas saludables agaas & los corazones de estas cinco religiosas , mirando con complacencia estos corazones que habia escogido pa- ta Ilenarlos de aquella abundancia divina ; habia de- bajo otros muchos corazones que tambien recibian copias de estas aguas saludables , pero dejaban per- der por su culpa este precioso tesoro de superabun— dantes gracias, mas no se debe creer estuviesen en su desgracia. El Sefior antorizaba esta devocion y la pres- cribié tres disposiciones para imitarla; la prime- ra oir la santa Misa con las disposiciones de la Se- fiora cuando estaba al pié de la cruz, ofreciéndola al Eterno Padre para obtener el perdon para los peca— dores infieles; 1a segunda ofrecerle en la comunion las disposiciones interiores de la santisima Virgen - en el instante que encarnd en su seno; la tercera tener la oracion sobre el modelo de su purisimo Co- razon cuando fue presentada en el templo y 4 las disposiciones de su consagracion. . San Francisco de Sales para instruccion de sas hi- jas la did & conocer que las virtudes que siempre habia deseadb de ellas, y que 4 él le habian unido mas estrechamente con Dios durante su vida, eranla caridad y humildad , quejandose que varias habian decaido de una y otra , pues decae de la caridad con — 400 — Dios quien mira mucho 4 las criaturas en sus obras, buscando la aprobacion, y por esta causa dan mal olor delante de Dios; respecto de la humildad que se pierde por no mirarse 4 si misma y velar sobre sus propios defectos, de donde nace juzgar mal del pré— jimo éinterpretar sus imperfecciones, cuyas faltas atribuia 4 la blandura de las Superioras, lo que se remediaria ton un rigor amable y una vigilancia continua. ¢Yo vendré, dijo el santo Fundador el dia cde mi fiesta , para reconocer mis verdaderas hijas «qué poseyeren mi verdadero espiritu, y las escri- cbiré en mi corazon para ofrecerlas sin cesar a] tro- «no de la Majestad divina.» Todos estos favores 1a ocasionaron muchas penas y trabajos, pues temiendo la prudente Superiora los favores tan extraordinarios , ya fuese por probarla, ya por temor, la prohibié detenerse en ellos en ade- lante, lo cual la puso en un gran conflicto, no pu- diendo dudar fuesen verdaderos ; mas el Sefior la habia ordenado por principio cierto, preferir la obe- diencia & todas las cosas, y viendo sus potencias tan atraidas & Dios no podia resistir su operacion; asi Je daba quejas suplicandole la dejase en la vida co- mun de su Orden, y comunicase estas gracias 4 otras almas, pues ella se veia obligada 4 resistirlas; que solo queria su amor y su cruz, y esto la bastaba para ser buena religiosa ; mas el Sefior la aquieté sobre sus resistencias, diciéndola: Combatamos, hija mia, — 401 — y verémos quien consigue la victoria, el Criador 6 la criatura, la fortaleza 6 la debtlidad ; mas el vencedor lo serd para siempre ; no me doy por of endido por es- tos combates, yo amo la obediencia y por ella dé mi v1- da ; mas soy duef%o de mis dones y de mis criaturas, y nada me impedird cumplir mis designios, y no solo quiero que obedezcas, sino tambien que no ejecutes lo que te ordenare sin el consentimiento de tu Superiora, la cual quedé tranquila dandola cuenta de esto, y la mandé comulgar ofreciéndose 4 Dios y abando- nandose 4 su omnipotencia para hacer lo que la or- denase. Hizo el sacrificio segun se la mandé, y el Seffor le ordend repitiese el que le habia hecho de todo su ser, mas ella le suplicé que no se la nola- se cosa extraordinaria sino para ser despreciada, temiendo su fragilidad, que no estaban en ella segu- ros sus dones ; su Majestad la prometié guardarselos y ponerla en la impotencia de resistirle. Margarita le instaba por cruces y vivir en el padecimiento, el Sefior la consolé mostrandola una cruz que parecia no tener fin cubierta de flores que arrebataba la vis- ta, mas debajo estaban ocultas las espinas, clavos y puntas de toda especie, y la dijo: Ve agud el lecho de mis castas esposas donde te haré consumar las deli- cias de mi puro amor, al presente las cubro con flores ‘por la debilidad, pero en adelante sentirds las heridas y necesitards toda la fuerza de mi amor para sufrir- las. Esta promesa la llené de consuelo , porque sus — 402 — delicias eran el padecer , y en efecto, ya con enfer— medades , ya con variedad de pareceres y humilla— ciones tuvo mucho que sufrir, pues en la Comuni— dad se temia fueran ilusiones muchas de las cosas que la pasaban, y la solian manifestar sus temores con palabras bien sensibles, pero ella dando 4 todas la razon iba contra si misma; las religiosas mas perfectas creian que en conciencia debian desenga— fiarla, pues sus singularidades no daban edificacion: este celo que animaba 4 muchos, deja conocer cuan- to sufriria , mas todo lo llevaba 4 semejanza de Je- sucristo , con gran paciencia y silencio; la Supe— riora did testimonio de sa virtud asegurando que ja- mas se la-oyd quejarse, al contrario, juzgaba que no la trataban como merecia , solo la causaba senti- miento faera Dios ofendido siendo ella la causa, por esto tomaba contra si misma el partido de aquellas que la daban consejos 4 desaprobaban. La Superiora veia claramente 4 pesar de sus dudas que se cum—_ plian las predicciones del Sefior y que semejantes operaciones eran divinas, pero sin embargo no le parecia conforme al espiritu de la Visitacion su ca— mino; por estas razénes y por no autorizar en la ¢a- sa Jo que parecia singular, se unia al parecer de las otras, se puede jazgar cuanto padeceria Margarita, viéndose combatida de su Superiora 4 quien queria obedecer , y por esa causa obligada 4 resistir 4 Dios y 4 si misma, sintiéndose fuertemente atraida de — 103 — extaticas impresiones éincapaz de resistir 4 ellas ; la Superiora acrisolaba su virtud con penitencias y re- prensiones, creyéndose obligada 4 hacerlo. Un afio, haciendo los ejercicios hizo su confesion anual; oigamosla referir lo que pasd por su alma: «Me parecié ver y sentir que me despojaban , para « vestirme de una ropa blanca, diciéndome estas pa- «labras: Ves el vestido de inocencia de que te revisto, «a fin que ya ne vivais mas en adelante que la vida de cun hombre Dios ; es decir, que ya no vivas ti, sino «que me dejes vivir en tl, porque yo soy tu vida, ya «no vivirds mas que en m4 y por mi, quiero que obres «como no obrando, que me dejes regirte, entregén- «dome {odo el cuidado de # misma, no debes fener amas voluntad , sino dejarme querer por th en todo y «por todo.» En los ejercicios del afio 1678 quejandose al Sefior por la abundancia de consuelos que la da- ba, la contest6: Que lo hacia para fortificarla, por- que tenia mucho que padecer, que comiese y bebiese en la mesa de sus delicias 4 fin de que camtinase ani- mosamente, pues tenia que hacer un largo y penoso viaje y necesitaria reposar en su Corazon , el que ten- dria siempre abierto, que en el suyo queria tener un asilo para retirarse y descansar cuando los pecadores le persiguiesen y desechasen de sus corazones. Luego que te dé d conocer, la dijo su Majestad , que la divi- na Justicia estd irritada contra ellos, me recibirds en — 104 — la sagrada Comunion y puesto sobre el trono de tu corazon me adorards postrada, ofreciéndome 4 smi Eterno Padre como te ensefaré, para apaciguar su Justa ira é inclinar su misericordia 4 perdonar, y no resistirds & mi voluntad conociéndola, ni d lo gue de tt dispusiere por medio de la obediencia ; pues quiere me sirvas de instrumento para traer corazones & mi amor. «No puedo comprender, Dios mio, respon- «dié ella, como puede suceder esto.» Por mi omni- potencia, gue lo hizo todo de la nada; no fe olvides ja- mas de tu nada, ni de que eres la vtctima de mi Cora- zon, y que debes estar dispuestasiempreparagacrificar- te por la caridad ; mi amor no estaré ocioso en ti, ha- ciéndote siempre obrar 6 padecer, sin que puedas dis- poner de la menor cosa tuya si fuere mi beneplacito, pues la obra no pertenece al instrumento sino al artt- fice ; mas te he prometido que poseerds todos los teso- ros de mi Corazon en recompensa, y te ofresco dis- pongas de ellos a tu gusto en favor de las personas bien dispuestas ; no seas corta en pedir porque son in- finttos. No podrés agradarme sino cumpliendo eaxac- tamente tus reglas, pues se engafia el religioso que- riendo hallarme, por otro camino que por el dela exacta observancia de las reglas. Conserva puro el templo del Seftor , porque en cualquier parte asistiré en él con proteccion y amor: yo soy tu gobernador é quien debes abandonarte y jamds te faltard socorro mientras no faltare poder 4 mi Corazon , yo recom~ — 105 — pensaré 6 vengaré lo que hicieren contigo, y pensaré en los que confiaren en tus oraciones para que te ocu- pes toda en mi amor, dun tengo una pesada cruz que poner sobre tus débiles espaldas, mas soy poderoso para sostenerte; nada temas, y déjame hacer en t lo que quiero, ya sea para esconderte en el menosprecio, 6 para manifestarte en la estimacion ; no permitiré & Satands te tiente sino en las tres tentaciones con que se atrevid & acometerme: nada temas, yo soy tu pro- tector y fiador ; he establecido mireino de paz en tu alma, nadie le podrdé turbar , y el de mi amor en tu corazon, ddndote una alegria que nadie podré qui- tarte. Algun tiempo despues como estuviese con un gran trabajo, la consold el Sefior diciendo: Hija mia, no te aflijas, yo te daré un custodio fiel que te acompaftard en todas partes y asistird en tus nece- sidades é impedird al enemigo que prevalezca con- ira Hh, que cuantas faltas te sugiriere cometer se convertirdn en su confusion, cuya gracia la fortale- cié y quité todo temor , porque este fiel custodio la asistia con amor y libraba de todas las penas. Le veia sensiblemente cuando el Sefior escondia su pre- sencia y la sumergia en vivos dolores de su santidad de justicia; entonces la consolaba con su familiar conversacion ; la dijo una vez, que para que cono- ciese el amor de su divino Esposo, le declaraba era uno de aquellos que estan mas cerca del trono de la — 406 — divina Majestad, y participan mas de los ardores del sagrado Corazon de Jesus, asistiéndola con el desig- nio de comunicarselos cuanto fuera capaz de recibir- los, manifestandola asimismo que no habia cosa mas -expuesta 4 ilusion y engaiio que las visiones, en las que suele trasfigurarse Satands en angel de luz, ha— ciendo sentir dulzuras falsas, que muchas veces pro- curaria ocupar su lugar, mas que seria desechado con estas palabras: Per signum crucis, y el resto de este verso. Igualmente la dijo, que en ninguna gra— cia familiar que recibiese de Dios, no se olvidase ja- mas de lo que esel Sejior y de lo queeraella, porque de otra suerte él mismo la aniquilaria. Cuando el Sefior se le manifestaba no veia el Angel y pregun- tandole la causa, la contestd: «Que se postraba pro- «fundamente para rendir homenaje 4 esta grandeza cinfinita.» . En sus ejercicios del afio 1684 1a hizo su divino Maestro la misericordia de llenarla de tantas gracias que no sabia explicar; antes de entrar en ellos la - imprimié el Sefior en su espiritu tal deseo de hacer- los que todo su ser respiraba dicha , sin mas poder que el de sepultarse dentro de si. El primer dia la presenté el Sefior su sagrado Corazon como un horno donde se sintié arrojada , penetrada y abrasada con . tan vivos ardores, que la parecia se reducia 4 ceni- zas, oyd estas palabras: Ve agut el divino purga~ torio de mi amor, donde convtene que te purifiques — 407 — por toda tu vida: hallards en él una morada de luz, y despues de union y trasformacion, lo que ex— perimenté por todo el tiempo de sus ejercicios , no sabiendo algunas veces si estaba en el cielo 6 en la tierra , tan abismada se encontraba en Dios, mas esto Ja hizo padecer por no poder pensar en sus fal- tas; pero la noche precedente 4 su confesion dis- perté del suefio divino, y se le representaron estas como si las tuviera escritas para leerlas y confesar— las; mas con tantas lagrimas y contricion que la parecia se deshacia su corazon por haber ofendido 4 la Bondad divina que sentia presente, siendo tan vi- vo su dolor que ningun suplicio se le podia compa— Tar; aumentando su pena la privacion de no comul- gar aquellos tres dias; mas recibiendo el Pan de los Angeles, se hallé en una morada de gloria y de luz, que una sola hora era bastante para recompensar todos los martirios. Lo primero, el Sefior se desposd con su alma en el exceso de su caridad con una union inexplicable, inflamando su corazon con una Ilama devorante de su puro amor para que se con- sumiesen en él todos los amores terrenos, haciéndo- la entender -que la destinaba para rendir continuo homenaje 4 su estado de hostia y de victima al San- tisimo Sacramento , debiéndole sacrificar su ser por amor y adoracion , aniquilamiento y conformidad 4 la vida de muerte que tiene en la sagrada Eucaris- tia, practicando sus votos sobre este sagrado mode- , — 108 — lo, el que esta desnudo de todo y reducido 4 estado de recibir de sus criaturas cuanto quieran darle. De la misma suerte que por su voto de pobreza debia estar despojada no solo de los bienes dela vida, sino de todos los consuelos y propio interés , dejan- dose despojar como si estuviera muerta é insensible ; no habiendo nadie mas obediente que Jests en la Eucaristia , dice , donde se halla al momento que el Sacerdote pronuncia las palabras sea bueno 6 malo; sufriendo los ultrajes de los corazones manchados con la culpa que tanto le horroriza, del mismo modo su divino Esposo queria que se pusiese en manos de sus Superioras para que dispusiesen de ella 4 su gusto sin mostrar la menor repugnancia, diciendo en lo mas fuerte de ellas: Jestis ha sido obediente has- ta la muerte de cruz, y asi queria obedecer hasta su Ultimo suspiro, para rendir homenaje 4 la obedien- cia de Jesus en la hostia cuya blancura la ensefiaba que debia ser una victima muy pura para serle sa— crificada, siéndolo de cuerpo’, de corazon , intencion y afecto; y para trasformarla el Sefior en si debia vivir sin curiosidad y del amor, gozando ser menos- preciada y olvidada , para reparar el olvido y des— precio de Jesus en la hostia , que su silencio interior y exterior honraria el suyo: cuando hablase seria para rendir homenaje 4 este Verbo divino ,' que su alimento le tomaria para honrar este celestial man~ jar que nos sustenta en la Eucaristia, pidiéndole que — 409 — todos los bocados fueran otras tantas comuniones es- pirituales para trasformarse en él. Su reposo seria para honrar el que el Sefior tiene en la hostia ; sus penas y mortificaciones , para reparar los ultrajes que recibe en ella, que uniria sus oraciones 4 las que en ella hace el sagrado Corazon por nosotros, de la misma suerte el Oficio divino 4 las alabanzas que este Corazon adorable rinde al Padre Eterno, al hacer las genuflexiones , las haria por las irrisiones que le hacian en su sagrada pasion , diciendg: «To- adas las criaturas se postrén ante vuestra grandeza, «Dios abatido en la hostia, todos los espiritus os ado- «ren, y todas las voluntades se os sujeten. Al besar cla tierra, esto hago, Sefior, por rendir homenaje . «4 vuestra grandeza infinita, confesando que Vos «a0is todo y yo nada, entrando en cuanto padeciere cé hiciere en el sagrado Corazon, para seguir sus in- « tenciones y unirse 4 él segun sus deseos, pidiéndo- ale reparase cuanto en si hubiese defectuoso.» Si cometia alguna falta, despues de castigarla, ofrece- ria al Eterno Padre una de las virtudes del Corazon divino para reparar el ultraje y satisfacer la deuda, Y por la noche pondria en este corazon adorable todo lo que hubiese hecho en el dia, dejAndole el cuidado, de disponer de todo segun su deseo, reservandose solo amarle, y el Sefior la did 4 entender que ya no de— bia pretender cosa alguna en cuanto hiciese 6 pade- ciese , habiéndolo sacrificado todo en favor de la co- — 440 — munidad ; despues de estas promesas temblaba del temor de practicarlas, pero el divino Jesus en la sa- grada comunion Ja did 4 entender, que él mismo venia 4 imprimir en su corazon la santa vida que vive en la Eucaristia, vida escondida, aniquilada, de muerte y sacrificio & los ojos de los hombres; mas que su majestad-la daria fortaleza para hacer Jo que deseaba de ella. CUARTA PARTE. DrnrEo Gracias particulares que la Beata Mar- garita recibe en orden al Sagrado Corazon de Jesus y contradicciones que experimenta. Antes de entrar en la relacion de referir las reve- laciones del Sefior 4 Sor Margarita para manifestar- le su voluntad en orden 4 la devocion al sagrado Co- razon, dirémos brevemente en que consiste esta. - Su objeto es el amor inmenso que Jestis tuvo & los hombres, por cuya salvacion se entregé 4 la muer— te; amor de que nos dejé una preciosa prenda en el sacramento de la Eucaristia : el primer fin que se propone es reconocer en cuanto podamos, y por toda suerte de homenajes, especialmente de amor reci- proco, la ternura de Jesus con nosotros, principal- mente en el Sacramento del Altar ; segundo: repa— — 2 — Tar segun nuestro poder los ultrajes é indignidades 4 que se entregd por nosotros durante su vida mor— tal, y 4 las que recibe en e] Santisimo Sacramento, de suerte que esta devocion consiste solo en amar ardientemente 4 Jesucristo y porque le tenemos per- pétuamente en este Sacramento , mostrandole nues— tro amor con diversas practicas , las que son felices, pues se dirigen solo 4 alimentar este amor y exci- tarnos al pesar de ver 4 Jesucristo tan poco conoci- do y amado de sus propios hijos, y desagraviarle con nuestro fervor por el poco reconocimiento que se halla en aquellos que no conocen este divino mis- terio , 6 que conociéndole le niegan y olvidan. Esta devocion es divina; su autor es Jesucristo; de él . viene y 4 él se dirige ; para dar 4 conocer el objeto de ella se le hace sensible por la representacion de su Corazon , porque este es el simbolo mas natural del amor, y por consigniente debe ser el de mas de- vocion , que se reduce toda al amor. El amor es el objeto , el amor es el motivo, y el amor es el fin de esta devocion; mas el corazon y el amor son como sindnimos entre los hombres, porque estos tomaban siempre el corazon para representacion del amor: asi como bajo el nombre y simbolo de las sagradas llagas de Jesucristo honra la Iglesia sus tormentos, Y estas nos recuerdan su memoria. Solo hacia cerca de dos afios que Margarita era profesa y su union con Dios era divina , recibiendo — AA3 — cada dia nuevos favores ; mas los que empezd 4 ex— perimentar entonces con ocasion del Corazon deJe- sucristo, exceden 4 cuantos la habia hecho el Sefior ; un dia que estaba delante del Santisimo Sacramen- to, se hall al principio vivamente penetrada de la presencia ge Dios; abandoné su espiritu 4 su impre- sion y su corazon 4 la fuerza del amor , quedando sus sentidos, absortos y como olvidada de si misma ; en este instante se le aparecid Jesucristo en forma sensible é hizo descansar la cabeza de su sierva so— bre su sagrado pecho; en este precioso momento fue cuando la descubrié el Sefior la primera vez los se- cretos inexplicables de su divino Corazon , y los te- soros de amor que contiene en favor de los hombres, Henando entonces el de su amada de un amor pro- porcionado , la dijo: Ve agud mi Corazon que esta apasionado de amor por los hombres , yen particular por ti, y no pudiendo contener en si mismo las llamas de su ‘caridad es preciso que las derrame por tu me- dio, quiere manifestarse 4 los hombres para enrigue- cerlos de estos preciosos tesoros que te descubro, y que contienen gracias santificantes, propias para librarlos de la perdicion. Yo te he escogido, aiiadid el Seiior, como un abismo de indignidad y de ignorancia para cumplir tan grande designio 4 fin dé hacerlo yo todo. Despues el Hijo de Dios pidid 4 su sierva que le diese su corazon en pago del presente qne acababa de ha- cerla. La Hermana se le ofrecié con todo el ardor de 8 . — Wa que pudo ser capaz, y rogé 4 su divino Maestro qui- siese tomar posesion entera de él. La parecié enton- ces, que el divino Jesus tomaba su corazon y le metia en el suyo, que veia Margarita por la llaga de su cos- tado, pareciéndola resplandeciente como el sol 6 co- mo un horno encendido , la parecia que.gu corazon estaba alli como un pequefio dtomo que se abismaba en esta hoguera divina. Despues la parecié que nuestro Sefior le sacaba de su divino Corazon de tal suerte abrasado que parecia una llama, volviéndole 4 poner en el pecho de su sierva, diciéndola: Ve agut, mi muy amada, una preciosa prenda de mi amor: encierra tu pecho una pequefia centella de mi caridad para que te strva de corazon y te con- suma hasta el dltimo instante; hasta agut no has tenido mas que el nombre de mi esclava, yo te da- ré en adelante el de disctpula muy amada de mi Corazon. Quiso el Sefior al mismo tiempo dejarla una sefial sensible de la gracia que acababa de ha- cerla, ya para perpetuar la memoria y consuelo de ella, ya para que sirviese de testimonio para con los Superiores , como se lo declaré al mismo tiempo, al fin que cuando manifestase 4 su Superiora la gracia recibida , no la desechase como pura imaginacion. Esta sefial fue un dolor continuo en la parte en que la parecié que nuestro Seiior la abrié su costado pa- ra sacar el corazon y volverle & meter. A este dolor se juntaba un ardor vivisimo en el pecho que nada — A415 — podia templarle. Nuestro Sefior que la predijo pade- ceria este dolor y ardor que la abrasaba, la dijo tambien, que cuando se hallase excesivamente opri- mida , pidiera con sencillez & la Superiora que la sangrasen , afiadiéndole , que esta peticion y estas sangrias que serian frecuentes en adelante , la oca— sionarian muchas humillaciones, contradicciones y burlas; mas que este ardor y dolor no se aliviaria por otro remedio ; en fin, la afiadid , que se lo pres— cribia para procurarla humillaciones , y el suceso verificd las predicciones como verémos despues. Este éxtasis durd muy largo tiempo, quedandola tan impreso en sus sentidos que por muchos dias se hallaba como embriagada fuera de si, de suerte que apenas podia hablar, comer 6 desempefiar sus empleos sino violentandose. Este estado cuya causa se ignoraba fue para Margarita nueva prueba de hu- millaciones. Algunas religiosas la creian estupida. No podia dormir, la herida preciosa del costado la causaba dolores agudos y ardientes , pareciéndola abrasarse con un fuego interno. Este dolor que la duré toda su vida, se renovaba los primeros viernes de cada mes, los que la sefialé Jesucristo para hon- rar su Corazon como verémos despues, y al par de renovarse los dolores se repetian los favores; se le mostraba cl Corazon divino como un sol lleno de resplandor, el que venia 4 dar 4 su corazon ; enton— ces, dice , creia que este fuego lo reducia 4 cenizas, — 116 — en cuyo tiempo su divino Maestro la,ensefiaba lo que que queria de ella, descubriéndola los secretos de su Corazon adorable. Cumpliendo con la obediencia que el Sefior la im- puso, fue preciso que diera cuenta 4 su Superiora del éxtasis y de cuanto la habia pasado, y ademas del trabajo que tuvo de explicarse por la embria— guez espiritual que la poseia , sintié gran confusion en referir tan singulares gracias, pareciéndola ser tan indigna de ellas, y asegura, le hubiera sido mas facil referir todas sus confesiones en el refectorio; esta manifestacion la fue muy humillante, viéndose tratada 4speramente de visionaria , juzgadas todas aquellas luces divinas por imaginacion. Su dolor al lado la apretaba vivamente, pero.no se hizo mas ca- so de su enfermedad que de su éxtasis. El mal se aumenté, y Margarita no se quejaba ; pero notaron su debilidad y se temié por su vida, por lo que la hicieron algunos remedios. Para obedecer la érden de Dios , dijo sencillamente 4 la Superiora que se aliviaria con una sangria, se hizo burla de esto por- que juzg6 el médico serla del todo opuesta. La le- varon a la enfermeria para aplicarla otras medici- nas, y estas no hicieron otro efecto que excitar un vomito continuo, no permitiéndola retener ningun alimento, y en pocos dias la redujo 4 una debilidad extrema, todo lo que padecia sin queja ni rehusar lo que la prescribian. Bien presto se vid reducida al —MT— ultimo extremo sin poder hablar ni respirar por el exceso de la opresion; no le quedaba fuerza sino para padecer sin morir. En este estado, en que se~ gun las reglas del arte la sangria hubiera sido noci- va, la Superiora se determiné 4 ella con dificultad del Médico, se lo propuso 4 Margarita , la cual dijo con su dulzura ordinaria: «Yo sé que no hay otro «remedio que pueda aliviarme , mas no lo quiero si «vuestra caridad no lo quiere, porque mi Jesus la «hace querer para mi lo que él quiere.» Esta es una bella leccion para los que se inquietan por sus enfermedades, buscando toda suerte de remedios. Hicieron 4 Margarita una ligera sangria y apenas la sacaron una escudilla de sangre, cesaron los vomi- los y quedaron libres la voz y la respiracion, encon- trandose tan fuerte que se la vid en estado de salir de la enfermeria: asi se cumplié la prediccion del Sefior sin quedar duda ninguna. Este acaecimiento determino 4 Ja Superiora no negarla en adelante el alivio que pedia su dolencia, pero la mayor parte de las religiosas que ignoraban el prodigio quedaron preocupadas contra ella , censurando estas sangrias y cumpliéndose lo que el Sefior la habia anunciado de que esto la traeria humillaciones. La Superiora queriendo evitar estas censuras, la hizo sangrar por una hermana ocultamente en la celda , mas el Sefior lo descubriéd, permitiendo que en la Misa la diera una congoja y la Comunidad adiviné-la causa de es- — 418 — te accidente , burlandose algunas del remedio. Re— compensaba el Sefior estas contradicciones con las unciones de’su gracia, y la prescribié por si mismo las practicas en que se habia de emplear para hon— rar su Corazon sagrado. Copiarémos lo que escribié sobre este particular, obligada por la obediencia. . Otras veces le mostraras las heridas que has recibido en tus descaminos , y le diras: «Oh Sefior «mio, curadme por el mérito de vuestras Ilagas, «podeis si quereis curarme en un instante.» Eate — 237 — dia yendo y viniendo 4 todas partes, pensando que caminas en seguimiento de tu Pastor ; no pierdas en este dia ocasion alguna de humillarte. Jueves. Te retirards a Ja laga del pié izquierdo. Consideraras & Jesucristo como un vencedor , cuyas heridas le granjearon la victoria, te miraras como un soldado destinado 4 combatir 4 vista de su capi- tan, y por la misma causa. Consideraras que todos ‘los enemigos te cercan, mas no te espantes , sino lo que conviene para mantenerte en la pelea de tu ca— Pitan : este Sefior es nuestro escudo y nuestra forta- leza , pudiera eximirnos de! combate, mas no lo quiere hacer, para que hacigndonos triunfar , por flacos que seamos ,.se descubra su fortaleza en nues- tra debilidad: pues el Sefior se complace en vernos pelear. Dile frecuentemente : «Sefior, soy vuestra, . «salvadme ; no tengo fortaleza sino en Vos, no ten— cdré victoria sino por Vos: fortaleced mi debilidad cy nada temo.» Dile otras veces: «Dios mio, pa- «dezco violencia, responded por mi, Sefior , venid 4 «mi ayuda, apresuraos & socorrerme.» La practica de este dia sera la mortificacion de los menores mo- vimientos de tus pasiones. . Virrngs. Entraras eri la llaga del costado de Je— sus, donde te retiraras como un navegante que bus- ca el puerto seguro y le desea en tiempo de la tem—- pestad, y se ve trasportado de gozo cuando le halla. Mas la navegacion no esta acabada , es preciso expe- 47 — 258 — rimentar todavia borrascas y evitar escollos; todos los dias se ofrecen nuevos peligros; Jesus sera tu piloto, abandénate & su gobierno, no pienses en otra cosa que en amarle y busca modo de agradarle, co~ mo los navegantes hacen ciegamente en tiempo de la tempestad todo lo que les manda el piloto; dile de cuando en cuando: «Oh amor mio, salvadme, no «me dejeis perecer;» 6 diras : «Las aguas penetran chasta mi alma, y las ondas vienen & sumergirme, calargadme vuestra mano socorredora.» La practi- cade este dia sera, estudiar los movimientos del Corazon divino & donde te has retirado, y conformar en todo con él tu intencion y tus deseos. Sisavo. Miraras la herida que hizo a Jesucristo el‘peso de la cruz cuando la llevd 4 el Calvario, la . cual abrié tan larga llaga en sus espaldas; pensaras que el peso de tus pecados era mucho mas pesado al Sefior , te lo representaras con la opresion en que se hallaba entonces y te dards en rostro 4 ti mismo con haber sido la causa de aquel trabajo , cargando to— davia 4 Jess con el peso de tus faltas diarias. Ad— miraras su bondad, que le empeiié 4 tomar y car- garse todo este peso por la amistad que te tiene. Di- ras 4 Jestis: «Oh generoso amigo , 2s posible que «habeis de llevar todo el peso de la justicia de Dios, «y no habeis de partir conmigo? Aliviadme , purifi- cficandome de mia pecados.» Otras veces diras: «2 Qué puedo volver 4 mi Dios por todos los bienes — 259 — «que me ha hecho, y por los trabajos que ha pade- ccido por mi? Tomaré sn caliz, y le beberé con el «Sefior, si fuere necesario hasta las heces.» La practica sera, la mortificacion de los sentidos , pri- vandote de algun placer y satisfaccion. Domineo. Consideraras 4 Jests espirando y con- sumando en este instante nuestra redencion y liber- tad, y comenzando la de las almas justas que esta— ban en el limbo. Adorarémos los ultimos movimien- tos de su Corazon mortal, y el ultimo suspiro de su vida que sellé el decreto de nuestra salvacion, sien- do la consumacion de la victima y su triunfo. «Oh «Jesis, vuestros enemigos quedan vencidos , mas cesperan vencerme, triunfad todavia en mi y con— «fundidlos.» Dile alguna vez: «Dios mio y mi Es- «pogo, conformad mi corazon con el vuestro ; Vos chabeis dado por mi hasta la ultima gota de yuestra «sangre, tomad hasta la mas pequefia afeccion de «mi corazon, que no quiere estar partido en adelan- «te, pues se debe todo 4 vuestra Majestad.» Por practica , examinaras tus aficiones para combatirlas y destruirlas si no son conformes 4 la voluntad de Dios, repite 4 menudo estas palabras: «El amor «reina en la paciencia, triunfa en la humildad y go- «za en la unidad.» — 260 — NORADAS EN BL CORAZON DE JESUS, QUE DIG A SUS NOVICIAS LA BEATA MARGARITA. Domineo. Entrards en el Corazon abierto de Jesu- cristo como en un horno de amor para purificarle en 61 de todas las manchas que has contraido en la se- mana, y para consumir la vida del pecado y vivir solo del puro amor, que te trasformara todo en si. Este dia estara destinado para rendir particular ho- menaje 4 la santisima Trinidad. Lungs. Te mirards como un reo que desea apaci- guar 4 su juez con el pesar de sus faltas, y que con— sienle satisfacer 4 su justicia. Entraras en este espi- ritu en el Corazon de Jesus , para encerrarte en esta carcel de amor y participar de las amarguras con que se inundé el sagrado Corazon , consentirés ser atada, agarrotada con él tan estrechamente, que no te quede mas libertad que para amar; mas luz, mo- vimiento y vida que la del puro amor que tiene al Seiior mismo como cautivo en el Santisimo Sacra- mento ; por los méritos de tan divina cautividad , le pedirds libertad para las Animas del purgatorio; con este fin hards tus obras en espirita de penitencia. Mantes. Entrards en el Corazon de Jess como en — 264 — ~ una escuela de que eres discipulo , para aprender la ciencia de los Santos, ciencia de) puro amor que ha- ce olvidar las ciencias mundanas. Oiras con atencion la voz de tu Maestro, que'te dice: Aprende de mi, que soy manso y humilde de Corazon, y hallards el verdadero descanso de tu alma. Mrércotes. Entraras en el Corazon de Jesucristo, como un navegante en un navio: el'amor es el pilo- to, él te conduciré felizmente en este mar tempes— tuoso por donde es necesario pasar para Jlegar al . puerto. Las tempestades que tienes que temer, pro- -ceden del amor propio, de Ja vanidad y de la propia voluntad; el piloto te defender de ellas, si le fueres fiel, y te har& vogar con calma y tranquilidad. Jueves. Entrarés en el Corazon de Jests , como un amigo convidado al festin de su amigo : hallards en él las delicias que te tiene preparadas y exceden tus deseos y tus discursos ; seras embriagada con el vino delicioso de su amor: este vino endulza las amargaras de Ja vida, inspirando disgusto de todo lo terreno; el amigo que te-recibe es tan liberal como tierno, y te dira: Todo cuanto es mio es tuyo; mis méritos, mi sangre y mis dolores , el amor hace estos bienes comunes entre nosotros, pero la liberalidad de- be ser rectproca ; yo te quiero poseer sin reserva, En este dia hards todas tus obras en espiritu de amor. Viernes. Consideraris 4 Jests en la cruz, como wna amorosa madre , que te ha concebido dentro de — 262 — su Corazon con infinitos dolores , descansaras entre sus brazos y en su Corazon, como un niifio en los brazos de su madre, donde halla su consuelo y su seguridad ; abandénate, pues, 4 este Corazon sagra- do: sin tantas reflexiones de inquietud y desconfian- zas por lo venidero, el divino Corazon venceré por li: con esto basta; conténtate con amarle con con—- fianza y en ed isistante presente , segura de que no quiere abandonarte. Pasards eate dia con espiritu de abandono en todos los sucesos de tu vida , no reser— vandote mas que el amor. : Sasapo. Te presentards al Corazon sagrado, como una victima que va al templo para sacrificarse en él, y se presenta delante del sacrificador ; este divi- no Sacerdote debe, degollandola espiritualmente, hacer morir en ella la vida animal; y despues , con- sumiéndola en el fuego del amor, volverla & una nueva vida toda divina. Alégrate de cumplir las obligaciones del holocausto: ama morir al mundo y 4 todo lo zensible que hay en él, y 4 ser consumida en el amor para bonrar 4 Dios y hallar en él la nueva vida, que solo anima el amor. Feliz, si dea— pues de esto puedes decir: «Ya no vivo yo, mas Je- caus vive en mi, y vivo por su amor. Este Sefior «es por quien yo obro, padezco y amo.» La que mas adelante entraré en-el Corazon de Jesus, sera la mas humilde y Ja mas menospreciada ; la mas des- nuda de todo lo poseer& mas ; la mortificada sera la — 263 — mas liernamente acariciada , la mas carilativa sera mas amada, la masa silenciosa mejor ensefiada, la mas obediente tendré mas crédito y poder con este sagrado Corazon. VIDAS DE JESUCRISTO EN EL SANTISIMO SACRAMENTO, MODO DE HACEBLAS EN TIEMPO DE LA OCTAVA DE SU FIESTA. Viva pe amon, Tu eres la esposa muy amada de Jesus, honrards su vida de amor en el Santisimo Sa- cramento, atendiendo 4 ser toda pura é inocente pa- ra agradar 4 este divino Esposo ; en todo lo que bi- cieres no tengas otro fin que este, dandole todas Jas cosas din reserva , si quieres que el Salvador te se dé todo ; si.deseas gozar la dulzura de sus amorosas conversaciones , destierra todas las conversaciones del amor propio. y los respetos humanos ; haras cin- co practicas este dia y las ofrecerds cuando visitares al Santisimo Sacramento ; en la Comunion haras re- paracion honorifica al Corazon sagrado de Jesis, y Je pediras perdon por todas las malas comuniones que se hacen y han hecho, asi por ti, como por los malos cristianos, Este dia te privaras cuanto Ja re— : — 264 — gla te permita de todo placer y descanso para con— seguir la perpétua mortificacion ; ofreceris media hora de silencio despues de Prima, para honrar el de Jesus en el Santisimo Sacramento. Viva pe atoria. Nuestro Sefior te destina 4 hon—- rar su vida de gloria en el Santisimo Sacramento ; alli renueva el Seiior su gloriosa pasion, por la cual ha establecido su reino sobre todas las potencias enemigas. Quiere asociarte 4 su reino, y para esto quiere pongas tu trono sobre la cruz; seras glorifi- cado en ella con su Majestad, si llevares como el Se- fior todas las que te ofreciere , sin cansarte, ni que- jarte de sa peso y daracion ; tomards las cruces in- diferentemente y sin eleccion, como la divina provi- dencia te las ofreciere; por este medio reinaras so— bre todas tus prontitudes, resentimientos y repug— nancias. Hards cinco practicas 4 este fin, ofrecién- doselas al Sefior en e] Santisimo Sacramento. Vina Esconpipa. Nuestro Seiior te ha escogido pa- ra honrar su vida oculta en el Santisimo Sacramen- to; imitards esta vida , sepultandote tan dentro de la soledad de este Corazon, que no puedas ser vista sino de su Majestad : tu mayor cuidado ser4 ocultar el bien que hicieres por temor que no te lo roben. Ama vivir desconocida y olvidada; cuando fueres delante del Santisimo Sacramento , preséntale cinco practicas de aniquilacion y privacion de lo que pue— da atraerte la estimacion y atencion de las criatoras. — 265 — Vina pe sacniFicio. Nuestro Sefior quiere que honres su vida sacrificada é inmolada en el Santisi- mo Sacramento ; alli esta la victima de propiciacion por nuestra salvacion: ofrécete 4 su Corazon como victima que quiere ser sacrificada por su Majestad. EI Sefior es al mismo tiempo el sacrificador ; aban- donate 4 él como cordero en las manos del Sacerdo— te, pidele que cumpla en ti sus designios por duros que sean 4 la naturaleza , sacrificale todo el placer que tienes en amar y ser amada, estimada y honra— da de las criaturas ; no puedes ser victima de Jestis, si no te desnudas de todo aquello a que tienes natural aficion, ofrece cinco actos de virtud al Corazon sa— crificado de Jesus cuando le visites sacramentado. Via pe Gracia. Nuestro Seftor te lama 4 honrar su vida de gracia; el Santisimo Sacramento es el trono de la misericordia , esta en este divino Sacra- mento para convidar 4 los pecadores que vinieren 4 pedirle sus gracias ; ofrécete al Sefior como una es— clava delante de gu libertador , y un reo que mere- ce muerte delante de su rey que le ha librado; por este titulo eres toda suya, tiene derecho el Sefior 4 disponer de tu vida que es mas suya que tuya: no te reserves otro derecho que el de amarle por elec— cion; este dia cautiva tulengua mortificaras suligere- za para que nada se deslice contra la caridad y hu- mildad, ya sea alabandote 6 excusandote. Haras cin- co practicas para ofrecer en la visita al Santisimo. — 266 — ‘Viva numittapa, Nuestro Sefior te ha elegido para honrar su vida y sus humillaciones admirables en el Santisimo Sacramento; aqui encubre su poder , cu- bre eu gloria exponiéndose por nuestro amor 4 los insultos de los herejes y malos cristianos. Procura- ras el mismo espiritu, te ofreceras delante del Sefior como la nada delante de su todo, como el barro de~ lante del sol, para que te pisen todas, si asi lo qui- siere el Sefior. Toda tu atencion este dia sera humi- llarte y gustar de que las otras te ayuden 4 esto, humillandote y menospreciandote, no evites cosa al- guna de cuantas se ofrecieren y pudieren hacerte mas vil y abyecta 4 los ojos de todas, por este medio te uniras mas estrechamente al sagrado Corazon, presentandole cinco actos de humildad cuando le vie sitares. ‘Viva activa ¥ openante. Nuestro Sejior te escoge para honrar las operaciones admirables de su Cora- zon en el Santisimo Sacramento. Aqui glorifica su Padre, gobierna su Iglesia, anima los Santos, convi- da los pecadores y muda los corazones ; como Sier- va de Jestis, te conviene trabajar con él, como él, y si faese posible tanto como él-, como si pudieras ali- viarle en las inmensas ocupaciones de su Corazon. Mas gcémo Jo haras tu, pobre criatura , débil , lan— guida y medio muerta? Puedes hacerlo por amor: el amor lo suplira todo y te dictara lo que hubieres de hacer segun los designios de tu Amado, imita su —~ 267 — accion con la exactitad y prontitud 4 todo lo que manda la regla , como Jests iras y trabajaras con silencio interior y exterior, sin inquielud ni apresu— rarte , te acordaras de estas palabras: Jesus autem tacebat. Ofrecerds cuando fueres 4 visitar al Santisi- mo Sacramento cinco practicas de caridad con el projimo. ‘Viva pe consumacion. Nuestro Sefior te destina para honrar su vida de consumacion en el Santisimo ’ Sacramento ; el estado de victima es ser consumada con fuego 4 gloria del Sefior 4 quien se ofrece. Jess esta en el Santisimo.Sacramento como victima de Dios, el fuego de amor le consumiria si no fuese in— mortal é impasible ; no es asi de nosotros que debia- mos desfallecer y secarnos, consumiéndonos de amor hasta morir, Ofrécete 4 Jesucristo para llegar 4 este estado si fuere sa gusto, para estar delante de su Majestad , como una hacha encendida consumiéndo- le; abandénate sin reserva 4 Jesus para que haga de ti segun eu beneplacito ; la victima es suya, el Sefior la sacrificaré en el tiempo y modo que este Sumo Sacerdote sabe lo debe hacer ; te basta estar dispuesta y amar de antemano la especie de consa— macion que te destine; la mas trabajosa es para ti la mas feliz. Haras cinco practicas de amor y aban- dono, ofreciéndolas 4 Jesus Sacramentado en tu vi- sita. — 268 — ‘LOS ABISMOS de el sagrado Corazon de Jesus PARA TODAS LAS DISPOSICIONES INTERIORES, El Corazon de Jesus es un abismo en que hallaras todas las cosas : sobre todo es un abismo de amor en que debemos abismar todo nuestro amor, y princi— palmente nuestro amor propio con sus malas pro- ducciones, que son los respetos humanos y lo3 deseos de nuestra elevacion y de nuestro consuelo. Anegando estas inclinaciones en el abismo del amor divino, hallarés en é1 todas las riquezas que necesites, segun los diversos estados de tu interior. Si esths en un abismo de privacion y desconsuelo, este Corazon divino es un abismo de toda consola— cion en el cual conviene sumergirnés, sin desear sentir dulzura alguna. Si estas en un abismo de sequedad é impotencia, vé 4 abismarte en el Corazon de Jesucristo, que es un abismo de poder y de amor, sin embarazarte en | gustar la dolzura de este amor, sino cuando le agra- dare al Sefior. Si estis en un abismo de pobreza y desnudez de todo, abismate en el Corazon de Jestis; este Corazon esta lleno de tesoros , y te enriqueceré si le dejas hacer. — 269 — Si. eats en un abismo de fragilidad , recaidas y miserias, vé frecuentemente al Corazon de Jestis; es un abismo de misericordia y fortaleza , te levantara y fortificara. Si experimentas en ti un abismo de orgullo y va— na estimacion de ti misma, abfsmate en las aniqui- laciones profandas del Corazon de Jests , abismo de humildad. Si te hallas en abismo de i ignorancia y tinieblas, el Corazon de Jestis es abismo de ciencia y laces: aprende sobre todo & amarle > y 4 no hacer sino lo que desea de ti. Si estas en un abismo de infidelidad y de incons- tancia, el Corazon de Jesis es abismo de constancia y fidelidad: abismate en él, alli hallaras un amor constante. Si te hallas como abismada en la muerte, vé al Corazon de Jestis, donde hallards un abismo de vida, sacando de él vida nueva , enla cual no mirards ya sino con Jos ojos de Jesucristo , no obraras sino con sus movimientos, no hablaras sino con su lengua, y Ro amaras sino con su Corazon. Si te hallas en un abismo de ingratitad , el Cora~ * zon de Jess es un abismo de reconocimiento: saca de él qué ofrecer & Dios por todos los bienes que has recibido, y ruega 4 Jess que supla por ti con su abundancia. Si te hallas en un abismo de agitacion, impacien~ — 270 — cia 6 cdlera, vé al Corazon de Jestis que es un in abis— -mo de dulzura. Si estas en un abismo de disipacion y distraccio— nes , hallaras en el Corazon sagrado de Jesis on abiemo de recogimiento y fervor que suplira todos tus defectos, fijara tu corazon y tu imaginacion, uniéndolos consigo. , Si estas sumergida en un abismo de tristeza, abis- ma la misma tristeza en el Corazon de Jests , que es abismo de celestial alegria y el tesoro de todas las delicias de los Santos y de los Angeles. Si estas turbada é inquieta, el Corazon divino es un abismo de paz, y esta paz se te comunicara. Cuando estuvieres en un abismo de amargura y trabajos, unelos con el abismo de los trabajos infini- © tos del Corazon de Jesus, y de él aprenderds 4 pa— decer, y estar contenta con el mismo padecer. Cuando estuvieres en un abismo de temor, el Co- razon de Jestis es un abismo de confianza y amor; abandénate 4 él y aprenderds que el temor debe ce- der al amor. En fin, en todo y por todo abismate en este Océa- no de amor y caridad , y si es posible jamas salgas de él, hasta que estés penetrada del fuego con que * este Corazon esta abrasado por Dios y por los hom- bres, como él hierro en la fragua , 6 como una es— ponja arrojada al mar y penetrada con sus aguas. “= eu — ACTO DE CONSAGRACION A EL SAGRADO CORAZON. Corazon adorable de mi amado Jess, asiento de todas las virtudes, fuente inagotable de todas las gracias, ,qué habeis podido hallar en mi capaz de empeiiaros hasta e] punto de amarme con tanto ex— ceso , mientras mi corazon no tenia mas que peca— dos, dureza é indiferencia? Vuestro amor me hace confiar que no desdefiaréis el deseo que tengo de consagrarme 4 vuestra gloria, yo os ofrezco mis pensamientos, mis acciones, mis penas, mi persona Y mi vida, no queriendo en adelante mas que ser una victima consagrada 4 vuestro amor, para algun dia consumirme en estas santas llamas. Qs ofrezco, Sefior , mi corazon con todos sus sentimientos; pre- tendo que mi vida sea conforme 4 la vuestra, véisme aqui, Sefior, toda vuestra. {Ob Dios mio! qué gran- des son vuestras misericordias! 4 Quién soy yo para que os agradeis del sacrificio de mi corazon? ningu- na criatura tendra parte en él. Sed mi Maestro, mi Pastor, mi Padre; no quiero vivir sino para amaros. Recibid, amable Jesus, el sacrificio de la mas ingra- ta de vuestras criaturas , para reparar.el agravio que he hecho hasta ahora , correspondiendo tan mal 4 su amor. Yo le doy poco, pero ofrezco cuanto pue- — 272 — do daros , lo que me pedis, mi corazon. Vos lo po-— seeréis para siempre. Ensefiadme, oh Salvador mio, el perfecto desprecio de mi misma, camino Unico que me abrira la entrada en este divino Corazon. Haced , Seiior , que todo cuanto hiciere sea digno de Vos. Ensefiadme lo que debo hacer para lograr la — pureza de vuestro amor, un amor fuerte y generoso: dadme profunda humildad , sin la cual nadie puede agradaros, y cumplir perfectamente vuestras volun- tades en tiempo y eternidad. REPARACION HONORIFICA A EL SAGRADO CORAZON. Mi adorable y amabilisimo Jesus, lleno de amor para todos nosotros, siempre movido de nuestras miserias, deseando siempre darnos parte de vaes- iros lesoros, Jesus, mi Salvador y mi Dios , que por un exceso y prodigio de amor os habeis puesto en estado de victima en la adorable Eucaristia , donde cada dia os ofreceis por nosotros en sacrificio un mi- lion de veces, gcudles seran vuestros sentimientos en este estado, no hallando en el corazon de la ma— yor parte de los hombres sino dureza, ingratitud y menosprecio? gno bastaba haberos abandonado 4 una cruel agonfa, y 4 la mortal opresion que os causaria 1 — 273 — Ja horrible imagen de nuestros pecados de que os habeis hecho cargo? ; para qué querer exponeros & tantas profanaciones y sacrilegios! Movida de un sumo pesar por tanlas indignidades, vedme aqui ’ aniquilada,, para reparar delante del cielo y de la tierra tantas irreverencias que habeis recibido sobre nuestros allares desde la institucion de este adorable Sacramento, os pido con un corazon contrilo y hu- milde mil perdones de tantas iniquidades; j qué no pueda yo, Dios mio, regar con mis lagrimas y lavar con mi sangre todos los lugares en que _ Vuestro sagrado Corazon ha sido tan indignamen- te ullrajado y vuestro amor despreciado | ; qué no pueda yo con mi humillacion y aniquilamien- lo reparar tantos sacrilegios y profanaciones, sien- do duefia de los corazones de todos los hombres, para suplir el olvido 6 insensibilidad de los que no quieren conoceros , 6 conociéndooss os han tan poco amado! ;Oh mi amable Salvador! lo que me lena de mas confusion y hace gemir, que yo misma he sido del numero de estas ingratas. | Dios mio! que veis el interior de mi corazon , sabeis el dolor que tengo por mis ingratitudes y el pesar de haberos ofendido , conozco la disposicion en que me hallo de hacer y padecer todas las cosas para repararlas ; vedme dispuesta 4 recibir de otra mano lo que qui- siereis de mi: herid, herid, Sefior, yo besaré la ma- no que ejecutare contra mi castigo tan justo. ; Qué 48 — 27k — no sea yo una victima suficiente para reparar con todos los tormentos posibles tantas iniquidades! Si no merezco esta gracia, aceptad mis deseos; recibid, Padre Eterno, esta reparacion en union de la que el sagrado Corazon hizo en el Calvario, y Maria santi- sima al pié de la cruz de su Hijo, y en consideracion &sus méritos perdonadme, y haced eficaz con vues- tra gracia la resolucion que hago, de no omitir cosa alguna para honrar y amar 4 mi Salvador presente en la adorable Eucaristia, deseando estar en su pre- sencia , haciéndole la cérte: y como hago profesion de honrar su sagrado Corazon, quiero tambien pasar asi el resto de mi vida hasta el ultimo suspiro. Amen. ASPIRACION DE UNA ALMA QUE DESEA ARDIENTEMENTE _ LA*SAGRADA. COMUNION. Gran Dios! 4 quien adoro cubierto con las débi- les especies, ;cOmo os habeis reducido 4 esa vil mo- rada para uniros corporalmente conmigo! los cielos son indignos de alojaros, jy quereis estar con noso- tros! ,O Bondad incomprensible! no pudiera creer- se esta maravilla si Yos mismo no nos aseguraseis de ella. 4 Vos venir 4 mi boca, descansar sobre mi lengua y descender 4 mi estémago? Vos lo quereis y — 2715 — me prometeis mil bienes. |O Dios de majestad y de amor! ;Qué yo no sea todo entendimiento para co- nocer esta misericordia , todo corazon para sentir y amar, y todo lengua para publicarla! | Vos me criasteis para objeto de vuestros amores y materia de vuestras bondades inefables! Los Angeles os ven continuamente y desean este favor aun gozAndolo, &y no podré yo desear teneros conmigo! Pues que sois gustoso, joh mi amable Salvador! mis miserias me obligan 4 desearos y vuestra bondad me lo per- mite: yo abro mi boca, mi pecho y mi corazon, ve- nid, venid, oh mi divino Sol, ya estoy sumergida en Tas tinieblas del pecado é ignorancia, disipad esta obscuridad, y haced que rayen en mf Jas divinas lu- ces de vuestra claridad. Una vez os entregasteis 4 la muerte para sacarme del infierno, otra vez he vuel- to 4 caer en el pecado , venid otra vez 4 romper mis lazos, quebrantar mis cadenas y volvedme 4 la li- bertad. Venid, joh caritativo Médico de mi alma! despues de haber hecho para mi un bajio de vuestra sangre, de haberme dejado por el Bautismo mas sa— na y santa de lo que merecia , mas por mis pecados _ Me he ocasionado mil peligrosas enfermedades, que afligen mi corazon y dan muerte 4 mi alma; venid & curarme, pues tengo mas necesidad que el Parali- tico, 4 quien preguntasteis si queria ser sano. Sf, Dios mio , deseo serlo de todo mi corazon. Venid, el mas fiel , el mas tierno, el mas dulce de todos los — 276 — amigos; venid 4 socorrer & la que amais, porque esti enferma con desmayos mortales: Vos veis lo mas intimo de mi corazon; si he sido insensible, ahora siento mi necesidad, imploro vuestro socorro ; venid 4 consolarme y no permitais que os dé motivo para que me dejeis; venid, vida de mi corazon, alma de mi vida, unico apoyo de mi ser. Oh pan de An— geles! encarnado por mi amor para ser precio de mi redencion, y pan para mi alimento ; venid 4 hacer— me crecer ; venid 4 saciarme , 4 hacerme vivir de Vos, en Vos y por Vos. ; Ah mi unico amor! si un cuerpo estuviera sin alma, gcdmo la buscaria y la amaria? y como siento tan poco de Vos y de mf, que No sepa que sin Vos soy un cuerpo sin alma; venid, mi Dios y mi todo 4 animarme otra vez, siendo eb ornamento de su hermosura, el principio de sus mo- vimientos y la fuente de su vida; absolved todo mi amor y mis pensamientos , apartadme de lo criado por la faerza de este amor, mas ardiente que el fue- go y mas dulce que la miel: haced que yo muera del ardor de vuestro faego, como Vos habeis querido morir de amor por mf. Oh Sefior! herid este ingra- to corazon por todas partes, y traspasadle tan fuer- temente que no contenga cosa terrena y humana, mas solo la plenitad de vuestro amor, pues es vues— tro y lo quiere ser eternamente. Amen. — 217 — OCUPACION PARA TODO EL DIA en honor del Corazon de Jesus ¥ PARA PRACTICAB LAS VIBTUDES. Primeramente en despertando, te representaras al Corazon de Jesus que vela sobre ti; le consigra— ras tu cuerpo, corazon, alma y todo cuanto eres, para su mayor gloria : puesta bajo la proteccion de la santisima Virgen, la pediras que te presente 4 Je- sus en el Santisimo Sacramento, honrando la ofren— da que el Seiior hace de si mismo 4 su Eterno Padre, pidiendo te preserve del pecado, consuma en ti todo lo que le desagrada, y supla lo que te falta. En la oracion te unirés con la que el Sefior tiene en el Santisimo Sacramento por nosotros, ofreciendo 4 Dios lo que el divino Corazon abrace alli para repa- rar nuestras faltas. Unirds el Oficio divino 4 las ala- banzas que Jesus da & su Padre, conformandote con sus intenciones. En la Misa te uniras al Corazon de Jesus sacrificado , rogandole te aplique sus mérilos segun sus designios. Durante la comida volveras 4 entrar en e] sagrado Corazon , tomando la refeccion espiritual, pidiéndole alimente tu alma con su amor. En las recreaciones ofrecerds tus palabras unidas 4 las del Verbo divino, que es la palabra eterna del Padre, para nada decir que no sea para su gloria; y — 278 — pues que tu lengua le sirve tan frecuentemente de patena para entrar en tu pecho, no se manche con ninguna falta contra la caridad , recibiendo de bue— na gana las contradicciones , y cuidando de alegrar al sagrado Corazon, para que practique el tuyo cuan- to le agradare: unirds tu silencio con el que Jesus . guarda en el Santisimo Sacramento; alir 4 recoger- te, unirds tu descanso al que Jesucristo tiene por to- da la elernidad en el seno del Padre y en el Santisi- mo Sacramento ; le ofrecer4s todas tus respiraciones Y movimientos de tu corazon, para que sean delante de su Majestad otros tantos actos de amor y sacrificio de todo ta ser; pidele que este descdnso repare tus fuerzas para servirle, cuando tuvieres la dicha de recibirle en la sagrada Comunion; ofrece con fre— cuencia al Eterno Padre las santas disposiciones del Corazon de la santisima Virgen en el instante de la encarnacion del Verbo, para que suplan las que te faltan ; y cuando la hubieres recibido, le ofrecerds & su Padre, para que el mismo Sefior sea tu accion de gracias, tu adoracion y alabanza de su Majestad, re- parando por todas tus fallas, y que cumpla su vo- lontad para no traspasar las leyes de su amor: cuan- do cometieres alguna falta , despues de hamillarte, tomards del Corazon de Jesus Ja virtud contraria, para que sirva de satisfaccion 4 su Eterno Padre, y lo mismo haras cuando vieres cometerlas 4 otras personas; te mantendrds en la presencia de Dios, — 279 — considerando en cuanto hicieres las virtudes y ope- raciones de Jesus en el Santisimo Sacramento , se— gun tus respectivos ejercicios, para que repare los defectos de ellos; cuando sufrieres algunas injurias, sequedades 6 trabajos, los ofreceras para honrar su Corazon abrasado en el amor de los hombres , no conservando frialdad con el prdjimo, para que el Sefior no se acuerde de tus pecados, que habia olvi- dado por sa misericordia ; haciendo genuflexion de- Jante del Santisimo Sacramento, dirds interiormen— te: «Todo se incline delante de vuestra Majestad, «todo espiritu os adore, todos los corazones os «amen, ;Oh grandeza infinita!» Al postrarte, 6 be- sando la tierra, diras: «Yo rindo homenaje 4 vues- ctra grandeza abatida 6 como aniquilada en el San- «tisimo Sacramento.» ; : Para conformarte con Jess en el Santisimo Sa— cramento quaqobedece al Sacerdote , serds pronta en obedecer como una Hostia de sacrificio en manos de tus superiores, para que muriendo & todas las incli- naciones 6 aversiones, puedan disponer de ti 4 su gusto; la violencia que te hicieres sirva 4 honrar la que sufre Jestis , entrado en las almas manchadas por el pecado ; su vida en el Santisimo Sacramento esta escondida en las especies sacramentales, asi procuraras estar ocullta bajo la ceniza de la humil— dad, procurando consolar 4 Jesus por los sacrilegios Y menosprecios que le hacen los hombres. El est4 en — 280 — el Sacramento como muerto a los sentidos , asi pro— cura estar como muerta 4 todo lo que no sea Dios. OFICIOS COMPUESTOS PABA HONRAR EL SAGRADO CORAZON DE JESUS POR LA BEATA MARGARITA MARIA DE ALACOQUE, . que sortean las personas piadosas. © Primer Oricio. La Mediadora debe abismarse en espfritu ante la grandeza de Dios, y pedir sin cesar al Eterno Padre , que haga conoeer & todo el mundo las excelentes disposiciones del sagrado Corazon de Jesus. Al Espiritu Santo , que le haga amar por to- dos los corazones. A la santisima Virgen, que empe- fie su poderosa intercesion 4 fin que haga experi- mentar los efectos de su poder 4 los que se dirigen & su Majestad : en este Oficio se diran tres Padre nues- tros y tres Ave Martas de rodillas con el acto de con- _ sagracion. La virtud que debe practicar la Mediado- ra, sera el amor de Dios y del prdjimo , con el des— asimiento de todas las cosas de la tierra. Szcunpo Oricio. La Reparadora procurara en es- piritu de contricion y humildad abismarse 4 vista del inmenso dolor del Corazon de Jesus en el huerto — 234 — de las Olivas, bajo el peso de la justicia de su Padre, por los pecados de Jos hombres , debiendo pedir sin cesar humildemente perdon 4 Dios de todos los ul— trajes que se le hacen, particularmente en el Sacra— mento del altar ; en este Oficio se dira todos los dias el Miserere en cruz, haciendo el acto de reparacion. Esta se ejercitara en la virtud de la humildad , que Ja hard aniquilarse y menospreciarse , deseando ser- lo de todo el mundo. Tercer Oricio. La Adoradora se unira & los es— piritus bienaventurados, para adorar sin cesar con ellos 4 las tres adorables personas de la Santisima Trinidad, y con espiritu de dependencia y sumision, adorar continuamente los designios y las disposicio- nes del sagrado Corazon de Jesus , ofreciéndole para su gloria todo su ser. En este Oficio se haran nueve genuflexiones , en union 4 las adoraciones que hacia & su Eterno Padre este divino Corazon en los nueve meses que estuvo estrechado en el seno de su santi- sima Madre , diciendo la Antifona y Oracion del ' Santisimo Sacramento con el acto de reparacion. La virtud en que se ejercitara la Adoradora sera la simplicidad , procurando solo la gloria de Dios y la pureza de intencion en todas sus acciones, desechan- _ do los pensamientos inuliles. Cuanto Oricio. La Victima se ofrecer4 en espirita de sacrificio continuamente & Dios, para hacer y su- frir cuanto quisiere en union del estado de victima — 282 — del Corazon de Jesus, anonadado en el Santisimo Sa- cramento por eI amor del-hombre. En este Oficio se dird todos los dias el Pange lingua, con la corona de] sagrado Corazon. La virtud sera la mortificacion de los sentidos con la renoncia total de cuanto hala- gue la naturaleza. Quinto Oricio. La Celadora debe entrar en el es— . piritu de celo que animaba el Corazon de Jess, y los Santos mas amantes de su gloria divina ; procu- rar4 que sea honrado y conocido de todos los hom— bres este sagrado Corazon; se esforzara por sus vir- tudes y ejemplos 4 extender su culto. En este Oficio se dira todos los dias-el cantico: Benedicite omnia opera Domini, besando nueve veces el suelo. La vir- tad serd la obediencia puntual 4 las reglas del esta— do particular de cada uno, unida 4 la paciencia. En cada Oficio se debe hacer diariamente wna es- tacion al Santisimo Sacramento; en caso de tener algun obstaculo para cumplir las devociones de su Oficio , se procuraré encomendarlo 4 otra persona para honrar al divino Corazon por estas devociones tan propias para sostener el fervor del espiritu. Estos son los Oficios compuestos por la Beata Mar- garita; los cuatro restantes los han afiadido despues, poniendo la devocion por otro estilo. Los tres siguientes ofrecimientos del Sefior, la Beata Margarita dice: «Sobré el primer Oficio , de «Mediadora, que sera muy dichosa aquella 4 quien — 283 — «tocare este Oficio , pues dice Nuestro Sefior que él «mismo sera su Mediador.» _ En el Oficio de Reparadora dice: «Que muy di- «chosa sera esta, pues su oficio es tan agradable al «Sejfior, que, segun su promesa, puede humildemen- «te confiar que obtendré gracia y perdon para si.» En el oficio de Celadora , «que Nuestro Sefior re- “aserva 4 esta incomprensibles tesoros de gracias , y «su nombre sera escrito en su divino Corazon para «no borrarse jamas. » EMPENOS COMPENDIADOS que daba la Beata Margarita A SUS NOVICIAS. A principio del aiio las virtudes de pureza de in- tencion, humildad de corazon, unidad sin mezcla de interés propio. Para la Cuaresma, la mortificacion de los sentidos y lengua, muriendo 4 si mismas para resuscitar con Jesucristo. : Para el dia de los Difantos , cinco actos de pureza de intencion , cinco de adoracion , cinco de silencio, cinco de mortificacion , cinco de caridad, cinco de amor de Dios, y renovar Ja consagracion al sagrado Corazon de Jesus. — 284 — Para el Adviento , ofrecer cinco veces al Padre Eterno los sacrificios del Corazon de Jesus, en union con Maria Santisima teniéndole en su seno; cinco de humildad y abnegacion para honrar su humillacion, cinco de silencio, y nuieve actos de adoracion al Ver- bo encarnado, y ofrecerle las tres potencias como tres victimas ocupandose de su Majestad. — 285 — BUBWBS EN HONOR DE LA ESCLARECIDA VIRGEN MARGARITA MARIA DE ALACOQUE. OD“ Go- Una pluma del ala radiante Del Querube encumbrado quisiera, 1 Quién afectos serdficos diera A mi daro y frio corazon ! Y¥ la pluma en la sangre mojara Del divino Cordero, que muerto Sobre el Gélgota , del pecho abierto Vierte sangre por darnos perdon. Otra tinta emplearse no debe En narrar de Jess las finezas Y los triunfos , victorias, bellezas De la esposa que Dios escogid. Margarita Alacoque es la bella Que al Amante divino ha agradado, Alta empresa & su amor ha fiado ; Teme humilde... mas Jesis mandé. Esta jéven que huyendo del mundo En el claustro gozosa se encierra, Por el cielo suspira... y la tierra, — 286 — Y aun la casa paterna olvidé. Esta quiere el Eterno que sea La que al maudo despierte del suefic, La que emprenda con un santo empefio Reducirle al camino de luz. ¥ gqué medio para esto empleara La heroina que Dios ha escogido ? Usa el arma que us6 su Querido, Porque el triunfo esta anejo 4 la craz. Si, la cruz que es terror del infierno, Es el arbol divino de vida, Fresca sombra dé el alma afligida Su consuelo y su paz ha de hallar. Margarita la abraza y la besa, Margarita la planta en su pecho, Margarita no quiere otro lecho Pues Jestis quiso en él espirar. Y Jesus que la ve tan amante De la cruz, se le muestra glorioso ¥ en su pecho esplendente y fogoso La convida 4 fijar su mansion. j Corazon amoroso y benigno ! j Corazon del Esposo mas tierno! {Corazon de Jesus, Verbo Eterno! Margarita queda en suspension... Goza , goza, oh esposa querida, Nadie turbe tu dulce reposo, En los brazos de tu dulce Esposo, — 287 — Cobra fuerzas, que has de padecer. Si Jestis te dispensa favores, Te prepara tambien grandes cruces, Te ilumina con muy claras luces, Porque quiere des & conocer A los hombres su Corazon santo Que es el Etna del amor divino, A tos hombres su Corazon fino Que por ellos el caliz bebid. Aquel caliz de inmensa amargura Que su Padre adorado le diera; Quiso el Padre que sa Hijo mariera, Dijo fat el Hijo y murié. . ’ Margarita la mision recibe, ¥ sus labios estampa en el suelo, Sus fervores toman nuevo vuelo Emulando las del Serafin. Pura victima de amor se consume, Ora gime , su carne macera, Y su eco desea se oyera Desde el uno hasta el otro confin. Lucifer 4 sus huestes convoca, Contra ti las subleva furioso ; Pero tu, con Ja cruz de ta Esposo, Margarita , siempre vencer&s : Los desprecios , las burlas , la safia, | Toda clase de contradicciones : Temor , tedio y otras tentaciones — 288 — Largos aiios firme sufriras. Salve, salve, Virgen fervorosa, Ta virtud , tu paciencia ha trianfado, Logras ver en el mundo adorado Al divino y dulce Corazon. Los celestes espiritus cantan Tu ventura , con suave armonia, Y su Reina , y tu Madre Maria Te desea en la santa Sion. En el cielo hay muchas mansiones, Mas tu vuelas, paloma 4 tu nido, Que es el dulce Corazon herido, Fuera de él, td no puedes gozar. Ah! no olvides al gran Pio nono, Que rodeado de lobos feroces, Despreciando sus furias atroces Te ha elevado gozoso al altar. Da benigna una tierna mirada A la Orden & que perleneces, Hoy te invoca y tu la enalteces, Haz que imite al santo Corazon. Que su gloria y su culto procure Con fervor , y constancia y empefio: Corazon de Jesus , dulce duefio, Toda es tuya la Visitacion. — 289 — GOZOS. 2B Go- A la angélica. Alacoque Hoy invoque Todo corazon cristiano, Que no en vano Su favor implorard. Margarita mas preciosa Que la rosa, : Que por conservar muy pura La blancura De tu inoeencia y candor, La cercaste con espinas ; Las divinas Moradas , solo anhelando Dedicando A Jestis, todo tu amor. El dulce Jesus te ama, ¥ te llama A la soledad bendita, A9 —, 290 — Margarita £No oyes su celeste voz? A Ja casa de Maria, {Qué alegria! Venciendo mil embarazos, * Ya tus pasos Encaminas muy veloz. Ante el altar fervorosa . _ {Casta esposa! . Los tres votos pronunciaste : Te enclavaste Con tu Jesus en la cruz; Obediente , pobre y pura | Cuan segura *~ Caminando vas al ciclo! Con anhelo - Sigues la divina luz. ~ Son premiados tus fervore Con favores : E] Esposo soberano Con Ja mano Te muestra su Corazon ; La cruz, la aga y espinas Son divinas Insignias de sus tormentos Y portentos — 2044 — Del amor divino son ! La adorable Trinidad, 1 Qué bondad | ‘De una manera inefable, Que no es dable Comprender al viador, A to alma se presenta Porque intenta Pasion y cruz regalarte, Y elevarte Al perfecto y puro amor. «; Ven del Libano mi esposa! «; Ven hermosa! «1 Ven y seras coronada} «| Ven mi amada! Que el invierno pasé ya: Jestis dice , y Margarita, j Ob bendita! Presuroga toma el vuelo, 1Qué consuelo! Ya con Jesus reinara. Hijas de Santa Maria, Compaiia De Jestis, el Salvador Con amor — 292 — Os destiné 4 promover La devocion tan laudable A su adorable Corazon , seguid con celo, Que es consuelo Cumplir tan grato deber. A la angélita Alacogue Hoy invoque Todo corazon cristiano, Que no en vano Su favor implorara. UPitata INDICE. ~oBEo Pags. Bula de beatificacion de la venerable sierva de Dios Margarita Maria de Alacoque. . Aprobacion. . . Dedicatoria al sagrado Corazon de ‘Testis. : Prdlogo. . . PRIMERA PARTE. —su nacimiento , educacion y Juventud, SEGUNDA PARTE. —Sw ‘entrada ¢ en la religion, y las virtudes que practic en el claustro.. TERCERA PARTE. — Los empleos de la Beata Margarita Maria en la Religion, las gracias extraordinarias que recibe y las contradicciones que experimenta. . CUARTA PARTE. — Gracias ‘particulares que la Beata Margarita recibe en drden al sagrado Corazon de Jestis y contradicciones que experi— mento. . QUINTA PARTE.— ‘Gobierno dela Madre Gref- fer, quien prueba de nuevo 4 Sor Margarita acerca de sus gracias extraordinarias y de la devocion al sagrado Corazon de Jestis. 5 43 15 47 33 4h 87 . AM . 439 — 294 — SEXTA PARTE. — Gobierno de la Madre Melin. Es electa la Sierva de Dios Madre de Novicias: su conducta en este empleo, principio del esta- blecimiento de la devocion al sagrado Corazon de Jestis , contradiccion que esta experimenta. . 169 SEPTIMA PARTE. —Voto admirable que hace la Beata Margarita. Establecimiento de la devo- cion al sagrado Corazon de Nuestro Setor en la Comunidad de Paray, fruto que sacan de ella. . 189 Voto hecho la vigilia de la festividad de Todos los Santos, para consagrarse, inmolarse y unir— se mas estrecha y perfectamente al sagrado Co- razon de Nuestro Sefior Jesucristo. . . . 494 OCTAVA PARTE. — Diversos favores y revela- ciones del estado de varias personas vivas y di- funtas que tuvo la Beata Margarita... ... . 207 NOVENA PARTE.—Eligen d Sor Margarita pa- ra Asistente de la Comunidad : su muerte , pro- fectas y milagros , con una breve noticia sobre la propagacton de la devocion al sagrado Cora- zon de Jestis. . . » 225 DECIMA PARTE. — Devociones compuestas ‘por la Beata Margarita — Modo para mantenerse en la presencia de Dios que puede servir a las personas que se distraen facilmente y consiste en meditar cada dia de la semana alguna. de las agus de Nuestro Seftor y ocuparse en estas. . 254 Moradas en el Corazon de Jestis, que did a sus Novicias la Beata Margarita.. . - 260 Vidas de Jesucristo en el Santtsimo Sacramento, — 295 — modo de hacerlas en tiempo de la octava de su festa... . - 263 Los abismos del sagrado Corazon de Jestis para todas las disposiciones interiores. . . . . . 268 Acto de consagracion al sagrado Corazon... . 274 Reparacion honortfica al sagrado Corazon. . . 272 Aspiracion de una alma que desea ardientemente la sagrada Comunion. . . oe OTh Ocupacton por todo el dia en honor del Corazon de Jess y para practicar las virtudes. . - 277 Oftcios compuestos para honrar el sagrado Cora zon de Jess por la Beata Margarita Maria de Alacoque, que sortean las personas piadosas. . 280 E'mpetios compendiados que daba la Beata Mar- gartta d sus Novicias. . . . 283 Himno en honor de la esclarecida virgen Marga rita Maria de Alacoque. woe ee ew 285 BOS. . . e ee ee ee ee 289 PIN DEL iND:CE.

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